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Michel

Pastoureau

IASVE,STIDI]RAS
99!DIABLO
Breue historia de las rayas en la indumentaria

Traducción de María Oliver


y Albiol Sunyer

OCEANO
Tíru¡o o¡iSinatl
LÉbll. dt Didbh
(Un hútoift ds rdturr d dd ¡.t% r¿rA)

Michel ps¡or¡eau
@Ediúons du seuil, l99i

Qüé.lan ri8urósuñre pmhibidás, sin ta autoriaió¡ ér¡ib


de tos iiruta.es del qJ,;gú¡ b,jo las enciónG 6t¿brftid6
en l* ley€s,ia rép¡oducció¡ tobt o p¿rial.L 6ú
obn
po¡ cualquier ñedio o procedimieDto, comprendid¡r
tá reprog¡afa
/ el |.ahiento infotuático. I la disribEión ¿le¿j€mpl,6
mediate atquiler o p.éstuo pú¡licc.

@dé esa edición: Edibn¿t Oc¿&o, S.L., 2005


Milanest, 21-23 . 0BOtl Baclona
Tel.: 932 802 020 . Fd:932 O3l ?91

@de l¡ traducción: Meía Otiver Mámelro


Disño de cubierbs: Andreu Balib
(AisEncia g¡án@: ¡érm Mila¡)
D¡éño de inrriores: Mdíá Ba¡élts

BBN:8¡r494269t2
reoso tlfu: ¡!3390dxlr¡ür

rmpréso et Esqaña/ pri,t¿¿ in Stñia


S umari o

l, Orden y desorden de la rala

8. El Diablo y susatavíosa ralas (siglos xlrI-)$l)


El cscándalo del Carmelo
Tclas listadas,telas regativas 19
Las calzzsde sanJosé
Uso, listado, moteado, ja$€ado 26
I¡ figura y el fondo: heráldica de la ¡aya 33

9. De la raya horizontal a la vertical,


y v¡¡elta ahás (siglos xl'r-xx) 4l
De lo diabolico a lo doméstico
De lo doméstico a lo romtutico
l,as r¿yasrevolucionarias
Raf¡r y castigar

4. Rayaspara et presente (siglosxlx-xxl)


La higiene de l¿s n)zj 66
Uü mundo azul marino y blanco 70
EsasesFafalariascebras
Sup€rfi cie nyada, superñcie peligrosa
De la tr¿za a la marca 86

Not ¡s 91
Bibliografia 115
I
Orden y desorden de l a raya

quaeexAuobu,s
U¿s¡e, tetto.¿st,
nan intl.uoi'. lL'/ 19,19t

ste verarro.auér,asecon la elegarcia rhi( d,e las ray^s."


(( I-l En esteprorocadoreslo8¿n,con el que u na campaña
publicitaria tapizó hace ya algunos años las paredes del
Metro de París, todas las palabras son importantes; sin em-
bargo, a mi entender, la más destacadaes el 'terbo atreaerse.
Llevar rayas,presentarse vest¡do a rayas, no es -si hacemos
caso al eslog¿n- ni neufo ni natur_al.Para ello hace falta mos-
Ea¡ cierta ar¡dacia, vencer varios pudores, no temer destacar,
Así, aquel que se atreve es recompensado porque accede a lo
cñic la elega.nciaque disingue a las personaslibres, desenuelhs
y refinadas. Como sucede a menrido hoy en día, cuando todo
código social es susceptible de invertirse, es más, cua¡do pam
funcionar bien todo código se ve obligado a inverti sus té¡mi-
nos, aquello que al principio constituía un obstáculo o un
defecto acaba por convertirse en una vent4ja.
Hay en todo ello materia pa¡a la reflexión del historiador,
Es grande la tentación de sobrevola¡ los siglos para establecet
un vínculo entre la supuesta osadía de las rayas contemporá-
I \.,\r.Il| tr\,r r r r l, \ Í r r I ( ) i, 1, ! , \ ¡ 1¡\ , , r li, , , l( 1. ,r . r 1. ,

¡r ( 1 5 \ l {) sl r ( .(r¡r||r(.\(s(l|l{t,rlr,\(tr¡(sr¡s (rr. [ ()L |] , , t . 1 r, , , , , i,


\i ' ¡r,, , ', 1, . , r . , ¡ r ( r r , ' , lU( . N, , ll( viü; isv( slillI t Dlir lr ( ( lr ir ( l( '
lr r lr i.r < lN .lcrli:r. I,tr (.fi.(lii..r tr¡ t:u!¡r rl t riu r(. \ t , rs (,
l, rr, . t , , ,¡,,,' ,., r , |, . , . . r ( \ r il, \ ( li\ r ir r . r s- , t s r I r ir . t cjir La ( ) |l lxr ) ¡ ( iur i
(
l ) "( ( l ( .l r r l ) hfsc(lr'h ¡,\islcn(iir(l(,r¡n;rl)rr)l)t (. rr. t rri((l(.l.L sr. l , r, rl r r l ¡ , , , r \ ( r i , r . ¡ )l . , { ) l ) i (r h e r r ¡ r r ea ñ a r l i r; t l : , r ( l i ( r l i \¿1¡)1 ,
v:ls,(l c rienocn la IcslirDclltasrrs()por.l{. ¡|ris r isilri.. ¡¡¡, , 1. . ' r " r , l l r l r \ r ' , , r / , , , ? r( ,n¡ \t r( D { Lr c ü L ( ) ¡ l c cqsu e " N ( ). ' c s t i f ? i s
lin cl a)c(:idcnteñredielal,so¡rnur¡e¡os()st(): rr(lr\¡lr¡,,\
, , t , | 1 , , ,l , . r¡1 , , l , r ) l o r( s " r L ¡ s t r a d u c c i ( m em s o d e r D a sd e l 2 r
-rcaieso irnrgin:rr-ios- a los cLúela socieclad, ^,
l¡ li¡r.rllur1 , ) l.L ¡l'1,1, | 'rrlfl,I l.r¡,rrrrr<rrr\'(r'sión.iieleserrestecasoal textog e.
iconogl'lrlladora de ropasravadas.Ibdos s( t. (lc Lrtl() ()1r,,
u , . , , |, | ! , l , ' \ ( \ , ! ( r . r s ! l ) r e h ( l o sm c d i e \ ' a l e s p r e f i i e r o n a m ( r -
Íroclo, exclüidoso ¡éprobos,desdcel.juclíor el her.cje:rJ
lrrr | | ¡,l,, 1.,.,(r,r ri l:r\ lll rsr¡on sobrela prohibiciónde ad<rr nosv
fón o.cljugla¡ pas:rntlono sokr por el lepr-oso.cl rer-chrg,, '
,, 1,, , , , 1 ,, , , . r 1 1 , , 1 , ) r (sl c( t r ' ¡ t a b a s o l o d e f i b r : r s y r c j i c l o .
pr-ostitutajsino también por- el caballerr¡I.elón de l::rs
rII t.l.rs { ,' h r ,r l , , . r i r l\ ( , , l l ( ) s et r a l c - o D o ú n i c a m e n t e -d e u ¡ p t o
del ciclo de la T¡bla Reclonda,el necio clelI_ibr¡ clc l¡¡s
Sahlos l, l, ' | | , ' l . , \ { r i rr ¡ f¡ . s i n od e u l p r o b l c m av i s u a l E . l homb¡ecie
o el personajedcJuclas.fbdos pertu¡barro perlierle
el ()r l, | {1.,,1 \l( (li:t l)¡r'rcc cxperiment¡r una aversiónpor todas
.lcn estirblccirlo,t()dosticrren qrle \.et crr rrla\or o
nlc]rirr lll(, ,,1[, ll.r\, \r n( rur'N dc superlicieque, ¡l no distinguirc]ara_
dida con cl Diablr¡.ycon todo, si bicn no es lnu\.l:liiícil
lr¡ , , , ¡rr , , ¡ ¡ l ' ( l : r l i g L r r : r 1 e l l o n d o ,p e r - t u r b a rl¡a v i s i ó n d e i e s
, , I l.rli\t r ,l F r,,durc.lo. rrrrr.gtr\o,e. c l, r¿ \ , ' l, lu . , u p J i,
. . r, ¡", r,rrl,'rl'ir rrrir'¡cLa medie\'alprestrespccialatenciónalalec-
cs mucho rnásentenclcr por qué se escogieronsernqjantes
:rta- rrrr.r¡r.r l,l.rrrrisToda imagen,toda superficie,se le ap ece
\ros J)aIaponer de rclicvc su cstatusnegativo,ymás
aLran(la) .,r ¡ , r||r.(tir( r espesor, cs decir,hechade una suPerposicióD
no lrav en csta prlicticanada circrrnstancial o eso¡éico. \il:l ,l, l,l,ur,,\ \ucesivos.Par?rleerla dc un modo adecuado,a di
paltil de los siglosxil v xu abundan los docr¡men¡os
qlre] en l, r, rrrirrrL Lr clucsucedecon ruestroshábitosr¡odernos,hay
t()doslos ámbitos, subravan el carácte¡ desralor.irado¡.
Pe\o- ,1rr,¡r.rrrir rlel pl:rlo clellbnclo e ir pas:rndopor los planosin-
r atilo o netamenLediabólico de la ¡ava en cl veslir.
r, r rr( (lil,s.I)arater'¡rinarpor cl de delante-Las raYashacen
;Se fata ncasocle un problema c;lül.al, por haber.herc
_ r r l,,'\il)l( sclnejantelectura.puescon cllasno hav un Plano
dado la EdaciMedia los sisternasde \.aloresa;teriores,
\ por- ,1, l¡,r(1,,\ otro plano de Ia figura, ul coior de fondo,v u¡
que se cre)'ó entonccs habrr.encont¡ado en las
Sagraclas ,,,1,,¡(l( lir fi!¡Lrr:1: solo cliste un plano írnic())'0 bicrorno,cliYi
Escrirurasunajustificación a la coDdenade las rop:rs
a r_alasi ,lr,l,, ( n nilrnero pa..le ravasdc coloresalternos.Con la
Ll capítulo 19 dci l_er,ítico,entre oú-aspr-escripcioncs
rnorales también ocurr-e c()n el ¿ie'.hczado,oLra únagen
o cultur_alcsque prohíbe¡ las pr.ácticasde rrcrcla,
pr.oclarna ,r¡ur lrosap:t-:rla scnsibilidadnedielal- l:r cst¡uctur'acs Ia fi-
cll el versículo 19: lrst¿, er duolrus p.:rt, '
f,ta! t¿rta non tnduei\ l\o rlür,r., \( 1rsl) r:¡dicacn cllo cl origeDdcl escándalo?
lrsa¡ás\esdmcnta hecha de dos...l. AJ iguai que la r
er-sióngrie- l \l( lil)ro quiere dar r'espuesta a todas estascuestiollcs.
gir de los s¿lar¿, el texto latitro de la ll¡lg¿t¿
es en este caso l'.,r:rl¡irceflo,no se limitará al ¡rcríoclonredier'¿rl I al sistema
lror o cxplícito. Se csperaría, detrás cle droáut un sL¡stantilo ,l, l,r in(lLrnlcntaria. Al contrario,prolonganrlo hisloriade la
(l.U(,l)r(r'rsarala naturalcza de aquello
quc estáprohibiclo asr> Lr. r rnrs r dc los tcjictosa ravashastael siglo xx, pr-oportcÍlos
( ii ( ()n la vesLirncnt¿. habr.áqr¡c
¿O enreDdcr _como pa.ece rr.rrr o rrro.aclaépoce,sin fenunci:u :r los usosde los Periodr)s
irrrlir;rrr.l rrsocle )a p alabratexÍa,asícono otl-os
pasajesdel ,¡rr, l:r ¡rrrrectcn.Producen uevoscrldigos,lo que ctxrllcta rrrl:t

l0 11
i.\s !ts||t't tl¡\Dt I l) t \ lí rl I ) r i l , ¡ r \ , l (\ ¡ , r ¡ 1r,r ( l ( l r rt i ' 1 ' , 1

tlivcrsilicrrcir'rrr crrrlrr
vcz rrir!or ¡lcl r¡rrircr.s¡r rnirl(.r iirl v sinrlx) (ü rilsn i l ) i r f i r t l r r r r r r t l ol l ¡ r i r r r l l lI.g r r a l t l rr(r 1 ( ,r r r l ) ( l t t ( l ] r r t r l r i l
l i i , ,¡ l¡ L ,{r :,\.'..L| l{¡ ¡,¡, ir¡ri¡r¡r,,r t¡,i,o¡ : r r, , rn . U, ri, . r. x r,
n sc cl rrot¡() por cl crtrl la seiralizacióndesPrccitliv:r.l:t (lrr('
(licr'()nasÍlas ravas
"buenas" (símb¡¡los clc fiesta, exotismo o li_ llema la atención sobre los individñs reproba(I()s,los lLrglr( s
lxrrtad) sin que por ello desaparecieranlas yla época pelisrososo las virtudes negaLivas, estii más inrensarrrclrtctrrirr'
"malas,.
c(nrternporanease ha conve¡tido de una manera pletra en el cada, (es decir, más visible) que la señalizaciór que v:rl()filrrl
Icceptácrilo de todas las prácticas y códigos anteiores, ¿l'or qué, igualDente, cl historiado¡ se encuenúa más ca)In(xk)
va que en ella cohabitan r.ayasaún de carácter diabólico (c(> en el terreno documenuLl de lo peyoraú\'o que de 1olaudatori()?
rDo las que rna¡cabancon la ignor¡inia a los deportadosde los Se trata de preguntas dificiles y multiformes a las quc
carlpos de exterrninio) o peligrosas(las de las señalesde t¡á- solo se podrá responder de un modo ráPido. Itor una partc,
fico, por ejemplo) I orras que con el paso del riempo han porque este libro pr-ctendeser b¡eve.rPor otra, porqrte l:1
(levenido higiénicas (como las dc las sábanaso las de la ropa raya es una estructura de suPerficie tan dinámica que solo se
irterior), lúdicas (las del mundo de la jnfancia), deportilas la puede recorrer a uña de caballo. La raya no espera,ncr
(lxs de la ropa deportiva en el ocio v la competición) o em- se inmoviliza; está en continLlo movimiento, y Por ello sicrn-
blernáticas(las de los unifo¡mes, insig¡ias v banderas). pre hafascinado a los artistas:pintores, fotógrafos,cineastas.
La raya medieval era causade desordenv transgrcsión. A¡ima todo 1¡rque toca, siemPre adelante, como movida por
l,a raya moderna y contenpo¡á¡rea se ha ido traansfo¡m¿ndo el liento. En la Edad Media, la fortuna, que hace girar la rue-
cn un inst¡urnento pa]-artantener el orden. Sin emba¡go,aun da del destino de la humanidad, h¡ce a menudo un trajc a ra-
que orgarliza el rnündo )' Ia sociedad,Ia raya en sí parece se_ I'as.En el patio de una escuelade hoy en día, los alum¡os quc
guir_¡ebelándosea cu¿rlquierfonna de organúación demasia_ llevan bata a ral?s parecen más agitadosque el resto. Yen los
do rigurosa o limjtada_No solo funciona sobre cua¡quier ter¡enos dejuego el calzadoa rayascorre tnásque el liso.'Por
soporte, sino que ella ntisma puede ser su propio soporte, ello, un libro dedicado a las ra]Irs debe dar muestras de dili-
alcanzandode estamanera io exponencial e inabarcable: gencia ,vceleridad.
l()da superlicie ruF(la puede ser a su I,cz una de las raras de
\r r p e ¡tl' iF r r¡rrr de rn¿rorrJmañ¡,.\ a \ t . u , . . i. a n , . n ¡e
"|la
l¡ serniologíade la ra1'aes infinita.:
Por cllo, los capítulos que siguen se centran más en la his_
l()r'iasocial que en cuestionesde semiología. La problemáti_
r':rdc las rayaslleva a preguntarse sobr-elas relacjones que se
I st¿l)lccenentre lo visual y Io social en el seno de una socie_
(lir(l (¡etcrminada.
¿Porqué en Occidente, a Io largo de la his_
t()r'iir.l¿ lÍravor parte de las taxonomías socialeshan sido ex-
l)lr sil(l¿sma\,onncnte a partir de códigos l,isuales?¡Acaso la
\,rslir( l:rsific¿rnejor que el tacto o el oído?
¿Tallez "ver, im_
¡rlii¡rr|sicrtr¡rre "dasficar,? Ello no es asíni para todaslascL _

t2 t3
Y
$
.,

E I D i abl o y sus a ta vío s a r a ya s


(si gl os xr r r-xvr )

{lodo escándalodeja rrasde si una es¡elade leslimonios


I y do.umentos. Eslaes la r¿7ón por Ia cual a menudo el
historiador de épocas antiguas puede daÍ mejor cuenta de
las transgresiones del orden social que del o¡den social en
sí- Esto es lo que sucede con las rayasy la indumentaria lis-
tada a finales de la Edad Media. Apenas existe documenta-
ción sobre lo liso, pues representa lo habitual, lo cotidia-
no, la onormao. Por el contrario, 1o rayado cuenta con
abundantes documéntos porque es causade desorden, Por-
que hace ruido.

E1 e scándalo
del Ca¡mel o
Este escándaloestalló en Francia en pleno siglo XIII En con-
creto, a finales del verano de 1254, cuando san Luis regresó
a París tras una desafortunada cruzada, uÍr dramático cauti-
verio y una estancia en Tiera Santa de cuaÍo largos años. El
rey no volvló solo. Traía consigo cierto número de religiosos

l5
l , \ s \ r \r r ) r t,\ tnt l)t\ t0 I I l ) r ' r l , l ,\' \ r r si r l . r \ r { 'ist r r ' \ , r s

rru(v()scr) l.l iUr.iir,( ütrc cll()s¡lgllll()sl)crnllur()s(lr lir r)r(l(.rl I x ¡rli c u c l o | i g t D l r í l r l i c ¡ r v c t k s t i r t l r l t t s t c r r ) i r r r l o l i s l ¡ ( l ( ) ; ( r r ( i l


dt: NLrestra Seiroradcl N,lonte(iarmelo. [.sl()sfr]cl.()D el r¡oti s(.lnfs( rr(ir(r)rrf) rtlr:rcopill de l:r c:lPadcl Pr()fi]lirI-lí¡s.{lrrr_
v() dcl cscándalo:lucían una capa a ral'as. dirdor r ídco rlc la olde clc los carmelit:ls,qtle ascerrdióirl cl('
Los carmelitas tienen su oigen en la fundacjón, cerca del l{) en un carro dc fuego } qlre habría lirnzirdo sobl-esu discí
monte Carmelo, en Palestina,de algunasermitas en la-sque se prrlo EIiseosu gr an capa blanca,la cual habría conservado
intentó imitar la vida de oración y morrificación de los pri- en forma de franjas marrones las marcas rojiTasde su Pasoa
Dterospadresdel desierto.Según la tradición, un caballero ca, trarés de las llamas. Se trata de una bella lel'enda sobre su oli-
labrés,Bertoldo,los agrupó en 1154.En adelanre,pe¡egrinos gen! que pone en escenaa una de las figuras que más fascinó
v crrrzadosse unirían a las ñlas de los primeros efcctivos.En a los hombres de la Edad Media: el héroe mesiánico Elías es
1209,el patriarca de-Jerusalénlos clotó de una regla basadae¡l uno de los escasospeNonajes de las Esc¡ituras que no mue-
un :rscetisDoextremo, suavizaclaposteriormente por el papa re. Por lo demás, esta lelenda setiala el valor simbólico dc la
Gregorio IX, quien les permitió que se instala¡anen la ciudad inlestidura por el manto: para la cultura rrledieval,la capa es
y se dedicaran a la predicación. Por ello, los carmelitasfueron sopoltc de símbolos,v el hacer don de estatiene rclación co
clasificadosentle las ó¡denes mendicantes, como los íiancis Ios ntos de iriciación) con el accesoa un nuevo estado
canos y los dominicos, De hecho, susenseñanzasse calcaron En algunos tcxtos de frnales del siglo xm, la glosa simbóli-
sobre las de estos últimos, v como todas las órdenes mendi- ca llega a precisar que la capa carmelita consta dc cuafo ban
cantes,los carmelitasempez¿ron a enseñar en la uni\:ersidad, das bla¡cas, que representaD las cuatro virnrdes ca:rdinales (for
en Boloniay París.1Las dificultades que atravesabael reino la taleza,justicia, prudencia ,vtemplanza),separadasPor tres
tino dc.Jerusalén,bajo Ia continua amenazade la presión ¡Du- franjas marrones que erocan las tres ljrtudes teolog¿les(fe, es-
sulmana, les obligaron a abandonar definitivamente Tierra p e ra n z er e a ri d a dt . a rr n q u ed e l r e ,l r o n o F \ i 5 li ó n r ¡ n ¡. r I I n J r c
Santa.De hecho, ya se habían desperdigadopor Occidente al- gla quc codificaseni el nú¡¡ero, ni la anchura, ni cl eje de las
[+rDosaños antes del retorno de san Luis (por ejemplo, desde ra,vasde la capa de los carmelitas.En los documentos ico-
12,[7estabanya en Cambridge). Sin emba¡go,y en el casoque nográficos posteriores se hallan rePresentaclastodas las Posi-
nos ocupa, es su llegada a París,en 1254,lo que marca el ini- bilidades:rayasestrechas,aÍrchas,verticales,horizontales,
cio de una polémica en torno a la vestimenta que duraría va- oblicuas... y parece que no tenga ningírn siEinificadorti im
¡ias décadas. portancia. Lo imPortante es que la caPa seaa ¡alas, o lo que
No disponemos de ningún testimonio iconográfico con- es lo mismo, que no sealisal'que no separczcaa la de las otms
tempo¡áneo sob¡e el hábito de los ca¡melitas a mediados del órdenes -mendicantes, r-nonásticas o militar-eF; e¡ una pala-
siglo ¡u. Sin embargo, abundan los testimonios textuales.No bra: que sea diférente. De hecho es tan distinta que cae, x sü
coinciden sobre el color de las ropas-marrones, Ieonadas,gri pesar,en la transgresión.
ses,negras..,,en todo casosieDpre de colores apagados_, Desde su llegada a P:rrís,los carmelitas fueron obicl() (l(
pcro sí lo hacen en ¡elación a la decoración de la capa: rava- burla e injurias por parte dc la poblaciófl. Se les seilalab¡ t ¡rrr
(¡lr,ya seablancav marrón, sea,con menos frecuencia,blaD- el dedo, se les lanzabainvectivas,se hacía befa clt' trll<isllit
la
( r y rregr¿.Desde muy pronto apareció una leyenda que Írándoles.her ranosbarrados",exp¡esiónesPccialr¡(rrl( l!

l6 l'i
l , \ \\r r . tr r \ t'tI l)t\t r, l l l l ¡ r , r l r l ,r, s r s . r t : r r r ¡rrtsr . ¡ ' , r s

y ( i r i t, l ) l l cs¡ ;rs/r/rr¿r(lfsiplli r c lr.irr r. ¡s


a t i! u (i (lllll()l: rs rrrrrg n i t r r r l l rcr l r i r r r l r i t oL r l l r i u r or ¡ r t ct l ¡ r t ¡ r : tA l c j : r r t l r , tl V 1 t i
' r:r l
ff;tlrius(()Dr()Iasdili:]clltes Dt:1r.cas (le bastar(lí¡,sjgnili.ado (li()c x l ) r c s i u n c n l {i r l ( ) sr c l i g i o s o sc a f r n c l i t r st ¡ r r cr I t j ; r r r r rrrl t '
(llrr s(:c()rscrvac¡ e] lenguajecl(r]blason.. rrsar'la capa listadav ad()J)tirrrnnna lisa.Sc ncsur()rr¡ ( ll(' v
l):rrísDo ticne cl monopolio de estaschanzas.Los carmcli cst:rllóla polémica,amén de arnenazas. El conllict()sc crrv(-
t¡s recién insla¡adostambién ñre¡on ríctimas del populacho en nenó r prolorlgó.Durer-íamás de un cuarto de sigl(),(Lrritlt
las ciucladesde Inglaterra, ltalia, Pror,enzao I-anguecloc, ! tc cl cual la orden carmelita se enfrentaía a dicr Papls srr
cn las de losvallcsdel Rin y elRód:rno. Aveces,el gesrose unía cesi|os.En el Concilio Llniversal de L)'on, celebrado en 127'1,
¿11:l palabm,v Ia violencia fisica acomparlabaa la r.iolenciar-e¡- esta inüansigcncia casi les costó la existencia. Si esta ordcrr
bal. Los carnrelitas¡ecibieron tundas, como las recibían ram- no fi.rc sacrihcada, a diferencia de una Yeitten¿ de otras ór
bién dominicos y fianciscanos.Pero a estosúltimos -que, denes r¡endican¡es "secunda¡ias", fue porque su nue\¡o st¡
como loi carmelitas,r'irían en las ciudades,entre los laicos,l pe¡io¡ general,Pierre de Millaud (1274-1294),prornetió so-
no en abadíasaisladas,como los moljes-, no solo se les re- rleterse a la voluntad papal ,vzanjar lo más r-áPidamente
prochaba la aparicncia del I'estidof también se los acusabade posible la cuestión de la capa. Sin embargo, lodavía lueron
codicia,hipocresía,felonía,y se los \,eíacomo enriados del Dia- necesa os tfece años, tfcce largos años de debates,negocia
blo y delAnticristo. Alos pobres carmelitas,en cambio, quc !i cioncs, compromisos v renuncias. Finalmente, en I287, ert el
\'ían hmbién de lamcndicidad, pero cul':rorden erá menos po- capítulo gcneral de Montpelliet en el día dc María Magda-
derosa, menos influyentc entre los príncipes v estabame¡os lena, los herrnanos decidieron ¡enuncial al manto listado y
ligada a los instmmentos de represión religios¿ o política, se adoptar en su lügar una capa blanca. Aun así, algu¡ros car
lcs reprochó ante todo que vistierancapasa ravas. melitas de regiones alejadasde Rcnania, Españlr,vHungrít
En el casode ltarís, se suma a la ante¡ior una nuera fálta: no obedecier-onJ'continuaron vistiendo el escandalosohá-
l¡ de frecuentar a las beatas,sus inmediatasvecinasen la bito hasta los p¡imeros años del siglo xn'. Yello, a pesar de
orilla derecha del Sena.En una de susvio¡entasdiatribas con- que en 1295 el papa Bonifacio \1II había confirmado, en una
tr.alas órdenes rnendica¡úes,el pocta Rutebeufse escandaliza bula promulgada especialmentc a este efecto, el carnbio de
por estaproximidad v de Io que de ella pueda resultar: rüanto de 1287,ademásde recordar con toda solemnidad
la prohibición absoltta hech¿ a todas las órdcncs religiosas
Li Barré sont prés des Bé¡juines, de vestir hábitos listados.'
Sonr€nt cn onr a lorvoisiDes:
Ne lor faut que passer la po e.. *,r Telas list:Lda",
telas n cgativas
Sin embargo, el problema sigue siendo el manto ba¡¡a-
¿Cuáles la razón de semejanteprohibiciórr? ¿Po¡qué este
rkr, rr fiarjas. A principios de 1260 el escánclaloalcanzó1al descr-éditode las ra,vas,) cüál es cl moti!'o del oprobio general
que cae sobre aqr¡ellos que las visteni Algunos enrditos del
' r,'s l'.¡,,tri,)s !i\cD cerca de la\ bcatas, / r mcnudo las rieDe¡ por
\ecn,¿\l
siglo xlx c¡eyeron que lo que se encontrabar-cprobableen
\ , ,,, t! \ rrlr:r quc . r uz ¿. s u puef ¡ a. . . f ¡ . l¿ t ¿ 7 : j cl rnanto de los canmelitasc¡a el hecho de ser Lrnacapa orien
'rÍs

t8 l9
| \r \tr i D rti \\t)t I)l\Nr) I l l l ) r r r l ) l (t )\ r r s , r l : r \ r 'rN' r . r 11 \

lirl,rrtir ( slx ( ic (lc ( hilal)rrlis{r(h rlnro lirs{lu('ainrhov sclel s : r r r c l¡ k s l r o r r o r ( l L ¡ c c ( , r r r l x ¡ r t r r ( r r ( l ( ) ( t i ( l t r r l ( t r i s t i i r r r ( ) r r s r r l


( ll ti( n irs(l(:llslam.El.origendel esciindaloestribaríaenton- Yfsrinr( lir lisl:r(la.
rts crr rl rrso,lxrr parte de religiosos cristianos,de un nanto F.npr'imcr ltrglr dcstacanel grirn ntirnr:r()(l( (l( ( r( li¡s Ilt
.l)¡fccido al de los infieles. ¿Acasoalg'unasdécadasantesel em los sínodosdiocesanos, :rsambleas Prorincialcsv (1)ll ( ili()sI lll i
l)clado¡ Feder-icoll no había escandalizadota¡rbié¡ a Ia cris- ver's:1les que prohíben una v otra ve7a los c1érigost:l trsorL
liandad por vivil y vestir en su palacio de Palerrno como un hábitos bicromos, ya se¿üdif idiclos Po¡ la mi|ad (u'!lt\ lxt jlt
"sarrxceno"?Por lo demás,desdeel siglo x\xt los propios car- id¿),listados (a¿stes a gatcle)o ajedrczados(u:s|¿ss&tulttt) l tl
rnrlitas explican en ocasionesque su antiÉiuo <manto de in I311, el concilio de \¡iena, que legislómucho en natcrilr (l(
lamia" lcs fuc impuesto en Si¡ia por las aut()ddades msul- \estirnenta,aún insistíaen esas Prohibicioncs' Estasconstrlrrl(s
manas,ya que el Isla¡r prohíbe a los cristjanosel uso de ropas llamadas¿dorden r-ecuerdanque de hedro cste no se cuml)liir'
blancas, pues estasson, según la tradición coránica, signos a pesar dc las severasPe[as a las que se exponian, en nlllll(
de nobleza y distinción.6 rosasdiócesis,aquellosque lo confavcnían r\sí, por ejent¡rltt
\e trat.rde rrn,rerplir a¡ion hisroriiist¿..asi p, \iti\ isu. q e. en RuáD,en 1310,un tal Colin d'Aurrichier, zap¿ler-oIem( r)_
siD ser totalmente fálsa,no da cüe¡ta de la rnagnitud del prG dón y del que "se decía era clérigo", fue condelado a mucllc
blema, lirniüíndolo a una cuestión de marca étnica o r_eligio- po¡ estar casadoy "por haber sido sorprendido en bábito lis
sa, cuando en realidad se trata dc un p¡oblema mucho más tado,.s En adelante, se decla¡ó la gucrra a las rayasen todas
profr¡ndo. las sociedadeseclesiásticas, esPecialmentea aqucllas qu(l
El casode la orden de los carmelitas Do es único. En Oc- alternaban colores \i|os como el rojo, el verde o el ama¡illo,
cidente, otros grupos e individuos padecieron también por que causabanu¡a sensaciónde suPerficie abigarr¿Lda, de ¿i
portar vestimentasa rayas,dc modo que poco importa¡ el or; ü¿¡s?tdr. A oios de los prclados legisladores,nada era lllás
gen y las ¡azoncs dc ser del manto carmelita- Lo relevante, deshonesto.'
aquello que constituye de pleno derecho un dc¡cumentohis- A continuación, en la sociedad laica las costurnbres, las
tórjco, es que las franjas se excluían o er-anrnotivo de escán- levesv los reglamentos prescribie¡on Ia vestimenta bicroma o
dalo tanto en la indume¡rtada de un religioso como en la de listada a determi¡adas categoríasde r-éproboso excluidos. Err
uD.iuglar; tanto cn las calzasde un príncipe co¡lo en la-snan- el derecho consuetudinar-iogermánico de Ia altir Edad Nledia,
gas de Lrnacor'tesan¡;sol:rrelas paredesde rlna iglesia o en el así como en el conocl.doSnÚsenspiegel $ecopilación cle las le'
pelaje de un animal. )'essdonas que se llevó a cabo entre 1220y 1235), este tiPo clc
Pe¡o ciñámonos al ámbito dc la indumcntada. Son mu\' indume tar-iase rese¡vabaa los bastardos,siervosy condena
numerosos los testimonios que, desde finales de la época ca- dos.'¡ f)el mismo modo, en las leyessuntuadas ) los decretos
rolingia, señalanel carácte¡ discriminato¡io de las ra,vas.Cier- sobrelavestimenta que proliferaron en las ciudadesdel sur de
tamente, no existe en esta materia ningún caso ta¡l bien do Europa a hnales de la Edad Media, elan-!asplostituta!, los t'er
cumentado como el de los carmclilrs dun¡te la segundamitad dugos y los bufones yjugl¿res quienes debían vestir roPasa ra
dcl sig_loxlll; sin embargo, abundan los textos anter-iores(o yaso) con mayor frecttencia, u¡a pieza de ropa listeda: pano_
poste ores) que al final de una frase o de un párr_afoexpre- leta, \'esddo o celiidor en el caso de las prostitutas; calzaso

20 2t
| \s \ r ' s ¡ t ¡ |l t i\ t ) r] l )t\ tr) | | l ) i r r l r l ,l ' \ r r si r l r r \ r , NI r i r l r r s

