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EL APORTE DE LA ANTROPOLOGÍA A LA HISTORIOGRAFÍA

Fulvio Cabrera

Fulvio.cabrera@correounivalle.edu.co

Maestría en historia Universidad del Valle.

Augé Marc(1998), está interesado en reivindicar el trabajo del antropólogo, plantea entonces
tres elementos a tener en cuenta: en primer lugar: el terreno, en segundo lugar la metodología
y en tercer lugar: la construcción de un objeto. Entre otras cosas anota los riesgos que puede
tener la antropología con la interdisciplinariedad en primer lugar diluirse, en segundo
volverse micro observación y tercero convertirse en totalizante como lo es la historia.

“…La dificultad y el interés de las reflexiones sobre las relaciones entre antropología
e historia consisten en su objeto que es doble y complementario: las disciplinas
mismas y los terrenos a los que ellas se aplican. Esta dualidad está en la base de las
relaciones entre las dos disciplinas, una dualidad que evidentemente no deja de
presentar su ambigüedad puesto que puede uno preguntarse si es el carácter
específico del terreno lo que permite la especificidad de las disciplinas, o si, a la
inversa, no son los procedimientos disciplinarios los que construyen los terrenos a
los cuales ellos se aplican”1,
Esta es una vieja discusión si la antropología se vale de la historia o si por el contrario la
historia ha tenido que recurrir a la antropología para entender esas otros sociedades que no
tienen conciencia históricas, y que estuvieron por muchos siglos en el anonimato o
inexistencia invisibilizadas.

Es necesario resaltar la atención que coloca la antropología a estas sociedades, que están
por fuera de la estructura de la modernidad, al no poser escritura, no entran en los cánones
admitidos por la modernidad es decir no las pudo registra en archivos como tradicionalmente
la historiografía la requería, esto hace que la discusión de si es confiable o no este tipo de
fuentes para leer el pasado es lo que ha retrasado el estudio de muchos sucesos históricos y

11
Augé, Marc(1998), Hacia la Antropología de los Mundo Contemporáneos, Gedisa Editorial, Barcelona. Pp
13.
de los pueblos, escribiendo muchas veces convirtiéndose en la versión oficial,
desconociendo la de los pueblos bajo los patrones del dominante, quien tenía el poder.

Ahora bien el poder no es hegemónico, en este sentido las comunidades crean formas de
resistencia y de darle un giro al ese “poder” para valerse de todo lo que trajo la cultura
dominantes, en este sentido ciertas comunidades o pueblos crean nuevos niveles de
relacionarse con las entidades coloniales o los grupos evangelizadores para el caso de las
comunidades amazónicas o personas que representa otra cultura es decir la cultura
occidental.

Esta discusión l relaciono con mi investigación sobre la colonización de la amazonia entre


1880y 1930, momento de auge de todos actores externos: los misioneros capuchinos llegados
en 1880 al putumayo y las compañías caucheras, la historia se conocía sobre ellos era que
fueron literalmente exterminados, pero a través de la antropología y la etnografía podemos
apreciar otras lecturas de los pueblos sometidos que se adaptan y adoptan manejos entorno a
las relaciones e idiosincrasia de los agentes externos que entran en su territorio, que viene
bajo la vieja concepción que solo a través de infundir miedo podían controlar estas
comunidades y utilizarlas para su propio usufructo, lo que no contaban es que estos pueblos
también realizaban sus propias lecturas, utilizando también el miedo que les producía lagunas
prácticas que los indígenas pusieron a su servicio como la antropofagia o canibalismo y el
miedo a la chasmaneria o prácticas que para occidente eran asuntos de brujería, o las
enfermedad que se adquirían en la selva que para algunos los podía enloquecer como lo
afirma Eustacio Rivera en el libro: La Vorágine(1924), pero a su vez poseían el conocimiento
de las plantas para curar al “blanco” que ingresaba a la madre selva, como lo estudio
Taussig(1987)2, como mecanismo de resistencia y poder de las comunidades.

Los indígena utilizaron sus conocimientos que fueron adaptando como dijimos a las
creencias cristianas a su cultura pero también generando en occidental ritos y costumbre de
la culturas aborígenes. Esto lo conocemos como sincretismo cultural y fue muy valioso para
mantenerse como pueblos pues la cristiandad venia avasallando todo los terrenos: educativos,
familiares, alimenticios, medicinales, religiosos; proceso que no estuviera dentro de la lógica
y las características de los misioneros. por ejemplo el uso de ropa interior: para los indígenas

2
Taussig, Michael(1987), Chamanismo, Colonialismo, hombre salvaje, Editorial Norma 2 edición 2000.
esto era toda una tontería que incumplían o la cacería de los niños indígenas para incorpóralos
a los internados de los misioneros, por lo cual escondían a los niños en la selva3.

