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l Tzvetan Todorov

LOS GENEROS
DEL DISCURSO

Traducción
Jorge Romero León

!'

i'

Monte A vi/a Editores


Latinoamericana
NOTA DEL AUTOR

1a edición, 1996

Título original
Les genres du discours

Los TFXTOS QUR siguen son lo suficientemente explícitos en sí


mismos para que sea necesario hablar aquí de ellos. Además, el primero
puede ser leído como un programa que los otros tratarán de desarrollar
e ilustrar. Están agrupados en cuatro secciones. La primera es de
carácter general y teórico: en ella se definen y se discuten las nociones
de literatura, discurso y género. La segunda está compuesta por estudios
acerca de los grandes ,géneros" literarios: la .ficción y la poesía, cuyo
problema común vendría a ser el de la representación a través de/len-
guaje. La tercera sección reúne los análisis de algunos textos particula-
res; estos análisis han sido reunidos siguiendo una problemática co-
mún de/lenguaje y del psiquismo humano: parten del rechazo de una
cierta idea de la inten·oridad e incluso de la oposición entre lo exten"or
© EDITIONS DU SEUIL, 1978 y lo interior. Finalmente, la última parte está consagrada a los géneros
D.R. © MONTE AVILA EDITORES LATINOAMERICANA, C. A., 1991 no literarios, teniendo allí un lugar importante las cuestiones acerca de
Apartado Postal 70712, Zona 1070, Caracas, Venezuela los niveles de análisis y de la variedad de las .formas verbales. Aunque
ISBN: 980-01-0865-3 estos estudios están animados por un espíritu común, el cual tiene su
Diseño de colección y portada: Claudia Leal origen en la idea de que la literatura es una e:xploración de las
Autoedición electrónica: IMPRIMATUR, artes gráficas potencias de/lenguaje (de hecho la más intensa), fueron escritos sepa-
Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela
radamente, entre 1971 y 1977; de allí ciertas repeticiones, o al contra-
rio, ciertas divergencia...c;;, que no deseé eliminar sistemáticamente, pues
<Ter> que el proceso deformación y de enunciación de una idea puede
(o/ menos) ser tan instructivo como su simple enunciado.
1ltf:Y algo perturbador en la relectura de estos textos y que tal vez
suscitará la reticencia de mi lector: me rf!fiero al carácter, en cierto·
modo intermedian:o, de estos textos. No me interesa la pura especula-
ciún, tampoco la descripción de los hechos en sí: no me canso de pasar
de una a otra. El campo completo de la teoría literaria posee este estatus
intermedio: doblemente tentado por una rf!flexión totalmente general y
por el estudio concreto de los textos. La misma ambigüedad se prolonga
incluso en el estilo de la exposición. Trato de alf!jarme tanto de un
impresionismo que me parece irresponsable -no porque esté privado
de una teoría sino porque no desea conocerla- como de unformalismo
terrorista, en el cual todo el eifuerzo del autor se agota en descubrir una
nota aún más precisa para una observación a menudo pobre. Quisiera
que mi discurso permaneciera permeable, sin por eso volverse informe;
pero, como se sabe, queriendo ganar en los dos campos, se corre el riesgo
de perder en ambos: destino poco envidiable, al cual sin embargo no I
sabría renunciar.
LA NOCIÓN DE LITERATURA

ANTEs DE SUMERGIRNOS en el abismo de la pregunta acerca de


..qué es·· la literatura, ayudémonos de un ligero salvavidas: nuestra
pregunta no es acerca del ser mismo de la literatura, sino acerca del
discurso que, como el nuestro, intenta hablar de ella. La diferencia
reside más en el recorrido que en el objetivo final; pero, ¿quién sabe
si el camino recorrido no es a fin de cuentas más interesante que la
meta en sí?
Hay que comenzar por poner en duda la noción misma de literatura,
no porque exista la palabra o porque se encuentre en la base de toda
una institución universitaria esta noción es obvia.
Se podrían encontrar, primero, las razones empíricas de esta duda.
Todavía no se ha llevado a cabo la historia completa de esta palabra
en todas las lenguas y en todas las épocas; pero una ojeada aun
superficial sobre la cuestión revela que ella no ha estado siempre
presente. La palabra "literatura", en las lenguas europeas y en su sentido
actual, es reciente: data apenas del siglo XIX. ¿Se trata entonces de un
fenómeno histórico, para nada "eterno»? Por una parte, numerosas
lenguas (del Africa por ejemplo) no conocen un término genérico para
designar todas las producciones literarias; y ya no estamos en la época
de Lévy-Bruhl para encontrar la explicación de esto en la famosa
LA NOCION DE LITERAruRA
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naturaleza "primitiva, de estas lenguas que ignoraran la abstracción y, ahora) no corresponde forzosamente una entidad estructural. Estructu-
de esta manera, a las palabras que designan al género y no a la especie. ra y función no se implican mutuamente de una manera estricta aun
A estas primeras constataciones se agregarla la de la dispersión que si entre ellas las afinidades son siempre obsetvables. Se trata más' bien
conoce actualmente la literatura: frente a la gran variedad irreductible de una diferencia de punto de vista que de objeto: si uno descubre que
de escritos que tendemos a agregarle a la literatura, y dentro de pers- la literatura (o la publicidad) es una noción estructural, habrá que rendir
pectivas tan diferentes, ¿quién se atrevería hoy a separarla de aquello cuenta ele la función de sus elementos constitutivos; recíprocamente,
que aparentemente no es literatura? la entidad funcional llamada "publicidad, forma parte de una estructura
Este argumento no es contundente: una noción puede tener derecho que es, digámoslo, la sociedad. La estructura está hecha de funciones
a existir sin que le corresponda una palabra precisa del vocabulario; y las funciones crean una estructura; pero como el punto de vista e~
pero conduce a una primera duda sobre el carácter "natural, de la el que determina al objeto de conocimiento, la diferencia no es menos
literatura. Sin embargo, un examen teórico del problema no nos irreductible.
brindarla una mayor tranquilidad. ¿De dónde nos viene la certeza de La existencia de una entidad funcional denominada "literatura, no
que una entidad como la literatura existe? De la experiencia: estudia- implica en absoluto la existencia de una entidad estructural (aunque
mos las obras literarias en la escuela y después en la universidad; ella nos incite a buscarla). Ahora bien, las definiciones funcionales de
encontramos este tipo de libros en las tiendas especializadas; estamos la literatura (lo que ésta hace y no lo que ella es) son muy numerosas.
acostumbrados a citar autores "literarios, en la conversación corriente. No hay que creer que esta vía conduce siempre a la sociología: cuando
Una entidad llamada "literatura, funciona a nivel de las relaciones un metafísico como Heidegger se interroga sobre la esencia de la
intersubjetivas y sociales; esto parece indudable. De acuerdo. ¿Pero qué poesía, aprehende igualmente una noción funcional de la misma. Decir
se ha demostrado con ello? ¿El hecho de que en un sistema más vasto, que ·<Cl arte es la puesta en obra de la verdad", o que "la poesía es la
una sociedad y una cultura determinadas, exista un elemento identifi- fundación del ser a través de la palabra", equivale a formular un deseo
cable, al cual uno se refiere a través de la palabra «literatura••, demuestra sobre lo que el arte y la poesía deberían ser, sin pronunciarse acerca
acaso que todos los productos particulares que asumen esa función de los mecanismos específicos que los posibilitan a realizar estas tareas.
participan de una naturaleza común, a la cual igualmente tenemos Aunque sea una función ontológica no deja de ser al fin y al cabo una
derecho de identificar? De ninguna manera. función. Incluso, Heidegger mismo admite que la entidad funcional no
Llamemos ·<funcional, a la primera aprehensión de esta entidad, corresponde a una entidad estructural, ya que por otra parte, en su
aquella que la identifica como un elemento de un sistema más vasto, investigación, él nos aclara que, "solamente se trata del gran atte". No
y como una unidad que "hace, algo específico dentro de ese sistema; disponemos de un criterio interno que nos permita identificar toda obra
llamemos "estructura}.. a la segunda, en la cual buscamos ver si todas de arte (o literaria), sino solamente de una afirmación acerca de lo que
las instancias que asumen una misma función participan de las mismas una patte del arte (la mejor) debería hacer.
propiedades. Los puntos de vista funcional y estructural deben ser Así pues, es posible que la literatura no sea sino una entidad
rigurosamente diferenciados, aunque podamos pasar perfectamente funcional. Pero yo no tomaré esa vía y admitiré, corriendo el riesgo de
del uno al otro. Tomemos como ejemplo, para ilustrar la diferencia, un decepcionarme al final, que ella también posee una entidad estructural
objeto distinto: la publicidad asume, ciertamente, una función precisa y buscaré saber cuál es. Otros optimistas me han precedido, y puedo
en el seno de nuestra sociedad; pero la cuestión se vuelve mucho más partir de las respuestas que ellos han sugerido. Sin entrar en el detalle
difícil a partir del momento en que nos interrogamos acerca de su histórico, intentaré examinar los dos tipos de solución propuestos más
identidad estructural: ella puede tomar préstamos de los media, visua- frecuentemente.
les y sonoros (y aun de otros), puede tener una duración en el tiempo, Desde la antigüedad hasta la mitad del siglo XVIII, se presenta,
ser continua o discontinua, servirse de mecanismos tan variados como implícita o explícitamente, la misma definición en los escritos de los
la incitación directa, la descripción, la alusión, la antífrasis, y así teóricos del arte occidental. Observándola detenidamente, esta defini-
sucesivamente. A la entidad funcional incontestable (admitámoslo por ción contiene dos elementos en desacuerdo: genéricamente, el arte es
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una imitación, diferente según el material que se utilice; la literatura es porque el témlino genérico «imitación· debe perder todo sentido pre-
imitación a través del lenguaje, así como la pintura lo es a través de la ciso para que continúe siendo pertinente; a menudo, la poesía no evo-
imagen. Específicamente, no se trata de cualquier imitación, ya que uno ca ninguna representación exterior, ella se basta a sí misma. La cuestión
no imita forzosamente las cosas reales, sino también las cosas ficticias, se vuelve mucho más compleja a partir del momento en que se presta
las cuales no tienen necesidad de haber existido. La literatura es una atención a géneros que, a pesar de estar considerados como menores,
ficción: esta es la primera definición estmctural. están presentes en todas las literaturas del mundo (oraciones, exhorta-
La formulación de esta definición no se realizó en un día y se ha ciones, proverbios, adivinanzas, canciones infantiles) y que, evidente-
revestido sucesivamente de términos muy variados. Uno puede supo- mente, exponen problemas diferentes. ¿Acaso vamos a afirmar que es-
ner que es esta propiedad de la literatura la que lleva a Aristóteles a tos géneros también "inlitan", o los vamos a descartar del conjunto de
constatar que "la poesía se ocupa más de lo general y la historia de lo hechos que hemos designado con el nombre de "literatura··?
particular" (Poética, 1451 b; al mismo tiempo, esta observación apunta Si bien todo lo que ha sido considerado como literatura no es obli-
también a otra cosa): las frases literarias no designan acciones particu- gatoriamente ficticio, inversamente, toda ficción no es forzosamente
lares, las únicas que pueden producirse realmente. En otra época se literatura. Por ejemplo, tomemos las <Historias de los casos·· de Freud:
dirá que la literatura es esencialmente mentirosa, falsa; Frye ha recor- no sería pertinente preguntarse si todas las peripecias en la vida del
dado la ambigüedad de los términos ..fábula", ,,ficción", «t1lito", los cuales pequeño Hans o del hombre de los lobos son verdaderas o no; ellas
se aplican tanto a la ,,literatura" como a la "mentira". Pero esto no es jus- comparten exactamente el estatus de la ficción: todo lo que uno puede
to: estas frases no son más ,falsas" que "verdaderas"; los primeros lógicos decir es que ellas ilustran bien o mallas tesis de Freud. Tomemos un
modernos (Frege, por ejemplo) observaron ya que el texto literario no ejemplo diferente: ¿incluiremos en la literatura todos los nlitos, ya que
se somete a la prueba de la verdad, que él no es ni verdadero ni falso ellos son con toda certeza ficticios?
sino precisamente ficticio. Lo cual, hoy, se ha convertido en un lugar Claro está que no soy el primero en criticar la noción de inlitación
común. en la literatura o en el arte. A lo largo del clasicismo europeo se trató
¿Es esta definición satisfactoria? Uno podría preguntarse si no se está de corregirla para volverla más utilizable. Pues devino necesario darle
aquí sustituyendo la definición de la literatura por una de sus conse- a este término un sentido más amplio para que fuera conveniente a to-
cuencias. Nada impide que una llistoria que relate un hecho real sea das las actividades enumeradas; pero entonces se aplicó también a otras
percibida de manera literaria; no hay que cambiar nada en su compo- cosas, demandando como complemento una especificación: la imi-
sición, sino decirse simplemente que uno no se interesa en su verdad tación debe ser "artística··, lo cual equivale a retomar el térnlino y a de-
y que uno la lee ,,como" si fuera literatura. Uno puede imponer una finirlo desde el interior nlismo de la definición. En algún momento del
lectura .. literaria·· a cualquier texto: la cuestión de la verdad no será siglo XVIII se operó la inversión: más que acomodarse a la antigua defi-
propuesta "porque·· el texto es "literario••. nición, se propone otra completamente independiente. Nada más indi-
Más que una definición de la literatura, aquí nos es dada, de manera cativo al respecto que los títulos de los dos textos que marcan los línlites
indirecta, una de sus propiedades. ¿Pero puede uno observar esto en de los dos períodos. En 1746 aparece una obra de estética que resume
todo texto literario? ¿Acaso es por azar que aplicamos voluntariamente el sentido común de la época: se trata de Les Beaux-Arts réduits a un
la palabra ,,ficción" a una parte de la literatura (novelas, cuentos, obras meme príncipe, del abad Batteux; el principio en cuestión es la imitación
de teatro) pero que lo hagamos mucho más difícilmente con la poesía, de la bella naturaleza. En 1785 otro título le hace eco: el Essai de réunion
otra de sus partes? Uno querría decir que, al igual que la frase novelesca de tous les beaux-arts et sciences sous la notion de l 'accomplissement en
no es ni verdadera ni falsa a pesar de que describa un evento, la frase soi de Karl Philipp Moritz. Las bellas artes se encuentran de nuevo
poética no es ni ficticia ni no ficticia: la pregunta no se realiza en la reunidas, pero esta vez en nombre de lo bello, entendido éste como ..un
medida nlisma en que la poesía no cuenta nada, no designa ningún fin en sí mismo••.
hecho, sino que se contenta, a menudo, con fom1ular una meditación, En efecto, la segunda gran definición de la literatura se sitúa
una impresión. El térnlino específico . ficción·· no se aplica a la poesía precisamente dentro de la perspectiva de lo bello; aquí, "gustar, vence
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a "instntir". Ahora bien, la noción de lo bello se cristalizará hacia finales deviene autotélico; esta es su segunda definición estructural.
del siglo XVIII en una afirmación del carácter intransitivo y no instnl- Examinemos también esta hipótesis. El lenguaje literario, ¿es el único
mental de la obra. Lo bello, después de haber sido confundido con lo lenguaje sistemático que existe? Sin lugar a dudas, la respuesta es ne-
útil, se define ahora por su naturaleza no utilitaria. Moritz escribe: "Lo gativa. No es solamente dentro de campos a menudo comparables a
verdaderamente bello consiste en que una cosa no significa sino lo que la literatura --como la publicidad- que uno puede observar una orga-
ella misma quiere decir; no designa ni contiene sino a sí misma; ella nización rigurosa, e incluso el empleo de mecanismos idénticos (rima,
es un todo en sí mismo». Pero lo bello es precisamente aquello que polisemia, etc.), sino también dentro de campos que están en principio
define al arte: bastante alejados del literario. ¿Acaso podemos afirmar que un discurso
judicial o político no está organizado, que no obedece a reglas estrictas?
si una obra de arte tuviera por única razón de ser la de indicar algo que Por otra parte, no es por az:1r que hasta el Renacimiento y, sobre todo,
le es exterior, ella se convertiría en un simple accesorio; en cambio, en en la antigüedad greco-latina, al lado de la Poética se encontrara
el caso de lo bello, se trata siempre de que él mismo constituya lo siempre la Retórica (es más, habría que decir que la Poética no se estu-
esencial.
diaba sino después de la Retórica), la cual tenía la tarea de decodificar
las leyes de los discursos no literarios. Se podría incluso ir más lejos y
La pintura es el conjunto de imágenes que uno percibe en sí mismas
cuestionar la pertinencia misma de una noción como la de "sistema de
y no en función de otra utilidad; la música, los sonidos cuyo valor
la obra», precisamente a causa de la gran facilidad con la que uno
reside en ellos mismos. En fin, la literatura es un lenguaje no instm-
puede siempre establecer tal "sistema». La lengua no contiene sino un
mental, cuyo valor reside en sí tnismo; o como dijo Novalis, en ser "una
número limitado de fonemas, y más aún de rasgos distintivos; las cate-
expresión por la expresión'. Podrá encontrarse una exposición más
gorías gramaticales de cada paradigma son poco numerosas: lejos de
detallada de esta inversión en la parte central de mi obra Teorias del
ser poco frecuente, la repetición es inevitable. Se sabe que Saussure
símhold.
formuló una hipótesis sobre la poesía latina, según la cual los poetas
Esta posición será defendida por los románticos alemanes, quienes
inscribían dentro de la trama del poema un nombre propio: el del desti-
a su vez la dejarán como legado a los simbolistas; ella dominará todos
natario o el del objeto de la poesía. Su hipótesis llegaba a un impa.•;;se,
los movimientos simbolistas y post-simbolistas en Europa. Más aún, se
no por falta de pruebas, sino más bien por una sobreabundancia de
convertirá en la base de las primeras tentativas modernas de crear una
las mismas. En un poema más o menos largo uno puede encontrar
ciencia de la literatura. Ya sea dentro del Formalismo mso o del New
inscrito cualquier nombre. Es más, por qué limitarse a la poesía: "esta
Criticism, se parte siempre del mismo postulado. La función poética es
costumbre era una segunda naturaleza de todos los Romanos cultos
aquella que coloca el acento sobre el "mensaje,, mismo. Aún hoy es la
que tomaban la pluma para decir la palabra más insignificante» ¿Y por
definición dominante, incluso si varía su formulación.
qué solamente los Romanos? Saussure llegará incluso a descubrir el
A decir verdad, tal definición de la literatura no merece ser calificada
nombre de Eton en un texto latino que servía de ejercicio para los
de estmctural; en ella se nos dice lo que la literatura debe hacer, pero
estudiantes de ese colegio del siglo XIX; desafortunadamente para él,
de ninguna manera cómo llega a hacerlo. Sin embargo, la perspectiva
el autor del texto era un "scholar» del King's College de Cambridge del
funcional muy pronto va a ser completada por un punto de vista
siglo XVII, y el texto no fue adoptado en Eton sino cien años después.
estructural: más que ningún otro, es el carácter sistemático de la obra
Debido a que tal facilidad se encuentra en todas partes, el sistema
el único aspecto que nos hace percibirla en sí misma. Diderot ya definía
termina no estando en ninguna. Consideremos ahora una pmeba com-
de esta manera lo bello; luego se sustituirá en seguida el término "lo
plementaria: ¿todo texto literario es sistemático hasta el punto de que
bello» por el de "forma)), el cual, a su vez, será reemplazado por el de
lo podamos calificar de autotélico, intransitivo y opaco? Se puede
"estmctura''· Los estudios formalistas tendrán el mérito (y es por ello que
concebir perl.ectamente el sentido de esta afirmación en el momento
fundan una ciencia de la literatura: la poética) de ser los estudios del
de aplicársela al poema, objeto pleno en sí mismo, como habría dicho
sistema literario, del sistema de la obra. La literatura es entonces un
Moritz; ¿pero y la novela? La idea de que la novela es un "trozo de vida»
"sistema», un lenguaje sistemático que, poniendo el acento en sí mismo,
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desprovisto de convenciones y, por lo tanto, de un sistema, está muy Continúa luego otra distinción, que aparentemente prolonga la
lejos de nuestra perspectiva; además, este sistema no vuelve al lenguaje oposición entre uso corriente y uso literario del lenguaje. «Es sobre el
novelesco "opaco... Al contrario, este último sirve (al menos en la novela plano referencial que la naturaleza de la literatura surge más claramen-
clásica europea) para representar los objetos, eventos, acciones, per- te", nos dice Wellek, ya que en las obras más "literarias, "uno se refiere
sonajes. Tampoco puede afirmarse que la finalidad de la novela reside, a un mundo de ficción, de imaginación. Las aserciones de una novela,
no en el lenguaje, sino en el mecanismo novelesco, que lo "opaco", en de un poema, o de una pieza de teatro no son literalmente verdaderas·
'
este caso, es el mundo representado. Tal concepción de la opacidad no son proposiciones lógicas". Y es éste, concluye, el "rasgo distintivo
(de lo intransitivo, del autotelismo), ¿no puede aplicarse también a cual- de la literatura,: es decir, la "ficcionalidad·.
quier conversación cotidiana? En otros términos, hemos pasado, sin siquiera damos cuenta, de la
segunda a la primera definición de la literatura. El uso literario ya no
En nuestra época, varios ensayos han sido realizados para amalga- se define por su carácter sistemático (y por lo mismo autotélico), sino
mar las dos definiciones de la literatura. Pero como ninguna, tomadas por la ficción, por proposiciones que no son ni verdaderas ni falsas.
aisladamente, es del todo satisfactoria, su simple suma no bastará para ¿Quiere decir esto que la una iguala a la otra? Sin hablar de demostra-
hacernos avanzar. Para remediar esta debilidad hay que "articular.. las ción, tal afirmación merece al menos una formulación. No hemos avan-
dos, en lugar de agregarlas simplemente o mucho menos confundirlas. zado más del punto donde Wellek concluye que todos estos términos
Desafortunadamente es lo que frecuentemente sucede. Tomemos va- (organización sistemática, toma de conciencia del signo y de la ficción)
rios ejemplos. son necesarios para caracterizar a la obra de arte; la cuestión que nos
En un capítulo de la obra de Wellek y Warren, René Wellek trata planteamos es precisamente ésta: ¿cuáles son las relaciones que unen
acerca de la "naturaleza de la literatura... El señala primeramente que "el a estos ténninos?
medio más simple de resolver el problema es precisando el uso parti- Northrop Frye, de manera comparable, destaca el problema en el
cular que la literatura hace del lenguaje .., estableciendo así tres usos capítulo "Fases literales y descriptivas: el símbolo como motivo y como
principales del mismo: el literario, el cotidiano y el científico. Luego signo .. , en Anatomía de la crítica 2 . También él comienza por establecer
opone, sucesivamente, el uso literario a los otros dos. En oposición al una diferencia entre uso literario y no literario del lenguaje (reuniendo
científico, el lenguaje literario es "connotativo.. , es decir, ambiguo y rico así en uno solo los términos de "cotidiano, y "científico.. de los cuales
en asociaciones; opaco (al contrario del uso científico del lenguaje, en hablaba Wellek). La oposición subyacente se encuentra entre la orien-
el cual el signo es «transparente, no llama la atención sobre sí mismo tación externa (aquello que los signos no son) y la interna (los signos
señalándonos sin ninguna ambigüedad su propio referente ..); es pluri- tnismos, los otros signos). Las oposiciones entre centrífugo y centrípeto,
funcional: no solamente referencial, sino también expresivo y pragmá- entre fases descriptivas y literales, entre símbolos-signos y símbolos-
tico (conativo). En oposición al uso cotidiano del lenguaje, el literario motivos, son correlativos a la primera diferenciación. Es la orientación
es sistemático («el lenguaje poético organiza y concentra las fuentes del interna la que caracteriza al uso literario. De paso, remarquemos que
lenguaje corriente ..) y autotélico porque él no encuentra su justificación Frye, al igual que Wellek, jamás afirma la presencia exclusiva de esta
fuera de sí mismo. orientación en la literatura sino sólo su predominio.
Hasta aquí podríamos creer que Wellek es partidario de nuestra se- Aquí, nuevamente, reencontramos una versión de nuestra segunda
gunda definición de la literatura. Colocar el acento sobre una función definición de la literatura; y una vez más, sin siquiera darnos cuenta,
cualquiera (referencial, expresiva o pragmática) nos lleva lejos de la li- nos deslizamos dentro de la primera. Frye escribe:
teratura, dentro de la cual el texto vale por sí mismo (esto es lo que
se denomina función estética, y era ya la tesis de jakobson y Muka- En todas las estructuras verbales literarias, la orientación definitiva de
la significación es interna. En literatura, las exigencias de la significación
rovsky en los años treinta). Las consecuencias estructurales de estos externa son secundarias, pues las obras literarias no pretenden ni
puntos de vista funcionales son: la tendencia al sistema y la valorización describir ni afirmar, ya que no son ni verdaderas ni falsas. ( ... ) En
de todas las facultades simbólicas del signo. literatura, los planteamientos acerca de la verdad y la realidad están
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subordinados al objetivo literario esencial, el cual consiste en producir es cierto que existen textos ficticios desprovistos de esta propiedad: el
una estructura verbal que encuentre dentro de sí su propia justificación; relato puede estar gobernado únicamente por la lógica de la sucesión
y el valor representativo o apelativo de los símbolos es mucho menos
importante que la estructura de los motivos relacionados entre sí.
y de la causalidad (aunque tales ejemplos sean raros). Si en cambio
entendemos aquella expresión en el sentido más amplio de "presencia
En esta última frase ya no es la transparencia sino la no-ficción (la de una organización cualquiera", entonces todos los textos tlcticios po-
pertenencia al sistema verdadero-falso) lo que se opone a lo opaco. seen esta "orientación"; pero difícilmente puede uno encontrar un texto
El pasaje que ha pemlitido este paso es la palabra "interna". Ella figu- que no la posea. Así, la segunda implicación tampoco es rigurosa y no
ra en las dos oposiciones: en una, como sinónimo de . opaco", en otra, tenemos el derecho a postular que los dos sentidos de la palabra "in-
de ..ficticio». El uso literario del lenguaje es "interno., debido a que el terna., sean en efecto uno solo. Una vez más, las dos oposiciones (y las
acento recae sobre los propios signos, y a que la realidad evocada por dos definiciones) han sido yuxtapuestas desarticuladamente.
éstos es ficticia. Pero quizá más allá de la simple polisemia (y de la con- Todo lo que podemos retener es que las dos definiciones permiten
fusión elemental) existe una implicación mutua entre los dos sentidos rendir cuenta, si no de todas, sí de un buen número de obras calificadas
de la palabra "interna.,: es decir, que toda ..ficción., es "opaca" y toda frecuentemente de literarias; también, que estas dos detlniciones guar-
..opacidad., . ficticia". Es lo que parece sugerir Frye cuando afirma en la dan entre sí una relación afín aunque no se impliquen forzosamente .
página siguiente que si un libro de historia siguiera el principio de De lo contrario, permaneceríamos en la vaguedad y la imprecisión.
simetría (de sistema, por lo tanto, de autotelismo), entraría por eso mis- Tal vez el relativo fracaso de mi investigación se explica por la
mo dentro del dominio de la literatura y, en consecuencia, de la ficción. naturaleza misma de la pregunta que me planteé desde el comienzo.
Intentemos ver hasta qué punto es real esta doble implicación, lo cual Constantemente me pregunté: ¿qué distingue a la literatura de lo que
tal vez nos aclare más acerca de la naturaleza de la relación entre no es literatura? ¿Cuál es la diferencia entre el uso literario del lenguaje
y el no literario? Ahora bien, interrogándome de esta manera acerca de
nuestras dos definiciones de la literatura.
Supongamos que el libro de historia obedece al principio de simetría la noción de literatura suponía ya adquirida la existencia de otra noción
(encontrándose así dentro del dominio de la literatura, según nuestra coherente: la de la "no-literatura". ¿Acaso no es mejor comenzar por
segunda definición); ¿gracias a ello, deviene ficticio este libro (literario, cuestionar esta última noción?
según la primera definición)? La respuesta es negativa. Tal vez sea un Ya sea que nos hablen de escritura descriptiva (Frye), de uso co-
libro mediocre de historia, el cual, para salvaguardar las simetrías, está rriente (Wellek), de lenguaje cotidiano, práctico o normal, se postula
ya preparado para lesionar la verdad. El pasaje aquí se cumplió entre siempre una unidad que al parecer es de las más problemáticas a partir
lo ..verdadero" y lo ..falso", y no entre "lo verdadero-falso" por un lado del momento en que la interrogamos. Parece evidente que esta entidad
y ..lo ficticio" del otro. Igualmente, un discurso político puede ser alta- -la cual incluye tanto a la conversación corriente como a la broma
mente sistemático; no obstante, ello no implica que sea ficticio. ¿Hay al lenguaje ritual de la administración y las leyes como al del periodist~
una diferencia radical, desde el punto de vista de la "sistematicidad" del y el político, tanto a los escritos científicos como a los filosóficos y reli-
texto, entre un relato de viajes real y un relato de viajes imaginario, giosos- no es una sola. No sabemos cuántos tipos de discursos hay,
teniendo en cuenta que uno es ficticio y el otro no? El punto de vista pero rápidamente nos pondremos de acuerdo en afirmar que hay más
del sistema, toda la concentración puesta sobre la organización interna ele uno.
no hacen que el texto sea ficticio. Uno de los recorridos, al menos por En relación a la noción de literatura, es necesario introducir aquí otra
todo lo que él implica, es impracticable. noción genérica: la ele "discurso". Se trata de la contrapartida estructural
¿Y qué ocurre con el otro recorrido? ¿Acaso la ficción implica del concepto funcional de "uso,, del lenguaje. ¿Por qué se hace nece-
necesariamente tener un enfoque del contexto? Todo depende del sario esta noción? Porque la lengua produce las frases a partir del
sentido que le demos a esta última expresión. Si lo entendemos en el vocabulario y de las reglas gramaticales. Ahora bien, las frases no son
sentido estricto de recurrencia, o de orientación sintagmática (no sino el punto de partida del funcionamiento discursivo: estas frases
paradigmática), como lo dejan suponer ciettas observaciones de Frye, estarán articuladas entre sí y serán enunciadas dentro de un cierto
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contexto socio-cultural; se transformarán en enunciados y la lengua en también señalé la imposibilidad en la que nos encontramos para
discurso. Además, el discurso no es único sino múltiple, tanto en sus descubrir un denominador común en todas las producciones "litera-
funciones como en sus formas: todo el mundo sabe que una carta rias", a no ser la utilización del lenguaje.
íntima no puede reemplazar a un informe oficial, y que ambos no se Todo esto cambia radicalmente si nos dirigimos, no ya a la "litera-
escriben de la misma manera. Cualquier propiedad verbal, facultativa tura", sino a sus subdivisiones o subespecies, No tenemos ninguna
a nivel de la lengua, puede volverse obligatoria a nivel del discurso; la ~ificultad en precisar las reglas de ciertos tipos de discursos (es lo que
escogencia realizada por una sociedad, entre todas las codificaciones stempre han hecho las Aries poéticas: confundir, ciertamente, lo des-
posibles del discurso, determina lo que llamaremos su «Sistema de criptivo y lo prescriptivo); en otros casos la formulación es más difícil
géneros". pero nuestra "competencia discursiva, nos hace presentir siempre 1~
De hecho, los géneros literarios no son otra cosa que una determi- existencia de tales reglas. Por otra parte, nosotros vimos que la primera
nada elección entre otras posibles del discurso, convertida en una definición de la literatura (la funcional) se aplicaba patticularmente a
convención por una determinada sociedad. Por ejemplo, el soneto es la prosa narrativa, y que en cambio la segunda (la estructural) se
un tipo de discurso que se caracteriza por unas leyes suplementarias aplicaba a la poesía; tal vez no sea un error buscar el origen de estas
que recaen sobre el metro y la rima. Pero no hay ninguna razón para dos definiciones tan independientes en la existencia de estos dos
que esta noción de género sea limitada sólo a la literatura: fuera de ella ''géneros, distintos: y es que la literatura considerada en uno y otro caso
la situación no es diferente. En principio, el discurso científico excluye no es la misma. La primera definición parte del relato (Atistóteles habla
la referencia a la primera y a la segunda personas del verbo, así como de epopeya y tragedia, no de poesía), la segunda parte de la poesía
el empleo de otros tiempos que no sean el presente. Las "puntas, (o (por ejemplo, los análisis de poemas realizados por jakobson). De este
palabras alusivas)) contienen reglas semánticas ausentes en los otros modo se han caracterizado dos grandes géneros literarios, creyendo
discursos, mientras que su constitución métrica, no codificada a nivel cada vez que se estaba caracterizando a toda la literatura.
del discurso, será fijada durante la enunciación. Ciertas reglas discur- De manera semejante, pueden identificarse las reglas de los discur-
sivas encierran la siguiente paradoja: suprimen una regla de la lengua; sos juzgados habitualmente como "no literarios". Propondré entonces
así como lo han demostrado Samuel Levin y jean Cohen, ciertas reglas la siguiente hipótesis: si uno opta por un punto de vista estructural,
gr~maticales y semánticas son suprimidas por la poesía moderna. Pero cada tipo de discurso frecuentemente considerado literario tiene "Pa-
dentro de la perspectiva de la constitución de un discurso, se trata rientes, no literarios cuya cercanía le será más próxima que la de
siempre de reglas de más y no de menos; la prueba es que en tales cualquier otro tipo de discurso "literario". Por ejemplo, podemos
enunciados poéticos "desviados·· nosotros reconstituimos fácilmente la encontrar más reglas comunes entre cierta poesía lírica y la plegaria que
regla lingüística infringida: ella no ha sido en verdad suprimida sino entre aquélla y la novela histórica del tipo de La guerra y la paz. Así,
más bien contradicha por una nueva regla. Como puede verse, los la oposición entre literatura y no literatura cede su lugar a una tipología
géneros del discurso dependen tanto de la materia lingüística como de de los discursos. Y, en mis conclusiones concernientes a la "noción de
la ideología históricamente determinada de la sociedad. literatura", reúno a los últimos clásicos y a los primeros románticos.
Si admitimos que existe pluralidad de discursos, nuestra pregunta Condillac escribía, en De l 'an d 'écrire:
sobre la especificidad literaria debería ser reformulada de la siguiente
manera: ¿existen reglas, identificadas intuitivamente, que sean propias c~:~to más ~e multiplican las lenguas que ameritan ser estudiadas, más
y exclusivas de todas las instancias de la literatura? Pero, propuesta de chfiCil es de~tr lo ~ue se entiende por poesía, pues cada pueblo posee
este modo, me parece que la interrogante no puede recibir sino una de ell~l una Idea chferente. ( ... )Lo propio y natural de la poesía y de cada
respuesta negativa. Ya evoqué numerosos ejemplos que certifican que especie de poema es una convención natural f!] 1 que varía demasiado
para poder ser definida. (. .. ) Sería inútil intentar definir la esencia del
las propiedades «literarias, se encuentran también fuera de la literatura estilo poético: no la hay.
(desde el juego de palabras y la canción infantil hasta la meditación
filosófica, pasando por el reportaje periodístico o el relato de viajes); Y Friedrich Schlegel, en los fragmentos de Athenaeum, dice:
24 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA NVCJVN Ve LJTt:l<ATURA
25
Una definición de la poesía puede solamente determinar lo que ella
NOTAS
debe ser, no lo que en realidad ella ha sido o es; de otro modo ella se
enunciaría de la forma más breve: es poesía lo que se ha denominado
así quién sabe cuándo, quién sabe dónde.

El resultado de este recorrido puede parecer negativo, ya que 1 Cf.: Teorías del símbolo. Caracas, Monte Avila 1981 [Nota del Ed"t .l
2 Caracas, Monte Avt·¡a, 1977 [N. del .H]. , , t o,J.
consiste en negar la legitimidad de una noción estmctural de la 3 •Puntas" ' . o "Pullas" . He p re_fjen·ct. o tra duor· "puntas" por ser, al parecer, la
1 b , •indirectas·
.
"literatura", en poner en cuestión la existencia de un ··discurso literario, pa a ra de uso mas frecuente en el ambtto hispano [Nota del Traducton
homogéneo. Si la noción funcional tal vez es legítima, la estmctural no 4 Marca del autor [N. del Tl. ·
lo es. Pero el resultado es negativo sólo en apariencia. Pues en lugar
de la sola literatura, aparecen ahora abundantes tipos de discursos que
igualmente merecen nuestra atención. Si nuestro objeto de conoci-
miento no ha sido escogido obedeciendo a razones puramente ideo-
lógicas (las cuales necesitarían ser explicitadas), ya no gozamos del
derecho de ocuparnos únicamente de las sub-especies de la literatura,
aunque nuestro lugar de trabajo sea el ·Departamento de literatura"
(francesa, inglesa o msa). Citando a Frye una vez más y ahora sin
reservas: . Nuestro universo verbal ha alcanzado a ser un universo
literario, (Anatomía de la crítica); o, para citarlo más extensamente:

Todo profesor de literatura debería darse cuenta de que la experiencia


literaria no es sino el extremo visible de un iceberg verbal: en la parte
inferior se encuentra el reino subliminal de las reacciones retóricas que
suscitan la publicidad, los presupuestos sociales y la conversación
cotidiana; estas reacciones permanecen inaccesibles a la literatura en sí.
Si no, ella se encontraría en el nivel de lo más popular junto al cine,
la televisión y las tiras cómicas. De ahora en adelante el profesor de
literatura tendrá que estar vinculado con la totalidad de la experiencia
verbal del estudiante, aunque el 900/o de la experiencia de éste sea sub-
literatura ( 7be Secular Scripture).

Un campo de estudios coherente, en la actualidad cmelmente


fragmentado entre semánticos y literatos, socio y etno-lingüistas, filó-
sofos del lenguaje y psicólogos, requiere entonces de manera imperio-
sa un reconocimiento en el cual la poética cedería su lugar a una teoría
del discurso y al análisis de los géneros. Dentro de esta perspectiva han
sido escritas las siguientes páginas.
·POIÉTICA» Y POÉTICA SEGÚN LESSING

1 1

ARISTÓTELES, EN el Libro 1 de su Retórica, formula una distin-


ción cuyo potvenir él mismo ignoraba; para estudiar un discurso, decía,
se deben aislar tres factores: .. quien habla, el objeto acerca de quien se
habla, aquel a quien se habla, (1358 ab), o si se quiere: el carácter del
orador, el discurso mismo y las disposiciones del auditor interlocutor
0356 aY. Codificada en la actualidad por la teoría de la comunicación,
esta trilogía (de la cual uno de sus elementos se subdivide en dos: el
propio discurso y su objeto) funciona incluso dentro del dominio de
la estética, permitiendo clasificar las diferentes concepciones de la obra
de arte2 . De allí la diferenciación que René Passeron revela entre una
poiétíca, cuyo objeto es la ..instauración", la creación de las obras; una
estética en sentido estricto, la cual se ocupa de las obras ,,desde el punto
de vista de su recepción", y, entre ambas, las ciencias del arte (la poé-
tica, la musicología, etc.) que se ocupan de las «estmcturas específicas
de la obra»3 .
Quisiera consagrar las páginas que siguen al examen de una de estas
fronteras: la diferencia entre poíética y ciencias del arte, restringiendo
todavía dos veces más este último objeto: primero sincrónicamente,
limitándome sólo a la literatura (de donde proviene la perturbadora
proximidad entre poiética y poética); luego desde el punto de vista
diacrónico, escogiendo un momento particular de la historia de la

,ill
1 i
LOS GENEROS DEL DISCURSO ·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
28 29

estética que considero privilegiado: aquel que constituye la obra teórica n1ismo modo, ·ya que este instante único adquiere a través del arte una
de Lessing. duración inmutable, no debe expresar aquello que se considera
Partiré entonces de la siguiente pregunta: ¿cuál es la idea que tiene transitorio.. (ibid.). De esta forma quedan explicadas otras escogencias
Lessing acerca de la poiética? O de manera más precisa: admitiendo de los pintores antiguos (los cuadros de Ayax, de Medea). Lessing
supuestamente un cierto determinismo en el surgimiento de una obra concluye:
de arte (tal es el caso de Lessing), ¿cómo está constituido este
determinismo? ¿Cuáles son las fuerzas, las condiciones que determinan Examinando los motivos indicados para explicar la moderación del do-
la presencia (o la ausencia) de un elemento artístico cualquiera en la lor físico que el autor del Laoccxmte ha aportado, encuentro que todos
han sido extraídos de la naturaleza misma (van der eigenen Bescha-
obra, la elección cuyo resultado es la obra?
.ffenheít) del arte, de sus exigencias y límites necesarios (Bedürfnissen)
Comencemos por las malas respuestas descartadas por el propio (L, N, 1876, p. 27). .
Lessing. La obra no es tal cosa gracias a una realidad de la cual ella sería
su transposición. Es decir que no se trata de un determinismo mimético Los motivos o las razones de la presencia de cualquier elemento en la
[de imitación]. La actitud de Lessing en relación al principio de obra no se encuentran situados fuera del arte, en la realidad griega que
imitación, en ese entonces en apogeo, es complejo. Sólo excepcional- estaría siendo imitada, sino en el principio constitutivo de cada arte, en
mente se decide a rechazarlo por completo, y en la mayoría de los las condiciones impuestas a la obra por su propia forma.
casos, particulam1ente en las afirmaciones generales, lo acepta como En sus Traités sur !afable [Tratados sobre la fábula], Lessing recuer-
una evidencia que no se discute ( ..esta in1itación que es la esencia del da una exigencia que el crítico suizo Bodmer había formulado a propó-
arte del poeta.. : L, VII, 1964, p. 78; . aquello que imita a la naturaleza no sito de los autores de fábulas: éstos observan el comportan1iento de los
puede ser un defecto.. : DH, LXIX, pp. 321-322) 4 • Pero es otra intención animales en el campo, en particular en la caza, para descubrir en ellos
bien distinta la que particularmente anima a sus análisis, haciendo que las características que los asemejan a los hombres. Lessing responde:
la afirmación implícita que éstos contienen resuene a todo lo largo de "El profesor puede ahorrarse el trabajo de ir con su alumno a la caza
su obra. si él supiera practicar una especie de cacería a las antiguas fábulas,,
En primer lugar recordemos el ejemplo que sirve de punto de (GW, IV, p. 84). Más vale conocer las leyes del género dentro del cual
partida en el Laocoonte. ¿cómo explicar que el personaje principal de se escribe que entregarse a la observación de los seres de los cuales
la escultura, aunque padece un sufrimiento atroz, apenas abre la boca? se está hablando.
Winckelmann lo explica basándose en el carácter noble de los griegos, En la Dramaturgie de 1-Iambourg [La dramaturgia de Hamburgo],
en otras palabras, en el principio de in1itación ...sea cual sea la pasión Lessing se interroga acerca de las relaciones que mantiene la ficción
que expresen las obras de arte griegas, ellas traicionan un alma grande literaria con la verdad histórica. Si la obra estuviera determinada por lo
y serena.. (L, I, 1964, p. 53). No obstante, Lessing señala que en las obras que ella representa (imita), la verdad histórica más grande engendraría
literarias que representan los n1ismos griegos de noble simpleza y la obra más perfecta. Lessing invierte la relación: si los hechos 11istóricos
serena grandeza (como en el Filoctetes de Sófocles), los personajes pueden, eventualmente, servir a la ficción, no es sino en la medida en
gimen, lloran y se quejan como cualquier otro ser humano. Sin que ellos se conforman según ciertas exigencias, precisamente las del
embargo, es verdad que la boca petrificada de Laocoonte apenas está arte (y aquí Lessing cita, aprobándolo, a Aristóteles, para quien no es
contraída. ¿Cómo explicarlo? Lo que ocurre es que las leyes de la lo verdadero sino lo verosímil aquello que conviene a la poesía).
escultura imponen representar el dolor de una manera muy distinta a
1 ,1

las de la poesía. La escultura y la pintura no pueden representar sino Si el poeta tiene necesidad de hechos históricos, no es simplemente
'¡'
',!:li un solo momento de la acción; entonces hay que elegir el momento porque sucedieron, sino porque difícilmente pcxlría inventar otros que
más fecundo; "ahora bien, es fecundo sólo para quien deja un campo convengan mejor al objetivo de ese momento. (Zwecke) (. .. )¿Cuál es la
':.'¡11!
primera cualidad que surge de un relato histórico digno de fe? ¿No es
'1:
:[, libre a la imaginación.. (L, III, 1964, p. 68). No hay que escoger entonces acaso su verosimilitud intrínseca? ( innere Wahrscheinlichkeit)? (XIX pp.
1.¡¡:
i ,,¡: el momento de paroxismo, sino aquel que lo precede o sigue. Del 94-95). ,

lrlil il ~
LOS GENEROS DEL DISCURSO ·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
31
30

