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ASESOR ACADEMICO
HÉCTOR PINZÓN T.
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 5
1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ..................................................................................... 6
1.1 Pregunta de investigación ................................................................................................... 9
2. OBJETIVOS............................................................................................................................ 10
2.1 Objetivo general ................................................................................................................. 10
2.2 Objetivos específicos .......................................................................................................... 10
3. MARCO CONCEPTUAL ...................................................................................................... 11
3.1 Esquema conceptual .......................................................................................................... 11
3.2 Desarrollo conceptual ........................................................................................................ 11
4. MARCO METODOLÓGICO ............................................................................................... 24
4.1 Tipo de estudio ................................................................................................................... 24
4.2 Fuentes de información y técnicas para su recolección .................................................. 26
5. RESULTADOS ....................................................................................................................... 28
5.1. El poder público y las comunidades religiosas ............................................................... 28
5.1.1 Leyes y decisiones públicas influenciadas por sectores religiosos en Colombia. ......... 28
5.1.2 Jurisprudencia que evidencia la crisis conceptual del Estado laico en Colombia ......... 33
5.1.3. Institucionalidad permeada por ideologías religiosas .................................................. 44
5.2 Apropiación privada del poder público por parte de comunidades religiosas ............ 51
5.2.1 Líderes y comunidades religiosas con influencia directa en las decisiones del Estado 52
5.2.2 Incidencia electoral de las comunidades religiosas en Colombia ................................. 55
5.2.3 Poder económico y empresarial de las comunidades religiosas en Colombia .............. 62
5.3. Convencionalismos sociales: la cuestión religiosa y su arraigo cultural...................... 68
5.3.1. Crecimiento de las iglesias en Colombia ..................................................................... 69
5.3.2. La educación en Colombia: religión como catédra dogmatizante o espacio de
discusión. ................................................................................................................................ 73
CONCLUSIONES....................................................................................................................... 78
BIBLIOGRAFIA......................................................................................................................... 83
El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
INTRODUCCIÓN
Este trabajo analiza el uso instrumental que, con miras hacia el ejercicio del poder estatal,
se le ha dado a la religión en Colombia desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad.
Se toman como eje central algunas de las principales relaciones y dinámicas entre
religión y poder de Estado, tanto antes como después de la apertura religiosa dada mediante la
Constitución Política de 1991 y la Ley 133 de 1994, que modificaron muchos de los aspectos de
responsabilidad institucional en los que la religión tenía un papel preponderante y que hoy le
competen exclusivamente al Estado. Dicho análisis se sustentará en los aportes teóricos que en
esta materia han generado diversos autores clásicos y contemporáneos.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
1. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
El siglo XIX presentó fuertes rivalidades entre la Iglesia y el Estado, así como también
luchas partidistas que se caracterizaron por el debate sobre la legitimidad e ilegitimidad de la
presencia de la religión en el campo político. Por lo anterior, los asuntos programáticos de la
política pasaron a segundo plano de importancia (Santamaría, 2013, p.39). A pesar del rechazo
liberal, la Constitución de 1886 reconoció el catolicismo como la religión nacional y le entregó el
monopolio de la educación del país (Santamaría, 2013, p.44).
Hasta mediados del siglo XX, Colombia se caracterizó por ser una sociedad fuertemente
católica. Sin embargo, en las últimas décadas, esta iglesia ha perdido influencia en campos
sociales de cultura, política y educación. Al mismo tiempo, nuevos movimientos religiosos le
disputan al catolicismo los privilegios que mantuvo a lo largo de varios siglos (Beltrán, 2013).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Estado conservador, buscando garantizar así su permanencia. El inicio del giro histórico respecto
a la organización y posterior participación de grupos cristianos no católicos en cuestiones
políticas se remonta al nacimiento de la Confederación de Evangélicos de Colombia (CEDEC)
en 1950 (Santamaría, 2013, p.49).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Los esposos César Castellanos y Claudia Rodríguez de Castellanos son un buen ejemplo
de lo anterior. Ellos, a través de su autoridad religiosa sobre una de las organizaciones
pentecostales más poderosas y multitudinarias de Colombia, la Misión Carismática Internacional,
han servido de capital político al Partido Nacional Cristiano, a Cambio Radical y al Partido de la
U.
Caso similar ocurre con el hoy senador Jimmy Chamorro y el apoyo que recibe de la base
electoral de la Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia. Ha sido 4 veces senador de la
República de Colombia, tres con el desaparecido Movimiento Compromiso Cívico Cristiano por
la Comunidad (C4) y una más con el Partido de la U.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Los pastores pentecostales son especialistas en el manejo de las masas, en el arte del
discurso y en el recaudo de dinero en sus organizaciones religiosas para financiar sus campañas
políticas. Es por esto que, afirma Beltrán, tienen muchas ventajas para convertir su capital
religioso en capital político (Beltrán, 2013, p.345).
Los líderes religiosos que forman parte de la disputa política suelen emplear el discurso
religioso como instrumento de persuasión y dominación. Tanto el discurso teológico como el
religioso contienen un alto componente político. (Santamaría, 2013, p.97).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
2. OBJETIVOS
Describir cómo las iglesias y líderes religiosos han buscado y logrado influenciar o
ejercer el poder de Estado en Colombia desde 1950.
Identificar los mecanismos mediante los cuales el poder de Estado ha sido apropiado por
lógicas privadas de iglesias y líderes religiosos.
Evidenciar los momentos en los que se ha ejercicio el poder estatal colombiano mediante
convencionalismos sociales de carácter religioso.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
3. MARCO CONCEPTUAL
Para una clara comprensión del objeto de estudio que aquí nos compete, se hace
indispensable realizar una aproximación al concepto de poder estatal o poder de Estado.
En primer lugar, es importante definir de forma adecuada lo que se entiende por poder,
valga decir, el concepto relativamente puro que para algunos autores adquiere características
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
particulares a la hora de aplicarse al contexto de lo público. Así las cosas, para Mayz-
Villanenilla, citado por Ávila-Fuenmayor (Ávila-Funmayor, 2006)
El término poder proviene del latín possum -potes- potui -posse, que de manera general significa
ser capaz, tener fuerza para algo, o lo que es lo mismo, ser potente para lograr el dominio o
posesión de un objeto físico o concreto, o para el desarrollo de tipo moral, política o científica.
Usado de esta manera, el mencionado verbo se identifica con el vocablo potestas que traduce
potestad, potencia, poderío, el cual se utiliza como homólogo de facultas que significa
posibilidad, capacidad, virtud, talento. El término possum recoge la idea de ser potente o capaz
pero también alude a tener influencia, imponerse, ser eficaz entre otras interpretaciones. Sin
embargo, lo importante en este artículo es señalar que íntimamente ligados al poder como
potestas o facultas y la idea de fuerza que lo acompaña. "se hallan los conceptos de imperium (el
mando supremo de la autoridad), de arbitrium (la voluntad o albedrío propios en el ejercicio del
poder), de potentia (fuerza, poderío o eficacia de alguien) y de auctoritas (autoridad o influencia
moral que emanaba de su virtud).
Lo que queda claro, en principio, es que el sentido del poder, en las diferentes acepciones
que se puede hace de dicho concepto, siempre guarda una relación con el ejercicio de
determinada capacidad de uno sobre el otro u otros.
Foucault posteriormente daría un giro con nuevas reflexiones que lo llevaron a concluir
que el poder no es algo que posee la clase dominante; postula que no es una propiedad, sino que
es una estrategia. Es decir, el poder no se posee, se ejerce. En tal sentido, sus efectos no son
atribuibles a una apropiación sino a ciertos dispositivos que le permiten funcionar plenamente.
Pero, además, postula que el Estado no es de ninguna manera, el lugar privilegiado del poder,
sino que es un efecto de conjunto, por lo que hay que estudiar lo que él llama sus hogares
moleculares (Ávila-Funmayor, 2006).
Varios son los elementos que se pueden extraer de esta concepción de Foucault sobre el
poder. De una parte, es claro que contrario a sus análisis iniciales sobre el poder desde el punto
de vista jurídico, el poder no es algo que pueda poseerse, se trata más bien de un ejercicio que se
realiza sobre otro; en segundo lugar, este ejercicio del poder efectivamente guarda una relación
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
con la funcionalidad del mismo, que no está necesariamente limitado a lo económico son que se
tiene que ver con todas las relaciones de sociales que para Foucault son siempre relaciones de
poder. Un tercer elemento de particular importancia, es que el poder no radica exclusivamente en
el Estado, pues no es este el único escenario en donde se entretejen relaciones de poder.
La pregunta que surge en este punto es entonces ¿Qué hace tan particular al poder estatal?
¿Cuáles son los elementos que le son propios que lo distinguen de otros ejercicios de poder como
el doméstico? Al respecto de esto, Jaime Rodríguez, plantea lo siguiente “El poder estatal es el
medio del que dispone la autoridad política para alcanzar el bien común, para conseguir
precisamente el bienestar de la sociedad como un todo” (Rodríguez, 2015 p. 55).
Referente al alcance del poder estatal, la Teoría General del Estado de Georg Jellinek,
citada por Kelsen, asevera que “En todo momento es posible sustraerse al poder no dominativo
de una asociación, mientras que nadie, <<de no vivir en un desierto o en las proximidades del
polo>>, puede escapar al poder de dominación del Estado, que por esencia, es irresistible”
(Kelsen, 2002 p. 166)
Además, “El poder estatal unitario e indivisible consta, según la teoría [del Estado de
Jellinek], de tres poderes coordinados idealmente y, por tanto, separables en cuanto a su
organización y funcionamiento: el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial” (Kelsen, 2002 p.
382)
Sin embargo, para Kelsen “el sentido autentico de lo que se conoce de ordinario bajo el
nombre de <<poder estatal>> es la validez de un orden jurídico y, por tanto, implícitamente, la
unidad de este poder, mientras que la idea de una participación de esta validez es un absurdo,
pueden predicarse también como consecuencias del concepto del poder del Estado la unidad e
indivisibilidad del mismo” (Kelsen 381).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Y en segundo lugar, que “El sentido del poder o dominación estatal no es el de que unos
hombres estén sometidos a otros, sino el de que todos los hombres estén sometidos a las normas,
si bien son los hombres los que las crean –con sujeción a otras normas-. Y de este modo se revela
también la trascendencia de la doctrina que sostiene que el Estado es un orden jurídico, un
sistema de normas de derecho, y que, por tanto, estar sometido al poder del Estado no significa
otra cosa sino hallarse vinculado por un orden jurídico” (Kelsen, 2002 p.165).
El carácter público del poder estatal es planteado por Jesús Molina de la siguiente forma:
“El poder de Estado se constituye en público en tanto que la elaboración de sus leyes y
decisiones se entran a tomar, ya no bajo la primacía de la voluntad del soberano y sus secretos,
sino del debate ilustrado y racional público que lleven a leyes justas y justificadas” (Molina,
2008 p.18).
El poder se encuentra en la sociedad y nace cuando unos mandan y otros obedecen y consiste, en
términos generales, en la posibilidad de que una persona o varias realicen su propia voluntad en
una acción en común, aún contra la oposición de otros participantes en la acción. Cabe señalar
que dentro de la sociedad el concepto del poder abarca diversas manifestaciones y formas. Así,
por ejemplo, el poder económico que amenaza con el perjuicio de un mal abastecimiento. El
poder religioso que dispone sobre la salvación el alma. El poder artístico que el sentimiento. El
poder militar que representa la fuerza. El poder sindical que amenaza con un paro de actividades.
