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Pastoureau
IASVE,STIDI]RAS
99!DIABLO
Breue historia de las rayas en la indumentaria
OCEANO
Tíru¡o o¡iSinatl
LÉbll. dt Didbh
(Un hútoift ds rdturr d dd ¡.t% r¿rA)
Michel ps¡or¡eau
@Ediúons du seuil, l99i
BBN:8¡r494269t2
reoso tlfu: ¡!3390dxlr¡ür
Not ¡s 91
Bibliografia 115
I
Orden y desorden de l a raya
quaeexAuobu,s
U¿s¡e, tetto.¿st,
nan intl.uoi'. lL'/ 19,19t
l0 11
i.\s !ts||t't tl¡\Dt I l) t \ lí rl I ) r i l , ¡ r \ , l (\ ¡ , r ¡ 1r,r ( l ( l r rt i ' 1 ' , 1
tlivcrsilicrrcir'rrr crrrlrr
vcz rrir!or ¡lcl r¡rrircr.s¡r rnirl(.r iirl v sinrlx) (ü rilsn i l ) i r f i r t l r r r r r r t l ol l ¡ r i r r r l l lI.g r r a l t l rr(r 1 ( ,r r r l ) ( l t t ( l ] r r t r l r i l
l i i , ,¡ l¡ L ,{r :,\.'..L| l{¡ ¡,¡, ir¡ri¡r¡r,,r t¡,i,o¡ : r r, , rn . U, ri, . r. x r,
n sc cl rrot¡() por cl crtrl la seiralizacióndesPrccitliv:r.l:t (lrr('
(licr'()nasÍlas ravas
"buenas" (símb¡¡los clc fiesta, exotismo o li_ llema la atención sobre los individñs reproba(I()s,los lLrglr( s
lxrrtad) sin que por ello desaparecieranlas yla época pelisrososo las virtudes negaLivas, estii más inrensarrrclrtctrrirr'
"malas,.
c(nrternporanease ha conve¡tido de una manera pletra en el cada, (es decir, más visible) que la señalizaciór que v:rl()filrrl
Icceptácrilo de todas las prácticas y códigos anteiores, ¿l'or qué, igualDente, cl historiado¡ se encuenúa más ca)In(xk)
va que en ella cohabitan r.ayasaún de carácter diabólico (c(> en el terreno documenuLl de lo peyoraú\'o que de 1olaudatori()?
rDo las que rna¡cabancon la ignor¡inia a los deportadosde los Se trata de preguntas dificiles y multiformes a las quc
carlpos de exterrninio) o peligrosas(las de las señalesde t¡á- solo se podrá responder de un modo ráPido. Itor una partc,
fico, por ejemplo) I orras que con el paso del riempo han porque este libro pr-ctendeser b¡eve.rPor otra, porqrte l:1
(levenido higiénicas (como las dc las sábanaso las de la ropa raya es una estructura de suPerficie tan dinámica que solo se
irterior), lúdicas (las del mundo de la jnfancia), deportilas la puede recorrer a uña de caballo. La raya no espera,ncr
(lxs de la ropa deportiva en el ocio v la competición) o em- se inmoviliza; está en continLlo movimiento, y Por ello sicrn-
blernáticas(las de los unifo¡mes, insig¡ias v banderas). pre hafascinado a los artistas:pintores, fotógrafos,cineastas.
La raya medieval era causade desordenv transgrcsión. A¡ima todo 1¡rque toca, siemPre adelante, como movida por
l,a raya moderna y contenpo¡á¡rea se ha ido traansfo¡m¿ndo el liento. En la Edad Media, la fortuna, que hace girar la rue-
cn un inst¡urnento pa]-artantener el orden. Sin emba¡go,aun da del destino de la humanidad, h¡ce a menudo un trajc a ra-
que orgarliza el rnündo )' Ia sociedad,Ia raya en sí parece se_ I'as.En el patio de una escuelade hoy en día, los alum¡os quc
guir_¡ebelándosea cu¿rlquierfonna de organúación demasia_ llevan bata a ral?s parecen más agitadosque el resto. Yen los
do rigurosa o limjtada_No solo funciona sobre cua¡quier ter¡enos dejuego el calzadoa rayascorre tnásque el liso.'Por
soporte, sino que ella ntisma puede ser su propio soporte, ello, un libro dedicado a las ra]Irs debe dar muestras de dili-
alcanzandode estamanera io exponencial e inabarcable: gencia ,vceleridad.
l()da superlicie ruF(la puede ser a su I,cz una de las raras de
\r r p e ¡tl' iF r r¡rrr de rn¿rorrJmañ¡,.\ a \ t . u , . . i. a n , . n ¡e
"|la
l¡ serniologíade la ra1'aes infinita.:
Por cllo, los capítulos que siguen se centran más en la his_
l()r'iasocial que en cuestionesde semiología. La problemáti_
r':rdc las rayaslleva a preguntarse sobr-elas relacjones que se
I st¿l)lccenentre lo visual y Io social en el seno de una socie_
(lir(l (¡etcrminada.
¿Porqué en Occidente, a Io largo de la his_
t()r'iir.l¿ lÍravor parte de las taxonomías socialeshan sido ex-
l)lr sil(l¿sma\,onncnte a partir de códigos l,isuales?¡Acaso la
\,rslir( l:rsific¿rnejor que el tacto o el oído?
¿Tallez "ver, im_
¡rlii¡rr|sicrtr¡rre "dasficar,? Ello no es asíni para todaslascL _
t2 t3
Y
$
.,
E1 e scándalo
del Ca¡mel o
Este escándaloestalló en Francia en pleno siglo XIII En con-
creto, a finales del verano de 1254, cuando san Luis regresó
a París tras una desafortunada cruzada, uÍr dramático cauti-
verio y una estancia en Tiera Santa de cuaÍo largos años. El
rey no volvló solo. Traía consigo cierto número de religiosos
l5
l , \ s \ r \r r ) r t,\ tnt l)t\ t0 I I l ) r ' r l , l ,\' \ r r si r l . r \ r { 'ist r r ' \ , r s
l6 l'i
l , \ \\r r . tr r \ t'tI l)t\t r, l l l l ¡ r , r l r l ,r, s r s . r t : r r r ¡rrtsr . ¡ ' , r s
t8 l9
| \r \tr i D rti \\t)t I)l\Nr) I l l l ) r r r l ) l (t )\ r r s , r l : r \ r 'rN' r . r 11 \
20 2t
| \s \ r ' s ¡ t ¡ |l t i\ t ) r] l )t\ tr) | | l ) i r r l r l ,l ' \ r r si r l r r \ r , NI r i r l r r s
{ ¡l )l|( llir ( . r ( l ( ¡c l ()s v c r' (h l g ()s i j L rl )(j ü () l)()l l ctc cl l cl dc 11)s torI rsson sLrscc¡rtiblts (lc Prcs(]rltxr\clx)r11rtr(l( vir s(llrr
rirv:ls,
'
.j rHlir f ( , s v ln¡ f oncs . Ii n to d o s L rs c a s o s , e l m oti vo era i rnponer llt nikLicaso indtrrlcnL¡t¡-irs. Prtecic¡r
llevar las cn cl es(l¡rl()(l(
r r r r :rr r r .r r ,,r
r isr r alqrresr-rrl¿raIa marginac io rr. p a raq u e a q u e - eljustillo de cuc¡o, la gr.rald|aparlcl ca
:r.lr.¡s, el est:rndar-te,
llrs quc cjercían tales oficios no fueran confirndidos con los ballo, la vestimenta o, más simPlemente,cn la cota dc mallas,
( illdedanos honestos.En otr.oslugares,especial¡renteen las calzaso el I'elmo.u Son .seres ¿)¿,",¿do$,, Y la sola mención
lus ciudadesalcmanas,presc pcioncs sentejantesseñalabana del té¡mino ó¿¡?¿basta al lector para saber con quié se las
l()slep¡osos,los tullidos, los tiene. Estospersonajesfelones así presentadosen los textos a
"bohemios., Ios herejesy, en me-
¡()s casos,losjudíos)'los no cristianos.rr partir de mediados del siglo xlx se sunr¡n a la cohorte de cé-
L¿ lu r r ,i ón tle eirr" leycssunrrrar i¡s \ \ É \ limc n t a ria s-q u e lebres traidores y réprobos que dcsde hacía LiemPole icono-
aíln esperan a los historiadores quc se ocupen de ellaF,r era il afla | Épresen tJbar orr rop.rsli.tada'
cn esenciaéticav económjca,aunque su fundatnento fuese
irleológico y social, Pues en definitiva sc tratab¿rde instaurar Las calzas
una segregaciónpor la vestimenta: todo el nundo debía ves de .an Jo-t
tir scgirn su scxo, estado o úDgo. En este tipo de sistemasde En efecto, desde antes del año 1000,la imaginería occidental
discrjminación las rayasaparecel e menudo como la marca acosturnbraa reser\ar un estatutonegati!'oa las rayasde la ves-
por excelencia, pues son las que mejor se ven v las qlre seña timenta. Los pnmeros personajesque las llevan -en las ilumi-
lau con más fue¡za la transgresión (dc cualquier tipo) del or- nacionesprimero, en la pinnrra mural a contiluación, e[ offos
dcn social. La raya no es una forma, como el besante,la soportesmás adelante- son figurus bíblicas:Caí[, Dalila, Saúl,
eslrellao el roel quc en oc¿rsiones debían llerar losjudíosy los Salomé, Caifás,Judas...At igual que la cabellem roja, la ve-s-
rnusulmanes,sino una estructura. Como casi siempr-cen timenta rayada constituve e¡ atributo h¿bitLraldel trai.lor en
la sensibilidad ,ven los sistemassimbólicos meclielales,se da lás Escrituras.De la misma manera que no siempre son peli-
prio dad a la estructu¡a sobre la lbrma v los colores. El tejido ¡rojos, Caín ,v-Judas no siempre listen ropajes a ralas, pero las
list¿do, sin que el perírnetro ni Ios color-estengan importan- luce[ con mavo¡ fiecuencia que cualqllicr otro Pe¡sonajede
r:ia,destacamás -luego es más <eficaz)- que el color a¡rarillo, la Biblia,,v la presencia dc l:ls myas bastrlpara poner dc ma-
cl bolrete prrntiagudo o cl toel parti¿o- nifiesto su carácter felón.''
Finalmcnte, Ios textos literarios aportan un rerrer tipo de Desder¡rediadosdel siglo ñlI, la lista de ]os Persondes"mal-
l , . r ir n o n ir ¡ 5r.n lo. r¡uea nrcnldu Io\ pcrr, n ¿ ic . n c g a liro so \?dos" así vestidosaumeÍla notablerrtente,esPecialmenteen
rnalvadosvisten ropas a rayaso llevan eDblemas listados. las miniaftrr?Lsprofánas.A los traidores de la Biblia se suma¡án
l,slc pr_ocediniento estáatestadoya en la liter-aturalatina de en adela¡te los de los textos narrativosv literarios a los que ha-
lir i lx)( a ca¡olingia, pero se desar¡olla principalrnente en los cía referencia en el apa¡tado ante¡ior -el ejemplo más cono-
srAI()sxt¡ v \IIt en textos en lengua \.Lrlgar,canciones de gesta cido es el de Ganelón, el traidor de E¿¿dntar¡,eRoklán-, así
\ D(,r(lirs( r)rtescsespecialmente.Caballerosfelones,sencs corlo una extensa cohorte de excluidos y réProbos de toda
r irl s ||srrl)adores,mujeresadíllteras,hüos rcbeldes,her¡ra- condición; se trata esencialmentede las catcgoríassocialesde
r)r,s¡)( r'iur()s,cnanos Crueles,sirvientesconCupiscentes..., las que he hablado en r-elacióna los reglamentos vestimenta-
2X
¡ . i s Yr s||t) ti
r \\ trtI l)t\ti I ) l ' l ll l r , r l ) 1\, s r r \r r l r r \ t ( , sr.'r' \ , r r
riris(l( fir)llcs (lc ltr lilarl 1\4crlia, ¡rrrcs;r 1)arlirdc c¡t(nrft s la s ¡' lrt ¡ r x i ' . l a c l r l i r r l r t l . ' \ s i r r r i s r ¡ r o . r ' r r l r t s ¡ r t r x t s i o t t t s , r t I t t t '
icorrogralinl la srrie¿ladur-banase aporaron en 11có.Iigo de rrLtL,cl ¡r.r¡xl rlt .losi cs cltst rn¡rttiaclr lx'r cl rr)trto (l{ l l'r r(
r( l)r'(scnlaci(in común, Ta[to en ]asimágcncs como er las ca- bloo<lt la perroc¡ui:r, v elll) stlcc(lulr2rst¡ (rr l)l.r)t)sigl()\\lll "
llt s, :Lnreludo sc scñaló con ¡opajes o atiibutos listaclosa to I'()rotri! pzutc,rro sou pocaslas imágencs,Pinh(liLs. cs.rrll)i( Lls
(L)s aqtellos que se situaban ftrer-adel orden social, \,a fi¡ese o sr':lbadas, que hacen de é1,hastafin¡lcs de l:r Edad Nlcrlirr.
cn razón clc una condena (estaládores,falsificacloresde lno- un \icio calvolvacilante,quejarDásapa¡eccsolo ¡i ctr tlrr l)ri
neda, perjuros, c minales), de un defecto (lcprosos,falsosde- rnel' pl:lno (ni siquiera en las escenasdel Nacimient{)), slcrrr-
r , , t,r .. si r r r ple ,de csprritrr. loco. r. o pñr! l' re e jrrr ie re n u n il prc retir.tdo en relación a ta Virgen v el Nitio, o a los Reyr:sNlrr
ilctividad inferior (criados, sirvientas) o un oficio inf'amanre gos, saDtaAr]a v santa Isabel. Hav que esperar l:r llcgacl;rtlcl
(juglares,prostitutasy verdugos,a los cualesa menudo se Renacimiento para que se prodlrzca una auténtica pronoci()rr
suman en la iconografia t¡es oficios deshonrosos:los herrer-os, de Ia figura de sanJosé,ligada e¡ Parte a la de la Sa$ ada l ¡-
consideradosbrujos, los carniceros,por sanguinar-ios, t los milia.''Así va trunsfbrmándosc sanJosé de viejo simplón ctl
carpiDteros, por almacena¡ y acaparar), va fuese, finalmen- hombre más digno, toda\ía en la fuerza de la vida, represurt
te, porque no fueran o hubicsen dejado de ser-cristianos (mu- tado como pad¡e nutIicio o :rtesano carpintero. Ya pesar (lc
sulmales, j{rdíos y hercjes). Todos estosindividuos transgre- ello, sería aún dul:ulte mucho tiemPo un personaje ambiguo
dían el orden social,del rnismo modo que la rala \:Lrlnerabael (creer por e¡emplo, en una concePciónnatural de-Jesírs cons_
orden cromático v \:€stimentario. tituía herejía). De hecho, fue a Partir de la ConÍa¡reforma,
Por ello, las fianjas nunca se presentan aisladas:para que gr¿ciasa losjeslritas) al arte banoco, cuando la figura de san
de ello, no lile
"funcionen", para quc alcancenpleno sentido, deben prc, José se vio finalmente rei\indicada. Ya pesar
sentarseasociadaso en oposición a ot¡as estnrcturasde super proclamado pafón de la Iglesia uni\ersal hast¡ ll]70.
