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No peses tu autoestima…

Lo que en verdad vale es lo que existe dentro de ti


Los trastornos alimenticios son manifestaciones extremas de una variedad de preocupaciones por el
peso y la comida experimentados por mujeres y hombres. Éstos incluyen la anorexia nerviosa, la
bulimia nerviosa y el comer compulsivamente. Todos éstos son problemas emocionales serios que
pueden llegar a tener consecuencias mortales.
La Anorexia Nerviosa se caracteriza principalmente por la auto-inanición (auto-negarse las
comidas) y la pérdida excesiva de peso.
Los síntomas incluyen los siguientes:
Una preocupación constante por mantener un peso corporal bajo. Usualmente 15% menos del peso
normal que se mide de acuerdo a la estatura y edad de la persona.
Un miedo intenso hacia el aumento de peso y la obesidad..
Una imagen corporal distorsionada.
La pérdida de tres períodos menstruales consecutivos (amenorrea).
Una preocupación extrema por el peso y la figura.
La Bulimia Nerviosa se caracteriza principalmente por periodos en los cuales uno come demasiado
(atascarse), seguidos por purgas. Frecuentemente estos atasques se hacen en forma secreta.
Los síntomas incluyen los siguientes:
Episodios repetitivos de atasques y purga.
Una pérdida de control durante los atasques.
Purgarse tras los atasques (por vómito auto-inducido, utilización de laxantes, pastillas de dieta,
diuréticos, ejercicio excesivo o ayunos).
“Estar a dieta” frecuentemente.
Una preocupación extrema por el peso y la figura.
El comer Compulsivamente se caracteriza principalmente por periodos de voracidad impulsiva o el
comer sin parar. No hay purgas pero sí ayunos esporádicos o dietas repetitivas. El peso puede variar
de normal a discreto, moderado o a obesidad severa.
¿Cómo se desarrolla un trastorno alimenticio?
Los trastornos alimenticios pueden desarrollarse a través de la combinación de condiciones
psicológicas, interpersonales y sociales. Sentimientos inadecuados, depresión, ansiedad, soledad, así
como problemas familiares y de relaciones personales pueden contribuir al desarrollo de estos
trastornos. La idealización obsesiva de nuestra cultura por la delgadez y el “cuerpo perfecto”,
también es un factor contribuyente a los trastornos alimenticios.
Una vez iniciados, los trastornos alimenticios tienden a auto-perpetuarse. El hacer dietas, atascarse
y purgarse son métodos emocionales que utilizan algunas personas para manejar emociones
dolorosas y para sentirse en control de sus vidas personales. A su vez, estas conductas deterioran la
salud física, el auto-estima, la capacidad y el control.
Trastornos alimenticios tipos y características esenciales
Las personas que padecen un trastorno alimenticio se caracterizan por tener hábitos de alimentación
irregulares y una preocupación excesiva hacia la forma y el peso corporal, lo que termina por
provocar daños en su salud física y en el funcionamiento psicosocial.
Se ha estimado que entre el 0.9% y el 2.0% de las mujeres y el 0.1 y 0.3% de los hombres van a
desarrollar anorexia en algún momento de sus vidas. Con relación a la bulimia, esas cifras pueden
ser de entre 1.1% a 6% en las mujeres afectadas y 0.1% a 0.5% en los hombres. Datos que apuntan
a millones de personas que ponen en riesgo su salud y en muchos casos, su vida.
Trastornos alimenticios tipos fundamentales
Anorexia y bulimia son quizás los tipos de trastornos alimenticios más conocidos, pero no los
únicos.
El problema se hace mucho mayor cuando se analiza el impacto de todos los trastornos alimentarios
y de la ingestión de alimentos que recoge el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales en su quinta versión (DSM-V). Estos son:
Pica
Consiste en al apetito y consumo de sustancias sin valor nutritivo, como papel, tierra o pintura. Es
más común en la infancia, especialmente en las personas con discapacidad intelectual y puede
ocasionar intoxicaciones debido al consumo de sustancias tóxicas, o lesiones en el sistema
gastrointestinal ocasionadas por la presencia de objetos punzantes o cortantes.
Trastorno por rumiación
Consiste en la regurgitación del alimento, es decir, la persona con trastorno por rumiación vuelve a
traer a la boca alimentos anteriormente ingeridos, masticándolos y, dependiendo del caso,
volviéndolos a tragar o arrojándolos fuera. Es más común en la infancia y puede traer como
consecuencia déficits nutritivos, bajo peso y caída de los dientes, entre otras alteraciones.
Trastorno de Evitación/Restricción de la ingestión de alimentos
Es un trastorno de la alimentación que se manifiesta por la negación y evitación de
ingerir alimentos, en ocasiones debido a características como el color, el olor o la textura. Como
consecuencia, la persona afectada tiene déficits nutricionales que en algunos casos pueden poner en
riesgo su vida. El trastorno de Evitación/Restricción de la ingestión de alimentos es también más
común en la infancia, aunque puede surgir y persistir en la adultez.