El poder de los medios de comunicación para modelar la opinión pública; sin embargo, nosotros
nos referimos en este tema al poder político o poder público, que está por encima de todos los
demás poderes que juegan sus fuerzas en la dinámica social. […] El Estado por medio del poder
público y a través del derecho, reconoce y limita los diversos poderes sociales. El poder de Estado
actualiza la coercibilidad del Derecho, la hace activa en función del bien común. La soberanía es
la fuente del poder de Estado; aquella no reside en el Estado sino en el pueblo, porque la fuente de
todo poder, es decir del derecho, proviene del pueblo (Madrid, 1993).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Un acercamiento más puntual sobre el poder público lo ofrece Artunduaga et. al señalar
que el mismo hace referencia al concepto del poder político (entendido este como la capacidad
de un individuo o grupo de llevar a cabo su voluntad, incluso a pesar de la resistencia de otros)
existente en una sociedad, pero ya no ejercido por varios individuos o grupos de manera
disgregada y desigual, sino concentrado e institucionalizado en la figura del Estado, como un
ente donde tal poder se distingue claramente del individuo o persona que lo ejerce (Artunduaga
et. al., 2005).
Esta relación entre el poder público y el Estado es expresada de manera explícita en los
siguientes términos:
Poder público o soberanía es un concepto que nos permite entender que el pueblo como
constituyente primario crea en la Constitución los órganos estatales necesarios para que con
autoridad hagan la ley, ejecuten la ley y juzguen de conformidad con la Ley, además de otros
organismos necesarios para la prestación de los servicios a su cargo. Así mismo, la Constitución
delimita el ejercicio de la coacción para hacer efectivo el derecho y sólo permite que las
autoridades hagan lo que está establecido en la Ley (Universidad Manuela Beltrán, 2017).
De las concepciones de poder expuestas es posible notar que los autores relacionan el
poder público necesariamente con el aparato Estatal, al punto de homologar este poder público a
la soberanía. Ello puede ser cierto en tanto que este poder público o la soberanía emanan del
pueblo quien es el que otorga a las autoridades y las instituciones la posición privilegiada que
tienen. Ahora bien, vale decir que este poder público guarda una estrecha relación con la
legalidad que embiste al Estado de autoridad. Dicho de esta manera, el poder público es poder de
Estado y como tal puede ejercerse de uno sobre los demás. Para el caso, del quienes integran el
Estado sobre los demás miembros de la sociedad.
Es así como “El poder del Estado adopta la significación de poder <<coactivo>>. Esto
ocurre en doble sentido. En un sentido significa que las normas del orden estatal son normas que
prescriben la coacción, es decir, son normas jurídicas. [..] En otro sentido, el orden estatal es un
orden <<objetivo>> porque posee una validez objetiva respecto de los hombres que, como suele
decirse, <<constituyen>> el Estado” (Kelsen, 2002 p. 165).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Sin embargo, el mismo Molina reconoce que “Aunque se ha pretendido hacer ver que el
poder de Estado se encuentra exento de lógicas e intereses particulares, dicha pretensión no
corresponde de forma significativa con lo observado en los procesos empíricos contemporáneos
relativos a su acceso, control y orientación” (Molina, 2008 p.16).
Es importante reconocer que “El poder de Estado se encuentra revestido de una serie de
dinámicas y lógicas privadas que, en la mayoría de las ocasiones, le imprimen un carácter de
beneficio particular al hacer que actúe en protección de intereses de poderosos grupos y redes de
privados, dejando de lado las lógicas del interés general. En Colombia las formas que adquiere la
apropiación privada del poder estatal corresponden a prácticas como el clientelismo, el
corporativismo, la corrupción y la criminalidad” (Molina, 2008 p.15).
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http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=apropiar
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Ahora bien, aplicar esta noción de tomar algo que en principio no es propio y usarlo para
sí mismo a la idea del poder Estatal pone de presente dos elementos que vale la pena destacar; de
una parte, como ya se dijo, el poder Estatal no es el único lugar del poder en el sentido de
Foucault, quien además señala que tal poder comportar una característica funcional. En segundo
lugar, permite señalar que este tipo de poder estatal no es un poder superior en el sentido de que
nadie se ubique por encima de él, al contrario, es algo que puede ser apropiado, y por tanto
intercambiado, cedido, entre otros.
Así las cosas, la concepción jurídica del poder de los primeros tratados de Foucault cobra
relevancia y se torna en una característica central del poder Estatal y es que el mismo es una
suerte de propiedad que puede ser tomada por privados que, en función de interés particulares,
puede disponer de dicho ejercicio del poder sobre la sociedad para el logro de su interés. Como
bien lo señala Ávila-Fuenmayor a propósito de los postulados de Foucault:
Foucault intenta romper una complicidad de la ley con el Estado y en tal sentido, habla de
entender la ley no como algo que demarca los dominios de la legalidad-ilegalidad sino como un
procedimiento por medio del cual ilegalismos que dicha ley permite, tolera o inventa como
privilegios de clase; o bien, ilegalismos que prohíbe, aísla y define como medio de dominación.
En tal sentido postula que " (...) las leyes están hechas por unos y que se imponen a los demás"
(Ávila-Fuenmayor, 2006).
El punto es que no solo la ley sino el Estado en su conjunto, parece ser descrito por esta
tesis. Si la legitimidad que le es propia al poder estatal deviene del orden jurídico sobre el que el
mismo descansa, y si como lo señala Foucault la ley es más un mecanismo de dominación que un
medio para el logro del bienestar, entonces, queda claro el modo en el que el mismo Estado, en
tanto mecanismo de dominación, no responde al logro del bienestar, a pesar de que esto es lo que
se predica, sino a un ejercicio de dominación ejercido en todo caso en un contexto de clases
sociales en el que determinada clase dominante ejerce tal dominio para sostenerse en el poder y
así beneficiarse del ejercicio del mismo.
Por supuesto lo anterior implica que la función del ejercicio de poder de Estado no se
limita al logro del bien común y el bienestar general, por el contrario, empieza a responder
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
también a fines particulares de quienes apropian dicho poder para sus fines. Ello implica, de una
parte, que las funciones de Estado y la lógica de Estado ya no son puramente pública y, por otro
lado, que los particulares privados logran fines que pueden o no estar alineados con el bienestar
de la sociedad. Si el atractivo del poder estatal es su alcance sobre la sociedad, no es de extrañar
que sectores de la sociedad busquen apropiarse del mismo para lograr determinados objetivos.
Tres son las categorías a través de las cuales se manifiesta la apropiación privada del
poder estatal: clientelismo, corporativismo y corrupción. Al respecto de esto, una forma
adecuada de expresar la forma en la apropiación estatal ocurre la propone Félix Martínez al
señalar que:
Parece que la revisión de los hechos hasta aquí expuesta sirviera para dar razón a los amigos
neoliberales, para demostrar una vez más que las entidades públicas no pueden ser eficientes y
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
justificar la necesidad de profundizar la privatización. Pero no, lo que hasta aquí se señala es que
las entidades públicas están privatizadas por cuotas, respondiendo a intereses particulares de las
empresas políticas que requieren los cargos y los contratos para reproducirse. Es por tanto el
régimen político el que condiciona la corrupción en las entidades públicas en diverso grado.
Podría formularse una ecuación así: A mayor tamaño, mayor presupuesto de operación y mayor
número de cargos y contratos para repartir, mayor posibilidad de desangre institucional. En fin,
que las entidades públicas no son públicas en esencia, pues responden sólo en tercera instancia al
interés público, después de satisfacer el interés de las empresas políticas y, en segundo lugar,
muchas veces, el interés cortoplacista de los propios sindicatos (Martínez, 2007).
Por supuesto la precisión conceptual ofrecida por Molina es más certera; pero, lo
expuesto por Martínez permite evidenciar que efectivamente el poder público lejos de servir al
interés público, prioriza intereses de quienes lo apropian para el alcance de sus fines. Vale la
pena recaer sobre este asunto de la precisión conceptual; bástenos con señalar una dedición
adicional de clientelismo, corrupción y corporativismo para complementar lo expuesto por
Molina y decantar lo mencionado por Martínez.
Frente a la corrupción:
Corrupción es el uso indebido del poder otorgado para beneficio privado. La corrupción entraña
conductas por parte de funcionarios en el sector público o sus allegados, por las cuales se
enriquecen indebida e ilegalmente mediante el mal uso del poder que se les ha confiado. TI
distingue entre la corrupción de pequeña escala y la corrupción de gran escala. La corrupción de
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Sistema de representación de intereses en el cual, las partes constitutivas están organizadas dentro
de un número limitado de categorías singulares, obligatorias, jerárquicamente ordenadas y
funcionalmente diferenciadas, reconocidas o autorizadas (si no creadas) por el Estado, a las que
les concede un deliberado monopolio de representación, dentro de sus respectivas categorías, a
cambio de seguir ciertos controles en su selección de líderes y articulación de demandas y apoyos
(Audelo, 2001).
Estas precisiones permiten notar como efectivamente se pueden distinguir tres vías a
través de las cuales es posible apropiarse del poder público, valga decir, del poder de Estado para
el alcance de fines privados.
Los convencionalismos sociales son reglas que aparecen basadas en la costumbre. Son una
especie de mandato que surgen de la colectividad y que son necesarios llevar a cabo dentro de la
sociedad; ejemplos la decencia, la caballerosidad, el saludo, la cortesía, el buen comportamiento,
etc. El convencionalismo Social participa de la naturaleza de la costumbre por lo que se refiere a
la práctica reiterada y constante, sin embargo a diferencia de la norma jurídica, no tiene
obligatoriedad su cumplimiento es esperado y exigido; sin embargo y a diferencia de la norma de
derecho cuya sanción consiste en el cumplimiento forzado de la norma más un castigo, en los
usos sociales de la sanción tiende al castigo (expresión de condena, censura, exclusión, etc.) pero
no al acatamiento forzado del mismo (Chávez, 2011).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Así las cosas, el convencionalismo social efectivamente actúa como una norma,
socialmente aceptada, respecto de la cual se esperan prácticas y se aplican sanciones. Si se aplica
esta idea a la idea de apropiación privada del poder se puede notar cual es el camino a través del
cual particulares con intereses propios logran hacerse con el poder público, valga decir,
valiéndose de cuestiones aceptadas socialmente que, de cierta forma, les permiten apoyarse en la
población y así justificar sus actuaciones.
Finalmente, es necesario exponer un concepto adicional que será piedra angular del tercer
apartado del primer capítulo del presente documento, relacionado con las instituciones.
Así, la definición de institución comporta dos vías de análisis desde las cuales es posible
generar uno u otro tratamiento. Las instituciones, en un sentido general, representan “reglas de
juego” respecto de las cuales se condiciona la estructura de la sociedad y el comportamiento de
los individuos. En un sentido especifico, las instituciones pueden adquirir diversas concepciones,
pues el término ha sido aplicado de manera indistinta a diferentes contextos. De tales
aplicaciones, la que vale la pena destacar para el presente análisis es el de las instituciones
entendidas como organizaciones.