ficie, como Io liso o lo rnanchado principalmente, así como lo En relación a la cuestión de las r¿Yas,la etapa más i¡te
rilzldldo'' (como el ajed¡ezado, eljaspeado v los rombos). En resante de la iconogftfiajosefi¡a se sitíra en el siglo xv e ini-
una irnagen, la indumentaria Iistada constituía sieñpre una cios del \vt. Dr¡rante esta éPocaJosé estaba rnejor considc-
dilé¡encia, algo aparte, de r¡anera que desracabaa quien la rado que durante la Edad Media o la época feudal, aunque
vestía.Este acento cl-aen muchas ocasionesnegati\¡o,Sin cm todavía no esLuviesecompletamente Promocionado ni fucse
bargo, a menudo el código era más sutil, rnenos maniqueo, aún vencrado; de ahí que cn las inágenes se den cierlo nír-
y, en lugar de expresar una idea netamente pevorativa, las mero de procedimientosy atributos dcstinadosa poüeI de
rayasdenoLabanentoncesambi\,alenciao ambigüedad.I-a ico relieve este palticular estatuto. Enlre los más frecuentes está
nografia de sanJoséofrece un pertinente cjemplo de ello. el de representarlo vistiendo calzaslistadas, atribLrto indu
Dumnte mucho dernpo fue un pc¡sonajedeslalorüado, ¡e mentario que apareció en las |egiones bañadasPor el do Mo-
ducido al papel de comparsa o genitor En el teatro religioso selay en Renania a finales del siglo xn',,v que se difundió pau-
nredieval es un personaje claramente ridículo al que se a¡-i- latinamente po¡ el norte de Alemania, los PaísesBajos,el
buven vicios,rro presentcsen el Evangelio,con el fin de hacer valle del Rin !'Suiza.Hasta los años 1510 1520,los tcstimí)
rcír: ¡a estulticia (no sabecontar), la torpeza, la avariciar', nios son r-elativamcnteabundantes en vid¡ieras, ilurninacio-
25
I I l t r ' r l r l ¡\r' s r r \i ¡ l r t \ ' ( ar ¡ r r 1 ' ¡
l , \ s !r r r r ) tR\r .1r Il l)1,\rtril
stt¡rttt
,\ c{)lllirtlllr(-ió(rtr] rlxr¡r ()rI¡ . t lrlq Lr i c r s r r l ) c r l i ( i ( , r r a t L r r¡r¡rlli r l r r i ¡ r r r l i r ' r ' r r r s i t t t t ¡ ' t I
| | ( s ,vl) ir rl r r ra s s{)l)r'cl)rrtrclcs. lc\l('s ¡ ( ) r r r t )
l : r sr r t r i r
ciernPlosaisl?rdos en t t rlc s i g r r o s( l c ( ( ) ( l i f i ( ; t i(¿ ) r r 'I i r r r l ( )l ( ) s
{ s(rs( irf, pcr() itilrrPLlcdenc¡c()ntt-arse cje'nlpkrs tlt clkr' Srt t sttttlrii ¡ .¡ ¡
r¡r'n(s ()(ic(t'ninrrrr¡rerublcs
Brrl)a(l()s(lcl siglo x\rll."' iu..,.,.g.,,p..lu. de s[perficie crr t|cs gr:rrrrks
Las ru,yasen las c:rlzesson LrnaDrarcamás djscrcta qlre las "slr'ucturas lo lisrrrrk¡l'os rl"s
catcgorí;sd; signos:lo liso' lo moteatlov
lr rrujasclcl vcsticlopropianente dicbo. Vestir a sanJosécon un (el ljcdr'czatIr' ¡r.t
írltirios presentannumerosasÍa antes
sry().tnra tínrica o un manto enterarnente listado habr-íasido una lorn)ir s(rlx|'
eienplo, era para la sensibilidadmedieÍal
r'lirr'amenrcclegradante;dota¡lo de calzaslistadasequilalía sen cn cst:$ lr ( s
tativi de 1o tistadol. Detengámonos ür1instantc
( illrunentea realzar su carácterespecífico En este caso,la objetos'
estructuras,Ysu disPosiciónen imágenesI
faya filnciona más coDo un signo de ambigüedad que como l'or' un:r Plrl( '
Lo liso es escaso)', por lo tanto, destacablc
rrn sigrro infamante.Joséno es ¡i Caír, nijudas; no hav en é1 de sulxif-
las técnicas medie\ales no permitían la obtención
fi lonia. Tan solo es .li¿r¿¡t, distinto, como se decía en el lian- \ m o r r o 'r ñ r r r : l \
f il^ ie .p r r l c , ¡ a n r c n l cI i ' ¿ ' c c ¡ r r l i n u a sP u l i d a :
cós del siglo xv: rncnos santificado que la Virgen, Pero me- r r n h r r c nn u r n e r od c t t r ¡
, , " -, i " , , ¡ . u . " a " l J 5r e l i s ' ' o h r P
nos rro¡mal que el común de los mortales, elelado en ciertos cledejar vaci$
terias.Por otra, artistasvartesanosno gustaban
aspectos,rebajado en otros, Padrc sin scr Padre, necesano a memrdo a la tentaclon
slrperficics denusiado va¡tas,cediendo
pcro molesto, diferente, ambiguo, füera (le la norma; atr'ibu- o
de r-etlena¡lasc, .\'estillas' con tramas' t¡azos i]radaciones'
Losque las raFs expresabanPlenamente en la iconogr-afiadel densidad' lüminos;
iusando así con el contraste de texturas'
siglo xt'. De rnodo cluc las fianjas no solo sig¡ilicaban la ¡_ans- ".lrr'i ,.a.,ltantes. En las jnágenes Pintadas' Ias su-
o
gresión del orden social o moral, la distinción enfi_esierlos v ser mayo-
perficies comPleta y uniforDemente lisasdistan de
-ur..iu
amos,verd[gos v \íctimas, locos Y sanosde mente' condena- v resPonden a
iiau.iu.; .,t,t.ti,..,u.rt más bien LrnaexcePción
rlos y elegidos, sin() que también Podían hacer Percibir rnás elcmento
una inle¡ción precisa,la de destacardcterminado
sütilmentc algunos ¡raticesy distintos nivelesen el seno de va en solitaio' es re-
de la image[. Lo liso, cuando se emPlea
l o r e. m r n o s cl¿ros P or cst¿r¿zon.la rar a e sa r¡n lirrn P o u rl ir lo listado'Jaspc-
latilamenie neut¡o. Itero c[ando se oPone
código iconográfico y un modo de sensibilicladvjsual Doble superlicie tra
ad.oo compartimenf aclo,es decit a cualcluier
p r r r r ru l¿rid id qur merr, e nur\l I a xlentid n ' tanto poslovo
mada o trabajada, expresa siempre un énfisis'
Liso, listad., como negatl\'o.
equrl¡ale a
moleado, j asP e ado Lo máteaclo, en carnbio, sicmpre es positiYo;
C o n s i s l ee r r u n a
u n ¿ \ u p r r l l t i e l i s ¿d c n ¡ i l i ¡¿ t l aI t ¡ l o r i z a d ¿
EJojo dc los hombres de la Edad Nlecliaera esPecialmente ralu'
, n o n o ,. o r ¡ ¿ r " b r e l ¿ ' u ¡ l s ed r s p o r r e na i n r c r
¡ldrto a la materialidad,v estr.ucturade las superficies La es "uf".f'.,. o tomadas
regulares pequeñas figuras' ya sean geométricas
trLr(lu¡¿rle permitía caPtar lugaresr objetos, distinguir zonas c'rrell¡' cilIu-
dei reper¡oriorlelhl¿'on: PUnIo' he\anre'
y ptilnos, establecer¡itmos de secuencias,asociat oponer, dis- Ir i b o l e ' l l u r e r d e I i ' Ln gencr'rl l¿s
Ya fueran paredesv suelos, l, rr ,. , 1 , . , . , o ,
cllrsificarvjer-arqLrizar.
tr'ilrrrir', -. ' , ¿ " ' i .s o r rd e u n o l o r m á t c l a r o q u r e l d c l a
f'nr.ut n.i airpu.''u\ '
tr.l:rsy Io¡ras,instnrrDentosde la vida cotidiana,hojasde los ixlire'r siem-
. , ip " , n , q u i l e s' i r \ e d e l o n d u L u m o r e a d o
rirlr,rLs, t l ¡x ltrjcdc los animaleso el cuerpo humano mismo, '.
21
l,\ \t\ t)t |l^ s lI t l) t \ |ll( | I , : l ) r . r l ) 1\, ,s f l s . r l r \ r ( , sr, irr t , r s
2¡l
| \ s \ts lr ( t{\r \t)tI l)l \||t0 l l l I ) r i r l , l (\ ) \ r r s , r l r r \ r ,r^rr . r 1 : r s
cl l)( s(, (lr su ( rr¡1.cst;i pcf(li(l(),conro ()l!i(luc[¡,cl rrcclirr l'llIr ls igrralrrcrrrct:icftocrr (:l (rasodc l()sarrilnalts. At¡ttt'
(lc ll|la ¡ru]li1r¡dindif¡rcntc.!: llos cLrvo¡rrLirjces atigmdo (¿¡gi¿1¿, o lnote,\do (ma(u[o\üs)
Cabe preguntarse el porqué de esta "prioridad \isual, de soll crirtur:rs que inspiran temor',Son aniÍrales crueles ,vsan-
lo listarlo fiente a las otras estructurasde superficie, Lo rala- grinarios como el tigre, l¿ hie[a o el leopardo -el leoPardo
do se percibe antes que lo liso, antes que lo rDoteado, antes medie\'al,que guarda poca relación con el felino ¡cal del rnis_
que lo.jaspeaclo.¿Esester¡n fenórneno pe¡ceptiro propio dcl rno nornbrc, represe1rtasiempre simbólicamente un lna]
hombre occidental? ¿O bien es algo común a todas l¿x cultu- león-,:'o bien ladronescomo la trucha o la urraca, astutos
ras, propio del ser hurnano y de ciertos ?rnimales? ,Es posib¡e, co¡no la serpie te o la al'ispa,o diabólicos como el gato o el
en relación al asutrtoque nos ocupa, establecerun límite ent¡e dr-agón.lncluso la cebra, sobre la que los zo¡)logosdel Rena-
Lr biológico v lo cultuÉl? En caso de respuest¿arfrnnarira, ,dón cimie¡to gustaban de discrtat eru considemda a finalcs de la
de hay que situa¡lo?A estascomplejaspreguntasintentaré Edad Nfedia un animal peligroso. E\identemcnte, los atrlorcs
rcsponder al linal de estelibro. no la habían ristojamás v la conocian más bielr mal (la consi
Pero insistamos ahora en el\¡ínculo exisrente en la Edad deraban una especiede asDou ona[i¡o), pero como la sabían
Mcdia entle las ¡alas ¡ Jaidea de dir.ersidad,de zanakzr,como ¡a'ada, hiciel-on de ella Lülaciatura crucl v diabólica y la in_
sdecía en latín medieval. Ravado (titg atus,lineatus,fascín- cluveroD en el bcstiario salánico.:5 Veremos más adelantc
/ r \ ... ) \ \ir r i¿d o/¿anut¡s¡i a menudu \inó n ¡mo \ .\ e s ra\ i r, - córno estc animal mal conocjdo fue r-evalorizadocn el Siglo
nimia inclica de entrada la connotación negati\¡adc la raya, de l¿uLuces.
pues lo u.rrirr siempre serialaalgo impuro, agresi\¡o,inmoral Iror-lo demás,v sin recürrir al bestiario cxótico, todos los
o eDganoso. Un hombrc que recibe el c¿lificativo de ¿¿rjr¿., caballos cula capa no er.aurlifb¡mernente monocroma eren
cs un ser astuto o mcntiroso, un indifiduo cruel, o utr errfer- considerados monturas que des|alorizaban a quienes las ca-
rlo, sobrc todo cuando esá afectadopo¡ una enfermcdad men- balgaba¡. En los textos literarios, especialmenteen las nol'e-
tal o de la piel. AdeDás, el sustantivo ur¿ri¿.t¿r se usa para de las dc cabajtería,sc da rtn ¿rli?rque opone al héroe, tlontado
signal tanto el engaño cor¡o Ia maldad y la tepra.:.En tas sobre un caballo blanco, al o-aidot al bast¿fdoo a] cxü:anjero,
llnáBeDes,por supuesto,v como ya se ha !'isto, los pcrsonajes que r1l()ntaun caballo dc dos colores: tordo, bayo, pío, roa-
Ii:loues((laín,Judas),crueles (el verdugo),
"dementes" (el no.,,'l6Un sistemade valoressemejanLe, :runquesituadoen
lrufó¡rde la co¡te, el necio del Lib¡o de los Salmos)o defi olro contexto, oPcra también c\ el Raman de Renart * Los
( i(:nles (leprosos,falsosdevotos) lucen ropas a ra]as. En este animatesde pel{e rayado (GrimberL,el tejón) ojaspeado (Ti-
¡ irso, 1adil-crenciaes grande entre la sensibilidad contempo- bert, el gato) se sitiranjunto a los animales de pelaie rojizo
r riü(.r -que hace de la <\¡ariedad>un valo¡ positi\o, que con- (Renart, la raposa, o RorNseau,la ardilla) y forüran el ban-
rri)t¡rjüverrtud,alegría,toleranciay apertu¡adc mente- y la do de 1osmentir'osos,ladrones,lascivoso codiciosos.En el
scrsilrilirl¡dtle los homb¡es de la Edad Media, que ororga a
( sl(.( oD.( l)t() rrn¿rdimensión negari\'a.Un buen c stiano, un
Ir,r | | | )t(. Ir()r)csto,tlo puede ser udn¿r. La rdr¡¿¿¿res1árel¿cio- " El Ro¡nan d¿ Itnatt (L^ trorel¿ dcl zorto) es un¿ aleg{)ía e¡imal dc
unos
32000 ÉNos, en la gue se cfiri.a a deter¡,i¡adas clascsde la sociedad Dediev¿l
¡r,rrl,r r orr r'l lx1.a(k)v el inlierno. ftan.esa, i¡clurcndo al.lerc,! ¿ la nolrleza. 1¡: d¿l ¡r.)
30 3l
I IS \t.SÍtI R l \ \ Dt I l' t\tlt( |
l l l ) i r l , l , '\ s i \ r r r . r ! r , s . r . r \ . r s
32 :13
l ,i \s\tsl r ) r R \st) l)l¡¡t0 l , l ll l i r ¡ l r l ¡Ir s r s : ¡ t r r r r ¡r,rsr , r v r r s
cscudos(le arrDasp()díarrrcprcscot:use sr)ln.cs()lxntcs (l( cual cruilcl rl<l tirrxkr.Sol()cxisrcrut I)l ro rnit:utrasr¡rrt
crr cl rlsri
quic. natru¿rleza:i dument¿ria ci'ril ) rnilitar, edificios v nro de lo.jaspcadoo lo nroteadohav dos,el del firrrrkrv cl rk lrrs
numentos, muebles y tejidos, libros, sellos,monedas, objeros nranchaso de las figurasjaspeadaF, pero ta supcrllcie (l( ( slc
artísticosv objetosde larida cotidiana. Las iglesiastambién les plano único no cs lisa. Ello constituye en sí una extflüicrlr.
cedie¡on amplio espacio,conr,irtiéndoseasíen ve¡daderosmu- un¿ perversidad que ab¡e p¿so al cscándalo.Toda supcrficic
seosde heráldica.3' rayadaes sospechosa,pues impide a la lisra distinguir la f-rglr
Son innumerables los escudosde armas que cuentan, po¡ l-a del fondo sobre el que se dispone. La lectura en espesor
un o lr o lr o m óri\ñ. .on r¿r'as.lal rez l ln q u in r e p o l c ie n t o que es el procedimicnto habitual pa.raIa lectura de imágenes
del millón de escudosde aLmasmedievalesactualmenre cen- en la época medie\al-, que empieza por el fondo para i¡ lle-
sadasen Europa occidcntal. Sin embargo, se esconden cliyer- gando al plano más cercano al ojo del espectado¡,se hacc im-
sasrealidades tras esteporcentaje. En heráldica hav franjas y posible. La estructura "en hojaldre", a la que era tan sensible
lianjas. Desde un punto de \ista formal, las variantes)' subya- y estabatan acostumbrada la mi¡ada medieval, desaparece,,v
antes pueden multiplicarse hasta el infiniro. Ydesde el pLrn- laüstaya no sabepor dónde empezar a leer, dónde debe bus-
to de vista si¡Ibólico, la diférencia es impoltante según estas car el fondo de la imagen. Por estarazón todas las esffucturas
listasfiguren en los cscudosde armas de individuos o familias raEd¿rsfr¡eron consideradasperversas,casi diabólicas.
quc existieron efectivamente!o bien en escudosat buidos a De un refinamiento extremo, la ciencia del blasón posee
personajes literarios o imaginarios. En efecto, cuando com- por 1odemásun léxico precisoy abundante para calific:uy dis
portan figuras listadas,las prirDeras son neutras en el plano tinguir los escudosde a¡mas compuestospor franias horizon-
simbólico, rnienfas que las segunclasson muv negatiras.\tá tales Cajados),\ericales (PaLldos),oblicnas de izqriierda a de
moslo en detalle. recl\a (band,ados)\ oblicuas de de¡echa a izqtierda (banactas).