Anorexia Nerviosa
Trastorno que se caracteriza por la pérdida significativa de peso teniendo en cuenta lo considerado
mínimamente normal, un miedo intenso a ganar peso o llegar a la obesidad y, en algunos casos,
alteraciones en la percepción objetiva del cuerpo. Es más común en las mujeres y su pico de
incidencia y prevalencia se da en la adolescencia y primera juventud. Las consecuencias de la
anorexia pueden ser mortales si el trastorno no es tratado adecuadamente.
Bulimia nerviosa
Las personas con este trastorno ingieren grandes cantidades de comida en poco tiempo, algo que se
conoce como atracón, teniendo la sensación de que no pueden controlarlo. Como consecuencia
desarrollan conductas compensatorias que buscan minimizar la ganancia de peso, por ejemplo,
provocándose el vómito. Al igual que la anorexia, suele desarrollarse en la adolescencia y primera
juventud y aumentar significativamente el riesgo de muerte.
Trastorno de atracones
En el trastorno de atracones la persona tiene episodios frecuentes de ingesta descontrolada de
comida, superior a lo que se considera normal para su edad y circunstancias. Durante estos
episodios la persona tiene la sensación de no poder controlarlos. Al contrario de la bulimia nerviosa,
no se asocia a conductas compensatorias. El trastorno de atracones está asociado a más riesgo de
enfermedades cardiovasculares y otros trastornos asociados a la obesidad.
Otros trastornos alimentarios o de la ingestión de alimentos especificado o no especificado
Categoría reservada para los casos en que existan alteraciones de la alimentación que no cumplan
con los criterios diagnósticos especificados para los trastornos anteriormente mencionados, pero que
afecten significativamente el bienestar de la persona.
Desórdenes de la alimentación

Desórdenes de la alimentación
Los desórdenes alimenticios son comunes en una cultura obsesionada con la comida rápida, dieta y
la imagen corporal. La insatisfacción con el cuerpo y las dietas usualmente llevan a conductas
alimenticias peligrosas y poco sanas. Algunas veces, estos patrones alimenticios pueden convertirse
en desórdenes de la alimentación. Afortunadamente, actualmente ya hay más alerta acerca de este
tipo de enfermedades. ¡Los desórdenes alimenticios se pueden tratar y tú puedes obtener ayuda!
¿Qué son los desórdenes de la alimentación?
Existen tres tipos de desórdenes de la alimentación: anorexia nervosa, bulimia nervosa y ED-NOS
(“Desórdenes Alimenticios No Especificados”). Las niñas con estos desórdenes usualmente tienen
un miedo intenso de ganar peso y una imagen corporal distorsionada. Cuando las niñas comienzan a
tener miedo de ganar peso y se están matando de hambre ellas mismas, tienen comilonas y luego
purgaciones, se sobreejercitan, se considera que tienen un desorden de la alimentación. Los
desórdenes de la alimentación son peligrosos y pueden ser fatales si no se tratan.
¿Qué es la anorexia nervosa?
La anorexia nervosa afecta mayormente a mujeres jóvenes. Las niñas con anorexia no comen lo
suficiente para mantener sus cuerpos trabajando apropiadamente. Las anoréxicas pierden mucho
peso por lo que se vuelven débiles y poco sanas debido a una dieta pobre. Usualmente, la gente con
anorexia ejercita mucho tratando de quemar calorías. Se “sienten gordas” a pesar de estar perdiendo
peso. Así mismo, la anorexia tiene muchos aspectos emocionales y psicológicos como baja
autoestima. La gente con anorexia se convence a sí misma y a los que las rodean de que no tienen
hambre.
Las niñas con anorexia pueden utilizar algunas veces pastilles de dieta para controlar la digestión y
perder peso. Estas pastillas generalmente hacen que las niñas se sientan ansiosas o nerviosas.Otras
tienden a beber bebidas con cafeína, que les dan la falsa sensación de energía. Las sodas de dieta
evitan que el cuerpo absorba calcio, el cual es muy importante para tener huesos fuertes.
¿Cuáles son algunos de los problemas de salud que enfrentan las pacientes con anorexia?
Las niñas con anorexia pueden tener mareos, problemas cardíacos, presión arterial baja, temperatura
corporal baja, y desmayos. La anorexia causa que el cabello y las uñas se vuelvan frágiles y que
ocurra una gran pérdida del cabello en la cabeza. Otros síntomas de anorexia son piel seca,
deshidratación y constipación. La gente con anorexia usualmente se siente deprimida, cansada y
fría. La anorexia también causa lanugo, que es el crecimiento de un vello muy fino y abundantes en
cara, espalda y brazos. La anorexia puede dar por resultado un crecimiento interrumpido o
retardado. La anorexia puede causar que cesen los períodos menstruales ya que no existe suficiente
estrógeno para mantener la función normal del cuerpo. Cuando no se tienen suficientes estrógenos
podemos desarrollar una osteoporosis o huesos débiles. La combinación de osteoporosis y exceso
de ejercicio pueden llevar a tener fracturas por stress.