En el primer caso, las instituciones como reglas de juego, Hodgson (2011) expresa de
manera adecuada la forma en las instituciones estructuran la vida en sociedad. Señala Hodgson:
Las instituciones son el tipo de estructuras que más importan en la esfera social: ellas constituyen
el tejido de la vida social. El creciente reconocimiento del papel de las instituciones en la vida
social implica advertir que gran parte de la interacción y de la actividad humana está estructurada
en términos de reglas explícitas o implícitas. Sin violentar mucho la literatura relevante, podemos
definir las instituciones como sistemas de reglas sociales establecidas y extendidas que
estructuran las interacciones sociales. El idioma, el dinero, la ley, los sistemas de pesos y
medidas, los modales en la mesa, las empresas (y otras organizaciones) son todas instituciones.
[…] En parte, la durabilidad de las instituciones es producto del hecho de que pueden crear
expectativas estables sobre el comportamiento de los demás. Por lo general, las instituciones
hacen posible el pensamiento ordenado, las expectativas y la acción al imponer a las actividades
humanas una forma y una consistencia. Las instituciones dependen de los pensamientos y las
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
actividades de los individuos, pero no pueden ser reducidas a ellos. {…} Así como las
instituciones pueden estructurar, restringir y promover los comportamientos individuales, también
tienen el poder de moldear las capacidades y el comportamiento de los agentes de una manera
fundamental, pues cuentan con la capacidad de cambiar las aspiraciones en lugar de simplemente
promoverlas o restringirlas. Los hábitos constituyen el mecanismo clave en esta transformación.
Las instituciones son estructuras sociales que implican una causalidad reconstitutiva hacia abajo,
pues actúan de cierta forma sobre los hábitos de pensamiento y acción de los individuos. La
existencia de una causalidad reconstitutiva descendente no significa que las instituciones actúen
directa, completa y uniformemente para determinar las aspiraciones de los individuos, sino que
simplemente pueden provocar efectos descendentes significativos. Hasta ahora, dado que las
instituciones conducen a unas regularidades en el comportamiento, se establecen hábitos
concordantes entre la población, generando unas creencias y propósitos que van en la misma
dirección. En este sentido, se refuerza aún más la estructura institucional. (Hodgson, 2011).
Son varios los elementos que pueden extraerse de esta exposición; de un lado, y como ya
se dijo las instituciones son una suerte de estructura social que tiene la virtud de condicionar el
comportamiento conjunto e individual. Al decir condicionar se pretende expresar que las
instituciones, como lo señala Hodgson, pueden promover, restringir, fomentar o prohibir cierto
tipo de comportamientos grupales e individuales. Por otro lado, las instituciones constituyen
reglas que operan, a propósito de lo expuesto, a nivel individual y que el individuo acepta toda
vez que constituye su hábito. Es importante tener en cuenta, en este punto, que cierto tipo de
reglas se institucionalizan, es decir se vuelven parte de la cotidianidad y de la percepción del
mundo, al hacerse hábitos de las personas.
Ahora bien, como se señaló, las organizaciones constituyen una forma particular de
institución, dado su grado de tecnificación. Al respecto Hodgson expresa que:
Empezando con una definición de las instituciones como sistemas de reglas socialmente
inmersos, es obvio que las organizaciones son un tipo especial de institución, con características
adicionales. Las organizaciones son instituciones especiales que cuentan con: (a) criterios para
establecer sus límites y para distinguir a sus miembros de los no miembros, (b) principios de
soberanía para determinar quién está a carago, y (c) cadenas de órdenes que definen las
responsabilidades dentro de la organización (Hodgson, 2011).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Los conceptos expuestos constituyen el andamieaje a partir del cual se sustentarán los
argumentos. La evidencia empírica que haga parte de los dichos argumentos estará siempre
relacionada con las definiciones y conceptos expuestos. Así, nociones como clientelismo, poder,
convencionalismo social, harán parte explicita o implicita de los posutlados que se presentarán
como resultado de la investigación empiricá a realizar.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
4. MARCO METODOLÓGICO
Es así como, la metodología cualitativa es muy valiosa a la hora de poner en marcha nuevos
programas de salud pública y tomar decisiones, muchas veces en contextos muy sensibles, sobre
temas como: planificación familiar, prevención de infecciones de transmisión sexual, relaciones
de género, entre otras cuestiones fundamentales de salud que, a lo largo del tiempo, no solo han
sido necesarias las justificaciones científicas cuantificadas, sino conocer el por qué sociocultural,
que diera la posibilidad de interpolar la interpretación cuantitativa con el contexto sociocultural
de un individuo. Puede guiar al descubrimiento de comportamientos básicos, actitudes y
percepciones que traen consecuencias para la salud; puede ayudar a explicar impedimentos
sociales y programáticos que dificultan una elección bien fundada o la utilización de los servicios;
puede explicar el éxito de las intervenciones, y puede facilitar un mejor conocimiento de los
contextos políticos, sociales y jurídicos en que se adoptan las decisiones en materia de salud
(Benavides, M., 2017).
Esto es tratado en el mismo sentido por Álvarez (Álvarez, L. 2006), quien también resalta
las ventajas de este tipo de investigación en su aplicación a la salud pública en los siguientes
términos:
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Dentro de las técnicas para el estudio de la realidad social, de la que forman parte los fenómenos
relativos a la salud y a la enfermedad, se distinguen las llamadas cuantitativas de las cualitativas.
Estas últimas tratan de encontrar la estructura de las relaciones que hacen comprensible el sentido
de las representaciones sociales en el lenguaje de los sujetos que forman la sociedad. En concreto,
en el ámbito de la salud, la metodología cualitativa explora, desde el punto de vista de la
concepción cultural y simbólica, que la sociedad tiene de la misma. Pueden ser diferentes los
aspectos a investigar, y por ello diversas las técnicas posibles a utilizar. A continuación se
comentarán aspectos fundamentales de las principales técnicas que pueden ser empleadas en los
problemas de estudio en este terreno. (Álvarez, L. 2017).
A lo anterior cabe agregar que tales ventajas no son solo aplicables al sector de Salud. En
otras áreas del conocimiento es posible identificar aplicaciones fructíferas de los métodos
cualitativos. Con todo, en salud publica las aplicaciones de estas metodologías han arrojado
resultados interesantes.
Una desventaja que ofrece la investigación cuantitativa es que se sirve de los sujetos del estudio,
pero no saca al máximo toda la información que pudiera necesitar pues sus resultados se basan en
los números que arrojen los estudios, sin mediar otros factores. En este caso, la investigación
cualitativa se comunica con los sujetos y debido a las técnicas que utiliza, como la entrevista y la
observación, logra obtener informaciones ocultas en los investigados. (Sarduy, Y. 2007)
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5. RESULTADOS
Un punto de partida necesario, por supuesto, es la carta constitucional toda vez que la
misma constituye el fundamento del andamiaje legal en Colombia. En el artículo 19 de la
Constitución se señala que:
“Artículo 19. Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar
libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones
religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley.”
En desarrollo del citado artículo, en 1994 se expidió la ley 133 Por la cual se desarrolla
el Decreto de Libertad Religiosa y de Cultos, reconocido en el artículo 19 de la Constitución
Política. Frente a los elementos que vale la pena destacar de esta norma, y las normas que la
desarrollan, en primer lugar, el Artículo 2do establece que:
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
El Poder Público protegerá a las personas en sus creencias, así como a las Iglesias y
confesiones religiosas y facilitará la participación de éstas y aquellas en la consecución
del bien común. De igual manera, mantendrá relaciones armónicas y de común
entendimiento con las Iglesias y confesiones religiosas existentes en la sociedad
colombiana.
Más adelante se expresa, en el Artículo 7º. los derechos que le son propios a las
organizaciones religiosas:
Artículo 7º.- El derecho de libertad religiosa y de cultos, igualmente comprende, entre otros, los
siguientes derechos de las Iglesias y confesiones religiosas:
a. De establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos y de que sean respetados
su destinación religiosa y su carácter confesional específico;
b. De ejercer libremente su propio ministerio; conferir órdenes religiosas, designar para los
cargos pastorales; comunicarse y mantener relaciones, sea en el territorio nacional o en el
extranjero, con sus fieles, con otras Iglesias o confesiones religiosas y con sus propias
organizaciones;
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
De los mencionados derechos, vale la pena destacar algunos que autorizan a que estas
comunidades puedan realizar actividades económicas. La producción de publicaciones, o la
existencia de instituciones de formación y estudios teológicos, entre otras, permiten evidenciar
que de cierta forma se autoriza desde la Constitución a actividades que permitan el lucro de las
comunidades religiosas. Esto tiene relevancia si se tiene en cuenta que, muchas veces, estas
comunidades no están obligadas al pago de impuesto.
Adicional a lo anterior, el artículo 9º establece las condiciones bajo las cuales estas
instituciones pueden obtener su personería jurídica, de lo que es importante destacar la
documentación que debe acreditar la comunidad religiosa para su reconocimiento por parte del
Ministerio del Interior. Sin embargo, no se establece en que momento, en términos de tamaño de
la iglesia (seguidores, miembros, antigüedad) se otorgará la personería jurídica. La relevancia de
esto está dada en términos de las condiciones y requisitos que se les exigen a las comunidades
religiosas para el reconocimiento de su personería jurídica. Además, con la relación que esto
pueda tener con la existencia de un mayor número de comunidades religiosas.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Artículo 23. Áreas obligatorias y fundamentales. Para el logro de los objetivos de la educación
básica se establecen áreas obligatorias y fundamentales del conocimiento y de la formación que
necesariamente se tendrán que ofrecer de acuerdo con el currículo y el Proyecto Educativo
Institucional. Los grupos de áreas obligatorias y fundamentales que comprenderán un mínimo
del 80% del plan de estudios, son los siguientes:
Artículo 24. Educación Religiosa. Se garantiza el derecho a recibir educación religiosa; los
establecimientos educativos la establecerán sin perjuicio de las garantías constitucionales de
libertad de conciencia, libertad de cultos y el derecho de los padres de familia de escoger el tipo
de educación para sus hijos menores, así como del precepto constitucional según el cual en los
establecimientos del Estado ninguna persona podrá ser obligada a recibir educación religiosa.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Vale la pena señalar que, de cierta forma, lo expuesto permite pensar que las
comunidades religiosas, en su rol educativo, se encuentran prestando un servicio público. Se
podrían llegar a considerar como particulares en cumplimiento de función pública. Ello es
relevante si se mira a la luz de la mención que se hizo a las actividades que permiten a las
iglesias lucrarse. Al tener recursos financieros propios suficientes las iglesias pueden prestar el
servicio educativo, lo que, de la mano de la incapacidad en muchos casos del Estado para prestar
dicho servicio, evidencia un escenario en el que las comunidades religiosas actúan como
facilitadoras del logro de los fines del Estado.
Lo anterior en sí mismo no puede considerarse como algo malo, pues lel facilitar el
cumplimiento de las funciones estatales actúa en beneficio de la población. Sin embargo,
situaciones problemáticas podrían emerger al ejercer cierta presión de carácter político por parte
de las comunidades religiosas que cuentan con establecimientos educativos sobre el Estado, dada
la falta de recursos de este último para prestar servicios educativos.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
La exposición de estas normas no tiene otro fin que el de evidenciar como, en el ejercicio
de su función legislativa, el Estado genera condiciones que se constituyen como favorables para
la existencia de diversas comunidades religiosas. Principios políticos, como el de igualdad, o
económicos, como el de libre mercado, que constituyen doctrina para el accionar estatal,
sustentan la expedición de normas como las expuestas. No se puede negar, de igual forma, que el
Estado está compuesto por seres humanos y los mismos, en su condición humana, tienen facetas
subjetivas que operan e influyen en sus decisiones. No resulta extraño, entonces, que cuestiones
como la fe encuentren sustento e impulso en el andamiaje normativo.