El vocabulario del blasón desconocelos rérrninos r¿J¿r r r¿- En he¡áldica, éstasson cuatro estructuras de superficie dis-
'yt¿o.Tampoco cuenta con un término gené co pa.radesignar tintas. I-aritres primeras son abundantes)pero la cuarta, salvo
el conju¡rto de figuras o estructuras¡avadas.Sin embugo, dis en ltalia, es escasa1.,dada su escasez,poseecierLaco[notación
tingue con daridad el myado que resulta de la di\.isión de un peyoratila. Como la capa barrada de los carmelitas, los escu
plano en un clete¡minado nítmero de rayas o bandas (/dr¿¿- dos cle armas bar¡ados Siozaronde mala reputació¡ durante
¿i¿¿¿,del que se dispone simplemente sobre un plano uni- mucho tiempo y a vecesla he¡áldica lite¡aria los usó pa¡a los
do (particiones irregulares o picz¿r).En el primer caso,el nú caballeros felones ,vlos personajes mal nacidos, en cspecial
mero de bandas es pat solo hav un plano v la bicromía está los basta¡dos.
perlectanente equilibrada. En el segundo, el núDero de ban- Pero la ciencia dcl blasónva aún más allá. A parti de estas
dases impar, hay dos planosy el color dominante es el del fon- cuaho estructuias listadasbásicas,constnrye mullitud de va-
do. P:ua el blasón -y la mi¡ad¿ medieval en gene¡al-, las au riantesjugaDdo a la \.ezcon el número y el g¡osor v sobre
téntic:isra)¡asson las líneasdiüsorias, o lo que es lo nismo, las todo con la forma de las líneas que delimitan estasraltrs: rec-
que fusionan en un ún;co plano la figum y el fondo. Visual- ta,s,curvadas,¡otas,onduladas...Analicer¡os, por ejemplo, un
mente es imposible determinar cuál es el color de la figurir Y escudo ravado horizoirialmente. Se considera/ajado si el nir
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| \s \r st¡ tr L!\st,lt l)¡¡¡t(t l, : l l) r r l) l) y sr ¡ sr t r r ! ll, s r r I r r v: r s
r (, (l( lisllls-sicllrl)r'rl)lr- cs sl|p(r i(r ir (x¡(), lxr{) (lcyic c rcrr(ir(txs pcrnritcn distinguir los <liferentcsclirncs,ctnias{)
'r(
btrn,ltrlt r lt.uri tlt dicz- A su vcz, el escuclo/¿?frrr¿o pasaa ser gfrp()s li¡¡riliarcs.': En Escociaexiste un sistem:1Par'ecidomc
lt.lt.¿ann uulo cr^nd() las líneas de delimilación soDcurradas, (liante los tar|:rnes,cuva historia se remonta apenasmás allá
llj( .aondadocuando son onduladas,./¿J¿¿o-al)luna¿o c\tarld,o clel siglo x\]II, aunq(re las estructuras socialesen que se apo-
cstÍn ()rnadas de alme[as, iljado d,¿nt¿llado cuando estáfor.- var son diferentes.'r Sin embargo, en ninguno de estoscasos,
nrrdo pol dientes, o Jaia¿a-centelleant¿ crrandolos dientes son ni en los dcmás, el código está tan desar¡ollado ni es tan ¡e
nrás¿rccntuados.Este sistemacs infinito Y el código, sie¡rpre finado como en la he¡áldica. En relación a los emblemas usa-
dos por otras sociedadesy culturas, el escudo de armas
Estosejercicioseeométricosy lexicog¡áficossobre Iasrar.as presentaademásla particularidad de que puede lüncionar so-
no son ni especulacioncsni divertimientos gratlritos. Al con- bre cualquier soporte: madem, piedra, tejido, papel, metal,
Lrario,permiten a la heráldica, apoyándoseen figuras simples piel... El mismo escudo de armas puede ser dibujado, pi¡ta-
y de fácil representacjón, dorar de escudosde armas al con- do, grabado o modelado de mil maferas distintas y seguir
¡r¡nro dc lir st¡,ied¿d.¡si ¡ orno e\Lnble,
er agr¡rpd,ionr5 ) arú siendo el misrno escudo (en este sentido es comparable a una
cular vírrculosde parentcsco.Por cielnplo, en el seno de una letra del alfabeto). Además, en heráldica se da siempre u[a
misrn¿familia, la rama de los primogénitos contará con nD es- p¡ioridad de la estructura sobre la fonna: el escudo de arrrlas
cu.dofajado d,eplata ) ¡zzur-es decir: con ravas horizontales no es una imagen, sino una estructura de imagen. De ahí que
blancasy azuJes-,mientras que ¡asramasrienor-cs ter]dr-ánes cualquier fr-anja,sea cual sea, es en mayor o menor mcdida
cudos de :rmas de los mismos colores,pero litja(lo-andados, de esencia heráldica, pucs cs también una estructu¡a antes
fa-
jadtrcnteLleanteso faja¿o-alnerLa¿lot.ylsüalmente, el cf¡cto re-
que una form¿.
sultaDtc es suficicntelneDtc hoÍrogéneo como para subra\aa Ot¡a ca¡acterísticaorigirlal del sistemahe¡áldico etrropeo
l¡ cohesión de lalámilia, dado que todos los escr¡rlosde ¿frnas re s id e e nl ¿ a r r i b u ,i ó u d e e s e r d , ^ d r ¡ u r a . a ¡ e r . , ' r r r i e ' i m . r
se parecen, pcro al mismo tiempo se intr.oducen las diferen- ginarios:héroesliterarios,persoDaies bíblicos,criaturasm;
cias (las ánsanzren la lengua de la heráldica) qr¡e perrniten tológicas, personas divirras,personificacioncs clc vicios y vi¡-
disdnguir las distinras ramas. (lon una ccoDomia de rredios tudes. Estasat buciones surgier'oncon los inicios cle la
notable, los escudosde armas permiten expresa¡ estr-uc1u¡as heráldica, a mediados del siglo xtl, y perduraron hasta la ópo-
dc pa¡entescocxtremadame¡te sutilesy complejas. c¿ moderna. (]racias a estasar-masimagin¿Lrias, el historiador
La he¡áldica europea no es la ¡rnica que recur-r-ea las ñ,an- dispone de abuudante material para el cstudio de Ia dimen-
jas I superficies listadaspara trarhrcir en i]lrágeneslos vfucu-
sión simbólica del blasón, hecho que casino permiten los
l osd e pa r e n trsro.In e\pe(ial en.\.ia. { lric ¿ I \ rrre rr, . rd e l escuclosde armas de !'erdad. Si se relaciorla lo que se sabeo lo
S ||r exisle nr ódigos.imilares, rrr,rtunc iú n c s . i r¿ r. . ,r¡|| ir-
que se cree saber de un personaie I las figuras o color'eshe
dividuo en un grupo, y dicho grupo en la sociedacl.Esros ráldicos que le fueron atribuidos, es posible aislar sistemas
códigos se inscriben casi siempre en soporrestextilcs, ell \'es de valores,así como determinar lo que cada una de estas
tidos o en accesorios\estimenta os. En los paísesandinos, fiBlr¡asy colores significabao connotaba en la sensibilidad,vel
por ejerrrp]o,las telasra,vadas o de rramasfina]))cnlc (lili, imaginaúo de los hombres dc la EcladMedia.
36 57
1 .,\s\r \r r r It\s t'rt l)¡\¡t0 l l l l ¡ i , r l r Lr¡ r r s , r t r ¡ r , ¡ r , rt , r r r s
3E 39
D e l a r a ya h o r i zo n ta l
l a ve r ti ca l , y vu e l ta a tr á s
( si g l o s xvr-xrx )
r l t( ) r irp( xlíarrscr-(l{ tr(.s() (¡r cu;rrri)({ ' l)r( s , (. irrrh rs o s c lrr r l l r r l rcrr r c s t : t L ¡I r n I r l i ¡ ¡ r r IiIoI . l r ri r r r h r r t )r(r l x ri i t v i r( ¡ c r ' i(i r
¡x rli-
rr()rnasi!lacquiclisl:rncia dc lasli)easquc {lelirnil¡rrI¡s rx\:rs Lrrralirnt irin Iirel rcmentee¡rblellr:rticav h¡cí¿ [Ir Lrsoill)rrrl
dejó clc ser una regla absolüa. (l;r¡rtcde las favas.
Estav:rriedaden la gcometría pe¡mitió superar las a¡riguaj Parcceser que las p¡ineras prendas a ralas que indic¡-
clasificacionessocialcsinsc¡itas en lalestimenta. Como las aa- ban una condición inferior, aunque no necesananrente Pc-
yes habían dejado de ser diabólicas-o no lo er-anexclusi- vorativa o diabólica -a pesar de que esfasnociones sean dilí
vamente- podía llrcirlas un sector mucho más amplio de la ciles de separar totalmente en la época feudal-, las listieron
socicdad. En la Europa del siglo xvnr conr,ñían las ravasaris- los lacalos <lelos serlorcs:en ün priicipio, siervospalaciegos,
toc¡áticasv las campesinas,las festivasy las corrientes, las exó- mozos de cocina,v de cLradra,) ser\idores en los banquetes;
ticasy las donrésticas. más tarde, hombres de armas, palafreneros, Picadores, sar
gentos, prebostesv minist¡os de todas clases.A coütinuación,
De lo diabólico du¡ante el siglo xII, el uso de las ravasen la indumentaria se
a lo domésticr t c\rendio ¿ lo¡los aquÉllosqrrcñ, upabanun .arco o quc \ r\i¡n
El estatusde lavestimenta a ra)as a finales de la Edad Mediav dc Ia rnagnificencia de los serlorcs: coperos, ohciales ür:lvo_
a principios de la Edad ModerDa se ca¡acterizapo¡ una t¡an- res de Ia casareal, lnonteros mavo¡es,halco[e¡os, heraldos de
sición bastante rápida de lo diabólico a lo domésrico. \'a sea armas,bufonesv músicos La listavaría segírnlas regionesy las
de manera independicnte, ya sea en asociación con sus anti- décadas,I ta¡nbién según el tipo de doclrmentos,ya que
guas con[otaciones de impureza o transgresión, las ravas se las imágenes ofrecen un naterial más abundante y dil'ersifi_
co ierten de forma paularina en el p¡imer signo distintivo de cado que los textos.Al Pa¡ecer,fue en los paísesgernánicos,
la coldición servi] o dc una función subaltcr¡ra. por estar-a- y en especialen la AleÍlania renana y tleridio[al, donde esta
zon) su uso va en aumento. práctica fue más precoz. En estasregiones seglri¡ía Presente
A decir verdad, la apa ción de ¡asrat'asdomésticases an- durante toda la Edad Media y se prolongó llasta bien entra_
Lerior Si nos remontarDosmucho tiernpo aü-ás,podemos ha da la Edad Nloderna.'
llar ejemplosen la Roma de la épocaimperial., Sin embar- Tras Ia apa¡ición de los escudosde armas a finales dcl si-
go, las que nos ocupan aquí son csencialmenre dife¡enres v glo xrl, las ru)as domésticasde la indumentaria,v el código del
tt( r r cr r\u or iB en en Ia epuca fertrlal.A p a re c e ne n e l || a n s - blasón parecen coincidir. A Parti¡ de entonces' las rayas bi_
(irrr'sodel siglo xI, cuando la sociedad occidental se dota de cromas del personal doméstico,vde los oficialesal servicio del
rllrrcas taxonómicas cada \.ezmás numerosasv la \,estimenta señor toman los colores beráldicos del señor, incluso si el es-
s( c()nvierte en el soporte privilegiado par-ainscribir la ma- cudo de arm¡-s de este lle\a una figlrra qu€ no está ralada Aqüí
!or ¡il (le estos signos.Fo¡r¡as, colores, texturas, motiros, o¡_ cabesituar el nacimiento dc lo que más tarde se llamará librea'
||irrl1rrt()sy accesorios sir\,ena partir de entoncespara clasi- Además, se cstablecede forrna gradual una suerte de equiva
Irr :|| rr l¡¡si dividuos I los g¡upos, !, a reces,para expresar lencia entre la indumentada heráldica divididzren dos partes
lo¡ vrrrrrrlos (lc pa¡entesco, dependencia o de relación -es deci¡, dilidida verticalmente en dos mitades dc colores cli-
r lrr. l,rsrn(.n. Ar¡nquela heráldica propiamenre dicha aiin férenteF v Ia indurnentaria prolista de ravas.Esta equiralen
12
L L\ \ L\ l llr LR \ s D ELD a ¡L o Ile la raya horiontal a la le¡lical, v vueltrr'nlris
cia durará hasta el fin de la Edad Media y \,aldrá tanto para la estacosturnbre reapareció de fonna episódica du¡ante los si-
lib¡ea doméstica como para la indumentaria de Lrs excluidos glos r\r v xlx.
y de los réprobos,de los que va se ha hablado.rEstecasoes Ei l'ítrculo que cn el señicio doméstrcose había estableci-
ejemplar desde el punto de vista estructr¡ralporque señalala do entre las ¡aras v el hombre negro dcjó üna huella Profun
identihcación por parte de Ios hombres dc la Eclad\,[edia de da en Ia pintura Y la estaÍlPa. Desde finales del siglo xr" por
Ia bicromía simple (partida por la mirad) 1 la bicromía repe- ejemplo, en muchasrepresentacionesde 12Ñlora¿ió¡td¿h¡sttt¡t'
tida en secuenciasaJternas(ravas),un modo de ver que no gos,ei rel rteglo lleva un tr{e a ravas-:Erl el siglo sigrricnte'las
es válido actualrnente. ¡avasse conoi¡tie¡on en un ver'dade¡oatributo iconográfico
'Iambién tiene un filerte ca¡ácter metoní¡nico, porque pue- Sin emba¡go, Baltasarno era ni un esdavoni un pelsonaje so
de que solo una prenda o parte del vestido estéralada o par- cialme¡te clesvalorizado,más bjen al conÍarjo Pero se había
tida por la mitad I que estapartición valgapara la roralidad de conlertido ya elr costurnb¡e asocia¡las vesticlu¡-as listacl'?ls corl
la indurnenta¡ia. Con frecuencia estees el casode las calzasv el hornbre afiicano, indePendic[te ent€ de su Posición so-
las mangas. Las calzaslistadas (pensemos en sanJosé) o las cial- Un pintor cono veronés sielnPre\'estíaa Ilvas a los hom-
mangas de dos colores bastan para indicar un rasgo negati- bres negros que ponía en escenao -r efinaüriento propio dc
vo, Ia seamoral o social.En la cstructu¡a medieval,la parte \'a- u[ gra;artista quc se iüita a sí mismo- situabajunro ir todo
le siempre por el todo. hornbre neglo un hornbre blanco co ropas ljstadas
Entre priucipios del siglo xv v mediados del siglo Xu la La asociació[ entre el hombre neg¡o y las ra,vastuvo una
moda de l:rs ravas domésticas, llc!adas tanto por homb.es existcncia particularmcnte larga en el grabado, en el tcatro Y
como por rnujeres,alcanzasu apogeo. En las imágenesabun- en todos los esPectáculoso rituales en que se usaban disfra-
dan los sirvientescon blusas,!estidos o dclantalesa rayas. ces.El sinple hecho de llevar raYasbastó en toda la épocamo
También so¡rnumerosos,sobre todo hacia el año 1500,los derna para transformarseen un 'salvajen,para transgredir el
pajes,¡acayosy esclavosnegros representadoscon ropajes lis orde[ socialv cultural. Superando incluso et ámbito afiicano'
tados.A las rayasdonésticas se arlade así una importante ias ra,vasen la indumentaria se convirtieron cn el signo ge-
dimcnsióD exótica. Al pdncipio este lenómeno fue exclusi- nérico de lo cx¿)tico) de las formas de vida rnás rLtdimenta
vamente italiano, sobre todo veneciano, porque el patricia- rias.oLosinclios de ,\mérica y luego los inclí¡lerrasde Oceania
do de \¡enecia hacía veni¡ de África adolescentesdestinados ta¡rbién fueron r-ep¡esentadosde esta rnancra, va iuera en su
a servir en sus palacios.l Este toque africano slr convirtió rá- vestirllenta o en sus plnturas corPolales Para Occidente' la
pidamente en una moda y se extendió a una g¡an parte de la ¡-:r'a o al menos cierto tipo dc ra,va-se había convertido en
península italiana, para expandirse años despuésmás allá de la nr:uca obligaclade los pueblos que l:ral consideradosme_
los Alpes. Cada palacio, cada co¡te, tenía sus esclavosncgros, ros "cir ilizados".
