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Remedios y Capitalismo

marcoespinozasalda@gmail.com

A pocos minutos de despedir este año 2018, solo nos queda recordar los
problemas sociales que hoy tiene nuestro Perú, por un lado la corrupción de funcionarios,
por otro ángulo una Educación que no es real con los problemas que afronta nuestra
sociedad, educamos para el momento y no para el mañana, cientos de niños mueren cada
día producto de la indiferencia de nuestras autoridades, niños que mueren por las azotadas
olas de frio, niños que mueren por la desnutrición, personas de la tercera edad
abandonados, hospitales que son cementerios blancos, muchos de ellos no cuenta con las
herramientas necesarias para salvar vidas, ni que decir de las postas de salud, las cuales
carecen de personal especializado y de medicinas, por otro ángulo la falta de trabajo hacen
que muchos sueños se vayan disipando, miles de jóvenes tienen que salir a buscar algo
que comer mientras sus anhelos son borrados producto de un sistema que cada vez nos
aprieta más y más, somos un país que depende de otros, somos un país sub desarrollado
producto del narcotráfico y la corrupción, me pregunto ¿Qué nos espera este 2019?,
esperemos que cada uno de nosotros aporte con un granito de arena, si hay corrupción no
seamos los primeros corruptos, si alguien roba no seamos los que robemos, esperemos
que la mañana del año 2019 se un camino al cambio…, al respecto el maestro Carlos
Castillo Ríos, doctor en Educación, periodista y abogado, es seguramente el peruano que
más ha trabajado en educación en los años 80. Quien fuera profesor principal de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, también considerado como el padre de la
Educación Inicial en el Perú, nos dice al respecto:

Somos, pues, más colonia que nunca. Las potencias industriales ya no necesitan
imponerse mediante sus tropas, su bandera o sus leyes. Les basta ahora sostener y alentar
un consumismo ciego e irracional que empobrece al pueblo para llenarles a ellos, las arcas.
Y lo hacen comerciando no sólo con vestidos y detergentes, con máquinas y espejitos, con
cosméticos y películas, sino también –lo que ya es repugnante- mediante pastillas,
inyecciones, leches en polvo y ungüentos que si a veces hacen bien generalmente,
ocasionan daños. Para las trasnacionales se trata, simplemente, de un negocio más o sea
de otra manera de meter la mano a los bolsillos del pueblo para arrancharle los pocos
billetes que, a manera de excedente, les ha quedado después de una dura jornada de
trabajo. No importa a los directorios de esas corporaciones que esas drogas ocasionan
efectos secundarios perniciosos. El objetivo es lucrar, a como dé lugar sistemática y
racionalmente, con todas las manos. Y en esta tarea, infortunadamente, tienen el apoyo
consciente o involuntario de funcionarios sin escrúpulos que no vacilan en comerciar con el
hambre y las necesidades de la comunidad y también la callada complicidad de gremios y
profesionales que en vez de dejar oír su voz de protesta frente a estos delitos colectivos de
lesa humanidad más bien colaboran con esta política trasnacional de abusos y de
predaciones. (Castillo, 1979. p. 10)

Fuente.

Castillo, C. (1979). Remedios y Capitalismo. Lima: Realidad Nacional.

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