5.1.2 Jurisprudencia que evidencia la crisis conceptual del Estado laico en Colombia
Ahora bien, con la intensión de dilucidar de manera más adecuada los argumentos
expuestos, conviene remitirse a la jurisprudencia existente en la materia. El punto de partida más
adecuado, en este aspecto, es la Sentencia T-200 de 1995. Al ser una sentencia tipo T
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
encima del poder Estatal. Vale la pena señalar que, en muchas ocasiones, la iglesia conceptúa u
opina sobre asuntos que son del resorte del aparato estatal, en cuyo caso parece no erigirse
problema. Sin embargo, en la otra vía parece existir una gran resistencia para que posiciones
estatales tengan injerencia en el ejercicio de la fe. Ello sin duda lleva a preguntarse si, abogando
a su fuero, las comunidades religiosas, su organización interna, sus prácticas son o no son ajenas
al orden constitucional y legal establecido en determinado territorio.
Por tanto, en la esfera de su interioridad inalienable, cada uno resuelve con autonomía aquello
que habrá de configurar su fe religiosa, su concepción sobre la divinidad, los principios de su
comportamiento frente a ella y su aceptación o rechazo a los símbolos que la representan. En el
campo de esta libertad hay lugar, inclusive, para no creer en nada, si tal es el resultado del
proceso interior mediante el cual se fija la posición de la persona frente a los temas espirituales
[…]. La Constitución garantiza, entonces, la libertad de cultos (Artículo 19), en cuya virtud toda
persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o
colectiva. […] Estas libertades no son absolutas. Encuentran sus límites en el imperio del orden
jurídico, en el interés público y en los derechos de los demás. Su ejercicio abusivo, como el de
cualquier otro derecho, está expresamente proscrito por el artículo 95, numeral 1, de la
Constitución […] Esta Sala añade a lo ya dicho que el satanismo y las prácticas mágicas o
supersticiosas no pueden constituir expresión ni forma de la libertad de cultos, en cuanto por
definición contradicen la idea de la divinidad, son esencialmente opuestas a la religión y, por
ende, en ellas no puede ampararse nadie, como si hiciera ejercicio de un derecho constitucional,
menos todavía si comportan violación o amenaza de derechos fundamentales […] Todas las
congregaciones, independientemente de su origen y de los principios que las inspiren, gozan ante
el Estado colombiano de las mismas garantías y pueden ejercer, dentro de los aludidos límites, su
actividad pastoral y las gestiones encaminadas a la realización de los fines que les son propios
[…] Las decisiones de tales autoridades, dentro de las competencias que la propia confesión
religiosa establece, son obligatorias para sus feligreses en la medida en que sus ordenamientos
internos lo dispongan. De la misma manera, las religiones gozan de libertad para establecer
requisitos y exigencias en el campo relativo al reconocimiento de dignidades y jerarquías así
como en lo referente a los sacramentos, ritos y ceremonias […].Por lo que respecta a los
matrimonios, la normatividad civil acoge lo que en el seno de la respectiva religión se haya
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
dispuesto para la validez de los vínculos que se establezcan, sin entrar en controversia acerca de
los requisitos y trámites de orden sacramental que las autoridades eclesiásticas y las normas por
ellas expedidas hayan previsto. La actitud del Estado consiste apenas en tomar como punto de
referencia lo que certifiquen los respectivos funcionarios eclesiásticos, con el fin de que lo
actuado, según las prescripciones religiosas, tenga consecuencias en el terreno civil, como lo
dispongan las leyes […] En asuntos como el examinado, la Iglesia Católica -como todas las
religiones que operan en Colombia- puede señalar, sin autorización del Estado, de acuerdo con
los lineamientos fundamentales de la fe religiosa y de conformidad con las decisiones de sus
propias autoridades, las condiciones y requisitos que deben cumplirse para acceder a los
sacramentos, que son elementos típicamente religiosos en cuya administración no intervine la
potestad civil, ni para impedirla ni para propiciarla […] La acción de tutela instaurada en este
caso resultaba, por ello, del todo improcedente, como bien lo afirmaron los tribunales de
instancia. De haber sido despachada favorablemente la demanda, el Estado habría desbordado
los límites de su jurisdicción, invadiendo una que le es totalmente extraña. Ella no solamente está
fuera de cualquier ordenamiento positivo, sino que escapa inclusive al ámbito temporal en
cuanto únicamente tiene relevancia y efectos en el campo de los asuntos espirituales […]. (Corte
Constitucional, T-200, 1995)
Varios son los elementos a rescatar de los apartados expuestos; en primer lugar, más allá
de la decisión, pues le asiste razón a la corte en varios de los argumentos expuestos, lo relevante
para el análisis es la mención que se hace en algunos de los apartados a situaciones deseables que
permiten entrever una posición tomada por el Estado.
El problema de lo anterior radica en una cuestión de legitimidad del Estado. Como bien lo
menciona la Corte, gran parte de la población práctica algún tipo de fe y podría verse
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Lo expresado por la Corte constituye sustento suficiente para pensar que la religión y por
definición las comunidades religiosas no son ajenas al orden jurídico y al poder del Estado, a
pesar de lo cual efectivamente existe espacios en los que las comunidades religiosas son
independientes del Estado y sus regulaciones.
Ello se resalta para señalar que, en cierta forma, en escenarios puntales el poder religioso
no está supeditado sino a la par del poder estatal y sus decisiones no pueden menoscabar la del
otro. La cuestión problemática radica en que el bienestar, en sentido material y abstracto, de una
persona es uno solo y ambos poderes concurren en su garantía, a pesar de que los mismos no
estén de acuerdo o, como en este caso, establezcan limitaciones a la injerencia de uno en el otro.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
principio en virtud del cual no pueden aceptarse estas prácticas. Como se dijo, tal principio
puede obedecer a motivaciones o bien objetivas o bien subjetivas. Los matices de esta cuestión
no son objeto de este documento, basta con saber que efectivamente la Corte establece este tipo
de posiciones como sustento de sus pronunciamientos.
Así las cosas, dentro de los Cargos incorporados en la citada Sentencia se hace mención a
la petición de declarar inexequibles los artículos 23, 24 y 92 de la ley 114 de 1994, relacionados
con la libertad religiosa, dado que los mismos atentan contra el derecho fundamental a la libertad
de conciencia y culto.
La neutralidad del Estado frente a los asuntos religiosos, no implica indiferencia absoluta en la
materia y no es "contraria al privilegio igualitario de las religiones frente a los no creyentes".
Las normas, por ende, son exequibles, siempre que se respete una igualdad de oportunidades "en
la oferta educativa entre las diversas religiones" y no se utilice la coerción para obligar a los
educandos a asistir a las clases correspondientes.
Las normas son exequibles como quiera que ellas sólo obligan a "ofrecer" la educación religiosa
y se abstienen de imponerla. La ley es competente para intervenir en el currículo y señalar las
áreas que el mismo debe cubrir (CP arts. 67, 150-23 y 189-21). Adicionalmente, Colombia "es
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
La Ley Estatutaria 133 de 1994" por la cual se desarrolla el derecho de libertad religiosa y de
cultos, reconocido en el artículo 19 de la Constitución Política ", contiene las siguientes
disposiciones que aclaran la presente controversia:
ARTICULO 6o. La libertad religiosa y de cultos garantizada por la Constitución comprende, con
la consiguiente autonomía jurídica e inmunidad de coacción, entre otros, los derechos de toda
persona:
(...)
g) De recibir e impartir enseñanza e información religiosa, ya sea oralmente, por escrito o por
cualquier otro procedimiento, a quien desee recibirla; de recibir esa enseñanza e información o
rehusarla;
h) De elegir para sí y los padres para los menores o los incapaces bajo su dependencia, dentro y
fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral según sus propias convicciones. Para este
efecto, los establecimientos docentes ofrecerán educación religiosa y moral a los educandos de
acuerdo con la enseñanza de la religión a la que pertenecen, sin perjuicio de su derecho de no ser
obligados a recibirla. La voluntad de no recibir enseñanza religiosa y moral podrá ser
manifestada en el acto de matrícula por el alumno mayor de edad o los padres o curadores del
menor o del incapaz;
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
"Por lo que se refiere al literal h) del mismo artículo 6o. del Proyecto de Ley Estatutaria de
Libertad Religiosa y de Cultos que se examina en esta oportunidad, la Corte declarara su
exequibilidad, bajo el entendimiento de que la libertad religiosa que se reconoce, debe ser
plenamente garantizada en el sentido de que en ningún caso se puede condicionar la matricula del
estudiante; en consecuencia se debe respetar lo prescrito en el ordinal g) del mismo artículo que
reitera expresamente, con relación a la enseñanza y educación religiosa, el derecho de toda
persona a recibirla o a rehusarla".
Finalmente, la adecuada formación religiosa, como meta educativa, sólo puede erigirse en
objetivo digno de ser perseguido para aquellas personas que libremente acepten recibir dentro
de su plan de estudios la anotada educación religiosa, no así para quienes la rehusen. Si existe
libertad para inscribirse en esta clase de cursos, no es posible que con carácter prescriptivo
general se postule como ideal educativo la adecuada formación religiosa. Por lo expuesto, la
Corte declarará la constitucionalidad condicionada de la expresión "religiosos" que aparece en
el artículo 92 de la ley 115 de 1994. En todo lo demás, no se observa quebranto alguno a la
Constitución.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
efectivamente se expresa el deseo de recibir la misma. Caso contrario no puede ser obligada una
persona a recibir tal educación. Señala la Corte:
En primer lugar, el supuesto del que parte lo expuesto por la corte es que existe la posibilidad de
recibir educación si así se desea y en el marco de la fe y la prácticas religiosas que se profesan;
sin embargo, y como en muchas otras ocasiones sucede con pronunciamientos de la corte, tal
supuesto desconoce la realización material del supuesto. En sentido formal, efectivamente, se
puede o no se puede optar por recibir educación religiosa, y si se opta por recibirla se puede
hacer en el marco de la fe y las prácticas religiosas propias; pero, en un sentido material, al
revisar el diseño del servicio se encuentra que, en primer lugar, existe una oferta en la que
predomina la educación religiosa en la fé católica, lo que por supuesto tiene que ver con que la
mayoría de la población profesa dicha fe, a pesar de lo cual, parece ser menor la oferta
educativa religiosa de otras confesiones. Este fenómeno puede notarse igualmente en otros
escenarios como el de la alimentación en colegios públicos en los que la dieta ofrecida no
reconoce diferencias en la práctica religiosa del educando, quien puede por ejemplo ser
practicante del islam y por tanto tener restricciones al consumo de ciertos alimentos como la
carne de cerno, entre otros. En todo caso, en la práctica, la realización del supuesto expresado
por la corte no puede estar más lejos de la realidad. En segundo lugar, el diseño del servicio está
marcado, en muchas instituciones educativas por la obligatoriedad de recibir la catedra
religiosa, condición sine qua non para completar los logros académicos y los ciclos educativos.