a quienes se vestía con trajes a rar.as,Estasexprcsaban a rrrr ( irrr l()dr), las ra,vrsdoulésticasno desaP¿recieron Heráf
t i e m Po:u Ir iq en ori¡rrt¡l,|¡r,r l¡ r ir ilr¡¡¡¡i, ¡r |lr¡(li¡ \ . ' 1 . \ lr i ¡li¡ ;rso rro. r'ccr¡r-ritr rxr todo el ,{ntiguo Régirnen bajo la for-
, r r el,r F\¡n r ¡ cl ()rir'¡rrr.) \r¡ L,, rIr' I r, ¡ r¡r, r, l , l i l r r r ' . r sr,' i r r ¡l r r s ¡ rs o l r r r r v i \ ' i e r o h n ; r s t am e d i a d ( ) sc l e l
¡ t ¡ ¡ r ¡ lir ir .,r r scIvil.,\r¡rr(tr¡(.(n(¡(.,,,(l ¡! , t ; 1 , 1 , \ |,I n¡(1
r¡ , ll'
1 rilll, ri¡1 1 ,rr.r . r ' r r , l ¡ l ¡ r r l , , , , , r r ; r r : ¡ ' N r r ¡ i ¡ l : Ir r r l i r I r ) g l r r ( ( r I i vr i c r ( )
| \\ \,rsl|l1l lt \\ t, |l |) t \ t(| I ) r ' l , rr r n . tl t o tt z t ' t r t , t l ,I ri r\ ( r l r r , r l r \ ' r r (r r i r ' r r r ' r s
r i ¡ r ;r .( sl ¡ l ) r ( r (¡ir,irrnrt)ll(L);rrrrarillit \ ¡lc l¡r; r, riil)i(llt rt t (. rr(. ir rrtl( lr()\.rrcr'lx)srrrili(lucs err ln rllayoría ttc Pxiscscr olx\)s
sc clrrvifrió en [ürt)pa \ cn Esrad()s tinidos en el rtr ibr¡l()cs, I\l:istarclcverc¡noscórno llcgartxr al mLtndode los rlrai-rne_
pe.ífico de a\,udasde cámaray malordonos.r ros Por oua vía-
Aunquc actualmente se encuentra rtuv cn clesuso,su rc
cuerdo siguc rilo en el cine, en las caricatu¡asv en los cómics, De lo doméstico
tres terrenos de c¡eación en clue los atributos de la lestimen_ a 1o romántico
ta.juegan un papel esencialv en que, graciasal chaleco de ra- Paralelamente a las ra\as domésticas,que recorren sin ecljl>
yasverticales,un mayo¡dono es inconfundible. Uno de los más saisetodo el Anrifpo Régimen, se dif[ncle e1rla época modcrna
célebreses Néstot el mavordomo del capitiin Haddock pucsto oüa catego¡ía de ravas,que ya no son diabólicas o despecti-
en escenapor Hergó en las aventurasde Tinún. Seacual scala \ias,sino, al conffaio, \"¿lorizadoms.Son las raÍas aristocráticas'
crrcunstaDcia,Néstor siempre lleva su librea a rayas. a reces rrunda[as ,Ysiempre de buen tono! que se ponen de
I r r la sp o .r rimeriasdcl \ig¡o \t\. cn ln g h rc rra s ed e n o mi moda dü¡ante alga¡nosdecenios a partir del siglo )'\'I l triunl¡rn
naba |¡gersa los criados que llelaban un ctraleco de este en la segunda mitad del siglo x\'IlI, dltrante €l prirnel roman-
estilo; a menudo se trataba de africanos.Las rav¿rs domésticas, ticismo. At pr_incipioestamoda sc mirnifiesraen la indume[ta-
exóticas y aninales las del felino se fusionar-onasí en una ria, ] después,de Lrnmodo progresivo' en olr'os soportes ter-
sola metáfora más o menos pet,orati\¡a.Aunque hace mucho til¡s. subre r¡r lo lo\ rÉjidL,'dcl nrol'ili¿riu
licmpo que estos¿ig.¿rJ )a ]lo p¡estan susserticios en las man En reali<Iad,este fcnómeno Ya sc estabagestancloen va-
siones de sus amos, han per\¡ivido en los anuncios publicita_ rias ciucladesdel norte de Italia a Partir de linales de la Edad
rios hasta mcdiados del siglo xx. NIedia.A mediados del si¡¡loxn', desprrésde l:r Gran Peste,en
Los uniformes constituvenotra prolo¡gación <ieIa mra me ciudadescomo Venecia,Nfilán o Génov¿r,la alegría rle vivir in
dieral y dc la librea del Antiguo RégimeD.A1 principio eran dujo a losjóvenes lobles v a los ricos pat¡icios a incül-rir en
unifbrnles civilcs-gr¡a¡dasdc caza,oficialesproYinciales,fun_ todo tipo de excesosell la vcstjrtenta. El nlás imPortante
cionarios subalterDosde todos tipos-, y despuéstambién uni- de estosexcesosfire el uso de ¡¡alasparcialmcnte rayadas Las
fo¡mes rnilitares.Tarnbién en estecasolas ra\,,as y los blajones listas se empleaban sobre Lodo en mangas) calzones,1, illgo
unielon sus códigos pa¡a crear sistemasde emblemas, o¡ga_ n u c \ o . n u e r a n h o ¡ i z o n r ¿ l e . . . o r n ol ¿ t q u c \ e i m p o r l i a ¿ r é
n¿ar grupos v.jerarquizar la posición de los jDdividuos en el p¡obos y exclüidos, sillo \erúcales Estain!'ersión atenlrabade
seno de estosgrupos. En el árnbito militar, los lansquenetes alguDa manera el escándaloque seguíaconslituycndo el he-
(tr'aduccióDdel término alemán ¿¿¿dsknecht¿, liferalmentc, cho de vestir trajes ravados,Pero no bastab¿par?relimitarlo
<servidoresdel país"), militar-esalemanesal ser\.iciode las toLimente. La idea de una transgresiónclelorden socialv mo-
gra¡rdespotencias,fueron los p meros en distingui se po¡ lle_ Ial -transgresión sin duda buscada por los q{re se vestían de
vat a pa.rtir del siglo x\¡, un u¡riforme con fianjas. A paflir del tal guisa- següía siendo rnüv acusada.'(lon todo' esta [ueva
siglo n¡rr, cuando nace reahrente el uDiforme en el sentido moda füe efiner-a debido a las leres,v las :rutoridacles A par-
moderno del rérmi¡ro, las ralas milita¡es, en asociación con ti¡ de 13t]0 se volvió mucho más cliscreta,Pero no desapare-
t{xlo tipo de enseñas,estandal-tes bancleras,se extendieron ció por completo.
},
.16 t1
l r ¡ L r r , r r , ¡l r r ¡ r j z r , ¡ ¡ tr.rrl lr rr ¡ r r i r : r l I, r r r r ' l t rrrr r r : r s
l ) ( liBr ( ) sac ir :r¡rcrli<tir. iuclLrsoirlprrrir , llllli)r, l)(, r ( l { ¡, r) s( cx¡r¡rr<liirr'arl)i(l:u¡cotc crr (r :r gfiru P¡rlc (lc lrrs¡¡¡it tl:ttl
, r ,,r i , , r i , , rr e | |:, rr¡,rlrlus;nrn,¡lc.rn.rs ¡rrr¡' n rr, ¡: l. . rr, - Irrto e[ Francia co¡ro cn los demás Paísesdc l-Lrr'o¡ra- ltt
' '
bra es quizá de todos los animales cuadr_úpedosel mejor he- rlu . o I r r g l a r err¡ . q r - e r r e l p a i . q u . e r r u n p r i n , i ¡ ' i r , * ¡ ' t ,
cho y cl vestido con mayo¡ clcgancia;úene la hgura v la gracia tendía atacar,se unió a estamoda a mediadosde l()sitir()s
del caballo, la ligereza del ciervo v la capa ra,vadade cintas 1780.A partir de enloDces,rven todo el viejo continenie,sc
egrasy blancas, dispuestascon tanta regularidad I simetría adrirtió un verdadero florecimiento de las ra,vas.Vestidos,
que parece que la naturaleza haya hecho uso de la regla y chaquetas,casacas,abrigos, leYitas,chalecos,enaguas!corPi-
el compás para pintarla. Las estr-íasalternas de negro ) blan- nos, bajos: tanto en la corte como en los pueblos, la ¡rayoría
co son especialmente singulares porque son esfechas, pa¡a de la vestimenta era ¡avada o podía serlo. Las rayas aristo
lelas v separadascon gran exactitud, corno una tela ravada; cráticasy las ravascamPesinasse encontraron,y a reces se
no solo se extienden por el cuerpo, sino también por la ca- confundían, como en las escenaspastoriles v canlpestresde
beza, por las ancasy las patas,e incluso por las orejasl la co- las que los pintores v grabadorcs de la época nos hi¡¡ dejado
l . r .Fn la hcm b r¿.c\ra\ c\rría\ son alrerna ri\ a mc n r(n c q ra sr tantos tcstimonios.
blancas;en el macho, son negrasy amarillas,pero siempre La nueva moda de las ra,vaspasó lentamente del ámbito
cou un matiz mul vi|o y brillante sob¡e el pelo corto, de la indLrmentar-iaal de las telas para la decomción de in-
ñno v espeso,cul'o lustre aumenta la bellezade los colores".ri teriores v el mobiliario: colEladuras,cortinas, taPices,mue-
Buflbn es un hiio dc las Luccst las ra,vasni le inquietan ni bles t'telas de Lodaclasese cubrieron paulatinamerrtede
le repugnan co¡no a sLrspredecesores.Al conlrario, le intrigan estadecor-aciónsobria y regular que rompía con las gulr
y le seclucen,como i¡tngan y seducena suslectores,r'asuscoll- [aldas, los nroteadosyl^s chinoiseríes* de la época prcceden-
temporáneos, Evidentemente, la moda de las ra,vasno se de- te. El gxsto neoclásico también favoreció la expansión de las
bió a Buffon o a su ff stoireNaturelh,,sin ernbargo, esta obru da- ravas-Estaseran finas, verticalesy de colores más vivos y más
ba I'e de una nuer,:r actitud. La moda mode¡na de lzrsr-alaspudo claros qlre en los si€ilosxvl,v x\'ll. En adelante dominaron
iniciarse. las combinaciones rojo-blanco, azul_blanco,rerde blanco y
En el origen de estamoda estabala Dnericanofilia de Fran- 'i.e¡de-amarillo.Las ¡avas dan una ma,vorsensacióDde espa-
cia y de los paíseshostilesa Inglaterru a finales de la déca- cio en las habitaciones, dinamizan el ambiente e iluminan
da de 1770. La Revolución ame¡icana también es hija de las las superficies.Er-rlas artes decolativasfrancesas'el estilo
Luces,y la bandera de las trece coloniasamer-icanas, aebc- Luis XVI, en su etapa final, \', sobre todo, el estilo Dircctorio
l:ldas contra la corona britárrica, se erigió en la imagen de la son los que haccn un ma,voruso de las r.ayas.'r llacía airosque
Libertad y el símbolo cle las nuevasjdeas.'' Por estamisma ra la ideología los había convertido en urla imagen emblemá-
zón, las rayas adquiieron rápidamente un estatuto ideoló- tica de la Rcvolución en marcha.
gico y político: vestirse a r-a,vas, exhibirse con ellas en casao
en la calle podía ser una lbrma de pr-oclamarseanglólobo
o de manifesta¡ la adhesión al movimiento de las libcrta- * Tér¡ino que design¿ la Pintrm, dquitect'1r¿,v artes de.onhv¿s eurcpeas
(l( s. Sin eñbargo, e\'identemente también ñre una moda que que utiliz¿n moiivos chnros. l,V. ¿d¿.r
ó0 5t
| \ s \ts Ir t 1r \\t)|l llt¡tJt(l l l . l , rr : r . r l r , ¡ i ¡ , , r t , r lr l ¡ \ ( r l i (r l . y ! | | { l r . ¡ , r l r , r s
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l,\s Yts ||t)r |¡s ll r I l) l\ L1l{ r l ) ( l r | ,II ,r Ir, ,I i / , ,IIIiII r r l r v r ' r r r r r r \l ' ! r r (l l : ri r l r i t \
su us()()bligittofi()( r) rr)rr(l);rs
!( ¡rci¿)n,quc I)rcscril)i(-) cit de ( irltils.liljls (l(}s
lx l¡r', ( s(ltll{l:rltcs \ l)abcll()rlcs,a(tc!1lirs
cr:rnstancias,aparecióco¡)o el símbolo olicial, casisagrado, alcaldcsrecibicron strlaja tricolor de la Asamblc¿a l)xrtir
del nuevo régimen: arrancarla o profanarla constituía un cri- cle[ravo de l7!]0), pf]nachos,doscles,tiendas,col8aduras.
men contra el Estadoy la patria, lo que conllevabapenasmuv Gran consumido¡a de deco¡ados efímeros, la Revolucion
severas;vender escarapelasque no fueran tricolores estaba dio una gran prioridad al te-jido como soPorte. De este mo-
penado con la muerte, do, la embtemática idcológica oPeró un nexo dc unión con
La banclerade t¡es colores,en cambio, solo obtuvo un ler- la llloda, y la transformó en instrumenLo de proPaganda
dadero estatusoflcial más tarde.,A.demás, solo quedó delinida Tcngarnos en cuenta que muchos revolucionaios deseaban
cn la lorma en que la conocernosmcdiante un decreto de la e , , rcn d e re l i d e a l i g L r a l i r ai or a l d i n d u m e n r á ri r r q r r es o ñ a -
Convcnción montañesa* el l5 de 1-eb¡crode 1794, basándo- ba con un traje único v listado para todos los ciucladanos
se en un dibujo de David, ,vesta definición tardó aÍrn cier_to Por esla razón, aunque su uso fuesc anterio¡ a 1789, los pan
tiempo en pasardel ámbito de la lev al de los hechos. Duran- taloDes,vel chaleco a ra)as ¡ojas Y blancasdc los artesanos
te algunos años nrás, lás franjas horizoltales siguieron co t o campesinos,corno la falda,v el delantal ¿ r-ayasazülesv
piticndo con las verticales,v en estaúltima disposición el ¡u- blancasde las costure¡aso las lava¡de¡as)se convirtleron
gar más cercano al astapodía est¿r ocupado tanto por el rojo despuésde es!afecha en verdaderos "uniformes" al serYi-
como por el azlrl. No fue hasta el Consulado** cuando se im- cio de las ideas patrióticas. \'estirse a rayasno solo era hacer
puso la fórmuia definitiva."' muestra de civismo, sino [rmbién señalar la adhesiólr a cier_
Sin embargo, desdehacía tiempo los t¡es coloresse ha- tos valoresfucrtes de la ideología en boga La l{evolüción
bían convertido a la vez e¡r el emblema I el símbolo de la dotó de nuevos significadosa las antiguas formas' estrüc-
f¡ancia revoluciona¡ia. La sinfonía tricolor se orquestó a turas y colores. Hombre del Antiguo Réginen Por cl toca_
partir de soportes variados, principalmente textiles: escara do r el atlrendo, Robespierre probablemente Ya llevaba su
célebre levita rayadaantes de 1789.Pcro a partir de 1792,
+ Las p.iniefas ¡cx¡acioncs dc la Conlen.ión se e¡.aminaron a abolir la esta, sin modificarse demasiado, adqLririóu a carga sim-
¡ú¡a.qui¿ _vprcclamar la Repúblicr. Depe¡die¡do de .lué sc.tor teng¿ el bólica considerablc.
podcr. s. dif.:rcnci¡ la Confe¡.iór gi.ondina (septicmb,. de l?9: aju¡io.le
1793), de te¡dexcia úoderada:" deseosa dc d.tcner la Rerolución: ta A to<lasluces, el período revolucionario constituve un clí
Corlen.ió¡ úo¡tairesa (J!¡io de 1793 a ¡tio dc 179.1),formad¡ por buftrre- max en la historia de las raYas.Estasno solo se difundieron por
seseniquccidos, deseososde q¡c la Rcl'onrióD progrese, ) l¿ Con\encióD ¡cF
midoriana. La CoÑndón mondnesa, dnbién corocida como jacobma, doquiet sino que se diversificarony se tenovaron. La moda de
redactó rna .oDstin,cn')n progresist¿. e¡ la q¡e es¡ablccc. cnrrc otros pulos, lo túcolor, por eiemplo, las dotó de u¡a dist bución ternaria,
quc ]a fo, Da delLsado es la República ! el s¡l]|¡gio cs uDirersd pra lodos los
varonesj ademis, se lrodifi.a eI c¡le¡dario ! sc c¿mbia el nombre á los úeses ¡ara en otros tielnPos v a Partir de entonccs mu) lrecuenLe'
del [io. Sú €rrbdgo.los abusos de podcf (cjc.ucnrnes, en.ecelanie¡los...) Los teji<losy los vestidospodían llevar-ravasde tres, cuatro y
hi.icro¡ que en ere periodo impcnr¡ cl tcrr[ La Conre¡ció¡ teünidoria¡a
rr..ri¡ó con este periodo I .cdacni uDa nuela .o¡srir¡¡ció¡- con di\isión dc hasta cinco colores sin perder nada de su pr'opiedad funcll
Itrrl,r.s I' suli¿gio .ensitano, gue dio paso al Di.ectorio (17951t99). rñ d¿1¡.) mental: el rit o de secueDciasalternas.