{ ¡l )l|( llir ( . r ( l ( ¡c l ()s v c r' (h l g ()s i j L rl )(j ü () l)()l l ctc cl l cl dc 11)s torI rsson sLrscc¡rtiblts (lc Prcs(]rltxr\clx)r11rtr(l( vir s(llrr
rirv:ls,
'
.j rHlir f ( , s v ln¡ f oncs . Ii n to d o s L rs c a s o s , e l m oti vo era i rnponer llt nikLicaso indtrrlcnL¡t¡-irs. Prtecic¡r
llevar las cn cl es(l¡rl()(l(
r r r r :rr r r .r r ,,r
r isr r alqrresr-rrl¿raIa marginac io rr. p a raq u e a q u e - eljustillo de cuc¡o, la gr.rald|aparlcl ca
:r.lr.¡s, el est:rndar-te,
llrs quc cjercían tales oficios no fueran confirndidos con los ballo, la vestimenta o, más simPlemente,cn la cota dc mallas,
( illdedanos honestos.En otr.oslugares,especial¡renteen las calzaso el I'elmo.u Son .seres ¿)¿,",¿do$,, Y la sola mención
lus ciudadesalcmanas,presc pcioncs sentejantesseñalabana del té¡mino ó¿¡?¿basta al lector para saber con quié se las
l()slep¡osos,los tullidos, los tiene. Estospersonajesfelones así presentadosen los textos a
"bohemios., Ios herejesy, en me-
¡()s casos,losjudíos)'los no cristianos.rr partir de mediados del siglo xlx se sunr¡n a la cohorte de cé-
L¿ lu r r ,i ón tle eirr" leycssunrrrar i¡s \ \ É \ limc n t a ria s-q u e lebres traidores y réprobos que dcsde hacía LiemPole icono-
aíln esperan a los historiadores quc se ocupen de ellaF,r era il afla | Épresen tJbar orr rop.rsli.tada'
cn esenciaéticav económjca,aunque su fundatnento fuese
irleológico y social, Pues en definitiva sc tratab¿rde instaurar Las calzas
una segregaciónpor la vestimenta: todo el nundo debía ves de .an Jo-t
tir scgirn su scxo, estado o úDgo. En este tipo de sistemasde En efecto, desde antes del año 1000,la imaginería occidental
discrjminación las rayasaparecel e menudo como la marca acosturnbraa reser\ar un estatutonegati!'oa las rayasde la ves-
por excelencia, pues son las que mejor se ven v las qlre seña timenta. Los pnmeros personajesque las llevan -en las ilumi-
lau con más fue¡za la transgresión (dc cualquier tipo) del or- nacionesprimero, en la pinnrra mural a contiluación, e[ offos
dcn social. La raya no es una forma, como el besante,la soportesmás adelante- son figurus bíblicas:Caí[, Dalila, Saúl,
eslrellao el roel quc en oc¿rsiones debían llerar losjudíosy los Salomé, Caifás,Judas...At igual que la cabellem roja, la ve-s-
rnusulmanes,sino una estructura. Como casi siempr-cen timenta rayada constituve e¡ atributo h¿bitLraldel trai.lor en
la sensibilidad ,ven los sistemassimbólicos meclielales,se da lás Escrituras.De la misma manera que no siempre son peli-
prio dad a la estructu¡a sobre la lbrma v los colores. El tejido ¡rojos, Caín ,v-Judas no siempre listen ropajes a ralas, pero las
list¿do, sin que el perírnetro ni Ios color-estengan importan- luce[ con mavo¡ fiecuencia que cualqllicr otro Pe¡sonajede
r:ia,destacamás -luego es más <eficaz)- que el color a¡rarillo, la Biblia,,v la presencia dc l:ls myas bastrlpara poner dc ma-
cl bolrete prrntiagudo o cl toel parti¿o- nifiesto su carácter felón.''
Finalmcnte, Ios textos literarios aportan un rerrer tipo de Desder¡rediadosdel siglo ñlI, la lista de ]os Persondes"mal-
l , . r ir n o n ir ¡ 5r.n lo. r¡uea nrcnldu Io\ pcrr, n ¿ ic . n c g a liro so \?dos" así vestidosaumeÍla notablerrtente,esPecialmenteen
rnalvadosvisten ropas a rayaso llevan eDblemas listados. las miniaftrr?Lsprofánas.A los traidores de la Biblia se suma¡án
l,slc pr_ocediniento estáatestadoya en la liter-aturalatina de en adela¡te los de los textos narrativosv literarios a los que ha-
lir i lx)( a ca¡olingia, pero se desar¡olla principalrnente en los cía referencia en el apa¡tado ante¡ior -el ejemplo más cono-
srAI()sxt¡ v \IIt en textos en lengua \.Lrlgar,canciones de gesta cido es el de Ganelón, el traidor de E¿¿dntar¡,eRoklán-, así
\ D(,r(lirs( r)rtescsespecialmente.Caballerosfelones,sencs corlo una extensa cohorte de excluidos y réProbos de toda
r irl s ||srrl)adores,mujeresadíllteras,hüos rcbeldes,her¡ra- condición; se trata esencialmentede las catcgoríassocialesde
r)r,s¡)( r'iur()s,cnanos Crueles,sirvientesconCupiscentes..., las que he hablado en r-elacióna los reglamentos vestimenta-

2X
¡ . i s Yr s||t) ti
r \\ trtI l)t\ti I ) l ' l ll l r , r l ) 1\, s r r \r r l r r \ t ( , sr.'r' \ , r r

riris(l( fir)llcs (lc ltr lilarl 1\4crlia, ¡rrrcs;r 1)arlirdc c¡t(nrft s la s ¡' lrt ¡ r x i ' . l a c l r l i r r l r t l . ' \ s i r r r i s r ¡ r o . r ' r r l r t s ¡ r t r x t s i o t t t s , r t I t t t '
icorrogralinl la srrie¿ladur-banase aporaron en 11có.Iigo de rrLtL,cl ¡r.r¡xl rlt .losi cs cltst rn¡rttiaclr lx'r cl rr)trto (l{ l l'r r(
r( l)r'(scnlaci(in común, Ta[to en ]asimágcncs como er las ca- bloo<lt la perroc¡ui:r, v elll) stlcc(lulr2rst¡ (rr l)l.r)t)sigl()\\lll "
llt s, :Lnreludo sc scñaló con ¡opajes o atiibutos listaclosa to I'()rotri! pzutc,rro sou pocaslas imágencs,Pinh(liLs. cs.rrll)i( Lls
(L)s aqtellos que se situaban ftrer-adel orden social, \,a fi¡ese o sr':lbadas, que hacen de é1,hastafin¡lcs de l:r Edad Nlcrlirr.
cn razón clc una condena (estaládores,falsificacloresde lno- un \icio calvolvacilante,quejarDásapa¡eccsolo ¡i ctr tlrr l)ri
neda, perjuros, c minales), de un defecto (lcprosos,falsosde- rnel' pl:lno (ni siquiera en las escenasdel Nacimient{)), slcrrr-
r , , t,r .. si r r r ple ,de csprritrr. loco. r. o pñr! l' re e jrrr ie re n u n il prc retir.tdo en relación a ta Virgen v el Nitio, o a los Reyr:sNlrr
ilctividad inferior (criados, sirvientas) o un oficio inf'amanre gos, saDtaAr]a v santa Isabel. Hav que esperar l:r llcgacl;rtlcl
(juglares,prostitutasy verdugos,a los cualesa menudo se Renacimiento para que se prodlrzca una auténtica pronoci()rr
suman en la iconografia t¡es oficios deshonrosos:los herrer-os, de Ia figura de sanJosé,ligada e¡ Parte a la de la Sa$ ada l ¡-
consideradosbrujos, los carniceros,por sanguinar-ios, t los milia.''Así va trunsfbrmándosc sanJosé de viejo simplón ctl
carpiDteros, por almacena¡ y acaparar), va fuese, finalmen- hombre más digno, toda\ía en la fuerza de la vida, represurt
te, porque no fueran o hubicsen dejado de ser-cristianos (mu- tado como pad¡e nutIicio o :rtesano carpintero. Ya pesar (lc
sulmales, j{rdíos y hercjes). Todos estosindividuos transgre- ello, sería aún dul:ulte mucho tiemPo un personaje ambiguo
dían el orden social,del rnismo modo que la rala \:Lrlnerabael (creer por e¡emplo, en una concePciónnatural de-Jesírs cons_
orden cromático v \:€stimentario. tituía herejía). De hecho, fue a Partir de la ConÍa¡reforma,
Por ello, las fianjas nunca se presentan aisladas:para que gr¿ciasa losjeslritas) al arte banoco, cuando la figura de san
de ello, no lile
"funcionen", para quc alcancenpleno sentido, deben prc, José se vio finalmente rei\indicada. Ya pesar
sentarseasociadaso en oposición a ot¡as estnrcturasde super proclamado pafón de la Iglesia uni\ersal hast¡ ll]70.
ficie, como Io liso o lo rnanchado principalmente, así como lo En relación a la cuestión de las r¿Yas,la etapa más i¡te
rilzldldo'' (como el ajed¡ezado, eljaspeado v los rombos). En resante de la iconogftfiajosefi¡a se sitíra en el siglo xv e ini-
una irnagen, la indumentaria Iistada constituía sieñpre una cios del \vt. Dr¡rante esta éPocaJosé estaba rnejor considc-
dilé¡encia, algo aparte, de r¡anera que desracabaa quien la rado que durante la Edad Media o la época feudal, aunque
vestía.Este acento cl-aen muchas ocasionesnegati\¡o,Sin cm todavía no esLuviesecompletamente Promocionado ni fucse
bargo, a menudo el código era más sutil, rnenos maniqueo, aún vencrado; de ahí que cn las inágenes se den cierlo nír-
y, en lugar de expresar una idea netamente pevorativa, las mero de procedimientosy atributos dcstinadosa poüeI de
rayasdenoLabanentoncesambi\,alenciao ambigüedad.I-a ico relieve este palticular estatuto. Enlre los más frecuentes está
nografia de sanJoséofrece un pertinente cjemplo de ello. el de representarlo vistiendo calzaslistadas, atribLrto indu
Dumnte mucho dernpo fue un pc¡sonajedeslalorüado, ¡e mentario que apareció en las |egiones bañadasPor el do Mo-
ducido al papel de comparsa o genitor En el teatro religioso selay en Renania a finales del siglo xn',,v que se difundió pau-
nredieval es un personaje claramente ridículo al que se a¡-i- latinamente po¡ el norte de Alemania, los PaísesBajos,el
buven vicios,rro presentcsen el Evangelio,con el fin de hacer valle del Rin !'Suiza.Hasta los años 1510 1520,los tcstimí)
rcír: ¡a estulticia (no sabecontar), la torpeza, la avariciar', nios son r-elativamcnteabundantes en vid¡ieras, ilurninacio-

25
I I l t r ' r l r l ¡\r' s r r \i ¡ l r t \ ' ( ar ¡ r r 1 ' ¡
l , \ s !r r r r ) tR\r .1r Il l)1,\rtril
stt¡rttt
,\ c{)lllirtlllr(-ió(rtr] rlxr¡r ()rI¡ . t lrlq Lr i c r s r r l ) c r l i ( i ( , r r a t L r r¡r¡rlli r l r r i ¡ r r r l i r ' r ' r r r s i t t t t ¡ ' t I
| | ( s ,vl) ir rl r r ra s s{)l)r'cl)rrtrclcs. lc\l('s ¡ ( ) r r r t )
l : r sr r t r i r
ciernPlosaisl?rdos en t t rlc s i g r r o s( l c ( ( ) ( l i f i ( ; t i(¿ ) r r 'I i r r r l ( )l ( ) s
{ s(rs( irf, pcr() itilrrPLlcdenc¡c()ntt-arse cje'nlpkrs tlt clkr' Srt t sttttlrii ¡ .¡ ¡
r¡r'n(s ()(ic(t'ninrrrr¡rerublcs
Brrl)a(l()s(lcl siglo x\rll."' iu..,.,.g.,,p..lu. de s[perficie crr t|cs gr:rrrrks
Las ru,yasen las c:rlzesson LrnaDrarcamás djscrcta qlre las "slr'ucturas lo lisrrrrk¡l'os rl"s
catcgorí;sd; signos:lo liso' lo moteatlov
lr rrujasclcl vcsticlopropianente dicbo. Vestir a sanJosécon un (el ljcdr'czatIr' ¡r.t
írltirios presentannumerosasÍa antes
sry().tnra tínrica o un manto enterarnente listado habr-íasido una lorn)ir s(rlx|'
eienplo, era para la sensibilidadmedieÍal
r'lirr'amenrcclegradante;dota¡lo de calzaslistadasequilalía sen cn cst:$ lr ( s
tativi de 1o tistadol. Detengámonos ür1instantc
( illrunentea realzar su carácterespecífico En este caso,la objetos'
estructuras,Ysu disPosiciónen imágenesI
faya filnciona más coDo un signo de ambigüedad que como l'or' un:r Plrl( '
Lo liso es escaso)', por lo tanto, destacablc
rrn sigrro infamante.Joséno es ¡i Caír, nijudas; no hav en é1 de sulxif-
las técnicas medie\ales no permitían la obtención
fi lonia. Tan solo es .li¿r¿¡t, distinto, como se decía en el lian- \ m o r r o 'r ñ r r r : l \
f il^ ie .p r r l c , ¡ a n r c n l cI i ' ¿ ' c c ¡ r r l i n u a sP u l i d a :
cós del siglo xv: rncnos santificado que la Virgen, Pero me- r r n h r r c nn u r n e r od c t t r ¡
, , " -, i " , , ¡ . u . " a " l J 5r e l i s ' ' o h r P
nos rro¡mal que el común de los mortales, elelado en ciertos cledejar vaci$
terias.Por otra, artistasvartesanosno gustaban
aspectos,rebajado en otros, Padrc sin scr Padre, necesano a memrdo a la tentaclon
slrperficics denusiado va¡tas,cediendo
pcro molesto, diferente, ambiguo, füera (le la norma; atr'ibu- o
de r-etlena¡lasc, .\'estillas' con tramas' t¡azos i]radaciones'
Losque las raFs expresabanPlenamente en la iconogr-afiadel densidad' lüminos;
iusando así con el contraste de texturas'
siglo xt'. De rnodo cluc las fianjas no solo sig¡ilicaban la ¡_ans- ".lrr'i ,.a.,ltantes. En las jnágenes Pintadas' Ias su-
o
gresión del orden social o moral, la distinción enfi_esierlos v ser mayo-
perficies comPleta y uniforDemente lisasdistan de
-ur..iu
amos,verd[gos v \íctimas, locos Y sanosde mente' condena- v resPonden a
iiau.iu.; .,t,t.ti,..,u.rt más bien LrnaexcePción
rlos y elegidos, sin() que también Podían hacer Percibir rnás elcmento
una inle¡ción precisa,la de destacardcterminado
sütilmentc algunos ¡raticesy distintos nivelesen el seno de va en solitaio' es re-
de la image[. Lo liso, cuando se emPlea
l o r e. m r n o s cl¿ros P or cst¿r¿zon.la rar a e sa r¡n lirrn P o u rl ir lo listado'Jaspc-
latilamenie neut¡o. Itero c[ando se oPone
código iconográfico y un modo de sensibilicladvjsual Doble superlicie tra
ad.oo compartimenf aclo,es decit a cualcluier
p r r r r ru l¿rid id qur merr, e nur\l I a xlentid n ' tanto poslovo
mada o trabajada, expresa siempre un énfisis'
Liso, listad., como negatl\'o.
equrl¡ale a
moleado, j asP e ado Lo máteaclo, en carnbio, sicmpre es positiYo;
C o n s i s l ee r r u n a
u n ¿ \ u p r r l l t i e l i s ¿d c n ¡ i l i ¡¿ t l aI t ¡ l o r i z a d ¿
EJojo dc los hombres de la Edad Nlecliaera esPecialmente ralu'
, n o n o ,. o r ¡ ¿ r " b r e l ¿ ' u ¡ l s ed r s p o r r e na i n r c r
¡ldrto a la materialidad,v estr.ucturade las superficies La es "uf".f'.,. o tomadas
regulares pequeñas figuras' ya sean geométricas
trLr(lu¡¿rle permitía caPtar lugaresr objetos, distinguir zonas c'rrell¡' cilIu-
dei reper¡oriorlelhl¿'on: PUnIo' he\anre'
y ptilnos, establecer¡itmos de secuencias,asociat oponer, dis- Ir i b o l e ' l l u r e r d e I i ' Ln gencr'rl l¿s
Ya fueran paredesv suelos, l, rr ,. , 1 , . , . , o ,
cllrsificarvjer-arqLrizar.
tr'ilrrrir', -. ' , ¿ " ' i .s o r rd e u n o l o r m á t c l a r o q u r e l d c l a
f'nr.ut n.i airpu.''u\ '
tr.l:rsy Io¡ras,instnrrDentosde la vida cotidiana,hojasde los ixlire'r siem-
. , ip " , n , q u i l e s' i r \ e d e l o n d u L u m o r e a d o
rirlr,rLs, t l ¡x ltrjcdc los animaleso el cuerpo humano mismo, '.
21
l,\ \t\ t)t |l^ s lI t l) t \ |ll( | I , : l ) r . r l ) 1\, ,s f l s . r l r \ r ( , sr, irr t , r s

l ) r ( llfl ( ' s( ) l( .rnrrc,


In:rjcsru()s(),
inclus('s a g ra c l().
Dc a h i q rrc lls t o ss c r t s t u r r r l r i ó n¡ x x l i r r a p a rc c c r l i s t i r ( l o sk. ) ( l u c ( l
s( crnplc:UiLcD cier'n)ssímbolosdc la realeza,en los ¡r:r _ .i(,r t{) fir(x11) los hrcí¡ rDenospelir¡rosospero ¡nís a¡nbiglros.
1()sd(: 11)ronacióno de cons¿gr-ación, en muchos objerosli- [.() lisizLdo, en cf¡cto, cra lo contra o a la vez de lo liso v .l(]
tür'grcosy cn nurrerosas imágc¡tes en las que se ¡epresenta lo jaspeaclo,a los que a menudo se opone. Pe¡o tambjéI
lo divino. La Virgen, especialmente,rnantienecon la deco- Licnc otro signilicado: un¿ superficie difámica, con ritmo,
r¿ción moteada una relación de priYitegio. El blasón de los narrativa, que indica acción, el paso de un estado a otro.
reycs de FraDcia, campode azur moteadodeflores ¿Lelis de oro, En muchas miniaturas dcl siglo x , Lucifer t los ángeles re
prese[te cn su escudo v en su estanoarLe,ast como en mu beldes preseutan el cuerpo cubierto de franias ho¡izontales,
(lros otros soportes, constituye eJ ejempto más perfecto del s ig noa n i m d d od e . u . ¡ i d ¿ . F . l ¿ sI i . r ¡ . c o | l ' ¡ i ¡ r r r e rar . i m i . m o
nroteado medieval. Es a la par un signo de podel una orna- un énfasis:cl ojo del espectadorno puede e,'itar senti$e atrai
mentación cósmic¿,un atributo rnariano y un símbolo de so- do por una superficie a ¡avas.En cualquier imagen, el ele-
beranía v fecundidad.zriIconog¡áficamente, lo moteado ofre rnento listado es el que se Íe priÍre¡o. La pintura Ilamenca
ce adernásuna imagen estática anclada a un soporte fronral de los siglos xV y xVI utilizaba a vecesun p¡occdimiento que
Iespecto al espectador.Lo ¡¡¡oteadono se narra ni sc des- consistíacn situar eD una posición central o fbcal del cuadro
c¡ibe: estáahí. o del panel ün personajc vestido a rayas,que acapara la mi-
Eljaspcado es un ¡noteadoirregular.No solo las peque rada del espectador en cuanto esta enaraen coDtacto con la
iras figr¡ras están dispüestasde fbrma desordenada, sino que obra. En algunas ocasiones, este persona.jefúnciona como
además tienen una forma irregular: ya no son estrellas, be- un auléÍrLicoseñuelo. Memling, Bosch, Bruegel, entre oüos,
santeso cruces,sino ¡rotivos defbrmeso simplesmanchas. son especialnente hábiles a la hora de destacara un corn-
De este ¡rodo t¡ansmiten una idea de desorden, de conlit- parsa de tercer orden -,v no a rrno de los pdncipalcs actores
sión, dc transgr_esión. \¡isualmente, la fiontera que separalo de la cscenao de la historia-, cuva irnica función es la de des-
motcado y lo jaspeado no siempre es precisa, pero simbóli- \.iar mornentáneamcnte la mirada del espectador'deuna
camente sc trata de dos rnundos opuestos.De un larlo estálo zona más importante del cuadro, pcr-oqüe necesita ser des-
s¿grado,del otro 1o diabólico. Sobrc el cuerpo de sereshu velada más lentamentc. En su célebrc La su¿)i¿aal Cahtario
rrranosy animalcs: eljaspcado traducía la idea de piloso, de (1563),po¡ ejemplo,un cuadro de grandesdimensioncsen
irnpureza o de enfermedad. Aquello que crajaspeado gua¡- el que figuran más dc quinieDtos personajes, Bruegel sitüó
clltbarelación con lo pustuloso, lo escr-ofuloso,lo bubónico. r a ' i en , r r o d e l i r r o m p , ' s i c ; ó nu n ( i m p e r i n o a r r ú n i m u
l'ir una sociedad e¡r la que las e¡fermedades de la piel eran -l -n
v perlectamente anodino, tocado con un bonete y\.estido con
ir Lrn tiempo las más gravcs, las más fiecuentes y las más te- unas calzasa rayas blancas ,vrojas. Estasrayas destacaDcla-
nrllas -reco¡demos la suerte reservadaa los ramente e tre lo quc las rodea, de modo que la rrirada del
"leprosos._,
( l iirspeadorepresentabaIa decadencia,la exclusión del espectadorse didge en prime¡ lugar hacia este personaje,es-
r)rr11 r) social,la antesalade la muerte y el infierno. De hecho, qui\ando así el pümer plano del cuadro, en el quejuan y las
lrs ( r'iirlrrrassatánicasy los demonios se representaban¿ santasmujeres consuelan a Ia \¡irgen que está llorando, y el
r r r ' ¡ r r r r lol na n chados.,, segundo plano de estaescena,en el que Jesús,caído bajo

2¡l
| \ s \ts lr ( t{\r \t)tI l)l \||t0 l l l I ) r i r l , l (\ ) \ r r s , r l r r \ r ,r^rr . r 1 : r s

cl l)( s(, (lr su ( rr¡1.cst;i pcf(li(l(),conro ()l!i(luc[¡,cl rrcclirr l'llIr ls igrralrrcrrrct:icftocrr (:l (rasodc l()sarrilnalts. At¡ttt'
(lc ll|la ¡ru]li1r¡dindif¡rcntc.!: llos cLrvo¡rrLirjces atigmdo (¿¡gi¿1¿, o lnote,\do (ma(u[o\üs)
Cabe preguntarse el porqué de esta "prioridad \isual, de soll crirtur:rs que inspiran temor',Son aniÍrales crueles ,vsan-
lo listarlo fiente a las otras estructurasde superficie, Lo rala- grinarios como el tigre, l¿ hie[a o el leopardo -el leoPardo
do se percibe antes que lo liso, antes que lo rDoteado, antes medie\'al,que guarda poca relación con el felino ¡cal del rnis_
que lo.jaspeaclo.¿Esester¡n fenórneno pe¡ceptiro propio dcl rno nornbrc, represe1rtasiempre simbólicamente un lna]
hombre occidental? ¿O bien es algo común a todas l¿x cultu- león-,:'o bien ladronescomo la trucha o la urraca, astutos
ras, propio del ser hurnano y de ciertos ?rnimales? ,Es posib¡e, co¡no la serpie te o la al'ispa,o diabólicos como el gato o el
en relación al asutrtoque nos ocupa, establecerun límite ent¡e dr-agón.lncluso la cebra, sobre la que los zo¡)logosdel Rena-
Lr biológico v lo cultuÉl? En caso de respuest¿arfrnnarira, ,dón cimie¡to gustaban de discrtat eru considemda a finalcs de la
de hay que situa¡lo?A estascomplejaspreguntasintentaré Edad Nfedia un animal peligroso. E\identemcnte, los atrlorcs
rcsponder al linal de estelibro. no la habían ristojamás v la conocian más bielr mal (la consi
Pero insistamos ahora en el\¡ínculo exisrente en la Edad deraban una especiede asDou ona[i¡o), pero como la sabían
Mcdia entle las ¡alas ¡ Jaidea de dir.ersidad,de zanakzr,como ¡a'ada, hiciel-on de ella Lülaciatura crucl v diabólica y la in_
sdecía en latín medieval. Ravado (titg atus,lineatus,fascín- cluveroD en el bcstiario salánico.:5 Veremos más adelantc
/ r \ ... ) \ \ir r i¿d o/¿anut¡s¡i a menudu \inó n ¡mo \ .\ e s ra\ i r, - córno estc animal mal conocjdo fue r-evalorizadocn el Siglo
nimia inclica de entrada la connotación negati\¡adc la raya, de l¿uLuces.
pues lo u.rrirr siempre serialaalgo impuro, agresi\¡o,inmoral Iror-lo demás,v sin recürrir al bestiario cxótico, todos los
o eDganoso. Un hombrc que recibe el c¿lificativo de ¿¿rjr¿., caballos cula capa no er.aurlifb¡mernente monocroma eren
cs un ser astuto o mcntiroso, un indifiduo cruel, o utr errfer- considerados monturas que des|alorizaban a quienes las ca-
rlo, sobrc todo cuando esá afectadopo¡ una enfermcdad men- balgaba¡. En los textos literarios, especialmenteen las nol'e-
tal o de la piel. AdeDás, el sustantivo ur¿ri¿.t¿r se usa para de las dc cabajtería,sc da rtn ¿rli?rque opone al héroe, tlontado
signal tanto el engaño cor¡o Ia maldad y la tepra.:.En tas sobre un caballo blanco, al o-aidot al bast¿fdoo a] cxü:anjero,
llnáBeDes,por supuesto,v como ya se ha !'isto, los pcrsonajes que r1l()ntaun caballo dc dos colores: tordo, bayo, pío, roa-
Ii:loues((laín,Judas),crueles (el verdugo),
"dementes" (el no.,,'l6Un sistemade valoressemejanLe, :runquesituadoen
lrufó¡rde la co¡te, el necio del Lib¡o de los Salmos)o defi olro contexto, oPcra también c\ el Raman de Renart * Los
( i(:nles (leprosos,falsosdevotos) lucen ropas a ra]as. En este animatesde pel{e rayado (GrimberL,el tejón) ojaspeado (Ti-
¡ irso, 1adil-crenciaes grande entre la sensibilidad contempo- bert, el gato) se sitiranjunto a los animales de pelaie rojizo
r riü(.r -que hace de la <\¡ariedad>un valo¡ positi\o, que con- (Renart, la raposa, o RorNseau,la ardilla) y forüran el ban-
rri)t¡rjüverrtud,alegría,toleranciay apertu¡adc mente- y la do de 1osmentir'osos,ladrones,lascivoso codiciosos.En el
scrsilrilirl¡dtle los homb¡es de la Edad Media, que ororga a
( sl(.( oD.( l)t() rrn¿rdimensión negari\'a.Un buen c stiano, un
Ir,r | | | )t(. Ir()r)csto,tlo puede ser udn¿r. La rdr¡¿¿¿res1árel¿cio- " El Ro¡nan d¿ Itnatt (L^ trorel¿ dcl zorto) es un¿ aleg{)ía e¡imal dc
unos
32000 ÉNos, en la gue se cfiri.a a deter¡,i¡adas clascsde la sociedad Dediev¿l
¡r,rrl,r r orr r'l lx1.a(k)v el inlierno. ftan.esa, i¡clurcndo al.lerc,! ¿ la nolrleza. 1¡: d¿l ¡r.)

30 3l
I IS \t.SÍtI R l \ \ Dt I l' t\tlt( |
l l l ) i r l , l , '\ s i \ r r r . r ! r , s . r . r \ . r s

clso dc l¿ s()cicd¡dirDim¡I,(:(rllo cl) Ia hurnlna, serlx.lirI ()j(), rlis t int ¡ r s , 'l l c v : r b : r ri l s c r i t u c r r s L r sr o ¡ r a sl u n r i s r r r i r l r , r r l ¡ ,


atigrado o moteado e¡a más o rnenos eqlrilaleDtc. ro rlirs i ( ) n , t l c s o rr l t . t , r r r i d o e i r r ¡ l r l c z a . l ) r ¡ s<o l ¡ r x s u r l i r r r r
Esta desconfianza,incluso miedo, hacia los a¡irnales mo kr lrisrrro clrrecliez;closrayaskr nrismo quc dicz (lrir(llir(l¡)s
teados o atig¡ados ha dejado una impronta druadera en el o cien lombos. Lo ravado,lo motcado, lo varird() y I¡) rl)i
imaginario occidental.Todavía en el siglo xull, la cé]ebre garrado tal vez sean distintos visualmelrLe a la prr .lrre l)Lrlr
bestia dc Gévaudan que sembró el pánico en Ios confines de lezlnla ctresLiónde los p]anos,r'r como ver'emose lelaciór ir
las regio¡es francesas de Auvernia v \¡i\ar-ais entre 1764 \' las arrnerías-,pero no conceptual ni socialmente.Sinrp[-
1767,fue descrita por quienes decían haberla visto como un mente \.ehiculan diferentes grados de un mismo cstado: cl
lobo gigantescocon imponentes franjas en el Iomo.,'En tan- de la transgresión.
to que c¡iatura del Diablo, la
"bestia" de la r-egiónde Gé-
vaudan solo podía ser atigmda. (loÍro ella, las otras La figula ,v cl fondo:
"bestias
de Gév¿rudan",qLredurante va as décadasv basta mcdiados herál dica de la raya
del siglo xrx aterrorizaron la rna\.oríade las pro.v'inciasfran- [.íste un código ejemplai.en el que tanto el histo¡iado¡ como
cesas,talnbién fue¡on desc tas como criaturas atigradas,:s el semiólogo pueden inte1ltar-aislar e[ todas sus ramificacio
l{ccordemos quc al-¡nhov el tigre, que solo puede lersc en nes el estrechor.ínculo que, en el casode lo listado,vincula los
los zoológicosy del que admir¿rnosel pelaje, sigue siendo en problemas risuales con Ia organización social: el blasón. CoD
nuestra mitología coDtcmporánea el símbolo de la c.ueldad csta palabra se designa el conjunto de reglas,términos y figu-
fascinante. ras usadosen la representación de los escudosde armes
Desdeun punto de vistasemiológico,laasimilaciónque Surgidos en el siglo xn por razones milita¡es (para leco-
opera la cultura medicval entre lo listado,vlo moteado iD- noccr a los conbatientes en los campos de batalla,t torneos)
vit¿ a rcflexionar sobre la Doción de estructur-ade Ia super- r sociales(para dota¡ de símbolosde identidad a las clases
ficie. Para la ¡ni¡ada nroderna, la estructur-asolo se da a par superiores de la sociedad fé[dal), los escudosde armas puc-
tir de una dist¡ibución te¡ciaria. Pero en la Edad Media, por den definirse cr¡mo embJemasen color propios a urt irldiriduo
el coDtrado, lo binario no difería de lo terciario, lo cuater- o a uD grupo de individuos v sometidos a reglas dc corDPosi-
na o...Porunapar-¡chabíaloliso que en francésantiguo ción- Son cscnciahnente estasreglas, poco nurnelosas per-o
y cn la lengua del blasón se dice pldir¿ funificadol-, por la
üru) estrictas,las que dif¿rencian el sistcmahcr-áldicocuropeo
otra, todo aquel¡oque no era liso: lo moteado, Io ra\ado v de todos los otrr¡s sistenas erDblerDáticos,anteiores o poste
lo compartimentado, estrlrcturastodas ellas quc expresan r_iores.La difr$ión de los escu<losde arr¡¿rsa partir del siglo xll
los mismt¡svalo¡es.Esta equivalenciase daba asimismoen fue exfernadamente rápida, tanto en el espacio geográfico
el ámbito del colo¡ en el que las nociones de bicromía o po, como en el social. Hacia 1300 cl conjunto dc la socieclad
licromía tampoco eran rnuv distintas.Tanto la prostituta, occideDtal podía usarlos. Nada prohibía a naclie adopLar las
(:()rrsu vestido a ravasama llas y rojas, como eljuglar o el
a¡rnas de su elección, salvo el usurpar las de otro. El sistema
l)ulón el futuro Ar'lequín-, cuyasvestiduras se componían he¡áldico virió entonces su apogeo. Signos de identidad a llr
rl( ( lrir(lradoso ¡orritros cle t¡es, diez e incluso leinte colores
par que Írarcas de posesión y rnotiYos or-DameDtales,los

32 :13
l ,i \s\tsl r ) r R \st) l)l¡¡t0 l , l ll l i r ¡ l r l ¡Ir s r s : ¡ t r r r r ¡r,rsr , r v r r s

cscudos(le arrDasp()díarrrcprcscot:use sr)ln.cs()lxntcs (l( cual cruilcl rl<l tirrxkr.Sol()cxisrcrut I)l ro rnit:utrasr¡rrt
crr cl rlsri
quic. natru¿rleza:i dument¿ria ci'ril ) rnilitar, edificios v nro de lo.jaspcadoo lo nroteadohav dos,el del firrrrkrv cl rk lrrs
numentos, muebles y tejidos, libros, sellos,monedas, objeros nranchaso de las figurasjaspeadaF, pero ta supcrllcie (l( ( slc
artísticosv objetosde larida cotidiana. Las iglesiastambién les plano único no cs lisa. Ello constituye en sí una extflüicrlr.
cedie¡on amplio espacio,conr,irtiéndoseasíen ve¡daderosmu- un¿ perversidad que ab¡e p¿so al cscándalo.Toda supcrficic
seosde heráldica.3' rayadaes sospechosa,pues impide a la lisra distinguir la f-rglr
Son innumerables los escudosde armas que cuentan, po¡ l-a del fondo sobre el que se dispone. La lectura en espesor
un o lr o lr o m óri\ñ. .on r¿r'as.lal rez l ln q u in r e p o l c ie n t o que es el procedimicnto habitual pa.raIa lectura de imágenes
del millón de escudosde aLmasmedievalesactualmenre cen- en la época medie\al-, que empieza por el fondo para i¡ lle-
sadasen Europa occidcntal. Sin embargo, se esconden cliyer- gando al plano más cercano al ojo del espectado¡,se hacc im-
sasrealidades tras esteporcentaje. En heráldica hav franjas y posible. La estructura "en hojaldre", a la que era tan sensible
lianjas. Desde un punto de \ista formal, las variantes)' subya- y estabatan acostumbrada la mi¡ada medieval, desaparece,,v
antes pueden multiplicarse hasta el infiniro. Ydesde el pLrn- laüstaya no sabepor dónde empezar a leer, dónde debe bus-
to de vista si¡Ibólico, la diférencia es impoltante según estas car el fondo de la imagen. Por estarazón todas las esffucturas
listasfiguren en los cscudosde armas de individuos o familias raEd¿rsfr¡eron consideradasperversas,casi diabólicas.
quc existieron efectivamente!o bien en escudosat buidos a De un refinamiento extremo, la ciencia del blasón posee
personajes literarios o imaginarios. En efecto, cuando com- por 1odemásun léxico precisoy abundante para calific:uy dis
portan figuras listadas,las prirDeras son neutras en el plano tinguir los escudosde a¡mas compuestospor franias horizon-
simbólico, rnienfas que las segunclasson muv negatiras.\tá tales Cajados),\ericales (PaLldos),oblicnas de izqriierda a de
moslo en detalle. recl\a (band,ados)\ oblicuas de de¡echa a izqtierda (banactas).
El vocabulario del blasón desconocelos rérrninos r¿J¿r r r¿- En he¡áldica, éstasson cuatro estructuras de superficie dis-
'yt¿o.Tampoco cuenta con un término gené co pa.radesignar tintas. I-aritres primeras son abundantes)pero la cuarta, salvo
el conju¡rto de figuras o estructuras¡avadas.Sin embugo, dis en ltalia, es escasa1.,dada su escasez,poseecierLaco[notación
tingue con daridad el myado que resulta de la di\.isión de un peyoratila. Como la capa barrada de los carmelitas, los escu
plano en un clete¡minado nítmero de rayas o bandas (/dr¿¿- dos cle armas bar¡ados Siozaronde mala reputació¡ durante
¿i¿¿¿,del que se dispone simplemente sobre un plano uni- mucho tiempo y a vecesla he¡áldica lite¡aria los usó pa¡a los
do (particiones irregulares o picz¿r).En el primer caso,el nú caballeros felones ,vlos personajes mal nacidos, en cspecial
mero de bandas es pat solo hav un plano v la bicromía está los basta¡dos.
perlectanente equilibrada. En el segundo, el núDero de ban- Pero la ciencia dcl blasónva aún más allá. A parti de estas
dases impar, hay dos planosy el color dominante es el del fon- cuaho estructuias listadasbásicas,constnrye mullitud de va-
do. P:ua el blasón -y la mi¡ad¿ medieval en gene¡al-, las au riantesjugaDdo a la \.ezcon el número y el g¡osor v sobre
téntic:isra)¡asson las líneasdiüsorias, o lo que es lo nismo, las todo con la forma de las líneas que delimitan estasraltrs: rec-
que fusionan en un ún;co plano la figum y el fondo. Visual- ta,s,curvadas,¡otas,onduladas...Analicer¡os, por ejemplo, un
mente es imposible determinar cuál es el color de la figurir Y escudo ravado horizoirialmente. Se considera/ajado si el nir