Ello resulta a todas luces problemáticos tanto por el punto anterior, que no existe pluralidad en
la oferta de educación religiosa, como por el hecho de que puede existir personas que
abiertamente manifiesten no profesar ninguna religión y por tanto no deberían ser obligados a
recibir la catedra. Ahora bien, un segundo escenario de discusión en el que, como se dijo, la
corte parece no querer pronunciarse de fondo, es el hecho de que en el marco de lo expuesto la
corte reafirma que nadie podrá ser obligado a recibir educación religiosa al tiempo que
establece que en el caso de un menor de edad la decisión es de los padres. La cuestión aquí por
supuesto es zanjada rápidamente al señalar la mayoría de edad como la edad en la que se
adquiere decisión propia en sentido legal, a pesar de lo cual no deja de surgir la cuestión por la
objeción de conciencia del menor, en caso de no querer recibir la educación, o la afectación a la
que se ve sometido si es practicante de una confesión y recibe educación de otra.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
En todo caso, los hechos planteados suscitan una cuestión de mayor amplitud y
pertinencia para el análisis, relacionada con si es o no adecuado recibir educación religiosa como
núcleo obligatorio de la formación básica, además de poner en tela de juicio el contenido de
dicha educación. En cierto sentido, el valor intrínseco que se le ha dado a este tipo de educación
es la formación de valores y de moral en quienes la reciben; sin embargo, la pregunta que se le
puede plantear al Estado es lo que se debe entender como educación religiosa. Sería interesante
el ejercicio de una educación religiosa cuyo contenido se centre en aspectos como historia de la
religión, religión y poder político, entre otros, en general estudios sobre religión que no se
centren y que a la vez no atenten contra los contenidos propios de cada confesión, relegando la
educación en los preceptos de la fe, sus valores y su moral al hogar.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Estas comunidades pueden influir de manera directa, a través de la influencia sobre fieles
cuyo rol les permite incidir en las normas o en las preferencias de los poderes públicos, o
indirectamente, a través del cumplimiento de labores que ayudan al Estado a realizar sus fines.
Conviene ahora continuar por realizar el mismo ejercicio, ya no desde el punto de vista
normativo y jurisprudencial, sino desde el punto de vista institucional.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Así las cosas, no es extraño pensar en que la religión, enmarcada en tradiciones culturales
de la población, se constituye en una de las instituciones de mayor influencia en la sociedad y en
los individuos. En primer lugar, los preceptos religiosos efectivamente se imprimen fácilmente
en el comportamiento dado que los mismos se alojan en la fe de las persona, es decir, en una
cuestión eminentemente subjetiva que surge en cada individuo. De esta forma, conquistan
fácilmente el lugar del hábito, y la costumbre que permiten que empiecen a regular el
comportamiento. La religión se institucionaliza en tanto regla de juego al entrar fácilmente en el
espacio de lo íntimo y desde allí comenzar a regular el comportamiento de las personas que son
practicantes de una u otra confesión.
Son dos las formas en las que, en tanto organizaciones, las instituciones relacionadas con
la religión logran ejercer influencia sobre los comportamientos de la sociedad. De una parte, la
organización religiosa per se; diferentes confesiones religiosas tienen diferentes jerarquías,
criterios de admisibilidad, reglas, rituales, etc.. En suma, cada fe tiene su propia organización. Si
se entiende esta organización como un caso particular de institución, entonces es posible
aproximarse a la razón por la cual las instituciones religiosas, sea cual sea la confesión, logran
erigirse y sostenerse a pesar de la existencia de otras organizaciones institucionalizadas como las
estatales. Las instituciones religiosas logran sostenerse y difundirse de forma tan efectiva al
contar con una base muy sólida en el comportamiento propio de los individuos. De esta forma, es
cada persona la que en el últimas, desde su propio ejercicio de toma de decisión, abandera una u
otra institución religiosa respecto de la cual considera que efectivamente representa el deber ser o
el fin a alcanzar.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Así las cosas, la legalidad erige a la Cnstitución, el orden jurídico-legal, y al Estado como
instituciones socialmente reconocidas y de fácil adhesión al orden social. La legitimidad por su
parte reconoce tales instituciones como tal, les confiere esa especie de aprobación que constituye
condición sine qua non del ejercicio del poder que se deriva de tal reconocimiento. Lo que es
más relevante para el caso es la legalidad toda vez que la misma surge de expectativas y
creencias subjetivas propias de la población.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
autoridades religiosas sobre problemas y decisiones que son de la esfera de lo estatal, o que
aprueben decisiones públicas, tomadas por agentes del Estado, que están claramente
influenciadas por la religión.
En el caso particular de Colombia, lo anterior es cierto y más aún es muy notorio. Las
instituciones en tanto reglas de juego tienen una gran influencia y las instituciones en tanto
organizaciones tienen a estar al servicio de posturas individuales o de grupos en particular que
definen la postura que el Estado toma. Kalmanovitz expresa ello de una forma adecuada en los
siguientes términos:
Las instituciones son las reglas de juego de una sociedad: encausan el desarrollo económico, pero
son también un resultado histórico o “dependen del pasado”. Las instituciones están influidas por
las ideologías legales y religiosas que dan lugar a una ética pública, por la evolución de una
estructura social y familiar que internaliza esa forma de comportamiento y por el desarrollo de
unos mercados. En el caso colombiano podemos observar que surgen de procesos conflictivos de
constitución de la nación en los cuales el Estado no ha logrado el monopolio de la violencia ni de
la fiscalidad, que en la concepción de Norbert Elías son condiciones necesarias para la
constitución del estado moderno. Las instituciones no se auto-validan, o sea que los compromisos
públicos o la misma ley no siempre se cumplen porque no hay suficientes balances y
contrabalances entre los distintos poderes públicos. Una peculiaridad de las instituciones
colombianas que reflejan el proceso incompleto de construcción del Estado es que muchos de los
agentes no cumplen las reglas contenidas en ellas. La ley se acata, pero no se cumple, el crimen
no se castiga, el contrabando se tolera y las luces de los semáforos son interpretadas
arbitrariamente por los conductores (Kalmanovitz, 1999).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
El primero de estos hechos, con la venia y la excusa del lector por la obviedad del
ejemplo, es el del ex procurador Alejandro Ordoñez. Un artículo publicado en Las2Orillas, cuyo
autor claramente tiene una posición crítica hacia las posturas tomadas por Ordoñez, presenta una
descripción adecuada de este caso:
Desde el primer día en que Alejandro Ordóñez llegó a su despacho en la Procuraduría hace ya casi
cinco años, la oficina y los pasillos contiguos fueron invadidos por crucifijos, camándulas,
estampillas y, sobre todo, ángeles de colores y formas distintas. Desde su escritorio no se ve un
lugar que no tenga un elemento religioso. Al poner los íconos en su despacho, el 15 enero de
2009, retiró el cuadro de Francisco de Paula de Santander, el hombre de las leyes, para
reemplazarlo por un crucifijo del cuerpo de Cristo, con el INRI resplandeciente en la parte superior
de la cruz. Había hecho el mismo ritual cuando se posesionó como presidente del Consejo de Estado.
{…} Antes de ser elegido en el cargo ya se había opuesto en público y con fiereza contra la
posibilidad de que las mujeres pudieran detener el embarazo en cualquier circunstancia y no dudó en
demandar al director de la revista SoHo por la representación gráfica de La última cena, en la que
figuras de la política, la cultura y el periodismo suplantaron a los apóstoles y Alejandra Azcárate
a Jesús. De joven, como estudiante del Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga, quemó
libros de autores de la literatura universal, como Diego Hurtado de Mendoza, Gustave Flaubert,
Víctor Hugo, Thomas Mann, Jean-Jacques Rousseau y Marcel Proust, que reposaban en la Biblioteca
Pública Gabriel Turbay, el día de la celebración de la Virgen María. {…} Ordóñez se ha batido a
fondo en busca que una reforma constitucional asegurara la prohibición definitiva del aborto sin
excepciones. En el primer paso fue derrotado en la Comisión Primera del Senado, pero seguirá
insistiendo de la mano de senadores y representantes a la Cámara del ala más ultra conservadora. En
esa misma línea ha combatido la adopción de las parejas del mismo sexo y quiere llegar incluso
hasta la supresión del matrimonio civil. En su momento se ha opuesto también al trámite de la ley
que reglamentaría el derecho de los enfermos terminales a disponer sobre el final de sus vidas, como
lo había posibilitado la ponencia del entonces magistrado Carlos Gaviria Díaz en la sentencia C-367
de 1997. {…} Ordóñez también pertenece a la Orden de la Legitimidad Proscrita, una especie de
comunidad secreta dentro del ala extrema y más radical de la iglesia católica. Ese grupo hace de la
política una herramienta para expandir el ideario católico radical, asociado al respeto a la vida sin
consideración alguna y el rechazo irrestricto a la homosexualidad. Esas posiciones las dejó
consignadas en su libro ‘El Desarrollo de nuestra animalidad’. (Olivares, 2013).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Esta misma línea de argumentación es compartida por revista semana, quien expuso en
una ocasión el caso de Ordoñez en los siguientes términos:
En lo que más dio de qué hablar, sin embargo, fue en los temas que tenían que ver con sus
convicciones religiosas. El procurador se convirtió en un antagonista ideal para todos los debates
que tenían que ver con las libertades: el aborto, la eutanasia, la legalización de la droga, entre
otros. Y fue en estas discusiones en las cuáles encendió más polémica. Mientras una parte de la
opinión pública criticaba su visión por ser regresiva en materia de derechos, la gran mayoría de
los colombianos en esos temas estaba de acuerdo con él. Muchas de sus frases son memorables.
Cuando lo criticaron por dejar que su fe influyera en su labor en la procuraduría contestó: “No me
dejen caer en la hoguera preparada por los inquisidores posmodernos”. Para criticar a la prensa
dijo alguna vez que “muchos periodistas, entre porro y porro y entre pase y pase (…),
estigmatizan”. A los simpatizantes de las FARC los retó a que “salgan del clóset” y cuando le
hablaron del Marco Jurídico para la Paz dijo indignado que el gobierno “nos lo está metiendo con
vaselina”. (Revista Semana, 2016)
Incluso en una ocasión arremetió a título personal contra el ministro Alejandro Gaviria,
como bien lo expresa noticias caracol al decir:
El ex procurador respondió a señalamientos que Minsalud hizo en entrevista con Noticias Caracol
y acusó al Gobierno de estar en contra de los valores cristianos. “Lo del ministro Gaviria es
importante por varias razones, primero porque se salió del clóset manifestado públicamente su
ateísmo (…) pero lo importante es que devela la razón de ser del Gobierno, devela la agenda del
Gobierno en estas materias de carácter cultural, ese fanatismo laicista, fanatismo agnóstico”,
aseguró. (Caracol noticias, 2017).