Si tú tienes estos síntomas, estás en riesgo de serios problemas de salud y debes consultar con tu
doctor inmediatamente.
¿Qué es la bulimia nervosa?
La bulimia nervosa es otro tipo de desorden de la alimentación. Las niñas que tienen bulimia
pueden tener comilonas, lo que significa que comen mucho, aún y cuando no tengan hambre y
sienten que no pueden controlarlo. La bulimia hace que la gente desee deshacerse de las calorías y
comida que ha ingerido a través del vómito o del ejercicio. La gente con bulimia usualmente siente
que no tiene control sobre lo que comen; tienden a comer en privado y esconden lo que comen de
los demás o comen hasta que se sienten incómodos y exhaustos. Esta enfermedad puede hacer que
la gente se sienta temerosa, ansiosa y avergonzada por la mucho que come.
¿Cuáles son algunos de los problemas de salud que enfrentan las niñas con bulimia?
Las niñas con bulimia pueden sufrir de serios problemas electrolíticos, irregularidad en sus períodos
menstruales, deshidratación, hinchazón en la cara, dolor de garganta, caries dentales, piel seca y
escamosa, constante malestar estomacal, pirosis, constipación, depresión y fluctuaciones en el peso.
Los niveles bajos de potasio, producto de la pérdida de grandes cantidades de potasio en el vómito,
pueden llevar a tener serias arritmias cardíacas e incluso la muerte.
La bulimia es difícil de detectar con tan solo ver a la persona, ya que los problemas de salud no son
tan obvios como en la anorexia. Por ejemplo, alguien puede tener un peso normal, pero aún así tener
bulimia. Además, tienden a mantener en secreto sus hábitos alimenticios a tal grado que incluso su
propia familia y amigos no se dan cuenta de que tienen un problema. Sin embargo, la bulimia
también es una enfermedad muy seria. Puede causar daño permanente a los dientes, intestinos,
estómago, corazón, nervios y metabolismo.
¿Qué son los “Desórdenes Alimenticios No Especificados (ED-NOS)”?
ED-NOS es cuando alguien tiene algunos de los síntomas de anorexia o de bulimia. Las niñas que
sufren de ED-NOS pueden:
Solamente tener comilonas. (Esto significa comer una gran cantidad de comida, aún sin hambre, y
sentir que el comer está fuera de su control).
Tener un peso bajo. (A diferencia de la anorexia, las niñas con EDNOS pueden tener un peso muy
bajo, pero aún tener su período menstrual).
Tener un peso consistentemente estable, pero aún así tener muchos de los síntomas de desórdenes
alimenticios.
¿Qué causa los desórdenes alimenticios?
Existen muchas teorías diferentes acerca de las causas de desórdenes alimenticios. En general, se
dice que los desórdenes de la alimentación son una combinación de factores psicológicos,
familiares, genéticos, ambientales y sociales.
Un individuo puede tener una historia familiar de desórdenes anímicos como depresión. Los
desórdenes alimenticios usualmente son asociados con sentimientos de inutilidad, tristeza, ansiedad,
y perfección. Esto puede causar que una persona utilice las dietas o la pérdida de peso para
proveerse de un sentido de control o estabilidad. Así mismo, los estudios demuestran que los
pacientes con desórdenes alimenticios tienen una mayor incidencia de abuso de sustancias.
Los adolescentes que participan en deportes y actividades artísticas, que enfatizan la delgadez y la
competencia, como el ballet, atletismo, gimnasia y patinaje, tienen mayor predisposición a
desarrollar un desorden de la alimentación.
La presión familiar puede también convertirse en un factor significativo que contribuye al
desarrollo de estas enfermedades. El tener que lidear con dificultades, pérdidas o bromas pesadas
acerca del peso de familiars y amigos pueden disparar los desórdenes alimenticios.
¿Qué debo hacer si creo que puedo tener un desorden de la alimentación?
Si tú piensas que puedes tener un desorden alimenticio, ¡es muy importante que hables con tu
doctor inmediatamente! Si estás muy nerviosa o asustada para contactar a tu doctor por tí misma,
trata de hablar con alguna amistad cercana o alguien en quien confíes. Ellos pueden ayudarte y
asegurarse de que recibas la ayuda que necesitas. Aún y cuando te asuste el tener que recibir ayuda
por un desorden de la alimentación, ¡tu vida puede depende de eso!
