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El imperio inca

¿Sabías que en toda la historia de la humanidad, el imperio inca ha sido el estado más poblado y más
extenso que se ha organizado sin conocer la escritura?

Los orígenes míticos de los incas

Los relatos antiguos de los incas enseñan que el dios del sol, Inti, surgió del lago Titicaca. Inti tuvo hijos a los
que encomendó que ilustrasen a todos los pueblos en la civilización, como el fuego, el cultivo de la patata,
etc. La arqueología ha demostrado la existencia de una desarrollada cultura en Tihuanaco, a orillas del lago
entre los siglos IV a X, que desapareció súbitamente, abandonando las ciudades. Los descendientes de Inti
entonces se dedicaron al pastoreo y vivieron en cuevas hasta la época de Manco Cápac (en quechua Manqu
Qhapac “fundador poderoso”). Este jefe poseía una vara de oro puro y la misión de elegir un lugar donde
plantarla y construir una ciudad a su alrededor. Marchó Manco Cápac con su pueblo hacia el norte hasta el
valle de Cuzco, donde clavo su vara entre dos arroyos. Las tribus que allí vivían se dispusieron a guerrear con
ellos, pero una esposa de Manco Cápac, Mama Huaca (Mama Wak’a “madre sagrada”), que era una
formidable guerrera y experta en las boleadoras hizo huir a sus enemigos. Así los incas fundaron en el siglo
XII el reino de Cuzco.

La expansión del imperio inca

Durante varias generaciones los incas los descendientes de Manco Cápac reinaron en Cuzco, hasta la época
de Pachacuti (Pachakutiq “el que conmueve el mundo”), (siglo XV), que conquistó la tribu de los Chancas
ampliando el reino a un imperio en el altiplano peruano. Pachacuti también ordenó la construcción de
Machu Picchu y organizó el imperio en cuatro regiones con gobernadores. Su hijo Túpac Inca (T’upaq Inka
“noble emperador”) fue un formidable estratega y amplió colosalmente el imperio. Conquistó primero el
reino de Chimor en el norte, sometiendo los diversos pueblos hasta la actual frontera entre Colombia y
Ecuador. A la muerte de su padre, se dirigió al sur, venciendo a los Aymaras y expandiendo el imperio hasta
la mitad norte de Chile. Allí los Mapuches pusieron freno a sus conquistas igual que harían con los españoles
más tarde. Conforme su fama se acrecentaba, Túpac Inca sometió muchos pueblos sin derramamiento de
sangre, si estos aceptaban el dominio supremo del Inca o emperador. En caso contrario, los conquistaba con
su ejército, y llevaba a los herederos a Cuzco donde se criaban entre los nobles incas, hasta llegar a llegar a
la mayoría de edad y actuar como gobernadores de sus pueblos. Usualmente casados con una mujer inca de
noble cuna para asegurar su lealtad.

La conquista española del imperio inca

A principios del siglo XVI los españoles descubrieron que un gran imperio se hallaba al sur de sus posesiones
en Nueva Granada (actual Colombia). Los primeros contactos hicieron que muchos indígenas cayeran
mortalmente enfermos de viruela y gripe. Entre ellos Huayna Cápac (Wayna Qhapaq “joven poderoso”, el
emperador, hijo de Túpac Inca, que fue a investigar la llegada de los extraños extranjeros. Francisco Pizarro
alcanzó tierras incas en 1529, fascinado con sus riquezas decidió comandar un pequeño ejército a dichas
tierras. Volvió en 1532 con la fortuna de encontrar el imperio en una guerra civil entre los dos hijos Túpac
Inca: Huáscar y Atahualpa. Atahualpa finalmente derrotó a su medio hermano e invitó a Pizarro a la cuidad
de Cajamarca donde descansaba su ejército de 80.000 hombres tras la guerra. Pizarro y su hueste de 168
hombres fueron allí y exigieron a Atahualpa el sometimiento ante el rey de España, Carlos V, y su conversión
al cristianismo. Ante la negativa del Inca, se produjo una lucha. Las fuerzas de Pizarro, aunque en clara
desventaja numérica, tenían una amplísima ventaja tecnológica: poseían arcabuces, espadas largas de acero
y armaduras. Mientras los incas luchaban con cuchillos de bronce. Pero sobretodo los 27 caballos que trajo
Pizarro con su hueste marcaron la diferencia, pues lo incas jamás habían contemplado dicho animal ni
habían desarrollado tácticas para luchar contra la caballería. De este modo Pizarro pudo apresar al
emperador. Atahualpa prometió una habitación llena de oro por su rescate, pero Pizarro una vez conseguido
el oro ejecutó al Inca, y empezó la época de dominación española con el virreinato del Perú.

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