Formación de maestros rurales colombianos (1946 -1994) por Alba Nidia Triana Ramírez

En este texto la autora tiene como finalidad describir la trayectoria en cuanto a la formación,
capacitación y mejoramiento de los maestros rurales en Colombia durante el período de 1946
a 1994, puesto que este lapso de tiempo está marcado por grandes acontecimientos de orden
político, económico y social determinantes para nuestro país. El texto se divide en tres partes:
la primera parte nos habla de la situación de los maestros rurales durante la segunda
hegemonía conservadora, la cual estuvo marcada por una ola de violencia en contra de las
personas (incluyendo los maestros) que manifestaban apoyo a las ideas liberales, también
se llegó otorgar el título de maestro a personas sin ninguna formación académica y
pedagógica.

Por otra parte se evidencia la carencia de maestros preparados y capacitados para la

enseñanza en la educación rural, hecho que genera un gran problema puesto que en aquella
época más del 60% de la población Colombiana era campesina perteneciente al sector rural.
Así pues, aunque las cifras revelan que había un porcentaje considerable de estudiantes
matriculados en las escuelas normales rurales, lo cierto es que muchos de ellos no
culminaban sus estudios y los pocos que lograban alcanzar el título al cabo de un tiempo
terminaban por ejercer su profesión en el sector urbano puesto que las condiciones de trabajo
y de vida eran más favorables.

La segunda parte del texto tiene que ver con las reformas educativas que se llevaron a cabo
de acuerdo a las consideraciones políticas del momento, a la participación de agentes
internacionales y sobre todo de acuerdo a las exigencias del nuevo orden mundial: La
modernización. La autora hace énfasis en las transformaciones que sufrieron las escuelas
normales durante la segunda mitad del siglo XX. Uno de los decretos más importantes que
se instauró fue el 1955 de 1963 puesto que reorganizó toda la educación normalista y en
concordancia con el decreto 1710 del mismo año vino a transformar la formación de los
maestros de educación primaria. en las escuelas se hicieron cambios en cuanto a la
estructura del plantel la organización técnica y administrativa, el horario, el salario de los
maestros, el calendario escolar, los programas de estudio, el método de evaluación, la
planeación de clases, etc. En cuanto a este último, era de vital importancia que los maestros
en formación supieron organizar correctamente una clase y distribuir los tiempos para cada
cosa de manera que se alcanzarán los objetivos propuestos por el ministerio de educación.
Sin embargo, estas dinámicas al interior de las escuelas normales no contemplaban la
adecuada preparación de los maestros para tratar ambientes rurales, las formas de vida
campesina y por ende, la forma de vincular sus problemas y necesidades a la vida escolar.
Otro decreto de vital trascendencia es el 2277 de 1979 en el que se unifica el escalafón
docente y se establece un sistema salarial equivalente para los maestros, esto los impulsa
culminar sus estudios para tener acceso a un mejor salario y condiciones de trabajo.

En la tercera y última parte del texto se habla de la capacitación y perfeccionamiento docente

que gracias al decreto 1955 de 1963 se le permite a las escuelas normales el servicio de
capacitación profesional para los maestros en ejercicio que carecían de un título o el servicio
de perfeccionamiento para aquellos que ya lo poseían ya fuera superior, rural o elemental.
La capacitación y mejoramiento docente se instauró como política nacional y se establecieron
a partir de dos modalidades distintas: Llos cursos créditos para ascender en el escalafón y
los microcentros considerados como un espacio para compartir las experiencias entre
maestros rurales en cuanto a la enseñanza, los problemas en el aula y la forma de vincular a
la comunidad en los procesos escolares.
Finalmente la autora concluye el texto diciendo que el período de 1946 a 1994 llegó a ser uno
de los más críticos para los maestros rurales en Colombia puesto que en muchas ocasiones
se vio afectado tanto su formación, como su ejercicio docente, además de su estabilidad
laboral. Debido a que en un primer momento sufrieron persecución y violencia, en un segundo
momento tuvieron que moldear tanto su formación como su ejercicio docente de acuerdo a
los requerimientos y exigencias de un gobierno de turno y agentes internacionales basados
en intereses económicos y en una ideología de modernización, en un tercer momento los
maestros rurales Colombianos no vieron en la capacitación y mejoramiento docente una
oportunidad para mejorar su práctica pedagógica, sino el camino más fácil y rápido para
ascender profesionalmente y por ende económicamente.

Ahora bien, frente a lo que la autora nos presenta en su texto consideró de gran valor el que
nos deje ver a manera de esbozó los factores o hechos históricos de orden político, social y
económico que incidieron en la formación de los maestros rurales en Colombia y su
repercusión en lo que hoy conocemos o consideramos como educación rural, puesto que
muchas veces nos apresuramos a dar un concepto concibiendola como una educación tardía
e ineficiente o por el contrario como una educación compleja para la cual los docentes de hoy
no están preparados para afrontar.
En ese orden de ideas cabe preguntarse por qué las universidades e instituciones de
educación superior no forman y preparan a los docentes lo suficiente para que sean capaces
de enfrentar contextos rurales en los que la población estudiantil, la comunidad y las formas
de vida distan mucho del sector urbano ? No podemos supeditar o subordinar la educación
rural al modelo que está elaborado especialmente para el sector urbano, ya que son
dinámicas distintas y tal vez en ese afán de tratar de que la un encaje con la otra debemos el
problema de la baja calidad de educación en el sector rural. Aún con todos los esfuerzos y
logros que ha conseguido el modelo de escuela nueva el problema sigue latente y es nuestro
deber como docentes en ejercicio apelar por una formación y capacitación que no se quede
sólo en la teoría sino que trasciende el papel y nos lleve a espacios reales de educación rural
en donde nuestra labor se vea enriquecida por nuevas experiencias.