Tres son las cosas que saltan a la vista en estas intervenciones, en primer lugar, es claro
que el procurador tiene una fuerte tendencia religiosa, hecho que en sí mismo no puede ser
categorizado bajo un juicio de valor de bueno o malo pues, en todo caso, se trata de una decisión
personal. El problema surge en los otros dos elementos a destacar: Las decisiones del procurador
están influenciadas, al menos en parte, por su postura religiosa y, adicionalmente, tales
decisiones y en general sus pronunciamientos arremeten de forma directa contra decisiones y
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
posturas estatales, o de otros actores, que definen toda una gama de derechos que pretenden
defender una u otra causa que socialmente puede llegar a considerarse como justa.
Así las cosas, la tensión se hace más fuerte cuando otras instituciones, como la ciencia,
entran a hacer contrapeso. Desde el punto de vista científico, asiste razón a la corte cuando en su
momento permitió el aborto bajo tres condiciones específicas: peligro de la vida de la madre,
malformación del feto o que dicha concepción hubiese sido objeto de violación. La ciencia pudo
exponer argumentos suficientes, con evidencia empírica, al respecto de porque la corte debería
haber tomado esta decisión. De igual forma la institución que conforma la ley permitió fallar en
este sentido. A pesar de todo lo anterior, fue un juicio de valor, sustentado en el deber ser que
supone la fe, lo que llevo a Ordoñez a declararse en contra del aborto y a buscar el sustento legal
para su prohibición. Esto es prueba de la forma en la que cuestiones religiosas logran permear
decisiones públicas con mayor o menor intensidad.
Ahora bien, es importante señalar que esta tendencia no se limita al ejercicio de una
persona. Se hizo mención a que las organizaciones son un tipo particular de institución, en el
caso de la religión esto es también cierto. En Razón Pública se publicó un artículo en él se hace
un recuento adecuado de la forma en la que organizaciones, es decir instituciones, de origen
religioso, particularmente los pentecostales, empezar a hacer política en Colombia:
Entre 1990 y 2006 funcionó el Partido Nacional Cristiano, que tenía como principal capital
político la autoridad religiosa de los esposos César Castellanos y Claudia Rodríguez de
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
De resaltar son las reivindicaciones que estos movimientos han buscado, sobre todo
aquellas que buscan imponer un modelo de sociedad con base en su fe. Como se dijo esto en su
mismo no puede considerarse como algo malo pues es propio del ejercicio política la pugna, y
este tipo de movimientos son legítimos a la luz de una población ciertamente religiosa. Se vuelve
problemático cuando se torna en un ejercicio caprichoso, que empieza a imponer su tipo ideal
por el mero hecho de ser el que su fe defiende, desconociendo otro tipo de argumentos como los
que surgen en la ciencia o en la ley.
5.2 Apropiación privada del poder público por parte de comunidades religiosas
En el capítulo anterior se dejó sentada una base fructífera para este ejercicio, las acciones
realizadas por el ex-procurador Ordoñez dan cuenta de esa apropiación del poder público. A
través de la procuraduría, defendiendo intereses abiertamente religiosos. Partiendo de este
ejemplo que contextualiza al lector sobre la forma en la que se puede materializar esta
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
apropiación privada, conviene continuar por proponer algunos elementos que sustentan esta
afirmación de manera más certera.
5.2.1 Líderes y comunidades religiosas con influencia directa en las decisiones del Estado
A este punto ya debe ser claro para el lector que existe un favoritismo por la iglesia
católica en Colombia; siendo así, la figura del Papa es quizá la más adecuada para abrir esta
discusión. Se puede leer en la página oficial del Estado del Vaticano2:
El Estado de la Ciudad del Vaticano nació con el tratado de Letrán firmado entre la Santa Sede e
Italia el 11 de febrero de 1929, ratificado el 7 de junio del mismo año. Su personalidad como
Ente soberano de derecho público internacional, diverso de la Santa Sede, es universalmente
reconocida.
Es claro, entonces, que el líder de la iglesia católica actúa tanto bajo esta figura como
bajo la de un jefe de Estado. Ello es de suma relevancia para el presente ejercicio toda vez que,
en situaciones como la reciente visita a Colombia, las intervenciones y discusiones dadas con el
Papa no se limitan a los asuntos de la fe sino que trascienden al ámbito de lo político. Lo que se
pretende destacar es la influencia que el pronunciamiento de una autoridad eclesiástica tiene al
ser legítima, tanto desde el punto de vista de la fe como de la política. El contexto es este, y el
pronunciamiento que vale la pena destacar de la reciente visita del Papa es el que estuvo
relacionado con el proceso de paz:
Señoras y señores, tienen delante de sí una hermosa y noble misión, que es al mismo tiempo
una difícil tarea. Resuena en el corazón de cada colombiano el aliento del gran compatriota
Gabriel García Márquez: «Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono,
nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios, ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni
siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja
tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera». Es posible entonces,
continúa el escritor, «una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir
por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y
2
http://www.vaticanstate.va/content/vaticanstate/es/stato-e-governo/note-generali.html
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una
segunda oportunidad sobre la tierra» (Discurso de aceptación del premio Nobel, 1982).. (Oficina
de prensa de la Santa sede, 2017)
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Internacional y el Partido MIRA no hay ninguna diferencia, pues la primera sirve de plataforma
política. (Revista semana, 2014).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
La investigación señala que los musulmanes colombianos que han optado por esta religión como
opción espiritual, en ciertos casos y no siempre, tienen una doble recriminación a cuestas porque,
por un lado, son mirados con sospecha al abandonar el culto religioso tradicional del país; y por
otro, padecen el señalamiento de querer convertir al islam a la mayor cantidad de personas
posibles. Por eso, Novoa aclara que “Una persona musulmana no es proselitista, es decir, no
dedica tiempo ni esfuerzo en ir por ahí buscando personas que se sumen a su religión. Mucho
menos acude a la violencia para fomentar sus creencias”. (Rodríguez, 2016).
Como se puede evidenciar, si bien es cierto que existe apropiación privada del poder
público, en este caso por parte de comunidades religiosas, también es cierto que no son todas las
comunidades las que tienen esta práctica. Así, es el catolicismo y el cristianismo el seno en el
que las comunidades religiosas tienen mayor injerencia en política, lo que por supuesto está
relacionado con un mayor impacto pues son religiones con mayor número de fieles en Colombia.
Del apartado anterior vale la pena prestar especial atención al rol que practicantes de fe
tienen luego como votantes. Al igual que el apartado anterior, en este caso también se cuenta con
un adecuado punto de partida que, por supuesto, es el partido MIRA. Este movimiento, que nació
en el año 2000, y lleva 17 años de actividad política, es el reflejo más evidente de la presencia de
comunidades religiosas en la actividad política en Colombia.
Además de esto, y entendiendo que este movimiento no hace parte de las fuerzas políticas
tradicionales, es importante tener en cuenta la información reportada por el partido conservador
colombiano. De este partido se podría pensar que guarda relación con los valores que
comunidades religiosas, sobre todo católicas o cristianas, defienden. Así se puede notar al
3
La investigación completa puede ser consulado en https://www.radioteca.net/audio/3-una-mezquita-en-el-barrio-
ciudadania/audioseries/una-mezquita-en-el-barrio/
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
revisar el sitio web oficial del partido conservador, en el que es posible consultar los valores y
principios del mismo que se expresan en los siguientes términos:
Valores Conservadores
La virtud personal
La justicia social y la solidaridad.
La estabilidad, el orden y la autoridad.
La libertad y los derechos fundamentales.
El desarrollo y el crecimiento de la economía.
Habiendo dicho esto, se presenta ahora los datos electorales de 2014, tanto para Senado
como para Cámara de Representantes, entiendo estas como los máximos espacios de
representación política, para el Movimiento MIRA y el Partido Conservador. Esto se hace con el
ánimo de aproximarse a la injerencia de estos partidos en Política.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
De los datos expuestos es posible extraer varias conclusiones, de las cuales la más obvia
es que el Partido Conservador Colombiano tiene una mayor fuerza electoral que el movimiento
MIRA. Otra de las grandes conclusiones es que, en ambos casos, la mayor fuerza electoral se
encuentra hacia el centro y noroccidente del país; así, gran parte de la región andina, parte del
pacifico, y, en menor medida, parte del caribe, reportan el mayor caudal electoral de una u otra
fuerza política.
Existen casos particulares que vale la pena destacar. En el caso de elecciones a Cámara de
Representantes, tanto en Cundinamarca como en Bogotá D.C. las votaciones fueron mayores
para el movimiento MIRA que para el Partido Conservador; de igual forma, en el caso del
Caquetá y el Quindío en las votaciones para Senado. Finalmente, es destacable que, en el caso de
la elección a Cámara de Representantes, en varios casos (Bolívar, Boyacá, Guainía y Vaupés) no
se reportó ningún voto ni para una ni para otra de las dos fuerzas políticas.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Más allá del análisis político, que no es menester del presente documento, lo que vale la
pena destacar es el peso electoral que fuerzas políticas permeadas por la religión tienen. Esta
fuerza que de hecho está concentrada en zonas del país en donde están focalizadas las
actividades económicas y políticas de la nación. Departamentos como Antioquia,
Cundinamarca, o algunas zonas de la costa, dan cuenta de que existen mayor fuerza electoral de
estos movimientos en zonas donde existe mayor concentración del poder, sea este económico o
político. Por supuesto, ello requiere matizarse en función de otros aspectos.
Así, la baja votación en zonas periféricas de los llanos puede que no se deba
exclusivamente a una baja acogida de estos movimientos sino más bien a una baja presencia del
Estado. En todo caso, es claro que logran tener el caudal electoral suficiente para acceder al
poder en las zonas donde ello es más relevante, apropiando o mejor permitiendo a sus líderes
apropiarse del poder público, para el alcance de sus intereses.
Esta cuestión es tratada, en el mismo sentido, por Allan Bolívar, del medio de
comunicación alternativo “Desde Abajo”, quien, en un artículo publicado en julio de 2016,
señalo:
Otro de los aspectos más importantes de estas organizaciones, en semejanza a la Iglesia católica,
tiene que ver con el hecho que contribuyen al sostenimiento del orden político de diferentes
maneras: inculcando matrices de percepción, pensamiento y acción orientadas hacia la
legitimación y perpetuación de las estructuras políticas, o empleando su autoridad para
contrarrestar la subversión al orden dominante desde iniciativas proféticas y sectarias que puedan
presentarse. A pesar de la secularización, en la sociedad colombiana la religión se resiste a
circunscribirse a los límites de la esfera privada, y sigue actuando en la esfera pública como un
factor de presión política y social. Con pocas excepciones, la aceptación del orden político
dominante es tacita en las organizaciones religiosas pentecostales o neo pentecostales en
Colombia, a menos que las disposiciones provenientes de ámbitos de gobierno controviertan su
doctrina o la imagen de sus líderes.
Un ejemplo, quizá uno de los más adecuados, de que lo anterior efectivamente ha traído
consecuencias para la práctica política puede evidenciarse en la victoria del No en el plebiscitó
por la paz. Anteriormente se expuso la fuerza electoral de personas creyentes, reflejada en dos
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
partidos que se considera que las representan: El Conservador y el MIRA; ahora bien, ello tuvo
consecuencias cuando de votar por los acuerdos del proceso de paz se trató:
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Más aún, movimientos religiosos se suman a dicha práctica, o bien porque efectivamente
sus creencias los empujan a defender determinada postura, o bien porque sus líderes encuentran
ventajas particulares en favorecer una u otra reivindicación. Cabe decir, que habría que acotar las
cifras presentadas por estos medios de comunicación, pero ello no quiere decir que la influencia
de cuestiones religiosas en la victoria del “NO” no haya existido.