35
| \s \r st¡ tr L!\st,lt l)¡¡¡t(t l, : l l) r r l) l) y sr ¡ sr t r r ! ll, s r r I r r v: r s

r (, (l( lisllls-sicllrl)r'rl)lr- cs sl|p(r i(r ir (x¡(), lxr{) (lcyic c rcrr(ir(txs pcrnritcn distinguir los <liferentcsclirncs,ctnias{)
'r(
btrn,ltrlt r lt.uri tlt dicz- A su vcz, el escuclo/¿?frrr¿o pasaa ser gfrp()s li¡¡riliarcs.': En Escociaexiste un sistem:1Par'ecidomc
lt.lt.¿ann uulo cr^nd() las líneas de delimilación soDcurradas, (liante los tar|:rnes,cuva historia se remonta apenasmás allá
llj( .aondadocuando son onduladas,./¿J¿¿o-al)luna¿o c\tarld,o clel siglo x\]II, aunq(re las estructuras socialesen que se apo-
cstÍn ()rnadas de alme[as, iljado d,¿nt¿llado cuando estáfor.- var son diferentes.'r Sin embargo, en ninguno de estoscasos,
nrrdo pol dientes, o Jaia¿a-centelleant¿ crrandolos dientes son ni en los dcmás, el código está tan desar¡ollado ni es tan ¡e
nrás¿rccntuados.Este sistemacs infinito Y el código, sie¡rpre finado como en la he¡áldica. En relación a los emblemas usa-
dos por otras sociedadesy culturas, el escudo de armas
Estosejercicioseeométricosy lexicog¡áficossobre Iasrar.as presentaademásla particularidad de que puede lüncionar so-
no son ni especulacioncsni divertimientos gratlritos. Al con- bre cualquier soporte: madem, piedra, tejido, papel, metal,
Lrario,permiten a la heráldica, apoyándoseen figuras simples piel... El mismo escudo de armas puede ser dibujado, pi¡ta-
y de fácil representacjón, dorar de escudosde armas al con- do, grabado o modelado de mil maferas distintas y seguir
¡r¡nro dc lir st¡,ied¿d.¡si ¡ orno e\Lnble,
er agr¡rpd,ionr5 ) arú siendo el misrno escudo (en este sentido es comparable a una
cular vírrculosde parentcsco.Por cielnplo, en el seno de una letra del alfabeto). Además, en heráldica se da siempre u[a
misrn¿familia, la rama de los primogénitos contará con nD es- p¡ioridad de la estructura sobre la fonna: el escudo de arrrlas
cu.dofajado d,eplata ) ¡zzur-es decir: con ravas horizontales no es una imagen, sino una estructura de imagen. De ahí que
blancasy azuJes-,mientras que ¡asramasrienor-cs ter]dr-ánes cualquier fr-anja,sea cual sea, es en mayor o menor mcdida
cudos de :rmas de los mismos colores,pero litja(lo-andados, de esencia heráldica, pucs cs también una estructu¡a antes
fa-
jadtrcnteLleanteso faja¿o-alnerLa¿lot.ylsüalmente, el cf¡cto re-
que una form¿.
sultaDtc es suficicntelneDtc hoÍrogéneo como para subra\aa Ot¡a ca¡acterísticaorigirlal del sistemahe¡áldico etrropeo
l¡ cohesión de lalámilia, dado que todos los escr¡rlosde ¿frnas re s id e e nl ¿ a r r i b u ,i ó u d e e s e r d , ^ d r ¡ u r a . a ¡ e r . , ' r r r i e ' i m . r
se parecen, pcro al mismo tiempo se intr.oducen las diferen- ginarios:héroesliterarios,persoDaies bíblicos,criaturasm;
cias (las ánsanzren la lengua de la heráldica) qr¡e perrniten tológicas, personas divirras,personificacioncs clc vicios y vi¡-
disdnguir las distinras ramas. (lon una ccoDomia de rredios tudes. Estasat buciones surgier'oncon los inicios cle la
notable, los escudosde armas permiten expresa¡ estr-uc1u¡as heráldica, a mediados del siglo xtl, y perduraron hasta la ópo-
dc pa¡entescocxtremadame¡te sutilesy complejas. c¿ moderna. (]racias a estasar-masimagin¿Lrias, el historiador
La he¡áldica europea no es la ¡rnica que recur-r-ea las ñ,an- dispone de abuudante material para el cstudio de Ia dimen-
jas I superficies listadaspara trarhrcir en i]lrágeneslos vfucu-
sión simbólica del blasón, hecho que casino permiten los
l osd e pa r e n trsro.In e\pe(ial en.\.ia. { lric ¿ I \ rrre rr, . rd e l escuclosde armas de !'erdad. Si se relaciorla lo que se sabeo lo
S ||r exisle nr ódigos.imilares, rrr,rtunc iú n c s . i r¿ r. . ,r¡|| ir-
que se cree saber de un personaie I las figuras o color'eshe
dividuo en un grupo, y dicho grupo en la sociedacl.Esros ráldicos que le fueron atribuidos, es posible aislar sistemas
códigos se inscriben casi siempre en soporrestextilcs, ell \'es de valores,así como determinar lo que cada una de estas
tidos o en accesorios\estimenta os. En los paísesandinos, fiBlr¡asy colores significabao connotaba en la sensibilidad,vel
por ejerrrp]o,las telasra,vadas o de rramasfina]))cnlc (lili, imaginaúo de los hombres dc la EcladMedia.

36 57
1 .,\s\r \r r r It\s t'rt l)¡\¡t0 l l l l ¡ i , r l r Lr¡ r r s , r t r ¡ r , ¡ r , rt , r r r s

li( slx ( t(, :r lls ll1r)jls y litsfiguras "¡.irlir(l1rsD,


c¡lc()n(ra,l)os (i( ¡l( s ¡ l l r i L r i l l ¡ sv | o j ; r s -l i s t ; r sI l t r r i r s , t r l \ ( r ( l ( ( ) fi l t c r l ) r ' ( !
( n l{)s( s(ll(l()s(lc irrmasliter.¿u.i()s e ¡naginar-iostorioslos as vc i/al.s()¡rplob¿blcme¡te lrerenci2r de rur antigLr() csl:rrl(lllr'
lx1 l(rs lx,)()rativos quc hemos destacado en ¡elación a la in- te f¡rrd:ll, Lursig[o risual de agnrpación.Son u]r enrblerDl prcs
rlrrrrrtntaria v la iconog¡afia.La rnavoríade escudosde a¡- tigioso v ro lln sírnbolo desprcciatilo.]'¿Cómo pelcibia cl
r)irs (llle cuentan con ra) as son malos o nefiativos,Los textos pirblico la diferencia ertre los escüdosde ar-masrcales,v los
Iilcf:rrios dotan de estosescudosa Ios persondes felones,p¡ín- imaginarios?¿Porqué toleraban ciertas familias, ciertos pr-íD
.ipcs usurpadores,personajesrnal nacidos (ba-stardos, ptebe- cipeso ciertos señorestener un escudora) ado sabiendocdno
y()s...)) a todos aquellos cuvo comportamiento es cruel, sabianqu(] en numerosostextosliterariosy en numerosasobras
rlcshonesto o impío. En las imágenes, estosescudos¡ayados de ar-telos personajes negativos llevaban escudos semejan-
imaginarios (fajad,os, bantlad.os, palazlos...)se atribuían en ge- tcs?.jse trata de una cuestión de contexto, de nivel de lectüra,
nerai a los reves paganos,las criatruas diabólicas v las perso- de recepción?En todo caso,el código de los blasonesaparece
nificaciones de vicios (sobre todo la ir¡constancia,Ia rnenti¡a como uno de los más eficaces,pucs es capazde atribuir a una
y Laastucia).Ciertamente, estasfiguras heráldicasconstr.uidas misDa estructura de irragen dos sistcmasde valo¡es diferen-
a partir de f¡anjasno representanla totalidad de la-sfigLu-as ne- tes, c incluso opuestos,
gahvas-compaüen est¿función con \?rios animales,como el Las actualesbandc¡as son una prolongación moderna de
leopardo, el mono, el macho cab¡ío, la serpiente,el dragón v los escudosa íianjas. Alrnque retornaremosesta cuestión más
el sapo,y con otras figuras geom¿tricas,como la luDa crecien, adelante,es imporllnte recordar aquí que rnuchasde las ban-
te y el ajedrezado- pero constituven buena paÍc de la r-epre- rleras europeas tienen su origen en antiguos estandartesl¡u-
sentación de lo negativo.3,Además, la nodihcación dc las Ií- daleso en antiguos escudosdinásticos.Yninguna baodera, ya
neasde de¡jmitaciónpe¡mite da¡ cuenta de maticesydistingui¡ seanacional o estatal,es peyorativaa ojos de los que las usan.
Divelesdistintosen el senode la connotaciól pe],o¡ati\,a:un ca En este caso,el código se halla definidvamente desvinculado
ballero provisto de un esctrlc:fajado erapercibi.lo como un de sü \'erLiente imaginaria o negativa. Con todo, hoy en dia
caballero felón, pero de felonía mcnos aguda que la de uno aúD q[eda rast¡o de este compoDente en la lib¡ea o indu-
dotado de un escudofajadcrcntell¿antc, con lianjas horizonta- mentaria de los criados. A pesar dc que \tr no son diabólicas,
les cn forma de cab¡ias.De nuevo en el caso que nos ocupa, las ratas siguen siendo marcas que desvalorizan.
hay ralas v rayas:todas ellas desvalorizan,pero no rodaslo hii,
cen en igral grado ni de la ¡risma marera.
La cuestión que se plantea al historiador es la de saber
cómo es recibido y vivido este código. En la heráldica imagi
naria, casi todos los escudos de armas ravados e¡an negati
vos; sin embargo, en la ¡ealidad son innumerables los que Iu-
cen franjas. Y algunas son prestigiosas.Por cjemplo, el ¡ejDo
de Aragón cuenta, aI menos desdefinales del siglo )ür, con un
escudo de a¡rnasf¿l¿¿o deoro) gules,es decir, con Íianjas rer,

3E 39
D e l a r a ya h o r i zo n ta l
l a ve r ti ca l , y vu e l ta a tr á s
( si g l o s xvr-xrx )

fl n la épocamodernase insuuró progresiramenleun nue


Dro o.d.n de lar ra1as.Aunque lasanüguase¿racrerísticas
no desaparecieroncompletamente, las rayasadquirieron for_
mas y signficados nuevos. Su uso textrl se extendió en adelante
mucho más allá de la indumentz.riay de la emble¡nática:la de
coración interiot el mobiliario, la higiene, la vida cotidiana v
la ma-rinahicieron cada vez mavor uso de ellas A estadiversi-
ficación de aplicaciones corresponde una diversificación de
los significados.Ya no todas las rayasson peyorativas Al con
trario, el Antiguo Régimen conoció la aparición de ra)as "Po-
s it i v a s - .r ¿ l o r i z a d o r a sq. u e . e n l a é p o ( ¿ r o m ¿ n l i . a . n o s o l u
a¡runciaúan "el alba de los nuevos tiempos", sino que incluso
casi acabaron con las ra,vas<negativas, Al mismo tiempo, se
atenuó y despuésdesaparecióel predomido de las rayasho
rizontales. Se multiplicaron las rayasverticales, que la Edad
Media había empleado con mucha moderación Esta p¡olife-
ración de rayas acarreó a su vez la aparición de nuevos rit-
mos y esfuctuÍas: las rayasya no eran estrictamentebicromas;
|\!\r t)t ti\\ I l, t \ llr r I l r ¡ l , rr r r r . lrr 0 r i ¿ , , r r ti,rrlli r r ( r l r r . r l v ! r r t l l i r 1 r l I i r \

r l t( ) r irp( xlíarrscr-(l{ tr(.s() (¡r cu;rrri)({ ' l)r( s , (. irrrh rs o s c lrr r l l r r l rcrr r c s t : t L ¡I r n I r l i ¡ ¡ r r IiIoI . l r ri r r r h r r t )r(r l x ri i t v i r( ¡ c r ' i(i r
¡x rli-
rr()rnasi!lacquiclisl:rncia dc lasli)easquc {lelirnil¡rrI¡s rx\:rs Lrrralirnt irin Iirel rcmentee¡rblellr:rticav h¡cí¿ [Ir Lrsoill)rrrl
dejó clc ser una regla absolüa. (l;r¡rtcde las favas.
Estav:rriedaden la gcometría pe¡mitió superar las a¡riguaj Parcceser que las p¡ineras prendas a ralas que indic¡-
clasificacionessocialcsinsc¡itas en lalestimenta. Como las aa- ban una condición inferior, aunque no necesananrente Pc-
yes habían dejado de ser diabólicas-o no lo er-anexclusi- vorativa o diabólica -a pesar de que esfasnociones sean dilí
vamente- podía llrcirlas un sector mucho más amplio de la ciles de separar totalmente en la época feudal-, las listieron
socicdad. En la Europa del siglo xvnr conr,ñían las ravasaris- los lacalos <lelos serlorcs:en ün priicipio, siervospalaciegos,
toc¡áticasv las campesinas,las festivasy las corrientes, las exó- mozos de cocina,v de cLradra,) ser\idores en los banquetes;
ticasy las donrésticas. más tarde, hombres de armas, palafreneros, Picadores, sar
gentos, prebostesv minist¡os de todas clases.A coütinuación,
De lo diabólico du¡ante el siglo xII, el uso de las ravasen la indumentaria se
a lo domésticr t c\rendio ¿ lo¡los aquÉllosqrrcñ, upabanun .arco o quc \ r\i¡n
El estatusde lavestimenta a ra)as a finales de la Edad Mediav dc Ia rnagnificencia de los serlorcs: coperos, ohciales ür:lvo_
a principios de la Edad ModerDa se ca¡acterizapo¡ una t¡an- res de Ia casareal, lnonteros mavo¡es,halco[e¡os, heraldos de
sición bastante rápida de lo diabólico a lo domésrico. \'a sea armas,bufonesv músicos La listavaría segírnlas regionesy las
de manera independicnte, ya sea en asociación con sus anti- décadas,I ta¡nbién según el tipo de doclrmentos,ya que
guas con[otaciones de impureza o transgresión, las ravas se las imágenes ofrecen un naterial más abundante y dil'ersifi_
co ierten de forma paularina en el p¡imer signo distintivo de cado que los textos.Al Pa¡ecer,fue en los paísesgernánicos,
la coldición servi] o dc una función subaltcr¡ra. por estar-a- y en especialen la AleÍlania renana y tleridio[al, donde esta
zon) su uso va en aumento. práctica fue más precoz. En estasregiones seglri¡ía Presente
A decir verdad, la apa ción de ¡asrat'asdomésticases an- durante toda la Edad Media y se prolongó llasta bien entra_
Lerior Si nos remontarDosmucho tiernpo aü-ás,podemos ha da la Edad Nloderna.'
llar ejemplosen la Roma de la épocaimperial., Sin embar- Tras Ia apa¡ición de los escudosde armas a finales dcl si-
go, las que nos ocupan aquí son csencialmenre dife¡enres v glo xrl, las ru)as domésticasde la indumentaria,v el código del
tt( r r cr r\u or iB en en Ia epuca fertrlal.A p a re c e ne n e l || a n s - blasón parecen coincidir. A Parti¡ de entonces' las rayas bi_
(irrr'sodel siglo xI, cuando la sociedad occidental se dota de cromas del personal doméstico,vde los oficialesal servicio del
rllrrcas taxonómicas cada \.ezmás numerosasv la \,estimenta señor toman los colores beráldicos del señor, incluso si el es-
s( c()nvierte en el soporte privilegiado par-ainscribir la ma- cudo de arm¡-s de este lle\a una figlrra qu€ no está ralada Aqüí
!or ¡il (le estos signos.Fo¡r¡as, colores, texturas, motiros, o¡_ cabesituar el nacimiento dc lo que más tarde se llamará librea'
||irrl1rrt()sy accesorios sir\,ena partir de entoncespara clasi- Además, se cstablecede forrna gradual una suerte de equiva
Irr :|| rr l¡¡si dividuos I los g¡upos, !, a reces,para expresar lencia entre la indumentada heráldica divididzren dos partes
lo¡ vrrrrrrlos (lc pa¡entesco, dependencia o de relación -es deci¡, dilidida verticalmente en dos mitades dc colores cli-
r lrr. l,rsrn(.n. Ar¡nquela heráldica propiamenre dicha aiin férenteF v Ia indurnentaria prolista de ravas.Esta equiralen

12
L L\ \ L\ l llr LR \ s D ELD a ¡L o Ile la raya horiontal a la le¡lical, v vueltrr'nlris

cia durará hasta el fin de la Edad Media y \,aldrá tanto para la estacosturnbre reapareció de fonna episódica du¡ante los si-
lib¡ea doméstica como para la indumentaria de Lrs excluidos glos r\r v xlx.
y de los réprobos,de los que va se ha hablado.rEstecasoes Ei l'ítrculo que cn el señicio doméstrcose había estableci-
ejemplar desde el punto de vista estructr¡ralporque señalala do entre las ¡aras v el hombre negro dcjó üna huella Profun
identihcación por parte de Ios hombres dc la Eclad\,[edia de da en Ia pintura Y la estaÍlPa. Desde finales del siglo xr" por
Ia bicromía simple (partida por la mirad) 1 la bicromía repe- ejemplo, en muchasrepresentacionesde 12Ñlora¿ió¡td¿h¡sttt¡t'
tida en secuenciasaJternas(ravas),un modo de ver que no gos,ei rel rteglo lleva un tr{e a ravas-:Erl el siglo sigrricnte'las
es válido actualrnente. ¡avasse conoi¡tie¡on en un ver'dade¡oatributo iconográfico
'Iambién tiene un filerte ca¡ácter metoní¡nico, porque pue- Sin emba¡go, Baltasarno era ni un esdavoni un pelsonaje so
de que solo una prenda o parte del vestido estéralada o par- cialme¡te clesvalorizado,más bjen al conÍarjo Pero se había
tida por la mitad I que estapartición valgapara la roralidad de conlertido ya elr costurnb¡e asocia¡las vesticlu¡-as listacl'?ls corl
la indurnenta¡ia. Con frecuencia estees el casode las calzasv el hornbre afiicano, indePendic[te ent€ de su Posición so-
las mangas. Las calzaslistadas (pensemos en sanJosé) o las cial- Un pintor cono veronés sielnPre\'estíaa Ilvas a los hom-
mangas de dos colores bastan para indicar un rasgo negati- bres negros que ponía en escenao -r efinaüriento propio dc
vo, Ia seamoral o social.En la cstructu¡a medieval,la parte \'a- u[ gra;artista quc se iüita a sí mismo- situabajunro ir todo
le siempre por el todo. hornbre neglo un hornbre blanco co ropas ljstadas
Entre priucipios del siglo xv v mediados del siglo Xu la La asociació[ entre el hombre neg¡o y las ra,vastuvo una
moda de l:rs ravas domésticas, llc!adas tanto por homb.es existcncia particularmcnte larga en el grabado, en el tcatro Y
como por rnujeres,alcanzasu apogeo. En las imágenesabun- en todos los esPectáculoso rituales en que se usaban disfra-
dan los sirvientescon blusas,!estidos o dclantalesa rayas. ces.El sinple hecho de llevar raYasbastó en toda la épocamo
También so¡rnumerosos,sobre todo hacia el año 1500,los derna para transformarseen un 'salvajen,para transgredir el
pajes,¡acayosy esclavosnegros representadoscon ropajes lis orde[ socialv cultural. Superando incluso et ámbito afiicano'
tados.A las rayasdonésticas se arlade así una importante ias ra,vasen la indumentaria se convirtieron cn el signo ge-
dimcnsióD exótica. Al pdncipio este lenómeno fue exclusi- nérico de lo cx¿)tico) de las formas de vida rnás rLtdimenta
vamente italiano, sobre todo veneciano, porque el patricia- rias.oLosinclios de ,\mérica y luego los inclí¡lerrasde Oceania
do de \¡enecia hacía veni¡ de África adolescentesdestinados ta¡rbién fueron r-ep¡esentadosde esta rnancra, va iuera en su
a servir en sus palacios.l Este toque africano slr convirtió rá- vestirllenta o en sus plnturas corPolales Para Occidente' la
pidamente en una moda y se extendió a una g¡an parte de la ¡-:r'a o al menos cierto tipo dc ra,va-se había convertido en
península italiana, para expandirse años despuésmás allá de la nr:uca obligaclade los pueblos que l:ral consideradosme_
los Alpes. Cada palacio, cada co¡te, tenía sus esclavosncgros, ros "cir ilizados".
a quienes se vestía con trajes a rar.as,Estasexprcsaban a rrrr ( irrr l()dr), las ra,vrsdoulésticasno desaP¿recieron Heráf
t i e m Po:u Ir iq en ori¡rrt¡l,|¡r,r l¡ r ir ilr¡¡¡¡i, ¡r |lr¡(li¡ \ . ' 1 . \ lr i ¡li¡ ;rso rro. r'ccr¡r-ritr rxr todo el ,{ntiguo Régirnen bajo la for-
, r r el,r F\¡n r ¡ cl ()rir'¡rrr.) \r¡ L,, rIr' I r, ¡ r¡r, r, l , l i l r r r ' . r sr,' i r r ¡l r r s ¡ rs o l r r r r v i \ ' i e r o h n ; r s t am e d i a d ( ) sc l e l
¡ t ¡ ¡ r ¡ lir ir .,r r scIvil.,\r¡rr(tr¡(.(n(¡(.,,,(l ¡! , t ; 1 , 1 , \ |,I n¡(1
r¡ , ll'
1 rilll, ri¡1 1 ,rr.r . r ' r r , l ¡ l ¡ r r l , , , , , r r ; r r : ¡ ' N r r ¡ i ¡ l : Ir r r l i r I r ) g l r r ( ( r I i vr i c r ( )
| \\ \,rsl|l1l lt \\ t, |l |) t \ t(| I ) r ' l , rr r n . tl t o tt z t ' t r t , t l ,I ri r\ ( r l r r , r l r \ ' r r (r r i r ' r r r ' r s

r i ¡ r ;r .( sl ¡ l ) r ( r (¡ir,irrnrt)ll(L);rrrrarillit \ ¡lc l¡r; r, riil)i(llt rt t (. rr(. ir rrtl( lr()\.rrcr'lx)srrrili(lucs err ln rllayoría ttc Pxiscscr olx\)s
sc clrrvifrió en [ürt)pa \ cn Esrad()s tinidos en el rtr ibr¡l()cs, I\l:istarclcverc¡noscórno llcgartxr al mLtndode los rlrai-rne_
pe.ífico de a\,udasde cámaray malordonos.r ros Por oua vía-
Aunquc actualmente se encuentra rtuv cn clesuso,su rc
cuerdo siguc rilo en el cine, en las caricatu¡asv en los cómics, De lo doméstico
tres terrenos de c¡eación en clue los atributos de la lestimen_ a 1o romántico
ta.juegan un papel esencialv en que, graciasal chaleco de ra- Paralelamente a las ra\as domésticas,que recorren sin ecljl>
yasverticales,un mayo¡dono es inconfundible. Uno de los más saisetodo el Anrifpo Régimen, se dif[ncle e1rla época modcrna
célebreses Néstot el mavordomo del capitiin Haddock pucsto oüa catego¡ía de ravas,que ya no son diabólicas o despecti-
en escenapor Hergó en las aventurasde Tinún. Seacual scala \ias,sino, al conffaio, \"¿lorizadoms.Son las raÍas aristocráticas'
crrcunstaDcia,Néstor siempre lleva su librea a rayas. a reces rrunda[as ,Ysiempre de buen tono! que se ponen de
I r r la sp o .r rimeriasdcl \ig¡o \t\. cn ln g h rc rra s ed e n o mi moda dü¡ante alga¡nosdecenios a partir del siglo )'\'I l triunl¡rn
naba |¡gersa los criados que llelaban un ctraleco de este en la segunda mitad del siglo x\'IlI, dltrante €l prirnel roman-
estilo; a menudo se trataba de africanos.Las rav¿rs domésticas, ticismo. At pr_incipioestamoda sc mirnifiesraen la indume[ta-
exóticas y aninales las del felino se fusionar-onasí en una ria, ] después,de Lrnmodo progresivo' en olr'os soportes ter-
sola metáfora más o menos pet,orati\¡a.Aunque hace mucho til¡s. subre r¡r lo lo\ rÉjidL,'dcl nrol'ili¿riu
licmpo que estos¿ig.¿rJ )a ]lo p¡estan susserticios en las man En reali<Iad,este fcnómeno Ya sc estabagestancloen va-
siones de sus amos, han per\¡ivido en los anuncios publicita_ rias ciucladesdel norte de Italia a Partir de linales de la Edad
rios hasta mcdiados del siglo xx. NIedia.A mediados del si¡¡loxn', desprrésde l:r Gran Peste,en
Los uniformes constituvenotra prolo¡gación <ieIa mra me ciudadescomo Venecia,Nfilán o Génov¿r,la alegría rle vivir in
dieral y dc la librea del Antiguo RégimeD.A1 principio eran dujo a losjóvenes lobles v a los ricos pat¡icios a incül-rir en
unifbrnles civilcs-gr¡a¡dasdc caza,oficialesproYinciales,fun_ todo tipo de excesosell la vcstjrtenta. El nlás imPortante
cionarios subalterDosde todos tipos-, y despuéstambién uni- de estosexcesosfire el uso de ¡¡alasparcialmcnte rayadas Las
fo¡mes rnilitares.Tarnbién en estecasolas ra\,,as y los blajones listas se empleaban sobre Lodo en mangas) calzones,1, illgo
unielon sus códigos pa¡a crear sistemasde emblemas, o¡ga_ n u c \ o . n u e r a n h o ¡ i z o n r ¿ l e . . . o r n ol ¿ t q u c \ e i m p o r l i a ¿ r é
n¿ar grupos v.jerarquizar la posición de los jDdividuos en el p¡obos y exclüidos, sillo \erúcales Estain!'ersión atenlrabade
seno de estosgrupos. En el árnbito militar, los lansquenetes alguDa manera el escándaloque seguíaconslituycndo el he-
(tr'aduccióDdel término alemán ¿¿¿dsknecht¿, liferalmentc, cho de vestir trajes ravados,Pero no bastab¿par?relimitarlo
<servidoresdel país"), militar-esalemanesal ser\.iciode las toLimente. La idea de una transgresiónclelorden socialv mo-
gra¡rdespotencias,fueron los p meros en distingui se po¡ lle_ Ial -transgresión sin duda buscada por los q{re se vestían de
vat a pa.rtir del siglo x\¡, un u¡riforme con fianjas. A paflir del tal guisa- següía siendo rnüv acusada.'(lon todo' esta [ueva
siglo n¡rr, cuando nace reahrente el uDiforme en el sentido moda füe efiner-a debido a las leres,v las :rutoridacles A par-
moderno del rérmi¡ro, las ralas milita¡es, en asociación con ti¡ de 13t]0 se volvió mucho más cliscreta,Pero no desapare-
t{xlo tipo de enseñas,estandal-tes bancleras,se extendieron ció por completo.
},

.16 t1
l r ¡ L r r , r r , ¡l r r ¡ r j z r , ¡ ¡ tr.rrl lr rr ¡ r r i r : r l I, r r r r ' l t rrrr r r : r s

Lrs rirvirssilluicrt)r)(.1 ¡a sorrl)r.irrlrrrrrrrrlt.l sigkrsierricrr


Sisrri()rrn laluo petírxt{)sin lit}:rs,salrl)Lr tírnnlrrcxctlx iirrr.
rei cllar)d()la sevcfa.ol-tedc Borgoñairnpusoa trxia Errropa
1 fillalesde sigLo,de la vcstirncntecortesanay los irccesorios
susvalo¡es, sus cócligosv su liderargo en lo tocante al proto
cle los vesridosfemeninos. Per'oni el gusto clásicofi_ancésni cl
colo ) la veltirnenta. Habrá que espe¡ar hastahnales ctesiglo,
bar¡oco italia o o germánico cultivaron las supcrficics o los
) sobre todo hasta principios del sig¡o x\T, para que Ia moda vestidoslistados. Solo una cie¡ta atracción po¡ Oriente I por
(re tas ravasconozcaun m¡evo florec;miento,
p mero en Ale- el Impedo otomano puso dc \€z en cuando en prirner plano
mani¿r,despuésen Italia,v más tar.deen Fruncia e Inglaterra.
algunasmtas cxóticas-Estasde\'inieron más frecuentesen ¡-ra.n-
Lo-stiemposhabían cambiaclo,v estasmYas(modernas,,va no
cia bajo la Regenci¿, para extender.sepor Europa a media-
sufrieron cl op¡obio de las ante¡iores.AIguDossobe¡anos
dan dos del siglo x\.Iu. En aqucl entoncesera comrin la afición por
ejenplo ,vse hacen retrata¡ enjubón o en calzones ralaclos
dis{i:rzarse o engalrnar-se con ropas de sultán o sultana, y a me-
(FranciscoI por Clouer, Enrique VIII por Holbein).
Los prín_ nudo era simplemente la tela listada Io que confería un toque
cipes los imitaron. Las franjas ver-ticalesse torna¡on aris_
oriental al Lraje.
tocráticas,mientras que las horizontales sigujer-onsiendo
Todo cambia a partir de 1775.En un deceDio,el de la Re-
se¡vilesen ¡a maloría dc los casos_Solamentela corte
de volución americaDa,las raYas,airn poco frecuentes v exóticas
España,heredera de 1aaustcridad borgoñona, rcsjstió
a esta una generación antes, empezaron a invadir el unive¡so de la
tendencia gcneral, culo pr.irner apogeo parece situarse en
indumentaria, las telas,los emblemas y la decoración. Fue el
torno a 1520.A contiruación. la Reforrna protestante,las
inicio de las ravas ¡onránticas v revolucionaias, ¡acidas en
grerlas, las dificultades económicas,los conllictos políticos
r el Nuevo Nfundo, pc¡o que encontrarían en la vieja Eruopa un
religiososy la (lontrarrefb)-ma católica faYorecie¡on el retor_
ter_renopa¡ticularnrente fértil. De hecho, asistimosa los albo
no de una indumentaria más cstricta l,oscura, en Ia que
res de un fenórneno de gran magnitud, que tendrá más de me-
apenash¡bía lugar para las fantasíasraradas.¡
dio siglo de duración y que abar-car-á todas las clasessociales,
E\t¿\r e sr ¡ r S icr,'n
crr Ie primer.rmiradrlrl s ig lo \ a t r. \ o b re
transformando p¡ofundamente el estatusrisual y cultural de
todo duranre las décadasde 1620y 1630.Du¡anre dos
déca las raras y de las superficies listadas.
das, las modas españolas,entonccs (iornrnantes,perrnrtrer-on
La irrupción de este nuevo o¡den de las ¡at?s se vio favo-
una pequeña brecha lúdica en la indurnentaria, a tra\,ésde
Iecida por el declive del carácter pcyorativo qüe se le había
la cual irtentaron abrirse paso las ra),as,sobre todo en la in-
atribuido desde la Edad Media. Sür desaparecerpor com-
cturncnta¡ia masculina (mangas,faldones calzas)_General
). pleto -rnás ta¡de examinaremos en qué medida aún estápre
mente eran listassombrías,caraz.,a.ggiescas, que alternaban ocr_es sente en nuesll'associedadescontemporáneas-, este carácter
v marrones, negros 1'\rioletas,a vecesverdesv oros. Esta moda
pevorativo, aún bien marcado en el siglo xvli, se torna más
solo afectó a la aristocraciay fue efimera. Se extinguió
al mjs_ discreto y circuDstancialen el siglo sigrriente.En estesentido,
Ino tieüpo que terminó la gucrra ¿lelos Treint; Años,
un son significati\os los discu¡sosde los natumlistas sobre la ce-
lxx:o antes de mediados de siglo; sin duda los lansquenctesl br-a,vel lugar quc se concede a este animal en los sistemas
sr¡slr:ljes a ravasaccbradas,que quizá habían contribui<io
a de r.alo¡cs.Si los zoólogos del siglo X\.Iy de principios del si
l;r rzrrrll, avuda¡ona depreciarla.r!
glo xvli consideraban este <asnosalvaje' como Lrnacr'i:rtlrr;r
(l
I \ s \r 's f ,r R\\ DrI ltr\r1r l)¡ l,r l r , ' r l , , ! r r ' rrl rI r \ , r r i (r r l ,r ! r r ¡l r . rr r l r . r s
',r\,r

l ) ( liBr ( ) sac ir :r¡rcrli<tir. iuclLrsoirlprrrir , llllli)r, l)(, r ( l { ¡, r) s( cx¡r¡rr<liirr'arl)i(l:u¡cotc crr (r :r gfiru P¡rlc (lc lrrs¡¡¡it tl:ttl
, r ,,r i , , r i , , rr e | |:, rr¡,rlrlus;nrn,¡lc.rn.rs ¡rrr¡' n rr, ¡: l. . rr, - Irrto e[ Francia co¡ro cn los demás Paísesdc l-Lrr'o¡ra- ltt
' '
bra es quizá de todos los animales cuadr_úpedosel mejor he- rlu . o I r r g l a r err¡ . q r - e r r e l p a i . q u . e r r u n p r i n , i ¡ ' i r , * ¡ ' t ,
cho y cl vestido con mayo¡ clcgancia;úene la hgura v la gracia tendía atacar,se unió a estamoda a mediadosde l()sitir()s
del caballo, la ligereza del ciervo v la capa ra,vadade cintas 1780.A partir de enloDces,rven todo el viejo continenie,sc
egrasy blancas, dispuestascon tanta regularidad I simetría adrirtió un verdadero florecimiento de las ra,vas.Vestidos,
que parece que la naturaleza haya hecho uso de la regla y chaquetas,casacas,abrigos, leYitas,chalecos,enaguas!corPi-
el compás para pintarla. Las estr-íasalternas de negro ) blan- nos, bajos: tanto en la corte como en los pueblos, la ¡rayoría
co son especialmente singulares porque son esfechas, pa¡a de la vestimenta era ¡avada o podía serlo. Las rayas aristo
lelas v separadascon gran exactitud, corno una tela ravada; cráticasy las ravascamPesinasse encontraron,y a reces se
no solo se extienden por el cuerpo, sino también por la ca- confundían, como en las escenaspastoriles v canlpestresde
beza, por las ancasy las patas,e incluso por las orejasl la co- las que los pintores v grabadorcs de la época nos hi¡¡ dejado
l . r .Fn la hcm b r¿.c\ra\ c\rría\ son alrerna ri\ a mc n r(n c q ra sr tantos tcstimonios.
blancas;en el macho, son negrasy amarillas,pero siempre La nueva moda de las ra,vaspasó lentamente del ámbito
cou un matiz mul vi|o y brillante sob¡e el pelo corto, de la indLrmentar-iaal de las telas para la decomción de in-
ñno v espeso,cul'o lustre aumenta la bellezade los colores".ri teriores v el mobiliario: colEladuras,cortinas, taPices,mue-
Buflbn es un hiio dc las Luccst las ra,vasni le inquietan ni bles t'telas de Lodaclasese cubrieron paulatinamerrtede
le repugnan co¡no a sLrspredecesores.Al conlrario, le intrigan estadecor-aciónsobria y regular que rompía con las gulr
y le seclucen,como i¡tngan y seducena suslectores,r'asuscoll- [aldas, los nroteadosyl^s chinoiseríes* de la época prcceden-
temporáneos, Evidentemente, la moda de las ra,vasno se de- te. El gxsto neoclásico también favoreció la expansión de las
bió a Buffon o a su ff stoireNaturelh,,sin ernbargo, esta obru da- ravas-Estaseran finas, verticalesy de colores más vivos y más
ba I'e de una nuer,:r actitud. La moda mode¡na de lzrsr-alaspudo claros qlre en los si€ilosxvl,v x\'ll. En adelante dominaron
iniciarse. las combinaciones rojo-blanco, azul_blanco,rerde blanco y
En el origen de estamoda estabala Dnericanofilia de Fran- 'i.e¡de-amarillo.Las ¡avas dan una ma,vorsensacióDde espa-
cia y de los paíseshostilesa Inglaterru a finales de la déca- cio en las habitaciones, dinamizan el ambiente e iluminan
da de 1770. La Revolución ame¡icana también es hija de las las superficies.Er-rlas artes decolativasfrancesas'el estilo
Luces,y la bandera de las trece coloniasamer-icanas, aebc- Luis XVI, en su etapa final, \', sobre todo, el estilo Dircctorio
l:ldas contra la corona britárrica, se erigió en la imagen de la son los que haccn un ma,voruso de las r.ayas.'r llacía airosque
Libertad y el símbolo cle las nuevasjdeas.'' Por estamisma ra la ideología los había convertido en urla imagen emblemá-
zón, las rayas adquiieron rápidamente un estatuto ideoló- tica de la Rcvolución en marcha.
gico y político: vestirse a r-a,vas, exhibirse con ellas en casao
en la calle podía ser una lbrma de pr-oclamarseanglólobo
o de manifesta¡ la adhesión al movimiento de las libcrta- * Tér¡ino que design¿ la Pintrm, dquitect'1r¿,v artes de.onhv¿s eurcpeas
(l( s. Sin eñbargo, e\'identemente también ñre una moda que que utiliz¿n moiivos chnros. l,V. ¿d¿.r