'' l)lr¡,,rc 11 Coxsulado (1799180.1) se düi¡ndicroD por Eurcpá las ideas
Pero quizá es en el ámbito de los emblemes,vcle l:ts itr-
Itrn¡rr.! ,l¡ l¡ l{.\.ll¡ció¡, aunq¡e pamdójicam.ntc Francia ü\'ió u¡ periodo
,,¡ | 1',1 ,r|
' ' i',. , { ' , i N¡ poleón e¡ c unbr ado c ¡ e l p o d e r l I . ¿ / " 1 ¿ . /
',i.1 ,
signiasclonde esLcpaPel Eatalizadore i nolador cle lir I{('
55
l ¡ s\r s r r ¡ rr {\sDrI I)r\||r() l ) r ' I r ¡ r r . ,l r , ' ¡ i ¡ , r r r t , r l1 . !1( r l i r ; r l .v \ ( r t l l I r r l r r \
vnlución lix¡cesir lite mirs profirnd() \'ch¡radcro. Al t()r ¡r grrstocrr lu lr t ¡rt socictl¡d nl()trt^r'ticrrd:rsc{)rrfirlrrj;rs'rr l¡
cl rclcvo de la vieja heráldica, la er¡blenálica rcvoh¡.iol:rria er¡ipcill,,v cor er, dolürir-o r'ecibira amigosen ellas ' Aqtlí
contribu),ó ¿ difundir cl empleo de fórmulas de insignia cons- erco[trarnos u)la asociación-la tienda Y las raYaF que sc hr
truidas a partir de las líncas y franjas.A1púncipio, la bandera nanteniclo a 1()largo de los siglos: es notoria ta[to en los ]j
en azul, bla[co y rojo se con\¡irtió en un lnodelo arquetípico bros miniados medievales como en nuestras playas co¡tem-
v engcndró en todo el mundo numerosos epígonos tricolo- poráneas.Siempre)'en cualquier lugat Ia tienda -al igual que
res, sinbolos de independencia y liber-tad.Las instituciones todas las telas que tienen algo que ver con el aire,v el\'iento'
de numerososestadosde Europa v del mundo adoptaron pau como los globos aerosláticosde \fontgolfier- ¡rantiene rela-
latinamcnte las marcasgeométricasrayadascomo ernblerDas, ciones est¡echascon el mundo de las rayas,sean estasdeco-
más fáciles de utilizar y reproducir que los viejos escudos ratilas, filncionalcs, emblemáticaso debidas a los ¡rétodos de
de armas o¡nados con motivos animales o vegetales.El ejér- fabricación.'¡
cito, sobre todo, se inspiró en esterepertorio. Finalmente, De hecho, las rayasdel te.iidoestánfuertementc sornetlcl¿ts
estasinsignias y emblemas ravados pasaron clel ámbito del a los imperativos de la fabricación textil y el hecho de que es-
L s r ¿d o\ d e \u \ in\tituciones al d- las emp re < a "c o mr|c ia - tén cn boga e¡ üna época deterDrirlada debe Po¡erse e¡ rc-
les, los establecimientosprilados, losjuegos v el deporte. Con lación con la histo¡ia de las téc¡icas. No hav ninguna duda de
la Revolución francesa las rayas se convirtieron en la maaca que la p¡ogresiva mecanización de la fab¡icación del hilo
1770-la máquina de hi-
por excelencia. fde las telasa partir de la década de
A estanueva dimc[sión, e] Consulado,vel Primer Tmpe- lar dcJames Hargreaves; la hiladora Mule-Jenny de Samuel
o*, grandesconsumidoresde insignias)'uniformes, aña Clornpton; más tarde la máquüla de tejer deJoseph-Marie
cmpleo de las telas ra-
dieron durante algunos años una dimensión exótica y orna- Jacquard- conrribuló a difundir el
mental lire la gran moda de las rayas ¿l estilo <rctorno de vadas en los vestldos,el 1rlobiliado ,vla decoración Técnica y
Egipto', tan apreciadasa partir de 1799-1800v que, unavez simbolisrno han estado siernPre entrelazados A finales del
más, asociabanuna moda occidental (en este casofrancesa) siglo xl.rtr ,vprincipios del xtx, l:r ideología de las rayasse be-
y uua deco¡aciól oriental (o supucstamenteta]). Si bien es lefició plenamente del progreso de la rev()lnción industiel'
cierto que el Directorio había prolongado en gran medida el Ya sea en las paredes o en los rnuebles' la moda de las ril
más tal de dc la caída
uso "romántico' de las rayasen Ia decoración interior, en Ios ),as\.erticalesse prolongó hastabastante
prineros años del siglo xtx se hizo de cllas en Francia un uso del Imperio. Vaciadade to<lo contenido ideológico y de toda
casisistemático.EntoncesJ:tsralas abandonarorrparcialmente connol¡ción oriental, gozó de una notable presenciaduranLe
Javestimenta para expresarseplenamente sobre las paredes Ia Restauracióny los Primeros tiemPosde la Monarquía dc.lrr
y en telas del rnobiliario. Durante el Consulaclo,era de buen lio.* Una razón "fisica" explica este fenóneno: las raras ver
r l,ll P,n¡cf Inip€do (1804.181.1)lire insLllrado por Napolcón Bo¡ap{re. + Dunnte la Rc$aúr¿ci¿rn (18l+18!0) la mordquía bofbóni'¡ (Lrris \Vlll
,t,,i, ,r $ r,,ropro.lamó emperador Fuc uD pe¡íodo de guerras r dc *pdsión \ r dr l o . \ \, ! \¡ ¡ l p o ¡ ,,. D r ., 'r r - " N Io r 'r q r r " 4 ' l u l i o l ¡ l 0 l ! l a r r ' I'
,l, l ,1,r,'ii,i,, fi ,.¡s por el .ontinen¡e .arropeo. Co¡.lu!ó.on su der¡oLl mili , ó e , r 'a ,]Fr I u ,. FPL ¡ . ,1 ' O, ' j n ':fü Fn .r 'u 'Jo "I lrls u r 'I'1 ""r "'
¡. ' ¡!',ü '¡r,'r,r,rli,,.sr , r a. ió¡ úoDár qni. aenláv or d e L u i s X \ i I I I _ l ] \ , ¿ " 1 ¿ . 1 .ió¡ d€ la Sesund¿ R.Públic¿. N l¿l¿l
56 5i'
l , ^ 5f|\||t) t ]l \s t) I)¡\¡r¡) l l l : rr , r r ; rl r ¡ r ¡ i ; o r r r ,i r l r r \ r - t l i ir l v v r r I l l : t r r l r : r s
ticalcsprrfcccDagrandar_ los \olúrmclrcs.Dc tccho b:rior lor' us ll!rlriliaf rl( s(l(:h i¡roca fi rr<lal
-¡rcilirtivir",.rLv()tLs()Ilos
cará<1cr negattvos
madospor una succsióndc pcqucñashabitaciones-en los ?rp?r' l)xfa lcP¡eserltala tln pcrsolraieo
talDentos de la Restauración, como en los del Direcforio, se En nuestro imaginar'io contempoláneo url individuo quc
utiliz¿fon los tapicesra,radosde forma Inasiva.Por otla palte, riste un traje a rayaspuede aludir a difcrentes oficios o estatus
cabe preguntarse si las raFS horizoDtales que a yeccs\'cmos socialcs.Pero el que nos liene de inmediato en mente, sobre
en las parcdcs dc los inmensos saloncsdc los castillosf¡uda todo si las fianjas son anchasy ofrecen un gran conÍaste, es
les cumplían rma firnción análoga, pero inversa: disrninuir la el reclüso. Si bien es cierto que va no se ridiculiza a la pobla-
r r l r ur ad e l tr ¡ hu r ¡ rr¿¡la ilusióndr un r.p a e iu mis p e q u e iro . ción penitenciaria de csta manera en ningún p:rísoccidentrJ,'"
Quizá la mirada de los homb¡es de la Edad Media estaba la imagen de este tipo de inclumcntada sigue sienclolo suñ-
ya formada culturalmente, porque \'er en las ra\as \,crticales cienternente fuerte como Para funcionar colno un atnDuto o
una for¡ra visual aiüeparece alar€ar las superficies sobre las como Lrnestereotipo.No en vano, elr los cómics -discurso en
que se disponen,ven las ra,vashorizontalesun motivo que imágenescodif-rcadas y sobrecodilicadas-casisiernpre se\.lste
palece producir uD efecto contr:uio es a todas luces un Ieni con una lúrnicao una camisaa ralas a todos los detenidos por
mcno cultural,v no meramentc óptico o fisiológico." lajusticia, condenadosa trabajosfoüados y P¡esosrlnerantes
Uno de los ejemplos más célebreslo hallamos en las aventu_
Rayar v castigar r¿sde Lucht I'uhe, donde, desde 1950,los temibles y fidículos
Las ravas r_ománticas,sobre las que se transplantaron brus- hermanos Dalton luccn invaiablcrnente una camrsaa rayas
camente las rayas¡evolucionar-ias,marcan rüra etapa decisi- amarillasy negras-Este traje si¡\'e por sí solo para señalarque
va en la historia de las rayas) de las telaslistadas.En lo su- se tr:atade forajidos evadidosde la cárcel o de trabajoslbrza
cesivo,l¿rsrayastextiles no solamenteserántanto horizontales dos. Asimísmo, la publicidad, qlre emplca a menudo córligos
como verticales,sino que ademásse consideraránun clc- cercanosa los del cómic, sigue poniendo en imágenespe¡so-
mento positivo-(¿uien las lucía no e1anecesariamenteun najes de este géne¡o, contribu,vendo así a prolongar un ar-
n)arginado,un excluido o un réprobo, corno sucedíaen la quetipo -el recluso o el fo¡zado en ulliforme a raYas-lFre va
Edad Media. Do se corresPonde con la rcalidad.
Estanueva cualidad sob¡eviüó al final del Ro¡nanticismov Sin embargo, la verdadere historia de las raFS que llevan los
atravesódécadaspara pervivir hasta nuestrosdías.Sin embar- presidiariosy los condenadosa trabajosf(trzadosno es fácil dc
go,la Éya .negativa" no desapareció.Al contrirrjo, el peúodo ;econstrüir." También en estecaso,liMa\"¿sProcedcn de A_rl¿:
contemporáneo se caracteriza por la coexistencia de dos sis- rica. Al parece¡ cs en las colonias penitenciaúas del Nuevo Mlür
temasde valoresopuestos,que clrentancon una misma es do (N1ar14and, Pensilva¡ia...) donde hab¡ia aparecidopor pri-
trucLura de supe¡licie. A partir de las postrimeías del siglo r-\m, meravez esteunifbrme No es imposible,por Lanto,que l()s
( l lejido a rayaspuede \alorizar o des\aloriza¡ o va]oriz:rrl de+ coloDos¡ebelados contra la corona bdtánica (,vmás tar-(l( l()s
lirl()¡i/irr a un tierDpo.Pero nunca es neutro, Los últimos ca- re{olucionanos lianc€ses) 1(rhubiesen convertido delilx |i¡lrr
l,llrrl(¡s(l(.cste lib¡o se consagrarána estos dos sistcmas mentc en el trde que simbolizabaa aquellosquc st lrrrlrirttt
r l r \,'lr 'r ' \. l l r r) paranorompe¡el hilo, \ . o h a rn o sa la ra la rebelado para ser libres Más tar:de,a principios clt l sigkr rtr'
l ,\s u r s t) t R¡s|t I l)t^ ¡¡( | l l ¡ l , r ¡ r r l i rl r r , r i l r , t r l rrrrl r r\ r' r l i r rrl , ' | \ rri l tir i rl r irs
00 0l
l , \s !r s||r ) rk\\ LrrI l)r\rit( ) l \ ' l r r r t l , rl r r ) ir/ r ' r r ( i rilt l r r\ r ' tr i ri r l v \ r r t l i r r: r r I r ' \
ltliliTirrl¡rv{)c1l)Lrlari() (lr|1rs(-
pcnitcnciariay l¿sravasvc,_ticel( s (lc los barl otcs <lcla cr'rr
- t'llI¡tiIr.lx)r srrl)1rftt, tiu¡rlriórl
castiqar' Pa-
ccl, Al cruzarse,forrnando ángulos rectos,las ralas ! los l¡arrr> Iala tl rínc[lo qrre rtne la idea clc I aYaIcolr h dc
líne:r' sü¡co]
tes c1-eanUna trama, una reja, unajaula, quc aíslaaún ln,ls al L,t,.^"..,r,to .lrio ¡..,ta, estría], rh'ig¿lalineación'
gran larnilia del
prisioDero del mu¡rdo exte or. Más que u¡a marca, aquí la o rlri€?l¡ lrastro, rasoillo] forrnarr parte cle la
ni¡cimien-
rava constituye un obstácr o. Por otra parte, esta misna raya vcrbo sirlngzrafapretar' ravar rvP¡ivarl, que ha dado
ale-
obstáculo ¡ruy a menudo roja v blanca- es la que encontra- to al veibo"cnnsttingen lencalcelarl Ya seanlatinas'ilrglesas'
alrededo¡ del ¡a_
mos hov en día en los pasosa nivel, en las fronteras y en todos ma[as o fiancesas,estaspalabrasaniculadas
existente
aquellos lugar_es donde hay que detcnerseobligatoiamcnte. dical '.!ln- ponen en eridencia cl estrechoparentesco
Existe un último árnbito que contribuve a poner dc ¡elie, .n latín vlas lenguasgermániclrs Sepuede
".a..u-po "Íto".l cornún s
l'e el vínculo existente entre las ralas v el castigo,la exclusión afirrnar que proceden de una niz indoeuropea
la cultü'
o la privación: el léxico. En fia¡cés r¡oderno el verbo rzJ¿¡ha- Pn...- pu.. ir-trteg.bleqüe' durante largo tiemPo'
la de impedi-
l'at tacharl tienc el doble sentido de hacer ravast suprimir. Ia occiden;al ha aso;ado la noción de rava con
du[aite rnuchcr
"Rayar, un nombre de una lista es poner Lr¡a marca sobreeste rnento, prohibición,v cas¡go R¿)-¿¡es excluir' y
exclujdos
nombre y excluir a la persona que lo lle\'a de aquello a lo que tiemoo todos los que llevaban vestidos Élados fücron
qr(e esta ex-
la lista da derecho. En la mavoría de las ocasionesse tr-atade de Ia sociedad. Sin embargo, es posible tar¡1bién
pivación de los
un castigo, Encontramos la misma idea en el verbo ¿orng¿," clusión ha!? sido pensadaavecesno como una
El traie a
' ¡ un egirl. qu'' :ignifi¡ a a la vel r a\ar I I dsligar quc. en esta
I de¡echoso de la libeÍad, sino como una Prctección
los locosy alos
segulda acepción, ha dado lugar a la exprcsiítn maisonde ¡a\,i¡scon que la sociedadmedievaldistinguía a
signo de ex-
t:t 'redionfcorreccional], u¡ lugar de internanliento dondc las ir-raur-toa aiaato-ar]te una marc:| de infamia' un
", una reja o inclu
ventanastienen barrotes v los prcsos en ocasionesllela¡r üna clusión, Pe¡o tmbién puede ser una barrera'
y de la¡ c¡iit-
indumentaria rayada.El verbo ¿¿lr-raltachar, borr-ar], que a .o .trt fiioo q.r" loa p.otesese de los malos espíritus
las liar¡as
menudo es sinónimo de ra¡rr',alude precisamenteal becho de tu¡as diabóiicas.En este casololvernos a enconfar
una función ne
que los barrotes son ralas y que las r-alasson balle¡as. como obstáculo,pero estavezno tendrían solo
presa del
Un tal parentescolo hallamos tarnbién en alemán, do[de gaú\'a. F agit c i.tdefenso, el loco es ante todo una
poscído es
los verbos rlr-rfr¿ [tayar] y stral¿nlcasrigar] riencn probable- ñ"-orriu.'iturn rrn converti¡ al i[sensato en un
un traJepro-
mente (pese a lo que digan los diccionarios especializados) necesario,si no es demasiado tarde, veslirlo con
a rayas No
una etimología comrin." En efecto, pertenecen a una familia tector, qlre haga de {ilt¡o o <lebar¡era: un vestido
cl€
de palabrascon la que es posible ¡clacionar la palabra S't¡¿¿l es inconcebible que la creencia en las \i¡tudes Protectores
de alguna ma_
lrayol y quizá Ia palabra s.ira"rse [calle]; al fin y al cabo la calle estasralas en la indurnentalia hara sobrevilido
mresoos p!¡-
no de.jade ser una franja de un género particular.'t En in- nera hastala época conlemporánea-¿No trenen
glés, se puede relacionar el término rln?r, que designa Ia ra masra\,-¿s pam protegernosdul¿nte la noche' cuando descells¡_
iagii.. irri.o.los, de las Pesadillas y de las jütervcnciorrcs
)a textil, con el verbo ¿orrr¿p,que tiene el doble sentido de " a r'ayaslrrrrr
rlcsvestir v de privar, e incluso de castigat v con el rerbo to del rnalígno?"¿No son Pijarnas,sábanasycolchones
-o",
suscPíg()rx)s:'
|//i,[/,rr/I que signfica borrar, tachar y excluir de una ]ista.l¡ suerted; rejasyjaulas: ¿l'ensaronen ello ¡-reud,\''
62 63
I
R a ya s p a r a el pr es ente
( si g l o s xrx -xxr )
| r.,u,'l',,,,,l ri,eqrrehar,l'fcrerrt,.re/or,,.,t,,ci \
ll'|
l-1 ,.'n l, fr-.cr',i,, ,le r.,rr'¡r nii¿rr,,- r , rrni\,r.. I.r '
es. de hecho. la problemiitica de la ropa interior, es decif, (k l¡
i' .r -- |..,r. ,t,,. Io,rcl ' r-r¡,': ¡iiarrrrst, ,mi.,,rrt ','
\es. jPor qué e\iN prcnclas lle\'tn c()n tanla h-ccuenci¡ r;r)iN ()
fr:rnjas dc colores cliferentes?;Cuirnclo ernl)iezecsta costurrr
br e? j(lóÍ\1o inscribir.la en lr historia, larga v sirtrtosa,dc l()s
Ie.jido\listad()s:
)lás que a ta historia deLgénclr clt-pnnto. de las técltir:rts
clc tcjiclo o de 1asprÍcticas clc hjfliene, ha) qüc acüdir al sitrr
b{)lisno social l moral l)lra intcntar responaler a cs|as Pr'(
gLrIt:ls. Quizá lnás que e cualquicr otro imrbito, err cstc casr)( l
ploblenre de las Iar':rses ante todo un pr-oblema del color !;'()
c:rr1o bre\cmente en las siguientes l)lilinas nos pernritir:'r tL s
,,, ,. ,ñ.fu ,rr",'re,ro,1, la. ¡r',.1,c,,,r¡rir¿.t r-r, ,',
'
el rl¡ilcrso,:Le las raves positir,as,que babí:tmos cntrcahi( rl()
en ia época r-omántica.Sin e¡lbar.go, estass(tl r:1!asd( ()lr'l
naturalcT;t. qLreva no Plantearr la crlestión de su lrsl)(( l() ( rr
l . \ \ r sr r |¡ r ( \\ rt I l'r\N r) l { , 1 \ . ,ts, : , , ,(, l t , , i \ , , , r ,
tór'rnirr¡sclc horizr¡nralicl¡cl
{) \( flicali(lir(1,
sin¡¡ rlc r riLr v rur- r ir r rr ¡ r i t l r l i s tv; r k s r r sv i r l ( ) r ( sl n r r g L l c s e isr,s I a l r r i c a t t t t s , v s t t s
chura, y quc, soble todo, plarltean la cuestiín clcl orcler soci.rl .licütes rdoptrLronpatllatinantentcla costurnbr'e discrct¡_
-siempr-cinscp:[ablc de l¿ ploblcmática de las r.aras-bajo cl nrellte rl prillcipio ) cle lblma rrrásmarcaclaal acabar la I'ri-
ángulo de l¿rhigicne corporal. lnera C;uerraNfrlndi¡.!-.leIcnder o cornprar lo]ra irrterio!