El discurso histórico en sí mismo está determinado, no solamente por Sospecho que la belleza extraordinaria del poema de Homero es la
verdadera razón que explica por qué sabemos tan poco de su persona
los hechos que relata, sino también por las leyes que le son propias; y su vida. Ante un vasto río de mgientes aguas permanecemos sorpren-
esto es aún más cierto para la poesía. Esto llevará a Lessing a concluir didos, sin soñar en la débil fuente escondida en las montañas. Así
lo siguiente: mismo no queremos saber, deseamos olvidar que Homero, el maestro
de escuela de Esmirna, el mendigo ciego, es el mismo de las obras que
siempre me parece que, en relación a los personajes, es menos grave tanto nos encantan. El nos lleva donde se encuentran los dioses y los
no ser fiel a los caracteres que ellos tienen en la historia que buscar en héroes, y habría que sentirse allí muy aburrido para ponerse a averiguar
sus caracteres libremente escogidos, ya sea la verosimilitud intrínseca o quién es el anfitrión que allí nos ha llevado (ihid.).
el aprendizaje que de ellos debe desprenderse (XXXIV, p. 166).
La verdadera obra de arte no tiene autor: se ignora todo de la vida
Es la verosimilitud intrínseca y no la verdad extrínseca quien modela de Homero "porque, sus poemas nos satisfacen cabalmente. No es el
a la obra. individuo quien escribe sino un espíritu impersonal. De este modo,
No es el objeto imitado, el referente, el factor determinante de la luego del factor realista, se encuentra descartado el de la psicología
obra; hay entonces que descartarlo de la poiética. Luego, antes y a~ora, individual: ni el referente ni el autor hacen de la obra lo que ella es.
surge fácilmente otra respuesta: este nuevo factor es el autor; el es Antes de pasar al aspecto positivo de la concepción de Lessing, antes
quien decide volver los personajes alegres o tristes, quien les transmite de buscar lo que es la poiética -pues ya establecimos lo que ella no
sus ideas y sus obsesiones, quien escoge cada palabra, cada letra de es-, hay que agregar que no debe comprenderse esta actitud de
su texto ... El rechazo de Lessing será aquí menos directo pero aún más Lessing como una versión cualquiera de la teoría del "arte por el arte".
cerrado. Cualquiera que sea la obra que él analiza, jamás se interesa Lessing rechaza la determinación externa, pero exige también del arte
en la personalidad del autor, como si éste no fuera tampoco un factor una finalidad que lo vuelva trascendente. En el Laocoonte reclama que
detenninante de la obra. Ya escribía en Lettres sur la littérature moderne el nombre de obra de arte sea acordado sólo a las obras que no se
[Cartas sobre la literatura moderna] lo siguiente: "¿Para qué nos interesa sometan a ninguna exigencia externa (fundamentalmente religiosa):
la vida privada de un escritor? Rechazo extraer de allí el comentario de "Quisiera que no se aplicase el nombre de obras de arte sino a aquellas
sus obras, (GW, IV, p. 103); y, de una manera más extensa, se explica donde el artista ha podido mostrarse tal cual, es decir, donde la belleza
en Dramaturgie de Hambourg, en la cual considera particularmente la sea su solo y único principio, (IX, 1964, p. 93)'í. Pero eso no quiere decir
curiosidad del público (y de los críticos) por la personalidad del autor: que la producción de la obra sea un fin en sí mismo (lo cual sería la
tesis de Moritz y de Novalis): Lessing pertenece a un siglo en el que
·Cómo entonces se imaginan que está hecho un poeta? ¿En forma los imperativos morales dominan todo; su teoría, al menos en parte, es,
~listinta a cualquier otro hombre? ( ... ) ¿Qué débil impresión ha debido en la tem1inología de Abrams, "pragmática", es decir, orientada hacia
causar la obra teatral si, en el momento mismo, ella no inspira otro
el lector, de allí las advertencias tan netas como éstas:
deseo que el de ir a comparar la figura del autor con la de su obra? Una
verdadera obra maestra, me parece, se adueña de nosotros de tal
manera que perdemos de vista a su autor y que consideramos su obra Inventar e imitar en función ele un cierto diseño (Absicht) es lo que dis-
no tanto como el trabajo de un individuo sino como el producto de la tingue al hombre de genio de los pequeños artistas, quienes inventan
naturaleza impersonal. ( .. .) Así, en el fondo, un genio debería sentirse por inventar e imitan por imitar: ellos se conforman con el pequeño pla-
poco alabado del deseo que le manifiesta el público de conocer su cer de permanecer adheridos al uso de los medios y formas que em-
persona. Es más: ¿qué ventaja le proporcic~na eso .s_obre la marmota qu: plean; ellos convierten a estos medios en su único diseño (DH XXXIV
el pueblo curioso desea igualmente ver? Tamb1en es verd~d que la p. 169). , )
vanidad de los poetas franceses se ha adaptado muy b1en a ello
(XXXVI, pp. 179-180). La no contradicción de estos dos enunciados define con precisión la
posición histórica de Lessing (después de un cierto "clasicismo" y antes
Lessing agrega este argumento paradójico que recuerda la parábola del «romanticismo'', como está escrito en los manuales): la belleza es el
de Henry James en La casa natal:
·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
32
LOS GENEROS DEL DISCURSO 33

rocas y la había matado; los cuernos eran de un tamaño extraordinario


umco principio del artista, pero el arte no debe ser sin embargo
~' de allí la idea de hacer con ellos un arco; el artista los talla, los ajusta:
1 autotélico. los pule, los ornamenta; y así vemos en el poeta crearse lo que en el
Frente a esta mala versión de la poiética, que busca las causas de pintor sólo percibimos como terminado (XVI, 1964, pp. 111-116).
la obra fuera del arte -llamémosla ..exogénesis·-, Lessing va a defen-
der con brío una nueva concepción, la cual es al mismo tiempo su Pero no es suficiente decir, para explicar la producción de la obra
principal contribución a la estética, la endogénesis de las obras. La pre- literaria, que el poeta posee el lenguaje como material. Luego de esa
sencia o la ausencia de un elemento dentro del texto está determinada elección fundamental (lenguaje y no imagen) vienen otras más espe-
por las leyes del arte que se practica. cíficas pero no menos importantes. Hay, primero que nada, aquella en-
Esta afirmación general se especifica y diversifica en múltiples nive- tre escritura asertiva y ficción; o, en los tém1inos de Lessing, entre meta-
les. En primer lugar, las leyes de la poesía son diferentes a las leyes de física y poesía. Precisamente, el texto que inaugura lo que podríamos
las otras artes, de la pintura en particular, ya que el material de la una llamar sus "investigaciones poiéticas .. está consagrado a la diferencia-
es el lenguaje y el de la otra, en cambio, la imagen (o, en el caso de ción de estos dos tipos de discurso: . ¡Pope un metafísico! .. (1755), escri-
la música, el sonido, etc.). El material impone sus condiciones a las be en colaboración con Mases Mendelssohn. Aquí demuestra Lessing
obras: es esta la gran tesis del Laocoonte, demasiado conocida para ex- la inanidad que implica tratar a un poeta (Pope en este caso) como si
ponerla aquí en detallé. Ya vimos cómo ella permite explicar los gemi- fuera un filósofo (la comparación la establece con Leibniz). Los escritos
dos en Filoctetes, de un lado, y la ligera contracción de la boca del del uno y del otro obedecen a reglas diferentes que se desprenden de
propio Laocoonte por otro. Pero el ejemplo más impactante de su apli- la opción inicial por un tipo de discurso.
cación es el análisis de las descripciones homéricas. El material lin-
güístico, lineal en el espíritu de Lessing, vuelve la descripción literaria ¿Qué debe hacer antes que nada el metafísico? Del-:>e explicar el sentido
de las palabras que desea emplear; no debe jamás utilizarlas con una
-es decir, la suspensión del tiempo- indeseable. Ahora bien, las des- acepción diferente a la que acaba de explicar; jamás debe reemplazarlas
cripciones de Homero son perfectas. ¿Cómo es esto posible? Homero, por otras palabras que sean equivalentes sólo en apariencia. De todo
sensible a las restricciones del material empleado, jamás describe los esto, ¿qué debe observar el poeta? Nada. La eufonía es ya una razón
objetos en sí mismos, sino siempre un proceso, así sea tan temporal suficiente para escoger una expresión y no otra, y la alternancia de
como el del lenguaje: el de la fabricación o la utilización del objeto. sinónimos es para él algo bello ( GW, VII, p. 233).

Si, por ejemplo, Homero desea mostrarnos el carro de Juno, Hefestos Una vez más la naturaleza de la obra está conforme con las leyes pro-
tiene que construirlo pieza por pieza ante nuestros ojos. ( ... ) ¿Desea pias de su especie; endogénesis y no exogénesis.
Homero mostrarnos el traje de Agamenón? Hace falta que el rey se vista La ficción no es tampoco un todo indivisible. Lessing consagrará tres
frente a nosotros, que se ponga, pieza por pieza, la fina túnica, el gran
libros importantes al estudio de sus sub-especies: Les Traités sur la Jable,
manto, los bellos coturnos y la espada.
la Dramaturgie de Hambourg y Remarques éparses sur l 'épigrame [Ob-
Lo tnismo ocurre con el cetro de Agamenón, el escudo de Aquiles seroaciones dispersas sobre el epigrama], así como numerosas páginas
y el arco de Pandaro. diseminadas dentro de otros escritos. No hay que juzgar el valor de su
hipótesis general sobre el determinismo de la forma a partir de los
Así, las diversas partes del objeto, que nosotros vemos yuxtapuestas en resultados particulares a los cuales llega. La hipótesis puede ser válida
la naturaleza, se suceden naturalmente dentro de los cuadros acompa-
ñando, con igual paso, si se puede decir, el curso del relato. Por
incluso si las observaciones particulares sobre las cuales reposan cada
ejemplo, cuando Homero desea representarnos el arco de Pandaro, un una de sus aplicaciones se muestran inexactas; nuestra concepción del
arco ele cuerno, de tal longitud, bien pulido y orlado de hojas de oro lenguaje y de sus propiedades ha podido evolucionar desde la época
en sus extremos, ¿qué hace: nos enumera secamente, uno a uno, todos de Lessing (no se considera, como lo indicaba Herder en aquella época,
sus detalles? En absoluto: eso equivaldría a catalogarlo, a presentarlo que la linealidad del lenguaje sea una de sus características constitu-
como modelo, pero no a desrealizarlo. El comienza por la caza de la
cabra que ha proporcionado el cuerno; Pandaro la había espiado en las
tivas), eso no nos impedirá, hoy, deducir las propiedades de la litera-
·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
34
LOS GENEROS DEL DISCURSO 35

tura de las del lenguaje. Pero las descripciones de las sub-especies li- rungen) que juntos forman un todo. La unidad del todo descansa sobre
terarias que Lessing nos dejó hoy no valen únicamente como ilustra- el acuerdo de las partes en vista de un objetivo final" (ibid., p. 24). El
ciones de su hipótesis; en numerosos puntos, ellas continúan siendo objetivo final de la fábula es la sentencia moral. Esta oposición, como
los mejores análisis de las categorías literarias en cuestión. Por esta ra- puede verse, prefigura la del IL:locoonte entre relato y descripción.
zón ellas ameritan que se las considere aquí brevemente. Dentro del género narrativo se opondrá la fábula a la tragedia y a
En estos análisis Lessing procede por oposiciones binarias: define un la epopeya; pero esta nueva oposición no deja de recordar la prece-
género oponiéndolo a otro. No se preocupa de unificar dentro de un dente: en cierta medida, la fábula es un género híbrido que participa
cuadro de conjunto todas las categorías puestas, de este modo, al día. a la vez de ambas vertientes.
Así pues, es a nuestra cuenta y riesgo que podemos elaborar un plan
general semejante. En la base del sistema yo colocaría la oposición La acción de la epopeya y del drama debe poseer, fuera del diseño
(Ahsicht) que le añade el autor, un diseño interior que le pertenece
entre lo narrativo y lo simbólico (aun si estos términos jamás aparecen exclusivamente. La acción de la fábula no tiene necesidad de este
dentro de este contexto en la obra de Lessing). ¿Cómo interpretar esta diseño interior, ella se realiza completamente cuando el poeta alcanza,
oposición? Lessing trata de hacerlo en varias ocasiones. En el primero gracias a ella, su propio diseño (ibíd., p. 35).
de sus Traités sur !afable, la aproxima a la oposición entre lo particular
y lo general: en el género narrativo (por ejemplo la fábula), se descri- El autor de las fábulas puede abandonar sus personajes a partir del
ben casos particulares; en el género simbólico (ejemplo la parábola) se momento en que ellos ya han ilustrado su sentencia, mientras que el
habla en general de casos posibles. La oposición es entonces entre lo dramaturgo debe perseguir la lógica propia de ellos si desea que la ac-
que realmente sucedió (lo narrativo) y lo que puede suceder (lo sim- ción se realice completamente y no sea sólo intermmpida. Los persona-
bólico). Tanto el tiempo pasado como el sujeto individual son medios jes del drama o de la epopeya existen en cierto modo en sí mismos;
lingüísticos que sirven a un mismo principio: constatar la realidad con ellos encuentran su razón de ser en su lógica interna. Al contrario, los
la realidad de la acción. de la fábula no existen sino en función de una intención que les es
ajena. La literariedad del texto épico o dramático se opone al rol
El caso singular que constituye la fábula debe ser representado como transitivo, sumiso, de la acción en la fábula.
si fuera real (wirklich). Si yo permaneciera con la sola posibilidad, La misma oposición es retomada en Dramaturgie de Hambourg, en
tendría sólo un ejemplo, una parábola (GW, IV, p. 39).
la cual Lessing se interroga acerca de las diferencias entre dos obras:
La realidad ( Wirklíchkeit) no pertenecería sino a lo singular, a lo
individual; y no se puede concebir una realidad sin individualidad un cuento moral de Marmontel, y su versión en fon11a de drama hecha
(ihid., p. 40). por Favart. Como puede esperarse, según Lessing, estas diferencias no
El comentador introduce la parábola a través de un "como si", y se desprenden ni de las desemejanzas entre estos dos autores ni de las
cuenta las fábulas como algo que realmente sucedió (íbid., p. 43). circunstancias representadas aquí y allá, sino únicamente de las con-
diciones que impone la forma.
Lo narrativo se opone a lo simbólico como lo real a lo virtual, como
lo singular a lo general. El autor de la fábula --escribe Lessing-, una vez que ha alcanzado su
En el mismo nivel de lo general (y probablemente llegando a la objetivo (Zie[), puede intermmpir la acción donde le plazca; él no se
preocupa del interés que tengamos por la suerte de los personajes que
misma repartición de las obras) se encuentra una segunda interpreta-
le sirvieron para esta acción. (. .. ) El drama, al contrario, no pretende
ción de la oposición inicial: la que hay entre acción (la fábula, por para nada dar una lección determinada, la cual se desprende de la
ejemplo) y la imagen (el emblema, por ejemplo). ·Tántalo, sediento en fábula de la pieza; el drama tiene por objeto las pasiones encendidas
medio de las aguas es una imagen, y una imagen que me muestra la y alimentadas por el curso de los eventos y por las peripecias de la
posibilidad de perder lo necesario mientras abunda lo superfluo. Pero fábula, o el placer que nos procura un verdadero cuadro viviente ele las
costumbres y los caracteres.
esta imagen, ¿es una fábula?••. No, y la razón aquí es la falta de acción.
¿Qué es una acción? "Llamo acción a una serie de cambios ( Verande- Esto es lo que explica la actitud diferente de los dos autores:
LOS GENEROS DEL DISCURSO ·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
36 37

Así pues, si es verdad que Marmontel quiso con su relato enseñarnos Tal vez un poeta haya hecho mucho y sin embargo haber perdido todo
que el amor no obedece a la imposición, que uno debe obtenerlo a su tiempo. No es suficiente que su obra produzca un efecto sobre
través del cuidado y la complacencia y no del orgullo y la fuerza, tuvo nosotros: aún es necesario que ese sea el efecto que le convenga en
razón en terminar la obra como lo hizo. (. .. ) Pero Favart, al querer trans- función del género al cual pertenece (DH, LXXIX, p. 371).
poner este cuento a la escena, no tardó en sentir que la forma dramática
(die dramatische Form) anulaba en gran parte la demostración de la
máxima moral; y que, en el momento mismo en que esta demostración
Pero no hay que permanecer bajo el efecto superficial de estas frases,
pudiera conservarse por completo, la satisfacción que se obtendría no pues aquí todo depende del sentido de la palabra ,,género"; incluso, es
sería ni lo suficientemente grande ni lo suficientemente viva para dar dentro de este contexto que la concepción de Lessing cobra toda su
lugar a otro placer más esencial al género dramático.( .. .) Pero como no especificidad.
podía cambiar estos caracteres desde el comienzo sin privarse de un Sin decirlo en forma explícita, Lessing modifica radicalmente el sen-
gran nú-mero de juegos escénicos considerados por él del agrado de
su público, no le quedó más remedio que hacer lo que hizo (XXXV, pp.
tido de esta noción (y, más generalmente, el de formaY Más que con-
173-175).
cebir el género como un conjunto de reglas exteriores a las cuales las
obras deben conformarse, Lessing busca mostrar las relaciones estruc-
Favart no pudo hacer otra cosa distinta, debido precisamente a la pre- turales entre los elementos constitutivos del género. De allí la oposición
sión de la ,<forma" (en este caso dramática). Mediante esta triple oposi- entre géneros internos y externos, o lógicos y normativos, o más aún,
ción --entre lo general y lo particular, entre la imagen y el relato, lo en sus propios términos, entre las propiedades esenciales del género
alegórico y lo literal-, Lessing parece cercar una sola categoría sobre (wesentliche Eigenschaften) y sus propiedades accidentales (zufallige),
la cual, desde un primer momento, decide operar aquel que se en- ,,que el uso ha vuelto necesarias" (DH, LXXVÜ, p. 357); dentro de la acti-
cuentra inmerso dentro del campo de la literatura. vidad del crítico, ésta es también la diferencia entre describir y prescri-
Continuando con la exploración del menú de géneros, llegamos a bir. La unidad de tiempo es un carácter accidental del drama, inventado
subdivisiones más familiares: tragedia y comedia, poesía épica y poesía por los teóricos del clasicismo, el cual no encuentra ninguna justifica-
lírica. Lessing se detiene particularmente en estas distinciones en las ción dentro de la misma lógica del género; al contrario, la existencia
cartas que dirige a Mendelssohn y a Nicolai entre 1756 y 1757; por de una dimensión temporal (en oposición a la espacialidad de la
ejemplo, la discusión que entabla sobre la diferencia entre tragedia y imagen) es un rasgo esencial de todo relato. De esta manera, Batteux
poesía heroica (Heldengedichte). da una larga lista de los «adornos" propios de la fábula. "Pero todos estos
adornos entran en conflicto con el verdadero ser (wirklichen Wesen)
¿Por qué confundir innecesariamente los tipos de poesía y dejar que el de la fábula·· ( GW, IV, p. 74), no son esencialmente necesarios sino sola-
dominio de una invada el de la otra? Del mismo modo que en la poesía mente frecuentes. ¿Y qué decir acerca de la presencia de animales en
heroica lo principal es la admiración, sometiendo todas las otras pasio- las fábulas?, ¿acaso es una de sus "propiedades esenciales" (p. 46)? Los
nes, particularmente a la piedad, en la tragedia es la piedad lo principal,
y cualquier otra pasión, sobre todo la admiración, será sometida; es
animales en sí mismos no son lo esencial, sino la función que ellos asu-
decir que esta última servirá solamente para suscitar la piedad. El poeta men de manera apropiada: a saber, constituir una tipología de carac-
heroico deja que su héroe sufra para iluminar así su perfección. El escri- teres notorios y constantes. Las verdaderas reglas no son asunto de un
tor trágico ilumina la perfección de su héroe para volver aún más legislador, sino que ellas se desprenden de la esencia del género; es
penoso su sufrimiento (Briefwechsel, p. 80). por ello que no se constituyen en una simple lista sino que forman un
sistema en el cual todo se relaciona. Una regla implica otra; por ejem-
Llegados a este punto uno podría preguntarse en qué medida este plo, debido a que no puede haber sino una moraleja por fábula, se
determinismo de la forma, profesado por Lessing, es distinto a la exi- impone la brevedad. Se debe recorrer el camino que va de las carac-
gencia tradicional de la obediencia a las reglas de los géneros clásicos. terísticas de la superlkie a las propiedades profundas y, de allí, a la
A primera vista, uno podría pensar que en esto el propio Lessing es fiel esencia misma del género. O a la inversa: «A partir de mi principio fun-
a la tradición cuando at1rma, por ejemplo: damental --escribe Lessing- se desprenden de manera fácil y feliz no
so-lamente las reglas hicn conocidas, sino también una multitud de
LOS GENEROS DEL DISCURSO ·POIETICA.. Y POETTCA SEGUN LESSING
38 39

nuevas reglas, (Bri~fwechsel, p. 55). Igualmente, en la Dramaturgie, luto que proclama Lessing tiene algo de paradójico: reposa sobre bases
lleva la definición aristotélica de tragedia a lo que ésta tiene de esencial, todas relativas, relativistas incluso. Hay algo irrisorio en ser tan exigente
y concluye: "De estas dos ideas se deducen perfectamente todas las y lógico a nivel del detalle cuando la escogencia primera y decisiva es,
reglas del género e incluso la forma que más le conviene: la dramática" después de todo, arbitraria: una escogencia implica otra 10 • Ya lo vimos
(LXXVII, pp. 357-358). Sólo E. A. Poe profesará un determinismo en la comparación entre epopeya (poesía heroica) y tragedia: una erige
interno tan absolutOS. la admiración en la cumbre de las pasiones, la otra, a la piedad; ninguna
¿Cómo descubrir estas esencias? En el nivel más general, el de la es sin embargo mejor que la otra, y esta primera escogencia no está
literatura en oposición a las otras attcs, el caso es relativamente simple: determinada por nada. No obstante, tan pronto como se dé este primer
aquí es el material --es decir, el lenguaje- quien determina las paso, ya todo está en juego; la libertad total está seguida, como por
escogencias fundamentales. ¿Pero cnmo justificar las subdivisiones de encanto, de una necesidad absoluta. El predominio de la piedad
1~ literatura? Una vía posible habría podido ser la de las subdivisiones determina la escogencia de la intriga, ésta prejuzga la naturaleza de los
del lenguaje; pero Lessing no la tomará prestada, no la menciona sino caracteres, quienes a su vez exigen un vocabulario patticular. Otro
para descartarla: ejemplo: ¿qué pensar del reto, de la bofetada en la escena?

Sería lamentable que estos dos géneros (la epopeya y la tragedia) no Si en el drama hay un género del que yo quisiera ver expulsados los
presenten ninguna diferencia más esencial que aquella de la duración, retos es en la comedia. Pues, ¿cuáles podrían ser aquí sus consecuen-
o de la interrupción del diálogo por el relato del poeta, o de la división cias? ¿Trágicas? De ser así, ellas estarían entonces por encima de la esfera
en actos y libros (Brirfwechsel, pp. H9-90). de la comedia. ¿Ridículas? Entonces se encontrarían debajo pertenecien-
do así sólo a la t~u·sa (DH, LVI, p. 269).
Otra vía, mucho más tradicional, habría podido ser el procedimiento En sí mismo el reto no es ni bueno ni malo; él implica simplemente
por inducción a partir de las obras clásicas greco-latinas; pero es aquí una serie de correlaciones que no hay que ignorar; en consecuencia,
precisamente donde Lessing se separa de la doctrina del ·<Clasicismo". ya que en la obra todo se relaciona, bueno para la tragedia y la farsa,
No porque deje de erigir las obras de Homero y de Sófocles como ejem- el reto no tiene cabida dentro de la comedia. La lógica interna de los
plos constantes: lo hace y con mucho gusto; pero no se conforma con géneros es absoluta, implacable, pero la elección de un género en
ello: ello habría implicado que la percepción es la hase de todo conoci- particular es completamente libre. Los trazos esenciales no son intrín-
miento. Lessing, al contrario, exigirá siempre que se proceda en distin- secamente distintos de los accidentales, la única ventaja de la cual ellos
tas etapas: primero una observación exacta, a partir de allí el descu- gozan sobre éstos es la de haber sido escogidos en un primer
brimiento de una regla abstracta, y, finalmente, .la presentación del momento: la diferencia entre ambas es la posición que ocupan al in-
hecho inicialmente observado como una instancia, entre otras, de la terior de una estrategia. No hay sustancias negativas sino malas
categoría universal que él acaba de establecer. A causa de este rechazo relaciones: cualquiera que haya sido el punto de pattida se puede
de atenerse a los modelos heredados del pasado es que Lessing se permanecer coherente consigo mismo; y el género consiste en eso: en
aparta de los críticos anteriores: ·Todos aceptan la forma dramática de la lógica de las relaciones mutuas entre los elementos constitutivos de
la tragedia como una tradición: ella es así porque ella fue antes así; y la obra.
se la deja tal cual porque se la considera que está bien así, (DH, LXXVII, El sistema de los géneros no es cerrado; en consecuencia, él no
p. 358). La originalidad de Lessing reside en que llevó las reglas em- preexiste necesariamente antes de la obra: el género puede nacer al
píricas a un principio abstracto, y sólo las reglas que pueden deducirse mismo tiempo en que está siendo diseñada. Aquel que exitosamente
de tal principio merecen ser retenidas 9• crea géneros nuevos es un genio; el genio no es otra cosa que un
La gran diferencia entre un Boileau y un Lessing es que para el pri- genoteta. Es de esta manera que Lessing interpreta esta noción esencial
mero el sistema de los géneros está ya dado de una vez por todas, en de la estética del siglo XVIII 11 .
cambio para el segundo es un sistema abierto. El determinismo abso-
40 LOS GENEROS DEL DISCURSO ·POJETICA· Y POETICA SEGUN LESSING 41

Finalmente, ¿qué se desea con la mezcla de géneros? Que, en el mo- escoger con cuidado el más hábil entre ellos para desempeñar tal tarea•.
mento más oportuno, se los separe lo más exactamente posible a como He aquí dos casos particulares que pertenecen a una misma verdad
aparecen en los tratados dogmáticos; pero cuando un hombre de genio, moral general. Uno es el que la ocasión presenta en el momento; el otro
en proyectos más elevados, introduce varios géneros en una misma es aquel inventado. Este último, ¿es una Fábula? Nadie lo considerará
obra, hay que olvidar el libro dogmático y ver solamente si el autor ha tal cosa. Pero si Aristóteles hubiera dicho: ·Usted quiere nombrar sus
realizado su propio diseño. ¿Qué importa que una pieza de Eurípides magistrados al azar, me temo que le suceda lo mismo que al propietario
no sea del todo relato ni drama? Llamémosla un ser híbrido; es suficiente del buque, quien, necesitando un piloto .. , etc., esto sí sería la promesa
que este híbrido me guste y me instruya más que las producciones de una Fábula; pero, ¿cuál es la razón? ¿Qué diferencia hay entre este
regulares de vuestros autores correctos, como Racine y otros (DH, último trozo y el precedente? Si nos fijamos bien, la única razón es ésta:
XLVIII, p. 236). en el primer caso el propietario del buque ha sido introducido diciendo
"es como si.. (un propietario, etc.). Este propietario no existe sino en
La coherencia interna y no la conformidad a una regla externa es lo que estado de posibilidad; en cambio en el segundo caso él existe realmen-
asegura el éxito de la obra. No hay pues ninguna contradicción entre te, el propietario del buque es alguien ( GW, IV, pp. 38-39).
el genio y las reglas, si uno considera a éstas como inher~ntes a la forma
artística escogida ...Los críticos añaden( ... ): '¡las reglas ahogan al genio!' Para comprobar la veracidad de su regla, Lessing la obliga a producir
¡Como si el genio se dejara ahogar por algo! Y más aún por algo que una instancia particular que él compmeba al someterla a nuestra
viene de él mismo, ¡como lo confiesan ellos mismos! ( ... ) El genio ( ... ) intuición; sólo de esta manera la regla es cont!m1ada o desmentida.
lleva consigo el control de todas las reglas· (ibid., XCVI, p. 435). La Otra regla: la presencia necesaria de los animales.
coherencia interna es la sola exigencia en relación al genio y al arte.
Si en la fábula del lobo y la oveja, uno pone a Nerón en lugar dellolx)
y a Britannicus en el de la oveja, la fábula perdería su propiedad de
Quisiera al menos que estos personajes, si no pertenecen a nuestro
fábula ante nuestros ojos. Si en vez del lobo y la oveja pusiéramos el
mundo real, puedan pertenecer a otro mundo, un mundo donde los
Gigante y el Enano, perdería mucho menos, ya que el Gigante y el
fenómenos estén encadenados a un orden distinto de éste, pero en el
Enano son individuos cuya sola denominación permite conocer sufi-
1

1, cual se encuentren igualmente encadenados (ehen so genau verbun-


cientemente su carácter. Pero si más bien uno transforma (verwandle)
den); ( ... ) pues es así el mundo particular del hombre de genio, quien,
esta fábula en una que suceda entre los hombres ... (ibid., p. 15).
imitando al Genio supremo, en pequeño, desplaza las partes del mundo
presente, las cambia, las empequeñece, las engrandece para construir
para sí un todo al cual pueda agregar sus propios proyectos y diseños Seguiría entonces otra versión de la fábula 12 •
(ibid., XXXIV, p. 167). Como puede verse, no se trata simplemente de dar un ejemplo; o,
si se prefiere, el status mismo del ejemplo ha sido profundamente
El genio no imita al mundo que Dios ha creado, sino a Dios que crea modificado. El índice de la regla explícita, lo sabemos hoy gracias a la
mundos coherentes; la lógica de Lessing no es teo-lógica. Esta es, en gramática generativa, es poder formular enunciados conformes a la
síntesis, su posición sobre el problema de la forma (y de la endogé- imagen intuitiva que tenemos de cada género. La regla sirve para
nesis): poco importa cuál es el mundo (el género) escogido, es sufi- producir el texto (o para tran~formar un texto en otro). Recorrido
ciente que los fenómenos estén "estrechamente encadenados" ... todo el trayecto, Lessing inventó un modo de análisis que es hoy básico
Una vez identificadas y formuladas las reglas, ¿cómo verificar su en las ciencias humanas; en las palabras de Dilthey, .. es el primer gran
exactitud? Haciéndolas funcionar, aplicándolas sucesivamente y con- ejemplo de un modelo de investigación analítica en el campo de los
frontando el resultado final con la imagen intuitiva que poseemos del fenómenos del espíritu,15 .
género en cuestión. En particular, es en su Traité sur la Jable que Les- Habiendo partido de la pregunta acerca del origen de las obras,
sing procede de esta manera: pasamos imperceptiblemente a la de su estmctura: la descripción
rigurosa de las obras es equivalente a su producción. En efecto, dos
Uno encuentra este enunciado en Aristóteles: "Elegir un magistrado al ecuaciones separadas poseen un término común: conocer las obras es
azar es como si el propietario de un buque, teniendo necesidad de un conocer las causas formales, y, al mismo tiempo, son éstas las que
piloto, tirara a la suerte cuál ele su-; m:trineros lo haría, en lugar de
LOS GENEROS DEL DISCURSO ·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
42 43

producen las obras. Aplicando la ley lógica de la transitividad se producción, la poética con la poiética. El límite, entre el estudio de la
obtiene: conocer las obras es saber producirlas. Pues, según Lessing, creación y el estudio de la obra, no puede estar más marcado: la poética
no hay abismo entre la actividad del conocimiento y la actividad de la es la poiética. De manera más exacta, la mejor poética (y en efecto la
invención. "¿Por qué los inventores y los pensadores independientes sola verdadera) es una poiética de la endogénesis. Se conoce verdade-
hacen tanta falta en todas las artes y ciencias? La mejor respuesta a es- ramente la obra desde que, a partir de ese conocimiento, se es capaz
ta pregunta es esta otra: ¿Por qué no somos mejor educados?" ( ibíd., de reproducirla, de producir otras obras del mismo género. La actitud
p. 81). Por otra parte es en el sentido de una producción que finalizan científica coincide aquí con la actitud creadora; los dos sentidos del
los Traités sur la Jable. Lessing ve una "utilidad particular" de las fábulas verbo "engendrar", técnico y poético, se funden en uno solo.
dentro de la enseñanza: conociéndolas se aprenderá a inventarlas; una No hay entonces por qué distinguir la poética de la poiética de la
vez aprendido lo que es la invención en un dominio, se podrá exten- endogénesis. Por el contrario, la oposición entre endogénesis y exogé-
derlo a todos los otros. Y él sugiere procedimientos concretos que per- nesis, o más exactamente entre la génesis abstracta de las fon11as y la
mitirían a los alumnos inventar fábulas o transformar una fábula en otra. génesis concreta y factual de la obra particular, merece ser el centro de
Ya que, no hay que olvidarlo, el determinismo formal que preconiza nuestra atención. El error más frecuente era considerar a las obras como
Lessing se detiene a nivel genérico; en el interior de cada género nu- el producto de la pura exogénesis; reaccionando contra la tradición,
merosas variaciones son posibles (y en parte realizadas)H. Examinando Lessing elimina completamente los factores externos de la génesis de
cada fábula dentro de la perspectiva de su género, uno descubre que las obras: la deformación no es menor. Conocer lo uno y lo otro, captar
no es solamente una de las innumerables fábulas que pueden ser pro- el movimiento mismo de su articulación: ése puede ser hoy el objetivo
ducidas a partir de la misma fórmula abstracta. Prefigurando la actitud de la poiética (de la poética).
de un Valéty o de un Queneau, Lessing descubre la "literatura poten-
cialu: a partir de una sola obra, variando los elementos dentro del cua-
dro fijado por las reglas del género, se pueden obtener miles, millones
de otras obras. Se podrá "Ya sea interrumpir la historia, prolongarla, o
bien cambiar cualquier circunstancia, de manera que uno pueda reco-
nocer cada vez una moral diferente" (ibid, p. 84). Lessing nos da nu-
merosos ejemplos de esta máquina combinatoria, extraídos todos de su
propia colección de fábulas.

La célebre fábula del león y del asno comienza así: Un león y un asno
tenían negocios comunes e iban a cazar juntos -aquí el profesor se
detiene-. ¿El asno acompañado del león? ¡Qué satisfecho debía estar
él de esta compañía! (Véase la nouena lección de mi segundo libro). ¿El
león acompañado del asno? ¿No debería acaso tener vergüenza de tal
compañía? (Véase la séptima). De esta , manera nacieron dos fábulas,
gracias al pequeño desVío que siguió la' historia de la antigua fábula;
desvío que conduce a un propósito distinto al que se había propuesto
Esopo (ihid.).

Gracias al conocimiento de la endogénesis, una fábula genera otras.


·A la verdadera crítica pertenece la capacidad de producir lo que es
criticado", escribía Novalis. Lessing sería entonces el verdadero primer
crítico; en él el conocimiento se confunde con la capacidad de
44 LOS CENEROS DEL DISCURSO ·POIETICA· Y POETICA SEGUN LESSING
45

NOTAS súltese: P. Grappin, La 1béorie du génie dam le preclassicisme allemand, Paris,


19'52, cap. IV.
12 Uno encontrará otras instancias de esta actitud ..generativista" en Lessing citado por
P. Szondi, ..Tableau et coup du théatre", Poétique, 9, 1972, pp. 11-13, y en K. Stier!e,
.. L'Histoire comme Exemple, l'Exemple comme Histoire", Poétique, 10, 1972, pp.
Cf. Roland Barthes, ..L'ancienne rhétorique", Communications, 16, 1970, p. 179. 1R0-1R1; pero ellas están comentadas desde otro punto de vista.
2 Así ocurre en The Mirror and the Lamp, N. York, 1953, pp. 3-29, de M. H. Abrams, 13 Ob. cit., p. 33.
quien conserva los cuatro elementos distintos identificándolos, en consecuencia, 14 "Remárquese bien que no hablo de la solución (de la tragedia), porque dejo al poeta
con las teorías expresiva, pragmática, formal y mimética. decidir si él va a coronar a la virtud con una solución feliz, o si la va a volver mucho
3 R Passeron, "La poiétique", en Recherches poiétiques, t. 1, París, 1975. más interesante con una solución dolorosa", escribe Lessing (Bri4wechsel, p. '55).
4 En relación a las obras de Lessing he adoptado el siguiente sistema de referencias:
,1, para Dramaturgie de Hambmtrg (las siglas DH): el número de sección en números
romanos, la página de la traducci(m francesa de 1869 en números árabes; para el
Laocoonte (la abreviación: L): el número de capítulo en números romanos, el
número de p{lgina, precedido del año de publicación de la traducción francesa
(1H77 o 1964), en números árabes; para el resto de las obras: la edición de los
Gesammelte Werke (siglas: GW>, Authau-Verlag, 196H, en números romanos el
volumen, en números árabes los de la página; para la correspondencia: la edición
de Robert Petsch, Lessings Brüfu.'echsel mit Mendelssohn und Nicolai über das
Traue~piel, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgessellschaft, 1967 (P ed. 1910;
abreviación: Briefwechse[). A veces modifico las traducciones existentes.
5 Lessing emplea la fórmula . Kunst um ihrer selbst Willen", la cual es quizás el origen
de las expresiones "el arte por el arte", ..art for art's sake .. , etc. (N del A.).
6 Cf. Théories du .~ymbole, París, 1977, cap. V [Teonas del símlxJ!o, Caracas, Monte
Avi!a, 1981].
7 Esto ha sido señalado por Joseph Frank en su estudio fundamental .. La forma
espacial en la literatura moderna" (tr. fr. en Poétique, 10, 1972, pp. 244-266; el
original en inglés data de 1945). El escribe: ·<Los diversos críticos se fundamentaron
en uno o en el otro de sus juicios (de Lessing) y estimaron que eso les permitía
atacar sus posiciones. Pero esta actitud hace suponer que ellos no comprendieron
la importancia del Laocoonte en la historia de la teoría estética. Bien puede uno
contentarse con utilizar las intuiciones de Lessing como instrumentos de análisis sin
buscar determinar el valor de las obras individuales según las normas que él mismo
prescribió: es incluso bajo esta única condición que el profundo significado del
Laocoonte puede ser percibido. No er.m nuevas normas las que Lessing proponía,
sino una nueva manera de enfrentarse a la forma estética" (op. cit., p. 246). Es por
esto que Lessing es el verdadero fundador de la estética moderna.
R .. Mi objetivo es demostrar que ningún punto de su composición es producto del azar
o la intuición --que la obra avanzaba hacia su realización plena, paso a paso, con
la precisión y la consecución rígida de un problema matemático" (Philosophíe de
la cmnposition).
9 Ya anotaba Dilthey: .. No es sino después de haber encontrado las leyes por induc-
ción que él formula, del modo exacto como recomiendan los más grandes ejemplos
de las ciencias naturales, una teoría explicativa glohiC a partir de la cual se deducen
los procedimientos de las artes particulares; y es solamente al final que muestra el
acuerdo entre esta teoría y una serie de procedimientos en Homero que nunca
antes habían sido considerados" (Das h'rlebnis und die Dichtung, Stuttgart-Gottin-
gen, 1957, p. 34; el estudio data de 1H67).
10 Una fémnula de Novalis condensa bien esta paradoja: .. Es suficiente para el poeta,
desde el primer instante, la decisión libre y arbitraria, después de la cual no tiene
más que desarrollar hasta realizar todo lo virtual contenido en ese germen, ( Oeuures
completes, Paris, 1975, t. II, frag. III, 227).
11 Para otros aspectos de e~ta noción en Lessing dentro del contexto histórico, con-
EL ORIGEN DE LOS GÉNEROS