¿Qué hago si pienso que mi amiga tiene un desorden de la alimentación?
Puede resultar muy difícil tratar de hablar con una amiga que piensas puede tener un desorden de la
alimentación. Algunas veces, la gente que tiene un desorden alimenticio lo niega o no quiere hablar
acerca de sus problemas. Pueden estar a la defensiva o molestas con la gente que se mete en sus
vidas y que trata de buscarles ayuda para estas enfermedades. No permitas que estas emociones
eviten que trates de ayudar a alguien que te importa.
Recuerda la gran diferencia que puedes hacer al ayudar a una amiga a confrontar esta enfermedad y
buscar tratamiento. Mucha gente que recibe tratamiento para anorexia o bulimia son capaces de
aceptarlo debido al gran respaldo que reciben de la gente que hay en sus vidas. Usualmente es muy
duro para la gente con estas enfermedades el hacer una llamada telefónica, o el acudir a las citas.
Usualmente necesitan amigos y familia que tomen los primeros pasos.
Probablemente te preguntarás cómo abordar a tu amiga. Es útil tener a la mano algunos nombres y
números de recursos a quienes acudir para dárselos a tu amiga y que ella dé los pasos necesarios
para iniciar tratamiento. Probablemente querrás hablar primero con alguien como un adulto u otro
amigo que te ayude a obtener más información.
Necesitarás darle algún tiempo a tu amiga después de la primera confrontación por esta causa. No
esperes que tu amiga vaya a entenderte inmediatamente o que comience a buscar ayuda enseguida.
Sé honesta y paciente. Lidear con los desórdenes de la alimentación es complicado y puede tomar
un largo tiempo.
¿Cómo se tratan los desórdenes de la alimentación?
Dado que los desórdenes alimenticios generalmente son problemas médicos y psicológicos, el
tratamiento generalmente incluye trabajar con un terapista, nutriólogo y un médico. El tratamiento
que escoja el doctor será el adecuado para las necesidades de cada paciente.
¿Qué hace el doctor médico para tratar el desorden alimenticio?
El doctor lleva un registro de salud checando la estatura, peso, presión arterial, pulso y temperatura.
Además, puede ser necesario el tener que extraer sangre para ciertos estudios de laboratorio, para
asegurarse que los electrolitos están estables. Los electrolitos son los niveles de sodio, potasio, cloro
y dióxido de carbono en el cuerpo. Estos electrolitos mantienen al cuerpo y al corazón trabajando
adecuadamente. El doctor puede recomendar hospitalización si las condiciones médicas no son
estables.
El doctor también puede obtener algunas pruebas especiales como un EKG para monitorizar el
ritmo del corazón y una prueba de densidad ósea (DEXA) para ver si hay osteoporosis presente. El
doctor discute tratamientos tales como una alimentación saludable, ganancia de peso, ingesta de
calcio, suplementos vitamínicos, ejercicio, reemplazo de estrógenos y medicamentos
antidepresivos.
¿Qué hace el terapeuta para tratar el desorden alimenticio?
Para poder luchar contra estos desórdenes de la alimentación, una mujer joven necesitará mejorar su
imagen corporal, su autoestima y otras situaciones emocionales. Si tú tienes un desorden
alimenticio, puedes descubrir que tienes otros problemas en tu vida tales como la depresión,
desorden obsesivo compulsivo, o abuso de sustancias. Puedes experimentar sentimientos de tristeza,
ansiedad o enojo con tu terapeuta. La terapia provee el tiempo y espacio en el que en forma
confidencial puedes discutir tus necesidades, objetivos y la forma en que tú entiendes tu problema
alimenticio (esto es llamado terapia interpersonal psicodinámica). La terapia ayuda a explorar el
pensamiento y conductas del desorden alimenticio y desarrollar estrategias específicas para volverse
saludable.
La terapia familiar puede ser una parte muy importante para recuperar la salud si existen presiones
familiares, dificultades en las relaciones o una pobre comunicación. En la junta de terapia familiar,
los miembros de la familia pueden hablar acerca de sus problemas y desarrollar soluciones y
habilidades para empatizar.
La terapia de grupo es otra forma muy efectiva de lograr la mejoría. Mucha gente encuentra que
hablando con otra gente que tiene un desorden alimenticio les ayuda, ya que pueden compartir
historias, estrategias para empatizar y sentimientos.
Los padres usualmente necesitan un terapeuta o una terapia de grupo para apoyo y educación de los
desórdenes alimenticios.
¿Los medicamentos pueden ayudar a un desorden de la alimentación?
Usualmente los medicamentos son recetados para ayudar al tratamiento del desorden alimenticio.