roallas,sábanas\' pijarnasque no fuesen exclusivamenteblan
La h igiene de las ¡a v a s cos o crudos, sino (dc colores"-rLir lcnta tlansición dcl blanco
f)urantc muchos siglos,firndamentahnenteclcsdela épocafelr al cok)r duró poco rlrásdc ün siglo y trrvo tlna evolución dile-
dal hasta la segundare\:olución industrial, la sensibilidad re[te segí¡nlas categorí:rsdc tejidos I vesLidos.Llev¿r una
occidentalno toleró que las preDdasy las telasque estaban carnisade color azul celesteera algo inrpensablccn 1860,
en contacto directo coll e] cuer_po(camisa-s, \'elos, brag¿s,cal pero llegó a ser al€lomu,r corr ienLehacia 1920,,ven 1980 era
zas,sában¡s...) fucsen de otr_ocolol que el blanco v el crudo_ algo nrl¡r norDal (la camisa Dasculina llegó a ser más po-
^zul
A !'eces,como en ciertasrcghs monásticas,sc exigía expreja- pülar que la crnisa blanca). En cambio. dormil con sábanas
me ie que cstasprendas no estuviescnteñiclas,po¡que la ro- dc colo¡ verde crudo o rojo rivo era un tabú inviolable en l860
pa no teñida r'ep¡escnraba,aún más que el blanco, el grado Í lo seguíasiendo no solo en 1920, sino taDbiérl hacia 1960.
cero del color_.Estasprescripciones tenían corr¡o b¿sela con- En cambio, diez ¿ños más tarde va no lo era, ,veD la acLuali-
ccpción de que el color era algo más o menos jrnpruo sob.e dad, sin ser al¡¡o habitual, se da con cierta fiecucncia. Con
todo si se obteníi¡ mediante Drater-iasa¡rimales-, in¡rtil v en trariarnente a la carnisa.la sábanano ha corrocido una evolu
extremo inmodesto. Se imponía pues ¡lejarlo de la superficie ción progresi\"¿,sito Lrnaacelentcióny ufia rnutación brutales
íntina y natural que constitu)'e la piel. EIl e]lo coinciden, a e n e l L r . i n su l s o d e l u - r l l l i r n ^ \\ c l n l r r i r o . .
lo lar'go de los siglos, todas las mor_alcsoccidentalcs sobre el La t¡ansición del l¡lanco al color no se des:rr¡ollóal misnro
colot ya seala de los cisterciensesv los f}anciscanosde los si- ritino cn todos los casos.Sin embarilo, todos los soportesuti-
glos XIl y xnl (san Bernardo y san Franciscoe¡an dos grandcs lizaron el misDro)-ecurso:cl pastel,vlas raFs. En ningún caso,
enemigos de los úntes v el color'), 1ade las le\'essuntuat-iasa cn efecto,se pasó brutalrneltc del blanco a un color vivo,\'
linales de la Edad N,Iedia,la de la Reforma proresranrc (pro- sat[rado; sicrnprehübo perí()dosintc¡medios,], po¡ lo qlre
nunci¿d¿rrnentecromoclasta), la de la (lont¡arr-elbrma cató- respecLaa la canra,la roPa interior, las toallas,los pijamasy los
lica (que de alguna manera se \rio obligada a reto¡rar una par caDrisones, cstospeiíodos d{] uansición siemPreestuvierDlrdo_
te de los lalores de la Reforma) o, finalmenrc, la de la sociedad minados por los colorespastel,vlos tejidos a ravas lncluso
indüst al en suscolrienzos,herederaen estecampo, como a rnenudo, al opcr-arsela transición hacia el color de un ol)
en ¡ruchos otr-os,de la ética protestante., Del siglo xr al xIx, jeto, se dio una concomitancia,en la misma éPoca,,vafucra me-
llna sábanao urra camisa solo podían ser blancas,o no estar diante la asociación de colo¡es pastel o 1lo saturados, o con
lcñiclas.! la combür¡cii¡n (en forma de lal'as) deJ bllnco,v de ()lr'()
l.os prinreros canbios ¿rpar-ccierondespués<le 1860, pri colot también poco satunrdo.En amboscasos,el P¡inciPi()(l( l
||r( r'¡) ( n EstadosUnidos v en Inglate¡r-a,y despuésen cl resto proceso-es decü; has|a 1920-19'10Iüe¡on sol¡rc torlr¡ l¡r:
,lI I irrrrr¡ra.l,lmancipáDdosede la moral protestantc,de la éti- colores f¡íos los más us¡dos Para estasfllrcioDes.'
{it
l ¡ \ \tsttl r l t\st)tI ltt\N r ) l l , r \ , r st ) . t r r, l t , , (\ t ! t r , '
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l,\s\t\ t,t lr \s t) l)t\ tr ) l i : , \ , r st , , , , ,r ' l t , , ,s (, , 1 (
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72 75
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71
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rr(s l)rivilegiaclas que dcs¡lecnto cr'sr¡¡ lll r l)r( l)() liij,(lu(, rrn : ri r k : r l r r l s : tr r r l l ¡ r l a r r rt;l r r i n r i to v r r r a t cira l . ¡ r c ro r r o r k l
a{)nsolidarse. trxto cr lrinta cn cl plano perce¡rtivo. l.asr l,v;rssicrrprc harrjrr-
Ya sealactanteo adolesccnte,el niilo es probablcrnente g:rd()Lln papcl dc engaño, cle ilusión \isual. Muestran y cscoll-
h pe¡sona que lleva con más frecucnci¿ prcndas listaclaseD la de¡ al rnismo tiempo, por lo quc alald:ür a disimular.lr¡sln:ul
sociedadconternporánca.El tlajc de mar-inero,tan apr-eciado chas. N[ásadelante haienros reférencia a le fünción r,isualde
por cl pequeño Proust o eljo\¡en Sartre, ha dcsapareciclo, l¿tsr_¿fas.
pcro ravasde otro tipo haD tor¡ado el reler,olr¿ce m[cho Sanasv iimpias, v por tanto <bruguesas),Ias rayasque lu-
tierrpo. El modelo va rro es el rr¿lline.o, sino e] depoflista. Son cen los niiros ticncfl iguahncntc algo dc lúdico: por cl hc
d()s.ccbras" de fárrtiliasdférentcs, pero que tienen en comÍ¡n cho de lle\'¿rlas, krs Írisrnos riiros l:ls h:1[ convertido e ta
el h('cho de integrarse con dificultad al orden social. les, pero sobre todo porque las r'ayasinfántiles rerritell a
[,]firctivamente, hay que pensa¡ la priYilegiada relación otras dos categoías cle rayas que va hemos examinado: por'
( tlc Lasravasy cl niño en rérminos de marca socia]. En
una pa¡tc, las ¡clatiYasal ocio, las vacacionesy las plavas;
csro caso el historiador también cstá tentado de sobrelolar por otra, las dc los.juglalcs, hist¡ioncs y todos aqucllos
l()ssiglosv \.er cn Jaropa a rayasrlc los niños de hov los ú1, que, por rrna u ot]Ia1azón,"jüeg:u". \¡estir un niiro a rav¿s
I r r n os\ r \r i qio \ d c lJs r¿r¡s qrrc le.ralori,,¡h a no e r¡ lrria n r-espondea vecesa l¿ voluntad de provoclrr un efecto diver-
' -n
la ópoca medieval. (lorrro el leproso, eljuglar v la pr-ostituta, tido, de buscar-una parodia, cle disfrazarlo. l-n este sentido,
cl niño es,en muchos aspectos)una suertede excluido, r¡n es e.jemplar cl trajc dc mar-ino quc llcvaban nucst¡os abuc
rnarginado, y las rayas sigLrensiendo Ia marca cspecífica de los, limpio, decente, elegante v al Iriisno tiempo alegre v
esta exclusión. Pero, ¿no valnos de¡rasiado lejos? Sobre festivo.Esta prenda se leía "eD segundo gr-ado",inspiraba
to.lo porque la vcstirnenta i¡f¿rntil a ra.!asempieza a p¡oli simpatía \', si bicn no llcgaba a provocar la r-isa,sí causaba
I¡rar en la nisma época que los restidos de colores pastcl: cierta dirersión. Sus rayas cran alcgrcs porquc cre[ ]as de
(lulante l¿rsegunda mitad del sig¡o xlx. Aquí volvemos a
un disfrar. Como lo so las de los payasosv las de los cóm;
(:ncontr¿r la equivalencia cntre las ravas,vel pastel, así
cos aDrbulantes.No es ninguna casu¿lidad que una estrella
com() la noción dc las l-:rvas higiénicas.\tstidos de blanco, de la escenacomo el cómico Coluche* luciera un mono a ra-
rosr, azulrto a rat'as,Ia niña v el Diño ¡levanprendasque no vas el.rsus actuacioncs. como tamPoco 1()cs quc un Pcrso
los ma¡rchan. (lorno se ve, las rayasse percibcn ahor-ade naje como ()bélix, compairero de AsLé¡ixen el cómic .lel
rrrodocontr-arioal medioelo. mismo nombre, vista un gigautesco calzón con fradas ver-
NI¡rsque una marca de exclusión -aunquc toda marca sea ticalesblanquiazules.En géDerosbien distintos,Coluchc y
|l|l sisno de exclusión en la medida que señala]a pcrtenencia Obélix son dos histriones,dos.cebras cstr-af'alarias". (lo¡n¡)
r r¡ü f]rupo y por tanto, la no pertenencia a los grupos confa_ BLrffonen el siEilo¡ivrrr,la sociedadconteilrporínea sicllrc
r ios-, lasrayasinfantilcs del siglo xrx eran un signo de higiene,
rDi¡ grr i¡ntía de limpieza y salubridad. Por orra parre, la \.esri_
|lr'|lt;r lisl¿rd:rmanruvo durante mucho tiernpo la rcpritación * Nomb¡e ariiri.o dr Nlichel Gér¿rdJoseph Colu.( i ( I1).1.1 ¡l)rli). 1,,1,,! r,s
h ¡ , u v.o n o ci d o e n l a d é ca d a d e 1 !8 0 v 9 !e n ,cl L $ o l l f{i l n t) ,i n ,r r .,,v ,, 1 .,.
rl i rrstr(irrne mcnos que l¿sdemás.E\iclenremente,se Íata de
ele..io¡es preside¡.iales fr'atrcesasde 1i.182.lli lll1]i
I \ r \ r\tr t'r tt\\r t I l)t\ ,' l { . r \ , , t\ , , | | .,,l t , , (\ , , , 1 , '
76 '¡t
| \ . . \r \r |r 'r r t\., ,rI l)r\[r{l l i , i \ . r st , . r . !, l t , , (\ ( ! r r ( '
\ l ) i rr r ikr i l sr l c kr s tr¡rrrcr¡s.
l,lslirs
lisllr:rsr)) u \i! rc rrL ¡(l()
c s lar l s ru (l i ¡ f : \ l S { '( l r c r r o ¡ r i x l c r r r ossi r r ol r r r r r c r r t l lrrr.rt l r r t ¡ r r r r rrr' l
r 1,r)srilr¡i(lrrs lx)r ) rvrs holizont¿lcs. \r'r ti( y
¡lcs diagolt¡ks {|re historiador'(lel()ssigrros) de los (ra)digos s()ci¡lcs,(il (l( lx)r'(('
rr'rrit|rr l Lrscr¡loresdcl club o del país.Como cl caballero, el -dr¡ntle la documcntació cscritil l cn jrnágcllcs es lll)llll_
(l( lx)rrisr;tcst,rvcstidocon su bandera.,l clante- constituYe trn ter-reno de in\'esLigación .lc cxccP(:i()
l,lr inciumcrllrlriadcportiva ailD esperaa sushisro¡iaclo nal riqueTa.
r( s. \()s gnst:tríadispoler Do solo de trabajosdc síllLesis,
sirrotembié de r_epertorios de ilr)ágenes parccidosa los que Supclficie r aYad a,
ticncrr a st clisposiciónlos historiadorcs de los unifor-mesmi supelficie Pel i¡Jrosa
litares.prolíIicos hastael paroxismo.Tarnbiénnos gusraría Las "cebrasesuafalarias"aveces también pLlcden ser las rav;rs
s:rberla razó[ por la cual en cicnos deportes (béisbol,ba d - lo : d e l i n , r ¡ c I r e . . F n c l i . r u . l ¿ \ f ¿ t d . r e l r c \ e n L l n r r n ' i q n "
Lrrrcesto,lar.rlrrlsobre hielo, boxeo) l;¡ maloría dc los á¡bitros tan polente desdeun Punto visual ) socialqlre la lionte¡a que
lrlr¡rcc¡¡selvadoel üaic a rayasque teDían al crearseestasdis- separa la ral'a PosiLila de llr ncgativa a menüdo es muv irD
.iplirlas,),pol qué cn otros deportesestaindurnentaia, quc prccisa. Po. un lado, el marinero, bañista, dePortista, Payaso
visr¡¡lmentecliltrent:iabanetamcnLeárbitrosv coDrperido- vel iño; del otro, el loco, el verdugo, eJlecluso,v el criminal.
r cs, ha sido abandonada (cn el flitbol \ el rugb),, por ejern- Ent¡e los dos ámbitos hav toda una g na de pcrsoDajesque
plo). Sobre todo qr¡isiér'amos sabercómo. en el serrode rü1 pa¡ticipnn de los dos mu¡dos, v que I ienerr en cornúl cl
club dcte.rrrinado,sc han corüugadolas talas v los colo¡cs hecho de situa¡seen los rnár'genesde 121 sociedad.Esta,sobre
dc los diferentcscquipos (profcsionales,i¡ficionaclos,.ju\'e- todo €n los peíodos recicntes,cllando se han multiplicado los
rliles,\,eteranos)de cada deporte, cómo forrnan un sistema signiñcadosde las lavas,sabe-jugarcon estapolisemiapara
v se han i¡ser tado en la enbleDiitica dc la ciudad, cómo I n ¿ rr c r c r I r r r ¡ r l r i q r l c d ¿ud l J , o n [ u ' i ó n .
los aficio arlos las usarl, cuál es su origcn, su historja \. su sig Así, enla BetteÉ¡ot1urse pusicron de moda ert los cír-culos
nilicrdo. Hablía qr¡eanalizarlas rayasaristocráticas(el azul de \.angtardia las raÍas "canallescas",que sobrevjvieron a lir
(:elestcy blancodc un club como el RacingClub de France), Pr_irnera Guena NIundial,v cula presenciaseprolongó dur:ute
cst[dianti]es(el violcta 1 bl:lnr:odel I'a|is UniversitéClrrb), el siglo \\. Normalmcnte se manifest¡brn en cernisaso r:arni
(orpo¡ativas (ASP]"-tlA-SPP),*rnili&rles,obreras... Incluso en setasde ravashorizontales a chasv colorcs chilldrcs, Prolo
lrn club de firtbol tan prestigioso como IaJu\.entusdc Turí¡, cadoras,inquictantes,v paródicas,estasravasfusionan al
(lue llir paseadotrirrnfalmentc suscélcbresravas\.erticales meDosúcs categor-iasde ravasque y:r hemos estucliado:lx c¡e
blanrluilegras por los estadiosde Eulopa, todo está aún pol. los condenados ¿ t¡abajos fblzados, la de los rnar-i[eros y la
de los deportist?ls.
'' ,,\SlI'l: Associatio¡ Sportir. dcs Pores ct de\ I él¿gr¡pnes, orgdriza.n_rnfinl Es|asralas son sob¡e todo masculinas.Son, Por ejcmPl()
(l:rl.i er 18!7 po. uD g.upo dcjórncs ca.refos dc Bu¡dcos, r qle e¡ lá acr,,¡li-
,l:rl rLi¡e a nl:,s.lc d.scierLos n,il dcporñas. ASPP:\$ciario¡ las que llc\,aba (luY de Nlanpassantcuando ibe a rernrr v sc
Spoüne de ta
l'rnn..l. P¡ris, orqariz¡.ión üead¡ fl 1901 por l¡¡clo¡dios que d.s.¡baD pú. encanall¿baa orillasdel Sena So¡ igualmenlelas qlre Pirltrl
ban los pintores inrpresioüistasal represcntar ?rkrs h()rr)l)r( s
rrl cs$ima v.etruiizada c¡ 1982 ('r el ¡ombrc acllal: abierra ¡ (odo et
(1rnt¡ con (¡t)rce v.ciones, Lr na\oria d.dicadd a tas dts m2(ialcs.