EN NUEsmos DÍAS, seguir insistiendo en la cuestión de los


géneros puede parecer un poco ocioso y hasta anacrónico. Todo el
mundo sabe que en la mejor época del clasicismo existían baladas,
odas, sonetos, tragedias y comedias; pero ¿y en la actualidad? Incluso
los géneros del siglo XIX (poesía, novela), los cuales sin embargo, según
nuestro punto de vista, no son del todo géneros, parecen disgregarse,
al menos en la literatura "importante,, de esa época. Como escribía
Maurice Blanchot a propósito de Hem1ann Broch, un escritor justamen-
te moderno, ,,él ha padecido, como tantos otros escritores de nuestro
tiempo, esta presión impetuosa de la literatura que no sufre ya la
distinción de los géneros y que desea romper los límites".
Sería incluso un signo de auténtica modernidad en un escritor no
obedecer más a la diferencia entre los géneros. Esta idea, cuyas
transformaciones pueden seguirse desde la crisis romántica de princi-
pios del XIX (aunque los románticos alemanes hayan sido grandes
creadores de sistemas genéricos), ha encontrado en nuestros días, en
la figura de Maurice Blanchot, uno de sus más brillantes representantes.
De manera más radical que cualquier otro, Blanchot dijo lo que los
EL ORIGEN DE LOS GENEROS
48 LOS GENEROS DEL DISCURSO 49

demás no osaban pensar o no sabían formular: hoy en día no hay Broch (ccquien no padece más la distinción de los géneros ..), Blanchot
ningún intennediario entre la obra particular y singular y la literatura nos dice que ..se confía a todos los modos de expresión -narrativos,
entera, el género último; y no lo hay porque la evolución de la literatura líricos y discursivos., (p. 141). Más importante todavía, todo este libro
moderna consiste precisamente en hacer de cada obra una interroga- reposa en la diferenciación entre dos, tal vez no géneros, pero sí modos
ción sobre el ser mismo de la literatura. Releamos esta página de fundamentales del discurso: el relato y la novela, caracterizándose el
Blanchot particularmente elocuente: primero por la búsqueda obstinada de su propio lugar de origen, el cual
lo borra y esconde. No son pues los géneros los que han desaparecido,
Sólo importa el libro, tal como es, lejos de los géneros y de las rubricas: sino los géneros del pasado; y no es que han desaparecido sino que
prosa, poesía, novela, testimonio ... bajo los cuales él resiste acomodarse
han sido reemplazados por otros. No se habla más de poesía y prosa,
y a los cuales él niega el poder de que fijen su lugar y determinen su
forma. Un libro ya no pertenece a un género, todo libro surge de la sola testimonio y ficción, sino de novela y relato, lo narrativo y lo discursivo,
literatura, como si ésta albergara, de antemano y en todas sus genera- diálogo y diario.
lizaciones, los secretos y las fórmulas que permiten, solos, dar realidad El hecho de que la obra "desobedezca., a su género no quiere decir
de libro a lo escrito. Todo sucedería entonces como si, una vez los géne- que éste deje de existir; uno incluso podría estar tentado a afirmar lo
ros disipados, la literatura se afirmara sola, brillara sola en su misteriosa
contrario. Y esto por dos razones. Primero, porque la transgresión, para
claridad que ella propaga y que cada creación literaria le devuelve
multiplicándola -como si hubiera una ..esencia .. de la literatura (Le Livre que exista, tiene necesidad de una ley que, precisamente, debe ser
a venir, [El libro que vendrá 1] París, 1959, pp. 136, 243-244). transgredida. Se podría aún ir más lejos: la nom1a no se hace visible
-no vive- sino gracias a sus transgresiones. Esto es por otra parte lo
Más aún: que escribe el mismo Blanchot:
El hecho de que las formas, los géneros, no tengan ya significación Si Joyce quiebra la forma novelesca volviéndola aberrante, es porque
verdadera, de que sea por ejemplo absurdo preguntarse si Finnegans él también hace presentir que la novela no vive, tal vez, sino a través
Wake pertenece o no a la prosa y a un arte que se llamaría novelesco, de estas alteraciones. Ella se desarrollaría, no engendrando monstmos,
indica este profundo trabajo que busca afirmarse en su esencia, arrui- obras informes, sin ley y sin rigor, sino únicamente provocando sus
nando las diferencias y los límites (L 'Espace littéraire [El espacio litera- propias excepciones, las cuales forman la ley al mismo tiempo que la
rio], París, 1955, p. 229; cf. además L 'Entretien inftnie [El diálogo in- suprimen. ( ... ) Es necesario pensar que cada vez que en estas obras
concluso 2], París, 1969, p. VI). excepcionales es traspasado un límite, se debe a que sólo la excepción
nos revela esta ..ley· de la cual ella constituye al mismo tiempo la insólita
Las frases de Blanchot parecen tener la fuerza de la evidencia. En y necesaria desviación. Todo ocurriría como si en la novela, o quizás
esta argumentación hay un solo punto inquietante: el privilegio dado en toda la literatura, no pudiéramos reconocer jamás la regla sino a tra-
a nuestro . ahora ... Se sabe que toda interpretación de la historia se hace vés de la excepción que la anula: la regla, o más exactamente, el centro
a partir de un presente, del mismo modo que la del espacio se realiza de la obra cuya certeza es la afirmación incierta, la manifestación desde
ya destructiva, la presencia momentánea y pronto negativa (Le Livre a
a partir de un ..aquí", y la del otro a partir de un "YO". No obstante, desde venir [El libro que vendrá], pp. 133-134).
el momento en que a la constelación del ·yo-aquí-ahora., se le concede
un lugar tan excepcional -punto culminante de toda la historia-, uno Pero hay más. No se trata únicamente de que la obra presuponga
podría preguntarse si la ilusión egocéntrica no juega aquí un papel necesariamente una regla para ser una excepción, sino también de que
importante (tarea complementaria de lo que Paulhan denominaba la apenas reconocida en su estatus excepcional, esta obra a su vez se
ccilusión del explorador..). convierta, gracias al éxito en las librerías y a la atención de los críticos,
Leyendo además los propios escritos en los cuales Blanchot afirma en una regla. Los poemas en prosa podían parecer una excepción en
esta desaparición de los géneros, se puedebbservar la puesta en mar- la época de Aloysius Bertrand y de Baudelaire; pero, ¿quién se atrevería
cha de categorías cuya semejanza con las distinciones genéricas es hoy a escribir un poema en alejandrinos, con versos rimados, al menos
difícil negar. Así, un capítulo de Le Livre a venir está consagrado al dia- que se trate de la nueva transgresión de una nueva norma? ¿Los
rio íntimo; otro, a las palabras de los profetas. Refiriéndose al mismo excepcionales juegos de palabra de Joyce no se convirtieron en la regla
50 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL ORIGEN DE LOS CENEROS
51
de una cierta literatura moderna? La novela, así sea muy "nueva", ¿no II
continúa ejerciendo presión sobre las obras que se escriben?
Volviendo a los románticos alemanes, y particulannente a Friedrich
Schlegel, uno encuentra en sus escritos, al lado de ciertas afirmaciones A primera vista la respuesta parece ser evidente: los géneros
propias de Croce ("a cada poema su propio género··), frases con un sen- son clases de textos. Pero tal definición, detrás de la pluralidad de
tido completamente opuesto que establecen una ecuación entre la poe- términos en juego, finge mal su carácter tautológico: los géneros son
sía y sus géneros. La poesía comparte junto a las otras artes la repre- las ·dases", lo literario es lo textual. Antes de que continuemos multi-
sentación, la expresión, la acción sobre el receptor. Ella tiene en común plicando las apelaciones, será mejor interrogarse acerca del contenido
con el discurso cotidiano y cognoscitivo el uso del lenguaje. Sólo los de estos conceptos.
géneros le son exclusivamente propios. "La teoría de las especies poé- En primer lugar acerca del contenido de texto, o para proponer un
ticas sería la doctrina artística específica de la poesía". ·Las especies de sinónimo, de discurso. Es, podría decirse, un conjunto de frases. y es
la poesía son la poesía misma" ( Conversation sur la poésie) [Conver- aquí que comienza el primer malentendido.
sación sobre la poesía]. Los géneros son la poesía, y la poética, la teoria Frecuentemente se olvida una verdad elemental de toda actividad
de los géneros 3. cognoscitiva, que el punto de vista escogido por el observador recorta
Defendiendo la legitimidad de un estudio de los géneros, en el ca- Y redefine su objeto. Así, con respecto al lenguaje, uno olvida que el
mino se encuentra una respuesta a la interrogante implícitamente punto de vista del lingüista designa, en el seno de la materia lingüística,
propuesta en el título: el origen de los géneros. ¿De dónde vienen los un objeto que le es propio; objeto que no será ya el mismo si uno
géneros? Pues bien, simplemente de otros géneros. Un nuevo género cambia de punto de vista, aun si la materia permanece idéntica.
siempre es la transformación de uno o varios géneros antiguos: ya sea La frase es una entidad de lengua y de lingüista. La frase es una
por inversión, desplazamiento o combinación. Un «texto·· de hoy (esto combinación posible de palabras, ella no es una enunciación concreta.
también, en uno de sus sentidos, es un género) le debe tanto a la "poe- La misma puede ser enunciada en circunstancias diferentes; para el
sía" como a la "novela" del siglo XIX, de la misma forma como la comedia lingüista ella no cambiará de identidad aun si, a causa de esta diferencia
sentimental combinaba trazos de la comedia y de la tragedia del siglo de circunstancias, llega a cambiar de sentido.
precedente. Jamás ha habido literatura sin géneros; ella es un sistema Un discurso no está hecho de frases, sino de frases enunciadas, o
en continua transformación, y la cuestión de los orígenes no puede más precisamente, de enunciados. Ahora bien, la interpretación del
abandonar, históricamente, el terreno de los géneros en sí: en el tiem- enunciado está determinada, por una parte, por la frase que uno enun-
po, no hay un "antes·· de los géneros. Ya decía Saussure: "El problema cia, Y por otra, por su enunciación misma. Esta enunciación incluye un
del origen del lenguaje no es otro que el de las transformaciones••. Y locutor que enuncia, un destinatario a quien uno se dirige, un tiempo
antes Humboldt: ..Llamamos a una lengua original porque ignoramos Y un lugar, un discurso que precede y otro que sigue; en fin, un
los estados anteriores de sus elementos constitutivos". contexto de enunciación. En otros términos, un discurso es siempre y
La cuestión del origen que quisiera proponer, sin embargo, no es necesariamente un acto de habla1 .
de naturaleza histórica, sino sistemática; tanto la una como la otra me Miremos ahora el otro término de la expresión ·dase de textos••.
parecen legítimas y necesarias. No se trata de preguntarse: ¿qué prece- Clase: el problema lo constituye su propia facilidad: siempre se puede
dió a los géneros en el tiempo? sino ¿qué es lo que preside, en todo encontrar una propiedad común en dos textos y reunirlos entonces en
momento, al nacimiento de un género? Más exactamente, ¿existen en una sola clase. ¿Hay algún interés en llamar "género" al resultado de tal
el lenguaje (ya que aquí se trata de los géneros del discurso) formas reunión? Pienso que se podría estar siempre de acuerdo con el uso
que sin ser aún géneros, los anuncien de antemano? De ser así, ¿cómo corriente de la palabra, y que al mismo tiempo se disponga de una
se produce el pasaje de lo uno a lo otro? Fero para tratar de responder noción cómoda y operante si convenimos en llamar géneros a las solas
estas cuestiones hay primero que preguntarse, ¿qué es, en verdad, un clases de textos que han sido percibidas como tales en ~1 curso de la
género? historia5. Los testimonios de esta percepción se encuentran fundamen-
')2 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL ORIGEN DE LOS GENEROS
53
talmente en los discursos sobre los géneros ediscursos metadiscursi- aspecto sintáctico (la relación de las partes entre sí), de su aspecto
vos), y, de manera más o menos esporádica e indirecta, en los textos pragmático (relación entre los usuarios), o en fin, de su aspecto verbal
mismos. (término ausente en Morris, el cual podría servirnos para englobar todo
La existencia histórica de los géneros es señalada por el discurso aquello que toca la materialidad misma de los signos).
sobre los géneros; sin embargo, eso no quiere decir que los géneros La diferencia entre un acto de habla y otro, así como entre un género
sean solamente nociones metadiscursivas y no discursivas. Tomemos y otro, puede situarse en cualquiera de estos niveles del discurso.
un ejemplo: nosotros constatamos la existencia histórica del género En el pasado se buscó distinguir, y aun oponer, las fonnas "naturales"
«tragedia.. en la Francia del siglo XVII gracias al discurso sobre la tragedia de la poesía (por ejemplo la lírica, la épica, el drama) de sus formas
(que comienza con la existencia de la palabra misma); pero esto no sig- convencionales, como el soneto, la balada o la oda. Hay que intentar
nifica que las tragedias en sí mismas no posean rasgos comunes y que ver en qué nivel tal afirmación conserva un sentido. O bien la lírica,
sea imposible dar una descripción de ellas distinta a la histórica. Como la épica, etc., son categorías univ~rsales, o sea, del discurso (lo cual no
se sabe, toda clase de objetos puede ser convertida, a través de un excluiría que sean complejas, por ejemplo, a la vez semánticas, prag-
pasaje que va de la extensión a la comprensión, en una serie de máticas, verbales); en este caso ellas pertenecerían a la poética general,
propiedades. El estudio de los géneros, que tiene como punto de y no específicamente a la teoría de los géneros: ellas caracterizarían las
partida los testimonios sobre la existencia de los géneros, debe tener posibilidades del discurso, y no las realidades de los discursos. O bien
precisamente, como objetivo último, el establecimiento de estas pro- cuando se emplean tales términos es en relación a fenómenos histó-
piedades6. ricos; así la epopeya es lo que encarna La Ilíada de Homero. En este
Los géneros son entonces unidades que pueden ser descritas desde caso se trata seguramente de géneros, pero en el plan discursivo éstos
dos puntos de vista diferentes: el de la obse1vación empírica y el del no son cualitativamente diferentes de un género como el soneto,
análisis abstracto. Dentro de una sociedad se institucionaliza el cons- fundado también sobre ciertas condiciones temáticas, verbales, etc.
tante recurrir de ciertas propiedades discursivas, y los textos individua- Todo lo que puede decirse es que ciertas propiedades discursivas son
les son producidos y percibidos en relación a la norma que constituye más interesantes que otras: personalmente me intrigan mucho más las
esta codificación. Un género, literario o no literario, no es otra cosa que condiciones que recaen sobre el aspecto pragmático de los textos que
esta codificación de las propiedades discursivas. sobre su estnictura fonológica.
Tal definición demanda a su vez ser explicitada según los dos tér- Gracias a que los géneros existen como una institución es que ellos
minos que la componen: el de "propiedad discursiva, y el de "codifica- funcionan como "horizontes de expectativas, para los lectores, y como
ción". "modelos de escritura.. para los autores. Estas son en efecto las dos
"Propiedad discursiva, es una expresión que entiendo en un sentido vertientes de la existencia histórica de los géneros (o, si se prefiere, de
inclusivo. Todos saben que, aun ateniéndose sólo a los géneros este discurso metadiscursivo que toma a los géneros por objeto). Por
literarios, cualquier aspecto del discurso puede volverse obligatorio. La una parte, los autores escriben en función del sistema genérico
canción se opone al poema por rasgos fonéticos; el soneto es diferente existente (lo cual no quiere decir que estén de acuerdo con él), en fun-
a la balada en su fonología; la tragedia se opone a la comedia por los ción de aquello de lo cual ellos pueden rendir testimonio tanto al inte-
aspectos temáticos; el relato de suspenso se opone a la novela policial rior del texto como fuera de él, o incluso, en cierto modo, en esa zona
clásica por la disposición de la intriga; en fin, la autobiografía se ubicada entre lo uno y lo otro: la portada del libro; evidentemente, este
diferencia de la novela en que el autor prefiere contar hechos que testimonio no es el único modo de probar la existencia de los modelos
construir una ficción. Adaptándola a nuestro objetivo, para reagrupar de escritura. Por una parte, los lectores leen en función del sistema ge-
estos diferentes tipos de propiedades (aunque esta clasificación no nérico que ellos conocen mediante la crítica, la escuela, el sistema de
tenga mucha importancia para mi propósito), podríamos servirnos de difusión del libro o simplemente mediante el decir de la gente; sin em-
la terminología del semiólogo Charles Morris: estas propiedades se bargo, no es necesario que ellos estén conscientes de este sistema.
hacen evidentes a partir ya sea del aspecto semántico del texto, de su Por el lado de la institucionalización, los géneros se comunican con
EL ORIGEN DE LOS GENEROS
LOS GENEROS DEL DISCURSO 55
54

la sociedad en la que se producen. También, gracias a este aspecto, tiene realidad discursiva precisa, lo cual no lo vuelve inapropiado para
el estudio sino que lo distingue de los géneros, y, con más razón, de
ellos interesan tanto al etnólogo como al historiador. En efecto, dentro
de un sistema de géneros, el primero retendrá sobre todo las categorías los modos, etc. El género es el lugar de encuentro de la poética general
que lo diferencian de aquel de los pueblos vecinos; estas categ~rías y .d~ 1~ historia literaria eventual. En este sentido es un objeto
habrá que ponerlas en correlación con los otros elementos de la nusma pnvtlegtado, cuyo honor será convertirse en el personaje principal de
cultura. Lo mismo ocurre con el segundo, el historiador: cada época los estudios literarios.
tiene su propio sistema de géneros, el cual está en relación con la Este es el cuadro global de un estudio de los géneros7 . Quizás nues-
ideología dominante, etc. Como cualquier otra institución, los géneros tras actuales descripciones de los géneros son insuficientes; eso no
evidencian los rasgos constitutivos de la sociedad a la cual pertenecen. pmeba la imposibilidad de una teoría de los géneros, más aún, las
La necesidad de la institucionalización permite responder a otra proposiciones precedentes quisieran ser las preliminares de tal teoría.
cuestión que quisiéramos plantear: admitiendo que todos los géneros Quisiera al respecto recordar otro fragmento de Friedrich Schlegel, en
provienen de actos de habla, ¿cómo podemos explicar el hecho de que el cual busca formular una opinión equilibrada sobre la cuestión,
todos los actos de habla no producen géneros literarios? La respuesta preguntándose si la impresión negativa que se desprende cuando uno
es la siguiente: una sociedad elige y codifica los actos que correspon- adquiere conocimiento de las distinciones genéricas no es debida, sim-
den más 0 menos a su ideología; es por esto que la existencia de ciertos plemente, a la imperfección de los sistemas propuestos en el pasado.
géneros en una sociedad, o su ausencia en otra, son reveladores de esta
¿La poesía debe ser simplemente subdividida, o debe permanecer una
ideología y nos permiten establecerla más o menos co~ una gran e in?iv!sible, o alternar entre la separación y la unidad? La mayoría de
certeza. No es un azar el hecho de que la epopeya sea postble en una ~as t~agenes del sistema poético universal son aún tan groseras e
época, la novela en otra, el héroe individual de ésta se oponga al héroe mfanttles u~mo las que, antes de Copérnico, se hacían los antiguos
colectivo de aquélla: cada una de estas elecciones depende del cuadro a;erca del st~tema astronómico. Las habituales subdivisiones de la poe-
sta no son smo una construcción agónica para un horizonte limitado.
ideológico en el seno del cual se llevan a cabo./ . / / Aquello que sabe hacerse o que tiene algún valor es la tierra inmóvil
Mediante dos distinciones simétricas uno podna preosar aun mas el en el cen:ro. Pero en sí, en el universo de la poesía nada está en reposo,
lugar que ocupa la noción de género. Ya que el gén~ro e~ la codif~­ todo devtene y se transforma y se mueve armoniosamente; y también
cación constatada históricamente de las propiedades dtscurstvas, es fa- los cometas poseen en su movimiento leyes inalterables. Pero antes de
cil concebir la ausencia de cada uno de los dos componentes de esta que se pueda calcular el curso de estos astros y determinar de antemano
definición: la realidad histórica y la realidad discursiva. En el primer su vuelta, el verdadero sistema universal de la poesía no ha sido aún
descubierto (Athenaeum, 434).
caso, se está frente a las categorías de la poética general, la cual, según
los niveles del texto, uno llama modos, registros, estilos, o incluso for-
Los cometas, también, obedecen leyes inalterables ... Los antiguos sis-
mas, maneras, etc. El . estilo noble, o la .. narración en primera persona,,
temas sabían solamente describir el resultado muerto; es necesario
son realidades discursivas; pero no pueden ser fijadas en un momento
aprender a presentar los géneros como principios ele producción diná-
único: ellas son siempre posibles. De manera recíproca, en el segundo
micos, de lo contrario se correría el riesgo de nunca atrapar el verda-
caso, se trata de nociones que pertenecen a la historia literaria, enten-
dero sistema de la poesía. Puede ser que haya llegado el momento de
dida ésta en el sentido más amplio, tales como corriente, escuela, mo-
poner en marcha el programa de Frieclrich Schlegel.
vimiento, o, en otro sentido de la palabra, "estilo". Es cierto que el
Debemos ahora volver a la cuestión inicial concerniente al origen
movimiento "simbolista,, existió históricamente; pero eso no pmeba que
sistemático de los géneros. En cierto sentido ya recibió su respuesta,
las obras de los autores que se consideraban dentro de ese movimiento
porque, como dijimos, los géneros provienen, como cualquier acto de
tengan en común las mismas propiedades discursivas (además de las
habla, de la codificación de las propiedades discursivas. Tendríamos
banales); la unidad bien pudo haberse formado alrededor de las
entonces que refonnular nuestra pregunta de la siguiente manera:
amistades, las manifestaciones comunes, etc. Admitamos que ese sea
¿Hay alguna diferencia entre los géneros (literarios) y los demás actos
el caso; tendríamos allí el ejemplo de un fenómeno histórico que no

56 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL ORIGEN DE LOS GENEROS
57

de habla? Rezar es un acto de habla; orar es un género (literario o no): ritual, como se hace en nuestra civilización en ciertos casos solemnes.
la diferencia es mínima. Pero, tomando otro ejemplo, contar es un acto Pero en el caso de los Lubas existe también un género menor derivado
de habla y la novela es un género en el cual ciertamente se cuenta algo; de la ~vitación y q~e se practica incluso fuera de su contexto original.
no obstante, la distancia es grande. En fin, un tercer caso: el soneto es En el eJemplo que stgue, "YO" invita a su cuñado a entrar a la casa. Esta
en efecto un género literario pero no existe un acto verbal tal como fórmula explícita no aparece sin embargo sino en los dos últimos versos
,,sonetear". Existen entonces géneros que no derivan de un simple acto de la invitación (29-33; se trata de un texto ritmado). Los veintiocho
de habla. versos precedentes contienen un relato en el cual el "YO" es quien va
En suma, tres posibilidades pueden ser entrevistas: o el género, a casa de su cuñado, y es éste quien lo invita. He aquí el comienzo del
como el soneto, codifica las propiedades discursivas tal como lo haría relato:
cualquier otro acto de habla, o el género coincide con un acto de habla
que tiene también una existencia no literaria, como orar; o en definitiva, ]e partís chez mon beau-frere,
deriva de un acto de habla mediatizado por un cierto número de Mon beau-frere dit: bonjour,
transformaciones y amplificaciones: este sería el caso de la novela en Et moi de dire: bonjour toi aussi.
su acción de contar. En efecto, sólo este tercer caso presenta una si- Quelques instants apres, lui:
tuación nueva: en los dos primeros, el género no es en nada diferente Entre dans la maison, etc9.
de los otros actos. Aquí, en cambio, no se parte directamente de las
propiedades discursivas, sino de otros actos de habla ya constituidos; El relato no se queda allí; él nos conduce a un nuevo episodio en
se va de un acto simple a un acto complejo. Es también el único que el cual "YO" pide que alguien lo acompañe comiendo; el episodio se
repite dos veces:
amerita un tratamiento distinto de las otras acciones verbales. Nuestra
pregunta acerca del origen de los géneros se convierte entonces en estCJ ]e dis: mon Beau-frere,
otra: ¿cuáles son las transformaciones que siguen ciertos actos de habla Appelle tes enfants,
para llegar a producir ciertos géneros literarios?
Qu'ils mangent avec moi cette páte.
Beau-frere dit: tiens!
Les enfants ont déja mangé,
III Ils sont déja allés se coucher.
Tu dis: tiens,
Tu es done ainsi, beau-frere!
Trataré de responder a la pregunta anterior examinando Appelle ton gros chien.
algunos casos específicos. Este modo de proceder implica desde ya Beau-frere dit: tiens!
que, así como el género no es en sí mismo ni un hecho puramente dis- Le chien a déja mangé,
cursivo ni puramente histórico, la cuestión del origen sistemático de los
I1 est déja allé se coucher, etc 10 .
géneros no puede permanecer en la pura abstracción. A pesar de que
el orden de la exposición nos lleve, por razones de claridad, de lo sim- Continúa una transición fom1ada por algunos proverbios, y al final
ple a lo complejo, el orden del descubrimiento sigue el camino inverso: se llega a la invitación directa, esta vez dirigida por "YO" a su cuñado.
partiendo de los géneros observados, se trata de encontrar el germen Sin entrar en detalles, uno puede constatar que entre el acto verbal
discursivo. de la invitación y el género literario «invitación", cuyo texto precedente
Mi primer ejemplo será tomado de una cultura distinta a la nuestra: es un ejemplo, tienen lugar varias transformaciones:
la de los Lubas del Zaire; lo he escogido por su relativa simplicidadH. l. una i:!'versión de los roles del emisario y el destinatario: "YO" invita
,,Invitar" es uno de los actos de habla más comunes. Uno podría al cunado, el cuñado invita al "YO";
restringir el número de fórmulas utilizadas y obtener así una invitación 2. una narrativización. o más exactamente, una inserción del acto
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL ORIGEN DE LOS GENEROS
59
58

verbal de invitar en el de contar; así obtenemos, en lugar de una Cípanda wa nshindumeenu, colunma [viga] contra la cual uno se
invitación, el relato de la misma; apoya
3. una espec(ficación: no solamente se es invitado, sino ~u~ s~ /es Dtlejidya kwikísha munnuya, sombra bajo la cual uno se refugia
invitado a comer una pasta; no solamente se acepta la mvttaClon, Kasunyl kaciinyí nkelende, hacha que no teme a las espinas
sino que se desea comer acompañado;
4. una repetición de la misma situación narrativa, pero la cual compor- Como puede verse, los sobrenombres pueden ser considerados
como una expansión de los nombres. En ambos casos se describen a
ta
5. una variación en los actores que asumen el mismo rol: una vez los los seres tal como son o como deben sef. Desde el punto de vista
sintáctico, se pasa del nombre aislado (sustantivo o adjetivo sustanti-
niños, otra el perro.
Seguramente, esta enumeración no es muy exhaustiva, per~ ella vado) al sintagma compuesto de un nombre más un relativo que los
puede ya brindarnos una idea de la naturaleza de las transformaCiones califica. Semánticamente, las palabras tomadas en un sentido literal
' '
que sufre el acto de habla. Ellas se dividen e~ d~s gmpos. que inician su paso al nivel metafórico. Estos sobrenombres, al igual que
podríamos llamar: a) internas, en las cuales la denvae1on se reahza al los nombres, pueden también aludir a proverbios y dichos comunes.
interior mismo del acto de habla inicial; este es el caso de las En tln, en los lubas existe un género literario bien establecido -y
transformaciones 1, 3, 4 y 5; y b) las externas, en las cuales el primer bien estudiado-- que se llama Kasald 1 • Se trata de cantos de dimen-
acto de habla se combina con uno segundo, dependiendo de una siones variables que pueden pasar de los ochocientos versos; ellos
relación jerárquica cualquiera; es el caso de la transfonnación 2, en la "evocan las distintas personas y eventos de un clan, exaltan, a través
cual ,,invitar" está insertada dentro de "contar··. de grandes alabanzas a sus nuembros difuntos y1o vivos y declaman
Tomemos ahora un segundo ejemplo, siempre dentro de la misma sus grandes hechos y gestas, (Nzuji, op. cit., p. 21). Nuevamente, pues,
cultura luba. Vamos a partir de un acto de habla aún más esencial: se trata de una mezcla de caracterizaciones y elogios: por una parte se
nombrar atribuir un nombre. En nuestra cultura, la signiflcación de los indica la genealogía de los personajes, situando a unos en relación a
antropó~in1os es olvidada la mayoría de las veces; los nombres propios otros; por otra, se les atribuyen cualidades remarcables; estas atribucio-
en nuestro caso significan algo por la evocación de un contexto o por nes incluyen a menudo sobrenombres, como los que venimos de
asociación y no por el sentido de los morl.emas que lo componen. Esto observar. Además, el rapsoda interpela a los personajes y los conmina
también es posible en los lubas; pero al lado de estos nombres a comportarse de manera adnurable. Cada uno de estos procedin1ien-
desprovistos de sentido,, se encuentran otros completamente .actuales tos es repetido muchas veces. Como puede observarse, todos los rasgos
y cuya atribución es, por otra parte, motivada por este senttdo. Por característicos del Kasala estaban ya contenidos potencialmente en el
ejemplo (hago hincapié en que no marco los tonos): nombre propio, y más todavía en esa forma intermediaria que repre-
sentaba el sobrenombre.
Volvamos nuevamente al terreno más familiar de los géneros de la
Longi significa ulo feroZ»
Mukunza significa upiel clara" literatura occidental, para saber si se pueden observar transformaciones
Ngenyi significa «inteligencia, semejantes a las que caracterizan a los géneros lubas.
Tomaré como primer ejemplo el género que yo nusmo describí en
Aparte de estos nombres en cierto modo oficiales, el individuo mi libro Introduction a la littérature fantastique [Introduccion a la
puede también recibir sobrenombres, más o 1~1eno~ ..inv~~iables,/ cuy~ literatura fantá5;tica]. Si mi descripción es correcta, este género se
función puede ser el elogio, o simplemente la tdentthcaClon se~:m los caracteriza por la vacilación a la cual es sometido el lector en cuanto
rasgos característicos del sujeto, como por ejempl~ su profest?n. L~ a la explicación sobrenatural o natural de los hechos evocados. Más
elaboración de estos sobrenombres ya los aproXJma a las formas exactamente, el mundo que se describe es ciertamente el nuestro, con
literarias. He aquí una muestra de una de las formas de estos sobrenom- sus leyes naturales (pues no estamos en lo maravilloso), pero en el seno
bres, los makumbu, o nombres del elogio: de este universo se produce un evento al cual es difícil encontrar una
¡
60 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL ORIGEN DE LOS GENEROS
61

explicación natural. Así, lo que codifica al género es una propiedad caso perfectamente real). La identidad del género está completamente
pragmática de la situación discursiva: la actitud del lector, tal como ella determinada por la del acto de habla, lo cual, no obstante, no quiere
es prescrita por el libro (y que el lector individual puede o no adoptar). decir que ambos sean idénticos. Desde el punto de vista del sentido
Este rol del lector, la mayoría de las veces, no permanece implícito, sino retórico, este nudo se enriquece de una serie de amplificaciones: 1) una
que se encuentra representado en el propio texto bajos los rasgos de narrativización: hay que crear una situación donde el narrador termine
un personaje testigo; la identificación entre el uno y el otro es facilitada formulando nuestra frase emblema, o uno de sus sinónimos; 2) una
por la atribución a este personaje de la función de narrador: el empleo aparición irreversible de lo sobrenatural; 3) una proliferación temática:
del pronombre de la primera persona permite al lector identificarse con ciertos temas, como las perversiones sexuales o los estados próximos
el narrador, así como también con este personaje testigo que vacila en a la locura, serán más favorecidos que otros; 4) una representación
cuanto a la explicación de los hechos ocurridos. verbal que explorará, por ejemplo, la incertidumbre que se puede
Para simplificar, dejemos de lado a esta triple identificación entre el sentir al escoger entre el sentido literal y el sentido figurado de una
lector implícito, el narrador y el personaje testigo. Admitamos que se expresión; estos son temas y procedimientos que he tratado de des-
trata de una actitud del narrador representado. Una frase que se en- cribir en mi libro.
cuentra en una de las novelas fantásticas más características, El ma- No hay, pues, desde el punto de vista de los orígenes, ninguna
nuscrito hallado en Zaragoza, de Potocki, resume emblemáticamente diferencia de naturaleza entre el género fantástico y los que encontrá-
esta situación: ~]'en vins presque a croire que des démons avaient, pour bamos en la literatura oralluba, a pesar de que subsisten diferencias
me tromper, animé des corps pendus.,12 . Bien puede verse la ambigüe- de grado, es decir, de complejidad. El acto verbal que refleja la osci-
dad de la situación: el hecho sobrenatural es designado por la pro- lación "fantástica., es menos frecuente que aquel que consiste en nom-
posición subordinada; la principal refleja la adhesión del narrador, pero brar e invitar; sin embargo, no es menos acto verbal que los otros. Las
se trata de una adhesión modulada por la aproximación. Esta propo- transformaciones que sigue para convertirse en género literario son
sición principal implica, pues, la inverosimilitud intrínseca de lo que quizás más numerosas y variadas que aquellas con las cuales nos
sigue, y constituye por eso mismo el cuadro "naturalu y "razonable., familiarizaba la literatura luba; ellas permanecen también con su misma
dentro del cual el narrador desea mantenerse (y, desde luego, mante- forma natural.
nernos). La autobiografía es otro género literario propio de nuestra sociedad
Así, el acto de habla que se encuentra en la hase del género fan- descrito con suficiente precisión para que pueda ser interrogado según
tástico es, incluso simplificando un poco la situación, un acto complejo. nuestra perspectiva actualu. Para decirlo de manera más simple, la
Uno podría reescribir su fórmula de la siguiente manera: "YO" (pro- autobiografía se define por dos identidades: la del autor y narrador, y
nombre cuya función ya explicamos) +verbo correspondiente a una la del narrador y personaje principal. Esta segunda es evidente: ella es
actitud (como "creer.,, "pensar.,, etc.) + modalización de este verbo en quien resume el prefijo "auto,, y quien permite distinguir la autobiogra-
el sentido de la incertidumbre (modalización que sigue dos vías fía de la biografía o las memorias. La primera es mucho más sutil: ella
principales: el tiempo verbal, el pasado, permitiendo así la instauración diferencia la autobiografía (como la biografía y las memorias) de la
de una distancia entre el narrador y el personaje; los adverbios tales novela, estando ésta impregnada de elementos provenientes de la vida
como "casi.,, «tal vez.,, "sin duda.,, etc.) + proposición subordinada que del autor. Esta identidad separa, en definitiva, todos los géneros "refe-
describe un hecho sobrenatural. renciales., o "históricos., de todos los géneros ,ficticios.,: la realidad del
Bajo esta forma abstracta y reducida, con toda seguridad puede referente está claramente indicada ya que se trata del mismo autor del
encontrarse, fuera de la literatura, al acto de habla "fantástica.,: este será libro, alguien con estado civil y registrado en su ciudad natal.
el caso de una persona relatando un evento fuera del marco de las Nos encontramos aquí, entonces, con un acto de habla que codifica
explicaciones naturales, y que en ese momento no desea renunciar a a la vez propiedades semánticas (es esto lo que implica la identidad
ese mismo marco sobrenatural, haciéndonos así formar parte de su narrador-personaje: "hay que hablar de sí mismo.,). Bajo esta fom1a, este
incertidumbre (situación (]uizás rara en nuestros días, pero en todo acto de habla está extremadamente difundido fuera de la literatura: se
; i,
. 11'

:.111111
EL ORIGEN DE LOS GENEROS
62 LOS GENEROS DEL DISCURSO 63

lo practica cada vez que uno cuenta su propia vida. Es curioso notar NOTAS
que los estudios de Lejeune y de Bruss en los cuales me apoyo, bajo
la cobertura de una descripción del género, establecieron en efecto la
,,,,1
identidad del acto de habla, el cual no constituye sino el nudo. Este
1 Ellihm que vendrá, Caracas, Monte Avila, 1969 [N. del T.].
deslizamiento de objeto es revelador: la identidad del género viene del
2 Rl diálogo inconcluso, Caracas, Monte Avila, 1970 [N. del T.].
acto de habla que se encuentra en la base: contarse a sí mismo. Esto 3 Una afirmación parecida se encuentra en Henry James, quien, en tanto teórico,
no impide que, para convertirse en género literario, este contrato inicial participa de la posteridad romántica: "Los 'géneros' son la vida misma de la
deba seguir numerosas transformaciones. Dejo a los especialistas del literatura; reconocerlos completamente, ir hasta el extremo del sentido de cada uno,
hundirse profundamente en su consistencia, produce verdad y fuerza .. (Prefacio de
género la tarea de establecerlas. The Awkward Age, Londres, 1975, p. lR).
¿Qué será de los géneros todavía más complejos, como la novela? 4 Esta manera de exponer los problemas no es para nada original (la diferencia entre
No me atrevería a lanzarme a la formulación de la serie de transfomla- frase y enunciado remonta al menos a aquella entre significación gramatical y
significación histórica que a principios del XIX hacía F. A. Wolt); no hago sino
ciones que presiden su nacimiento; pero, demostrando sin dudas un recordar las evidencias, incluso si ellas son a veces ignoradas. Para las exposiciones
optimismo al respecto, diré, otra vez, que el proceso no me parece ser más completas que utilizan una terminología actual, se puede consultar los escritos
cualitativamente diferente. La dificultad del estudio del ..origen de la de Austin, Strawson, Searle, o las presentaciones que yo hacía de esta problemática
en "Enunciación" (Langages, 17, 1970) y, en colaboración con Oswakl Ducrot, en
novela", entendido en este sentido, residiría sólo en el engranaje infinito nuestro Dictionnaire encyclopédique des sciences du langage [Dicciunan·o enciclo-
1

,,
1
de los diferentes actos de hablas. En lo más alto de la pirámide, estaría pédico de las ciencias de/lenguaje], 1972. Ver también, más recientemente, Dan
el contrato ficticio (y en consecuencia, la codificación de una propiedad Sperber, "Rucliments de rhétorique cognitive", Poétique, 23, 1975.
5 Esta afirmación tiene su corolario: la disminuida importancia que doy ahora a la
pragmática), que a su vez exigirá que se alternen los elementos noción ele género teórico o tipo. En absoluto renuncio a la necesidad de analizar
descriptivos y los narrativos, es decir, que describan los estados de los géneros en categorías abstractas; pero el estudio de los tipos posibles me parece
inmovilización y las acciones que se desarrollan en el tiempo (hay que hoy una reformulación ele la teoría general del discurso (o de la poética general);
ésta contiene integralmente a aquélla. Los géneros históricos son géneros teóricos;
tener en cuenta que estos dos actos de habla están coordinados entre pero en la medida en que lo recíproco no sea verdaderamente necesario, la noción
ellos y no engranados como en los casos precedentes). A esto se separada de género teórico me parece perder su interés, al menos que forme parte
agregarían las restricciones concernientes al aspecto verbal del texto de una estrategia heurística, como en los ejemplos estudiados por Christine Brook-
Rose.
(alternancia del discurso, del narrador y de los personajes) y a su 6 En definitiva, soy más optimista que los autores de dos estudios recientes, los cuales
aspecto semántico (preferiblemente la vida personal y no los grandes me llevaron por otra parte a precisar mis puntos de vista (Dan Ben-Amos, "Ca-
frescos de época) y así sucesivamente ... tégories analytiques et genres populaires", Poétique, 19, 1974, pp. 265-286 y Phi-
lippe Lejeune, Le Pacte autohiographique, 1975, pp. 311-341, "Autobiographie et
De no ser por su brevedad y esquematismo, esta enumeración histoire littéraire•.). Lejeune y Ben-Amos tienden a ver un abismo infranqueable
rápida que acabo de hacer no es diferente de la de los estudios ya entre lo abstracto y lo concreto, entre los géneros que históricamente existieron y
consagrados a este género. No obstante no es así: en estos últimos el análisis de las categorías al cual pueden hoy ser sometidos.
7 La idea ele que los géneros deben ser puestos en relación con los actos de habla
faltaba esta perspectiva --desplazamiento ínfimo, ilusión óptica qui- se encuentra formulada en K. Stierle, "L'Histoire comme Exemple, L'Exemple com-
zás-, la cual permite ver que no hay un abismo entre la literatura y me Histoire", Poétique, lO, 1972, pp. 176-lSH; Ph. Lejeune, Le Pacte autohíogra-
lo que no es literatura, que los géneros literarios encuentran su origen, phique, 1975, pp. 17-49 ("Le pacte autobiographique .. ); E. Bruss, "L'Autobiogra-
phique considérée comme acte littéraire", Poétique, 17, 1974, pp. 14-26. Los géneros
simplemente, en el discurso humano. son examinados desde un punto de vista etnológico en el estudio de P. Smith, "Les
genres et les hommes", Poétique, 19, 1975, pp. 294-312; e histórico, en "Autobio-
graphie et Histoire littéraire .. , de Ph. Lejeune, en el capítulo de las conclusiones del
libro citado (en el cual se encontrarán otras referencias sobre el mismo tema). En
un estudio reciente leo esta lista de géneros propios de la literatura árabe, lista que
revela claramente las relaciones ele éstos con los actos de habla: "Nosotros tenemos
la exigencia de una realización --de una promesa, por ejemplo-, el reproche, la
amenaza, la sátira, la excusa ..... (A. Kilito, "Le genre 'séance': une introduction•,
Studia Namica, 43, 1976, p. 27).
8 Debo todas las informaciones concernientes a los géneros literarios de los Lubas
64 LOS GENEROS DEL DISCURSO

y su contexto verbal a la amabilidad de Mme. Clémentine Faik-Nzuji.


9 Yo fui a casa de mi cuñado,/ Mi cuñado dijo: buenos días,/ Y yo le dije: buenos
días tú también./ Unos instantes después él dijo:/ Entra a la casa, etc. [N. del T.l.
10 Yo dije: cuñado,/ llama a tus hijos,/ Que vengan a comer conmigo esta pasta./ Mi
cuñado dijo: mira!/ Los niños ya comieron,/ Ellos ya se acostaron./ Yo dije: mira,/
Así pues eres tú, cuñado!/ Llama a tu perro./ Mi cuñado dijo: mira!/ El perro ya
comió,/ Ya se acostó, etc. [N. del T].
11 Cf. P. Mufuta Kabemba, Le chant Kasala des Lubas, París, 1968; C. Faik-Nzuji, Ka-
sala, chant héroique luha, Lubumbashi, 1974. Pard hechos análogos al Rwanda, cf.
P. Smith, artículo citado, sobre todo pp. 297-298.
12 ..casi llegué a creer que los demonios, para engañarme, habían animado los cuerpos
colgados,. [N. del T].
13 Pienso particularmente en los estudios antes citados: Philippe Lejeune, "Le pacte
autobiographique,.; Elizabeth I3russ, .. L'autobiographie considérée comme acte
littéraire ...

II
' LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO

YA QUE LO QUE sigue va a tratar sobre el relato, comenzaré por


contar una historia.
Ricciardo Minutolo está enamorado de Catella, la esposa de Filipello.
Pero ésta no le corresponde, a pesar de todos los esfuerzos de Ri-
cciardo. El se entera de que Catella cela en extremo a su marido y
decide aprovecharse de esta debilidad de Catella. Así, él muestra su
desinterés hacia ella; un día, al encontrarla, se lo confirma personal-
mente al mismo tiempo que le participa del cortejo que Filipello le está
haciendo a su propia esposa. Catella, furiosa, desea saber todo. Nada
más fácil, responde Ricciardo; ha citado a su esposa para mañana en
unos baños públicos de los alrededores. Catella sólo tiene que ir en su
lugar y ella misma se dará cuenta de la perfidia de su marido. Es esto
lo que ella hace, pero en lugar de su esposo encuentra a Ricciardo, sin
reconocerlo, pues la oscuridad de la habitación de la cita es total.
Catella cede entonces al deseo de quien ella cree que es su marido,
pero en seguida comienza a injuriado, revelándole que ella no es la
esposa de Ricciardo sino Catella. Es entonces cuando Ricciardo le
revela que él no es Filipello. Catella comienza a desesperarse pero
Ricciardo le demuestra que el escándalo no serviría de nada ni a nadie
y que, además, «los besos del amante tienen más sabor que los del
marido".
LOS GENEROS DEL DISCURSO
LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO
69
Todo tennina bien y Boccaccio agrega que el cuento fue acogido con
un ·concierto de elogios" cuando fue narrado por primera vez (Deca- un~ Y otro caso (y en esto no es un contra-ejemplo Raymond Roussel,
merón, III, 6). qut~n constn.1ye el relato a partir de la distancia que hay entre los dos
He aquí, pues, una serie de frases que todo el mundo coincidiría en sentidos de una misma palabra), en oposición al uso intransitivo literal
reconocer como lo propio de un relato. Pero, ¿qué constituye al relato? que en efecto es el lenguaje de la poesía. ' '
Regresemos al principio de la historia. Boccaccio describe primero a Ná- . Con toda certeza, esta manera de ver el relato como el encadena-
poles, el lugar de la acción; en seguida presenta a los tres protagonistas; rmento cronológico Y a veces causal de las unidades discontinuas no
luego nos habla del amor que siente Ricciardo por Catella. ¿Es esto un es nueva; hoy en día es bien conocido el trabajo de Propp sobre el
relato? Creo que una vez más coincidiríamos en responder que no. No cuento de hadas ruso, el cual llega a una fommlación parecida del
son las dimensiones del texto las que deciden tal cosa; en efecto, éste relato. Propp llama función a cada una de estas acciones así aisladas
ocupa en Boccaccio solamente dos párrafos, pero se percibe bien que a ?.artir del momento en que ésta es vista desde la perspectiva de s~
aun siendo cinco veces más largo nada cambiaría. Al contrario, cuando utt~tdad dentro del conjunto del cuento; y él postula que existen sólo
Boccaccio dice: ·Así se encontraba su espíritu cuando ... " (y en francés tremta Y una variedades de funciones para todos los cuentos de hadas
se pasa aquí del imperfecto al pasado simple), el relato, podemos ruso~~ «Si leemos en seguida todas las funciones, veremos que una
decirlo, comienza. La explicación parece simple: al principio asistimos functon se desprende de la otra por una necesidad lógica y artística.
a la descripción de un estado de ánimo; ahora bien, el relato no se Veremo~ que ~nguna función excluye a la otra. Ellas pertenecen todas
conforma con ello, él exige el desarrollo de una acción, es decir, el a un trusmo ptvote y no a varios". Las funciones se siguen y no se
cambio, la diferencia. p~recen. Propp analiza así y de manera integral un cuento titulado "Les
Todo cambio constituye en efecto un nuevo "anillo" en el relato. Otes-cygnes"; recordemos aquí ese análisis. Es la historia de una niña
Ricciardo se entera de los grandes celos de Catella -lo cual le permite que olvida despertar a su hermano y los ocas-cisnes lo roban. La niña
concebir su plan- en consecuencia puede ponerlo en marcha --Ca- parte en su búsqueda y, sabiamente aconsejada por un puerco espín,
tella reacciona de la manera prevista- la cita tiene lugar --Catella logra e~contrarlo. Ella se lo lleva, las ocas la persiguen, pero, ayudada
revela su verdadera identidad- Ricciardo revela la suya -ambos des- por el no, el manzano y un tapiz, llega a la casa sana y a salvo con su
cubren juntos la felicidad. Cada una de estas acciones, así aisladas, sigue h~n~1ano. Prop_p identifica veintisiete elementos en este relato, cuyas
a la precedente y, la mayoría de las veces, mantiene con ella una rela- dteCtocho funCiones (los otros elementos son descripciones, transicio-
ción de causalidad. Los celos de Catella son una condición del plan que nes, etc.) forman parte de la lista canónica de las treinta y una. Cada
será concebido; el plan tiene como consecuencia la cita; el escarnio pú- u?a de estas funciones está situada en el mismo plan; cada una es
blico es resultado del adulterio, etc. dtferente a las otras; la sola relación que ellas mantienen entre sí es la
Tanto la descripción como el relato presuponen la temporalidad, de la sucesión.
pero la naturaleza de esta temporalidad es distinta en cada caso. La des- Uno puede preguntarse sobre la justeza de este análisis, 0 más
cripción inicial se situaba en el tiempo, pero este tiempo era continuo; exact~r_nente, tratar de saber si Propp no confundió necesidad genérica
en contraste, los cambios, propios del relato, fragmentan el tiempo en (empmca) Y n~cesidad teórica. Quizás todas las funciones son igual-
unidades discontinuas; el tiempo de "duración pura" se opone al tiempo m~nt~ necesanas e~ el cue~to de hadas ruso; pero ¿son necesarias por
de los acontecimientos. La pura descripción no es suficiente para hacer las _r:usmas razones? Expenmentemos algo. Relatando el cuento ruso
un relato, pero éste no excluye a la descripción. Si es necesario un otru? alguna_s _de las funciones iniciales: por ejemplo, que los padres
ténnino genérico que a la vez incluya al relato y a la descripción (es h~btan prohibtdo a la niña salir de la casa; que ella había preferido ir
decir, los textos que no contienen sino descripciones), podría servir el a Jugar, etc. Siempre idéntico, el cuento no deja de ser fundamental-
de ficción, poco corriente en francés. La ventaja sería doble: primero, n~:nte. u~n re_lato. Al contrario, si no hubiera dicho que una niña y un
porque la ficción incluye al relato y a la descripción; segundo, porque 111n~ ~1v1an felizmente en su casa, o que los gansos habían secuestrado
ella evoca el uso transitivo y referencial que se hace de las palabras en al 111no, o que la niña partió a buscarlo, etc., el cuento no habría
existido; o se habría transformado en otro cuento. En consecuencia
'
70 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO
71

todas las funciones no son igualmente necesarias para el relato; de- ción, hay que estar consciente de lo arbitrario que en cierto modo y
hemos aquí introducir un orden jerárquico. necesariamente acompaña a estos gestos. Nos encontramos delante de
Analizando de esta manera "Les Oies-cygnes.. , llegaremos al siguien- un continuum, de hechos y relaciones; trazamos en seguida un límite
te resultado: este cuento contiene cinco elementos obligatorios: 1) La en alguna parte, llamando relato todo lo que está dentro de él, y no
situación de equilibrio del comienzo. 2) La degradación de la situación relato aquello que se encuentra fuera. Pero las palabras de la lengua,
debido al secuestro del niño. 3) El estado de desequilibrio constatado de las cuales nos servimos, revelan matices diferentes para cada sujeto
por la niña. 4) La búsqueda y hallazgo del niño. 5) El restablecimiento hablante. Hace un instante opuse relato y descripción, según los dos
del equilibrio inicial, la vuelta a la casa paterna. Ninguna de estas cinco tipos de temporalidad que manifiestan; pero muchos llamarían "relato..
acciones podría ser omitida sin que el cuento no pierda su identidad. a un libro como Dans le labyrinthe [En el laberinto] de Robbe-Grillet
Con toda seguridad uno podría imaginar un cuento que omita los dos el cual sin embargo suspende el tiempo narrativo y coloca como si~
primeros elementos y comience por una situación ya deficiente; o que multáneas las variaciones en el comportamiento de los personajes. Lo
suprima los dos últimos, teniendo un final triste. Pero se sentiría clara- mismo ocurre con la presencia o ausencia de relaciones de transforma-
mente que se trata de dos mitades de un ciclo, mientras que antes dis- ción entre las acciones individuales. Se puede construir artificialmente
poníamos de un ciclo completo. Investigaciones teóricas han demos- una narración que esté desprovista de ellas; se pueden incluso encon-
trado -y los estudios empíricos lo han confirmado-- que este ciclo trar, dentro de ciertas crónicas, ejemplos reales de pura lógica en
participa de la definición misma del relato: no podemos imaginar un cuanto a la sucesión. Pero creo que estaremos fácilmente de acuerdo
relato que no contenga al menos una de estas partes. con el hecho de que ni estas crónicas ni la novela de Robbe-Grillet son
Las otras acciones aisladas por Propp no tienen todas el mismo representantes típicos del relato. Es más, diré que iluminar la diferencia
status. Muchas de ellas son facultativas; ellas se ajustan al esquema entre relato y descripción, o el principio de sucesión y el de transfor-
fundamental. Por ejemplo, la ausencia de la niña en el momento del mación, nos permite comprender por qué percibimos tales relatos co-
secuestro puede obedecer o no a un motivo. Hay otras alternativas: una mo si fueran en un cierto sentido marginales. Habitualmente, incluso
de ellas, al menos, debe aparecer en el cuento; se trata de una concre- el relato más simple, el menos elaborado, pone a actuar simultánea-
tización de la acción preescrita por el esquema. Por ejemplo, la niña mente los dos principios; testigo (anecdótico) el siguiente titulo francés
encuentra a su hermano, ¿pero cómo? Gracias a la intervención de un ele un westenz italiano reciente, ]e vais, je tire, je reviens [Voy, disparo,
ayudante. Ella pudo haberlo encontrado gracias a la rapidez de sus regreso], detrás ele la aparente pureza de la sucesión se esconde una
piernas, o a su poder de adivinación, etc. Se sabe que Claude Bremond relación de transformación entre "ir., y "regresar••.
se propuso establecer el catálogo de las alternativas posibles de las ¿Cuál es la naturaleza de estas transformaciones? La que hemos
cuales dispone cualquier relato. examinado hasta ahora consistía en cambiar un término por su contra-
Pero si se jerarquizan las acciones elementales, puede percibirse que rio o su término contradictorio; para simplificar, llamémosla "negación••.
entre ellas se establecen nuevas relaciones: no podemos ya conformar- Lévi-Strauss y Greimas insistieron mucho en esta transformación estu-
nos con la cadena de secuencias o consecuencias. Es evidente que el diando sus variedades particulares, hasta hacer creer que era la sola
primer elemento repite al quinto (el estado de equilibrio); y que el posibie. Es cietto que esta transformación goza de un estatus particular;
tercero es su inversión. Además, el segundo y el cuarto son simétricos esto se debe sin duda al lugar tan singular que ocupa la negación de
e inversos: se secuestra al niño de su casa, pero allí también es de- nuestro sistema de pensamiento. El pasaje de A a no-A es en cierta
vuelto. No es entonces verdad que la sola relación entre las unidades manera el paradigma de todo cambio. Pero este estatus excepcional no
sea la de la sucesión; podemos decir que estas unidades deben encon- debe sin embargo llegar a ocultar la existencia de otras transformacio-
trarse también en una relación de transformación. Nos encontramos nes -y ya veremos que ellas son numerosas. En el cuento analizado
aquí frente a los dos principios del relato. por Propp se puede remarcar, por ejemplo, una transfon11ación ele
¿Puede un relato prescindir del segundo principio, el de las trans- modo: la prohibición --es decir, una obligación negativa- que los
formaciones? Discutiendo los problemas de definición y de denomina- padres imponen a la niña, la de dejar solo, aunque sea por un instante,