La depresión, la ansiedad y el desorden obsesivo compulsivo usualmente coexisten con esta
enfermedad. Existen nuevos tipos de medicamentos antidepresivos llamados inhibidores específicos
en la captación de serotonina (SSRIs) que pueden ayudar a estabilizar los síntomas anímicos y
reducir el impulso por tener una comilona y vomitar. Estos medicamentos ayudan a balancear los
químicos del cerebro. Los SSRIs son usados en conjunto con terapia dado que las drogas solas no
pueden eliminar el problema de base de los desórdenes alimenticios. Un doctor necesita monitorizar
estos medicamentos y discutir las preguntas.
¿Cómo puede un nutriólogo ayudar en el tratamiento de los desórdenes de la alimentación?
Un nutriólogo crea un plan de alimentación seguro y contesta las preguntas acerca de la comida. En
una cultura obsesionada con las dietas, la imagen corporal y la comida rápida, la gente recibe
muchos mensajes mixtos acerca de la comida y la salud. Si tú tienes un desorden de la alimentación,
el nutriólogo puede discutir algunos de los mitos dañinos acerca de la comida y las dietas y ayudar a
guiarte hacia una ¡alimentación saludable y una vida saludable!
¿Cómo puedo prevenir los desórdenes alimenticios?
Si tú tienes una imagen corporal positiva, comes una dieta saludable y ejercitas por el gusto de
hacerlo y para estar en forma, esto te ayudará a mantener un balance saludable en tu vida y
disminuir el riesgo de desarrollar un desorden alimenticio. Las siguientes sugerencias son algunas
maneras de mantenerse saludable, construir una buena imagen corporal, y sentirse mejor acerca de
la persona que eres.
Identifica y respeta todo acerca de tí misma – el interior y el exterior.
Sé tú misma. No trates de verte como las modelos de las revistas.
Trata de discutir tu peso, calorías y comida el menor tiempo posible.
Aprende más acerca de los desórdenes de la alimentación.
Trata de hacer del acto de comer una experiencia positiva: ¡coman gasoline tanto tu cuerpo como tu
mente!
¡No te pongas a dieta! Trata de comer comida saludable.
Ejercita diariamente.
Desarrollar mecanismos de empatía adecuados como hablar con los amigos, escuchar o tocar
música, ejercitarse, realizar arte son buenas maneras de lidear con situaciones difíciles. El tener
maneras saludables de lidear con las presiones puede ayudarte a evitar usar la comida para lidear
con tus problemas.
¿Cómo puedo ayudar a prevenir los desórdenes alimenticios entre los adolescentes?
Para poder prevenir los desórdenes alimenticios en forma exitosa en nuestra cultura, es importante
para nosotros que observemos nuestras actitudes y comportamientos de nuestra propia vida. El
acoso y hostigamiento acerca del peso y la figura usualmente lleva a hombres y mujeres jóvenes a
desarrollar conductas alimenticias desordenadas. Aunque puede parecer un dilema sin importancia
el mencionar el peso, es una manera dolorosa y poco cortés de juzgar a la gente. Además, las
conversaciones y actividades que se enfocan en la delgadez, el peso y las dietas pueden ser
peligrosas.
Las revistas, películas y la industria del tabaco, promueven modelos irreales de belleza y peso.
Usualmente, somos presentados ante una sola imagen de belleza en películas, revistas y en la TV.
Esta imagen casi siempre es extremadamente delgada y muy poco parecida a la mayoría de las
mujeres. Cuando utilizamos esta imagen para compararla con nosotros mismos, comienza el
problema porque todos somos diferentes en figura y talla.
La industria de la dieta de una u otra forma nos presiona para que intentemos cambiar nuestros
cuerpos en algo que no somos. La mayoría de las mujeres jóvenes han llegado a aceptar que el estar
a dieta de reducción es parte del crecimiento. Sin embargo, el estar a dieta y restringir calorías
puede causar serios problemas psicológicos y fisiológicos como inhabilidad para enfocarse en la
escuela, cansancio y sentimientos de tristeza.
Es muy difícil evitar o luchar contra la industria que pone estas ideas en nuestra cabeza, ¡pero
podemos intentarlo!. Comencemos aceptando que estos estándares irrazonables para medir los
cuerpos pueden crear pensamientos y conductas alimenticias desordenadas y generalmente baja
autoestima. ¡Juntos podemos revertir el ambiente social y formas de pensamiento que crean los
desórdenes de la alimentación!.
¿Cuáles son algunos de los avances en el tratamiento y prevención de los desórdenes alimenticios?
