LA FORMACIÓN DE LA CULTURA POLÍTICA DE NUESTRA JUVENTUD.
Vivimos un momento excepcional de la historia humana y de la larga evolución natural de
nuestra especie, donde la aseveración martiana de que "Patria es Humanidad" cobra más vigencia que nunca. En este especial contexto, en el que nuestro país se renueva para construir un socialismo próspero y sustentable, la formación de la Cultura Política de las nuevas generaciones es una necesidad insoslayable. José Martí, el más genial y universal de los cubanos, nos enseñó que "… la madre del decoro, la savia de la libertad, el mantenimiento de la República y el remedio de sus vicios, es, sobre todo lo demás, la propagación de la cultura".[100] También nos advirtió de que "La política es el arte de inventar un recurso a cada nuevo recurso de los contrarios, de convertir los reveses en fortuna, de adecuarse al momento presente sin que la adecuación cueste el sacrificio o la merma del ideal que se persigue, de cejar para tomar empuje, de caer sobre el enemigo antes que tenga sus ejércitos en fila, y su batalla preparada". En tiempos más contemporáneos, siguiendo la prédica martiana, nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz aporta que "Una revolución solo puede ser hija de la cultura y de las ideas" y que "la cultura es el escudo y la espada de la nación"; mientras que "la política es un arte, debe tener mucho de creación, de imaginación; es el arte de buscar soluciones a problemas difíciles (… ) es el arte, diríamos, de una creación incesante, infinita, porque en ese terreno no hay nada absolutamente aislado". Estos conceptos abordados en épocas diferentes vienen de una raíz común y demuestran con sobrada elocuencia que cultura y política son términos inseparables en la Ideología de la Revolución Cubana. La cultura política es parte esencial de la cultura general integral. El proceso de formación de la cultura política está unido al desenvolvimiento social que tiene el ser humano desde su nacimiento, donde desempeñan un papel cardinal los niveles de influencia que ejercen la familia, la comunidad y la escuela en la definición y exaltación del sistema de ideas axiológicas, históricas, patrióticas y políticas que van a dar fundamento a sus comportamientos. Quizás por ello Ernesto Che Guevara definiría en el pasado siglo que "La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela".[101] La cultura política designa aquellos comportamientos que, sustentados en el conocimiento de los principios y leyes de la realidad, permiten, una vez concientizados, comprender los problemas y las contradicciones que en ella se manifiestan para, con la activa participación transformadora, lograr el mejoramiento de la sociedad en que se vive.[102] La enseñanza- aprendizaje de la cultura política tiene como finalidad, promover desde sus objetivos, contenidos y sistema de actividades, la reorientación, profundización y consolidación de una concepción ideológica de la Revolución, que acorde a la ciencia y a la realidad, sea incorporada y asumida, derivando en comportamientos consecuentemente revolucionarios.