J
LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO
73
72
. d o a1 cuento "Les Oi
tipo de transformaciones y no otro · Volvten
a su hennano. O esta otra transformación: la intención: la niña decide
ir en busca de su hennano, en seguida ella parte efectivamente; de uno
cygne~·, uno puede igualmente observar allí los rastros d . es-
ruzaClon gnoseológica. Por ejemplo el robo del . - . e unda ?rga-
al otro, la relación es la que va de la intención a su realización. ausencia de la niña· . . . ' . nmo se pro UJO en
Si volvemos a nuestro cuento del Decamerón, podemos observar las y aquí podría ten~r el~;~n~:~ob~~lqaul;:r~equién e~ e.l responsable,
mismas relaciones. Ricciardo es infeliz al principio y feliz al final: he cue t d' · 1 conocmuento Pero el
n o tce sunp emente: ·La niña adivinó que 11 . h b' .
aquí la negación. El desea poseer a Catella, luego la posee: he aquí la
transformación de modo. Pero otras relaciones parecen jugar aquí un
su pequeño hennano", sin detenerse en este pr~c::o ~~~~~~~do~
cuento
del recode Boccaccio
. . reposa por comp1eto sobre la Ignorancia
. . no, e
seguida
papel más importante. Una sola y misma acción es presentada tres
veces: primero está el plan de Ricciardo de hacer ir a Catella a los d n.oct~ento. Si se desea relacionar un relato particular a un ti
e orgamzaClon narrativa se d b b 1 po
baños, luego viene la percepción equívoca de esta escena por parte de cuantitativo de ciertas t , ~ e e . uscar e predominio, cualitativo y
Catella, quien cree encontrar allí a su marido; y finalmente la verdadera Observe;11os ahor ra~s ?rmaClones, no su presencia exclusiva.
situación es revelada. La relación entre la primera y la tercera propo- Una b 1 a ~tros eJemplos de organizaciones gnoseológicas
o . ra como a Quete du Graal [La bú5 d d l .
sición es la del proyecto y su realización; en la relación entre la segunda
y la tercera se oponen la percepción equívoca de un acontecimiento ~c~:nt~~~~tc que las secuencias que ~~~a:n :::n~~~ c;:r!~~:
y su justa percepción ulterior. Es esta trampa lo que evidentemente f y ~ ~~as. ~or otras, o que el mismo evento sea evocado ba·
constituye el impulso del relato boccacciano. Una diferencia cualitativa orma e predtcClon. Estas transformaciones de suposición ti JO
este texto
.
una part·
' • .
e 1 ·d d enen, en
1 u an a : e 11as siempre se realizan y son percibidas
separa al primer tipo de transformaciones del segundo. En el primer
caso, se trataba de la modificación llevada a cabo sobre un predicado por los personaJes
intr· . 1 como un imperativo moral · As'1• e 1 d eseniace de la
de base: éste se encontraba en su forma positiva o negativa, modalizada tga es re atado en las primeras páginas por la tía de Perceval:
o no. Aquí el predicado inicial se encuentra acompañado de un se-
caballeros, más .que l~s ¿~~)~o~ode~ oltrosl l~gares, que al final tres
Porque sabemos bien a - .
.lli gundo predicado, como "proyectar" o "aprender", el cual, paradójica- . ;- - · · • en ran a g ona de la Conqu· t'. d
mente, designa a una acción autónoma que al mismo tiempo nunca seran vtrgenes y el otro casto D 1 1 _ lS a. os
que usted busca . e os e os vtrgenes, uno será el caballero
puede aparecer sola: uno siempre proyecta "otra" acción. Se puede tres llevarán .a ¿ai)~ll~t~~Cl~~~~{a~l tercero será Bohort de Gaunes. Esos
observar aquí cómo se esboza una oposición entre dos tipos de orga-
nización del relato: por una parte, aquel donde se combinan la lógica ~ la hermana ~e Perceval, quien prevé dónde morirían su hennano
de la sucesión y las transformaciones del primer tipo; en cierto modo
éstos serán los resultados más simples, y quisiera designar a este tipo
~!aa~;é·En rm honor, hágamc enterrar en el Palacio Espiritual. ¿Sa~
'1
de organización con el nombre de mitológica. Por otra parte, se en-
~esp~és ~~ ~7,, p~do? Porque Perceval reposará allí mismo y usted

. . . ~ general, en toda la segunda parte del libro 1 .
¡¡,
¡li
''1,
cuentra el tipo de relato en el cual la lúgica de la sucesión está secun-
dada por el segundo género de transformaciones; relatos donde la ~~~~o~e~o~~~~r~e pnmde.ro .son a~unciad.as
por la hemlana de
pre tcctones Imperativas.
Per;ev:~
'¡,, importancia del acontecimiento es menor que la de la percepción o del ~stas suposiciones que preceden al acontecüniento son com Jeta-
lj
grado de conocimiento que del mismo poseemos; esto último es lo que 1 otras, las cuales se recuerdan so'lo.\ en e1 momento en elp q
das por
me hace proponer, para el segundo tipo de organización narrativa, el ya e evento tuvo lugar. Su camino azaroso lleva ue
nombre de gnoseológica (también podría llamársele "epistémica,). monasterio; la aventura del escudo comienza·
en que se te · l
a Galaad un
• y, en el momento mtsmo
~
Es obvio que una oposición de este tipo no apunta a reducir la
estaba de antnnma, un e~ Jallero celeste aparece y declara que todo
distribución de todos los relatos del mundo en dos montones: aquí los emano previsto.
tnitológicos, allá los gnoseológicos. Como en todo estudio tipológico,
busco más bien poner en evidencia las categorías abstractas que He aquí lo que se hará , .. J - Air
penniten rendir cuenta de las diferencias reales entre un relato y otro. colocado el es~udo. A.I~/J~e~~~;á G~l~~~d~.será e~t~rra~o ~ascien, será
recibido la Orden de Ca halle ', T '¡Cinco ch.a_s despues de haber
No se trata, tampoco, de que un relato dcha poseer exclusivamente un fld. - O( o suced1o como él lo había
7/¡ LOS GENEROS DEL DISCURSO
LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO
75
anunciado, pues al quinto día usted llegó a esta abadía en la cual yace
el cuerpo de Nascien. que, idealmente, jamás cesará.
La búsqueda del conocimiento domina también otro tipo de relato
Lo mismo ocurre con Gauvain; él recibe una ruda estocada de la espada que, con ciertos escrúpulos, uno relacionaría con la Búsqueda del San-
de Galaad y recuerda en seguida: to Grial la novela policial y de nlisterio. Se sabe que éste se constituye
sobre la base de la relación problemática de dos historias: una historia
He aquí confirmada la palabra que escuché el día de Pente~ostés, a ausente, la del crimen; otra presente, la de la investigación, cuya sola
propósito de la espada que lle_:raha en la ma~o. Me ~e, an~nc~ad~) ~u: justificación es la de hacemos descubrir a la primera. De hecho, un
antes de mucho tiempo recibina un golpe ternble, y es l,~ _m1sm_a esp,~<i
con la cual acaba de herirme este caballero. Esto sucecho tal como e
elemento de esta última nos es dada desde el comienzo: un crimen es
predicho. cometido casi frente a nosotros; pero desconocemos los verdaderos
agentes y los verdaderos móviles. La búsqueda consiste en volver in-
Pero, más que esta transformación particular de s:•posición que e_s cesantemente sobre los mismos hechos para verificar y corregir los me-
· La hu~,,"queda del Santo Grial se caractenza
e 1..anuncio", . por otra trans-
. nores· detalles hasta que al final surja la verdad sobre la misma historia
formación de conocimiento esta vez, la cual cons1ste en una remter- inicial; se trata de un relato de aprendizaje. Pero a diferencia del Grial,
pretación 'de los eventos ya ocurridos. En general,, todos los gestos el conocimiento se caracteriza aquí porque posee solamente dos valo-
realizados en la tierra reciben, de parte de los prud bommes Y del ~r­ res: verdadero o falso. Uno sabe o no quién es el asesino; en cambio
mitaño, una interpretación celestial, agregándose a ment~do_ r~velaClo­ la búsqueda del sentido del Grial conoce una infinidad de matices
nes puramente terrenales. Así, cuando uno lee el pnnc~p1o de 1~ intermediarios, e incluso al final no se está seguro si ha sido o no rea-
lizada.
Búsqueda uno cree comprender todo: los nobles caballeros que deCl
den partir en busca del Grial, etc. Pero poco a poco el relato n_os hac: Si tomamos ahora como tercer ejemplo un cuento de Henry James,
conocer el otro sentido de estas mismas escenas: Lancelot, ~ qu1en cret- veremos que la búsqueda gnoseológica puede tomar aún formas
amos fuerte y perlecto, es un pecador incorregible que vtve en adul- distintas (ya veremos cómo En el corazón de las tinieblas de Conrad
terio con la reina Ginebra. Messire Gauvain, el prin:ero :n ~aber he~~o todavía presenta una variante diferente). Como en la novela policial,
la promesa de pattir a la Búsqueda, jamás la llevara ~ temu~o, pues s~ aquí se busca la verdad sobre un acontecimiento material y no sobre
corazón es duro y no cree lo suficientemente e~ D1os. L?s cabal~er~s una entidad abstracta; pero, al igual que en la Búsqueda del Santo Grial,
que al principio admirábamos son pecadores sm remed10 que sera? al final del libro no estamos seguros de poseer la verdad: más bien
castigados: desde hacía años no se habían confesado. Los aconteCl~ hemos pasado de una ignorancia primera a una ignorancia menor. Por
mientos del comienzo son nuevamente evocados, pero esta vez_ nos ejemplo, Dans la cage [La caja de cn~'lta~ cuenta la experiencia de una
encontramos en medio de la verdad y no en la apariencia enganosa; joven telegrafista cuya atención está concentrada en dos personas que
El interés del lector no reside aquí en la cuestión de lo que suced~ra apenas conoce, el capitán Everard y Lady Bradeen. Ella lee los
después, la cual nos envía a la lógica de la sucesió~ o al rela:o m~t~­ telegramas que envían estos personajes, ella oye fragmentos de frases;
lógico. Desde el comienzo se sabe con cert~za q~e s:•~edera, qme~ pero, a pesar de su aptitud para imaginar los elementos ausentes, ella
llegará al Grial, quién será castigado y por que. El 1nteres nace d~ ~ma no llega a reconstituir el retrato de los dos desconocidos. Incluso, el
cuestión distinta que nos lleva, esta vez, a la organización gnos~ologtca: encuentro personal con el capitán no mejora las cosas: ella puede ver
¿qué es el Grial? Este relato cuenta, como. tant~s otros,. un~ b~squeda; cómo es físicamente, observar sus gestos, escuchar su voz, pero su
no obstante lo que se busca no es un ob¡eto smo un sentido. el de la "esencia" pen11anece tan intangible o más que cuando los separaba la
palabra Gri~l. y como la cuestión reposa 1~ás sobr~ ~1 ser qu~ sobre caja de vidrio. Los sentidos no aprehenden sino las apariencias, la
verdad es inaccesible.
el hacer la exploración de lo que sucedera se opacara frente a. la del
. d 'A lo largo de todo el relato uno se interrogará acerca de la La comprensión se vuelve particulam1ente difícil por el hecho de
pasa o. 1 d . . nto que la telegrafista aparenta saber mucho más de lo que sabe, cuando,
significación del Grial; el relato principal es un re ato e conocmue
en ciertas circunstancias, ella puede interrogar a otros intermediarios.
LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO 77
LOS GENEROS DEL DISCURSO
76
Loup. La negación es, con toda evidencia, una transformación con una
Así, cuando ella encuentra a una amiga, Mrs. Jordan, ésta pregunta: gr~n ene~gía fonnadora; pero el binomio ignorancia (o error)-conoci-
"Cómo, ¿no sabe nada del escándalo? ... La telegrafista tomó un poco la mtento strve también frecuentemente para encuadrar los relatos. Los
delantera con el siguiente comentario: ¡Oh! no ocurrió nada en públi- otros procedimientos del relato mitológico parecen menos aptos (al
co ...... menos en nuestra cultura) para formar secuencias en sí mismas. un
James siempre rechazará nombrar directamente la "verdad.. o la re~ato .que contenga únicamente transfonnaciones modales parecerla
"esencia~~; ésta no existe sino bajo la forma de múltiples apariencias. Esta mas .bten un libro didáctico o moral, en el cual las secuencias serian
toma de partido afectará profundamente la organización de sus obras del t1po: "A debe ~o~11portarse como un buen cristiano -X se comporta
y llamará la atención sobre sus técnicas del "punto de vista,,, sobre lo com~ un buen cnsuano... Un relato que esté fonnado sólo de transfor-
que él mismo llama "that magnificent and masterly indirectness): Dans maCiones de intención se asemejarla a ciertos pasajes de Rohinson
la cage nos presenta la percepción de la telegrafista subordinada a la Crn~oe: Robin~on deci?e construirse una casa --él se constmye la casa;
de Mrs. Jordan, quien a su vez cuenta lo que le contó su novio, Mr. Robmson deCide enre¡ar su jardín --él enreja su jardín, etc.
Drake, quien así mismo conoce sólo de lejos al capitán Everard y a Lady Pe:o esta energía formadora (o si se prefiere sintáctica) de ciertas
Bradeen. transfon11aciones no debe confundirse con lo que apreciamos de
Una vez más, el proceso de conocimiento en el cuento de James es t~anera particular en un relato, o aquello cuyo sentido es de mayor
dominante, aunque no con la condición de que se excluya cualquier nqueza, o aun con aquello que pennite distinguir con precisión un
otro. Dans la cage se somete también a la organización mitológica: el
equilibrio original de la telegrafista es perturbado por un encuentro
relato?e otro. Recuerdo que una de las escenas más apasionantes de
un ~eCiente .film de espionaje, Tbe Ipcress File, consistía en mostramos
con el capitán; al final del relato, sin embargo, ella volverá a su pro- al heroe p~epa~ando una tortilla. Naturalmente, la importancia narrativa
yecto inicial de casarse con Mr. Mudge. Por otra parte, al lado de las de este ep~sodto e~a n:tla (bien habría podido comerse tranquilamente
transfom1aciones de conocimiento propiamente dichas, existen otras un sandwzch con ¡aman); pero esta escena irremplazable se convierte
que poseen las 1nismas propiedades formales aunque no recaigan en el embl~:11a de todo el film. Es esto lo que llamo el poder evocador
sobre el mismo proceso (el ténnino "gnoseológico.. ya no es aquí de una acoon; me parece que sobre todo son las transformaciones de
apropiado); éste es el caso de lo que podriamos llamar la "subjetiva- n:~do las que caracterizan un determinado universo ficticio en oposi-
ción", la reacción o toma de posición personal delante de un evento. cton a o~o; pe~ro ellas solas no podrian, sino difícilmente, producir una
En busca del tiempo perdido desarrollará esta última transformación secuencia autonoma.
hasta la hipertrofia: el menor incidente de la vida, como el grano de .~o~a que comenzamos a familiarizamos con esta oposición entre
arena alrededor del cual crece la perla, servirá de pretexto para hacer pnnc1p1o de sucesión y de transformación (así como con las variantes
largas descripciones sobre el modo como un evento es vivido por tal d.~ éste), podríamos preguntamos si esta oposición no guarda rela-
o cual personaje. cton .:on la rea.lizada por Jakobson entre metonimia y metáfora. Esta
Es necesario distinguir aquí dos maneras de juzgar las transforma- relaCion es P?stble pero no me parece necesaria. Es difícil asimilar to-
ciones: según su poder formador o su poder evocador. Entiendo por das. las transformaciones a relaciones de similitud, así como toda se-
poder formador la aptitud que posee una transformación para formar, me¡an~a ~ la metáfora. La sucesión tampoco gana nada con ser llamada
ella sola, una secuencia narrativa. Difícilmente pueda imaginarse (aun- m~ton~nua. o contigüida~; ade;11ás~ una es esencialmente temporal y la
que no sea imposible) un relato que comporte únicamente transfonna- otr<i e~pac1al. L~ a~a~ogta sena aun más problemática ya que, según
ciones de subjetivación, el cual, dicho de otra manera, se reducirla a Jak~bson, ·d pr~nc1p1o de semejanza gobierna a la poesía,. y el de "la
11
1 1 la descripción de un acontecimiento y a las reacciones que éste sus- pros~, .~1 contrano, se mueve esencialmente dentro de las relaciones de
citaría en diferentes personajes. Incluso la novela de Proust posee ele- cont~?utdad:';~ ahora .bien, desde nuestro punto de vista, sucesión y
mentos de un relato tnitológico: la incapacidad del narrador de escribir trans~on11ac10n son tgualmente necesarias para el relato. Si fuera ne-
será superada; el camino de Swann y el lado de los Guennantes, antes cesano oponer relato y poesía (o épica y lírica), se podria retener, en
opuestos, se reunirán a través del matrimonio de Gilberte con Saint-
7H LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO
79
primer lugar (y esta vez de acuerdo con]akobson), el carácter transitivo
entre dos acciones materialmente distintas, uno debe buscarla en una
o intransitivo del signo; en segundo lugar, la naturaleza de la tempo- abstracción muy elevada.
ralidad representada: discontinua en el relato, presente perpetuo en la
He tratado, a través de varios textos, de describir las reglas lógicas,
poesía (lo que no quiere decir atemporalidad); en tercer lugar, la los imperativos ideológicos que rigen los eventos del universo narra-
naturaleza de los nombres que ocupan el lugar del sujeto semántico o
tivo; pero uno puede hacerlo también con cada uno de los relatos
el tema: en oposición al sujeto, el relato no admite sino nombres
evocados precedentemente. Así, en Liasons dangereuses [Las relaciones
particulares; la poesía admite tanto nombres particulares como gene-
peligrosas], todas las acciones de los personajes pueden ser presentadas
rales. El discurso filosófico, en cambio, se caracteriza a la vez por la
como el producto de algunas reglas muy simples y abstractas; estas
exclusión de los nombres particulares y por la atemporalidad; la poesía reglas, a su vez, nos llevan a la ideología organizadora del libro.
sería entonces una fom1a intem1ediaria entre el discurso narrativo y el
Lo mismo ocurre con el Adolpbe de Constant. Las reglas que aquí
filosófico.
rigen el comportamiento de los personajes son esencialmente dos. La
Pero volvamos al relato y preguntémonos más bien si todas las
primera surge de la lógica del deseo tal como ella está afirmada por
relaciones de las acciones entre sí se pueden distribuir entre el tipo
este libro; podría formularse así: se desea lo que no se tiene, uno deja
mitológico y el tipo gnoseológico. El cuento analizado por Propp
escapar lo que posee. En consecuencia, los obstáculos refuerzan el
contenía un episodio que no pude dejar pasar por alto. Buscando a su
deseo y toda ayuda lo debilita. Un primer golpe recae sobre el amor
hermano, la niña encontró algunos ayudantes posibles. Primero, una
de Adolphe cuando Elléonore abandona al conde de P... para vivir
cacerola a quien ella demanda una infonnación y la cual promete
junto a él. Un segundo golpe, cuando ella se esmera en curarlo después
dársela con la condición de que le permita comer de su pan; pero la
de haber sido herido. Cada sacrificio de Elléonore exaspera a Adolphe:
niña, insolente, la rechaza. En seguida encuentra un manzano y un río:
le roba aún más su deseo. Al contrario, cuando el padre de Adolphe
"proposiciones análogas, la misma insolencia en las respuestas". Propp
decide provocar la separación de la pareja, el efecto es inverso y
designa con el término «triplemente•• a estos tres episodios; se trata de
Adolphe lo dice explícitamente: "En croyant me séparar d'elle, vous
un procedimiento muy frecuente en el folklore.
pourriez bien m'y rattacher a jamais,2 • Lo trágico de esta situación reside
·Cuál es la relación exacta entre estos tres episodios? Ya vimos que,
e / . en que el deseo, para obedecer a esta lógica particular, no cesa sin
dentro de las transformaciones, dos proposiciones estaban muy proxt-
embargo de ser deseo: es decir, de causar la infelicidad a aquel que no
mas· la diferencia residía en una modificación que recaía sobre el sabe satisfacerlo.
predicado. Pero ahora, en las tres acciones descritas por Propp, es el
La segunda ley de este universo, igualmente moral, será formulada
predicado precisamente quien pem1anece idéntico: en cada caso, uno
de este modo por Constant: "La grande question dans la vie, c'est la
ofrece y el otro rechaza con insolencia. Lo que cambia son los agentes
douleur que l'on cause, et la métaphysique la plus ingénieuse ne justifie
(los sujetos) de cada proposición, o las circunstancias. Más que
pas l'homme qui a déchiré le coeur qui l'aimait.. 3. Uno no puede arreglar
transformaciones, estas proposiciones aparecen como las variaciones
su vida provocando, al buscar el bien, la felicidad de uno, el infortunio
de una sola situación, o como las aplicaciones paralelas de una misma
del otro. Pero uno puede organizarla exigiéndose a sí mismo hacer el
regla.
menor mal posible: este valor negativo será el único en tener aquí un
Se podría entonces concebir un tercer tipo de organización del
estatus absoluto. Los mandatnientos de esta ley vencerán a los de la pri-
relato, ya no gnoseológico ni mitológico, sino, digamos, ideológico, en
mera, a partir del momento en que ambas están en contradicción. Es
la medida en que es una regla abstracta, una idea que produce las
esto lo que hará que a Adolphe le cueste tanto decirle la "verdad, a Ellé-
distintas peripecias. Las relaciones entre las proposiciones ya no son
onore. «En parlant ainsi, je vis son visage couvert tout a coup de pleurs:
directas, no se pasa de la forma negativa a la positiva, de la ignorancia
je me arr€tai, je revins sur mes pas, je desavouai, j'explicai, (cap. 4) 4•
al conocitniento; las acciones están vinculadas por el intem1ediario de
En el capítulo 6 Elléonore escucha todo; cae desmayada e incons-
una fón11ula abstracta: en el caso de "Les Oies-cygnes.. , la de la ayuda
ciente, y Adolphe le brinda involuntariamente la seguridad de su amor.
ofrecida y el rechazo insolente. A menudo, para encontrar la relación

J
En el capítulo 8, él tiene un pretexto para dejarla, pero no lo aprove-
80 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS DOS PRINCIPIOS DEL RELATO
81

chará: uPouvais-je la punir des imprudences queje lui faisais commet- res); pero el análisis de uno de estos tipos de organización es más
·'
¡1
tre, et, froidement, hypocrite, chercher un prétexte dans ces impruden- clarificador para la comprensión de un texto particular.
:i ces por l'abandonner sans pitié?,5. La piedad domina aquí al deseo. Podría hacerse una observación análoga cambiando radicalmente
!1

De esta manera, acciones aisladas e independientes, realizadas a de nivel y decirse lo siguiente: un análisis narrativo será esclarecedor
,,
menudo por personajes distintos, revelan la misma regla abstracta, la para el estudio de ciertos tipos de texto y no para otros. Porque lo que
misma organización ideológica. examino aquí no es el texto, con sus variantes, sino el relato, el cual
La organización ideológica parece poseer un débil poder fonnador: puede jugar un rol importante o nulo dentro de la estniCtura de un
sería raro un relato que no encuadre las acciones producidas por otro texto y que, por otra parte, aparece tanto en los textos literarios como
orden, que no agregue a la primera organización una segunda, puesto en otros sistemas simbólicos. Hoy ya es un hecho que la literatura no
que una lógica o una ideología pueden ser ejemplificadas hasta el es más quien proporciona los relatos que toda sociedad parece
infinito; y no hay ninguna razón para que tal ejemplificación preceda necesitar para vivir, sino el cine: los cineastas nos cuentan historias
--o siga- a otra. Así, en Liaisons dangereuses las acciones descritas mientras que los escritores juegan con las palabras ... Las observaciones
se encuentran retomadas dentro de un cuadro que surge de la orga- tipológicas que acabo de presentar se refieren en principio no solamen-
nización mitológica: el estado excepcional que constituye el reino de te a los relatos literarios, como todos mis ejemplos, sino a todas las
los "iru11orales", Valmont y Merteuil, será reemplazado por un regreso especies de relato; ellas forman parte no tanto de la poética como de
a la moral tradicional. una disciplina que me parece que merece todo el derecho de existir
El caso es algo distinto en Adolphe y Memorias del subsuelo, otro y que podría ser llamada la narratología.
texto que ilustra bien la organización ideológica, como veremos en
detalle en un próximo capítulo. Otro orden --que no se basa en la
simple ausencia de precedentes- se instaura y está hecho de relacio-
nes que uno podría llamar "espaciales,.: repeticiones, antítesis y grada-
ciones. Así, en Adolphe la sucesión de los capítulos sigue una línea
precisa: el retrato de Adolphe en el primer capítulo; repunte de los
sentimientos en el segundo y tercero; su lenta degradación del cuarto
al décimo. Cada nueva manifestación de los sentimientos de Adolphe
debe ser superior a la precedente, dentro del movimiento ascendente,
e inferior dentro del otro. El final se vuelve posible gracias a un acon-
tecimiento que parece tener un estatus excepcional: la muerte. En las
Memoria..r;;; del subsuelo la sucesión de los acontecimientos obedece al
mismo tiempo a la gradación y a la ley del contraste. La escena con el
oficial presenta en resumen los roles ofrecidos al narrador-personaje;
en seguida es humillado por Zverkov, quien a su vez es humillado por
¡~ 1
Lisa; él es nuevamente humillado por su sirviente Apollon, humillando
el narrador, de nuevo y más gravemente, a Lisa. El relato se internunpe
gracias al anuncio de una ideología diferente, la que trae Lisa, y que
consiste en rechazar la lógica del amo y el esclavo y en amar a los otros
por sí mismos.
Una vez más puede verse: los relatos individuales ejemplifican a más
de un tipo de organización narrativa (de hecho, entre ellos cualquiera
habría podido servir de ilustración a todos los principios organizado-
LOS GENEROS DEL DISCURSO
H2

NOTAS EL DISCURSO PSICÓTICO

1 ..esa magnífica y suprema indirección•.


2 .. Queriendo separarme de ella, lo único que hace es encadenarme a ella para
siempre• [N. del T.]. , . ,
3 ..La gran pregunta acerca de la vida es el dolor que uno causa, ~ la metaflsKa mas
ingeniosa no justifica al hombre que ha desgarrado al corazon que lo amaba·
w~n. _
4 .. Hablándole así, vi su rostro cubierto de lágrimas, me detuve, me retracte, repro-
baba, explicaba· [N. del T.). . .
5 ..¿Podía acaso castigarla por las imprudencias que yo 1~ mCltaba ~ cometer, y, con
frialdad, hipócritamente, buscar un pretexto en estas tmprudenClas para abando-
narla sin piedad alguna?· [N. del T.J.

MI HIPÓTESIS PARTE de un lugar común de la psiquiatría, al cual


trataré de darle un sentido más preciso. Desde Bleuler hasta Henry Ey,
pasando por Freud, se dice que la psicosis es una degradación de la
imagen que el individuo se hace del mundo exterior1 • Si en general la
psicosis es una perturbación de la relación entre el "Yo" y la realidad
exterior, entonces el discurso psicótico fracasará al evocar esta realidad,
es decir, en su trabajo de referencia.
Este fracaso de la referencia puede adoptar varias formas. Primero,
en el caso más simple y para nosotros marginal, el enfermo puede
refugiarse en el silencio, en el rechazo a hablar -y, en consecuencia,
a referirse a cualquier cosa.
Segundo, el proceso de referencia puede realizarse normalmente,
pero el mundo al cual se refiere no tendrá para nosotros, no-psicóticos,
existencia real, aun cuando en el discurso tnismo no haya ningún
índice que permita deducir que ocurre lo tnismo con aquel que lo está
enunciando. La referencia se hace, pero a un mundo imaginario, o más
bien, a un mundo donde la diferencia entre lo real y lo imaginario está
anulada.
Tercero, un caso en cierto modo intermediario es posible: el sujeto
habla pero uno no llega a construir, a partir de su discurso, cualquier
H4

mundo referencial.
LOS GENEROS DEL DISCURSO

En el primer caso es la palabra misma quien es atacada; en el


segundo, las cosas de las cuales se habla; en el tercero, la capacidad
' EL DISCURSO PSJCOTICO

maravilloso está acompañado de índices que nos hacen comprender


que su autor no "cree, en los eventos evocados. La diferencia no está
en el discurso mismo, sino en la actitud que adopta el propio locutor
85

de las palabras de referirse a las cosas, la posibilidad de pasar de las con respecto al mismo discurso: él lo considera como verdadero o
unas a las otras. Grosso modo, estos tres casos corresponden a las tres fkticio, literal o digno de interpretación en un sentido indirecto. Esta
especies de psicosis reconocidas por la nosografía actual: la catatonia, diferencia de actitud puede traducirse en el discurso a través de índices
la paranoia y la esquizofrenia. . apropiados, ya sean lexicales (como el subtítulo "cuento maravilloso"
Se comprende bien que en una exposición acerca del dtscurso o el uso de la forma convencional "había una vez,), fonéticos (la
psicótico no tengo nada que decir de la catatonia, que es precisamente entonación o la expresividad sonora), o en fin, a través de índices no
rechazo al lenguaje. La paranoia tampoco ofrece problemas desde este verbales (gestos o situaciones que indiquen la cualidad del discurso
punto de vista. El discurso del paranoico es bastant~ semeja~te, en que sigue o precede). El discurso paranoico está desprovisto de estos
tanto discurso, a uno presuntamente normal; la sola diferencta Impor- índices (o cuando aparecen son incoherentes).
tante reside en el hecho de que los referentes evocados no tienen para Existe otra diferencia entre el discurso paranoico y aquel que no lo
nosotros forzosamente existencia real. Habría sido suficiente con que es; pero se sitúa a un nivel más abstracto y de hecho separa los
este discurso se hubiera presentado como una ficción, o como una llamados discursos "superorganizados, de los otros. Nada en el mundo
manera de decir otra cosa, indirectamente (alusivamente, en tropos, en de Mme. N. surge sin razón; nada está allí desprovisto de sentido; antes
broma), para que desapareciera todo carácter patológico. Esto es había propuesto para designar tales fenómenos los ténninos "pan-
precisamente lo que el paranoico no puede hacer: él ignora esta dife- detenninismo, y "pan-significación•. Este es un rasgo común en el
rencia. discurso paranoico y en todo discurso sistemático e interpretativo: el
Lo que sigue es un ejemplo de un discurso paranoico, producido del filósofo, el sabio y el crítico. Estos últimos, al igual que el paranoico,
(escrito) por Mme. N., quien afirma que ella conoce a Cristo en su perciben todo lo que percibe el individuo común; pero también otras
encamación presente, la cual se encuentra encerrada en el mismo cosas que este último no sospecha. La diferencia entre los representan-
hospital: tes de estas profesiones y el paranoico es, por una parte, cuantitativa:

La penúltima vez que fui a visitar al Rey-Cristo en la 11 a_ división, in-


1¡ el deseo de explicar todo, de comprenderlo todo, conoce grados
diversos. Por otra parte ella es cualitativa: es paranoico aquel que
ternado con el seudónimo de M. X., y estando yo acompanada por dos pierde la posibilidad de distinguir entre la ficción y la verdad (y por lo
personas, solamente me fue permitido verlo' a través de la reja. ¡~ómo
había cambiado su rostro! ¡Se parecía al príncipe Sihanouk! Para mt esto tanto, de verifkar sus interpretaciones); aquel que, dicho de otro modo,
no tiene nada de raro. ¡Los seres inmortales pueden transformarse en ha extraviado el uso de los índices que sirven para diferenciar a ambas.
cualquier otro para someternos a prueba! (. .. ) La última vez que qu_ise Veamos ahora el discurso esquizofrénico, el más interesante desde
ver al Rey-Cristo o a Dios padre, curiosamente un enfermero me htzo el punto de vista lingüístico, ya que es él mismo quien lleva en su seno
entrar rápidamente y sin problemas a la cura 11. Por razones que sus propias especificidades. Citaré un breve enunciado cuyo autor es
comprendí luego de mi visita, seguramente era un ~xtraterrestre. Yo me
apuré para subir a la división 11 y, a pesar, de m~s esfuer~c~~ y los de M. C.:
los enfermeros, él no estaba allí. Seguro habta partido en mtston con su
cuerpo visible e invisible. Obviamente, el director se enfrentó a la Prefectura, como lo exige su
rol, puesto que él es el director 6 administrativo, me dice, me encaja el
bisturí en la cara y me pone la camisa de fuerza bajo el brazo. El director
Nosotros comprendemos perfectamente lo que quiere decir Mme.
me lo hace tomar, yo hice aprehender dos policías, obviamente, ya que
N., podemos evocar el universo que ella describe; pero nosotros no
creemos en la existencia de extra-terrestres, en seres inmortales o en
t los dos están de acuerdo para desfigurar, el internista me inyecta la
anestesia; ahora que la investigación ha terminado, él ha desfigurado,

!
cuerpos invisibles. Si este texto fuera presentado como un relato ahora que ya ha desfigurado es muy tarde, la culpa es de él.
maravilloso jamás habríamos pensado en la paranoia. Pero el relato
86 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO PSICOTICO
87

Puede verse claramente el fuerte contraste entre éste y el discurso y más particularmente pronominales: aquí las anáforas abundan, pero
paranoico citado anteriormente: allá se podía construir fácilmente la ellas permanecen indeterminadas; manteniéndose dentro de las leyes
referencia; aquí no se sabe de qué se trata, no se pueden evocar los habituales del discurso, es imposible identificar los referentes (los
hechos a los cuales supuestamente estas palabras se refieren. Este antecedentes). En este sentido el enunciado antes citado es caracterís-
discurso ya no refiere; resta saber por qué, ¿en cuáles hechos lingüís- tico. Al principio se habla del director; pero, ¿es él quien en seguida
ticos se encarna esta posibilidad? es evocado a través de «éh? Uno se sorprende de ver que le atribuyen
Ya se vio que el problema del discurso paranoico se reducía a la el bisturí. Luego "me lo hace tomar,: ¿a qué se refiere? "Los dos": ¿se trata
ausencia de los índices propios de la ficción (o el sentido indirecto), de los policías? "El ha desfigurado,: ¿quién, el director, el internista, o
y se sabe que Bateson2 quiso encontrar, en esta perturbación del fun- uno de los policías? ¿Y quién es ese "él, culpable? En el resto del
cionamiento metalingüístico del lenguaje, el rasgo característico del dis- discurso se encuentran varias fonnas pronominales cuyos antecedentes
curso psicótico. Pero lo que era valedero en el caso de la paranoia deja son imposibles de encontrar.
de serlo en el de la esquizofrenia. Aunque es verdad que existen aquí En oposición a la paranoia, es evidente que aquí ha sido tocado otro
problemas que pueden inscribirse dentro del cuadro del funcionamien- aspecto del funcionamiento metalingüístico: las anáforas son metalin-
to metalingüístico, ellos poseen ya una naturaleza distinta: no afectan güísticas en la medida en que ellas nos envían a otras partes del
las etiquetas que permiten distinguir los modos del lenguaje, sino a los discurso. El caso es algo semejante al de las conjunciones, las cuales
elementos que aseguran la coherencia de un discurso. Sin embargo, expresan relaciones entre las proposiciones. Dos proposiciones pue-
esta coherencia puede ser perturbada por otros medios distintos a los den guardar entre ellas relaciones de causalidad, o de adversidad, o de
elementos metalingüísticos que fallan. Y, además, el problema de la sucesión temporal, o de inclusión, etc.; estas relaciones pueden estar
coherencia no es un fin último: la incoherencia es una de las razones o no denominadas por las partes apropiadas del discurso, tales como
por las cuales la referencia ha devenido imposible. Podría esquemati- "porque", "pero", "en seguida··, "por ejemplo", etc. Esta denominación
zarse así la jerarquía de estas categorías: puede estar o no justificada; se sabe que Spitzer veía el rasgo caracte-
rístico del estilo de Charles-Louis Philippe en las "motivaciones pseudo-

¡
objetivas", es decir, aquellas donde los "porque" no corresponden a
Por disfuncionamiento ninguna relación de causalidad. Es un fenómeno del mismo tipo que

¡
metalingüístico (1) uno observa en los esquizofrénicos. Teníamos un enunciado en
Por incoherencia nuestro enunciado: ·Hice apresar dos policías, obviamente, puesto que
Problemas de Por otras razones (2) los dos están de acuerdo para desfigurar".
referencia Hay que observar aquí que el rol indicia} que juegan las conjuncio-
Por otras razones (3) nes, puede estar igualmente asegurado por los semas de otras palabras,
semas que también indican la relación entre las proposiciones. Por
ejemplo los verbos causativos: decir que una cosa impidió otra es es-
¡
1

Nos serviremos de esta distribución, así sea arbitraria, para revisar tablecer entre ellas una relación de causalidad que puede parecernos
los procedimientos lingüísticos que vuelven imposible la referencia. justificada o no.
¡ji
1'
l. Comencemos por los hechos relacionados con el proceso meta- Una tercera propiedad de estos discursos se aproxima a los proble-
¡:¡ lingüístico puesto en marcha dentro del discurso. No se trata, repito, mas del funcionamiento metalingüístico: se trata de la ausencia de una
,''
de la ausencia de términos que califiquen el estatus del discurso que jerarquía perceptible entre los segmentos que componen al discurso.
sigue o precede, sino de un funcionamiento específico de los elemen- Esta estnictura jerárquica del discurso se manifiesta antes que nada por
tos lingüísticos que, en un discurso, remiten a otros segmentos del lo que podríamos llamar los señalizadores, los cuales describen el resto
discurso, asegurando así la coherencia del conjunto. El primer tipo de del discurso explicando así las relaciones de jerarquía. Ahora bien,
estos elementos es, evidentemente, la anáfora, bajo todas sus formas, éstos se encuentran ausentes del discurso esquizofrénico; incluso es
HH LOS GENEROS DEL DISCURSO

bastante raro el simple llamado de una parte precedente del discurso.


2. En el discurso no esquizofrénico estos aspectos del funcionamien-
'
·~
EL DISCURSO PSICOTICO

oyendo a X hablarme de la noche de ayer, soy capaz de reconstmir una


representación de los hechos evocados. No todo segmento lingüístico
89

to metalingüístico sitven para asegurar la coherencia; los problemas es referencial, del mismo modo, no toda proposición contribuye de la
que estos aspectos sufren vuelven imposible el establecimiento de esta misma manera en la elaboración de esta construcción. Si a X le satisfa-
coherencia. Esta falta de coherencia ha sido siempre destacada como ce enunciar las sentencias generales, yo tendría de su noche una repre-
uno de los rasgos característicos de la palabra en los esquizofrénicos; sentación mucho más vaga que si él me enumerara los nombres de los
lo que se sabe menos es, una vez más, cuáles son los medios lingüís- que se encontraban allí presentes y si me describiera sus acciones. Pero
ticos que comúnmente aseguran esta coherencia, y en qué consiste su antes de llegar a esta variedad referencial de las proposiciones, es
alteración. Ya vimos el rol que juegan ciertos elementos metalingüís- necesario destacar una condición preliminar: todos los segmentos de
ticos del discurso; ellos no son los únicos que están al setvicio de la un discurso se refieren al mismo hecho, y lo describen de manera
coherencia. constante. En consecuencia, el inacabamiento hace que uno no se
Primero, a nivel de la proposición, para alcanzar la coherencia, es refiera a nada; la discontinuidad, que uno se refiera a hechos diferentes;
necesario que la proposición esté completa. Y las proposiciones ina- y la contradicción, que no se refieran de la misma manera. La cohe-
cabadas abundan en el discurso esquizofrénico. Una variante de este rencia es, entonces, una condición necesaria para la referencia.
inacabamiento es la perturbación de las relaciones entre los miembros Sin embargo, no es suficiente; ella es sólo algo preliminar. La refe-
de la proposición, por ejemplo de la relación de transitividad (se co- rencia está fijada por una serie de índices particulares (los ushiftersn, los
noce la relación que hay entre transitividad y causalidad). De esta nombres propios y las fechas, en ciertas condiciones los sintagmas
manera. M. C. emplea los verbos transitivos de manera absoluta, como nominales); ella se alimenta de los predicados, y mucho mejor si éstos
en el enunciado citado (..para desfigurar", ·<él ha desfigurado,), o con un son más concretos, precisos, si están mejor detenrlinados. Los predica-
complemento de objeto indirecto. dos constituyen la carne de la referencia; los índices le brindan su
Pero la incoherencia se revela sobre todo en la relación interpropo- esqueleto. Se puede entonces esperar que surjan los problemas, pro-
sicional. Aún aquí pueden distinguirse varios casos. Primero, uno pios de los esquizofrénicos y concernientes a cada uno de estos dos
obsetva a menudo una especie de asíndeton semántico, proposiciones aspectos de la referencia. Y es esto lo que se "produce sin cesar.
pegadas las unas a las otras sin que ellas posean ninguna relación de Un discurso que no refiera, que no permita la constnicción de re-
contenido, ni de conjunciones que indiquen su jerarquía. El caso es presentaciones, es un discurso que no encuentra su justificación fuera
todavía más neto cuando la transición obsetvable surge de lo que de sí, un discurso que es solamente discurso. Todos aquellos que se
Wundt llamaba las asociaciones extrínsecas. Estas son principalmente han interesado en los esquizofrénicos han repetido, siguiendo a
de dos tipos: metonimias de coincidencia, es decir, de tiempo y lugar; Bleuler: "El paciente tiene la intención de escribir, pero no de escribir
y de asociaciones a partir del significante. Con frecuencia el significante algo (. .. ) Numerosos enfermos hablan pero no dicen nada (reden aber
sitve de conductor en el discurso; esto es lo que los psiquiatras llaman sagen nichts)". Escribir es para el esquizofrénico un verbo intransitivo,
la ..intoxicación verbal,: una palabra (o una sílaba, o una expresión) se habla sin decir nada. Lo cual es, al mismo tiempo, la apoteosis y el fin
repite varias veces seguidas manteniendo o cambiando su sentido; este del lenguaje.
es el caso de los verbos «tomar, y "desfigurar, en nuestro ejemplo. En Quisiera, antes de terminar, evocar una cuestión muy debatida, la
f1n, la coherencia interproposicional es particularmente débil cuando de l;:ls relaciones entre la locura y la literatura, entre el discurso psicótico
las proposiciones que se siguen fonnan contradicciones. y el poético. Numerosas obras han intentado establecer paralelos entre
3. La incoherencia no es un hecho final, en todo caso, no más que ambos (cuando no demostrar, de 111anera más brutal, que los poetas
el disfuncionamiento metalingüístico; la incoherencia produce a su vez son locos o a la inversa). Por ejemplo, se dirá que en uno y otro caso
un resultado: la imposibilidad de construir la referencia. Esta relación se encuentran metáforas, que se privilegia el significante y que el texto
de causa a efecto no es obvia, aunque al ser formulada se ponga en es oscuro. A veces se agrega al grupo así constituido a los niños, a los
evidencia. La referencia es una constmcción mental del alocutario: salvajes y a nuestros ancestros [hominiens], para terminar de construir
90
LOS GENEROS DEL DISCURSO

el bloque "prelógico,, "paleológico, o .. preedípico».