Muchos investigadores están trabajando para descifrar cómo tratar los desórdenes de la
alimentación. Están siendo estudiadas nuevas terapias y medicamentos para prevenir la
osteoporosis, los desórdenes anímicos y los problemas hormonales asociados a los desórdenes
alimenticios. El desarrollo de nuevos planes de estudio en las escuelas promoviendo conciencia
acerca de los desórdenes alimenticios así como actitudes saludables sobre la imagen corporal y la
comida son necesarios en la prevención de los desórdenes alimenticios. Además, existe un esfuerzo
nacional para ofrecer ayuda para desórdenes alimenticios a adolescentes y adultos jóvenes en los
centros comunitarios de salud y escuelas para que puedan recibir ayuda tempranamente. Muchos
profesionales de la salud e investigadores están esforzándose por prevenir los desórdenes de la
alimentación y por encontrar nuevos tratamientos.

 Desordenes alimentaciones
A muchos niños, sobre todos a los adolescentes, les preocupa su aspecto físico y algunos se
sienten acomplejados con su cuerpo. Esto es particularmente cierto durante la pubertad,
momento en que experimentan importantes cambios corporales y en que han de afrontar nuevas
presiones sociales.

Desafortunadamente en una proporción de niños y adolescentes que va en aumento, esta


preocupación puede llegar a convertirse en una obsesión que, a su vez, puede derivar en un
desórden alimenticio. Los trastornos del apetito, como la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa,
provocan fluctuaciones exageradas en el peso, interfieren en la vida diaria y pueden repercutir
negativa y permanentemente sobre la salud.

Los padres pueden contribuir a que sus hijos no desarrollen este tipo de trastornos favoreciendo el
desarrollo de autoestima y actitudes sanas en relación a la alimentación y el aspecto físico. Si le
preocupa la posibilidad de que su hijo pueda estar desarrollando un desórden alimenticio, es
importante que intervenga y busque atención médica adecuada.
Sobre los desórdenes alimenticios
Por lo general, los desórdenes alimenticios incluyen la presencia de pensamientos y sentimientos
negativos y de autocrítica sobre el peso corporal y sobre la comida y de hábitos alimentarios que
interfieren en el funcionamiento normal del cuerpo y las actividades cotidianas.
A pesar de que los desórdenes alimenticios son más frecuentes en las chicas, también pueden
afectar a los chicos. En EE.UU., son tan frecuentes que 1 o 2 de cada 100 niños sufren un trastorno
de este tipo, generalmente la anorexia o la bulimia. Lamentablemente, muchos niños y adolescentes
logran ocultar desórdenes alimenticios a sus familias durante meses o incluso años.
Las personas con anorexia tienen miedo extremo a aumentar de peso y una visión distorsionada del
volumen y la forma de sus cuerpos. En consecuencia, se esfuerzan por mantener un peso muy bajo.
Algunas reducen la ingesta de alimentos mediante dietas, ayuno y/o ejercicio físico excesivo.
Intentan comer lo menos posible e ingerir la mínima cantidad de calorías posible y suelen estar
obsesionados con lo que comen.
La bulimia se caracteriza por atracones habituales seguidos de maniobras de eliminación de
alimentos. Algunas personas que padecen bulimia pueden experimentar fluctuaciones importantes
en el peso, pero raramente pesan tan poco como las que padecen anorexia. Ambos trastornos
pueden asociarse al ejercicio físico compulsivo o a otras medidas para eliminar la comida ingerida,
como el vómito provocado (o autoinducido) y el uso de laxantes.
Aunque la anorexia y la bulimia se parecen mucho, las personas que padecen anorexia suelen ser
muy delgadas y con un peso inferior al normal, mientras que las que padecen bulimia pueden tener
un peso normal o incluso sobrepeso.
El trastorno por atracones, la fobia a la comida y los trastornos de imagen corporal también se están
volviendo cada vez más frecuentes en la población adolescente.
Es importante recordar que un desórden alimenticio es muy fácil que se vaya de las manos, puesto
que se asocia a hábitos muy difíciles de erradicar. Los desórdenes alimenticios son problemas
clínicos graves que requieren tratamiento profesional de médicos, terapeutas y nutricionistas.
Causas de los desórdenes alimenticios
Las causas de los desórdenes alimenticios no están del todo claras. De todos modos, se cree que en
ellas participa una combinación de factores psicológicos, genéticos, sociales y familiares.
En los niños con trastorno del apetito suele existir una gran diferencia entre cómo se ven a sí
mismos y cómo son en realidad. Las personas que padecen anorexia o bulimia suelen tener un
inmenso miedo a engordar o a tener sobrepeso y se ven más gordas de lo que están. Además,
algunos deportes y actividades, como cheerleading deportivos, la gimnasia, el ballet, el patinaje
sobre hielo y la lucha, que enfatizan determinadas categorías de peso, pueden incrementar el riesgo
de algunos niños y adolescentes a desarrollar desórdenes alimenticios.
También existe una incidencia cada vez mayor de otros tipos de problemas entre los niños y
adolescentes afectados por un desórden alimenticio, como trastorno de ansiedad y el trastorno
obsesivo compulsivo. A veces, los problemas que se viven en casa pueden aumentar el riesgo de
que un niño desarrolle comportamientos alimentarios problemáticos.