ó0 5t
| \ s \ts Ir t 1r \\t)|l llt¡tJt(l l l . l , rr : r . r l r , ¡ i ¡ , , r t , r lr l ¡ \ ( r l i (r l . y ! | | { l r . ¡ , r l r , r s

t,as f ¡-\'¡s Rcptiblica,Lasravaslas llevlb:ur tanto los sinplti,/¡rlt( s (l( l


rc!olucionarlas Antiguo Régimen corno los partidarios de los nttc\()sti( rr
fs clilicil cxplicar con precisión por qué Ia Rer,olución fi-an pos- ¿De dóndc plocede pues, a partir de esta feclru. su
ccsa hizo un uso tan amplio cle las ravasy de las supe¡flcies especiñcidadpara proclamar la ideología ¡evolucionaria,
listadas,adoptando cn su repertorio ernblenático el h¿v, la patriótica e incluso insurreccional?
pica, la escarapclatricolor, la image¡ de Ma anne ,vel gor-ro En primera instancia, deriva de la escarapelay de la barl-
f r i g io . Ln 19 x9.¡lr||¿ntr rl bi¡rnrenario . o n mc mo t a ri\ ' o . de¡a tricolor, pues las dos son, cada una a su rnanera, dos sr¡-
toda cereDonia, toda puesta cn cscenede la Revohrción, im- perficies ra,vadas, dife¡entcs de las raFs clásicas-tricrornía cn
plicó la presencia masila de objetos, indu¡nenta a,v tejidos lugar de bicromíav secuenciaúnica en luga.rde sccucnci:rsre
a rayas.Sin las ¡avas no habría habido un ambiente re!'olu- petidas-, pero pertenecen lít ricamente e los mismos lalor'es
cionario. Desde hace dos siglos, en la pintura, los grabados, y a la misÍra sensibilidad.La escarapelarevolucionarja,vi-
los Iibros de inágenes o el tcaúo, y más tarde en el cine, la suaLnenteasinilable a una diara, esá Dolmalmente compuesta
tele\isjón o los cómics, toda decoración revolucjonaria es un de ues franjir:sconcérúicas (a vecesla secucnciase repite dos
decorado rayado, y todo patriota o r1'zr-.uloar¿r+es uD per- \.eces);se anima a partir de sü centr:oy parccc Pone¡ en rlo-
sonajc oue \'jste uo ch¿leco o unos pantalones a ra\,as.;\¡a vimienLolos soportessobrelos que se inscribe.Se la puede ver
mos demasiado lejos si vcnos en ello uno de los signos dis- d . lej o s .d e m u r h o m a s l e j o . q r r es i f u c ra m u n u , r u m , r .r s i n
tintivos de la imagen dcl Diablo, deljuglar o del \.erdugo,rres embargo se lleva encima- Es una izsigzla en el sentido pleno
transgresores coir<t el sa,ns-culoftes- del o¡den establecido? del té¡rnino.
¿Vamos demasiado lejos si establccernos a posteriori Lrn Adoptada por los insurrectos pa sinos a partir del 17 cle
nexo onirico v geornótricoentre los barrotes de la Bastilla, julio de 1789 -en circunstancias y por motivos que estáDlc
las prisiones dcl Terror v las ra)as tan apreciadaspor-los hom- .jos de ser aclarados deflnitivamcnte, a pesar de Io afirmado
b¡es de la Revolución? po¡ La Favette en sus r'!flmoir.¿,J-t1 esta escarapela tr-icolor se
Sir embargo, las ¡avas dc llnes del siglo x\,rII no flreron convirtió rápidamente en el símbolo de la grra¡dia nacional
ni urr¿ creacióD ni un monopolio de la Revolución france- ).,por exte¡sión, se interpretó colro una image¡ de la uni-
sa. Hemos listo que llegaron cle América -1,,hasta nuest¡os dad cívica del país- Algunos cxegetas patrióticos llegaroD a
días, las rltPr.r seguirán tenienclo cie¡ta connotación cs- \:e¡ cn los tres colores una evocación de los tres ór'deres de
tadounidcnse-, y que en cl riejo continente estaban de la nación. " La Fiestade la Federación", celebrada el l,t cleju-
no<la desde antes de 1789. AI principio se trató de un lio de 1790,¡efbrzó estaidea r consagró la apoteosiscle Lade-
fenómeno que superabaaDpliamente el mar-code Fran- coración,v de las imágenes tricolores, entre las cuales l:r
cia. I'or otra parte, en este país, hasta la proclamacióir de la escarapelaocupó el primer rango. Al conicnzo dc la (irrl

l. r( f,tlfrcrte, "sn, c¡lzoncr,. Asi ii,ero¡ b¿urizados


los re\ ohcio¡tu ios por + \oúbie co¡ el que se coDocc laliesi¡de celeb¡a.ió¡ del prir¡rr ri,l\.,\.1
r' ¡l, l,a robles po, h¡bcr !¡stituido los calzoDes corros (¿21,/1zr)po. pa¡ no de la i$ufre.cióD. Delcgados llegados de todo el p¡ís pfocl¿n,¡t[ , ,, ¡'¡ ¡
',,, '
N pene.eDcia ¿ la nrism¿ comunidad nacio¡áI. l}i ¿cl¿.1

:,2 53
l,\s Yts ||t)r |¡s ll r I l) l\ L1l{ r l ) ( l r | ,II ,r Ir, ,I i / , ,IIIiII r r l r v r ' r r r r r r \l ' ! r r (l l : ri r l r i t \

su us()()bligittofi()( r) rr)rr(l);rs
!( ¡rci¿)n,quc I)rcscril)i(-) cit de ( irltils.liljls (l(}s
lx l¡r', ( s(ltll{l:rltcs \ l)abcll()rlcs,a(tc!1lirs
cr:rnstancias,aparecióco¡)o el símbolo olicial, casisagrado, alcaldcsrecibicron strlaja tricolor de la Asamblc¿a l)xrtir
del nuevo régimen: arrancarla o profanarla constituía un cri- cle[ravo de l7!]0), pf]nachos,doscles,tiendas,col8aduras.
men contra el Estadoy la patria, lo que conllevabapenasmuv Gran consumido¡a de deco¡ados efímeros, la Revolucion
severas;vender escarapelasque no fueran tricolores estaba dio una gran prioridad al te-jido como soPorte. De este mo-
penado con la muerte, do, la embtemática idcológica oPeró un nexo dc unión con
La banclerade t¡es colores,en cambio, solo obtuvo un ler- la llloda, y la transformó en instrumenLo de proPaganda
dadero estatusoflcial más tarde.,A.demás, solo quedó delinida Tcngarnos en cuenta que muchos revolucionaios deseaban
cn la lorma en que la conocernosmcdiante un decreto de la e , , rcn d e re l i d e a l i g L r a l i r ai or a l d i n d u m e n r á ri r r q r r es o ñ a -
Convcnción montañesa* el l5 de 1-eb¡crode 1794, basándo- ba con un traje único v listado para todos los ciucladanos
se en un dibujo de David, ,vesta definición tardó aÍrn cier_to Por esla razón, aunque su uso fuesc anterio¡ a 1789, los pan
tiempo en pasardel ámbito de la lev al de los hechos. Duran- taloDes,vel chaleco a ra)as ¡ojas Y blancasdc los artesanos
te algunos años nrás, lás franjas horizoltales siguieron co t o campesinos,corno la falda,v el delantal ¿ r-ayasazülesv
piticndo con las verticales,v en estaúltima disposición el ¡u- blancasde las costure¡aso las lava¡de¡as)se convirtleron
gar más cercano al astapodía est¿r ocupado tanto por el rojo despuésde es!afecha en verdaderos "uniformes" al serYi-
como por el azlrl. No fue hasta el Consulado** cuando se im- cio de las ideas patrióticas. \'estirse a rayasno solo era hacer
puso la fórmuia definitiva."' muestra de civismo, sino [rmbién señalar la adhesiólr a cier_
Sin embargo, desdehacía tiempo los t¡es coloresse ha- tos valoresfucrtes de la ideología en boga La l{evolüción
bían convertido a la vez e¡r el emblema I el símbolo de la dotó de nuevos significadosa las antiguas formas' estrüc-
f¡ancia revoluciona¡ia. La sinfonía tricolor se orquestó a turas y colores. Hombre del Antiguo Réginen Por cl toca_
partir de soportes variados, principalmente textiles: escara do r el atlrendo, Robespierre probablemente Ya llevaba su
célebre levita rayadaantes de 1789.Pcro a partir de 1792,
+ Las p.iniefas ¡cx¡acioncs dc la Conlen.ión se e¡.aminaron a abolir la esta, sin modificarse demasiado, adqLririóu a carga sim-
¡ú¡a.qui¿ _vprcclamar la Repúblicr. Depe¡die¡do de .lué sc.tor teng¿ el bólica considerablc.
podcr. s. dif.:rcnci¡ la Confe¡.iór gi.ondina (septicmb,. de l?9: aju¡io.le
1793), de te¡dexcia úoderada:" deseosa dc d.tcner la Rerolución: ta A to<lasluces, el período revolucionario constituve un clí
Corlen.ió¡ úo¡tairesa (J!¡io de 1793 a ¡tio dc 179.1),formad¡ por buftrre- max en la historia de las raYas.Estasno solo se difundieron por
seseniquccidos, deseososde q¡c la Rcl'onrióD progrese, ) l¿ Con\encióD ¡cF
midoriana. La CoÑndón mondnesa, dnbién corocida como jacobma, doquiet sino que se diversificarony se tenovaron. La moda de
redactó rna .oDstin,cn')n progresist¿. e¡ la q¡e es¡ablccc. cnrrc otros pulos, lo túcolor, por eiemplo, las dotó de u¡a dist bución ternaria,
quc ]a fo, Da delLsado es la República ! el s¡l]|¡gio cs uDirersd pra lodos los
varonesj ademis, se lrodifi.a eI c¡le¡dario ! sc c¿mbia el nombre á los úeses ¡ara en otros tielnPos v a Partir de entonccs mu) lrecuenLe'
del [io. Sú €rrbdgo.los abusos de podcf (cjc.ucnrnes, en.ecelanie¡los...) Los teji<losy los vestidospodían llevar-ravasde tres, cuatro y
hi.icro¡ que en ere periodo impcnr¡ cl tcrr[ La Conre¡ció¡ teünidoria¡a
rr..ri¡ó con este periodo I .cdacni uDa nuela .o¡srir¡¡ció¡- con di\isión dc hasta cinco colores sin perder nada de su pr'opiedad funcll
Itrrl,r.s I' suli¿gio .ensitano, gue dio paso al Di.ectorio (17951t99). rñ d¿1¡.) mental: el rit o de secueDciasalternas.
'' l)lr¡,,rc 11 Coxsulado (1799180.1) se düi¡ndicroD por Eurcpá las ideas
Pero quizá es en el ámbito de los emblemes,vcle l:ts itr-
Itrn¡rr.! ,l¡ l¡ l{.\.ll¡ció¡, aunq¡e pamdójicam.ntc Francia ü\'ió u¡ periodo
,,¡ | 1',1 ,r|
' ' i',. , { ' , i N¡ poleón e¡ c unbr ado c ¡ e l p o d e r l I . ¿ / " 1 ¿ . /
',i.1 ,
signiasclonde esLcpaPel Eatalizadore i nolador cle lir I{('

55
l ¡ s\r s r r ¡ rr {\sDrI I)r\||r() l ) r ' I r ¡ r r . ,l r , ' ¡ i ¡ , r r r t , r l1 . !1( r l i r ; r l .v \ ( r t l l I r r l r r \

vnlución lix¡cesir lite mirs profirnd() \'ch¡radcro. Al t()r ¡r grrstocrr lu lr t ¡rt socictl¡d nl()trt^r'ticrrd:rsc{)rrfirlrrj;rs'rr l¡
cl rclcvo de la vieja heráldica, la er¡blenálica rcvoh¡.iol:rria er¡ipcill,,v cor er, dolürir-o r'ecibira amigosen ellas ' Aqtlí
contribu),ó ¿ difundir cl empleo de fórmulas de insignia cons- erco[trarnos u)la asociación-la tienda Y las raYaF que sc hr
truidas a partir de las líncas y franjas.A1púncipio, la bandera nanteniclo a 1()largo de los siglos: es notoria ta[to en los ]j
en azul, bla[co y rojo se con\¡irtió en un lnodelo arquetípico bros miniados medievales como en nuestras playas co¡tem-
v engcndró en todo el mundo numerosos epígonos tricolo- poráneas.Siempre)'en cualquier lugat Ia tienda -al igual que
res, sinbolos de independencia y liber-tad.Las instituciones todas las telas que tienen algo que ver con el aire,v el\'iento'
de numerososestadosde Europa v del mundo adoptaron pau como los globos aerosláticosde \fontgolfier- ¡rantiene rela-
latinamcnte las marcasgeométricasrayadascomo ernblerDas, ciones est¡echascon el mundo de las rayas,sean estasdeco-
más fáciles de utilizar y reproducir que los viejos escudos ratilas, filncionalcs, emblemáticaso debidas a los ¡rétodos de
de armas o¡nados con motivos animales o vegetales.El ejér- fabricación.'¡
cito, sobre todo, se inspiró en esterepertorio. Finalmente, De hecho, las rayasdel te.iidoestánfuertementc sornetlcl¿ts
estasinsignias y emblemas ravados pasaron clel ámbito del a los imperativos de la fabricación textil y el hecho de que es-
L s r ¿d o\ d e \u \ in\tituciones al d- las emp re < a "c o mr|c ia - tén cn boga e¡ üna época deterDrirlada debe Po¡erse e¡ rc-
les, los establecimientosprilados, losjuegos v el deporte. Con lación con la histo¡ia de las téc¡icas. No hav ninguna duda de
la Revolución francesa las rayas se convirtieron en la maaca que la p¡ogresiva mecanización de la fab¡icación del hilo
1770-la máquina de hi-
por excelencia. fde las telasa partir de la década de
A estanueva dimc[sión, e] Consulado,vel Primer Tmpe- lar dcJames Hargreaves; la hiladora Mule-Jenny de Samuel
o*, grandesconsumidoresde insignias)'uniformes, aña Clornpton; más tarde la máquüla de tejer deJoseph-Marie
cmpleo de las telas ra-
dieron durante algunos años una dimensión exótica y orna- Jacquard- conrribuló a difundir el
mental lire la gran moda de las rayas ¿l estilo <rctorno de vadas en los vestldos,el 1rlobiliado ,vla decoración Técnica y
Egipto', tan apreciadasa partir de 1799-1800v que, unavez simbolisrno han estado siernPre entrelazados A finales del
más, asociabanuna moda occidental (en este casofrancesa) siglo xl.rtr ,vprincipios del xtx, l:r ideología de las rayasse be-
y uua deco¡aciól oriental (o supucstamenteta]). Si bien es lefició plenamente del progreso de la rev()lnción industiel'
cierto que el Directorio había prolongado en gran medida el Ya sea en las paredes o en los rnuebles' la moda de las ril
más tal de dc la caída
uso "romántico' de las rayasen Ia decoración interior, en Ios ),as\.erticalesse prolongó hastabastante
prineros años del siglo xtx se hizo de cllas en Francia un uso del Imperio. Vaciadade to<lo contenido ideológico y de toda
casisistemático.EntoncesJ:tsralas abandonarorrparcialmente connol¡ción oriental, gozó de una notable presenciaduranLe
Javestimenta para expresarseplenamente sobre las paredes Ia Restauracióny los Primeros tiemPosde la Monarquía dc.lrr
y en telas del rnobiliario. Durante el Consulaclo,era de buen lio.* Una razón "fisica" explica este fenóneno: las raras ver

r l,ll P,n¡cf Inip€do (1804.181.1)lire insLllrado por Napolcón Bo¡ap{re. + Dunnte la Rc$aúr¿ci¿rn (18l+18!0) la mordquía bofbóni'¡ (Lrris \Vlll
,t,,i, ,r $ r,,ropro.lamó emperador Fuc uD pe¡íodo de guerras r dc *pdsión \ r dr l o . \ \, ! \¡ ¡ l p o ¡ ,,. D r ., 'r r - " N Io r 'r q r r " 4 ' l u l i o l ¡ l 0 l ! l a r r ' I'
,l, l ,1,r,'ii,i,, fi ,.¡s por el .ontinen¡e .arropeo. Co¡.lu!ó.on su der¡oLl mili , ó e , r 'a ,]Fr I u ,. FPL ¡ . ,1 ' O, ' j n ':fü Fn .r 'u 'Jo "I lrls u r 'I'1 ""r "'
¡. ' ¡!',ü '¡r,'r,r,rli,,.sr , r a. ió¡ úoDár qni. aenláv or d e L u i s X \ i I I I _ l ] \ , ¿ " 1 ¿ . 1 .ió¡ d€ la Sesund¿ R.Públic¿. N l¿l¿l

56 5i'
l , ^ 5f|\||t) t ]l \s t) I)¡\¡r¡) l l l : rr , r r ; rl r ¡ r ¡ i ; o r r r ,i r l r r \ r - t l i ir l v v r r I l l : t r r l r : r s

ticalcsprrfcccDagrandar_ los \olúrmclrcs.Dc tccho b:rior lor' us ll!rlriliaf rl( s(l(:h i¡roca fi rr<lal
-¡rcilirtivir",.rLv()tLs()Ilos
cará<1cr negattvos
madospor una succsióndc pcqucñashabitaciones-en los ?rp?r' l)xfa lcP¡eserltala tln pcrsolraieo
talDentos de la Restauración, como en los del Direcforio, se En nuestro imaginar'io contempoláneo url individuo quc
utiliz¿fon los tapicesra,radosde forma Inasiva.Por otla palte, riste un traje a rayaspuede aludir a difcrentes oficios o estatus
cabe preguntarse si las raFS horizoDtales que a yeccs\'cmos socialcs.Pero el que nos liene de inmediato en mente, sobre
en las parcdcs dc los inmensos saloncsdc los castillosf¡uda todo si las fianjas son anchasy ofrecen un gran conÍaste, es
les cumplían rma firnción análoga, pero inversa: disrninuir la el reclüso. Si bien es cierto que va no se ridiculiza a la pobla-
r r l r ur ad e l tr ¡ hu r ¡ rr¿¡la ilusióndr un r.p a e iu mis p e q u e iro . ción penitenciaria de csta manera en ningún p:rísoccidentrJ,'"
Quizá la mirada de los homb¡es de la Edad Media estaba la imagen de este tipo de inclumcntada sigue sienclolo suñ-
ya formada culturalmente, porque \'er en las ra\as \,crticales cienternente fuerte como Para funcionar colno un atnDuto o
una for¡ra visual aiüeparece alar€ar las superficies sobre las como Lrnestereotipo.No en vano, elr los cómics -discurso en
que se disponen,ven las ra,vashorizontalesun motivo que imágenescodif-rcadas y sobrecodilicadas-casisiernpre se\.lste
palece producir uD efecto contr:uio es a todas luces un Ieni con una lúrnicao una camisaa ralas a todos los detenidos por
mcno cultural,v no meramentc óptico o fisiológico." lajusticia, condenadosa trabajosfoüados y P¡esosrlnerantes
Uno de los ejemplos más célebreslo hallamos en las aventu_
Rayar v castigar r¿sde Lucht I'uhe, donde, desde 1950,los temibles y fidículos
Las ravas r_ománticas,sobre las que se transplantaron brus- hermanos Dalton luccn invaiablcrnente una camrsaa rayas
camente las rayas¡evolucionar-ias,marcan rüra etapa decisi- amarillasy negras-Este traje si¡\'e por sí solo para señalarque
va en la historia de las rayas) de las telaslistadas.En lo su- se tr:atade forajidos evadidosde la cárcel o de trabajoslbrza
cesivo,l¿rsrayastextiles no solamenteserántanto horizontales dos. Asimísmo, la publicidad, qlre emplca a menudo córligos
como verticales,sino que ademásse consideraránun clc- cercanosa los del cómic, sigue poniendo en imágenespe¡so-
mento positivo-(¿uien las lucía no e1anecesariamenteun najes de este géne¡o, contribu,vendo así a prolongar un ar-
n)arginado,un excluido o un réprobo, corno sucedíaen la quetipo -el recluso o el fo¡zado en ulliforme a raYas-lFre va
Edad Media. Do se corresPonde con la rcalidad.
Estanueva cualidad sob¡eviüó al final del Ro¡nanticismov Sin embargo, la verdadere historia de las raFS que llevan los
atravesódécadaspara pervivir hasta nuestrosdías.Sin embar- presidiariosy los condenadosa trabajosf(trzadosno es fácil dc
go,la Éya .negativa" no desapareció.Al contrirrjo, el peúodo ;econstrüir." También en estecaso,liMa\"¿sProcedcn de A_rl¿:
contemporáneo se caracteriza por la coexistencia de dos sis- rica. Al parece¡ cs en las colonias penitenciaúas del Nuevo Mlür
temasde valoresopuestos,que clrentancon una misma es do (N1ar14and, Pensilva¡ia...) donde hab¡ia aparecidopor pri-
trucLura de supe¡licie. A partir de las postrimeías del siglo r-\m, meravez esteunifbrme No es imposible,por Lanto,que l()s
( l lejido a rayaspuede \alorizar o des\aloriza¡ o va]oriz:rrl de+ coloDos¡ebelados contra la corona bdtánica (,vmás tar-(l( l()s
lirl()¡i/irr a un tierDpo.Pero nunca es neutro, Los últimos ca- re{olucionanos lianc€ses) 1(rhubiesen convertido delilx |i¡lrr
l,llrrl(¡s(l(.cste lib¡o se consagrarána estos dos sistcmas mentc en el trde que simbolizabaa aquellosquc st lrrrlrirttt
r l r \,'lr 'r ' \. l l r r) paranorompe¡el hilo, \ . o h a rn o sa la ra la rebelado para ser libres Más tar:de,a principios clt l sigkr rtr'
l ,\s u r s t) t R¡s|t I l)t^ ¡¡( | l l ¡ l , r ¡ r r l i rl r r , r i l r , t r l rrrrl r r\ r' r l i r rrl , ' | \ rri l tir i rl r irs

cnc()ntlaJroscstavestilltclrtlicn itlgur)asc2it-cdcsitrglcsas\ al(, \ írcrl() ( n ( l citnrl)o(l(rl?rs! (rtrtlrlitlirrlcs,


ttc h scrrsibilirl¡t l'
menas,)',uDasdécadasmás tarde, en \,arioscarnposde trabajos clc rcprcsenrrción llcr() (rrt I¡
rlt l irllagirrariol cle los sisLernas
fbrzados de Australia, Siberia e incluso del Impc¡io otoDlano. práctica,¿cómolue convirLiéndosc el lraje a rayas,en cl ()('
En carrrbio,en los carnposde trabajosfoüados fr¿ncesesno se cidente moderno, en la indumentaria específicade los rcchr
!l
empleó nunca,I se p¡eiirió r.esti¡a los reclusoscon una casaca sos?Estc es Lrntema por estudia¡ en dctalle
roJaantes que con una a rayas.,:Sin emb¿fgo, en ambos casos En mi opinión, en estacategoría de fajes a ravasmodcr'
la intención era la misma: como en la Edad Media, se t¡ataba nos y contcrnporáneos hay una dimensión que no estabade
de estableceruna separacióncon el fin de jndicar que aquellos masiado presente c[ los atuendos a rayasmedre!'ales Las m-
que llelaban semejanteuniforme estabanexcluidos del orden a trabajos forzados t los
,vasque han lucido los condenados
so,ial \' somelidosa rrn rér.¡imen de e\.ep¡ ión. deportadosno solo han sido una marca social,el signo de un:r
Esta equivalenciafirncional entre el rojo liso I Im rayasbi- exclusión o de Lrnestatusparticular; inscritas sobre una tela
cromas es lnteresante en más de un aspecto.Desde el punto basta, tenían algo de profu¡damente degradantc, parecran
de vista social, esta equiralencia habría sido imposible en la despojar al que las llevaba de toda dignidad y de cualquier
Edad Media, e incluso en el siglo xu, porque el rojo eraun cr> esperaüzade salvación.Por otla Parte, al combinar coloresin-
lor de uso dem¿rsiadocomún como pa¡a señaiar-una dis- quietantes,nrlgares o manchados,las ¡ayasParecentener Po
crimi¡ación-," En cambio, desde el punto de vista semiológi_ áeresmaléficos.Además de señalary excluir' enülecen' rmrti-
co, tr'aduceel tínculo intempo¡al, casiabsoluto, entre el color lan v son portadoras tlc mala suerte El ejemplo más
ro]]o,las ra1'asy Jo abigarrado. Nos hallamos en el ámbito de impresionante ,vterrible son los uniformes impuestos por el
lo llamativo, estridente y dinámico. Telgamos en cuenta que sistemade camposde conce¡tración nazisa los dePortadosde
lasvestidu¡asr-ojasde los foúados francesesse combinaban a los campos de la muerte. Nunca las ra,vasinscfltas en un cuer-
menudo con un pantalón ocr-eo marrón con una gorra rer_
I po había¡ \'iolado de lbrma tan profunda la persona humana
de (clestinadaa los condenados a cadena perpetua), y que a La locuray el internamiento son quiTálos dos ámbitos don
los ¡eincidentes se les cosían mangas amuillas.", Todo dete de hay que buscaruna cierta continuid2'l entre las marcasves_
nido debía poder ser listo de lejos, disringuirseclaramentede timer¡tariasde la Edad Media v Ia indurnentaria de los reclu-
susguardas,inscribirse en un grupo, finalmente, ser de fá_
¡ sosmodernos. Del büfón al enllenado y del enajenado al loco
cil idcntificación si se evadía dc la cá¡cel o del centro de no ha,vruptura algarna,sino, por el conÍario' un fayecto trá
rl( portación. Las rayasy la policromía eran ideales para este gicamente coherente, que puedc ser el de las ravas'Los esla-
r'()nrclido. De aquí su equivalencia, que hemos mostrado en bones importantes serían cl il1ternamiento de los "locos" a
r r'l:r¡ión a la función señalizadorade Ios I,estidosrayadosen la partir del siglo xvl (primero en Inglaterra, despuésen el con-
rrx ir.tl¡r(¡Inedie\al. Aun así,he de confesarque no he halado tinente) y más adelante, en la segunda mitad del siglo xv[, el
r,l r'írrrrrl¡r(.oncrcto -mate al o institucional_ que podría de tocloslos auto¡es de c¡ímenes v de delitos' cuando la pena
I r'lrr i' Ir¡| ¡l ;rrduDentada de los fozados,v de los deportados pri\ativa de tibertad sustitu)'óprogr_esivamente a los antiguos
rl. ¡i¡r.llorl r¡rxlcrna con la de los excluidosclela sociedad casligoscorporaless (lcomé|Iicav metafóricarnente.exNte rtn
r¡r,rl¡(,rirl No r rrlrc inguna duda de la existenciade este \ínculo muy fuerte entre las ruFs honTontalesde la\"estiment':r

00 0l
l , \s !r s||r ) rk\\ LrrI l)r\rit( ) l \ ' l r r r t l , rl r r ) ir/ r ' r r ( i rilt l r r\ r ' tr i ri r l v \ r r t l i r r: r r I r ' \

ltliliTirrl¡rv{)c1l)Lrlari() (lr|1rs(-
pcnitcnciariay l¿sravasvc,_ticel( s (lc los barl otcs <lcla cr'rr
- t'llI¡tiIr.lx)r srrl)1rftt, tiu¡rlriórl
castiqar' Pa-
ccl, Al cruzarse,forrnando ángulos rectos,las ralas ! los l¡arrr> Iala tl rínc[lo qrre rtne la idea clc I aYaIcolr h dc
líne:r' sü¡co]
tes c1-eanUna trama, una reja, unajaula, quc aíslaaún ln,ls al L,t,.^"..,r,to .lrio ¡..,ta, estría], rh'ig¿lalineación'
gran larnilia del
prisioDero del mu¡rdo exte or. Más que u¡a marca, aquí la o rlri€?l¡ lrastro, rasoillo] forrnarr parte cle la
ni¡cimien-
rava constituye un obstácr o. Por otra parte, esta misna raya vcrbo sirlngzrafapretar' ravar rvP¡ivarl, que ha dado
ale-
obstáculo ¡ruy a menudo roja v blanca- es la que encontra- to al veibo"cnnsttingen lencalcelarl Ya seanlatinas'ilrglesas'
alrededo¡ del ¡a_
mos hov en día en los pasosa nivel, en las fronteras y en todos ma[as o fiancesas,estaspalabrasaniculadas
existente
aquellos lugar_es donde hay que detcnerseobligatoiamcnte. dical '.!ln- ponen en eridencia cl estrechoparentesco
Existe un último árnbito que contribuve a poner dc ¡elie, .n latín vlas lenguasgermániclrs Sepuede
".a..u-po "Íto".l cornún s
l'e el vínculo existente entre las ralas v el castigo,la exclusión afirrnar que proceden de una niz indoeuropea
la cultü'
o la privación: el léxico. En fia¡cés r¡oderno el verbo rzJ¿¡ha- Pn...- pu.. ir-trteg.bleqüe' durante largo tiemPo'
la de impedi-
l'at tacharl tienc el doble sentido de hacer ravast suprimir. Ia occiden;al ha aso;ado la noción de rava con
du[aite rnuchcr
"Rayar, un nombre de una lista es poner Lr¡a marca sobreeste rnento, prohibición,v cas¡go R¿)-¿¡es excluir' y
exclujdos
nombre y excluir a la persona que lo lle\'a de aquello a lo que tiemoo todos los que llevaban vestidos Élados fücron
qr(e esta ex-
la lista da derecho. En la mavoría de las ocasionesse tr-atade de Ia sociedad. Sin embargo, es posible tar¡1bién
pivación de los
un castigo, Encontramos la misma idea en el verbo ¿orng¿," clusión ha!? sido pensadaavecesno como una
El traie a
' ¡ un egirl. qu'' :ignifi¡ a a la vel r a\ar I I dsligar quc. en esta
I de¡echoso de la libeÍad, sino como una Prctección
los locosy alos
segulda acepción, ha dado lugar a la exprcsiítn maisonde ¡a\,i¡scon que la sociedadmedievaldistinguía a
signo de ex-
t:t 'redionfcorreccional], u¡ lugar de internanliento dondc las ir-raur-toa aiaato-ar]te una marc:| de infamia' un
", una reja o inclu
ventanastienen barrotes v los prcsos en ocasionesllela¡r üna clusión, Pe¡o tmbién puede ser una barrera'
y de la¡ c¡iit-
indumentaria rayada.El verbo ¿¿lr-raltachar, borr-ar], que a .o .trt fiioo q.r" loa p.otesese de los malos espíritus
las liar¡as
menudo es sinónimo de ra¡rr',alude precisamenteal becho de tu¡as diabóiicas.En este casololvernos a enconfar
una función ne
que los barrotes son ralas y que las r-alasson balle¡as. como obstáculo,pero estavezno tendrían solo
presa del
Un tal parentescolo hallamos tarnbién en alemán, do[de gaú\'a. F agit c i.tdefenso, el loco es ante todo una
poscído es
los verbos rlr-rfr¿ [tayar] y stral¿nlcasrigar] riencn probable- ñ"-orriu.'iturn rrn converti¡ al i[sensato en un
un traJepro-
mente (pese a lo que digan los diccionarios especializados) necesario,si no es demasiado tarde, veslirlo con
a rayas No
una etimología comrin." En efecto, pertenecen a una familia tector, qlre haga de {ilt¡o o <lebar¡era: un vestido
cl€
de palabrascon la que es posible ¡clacionar la palabra S't¡¿¿l es inconcebible que la creencia en las \i¡tudes Protectores
de alguna ma_
lrayol y quizá Ia palabra s.ira"rse [calle]; al fin y al cabo la calle estasralas en la indurnentalia hara sobrevilido
mresoos p!¡-
no de.jade ser una franja de un género particular.'t En in- nera hastala época conlemporánea-¿No trenen
glés, se puede relacionar el término rln?r, que designa Ia ra masra\,-¿s pam protegernosdul¿nte la noche' cuando descells¡_
iagii.. irri.o.los, de las Pesadillas y de las jütervcnciorrcs
)a textil, con el verbo ¿orrr¿p,que tiene el doble sentido de " a r'ayaslrrrrr
rlcsvestir v de privar, e incluso de castigat v con el rerbo to del rnalígno?"¿No son Pijarnas,sábanasycolchones
-o",
suscPíg()rx)s:'
|//i,[/,rr/I que signfica borrar, tachar y excluir de una ]ista.l¡ suerted; rejasyjaulas: ¿l'ensaronen ello ¡-reud,\''

