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ANALISIS CRITICO Y ECONOMICO

Ni el PIB ni su crecimiento son buenos indicadores de las condiciones de vida de una


población. El caso de Colombia y su comparación con otros países latinoamericanos
evidencia que cuando hablamos de pobreza el grueso del asunto no está en crecer o no
crecer sino en las políticas que hay detrás del modelo económico y especialmente en las de
redistribución de la riqueza.

Pese a la generalizada obsesión por el crecimiento económico, el hecho de que el PIB de un


país crezca, no nos aporta prácticamente nada sobre el bienestar de sus habitantes. Este
hecho nos resulta cada vez más evidente en los países ricos donde ya algunos países como
la Francia de Sarkozy, están planteándose utilizar otros indicadores, distintos al PIB, para
medir el bienestar. Sin embargo, para los llamados países en desarrollo el crecimiento sigue
siendo un fetiche y son frecuentes las frases del tipo: “nadie puede combatir la pobreza si
no produce más” o “el crecimiento alcanzado este año fue insuficiente para paliar la
pobreza”. Como vamos a ver en este artículo, el crecimiento económico no es ningún
remedio a los problemas sociales pues este puede venir acompañado de mejoras sociales o
no. El objetivo principal del crecimiento debe abandonarse y sustituirse por objetivos como
la mejora de las condiciones de vida de las personas, la disminución de la pobreza y las
desigualdades, la generación de garantías sociales básicas a toda la población, y la
sostenibilidad ecológica de nuestros sistemas productivos. Esto puede conseguirse con
políticas que generen o no crecimiento de la producción, dependiendo de los casos
específicos.

Para el caso de los países latinoamericanos que son los que nos atañen en este artículo y
especialmente para el caso de Colombia, no hay duda de que son incluso las grandes
desigualdades de la renta y de la propiedad de la tierra junto con la pobreza y la marginación
de amplias zonas del país las que están suponiendo una traba al crecimiento económico
real
Durante el periodo de bonanza económica anterior a la crisis financiera de 2008, los países
latinoamericanos alcanzaron altas tasas de crecimiento sostenidas, y sin embargo no todos
los países tradujeron ese crecimiento en una mejora de las condiciones de vida de sus
habitantes. Algunos aprovecharon la bonanza para reducir sus tasas de pobreza, aumentar
sus servicios públicos y garantizar la mejora de las condiciones de vida de la población
menos favorecida, otros, sin embargo, parecen haber aprovechado la bonanza para
concentrar aún más la riqueza en manos de las clases altas, no solo excluyendo a la
población desfavorecida de los beneficios del crecimiento sino perjudicándoles con un
modelo que les despoja de lo poco que tienen.
ANALISIS CRITICO Y ECONOMICO

Durante los últimos cinco años la economía colombiana ha presentado una buena dinámica.
Muestra de ello es el nivel creciente del PIB, el cual ha aumentado a tasas promedio del
8,6% anual. Pasando de 619.894 miles de millones de pesos en 2011 a 756.152 miles de
millones de pesos en 2014. Los sectores que más han influenciado en estos crecimientos
son los mineros energéticos, comercio y servicios.

En cuanto a su tendencia futura, se ve con leves tasas de crecimiento, si observamos el


grafico a partir del 2013 la inclinación de la línea de tendencia del PIB ha caído, tendiendo
a ser más plana, lo cual nos da indicios de tasas de crecimientos muy por debajo del
promedio de los últimos años. Lo anterior debido a que la economía está acomodándose a
las “nuevas condiciones externas en un entorno de menor crecimiento del consumo y la
inversión. Los ingresos por exportaciones han descendido como consecuencia de los
menores precios internacionales, en especial del petróleo
ANALISIS CRITICO Y ECONOMICO

JAINER GUTIERREZ CONRADO

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