Algunos investigadores sugieren que las imágenes que aparecen en los medios de comunicación
contribuyen a aumentar la incidencia de los desórdenes alimenticios. La mayoría de las mujeres
famosas que aparecen en anuncios, películas, programas de televisión y actividades deportivas son
muy delgadas, y esto puede conducir a que las niñas piensen que el ideal de belleza consiste en estar
extremadamente delgada. Los niños también pueden tratar de imitar a un modelo ideal, reduciendo
drásticamente lo que comen y haciendo ejercicio compulsivamente para desarrollar masa muscular.
La preocupación por la alimentación está empezando alarmantemente a afectar a niñas de temprana
edad. Las investigaciones muestran que el 42% de las niñas de primer a tercer curso de enseñanza
primaria quieren estar delgadas y que el 81% de las niñas de 10 años temen estar gordas. De hecho,
en la población infantil, la mayoría de los pacientes con desórdenes alimenticios empiezan a
manifestar el trastorno entre los 11 y los 13 años.
Muchos niños que desarrollan un trastorno del apetito tienen baja autoestima y el hecho de focalizar
la atención en el peso puede ser un intento de tener sensación de control en un momento en que
sienten que están perdiendo el control sobre sus vidas.
Efectos de los desórdenes alimenticios
Aunque es cierto que desórden alimenticio puede resultada de graves problemas de salud mental y
de conducta, así como de trauma (como abuso sexual), también es cierto que puede dar lugar a
graves problemas de salud estrictamente física. La anorexia y la bulimia pueden provocar
deshidratación y otras complicaciones médicas, como los problemas cardíacos y la insuficiencia
renal. En casos extremos, los desórdenes alimenticios pueden conducir a malnutrición grave e
incluso a la muerte.
Cuando una persona padece anorexia, su cuerpo entra en un estado de inanición y esta falta de
nutrientes puede afectar al organismo de muchas formas diferentes:
descenso de la tensión arterial, el pulso y la frecuencia respiratoria
pérdida de pelo y rotura de uñas
desaparición de la menstruación
crecimiento de lanugo, un vello fino que puede crecer sobre toda la piel del cuerpo
mareo e incapacidad para concentrarse
anemia
inflamación articular
fragilidad ósea
Cuando una persona padece bulimia, los vómitos constantes y la falta de nutrientes pueden
provocar:
dolor abdominal permanente
lesiones en el estómago y los riñones
caries dental (por la exposición de los dientes al ácido del jugo gástrico)
hinchazón de mejillas, debido a que las glándulas salivales se dilatan de forma permanente por el
hecho de vomitar tan a menudo
desaparición de la menstruación
pérdida de potasio (esto puede contribuir al desarrollo de problemas cardíacos e incluso a la muerte)
Signos de alarma
Para un padre, puede ser un reto saber distinguir entre la preocupación por la propia imagen
corporal normal en un niño y los signos de alarma de un desórden alimenticio.
A pesar de que en los niños y los adolescentes (sobre todo las chicas) abundan los complejos y la
tendencia a compararse entre sí y a hablar sobre dietas, esto no significa necesariamente que
padezcan un trastorno del apetito. Los niños con este tipo de trastornos presentan graves problemas
relacionados con la alimentación y a menudo signos físicos anormales.
Una persona con anorexia podría:
adelgazar mucho, estar muy débil o demacrada
estar obsesionada con la comida y el control de peso
pesarse repetidamente
controlar atentamente la cantidad de alimento que ingiere
comer solo determinados alimentos, evitando algunos como los lácteos, la carne, el trigo, etc. (De
todos modos, es evidente que las personas que son alérgicas a un alimento en concreto o que son
vegetarianas evitan ingerir ciertos alimentos.)
hacer un ejercicio físico excesivo
sentirse gorda
evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y celebraciones que implican comer
estar deprimida, aletargada (con falta de energía) y sentir mucho frío
Una persona con bulimia podría:
temer ganar peso
sentirse muy infeliz con el volumen, la forma y el peso de su cuerpo
inventar excusas para ir al baño inmediatamente después de las comidas
comer solo alimentos dietéticos o con bajo contenido en grasas (salvo en los atracones)
comprar de forma habitual laxantes, diuréticos o enemas
pasar la mayor parte del tiempo haciendo ejercicio o intentando quemar calorías
evitar las actividades sociales, especialmente las comidas y celebraciones que implican comer
Si sospecha que su hijo padece un desórden alimenticio
Si sospecha que su hijo padece un trastorno del apetito, es importante que intervenga y le ayude a
fin de que lo puedan diagnosticar y tratar correctamente.