62 63
I

R a ya s p a r a el pr es ente
( si g l o s xrx -xxr )

| r.,u,'l',,,,,l ri,eqrrehar,l'fcrerrt,.re/or,,.,t,,ci \
ll'|
l-1 ,.'n l, fr-.cr',i,, ,le r.,rr'¡r nii¿rr,,- r , rrni\,r.. I.r '
es. de hecho. la problemiitica de la ropa interior, es decif, (k l¡
i' .r -- |..,r. ,t,,. Io,rcl ' r-r¡,': ¡iiarrrrst, ,mi.,,rrt ','
\es. jPor qué e\iN prcnclas lle\'tn c()n tanla h-ccuenci¡ r;r)iN ()
fr:rnjas dc colores cliferentes?;Cuirnclo ernl)iezecsta costurrr
br e? j(lóÍ\1o inscribir.la en lr historia, larga v sirtrtosa,dc l()s
Ie.jido\listad()s:
)lás que a ta historia deLgénclr clt-pnnto. de las técltir:rts
clc tcjiclo o de 1asprÍcticas clc hjfliene, ha) qüc acüdir al sitrr
b{)lisno social l moral l)lra intcntar responaler a cs|as Pr'(
gLrIt:ls. Quizá lnás que e cualquicr otro imrbito, err cstc casr)( l
ploblenre de las Iar':rses ante todo un pr-oblema del color !;'()
c:rr1o bre\cmente en las siguientes l)lilinas nos pernritir:'r tL s
,,, ,. ,ñ.fu ,rr",'re,ro,1, la. ¡r',.1,c,,,r¡rir¿.t r-r, ,',
'
el rl¡ilcrso,:Le las raves positir,as,que babí:tmos cntrcahi( rl()
en ia época r-omántica.Sin e¡lbar.go, estass(tl r:1!asd( ()lr'l
naturalcT;t. qLreva no Plantearr la crlestión de su lrsl)(( l() ( rr
l . \ \ r sr r |¡ r ( \\ rt I l'r\N r) l { , 1 \ . ,ts, : , , ,(, l t , , i \ , , , r ,

tór'rnirr¡sclc horizr¡nralicl¡cl
{) \( flicali(lir(1,
sin¡¡ rlc r riLr v rur- r ir r rr ¡ r i t l r l i s tv; r k s r r sv i r l ( ) r ( sl n r r g L l c s e isr,s I a l r r i c a t t t t s , v s t t s
chura, y quc, soble todo, plarltean la cuestiín clcl orcler soci.rl .licütes rdoptrLronpatllatinantentcla costurnbr'e discrct¡_
-siempr-cinscp:[ablc de l¿ ploblcmática de las r.aras-bajo cl nrellte rl prillcipio ) cle lblma rrrásmarcaclaal acabar la I'ri-
ángulo de l¿rhigicne corporal. lnera C;uerraNfrlndi¡.!-.leIcnder o cornprar lo]ra irrterio!
roallas,sábanas\' pijarnasque no fuesen exclusivamenteblan
La h igiene de las ¡a v a s cos o crudos, sino (dc colores"-rLir lcnta tlansición dcl blanco
f)urantc muchos siglos,firndamentahnenteclcsdela épocafelr al cok)r duró poco rlrásdc ün siglo y trrvo tlna evolución dile-
dal hasta la segundare\:olución industrial, la sensibilidad re[te segí¡nlas categorí:rsdc tejidos I vesLidos.Llev¿r una
occidentalno toleró que las preDdasy las telasque estaban carnisade color azul celesteera algo inrpensablccn 1860,
en contacto directo coll e] cuer_po(camisa-s, \'elos, brag¿s,cal pero llegó a ser al€lomu,r corr ienLehacia 1920,,ven 1980 era
zas,sában¡s...) fucsen de otr_ocolol que el blanco v el crudo_ algo nrl¡r norDal (la camisa Dasculina llegó a ser más po-
^zul
A !'eces,como en ciertasrcghs monásticas,sc exigía expreja- pülar que la crnisa blanca). En cambio. dormil con sábanas
me ie que cstasprendas no estuviescnteñiclas,po¡que la ro- dc colo¡ verde crudo o rojo rivo era un tabú inviolable en l860
pa no teñida r'ep¡escnraba,aún más que el blanco, el grado Í lo seguíasiendo no solo en 1920, sino taDbiérl hacia 1960.
cero del color_.Estasprescripciones tenían corr¡o b¿sela con- En cambio, diez ¿ños más tarde va no lo era, ,veD la acLuali-
ccpción de que el color era algo más o menos jrnpruo sob.e dad, sin ser al¡¡o habitual, se da con cierta fiecucncia. Con
todo si se obteníi¡ mediante Drater-iasa¡rimales-, in¡rtil v en trariarnente a la carnisa.la sábanano ha corrocido una evolu
extremo inmodesto. Se imponía pues ¡lejarlo de la superficie ción progresi\"¿,sito Lrnaacelentcióny ufia rnutación brutales
íntina y natural que constitu)'e la piel. EIl e]lo coinciden, a e n e l L r . i n su l s o d e l u - r l l l i r n ^ \\ c l n l r r i r o . .
lo lar'go de los siglos, todas las mor_alcsoccidentalcs sobre el La t¡ansición del l¡lanco al color no se des:rr¡ollóal misnro
colot ya seala de los cisterciensesv los f}anciscanosde los si- ritino cn todos los casos.Sin embarilo, todos los soportesuti-
glos XIl y xnl (san Bernardo y san Franciscoe¡an dos grandcs lizaron el misDro)-ecurso:cl pastel,vlas raFs. En ningún caso,
enemigos de los úntes v el color'), 1ade las le\'essuntuat-iasa cn efecto,se pasó brutalrneltc del blanco a un color vivo,\'
linales de la Edad N,Iedia,la de la Reforma proresranrc (pro- sat[rado; sicrnprehübo perí()dosintc¡medios,], po¡ lo qlre
nunci¿d¿rrnentecromoclasta), la de la (lont¡arr-elbrma cató- respecLaa la canra,la roPa interior, las toallas,los pijamasy los
lica (que de alguna manera se \rio obligada a reto¡rar una par caDrisones, cstospeiíodos d{] uansición siemPreestuvierDlrdo_
te de los lalores de la Reforma) o, finalmenrc, la de la sociedad minados por los colorespastel,vlos tejidos a ravas lncluso
indüst al en suscolrienzos,herederaen estecampo, como a rnenudo, al opcr-arsela transición hacia el color de un ol)
en ¡ruchos otr-os,de la ética protestante., Del siglo xr al xIx, jeto, se dio una concomitancia,en la misma éPoca,,vafucra me-
llna sábanao urra camisa solo podían ser blancas,o no estar diante la asociación de colo¡es pastel o 1lo saturados, o con
lcñiclas.! la combür¡cii¡n (en forma de lal'as) deJ bllnco,v de ()lr'()
l.os prinreros canbios ¿rpar-ccierondespués<le 1860, pri colot también poco satunrdo.En amboscasos,el P¡inciPi()(l( l
||r( r'¡) ( n EstadosUnidos v en Inglate¡r-a,y despuésen cl resto proceso-es decü; has|a 1920-19'10Iüe¡on sol¡rc torlr¡ l¡r:
,lI I irrrrr¡ra.l,lmancipáDdosede la moral protestantc,de la éti- colores f¡íos los más us¡dos Para estasfllrcioDes.'

{it
l ¡ \ \tsttl r l t\st)tI ltt\N r ) l l , r \ , r st ) . t r r, l t , , (\ t ! t r , '

(lrlb(:scnulxr :rquí ll c(luiv¡lc)l(iir, .itsi AtlLrihtll¡rnrts dc rrrrtvolrrs


ir r( sinlil)l(;rlx tit() (lc irrr¡;ttlcza?
llrurrrri.irl. (l(. l:r
¡ava y de los tonos p¿rstcle¡ cl seno del código restinlrDlari{) rrr:rs bxrrela. l:ls lalas tlltio dc las qrte h.rnos habl¡tdo corr rLIr
occidcntal cntre finalcs del siglo \lx v finales del )i\ (en otr-as teriorichd a propósito de los i1rlernadosv de los fc¡rzados.
épocasy otras culturas la situacióI es mu\'distiDta). Lo que es patente, en todo caso,es la rancra en que la so-
!,1 pastel es un coJor inacabado, apenasun color, ciedad ha construido sobre estasrayashigiénicascódigos muy
"un co-
lor que ro osa decir su Dombre".5En estaforma, la raya es uD elabo¡ados.En cste sentido, son ca¡acterísticosel casode
color a medias, rnutilado, mezclado con el blanco. En los dos la camisa,vel tr{e (en el sentido moder1ro del término) Se
casos,el tinte esá <roto" (casien el senúdo heráldico de la pa ha instau¡ado una verdadera semiología sociocultural de la
labra), q aunque técnicamente seanmu}. difer-entes,estostres raya, que clasifica a individuos I grupos según el tipo de ves-
modos de rotura cumplen la rnisma doble lunción: alegrar el tilnenta listada que lucen: rayasarlchaso estrechas,listasqu{]
blanco y puri{icar el color. La higieie del cuerpo yla moral so- asocian al blanco u1-rcolor vivo o un color Pastel,rayasverti-
cial estána saho, permitiendo al Írismo tiempo una liberación cales u hodzontales, continuas o discontiru:rs Algun:rs de
de la larga tiranía de las telasblaucaso no teñidas. por lo de- estasfavasse consideran vulgaresv otras de buen gusto, algu
más, la transfo¡mación sufiida por telasv vestidos se produ- nas se creen adelgazanteso que ani¡ran la silüeta,t mientfas
ce a vecesde forma paralela en otros objctos de los que de- que otras la rejuvenecen o la envejecen Hav rayasque estan
pende la higiene, la salud )'cl cuerpo: las paredcs de cocinas de moda y olras que no lo está¡. Y, como pasa a menudo -o
y baños, ias salasde los hospitales, las baldosas rie las pisci- siempre-, estasmodas pic¡den vigencia, se invierten, varian
nas, los utensilios del hogar, la vajilta, los irriles del balio, los segú la clasesocial o el país. Sin embargo, despuésde la Se
envoltoriosde las medicinas... En todos cstosc¿rsos se pasadel gunda Güerra Mu dial, algunasconstantesparecen haber
blanco higiénico at color, alegre y diversificadomedianre rin- resistido el paso del tiempo v han afcctado a gran Parte dc la
tes pastel o superficiesrayadas. sociedad. En todas las prendas que están en colltacto con el
Sin embargo, y volviendo al mundo de los tejidos, co¡sta- cuer?o e incluso en ciertasprendas exteriores, las ralas finas
tamosque la raya higiénica, procedente de la sociedadin ticnen mejor prensa que las anchas¡'de color-esfuertemente
dustrial \,, por tanto, muv alejada dc la r:rva nledielal, sobre conlrastados.Así, tanto el banquero como el malhechor lle_
la que hemos hablado de forrna exhaustiva,sigxe estando¡tuv \an un tlaje v una camisa a ü,l':rs: estrechasy discretas en el pri-
Presente en nuestro universo cotidiano. Aítn llevamos cami- rner caso,anchasI nlu,vI'isiblesen el segundo
sas"y ropa interior listadas,usamos toallas de baño ra1'adas, Estasriltimas se consideran vulgares Sin embargo, cs evi-
dorni os con sábanasrayadas...lncluso Ia tela de los col dente que, en ocasiones,hacer gala de forma voluntaria de
drones sigue siendo ruvada.¿Hayque concluir, por ello, que cier ta \.ulgaridrd puede resultar n\rv elegante, dcPendiendo
llts r'ayasdc colores pastel que están en contacto con nuest¡o del contexto social y de las ci¡cunstancias Asiúrismo, Parece
( r¡(rpo no responden solamentea Ia \,o¡utrt¿dde no man haberse impuesto proglesivatrente la noción de que la mya
r lr,trl(),sino que también ticnen el cometido de protegerlo? \.estimentaria tiene una connotación más masculina que le-
rl'r(,tcgcrlo dc la suciedadv de la polución, de los araques menina, a pesar de que muchas rirÚeres llcven vestidoslista-
r'\lr'r ir)R.s.así como de nuestrospropios deseos,de nuestro dos.A vecesse ha opuesto la decoracjón raJ'adamasculina a la

6tl o9
l,\s\t\ t,t lr \s t) l)t\ tr ) l i : , \ , r st , , , , ,r ' l t , , ,s (, , 1 (

(tc(or¡cili¡ j:Npcacla lirrneninr, b quc r'r.r ir. rr rllcrll¡rLr ¡ la


rrü ¡ra1)( l r¡rrt rnalltendrlih:lSlrutlcsllos(lías.L,slxvcslirlrcrltil
()posició[ arquetípice entre lo al:rrgado \'l() r-eclolldea(lo. Sin
sirux aLque la llera cn el lugar rnásbajo del escalalótll pucdtr
embargo no es algo sistenárico: si bicu es raro \'er e homb¡es tener connotacionespcloratiÉs. Aírn ho! en día, los oñciales
luci¡ ropa inte¡ior flor_eadao con puntitos--{asi seúaruna trarrs- de la madna francesall:uran con crueldad "cebras" a los oli-
iyesión-, cn cambio, sí hav muchas rnujeres que lleran bragas cialesque no han salido de las escuelasnlrvalcs,sino de las
v srúetadores adolnados con bellas, finas \'feDteninas ralas. [opas, v que en otros tiemPos vestíanunjersev a ralas azrrles
A lo l¡rgo dcl siglo xx los códigos de la ral'a vestimenrar.iir \.blancas.!
dclienen cada vez más !a aclos, suti¡es.! Dratizados. Sin erD- El hiskrriador tiene derecho a preguntarsesi exisLeuna
bargo, la ra)a higiénica v corporal no ha evolucionaclo sola, ¡c la ,ici | | l r - l e . p r e r r r l r rr ¡ \ ¡ d . r s . o n . u | | n o r r ( i o n r \ P e \ o
poesto que se ha unido a rayas de otro ripo, pam orgaDizar-r -
¡ativasutilizadas en la sociedad medieval ) los p¡imeros una
enriquecer estos códigos. Entr^c estas o¡ri¡s, cabc desÍrcar- Dna fo¡nres de los nanneros dc Ia época modc¡na. .¡I:layen el on-
e\pe.iirlrneDtr-inrporranr.: l¿ r¿r¡ mar inera. gen de estaindumentaria una !'oluntad de de*alorizar? .:O se
Laatasimplemente de una vestimcnta señnlizadora,Para que
U0 mul)do azul ¡¡Ia r-in o
los marineros puedan selr,istos en cualquier circunstanciir,
v blanco
dado que las maniobras :r bordo de rür bar-coson peligrosas?
No es fácil dcte¡minar dónde ) cuá¡do empezar-ona ¡ucir- Las ravasse len mejol que la r-opamonocrorna, sobre todo si
los ma ne¡os v la gente de rnar-restimentas a fraDjas,ni de- sc asociael rojo v el blanco, una combinación de colores que
lermina¡ el cómo ni el porclué.tCarecemosde textos sob¡e parece haber precedido al ¿uul v el blanco en esta funcjón.
esta práctica dnmnte largos períodos, v los docuneDtos qrá- Sin embargo, es posible que el oriEiende estasrevasmari-
ficos rro proveen ningiln testimonio anterior a media(los dei neras no sea ni ideológico ni scmiológico, sino simplemcnte
siglo xyIL A partir dc esta fecha, algunos cüadros iuglesesl tcxtil. La prenda a ravasde los mar-iner-os es una prenda inte-
holandcsesde batallasnavalcseDpiezan a reprcsentar a ma rior dc punto qrre conserva rnuy bicn el calo¡. Sin embargo,
ri[er-oscon pr_endas ruperiores a ra)ashorizontales,rojas,vb]an- duranre mucho tiernpo 1' por r:vones en parte téc1ricas,la in_
caso azulesv blancas.Sin ernba¡go, hav que espera¡ a flnales clustriaeuropca de la ropa de puDto produio pincipahnente
del siglo siguientepara obtener nurterosos testimonios.A par pre[das rayadas(bajos,calzas,bonetes, guanaes)."]¿Debcmos
tir de entonces,se multiplican, e incluso aparecenpantalones por lo tanto relacional la aparición cleljerseya ra)¡asde los ma_
a rayas.Desde csta fccha, todo tipo de reglamentacioDcsates- ri¡e¡os de los ¡¡ares fríos coD la difusión del género de punlo
tan y codifican en la mavoia de flotas occiderrta¡eslos estre- de elaboración rnecánica a mediados dcl siglo x\.ll? Ello i¡ía
chos \'ínculos que uDcn r'nariDcrov listaclo. en me¡oscabo de la histo.ia simbólica,vde Ia duración del
In rcalidad, la camisaa ra)as no la llevaD todos los mari Ienomcnu.pcro \u .ronolugi¿ rcfia ln.L\Pre.i\¿.
rrcr'¡rs- Est¡ c¿rmisa forma parte del mundo dc los hombres de Seacual seala ver-dad,las ralas quc llevabanlos rDarineros
:r lro|rio que participan en las maniobr-asbajo la direccióD liajaron a travésde los siglosv los océanos.Tlubo cn los sist(l
(l( r r)rrr';rDracstlesv oiicia]es. En la pintur-adel siglo \atn, pa- mas de representaci¡ln ,ven los Procesosde sensibilida(lrrrtrr
ri r (, jugilt )'irun papel de insiglia quc designaal úra llcro, atraccjón,o, meior dicho, üna asiDjlacióneDtrecl lrilic ir r;F

70 '¡l
l , ^ \ \r \||r ) r r \s r'|t l)r\N r ) l{, t r ir s t , i, , . , ( l l', , sr , , '( '

) a svcl L ¡ n ive rsr) dc Ios rn¡¡int.r'os.


S ()ln( l(x l(, s i 1 (l)(lt r()s c r) rurrrs. " llsl{ li t l( ) r t r ( n( ) r llcallla) t r ulll) i¡ r r L$ c( ) sllN ( l( l \ ll( l( slc
cuellta que a bordo de las naves,las ri irs r]o las hlcíiur ílnica- (l ( l i an ciil. plr : r cxlclr dcr se. un Poco nr ás t ar de, it las clc lr r
mente los marineros.EIéctivanente,tambión encontramos glaterra,t tsélgica.En \ísp€ras de la Plimere Guer-rilMündial
otras telas raladas, como cjertas \elas -herederas cle las velas las plalas dc la Errropa tenlPlada se h¡bítn (:on\rcrtido en un
antiguas y medielales, que casi siemp¡e llevan franjas " r'la ve¡dadero teat¡o de las ¡a,Yas.''
mayoriade pabeJlones.Estos,desdeal menos el siglo xux, obe- Esta moda balnea¡ia no se explica solo por los dictados
d e , en ¿ r l i l cr enle.r ódigosde.eñalizarió ¡ ¡¡¡ro . p rin rip iu s de la moda. Hay que busca¡ las causasmás allá cleldeseode la
son semejantesa los de la heráldica.t' sociedad mundana de imitar la induncntaria dc los maline-
I)c todos modos, para el historiador no es lo más sobresa ros, un gnrpo profesional Poco fávorccido. En la plava uno sc
liente, como tarnpoco la adopción de la indumenta¡ia a ¡a- atrele a hacel lo que no se atre\¡ería en la ciudad, se trans
yas por parte de pescadores,veraneantes,madneros de agua grcden ciertascosturnbre.,aleces uno .se encanalle"-Sin en¡
dulce o gondoleros de Venecia.Es más interesanteestudiar la bargo, no sc fi.ecuentan las pla,tassolo Por este motivo. EÍ cllas
translbrmación, durante los siglos xrx y xX, de las ravas de se puedc respir-araire pruo, tomar b:rr1os, hacer ejclcjci() y for-
alta mar en ravasplaYerasy, más adelante, en las raras de los talecer Ia salud. Dur^nlc l^ BeIIeLPaE/llrecuentar los birlnea-
deportes de ocio. Se trata de un hecho social de conside¡a- r-iosera una actividad ran higiénica como mundana.rrPor
ble magnitud, que fusiona prog¡esivamente en un solo siste estaÍuón cnco¡Lramos en las pla)as las r¿vessanasy morales
ma todos los usos antiglros de las ¡ayas) que desempeña un dc las que hemos hablado:tnterio¡menie.Pa¡a la socicdad
papel de p rDer orden en nuestra \ida cotidiana. \¡ale la pena burgues¿de finales del siglo xlx v prircipios <lcl siglo xx,
e \ ¿m i n<ire \r r caso¡ on derenitnirnto. aquello que está cn corrtircto con el cuerPo debe seguir sien
Al descub¡ir los baños de mar v los placeresde la plava, la do blanco, pastelo rayado.La pla,r'aopera une fusión entre las
sociedadeuropea llevó las ralas madne¡as propias del mar de ravasde los manneros,v las dc los moralistas.
altura a la orilla. Desconocida en el siglo:{\illl, y cscasaen la En estesentido. es nul caracteústicoel tr4e dc barro.Los
primera mitad del siglo xlx, ]a r¡oda de la indumentariav Iiis méclicoshigienistasrecomcndab¿[ que firescde colol blanco-
telas rayadas,tomada del mundo ma¡inero, se asentó só- Pero el blaico presentael glane inconvenientede ser casitaDs
lidamente en las costasnormandas a flnales del Segundo parente al moiarse.Los higienistastampoco podían prescribir
Imperio*,v siguió desarrollándosedurante las décadassi el negro o un color oscuro, Porque en aquella éPocallevar di-
guientes.Un pintor como Eug¿ne Boudin nos dejó, desde r:ectamentesobte el cuerpo un colol liso v oscLtroscgurasrell
1858-1860,¡umerosos testimonios: tela de tiendas v asientos, clo consicleraclomalsano.Dc ahí la mocla rle los trajes de bairtr
trajes de bañistas,\'estidos de dam;u, sombrillas de señorit¿ts,tla- a rayas,qüc asociabanun color (i:uo a uno oscuro' en gen(l
jes infantilcs... A o¡illas del mar todo o casi todo llevaba ral el blanco v azul ruarino- La moral social y la purezr cor
poral estabana salt'o,y las ravashigiénicas se podíaD colrltrn-
di¡ con las de los rnar-ine¡os.
* El SegüDdo InlPe¡ió (1852¡870) se iDició por un golpe dc esrado de L!¡
No es nccesario abundar sobre la extrao¡din;rrie clifr¡sir-¡rr
Napoleón Ronapa[e ! co¡.lu!.t con la de oú milil.{ en Ia bahna de sedá¡.
I ¡,) pnrr a la Tcrccra Repúblic¿ fr¿¡.esa. l.V d/¿) .ie l¿sra\d. pla\rrd¡ despue:dela R,tt,Lpoq'r' Attt"li'l''¡t'

72 75
1, , \ \ \ t \ ttt)t |l\s||t I I)t\[ ir l . ( r \ i r ls, r . r ( l l ' r ( s ' r r l ,

( l siAL)\\, l:lsrit,vrsinlii(li( t1,r l;rs


i r v i r r r lr l) :r ¡rlrrr: rsrr.: lr¡. rh
s . r xI r r r . r r r r ' rirat r l c l u c k g a r t ti a t l c l ¡ s r l v r t sc o t l r ' t c l ' t r t '
l)s r r 1
(
I ' r i ¡ ) i r ( l l D ) t( .l lrru
i;rrle.rx io, allrt¡l.rxls, t( )¡llls .I ic r)(la sI .)iF s()l)r t(xl()¡ :l([( lhs qllc llsoci¿Ilel blanco coü oLro color.
(,
rrs()k,s,.()r'tavierlos,tumb()nas,tokl()sde ¡lrDaccnc$..jLr(,1¡()s [,a pr cselci:r clel blanc() Par-ececonfedrlcs una cr.relidaddc
I)iuirl()sniir()s,baloncs,bolsasde deponc v ol¡etos ) acccso- lirrr¡rr r z . r rl r c s r u r a i t r a l l c r i r h l ' ' \ .| L ' l u l r J | r r l c e \ l d r r r i ¡ r r r i r
r i()s(¡c t(xlo tipo. Hav quc esperar-a Ia década cle 1970 e flescllrade las ravascs la que encontlamos,a menudo muy
irr'lrrso,rnástarde,a la de 1980,para que estamoda enpiece lejos de las pla,vas,en los \.endedo¡es de productos frescos
ir ( sl?urca[sey a remitir. Áunquc Jejosdc desaparccer,la Ell ias pastelcrías,pescade¡ías,panaderías, liuterías, v{]rdtl-
rk col'ació¡rravada cedió terreno a orros tipos de diseños, lelrr. r earn ic.n¿s. un rc,l,k, o un es.JP¿rirlc ir r¿ra. siernPle
¡r|irneroextiticos(se quiere aturlir a las plalas tropicales,va caLrsa ulla buenr ilrrPresióllr Parecc garantizar que en e]
lrs rna¡csdel sur) 1'despuéscalifornianos(los adolesccntes interior se lenden proclüctosfrescosy de calidad-Por otra
v los iór,enesimpüsieron también en este ca.mposus gustosv parte, muchas tiendas qüe no venden Procluctos fiescos no
dudan en dotarsc de toldos o dc decor¿cio1resra]adas, qüe
Anreriolürente, entre 1930r, 1960, la prolile¡ación de las exhibe[ un aiie elcgante,joven, divertido y veraniego.
r:rlas en las playas\¡ino acompar-iadade una cierta desarisro- Con cl t¡anscu¡so dc los decenios, las raylrsplayeras,con-
(:f¿tización.Las costasDo solo las frecuentaban las clasespu- \-ertidas en las de las vacaciones,vel verano, no solo se rcla-
dlcntes; poco a poco otros grupos socialcsadoptaron las cos cionan con la ropa marinera lla higiene ([e los bañistas,sino
tu¡rbres, hábitos,códigos,telasv atrrendosde los priDeros qüe Lambiéni¡vaden el mundo dcl ocio,losj(regos, el depor
veraneantes.A rDcdida que se djfunden, l¿rsmodas se echan te, la infáncia y lajuventud. De rna¡ineras,salubresy munda-
:r perde¡. Sin embargo, co¡rtrariamente a ot.os tipos cle deco nas han pasado a ser lirdic:rs,deportivasy alcg..tes.
ración, las rayasno han llegado a proletarizarsc. A pesar de
sü difusión mrsiva, sobre todo despuésde la Segrnda Guer¡a E¡¿' eslr¡[¡l¡r ia.
Vr ¡ n d i ¿l. l r . I a \a s h¿n r un\er\ irdo r ¿:i .i-m p re I I n a |. e p uu - cebras
ción dc eleg:rnciay buen gusto. Aunque cl esnobismo de las La ¡elación ent¡e los Dir'rosv las ra,vases anúgua. Algunas imá-
rayas,que alcanzó su apogeo hacia 1900 1920, ha desapa¡e gcnes rnedie\':rlesYa repr-esentabana Diños de pccho envueL
cido, el código no se ha invertido. Por r-cglagencral, mostr?$e tos en fajas que fbt-rllabaD una es|r-uctur:Lr¡vada 1' serví¿n
en la playa coD una inclurnentaria rayada se sigue conside- para aSuantarel Pairal.'Ú
renclo bastante elegante. Aonque, como her¡os f.isto, no to Ifás tarde, cn los mcdios aristocr'l-lticosdcl Antiguo Régi-
das las rayasson igualesy la más mínima diferencia respecto ml]n, cuando en los adultos imperan los vestidosa r¿rvas,Latn-
¿ lirs norrnas del momento en cuanto a su ¿nchr¡ra, colores bié¡r cstár de ütoda cn¡re los ninos. Lo mislrlo ocune durante
o tertura puede hacer caer al que las luzca cn la ta¡lgaridad ld Re\olu.iónL ¿n,ev: r'aJ'io. q.r[¡¡,lo\ rcPle.rntnrr¡ pcqucño\
más infame.* patriol¿se calzones,chalecos,laldas o delantalesa ralas. Sin
emiral'go, eslos testimonios son anecdóticos. Habría que es-
* \'éa* e¡ l¿ p.09 el cjen\to dcl bdgüe,o,v.lel nat¡echol quc llera l{x
pe¡ar a la segunda mitad det siglo xtx para que enffe el uni
.
dos n.qes a nr?s. a,V ¿¿¡ ) verso de las raras y el de la inf¿rnciase cstablecieran relacio-

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| ¡ \ \t.sl I'| 1 {\st}r l)t\¡tr) l . l : r t r sl ) r r : r( l l ) r (s r ' r t (

rr(s l)rivilegiaclas que dcs¡lecnto cr'sr¡¡ lll r l)r( l)() liij,(lu(, rrn : ri r k : r l r r l s : tr r r l l ¡ r l a r r rt;l r r i n r i to v r r r a t cira l . ¡ r c ro r r o r k l
a{)nsolidarse. trxto cr lrinta cn cl plano perce¡rtivo. l.asr l,v;rssicrrprc harrjrr-
Ya sealactanteo adolesccnte,el niilo es probablcrnente g:rd()Lln papcl dc engaño, cle ilusión \isual. Muestran y cscoll-
h pe¡sona que lleva con más frecucnci¿ prcndas listaclaseD la de¡ al rnismo tiempo, por lo quc alald:ür a disimular.lr¡sln:ul
sociedadconternporánca.El tlajc de mar-inero,tan apr-eciado chas. N[ásadelante haienros reférencia a le fünción r,isualde
por cl pequeño Proust o eljo\¡en Sartre, ha dcsapareciclo, l¿tsr_¿fas.
pcro ravasde otro tipo haD tor¡ado el reler,olr¿ce m[cho Sanasv iimpias, v por tanto <bruguesas),Ias rayasque lu-
tierrpo. El modelo va rro es el rr¿lline.o, sino e] depoflista. Son cen los niiros ticncfl iguahncntc algo dc lúdico: por cl hc
d()s.ccbras" de fárrtiliasdférentcs, pero que tienen en comÍ¡n cho de lle\'¿rlas, krs Írisrnos riiros l:ls h:1[ convertido e ta
el h('cho de integrarse con dificultad al orden social. les, pero sobre todo porque las r'ayasinfántiles rerritell a
[,]firctivamente, hay que pensa¡ la priYilegiada relación otras dos categoías cle rayas que va hemos examinado: por'
( tlc Lasravasy cl niño en rérminos de marca socia]. En
una pa¡tc, las ¡clatiYasal ocio, las vacacionesy las plavas;
csro caso el historiador también cstá tentado de sobrelolar por otra, las dc los.juglalcs, hist¡ioncs y todos aqucllos
l()ssiglosv \.er cn Jaropa a rayasrlc los niños de hov los ú1, que, por rrna u ot]Ia1azón,"jüeg:u". \¡estir un niiro a rav¿s
I r r n os\ r \r i qio \ d c lJs r¿r¡s qrrc le.ralori,,¡h a no e r¡ lrria n r-espondea vecesa l¿ voluntad de provoclrr un efecto diver-
' -n
la ópoca medieval. (lorrro el leproso, eljuglar v la pr-ostituta, tido, de buscar-una parodia, cle disfrazarlo. l-n este sentido,
cl niño es,en muchos aspectos)una suertede excluido, r¡n es e.jemplar cl trajc dc mar-ino quc llcvaban nucst¡os abuc
rnarginado, y las rayas sigLrensiendo Ia marca cspecífica de los, limpio, decente, elegante v al Iriisno tiempo alegre v
esta exclusión. Pero, ¿no valnos de¡rasiado lejos? Sobre festivo.Esta prenda se leía "eD segundo gr-ado",inspiraba
to.lo porque la vcstirnenta i¡f¿rntil a ra.!asempieza a p¡oli simpatía \', si bicn no llcgaba a provocar la r-isa,sí causaba
I¡rar en la nisma época que los restidos de colores pastcl: cierta dirersión. Sus rayas cran alcgrcs porquc cre[ ]as de
(lulante l¿rsegunda mitad del sig¡o xlx. Aquí volvemos a
un disfrar. Como lo so las de los payasosv las de los cóm;
(:ncontr¿r la equivalencia cntre las ravas,vel pastel, así
cos aDrbulantes.No es ninguna casu¿lidad que una estrella
com() la noción dc las l-:rvas higiénicas.\tstidos de blanco, de la escenacomo el cómico Coluche* luciera un mono a ra-
rosr, azulrto a rat'as,Ia niña v el Diño ¡levanprendasque no vas el.rsus actuacioncs. como tamPoco 1()cs quc un Pcrso
los ma¡rchan. (lorno se ve, las rayasse percibcn ahor-ade naje como ()bélix, compairero de AsLé¡ixen el cómic .lel
rrrodocontr-arioal medioelo. mismo nombre, vista un gigautesco calzón con fradas ver-
NI¡rsque una marca de exclusión -aunquc toda marca sea ticalesblanquiazules.En géDerosbien distintos,Coluchc y
|l|l sisno de exclusión en la medida que señala]a pcrtenencia Obélix son dos histriones,dos.cebras cstr-af'alarias". (lo¡n¡)
r r¡ü f]rupo y por tanto, la no pertenencia a los grupos confa_ BLrffonen el siEilo¡ivrrr,la sociedadconteilrporínea sicllrc
r ios-, lasrayasinfantilcs del siglo xrx eran un signo de higiene,
rDi¡ grr i¡ntía de limpieza y salubridad. Por orra parre, la \.esri_
|lr'|lt;r lisl¿rd:rmanruvo durante mucho tiernpo la rcpritación * Nomb¡e ariiri.o dr Nlichel Gér¿rdJoseph Colu.( i ( I1).1.1 ¡l)rli). 1,,1,,! r,s
h ¡ , u v.o n o ci d o e n l a d é ca d a d e 1 !8 0 v 9 !e n ,cl L $ o l l f{i l n t) ,i n ,r r .,,v ,, 1 .,.
rl i rrstr(irrne mcnos que l¿sdemás.E\iclenremente,se Íata de
ele..io¡es preside¡.iales fr'atrcesasde 1i.182.lli lll1]i
I \ r \ r\tr t'r tt\\r t I l)t\ ,' l { . r \ , , t\ , , | | .,,l t , , (\ , , , 1 , '

l ! , ' Ir r r ( |,Iir - .r Ir rrrr:rIcrrgcrrr.r':rlw¡L¡¡¡,rrrx lrrr¡: ¡t ls t l, l¡¡s t lt l t ' t ¡ t t t