En todo caso, lo que estas cifras presentadas, de la mano de hechos que efectivamente
ocurrieron, dejan en claro es que las comunidades religiosas en Colombia, directa o
indirectamente, tienen un amplio poder electoral. Tal capacidad actúa o bien en beneficio de
ideales sesgados por la fe o bien en beneficio de los líderes de dichas comunidades u otros
líderes del país. Estos lideres, a expensas de la fe y las creencias de los fieles, logran acceder al
poder estatal del que ya se ha visto goza de ciertas facultades particulares que lo hacen deseable,
y desde allí logran realizar sus intereses.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Bogotá D.C., en particular las iglesias pentecostales. En este estudio, estableció algunas
categorías de análisis que vale la pena traer a colación para efectos de entender como la fe
efectivamente se ha relacionado con las empresas y, más aún, como la fe se empezó a tratar
como un negocio en sí mismo.
En palabras de Beltrán:
[Al respecto de las mega-iglesias] son de corte pentecostal o neopentecostal. Podemos afirmar
que el movimiento pentecostal representa la segunda fuerza religiosa en la ciudad después de la
iglesia católica, ocupando el lugar de predominio en el campo religioso secundario. {…] El
pentecostalismo representa una forma de religiosidad cálida y afectiva en la que la experiencia
personal con lo sagrado "sentir la presencia de Dios o la llenura del Espíritu Santo" predomina
sobre la necesidad de aprender una doctrina sistemática. Esta preponderancia de la emoción sobre
la razón hace que los pentecostales sospechen de los desarrollos teológicos complejos (tendencia
antiintelectualista) y anhelen una doctrina sencilla. […] Las organizaciones mencionadas están
dirigidas por pastores carismáticos que además de ser elocuentes oradores son especialmente
hábiles en el manejo de multitudes y en el uso de los medios masivos de comunicación, a esto se
suma sus destacadas habilidades administrativas. Estos líderes carismáticos basan su autoridad en
el hecho de ser los legítimos portadores de la revelación divina y los dones espirituales, autoridad
que no necesita hacer referencia a la tradición o el dogma. Además de esta autoridad carismática
estos líderes cuentan con la legitimidad propia de ser los fundadores de la organización que
dirigen, por lo tanto, son a la vez "pastores, gerentes y fundadores" de su propia organización
religiosas (Beltrán, 2003).
Además de las mega-iglesias mencionadas, existen otras categorías que Beltrán incluye
en su análisis que vale la pena traer a presente:
Siguiendo de cerca a las mega-iglesias, ubicamos en el segundo renglón del campo religioso
secundario en Bogotá a organizaciones internacionales inmensamente ricas y multitudinarias que
se han agrupado bajo el rótulo de multinacionales de la fe. {…} En esta categoría ubicamos
gigantescas organizaciones religiosas que ofrecen sus bienes simbólicos de salvación y sus
servicios religiosos en diversos países del mundo. Se caracterizan por contar con una
organización mundial centralizada, y por implementar idénticas estrategias en todas sus sedes,
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
En primer lugar, como resulta obvio, la metáfora transversal al artículo utilizada por
Beltrán permite evidenciar las prácticas de estas comunidades. Utilizar categorías propias del
sector empresarial para describir a estas comunidades permite que el análisis atienda a
características que de otra forma no sería fácil evidenciar. Dicho esto, es a todas voces obvio que
fieles de estas comunidades otorgan dinero a las mismas, a través de figuras como el diezmo o la
donación. Si ello se multiplicase por el número de fieles, luego por el número de congregaciones
y luego por los países o regiones donde determinada comunidad tiene sedes, se podría ver como
efectivamente existe un gran flujo de capital en el seno de estas comunidades.
En segundo lugar, no es correcto afirmar que este fenómeno sea exclusivo de los
pentecostales, a pesar de que si es cierto que es en ellos donde más escala ha tenido. Instituciones
como El Instituto para las Obras de Religión, comúnmente conocido como el Banco del Vaticano,
dan cuenta de que en el catolicismo también existen grandes flujos de capital y recursos que
sostienen a esta comunidad, y a sus líderes.
Ahora bien, otra de las formas que se mencionó que permiten a estas comunidades
lucrarse es la generación directa de empresas; al respecto, la tabla presentada abajo expone
aquellas empresas relacionadas con mega iglesias.
En la tabla se puede notar como varias comunidades pentecostales tienen una relación
directa con empresas y negocios, que por supuesto les reportan beneficios. Medios de
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Lo que se pretende con todo esto es señalar que las comunidades religiosas no solo tienen
una faceta religiosa, sino también una faceta política y una faceta económica. Comunidades de fe,
que actúan como nichos electorales y como empresas, han mercantilizado y utilizado la práctica de
creencia de las personas para el logro de fines que no están necesariamente relacionados con el
bienestar general, no solo en sentido social sino en el de la comunidad de fieles.
Más bien se trata de lucro y acumulación de poder para algunos, lideres, gerentes,
fundadores, entre otros, que son cabezas de estas comunidades y que a través del “negocio” han
logrado realizar sus intereses vendiendo un discurso de salvación, de cercanía con Dios, que no es
otra cosa que un ejercicio de manipulación de la subjetividad propia de personas que habitan en un
país evidentemente religioso.
No sobra mencionar que comunidades católicas también realizan este tipo de prácticas.
Así, la Compañía de Jesús, comumente conocida como Jesuita, constituye un grupo económico de
peso en Colombia:
La Compañía de Jesús ha vuelto a sonar gracias a la elección de Francisco como el nuevo Papa.
Se trata del primer Sumo Pontífice de esa orden religiosa. Los Jesuitas no solo han sido activos en
materia religiosa, en Colombia han tenido presencia en el sector financiero, la educación, la
investigación y las iniciativas sociales a través de importantes empresas como la Fundación
Social, que cuenta con siete compañías dentro de las cuales están el Banco Caja Social y la
Fiduciaria Colmena, entre otras, actualmente en manos de laicos, pero que nacieron como parte
del trabajo de los Jesuitas. Ellos lideran en Colombia la Universidad Javeriana y 11 colegios entre
los que se destacan el San Luis Gonzaga y el San Bartolomé la Merced. En el sector salud tiene el
Hospital San Ignacio de Bogotá y la Clínica Cardiovascular de Medellín. Igualmente cuenta con
un grupo importante de instituciones de investigación social e iniciativas sociales como el Cinep
y Servivienda. Los Jesuitas en Colombia son un verdadero conglomerado económico (Revista
Dinero, 2013).
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Además, en Colombia hay siete IES que llevan el nombre de "Católica", seis de las cuales están
regentadas por unidades de la Iglesia: 1) La Corporación Tecnológica Católica de Occidente -
TECOC, de la ilesia arquidiocesana de Santa Fe de Antioquia. 2) La Fundación Universitaria
Católica del Norte (Virtual), de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, en el Norte de Antioquia. 3)
La Fundación Universitaria Católica Lumen Gentium, fundada por la Arquidiócesis de Cali. 4) La
Universidad Católica de Manizales, del Magisterio de la Iglesia y el Carisma Congregacional de
las Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen. 5) La
Universidad Católica de Oriente, en Rionegro (Antioquia) y perteneciente a la Diócesis de
Sonsón-Rionegro. 6) La Universidad Católica de Pereira (antes Católica Popular de Risaralda), de
la Diócesis de Pereira. Admirativamente la Universidad Católica de Colombia no pertenece
formalmente a la Iglesia, y fue fundada y es dirigida por laicos, en una situación similar a la que
actualmente tiene la Universidad del Rosario. Igualmente hay IES como la Fundación
Universitaria del Espinal Monseñor Abraham Escudero Montoya FUNDES, creada y orientada
por la Diócesis de El Espinal Tolima, al igual que la Fundación Universitaria Juan de Castellanos,
de la Arquidiócesis de Tunja; y la Institución Universitaria Salazar y Herrera, de la Arquidiócesis
de Medellín. También existen universidades que abiertamente son católicas y están regentadas
por diversas congregaciones, comunidades religiosas y prelaturas como, por ejemplo, el Minuto
de Dios, la Salle, la San Buenaventura, la Santo Tomás de Aquino, la Corporación Universitaria
Lasallista, la Unicervantina, la Fundación Univeristaria San Alfonso, la Fundación Universitaria
Luis Amigó, la Institución Universitaria María Goretti, y La Sabana. Finalmente, se hallan IES
que son religiosas pero no adscritas al cristianismo católico como, por ejemplo, la Corporación
Universitaria Adventista, el Seminario Teológico Bautista Internacional, el Seminario Bíblico de
Colombia y la Corporación Cristiana de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Fuente: https:/www.desdeabajo.info/component/k2/item/29263-los-rostros-otros-de-las-iglesias-protestante-en-bogota.html
Dicho esto, el propósito de este capítulo es el de evidenciar como esto es cierto en el caso
particular de la religión, es decir, como la misma se ha impreso en la cultura y la costumbre de las
personas, erigiéndose como regla que determina, en mayor o menor medida, su actuación.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Al respecto, según los registros del Ministerio del interior, entidad encargada de registrar
a las organizaciones religiosas no católicas en Colombia, en el país existen actualmente 6446
iglesias no católicas registradas. De los datos revisados es posible anotar como dato interesante
que en 2010 y 2011 hubo un alza considerable en el número de iglesias que se registraron; en todo
caso, entre 1995 y 2017, en cada uno de los años se registraron nuevas iglesias en el país.
Fuente: Elaboración propia con base en datos del Ministerio del Interior.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Este mapa pone en evidencia como la iglesia católica en Colombia tiene una gran
presencia, lo que se debe en gran medida a los procesos de evangelización propios de la colonia,
la tradición histórica derivada de tales procesos y las ventajas que hoy día tiene esta comunidad
religiosa debido precisamente a esa tradición.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
Es importante tener en cuenta que no se incluyen en la encuesta los años anteriores dado
que a partir de 2015 el DANE cambio la formulación de la pregunta por la participación en estas
organizaciones. Otrora, la pregunta se limitaba a responder Si o No; sin embargo, a partir de
2015 la pregunta incluyo variables como si se participa de las mismas una vez a la semana, al
mes, entre otras, por lo que comparar datos antes y después de este cambio en la metodología
puede desembocar en un error de medición.
En todo caso, es posible notar como existe una gran influencia de las comunidades
religiosas sobre las personas, permeando a estas con discursos y dogmas que, en todo caso,
terminar por actuar como códigos de comportamiento. Tales códigos terminan por regir las
actuaciones de quienes asisten a estas comunidades.
Esta influencia esta explicada, en gran medida, por el aumento en los últimos años de las
comunidades religiosas no católicas, de la mano de la amplia presencia de la iglesia católica en el
territorio colombiano.
Aunado a esto, existe una tendencia también creciente por participar de organizaciones
religiosas, lo que corrobora la idea de que estas comunidades capturan a un gran número de
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
fieles a quienes pueden influir. Esta tendencia creciente por la participación en organizaciones
religiosas puede llegar a estar relacionada con una tendencia también creciente por la
participación en elecciones políticas, lo que requiere un ejercicio de comprobación más juicioso.
Se verá ahora una forma particular de influencia a través de la cual dogmas y doctrinas
religiosas se erigen como parte del marco cultural que subyace a los miembros de una sociedad,
en este caso la colombiana.