Los niños que presentan este tipo de trastornos suelen reaccionar a la defensiva y se suelen enfadar
cuando se le habla sobre el tema por primera vez. A muchos les cuesta admitir, incluso ante sí
mismos, que tienen un problema. A veces el hecho de tener un amigo o un familiar que haya
recibido tratamiento por padecer un desórden alimenticio les anima a dejarse ayudar. El miedo a
estar gordo o a tener sobrepeso es el problema central de toda persona afectada por un desórden
alimenticio. Por eso es comprensible que un niño afectado por este tipo de problemas no quiera
ingresar en una clínica "para engordar".
Intentar ayudar a alguien que cree que no necesita ayuda puede ser muy difícil. De todos modos, es
fundamental que, por mucho que su hijo se resista, usted se encargue de proporcionarle la ayuda
profesional que necesita. Reclute a amigos y parientes a quienes sabe que su hijo aprecia y en
quienes confía para que colaboren en el proceso.
Su hijo es posible que se muestre más receptivo y más abierto al diálogo si usted se centra en lo que
le preocupa y utiliza frases en primera persona (yo) en vez de en segunda persona (tú). Por ejemplo,
evite frases como "tienes un desórden alimenticio" o "estás demasiado delgado", que solo pueden
provocar enfado y negación. En lugar de eso, pruebe con frases del tipo: "Me preocupa que hayas
perdido tanto peso en tan poco tiempo". Cite cosas concretas que su hijo haya dicho o hecho que a
usted le hayan preocupado y explíquele que usted necesita que lo vea un médico para tranquilizarse.
Si, aún así, encuentra resistencia por parte de su hijo, hable con su pediatra o con un profesional de
la salud mental sobre otros posibles enfoques.
Tratamiento de los desórdenes alimenticios
El tratamiento de estos trastornos se centra en ayudar a los niños a abordar sus problemas
relacionados con la conducta alimentaria y a establecer nuevos patrones de pensamiento sobre la
comida y la forma de relacionarse con ella. Esto puede implicar la supervisión médica, el
asesoramiento dietético y la terapia. Los distintos profesionales tratarán aspectos relacionados con
la percepción que tiene el niño sobre el volumen y la forma de su cuerpo, la conducta de comer y
los alimentos.
Los niños que presentan graves problemas de desnutrición es posible que deban ser hospitalizados y
que necesiten recibir cuidados médicos adicionales después de que su estado de salud se estabilice.
Por lo general, cuanto antes se haga la intervención (a ser posible, antes de que se llegue a la
desnutrición o de que se establezca un ciclo continuo de atracones y purgas), más breve será el
tratamiento necesario.
Prevención de los desórdenes alimenticios
Usted puede desempeñar un papel fundamental para que su hijo desarrolle una actitud sana ante la
comida y la alimentación. Su propia imagen corporal puede influir sobre la de su hijo. Si usted dice
constantemente "estoy gordo", se queja de no hacer suficiente ejercicio y practica "dietas yo-yo",
que le llevan a perder y ganar peso de forma repetida, es posible que su hijo crea que tener una
imagen corporal distorsionada es algo normal y aceptable.
En una época en la que existe una gran preocupación social por la obesidad, puede ser complicado
para los padres hablar con sus hijos sobre los hábitos alimentarios. Es mejor centrarse en lo que es
saludable en vez de en el peso. Asegúrese de que su hijo sabe que usted lo quiere por quien es, no
por su aspecto.
Está bien apreciar el atractivo de los famosos pero, si tanto su hijo como usted, están satisfechos
con su propio aspecto físico, este hecho no hará que intenten cambiar para ser diferentes y parecerse
más a los famosos. Que su hijo reciba el mensaje de que está bien tal y como está y que su cuerpo
está sano y fuerte es un maravilloso regalo que usted, en calidad de padre, le puede hacer.
Intente evitar las discusiones relacionadas con la comida; si su hijo quiere "hacerse vegetariano",
apóyelo, aunque usted sea un ávido comedor de carne. Es normal que los adolescentes pasen etapas
donde se vuelven caprichosos con la comida, de modo que intente establecer límites claros, fomente
hábitos alimentarios saludables y evite las peleas sobre temas relacionados con la comida. Cuando
un padre se pone nervioso porque se entera de que su hijo se ha saltado una comida, este último lo
captará enseguida. Intente relativizar las cosas y hable con su hijo sobre por qué no quiere comer
con el resto de la familia.
Por último, adopte un papel activo en la creación de un estilo de vida saludable para su familia.
Haga que su hijo participe en la preparación de comidas saludables y nutritivas. Hágale saber que
está bien comer cuando se tiene apetito y rechazar la comida cuando no se tiene. Asimismo, haga
del ejercicio una actividad divertida, gratificante y habitual para toda la familia.
Si usted mismo desarrolla una actitud sana para con los alimentos y el ejercicio físico, le dará un
ejemplo excelente a su hijo.

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