',LL,r'rl,),
de los suburbios,que buscabansolazen los nrelelr(l(:r¡)s ir ()ll
81
I \\\r \||t) r R \s rtI l,r\tlt') 1 , 1 ,r,{\t ' . , ¡ . , , l t , , (\ { , t r ,
82
| \s \ tt,l | [ \\ t ) L] lt t \ rrl 1 . 1 , , \t.,,,sú , ,¡ l t , , ,\ ( , , r , '
8ó
I \\ \ r\||r)r l\\ rt I l)t\n(, l l , r \ . , \l ' , r , r , l t , r t\ ( ! ' r , '
vistos r tlavas clc laventaDillr (le t|lt lrcll (lrl( rt¡c(l:r:r !¡rlll s (r h L l l r i r r r ¡\, c l l i ( n r l ) ( ) r. r r i tr r l r i r s( l r r cl a sr i r ! : t s( . r ' r( r r rr r n ( ) r
vclocidtd...r1 Al \'cr esta pclíQr]a. se intuve que cl Lr¡i\.er.5o(lc (l( r ( rtIc cl srr llrtnürror trl cspacio.[-lncsP¿ci() ¡]cogfzilic() l_
las ra¡rs puecle ser un uni\'er-so inquietalte, cns()l-dececlol.\
irlieDante a fueúa cle r'epetit_la ¡risma altcrnancia de sccrrcn- En l¿ natu¡alezararasleces se\'cn superficicslistadis.(llr:rn-
, ii\ I'ir r,
'mr\. lod¿ r¿r¡ es r¡r rirmo. r¡n¿ rrrsi¡.r. r'.,,,.'u lo. do el scr h[mano lns erlcucntr:l, las collsidera como curiosi
da mirsica, pucde dar luga¡ rnás allá de la a¡moría \, del pla d¿des,vpuede lernellas, cono en !a Edad Nfedia, o admirlrr
cer; al ruido, l¡ deflagración y la locura. las, corno nLtestrnscontemporáncos Es el casode l:rs cst¡ías
de cicrtos rninc¡aleso vegctales.Ysobr-etodo es cl casodel Pc
De la traza a la rr¿ r r a iaje de larios a inales, como el tigre o la cebra, qüc, desPués
La relación enLrel¡s ra\?s y lir rnúsica es antigua, profiucla ! de hab{]r sido considerados de un salva¡isno terniblc, pasarr
mLrltifor_mc.En el plano social, sc manifiesta cn prir¡e¡a ins por ser en la actualidad los m:is hermosos dc la creación. Lo
torcia cn la indr¡rrrentaria.En la antigua llotna;rlgunos músi- que aDtaño causabaPavor o rePugnancia, hoy cn clía ¿trac y
cos e histriones llclaban ata\¡íosa ra)as,como los \.isticronIrrás fascina.' porqlrc es una exccPcjón.
tarde los tro\¡ado es de la época feudal, l{rs ángclesirlstrlr- Las rayas,cn eltcto, no son realtlentc url si8no natur'lll,
me¡tistas dc la pintura gótic¿, o losJ,.r::r¿¿n cle la prirnera mi sino cultural: el que los seleshum:urosirnplimcn a su elltorno,
tacl del siglr xx.¡: El músico sicmpre h¿restado en los rná¡ge- inscriben sobre los otljetos o imprxren a otlos sercshuDralros
nes clc la socicdad;no esnada sor?rendentc,pues,\:er-iorestido Las mar-cas que ha dejado el seI hurnano cn e¡ pllisajcen forüa
a ralas, como todos los cxchlidosv róprobosquc hemos en de latas van desdelos surcosdel arado hesta las \ías dcl tren,
contlado. Por otl':r parte, el hecho misrno de tocar rnírsicar.a los posteselécrricos,krs hilos telegrá1icosv les autopistas,pa-
invita e inscribir-scen una decrlración lisrada. jAcaso el pen- sando por los dientes del nstrillo v el filstro de las ruedas-El
tag¡ama,las cuer-dasdc uD violín o de un aTa, ¡os tubos de uD paisajellcla inscrito en fo¡Inir de I'avasle a..ia)n hnmana. Ll
o rq¡ ||( r,, el tc,lJ,l,, d- |lrI pi¡ ||,, no \o | ¡\ a \ : presenciadc las ravascn los ol¡etos no solanente es üna mar-
Sin ernbargo,la rclaci¿)nquc ma tienen las ri :rscotr la ca, sino tarnbión uni! forma de conLrol Ravar una suPeriicic
mÍrsicaes rnásíntirna, nrásesclcial, casionb](iqica. Las r'2Nas -corlo por_cjernplo los bor'dcsde una carla enliaclavía aérer1
son fundarnental¡re tc una rzzricn,en el sentido plcno que el sigrifica diferenciarla,seiralarla,oPone a o asocia¡laa olra srr
latír rnedieval otorga a cste término extremadamente r.ico, pc¡ficie, )'cuüple l:r Iünción de clasificalla, contrr]lar.la,\'eri-
bastantemás que la palabra
"mítsica". Como la rlrlri.¿, las ra- ficarla o ccnsür-a¡la.Toda ¡a'a es casi un titrbre, el ol¡elo ¡ lr_
(lirn
vasson sono¡id¿rcles, secuencias,movimientos, ritllos, ar¡to- lado qued¿trrnbradoen el sc[tido que.orreos () lalilateli:t
nias y propol-ciones-Como ella, las raYasson modo, fluido, du- a estapalabra. No es casualidadqrte hor cn día todas las rrrar'
ració¡, emoción, alegría.Tantir la mílsicacomo las rav¿stienerl casde contr.oisobre cartts, billetesde transPo¡te.entürdas,cli_
un mismo locabulario: escala,garna, tono, grado, línea, gla- quetas)'factu¡ascmPleen rayascoclificaclas, que han suslilLri(l()
.lacióD,separación,inrervalo. Las dos, sobrc todo, tienclr una los sistemasde Perfor¿¡cióno car'lrcfeles tipogr:ificos lrr cstc
r-clacióncon la nocióD de or-den,y¿ seacn el senticlode clasi- scntido, es calacteúsLicoel casorlcl código dc b¿frasql¡c sc irlr
lir'rrción o dc ¡rardo..¡ La música instituve trn orcle¡ entr-eel prime en Ios pr-oductosque se vendcn en hs g|anclessrr¡xt ft
86 87
I r\\ !t s lt1lr ! \s t) t 1 l) t ¡ 0 l i . , \ , r \t ) . rl I t , r is , r r (
8E
sobreun fondo, ni inscribirseen una geometríaeuclidiana.
Las ra)as puras va no atrapan la mirada. Son dernasiadoefer- N o ta s
vescentes.Iluminan y oscurecen la t¡ista, turban el espí¡itu, con- l Orden y desorden
funden los sentidos. de la r aya
Demasiadasrayasterminan por hacernos enloquecer- 1. El Deuteronomio lo prescribe de forma exprcs : Nonín¿ ni\
Tjeslimento,quod ex lana linotpe cantextumestlno vesti].ásf(>
pa entretejidade lanay ünol (Dr22, 11).
2. Este estudio solo se ocupa de la semiología de las üyas cuar)-
do se acompañan de una vertiente social. Es e\idente quc cl
análisis estructural que de esta cuestión pod¡ía hacerse d(r
bería ser más exhaustivo y, de hecho, será el objeto rle un
próximo trabajo.
3. El escasonúmero de imágenes que aquí se of¡ecen no pcr
mite rm desarrollo más amplio, y ha dererminado ta elecciírn
de una exposición sinréúca, frenre al análisis detallado dc
un conjunto de casos.
Ante un campo tan poco estudiado, este ha parecido, en un
primer momento, el mejor modo de p.oceder Sin embar-
go, también €n este caso espero poder dedicar en un futuro
próximo un gran lib¡o ilustrado al problema de las Iayas y
las supe¡flcies listadas.
4. La marca de artículos deportivos Adidas así lo entiende cuan
do escogecomo emblema t¡es bandas paralelasque Iiguran
en la ropa y el calzado que lende en todo el mundo. Estas
Ees lianjas connotan claramente la idea de velocidad y efi-
cacia deporti .
1)l
| \s \t\]|t)t lr\sr lr l)¡\n r r
\'
'l, r \
S¿ilJtcllrrric cn cl I:)¡rt¡o11
li)r ¿ hl\tai/(t ¿r !¡i){tulIn ú¡h / l/ lr l t : t . l. ( , ( lr ( s: Sl, ( : li, l1) ( ll. . r si. ( ) llr ( ) l( ) s i : r l) il l( , s \ ¡ l
r¡r¡.íiq¿¿¿-!,
París:Lctoüzct et,\lé, 19.19, \ol. 11, cols. l0?(11l{):t lr ( ( l t ( r nlr ( lcl libr i) ( l( . li ¡ n( {) is r l( S( sscvir llr . / / i\ i¡ , jr '! /
2 l-s probable qr¡c seala idea de üna figula "de rrar.és"atlue , t r , . t t , . t t t i r r . 1'¿, t , , . . 1útt ú, , , r i, / . . 11. 1, , , . i. , . . t \ , , t , t , , r .
1lo que vincula, en la heráldica,la barra-pie7a que di\ide el I idit ioDs d'hist oir e t iaD. iscainc, 1935 l! l: J7.
escudo de forma oblicua de derecha a izquierda- a la idca Ednr oucl t am l vJr r lia Rast i¡ ( eds. ) , O ?üvt \ ot +, t ¡ \ h li
dc bastirrdía. \¡éase LoLris Boul,v de Lcsdain, "Les brisr¡res tel:l,¿1
2 vols..Pa|G:Pic¿rd, 1959,\()l. l, p. 32,1.Rrrr(lx rrf t,,,.
d'aprés les sccaux,, Archiueshérahliqutssuis.sr-¡lol. 10, 1896, cisaqre los carnrclit¿sson .go|closv fcirrridos",r lrs Ir':rl:rs
esp. pp. 124 128;John \\roodward 1' ceorgc BurDetr, I de ..afnc tierna".,\nbos converr¡tls esr¡bansirL¡iLrl¡rs < rr r I
Treall\( on Il ald\ Br¡I¡lh a.üdlorci.gn,2qc¿., Londres, 1896, elnplaTarnicnto del ac¡lal crL¿rtclde los celesrir¡os.r.lr I,r 0I i
pp. 5.12582; Rémj Nlatl\reü, Le Stst¿h¡.hhaldiquefranca is,Pa lla dc¡echa del Sena,cn el bar o del Al]scDill.Ls pr(,lr.rl,l(
rís:JBJanin, i916, pp. 115-123;l\'fichelPastoureau,?,¿i¿¿ que en algunas creddes ciu.lades. la ?r¿¿ d¿,r¡¿?r¿r l.r¡ll( (l(
d hítalttiqu., P ís;Pic rd, I979,pp. lSGl87. Sobre los prtr las "Baf¡as"l, top¿)Dimoampliamcnte extendido, fircr u u rrr
blemas de iDterpretacjón qr¡c plantea el sieDificado anrigro antigua ¡?r1d.r B¿r.rir[callc clc los .Bar|artos"]. (, r ¡/¡,///\
del té¡mino heráldico
"ba¡ra", \éase ClcrardJ. Urautr, t?a/r lr'nrtvBarús fcalle d.e1os<helmaros Barrados,].
Bhzon. I[eral¡|ic T¡tn.mal¿g,j ín the T ,?lfth and Thitl¿trrth Cen 5 . Bulhnun Carutl¡tanur¿.,1vols.,Rort¿r:Ecl.l-liseo NI¡¡,¡si!
üoi.s uith q)eú R7ferm.e Io A,tluian HeraH.,.,t,O¡ft¡rcl: (tta- rano, l7l5 1768,\()1.I, cols.35L37a y 45b-+tia;padrc I lrr
rendon, 1972,pp. 116-1I7. briel \\tssels. ,.1.¿¿.¿/iht.b un g¿n¿tatiun: OltLin¡sBur l'il
3. El vaslísimo expedientc referenre al hábito franciscano Y a gtltLs
MariaedcMonk Ctrmzlq 2 r()ls.,Roma: Curia gen lli( i:r,
los cxcesos a los quc llegaron de(crntiDados relieiLrsos,a fi- 1912,r'ol. I, p. 8.
nales del sielo xtII t durantc todo el siglo ¡ir\,,señala en \¡éase,pof cjernplo, paclreRcncdicto Zinxre
todo caso el vínculo entre lo listado v Io rcrnendado o sas- Ibfnrcs de l'Ordre du C,ttnel", litu¡1.¿¡ erm¿tit ittt\.
tado- \h cn francés anti(Uo, el término ¡¿?)¿¡ [rarar] puede rol. 19./2 (octubredc 1934).pp. l5.i¡19b.
significar g¿staro esuopea¡ y la varicdad de colo¡cs puede in- 7 . De la abuDdantc l¡ibliognlía sobfc cs|e asurto, véasc l.ouis
tcrpretarse cono la marca dc una pobreTa o de n u.o 'lticl\et, L¿ C:oüü1¿du.lctu¿.
&.t uríf:i ¿s¿tsanhdu.tt"t t,t ],j/!¡t
cxfemos. N{ediante üna bula que dara de 1336, el papa Bc- .e di¡l¡'¿strs '?gt?menL\
dc /É/ra París:{leri, 1986,p¡r. 7? 7:1.
nedicto XII pidió por cllo al rel de Nápoles la expulsión RrLán,archivos del Dcp¿lrtameDtoSeinc-N{xritinre,(;. IiltlS,
de sü rcillo de los hcrmanos "liaticclos', parrida.ios de una pieza núm- .1.&rxclezco a mi a¡rie¿rCllaudiaRabcl rrrri) ( l
pobrcza absoluta,especi¿rlmente cn liriDdumenuúa: "._.g¿i haberme scñal¡rdola existenciadc cste documcrrlr)( 1)rr(l
dam fertersl. hatnhes,s?Jiatrcs ¿( pall?ereútu €t aliis noniúi que lo trunscribiera para üí.
ü6 affeLant.t!,qui diutsorum colonln su p¿tíarun ratlarunt l.os laicc¡scoinciden a nenudo cüan.lo sc rcfi(Jc|l .r l;r r ¡.s
mrtos et d.(fortvs g?st.at1t
1/¿r¿¿r.
. . " . Sobre las .lispuús e¡ torno ti reDtade los clórigos.Hacia 1280,Philippc rk ln,r|,r¡:r,rr¡i,
a la pob¡eza en el scno de Ia ordcn franciscana, \,éase}lal- declaraba va con fuerza: "n k'al¡üt las I .l . ll il 1r'\tt r)t,
colm D¿\id Lamber t, ¡iz nis.an Pa1)¿rt: TIt Darhine af rh? Af, ¡¿i¡.o,[No deben los clérieosvestir h:-rbitr¡s
rrrv:rrl¡,sl(l,lr
solutr Powrtj al Chist and r.h€Apostl¿t¡n fhelian.is.an Od4 lippc de Bea[manoir; Augrrstc h I ¡| ln r¡!ror lr{l . ri,r
^rt
92
| \\\r\ r r Lr l r . \ \ r ' r I l tt\ rL iI N{
'lits
9.1 95
¡ \ f \ Lfrr ri !\\Dr I l, r \ r r )
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N, )lrrs
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| \s \ r 5r Lr L r \ \ r r I l )r\L !¡' N ¡,t,rs
100 t 0i
I \\ \ r \ r r , L l \ \ r' r I l tr\Il t, ) \ , n ils
ll. (;.1,.(lc Inrfli)n. lli\tain,Natrtll¡,.:t'rtl.. l':'rÍs. l7{11}.\,n.I'1. l¡ ¡ ¡ ess< l, : r r r Lcr r r ll<1, <lt l, t ll( \ t , lr r ( ir ¡ r r t r t r r (r i( r 'r ¡ r r ,l, r r t sr t I
pp.32!32.1. ( t r ( . . r nr ( l( ) csr r ll, - )li¡ Re\ ( ) lt r ( ia) n llr r r r lr s¡ r : Lcr : t r t l¡ r s¡ "
12. Es posible que los revolucit¡narios americanos clieic\crr r¡nir l, ) r cs ( le l: L Lib( r r r d. llcr vi'Pir Í r t c¡ r . I 1 \ j ln) l¡ ¡ lt t tüt \ t ¡ t t
tela ¡alada, síürbolo de la esclar'itud(larcstimenta nrada Ia Jr anTisr ( \ "- x\ t 5i¿. 1?s) La, Roche Rigaull: I 'SR. 2( X) : 1.( ( 'r r l
lr t t ¡ r it t t t t t t
cs, hacia 1770, la de los reclusos de las colonias penitencia- Par t e est a oPinióI r ' Sin em ba¡ go, vé: r set a¡ nbiét t
rias de Pensilvaniavde Marlland), para expresar la idea del rliscrepante de R¿oül Girardeq "I-es trois couleLlr s"' ( ¡r ¡'l\
siervo que rompe sus cadenas e invertir así el código de Lie1^ d. em ¿m air e, 1\ ols, Piene Nor a ( ed ) , Par í s: ( ; nllir r r r t f (l.
las rayas:signo de pi\'ación de libertad, estasse co ,iet'teD, 198.1,vol. l, pp. 5-35.
con l¿ Revolución americana, cn el signo de la libertad 15. ,{úl1 en l¡J48,Louis Btanc, partidario dc la bandele r¡)irt.I (
coDquistada.Soble la (confusa) génesisde la bandera ame- procha a la bandera tricolor scr la imagcD de un¿ soc;((lrr(l
ricana compuesta dc srrip¿sy r¿¿r:r,véase \\¡. Smith, ?/¿¿ de clases) contraria al principio de igualdad lan .rPrc(itr(l¡)
b'lag Boah of Ih¿ Ltníted States.The Storj of the Starc and por la República. VéaseNlaurice Agulhon, rvaÍ¡anw ¿ t'üt
SIriPesand th¿Ilags af tl¿¿.,?¿/)
.S/.r/l¡,Nrreva York: William ódf,Pa¡ís: Flarnmarion, 1979, pp lló-87.