“… O acaso habrá que decir que toda historia puede ser mítica: es significativo que
hoy se haya podido hablar del "fin de la historia" en el momento mismo en que, por
las mismas razones, se proclamaba la muerte de las ideologías, es decir, de los mitos
reconocidos como tales y condenados a muerte a partir del momento en que se los
reconocía en su condición de tales”.4

Esto es otro elemento que podríamos dentro de la discutir entre si la historia ya perdió
vigencia, en tanto el mito supera la narración, reconoce el mito y a su vez su significado para
los pueblos autóctono y lo diferencia del o que entiende el “blanco” que lo narrado pierda
total o absoluta vigencia. Creo que en se sentido debemos ser extremadamente cuidadoso de
no pisar terrenos que podrían llegar a descalificar el trabajo del antropólogo en la medida en
que el cree fielmente en la historia oral de el sujeto, para lo cual se entraría en la paradoja si
la oralidad, el mito, la creencia ya es realidad por el solo hecho de ser construido por la tribu
por la comunidad. Es decir y para ellos el mito es tal cual, no se puede dudar. A esto es lo
llamaríamos la dualidad o la duda.

“…Con el término "etnohistoria" los etnólogos pretenden menos hacer la historia de


los pueblos estudiados que comprender la concepción que dichos pueblos tienen de
la historia o, más exactamente, la concepción que esos pueblos se forjan de su propia
historia. De la misma manera, la etnomedicina estudia las concepciones que se forjan
ciertas sociedades sobre la enfermedad, sobre los remedios, la curación y la salud”5.

La discusión que propone es sobre el uso de la palabra etnohistoria, la designar en específico


aquellos etnógrafos que se apoyan en la historia o ‘por el contrario aquellos historiadores que
utilizan el método antropológico de la etnología para encontrar claves que le permitan

3
Bonilla, Víctor(1968), Siervo de Dios y amo de Indios. El Estado, las Misiones Capuchinas en el Putumayo.
Editorial Tercer Mundo, Bogotá-
4
Augé, Marc(1998), Hacia la Antropología de los Mundo Contemporáneos, Gedisa Editorial, Barcelona. Pp
18.
5
Augé, Marc(1998), ídem pp 19.
comprender el comportamiento de eso pueblos en relación a un terreno y a unas prácticas
sociales.

Esta metodología que propone la etnografía abre entonces nuevas perspectivas a las prácticas
de investigación en la medida que utiliza los métodos del etnógrafo más allá de lo que le
proporciona el archivo en sí al historiador, para contrastarlo o para argumentar a partir de las
prácticas culturales de los pueblos, por ejemplo: el uso de instrumentos musicales como el
tambor en África, que de otra manera la tradición historiográfica no permites reconocer. Mas
aun todavía se niega el uso de estas fuentes o evidencia como fuentes historiográficas que
cobra nuevas connotaciones para la elaboración de nuevo estudios en la hisoria de estos
pueblos que como se han ido involucrando con ese contacto inter étnico aunque sería erróneo
limitar solo la antropología y la etnografía a las culturas aisladas de la sociedad llamada
“moderna”.

Los aportes de Levi Strauss al ordenar o plantear un esquema estructural para entender
fenómenos culturales nos lleva a reelaborar de nuevos paradigmas en las ciencias sociales y
en la interdisciplinaridad de los saberes.

“…el antropólogo se interroga ya sobre la significación de ésta o aquella modalidad


particular de memoria (aprende, por ejemplo, a interrogar los silencios, los olvidos
o las deformaciones de las genealogías, aprende a apreciar el papel real y el
funcionamiento ideológico de un suceso magnificado por la tradición), ya, en el
términos más generales, sobre el sentido”6

El mismo hecho de hablar de escuchar claves del silencio da toda una nueva elaboración e
interpretación cultural de las claves para entender la historia de los pueblos, si no hubiera
permitido la historiografía estos nuevos aportes estaríamos aceptando el “fin de la Historia”,
pero gracias a que este tipo de interpretaciones llegaron a transformas la simbología y
epistemología dentro de la historiografía pudimos superar los análisis de lo que Strauss
denomina “sociedades frías” sesgados en no reconocer esto elementos culturales que nos
permiten la comprensión del actuar de las comunidades y eso ya es mucho mas profundo,
porque no hablamos de grandes agrupaciones o clases sociales o castas o estirpe en relación

6
Augé, Marc(1998), ídem pp 20.
a las dinámicas de los pueblos por ejemplo en mi balance historiográfico en los documentos
indagados hay algunos textos escritos por etnógrafos y antropólogos que han hecho estudios
a las comunidades de la Andokes en el Putumayo y se plantean por un lado, la necesidad de
guardar un silencio como pacto de la comunidad para no recordar o hacerse daño con el
etnocidio del periodo del caucho cuando murieron mas de 30.000 indígenas que muchos
historiadores no reconocen.