Según mi punto de vista, presentada en esta forma, la comparación
no tiene ningún interés en la medida en que la literatura no es un
' EL DISCURSO PSICOTICO

NOTAS
91

discurso en el sentido en que lo es la palabra psicótica. La literatura es


una institución cuyo contenido varía con las culturas y las épocas, y no E. Bleule,r, Dementia _Praecox oder Gruppe der Schizophreinien, Leipzig et Vienne,
1911 (resun~~n fran~es por H. Ey, París, Círculo de estudios psiquiátricos, 1964):
se la puede comparar en bloque a un discurso particular. ..u~a.. ~IteraClon p~rt!C~lar y característica de la esquizofrenia es la que padece la
Sin embargo, la aproximación se vuelve posible si se manipula, en relacio~ entr~ la Vida mtenor y el mundo exterior. ( ... ) Esta evasión de la realidad

lugar de la literatura, la idea que se ha tenido de ella en diferentes Y al _misi~O tl~~po el dominio relativ~ o absoluto de la vida interior, es lo qu~
llamamos autt.\mo (~ota: la pa~abra auttsmo expresa esencialmente el lado positivo
épocas, o incluso la idea de lo que ella debería ser. El rechazo del de lo que Ja~et designa negativamente como 'pérdida del sentido de la realidad'),
lenguaje como evocación del mundo, o como se dice en teoría estética, (pp. 51,53). _s. F~eud, ~,Neurosis y psicosis", en Neurosis, psicosis y peruersü!n, París,
en tanto imitación, data, en general, de la época romántica (de la 1973: "La psiCOSiS _[sena el resultado de un conflicto] en las relaciones entre el 'yo'
Y el_ mundo extenor C. .._) En la forma de psicosis más extrema o más impactante,
segunda mitad el siglo XVIII); podríamos decir ahora que a partir de o bien el mundo extenor no es percibido en absoluto, o su percepción es ino-
entonces la idea de la literatura comienza a "psicotizarse». K. Ph. Moritz perante" (pp. 2H3,2H4). ]. ~elmond-Bébet, Ensayo sobre la ·esquizqfrenia, París,
exige para la poesía el derecho de devenir lo que Bleuler cree que es 1935: "~1 empleo del lenhTUa¡e para expresar cualquier cosa ... no se encuentra en
t_al c_o~¡~nto de pala_bras. ( ... ) Todo esto significa la pérdida de la actividad repre-
esencialmente el discurso psicótico: un lenguaje que se basta a sí s~ntativa del lengu~¡e:· (p. 6?): H. Ey, ·Psiquiatría", 1, Enciclopedia médico-quirúr-
mismo, una palabra cuya plenitud no remite a nada que le sea exterior; gtca, 1955: "Los medicos chmcos están todos felizmente de acuerdo sobre este
hablar por hablar, como decía Novalis en Les disciples de Sais. Incluso P_~nto: el f>ensamiento esquizofrénico está sobre todo caracterizado por la altera-
oon del sistema de la realidad" (p. 7). Etc.
hoy en día, continuamos viviendo de esta idea romántica de la 2 G. Bateson, Steps toan Ecology qfMind, New York, 1972, p. ex. pp. 190, 191 205
literatura; no es extraño, entonces, si vuelven a proponerse nuevas 261, etc. ' '
1,11
,¡¡ aproximaciones entre la locura y la poesía. 3 Esta exposición e~ l_a versión abreviada de un trabajo cuya ver~km completa no
·ji' poseo_. E~ Dr. Lante~i-~a.ura me ha proporcionado amablemente las transcripciones
¡1
El paralelo entre las concepciones literarias y el discurso psicótico de los chscursos psicotlcos.
l,i,l

puede aun ser llevado más lejos todavía. En el siglo XIX, la reacción
,!'¡ contra la representación se hace de manera parecida a los paranoicos:
la analogía universal, el mundo de las correspondencias caracteriza a
los románticos y a los simbolistas, atraídos, al mismo tiempo, por lo
sobrenatural (bastante semejante, después de todo, al discurso de Mme.
N.). En nuestros días, en cambio, la reacción es esquizofrénica: no es
el mundo habitualmente representado lo que se quiere reemplazar por
otro, es la representación misma que debe ceder su lugar a la no-
representación. Y los procedimientos literarios que se acercan lo más
posible a este ideal son apenas diferentes a los que acabamos de
revisar.
¿Hay que esperar entonces que el siguiente paso sea la catatonia, es
decir, una literatura del silencio?:\

1
1 LA LECTURA COMO CONSTRUCCIÓN

UNO NO PERCIBE lo omnipresente. Nada más común, también


nada más ignorado, que la experiencia de la lectura. Leer es algo tan
obvio que, a primera vista, parece que no hubiera nada que decir al
respecto.
En los estudios acerca de la literatura, a veces -muy raras veces-
se ha entrevisto el problema de la lectura desde dos puntos de vista
muy distintos: en uno se toma en cuenta a los lectores, su diversidad
histórica o social, colectiva o individual; en el otro, la imagen del lector,
tal como se encuentra representada en ciertos textos: el lector como
personaje, más aún, como "narratario". Pero hay un campo que per-
manece inexplorado: el de la lógica de la lectura, el Ctlal no está re-
presentado en el texto y es anterior a la diferencia individual.
Existen varios tipos de lectura. En esta oportunidad me ocuparé
solamente de uno de ellos, por cierto no el de menor importancia: la
lectura de textos clásicos de ficción, más exactamente, de los textos
presuntamente representativos. Es esta lectura de por sí la que se
efectúa como una construcción.
Aunque hayamos dejado de considerar al arte y a la literatura como
una imitación, nos cuesta desembarazarnos de una manera de ver,
inscrita hasta en nuestros hábitos lingüísticos, que consiste en concebir
LOS GENEROS DEL DISCURSO LA LECTURA COMO CONSTRUCCION
95

la novela en términos de representación, de transposición de una evoca acontecuntentos perceptibles, pero a un nivel muy general;
realidad preexistente. Incluso si esta novela no busca sino describir el fácilmente uno imagina centenares de páginas que describirían exac-
proceso de creación, esta visión constituye desde ya un problema; ella tamente el mismo hecho. En cambio en esta otra frase: "Veía en mi
es francamente deformante, pues no se remite sino al texto mismo. Lo padre, no un censor, sino un observador fóo y cáustico, que sonreía
primero y único que existe es el texto; no es sino sometiéndolo a un primero por piedad y que luego terminaba la conversación con
tipo particular de lectura que construimos, a partir de él, un universo impaciencia", se ve una yuxtaposición de hechos sensibles y no-
imaginario. La novela no imita la realidad, la crea: esta fórmula de los sensibles: la sonrisa, el silencio, son hechos observables; la piedad y
prerrománticos no es una simple innovación terminológica; sólo la la impaciencia son suposiciones -sin duda justificadas- sobre senti-
perspectiva de constmcción nos permite comprender correctamente el mientos a los cuales no se tiene ningún acceso directo.
funcionamiento del texto llamado representativo. Con frecuencia, uno encuentra en el mismo texto de ficción mues-
La cuestión de la lectura se encuentra entonces reducida a lo tras de todos estos registros de la palabra (pero uno sabe que su
siguiente: ¿cómo un texto nos conduce a la constmcción de un universo distribución varía según las épocas, las escuelas, o en función de la
imaginario? ¿Cuáles son los aspectos del texto que detemunan la organización global del texto). Las frases no referenciales no son
construcción que producimos a partir de la lectura, y de qué manera? retenidas en el momento de realizarse la lectura constructiva (ellas
Comencemos por lo más simple. participan de otra lectura). Las frases referenciales conducen a cons-
tnicciones de calidad diferente, según sean más o menos generales, o
evoquen hechos más o menos sensibles.
EL DISCURSO REFERENCIAL

LOS FILTROS NARRATIVOS


Solamente las frases referenciales pen11iten la constmcción;
pero toda frase no es forzosamente referencial. Este es un hecho que
conocen muy bien los lingüistas y los especialistas en lógica; no será Las cualidades del discurso, hasta aquí evocadas, pueden ser
necesario que nos detengamos mucho tiempo en este problema. identificadas fuera de todo contexto: ellas son inherentes a las frases
La comprensión es un proceso distinto a la construcción. Tomemos nusmas. No obstante, uno no lee las frases sino los textos en su
dos frases del Adolphe. "Yo sentía que ella era mejor que yo; me totalidad. Uno compara las frases entre ellas desde el punto de vista del
despreciaba por ser indigno de ella. Es un gran infortunio no ser amado universo imaginario que ellas ayudan a construir; y es entonces cuando
cuando uno ama; pero es todavía peor ser amado con pasión cuando se descubre que ellas difieren en muchos aspectos y según distintos
uno ya no ama". La primera de estas dos frases es referencial: ella evoca parámetros. En el análisis narrativo parece haber un acuerdo para
un evento (los sentinuentos de Adolphe); la segunda no lo es: es una distinguir tres de ellos: el tiempo, la visión y el modo. Aquí todavía nos
sentencia. La diferencia entre las dos está señalada por los índices encontramos en un terreno relativamente conocido (del cual traté de
gramaticales: la sentencia exige el presente, la tercera persona verbal hacer una relación detallada en mi Poétique); simplemente, ahora es
y está libre de anáforas. necesario exanunarla desde el punto de vista de la lectura.
Una frase es referencial o no. No hay grado intermediario. Sin El modo: el estilo directo es el único medio de elinunar toda
embargo, en este sentido, las palabras que la componen no son todas diferencia entre el discurso narrativo y el universo que él evoca: las
iguales, la escogencia que el autor haga en el léxico provocará palabras son idénticas a las palabras, la constmcción es directa e
resultados bastante diferentes. Dos oposiciones independientes pare- inmediata. Lo cual no vale para los eventos no verbales, ni para el
cen ser aquí patticularmente pertinentes: lo sensible y lo no-sensible; discurso transpuesto. Una frase de Adolphe dice:
lo particular y lo general. Por ejemplo, Adolphe se referirá a su pasado
de este modo: "en medio de una vida muy disipada.,; esta expresión Nuestro huésped, que había conversado con un sirviente napolitano,
quien servía a este extranjero sin saber su nombre, me dice que él no
96 LOS GENEROS DEL DISCURSO
LA LECTIJRA COMO CONSTRUCCION
97
viajaba por curiosidad, pues él no visitaba ni las ruinas, ni los lugares,
ni los monumentos ni los hombres. El editor construye entonces el sujeto del relato (Adolphe, el narrador),
no su objeto (Adolphe, el personaje y Elléonore).
Podemos imaginar la conversación del narrador con el huésped, Frecuentemente, uno percibe poco hasta qué punto el texto ficticio
aunque es poco probable que éste haya empleado, al menos que sea es repetitivo o, si se quiere, redundante; se podría incluso decir desde
en italiano, una frase idéntica a la de la fórmula ·me dice que". La ya, sin miedo a equivocarse, que cada acontecimiento de la historia es
construcción de la conversación entre el huésped y el sirviente, igual- relatado al menos dos veces. Estas repeticiones son moduladas, la
mente evocada, está mucho menos determinada; si deseamos cons- mayoría de las veces, por los filtros que se acaban de enumerar: una
truirla con todos sus detalles disponemos entonces de una libertad más conversación será reproducida una vez, otra evocada rápidamente; un
grande. En fin, las conversaciones y las otras actividades comunes del acontecimiento será observado desde distintos puntos de vista; será
sirviente y de Adolphe son completamente indeterminadas; de ellas evocado en el futuro, en el presente, en el pasado. Todos estos pará-
sólo nos es transmitida una impresión global. metros pueden además combinarse entre ellos.
La palabra del narrador puede ser considerada igualmente de estilo La repetición juega un papel importante en el proceso de constmc-
directo aunque a un nivel superior; particularmente si, como en el caso ción, ya que a partir de varios relatos se debe constmir un solo evento.
de Adolphe, el narrador está representado en el texto. La sentencia, Las relaciones entre los relatos repetitivos van de la identidad a la
excluida antes de la lectura constructiva, será aquí recuperada -no ya contradicción; e incluso la identidad material no lleva necesariamente
como enunciado sino como enunciación. El hecho de que Adolphe, el a la identidad de sentido ede lo cual sería un buen ejemplo el film de
narrador, haya fonnulado una máxima como aquélla sobre el infortu- Coppola, La conversación). Así sean diversas las funciones de estas
nio de ser amado, nos informa acerca de su carácter, y de ese modo, repeticiones, ellas contribuyen a establecer los hechos een la investi-
acerca del universo imaginario del cual participa. gación policial) o a disolverlos; como en Adolphe, el hecho de que el
Sobre el plano temporal: el tiempo del universo imaginario (el mismo personaje, en momentos muy cercanos, tenga visiones contra-
tiempo de la historia) está ordenado cronológicamente; pero las frases dictorias del mismo acontecimiento, nos lleva a comprender que los
del texto no obedecen, y no pueden obedecer, a este orden; el lector estados físicos no existen en sí mismos, sino siempre en relación a un
procede entonces, inconscientemente, a un trabajo de reordenamiento. interlocutor, un partenaire. El propio Constant formulaba de este modo
Igualmente, ciertas frases evocan hechos diferentes pero comparables la ley de este universo: "El objeto que se nos escapa es necesariamente
(relato reiterativo); en el momento de la constmcción, nosotros resta- diferente de aquel que nos persigue".
blecemos la pluralidad. Para entonces poder, a partir de la lectura de un texto, constmir un
La ..visión" que tenemos de los hechos evocados es detenninante universo imaginario, es necesario que ese texto sea en sí mismo
para el trabajo de constmcción. En el momento de una visión valori- referencial; en ese momento, luego de haberlo leído, dejamos "trabajar"
zadora, hacemos: a) la relación del evento, b) poseemos la actitud del nuestra imaginación, filtrando la infonnación recibida gracias a las
que ..ve" en relación al hecho contado. Más todavía, nosotros sabemos cuestiones del género: ¿en qué medida la descripción de este universo
distinguir entre la información que una frase nos brinda acerca de su es fiel (el modo)?; ¿en qué orden se desarrollaron los acontecimientos
objeto y aquella que concierne a su sujeto; así, el ·editor" de Adolphe (el tiempo)?; ¿en qué medida hay que tener en cuenta las deformacio-
piensa solamente en la segunda información al comentar de esta nes impuestas por el "reflector.. del relato (la visión)? Pero en ese
manera el relato que acaba de serie leído: instante el trabajo de la lectura apenas comienza.

Odio esta vanidad que se ocupa de ella misma relatando el mal que ha
hecho, que tiene la pretensión de dar lástima describiéndose, y que, SIGNIFICACION Y SIMBOLIZACION
planeando inexorable en medio de las ruinas, se analiza en lugar de
arrepentirse.
¿Cómo conocemos lo que se produce en el momento de la
lectura? Por introspección y, si buscamos confirmar una impresión,
98 LOS GENEROS DEL DISCURSO

recurrimos a los relatos que otros hacen de su propia lectura. Sin


embargo, dos relatos que traten sobre el mismo texto jamás serán
idénticos. ¿Cómo explicar esta diversidad? Por el hecho de que estos
relatos describen, no el universo del libro mismo, sino ese universo
'
1
j
LA LECTURA COMO CONSTRUCCION

4 es (casi siempre) más breve que 1, así también 3 es más pobre que
2. En segundo lugar, uno se equivoca. Tanto en un caso como en el
99

otro, el estudio del pasaje del estadio 2 al 3 nos lleva a la psicología


proyectada: las transformaciones realizadas nos informan sobre el
transformado, tal como se encuentra en la psique de cada individuo. sujeto de la lectura: ¿por qué él retiene (o agrega) tales hechos y no
Podrían esquematizarse los estadios de ese recorrido de la siguiente otros? Pero existen otras transformaciones que nos infonnan sobre el
manera: mismo proceso de lectura, y estas transformaciones son las que aquí
fundamentalmente nos preocuparán.
Me es difícil decir si el estado de cosas que observo en los ejemplos
l. Relato del autor 4. Relato del lector más diversos de la ficción son un hecho universal, o si se trata de un

~ i
2. Universo imaginario ___. 3. Universo imaginario
hecho condicionado histórica y culturalmente. Resta decir que, en
todos los ejemplos, la simbolización y la interpretación (el pasaje del
estadio 2 al 3) implican la existencia de un determinismo de los hechos.
evocado por el autor. construido por el lector ¿Puede ser que acaso la lectura de otros textos, por ejemplo de los
poemas líricos, exija un trabajo de simbolización que repose sobre
otros presupuestos (la analogía universal)? Lo ignoro; lo que sí es cierto
Podría preguntarse si la diferencia entre los estadios 2 y 3 existe es que la simbolización, en el texto de ficción, reposa sobre el
realmente, tal como aparece en el esquema. ¿Existen otras construccio- consentimiento implícito o explícito, del principio de causalidad. Así,
nes que no sean individuales? Es fácil demostrar que la respuesta a esta las preguntas que se formulan a los hechos que constituyen la imagen
pregunta debe ser positiva. No hay ninguna duda, para cualquier lector mental del estadio 2 son: ¿cuál es la causa?, ¿cuál es el efecto? Sus
de Adolphe, que Elléonore primero vive con el conde de P ... , que ella respuestas son las que se agregarán a la imagen mental tal como ésta
lo deja en seguida y vive junto a Adolphe; que ellos se separan; que se encuentra en el estadio 3.
ella lo encuentra en París, etc. En cambio, no hay ningún medio para Admitamos que este determinismo es universal; lo que no es del
establecer con la misma certeza si Adolphe es débil o simplemente todo seguro es la fom1a que en cada caso tomará. La forma más simple,
sincero. pero menos extendida en nuestra cultura como norma de lectura, con-
La razón de esta dualidad es que el texto evoca los hechos a través siste en la construcción de otro hecho semejante. Un lector puede
de dos modos que he propuesto denominar significación y simboliza- decirse: si Jean mató a Pierre (hecho presente en la ficción), es porque
ción. El viaje de Elléonore a París está significado a través de las pa- Pierre se acostaba con la mujer de Jean (hecho ausente en la ficción).
labras del texto. La fragilidad (eventual) de Adolphe está simbolizada Este razonamiento, típico de la averiguación judicial, no es aplicable
por otros hechos del universo imaginario, que, a su vez, se encuentran con todo rigor en la novela: se admite tácitamente que el autor no está
significados por las palabras. Por ejemplo, el hecho de que Adolphe haciendo trampa y que nos ha transmitido (ha significado) todos los
no sepa defender a Elléonore en sus discursos está significado; a su vez, eventos pertinentes para la comprensión de la historia (el caso de Ar-
este hecho simboliza su incapacidad de amar. Los hechos significados mance es excepcional). Lo mismo ocurre con las consecuencias: exis-
son comprendidos: para ello es suficiente que se conozca la lengua en ten bastantes libros que prolongan otros libros, que escriben las conse-
la cual fue escrito el texto. Los hechos simbolizados son interpretados, cuencias del universo imaginario representado por el primer texto;
y las interpretaciones varían de un sujeto al otro. pero el contenido del segundo libro no es considerado usualmente
La relación entre los estadios 2 y 3, señalados más arriba, es pues como inherente al universo del primero. Nuevamente, aquí se separan
una relación de simbolización (en cambio, la que hay entre 1 y 2, o 3 las prácticas de la lectura de la vida cotidiana.
y 4 es de significación). Por otra parte no se trata de una relación Es según otra causalidad como se procede comúnmente al realizar
unívoca, sino de un conjunto heterogéneo. En primer lugar, se abrevia: una lectura constructiva; las causas y consecuencias de un aconteci-
LOS GENEROS DEL DISCURSO LA LECTIJRA COMO CONSTRUCCION
100 101

miento hay que buscarlas en una materia que no le es homogénea. meta-exegética). La segunda serie de restricciones proviene del contex-
Como lo señalaba Aristóteles, dos casos parecen ser los más frecuentes: to cultural: si leemos que alguien cortó en pedacitos a su mujer, no
el acontecimiento es percibido como la consecuencia (y/o la causa) ya tenemos necesidad de indicaciones en el texto para concluir que se
sea de un rasgo del carácter, o de una ley impersonal. Adolphe contiene trata de un ser cruel. Estas restricciones culturales, que no son otra cosa
numerosos ejemplos de ambas interpretaciones integrados en el texto que los lugares comunes de una sociedad (su verositnilitud), cambian
tnismo. He aquí cómo Adolphe describe a su padre: «No recuerdo, con el tiempo, lo cual permite explicar la diferencia de interpretación
durante tnis primeros dieciocho años, haber tenido jamás con él una dada a ciertos textos del pasado. Por ejemplo, al no considerar ya el
conversación de más de una hora ... Yo no sabía entonces lo que era amor extraconyugal como la prueba de un alma corrompida, nos cues-
la titnidez ... ". La primera frase significa un hecho (la ausencia de ta a veces un gran esfuerzo comprender las condenas que recaían sobre
conversación prolongada). La segunda nos lleva a considerar este tantas heroínas novelescas del pasado.
hecho como el símbolo de un rasgo de carácter que es la timidez: el Los caracteres, las ideas, las identidades de este tipo, están simbo-
padre actúa así porque es tímido. El rasgo de carácter es la causa de lizadas a través de las acciones; pero ellas pueden igualmente estar sig-
la acción. He aquí un ejemplo del segundo caso: ruficadas. Este es precisamente el caso de los fragmentos que cité de
Adolphe: la acción simbolizaba la tinudez del padre; pero en seguida
Yo me dije que no había que precipitar nada, que Elléonore estaba muy Adolphe la significaba diciendo: mi padre era tínudo. Lo nlismo ocurre
poco preparada para la confesión que yo meditaba, y que mejor era con la máxima general. Los caracteres y las ideas pueden entonces ser
esperar un poco más. Casi siempre, para vivir en reposo con nosotros
mismos, revestimos de cálculos y de sistemas nuestras impotencias y evocadas de dos maneras: directa e indirectamente. El lector confron-
debilidades: esto satisface esta porción de nosotros que es, por decirlo tará las informaciones extraídas de una y otra fuente en el momento
así, espectadora de la otra. de su trabajo de constnicción; ellas pueden o no coincidir. Evidente-
mente, la dosis relativa de estos dos tipos de información ha variado
Aquí, la primera frase describe el acontecimiento y la segunda nos da mucho en el curso de la historia de la literatura: Hemingway no escribe
la razón, la cual es una ley del comportamiento humano, no un rasgo como Constant.
de carácter individual. Agreguemos que es este tipo de causalidad el El carácter así constituido debe ser diferenciado del personaje: todo
dominante en Adolphe: esta novela ilustra las leyes psicológicas, no las personaje no es un carácter. El personaje es un segmento del uruverso
psicologías individuales. espacial y temporal representado, nada más; hay personajes a partir del
Después de haber construido los acontecilnientos que componen momento en que una forma lingüística referente (nombres propios,
una historia, nos avocamos al trabajo de reinterpretación que nos ciertos sintagmas notninales, pronombres personales) aparece en el
pemlite construir, por una parte, los caracteres, por otra, el sistema de texto a propósito de un ser antropomórfico. Tal cual, el personaje no
ideas y de valores subyacentes en el texto. Esta reinterpretación no es tiene conterudo: alguien es identificado sin ser descrito. Se pueden
arbitraria; está controlada por dos tipos de restricciones. La primera está imaginar -y existen- textos donde el personaje se limitaría a eso: ser
contenida en el texto mismo: es suficiente que el autor nos enseñe, el agente de una serie de acciones. Pero desde que surge el determi-
durante cierto tiempo, a interpretar los acontecitnientos que él evoca. nismo psicológico el personaje se transforma en carácter: él actúa así
Este es el caso de los fragmentos de Adolphe que acabo de citar: des- porque él es títnido, frágil, valiente, etc. Sin deternlirusmo (de este tipo)
pués de haber establecido algunas interpretaciones deternlinistas, no hay carácter.
Constant puede dejar de nombrar la causa del acontecimiento; ya La constnicción del carácter es un compromiso entre la diferencia
aprendimos la lección y continuaremos interpretándola como él nos lo y la repetición. Por una parte hay que asegurar la continuidad: el lector
ha enseñado. Tal interpretación, presente en el texto del libro, tiene debe constniir un solo carácter. Esta continuidad está ya dada por la
pues una función doble: por una parte, enseñarnos la causa de este identidad del nombre, en la cual reside su función principal. A partir
hecho particular (función exegética); por otra, iniciarnos en el sistema de allí todas las mezclas son posibles: todas las acciones pueden ilustrar
de interpretación que será el del autor a lo largo de su texto (función el tnismo rasgo de carácter; de lo contrario, el personaje puede tener
102 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA LECTIJHA COMO CONSTRUCCION
103

un comportamiento contradictorio, o él puede cambiar el aspecto que va de la acción al rasgo de carácter); este malentendido, apenas
circunstancial de su vida, o puede sufrir una modificación profunda de disipado, es seguido por otro, simétrico y contrario: Armance cree aho-
carácter. Los ejemplos son muy numerosos para poder recordarlos; ra que Octavio aprecia demasiado el dinero. Este entrecruce inicial ins-
también aquí las escogencias están dictadas por la historia de los estilos taura la figura de las construcciones que vendrán. Armance construye
y no tanto por la idiosincrasia de los autores. en seguida correctamente su sentimiento hacia Octavio; pero éste dura
El carácter entonces puede ser un efecto de la lectura; existe una diez capítulos antes de descubrir que lo que él siente por Armance no
lectura psicologizante a la cual se puede someter cualquier texto. Pero se llama amistad sino amor. Durante cinco capítulos Armance cree
en realidad no es un efecto arbitrario; no es un azar que encontremos que Octavio no la ama; Octavio cree que Armance no lo ama durante
caracteres en las novelas del siglo XVIII y del XIX, y que no los encon- los quince capítulos centrales del libro; el mismo malentendido se
tremos en las tragedias griegas ni en el cuento popular. El texto siempre repite hacia el final. La vida de los personajes transcurre buscando la
contiene dentro de sí una nota con sus propias instrucciones de uso. verdad, es decir, construyendo los acontecimientos y los hechos que
los rode-an. El desenlace trágico de la relación amorosa no se debe,
como se ha repetido a menudo, a la impotencia, sino al desconocimien-
to. Octa-vio se suicida a causa de una mala construcción: él cree que
LA CONSTRUCCION COMO TEMA
Armance ya no lo ama. Como dice Stendhal en una frase emblemática:
"Le faltaba penetración, no carácter".
Una de las dificultades del estudio de la lectura reside en que De este rápido resumen ya se puede inferir que varios aspectos del
su observación es difícil: la introspección es incierta y la investigación proceso de construcción pueden variar. Se puede ser el agente o el
psico-sociológica resulta aburrida. Con cierto alivio se descubre enton- paciente, el emisor o el receptor de una información; se puede ser tam-
ces el trabajo de construcción representado al interior de los propios bién ambos. Octavio es agente cuando él disimula o revela; paciente
textos ficticios, en los cuales es mucho más cómodo estudiarlo. cuando aprende o se equivoca. Se puede construir un hecho (de
El texto ficticio toma la construcción como tema porque es simple- "primer grado,) o la construcción realizada por cualquier otro de ese
mente imposible evocar la vida humana sin mencionar ese proceso mismo hecho (en segundo grado). Así, AI·mance renuncia a su matri-
esencial. Cada personaje está obligado, a partir de las informaciones monio con Octavio porque ella imagina lo que los otros pensarían en
que él recibe, a construir los hechos y los personajes que lo rodean. ese caso.
En esto hay un riguroso paralelo con el lector, quien construye el uni-
verso imaginario a partir de sus informaciones (el texto, lo verosímil), Yo pasaría por el mundo como una dama de compañía que sedujo al
convirtiendo así la lectura, inevitablemente, en uno de los temas del hijo de la casa. Escucho desde aquí lo que diría Mme. la duquesa de
Ancre e incluso las mujeres más respetables, por ejemplo la marquesa
libro.
de Seyssins que ve en Octavio el esposo de una de sus hijas.
No obstante, esta temática puede ser más o menos valorizada, más
o menos explotada. En Adolphe, por ejemplo, ella lo es de una manera Igualmente, Octavio renuncia al suicidio construyendo las construccio-
muy parcial: sólo la indecisión ética de las acciones es puesta en nes posibles de los otros.
evidencia. Si nos queremos servir de textos ficticios como materiales
para el estudio de la construcción hay que escoger aquellos donde ella Si me mato, Armance se comprometerá; toda la sociedad buscará
sea uno de los temas principales. Armance de Stendhal es un buen curiosamente durante ocho días las más insignificantes circunstancias
ejemplo. de esta noche; y cada uno de los señores allí presentes estará autori-
Toda la intriga de esta novela está sometida a la búsqueda del zado a hacer un relato diferente.
conocimiento (el relato gnoseológico). Una construcción errónea de
Octavio sirve de punto de partida: él cree que Armance aprecia Lo que se aprende a través de Armance es sobre todo que la cons-
demasiado el dinero a causa de una cierta conducta (una interpretación trucción puede ser un éxito o un fracaso; y si bien todos los éxitos se
104 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA LECTIJRA COMO CONSTRUCCION 105

parecen (pues remiten a la "verdad,), los fracasos varían, como varían a partir de otro texto, referencial pero no literario. Esta cercanía estaba
también sus causas, es decir, los defectos de la infonnación transmitida. sobre-entendida en la proposición hecha en el párrafo precedente: la
El caso más simple es el de la ignorancia total: hasta cierto momento constmcción de los personajes (a partir de materiales no literarios) era
de la intriga, Octavio disimula la existencia misma de un secreto que semejante a la del lector (a partir del texto de la novela). No se cons-
le concierne (rol activo), y An11ance ignora la existencia del mismo se- tmye la «ficción, de manera distinta a la "realidad". El historiador, a partir
creto (rol pasivo). En seguida la existencia del secreto puede ser cono- de documentos escritos, o el juez, apoyándose en los testimonios ora-
cida, pero sin ninguna información suplementaria; el receptor puede les, cuando reconstmyen los hechos, en principio no proceden de for-
entonces reaccionar imaginando la verdad (Armance supone que Octa- ma diferente al lector de Armance; lo cual no quiere decir que en
vio ha asesinado a alguien). Hay un grado posterior constituido por la detalle no subsistan diferencias.
ilusión: el agente no disimula pero reviste las cosas; el paciente no igno- Una cuestión más difícil, y que va más allá de las posibilidades de
ra pero se equivoca. Este es el caso más frecuente en el libro: Annance este estudio, concierne a la relación entre la construcción a partir de
enmascara su amor por Octavio pretendiendo que ella se casará con informaciones verbales y aquella que se realiza sobre la base de otras
otro; Octavio piensa que Armance no siente por él sino amistad. Se percepciones. Después de haber sentido el aroma de un guiso, uno
puede ser a la vez el agente y el paciente del encubrimiento; de este constmye el muslo; igual ocurre luego de una visión, de haber escucha-
modo Octavio se esconde a sí mismo que él ama a An11ance. En fin, do algo, etc.; esto es lo que Piaget llama la "construcción de lo reah.
el agente puede revelar la verdad, y el paciente aprenderla. Las diferencias aquí corren el riesgo de ser más grandes.
La ignorancia, la imaginación, la ilusión y la verdad: el proceso de Pero no es necesario alejarse mucho de la novela para encontrar la
conocimiento pasa al menos por tres grados antes de conducir al perso- materia que nos ceñiría a otro tipo de lectura. Existen textos literarios,
naje a una constmcción definitiva. Los mismos estadios son evidente- no representativos, que no nos llevan a ninguna construcción. Podrían
mente posibles en el proceso de lectura. Habitualmente, la constmc- distinguirse aquí varios casos. El más evidente es el de cierta poesía,
ción representada en el texto es análoga a la que toma el texto como llamada comúnmente lírica, la cual no describe acontecimientos ni evo-
punto de partida. Lo que los personajes ignoran es también ignorado ca nada que le sea exterior. La novela moderna, a su vez, nos obliga
por el lector. Ciertamente, otras combinaciones son igualmente posi- a realizar una lectura diferente: el texto es referencial, pero la construc-
bles. En la novela policial, Watson, al igual que el lector, es quien cons- ción no se lleva a cabo porque ella es, en cierto modo, insoluble. Este
tmye; pero es Sherlock Holmes quien constmye mejor los dos roles efecto se obtiene por el desarreglo de cualquiera de los mecanismos
igualmente necesarios. necesarios de la construcción, tal como fueron descritos en los párrafos
anteriores. Tomemos un ejemplo: nosotros vimos que la identidad del
personaje reposaba sobre la identidad y no-ambigüedad de su apela-
ción. Imaginemos ahora que en un texto el mismo personaje sea evo-
LAS OTRAS LECTURAS
cado sucesivamente con distintos nombres: una vez Jean, otra Pierre,
en alguna ocasión ·d hombre de cabellos negros", y en otra ·d hombre
Las fallas de la construcción llevada a cabo por la lectura para de ojos azules", sin que nada nos señale la correferencia de las dos ex-
nada ponen en cuestión su identidad: no se deja de construir porque presiones; o imaginemos que Jean designa no a uno sino a tres o cuatro
la información sea insuficiente o errónea. Al contrario, tales fallas no personajes; cada vez el resultado será el mismo: la construcción ya no
hacen sino intensificar el proceso de construcción. Sin embargo, es será posible porque el texto será representativamente insoluble. Aquí
posible que la construcción no se produzca y que otros tipos de lectura se ve la diferencia con respecto a las fallas de la constn1cción evocadas
vengan a reemplazarla. más arriba: se pasa de lo desconocido a lo incognoscible. Esta práctica
Las diferencias entre una lectura y otra no están forzosamente donde literaria moderna tiene su contrapartida fuera de la literatura: se trata
uno espera encontrarlas. Por ejemplo, no me parece que haya una gran del discurso esquizofrénico. Conservando su intención representativa,
diferencia entre la construcción a partir de un texto literario y la realidad éste vuelve la construcción imposible a través de una serie de proce-
LOS GENEROS DEL DISCURSO
106

dimientos apropiados (repertoriados en el capítulo precedente). EN TORNO A LA POESÍA


Por ahora es suficiente haber marcado el lugar de.estas otras lecturas
al lado de la lectura como construcción. El reconocimiento de esta
última variedad es tan necesario que el lector individual, lejos de
sospechar los matices teóricos que él ejemplifica, a la vez o sucesiva-
mente, lee el mismo texto de distintas maneras. Su actividad le es tan
natural que ella permanece imperceptible. Es necesario entonces
aprender a construir la lectura, ya sea como construcción o como
deconstrucción.

l. TEORIAS DE LA POESIA

EL DISCUR"'O DE la poesía se caracteriza, en primer lugar y de


manera evidente, por su naturaleza versificada. Pero el verso no es
suficiente para definir la poesía. En consecuencia, podría formular así
la cuestión que quisiera debatir en las páginas que siguen: dado que
la poesía es un discurso versificado, ¿se podrían descubrir en otros
niveles otras características lingüísticas? En lugar de proponer una
respuesta propiamente mía, trataré ele situar aquí, relacionándolas en-
tre sí, las respuestas comúnmente dadas a esta pregunta actual.
Para facilitar este examen partiré, como siempre, de una imagen del
texto que distinga el aspecto verbal, semántico, sintáctico y pragmático.
Las reglas de versificación son un ejemplo típico de lo "verbal»; dejo
entonces de lado las respuestas que se limiten a ese aspecto para acer-
carme a los otros.
Curiosamente, en la actualidad son raros los estudios que den una
definición pragmática de la poesía; o más simplemente, que la definan
basándose en el temperamento del autor, el cual precede a su apa-
rición, o en el del lector que la sucede. El hecho es curioso, porque
es el testimonio de una repugnancia antes totalmente ausente; aún hoy
108 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
109

continúa estándolo en aquellos que se embriagan de poesía en lugar propios términos": esta teoría va a la par de la filosofía racionalista y
de convertirla en el objeto de una disertación. El resto de las razones positivista. Se toma demasiado en serio la significación (conceptual)
de esta renuncia es bien conocido: bajo su forma común e ingenua, tal para poder admitir que el poema posea una; pero al mismo tiempo no
respuesta no define verdaderamente a la poesía. No es porque se ha se desea rebajar a este último; se le concederá entonces un campo
sufrido un día que automáticamente se escribe poesía; es más, a partir específico, una parte de la experiencia que no es la misma del lenguaje
del poema es que se concluye algo acerca del estado de su autor; éste común, en la cual el poema reencuentra la pertinencia que antes le
es un efecto del texto, no su causa; la verdadera pregunta sería la faltaba. En suma, la diferencia entre poesía y no-poesía reside en el
siguiente: ¿cuáles propiedades del texto nos llevan a esta conclusión? contenido mismo de lo que es dicho: en aquélla se trata de los senti-
Lo mismo ocurre con los sentimientos del lector: decir que el discurso mientos; en ésta, de las ideas.
poético es quien produce la emoción no es sino retardar la interrogante No obstante, en su inmensa mayoría, nuestros contemporáneos no
esencial: ¿cómo la produce? Pero se podrían imaginar variantes rejuve- se adhieren ni a la teoría ornamental, ni a la teoría afectiva, sino a una
necidas de la respuesta pragmática: por ejemplo, que la versificación tercera, cuyo origen es claramente romántico; se trata de una mayoría
juega el rol de una señal que introduce un contrato particular entre un tan abrumadora que cuesta percibir que se trata, después de todo, de
emisor y un receptor, el cual precisa que la lectura poética debe seguir una teotia entre otras (y no de la verdad finalmente revelada). En este
reglas distintas a las aplicables a otros actos de habla, etc. Esta es la vía caso, la diferencia entre poesía y no-poesía ya no es buscada en el
que comenzó a explorar Jonathan Culler en Structuralist Poetics, sin contenido de la significación sino en la manera de significar: sin querer
duda que en este campo queda mucho por hacer. significar otra cosa, el poema significa de un modo distinto. Dicho de
La mayoría de los estudios actuales se ocupan de los aspectos se- otro modo: las palabras son (solamente) signos del lenguaje cotidiano,
mánticos y sintácticos. Comencemos por el primero. Realizando ciertos mientras que en la poesía ellas mismas devienen símbolos; de allí que
reagrupamientos y simplificaciones, se podrían distinguir tres respues- me sirva del nombre de simbolistas para designar a estas teorías.
tas principales concernientes al semantismo poético, a las cuales daré Recordaré en pocas palabras en qué consiste la teoría romántica del
el nombre de ornamental, afectiva y simbolista. símbolo, noción en la cual culmina toda la estética del romanticismo
La teoría ornamental de la poesía es la de la gran corriente de la (entiendo por "romántica" la doctrina del círculo de .Jena, del cual
retórica clásica, a la cual no le conozco defensores actuales; por otra formaban parte, sobre todo, los hermanos Schlegel, Novalis y Schelling,
parte, ella no nos interesa sino de manera marginal porque ella consiste aunque se encuentren los rasgos de esta teotia incluso en Kant, Goethe
en descartar de la poesía toda especificidad semántica. Dos expresio- o Solger). Podría resumirse en cinco puntos (o cinco oposiciones entre
nes tienen el mismo sentido, pero una lo formula de una manera más el símbolo y la "alegoría,} 1) El símbolo muestra el devenir de su
bella, más adornada; es ésta la que conviene a la poesía. Los adornos sentido, no su ser, la producción, no el producto acabado. 2) El símbo-
poéticos están al servicio del "gusto", no contribuyen a la "instrucción". lo es intransitivo; sirve, no solamente para transmitir la significación,
En efecto, es la teoría pragmática la que rechaza explícitamente la sino que debe ser percibido en sí mismo. 3) El símbolo es intrínseca-
diferencia semántica. mente coherente, o lo que es lo mismo, el símbolo está motivado, no
Según la teoría afectiva, hay una diferencia entre lo que designan las es arbitrario. 4) El símbolo realiza la unión de los contrarios, muy parti-
palabras en la poesía y lo que designan fuera de ella: aquí poseen un cularmente la de lo abstracto y lo concreto, la de lo ideal y lo material,
contenido intelectual, nocional, conceptual; allá emotivo, afectivo o lo general y lo particular. 5) El símbolo expresa lo inefable, es decir,
"patético". En Condillac se encuentran diversas versiones de esta teoría lo que los signos no simbólicos no llegan a decir; en consecuencia es
(y antes, en Port-Royal), en l. A. Richards, en los positivistas lógicos, intraducible y su sentido plural, inagotable.
y aún en Jean Cohen. Como ya lo señaló Philip Wheelwright, "el posi- Un ejemplo acerca de la influencia romántica sobre la reflexión
tivismo conduce naturalmente a poner el acento sobre los efectos contemporánea nos es dada por la ctitica americana, desde hace unos
emotivos del poema y no sobre el examen de lo que él significa en sus cuarenta años. Tomemos el brillante ensayo de R. P. Blackmur: "El
110 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
111

lenguaje como gesto .. (retomado en su libro Language as Gesture). El borroso. 5) El rechazo de la ley de la no-contradicción.
discurso de la poesía se distingue porque las palabras se han convertido Cualquiera que sea la exactitud de estas oposiciones, ellas no
en gestos, o "es gracias al poder del gesto descubierto o invocado que apuntan --o no lo hacen tanto- al discurso versificado; incluso no se
el simple nombre se transforma en un símbolo rico y complejo ..; "los ve en qué el verso sería necesario para que se produzcan estas
gestos son los primeros pasos para la producción de símbolos". ¿Pero transformaciones en la manera de significar. En este sentido tenemos
qué es un gesto verbal? "Es lo que le sucede a una forma cuando se una deuda con Yuri Tynianov, autor de Probteme de la langue du vers
identifica con su sujeto,: el gesto iguala a la motivación. Y un símbolo [El problema de la lengua poética]. Al igual que el resto de los
es "lo que utilizamos para expresar de manera permanente un sentido formalistas, Tynianov participa de la corriente romántica de las ideas
que no puede ser comunicado de manera completa por las palabras y parte de la idea de la intransitividad. Pero más allá de eso, él tiene
directas o por las combinaciones de palabras... Las palabras se convier- un doble mérito: es el primero de los autores que hemos revisado, que
ten en gestos cuando ellas producen un sentido nuevo en el momento trata de deducir las características semánticas del discurso poético de
de cada nueva aparición. Para obtener estos efectos semánticos se las características "verbales", es decir, de la versificación. Además, sin
recurre a lo que la retórica llamaba las figuras: repeticiones, oposiciones perder su sensibilidad literaria ni su conocimiento de la historia, él se
y otras disposiciones convencionales. propone dar, a propósito de este fenómeno de lenguaje, una descrip-
Con otro lenguaje, Geoffrey Hartman participa, me parece, del ción concreta y lingüística (y no poética o filosófica). Se podría resumir
mismo cuadro conceptual: nunca se trata de otra cosa que no sea la así su razonamiento: el cierre del verso da el sentimiento de una
significación en el poema; pero las palabras aquí signifkan más o necesidad de la construcción verbal (este es un tema valeryano) y
menos que en el lenguaje común, poseen a la vez una precisión produce un efecto de contracción, el cual refuerza en las palabras la
aumentada y reducida, al mismo tiempo son redundantes y ambiguas; significación contextua!, sintáctica o, como dice Tynianov, flotante, en
la figura ejemplar de la poesía consiste en una sobre-precisión de los detrimento del nudo lexical. En la poesía, las palabras mantienen "un
extremos, en una indeterminación del medio. En nuestros días, otros lazo más fuerte y más estrecho que en el discurso cotidiano; entre las
han explorado abundantemente las relaciones de motivación entre el palabras surge una correlación posicional·. En la poesía, las palabras se
significante y el significado. iluminan con fuegos recíprocos ...
La seducción de los ejemplos analizados por Blackmur o Hartman, Pero es hora de pasar al último grupo de teorías sobre el discurso
la belleza de sus propios análisis no reemplazan siempre a la argumen- poético; teorías que he llamado "sintácticas.. y que, todas, sitúan la
tación lógica (y ya no poética): ¿es éste el único rasgo pertinente, y lo especificidad poética en la relación entre las partes del texto, y ya no
es para toda poesía? Sobre esta misma cuestión quisiera exponer otra entre sus niveles (forma y contenido, significante y significado, etc.). En
argumentación, la de Philip Wheelwright quien, en el capítulo "Los el plano de las ideas generales permanecemos en un terreno familiar:
rasgos del lenguaje expresivo .. , de su libro The Burning Fountaín, se trata de otro formalista, amigo de Tynianov, Romanjakobson, quien
enumera hasta siete virtudes cardinales de lo que para él desborda parece ha influenciado a todos los autores que trabajan dentro de esta
explícitamente a la poesía, para incluir toda literatura, la mitología, la perspectiva. En muchos sentidos, jakobson no hizo sino traducir en

religión, pero que no deja de manifestarse de manera ejemplar en la una terminología lingüística las ideas de August Wilhelm Schlegel y de
poesía; si esta enumeración hubiera sido mejor conocida, quizás ella Novalis. Sin duda, la razón de su éxito reside en parte en la simplicidad
nos habría ahorrado bastantes discusiones sobre la diferencia entre el y la elegancia de su hipótesis. Como Tynianov, parte del fenómeno de
lenguaje poético y el otro (la primera versión de ese texto data de la versificación, pero de éste retiene otro aspecto: no el carácter cerrado
1942). Esas virtudes son: 1) La motivación, que implica el carácter del verso sino el principio de la semejanza, que gobierna el encade-
intraducible de lo poético y la fusión entre signifkante y significado. namiento de las secuencias fónicas (es decir, la repetición). La hipótesis
2) La inconstancia del sentido de las palabras en los diferentes consistirá entonces en una simple afirmación de la coherencia y de la
contextos donde se las emplea. 3) La pluralidad del sentido en el seno unidad entre los distintos planos del texto: las semejanzas métricas
mismo de un solo contexto. 4) La expresión de lo inefable, vago y están secundadas por las semejanzas fónicas (paranomasias, aliteracio-
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112 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA


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nes, paragramas), gramaticales (el paralelismo) y semánticas (la metá- 2. UNA NOVELA POETICA
fora).
En un fragmento que Tynianov recuerda en su libro, Novalis ya
En su novela Heínrich von Ofterdingen, Novalis opone, en tres
afirmaba que la poesía se caracteriza por la naturaleza de las asocia-
ocasiones, a dos especies de hombre 1 . La primera vez es Heinrich quien
ciones (ya no causales) que vinculan a sus unidades; y, en otro frag-
lo hace en medio de una conversación con los comerciantes que lo
mento, reemplazaba la motivación ..vertical» por una motivación "ho-
acompañan en su viaje; la oposición tiene que ver, más precisamente,
rizontal": "La poesía eleva a cada elemento aislado, a través de una
con
conexión particular, al resto del conjunto". Incluso, A. W. Schlegel es-
tableció, en una página de la Kunstlehre, la transición que, al igual que
dos vías para alcanzar el conocimiento de la historia humana.
en Jakobson, hace de la repetición dentro de la continuidad el mejor Una, difícil y sin término, de innumerables caminos, que es la vía de
medio de volver al lenguaje intransitivo y autónomo (lo que se supone la experiencia; la otra, casi de un solo salto, o casi, que es la vía de la
sucede en la poesía). contemplación interior. El que toma la primera vía está obligado a
No tengo otra teoría sintáctica que proponer; insisto solamente en deducir una cosa a partir de las otras, siguiendo una compatibilidad que
señalar que la hipótesis romántica, una vez más, no es sino una hipó- nunca termina; el otro, al contrario, ve de inmediato y conoce rápida e
intuitivamente la naturaleza de todas las cosas y de cada circunstancia,
tesis entre otras posibles. Es bastante sorprendente constatar hasta qué las cuales él puede examinar a partir de entonces en la viva diversidad
punto la doctrina romántica domina la producción actual de "poéticas" de su encadenamiento, comparándolas entre sí tan fácilmente como
(aunque el punto de partida romántico esté olvidado). Otro signo de ocurre con las figuras de un cuadro.
este predominio (a menos que no sea el mismo) es el rol jugado por
los poetas románticos (en un sentido amplio) en la elaboración de La segunda vez es el propio autor quien toma la palabra. Nos
nuestra imagen de la poesía: piénsese en el lugar que ocupa (en Fran- encontramos al comienzo del capítulo 6. Este es el retrato del primer
cia) Baudelaire en los análisis contemporáneos de poesía. Sin embargo, tipo de hombre:
no se trata, después de todo, sino de una doctrina históricamente deter-
minada y limitada (como lo recordaba recientemente Gérard Genette Los hombres de acción, aquellos que nacieron para los negocios, no
sabrían comenzar temprano a estudiarse a sí mismos ( ... ) no les es
en Mimoloqiques), y no, necesariamente, de una evidencia eterna u
posible entregarse a reflexiones silenciosas, a las invitaciones del
objetiva. El .. postulado de la correlación del plano de la expresión y del pensamiento meditativo. Su espíritu no sabe replegarse en sí mismo y
plano del contenido que define la especificidad de la semiótica poética" su alma no sabe ser contemplativa; al contrario, les es necesario abrirse
(A.]. Greimas) se distingue de otros posibles postulados por su origen incesantemente al mundo exterior y poner todo su fervor, su ingenio
romántico, no por su superioridad científica. Volvamos a la hipótesis y eficacia al servicio de la inteligencia. Ellos son los héroes, alrededor
de quienes confluyen y se presentan los acontecimientos que esperan
según la cual la sola semejanza gobierna a la poesía; esta hipótesis
ser dirigidos y realizados. Estos hombres tienen el pcxler de transformar
reposa sobre una primera idea, a saber, que los diferentes planos de en hechos históricos todos los caprichos del azar, y su vida es una
un poema se parecen en su organización ----ciertamente se trata de la cadena ininterrumpida de acontecimientos al mismo tiempo singulares
semejanza al cuadrado, de la analogía fundada sobre la analogía- y y complejos, resaltantes, esplendorosos y memorables.
es precisamente su postulado implícito de coherencia, sin duda una
toma de partido desde el punto de vista filosófico, lo que quizás debería Esta es ahora la descripción de los segundos.
comenzar a interrogarse. ¿Y si el texto poético no fuera coherente,
armónico, unitario y repetitivo? ¿Y si la relación entre las partes fuera No sucede lo mismo con esos seres recogidos, tranquilos y desconoci-
dos, para quienes el mundo es interior, la acción contemplativa, y la
otra y no solamente una analogía imperfecta, sazonada con diferencias
vida un secreto y discreto crecimiento de fuerzas interiores. Ninguna
e incluso con contrastes, sino simplemente otra? impaciencia los empuja hacia el exterior. Poseer en silencio les es
Demoremos, por ahora, la formulación de la pregunta. suficiente, y si la inmensa escena del mundo exterior no les inspira
ningún deseo de intervenir en ella, es porque ellos encuentran el
114 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA 115

espectáculo lo suficientemente maravilloso e instmctivo para pasar el adivina a través de breves observaciones que hay en los borradores de
tiempo contemplándolo. ( ... ) Los acontecimientos muy importantes o Heinrich von Ofterdingen. ceNo hay transición propiamente histórica al
muy diversos no harían sino perturbar a estos hombres. Su única
pertenencia es una existencia simple, y les es suficiente una buena pasar a la segunda parte", escribe, y añade: sólo hay la "Disposición y
cantidad de libros y relatos para conocer todo lo que ocurre en el la coherencia poética de Heinrich·. Una coherencia y una continuidad
mundo y todo lo que contiene. ( ... ) A cada paso ellos realizan por sí poéticas, no históricas. Su amigo Tieck es más explícito en la noticia
mismos los descubrimientos más sorprendentes sobre la esencia y la que coloca al final de la novela, tal como la describiera Novalis:
significación del mundo. Estos hombres son los poetas ...
Le importaba poco, en efecto, describir cualquier episodio, tomar a la
En fin, la tercera vez es Klingsohr quien evoca rápidamente el mismo poesía (identificada como el tema central del libro) bajo un solo aspecto
contraste y se contenta con marcar la perfecta simetría entre los dos e ilustrarla a través de historias y personajes: él esperaba, al contrario,
así como lo indica netamente el último capítulo de la primera parte (de
tipos de hombre: los héroes puros, dice, "son la figura más noble hecho el antepenúltimo), expresar la esencia misma de la poesía y sacar
opuesta al poeta, su contra-imagen y su gemelO>•. En el momento de a la luz su propósito más profundo. ( ... ) La naturaleza, la historia, la
establecer otra comparación, Novalis señala que si la poesía puede guerra o la vida ordinaria con todas sus banalidades se transforman y
despertar al heroísmo, lo inverso jamás es verdad. se vuelven poesía ...
Se podría esquematizar así esta oposición, para recordarla mejor:
Un género histórico, o narrativo, evocado como hueco tanto por Tieck
como por Novalis, se opone a otro género, el poético.
HEROE POETAS Evidentemente es muy tentador asimilar las dos oposiciones. No-
Experiencia Contemplación valis mismo hace mucho más que invitarnos a ello. No solamente por-
Acción Reflexión que él llame ccpoetas, a los hombres y upoéticOS» a los textos, sino tam-
Las cosas del mundo La esencia y significación del bién porque la segunda (y más larga) evocación de las dos especies de
mundo hombre desemboca en la siguiente constatación: ccPor su naturaleza
Eventos asombrosos y La simple existencia profunda Heinrich había nacido poeta". Heinrich van Ojierdingen, his-
memorables toria de la vida de un poeta, y no de un héroe, encarna a la vez al
Implicación de la persona en sí Interés por el espectáculo del género y al hombre poéticos.
mundo El lector de hoy no puede evitar extrañarse de la discordancia que
El cuerpo El alma ve entre lo que expresa el título, Heinrich van Ofterdingen, una novela,
Aprendizaje paulatino en el Conocimiento inmediato y el carácter tan poco novelesco de las páginas que siguen. Explicaré
tiempo esta impresión basándome en la oposición que hacía Novalis entre los
Paso de una cosa a otra por Aprehensión intuitiva de cada dos tipos de texto: la novela poética, cuyo ejemplo sería el Qfterdingen,
deducción cosa tomada aisladamente y una novela que podríamos llamar así, para oponerla a la primera, la
luego comparada novela narrativa. Por mi parte, estaría tentado a atribuirle a estos dos
Cadena inintem1mpida de Crecimiento de las fuerzas géneros no solamente los rasgos evocados lacónicamente a propósito
acontecimientos interiores ele los textos, sino también aquellos, más abundantes, que caracterizan
Diversidad y singularidad Identidad secreta de las cosas, a los dos tipos de hombres. Incluso veré, en los rasgos genéricos del
del microcosmos y del Qfterdingen, una cierta manera ele calificar el discurso de la poesía, tal
macrocosmos como es practicado desde la época romántica. ¿Pero cómo pasar de las
personas a las clases de textos?
Más que seguir las intuiciones de Novalis, aun teniéndolas presentes,
Ahora bien, Novalis concibe a su propia novela como si perteneciera buscaré explicitar las mías propias. Leo el libro y tengo la impresión de
a una serie que se define, igualmente, por oposición a otra. Esto se que no es del todo una novela como las otras. En seguida me viene
116 LOS GENEROS DEL DISCUR'iO EN TORNO A LA POESIA
117

la idea de calificarla de "poética". Busco entonces los puntos que, en el penetra en una caverna en el seno de la montaña, está encandilado por
texto, me han forjado esta impresión. la luz, sale a la pradera y descubre una flor extraordinaria. Este
Tomándome entonces a mí mismo como un ejemplo de este lector paralelismo debilita para mí aún más la realidad, ya sea ficticia, de las
contemporáneo, trato de anotar todos los detalles que, desde el primer acciones evocadas, o de una realidad ya anulada por el hecho de tratar-
capítulo de la .. novela", me parecen poco "novelescos". La primera acción se de sueños. En la segunda lectur~ descubro nuevos paralelos entre
relatada (en la segunda frase del texto) es que el héroe, el adolescente, una parte de este sueño y el desarrollo global de la historia; lo mismo
"piensa.,: acción poco activa. Por otra parte él no piensa en otra acción ocurre con una parte del sueño precedente de Heinrich (la muerte de
material, sino en lo que dice un Extranjero, y es todo lo que sabremos la amada). El capítulo termina con el final del relato de este sueño.
a propósito de la pasión que siente por una flor azul. Así, en lugar de Resumiendo mi impresión: el relato primero se limita a poca cosa,
una acción de este tipo: ·<el adolescente hace tal cosa", tenemos esta otra: internunpido sin cesar por los segundos relatos; podría transcribirse de
..el adolescente piensa que el Extranjero dijo que la flor azul ha desper- la manera siguiente sin abreviar mucho: Heinrich recuerda, sueña, ha-
tado una pasión.,: la acción propiamente dicha no surge sino en un tercer bla del sueño en general, escucha a su padre hablar. Esta brevedad no
nivel. Lo mismo ocurre con la segunda acción, que es nuevamente un está compensada en los relatos del segundo nivel (los cuales tampoco
recuerdo relacionado con relatos escuchados hace tiempo. dejan de estar intermmpidos a su vez por otros relatos de tercer nivel):
La siguiente acción es: el adolescente sueña e introduce el relato de las acciones que los componen, como las del relato primero, son, en
ese sueño. Recuerdo y sueño tienen en común lo siguiente: desplazan primer lugar, internas, y luego no implican ninguna consecuencia den-
el relato a otro nivel, abren una nueva línea narrativa y con ella misma tro del conjunto de la historia. El paralelismo y la tendencia a la alegoría
suspenden el relato inicial. En ese sueño dos elementos me detienen. terminan creando esta impresión diferente a la que deja comúnmente
Heinrich sueña que él sueña con "hechos indecibles.,: se trata de un una "novela.,.
repliegue que comienza a ser familiar y que interrumpe uno de los rela- Sería fastidioso continuar esta lectura página por página. Pienso que
tos, sin poder aún expresar el otro. El segundo elemento se encuentra son los procedimientos tnismos los que mantienen el clima "poético.,
al final del sueño, y no es verdaderamente resaltante a menos que se a lo largo de esta novela. Trataré entonces de examinar uno por uno
olvide que se está en un sueño: la transformación de la flor azul en un teniendo en cuenta sus otras apariciones. Cuatro tipos de hechos lla-
..dulce rostro". Si no aceptamos lo sobrenatural, debemos buscar un senti- man tni atención: la naturaleza de las acciones; el encastramiento de
do alegórico a estas preguntas: ¿no puede acaso ser metafórica la iden- los relatos, o relatos de segundo grado; los paralelismos; la alegoría.
tidad entre la flor y la mujer? l. Naturaleza de las acciones. Las acciones perceptibles de la pri-
Terminado el sueño, llegamos a una nueva acción cuyo carácter no mera parte de Heinrích von O.fterdingen, las cuales no están asutnidas
es más activo que en el caso anterior: el adolescente (Heinrich) y su por un narrador secundario, pueden ser enumeradas así: Heinrich parte
padre entablan un debate abstracto sobre la naturaleza del sueño. Ni su de viaje y llega a su destino sin encontrar ningún obstáculo; en el lugar
existencia como acción ni el contenido de esta conversación influyen en se enamora de Mathilde, que también le ama. Eso es todo, y estaremos
el desarrollo del relato. El sueño está allí considerado como un medio de acuerdo en afirmar que no es mucho para las 124 páginas del texto.
de comunicación: se comunica entonces acerca de la comunicación mis- Estas acciones son poco numerosas y, además, no tienen nada de extra-
ma. Y se evocan los sueños de otras personas sin siquiera precisar su ordinario, no son acontecimientos "resaltantes y memorables", para ha-
contenido: Heinrich cuenta que el capellán ha relatado un sueño. blar como Novalis; la calidad no compensa la cantidad.
A su vez, el padre cuenta recuerdos relacionados con el encuentro Pero hice, para llegar a esta cuenta, varias restricciones: retuve
con un anciano durante el cual se establece una conversación cuyo tema solamente las acciones perceptibles, contadas presumible y directa-
era la poesía. Así, el padre le cuenta que el viejo le contó que los poetas mente por el autor. En efecto, en ciertos relatos encastrados se en-
cuentan... En seguida evoca un sueño, de hace veinte años; esta vez cuentran mucho más acciones perceptibles: igualmente en los cuentos
quedó impactado, desde la primera lectura, al igual que Heinrich, por relatados por los comerciantes, o en las palabras de Soulima, del
el parecido de este sueño con el suyo: tanto aquí como allá el soñador tninero y el ennitaño; dejemos por ahora de lado el efecto ejercido por
EN TORNO A LA POESIA
LOS GENEROS DEL DISCURSO 119
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el encastramiento. En el relato asumido por el autor hay bastantes mayoría de los diálogos del Ojterdingen. Ya vimos cómo el padre y el
acciones distintas; pero, como sugería Novalis, uno estaría tentado a hijo conversaban acerca del sueño en general; Heinrich y los nego-
calificarlas de "reflexiones''· Estas son, a su manera, acciones en segun- ciantes, acerca de las vías por las cuales uno accede al conocimiento
do grado: no porque estén relatadas por un segundo narrador, sino de la historia. Otra conversación de los mismos protagonistas compara
porque no pueden tener lugar sino como reacción a otra acción nece- la pintura, la música y la poesía, lo mismo que en una conversación
sariamente anterior: "recordar", "ret1exionar", o "pensar"; pero esto equi- entre Heinrich y Klingsohr. En el capítulo 4 se habla de la religión; en
vale a nombrar la principal actividad de Heinrich. El interés que él el quinto, de las riquezas que se han escapado al corazón de la tierra
posee por el "espectáculo del mundo, domina de lejos su propia parti- y de los inconvenientes de la soledad. Incluso entre Heinrich y Ma-
cipación en el desarrollo de los hechos. thilde, la conversación versa más sobre el amor en general que sobre
Otra actividad muy apreciada por los personajes del libro es "hablar" el sentimiento que los une: más que los "asuntos.. amorosos, lo que les
(«los relatos y los libros, ocupan gran parte de su tiempo); pero se trata interesa es la "esencia.. del amor.
de una acción perceptible. Falta todavía precisar la naturaleza de las Estas acciones interiores (reflexiones) o abstractas (los debates)
palabras enunciadas aquí y su lugar en el seno de la variedad de las neutralizan incluso los raros momentos de acción en el sentido más es-
conversaciones. Hablar es, en verdad, una acción de primer grado, en tricto de la palabra. Así ocurre con el encuentro entre Heinrich y
el sentido en el que acabamos de emplear el tém1ino; pero entonces Mathilde; o entre el minero y los acompañantes del ermitaño. Al menos
se tiene en cuenta el acto mismo de hablar y no de lo que se comunica: una vez, podemos suponer que nos encontramos en una situación
para que Sherezade sobreviva es necesario que ella hable, cierto, aun- digna de una novela negra (gótica): visita nocturna a gmtas, descubri-
que poco importe lo que diga. Pero este aspecto ele la palabra no está miento de esqueletos de origen desconocido, canto subterráneo. Se
valorizado en la novela de Novalis: ninguna atención particular recae descubre una segunda cueva, en la cual un hombre permanece senta-
sobre el hecho mismo de que los personajes hablen. do. ¿Qué sucede entonces? Eltninero y el ermitaño se concentran en
Sin embargo, una palabra exclusivamente transitiva aún no es uno de los debates más abstractos sobre el interés de la vida en la
contraria al espíritu novelesco. Es suficiente con pensar en ese proce- sociedad. En forma distinta, las abundantes reflexiones que acompañan
dimiento familiar de la novela picaresca que consiste en encadenar la más núnima acción (por ejemplo la partida de Heinrich) juegan el
(encastrar) una historia en otra: si la palabra en sí no es, en sentido tnismo rol neutralizante.
estricto, una acción, su contenido sí puede ser un relato de acciones. Poco "novelescas.. , las acciones del Qfterdingen producen un efecto
Pero, salvo algunas excepciones señaladas, este no es el caso de las parecido por la manera como ellas se encadenan entre sí. Los sistemas
palabras que intercambian los personajes de Heinrich von Ojterdingen. causales más poderosos que se observan en una novela son de dos
De hecho, sus palabras se pueden clasificar dentro de dos categorías tipos: o un acontecimiento provoca otro eel caso del relato clásico de
principales. Por una parte, los poemas, dichos o cantados. En el capí- aventuras), o la nueva acción colabora con el descubrimiento de una
tulo 3, el futuro poeta es primero atrapado por «Un irresistible deseo de verdad escondida. Ninguna de esas dos formas de causalidad está re-
escribir algunas palabras en el papel"; más tarde, delante de su suegro, presentada en nuestro libro; no se ve ningún secreto y la causalidad
entona un canto de 88 versos. En el cuarto capítulo, se escucha primero de los eventos se limita a la de este tipo: partida-viaje-llegada. Otra
el «Canto ele los Cmzados .. , en seguida el "canto sutil y envol-vente de forma de la causalidad es la de la novela psicológica: todas las acciones
una voz de mujer... En el siguiente capítulo, el minero canta dos veces, e
contribuyen a la composición de un carácter un poco opuestamente
el ermitaño una. En el capítulo 6, primero canta Sch-waning, luego a los Caracteres de La Bmyere, en los cuales un carácter produce una
Klingsohr. En sus proyectos sobre la segunda parte, Novalis anotaba: serie de acciones que lo ilustran). Pero no puede decirse que Heinrich
«Un poema como introducción y conclusión y títulos en cada capítulo. sea un carácter, y el arte de la motivación es completamente extraño
Entre cada capítulo la poesía habla". en Novalis. Finalmente, tampoco encontramos en su novela esa causa-
Frecuentemente se encuentra un segundo tipo de conversación, lidad que había denominado «ideológica.. y que consiste en que todas
aquella en la cual el sujeto es general; este es el caso incluso de la las acciones sean engendradas por una ley abstracta, por ejemplo una
LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
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concepción de la naturaleza moral del hombre, como sucede más o al interior de éstos, los distingue de los relatos tradicionales, esto no
menos en la misma época en Adolphe de Constant. impide constatar que la disonancia en relación al relato primero vuelve
No obstante, los distintos acontecimientos referidos en el Qfterdin- a los eventos relatados menos cautivadores, introduciendo así una dis-
gen no están desprovistos de relaciones recíprocas. Como ocurre un tancia suplementaria entre ellos y el lector.
poco en la novela psicológica, ellos todos contribuyen a la formación 3. Paralelismo. La tendencia a la semejanza o a la identificación rige
de Heinrich: no de su carácter sino de su espíritu. Cada encuentro las relaciones de muchos elementos de la novela. En su «Nota, Tieck
sucesivo le hace descubrir una parte de la humanidad o del mundo y resumía así este rasgo: ,Todas las diferencias están aquí resaltadas, por
enriquece su mundo interior. Por otra parte, lo mejor sería recordar las lo cual las épocas parecen separarse y los mundos oponerse con
palabras de Novalis: la vida de Heinrich es un "secreto y discreto hostilidad". El principal paralelismo es el que hay entre las dos partes;
crecimiento de las fuerzas interiores". ,Todo lo que veía, todo lo que como la segunda parte jamás fue escrita, hay que darle nuevamente la
escuchaba, parece, no era sino para, dentro de él mismo, abrirle una palabra a Tieck: ·Esta segunda parte se llama La realización, así como
nueva ventana". Un fragmento lo dice aún más fehacientemente: "En la primera tenía por título La espera, pues uno debía ver aquí el des-
Heinrich, finalmente, hay una descripción exhaustiva de la transfigu- enlace y la realización de todo lo que, en la otra parte, se adivinaba
ración interior del fondo del alma (innem Verklarung des Gemüts)". La y presentía". Heinrich habría así «revivido, pero sobre un plano nuevo
transformación constitutiva del relato está bien presente; pero lo que y mucho más amplio que en la primera parte, su experiencia de la
se transfon11a es únicamente el Gemüt; y esta transformación se traduce naturaleza, de la vida y de la muerte, de la guerra, del Oriente, de la
entera en acontecimientos interiores, de los cuales Novalis hace más historia y la poesía".
que un relato, su descripción exhaustiva. Este paralelismo general se multiplica de muchas maneras. Ya vimos
2. Los encastramientos. Evidentemente, éstos no tienen la misma la semejanza de los sueños del padre y el hijo; Tieck revela también
función en Novalis y en Don Quijote; podemos decir, si tenemos en que, al principio de la segunda parte, «el jardinero con quien Heinrich
cuenta todo su conjunto, que ellos son excepcionalmente narrativos. conversa es el mismo viejo que había recibido antes al padre de 1-Iein-
La mayoría de las veces, ya lo vimos, son cantos o reflexiones abstractas rich". Cuando encuentra a Mathilde, Heinrich se dice: "¿No es exacta-
que se encuentran encastradas. A menudo, Novalis dice que ha habido mente igual a 1ni sueño, a la visión de la Flor Azul?''· La identificación
relato pero sin precisar el contenido: así ocurre en el primer capítulo, entre los personajes está muy marcada en Novalis, quien anota en uno
en las palabras del Extranjero o en el sueño del capellán. Además, él de los planes para la segunda parte: «Klingsohr es el monarca de la
se lünita a las frases del tipo: «Un día escuché lo que se cuenta desde Atlántida. La Madre de Heinrich es la Imaginación; su padre, el Senti-
hace tiempo"; «Si tenía una idea acerca del mundo era por los relatos do. Schwaning es la luna, el rey, y el coleccionista de antigüedades es
que había podido escuchar,; "la madre de Heinrich decidió entretenerlo el Minero y también el Hierro. ( ... ) El emperador Friedrich es Arctur".
con la vida jovial que se vivía en Suabia, contándole así mil cosas de Mathilde es también Cyané, y al mismo tiempo es Soulima (también la
ese lugar,; «la conversación versaba sobre la guerra, evocando el recuer- poesía, la Flor Azul y Edda), y la joven, escribe Novalis, «es una trinidad
do de las aventuras de antes", etc. Novalis está más atento a la represen- (dreieiniges Madchen)". Ellas son, como decía él, las ·figuras de un cua-
tación de la enunciación que a la reproducción del enunciado. Tome- dro", a las que estamos invitados a comparar e incluso a intercambiar.
mos ahora el ejemplo de la primera historia de poetas relatada por los Cuando un relato encastrado se parece al relato que lo contiene, y
negociantes. Estos cuentan que en el transcurso de sus viajes realiza- en consecuencia, la parte al todo, o para hablar como Novalis, cuando
dos, alguien les relató la historia de un poeta, autor de magníficas uno encuentra ·en pequeño la imagen del gran mundo", se tiene que
historias; pero éstas, justamente, llegan a este triple encastratniento sin ver con aquello que hoy llamamos el relato en abismo. Lo que llama
ser referidas. la atención en el Ofterdingen es la abundancia de estas imágenes. Ellas
En cuanto a los encastramientos propiamente narrativos (el segundo son, aquí, de dos tipos: las unas hablan del arte y de la poesía en
relato de los negociantes, las relaciones de Soulima, del minero, del er- general (del código), las otras, de este libro en particular (del mensaje).
mitaño, el cuento de Klingsohr), incluso dejando de lado todo lo que, No hay por qué sorprenderse de las primeras: Tieck se refirió al
122 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA 123

proyecto de Novalis de escribir otras novelas para tratar otros temas, uya conocido, se ha generalizado. ccHeinrich tuvo la impresión, cuando
.. así como hizo con la poesía en Qfterdingen,; el personaje principal del el viejo se calló, de haber escuchado antes ese canto". ·Heinrich ex-
libro es con toda cetteza un poeta. Los negociantes, el ermitaño, perimentó el sentitniento de haberlo ya visto y tenía la impresión de
Heinrich, y sobre todo Klingsohr, sostienen conversaciones bastante estar atravesando el pórtico del palacio interior y secreto de la tierra,
profundas acerca de la poesía; ya se vio además que, incluso hablando (la traducción francesa fuerza aquí un poco el sentido) [N. del A.]. El
de los diferentes tipos de hombre, no se abandonaba el tema. La puesta mismo sentitniento en relación a Klingsohr se explica, al menos
en abismo de la novela en sí se repite igualmente en muchas ocasiones; parcialmente, por la familiaridad de Heinrich con el libro del ertnitaño:
ya la encontramos, al menos parcialmente, en los sueños del comienzo; las diferentes formas del paralelismo se motivan mutuamente.
las fusiones de los personajes nos revelan otras: el cuento que ocupa 4. La alegoría. La tendencia a la alegoría, es decir, la presión ejercida
el tercer capítulo es una imagen reducida de la totalidad, pues sobre el lector para que éste no se atenga al sentido literal de las
Klingsohr es el rey de la Atlántida, y Heinrich es el poeta que se casa palabras que lee sino que busque una segunda significación, era cons-
con su hija. Igualmente ocurre con el cuento del propio Klingsohr. Los ciente en Novalis; en sus borradores hablaba de un «territorio alegóri-
Fragmentos concernientes al libro anuncian otros reflejos no realizados co", de ccpersonajes alegóriCOS»; Tieck en su •NOta» evocaba la «natura-
..la historia de la novela en sí misma" ...Ella le relata a Heinrich la propia leza alegórica, y concluía diciendo: "Todo converge y se funde en una
historia de él mismo". alegoría". A tal punto que Novalis escribió una especie de precaución:
Pero la puesta en abismo más acabada y espectacular es la del ..Pero no tan alegórico".
quinto capítulo, en la cual Heinrich descubre su propia historia en un Por otra parte, la alegoría se impone de una manera subyacente en
libro que pertenece al ennitaño. El no comprende la lengua, es verdad, el cuento de Klingsohr. Ella está marcada por varios índices. Uno, evi-
pero puede deducir el relato de las ilustraciones; la semejanza es dente, es la escogencia de los nombres propios: como en las personi-
..completa, sorprendente"; ve incluso una "miniatura en la que reconoce ficaciones alegóricas, los personajes se llaman Eros, Scribe, Fable,
la caverna y, a su lado, al viejo minero y al ermitaño••: casi se ve mirando Aurore, Soleil, Lune, Or, Zinc y así sucesivamente. El otro, más difuso,
la imagen donde se ve la imagen, etc. La única diferencia es temporal: reside en la dificultad misma de comprender el encadenatniento del
..todos llevaban puestos otros trajes que parecían de otra época". El cuento si uno se atiene únicamente al sentido literal. Lo sobrenatural
ermitaño agrega que . es una novela acerca del destino fabuloso de un (la incoherencia paradigmática) y la extravagancia de los encadena-
poeta, en el cual el genio poético está representado en la diversidad tnientos (la incoherencia sintagmática) juegan aquí el rol de índices de
de sus formas y altamente exaltado". El paralelo se vuelve verdadera- la alegoría y nos obligan, desde el punto de vista de la interpretación,
mente cautivador cuando, conociendo el destino de Heinrich van a tomar una vía independiente de la continuidad semántica principal.
Qfterdingen, nos enteramos de que ..falta el final en el manuscrito". Me parece que a esta altura podemos considerar como establecida
Al lado de estas repeticiones y estos desdoblamientos que descubre la continuidad de dos oposiciones: la de los géneros y la de los nom-
el lector, existen otros distintos que simplemente dependen de la bres. Resta preguntarnos si el término "poética, es justo o, desde otro
manera como los personajes perciben el mundo que los rodea. Sus punto de vista, cuál es la razón textual de la presencia de todos estos
vidas están llenas de presentimientos; así, la madre prevé que Heinrich procedimientos. Se puede responder de inmediato que ninguno de
encontrará una bella joven en casa de Schwaning; Heinrich, en el ellos, en sí, es específicamente poético, al menos si uno se atiene a sus
momento mismo de dejar su ciudad, tiene el presentimiento del re- descripciones generales; particularmente los encastratnientos y los pa-
corrido completo que le espera, se siente "lleno de deliciosas premo- ralelismos pueden ser fácilmente observados en las novelas más nove-
niciones, después del encuentro con Mathilde; esto es tan contundente lescas (o narrativas). La acción conjunta de las cuatro propiedades tex-
que, independientemente del acontecimiento que se produzca, los tuales (entre otras) es la única en producir esta impresión; ellas se
personajes tienen el presentimiento de ya haberlo vivido: en este determinan mutuamente, nos llevan a realizar determinadas interpreta-
mundo donde el desarrollo temporal perdió su pertinencia, ya no hay ciones y no otras; gracias a su presencia conjunta, ellas conducen a una
más experiencia original, la repetición es inicial y el sentimiento de lo tnisma dirección. La única razón que hace que estos proceditnientos
111
LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
124 125

sean poéticos es aquello que los une. Además, no hay que olvidarlo, en verso. No obstante, la respuesta es mucho menos simple; si se la
lo que allí analizo es mi intuición de lo que es poético y no la idea que quiere formular en términos positivos: ¿si no es el verso, qué es lo
de ello tenía Novalis (al menos que coincidamos ambos, lo cual es pro- poético? Pregunta que se duplica dada la dificultad de responder a la
bable). primera: ¿existe una "poeticidad" transcultural y transhistórica, o somos
Además, no encuentro un denominador único para las cuatro, sino sólo capaces de encontrar respuestas locales, circunscritas en el tiempo
más bien dos. La primera razón de esto es la abolición del reino del y en el espacio?
encadenamiento lógico-temporal de los hechos, su sustitución por el Para debatir este problema quisiera ahora referirme al poema en
orden de las "correspondencias". En Heinrich von Qfterdingen reina lo prosa. La prosa es lo que se opone al verso; una vez desaparecido éste,
contrario de lo que Novalis llamaba "El camino difícil y sin término, el podemos preguntarnos a qué se opone el poema, y a partir de allí,
camino de la experiencia", o "la cadena ininterrumpida de los aconte- remontarnos hasta la definición de lo poético. Podríamos decir que allí
cimientos" que gobierna a la novela de "héroes", a la novela narrativa. tenemos las condiciones experimentales perfectas para buscar las
Este efecto es obtenido particularmente por: a) los paralelismos: la respuestas a nuestras preguntas.
semejanza está del lado de los poetas, la diferencia del lado de los Si el poema en prosa es el lugar ideal para tratar de encontrar una
héroes; b) por el modo como están encadenadas las acciones; e) por respuesta a la cuestión sobre la naturaleza de la "poesía sin verso", hay
las digresiones introducidas por los encastramientos. La segunda razón que comenzar por dirigirse hacia los estudios consagrados a este
es la tendencia a la destrucción de toda representación: mientras una género, y muy particularmente, a la impresionante historia y enciclo-
descripción (inmóvil) del mundo sensible escaparía a los golpes de la pedia del género que es Le Poeme en prose de Baudelaire a nos jours
primera serie de procedimientos, en la actualidad, descripción y [El poema en prosa desde Baudelaire hasta nuestros días] de Suzanne
narración --o sea, toda ficción- están como diluidas, se han vuelto Bernard (París, 1959), para ver si encontramos allí la respuesta. De
transparentes. A esto contribuyen sobre todo los pasajes llenos de hecho, el capítulo "Esthétique du poeme en prose" [«Estética del poema
discusiones generales (asumidas por el autor o por los personajes), los en prosa ..] está completamente dedicado a este problema.
poemas y, por otro lado, la tendencia a lo alegórico. La diferencia aquí S. Bernard encuentra que la esencia del género está perfectamente
se sitúa al nivel del contrato de la lectura establecido entre el lector y representada en su apelación oximorónica.
el texto: la lectura poética posee sus propias reglas, las cuales no im-
plican, como ocurre en el caso de la ficción, la construcción de un Tcxio el complejo conjunto de leyes que presiden la organización de
universo imaginario. este género original se encuentra ya en germen, en potencia, en su sola
denominación: poema en prosa. (.. .) En efecto, el poema en prosa, no
Klingsohr decía: "La poesía es el propio camino del espíritu huma- solamente en su forma sino en su esencia, está fundado en la unión de
no", sin permitir al lado de ella a ningún otro género; pero agrega: "Un los contrarios: prosa y poesía, libertad y rigor, anarquía destructora y
poeta, que sea a la vez un héroe, es con toda certeza un enviado divi- arte organizador.
no", lo cual era una manera de reencontrar la diferencia, revelándose
así los géneros literarios como la proyección textual de la diversidad El autor del poema en prosa "apunta a una perfección estática, a un
de las actitudes tomadas por los hombres en relación a la vida. estado de orden y equilibrio, o si no, a una desorganización anárquica
del universo en cuyo seno pueda surgir otro universo, recrear un
mundo" (pp. 434, 444).
Aún estamos en la definición del poema en prosa, no de la poesía
3. LA POESIA SIN VERSO
sin verso; sin embargo, una observación preliminar se impone, pues
ella concierne a un rasgo característico del discurso de S. Bernard. Una
Este título debe ser leído como una pregunta: ¿eliminado el cosa es afirmar que este género se define por el encuentro de sus
verso, qué queda de la poesía? Desde la Antigüedad, se sabe que el t ·< >ntrarios, y otra decir que él puede estar dirigido, ya sea por un

verso no hace a la poesía, como lo atestiguan los tratados científicos principio o por su contrario (por ejemplo, una tendencia hacia la
LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
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organización o hacia la desorganización). La primera afirmación tiene Si bien estas frases no son perfectamente transparentes, si se desea
un contenido cognoscitivo preciso, y ella puede ser confirmada o des- saber cuáles son las realidades lingüísticas que ellas recubren, apren-
mentida siguiendo un estudio de los ejemplos, como ya lo veremos; demos que esta intemporalidad particular es el dominador común de
la segunda, en cambio, no tiene ninguno: A y no-A recortan el universo dos series de procedimientos. A partir de la primera, se encuentra el
de forma exhaustiva, y decir que un objeto está caracterizado por A o principio que soporta tanto a la rima como al ritmo hasta ahora au-
por no-A, equivale a no decir nada. Ahora bien, S. Bernard pasa sin sentes: se trata de la repetición, la cual "impone una estmctura rítmica
transición de una afirmación a la otra, como se ha podido remarcar en al tiempo real de la obra, (p. 451). En el segundo caso, más que suspen-
los dos gmpos de frases citadas que abren y cierran la primera parte der el tiempo, se lo suprime, ya sea por la yuxtaposición de momentos
de su exposición. diferentes, ya sea por la destrucción de las categorías lógicas (diferen-
Pero volvamos al tema que nos interesa más directamente: la defi- ciación por otra parte rápidamente cuestionada, ya que S. Bernard agre-
nición de la poesía. Después de explicar en qué consiste la ..prosa", el ga subrayando las siguientes palabras: "lo cual viene a ser lo mismo",
realismo, la modernidad, el humor (dejemos todavía de lado esta iden- p. 455). Esta última (o estas últimas) categoría (s) se traduce en el he-
tificación), S. Bernard se dirige hacia la definición del poema. Su primer cho de que "se salte bmtalmente de una idea a otra", que "no haya
y principal rasgo es la unidad: es una ..definición del poema como un transición" (p. 455), que se dispersen
todo, cuyos caracteres esenciales son la unidad y la concentración";
"todo 'trabaja' estéticamente, todo concurre a la impresión total, todo los encadenamientos, las relaciones de ideas, toda coherencia en la
se mantiene indisoluble en este universo poético al mismo tiempo muy descripción, toda secuencia en el relato: los poetas modernos, después
de Rimbaud, se instalan en lo discontinuo para así negar mejor el
unitario y complejo"; es un ..conjunto de relaciones, un universo universo real (p. 456).
altamente organizado" (pp. 439, 441).
Para el lector de hoy estas frases que describen la unidad, la totalidad Dejemos de lado el hecho de que aquí la incoherencia se presenta
y la coherencia son familiares; él está, sin embargo, más acostumbrado como una subdivisión, una especificación de la coherencia, la unidad,
a verlas atribuidas a toda estructura y no al solo poema. Se podría la totalidad (a través de su intermediado: el "presente eterno,). Y
incluso agregar que si toda estmctura no es forzosamente poética, tam- dejemos para más adelante el examen empírico de estas afirmaciones.
poco cada poema está necesariamente estmcturado en el sentido que Ateniéndonos por ahora a la sola definición de lo poético, obtenemos
tiene esta palabra: el ideal de la unidad orgánica es aquel del roman- su equivalente en lo intemporal. Pero los diferentes ..medios" de
ticismo, ¿pero puede calzar allí todo "poema" sin violentar al texto o al producir este estado intemporal --o más bien los diferentes procesos
metatexto, es decir, al vocabulario crítico? Más tarde volveré sobre esto. que pueden abrigar como consecuencia la intemporalidad (las repeti-
S. Bernard percibe que la definición según la unidad es muy general ciones, las incoherencias)- no se reducen sino muy hipotéticamente
(después de todo, ¿la novela no es también "un universo altamente a este único resultado común. La deducción que permite subordinar la
organizado,?); agrega, entonces, un segundo rasgo del poema, el cual, repetición y la incoherencia a la noción de intemporalidad es tan frágil
además de especificar al primero, permite distinguir al género poético como los silogismos a los cuales nos acostumbró el "teatro del absurdo»:
de otros géneros literatios: se trata de una cierta relación con el tiempo, los hombres son mortales, los ratones son mortales, ergo los hombres
más exactamente, de una manera de escapar de su propio dominio. son ratones ... Olvidando los grandes principios de unidad y tempora-
lidad que no nos enseñan nada, sería más pmdente y exacto reformular
El poema se presenta como un bloque, una síntesis indivisible. ( ... )
Llegamos aquí a una exigencia esencial, fundamental del poema: la
de esta otra manera la tesis de S. Bernard: lo poético se traduce unas
condición para que exista como poema es que nos regrese al "presente veces por las repeticiones, y otras veces por las incoherencias verbales.
eterno" del arte de las más largas duraciones, que coagule un devenir Si bien esto es una afirmación justa -ya la verificaremos- no da una
móvil en formas intemporales, reencontrando en esto las exigencias de definición de la poesía.
la forma musical (p. 442). Veamos ahora, para comprobar la validez empírica de estas hipó-
tesis, la práctica misma del poema en prosa, en la cual se está reali-
,
,
.
.