¡rrrx I r c t o r Ltts t ¡ s r a r a . l ( r í s l i ( : r s l t r c r r r r l l i ( l t a g c t t¡i r o
l i l ) r l i s " u n ;rull.i r.lii-)rrllcrril(L lcr Dr¡rir\ si rrrl)a lí ll. lsllr) ¡rri : cslx cta ill ,¡.r,fu'lir!:lloco (lespu¿s de stt llnzrnlicrrl(). lil l)ir\
rrrl itl!() cxlr'xñ(),"rlistinro a Lrs dcm¿is,,ir nleru(l() \'ilaz \ t¡ (le dicntcsSignal\:1cstab¿r enoe lasnarcaslídcrcsr lir( irrri
jrrgrrr'tr'rrr r',solrretodo, que par_ece llcvar'rurdisfr.az.l)or es- tade por oras firmas. Niniluna, sin emba¡go, Parccc hirlx r' rll
l() rrsrür) lrcre ulr aspectoeter-na¡renteiovcn.No e]iistfn canzadoel éxito dc estamarca pionera, ctlfo nombrc nlislllr)
"!i( j:rs.cllr_¡s", lti en scntido propio, ni en el figurado. Para Signal, constituve un !erdadeÍo blasón parlante: tod:r r'¡\',rcs
rrr ir(lLr1t() dc \'i.la respetablc,vestirse¿rr-a\:as Ilamatilaso que ante todo scñalizado¡a.!r
¡rrovoquclr hil;rridad consritu]e tüla cxcenrricidad quc expre- Es el casosobre todo de las lalas prescntesen el veslLl¡ri()
sil ur)x !()luntad dc chocar o dc transgledir Esrasravassor clc los deportistas,que están col.rcebidasPara sc¡ vistas(lc lc-
l)xr'al()sjó\'enes,los pavasoso los artistas.Pucden rnanifes- jos \' que comparten numerosascaracterísticas con las Iavl$ ill-
trrrsc cn la rop:r, pero también e otr-ossoportes qne tengan fantiles: no solo son indicado¡as,sioo también higiénicas (ttr
(lrrc vcr con la infancia, Ia fiesta y el.ju(]go: ciu'¿rrnelos(co1¡o can el cueq)o), lírclicas,\'eranicgas,jóvenes ,vdinámicas."Conrtr
l()s ¿¿lli¿!.o/t,+juguctes, barracas clc feriir v acceso¡iosde cir- cl nlio, el deportista-un gran usuario de r-avas-es un:! <ccbl2L
esL¡a1álaria" q{re se sitira en los márgenes de la socicclad,a la
l,n la aclualidad, l¿rsr-alasinfantiles son sanas)serenas,lÍr par que el pavaso.el s:rlLimbanqui,el hombre de teatro v toclo
(li.as v dinámicas,cualidadesen las que se basanlas cmpresas aquel qtre se dedica al especlículo. Lrci1 un equiPo a ralas er1
¡raravcnder Josprodr¡ctosdestinadose los más.jóvenes\.a los ter-renosdeportivos puede scr-enterldido, si no como ulle
l()closaquellosque deseanscguir siéndolo.I-n ejernplopal- marca de excl[sión, al rnenos como una separacióD,un dis_
rnario de la utilización dc la r_avirs coD lines cornercialescs la fraz. En muchos aspectos,cl depo¡tistaes el histrión de los
pastade dientes dc la célebrc narca Signal, aparecida ¿ fln:r- ticmpos rlx)der'nos.
lcs dc h décadadc 1960v destinadaprioritariamcnte a los I'ero en las rayasdeportivas haYuna fünción stplementil
j(ivenes.El efccLode estapasrablalca con franjas rcrjasal salir ria v escncial que solo se aPreciamu,vdiscretamenteen el n¡
¡lel tubo cs st¡berbio:(v de gran eficacia.Las ravasdestacanel ño v el actor-:la función emblemática. Scgirn el tiPo de reÍrs
carácter higiénico dc la pastacle clic[tes, toda iez quc ]a con- qlre lrsa, el dePor-tistaforrla p:lrte de urr cquipo) que a su vez
vicrtcn err un prodr¡cto sofisticado,parecen acelcrar la salida estáligado a un club, uDa ciudad, una región y un país.Las ra
(lc la pastav al illirmo tiempo la alegtan, la convierten en al, 'ias deportivas obedecen a códigos similaresa los de los cscrr
jlo dive¡ti.lo y apetccible, transfornando el cepillaclo de tos dos de arrnas¡ las banderas.ED toda competición únPor_l:1lr_
rlieDtcsen un acto lúdico, RealmeDte,a Llno Ie entr-arlganas tei que p(nre cn escenaa nllmerosos y abiSarradospersonrlcs
(lc coJre¡seestapasta de dientcs. En efecto, se consume rn:is por ejemplo en un partido de fútbol o, nejol ailn, e¡ lo qrrc
(lrrr cl deDtífiico ordina.r'io,porqtre cepillatse los dientes con el especrácrtlodeportivo püede ofrecer de Inás herlnoso: lIs
( sl(' pr-odlrctova no es rur cleber,sino un placer,por-lo que finales de las prueb:Lsde :rtlelismodurantc unos.fuegos()lirrl
s( licncle¡ poner-¡ráspastaen el cepillo.I_acreaciónde rrn piccrs-.hav una luerte clirnensiónheráldica que hat:er¡rt rtsrtt
en los torneos mcdicules. Sobre Iascamisctas1'Pant¡k)ll( s (l(
'' (l¡f¿nrel()s.1. colors,tue ricnc¡ mras \eÍi.ales blaD.¡s N ¿¡,/¿l l()setlctas,figurasv color-csse codugan como cr k)scs(lr(|'s

76 '¡t
| \ . . \r \r |r 'r r t\., ,rI l)r\[r{l l i , i \ . r st , . r . !, l t , , (\ ( ! r r ( '

\ l ) i rr r ikr i l sr l c kr s tr¡rrrcr¡s.
l,lslirs
lisllr:rsr)) u \i! rc rrL ¡(l()
c s lar l s ru (l i ¡ f : \ l S { '( l r c r r o ¡ r i x l c r r r ossi r r ol r r r r r c r r t l lrrr.rt l r r t ¡ r r r r rrr' l
r 1,r)srilr¡i(lrrs lx)r ) rvrs holizont¿lcs. \r'r ti( y
¡lcs diagolt¡ks {|re historiador'(lel()ssigrros) de los (ra)digos s()ci¡lcs,(il (l( lx)r'(('
rr'rrit|rr l Lrscr¡loresdcl club o del país.Como cl caballero, el -dr¡ntle la documcntació cscritil l cn jrnágcllcs es lll)llll_
(l( lx)rrisr;tcst,rvcstidocon su bandera.,l clante- constituYe trn ter-reno de in\'esLigación .lc cxccP(:i()
l,lr inciumcrllrlriadcportiva ailD esperaa sushisro¡iaclo nal riqueTa.
r( s. \()s gnst:tríadispoler Do solo de trabajosdc síllLesis,
sirrotembié de r_epertorios de ilr)ágenes parccidosa los que Supclficie r aYad a,
ticncrr a st clisposiciónlos historiadorcs de los unifor-mesmi supelficie Pel i¡Jrosa
litares.prolíIicos hastael paroxismo.Tarnbiénnos gusraría Las "cebrasesuafalarias"aveces también pLlcden ser las rav;rs
s:rberla razó[ por la cual en cicnos deportes (béisbol,ba d - lo : d e l i n , r ¡ c I r e . . F n c l i . r u . l ¿ \ f ¿ t d . r e l r c \ e n L l n r r n ' i q n "
Lrrrcesto,lar.rlrrlsobre hielo, boxeo) l;¡ maloría dc los á¡bitros tan polente desdeun Punto visual ) socialqlre la lionte¡a que
lrlr¡rcc¡¡selvadoel üaic a rayasque teDían al crearseestasdis- separa la ral'a PosiLila de llr ncgativa a menüdo es muv irD
.iplirlas,),pol qué cn otros deportesestaindurnentaia, quc prccisa. Po. un lado, el marinero, bañista, dePortista, Payaso
visr¡¡lmentecliltrent:iabanetamcnLeárbitrosv coDrperido- vel iño; del otro, el loco, el verdugo, eJlecluso,v el criminal.
r cs, ha sido abandonada (cn el flitbol \ el rugb),, por ejern- Ent¡e los dos ámbitos hav toda una g na de pcrsoDajesque
plo). Sobre todo qr¡isiér'amos sabercómo. en el serrode rü1 pa¡ticipnn de los dos mu¡dos, v que I ienerr en cornúl cl
club dcte.rrrinado,sc han corüugadolas talas v los colo¡cs hecho de situa¡seen los rnár'genesde 121 sociedad.Esta,sobre
dc los diferentcscquipos (profcsionales,i¡ficionaclos,.ju\'e- todo €n los peíodos recicntes,cllando se han multiplicado los
rliles,\,eteranos)de cada deporte, cómo forrnan un sistema signiñcadosde las lavas,sabe-jugarcon estapolisemiapara
v se han i¡ser tado en la enbleDiitica dc la ciudad, cómo I n ¿ rr c r c r I r r r ¡ r l r i q r l c d ¿ud l J , o n [ u ' i ó n .
los aficio arlos las usarl, cuál es su origcn, su historja \. su sig Así, enla BetteÉ¡ot1urse pusicron de moda ert los cír-culos
nilicrdo. Hablía qr¡eanalizarlas rayasaristocráticas(el azul de \.angtardia las raÍas "canallescas",que sobrevjvieron a lir
(:elestcy blancodc un club como el RacingClub de France), Pr_irnera Guena NIundial,v cula presenciaseprolongó dur:ute
cst[dianti]es(el violcta 1 bl:lnr:odel I'a|is UniversitéClrrb), el siglo \\. Normalmcnte se manifest¡brn en cernisaso r:arni
(orpo¡ativas (ASP]"-tlA-SPP),*rnili&rles,obreras... Incluso en setasde ravashorizontales a chasv colorcs chilldrcs, Prolo
lrn club de firtbol tan prestigioso como IaJu\.entusdc Turí¡, cadoras,inquictantes,v paródicas,estasravasfusionan al
(lue llir paseadotrirrnfalmentc suscélcbresravas\.erticales meDosúcs categor-iasde ravasque y:r hemos estucliado:lx c¡e
blanrluilegras por los estadiosde Eulopa, todo está aún pol. los condenados ¿ t¡abajos fblzados, la de los rnar-i[eros y la
de los deportist?ls.
'' ,,\SlI'l: Associatio¡ Sportir. dcs Pores ct de\ I él¿gr¡pnes, orgdriza.n_rnfinl Es|asralas son sob¡e todo masculinas.Son, Por ejcmPl()
(l:rl.i er 18!7 po. uD g.upo dcjórncs ca.refos dc Bu¡dcos, r qle e¡ lá acr,,¡li-
,l:rl rLi¡e a nl:,s.lc d.scierLos n,il dcporñas. ASPP:\$ciario¡ las que llc\,aba (luY de Nlanpassantcuando ibe a rernrr v sc
Spoüne de ta
l'rnn..l. P¡ris, orqariz¡.ión üead¡ fl 1901 por l¡¡clo¡dios que d.s.¡baD pú. encanall¿baa orillasdel Sena So¡ igualmenlelas qlre Pirltrl
ban los pintores inrpresioüistasal represcntar ?rkrs h()rr)l)r( s
rrl cs$ima v.etruiizada c¡ 1982 ('r el ¡ombrc acllal: abierra ¡ (odo et
(1rnt¡ con (¡t)rce v.ciones, Lr na\oria d.dicadd a tas dts m2(ialcs.
',LL,r'rl,),
de los suburbios,que buscabansolazen los nrelelr(l(:r¡)s ir ()ll

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I \\\r \||t) r R \s rtI l,r\tlt') 1 , 1 ,r,{\t ' . , ¡ . , , l t , , (\ { , t r ,

l l asr l cl l i o cn rorrr¡rrñíarlc rrrrrjcrcs (lc \irl¡ rI rrrl(I irrI ir.


l)¡(L ) lrrsclrr isasr (xrtrisrllLs. lrilies.l'.1rirl(: ltr\ c()rrv(r-
sillo cll 11)s
que atracn la mir':rday establcccnuna sepnr.a(.ióD. cladoquc ti(io cslos¡lributos illdtrllrer1la]'ios ur1odc ]os lrl,rscolrltl
eIr
son musicalcs\ (:inéticas,los pintot.essiempre se hall senti{ill ¡es clcl harnpil\'ha co tibuido a proPilgarlosa rlrrnlcrosas
it¡aídos por las superficies v las telas con ral.as.\fut.pronto cate€ioríasde iüráilcnes. E Francia ,ven Itelia la caricrtul a
las introdLriel_onen sus cuadros (r.a hemos habla¿lo dc Y el clibr¡joperiodístico las emplean casi colidianamerlte
Hieronrmus Boschv dc PieterBr uegcl), v Do h clejarloclehe para indicrr cl c¿rácter ¡.ubio o deshonesto de un político-
cerlo a lo largo de los siglos, rlcsde la pinLrrra rcligiosa caro_ l-h silr1plf]traje a l-avases sulicente para hacer cirer l:l frágil
lingia hastaeJane abstr-acto contemporáneo.Algunos pin- barrera que separa al representante del pLleblo clel Peligro_
tores incluso lleg:rron ¡rás lcjos, e hicieron de las ¡avassu
i r dr m cn l¿ri.ro di\lr.tzlrcdilc¡ tu{. FueF l , a * , L lr l, ii ¡. \ u . lla Corüo lcmos,las r'eraspetorativff no han desrparccidocol)
r rbr .r Fr tr alr lirfl¿. qrrr no rl-¡,rbaesra p rr n in g u n r u p o rr _ los campos de trabajosfbrzedosv el t¡irrnib de Ia phl'a v cl de-
nidacl ¡rara exhibir'se con r.opa a ralas, falto cn las prertcl:rs porte.lbda\ía sigucn siendomrt} actualesen nuestras(xliedad)
superiolesc()mo las iDlcr.ior-cs, y que prq:lamabe qr¡e pala ha- atrn cLlandosu prescnci¿ es más discreta o está codific?ldadc
ccr Duenr prntut_aera necesa o .s¿zihrerl¿ ¡:ul" lccbrarse las fblrna rnáscstriccrque cn el casode las rarils P()siti\ns,\denrás,
posaderasl.11 T¿nbiérr podernoscit¿r-r¡n ejemplo más corF su signific:Ldoha et'ollrciorrado:rtr rro rlcsig[a al Diablo, cottto
temporánco, Daniel Bu¡en, ott-oÉir-aniconoclasta,culas cr-ea- en la Edad \tedia, ni tarrrpocola úansgresióndel orden social,
¡ i on e ..e ¿li, uf.¡rrrlesrlelrar¡- rrjr de lrrin ra ¡iro s , ¡ri e ). como lire el casodruante rnLrchotiempo hasta tiemP()srclati_
chlsivamenteen to¡no al teÍrir dc las r-avas..CoIno en el \'amente r-ccientes.Hol', las rlvas irluden sobre todo al Peligr.(l
siglo xú, la 1-avas siguen cscendalizando. ! firnciorlan más corno una seiralqüc como unr lnarca de
Antes de analirar la función picti)rica Y n¡usical cle las e\clusión. El .ódigo de circulación las usa dc forma e\hrusti-
Ia)'escontemporáreas,Conr.ie¡cseñalarque las ¡a\,as va: son mlmer_osas las ravirsrojasv blancasq|lc ad\riertenalerrn
"ca
nallescas' cle principios del siglo xx sjguen estando nrr¡v pre_ pelig'o, ilr\'itan a la prudeDciao prohíben cierlo ac.cso. iAten
seutcsen la publicid¡d, los dibr¡ios ¿nimadosv las vilieras hu- ción, obrasl Dismimrir l:r vclociclad,desriarse,detencmc, obe-
molisticas. LrDasiÍrpLc carrrisctacon ra1.asho¡izontalcs basta deccr,,. son los mensajesdircctos o indirectos que rl()s trans-
pa¡a representar a un pjllo, un rnalhechor, Lür presidiario o mite cualquier seiral de tráfico de franjas roias,v bl¡rr(:ls- La
u D pe r r ,r rr .r jci nqrrrr-rar
rrr. arrrrtlrrcnu \r. r rre ,F { a rir rc t . I l asociaciarnde estosdos colo)-es,el dc la P]'ohibición v cl de la
criminal de gran enlergadura. EI pe¡soiaje de cómic fi.an_ tol€¡ancia,ponc plenarne[tc de relie{c la ambivalcrlciitclc las
césFilochard de la banda de los pi¿dr /ri.i¿J¿rha constiruiclo ra\'as:soDal mismo tiemPo gltía ¡ obstácl o,liltro l bar'r'(il1|.En
dumnte iargo tienlpo el arquetipo del héroe cle cómic quc ciertoscasos,sepuedc PasarrespcLlnclociertasIeglas;cIl oll¡s,
llevaun¡ camisetaa ravas.:,En ca¡tbro,nllrcno nlas ancna_ hayque detcne|sei¡rperativanrente.Como ejeülPlosP()dcrnos
i/r(lorirsson li¡s rayasestilo,,\t Capone que aparccicron en los ciúr- los pasosa nirel, los P[cstos fronlerizos o los cordol)csPo-
ilrl()1veint(]v treinta para vcstir a los gá¡gste¡serne¡ica¡osr licialcs. Todos sc caractedzan por [n:1gran Profirsión de ra-
:r l(is l);t.¡úrlos.le la rnefia.Aunque igui¡lmcnlellamati\as,va \-¿sr(¡as\' blancas,quc severrde lcjos-inclüso cs probablc quc
rro sorrltorizontales,sino vet-tic¿lcs, \,no lasencontramosen scalo que sc ve desdemaYordistancia-:¡Pero quc a l?rvcz sús

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| \s \ tt,l | [ \\ t ) L] lt t \ rrl 1 . 1 , , \t.,,,sú , ,¡ l t , , ,\ ( , , r , '

( 'r la nlu fba ( i o c irrrlus() ric(L).l._D


fs lc I ilx , (l(.I r, \ : rss i(. r¡r (l( l:l\ir\.( orIrolrrsrlrrt sc rcrr t rr lrrslx rsi:trrits
rci-t('fiirs ! l('kl')s
prc srblacc el peligro. l, con é1,l¡ ruror-i(la(i_otr.l)til)()(lc I r¡rl)iarrrrr rslc c¡s(),lrrilllcrr.i()llcs (:rtri]trrln¡ I):rtll¡llll.rrrrrr
pelisro-, e carnada por el gendar¡rc, el policía. cl gu:rrcli:lo barrcr'e,que :r pcsarde iodo pelnrirael ¡raso;Proteger'sln Pf()
el aduanero. Las rayasconducen a rncnudo al unifor-me, \ el hibir totalme[te, detcne]'lo nocivo v guiar lo bencficioso Ista
un ilñ r r r r ra l ¡ ¡antiort cualidad de I-lltro es quizá una de las mevores virLudes¿lcl:ls
La ma1.oríacle la-srayasrojas I blanc¡Lsquc se utilizan para la ravas.\á bemos a[alizado la ravaa proPósitode la higiene cor'
señalizació¡en las carretc¡asfuncionan coúo pantallas.L)e al- poral: la irdumentaria a ravasque se llela difectamenl€ sobre
gu[a manera sotr ]a imagen ab¡e\iada de lrna puerÍ¡ o de uDa la piel desnr.rdala protege \' la Purifica. Hol en día tanrbión
empalizada,qlre solo puede ser ñanqr¡eadabajo ciertasconcli- esrápresenLecn el hogar: l()sPostigosenrcjacl()s'cornPuestos
ciones- Una sinple línea horizorrt¿ li¡Fda de rojo l. blanco y clis normalmenLede listoncsque dibujan ra,vas, Protegen a los
puestaa t¡avésdc la ca.¡etera (como un pasoa ni\,cl) obtie[e e] habitentcs,en espccialalos que duermen, de tocloslos pcligros
Írismo ef¡cto que una gig¿rntesca reja pintada con los misrlros del exterior, ya se trate de ruido, frío, \'ieDto, posibles mcro-
colorcs y sitüada en cl mismo lugar, Esta es ulra caractct.ística deadores, espír-itr.rs llalignos o el nris1rrísi¡noDi:lblo Clomo
eselrcia¡del füncionarnjento de las ra\,¿!:]a metonirnia. I_asra ias ra\as de los p¡arnas,las ravasque se dibuian en las persie
vasconstitr¡)enuna eshucolla quc se repite ha5tacl i¡finito; sus nas aseguranun süeño tlanquilo. Esta función de Protcccion
Propicdadesson las mismastaDLoen una super-ficjeminilscula es tan irnportante en la casacampesinatradicional que e1rla-
como en una superficiede grandesdimensiones.I_aparte \ale rias region(]s -cortto Sabova,Piamonte o Tirol , cuando las
por. el todo, lir esrructura prima sobre Ia fbrma. De ahí la estrücturasmatcrialesde los PostiEios no fornaD ravas,estasse
cxtraordinaria plasticidadde las ravirsr', a lo largo de los siglos, r'
piDt¿n directarnentc sobre la madere
dc su Lrsocomo rrarca, signo,insignia.cmblemao atlibuto, irrcie- En ocasio[es, el cxceso supone un obstáculo a la Prolcc_
pendientemcnte de los soporles)las técnicasv los contextos. ción buscada.Denrasiedas)'avesno filtran cl peligro, sino quc,
El paso de cebla, que estáformado por Ii.anja,saherDasblan al co1rtraIio, parecen atraerlo. Alf¡ed ]:titchcock constru,vó
casy neg:|assimilaresal pelajedc una cebra (enAlemania lo de- toda una película sobre estetcma En lÜ.?lenla(SpeLLbowul)' ro-
rrorn.rnar\, hLrastxei/en,(Iayas cebra"), constitt¡ve oü-a ¡rodali_ dada en l9i[5, se describe]a fobia a l¿$rayascleun hombre q¡c
dad de cstasmvas dc cauetcra qr¡e cstán r-elacionadascon el sufre un conplejo de culpabilidad por h muerte cle su hcr
pcligro, Ia barrera, Ia prohibición ,\,la auto¡izacióD.Serna¡cael mano menor, que quecló cmPalado en u a verja cr:ando jrr
lugar por donde pasar,pero sc advierte de quc no se puede gab¿n de niños. Los admiradores de Hit.h.ock no tienen cs-
pasa¡sierrpre, ni de cualquier-maDera.Las raÉs eI la calz¿da pecialdebilidad por estapelícula,que.onsider:rn un "medic¡crc
indican a Ia vez vía libre v su dificultad. Al allernar zonasla- rnelodr-:Lma psicoit¡irlítico", ")Pero el esPecialistlrno Puedc si
ciasv zo¡tasllenas, conminan a la obediencia v la precaucióu, no adrnirar el virtuosismocon quc el maest¡odel sLrsPcnsf
(t)rlro si se pudiese incurrir en cl peligr-ode caer en el espacio puso en imágenesel movimiento obsesivodc las firr'mrtsv
r¡rrcscparalas dos fi¿njas blancas.Se ú.at¡, una rez más,{:leun figulas ra-vadas:juegos de luz,v somhü a lr:rvésde lrlr l¡)l(l¡).
ll llf( ) (lue pcrmjte el paso al peatón, al rrrrslr()uempo que r-e imágenesde verju y de barrotes,ln:lrcasdc los esqoiss()lt ( l:r
¡ l:r¡¡r;rsr¡¡te cióD.Estepapel de filtro es asurrido por oo-asca nieve,cl deshleacelcradode los ¡aílest los postes( laalr i( i 's


I \\ \ r\||r)r l\\ rt I l)t\n(, l l , r \ . , \l ' , r , r , l t , r t\ ( ! ' r , '

vistos r tlavas clc laventaDillr (le t|lt lrcll (lrl( rt¡c(l:r:r !¡rlll s (r h L l l r i r r r ¡\, c l l i ( n r l ) ( ) r. r r i tr r l r i r s( l r r cl a sr i r ! : t s( . r ' r( r r rr r n ( ) r
vclocidtd...r1 Al \'cr esta pclíQr]a. se intuve que cl Lr¡i\.er.5o(lc (l( r ( rtIc cl srr llrtnürror trl cspacio.[-lncsP¿ci() ¡]cogfzilic() l_
las ra¡rs puecle ser un uni\'er-so inquietalte, cns()l-dececlol.\
irlieDante a fueúa cle r'epetit_la ¡risma altcrnancia de sccrrcn- En l¿ natu¡alezararasleces se\'cn superficicslistadis.(llr:rn-
, ii\ I'ir r,
'mr\. lod¿ r¿r¡ es r¡r rirmo. r¡n¿ rrrsi¡.r. r'.,,,.'u lo. do el scr h[mano lns erlcucntr:l, las collsidera como curiosi
da mirsica, pucde dar luga¡ rnás allá de la a¡moría \, del pla d¿des,vpuede lernellas, cono en !a Edad Nfedia, o admirlrr
cer; al ruido, l¡ deflagración y la locura. las, corno nLtestrnscontemporáncos Es el casode l:rs cst¡ías
de cicrtos rninc¡aleso vegctales.Ysobr-etodo es cl casodel Pc
De la traza a la rr¿ r r a iaje de larios a inales, como el tigre o la cebra, qüc, desPués
La relación enLrel¡s ra\?s y lir rnúsica es antigua, profiucla ! de hab{]r sido considerados de un salva¡isno terniblc, pasarr
mLrltifor_mc.En el plano social, sc manifiesta cn prir¡e¡a ins por ser en la actualidad los m:is hermosos dc la creación. Lo
torcia cn la indr¡rrrentaria.En la antigua llotna;rlgunos músi- que aDtaño causabaPavor o rePugnancia, hoy cn clía ¿trac y
cos e histriones llclaban ata\¡íosa ra)as,como los \.isticronIrrás fascina.' porqlrc es una exccPcjón.
tarde los tro\¡ado es de la época feudal, l{rs ángclesirlstrlr- Las rayas,cn eltcto, no son realtlentc url si8no natur'lll,
me¡tistas dc la pintura gótic¿, o losJ,.r::r¿¿n cle la prirnera mi sino cultural: el que los seleshum:urosirnplimcn a su elltorno,
tacl del siglr xx.¡: El músico sicmpre h¿restado en los rná¡ge- inscriben sobre los otljetos o imprxren a otlos sercshuDralros
nes clc la socicdad;no esnada sor?rendentc,pues,\:er-iorestido Las mar-cas que ha dejado el seI hurnano cn e¡ pllisajcen forüa
a ralas, como todos los cxchlidosv róprobosquc hemos en de latas van desdelos surcosdel arado hesta las \ías dcl tren,
contlado. Por otl':r parte, el hecho misrno de tocar rnírsicar.a los posteselécrricos,krs hilos telegrá1icosv les autopistas,pa-
invita e inscribir-scen una decrlración lisrada. jAcaso el pen- sando por los dientes del nstrillo v el filstro de las ruedas-El
tag¡ama,las cuer-dasdc uD violín o de un aTa, ¡os tubos de uD paisajellcla inscrito en fo¡Inir de I'avasle a..ia)n hnmana. Ll
o rq¡ ||( r,, el tc,lJ,l,, d- |lrI pi¡ ||,, no \o | ¡\ a \ : presenciadc las ravascn los ol¡etos no solanente es üna mar-
Sin ernbargo,la rclaci¿)nquc ma tienen las ri :rscotr la ca, sino tarnbión uni! forma de conLrol Ravar una suPeriicic
mÍrsicaes rnásíntirna, nrásesclcial, casionb](iqica. Las r'2Nas -corlo por_cjernplo los bor'dcsde una carla enliaclavía aérer1
son fundarnental¡re tc una rzzricn,en el sentido plcno que el sigrifica diferenciarla,seiralarla,oPone a o asocia¡laa olra srr
latír rnedieval otorga a cste término extremadamente r.ico, pc¡ficie, )'cuüple l:r Iünción de clasificalla, contrr]lar.la,\'eri-
bastantemás que la palabra
"mítsica". Como la rlrlri.¿, las ra- ficarla o ccnsür-a¡la.Toda ¡a'a es casi un titrbre, el ol¡elo ¡ lr_
(lirn
vasson sono¡id¿rcles, secuencias,movimientos, ritllos, ar¡to- lado qued¿trrnbradoen el sc[tido que.orreos () lalilateli:t
nias y propol-ciones-Como ella, las raYasson modo, fluido, du- a estapalabra. No es casualidadqrte hor cn día todas las rrrar'
ració¡, emoción, alegría.Tantir la mílsicacomo las rav¿stienerl casde contr.oisobre cartts, billetesde transPo¡te.entürdas,cli_
un mismo locabulario: escala,garna, tono, grado, línea, gla- quetas)'factu¡ascmPleen rayascoclificaclas, que han suslilLri(l()
.lacióD,separación,inrervalo. Las dos, sobrc todo, tienclr una los sistemasde Perfor¿¡cióno car'lrcfeles tipogr:ificos lrr cstc
r-clacióncon la nocióD de or-den,y¿ seacn el senticlode clasi- scntido, es calacteúsLicoel casorlcl código dc b¿frasql¡c sc irlr
lir'rrción o dc ¡rardo..¡ La música instituve trn orcle¡ entr-eel prime en Ios pr-oductosque se vendcn en hs g|anclessrr¡xt ft

86 87
I r\\ !t s lt1lr ! \s t) t 1 l) t ¡ 0 l i . , \ , r \t ) . rl I t , r is , r r (

cicscomer_cialesr la ctiquctaquc llc\'lrcl l)rcri() cr fi'irs lr! (lc- a !olvclirs a srriru


trl()r'(\. l()ss(,lx)rt(s, li$ vír$r'(ct¡sdcstill¿clns
s:rparecido,sustitr.ridapof ]asbarras .'erli(aJesv paralr-las.' cl
lx)r "l)ucn clrnrino". I-:rs
myas no son cl deso¡den: son el sig
Exhibid¿Ls sob¡e los cuerpos de lits per_sonas, las r-a-\'as
ctü¡ ro (lel clesordcnI un medio de ordenacióll. Las raÉs no son
plen las mismas funciones: señalar, clasificar, controlar,je Lrexclusió¡: son una rnarcade exclusjóüy una tenLatiu de rcin-
rarquizar. Ya sea en for-ma de escadficaciones en la piel en rcgración. En la sociedad mcdic\,al, a los excluidos.juzgados
ciertas etnias africanas, en la \:estimenta ralada de dirersas ir-r-ccuperables (los paganos,por cjcmplo) rar¿[ncntese les obli
cultuüs indígenasde Améúca o de Oceanía,o bien en los có gaba a ir !'€stidoscon ruvas.En canrbio,podían llevarlastodos
digos vestirrrentarios,heráldicos y vcxilológicos de cuño aquellosde qllie1rcsse esperabal¿rconversión,como los heré-
occidental cle los que hcmos hablado, la ra|a siemllre es un ticos -! a vecesl()sjudíos v los musulmaDcs.
insbumeDto de taxonomía social que sitúa a los individuos Dicho esto, el hombre p¡opone v Ia ra,vadispüre. Su na-
en grupos, y a estosgrupos en el codunto de Ia sociedad. turalezav sü funcionarrrientoplopio no Püeden adaptlrse
El peine"" v el rustrillo, ambos generadores de ravas,sirn- totalrnente a los códigos que la sociedadqueüía atribuirle. Ül
bolizan la función de puesta en orden que constitu\'e el paso las ralas siempre hay algo que se resistea l¡ irstaur-ación de
del t¡azo a Ia marca. Ral'ar es hacer trazosv clasifica¡ inscribir sistenas,algo portaclor de rurbación,vde confirsión,quc dcsol-
Y oricntar, ma¡ca¡ v organizar También es fecundar,,r,:rquc to dena. Las ravasno solo rrestrirnv csconden a la vez; son al
da organización o, p¿Lrautilizar una exprcsión musical, toda mismo tiempo la hgura,v el fonclo, ¡o finiLo,vlo inlinito, la par-
orquestacjón,es un lacto¡ de creación. El peine, el rastrillo v te y el todo. Por esto misrno, toda supe¡ficie r:tvada Parecea
el arado, que rayan todo lo qrre tocan, son desde la más leja- menudo incontrolable, casiinasequible.¿Dóndeempicza?
na a.ntigüedadsímbolosde fertilidad y de riqueza.Como la llu ¿Da)¡deac^ba?aDóDdese sitú¡n los vacíosY los llenos, las !üef
via o cor¡o los dedos, que son offos símbolos cle fecundidad truas t los cierres,las zonasdensast las s:rtrrradas?33 ¿Cuáles el
relacjonados con el rasü_oy la m!?. Lo que estáravado no es y
plano del fordo, cuál el primer pJano?¿(luál cs cl de ¿uriba
simplementc algo ¡rarcado y clasificado,también es algo crea- v crál cl de ab4jo?¿L.Lcebra cs un animal bl¿nco con rayasne-
do, constn¡ido; es el casode la tela y de todas las cst¡ucturas gras, corro crce[ los occideilrles, o un aDirnalnegro que llc
tlue imitan los tejiclos,como el tablón,'r cl vallado, la escale- \? ral as blancas,cono afirman los afiicanos?'u
ra o el estante.También cs corno la escritura: ordena los Ante todo,las ratas suponen ur problernirvisual.{ ¿Porqué
conocimientos, es un surco fértil dei pensamiento j', además, en la na,ror'íacle cultur'aslas superficiesravadasse vcn nejor
a menudo consistesolo en una larga sucesiónde líneas. que tassuperlicies lisas?¿Ypor'qué funcionan al rrristro ticm-
En estesentido, comprendemos mejor por qué el homb¡e po cono una ihlsión lisual? ¿\¡emejor cl ojo que lo que prc
occidental no ha dejado de marcar con rayastodo lo que tenía Lcllde engarlar'lo?Opuesto a lo ljso, lo listado constituye una
relación con el deso¡den.Se trataba de señ:rlaresteclesorden, separación,un ace¡to, una rnarca.Sin ernbargo, utilizado de
dc proteÉie¡sede é1,de advertir, pero al mismo tiempo de lol forma aislade,se coD\ierte en üna ilusión,n'pernrlba la rnira-
ver a poner en orden, de purificar-, de reconstruir. La indu- da, parece parpadear, agitarse,escapa¡.Ya Do existe irgxna
rnentaria a ralas impuesta a los locos v a los foüados cnLn a la dife¡encia e¡tre la cstnrctula y l¿ figura. La estructura se ha
par las rejasdestinadasa aislar¡osdel resto de la sociedad,vlos con!€r-tido en figlrr:r, y esta,vano Pareceque pucda anclarsc

8E
sobreun fondo, ni inscribirseen una geometríaeuclidiana.
Las ra)as puras va no atrapan la mirada. Son dernasiadoefer- N o ta s
vescentes.Iluminan y oscurecen la t¡ista, turban el espí¡itu, con- l Orden y desorden
funden los sentidos. de la r aya
Demasiadasrayasterminan por hacernos enloquecer- 1. El Deuteronomio lo prescribe de forma exprcs : Nonín¿ ni\
Tjeslimento,quod ex lana linotpe cantextumestlno vesti].ásf(>
pa entretejidade lanay ünol (Dr22, 11).
2. Este estudio solo se ocupa de la semiología de las üyas cuar)-
do se acompañan de una vertiente social. Es e\idente quc cl
análisis estructural que de esta cuestión pod¡ía hacerse d(r
bería ser más exhaustivo y, de hecho, será el objeto rle un
próximo trabajo.
3. El escasonúmero de imágenes que aquí se of¡ecen no pcr
mite rm desarrollo más amplio, y ha dererminado ta elecciírn
de una exposición sinréúca, frenre al análisis detallado dc
un conjunto de casos.
Ante un campo tan poco estudiado, este ha parecido, en un
primer momento, el mejor modo de p.oceder Sin embar-
go, también €n este caso espero poder dedicar en un futuro
próximo un gran lib¡o ilustrado al problema de las Iayas y
las supe¡flcies listadas.
4. La marca de artículos deportivos Adidas así lo entiende cuan
do escogecomo emblema t¡es bandas paralelasque Iiguran
en la ropa y el calzado que lende en todo el mundo. Estas
Ees lianjas connotan claramente la idea de velocidad y efi-
cacia deporti .