Pero por el otro lado, también en “clave” se encontraron con comunidades que se han
incorporado el uso de instrumentos occidentales del Hacha en sus narraciones de los mitos
sobre el origen con la aparición del Hacha7 trascendiendo esa viaja idea de ver todo en blanco
y negro, esta es una discusión que se ha tenido en el ámbito del papel de los etnógrafos en el
sentido de si estas comunidades deben permanecer tal como se encontraban antes del contacto
con otros pueblos y culturas o por el contrario reconocer los proceso de sincretismos operados
a lo largo del contacto, un ejemplo de lo anterior se resumen en este fragmento del
antropólogo Roberto Pineda al recoger en 1975 algunas de los mitos indígenas del Putumayo
:

“EL HACHA DEL TIGRE DE LA BOCANA

"El nacimiento de las mercancías" (M 1). Narrador /Jiñeke/. Clan: Gavilán; "Te voy a contar la historia de la
hija del capitán /Di-ijofi/ (1) "La Garza del Centro" (Egreta Alba). La hija del capitán Garza del Centro fue la
madre de todos. Eso te voy a contar. Ella no tenía marido y nunca la tocó ningún hombre. Se le formaron solos
los hijos que tuvo. A punta de pensamiento, de historia, de tanto pensar. Tuvo hijos porque no había nada. Eso
te voy a contar.

El papá de ella y el hermano de ella tenían maneadero. Y al lado de ellos, en el centro de la maloca, vivía ella.
Vivía encarcelada para que no la viera nadie. Entonces cuando ellos se dieron cuenta que había engendrado
al perro, el hermano preguntó: — Qué tuvo? Entonces ella responde:

— Cómo que qué tuve? Es un hermano suyo que lo va a acompañar. Enseguida tuvo la cadena para amarrar
al perro; enseguida engendró un hacha de acero; después engendró el machete; después tuvo la olla; después
tuvo el plato; después tuvo el cuchillo; después la ropa; después…”8

7
Pineda Camacho, Roberto(1975)” "La gente del Hacha", breve Historia de la tecnología según una tribu
amazónica” En : Revista Colombiana de Antropología, Vol. XXVII, Bogotá. Pp 435- 478.
8
Pineda Camacho, Roberto(1975)” Ídem Pp 445.
En esta narración Pineda(1975) explica porque los pueblos originarios realizaron lo que los
antropólogos han denominada un proceso de sincretismo cultural, al hacer como propias
varios de los elementos culturales de occidente, a través de los instrumento de trabajo y
utensilios domésticos traído por los colonos en especial los caucheros con la firme
intencionalidad de -endeudarlos- para la extracción del caucho en la chacras de sangrado del
árbol de caucho. Pero lo interesante es que estos pueblos ven en esos instrumentos de acero
y utensilios de cocina como: ollas, hachas como objetos que favorecían sus vidas y para el
bienestar para su pueblo, facilitándoles muchas labores como el corte de las plantas o la
cocción de los alimentos frente a lo que se tenia en su pasado que eran meros instrumentos
hechos de madera, a tan punto y esto es para resaltar de incorporarlos al mundo del mito, de
sus creencias.

Este tipo de análisis no hubieran sido posible sino bajo los códigos y la mitología de un
etnógrafo que realiza su interpretación y además encuentra otras claves o lecturas de la misma
pues no hace solo una lectura histórica o cultural plana sino que ve otras variables como son
la idiomática y lingüística al momento de efectoras su narración9.

La otra gran discusión es si hemos cruzado ese viejo conservadorismo como señalara Claude
Levi Strauss de la sociedades Calientes y frías, que en mi parecer explican esas luchas de
poder entre lo que esta inmóvil y las ideologías que pretender dar a traste con
ella:“…antropólogo, el sentido es siempre el sentido social, es decir, las significaciones
instituidas y simbolizadas de la relación de uno con los demás”10

9
“…Entre tanto, durante la segunda mitad del siglo xix y principios del siglo xx emergió también un destacado
grupo de naturalistas, viajeros y exploradores que se propusieron describir aspectos de las sociedades
indígenas del noroeste amazónico, para entonces una región poco conocida, debido a la presencia de grandes
raudales que dificultaban la navegación y el comercio, aunque esto no había impedido el reclutamiento de los
indígenas para el trabajo del caucho y el establecimiento de barracas en prácticamente todo el territorio”. En:
Pineda Camacho, Roberto(2005),” La Historia, los Antropólogos y la Amazonia” Revista antípoda número 1,
pp 123.
10
Eugé,Marc(1998), idem pp 22.

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