128 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA 129

zando una idea de la poesía. Dos ejemplos, entre los más célebres de expectativas ( ..Le joueur genereux, [..El jugador generoso,]). El don
los autores que cultivaron el poema en prosa, quizás nos ayuden en superior es rechazado ( . Les Dons des fées·· [..Los dones de las hadas,])
este trabajo. y la perfección de una amante conlleva a un crimen ( ..Portraits de
Es natural comenzar con Baudelaire. El no es el "inventor, de esta maitresses,. [..Retratos de queridas,.]). Algunas veces este contraste per-
forma, como hoy bien se sabe (y suponiendo que esta noción de mite oponer el sujeto de la enunciación a sus contemporáneos: estos
inventor tenga algún sentido hoy en día), pero es él quien le da todo profesan el humanismo ingenuo, él cree en cambio que hay que infligir
su rango de nobleza, quien la introduce dentro de la perspectiva de sus el dolor para despertar la dignidad ( ..Assommons les pauvres!, [·A los
contemporáneos y de sus sucesores, quien hace de ella un modelo de pobres ¡matémoslos a palos!"]).
escritura: un género, en el sentido histórico de la palabra; es él quien La segunda figura es la de la ambivalencia. Los dos términos con-
también populariza la expresión misma de upoema en prosa», ya que trarios están aquí presentes, pero ellos caracterizan a un solo y mismo
él la emplea para designar los primeros poemarios de este tipo publi- objeto. Algunas veces, de manera más bien racional, la ambivalencia
cados. La esperanza de encontrar una respuesta a nuestra pregunta se se explica como el contraste entre lo que las cosas son y lo que ellas
cierra cuando se lee, en la dedicatoria del poemario, que él soñó con parecen ser: un gesto presuntamente noble es mezquino ( . La Fausse
..el milagro ele una prosa poética, musical, sin ritmo ni rima,: esta música Monnaie" [. La moneda falsa"], ·<La Corde, [.. La cuerda,]), una cierta ima-
prometida del significado no es sino una variante terminológica de la gen de la mujer es la verdad de otra imagen ( . La Femme sauvage et
upoesía sin verso". la Petite Maitresse" [..La mujer salvaje y la petimetra,]). Pero, la mayoría
La pregunta está entonces bien fonnulada. Sin embargo, la respuesta de las veces, el objeto mismo es doble, tanto en su apariencia como
dada por los textos del poemario es, en cierta medida y al menos a en su esencia: una mujer es a la vez fea y atractiva ( .. un Cheval de race,.
primera vista, decepcionante. Lo que ocurre es que Baudelaire no escri- [.. un caballo de raza,]), ideal e histérica ( ..Laquelle est vraie?, [..¿Cuál es
be verdaderamente poesía sin verso, él no busca simplemente la músi- la verdadera?,]), un hombre ama y al mismo tiempo desea matar (..Le
ca del sentido. Más bien, él escribe poemas-en-prosa, es decir, textos Galant tireur, [..El tirador galante,]) o encarna simultáneamente la cmel-
que, en su principio mismo, explotan el encuentro de los contrarios dad y la aspiración a la belleza ( ..Le Mauvais Vitrier, [..El mal vidriero,]),
(por esta razón se puede pensar que el poemario, cuyo título hizo un cuarto es al mismo tiempo sueño y realidad ( . La Chambre double,.
vacilar tanto a Baudelaire, merece más bien la denominación de Petits [.. E} aposento doble,]). Ciertos lugares y momentos son valorados por
Poemes en prose [Pequeños poemas en prosa] que la de Spleen de París, el mismo hecho de que pueden ser f1g11ras de b ambigüedad: el
a pesar de que ambos títulos en alguna parte sean sinónimos). Todo crepúsculo, lugar de encuentro entre el día y la noche ( ..Le Crépuscule
ocurre como si Baudelaire hubiera extraído la temática y la estmctura du soir,. [..El crepúsculo,], o el puerto, lugar de interpenetración de la
de las nueve décimas de estos textos del nombre, poético-prosaico, del acción y la contemplación ( .. Le Port., [. El puerto,]).
11 ¡

género; o si se prefiere una visión menos nominalista, como si el géne- La tercera y última tlgura de la dualidad, la más abundante, es la
ro lo hubiera atraído sólo en la medida en que éste le permitía encon- antítesis, la yuxtaposición de dos seres, hechos, acciones o reacciones,
trar una forma adecuada (una ..correspondencia,) para una temática de dotados de cualidades contrarias, así como el hombre y la bestia ( .. un
la ambigüedad, del contraste, de la oposición; así, él ilustra muy bien Plaisant" [. Un bromista,]), el hombre y la naturaleza ( .. Le Gateau,. [. El
la definición que S. Bernard da del género. pastel,]), los ricos y los pobres ( ..Les Veuves, [. Las viudas,.], "Les Yeux
Se puede reforzar esta afirmación recordando, primero, las diferen- des pauvres, [·<Los ojos de los pobres,.]), la alegría y la tristeza ( .. Le Vieux
tes figuras de la exploración de la ambigüedad. Ellas son tres. La Saltimbanque, [..E} viejo saltimbanqui,]), la muchedumbre y la soledad
primera amerita el nombre de inverosimilitud (Baudelaire mismo habla ("Les Poules, [..Las multitudes,], .. La Solitude, [.. La soledad,]), la vida y la
de ·bizarrería,.): un solo hecho es descrito, pero cuadra tan mal con muerte ( ..Le Tir et le Cimetiere, [..El tiro y el cementerio,.]), el tiempo y
nuestras costumbres cotidianas que no podemos evitar compararlo con la eternidad ( ..L'Horloge,. [. El reloj"]), lo terrestre y lo celeste ( ..L'Etranger,
los hechos y eventos .. normales". Mlle. Bistouri es la chica más extraña H~I cxtLmjero,]). Más aún, al igual que las cosas inverosímiles, dos
del mundo, y el diablo es de una generosidad que rebasa todas nuestras rl'accionl's contrarias ante un mismo hecho estarán colocadas frente a
LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
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frente, siendo una, a menudo, la reacción de la mayoría, la otra, la del de la agitada muchedumbre••. Textos enteros están constnlidos sobre
poeta: alegría y decepción (DejaJ[¡Ya!]), felicidad e infortunio («Le Désir simetrías perfectas: así, ceLa Chambre double·· se compone de diecinue-
de peindre, [«El deseo de pintafn]), el odio y el amor («Les Yeux des ve párrafos, nueve son relativos al sueño, nueve a la realidad, separa-
pauvres,), el rechazo y la aceptación (<eLes Tentations, [eLas tentacio- dos por un párrafo que comienza por ccpero••. Igual sucede con ccLe Fou
nes,]), la admiración y el miedo (ceLe Confiteor de l'artiste, [ccEl confitelor et la Vénus,: tres párrafos se referirán a la alegría, tres al dolor, y un
del artista,]), y así sucesivamente. séptimo en el medio que dice: ccSin embargo, en esta alegría universal,
Esta yuxtaposición antitética puede ser vivida, a su vez, de manera percibí un ser afligido··· Más que teorizar, la dedicatoria misma del
trágica o feliz: incluso aquellos que son semejantes se rechazan entre poemario ilustra este encuentro constante de los contrarios, a través del
sí (ceLe Désespoir de la vieille, [ceLa desesperación de la vieja,]): un desplazamiento, en el seno de una misma frase, de la forma poética al
segundo hijo «tan parecido al primero que se podría haber creído que tema de la gran ciudad, ambos considerados por Baudelaire como el
era su hermano gemelo", entabla con el otro una "guerra perfectamente rasgo constitutivo del poema en prosa.
fratricida, (ceLe Gateau,). Pero, por otro lado, el niño rico y el niño pobre, La regularidad de estos contrastes es tal que se llega a olvidar que
aunque están separados por "barrotes simbólicos", se reencuentran gra- se trata de contrastes, de contradicciones, de desgarramientos quizás
cias a sus dientes "igualmente blancos, («Le Joujou du pauvre, [ccEl jugue- trágicos. En Baudelaire la antítesis está recubierta de un sistema de
te del pobre,]). Luego de atacar brutalmente a un viejo mendigo y luego correspondencias, y esto no solamente porque el poema en prosa oxi-
de que éste hace lo mismo, el "YO" puede declarar: cc¡Señor, usted es mi morónico corresponde perfectamente a las contradicciones que él debe
igual!·· (<Assommons les pauvres!,). Y, aunque el sueño se opone a la evocar. Cualquiera que sea el objeto o el sentimiento descrito, el poema
realidad, aquél puede volverse tan real como ésta (eLes Projets·· [«Los termina integrándose en una pluralidad de ecos, igual a esta mujer,
proyectos••], ceLes Penetres, [ceLas ventanas••]). "alegórica Dalia", para quien, en ccL'Invitation au voyage, [«Invitación al
Esta dualidad constante no solamente se la encuentra en la compo- viaje,], el poeta sueña con encontrarle un país que le calce y se le
sición general o en la estructura temática. Ya señalamos cuántos títulos parezca: cc¿No estarás dentro del marco de tu analogía, y no podrías re-
estaban hechos a partir de estas yuxtaposiciones contrastantes: ceLe Fou flejarte, para hablar como los místicos, en tu propia correspondencíd!··.
et la Vénus·· [ccElloco y la Venus,], ceLe Chien et le Placan· [ccEl perro y Admiremos la multiplicación de las semejanzas: la analogía en cuatro
el frasco,), ccLa Femme sauvage et la Petite Maitresse••, ceLa Soupe et les tém1inos (la mujer es al país lo que el retrato al cuadro) se encuentra
Nuages·· [ccLa sopa y las nubes··], ceLe Tir et le Cimetiere·· [ccEl tiro y el reforzada por una similitud entre los objetos contiguos: el cuadro debe
cementerio,]. Otros poemas se refieren explícitamente a la dualidad (sin parecerse al retrato, y el país a la mujer; esto sin olvidar que el retra-
mencionar aquéllos que incluso la descubren en objetos como el puer- to es de la mujer, que él es su fiel imagen (no falta sino la semejan-
to y el crepúsculo; tal como sucede en "La Chambre double·· [ccEl za directa entre el cuadro de la pintura y el país). Tal correspondencia
aposento doble,], ccLaquelle est la vraie?·· [cc¿Cuál es la verdadera?··], ceLe superlativa no es excepcional en el universo poético de Baudelaire, ya
Miroir, [ccEl espejo·]. Las frases mismas a menudo se balancean entre dos esté escrito en verso o en prosa, y sin duda ella constituye una bue-
términos contrarios: "deliciosa y execrable mujer··, "tantos placeres, tan- na ilustración de lo que S. Bernard llamaba un "conjunto de relaciones,
tos dolores·· (cele Galant Tireur•• [ccEl tirador galante··D, "paquete de un universo altamente organizado··· En todo caso, es precisamente la
excrementos·· y "delicados perfumes·· (cele Chien et le Placan·.). O estas confrontación de los contrarios lo que configura la unidad del poema-
frases sucesivas de eLe Vieux Saltimbanque••: "En todas partes la alegría, río de Baudelaire.
las ganas, la intemperancia; por todas partes la certeza del pan para el La relación entre poema-en-prosa, por una parte, y contraste temá-
día siguiente; por todos lados la frenética explosión de la vitalidad. Aquí tico por otra, no se limita a esta sola semejanza de estn1ctura. Se sabe
la miseria absoluta, la miseria disfrazada, para colmo del horror, con que hay una gran cantidad de poemas que tienen como objeto el
11 cómicos harapos ... ••. O estas otras frases en ceLes Foules••: «Multitud, sole- trabajo del poeta, agregando así a la similitud la relación de participa-
dad: términos iguales y reversibles para el poeta activo y fecundo. ción: ceLe Confiteor de l'artiste••, ceLe Chien et le Flacon", ceLes Foules··, ccLe
Quien no sabe poblar su soledad, no sabe tampoco estar solo en medio Vicux Saltimbanque.. , eLes Tentations", ceLe Désir de peindre", ccPette
1

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LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
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d'auréole" [«Pérdida de aureola,] y otros más. Pero lo más resaltante es símbolo del contenido y la forma en arte prolongándose estos últimos,
que el contraste evocado se compone precisamente de lo "prosaico, y a su vez y de manera ideal, en lo prosaico y lo poético. ¿Acaso puede
lo "poético" ~ntendidos esta vez no como categorías literarias sino uno soñar mejor símbolo del propio poema en prosa que el tirso?
como dimensiones de la vida y el mundo. ¿No es un poeta aquel que Esta es la unidad de Petits Poemes en prose de Baudelaire; también
sueña con las nubes, mientras los otros buscan traerlo a la tierra, más esta es la idea que ellos nos transmiten acerca de la poesía. Como se
cerca de la sopa prosaica («La Supe et les Nuages", "L'Etranger·Y ¿Vivir ve, esta idea no tiene nada de sorprendente: lo poético aquí no es visto
como poeta no es vivir en la ilusión? («Si bien soy poeta, no soy tan sino en su unión contradictoria con la prosa, y él no es más que un
tonto como usted quisiera", "La Femme sauvage et la Petite Maitresse•.)? sinónimo del sueño, de lo ideal, de lo espiritual -uno quisiera decir,
¿No es vivir como esos vagabundos despreocupados, liberados de toda sin caer en lo tautológico, de lo poético. Si seguimos entonces al propio
atadura material que admira el joven cuyo enunciador ~1 poeta- Baudelaire, lo poético es puramente una categoría temática, a la cual
dice: ·Tuve un instante la rara idea que podía tener un hermano desco- se agrega la exigencia de la brevedad. Por otra parte, el texto que puede
nocido, («Les Vocations, [..Las vocaciones,])? ¿El "horrible fardo, de la ser tanto narrativo como descriptivo, abstracto o concreto, debe, para
vida no se opone precisamente a la embriaguez .. del vino, de la poesía ser poético, ser breve; esta regla de Poe fue percibida por Baudelaire
y la virtud, (..Enivrezvous, [..Embriagaos!,])? ¿Y no es a la prosa de la vida como un rasgo constitutivo del género (.. nosotros podemos cortar
a la cual consagramos todo el día, esperando, en medio de la noche, donde deseemos; yo mi ensoñación, usted, el manuscrito, el lector su
poder equilibrarla con una actividad propiamente poética?: .. ¡Señor! lectura, ya que no se suspende la irreductible voluntad de aquel que
concédeme la gracia de poder producir algunos bellos versos que me se encuentra en el extremo del hilo interminable de una intriga
pmeben a mí mismo que no soy el último de los hombres, ( ..A une superflua", decía la dedicatoria del poemario). El poema es breve; lo
heure du matin" [. A la una de la madmgada ..]). poético es aéreo; esto sería todo si no fuera por el ..trabajo, de las
El poema en prosa afirma esta continuidad del plano temático y correspondencias ya señalado, y que se encuentra no sólo en Les Petits
formal de un modo más fuerte que otros: es "Le Thryrse" [..El tirso,]. El Poemes en prose sino en Les Fleurs du mal [Las flores del ma~.
tirso es un objeto, un bastón utilizado en las ceremonias religiosas. Esta Baudelaire ilustraría, con este último rasgo, la primera hipótesis de S.
dualidad, aunque es bien conocida, es el punto de partida del texto, Bernard, aquella que identifica lo poético con una sumisión al principio
en el cual el tirso es descrito, primero, ..según el sentido moral y poé- de la semejanza.
tico", luego, "físicamente". Así, el tirso es un objeto ambiguo, como el Pero tomemos un segundo ejemplo, lo más cercano posible a
puerto y el crepúsculo, ya que es poético y espiritual por un lado, y Baudelaire, tanto histórica como estéticamente: Les Jlluminations de
prosaico y material por otro. En seguida se suma una segunda antítesis, Rimbaud. Con toda certeza estos textos están escritos en prosa, pero
la de la línea recta y la del arabesco. Luego, como si la relación con al mismo tiempo nadie pone en cuestión su carácter poético; aunque
la poesía y el arte no fuera lo suficientemente clara, como si la analogía el propio Rimbaud no los llame "poemas en prosa", los lectores sí lo
estmctural no bastara, sigue una ecuación directa: el tirso es el trabajo hacen, y ello nos es suficiente para considerarlos pertinentes para
del propio artista. nuestro debate.
Comencemos por una constatación negativa: la escritura rimbaldia-
El tirso es la representación de vuestra sorprendente ambigüedad, na no está regida por el principio de la semejanza que podríamos
maestro grande y venerado [el texto está dedicado a Liszt].
Línea recta y arabesco, intención y expresión; rigor de la voluntad,
observar en Baudelaire. La metáfora, el tropo más importante en éste,
sinuosidad del verbo; unidad del fin, variedad de los medios; amalga- se encuentra aquí casi completamente ausente. Las comparaciones,
ma todopoderosa e indivisible del genio, ¿qué análisis tendrá el detes- cuando las hay, no ponen en evidencia ninguna similitud: son compa-
table coraje de dividirte y separarte? raciones absolutamente inmotivadas. "La mar de la noche, como los
senos de Amélie" (..Veillées III" [·Noches III,]): pero nosotros ignoramos
Material y espiritual, en un primer momento el tirso participa de la todo acerca de Amélie, y no sabremos entonces jamás cómo es la mar
prosa y de la poesía; fusión de la recta y los arabescos, ahora es el de la noche. «Es tan fácil como una frase musical" ( . Guerre" [«Guerra ..]):
134 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESJA
135

pero, hasta donde se sabe, la frase musical no es una encamación de fondo del estanque .. ( ..Soir historique .. [..La noche histórica,]); la meta-
la simpleza y, además, el texto que precede esta comparación y que morfosis está motivada en «Apres le déluge.. [·Después del diluvio..]:
supuestamente ella debe aclarar está muy lejos también de ser simple. "arriba, el mar escalonado como en los grabados". Me parece que la
"Sabiduria tan despreciable como el caos .. «Vies J.. [..Vidas I··D: he aquí metonimia es aún la responsable de expresiones como «las hierbas de
dos contrarios unidos por el desdén que ellos suscitan. ..orgullo más acero.. (..Mystique" [..Místico..]), "los ojos ... tricolor.. (.. Parade" [·Desfile ..]),
indulgente que las caridades perdidas.. (·Génie" [·Genio,]): aún dos «llanuras picantes" (·.Yies J.. [..Vidas J..]), ·<Cl campo agrio", .. la infancia
desconocidos aproximados a través de la intermediación de un terce- mendiga.. ( ..Vies n. [·.Vidas IH), las "miradas llenas de peregrinaje..
ro ... Lejos de contribuir al establecimiento de un universo hmdado en (..Enfance J, [..Infancia J..]), o de estas frases extrañas: "los gentiles
la analogía universal, estas comparaciones ponen en evidencia la hombres salvajes persiguen sus crónicas .. (·.Yilles 11" [.. Ciudades 11"]), .. los
incoherencia del mundo evocado. Rolands emiten el sonido de su bravura" (Ville 1), .. escenas líricas se
Si se desea verdaderamente encontrar tropos en Rimbaud, en esta inclinan" ( ..Scenes" [..Escenas,]), "las lámparas y los tapices de la noche
ocasión serán las metonimias; pero éstas no crean un mundo de hacen el ruido de las olas (..Veillées IIJ, [. Noches Ilh]) o ·yo observo la
correspondencias. La cosa no es ni siquiera cierta; pues se podría de- historia de los tesoros que ustedes encontraron" (. Vies ¡, [·.Vidas J..]).
fender que, al igual que esas partes del cuerpo o esas propiedades de Las Iluminaciones son poéticas no porque estén ..altamente organi-
los objetos que en principio uno puede estar tentado a interpretar como zadas .. , en el sentido que podría tener esta expresión en el contexto
una sinécdoque, y que finalmente se revelan como partes y propieda- baudeleriano, tampoco por su carácter metafórico (la metonimia tiene
des literales que no nos remiten a ninguna totalidad, de ese mismo una reputación prosaica). Por otra parte no es lo que comúnmente se
modo, este mundo dislocado y recortado, que evocan literalmente las le atribuye; S. Bernard, ya lo vimos, establecía la segunda tendencia
expresiones de Rimbaud, no exige ningún orden que lo sustituya. Sin fundamental a partir del poema en prosa de Rimbaud: la incoherencia,
embargo, la tentación de sentir el llamado de la imaginación metoní- la discontinuidad, la negación del universo real. Podríamos decirlo con
mica es enorme, aun si no se puede identificar siempre el punto al que una sola palabra: el texto de Rimbaud rechaza la representación; y es
llega la metonimia. Cuando se lee, "nuestro patois ahoga el tambor" por ello que es poético. Pero tal afirmación exige algunas explicacio-
(.Démocracie" [·Democracia,]), nuestros hábitos lingüísticos nos obligan nes, sobre todo de aquello concerniente al carácter representativo de
a transponer: la lengua está allí para el habla, el instrumento, para el los textos literarios.
sonido que él produce; en un segundo momento, cada una de las Es Etienne Souriau, en su Correspondence des arts [Correspondencia
acciones evoca a su agente. Cuando se oye, ..}a arena ... que lavó el cielo .. de las artes] 0947; 2" ed. corregida, la cual cito, de 1969), quien ha
( ..Métropolitain.. [..Metropolitano ..]), o ·El humus de la espina es pisotea- expuesto el problema de la representación en el arte de la manera más
do por todos los homicidas y todas las batallas" ( ..Mystique .. [..Místico..]), explícita, estableciendo un rasgo distintivo y tipológico. Y es que, en
se tiene nuevamente la impresión de que el uso de la metonimia del efecto, al lado de las artes representativas, existen otras que no lo son
tipo agente-acción, o agente-lugar de la acción, juega algún papel im- y a las cuales Souriau da el nombre de .. presentativas".
portante en la oscuridad de esta frase.
Al ser de la sonata o al ser de la catedral, al igual que a su sujeto, le
Hay una característica estilística bien conocida en el texto de Rim-
son inherentes todos los atributos, morfológicos u otros, que contribu-
baud que se puede igualmente anexar al movimiento metonímico: el yen a conformar su estructura. Mientras, en las artes representativas hay
poeta describe ilusiones ópticas como si fueran reales: una cosa que una especie de desdoblamiento ontológico, una pluralidad de estos su-
se encuentra en lo alto de un cuadro sube, y si está abajo, desciende. jetos inherentes C...). Es esta dualidad de sujetos ontológicos inherentes
¿Pero no es una metonimia, por contigüidad y no por semejanza, este -por una parte la obra, por otra los objetos representados- lo que
caracteriza a las artes representativas. En las artes presentativas obra y
pasaje que va de la imagen al objeto representado? De este modo, en
objeto se confunden. La obra representativa suscita, para decirlo de al-
un bosque "hay una catedral que desciende y un lago que sube.. gún modo, al lado suyo y fuera de sí (al menos fuera de su cuerpo y
( ..Enfance 111.. [..Infancia IIJ ..]), que "sobre las crestas más altas aparece la más allá de sus fenómenos, aunque saliendo de ella y soportado por
mar turbulenta.. (·.Yille J., [..Ciudad J..]), o que «Uno juega cattas en el dla) un mundo de seres y de cosas que no sabrían confundirse con ella
(p. H9).
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136 LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POESIA
137

De aquí resulta esta gran división de las artes en "dos grupos distintos", serlo. Se trataría entonces de poner en cuestión la deducción automá-
tica que citaba hace un instante («sin ninguna intención de significación,
el grupo de las artes donde el universo de la obra coloca seres
ontológicamente diferentes de la obra misma; y aquel de las artes en
luego, de evocación representativa,), para ver si no existe una forma de
las cuales la interpretación de las cosas interpreta a la obra sin suponer escritura en la cual la significación esté allí, a pesar de la ausencia de
otra cosa distinta de sí misma (p. 90). la representación. Es esta literatura de la presentación que ilustran las
Iluminaciones de Rimbaud y es en este carácter presentativo que reside
No obstante, cuando Souriau se acerca al campo literario, se ve su poesía.
obligado a constatar una asimettía en su cuadro de la "correspondencia Los medios que emplea Rimbaud para destruir la ilusión represen-
de las artes": no existe de verdad una literatura "presentativa" en primer tativa son muy numerosos. Van del comentario metalingüístico explí-
grado. La forma primaria de la literatura sería ..el arabesco de consonan- cito, como en la célebre frase de Barbare: ..El pabellón de carne san-
tes y de vocales, su 'melodía',( ... ) su ritmo y, más ampliamente, el gesto guinolenta sobre la seda de los mares y de las flores árticas (que no
general de la frase, del período, de la sucesión de períodos, etc." (p. existen}· hasta frases francamente agramaticales cuyo sentido jamás se
154). Esta sabrá, como la que cierra "Métropolitain": .. La mañana en que, con Ella,
os debatisteis entre los resplandores de la nieve, los labios verdes, los
casilla primaria (donde en principio figuraría un arte de la asociación cristales, las banderas negras y los rayos azules, y los perfumes purpú-
de las sílabas, en cierto modo musical, sin ninguna intención de reos del sol de los polos -tu fuerza". Entre ambos, una serie de proce-
significación, es decir, de evocación representativa) está prácticamente
dimientos vuelven la representación incierta y hasta imposible.
vacía --excepto por una "prosodia pura" que no existe en tanto arte
autónomo: ella solamente se encuentra implicada en la poesía, a título Así, las frases indeterminadas que colman la mayoría de las Ilu-
de forma primaria de un arte realmente en segundo grado (p. 132). minaciones no prohíben toda representación pero la vuelven extrema-
damente imprecisa. Cuando, al final de "Apres le déluge" Rimbaud dice:
Tal dominio del significante pennite oponer la poesía a la prosa (es así ..}a Reina, la Bruja que enciende su brasa en el pote de tierra, jamás
que Souriau, p. 158, responde a la pregunta que me formulo en estas querrá contarnos lo que sabe y que nosotros ignoramos", observamos
páginas), pero jugando, evidentemente, un papel bastante marginal en bien un gesto concreto llevado a cabo por un personaje femenino, pero
relación al conjunto literario: Lautdichtung de los dadaístas, neologis- ignoramos todo acerca de este personaje, o de sus relaciones con lo
mos futuristas, poesía letrista o concreta. La razón, según Souriau, es que precede (los diluvios), y, desde luego, ignoramos lo ..que nosotros
la pobreza de los sonidos del lenguaje comparados con la música pro- ignoramos". Del mismo modo, nunca sabremos nada de ..}os dos niños
piamente dicha; y, se podría agregar, la pobreza visual de las letras, fieles", de «la casa musical» o del «anciano solitario, tranquilo y bello» del
comparadas con el conjunto de medios de los que dispone la pintura. cual habla "Phrases" [.. frases.,]; tampoco sabremos nada de los demás
Todo esto parece justo, y sin embargo uno lamenta que la dicotomía personajes de las Iluminaciones. Estos seres surgen y desaparecen
presentación/representación, aplicada al campo literario, arroje resul- (·<>m o los cuerpos celestes en medio de la oscura noche, en el instante
tados tan pobres. A tal punto que conviene preguntarse si su interpre- (le una iluminación. La discontinuidad tiene un efecto parecido: cada
tación es justa para el campo literario y si ella no cuadra mejor con palabra tal vez evoque una representación pero su conjunto no cons-
aquello que no es sino un material para la literatura: a saber, el lengua- tituye un todo, incitándonos entonces a atenernos a las palabras ...En
je. Souriau misma escribe: "La literatura ... toma prestado el conjunto de l.t inf~mcia de Helena temblaron las pieles y las sombras -y los senos
signos de un sistema ya constituido fuera de ella: el lenguaje" (p. 154). dL· las pobres, y las leyendas del cielo·· (..fairy,): el problema está en la
La ·forma primaria" de la literatura no son los sonidos, sino las palabras plmalidad misma de estos sujetos, cada uno contribuyendo a ..irrealizar"
y las frases, y éstas ya poseen un significante y un significado. La li- ;t st1s predecesores. Lo mismo sucede con todos los complementos
teratura upresentativau sería no solamente aquella donde el significante circllnstanciales en la frase citada de "Métropolitain", o de esta otra frase
deja de ser transparente y transitivo, sino aquella, más importante dt ·1 mismo texto, en el cual hay «rutas bordeadas de rejas y muros", .. las
cuantitativa y cualitativamente, en la que el significado también deja de 11< )n·s :ttroces", ..}as posadas que para siempre ya no abren más y -hay
LOS GENEROS DEL DISCURSO EN TORNO A LA POE..'iiA
138 139

princesas, y si no estás extenuado, el estudio de los astr~s- el cielo... Felizmente, la respuesta a estas dos objeciones es la misma. La
Esta es quizás la razón por la cual, en los textos de Rimbaud, uno oposición entre presentación y representación del lenguaje no se sitúa
siempre está tentado a permutar las palabras con el fin de encontrarles entre dos clases de enunciado sino entre dos categorías. El lenguaje
una coherencia. puede ser transparente u opaco, transitivo o intransitivo; pero éstos no
Otros procedimientos vuelven la representación no solamente in- son sino polos extremos, y los enunciados concretos se sitúan siempre
cierta sino realmente imposible, como los oximorones y las frases en algún lugar entre los dos; ellos sólo se encuentran más cerca de una
contradictorias, el marco cambiante de la enunciación, en el cual "YO", o de otra extremidad. Ni nunca ni en el mismo instante es una categoría
"tú" "nosotros", "ustedes'', rara vez se mantienen en el texto de principio aislada, y es su combinación con otras lo que hace del rechazo de la
a ttn (por ejemplo, en ·Apres le déluge.. , «Parade", ·.Yies r.., ccMatinée representación una fuente poética en las Iluminaciones: por ejemplo,
d'ivresse" [ccMañana de embriaguez"], ccMétropolitain", ·Aube" [·Aurora"]); el texto filosótlco, que carece de representación, mantiene la coheren-
este «Ser de Belleza", ¿es exterior o interior al sujeto, quien al final dice: cia a nivel de su propio sentido. Es ciertamente su carácter ccpresenta-
"nuestros huesos están revestidos de un nuevo cuerpo enamorado? tivo" lo que vuelve poético a estos textos; y a pesar de que Rimbaud
(«Being Beauteous")2. Lo mismo ocurre con esa costumbre de Rimbaud, no supiera nada de esto, el sistema tipológico interiorizado por sus
ya evocada, que consiste en describir las propiedades o las partes de lectores podría ser esquematizado de la manera siguiente:
los objetos sin jamás nombrarlos, a tal punto que uno no sabe exac-
tamente de qué se trata. Esto es cierto no sólo en textos como en "H", VERSO PROSA
que se presenta como una adivinanza, sino tambié?. para otros, como
lo demuestran a menudo las vacilaciones de los cnt1eos. Es esta aten- Presentación Poesía Poema en prosa
ción a las propiedades, a la carga de los objetos que éstas caract:riz~n,
lo que nos da la impresión de que Rimbaud prefiere emplear el termmo Representación Epopeya, narración y Ficción (novela,
genérico y no la propia palabra, coloreando así sus textos de una gran descripción versificadas cuento)
abstracción. ¿Qué es exactamente el cclujo nocturno" de ·.Yagabonds", o
el "lujo inaudito" de ccPhrases", la "generosidad vulgar" o .las "~e~olucion~s
del amor" de "Conte", ..ta hierba del verano" y el "seno vtcto" de ·De- Esto nos permite volver a nuestro punto de partida. La intempora-
votion", «Mis complicaciones" y "esta vil desesperanza" de ccPhrases", el lidad, a la cual S. Bemard deseaba convertir en la esencia de la poe-
"estallido preciOSO» y la ccfría influencia" de ccFairy", los cchorror~s eco- ticidad, no es sino una consecuencia secundaria del rechazo de la
nómiCOS» y la ccmagia burguesa» de ccSoir historique»? Como. ~m legtslado~, representación en Rimbaud y una consecuencia del orden de las co-
Rimbaud siente también una predilección por los cuantificadores um- rrespondencias en Baudelaire. Así pues, desear aproximar lo uno y lo
versales: "seres de todos los caracteres en medio de todas las apa- <>tro (la poeticidad y la intemporalidad) sería en verdad una distorsión
riencias" (uVeillées II"), "todos los caracteres matizan mi fisonomía" violenta de los hechos. Pero, si incluso los textos de los dos poetas
(.<Guerre"), etc. ~eparados apenas por una década, escritos en la misma lengua y en el
A este análisis del fracaso de la representación en las Iluminaciones, lllÍSmo clima intelectual del presimbolismo, SOn calificados de upoéti-
a la cual nos referiremos en detalle en los capítulos siguientes, se l < >s" (por ellos mismos y por sus contemporáneos) por razones tan
pueden oponer dos argumentos. Primero, no es verdad que todos los diferentes y tan independientes, ¿no debemos entonces rendirnos ante
textos de las Iluminaciones, y que en cada texto, todas las frases par- l'Sta evidencia: la poesía no existe, pero sí existe, y existirán concep-
ticipen de esta misma tendencia: si a veces la representación fr::c~sa, <·i< mes de la poesía que varían, no solamente de una época o de un
en otras ella se lleva a cabo. Por otra parte, estas mismas caractensttcas p;tís a otro, sino también de un texto a otro? La oposición entre
que contribuyen con este fracaso de la /representación, pod:mos en- prl·scntación/representación es universal y "natural» (está inscrita en el
contrarlas fuera de la literatura, y más aun, fuera de la poes1a: funda- k11guajc); pero la identificación de la poesía con el uso "presentativo"
mentalmente en los textos abstractos y generales. <ll·l lenguaje es un hecho históricamente circunscrito y culturalmente
"'l'

LOS GENEROS DEL DISCURSO


140 EN TORNO A LA POESIA
141

determinado: ella deja a Baudelaire fuera de la "poesía". Queda pre-


NOTAS
guntarse -y uno ya puede ver la dimensión del trabajo preliminar que
implicatia la respuesta- si no hay, sin embargo, una afinidad entre
todas las diferentes razones por las cuales se pudo, en el pasado,
calificar a un texto de poético. Mostrar que esta afinidad no está allí 1 Cito la trad. de A. Guerne (Novalis, Oeuvres compli!tes, Paris, 1973, t. 1), moclific:'tn-
donde se creía, y formular algunas de estas razones diferentes de una dola a veces.
manera más precisa fue el objetivo de las páginas precedentes. 2 Juego de palabras inventado por el poeta evidentemente utilizando la palabra
Belleza [N. del T.l.

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III

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MEMORIAS DEL SUBSUELO 1

Un encuentro fortuito en una librería:


Memorias del subsuelo de Dostoyevski ... La voz de la sangre
(¿cómo llamarla de otro modo?) se hizo escuchar en seguida,
y mi alegría fue extrema

F. Nietzsche, Carta a Overbeck

Creo que llegamos, con Memorias del subsuelo, a la cumbre


de la carrera de Dostoyeuski. CoJZsidero que este libro es
(y no soy el único) la llar>e maestra de su obra entera

A. Gide, Dostoy<-->vski

Las Memorias del subsuelo ... ningún otro texto de novelista alguno
ha ejercido tanta il?fluencia sobre el pensamiento
y la técnica novelesca del siglo xx

G. Steiner, Tolstoi o Dostoyevski

PODRÍA ALARGARSE aún más la lista de citas. No será necesario:


hoy todos conocen el papel central que juega este libro tanto en la obra
de Dostoyevski como en el mito dostoyevsk.iano característico de
nuestra época.
Si la reputación de Dostoyevski ya está hecha, no ocurre así con la
l'xégesis de su obra. Los escritos críticos que se le han consagrado son
sin duda innumerables; el problema está en que ellos rara vez se ocu-
pan de las obras de Dostoyevski. En efecto, él tuvo la mala suette de
vivir una vida tumultuosa: ¿qué biógrafo erudito habría resistido delante
<le esta conjunción de los años transcurridos en los campos de trabajo
forzoso, la pasión por el juego, la epilepsia y las turbulentas relaciones
;!morosas? Traspuesto este umbral, uno se enfrenta a un segundo obs-
Lindo: Dostoyevski se interesó apasionadamente por los problemas
lil<>s<')ficos y religiosos de su tiempo; transmitió esta pasión a sus per-
>1u jl's y está en sus libros. De pronto, es raro que los críticos hablen
... <

dl· . ()ostoyevski --el escritor", como decía antes: todos se apasionan


p< >r sus ideas, olvidando que éstas se encuentran dentro de sus novelas.
146 LOS GENEROS DEL DISCURSO MEMORIAS DEL SUBSUELO
147

Por otro lado, suponiendo que hubiera un cambio de perspectiva, el Es en la primera parte, defensa del narrador, que se encuentra la
peligro no habria podido ser eludido; sólo se habría invertido: ¿puede exposición de las ideas más "resaltantes, de Dostoyevski. Es allí por
estudiarse la "técnica" de Dostoyevski haciendo abstracción de los donde también entraremos en el laberinto de este texto -sin saber aún
grandes debates ideológicos que animan estas novelas? (Chklovski pre- por dónde podremos salir.
tendía que Crimen y castigo era una novela policial por la sola par-
ticularidad de que el efecto de .. suspenso, estaba provocado por los
interminables debates filosóficos). Proponer hoy una lectura de Dos-
LA IDEOLOGIA DEL NARRADOR
toyevski es, en cierto modo, un desafío: se debe llegar a ver, simultá-
neamente, las "ideas" de Dostoyevski y su «técnica, sin inclinarse des-
mesuradamente por las unas o por la otra. El primer tema que ataca el narrador es el de la conciencia
El frecuente error de la crítica interpretativa (distinta a la erudita) ha (soznanie)Z. Este término no debe ser tomado aquí en oposición al
sido (y es siempre) el de afirmar: 1) que Dostoyevski es un filósofo, inconsciente sino a la inconciencia. El narrador esboza el retrato de dos
haciendo abstracción de la . forma literaria", y 2) que Dostoyevski es un tipos de hombre: uno es el hombre simple y directo (neposredstvennyJ),
filósofo, a pesar de que la mirada más desprevenida se sorprende "l'homme de la nature et de la vérité, (en francés en el texto)\ quien,
inmediatamente por la diversidad de concepciones filosóficas, morales, actuando, no posee ninguna imagen de su acto; el otro, el hombre
sicológicas que se codean en su obra. Como escribe Bajtin, al comienzo consciente. Para éste, todo acto está doblado por su propia imagen,
de un estudio sobre el cual volveremos, surgiendo ésta así en la conciencia de aquél. Peor aún, esta imagen
aparece antes de que tenga lugar, volviéndose, a causa de ello,
Cuando uno aborda la vasta literatura consagrada a Dostoyevski, se imposible. El hombre de conciencia no puede ser un hombre de acción.
tiene la impresión de estar frente, no a un solo autor-artista que escribió
novelas y narraciones, sino a una serie de filósofos, a varios autores- Porque el fruto directo, legítimo, inmediato de la conciencia, es la
pensadores: Raskolnikov, Mychkin, Stavroguin, Iván Karamazov, el inercia, es el cruzarse de brazos deliberado ... Lo repito, lo archi-repito:
Gran Inquisidor y otros ... si todos los hombres directos y los de acción son activos, es precisa-
mente porque son obtusos y obstinados.
Las Memorias del subsuelo son, más que cualquier otro escrito de
Dostoyevski -salvo quizás la "Leyenda del Gran Inquisidor·-, respon- Tomemos por ejemplo el caso de un insulto que normalmente habria
sables de esta situación. Leyendo este texto uno tiene la impresión de suscitado la venganza. Seguramente así se comporta el hombre de
disponer de un testimonio directo de Dostoyevski-ideólogo. Entonces, acción.
debemos también comenzar por este texto si queremos leer a Dosto-
yevski hoy, o, de forma más general, si deseamos comprender en qué Admitamos que ellos sean presa del deseo de venganza: ninguna otra
consiste su papel en este conjunto siempre en transformación que cosa subsistirá en ellos mientras ella dure. Un señor de esta especie se
llamamos literatura. hunde por completo sin otra forma de proceso; como un toro furioso,
los cuernos abajo, sólo un muro sería capaz de detenerlo.
Las Memorias del subsuelo se dividen en dos partes tituladas "El
subsuelo, y "A propósito de la nieve derretida", y el propio Dostoyevski
No sucede lo mismo con el hombre de conciencia.
las describe así:
Yo se lo dije: el hombre busca vengarse porque lo encuentra justo...
En el presente fragmento que llamo "El subsuelo", el personaje se Pero yo no veo en ello ninguna justicia, ninguna virtud, y en consecuen-
presenta a sí mismo, presenta su visión de las cosas y busca, en cierto cia, si se me ocurriera vengarme, sería por maldad. Evidentemente, la
modo, comprender claramente las razones por las cuales apareció, o maldad podría arrastrarlo todo, todas mis dudas, y en consecuencia ser-
debía aparecer, en nuestro medio. El siguiente fragmento ofrecerá, virme, con cierto éxito, de causa primera, precisamente porque no es
propiamente hablando, las . memorias . de este personaje sobre ciertos en absoluto una causa. Pero, ¿qué puedo hacer si no soy malvado? Mi
hechos de su vida.
MEMORIAS DEL SUBSUELO
148 LOS GENEROS DEL DISCURSO 149

cólera -una vez más efecto de estas malditas leyes de la conciencia- detlnitiva y verdadera felicidad. (. .. ) Me explico: la felicidad venía
es susceptible de descomponerse químicamente. ¡Epa! Ya el objeto se justamente de la conciencia excesivamente clara que yo tenía de mi
volatilizó, las razones se evaporaron y el culpable desapareció; la ofensa propio envilecimiento, de sentirme acorralado contra el último muro
deja de ser tal cosa para devenir una fatalidad, algo así como un dolor que ciertamente todo iba mal, pero que no podía ser de otra manera .. :
ele muelas cuyo responsable es nadie, lo cual hace que no me quede
sino la misma salida de siempre: golpearme aún más dolorosamente Más todavía:
contra la pared.
Pero es precisamente en esta semi-confianza y esta semi-desesperanza
El narrador comienza deplorando este exceso de conciencia odiosam~nte frías, en este dolor que te empuja, con toda lucidez, a en-
terrarte vtvo en el subsuelo, hundido al precio de grandes esfuerzos en
una situación sin salida y sin embargo dudosa, en el veneno de estos
(les doy mi palabra señores: el exceso de conciencia es una enferme-
deseos insatisfechos y seguros, en esta fiebre de vacilaciones, de reso-
dad, una verdadera enfermedad integral. Para los usuarios de la vida
luciones irrevocables acompañadas siempre de remordimientos casi
corriente, sería más que suficiente una conciencia humana ordinaria, es
inmediatos, que reside la jugosa sustancia de la extraña felicidad de la
decir la mitad, un cuarto de la porción que posee el hombre evolucio- cual hablaba.
nado de nuestro infeliz siglo XIX);

Este sufrimiento que la toma de conciencia transforma en felicidad


pero al final de su razonamiento él se da cuenta de que se trata, a pesar
puede ser también puramente físico, como el dolor de muelas. He aquí
de todo, de un mal menor:
la descripción de un "hombre culto-, al tercer día de su dolor:
Aunque al principio les haya hecho saber que la conciencia era, según
mi punto de vista, el peor mal del hombre, sé sin embargo que él está Sus gemidos son desconsolados, coléricos, repugnantes, y duran no-
atado a ella, que no la abandonaría en aras de ninguna otra satisfacción. ches y dí::ts enteros. No obstante, él sabe bien que no sacará ningún
El fin de los fines, señores, es no hacer absolutamente nada. ¡Más vale provecho; sabe mejor que nadie que se obstina y extenúa inútilmente,
la inacción consciente! y los otros con él; sabe que incluso el público delante del cual se debate,
y su familia completa, se acostumbraron, no sin repulsión, a sus gritos,
que no le tienen la más mínima confianza y que se dan cuenta sin decir
Esta afirmación tiene un correlato: la solidaridad entre conciencia y nada de que podría gemir de otra forma, más sencilla, sin contorsiones
sufrimiento. La conciencia provoca el sufrimiento, condena al hombre y que si se divierte con eso es por pura maldad e hipocresía. Pero, vea~
a la inacción; pero al mismo tiempo ella es su resultado: "¡Veamos! ... ustedes, es justamente en esos estados de conciencia y de vergüenza
el sufrimiento es el único motor de la conciencia". Aquí interviene un que se esconde la voluptuosidad.
tercer término, el placer, y nos encontramos frente a una afirmación
muy "dostoyevskiana"; contentémonos por ahora con exponerla sin Es esto lo que se domina el masoquismo del hombre del subsuelo.
buscar explicarla. En varias oportunidades, el narrador afirma que en Sin ninguna relación visible (quizás sólo aparentemente) el narrador
el seno del sufrimiento más grande, a condición de estar bien cons- pasa a su segundo gran tema: el de la razón, su parte en el hombre y
ciente de ello, encontraba una fuente de placer, "una felicidad que d valor del comportanli.ento que desea adaptarse a ella exclusivamen-
alcanza a veces la cumbre de la voluptuosidad... He aquí un ejemplo: te. La argumentación adopta más o menos la siguiente forma: 1) La ra-
zún no conocerá jamás sino lo "razonable", es decir, solamente una "vi-
Llegaba al punto de experimentar una felicidad secreta, anormal, un gésima parte, del ser humano. 2) Ahora bien, la parte esencial del ser
pequeño placer innoble al entrar en mi perdido rincón en una de esas t·stá constituida por el deseo, el cual no es razonable.
noches particularmente desagradables que envuelve a Petersburgo, y
sentirme archi-consciente de haber cometido una vez más, ese día, algo ¿Qué sabe la razón? Ella no sabe sino lo que ha tenido tiempo de
desagradable, que, una vez más, lo que estaba hecho estaba hecho; y aprender (y hay cosas, creo, que ella nunca aprenderá; esto no es un
en el fondo de mí mismo, en secreto, roerme, roerme sin misericordia, consuelo, pero, ¿por qué no decirlo?), mientras la naturaleza humana
atormentarme, revolverme la sangre, hasta el momento en que la actúa en su totalidad, con todo lo que ella posee de consciente o
amargura cedía su lugar a una dulzura infame, maldita, en fin, a una inconsciente, y aunque diga que es hlso, ella está viva.
150
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LOS GENEROS DEL DISCURSO

La razón es una buena cosa, indiscutiblemente, pero la razón es


' MEMORIAS DEL SUBSUELO
151

Lo esencial no es saber adónde ella se dirige, sino solamente que ella


siempre y únicamente la razón y no satisface sino la facultad racional avanza.
del hombre, mientras que el deseo es la manifestación de toda la vida Pero el hombre es un ser frívolo y desgraciado; semejante al jugador
del hombre, comprendida allí la razón y todo aquello que lo roe por de ajedrez, quizás se interese únicamente en la búsqueda del objetivo
dentro. y no en el objetivo mismo. ¿Y quién sabe? A lo mejor la única meta hacia
la cual tiende la humanidad sobre esta árida tierra reside en la perma-
3) Entonces es absurdo fundar una manera de vivir -y de imponerla nencia de esta búsqueda, dicho de otro modo, en la vida misma, y no
a otros- únicamente sobre la razón. en la meta propiamente dicha.