2. El D i abl o y s us atav íos a r ¿ y as


( s i gl os x v r - x r x )
1. No existeuna síntesis¡eciente sobrela historia de los (¡r-
melitas,y el libro del pad¡e turd¡é de Sainte-Marie,L'O¡dn,
d¿NotreDarn¿du Mont-(hrmel.Étud.¿historique,Brujas: Vrr.tr.
ke-Loys& Cie., 1910,no ha sido supemdo.Tambióncs i lc-
¡es¿nteconsulta¡la ent¡ada
"Carmet',del pad¡t Mclchior(lc

1)l
| \s \t\]|t)t lr\sr lr l)¡\n r r
\'
'l, r \

S¿ilJtcllrrric cn cl I:)¡rt¡o11
li)r ¿ hl\tai/(t ¿r !¡i){tulIn ú¡h / l/ lr l t : t . l. ( , ( lr ( s: Sl, ( : li, l1) ( ll. . r si. ( ) llr ( ) l( ) s i : r l) il l( , s \ ¡ l
r¡r¡.íiq¿¿¿-!,
París:Lctoüzct et,\lé, 19.19, \ol. 11, cols. l0?(11l{):t lr ( ( l t ( r nlr ( lcl libr i) ( l( . li ¡ n( {) is r l( S( sscvir llr . / / i\ i¡ , jr '! /
2 l-s probable qr¡c seala idea de üna figula "de rrar.és"atlue , t r , . t t , . t t t i r r . 1'¿, t , , . . 1útt ú, , , r i, / . . 11. 1, , , . i. , . . t \ , , t , t , , r .
1lo que vincula, en la heráldica,la barra-pie7a que di\ide el I idit ioDs d'hist oir e t iaD. iscainc, 1935 l! l: J7.
escudo de forma oblicua de derecha a izquierda- a la idca Ednr oucl t am l vJr r lia Rast i¡ ( eds. ) , O ?üvt \ ot +, t ¡ \ h li
dc bastirrdía. \¡éase LoLris Boul,v de Lcsdain, "Les brisr¡res tel:l,¿1
2 vols..Pa|G:Pic¿rd, 1959,\()l. l, p. 32,1.Rrrr(lx rrf t,,,.
d'aprés les sccaux,, Archiueshérahliqutssuis.sr-¡lol. 10, 1896, cisaqre los carnrclit¿sson .go|closv fcirrridos",r lrs Ir':rl:rs
esp. pp. 124 128;John \\roodward 1' ceorgc BurDetr, I de ..afnc tierna".,\nbos converr¡tls esr¡bansirL¡iLrl¡rs < rr r I
Treall\( on Il ald\ Br¡I¡lh a.üdlorci.gn,2qc¿., Londres, 1896, elnplaTarnicnto del ac¡lal crL¿rtclde los celesrir¡os.r.lr I,r 0I i
pp. 5.12582; Rémj Nlatl\reü, Le Stst¿h¡.hhaldiquefranca is,Pa lla dc¡echa del Sena,cn el bar o del Al]scDill.Ls pr(,lr.rl,l(
rís:JBJanin, i916, pp. 115-123;l\'fichelPastoureau,?,¿i¿¿ que en algunas creddes ciu.lades. la ?r¿¿ d¿,r¡¿?r¿r l.r¡ll( (l(
d hítalttiqu., P ís;Pic rd, I979,pp. lSGl87. Sobre los prtr las "Baf¡as"l, top¿)Dimoampliamcnte extendido, fircr u u rrr
blemas de iDterpretacjón qr¡c plantea el sieDificado anrigro antigua ¡?r1d.r B¿r.rir[callc clc los .Bar|artos"]. (, r ¡/¡,///\
del té¡mino heráldico
"ba¡ra", \éase ClcrardJ. Urautr, t?a/r lr'nrtvBarús fcalle d.e1os<helmaros Barrados,].
Bhzon. I[eral¡|ic T¡tn.mal¿g,j ín the T ,?lfth and Thitl¿trrth Cen 5 . Bulhnun Carutl¡tanur¿.,1vols.,Rort¿r:Ecl.l-liseo NI¡¡,¡si!
üoi.s uith q)eú R7ferm.e Io A,tluian HeraH.,.,t,O¡ft¡rcl: (tta- rano, l7l5 1768,\()1.I, cols.35L37a y 45b-+tia;padrc I lrr
rendon, 1972,pp. 116-1I7. briel \\tssels. ,.1.¿¿.¿/iht.b un g¿n¿tatiun: OltLin¡sBur l'il
3. El vaslísimo expedientc referenre al hábito franciscano Y a gtltLs
MariaedcMonk Ctrmzlq 2 r()ls.,Roma: Curia gen lli( i:r,
los cxcesos a los quc llegaron de(crntiDados relieiLrsos,a fi- 1912,r'ol. I, p. 8.
nales del sielo xtII t durantc todo el siglo ¡ir\,,señala en \¡éase,pof cjernplo, paclreRcncdicto Zinxre
todo caso el vínculo entre lo listado v Io rcrnendado o sas- Ibfnrcs de l'Ordre du C,ttnel", litu¡1.¿¡ erm¿tit ittt\.
tado- \h cn francés anti(Uo, el término ¡¿?)¿¡ [rarar] puede rol. 19./2 (octubredc 1934).pp. l5.i¡19b.
significar g¿staro esuopea¡ y la varicdad de colo¡cs puede in- 7 . De la abuDdantc l¡ibliognlía sobfc cs|e asurto, véasc l.ouis
tcrpretarse cono la marca dc una pobreTa o de n u.o 'lticl\et, L¿ C:oüü1¿du.lctu¿.
&.t uríf:i ¿s¿tsanhdu.tt"t t,t ],j/!¡t
cxfemos. N{ediante üna bula que dara de 1336, el papa Bc- .e di¡l¡'¿strs '?gt?menL\
dc /É/ra París:{leri, 1986,p¡r. 7? 7:1.
nedicto XII pidió por cllo al rel de Nápoles la expulsión RrLán,archivos del Dcp¿lrtameDtoSeinc-N{xritinre,(;. IiltlS,
de sü rcillo de los hcrmanos "liaticclos', parrida.ios de una pieza núm- .1.&rxclezco a mi a¡rie¿rCllaudiaRabcl rrrri) ( l
pobrcza absoluta,especi¿rlmente cn liriDdumenuúa: "._.g¿i haberme scñal¡rdola existenciadc cste documcrrlr)( 1)rr(l
dam fertersl. hatnhes,s?Jiatrcs ¿( pall?ereútu €t aliis noniúi que lo trunscribiera para üí.
ü6 affeLant.t!,qui diutsorum colonln su p¿tíarun ratlarunt l.os laicc¡scoinciden a nenudo cüan.lo sc rcfi(Jc|l .r l;r r ¡.s
mrtos et d.(fortvs g?st.at1t
1/¿r¿¿r.
. . " . Sobre las .lispuús e¡ torno ti reDtade los clórigos.Hacia 1280,Philippc rk ln,r|,r¡:r,rr¡i,
a la pob¡eza en el scno de Ia ordcn franciscana, \,éase}lal- declaraba va con fuerza: "n k'al¡üt las I .l . ll il 1r'\tt r)t,
colm D¿\id Lamber t, ¡iz nis.an Pa1)¿rt: TIt Darhine af rh? Af, ¡¿i¡.o,[No deben los clérieosvestir h:-rbitr¡s
rrrv:rrl¡,sl(l,lr
solutr Powrtj al Chist and r.h€Apostl¿t¡n fhelian.is.an Od4 lippc de Bea[manoir; Augrrstc h I ¡| ln r¡!ror lr{l . ri,r
^rt

92
| \\\r\ r r Lr l r . \ \ r ' r I l tt\ rL iI N{
'lits

\1,( l,( 1 l'¡st('rt fir,. .l,igllrcs .r f,,"1.'||s ti¡,r'riü s ( I'il


t I t nt \ t l llt uu l t0 i \i \,2 ro l s .. l ' l r i s : l t( | l ¡ ,ür!f(1, l tl ,12.r(,1 l . ',
( rt). 10,pirr. 13, p. 173). , rl(li(lr( n,adi¡vlrlc'.c\ (hnunit¿.to c\tlXlroryrNttt lx\
ri¿ntxtsg.¡talógiú ) he'r¿¿tn (N,tadfid, l9 26 dc scpticrnbrc
l t ). \{.rlrcf Koschon eck (ed.), Dcr Sacl].smsltitgcL
in Bíl¿¿m,Fi-^rú-
de l9ll2), 3 vols., Ntadticl, 1983, vtil. 3, pp. 293-309.Vé¡nse
liu t an NlaiD: Insel \¡c¡Iag, 1977, pl. 94. Véase el comenra
tar¡bién los cstrriios rerrni.los en l¡s ¡.ras del coloqu;o.Q
r io de Ro¡l Sprandel, "Die Diskrimicr¡ung der l-tnehclichen
tlus et sjll¿n¿s¿'¿xclusiondans L.tLittétaturcet La civil.isa.t¡r)n
liinder inr Miftelalter' , en h¡ Sazialgesrhichte
r1¿rñndlp.it, Jo-
nédiet'ales(|':x-en-Provence, +7 de ma.zo de 1978), París:
chen N{artin \'Aug[stNitschke (eds.), Friburso: Alber, 1986,
(luerma, 1978.
P.492, nota l¡1.Aeradezcoal amigo Jcan Ciaude Schmitl
, ¡ lr.,bcrrne , on,,rñi, ado esta¡ eterenci a.
1 5. Sobre los traidores bíblicos en la iconografa medieval, lea-
se Ruth N{cllinkoff, ..Judas'shair and the JeNs",.Jaurna.laI
l-ntre nrrmerosos trabajos, destaca el deJ. Bttnke, HdJische
K¡11111t:Litltatur und. (ks¿llsúaJt in hohenMiutl¿l¡¿r, 2 vols., Jfadrl¿A,?,vol. I (19¡l:]), pp. 3l-46; Michcl PastorLrcau,.Tous
les gauchers sont roux", Le Gew¿humain, '¡ols. 16'17 (1988),
Munich: dt\,, 1,9f.17,
vol. l, pp. 172-210,,vlol 2, pp. 821-823
(que incluye considc¡able bibliografia). Véasetambién el li
pp. 3,11354.
1 6 . Un trajc .parddo" es una lestimenta bicroma, dividido I'er-
bro de Alwin Schul¿ citarlo en Ia nota 2 del capítulo 3.
¡icalmente en dos mitades de colores distintos. E1roc¡lsio
t 2. \¡éase también Liselotte Constanze Eisenbart, Kleiderord-
nes, la manga izquie.da es dcl mismo color que el lado de-
n/,ngender d¿utsth(n Sr.d¿re zz\isch¿n1]50 un¿ 1700. Ein B?)
recho, r a Ia inve¡sa. El t¡aje partido es a nenurto un
trag zur l{ultürye\chi:ht¿ d¿sd,?:utsthen
Biirger¿?1?J,
Coringa:
equivalente o un¿ rariante de la vestimenta a rayas la¡rto
N{usterschmidt, 1962; ,vDiane Oven Hugres, "Sumptuarv
en la iconografa como en la sociedad mcdieval. Sobre este
laws and social relations ;n RenaissanceItal:y", e¡ ¡¡prt"t
tipo de vestimenta véasc la tesis de Veronika Mertens,
and.S¿ttl¿ments: La i an¿ Iluman Rdrltions in th¿ libst, Jo}'n
(lamb.idge: úIi-patli als 7,eithen.Zur B¿¿eutunguan g¿t¿iltenKIei¿ und
Bos$ (ed.), Cambridge University Press, 1983,
g¿tzil.I¿rG¿üalt ín der Sütú¿tra.h' in htüañtchen un.d hiklr¡rril
pp.69-9!).
ch.n Qu¿lt¿nsauie in Fastnachlbta.u.lLl)amMitt¿krltü lis zur
1 3 . Desde aquí animo encarecidamente a que se realicen Due-
G¿.g¿¿rr¿r"1,
Remscheid, I 983.
\'os tlabajos sobre las marcas de inlámia impues&rsen el Oc-
1 7. \€ase. por ejenplo, lo que dice sobre este punto Louis'Sé-
cidcnte meclieval ajudíos v musulmancs. Todaúa ho,r exis
basticn N{ercier, I'abl¿aude Paris, 8 'tols., París, I 782- I 7il3,
ten lagunas y contradicciones sobrc c'stepunto. El estudio
vol.3, p. 138.
d. I hrsc Robe,r. t ?, \;En?,,t,tintoni, ou llo¡r,, igr. Paris.
l¡191,ha quedado totalmentc superado. Estáclaro que es at>
1 8. Sobre la iconogr¡fia de san.Josó,vóasela irnplia entrada qrrc
]e dedica G. Kastc. en Engelbert Kinchbalrm (ecl.). Lrxika
surdo buscar un sistema de marcas de exclusión o infámia
der C,l\lithchrnlhonogral)la 8 vols.,Friburgo en Bfisg.I r: I k.r-
común a toda la cristiardad. Exisren innumerables larian
de¡ 1974,vol.7, cols.2ltl22l.
tes de una rcgión a otra, de una ciudad a otra, dc ün perío-
do a otro, entre los siglos xrr ) )iv. Además, cstas tl|ar.cas
1 9.Josef de (loo, .InJosephs Hose¡jhcsüs ghc$on(l( r¡ w¡ r r
Ein \{'eilhnachtsmotiv in Literatur und Krrrst". .,1r¡l¡,r¡r
r,..c.l¿ rodo luqarr allr dorrdee\ir.||. nú \e imponcn
-n Ktrnstbl¿tter,\o1.30 (1965),pp. l4+184;Josct)(le ( (r'. l),r
ni se llevan en (odos los períodos.

9.1 95
¡ \ f \ Lfrr ri !\\Dr I l, r \ r r )

i,r \\i iriu lrtslir.rlr )(l i (lcr |,iI(|(.|¡(I(


loscplrlr(,scr)-\t()ri\ ,r !!tt ldt),¡L I't ¡1..l'.r¡s: l(lirrr lsir'¡ 1.. l1li1),t't,. t lll 7l | \
Kullst". ¡?¡fr,., l¡i.1 t¡tI\tu41o,\¡h t¡r. \ol. ll (1{)(lrj). '¡2aJ i-21;.
pp.58_fi9. :+. t,¡ (lcs\n1(,riznri('n(lc1lcopar<kicrr Irs siglosrtt v rtr 1rl
20. Sobrc cl cscudo ciel.rrncia v la ofnanrcnució¡ uoreacla er nlite 1l le¿)ndescargar sobfe aqucl toclossus nslx'( l( )s ri iril
la sensibilidad medieval, r'éascl{ichel Pastoureau, "Le roi rivos,lo que posibilitnsr consag-m.ióndellDili\ rr .oIr( ) ¡ ('\
des lis. Imblémes dvnastiqucs et slnrlroles rolauri", en lirr dc los animalcscn la cl.tltü¡a occidenlnl.\¡érlrr l\{. l'rrst,,
pu.\ d¿\s(raur fr¡tqais (Lu Xlo;.n Ág¿,L'oL.2, L?\ S¡eau; tu\aux. reau. "Quel estle rr.lir1esanirüalrx?..cn ¿¿Mo tu t|¡Dt¡tltI
Nfartinc Dlllas (ed.), París: Afchivcs nariorrales,lggl. a u Mo\m Ágc .\t' x\' si¡.Lr. A r1t:i¡| ¡r X \' ( i ¡¡t
se',cPrés¿ntations
pp. 355.1. g'¿srtuh So.itt!¿tl¿\ listorien.\ t!,¿iAti\t.\¿/.l'rn\t)¡g w¡rt \ul,:
21. Osn'ald ,\. Erich, ,i? Da$tdtu,g ¿a 'lbufelsin dct (:hlittLiúat ien pttblit (Toulousc, 25-26 dc ¡ra,vo clc f981), TcrLrkrrLsr':
¡?.¿r'l, Beflín: Dcrrlschc¡ Ii.r[st\erlag, 1931; Nlichcl lastou Uni\enité de lbulouse le \Iiai1. 1985.pp. 133 14?.
reau,
"Bcsúaie du Ch st, bestiaire du Diablc. Attibur ani, 2it. \:éanse los textos fetniclos por (lonürl ()essner.Hi.¡t¡t¡iQt,)
r1ri1let mise ell scéne du divh dans l'irnage médievale", en nutliunr.Lilvr lrinn t nt:qrutdntf*dibnsrlrifañl Zufich, 155| .
Couttws, inages, ryDDnlc.s,
J'arís: Éditiorrs d Léopard cl'Or, pp. 78+785. Sobrc la i¡tcrcsantc conftrsió[ quc, a ¡rc(liir(¡('s
1989,pp. ill¡l 10.El probleÍre del pelo rojo gmardacicr.1i1
re del siglo rrLr, el enciclopedista vincent de Bearrvaispar Ir ,
lacióD coü las rnanchas.En la Edad X{ccliase enrendía que ha.er enlre la cebla ! el onagro, véasesu ,yc.ul1t¡t naütü¡L
scr pclirrojc', terer la piel manchada o lucir vestimerta a ra- l;bro XIX. cap. grj (dc dit'r:rsisgenuibus anagnrlo¡) ei l¡ t ¿i
\':rsequi1,alíaa clistintosg¡ados o diferentes atr_ibuúsdc un ciórl irüprcsapor DorÉi, l62,1,cols.113.'l-'135.
estatuso de un dcstilo negativos. 26. \:éanse los Dumer)sos ejetllplos recogidos porñrdré G. ( )rr.
22. Charlcs de Tolna! v Piero BiancoDi, Tout l'o¿uu€ppinr de ítrde su¡ le.¡t:otLbtr¡e¡Lúa .lta ris. París: Eouillon, 181)1).
Bruq!.l l'An.ien, P ¿rís, lg{il.l: Flarn ¡¡ arion, pl. !.¡'; fi-irz ( }ross- v ss. También es ;nteresante el magníiico estüdio (l('
Ít }ln, Piet¿.tP,nlegcl.Cbnpl4! E¿ition oJth¿Pabrtirgr, Lo,)drcsi A. Nf. Beudci "CondbrLrion :i l'hisLoifc du chelal aü Nf¡)\¡
Phaiclon.1974. Bütktin Philalogíqw¿fhino¡ittw riu Q)mit¿¿¿stralialtx tt¡\
23. Espcro poder dedicar próriimanrcllc ul estudio en pro- ^ge".
tatiqüespt s.i?nti.fiqups,
L976, pp. 209-2,19,v 1978, pp. I 75. S¡,
frurdidad al campo semántico rlc la palabras 1,ar¡.¿sr.Iit'et bfe la des\alorizaciónde las bestias.le pelaje atigracloo nril|r
r?¿r,en latín clásicoy lrcdielal. Generalmenr€, \'¿r.¿¡¡rindica chado cn la cuitúa bíblica, \'caseGénes;s,30, 2l-¡43.
cle Ibfma !isüal uüa raiedad de superposicio'cs (con teD, 2 t-. -\unque abund:lnte, h biblioglañx sobrc l¡ bcstia dr (;(1
.lcn.ia cc¡¡ípeta), v djr,¿¡s¿s, una clircrsiciaclde \-uxraposi- vaudan es a n]eDudodecepcion¿nte.Vérse cs1-,ccialrncrrtr':
cioncs (con tendencia centrífuga). Lo manchado (r¡oteado abad Füncois Frbre, ¿a BAtudü Céúlk{an cn.\ ?,agr¿,Sirirl
ojaqeado) dene quc vcl. con Ie 1]ai.tatr Do co:nla ¿¡úóí Florn, l90l: alrad Xavier Pic, La B¿teq1t.in(rneeaLt b"torlt
¿¿r,mienlras quc lo rayacloapalece en estc c¿tsorrnbién ¿n!q"! d¿ CA'arulant:t /l1arrr.qzc París: Albin \'fichcl. l1)7li
.omo llna forÍra superhtia rle ]o marchado. Solrrela etimc abaclJearr l'ier re Poulclrct, ÍIilto¡ft ¿e la l)it¿tu ()i¡unllt ¡,
Jogíav el rico campo léxico de 1r¿r7¿r
v ¿i-,r¿|r¡ réase Allied !étitulhl¿fénud( Diat, Llerde, 1889. Ln relacióll al tcrrrrr<1rr,
Ernolrt v Artoine NlcillcL, Dídio nair é4rtologique¿( la lun nos ocupa, véanselas efampas reproducidas er) l)iüii( l ll, I

96
I\\\t:,t lr r \ 5t ) | ¡)t\tl rrr
N, )lrrs

.\¡"olh. Lt lt\¡lhhútittu )¡Ltit¡á¡uh,,


I'uris: li.rliri¡,rsrlrr l,rir¡
tüt \ 1. L llo t , ¡ t tt l tL o ü 1 . l \tís : l l (,9 (r l .(!,i t¡¡l r. l l ri i l .
pr¡(l(l (),, l1)82.
t)1,.lrl-57. 3:. \/erónica Cerecedir,"Sótriologjc dcs tissusan.iins: les t¡lcgxs
:ll lirr¡lriírr Ak mrniir colrú, a finalesdel siglo\' v rhrmnre
d Isluga", Ann¿¿s'¿lSCParís,1978,pp. 1017 1035.Véasc tr,urr
l;r ¡rrirrrcra rritad del xl\i c.rn sus particulares"bes¡iasde
bién Yles Delaporte, "Le signe vestimentaÍe", L'Homn.,
( ii\':r(lan". Por otra parr€, desde la Segunda Güc¡.a lvft¡n
Yol.20:3,pp. 109-142.
rlirl rlnm.hn en Inglaterra v Irancia las apa¡icioncs de nfe
33. Sir Thomas Inncs ofLc r]rey, Tartant oflhe Clars afScollút)¿.,
lir)()s misleriosos" (la cxprcsión es de \réronique Campion,
5' ed., Lond¡es, 1949;F¡ank Adarn, Cldñ, S?1,¿rdnd tug;tu:nts
\iir¡( c¡t) , que presentan ¿ gunas similitudes con "la bestia",
ol th¿S(ouishHigl¿knds,41ed.,Londres; lidirnburgo: W & AK
c()n'o el pelaje atigmdo. En el mes de no\iemb.e dc 1990 se
( clcbró en París ün coloquio sobre cstasapa ciones orga .Johnston Ltd., 1952. Recuérdese que ro hay tartanes a ra
v¿s;aodossolt cscoceses.
nizndo pol. cl CNRS.
34. Véanse mis a¡tículos cit¿dos más ar.fiba cn las notas 14 v 2l
21).Srfrrc Ia prostitutr medieval ,vsu \,estimenta, \éase trIan Bauet
de este capítulo-
I )i( Dirn¿ und ib Anhang Ein Beih'ag zur C,esthiúle des (kú
35. Una antigua leyenda, ya en el siglo xnr, explica el origen
l htsbhmsitl rler rlatt\chm. I,bga.ngenhtjt,Bcrlín: Est-Est\¡erlag,
de cstoscscudos:el conde de Barcelona, ancestro de los
l9l2.Jacqucs Rossiaud,La ProstihttionméAítah, Pdris: Car-
reyes de Aragón, tenia coiro escLrdodc arlnas un cscudo
Dic¡ lllamrn¿rion, 1988 (.LaProstitudónen ?l medielio,B^rce-
completameute de oro. Cu:urdo qudabaa Cerlorrúgno ¿ lu
Iorra:Ariel, 1986).
char contra los sarracenos (en algunas lelendas se trata de
Sobre 1a indumentaria de juslares I n)irsicos,r'éase,de
Carlos cl Calvo I de una batalla contra los normandos), Iire
cntre la abundanrc literatu¡a, N,Iaxvon Boehn, ,¿s Btl¿'
heúdo de muerte; el emperador que llcgó para asisúrlc cn
u.nkosfún in Alteúm, Mitt¿laLturuú Npuzeit Berlín: Bruno
los írltimos momentos, mojó susdedos en l¿shc¡idas d€l ago
Cassirer 1921; $ralter S¿lrJ]er.,Da fabende Musiker im e11ro
nizante y trazó sobre el escudo dorado de este cinco liaD
pAis.hcniylirklalter, I<irssel:
Joh an n Philipp Hinncnthal \¡er jas !c¡ticales rojas,para conservarla memoria de aquella
lag, l96l; Reinhold Harnmc¡stcin, ¡)i¡rroft¿.r in trIusim. Sru
gioios¿ rnuerte. Esta levenda se difundió hasta cl siglo }nrl
rlien zur lhanograNthi¿der Musik in Mittehlter, Ber]|.a
e¡ todos los tratados del arte del blasón. Dc hcchc),las
Francke, 1974; \\¡olfg¿mgLlar|üIlg, Di¿ Spi¿nn¿ Ein¿ Rand-
armas de los re)€s de Aragón, que se representan en la ma
grupP¿ín d.r CesclbchaÍtdcsXIittplaLte8,\¡liesbaden: F.an7
yo.ía dc los casosa¿ a'o ¿e cuatrc (y no clt1co) fahs rlpgub\,
SteinerVerlag, 1982.
tieren un orige¡ prove[zalo borglrñón, y csrán rclaciona
:r{}.lbh,eré sobre esta cnestiór más adclantc. Lojaspeado üece dos con la histo¡i¿ provenz¿I dei ¡eino de Arlcs. \'óasc
s;ta de dos planos;lo r¿,"'.ado,
en determinados ürsos,necesi-
N{ichel Pasioüreau, .L'origine suissedes armoiries du ro
ta de L¡nosolo.
lau¡ne d'fu agon", Arrl¿iu\ hémdüyes sllisse\,19¡10,
pp. 3-l {).
3 1 . Se me permitirá aquí remitirme a mis propios trabajos so-
Sin embargo, la le,ven(leseñda dc forma cjc¡nplaf córrii), r
bre el origen I'dilirsión de los escüdos de armas, espccial
materia de ray¿s, se pasa fácilmente del t¡¿zo a iir ¡I¡r( ir,
mente a mi Trail¿tt'h¿.radrrye,Pa(ís:Picard, 1979, pp. 20 58,
es más, cómo todo trazo se transforma en marca.
rr corrplcLar con los artículos que reuní en L'Hermine et I¿

9¡i
| \s \ r 5r Lr L r \ \ r r I l )r\L !¡' N ¡,t,rs

3. t)c la r;rvl Ir()rilr)r)l¡l it l¡ \crli(itl. li. li(a('r(l(rt|¡,s(lufrrrhrr¡rrr¡¡ri,r¡Llrrsir¡triit(rr(srrri(lii!rrl(s


l !uelta atr ás (sigl()s \\ | \r\) lÚ,¡rl,rcs:tlt,ticpor rrntor0rlrrsirr,
s:l|rlui'|¡ li:,,,risrx, ll(\rr t¡rrrr
rxhu]lc¡tl¡.iir rrf:rd:r,quc cvor¡ srrhál)i1r) (l(
lt(l lr(, rrrrtrrr! 1
1. l-n el teatro romano los ser\ickDes,! porr¡dores a !e.es lle
vaban r¡na \€slimenta ravada o de cololcs abiga.rados. sc cl:rde peLosdc cirbray de canrcllo.Un¡ veznli-Ls, lrtsrrtr.ts:tltr
melan(c a la dcl .t¿ürl¿r[bufón], e la del mirno c, a la cle los den a la idea de IIl€rcLa.
¿rfcmi]r¿dos.Apar te de Lr obla trntigua de [{ax \()n Boehn, 7. \¡éase a títtrlo cte eje plo el c[rioso lepertorio (lc l] l. l'r(
citada ell la nota 29 del capít lo 2, !éase tanbién.lacques L on dres, 1895
\!etr, l he ltusl ErL.l.Hand,Bookof I'itteries,
Anúé, Etltdr e1r l?\ len¡$ (1.&)ula¡ du s h Lt gr¿ tat¡tr,P.r 8. Son numerososlos documentos (cfónicas,lcres srrntrrnrtrrs,
rG: Klincksicck, 19.19,pp. 1'19150 y 295 296. decrcLoslestimenLriios) que atest¿ncl escándalocreado ¡r,t
2. l.c's cjc¡rplo\ textuales y ñgurados sor nuumerables. Se ha- esta nucYa nroda de ztesl61)itgllata¿. L éaseal ¡esPcck) cl li
ce reierencia a varios de los estudiacloso citados en ia tesis bro de Odilc Blanc Pdrad¿set?a,ttt1s.L'IThrentiotltlu tutl\ ¿t
.le Veron;ka Nfeftens (yéascnota l6 dcl capítulo 2). así co tno¿c.) ktJín d,u Mo)üiga. P:uís: Gallimard, J977, quc corr-
rnocrl Alwin Scfr\tlt'.,Deuttch¿sLú¿n ín xn' u d r|Jal¡lrun sag¡a ün capítulo ("Enarmis noritas,) problcma del c\
^l
¿rl, Lcipzig: Frevtag, 1892. Parece que es en la cánd¿lo e¡r el hoizontc de los años 1340-1360,así como los
'\lemania
mericlional, en el Tirol v en la Suizaoiental .loDde esra¡rrá.- rerros publicados por Alüilr Schultz, r¿¿¿!.hesLel]& ¡lrt \^
tica cle la1'esúmenta a ra\as para Ios oficialcs don)ósticossc un¿ xv Jahrhünderl,|.eipzig: lr€llag, 1892.\¡éansete¡rbiirt
haia pfolone¿do ¡rás ticrrpo crl la ópc,carrc,Llcrna. los trabajos citados en ta nota 12 dd .apítulo 2.
3. \¡óirsc lil nota 16 del capítulo 2. 9- Los gnndes relbrmadolcs legilaron mucho eo materi:Ldc
.1. Charles \trli¡clen, L'E\.kragp dn.ns1.'L.1holemidiA'ok, úl. 2, lestimenta, y constanlenrelrtc recomendaban \'estir prendas
Itoh4 colnnies aliuÍ¡(s ¿u Ltl)unL,LflmI kü¡ , E"lp¡)¿ 14.(n oscutas, sobi^,v dignas- Su alersión a los colores \'i\ci! y rr
/i?, Gante: Riiksunivclsitcit te C;ent,1977jJean Delisse ! NIi la policfomía iDcltLía,entre otr:as\¡cslimentas,las vesticiu:rs
clrcl N{ollat, ¿'-1n¿9.d1t noir dant I'art o.cid.¡¿1¿¿
21ds., FIi
burgo: ()llice du I-ivre, l979,vol.2,pp. 137-160. \¡éasemi estrrclio.L'Église et la Clouleurdcs origirl€s i la R¿
5. Los trabajos sob¡c la icoüogr'¿fia de lo\ Re)es lfagos son forn\e", en Bibtioth¿que de I'Écat¿tlettthart¿s,."ol.1'17 (19i19),
nllmcrosos v a rncnudo de calirlacl.Nluchos tle ellos estanre Pp.20!230.
sur¡idos enA. \feis, "Drej Kbige (-\rbetunÍj unct Z)klus der 10. \'eronika Ntefrers, Xli Pdrti rJL\7'cithm. Zü Baieutur¡gúrt gt
v.tgier) ", en Lerikon.dcr Chtistl¡úer nonag1lhic, F,ngelbett Qittem Ktá¿ und geLeilttr Gestah i ¿tr Stán¿d)(tcht, in ükrar¡\
Iiilschbaürn (cd.), Friburgo er Brisgau: Hcr-d(J: 1968. then un¡I hiLln¿rísch¿n Qtrc ?n saui¿¡ nlrnathtbruLkh, rant
\ol. l, cols. 539 549. Sobre el rel rregro corr vestidosa ra\as: Remscheid, l9¡J3 \¡éase también
lIitl/,tn n his zür Ceg¿rri1r¿r¿
\'é.lseJeanDelisse v Nfichel N{oltrr, 1-'lr¿zg ilu t,,ir dar I atI Hans lvlichael \{iiller, Das R"gimentdn Landskn¿(htc:U Ltt'
a.ci¿ental, 2 rols., Friburgo: Offi ce du I-i\'r-e, 1979, \'ol. 2. suchung ztLverlassung, Recht und Selb.\tt¿rsttjtrdnisin. rbtltvtu
pp. I 72-l8l). Sc pr¡cdc obscrva¡ rl')o dc los cjcnrplos rnásca \{'icsbadelr, 1976, Harrs
Sijldnethurcnd¿s\11 Jnlrt¿lrnd¿r'Ír, '
pcctacul¿les en el panel cent¡al de la,1lo¡¿¿jón tle losnagos Sfócklein, r¿¡¿¿¿rlr¿¿¿nNatir¡nLand:hnuht, Leipzig: Biblio
dc Ilans Balclung (l en, cle 1:107(Ber]nr, ()emáldegalefie). gr¿phisches tnstitut, 1935.