La institución privada puede obligar a impartir esta cátedra toda vez que se regulan por
una normatividad propia a la que los padres deciden o no acogerse. En el caos de los colegios
oficiales, existe la oportunidad de objetar conciencia para no recibir la cátedra, hecho que en
todo caso legalmente implica una serie de trámites. El propósito de este apartado es el de dar
cuenta, desde el punto de vista subjetivo y social, del porqué de esta protección a este tipo de
formación.
De entrada, es posible afirmar que, como en muchos casos, en este la educación religiosa
católica también tiene un lugar preferencial. La mayoría de colegios prefieren impartir cátedras
de educación religiosa orientadas a la formación en la doctrina y la tradición católica.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
define como un proceso de formación permanente, personal cultural y social que se fundamenta
en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus
deberes (Ministerio de Educación Nacional, 2017).
Es claro pues que la educación en Colombia comporta tanto una formación desde el punto
de vista cultural, más allá de la formación en ciencias puras u otros núcleos del conocimiento
más formales. Además de esto, la educación busca en todo caso formar integralmente a la
persona, en términos de dignidad y goce de derechos. La cuestión aquí es entonces si la
educación religiosa, sobre todo la católica, contribuye o no a ese propósito.
En educación religiosa, parece que también nuestro país ha fracasado, según se desprende de las
investigaciones realizadas en Enseñanza Religiosa Escolar (ERE). “Si la educación religiosa no se
hubiera quedado en algo memorístico, sino que realmente hubiese sido una experiencia de
formación, este país sería diferente”, dice el experto en estudios religiosos y doctor en teología José
Luis Meza Rueda, uno de los investigadores principales del estudio titulado Hacia una educación
religiosa escolar liberadora: elementos liberadores presentes en la ERE en algunas instituciones
educativas oficiales de Colombia. El profesor Meza se refiere a que, muy probablemente, un buen
porcentaje de colombianos podría recitar de memoria los diez mandamientos de la religión católica,
pero si realmente hubiéramos aprendido el ‘no matarás’, el ‘no robarás, o el ‘no mentirás’,
nuestro país no tendría los índices dramáticos de homicidios, desplazamiento forzado,
corrupción y desconfianza en el otro. El día a día nos demuestra que no aprendimos. La
investigación partió de la base de que la ERE no puede ser aséptica ni indiferente a las realidades y
dinámicas sociales, según se lee en uno de los artículos que han publicado. Anteriormente las
instituciones educativas dictaban la clase de religión y, por ser un país mayoritariamente católico,
se restringía exclusivamente a enseñar esa doctrina. Pero desde la Constitución Política de
Colombia de 1991, se garantiza la libertad de cultos (Pesquisa Pontificia Universidad Javeriana,
2015).
Varios son los elementos que se pueden extraer de este apartado. En primer lugar, es
necesario puntualizar el lugar desde el que se está hablando: Tanto la autora del artículo como el
autor de la investigación y la universidad reflejan una posición que más que atacar la educación
religiosa procuran una concepción más adecuada de la misma. Se trata pues de practicantes
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
religiosos que generan una crítica así la estructura educativa religiosa, lo que en sí mismo resulta
sumamente enriquecedor para el análisis.
Ahora bien, el fragmento expresa dos cuestiones que son relevante. Por un lado, se puede
entrever en el texto como se le otorga a la educación religiosa el papel de formadora en marcos
de valores y cuestiones morales que son fundamentales para el mejor desarrollo del ser humano.
No podría afirmarse que en sí mismo esto es malo, pues efectivamente distinguir entre el bien y
el mal, lo correcto o incorrecto, entre muchos otros pares categoriales que sustentan la vida en
sociedad es algo que es adecuado y pertinente para la formación de las personas. El segundo
asunto que se puede notar del fragmento es precisamente el que alude al problema de esto.
Una Educación Religiosa Escolar liberadora asume la finalidad de la educación religiosa como
es: de una parte, “favorecer el desarrollo integral de la persona, el logro de su propia autonomía
y el de su identidad personal y social”; y de otra, promover las dimensiones espiritual y religiosa
en su relación con la cultura, la sociedad y la religión. Como parte de este cometido, se espera
que el sujeto forme un pensamiento reflexivo, analítico y crítico sobre los problemas religiosos de
su realidad; sepa dar sentido a la existencia última de su vida; integre fe y vida en lo cotidiano;
establezca relaciones dialógicas con los otros; en últimas, viva su vocación mediante de su propia
humanización y la humanización del mundo. No obstante, para lograr lo anterior, es necesario
romper con una visión individualizada de la educación porque la persona lo es gracias a la
relación con los otros, con su contexto y con el mundo. Ahora bien, la realidad religiosa no puede
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
pensarse ajena a la realidad global; si aquélla merece un cambio, ésta también. Más aún, el
cambio que pueda ocurrir en la primera supone que algo ha sucedido en la segunda (Meza, et. al.,
2013).
La postura de Meza, junto con la de los co-investigadores que trabajaron con él, da cuenta
de elementos fundamentales para el análisis. En primer lugar, efectivamente se parte del
supuesto de que la formación religiosa juega un papel fundamental en la conformación de la
persona y el posterior desarrollo de su vida. Dicho esto, no es extraño que haya que cuestionarse
sobre la forma en la que tal papel es desempeñado.
Además de esto, Meza destaca el deber ser de la educación religiosa como parte de la
realidad cambiante. Quizá lo que llega a ser más problemático de este tipo de formación es la
enseñanza de preceptos que ya no son aplicables a la realidad actual. Hoy en día, con Francisco i
como líder de la iglesia, se han sucedido una serie de pronunciamientos que presupuesto no van
en contra de la iglesia, pero que si han abierto espacios para la inclusión de nuevos debates más
propios del mundo actual.
A lo que se pretende llegar con esto es a que la educación religiosa juega un papel
fundamental en la conformación del sujeto social. Sea por vía de los colegios o por vía del hogar,
los niños y niñas serán sujetos de esta enseñanza en un país tan abiertamente católico, que
además hoy día propende por la inclusión de nuevas prácticas religiosas. Siendo así, podría
pensarse que el problema no es la educación religiosa en si misma, al menos no en tanto camino
para la formación en valores y moral; el problema es la forma en la que esta educación es
impartida. Aulas de clase de colegios oficiales no son espacio para dictar cátedras que son más
una formación que podría dictar una parroquia que un trabajo académico adecuado.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
CONCLUSIONES
Quizá la conclusión más importante a la que puede llegar este documento es que la
cuestión de la fe constituye un elemento impreso en la cultura colombiana. Su relevancia salta a
la vista y la forma en la que permea diversos aspectos de la vida es, cuando menos, obvia. La
intención general de este documento no era otra que la de dar cuenta de cómo el poder público
estatal terminada permeándose por estas cuestiones religiosas, favoreciendo a algunos,
excluyendo a otros, en fin, generando un estado de cosas del que se podría pensar que no
ocurriría si efectivamente existiese una separación claramente definida entre lo estatal y lo
religioso.
Las formas en las que el ejercicio religioso termina permeando al Estado son muchas, y
no todas ellas pueden considerarse como malas o dañinas para la sociedad. En zonas en donde el
Estado no tiene la capacidad para prestar un servicio educativo, por ejemplo, comunidades
religiosas logran organizarse en torno a dicha necesidad, que constituye un derecho, y prestar el
servicio. No podría argumentarse que el formar a los niños y niñas en espacios donde el aparato
estatal no puede hacerlo constituye una contravención al ideal de sociedad que se expresó en la
Constitución de 1991.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
En segundo lugar, las instituciones fueron particularmente fructíferas para dar cuenta de
esta apropiación toda vez que las mismas se encuetran en toda la vida en sociedad, desde las
organizaciones que nos regulan hasta las reglas de juego con base a las cuales nos relacionamos.
Lo reiligioso termina permeando lo institucional, a las organizaciones y las reglas de juego.
Con base en lo anterior, se evidencio que efectivamente al momento del ejercicio político
tales cuestiones religiosas resultan determinantes, influyendo en los votos de las personas para la
elección de cargos públicos. A ello cabe adicionar el poder económico de las comunidades
religiosas, del que se vio está reflejando por ejemplo en instituciones educativas. Tal capacidad
le ha permitido a las comunidades religiosas hacerse cada vez con más adeptos.
Esta cuestión de la educación es el tercer camino a través del cual lo religióso permea
campos de la sociedad que luego se constiyuen en vías a través de las cuales es posible acceder al
poder público. El lugar de la educación religiosa en la educación primaria y básica, así como las
cátedras religiosas en instituciones de educación superior de estas comunidades, son caminos a
través de los cuales los valores religiosos se imprimen en las personas.
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El poder estatal al servicio de los intereses privados de iglesias y líderes religiosos: Un análisis desde la segunda mitad del siglo XX
La segunda parte buscó dar cuenta de la forma en la que efectivamente el poder público
era captado por intereses religiosos. Como se dijo, ello generalmente obedece a cuestiones
particulares que aprovechan para si el ejercicio de fe de las personas. La familia Piraquive resultó
ser uno de los mejores ejemplos para exponer los elementos de este apartado. Desde el punto de
vista político, han alcanzado escaños en el Senado, desde el punto de vista económico, han
logrado captar gran cantidad de recursos justificados en el ejercicio de su fe; y, de manera más
directa, lideres de estas comunidades se han erigido como formadores de opinión, cuyos
pronunciamientos minan los avances estatales en temas como la homosexualidad. Por supuesto
este es solo un ejemplo de un fenómeno más grande, pues son múltiples las comunidades
religiosas cristianas no católicas que existen.
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Las comunidades católicas, claro está, no son opacadas. Como se evidenció, partidos
políticos como el conservador, cuyos principios y valores reflejan los dogmas de esta fe, tienen
un amplio caudal electoral en el país.
No esta demás decir que en cuestiones económicas las iglesias cristianas no católicas han
generado empresa en diversos sectores, lo que está también relacionado con el amplio poder
económico de estas comunidades.
El apartado final tenía como fin evidenciar como lo anterior era posible, más desde el
punto de vista de las personas. Dos fueron los elementos destacados; por un lado, la presencia de
la iglesia católica en Colombia es la más grande, abarcando la gran mayoría sino todo el
territorio. A la par de esto, la presencia de las comunidades religiosas cristianas no católicas ha
ido creciendo con los años en todo el territorio nacional. La importancia de esta expansión es el
hecho de que a mayor número de lugares de culto, mayor es el número de personas a las que se
puede llegar e influenciar con determinados discursos, propios de la fe o que aprovechan la
misma para intereses propios.
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Además de esto, poner sobre la mesa las formas en las que el poder estatal es apropiado
por particulares que actúan en representación de sus comunidades, es el primer paso para
procurar la regulación de estas formas de apropiación. Tal intención no deriva de una creencia
per se de que lo religioso debe estar separado de lo estatal, pues como se vio en cuestiones como
la educación, en ocasiones las comuniades religiosas contribuyen al logro de los fines esceciales
del Estado. La necesidad de regular estas formas de apropiación del poder obedece más al hecho
de que muchas veces se apropia para el logro de intereses particulares. El lucro económico, el
favor político, en general, las ventajas terminan siendo solo para los líderes de estas
comunidades.
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