Mor¡orv & Co. Inc., 1975. 16. \'éase (nota 14 de este capítulo) el estudio .le l{...|orll(;irr¡
I 3. Henri Clonzot y Charles Follot, 17¡f¿i¡z dtl ?apier peint,m Fran det, que analiza la evolución dc las lbrmas antiguasd{r l:r
¿r,París: Éditions d'a¡t Charles Moreau, 1935.,Troissi¿rbsde bandera tricolof. \'éase también C Hacks y G. Linares, / /t\
Papiers.peinb,PaÁs exposición del Nfuséedes Arts Décora- toi'¿ du Arapeaufrancair, París, 193'1,que toma el relevo (l( l
tilis,1967. estudio rle Désiré Lacrotx, Histab¿ an¿.datique¿u dmLmr
l.t. El o¡igen de la bandera t¡icolor er Francia sigue siendo ¡anra,'. Parr.. 1876.
desconocido y controvertido. Si bien es eridente que la es- 17. \¡éase la tesis deJe:m-Marcel l-lumbeIt, L'Egplonani( ¿¡!¡t\
carapela precedió a la bandera, no es fácil determinar có- l'att occidmtú\,CoDrbe\oie, 1989
mo estaúltina emergió entre el 14 v el 17 de julio de t 789, 1 8 . Todas las telas exPuestasal viento son o Puedcn ser tclirs
ni sobre todo determinar cl significado que tenían los co ra,vadas:tiendas, \'elas, pabellones, esL'!ndartes,banderirs
lores blanco, azul y rojo. En la actualidad sc sr¡pone que la cori:\ientos, cornetas,. . Una tela ra) ad¿lnuD ca es eslátlciti ( )
\ieja explicación (el blanco, color del re\', )'.el ¿¿Lrlyel ro- Élmenlc; se infla y se desinfla, se anima, cambia de lüflru,
jo, colores dc París) tiene que se. descarrada. Parece ser por esta razón se emplea con liecucncirl
marca u lr'¿r?Ji¿r¿r;
que e¡r visperas de la Revolución, París m no usaba el ro en las ceremonias de investidura t en los ritos de jniciaciin¡.
.jo y el azul como colo¡es enblemáticos münicipales. En 19 . La indümentaria contemporánea ha erjgido en sislemit vr
cuanto a La Fayette, quien a menüdo sejactó de haber ins- sual esta práctica cultural. UDa mujer o un hombrc obtis¡)s
taurarlo los tres colores antes del 17 dejulio de 1789 r dc nunca IIL\afán rayashorizontelcs, que parccen acortar v cll-
dotar a la eua¡dia nacional, quc se acababa de crear (v de eordar la silueta;en cambio lleva¡án ravasverucales,qt( J):!
la cual cra el comandante enjefe), de un emblema espe recen estilizarlos, sobre lorlo si estasson estechas-
cíflco (]a escarapeladcl rey r¡ cinra bicroma de la milicia 20 En la Unión Soviética,en cambio, estaYestiment¡ se 1l(\'irl)ir
pa.isina), Iántascó bastante. (lreo más bien que los tres co- aún cn el gulag hast¡ una fecha bastantc reciente (al nr( :ros
102 103
l ¡s\ts ) r ] ] \ s t )l r l )t\t ()
N, 'l,r\
t0:1 105
¡,\s \ t\t t¡Ltr,\\||rI l)t\¡t(r Nr ) l, r t
,1. lltryas pata cl prcscrrtc ( l{'s. li nir ur r r ( ller t ul ( ¡ 'li) r 'lf io} llr r t r ¡ r <r r r t r , r r ¡ r lr
(siglos \lx x\r) lur r ( 1it r , , ( , , r (( . 1( ( , 1{'r ¡ r ccn l¡ sllln¡ si11. l r . jir L, lr : r sir Lr r ks
1- Aquí se me permitirá remitjr de nuevo a los difcrcDteses ( lc sicr r pr c ur u enr pf {) sr nr í s dilí ( il ( luo r cnif l¡ ( , , , , , ¡ ( ( '
especial al ar-Iícülo citado en la nota g del capírülo 3, r a Por esta ra1ón durante muchos siglos lir vcstirnclltir lz l, !( l
lu. que hc r.unido f,gur?t ?t ,ñubu,s Ftad^ \Lttta de t gf is lení a un aspect o descolor ido cr r I r ur ( , pil. l. ir ll, , I
-n ')n
hntifp, t tu ,",',ib;tit,,ni.t;p1at,..
Pdrir:Ediúon\.ir¡ Ieop¿rd r er . ¡ . nr r e lo d- ! olñr ido ! el pa. r , lÉr r m pr i, i, . r . ¡ . , r , ¡ r r , r 'r
d Or. 1C86.r en I oül?u'\.tnt¡lp t,rb¡b\ ttt h,\!o,,p?t los dos casos el colo[ no cstá s¿turado.
"\,t 5 . Tomo prestada csta expresióD aJean Baudrillard, 1-1¡1rir/
d'anthropoLogic, Patís: Éditions du Léoparct d'O¡ 1989.
2. Sin embargo, no ha¡'.una equi\¡alencjacntre el bla¡co r el no d¿r¡rlr¿.1r,
Pa¡is: Gallimard, 1968, p- 40.
teñido. Hasta el siglo xvr, es decit hasralas experiencias de b. La canisa arayas parece habersc con|ertido en la s¡¡ irrl:rrl
Ncr'ton y el descubrimiento de la organización espectral fiancesa contemporánea en una forma supeflativ¿ dc l:r ( ,r
cie ios colores, cl blanco eru concebido como un color más. misa blanca, al menos en el mundo cle la cmpresa. Si ir los
ejecuti\'os se los denorfna a menudo ( |
Lo no teñido sc encuentra más bien en el g:ris,el tosrado,v "cucllos bl:tll,s,,
el crudo. ED cuanto a lo incolo¡o, difiere completamenre dci oposición a los obreros, que son los <cuelios azlles"), r'rr lr
color blanco. En la sensibilidad occidenral, lo incoloro se actu:rlidadlos "superejecutivo$ tienden a ser llamados "cr r(
asocia lllás bien a lo Lransparente, o bien, por lo que res
pecta a los códigos sociales,al color de la piel. Esta írlrima, \¡éasela nota 19 del capítulo 3. (ionvienc señalar quc al*rr
en mateda vestilnentaria, sigue constitüvendo el "gmdo ce- nas pcrsonas que sufien sobrepcso se \¡isterl a ra,vasl)i,ri
ro" del colol todas las prendas en colores se con¡rgan cn re zontales para que los que los observan atribuyan l:r irrr¡rrt
lación a ella. sión iisual de obesidad a las ra,vasv no al cucrpo. tlllrl
3. N{atilda Kitchens, I4hen Unda'ueat munt?.d,being th¿Eúolution estrategia sutil y pe¡ve¡sa de nuestro tiempo.
oÍ Und.erclo¡es,-falladega,1931; C. Willet Cunnington,v Phi- ó. A pesar de abuüdanteslecturas (la bibliografia sobre los r¡ri
lis P Cunnington, Thc Hi.trorJ of UndeÍlo¿¡¿r Londres: Nli- forrnes de marina es prolífrca) no he encontrado nirH r¡il
chael.Joseph Ltd., l95l- También se pueden enconÚar al- información sobre el odgcr,v la dil'usión de la vcsrirncnt,l
gunas inlormaciones I rcflcxiones en Philippe Pe¡¡ot, ¿rs a rayas de los marine¡os. ¿Setlata de un srúer.r rabúi ¿S()I
Dessuset l¿sDe\\oús ¿.ela bourgeoísiz.Une hisuire du lA¿n¿trt au las .a)as, una lez más, un signo de cxclusión?
vI'ei¿k, París:Far¿rd, 1981, y en (]eorgcs \¡igarello, Zefi-o, L Agradezco a mi río, Hend Dubief, haberme cor]lr¡¡rir:rrl,
pt esta infbrmación y haber atraído mi atención s¡¡lIc l;r
",t b \a tt I H)g,"n?d u, ot¡r dtf uit tt .\laen Á8..P¡j r\: 5euit.
r98ó . (Lo lin,pía 1 k sucio: ta higid.e del a@po d¿'¡teta Edad itIe. permanencia dc las ¡ayas desvaioriTador¿scn la r¡ru¡i¡r:r
dir¡,Barcelona: Edjciones Altava, 1997.)
.1. (lna larga tradición -atcstada }a en época feudal- conside 10.l!:¡lte¡ Endrei, t E¿¿lr tian ¿estk:hní(lu¿s¡Lur¡:ihrf:¡¿ ¿| t¡\\ At:
|r¡lrr que ]os coloresfríos eran colores menos marcados1 por. ¡lu 14a?nAe"a k rh'atatio, t nJ u \tn¿\1..
P,llr.: 1,,,1, l'r.,r,tr.,
lirIt,, menos clcshonestos, más puros, qr¡e los colores cá]i- des Hautes Etudes-Sorbonne,1g{i¡l;Milr(,n N{.( )rirss,//inr¡ I
106
l,\s !rsrrr ir\r,rrI llr\||rrI \ o{rr\
¡y'/r,\/¡1r.N (\,r \i l,:rir¡ Iril(l l, lni( lri,, s. Ilri,i,:.\. \lr¡ (l( t).rs('rtUr ( | rs(' ¡l{ lt('sir t,r',r lrrs,¡i,,:rs\ , I
|i. se,,,r1,.,¡,,,\
'rl:
tiri.l.r lii.otrt 1'!,¿rth1. d( kt hon¡t(t.)x,.l't\)\t's. lA\tl . (k.l sig|l,xrr r rr
¡/rl I).t|:rl¡,\ |liñ(,s.:rlrtuc( i¡l(, .t Ilrc(li.r.l,,s
11. Las r_avas dc las Iclirs rlc las navescunrplcD tr'csfin)ciolcs: ¡f:rn.ir. Ins-l:ricrfav Ilsrr.l(rstiDi(11)s,:rlin cslxrrir.r( l|r(;l(,
ilna fil¡rción técrica (ürir peclazosclc tcla para obrener üra qosc histof;ado.cs.No solo la;nsl¡Lrrlrci(in ! clifirsirirr
¡lt t s
graD suPerficie textil), una tuüción de señalizaci¡D (la1'ela ta costurnbresiguel siendo dcsconocicias, sirx) qr( sr sig
raylda de dos o lres colorcs se Ie de lejos) v una lunc;ón Dificado e\acto sigue siendo un rristerio. Nnr$urr¡ (l¡ lrs
dinámica (una vclt rev:rdahinchada por el \'ic¡to par'cceha explicacionespropuestash:rstah 1¿cha(e'r especi:r1 r( li-
.er avanzal la rravemás.leprisa que una rcla lis¿r:ré:rsela nt> giosas) es sarisfáclof;n.
t¿ 18 del capírulo 3). Es por estc Írotivo que en la nalega- Por Íii parte, Iüe p:lrccc que sc |lata aüte todo dc trrr ¡rr,,
ción recreatival dc comlretición, el rpi¿n¿A¿-r(la\'ela que sc l¡lernade ética sc,ci¿l(de ehí el en4rleo de tirres pasrcl(,
iza cuando sc ticne viento en popa) casi siemp.c llcra la!:rs. poco satuados);sin embargo, aun sieDcloull histolirdof (l(
12. E.N{.C.B¿rruclougb, th.htFlags a d En!¡gtls,Londres: llifle los colores,conliesoser incapazde jrNtificafh;slófi.lnr1
Books, 1951; ()t.liiecl Ncubecker, -lizárzar¿nd Flagqn¡,Lelp- tc est¿disüibució0: rosa para l¿s ri¡¡1s, ilzrLlp¿Iil los r¡i¡_r()s.
zig: L. St¿ackmann\¡crlag, 1939;\{hitnev Smrth, Flagslhrough ¿Sc trata dc la dcgrad¡cióD dcl r'ojo fc¡reniro v cirl ucgro
the Agcs an¿ aLrús th. llbrLt, N{aidenhead: NfcGra\\.Ilill
BooL C.'Irrpan,vLtd., l97i). I U . Conviene señalaf que en liancés las írnicasobra.s(lisponibl(is
13. GcorgcsJean Inbrv, Eu.gcne Boutlin,2a ed., París:Neuchá¡€]. sobrc Ia ccbra son libl..,spara n;ños-En la actLL¡li¡iad csr.
1977;R. Schmit, EÍgeneBoudin (ltt24-1898). Cataloguerai anim¿l cs,junto coD cl ccrdo, cl dragón y cl zorro, un:r clc
sannéd¿ l'o¿uure las estrellas al alza del l¡estiano infantil, mientras que el ga
P¿int,3vols.,París:calc.ic SchÍrir, 19t3i
Jear SeIz,Eugine Bau.rlir,Patis: Flarrt¡arion, 1982. lo, el perro, el coDejo,el caballo e incluso el oso eslán en
14. Gabriel Lléser¡, 1-rzVi¿rluotidi¿ntusur les?lag notnandpt t11i clafo de.li!e-
Smnd Ln.lirc aux dnné¿!r1¿?s, París:Hachet¡e, 1983:ñrlhon! 1 9. Las cas¡lcasdc losjo¿*¿,}r,suc¡Lc dc <niDos>jiDctcs, cstablc
Hern, The Seusid¿[[oLídtry: Th? History ol Ifu Englislr li.asid! Ilt cen la conexión entre las ¡ayls lírdicas, las raras eml¡lem:l
rr)I/,Londles: Cressetlress, 1967;.J:urice Anderson v Edmlud ricas,las myas relacionadas con el azar \' la Ibrtxna, v las ra-
Súinglehurf, Thc |tüloñan and Eduarrli¿¿ .!],-asid¿. Londres: vasi¡rlántiles.
Courtrl'Lile Books, 1978; Georges Reno1,,Babs ttu n¡:¡ uu 20. Dcbo confcsar quc, iun habicndo dcsmont:ldo c iDspccci()
t.'n¡t d,t na,tltr, tot. r. B,r¡.ela..Rn.sclt,liriú|L l9;b. natlo (¿masacraclo?)un tubc' de pirsta de clierrtesSign:rl, si
I I'r- Sobrc la primera rnira.l d.t siglo x]¡i, los análisispioneros \? go sin compfenclef cóno saledel tul¡o una pastabicrolra
rccornienclan un trajc dc bxrlo de dos colores. \'éase.|. I-e ra1áda de esta lbfma. La pasta.le clientesSignal es para mí
(¡¡eL:¡, Dcs bains d¿ mtr. Cuid? tnéni¡.olet h\gi4tiqut du Laignar, toclo rrn rlristcr'io.Probab]cmcntc sca ¡ncjor asi.
2l'ols.,París,1846. 2 1. Ni que decir tiene que la lnarca Sigrtal n,:i me h¿ p¡ü¡rcilr¿
I li. Dali¿Ic Alexandre-Bidon, "Du tlrapeau Ila cotte:1'étir l'en- do para escribir estaslíneas a la gloria de su pasta de dien
faüt iru trfo1'eDAge (xrn':\.\' si¿cles)", (khios du Li¡tlratrl d'(r. res.Attnqrre si rlespüés(le la apafición de este ]ibro quisieru
\d. I (1989).pp. 123 168. subvclrcionarle in!cstigaciórsob¡e la histoliade las mFs...
108 109
l,r\s!tri|ltl u \\ trt I l)t\ltf)
110
ttl
l.\\ \ | r ||rr \\ ]tt I l)t\[J 0
tt2 t l3
Bi b l i o g r a fía
Este libro es el p¡oducto de mi trato frecuente con imágenes:
las de la Edad Media que, dada mi profesión de historiador, con-
templo de forrrra casi diada, y las de nuestra época, en las que
todos estamosinmersos. Se basa más en impresiones e interroga-
ciones que en compilaciones. La historia de las rayasy de las te-
las a ralas corstituye un tereno vi¡gen en el que ningún autor
se ha aventluado seriamente. Po¡ tanto, la bibliografía que pro
pongo no puede sino situ¿¡seen los márgenes del tema cent¡alde
este libro. Su único objeto es orientar al lector que desee ampliar
sus conocimientos sobre alguno de los temas tratados en l¿s pá-
ginas precedentes.
Iconografía
y simbolismo medievales
Darsr¿llung¿es'feufelsin derChristk¿h¿n
ERICH,Osrüld A., .¿)¿, Kunü,
Berlin:Deutschcr Ku srverlag. 1931.
1i5
l,\r \ rsr rr r\st)t l)r\¡tr) llil'li, 4lr ir lir l
'CauLeuf,ih¡dge!'!|mbaIes'iludes(t'histoirdr]'anIhropo|ogi?,GRoss,An8elika,.1l¡/¿lie".\\,ahnsinnundNu|h
I'arís: Édifiots du Léoparcl d'Or 1989. tetLichfl Te:i 1md B¡Ll,Heidclbcrg, 1990.
I|\Nl)Al,l,.f.ilian1\'l-C.,]magesinrhe}Iafgin\.fG'|hl(Manus.,ip|s,HA\1P[,l.hcodot,i¿¡lÜendenLr:ut(inad¿uts|h|nv¿|gangh(jl,
Bc¡kcler': Universirr ofcalifornia Press,1966. 2a ed.,Je¡a: fliederichs, 1924.
RoTEts,w'/¿!1'/J,Nllñ,"1]ate|Jas?fhi|¡(t.'bíLtndenÑl'nst'Fr1bttgtl.FL1RTLNc,\\blfgang,Di¿spitl|lj11Ie'I|ineItanI]gu)
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ScHADE'Hcrbeit,,¿,¿ac|]x|¡¿.Mostr¿n'(ksnIIungd.:B¿;'ensinHEINE|"LANN,I.ranz,¡efR1.hte|un¿¿ieRi|.htspf|!:(inder|1eulsh(n
tur &tnst drshi¡hcn Ratisbona:Friedrich Prrsrer\tr Leipzlg: Diederichs' 1900-
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