100 t 0i
I \\ \ r \ r r , L l \ \ r' r I l tr\Il t, ) \ , n ils

ll. (;.1,.(lc Inrfli)n. lli\tain,Natrtll¡,.:t'rtl.. l':'rÍs. l7{11}.\,n.I'1. l¡ ¡ ¡ ess< l, : r r r Lcr r r ll<1, <lt l, t ll( \ t , lr r ( ir ¡ r r t r t r r (r i( r 'r ¡ r r ,l, r r t sr t I
pp.32!32.1. ( t r ( . . r nr ( l( ) csr r ll, - )li¡ Re\ ( ) lt r ( ia) n llr r r r lr s¡ r : Lcr : t r t l¡ r s¡ "
12. Es posible que los revolucit¡narios americanos clieic\crr r¡nir l, ) r cs ( le l: L Lib( r r r d. llcr vi'Pir Í r t c¡ r . I 1 \ j ln) l¡ ¡ lt t tüt \ t ¡ t t
tela ¡alada, síürbolo de la esclar'itud(larcstimenta nrada Ia Jr anTisr ( \ "- x\ t 5i¿. 1?s) La, Roche Rigaull: I 'SR. 2( X) : 1.( ( 'r r l
lr t t ¡ r it t t t t t t
cs, hacia 1770, la de los reclusos de las colonias penitencia- Par t e est a oPinióI r ' Sin em ba¡ go, vé: r set a¡ nbiét t
rias de Pensilvaniavde Marlland), para expresar la idea del rliscrepante de R¿oül Girardeq "I-es trois couleLlr s"' ( ¡r ¡'l\
siervo que rompe sus cadenas e invertir así el código de Lie1^ d. em ¿m air e, 1\ ols, Piene Nor a ( ed ) , Par í s: ( ; nllir r r r t f (l.
las rayas:signo de pi\'ación de libertad, estasse co ,iet'teD, 198.1,vol. l, pp. 5-35.
con l¿ Revolución americana, cn el signo de la libertad 15. ,{úl1 en l¡J48,Louis Btanc, partidario dc la bandele r¡)irt.I (
coDquistada.Soble la (confusa) génesisde la bandera ame- procha a la bandera tricolor scr la imagcD de un¿ soc;((lrr(l
ricana compuesta dc srrip¿sy r¿¿r:r,véase \\¡. Smith, ?/¿¿ de clases) contraria al principio de igualdad lan .rPrc(itr(l¡)
b'lag Boah of Ih¿ Ltníted States.The Storj of the Starc and por la República. VéaseNlaurice Agulhon, rvaÍ¡anw ¿ t'üt
SIriPesand th¿Ilags af tl¿¿.,?¿/)
.S/.r/l¡,Nrreva York: William ódf,Pa¡ís: Flarnmarion, 1979, pp lló-87.
Mor¡orv & Co. Inc., 1975. 16. \'éase (nota 14 de este capítulo) el estudio .le l{...|orll(;irr¡
I 3. Henri Clonzot y Charles Follot, 17¡f¿i¡z dtl ?apier peint,m Fran det, que analiza la evolución dc las lbrmas antiguasd{r l:r
¿r,París: Éditions d'a¡t Charles Moreau, 1935.,Troissi¿rbsde bandera tricolof. \'éase también C Hacks y G. Linares, / /t\
Papiers.peinb,PaÁs exposición del Nfuséedes Arts Décora- toi'¿ du Arapeaufrancair, París, 193'1,que toma el relevo (l( l
tilis,1967. estudio rle Désiré Lacrotx, Histab¿ an¿.datique¿u dmLmr
l.t. El o¡igen de la bandera t¡icolor er Francia sigue siendo ¡anra,'. Parr.. 1876.
desconocido y controvertido. Si bien es eridente que la es- 17. \¡éase la tesis deJe:m-Marcel l-lumbeIt, L'Egplonani( ¿¡!¡t\
carapela precedió a la bandera, no es fácil determinar có- l'att occidmtú\,CoDrbe\oie, 1989
mo estaúltina emergió entre el 14 v el 17 de julio de t 789, 1 8 . Todas las telas exPuestasal viento son o Puedcn ser tclirs
ni sobre todo determinar cl significado que tenían los co ra,vadas:tiendas, \'elas, pabellones, esL'!ndartes,banderirs
lores blanco, azul y rojo. En la actualidad sc sr¡pone que la cori:\ientos, cornetas,. . Una tela ra) ad¿lnuD ca es eslátlciti ( )
\ieja explicación (el blanco, color del re\', )'.el ¿¿Lrlyel ro- Élmenlc; se infla y se desinfla, se anima, cambia de lüflru,
jo, colores dc París) tiene que se. descarrada. Parece ser por esta razón se emplea con liecucncirl
marca u lr'¿r?Ji¿r¿r;
que e¡r visperas de la Revolución, París m no usaba el ro en las ceremonias de investidura t en los ritos de jniciaciin¡.
.jo y el azul como colo¡es enblemáticos münicipales. En 19 . La indümentaria contemporánea ha erjgido en sislemit vr
cuanto a La Fayette, quien a menüdo sejactó de haber ins- sual esta práctica cultural. UDa mujer o un hombrc obtis¡)s
taurarlo los tres colores antes del 17 dejulio de 1789 r dc nunca IIL\afán rayashorizontelcs, que parccen acortar v cll-
dotar a la eua¡dia nacional, quc se acababa de crear (v de eordar la silueta;en cambio lleva¡án ravasverucales,qt( J):!
la cual cra el comandante enjefe), de un emblema espe recen estilizarlos, sobre lorlo si estasson estechas-
cíflco (]a escarapeladcl rey r¡ cinra bicroma de la milicia 20 En la Unión Soviética,en cambio, estaYestiment¡ se 1l(\'irl)ir
pa.isina), Iántascó bastante. (lreo más bien que los tres co- aún cn el gulag hast¡ una fecha bastantc reciente (al nr( :ros

102 103
l ¡s\ts ) r ] ] \ s t )l r l )t\t ()
N, 'l,r\

si v {h fr rrlibili{lir(l¡r .i.fl¡s l(,t()rrirli:rs1)r¡l)li(


t'it:rs( r¡ t:¡ lr¡r. I'illis: l'l(,11.l\.tt;l,\.\rttt¡1h¡ rt l|¡t¡j X¡t¡rtr¡t tlt ht l,t
pr¡jnsaocci&inul). !,,. I'r¡is: (;rrllir¡r¡r{1, lll Iílrl(' (l( , sr( t)ririrlo \( ir\
l1)7.-).
21 . Confieso no haber sirlo capaz de detennir)ar el or-iÍlendc c! pir':Lcrt cl tlc cstc rilrirrrolibrri.
t¿ costürnbre ni su eÍ)h¡ción hasta mediados .lel siglo \l\. '27 Lrtr opürñn no es compartidap(n los li1()l(,g()s.
rri t!,, ,,i,1
Por cicrtL,, la bibliografia sobre este tema es mr¡\ limirada. guno clelos (lic.ionafiosetimolóeic¡rs dc li! lcrgrrr ll( r¡ril|llr.
22 Nficbcl Bourder+lc\ille, De\ gabriens, d¿tJatpts ¿t desbagnld,\, Estos relacionan la pal.rbr^ SIle¡|tu cor cl ¡¿r(lirirl, rr) ({ ,,
París:Plon, I957,p. l2l.l:N,farcelLe (',lére, La \ti¿quotidien ! mo en 5?.r,, y con la ide¿rde extender, inst¡li[ cxl)il|r(lir, \
dans b\ l)aglr¿s. P^rís: Hachette, 1973, pp. 118-tt9. no corl Ia gran lamilia del verbo rrzJ¡n lcasriti-afl.\r¿,$( . t¡,,
23 En el siglo x\'ll, en canbio. el rojo está maduro para hacer ejenrplo. I-ut7 Ntackenlsen, {ny¡ru n!4rb \|i;t tu: Lq n oll,p\¡ lt^
esla distinción y cncorrrar su lugar en la induürenraria (le It¿;rh\b ch der¿¿ütsclknSlnrr.ia 2acd., MLrnich, 198t{,pl).:J7I
los exclui.los r de los condenados, como por ejemplo en la \'376. Po¡ rrri parte, sigo cre,v-eDdo
que S¿r¿f, Irdas ,v 1/)¿
casacade los condenados a galeEs. A bo¡do de las galeras, y'n lcastigarl perrenecen a la misr¡a Iamilia.
en cambio, no se usaban pIendas listadas. Vóase ,\ndré 28. Extreno corfirmado plcnamen|c por h her:ildica,( (,ri , l
Z,\sbe(g, Marseillc au tonps d$ golies- ló60-1748 t\,farselta: Ri- ejenrplo de las a¡ mas dc Esüasburgo: l/¿¿¿ ¿rn banttr tlt ut
vagcs,l9¡J3; 1..r C¿kiimt du.,a¡: !i.s ptdp\tin! d( 60 000 for\ts ¿¿r,esto cs, r.rtraraya roja oblicua sobre un canpo blln( (,
sur l¿sgold"s tubran.e. ió,90.¿748,París:Seuil, 19t17. Probal¡lementese ¡ata cle una Iignfa elocuen(e,qr¡c 1i)r
2 L Además clc las obras ciedas en la nora 22 de este captuulo, (aquí cn .rl scntid() (l(
ma urjuego de palabns entre ,Stnr.r:e
véaseMaurice Alho)! ¿¿sbagne| Htltairc, tyres,norur\ n,".tfi, rara) r' S'lm.$lrr¡g
r¡J, Par:ís:Ha1¿rd, Dutertle & Lé\.v,18.15;.JcanDestrenr, /-r,'.l ?9. Cl.T.Onions (ed.), Th¿OxJóñ Dirtiona,) ol llnglish L4nalolr.
D¿lartatiotls ¿u Consulot.et ¿e ltLnfirc, Pa¡ís, 1885; F.usétle Oxford: Clarenclon, lg{i{i, p. ¡176.Notemos aquí cl !ínrul(i
Dieudonné, l¿ l./i¿d¿¡/0,.f¿^,2a erl., París: callima¡d, 1932: entre ifnp¿r lra\at v rln¿r.¿.a
r¿llileralmeD(c, cxcitf ¿rlir rlui
Pierre Zaccone, 1,'IJ¡lom ¿eshagn?srllpuís t"ur rréatiottju squ,n tardol, ambos escandalosos.
rosjozu París, J1373. :i0. Véase Alf¡cd E routvAntoine Meillet, ,t üionnai)" ¿t.rna
25. ¿Ha.jugado 1a rnarina -exch¡\'endo las galeras- un papcl logit¡uede la l¿ngueLatine,.laed., París:Klincksiek, l9l-)1).
cn este campo: Se puede da¡ con lacilidad el paso de1 ma pp.65G657.
rinero al a¡rc¡tinado v clcl amotinado al deporrado. Por lo 31. Se podr'ía oponer el pijanla, pJcnda ccrrada,:1la crxris:r.
que respecta a lrancia aunque la marina li-anccsausa r¡e- prenda abierla, v scñalar la dimensiórr
"concentncrxr:rfrr"
nos c ircolpora más tirrdíamenre las ravasquc la inglesavla del pdrncro en relrción a la segunda. Cuando lleva ra)'as.( 1
holandesa-, véanse alguDaspüntualizacioncs de orden \,es pi.iamaparece un¿jaula que encierra al dur-mient¡ pafx ¡is
tilnenhrio en Alain C^batroLrs, La l'Frgu¿¿t les F'crt. Mutins et lario rnejor Destaquemosasimismo el r'ínculo cxrsLc¡tc crr
désp¡t"1s¿.an! h main| d.el'an.icnnc F,anrc,París: Tallaldier, tre las favas (lel piiama con csc cstado interrredio quc cs cl
t9¡.1.1. sueño: aqüi enconl.amos l¿ rrisna idea que en el paso rL
26. EvideDterirente,remi|C)a los dilersos trabajosdc N{ichel Fo¡r- cebra, los raílcs dcl ferrocaril,las tiendas... L:ls r.\rs r rrri.
caült, eDtre los que desra.an Histoir¿de la loli¿ ¿ t'ág( .I/¡ssi nudo tienen que \er coll los lugaresv estadosinlrJ r (tli()s.

t0:1 105
¡,\s \ t\t t¡Ltr,\\||rI l)t\¡t(r Nr ) l, r t

,1. lltryas pata cl prcscrrtc ( l{'s. li nir ur r r ( ller t ul ( ¡ 'li) r 'lf io} llr r t r ¡ r <r r r t r , r r ¡ r lr
(siglos \lx x\r) lur r ( 1it r , , ( , , r (( . 1( ( , 1{'r ¡ r ccn l¡ sllln¡ si11. l r . jir L, lr : r sir Lr r ks
1- Aquí se me permitirá remitjr de nuevo a los difcrcDteses ( lc sicr r pr c ur u enr pf {) sr nr í s dilí ( il ( luo r cnif l¡ ( , , , , , ¡ ( ( '

rudios que he publicado sobre la histo a de los colt¡res, e¡ lor c¡tlido.

especial al ar-Iícülo citado en la nota g del capírülo 3, r a Por esta ra1ón durante muchos siglos lir vcstirnclltir lz l, !( l
lu. que hc r.unido f,gur?t ?t ,ñubu,s Ftad^ \Lttta de t gf is lení a un aspect o descolor ido cr r I r ur ( , pil. l. ir ll, , I
-n ')n
hntifp, t tu ,",',ib;tit,,ni.t;p1at,..
Pdrir:Ediúon\.ir¡ Ieop¿rd r er . ¡ . nr r e lo d- ! olñr ido ! el pa. r , lÉr r m pr i, i, . r . ¡ . , r , ¡ r r , r 'r

d Or. 1C86.r en I oül?u'\.tnt¡lp t,rb¡b\ ttt h,\!o,,p?t los dos casos el colo[ no cstá s¿turado.
"\,t 5 . Tomo prestada csta expresióD aJean Baudrillard, 1-1¡1rir/
d'anthropoLogic, Patís: Éditions du Léoparct d'O¡ 1989.
2. Sin embargo, no ha¡'.una equi\¡alencjacntre el bla¡co r el no d¿r¡rlr¿.1r,
Pa¡is: Gallimard, 1968, p- 40.
teñido. Hasta el siglo xvr, es decit hasralas experiencias de b. La canisa arayas parece habersc con|ertido en la s¡¡ irrl:rrl

Ncr'ton y el descubrimiento de la organización espectral fiancesa contemporánea en una forma supeflativ¿ dc l:r ( ,r
cie ios colores, cl blanco eru concebido como un color más. misa blanca, al menos en el mundo cle la cmpresa. Si ir los
ejecuti\'os se los denorfna a menudo ( |
Lo no teñido sc encuentra más bien en el g:ris,el tosrado,v "cucllos bl:tll,s,,
el crudo. ED cuanto a lo incolo¡o, difiere completamenre dci oposición a los obreros, que son los <cuelios azlles"), r'rr lr
color blanco. En la sensibilidad occidenral, lo incoloro se actu:rlidadlos "superejecutivo$ tienden a ser llamados "cr r(
asocia lllás bien a lo Lransparente, o bien, por lo que res
pecta a los códigos sociales,al color de la piel. Esta írlrima, \¡éasela nota 19 del capítulo 3. (ionvienc señalar quc al*rr
en mateda vestilnentaria, sigue constitüvendo el "gmdo ce- nas pcrsonas que sufien sobrepcso se \¡isterl a ra,vasl)i,ri
ro" del colol todas las prendas en colores se con¡rgan cn re zontales para que los que los observan atribuyan l:r irrr¡rrt
lación a ella. sión iisual de obesidad a las ra,vasv no al cucrpo. tlllrl
3. N{atilda Kitchens, I4hen Unda'ueat munt?.d,being th¿Eúolution estrategia sutil y pe¡ve¡sa de nuestro tiempo.
oÍ Und.erclo¡es,-falladega,1931; C. Willet Cunnington,v Phi- ó. A pesar de abuüdanteslecturas (la bibliografia sobre los r¡ri
lis P Cunnington, Thc Hi.trorJ of UndeÍlo¿¡¿r Londres: Nli- forrnes de marina es prolífrca) no he encontrado nirH r¡il
chael.Joseph Ltd., l95l- También se pueden enconÚar al- información sobre el odgcr,v la dil'usión de la vcsrirncnt,l
gunas inlormaciones I rcflcxiones en Philippe Pe¡¡ot, ¿rs a rayas de los marine¡os. ¿Setlata de un srúer.r rabúi ¿S()I
Dessuset l¿sDe\\oús ¿.ela bourgeoísiz.Une hisuire du lA¿n¿trt au las .a)as, una lez más, un signo de cxclusión?
vI'ei¿k, París:Far¿rd, 1981, y en (]eorgcs \¡igarello, Zefi-o, L Agradezco a mi río, Hend Dubief, haberme cor]lr¡¡rir:rrl,
pt esta infbrmación y haber atraído mi atención s¡¡lIc l;r
",t b \a tt I H)g,"n?d u, ot¡r dtf uit tt .\laen Á8..P¡j r\: 5euit.
r98ó . (Lo lin,pía 1 k sucio: ta higid.e del a@po d¿'¡teta Edad itIe. permanencia dc las ¡ayas desvaioriTador¿scn la r¡ru¡i¡r:r
dir¡,Barcelona: Edjciones Altava, 1997.)
.1. (lna larga tradición -atcstada }a en época feudal- conside 10.l!:¡lte¡ Endrei, t E¿¿lr tian ¿estk:hní(lu¿s¡Lur¡:ihrf:¡¿ ¿| t¡\\ At:
|r¡lrr que ]os coloresfríos eran colores menos marcados1 por. ¡lu 14a?nAe"a k rh'atatio, t nJ u \tn¿\1..
P,llr.: 1,,,1, l'r.,r,tr.,
lirIt,, menos clcshonestos, más puros, qr¡e los colores cá]i- des Hautes Etudes-Sorbonne,1g{i¡l;Milr(,n N{.( )rirss,//inr¡ I

106
l,\s !rsrrr ir\r,rrI llr\||rrI \ o{rr\

¡y'/r,\/¡1r.N (\,r \i l,:rir¡ Iril(l l, lni( lri,, s. Ilri,i,:.\. \lr¡ (l( t).rs('rtUr ( | rs(' ¡l{ lt('sir t,r',r lrrs,¡i,,:rs\ , I
|i. se,,,r1,.,¡,,,\
'rl:
tiri.l.r lii.otrt 1'!,¿rth1. d( kt hon¡t(t.)x,.l't\)\t's. lA\tl . (k.l sig|l,xrr r rr
¡/rl I).t|:rl¡,\ |liñ(,s.:rlrtuc( i¡l(, .t Ilrc(li.r.l,,s
11. Las r_avas dc las Iclirs rlc las navescunrplcD tr'csfin)ciolcs: ¡f:rn.ir. Ins-l:ricrfav Ilsrr.l(rstiDi(11)s,:rlin cslxrrir.r( l|r(;l(,
ilna fil¡rción técrica (ürir peclazosclc tcla para obrener üra qosc histof;ado.cs.No solo la;nsl¡Lrrlrci(in ! clifirsirirr
¡lt t s
graD suPerficie textil), una tuüción de señalizaci¡D (la1'ela ta costurnbresiguel siendo dcsconocicias, sirx) qr( sr sig
raylda de dos o lres colorcs se Ie de lejos) v una lunc;ón Dificado e\acto sigue siendo un rristerio. Nnr$urr¡ (l¡ lrs
dinámica (una vclt rev:rdahinchada por el \'ic¡to par'cceha explicacionespropuestash:rstah 1¿cha(e'r especi:r1 r( li-
.er avanzal la rravemás.leprisa que una rcla lis¿r:ré:rsela nt> giosas) es sarisfáclof;n.
t¿ 18 del capírulo 3). Es por estc Írotivo que en la nalega- Por Íii parte, Iüe p:lrccc que sc |lata aüte todo dc trrr ¡rr,,
ción recreatival dc comlretición, el rpi¿n¿A¿-r(la\'ela que sc l¡lernade ética sc,ci¿l(de ehí el en4rleo de tirres pasrcl(,
iza cuando sc ticne viento en popa) casi siemp.c llcra la!:rs. poco satuados);sin embargo, aun sieDcloull histolirdof (l(
12. E.N{.C.B¿rruclougb, th.htFlags a d En!¡gtls,Londres: llifle los colores,conliesoser incapazde jrNtificafh;slófi.lnr1
Books, 1951; ()t.liiecl Ncubecker, -lizárzar¿nd Flagqn¡,Lelp- tc est¿disüibució0: rosa para l¿s ri¡¡1s, ilzrLlp¿Iil los r¡i¡_r()s.
zig: L. St¿ackmann\¡crlag, 1939;\{hitnev Smrth, Flagslhrough ¿Sc trata dc la dcgrad¡cióD dcl r'ojo fc¡reniro v cirl ucgro
the Agcs an¿ aLrús th. llbrLt, N{aidenhead: NfcGra\\.Ilill
BooL C.'Irrpan,vLtd., l97i). I U . Conviene señalaf que en liancés las írnicasobra.s(lisponibl(is
13. GcorgcsJean Inbrv, Eu.gcne Boutlin,2a ed., París:Neuchá¡€]. sobrc Ia ccbra son libl..,spara n;ños-En la actLL¡li¡iad csr.
1977;R. Schmit, EÍgeneBoudin (ltt24-1898). Cataloguerai anim¿l cs,junto coD cl ccrdo, cl dragón y cl zorro, un:r clc
sannéd¿ l'o¿uure las estrellas al alza del l¡estiano infantil, mientras que el ga
P¿int,3vols.,París:calc.ic SchÍrir, 19t3i
Jear SeIz,Eugine Bau.rlir,Patis: Flarrt¡arion, 1982. lo, el perro, el coDejo,el caballo e incluso el oso eslán en
14. Gabriel Lléser¡, 1-rzVi¿rluotidi¿ntusur les?lag notnandpt t11i clafo de.li!e-
Smnd Ln.lirc aux dnné¿!r1¿?s, París:Hachet¡e, 1983:ñrlhon! 1 9. Las cas¡lcasdc losjo¿*¿,}r,suc¡Lc dc <niDos>jiDctcs, cstablc
Hern, The Seusid¿[[oLídtry: Th? History ol Ifu Englislr li.asid! Ilt cen la conexión entre las ¡ayls lírdicas, las raras eml¡lem:l
rr)I/,Londles: Cressetlress, 1967;.J:urice Anderson v Edmlud ricas,las myas relacionadas con el azar \' la Ibrtxna, v las ra-
Súinglehurf, Thc |tüloñan and Eduarrli¿¿ .!],-asid¿. Londres: vasi¡rlántiles.
Courtrl'Lile Books, 1978; Georges Reno1,,Babs ttu n¡:¡ uu 20. Dcbo confcsar quc, iun habicndo dcsmont:ldo c iDspccci()
t.'n¡t d,t na,tltr, tot. r. B,r¡.ela..Rn.sclt,liriú|L l9;b. natlo (¿masacraclo?)un tubc' de pirsta de clierrtesSign:rl, si
I I'r- Sobrc la primera rnira.l d.t siglo x]¡i, los análisispioneros \? go sin compfenclef cóno saledel tul¡o una pastabicrolra
rccornienclan un trajc dc bxrlo de dos colores. \'éase.|. I-e ra1áda de esta lbfma. La pasta.le clientesSignal es para mí
(¡¡eL:¡, Dcs bains d¿ mtr. Cuid? tnéni¡.olet h\gi4tiqut du Laignar, toclo rrn rlristcr'io.Probab]cmcntc sca ¡ncjor asi.
2l'ols.,París,1846. 2 1. Ni que decir tiene que la lnarca Sigrtal n,:i me h¿ p¡ü¡rcilr¿
I li. Dali¿Ic Alexandre-Bidon, "Du tlrapeau Ila cotte:1'étir l'en- do para escribir estaslíneas a la gloria de su pasta de dien
faüt iru trfo1'eDAge (xrn':\.\' si¿cles)", (khios du Li¡tlratrl d'(r. res.Attnqrre si rlespüés(le la apafición de este ]ibro quisieru
\d. I (1989).pp. 123 168. subvclrcionarle in!cstigaciórsob¡e la histoliade las mFs...

108 109
l,r\s!tri|ltl u \\ trt I l)t\ltf)

c:Ir, "1.(\ (orrlcurs(h¡ srl<lc".l i¡¡ltittnt Sji h,.


22. Nf;¡lr( l I'ilst¡)r¡r r7 Ill, I l¡,r.;ir, (l lttr tt<lno | .t {:rtntrl t*l¡¿nr;lt;,r l rtt¡ t¡s¡irrt
tI1tü( ¿'lti\b)ft, (abril-jrni(idf I1)90).pp. I l-lij. r¡xl( .rt(ti¡(l( ( rtr iL(ril)rr() Plü l)ollcr cr¡ ir¡rri!-cn( s I l'(
"Ji.2(i 'rtl
23. Sobre las cas?rcas de los l¿.i?r.)r. \'éasela nora ig dc cste l,r'. ¡,'lrri, '^ de,lrrdos.rlrorr,.ri,l.r,l , rrr,¡rri, t.rrt,s.
:8. Por otra p,rrrc, quiTá v:l eru el caso de la Edarl Ntcrlirr.:rl rttt
21. Dcbo a rni padre, Hemi Pastoureau,la sabrosa narración de nos si tenemos quc c¡ eer el testinctnio de la her:ü(li(ir, s(
ulra visita que Pjcassov él hicieron en uDos grandes a]ma- girn Ia cual los escudosde armas con una fáia o un prrk) ¡l(
, enesde ropa.dond. el pinror pid¡ol,'r,i.ajneFreuno\pan
plata y de S_ulassoll los qúc se distinguen mcjor. Pefo. ¿(lrr(i
talones a rayas para, segúr explicó al vendedor,
"s¿zébrer sücedeen otras culturas?¡La rccienle extensióIrdc lrr se-
¿r¿x " l"cebrarse la.sposader¿r,1. Incluso cspecificó que tas ñalización occidental en las carreterasde |odo el planctir l¡rr
¡ayas debían ser vc¡ ticales, petición esta que hizo que se dado lugar a fenómenos de acultur¿ción visrlal?
fuera con las manos lacías. 29. Hervé Fillipetti l'Janine T¡otereau, $nboLls tI Pat4 tt ti
2i. Daniel 8,,'e hac\plirddo, n,¡rir.oc¿sioncsrUrinrer- tuell¿sdans lu maisanPavanne trudiLionn¿Lk,París: Bct ¡¡ct'
vcnciones in situ, qrlc cotsisten en <poncr franjas blancas Levrault, 1978. A veccs, sobre todo en Sabo)n, las r¿ras Ii(
v cnloreadas" en espaciosI¡ objeros. Se rr.at¿de (puntuar>, nen el aspecto de cabl.;as,lbrm¿ supcrlativa que patcct
de "señalarsin mostrar", de "dar rolumen al color", fün proteger aún mejor
ciones tod¿s que las rayascumplen desde hace mucho tiem- 30. Es la opinión de Franeois Trnffanr, HitchLoú/T1u fla]1t:
po cn I¿ cultura occidcDtal. Véase Daniel Bvren, Entr¿.uuc. idi t ian definiti') e, P arís: Rams¿y, 1983. (Franeois Iruffarr t.
Contrrsatio¡u atrccAnne BÍrldassari, París. FIañ marion, 1987. Hitdúack/Truffaut: E¿iLiónd?rtniriua,M¿drid: ALal, 1991.) liir
Muy dilere¡tes de las oblas de Burcn son las creacioncs del cambio, Éric Rohmer v Claude Chabrol, di¿¿¿rio.l,París: Fi?tr¡r
grüpo dc pintores alemanes Zebft, el cual, a partir de 1965, sa1,1975, picnsan que es "u¡a gran películ¿ de anror"-
decidió romper con Ia absÍacción v opera. "uD retorno al 31 . Esta película es una adaptación de la novela dc Franct:s
ol¡eto, en tanto que todo objeto es un prototipo". La elec- Bee¿\i'lg, I'he House of Dr EduartL¿s,Londres: Hoddc¡ &
ción del nomb¡e Zebra no supone la presencia obligada Soughlon, 192i. Hitchcock queúafilmar la mitad ell bl?üc()
de rayas err las obras de los pintores que pertencceD a esre
,vnegro l la otra mitad en colot y fodarla enteramente en urr
grupo; simplemente indica la voluntad de distaDciane de la asilo de alicnados, pero el productor rechazó la Pr-oPuestr.
pilltura de moda, de .r¿zlórrrcomo habría dicho Picasso. 32. l,a.sralas de los músicosdejazz son tayasdinámicasquc amrl_
Véase lV.D. Dube, 'l he Z.¿llraGroup, 19()5 1975. FirstE:thibi gaman las del músico, las del hombre negro y las dcl sal-
¿ior,l,ondres, 1975. timbanqui. ElJ¿: n.¿rno solo se sitíta fuera dei orden social,
26. Los cómics contemporáneos aún represenran a esros per- sino también del c¡rdeo musical, ai menos Por lo qlre rcs
son¿jes-ladrones dc tres al cuarto, malhechores- vestidos pecra a los inicios delTazz-Así pues, solo puedc lucif prcrr
con llamati\¡as¡alas horizontales. Así por ejemplo, en cl ál das listadas.
bum dc aventüras de Astéri\ Ld hozd¿orc (La Serp(rl'or) üL 33. l'endo más lejos, cnconar:amosestaftlnción de "Pctrrcrcn r'f_
horrible mafioso galo¡¡omano \¡isre un chalcco con gran- den" que poseel sin lugar a dudas las ralas eD la función d(
des ralas amari)las y negras- insig ia de las cintas listadasen las coDdeco¡aciones,qtrc ir¡

110
ttl
l.\\ \ | r ||rr \\ ]tt I l)t\[J 0

(li,lr¡irl ( ll(,\. l,rr¡,r\.r\s,)r ¡,r<srrttrtlrrsi orrrorrrrt lil 1('\ isrrrrl.


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ris|lri,ri(rt¡ln,lirt)¡.rt( (.r¡¡iirIr I | |I II ¡,I ( I(.II ( I( ¡l
l,.,ll,ri.,,,,r', r,rr¡r:,||.,. \, csr:rsolr rrs.lx\ rris l)i rtir¡c¡¡lcs sorrt n rni opinirirr LLsclrL-
l,r,(tU,¡
lirsr'¡r'rrsdc r¡rdc¡rr las ü\as ernblrrnarr.as. ln,r.rttnst)or los (cófi.os de l¿ tsanhaus.
It']. L()spccesa r¡!:rs de ios acuar.ios(pero no l¿! marjposas) scnl P¡rr esta raz{-)nse usan favasen el te dcl ca¡nüllaie. Desdc
p¡rücularnlente br¡scadospor su r.ar.cza_ la I'iilrrcl.a Guerra N{u¡di:ll, pof ejenpl{), es bNtanle comírD
Su ralor par.alos
coleccionistaspuede ser coDsiderablc. pirtar sobfe el cascol el pucnle de ciertas rravcsdc suerra
:ll-r. Lstasbarus s[fi.cn act[almenre ]a competcncia de los pun_ moti\ús err forma de n\rs (dazzld !al.l.?tn, cor el fin dc
¡os o de los scmbra.los de pun(os, porquc la iDlb.¡tárica r¡ti cngañar los periscopios de los submdi¡os;réase NorÍrir]l
hza en malor medida el ptnto que )a línea. \\ilki¡son. 7¡r rd::l¿ Pr¡rúrg ry'sntA Ner,casdc, 1919,y el
3(i. Tirl \,€7 t¡.as]a exprcsión lia¡rcesa lragrur l¿ grcl fliter.atmerte_ catálogo dc la exposición "Clamoufla¡t-e",celeblad¿ cn el Im-
perial \!ar lúuscum de Londres dc marTo a ¿bril de 198!)
"peinar a la jimfa", en alüsi¿nral hecho dc rei¡lizar urn ta¡ea
inÍrLil o a no estar haciendo nadal se escondaun irrenro de (agüdezco a Ilenr! Colomer el haber mc co¡nünicaclo estas
pc'ner en orden $rs manchas,convirliórdoia e una ceb.a. refercncias)- Por 1o que re\pccta tr los animales, los 7oólogos
:17. ¿Seríair demasiado lejos rer en el suelo lrna superficie r.a- han llegado a la conclusión dc que las ra,vasdel tigrc le Per-
miten pas¿r dcsapefcibido en su híbila¡ Ilatural pir]a ¡cc-
rva.lar por ranLopeiierosa,por lo que la moqucra o la al
lbmbra es un nedio de protegerse de cllar ¿No liene el sr¡e chaf mejor a slrspr€sas.orienlras que las dc la cebra no err
io de lislonesde madera el aspecrodc una tranrpa?(pcro garl:rn a ningirn depredador, pof lo qüe no l¿ Protcgcn. En
¡no ocrure 1()misrft) con las alJbnrbras l-a\,adasquc se po- cambio, ¿vrLda¡r a la ceb¡a a recon¡¡cer inmecli:rtarrentc a slts
nen cncima¡) coneéneres 1.,en caso de peliglo, faciliran una hüida ¿gI r.L
38. La estampaencuentra en el cmpleo de ralas un proccdi pada, más elicaz para L1süpefIi\€ncia de Ll cspccie-\¡érnse
miento parx densiftcar algunas zonas de Ia irrrageDo para los cstúlios citados erl la no(a 39 de este c+ítulo.
Lrscüreccrla. (]r'acias al ravado, la iüragen cn blanco I ne-
gro h¡ce que sc conlirnd¿a menudo el parámerrode hrmi-
nosidad v el de sa¡rrr.ación.
39. Dcbra I{. Bcnnett, .St¡ipes do not a zebr:r makc". S$rernatic
ZooloSfl vol. 29 ( 1980), pp. 272-2it7;Srephen.Jav(]outd,
"A
propos de zéblures", en Quand lrs poxt?saun t (bs ¿cn.ts,
Parisr r.Iard, 19U4, pp. 3!lt-103 (Srephen
Ja\ Could.
.Có¡rro obticne suslis(asla cebü,, en r¿r?l€r d¿galna)..t?¿os
.1¿ebala, P,¿rcelona:Blur¡e, 198.1,pp. 389,998.)
,10. Numeros{rs manuales cleslinadosa los pinro¡es
explicar los
ff¡ctos de la ilüsión que cl ir.rrisrapuede obrene. a partir cle
rnr srtperlicic ralacla. I{uchos proponen cjercicios \isuales
(lr¡.cncon(r'arr]()sen todos los traradosde óptica; en ¡odos

tt2 t l3
Bi b l i o g r a fía
Este libro es el p¡oducto de mi trato frecuente con imágenes:
las de la Edad Media que, dada mi profesión de historiador, con-
templo de forrrra casi diada, y las de nuestra época, en las que
todos estamosinmersos. Se basa más en impresiones e interroga-
ciones que en compilaciones. La historia de las rayasy de las te-
las a ralas corstituye un tereno vi¡gen en el que ningún autor
se ha aventluado seriamente. Po¡ tanto, la bibliografía que pro
pongo no puede sino situ¿¡seen los márgenes del tema cent¡alde
este libro. Su único objeto es orientar al lector que desee ampliar
sus conocimientos sobre alguno de los temas tratados en l¿s pá-
ginas precedentes.

Historia de las telas


y las técnicas

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zu VrÍassune:,P,eút ünd s?lbst.1tc'!t.¿in(l..¿is
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trloj-r-o,John, y l,falcolm \{cGR¡coR, Uniforns oI tl* Anaican Re
una ilus¡ón,perturbala m¡rada,parece
rol&/io¿ Nueva York: VactrIillan Publicaúorls, 1975. parpadear,ag¡tarse, escapar.Yano existe
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¡kzr], Nuera York Tho- rayas,uno se sientefeliz comoun n¡ño
lnas Vlseloll, I96,{. desmontando un juguete,obseryando sus
p¡ezasuna a una y volv¡éndoloa montar.
The New Yorklimes

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