Por ejemplo, usted desea liberar al hombre de sus viejos hábitos y re- Las conclusiones que se desprenden de estas afirmaciones concier-
construir su voluntad conforme a las exigencias de la ciencia y del buen nen a todos los reformadores sociales (comprendidos los revoluciona-
sentido. Pero, ¿qué le hace a usted pensar que esto es no solamente po- rios), ya que éstos imaginan conocer al hombre de manera absoluta,
sible sino necesarió? ¿Qué le permite concluir que el deseo del hombre
tiene tanta necesidad de ser regenerado? En una palabra, ¿de dónde y deducen, a partir de estos conocimientos de hecho parciales, la ima-
infiere usted que esta regeneración le brindará una ventaja real? gen de una sociedad ideal, de un ,,palacio de cristah; pero sus deduc-
ciones son falsas pues no conocen al hombre; en consecuencia, lo que
Dostoyevski denuncia así este detenninismo totalitario en nombre del le ofrecen no es un palacio sino "un edificio para inquilinos pobres";
cual se tratan de explicar todas las acciones humanas en referencia a más aún, un gallinero, un hormiguero.
las leyes de la razón.
Este razonamiento se funda sobre algunos argumentos e implica, a Vea usted, si en lugar de un palacio fuera un gallinero y lloviera me
su vez, ciertas conclusiones. Primero veamos los argumentos. Ellos son encerraría quizás en el gallinero para no mojarme, pero sin confundirlo
de dos tipos: por una parte, los provenientes de la experiencia colec- con un palacio por simple gratitud al haberme guarecido de la lluvia.
Usted ríe, usted incluso dice que en esos casos gallinero o palacio es lo
tiva, de la historia de la humanidad: la evolución de la humanidad no
mismo. Sí, le respondería, si uno viviera solamente para no mojarse.
trajo el reino de la razón, hay tanta absurdidad en la sociedad antigua Mientras tanto, yo continuaré no confundiendo el gallinero con el
como en la moderna. ,,¡Pero mire bien alrededor de usted! Corren tantos palacio.
ríos de sangre, y tan alegremente y sin uno darse cuenta que se diría
que es champagne... Los otros argumentos provienen de la experiencia El determinismo totalitario no es solamente falso, sino peligroso: en
personal del narrador: el hecho de que todos los deseos no puedan ser lugar de considerar a los hombres como un tornillo más de la máquina,
explicados por la razón y, de haber podido serlo, el hombre habría o como ,,animales domésticos .. , los empuja a ser eso. Aquí reside el
actuado de manera diferente -a propósito, para contradecirla; el llamado antisocialismo (conservadurismo) de Dostoyevski.
hecho entonces de que la teoría del detenninismo absoluto sea falsa
y que el narrador defienda, frente a ella, el derecho al capricho, es lo
que Gide retendrá de Dostoyevski. Además, amar el dolor va contra la
EL DRAMA DEL HABLA
razón, pero existe (como lo vimos precedentemente y como él aquí nos
lo recuerda: ,,lo que ocurre es que el hombre a veces está terriblemente
ligado a su sufrimiento, es una verdadera pasión, un hecho indiscuti- Si las Memorias del subsuelo terminaran en esta primera parte,
ble..). Hay finalmente otro argumento que debe abonar una eventual y ésta se limitara a las ideas que acaban de exponerse, uno podría
objeción. De hecho, se puede constatar que la mayoría de las acciones s< )rprenderse de ver la reputación de la cual goza este libro. No es que
humanas obedecen, a pesar de todo, a propósitos razonables. La res- Lis afirmaciones del narrador sean inconsistentes. Tampoco hay que
puesta es aquí la siguiente: eso es verdad pero no es sino una apa- l'liminarle, a causa de una deformación de perspectiva, toda origina-
riencia. De hecho, incluso en estas acciones aparentemente razona- lidad: los cien años que nos separan de la publicación de las Memorias
bles, el hombre se somete a otro principio: él realiza la acción en sí < 1H(vi ) nos han quizás acostumbrado demasiado a pensar en términos
misma y no para alcanzar un resultado. <'l'rcanos a los de Dostoyevski. Sin embargo, el solo valor filosófko,
LOS GENEROS DEL DISCURSO MEMORIAS DEL SUBSUELO
152 153

ideológico, científico de estas afirmaciones no es suficiente para desta- discursos ant.eriores), surge un segundo, el de usted o del interlocutor
car a este libro de otros. representado. Este usted aparece desde la primera frase, más exacta-
Pero no es esto lo que leemos cuando abrimos las Memoria..;; del mente en los puntos suspensivos que separan ..yo soy un hombre
subsuelo. No leemos una recopilación de pensamientos sino un relato, enfermo" de ..y o soy un hombre malo": el tono cambia de la primera
un libro de ficción. En el milagro de esta metamorlosis consiste la a la segunda frase porque el narrador oye, prevé, a propósito de la
primera verdadera innovación de Dostoyevski. No se trata aquí de primera, una reacción que inspira lástima y que se niega a través de
oponer la forma a las ideas: eliminar la incompatibilidad entre ficción la segunda. En seguida, luego aparece el usted en el texto.
y no-ficción, o si se prefiere, entre lo "nlimético" y lo ··discursivo", es
también una ··idea" considerable. Hay que rechazar la reducción de la Estoy seguro de que usted no me honra al comprenderlo.
obra a frases aisladas, fuera de su contexto, atribuidas directamente al Sin embargo, ¿no crean ustedes, señores, que pateo mi culpa delante
de ustedes, que aparento excusarme de no sé qué culpa?... Es eso lo que
pensador Dostoyevski. Una vez que conocemos la sustancia de los ustedes creen, estoy seguro ...
argumentos que serán presentados, conviene ahora ver cómo nos Sí, hartos de esta verborrea (yo siento que ya están hartos), ustedes
llegan estos argumentos. Porque, más que a la tranquila exposición de se permitieron preguntarme [etc.]
una idea, asistimos a su puesta en escena. Y disponemos, como ocurre
en una situación dramática, de varios roles. Esta interpelación del interlocutor imaginario, la forn1ulación de sus
Un primer rol es atribuido a los textos evocados o citados. Desde supuestas réplicas, continúan a lo largo de todo el libro, no permane-
su aparición, las Memorias del subsuelo fueron percibidas por el pú- ciendo así idéntica la imagen del usted. En los seis primeros capítulos
blico como un escrito polémico. V. Komarovitch, en los años veinte, de la primera parte, el usted simplemente denota una reacción común
explicitó la mayoría de las referencias que se encuentran dispersas y la de Mr. Tottt-le-Monde 5, quien escucha esta confesión afiebrada ríe'
disimuladas en la obra. El texto se refiere a un conjunto ideológico que desconfía, se obstina, etc. Sin embargo, desde el capítulo 7 hasta ~1 10
donlina al pensamiento liberal y radical ruso de los años 1840 a 1870. este rol se modifica: el usted no se contenta sólo con una reacción
La expresión "lo bello y lo sublime", siempre entre comillas, remite a pasiva, él toma una posición y sus réplicas devienen tan largas como
Kant y al idealismo alemán; ··el hombre natural y verdadera., a Rousseau las del narrador. Nosotros conocemos esta posición, es la del ellos (para
(ya veremos que el rol de éste es más complejo); Buckle, el historiador simplificar, digamos la de Tchernychevski). A ellos ahora se dirige el
positivista, aparece citado con su propio nombre. Pero el adversario narrador cuando afirma: "Porque, hasta donde yo sepa, señores, todo
más directo es un contemporáneo ruso: Nicolai Tchernychevski, "mai- su repertorio de las ventajas humanas, ustedes lo han establecido según
tre a penser" de la juventud radical de los años sesenta, autor de una cifras medias de las estadísticas y de las fón1mlas de las ciencias eco-
novela utópica y didáctica, Que faíre? [¿Qué hacer.~, y de varios nónlicas". Es a este Ustedes-ellos a quien dirá: ··Usted cree en un palacio
artículos teóricos, entre los cuales se encuentra uno titulado ··Del de cristal para siempre indestructible ... ". Finalmente, en el último capí-
principio antropológico en la filosofía". Tchernychevski es quien de- tulo (el 11), se vuelve al ustedes inicial, y este ustedes se convierte al
fiende el deternlinismo totalitario, tanto en el artículo citado como a mismo tiempo en uno de los temas del discurso:
través de los intermediarios o personajes de su novela (muy particu-
lannente Lopoukhov). El es quien hace soñar a otro personaje (Vera Claro, estas palabras que le hago decir, soy yo quien acaba de
Pavlovna) con el palacio de cristal, lo que nos lleva, indirectamente, al inventarlas. También ellas son un producto del subsuelo. Yo las he
observado por una pequeña grieta durante cuarenta años. Soy yo quien
..falansterio"4 de Fourier y a los escritos de sus continuadores rusos. En
las ha inventado, era con lo único que tenía algo que ver. ..
ningún momento, entonces, el texto de las Memoria..;; es una exposición
imparcial de una idea; lo que leemos es un diálogo polémico cuyo otro Para ternlinar, el último rol en este drama es desempeñado por el
interlocutor estaba muy presente en el espíritu de sus lectores contem- yo: ciertamente por un yo desdoblado, ya que, se sabe, toda aparición
poráneos. del yo, toda apelación de aquel que habla, propone un nuevo contexto
Al lado de este primer rol, que podríamos denominar ellos (los (le enunciación en el cual es otro yo, aún innominado, quien enuncia.
154 LOS GENEROS DEL DISCURSO MEMORIAS DEL SUBSUELO
155

En este discurso este es a la vez el trazo más fuerte y más original: su


Dostoyevski (y que retoma las observaciones ya hechas por varios críti-
aptitud para mezclar libremente lo lingüístico con lo metalingüístico,
cos rusos anteriores: Viatcheslav lvanov, Grossman, Askóldov, Elgel-
para contradecir el uno con el otro, para marchar regresiv~~1ente h~~ta
gardt). En el mundo novelesco no dostoyevskiano, que Bajtin deno-
el infinito de lo metalingüístico. De hecho, la representaCion exphctta
Inina monológico, la idea puede tener dos funciones: expresar la opi-
de aquel que habla pennite una serie de figuras. He a~uí la ~~~tradic­
nión del autor (y ser atribuida a un personaje únicamente por razones
ción: "Yo era un funcionario malo". Una página despues: <Dtctend~les
de comodidad); o bien, no siendo una idea a la cual el autor se adhiere,
hace un instante que yo era un funcionario malo les contaba tontenas".
servir entonces para caracterizar psíquica o socialmente al personaje
El comentario metalingüístico:
(por metonitnia). Pero desde que la idea es tomada en serio, ella no
Yo era un grosero y eso me daba placer. ¡Lo que pas~ _es qu_e yo n~ me pertenece a nadie. ,Todo aquello que, en las conciencias múltiples, es
dejaba sobornar! Yo tenía derecho a esta compens~oon. ~La broma no esencial y verdadero, forma parte del contexto único de la 'conciencia
valía mucho, pero no la borraré. Escribiéndola, cre1a que 1ba a ~er mu~ en general' y está desprovisto de individualidad·. Al contrario, todo lo
picante· ahora me doy cuenta de que lo que buscaba era darmelas que es individual, lo que distingue una conciencia de las otras, no tiene
bajame~te de astuto, ¡pero adrede no la borraré!)
ningún valor para el conocüniento en general y se relaciona con la or-
0: "continúo tranquilamente tni discurso sobre la gente de sólido ganización psicológica o con los límites de la persona. A decir verdad,
carácter ... ". Refutación de sí mismo: "Porque se los juro, señores, no no existen conciencias individuales. El solo principio de individuación
creo una sola traicionera palabra de lo que acabo de garabatear". La cognoscitiva reconocido por el idealismo es un error. Un juicio verda-
marcha regresiva hasta el infinito la tenemos en el ejemplo de la dero nunca está ligado a una persona, pero satisface a un solo y único
segunda parte: contexto fundamentalmente monológico. Sólo el error individualiza.
La "revolución copernicana" de Dostoyevski consiste precisamente,
En efecto ustedes tienen razón. Es vulgar e innoble. Y lo más innob~e según Bajtin, en haber anulado esta impersonalidad y solidez de la idea.
de todo es que yo esté tratando de justificarme delante de ustedes. Y mas Aquí, la idea es siempre uinterindividual e intersubjetiva», y «SU concep-
innoble aún que lo señale. ¡Ah! Ya es suficiente; en el fondo, c;e ot~a ción creativa del mundo no conoce verdad impersonal ni sus obras
manera uno no terminaría nunca con esto: unas cosas siempre seran mas
contienen verdades susceptibles de ser aisladas". Dicho de otro modo,
infames que otras ...
las ideas pierden su estatus singular, privilegiado, dejan de ser esencias
y todo el capítulo 11 está consagrado al problema de la escritura: ¿por
inmutables para integrarse a un circuito más vasto de la significación,
qué escribe y para quién? La explicación que él propone (él escribe para en un inmenso juego simbólico. Para la literatura precedente (tal gene-
sí mismo, para desembarazarse de sus dolorosos recuerdos) de hecho ralización es evidentemente abusiva), la idea es un significado puro,
no es sino una entre otras sugeridas en otros niveles de la lectura. ella está signfficada (por las palabras y los actos), pero ella en sí no
El drama que Dostoyevski pone en escena en Memorias es el de la signff'íca (al menos que sea como una característica psicológica). Para
Dostoyevski, y en distinto grado para algunos de sus contemporáneos
palabra, con sus constantes protagonistas: el discurso prese~te, el est~;
los discursos ausentes de los otros, ellos, el .ustedes o el tu del desti- (como el Nerval de Aurelia), la idea no es el resultado de un proceso
natario, siempre preparado para convertirse en locutor; el yo, en fin, del de representación simbólica, ella es una parte integrante de la nlisma.
Dostoyevski elinlina la oposición entre lo discursivo y lo mimético
sujeto de la enunciación --el cual no aparece sino et~ando ~ma enun-
ciación lo enuncia. Atrapado en este juego, el enunCiado pterde toda dando a las ideas el rol de simbolizantes y no solamente de simboli-
su estabilidad, su objetividad e impersonalidad: ya no existen ideas al~­ zadas, él transforma la idea de representación no rechazándola ni
restringiéndola sino, muy al contrario (aunque los resultados puedan
solutas, esta es la cristalización intangible de un proceso nunca olvt-
dado; las ideas se volvieron tan frágiles como el mundo g.ue las rodea. parecer semejantes), extendiéndolas sobre dominios que hasta enton-
El nuevo estatus de la idea es precisamente uno de los puntos que ces parecían extraños a ella. Se pueden encontrar en los Pensamientos
de Pascal afirmaciones sobre el corazón que la razón desconoce, al
se encuentran clarificados en el estudio de Bajtin sobre la poética de
igual que en Memorias del subsuelo; pero uno no puede imaginar los
LOS GENEROS DEL DISCURSO MEMORIAS DEL SUBSUELO
156 157

Pensamientos transfom1ados en tal diálogo interior en el cual quien obras y los héroes están aquí nominalmente citados: Gogol (Almas
enuncia al mismo tiempo se denuncia, se contradice, se acusa de menti- muertas, Diario de un loco, El abrigo --este último sin mencionarlo
roso, se juzga irónicamente, se burla de sí mismo -y de todos. explícitamente), Gontcharov (Historia ordinaria), Nekrassov, Byron
Cuando Nietzsche dice que "Dostoyevski es el único que me ha (Manfredo), Pouchkine (Le Coup de feu), Lermontov (Mascarade),
enseñado algo en psicología", participa de una tradición secular que, en George Sand, e incluso el mismo Dostoyevski indirectamente (Humi-
lo literario, lee al psicólogo, al filósofo, al sociólogo, pero no a la lite- llados y ofendidm). Dicho de otro modo, la literatura liberal de los años
ratura misma o al discurso; una tradición que no percibe que la inno- treinta y cuarenta es ridiculizada desde el interior de situaciones pres-
vación de Dostoyevski es mucho más grande en el plano simbólico que tadas de los escritores radicales de los años sesenta, lo cual ya cons-
en el de lo psicológico, el cual es aquí un elemento más entre otros. tituye una acusación indirecta de los unos a los otros.
Dostoyevski cambia nuestra idea acerca de la idea y nuestra represen- Contrariamente a la primera parte, el rol principal está aquí desem-
tación de la representación. peñado por la literatura liberal y romántica. El héroe-narrador es un
¿Pero hay una relación entre este tema del diálogo y los temas adepto de la literatura romántica y quisiera (tomándola a ella como
ubicados dentro del diálogo? ... Se siente que el laberinto aún no nos ha modelo) adaptar a ella su comportamiento. Pero -y aquí reside la
revelado todos sus secretos. Tomemos prestada otra vía, aventurémo- parodia- esta conducta está dictada en realidad por una lógica muy
nos en otra zona todavía inexplorada: la segunda parte del libro. ¿Quién distinta, lo cual hace que los proyectos románticos, uno tras otro, ft·aca-
sabe?, a lo mejor el camino indirecto quizás sea el más rápido. sen. El contraste es sorprendente porque el narrador no se contenta con
Esta segunda parte es tradicionalmente más narrativa, pero ella no sueños vagos y nebulosos, sino que imagina en detalle cada escena,
excluye sin embargo los elementos de este drama de la palabra que se frecuentemente continuas; por otro lado, sus previsiones nunca son
observa en la primera. El yo y el ustedes se comporta de manera se- justas. Ptimero con el oficial: él sueña (y ya veremos por qué este sueño
mejante, pero el ellos cambia y adquiere más importancia. Más que es romántico) con una pelea al final de la cual él es lanzado por la
entrar en diálogo con los textos anteriores, en polémica --es decir, en ventana ( .. ¡Señor! habría dado cualquier cosa por una buena pelea, más
una relación sintagmática-, el relato se empareja con la forma de la justa, más conveniente, más literaria, ¡para llamarla de algún modo!,);
parodia (en una relación paradigmática) imitando e invirtiendo las de hecho, a él lo tratan como alguien que no merece el combate, que
situaciones de los relatos anteriores. En cierto sentido, las Memorias del ni siquiera existe. En seguida, a propósito del mismo oficial, él sueña
subsuelo contienen la misma intención que el Quijote: ridiculizar una con una reconciliación de amor; pero no alcanzará sino a estropearla
literatura contemporánea atacándola a través tanto de la parodia como ..sobre un palmo de perlecta igualdad". En el episodio con Zverkov
de la polémica abierta. El papel de las novelas de caballería es desem- sueña con una noche en la cual todo el mundo lo admira y lo ama; él
peñado aquí por la literatura romántica msa y occidental. Más exacta- la vivirá como la humillación más grande. Finalmente, con Lisa se dis-
mente, este rol está dividido en dos: por una parte el héroe participa fraza del sueño más tradicionalmente romántico: upor ejemplo: salvo :1
de las situaciones que parodian las peripecias del mismo Quefaire? de Lisa justamente porque ella me visita y le hablo ... Yo desarrollo su
Tchemychevski; así, en el encuentro con el oficial o con Lisa, Lopou- espíritu, la educo. Termino percibiendo que ella me am8., que me :1111:1
khov, en la novela de Tchernychevski, tiene la costumbre de jamás apasionadamente. Simulo no comprender", etc. Pero cuando Lisa lll'g:l,
ceder el paso, excepto a las damas y a los ancianos; cuando en una la trata como una prostituta.
ocasión un personaje grosero tampoco se aparta, Lopoukhov, hombre Sus sueños son aún más románticos cuando no están sq_,uid< >s de
de gran fuerza física, simplemente lo hace caer en la zanja. Otro perso- ninguna acción precisa. Como por ejemplo en ese suer1o intL'lllporal
naje, Kirsanov, encuentra una prostituta y, por su amor, la redime de que se encuentra en el capítulo 2:
su condición (él estudia medicina, al igual que el pretendiente de Lisa).
Este plan paródico jamás es mencionado en el texto. Al contrario, el Por ejemplo, triunfo. Naturalmente, los otros l'St:í n vueltos polvo y
obligados a reconocer de su propio agrado mis nunK·rosas cualidades,
hombre del subsuelo está siempre consciente de comportarse eo desea
y yo los perdono a todos. Poeta y gentilhombre de la C:imara, me
hacerlo) como los personajes románticos de principio de siglo; las enamoro; toco tantos millones que sacrifico ahí mismo en aras de la

tl
158 LOS GENEROS DEL DISCURSO

especie humana; luego confieso delante del pueblo todas mis infamias,
las cuales, naturalmente, no son infamias ordinarias pero contienen
locas cantidades de ·bello.. y de •sublime .. , en el estilo de Manfredo,
' MEMOHIAS DEL SUBSUELO

rechazar la concepción romántica del hombre, sino en función de una


lógica que les es propia. Esta lógica, nunca formulada pero sin cesar
159

representada, explica todas las acciones, aparentemente aberrantes del


etc. Nuevamente con Zverkov, cuando prevé tres versiones sucesivas narrador y de aquellos que le rodean: es la lógica del amo y el esclavo
de una escena que jamás tendrá lugar: en la primera éste baja los pies; o como dice Dostoyevski, del "desprecio" y la "humillación... Lejos de se~
en la segunda, se baten a duelo; en la tercera el narrador muerde la la ilustración del capricho, de lo irracional y la espontaneidad, la con-
mano de Zverkov; es enviado a los campos de trabajo forzoso y, quince ducta del hombre subterráneo obedece, como ya lo señaló René Gi-
años más tarde, regresa para ver a su enemigo: rard, a un esquema bien preciso. ·
El hombre subterráneo vive en un mundo de tres valores: inferior
Mira monstruo, mira mis mejillas hundidas, mis harapos! Perdí todo: igual, superior; pero éstos conforman una serie homogénea sólo e~
carrera, felicidad, arte, ciencia, la mujer que amaba, y todo eso por tu apariencia. En primer lugar, el término ·igual" no puede existir sino
culpa. He aquí las pistolas. Vine a vaciarla y ... yo te perdono. -En ese negado: lo propio de la relación amo-esclavo es ser exclusiva no admi-
momento dispararé al aire y no se oirá hablar más de mí... -Me
tir. ningún tercer término. Aquel que aspira a la igualdad pmeha por eso
encontraba a punto de llorar y, sin embargo, al mismo tiempo sabía
-la duda no estaba permitida- que todo eso lo había sacado ele Sylvio nusmo que no la posee; él se atribuirá entonces el rol del esclavo.
y de Mascarade de Lermontov. Desde el momento en que una persona ocupa uno de los extremos de
la relación, su pareja automáticamente se encuentra encadenada al
Todas estas ensoñaciones se llevan a cabo explícitamente en nombre otro.
de la literatura, de cierta literatura. Cuando los hechos corren el riesgo . Pero ser amo no es más fácil. De hecho, desde que uno se ve con-
de desarrollarse de otra manera, el narrador los califica de no literarios fmnado en s~1 s:1perioridad, ésta, por ese mismo hecho, desaparece;
(•todo aquello sería miserable, no literario, ¡banal!"). De este modo se ?ues la st~penondad existe sólo bajo la condición de ser ejercida entre
esbozan dos lógicas o dos concepciones de la vida: la vida literaria o tguales; s1 uno cree verdaderamente que el esclavo es inferior la su-
libresca, y la realidad o la vida viviente. perioridad pierde sentido. Más exactamente, ella lo pierde cuando el
amo percibe no solamente su relación con el esclavo sino la imagen
Nosotros tocios nos hemos desacostumbrado a vivir, todos, unos más de esta relación; o si se prefiere, cuando él adquiere conciencia de ella.
que otros, hemos devenido cojos. Nos hemos desacostumbrado a tal Aquí está, precisamente, la diferencia entre el narrador y los otros
punto que a veces, sentimos una especie de repulsión frente a la ·vida
personajes de las Memorias. A primera vista, esta diferencia puede
viviente .. y, en consecuencia, detestamos que nos recuerden su exis-
tencia. Hemos llegado al punto en que es justo no considerar a la ·vida parecer ilusoria. El mismo cree en ella a los veinticuatro años; ·Otra
viviente . como una labor, casi como una función pública, en que en cosa me atormentaba: justamente esto, que nadie se me parecía y que
nuestro fuero interior pensamos que el mundo de los libros es mejor. yo no me parecía a nadie. 'Es que yo soy solo, pero ellos son todos
(. .. ) Déjennos solos, sin libros, y pronto nos enredaremos, nos per- me decía perdiéndome en conjeturas... Pero dieciséis años más tarde el
deremos ... :
narrador agrega: ,Ahí se ve que no era sino un niño". En efecto la
diferenci~ existe únicamente para él, pero eso es suficiente. Lo qu~ lo
así habla el narrador desilusionado al final de las Memorias.
vuelve dtferente a los otros es su deseo de no diferenciarse; es decir
su conciencia, la misma que exaltaba en la primera parte. Desde qu~
uno se vuelve consciente del problema de la igualdad, desde que uno
AMO Y ESCLAVO ~celara desear ser igual, uno afirma, en este mundo en el que no hay
smo amos Y esclavos, que uno no es igual, y --como sólo los amos
.son ·iguales·- que uno es, en consecuencia, inferior. Por todos lados
De hecho no asistimos a un simple rechazo de los sueños. Los
el fra~as~ persig:1e al hombre subterráneo: la igualdad es imposible, 1~
acontecimientos representados no se organizan solamente con el fin de
.supenondad esta desprovista de sentido y la inferioridad es dolorosa.
111
11

MEMORIAS DEL SUBSUELO


160 LOS GENEROS DEL DISCURSO 161

Tomemos el primer episodio, el encuentro con el oficial. Uno podría lo percibieran, lo cual revela en él el deseo obsesivo de probar que es
encontrar extraño el deseo del narrador de verse lanzado por la ven- igual. También, enterándose de que se preparan a celebrar a otro
tana; o para explicarlo, recurrir a ese ,,masoquismo" con el cual nos ha antiguo camarada (que no le interesa para nada), pregunta si puede
entretenido en la primera parte. La explicación, sin embargo, no está participar en la fiesta: ser como los otros. Mil obstáculos se erigen en
allí. Y si nosotros juzgamos como absurdo su deseo es porque tenemos su camino; él no va a dejar de vencerlos y de asistir a la cena de
en cuenta únicamente los actos explícitamente expuestos, y no aquello Zverkov. Sin embargo, en sus sueños el narrador no se ilusiona: él se
que presuponen. Pero una pelea en regla implica la igualdad de los par- ve ya sea humillado por Zverkov, ya sea a su vez humillándolo: no se
ticipantes: no se pelea sino entre iguales. (Nietzsche escribía -sin duda puede sino elegir entre rebajarse o despreciar al otro.
era la lección de psicología que extraía de Dostoyevski: «No se odia a Zverkov llega y se comporta de manera afable. Pero todavía aquí el
un hombre mientras uno lo considere inferior, sino solamente cuando hombre subterráneo se comporta siguiendo algo preconcebido y no lo
se lo juzga igual o superior,.) Obedeciendo a la misma lógica del amo que sucede en sí, y esta afabilidad misma lo pone en guardia:
y el esclavo, el oficial no puede aceptar esta proposición: exigir la
Así pues, ¿se creía él inconmensurablemente superior en todo tipo de
igualdad implica que se es inferior, el oficial entonces se comportará
relación? ( ... ) ¿Y si la idea miserable de que él era inmensamente
como superior. ,,Me tomó por los hombros y, sin ninguna advertencia superior a mí, y que a causa de ello no podía considerarme sino ele una
ni explicación, me hizo cambiar de lugar, luego pasó como si no hubie- manera protectora, sin abrigar ningún deseo ele herirme, se había
ra remarcado siquiera mi presencia". He aquí que nuestro héroe se incrustado en su cerebro de mosca?
encuentra en el lugar del esclavo.
Encerrado en su resentimiento, el hombre subterráneo comienza a La mesa alrededor de la cual todos se sientan es redonda; pero la
soñar -no exactamente en la venganza, sino nuevamente en la igual- Igualdad se detiene allí. Zverkov y sus camaradas hacen alusiones a la
dad. El escribe al oficial una carta (que no enviará) que debería llevar pobreza, a los infortunios del narrador, en una palabra, a su inferioridad
a este último ya sea al duelo, es decir, a la igualdad de los adversarios, -pues ellos también siguen la lógica del amo y el esclavo, y desde que
o a ''pasar por mi casa, precipitarse sobre mí y ofrecerme su amistad. alguien desea la igualdad, se sobreentiende que se cree inferior. A pe-
Y ¡cómo habría sido bello ese gesto! ¡En ese momento, habríamo:--; sar de todos sus esfuerzos se deja de notar su presencia. «Era imposible
comenzado a vivir!··: en otras palabras, la igualdad de los amigos. humillarse de manera más baja, más deliberadamente". En seguida, en
Después el narrador descubre la vía de la venganza. Ella consistir:¡ la primera ocasión, él pide de nuevo la igualdad (ir con los otros al
en no ceder el paso en la avenida Nevski, en la cual ambos frecuen- burdel), pero ella le es negada, a lo cual siguen nuevos sueños de
superioridad, etc.
temente se pasean. Una vez más, lo que él sueña es la igualdad.
Por otra parte, el otro rol no le es del todo negado: él encuentra seres
¿Por qué te borras tú primero? me hacía yo mismo la guerra, despertán- más débiles de los cuales es el amo. Pero esto no lo satisface para nada
dome de golpe a las tres de la madrugada, en plana crisis de nervios 1)( >rque él no puede ser amo a la manera del «hombre de acción". El
-¿Por qué serías tú y no él? No hay ley sobre ello, no está escrito en liene necesidad del proceso de devenir amo y no del estado de
ninguna parte, ¿no es así? Vea usted cómo es de banal este hecho.
cuando la gente delicada se encuentra: él te cede la mitad del paso '
•n1perioridad en sí. Esta mecánica está brevemente evocada en un
tú la otra, y ustedes se cruzarán así, con miradas recíprocas. ~t·cuerdo de la escuela:

Y cuando el encuentro se lleva a cabo el narrador constata: ,,Me hahí: 1 Una vez, incluso tuve un amigo. Pero ya en mi alma era un déspota;
colocado públicamente a un palmo ele igualdad social con respecto ;1 yo deseaba reinar en la ele él como un amo absoluto; yo quería
ék Esto es por otra parte lo que explica la nostalgia que él siente ahor; 1 inspirarle para que despreciara su medio, del cual le exigí una ruptura
altísima y definitiva. Mi amistad apasionada le dio miedo: lo arrinconaba
por este ser poco atractivo («Mi dulce amigo, ¿qué hace ahora? ... "). hasta hacerlo llorar y que le dieran convulsiones; era un alma ingenua
El incidente con Zverkov obedece exactamente a la misma lógica. 1-1 y confiada; pero cuando se abandonó por completo a mí comencé a
hombre subterráneo entra en un salón donde se encuentran reunid<>'> odiarlo y a rechazarlo, pues creía que no sentía necesidad de él sino
antiguos camaradas de escuela. Ellos también se comportan como si n< ' para vencerlo y someterlo.
162 LOS GENEROS DEL DISCURSO MEMORIAS DEL SUBSUELO
163

Para un amo consciente, el esclavo, una vez sometido, no presenta ya romántica de igualdad o de generosidad presupone la superioridad, del
ningún interés. tnismo modo que la pelea presuponía la igualdad. Comentando su
Pero es sobre todo en el episodio con Lisa que el hombre subte- primer encuentro con Lisa el narrador se da completamente cuenta de
rráneo se encuentra en el otro extremo de la relación. Lisa es una prosti- ello.
tuta, está en lo más bajo de la escala social: es lo que permite, al hombre
subterráneo, por una sola vez, actuar según la lógica romántica que le Me habían abofeteado, yo quería también abofetear; me habían tratado
como a un trapito, yo quería ahora ejercer mi dominio ... He aquí el
es tan cara: ser magnánimo y generoso. Pero él da tan poca importancia
negocio. ¿Y tú te imaginaste que yo había venido aquí expresamente
a su triunfo que la olvida al día siguiente, pues su interés reside todo para salvarte, no?
en la relación con sus amos. De lo que yo tenía necesidad ese día era de potencia, sentía
necesidad de jugar, de hacerte incluso llorar, rebajarte, provocar tus
Pero euidentemente, lo más importante, lo esencial no estaba allí: tenía gemidos -¡era de eso de lo que sentía necesidad ese día!
que apurarme, ir a salvar mi reputación a los ojos de Zverkov y de
Simonov. Eso era lo principal. En medio de las preocupaciones de esta La lógica romántica no está sólo constantemente rebatida por la del amo
mañana me había olvidado completamente de Lisa. y el esclavo, sino que incluso no es diferente de ésta; es por eso que,
Si el recuerdo vuelve es porque el hombre subterráneo teme que, en por otra parte, los sueños "rosa, pueden alternar libremente con los
el próximo encuentro, no pueda mantenerse en el mismo nivel de su- "negros".
perioridad al que había llegado. ,Ayer, me tomó por un ... héroe ... Toda la intriga en la segunda parte de las Memorias del subsuelo no
mientras que ahora ... ''· El duda que Lisa no se convierta, también, en es otra cosa que la explotación de esas dos figuras fundamentales del
alguien que lo de,\precie, y que sea nuevamente humillado. Pero, por juego del amo y el esclavo: el vano intento de acceder a la igualdad,
azar, ella entra en casa de él en el preciso instante en que está siendo el cual se paga con la hmnillación, y el esfuerzo también vano -pues
humillado por su sirviente. De allí que la primera pregunta que él le los resultados son efímeros- de vengarse, lo cual es, en el mejor de
haga sea: «Lisa, ¿tú me desprecias?". Después de una crisis de histeria, los casos, sólo una compensación: se humilla y se desprecia por haber
él comienza a creer sido humillado y despreciado. El primer episodio con el oficial presenta
resumidamente las dos posibilidades; en seguida ellas se alternan
que, desde ahora, los roles están definitivamente invertidos; que, desde obedeciendo a la regla del contraste: el hombre subterráneo es humi-
ahora, era ella la heroína, y que yo era una criatura tan humillada, tan llado por Zverkov y sus camaradas, él humilla a Lisa, luego él es hu-
abofeteada como ella lo había sido la otra noche delante de mí --de tnillado por su sirviente Apolón, para vengarse una vez más de Lisa;
eso hacía cuatro días ...
la equivalencia de las situaciones está marcada ya sea por la identidad
¡ii Esto provoca en él el deseo de volverse amo; él la posee y le paga, del personaje, o por una semejanza en los detalles: así Apolón "seseaba
1

como a cualquier prostituta. Pero el estado de superioridad no le brinda sin parar", mientras que Zverkov habla "seseando o estirando las
ningún placer, y su solo deseo es que Lisa desaparezca. Una vez que palabras, lo cual no le ocurría desde hacía tiempo". El episodio con
ella se ha ido, él descubre que ella no tomó el dinero. ¡Así pues, ella Apolón, el cual escenifica una escena concreta entre el amo y el escla-
no era inferior! A sus ojos, ella vuelve a adquirir todo su valor y se lanza vo, sirve de emblema para el conjunto de estas peripecias tan poco
a perseguirla. "¿Para qué? ¡Para arrodillarme delante de ella, estallar en caprichosas.
lágrimas de arrepentimiento, besarle los pies, implorar su perdón!, Lisa
le era inútil como esclava, pero ella regresa a él ahora necesaria como
ji un amo en potencia. EL SER Y EL OTRO
Ahora se entiende que las ensoñaciones románticas no son ajenas
a la lógica del amo y el esclavo: ellas son la versión rosa del com-
portamiento del amo, el cual vendría a ser la versión negra. La relación Constantemente el hombre subterráneo será llevado a asumir
el rol de esclavo; a causa de ello él sufre profundamente y, sin embargo,
164 LOS GENEROS DEL DISCURSO
MEMORIAS DEL SUUSUELO
165

en apariencia él lo desea. ¿Por qué? Porque la misma lógica del amo


cerca ele la puerta, pasando la mano por la espalda y adelantando la
y el esclavo no es una verdad última, ella misma es una apariencia que pierna apuntaba hacia mí una mirada donde la severidad había cedido
disimula un presupuesto esencial al cual ahora hay que acceder. Este su lugar al desprecio. Si yo le preguntaba qué quería, en lugar de
centro, esta esencia a la cual llegamos nos reserva, sin embargo, una responder, me atravesaba con los ojos unos minutos más, luego, con un
sorpresa: ella consiste en afirmar el carácter primordial de la relación gesto particular en los labios y un aire lleno de sobreentendidos, daba
lentamente media vuelta y se marchaba de la habitación con el mismo
con el otro, en colocar la esencia del ser en el otro, en decirnos que paso imponente.
lo simple es doble, y que el último átomo, indivisible, está en realidad
hecho de dos. El hombre subterráneo no existe fuera de la relación con También hay que analizar desde esta óptica los raros momentos en
el otro, sin la mirada del otro. Ahora bien, no ser produce aún más que el hombre subterráneo logra realizar sus fantasías románticas: este
angustia que no ser nada, que ser esclavo. logro exige la ausencia total de la mirada. No es un azar que esto se pro-
El hombre no existe sin la mirada del otro. No obstante, uno podria duzca en el momento del encuentro victorioso con el oficial: .. De pronto,
equivocarse sobre la significación de la mirada en las Memorias del a tres pasos de mi enemigo, fuera de toda expectativa, me decidí, cerré
subsuelo. En efecto, las indicaciones al respecto, muy abundantes, pa- jitertemente los ojos y ... ¡nos tropezamos violentamente de espalda!".
recen a primera vista inscribirse dentro de la lógica del amo y el escla- Tampoco es puro azar que esto se repita durante el primer encuentro
vo. El narrador no desea mirar a los otros porque, al hacerlo, les reco- con Lisa; al comienzo mismo de la conversación, el narrador nos dice:
nocerla sus existencias y, por eso mismo, les concedería un privilegio ·las velas se habían apagado, ya no le veía el rostro"; y es sólo al final,
que él misn1o no está seguro de poseer; dicho de otro modo, la mirada una vez que ha terminado su discurso, que él encuentra ..fósforos y un
puede convertirlo en esclavo. "En la cancilleria donde yo trabajaba me candelabro iluminado de nuevo". Es precisamente entre estos dos mo-
esforzaba incluso en no mirar a nadie". En el encuentro con sus anti- mentos luminosos que el hombre subterráneo puede enunciar sus pa-
guos camaradas de escuela, él evita con insistencia mirarlos, permane- labras románticas, dirigidas hacia el rosado rostro del amo.
ce ••Con los ojos tljos en su plato" ...Me esforcé sobre todo en no mi- Pero allí no se trata sino de la lógica de la n1irada "literal", concreta.
rarlos". Cuando mira a alguien, él trata de poner en su n1irada toda su De hecho, en todas estas circunstancias la condición de inferioridad es
dignidad -luego, un desafío. ·Yo los miraba con rabia, con odio", dice aceptada, incluso es deseada, pues ella permite atraer sobre sí la mirada
él del oficial y de sus camaradas de escuela: ·Yo paseaba alrededor ais- de los otros, aunque se trate de una mirada de desprecio. El hombre
ladamente mi mirada embrutecida". Recordemos que en ruso las pala- subterráneo está siempre consciente del sufrimiento que le causa la mi-
bras prezirat y nenavídet, despreciar y odiar, tan frecuentes en el texto rada humillante; no por eso deja de buscarla. Ir a casa de su jefe, An-
para describir precisamente este sentimiento, contienen la raíz de ver te m Antonytch, no le brinda ningún placer; las conversaciones que allí
y mirar. e>ye son insípidas.
Los otros hacen lo n1ismo, con mucho más éxito la mayoría de las
veces. El oficial pasa al lado de él como si no lo viera; Simonov ..evita Se hablaba de los impuestos, ele las adjudicaciones en el Senado, de
mirarlo"; sus camaradas, una vez borrachos, no lo notan. Y cuando lo tratos, promociones, se hablaba de Su Excelencia, de los modos de
observan lo hacen con la n1isma agresividad, lanzándole el mismo hacerse gustar, etc. Yo tuve la paciencia de quedarme, como un cretino,
desafío. "Fertichkin hundía en n1is ojos una mirada furibunda··, Troudo- cuatro horas seguidas cerca ele esa gente, ele escucharlos sin atreverme,
ni saber cómo hacerlo, a hablar acerca de nada con ellos. Me estaba
lioubov ..me atisbaba con desprecio", y Apolón, su sirviente, se espe-
volviendo estúpido, sudaba y tenía calorones, la parálisis me perseguía;
cializa en las miradas displicentes: pero eso era bueno, útil.

El comenzaba por fijar en nosotros una mirada extraordinariamente t,Por qué? Porque anteriormente ha sentido ..la necesidad insuperable de
severa que no apartaba de nosotros antes de varios minutos, sobre todo
cuando venía a abrirme la puerta o a acompañarme hasta la salida. ( ... )
precipitar (se) en la sociedad". El sabe que Simonov lo desprecia: "Yo
De repente, sin ninguna razón aparente, entraba con un paso suave y se >spechaba que él sentía por nú una gran repulsión (...)Justamente me
silencioso en mi habitación; mientras yo deambulaba o leía, se detenía decía que este señor encontraba muy desagradable mi presencia y que
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166 LOS GENEROS DEL DISCURSO
l MEMORIAS DEL SUBSUELO
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seria un error ir a verlo··. Pero, continúa, "este tipo de consideraciones, tmctura psíquica. El hombre subterráneo busca probar que la concep-
como si fueran intencionales, me daban coraje para verme en situacio- ción que le es adversa no solamente es amoral (lo es de manera secun-
nes equívocas... Una mirada, aunque sea de amo, vale más que la daria, derivada), sino también inexacta, falsa. El hombre de la natura-
ausencia de la mirada. leza y de la verdad, el hombre simple e inmediato, imaginado por
La escena toda con Zverkov y los camaradas de la escuela se explica Rousseau, no es solamente inferior al hombre consciente y subterrá-
de igual manera. El tiene la necesidad de sus miradas; si él toma poses neo, sino que ni siquiera existe. El hombre uno, simple e indivisible,
ligeras y libres, es porque espera "con impaciencia que sean ellos los es una ficción; el más simple ya es doble; el ser no posee existencia
primeros en dirigirme la palabra... Luego, "YO quería demostrarles que anterior al otro o independiente de él; es por eso que los sueños de
podía perfectamente prescindir de ellos; y sin embargo, yo golpeaba un "egoísmo racional» deseados por Tchernychevski y sus amigos están
el piso haciendo sonar mis tacones... Lo mismo ocurre con Apolón: él condenados al fracaso, como lo está toda teoría que no esté fundada
no obtiene ningún provecho de este sirviente grosero y perezoso, pero sobre la dualidad del ser. La universalidad de estas conclusiones está
tampoco puede separarse de él. afinnada en las últimas páginas de las Memorias.
No podía Jx)tarlo, pues creía que él estaba químicamente relacionado
Yo simplemente llevé hasta el límite extremo, en mi propia vida, lo que
con mi existencia. (. .. )Yo me pregunto ¡x)r qué, pero me parecía que
ustedes no han osado ni siquiera llevar hasta la mitad, incluso tomando
Apolón formaba parte, desde hacía siete años, de este hábitat del cual el miedo de ustedes como única razón, lo cual les servía de consuelo,
era inca paz de echar. mientras que ustedes, de hecho, se engañaban a sí mismos.
Esta es la explicación del ..masoquismo.. irracional, relatado por el
narrador en la primera parte y que los críticos han amado tanto: él acep- Así pues, de un solo gesto se encuentran rechazadas tanto una con-
ta el dolor porque el estado de esclavo es finalmente el único que le cepción esencialista del hombre como una visión objetiva de las ideas;
asegura la mirada de los otros; y sin ella el ser no existe. no es por azar que las alusiones a Rousseau aparecen en estos dos
En efecto, la primera parte ya contenía explícitamente esta afirma- casos. La confesión de Rousseau estaria escrita para los otros pero por
l m ser autónomo; la del hombre subterráneo está escrita para él, pero
ción, hecha a partir del postulado de un fracaso: el hombre subterráneo
c::~l mismo es desde ya doble, los otros están en él, lo exterior es interior.
no es nada, precisamente no es siquiera un esclavo, o como él mismo
lo dice, no es ni siquiera un insecto. "No solamente no supe volverme Así como es imposible concebir al hombre simple y autónomo, se debe
malvado, sino que no supe volvenne nada: ni malo ni bueno, ni crápula superar la idea del texto autónomo considerado más como la expresión
ni hombre honesto, ni héroe ni insecto... El sueña con poder afirmarse auténtica de un sujeto que como el reflejo de otros textos, como juego
entre los interlocutores. No hay dos problemas: uno concerniente a la
aunque sea a través de una cualidad negativa, como la pereza, la
naturaleza del hombre, el otro al lenguaje, uno situado en las "ideas.. ,
ausencia de acciones y de cualidades.
d otro en la ,.fomla... Con toda certeza se trata de la misma cosa.
Yo me respetaría justamente porque sería capaz de abrigar al menos la
pereza, poseería al menos un atributo aparentemente positivo del cual,
yo también, estaría seguro. Preguntan: ¿quién es él? Responden: un
EL JUEGO SIMBOLICO
perezoso. ¡Pero diablos!, qué agradable sería escucharlo. Así poseo una
definición positiva, y entonces puede decirse algo de mí.
De este modo, los aspectos aparentemente caóticos y contra-
Porque ahora él no puede ni siquiera decir que no es nada (y circuns-
dictorios de las Memorias del subsuelo encuentran su unidad. El maso-
cribir la negación dentro del atributo); él no es niega incluso al verbo
quismo moral, la lógica del amo y el esclavo, el nuevo estatus de la
de la existencia misma. Ser sólo es no se1.r'.
idea, participan todos de una misma estmctura fundamental, más
Hay un gran debate, casi científico, que ocupa casi todas las páginas
semiótica que psíquica, que es la estructura de la alteridad. De todos
de las Memorias, sobre b concepción misma del hombre, sobre su es-
1< >s elementos esenciales que aislamos durante el análisis, sólo queda
168
LOS GENEROS DEL DISCURSO l MEMORIAS DEL SUBSUEID
169

uno cuyo lugar dentro del conjunto de la primera parte aún no aparece: ;,< =ómo reaccionó ella?
la denuncia de los poderes de la razón. ¿Sería esto acaso un ataque
gratuito de Dostoyevski contra los socialistas, sus amigos-enemigos'; De pronto, con un impulso irreprimible, se lanzó a mis pies y, tendida
Pero terminemos de leer las Memorias y descubriremos también elluga r hacia mí, siempre intimidada y sin atrever a moverse, me abrió los
y la significación de esta denuncia. brazos ... Y mi corazón se conmovió. Entonces ella se lanzó contra mi
De hecho, dejo de lado a uno de los personajes más importantes de pecho, me rodeó el cuello con sus brazos y estalló en lágrimas.
la segunda parte: Lisa. Y esto no es una mera casualidad: su comporta-
miento no obedece a ninguno de los mecanismos hasta aquí descritos, Lisa rechaza tanto el rol de amo como el de esclavo, ella no desea ni
dominar ni complacerse en el dolor: ella ama al otro por él mismo. Es
ObseiVemos por ejemplo su mirada: ella no se asemeja ni a la del amo
este reverbero de luz lo que hace de las Memorias una obra mucho más
ni a la del esclavo.
clara de lo que uno está acostumbrado a creer; esta misma escena
Yo entreví un rostro fresco, joven, un poco lívido, con las cejas negras justifica la realización del relato, mientras que en la superllcie se pre-
y rectas y una mirada grave, ligeramente impresionada. senta como un fragmento recortado por el capricho del azar: el libro
De pronto, a mi lado, percibí dos ojos enormemente abiertos que me no podía terminarse antes, y ya no hay razón para que continúe; como
fijaban con curiosidad. Su mirada era fría, apática, sombría, totalmente
extraña; le dejaba a uno una impresión desagradable.
dice Dostoyevski en las últimas líneas, "uno puede detenerse aquí... Se
puede comprender un hecho que a menudo ha provocado la inquietud
Al final del encuentro: de los comentaristas de la obra de Dostoyevski; por una carta del autor,
contemporánea al libro, sabemos que el manuscrito contenía, al final
En general ya no era el mismo rostro, la misma mirada ele antes -mo- de la primera parte, la introducción de un principio positivo: el narrador
rosa, desafiante, obstinada. Ahora se leía en ella la oración, la dulzura
y la confianza, la ternura, la timidez. Así miran los niños a aquellos que indicaba que la solución estaba en Cristo. La censura suprimió este
aman mucho y a quienes quieren pedirle algo. Ella tenía los ojos color pasaje en el momento de su primera publicación; pero, curiosamente,
almendra, muy bellos, ojos vivos que sabían reflejar el amor y un odio l>ostoyevski no lo restableció en las ediciones posteriores. Ahora puede
sombrío. verse la razón: el libro habría tenido dos fines en lugar de uno; y el
propósito de Dostoyevski habría perdido gran parte de su fuerza si
En él, después de asistir a una escena terrible, su mirada conserva su
hubiera estado colocado en la boca del narrador en vez de encontrarse
singularidad: "Ella me miraba con inquietud... "Ella me miraba muchas
t'll el gesto de Lisa.
veces con una sorpresa triste .. , etc. Varios críticos (Skaftymov, Frank) ya han destacado que, contraria-
El momento crucial en la historia relatada en las Memorias del sub-
mente a una opinión muy difundida, Dostoyevski no detlende los
suelo ocurre cuando Lisa, injuriada por el narrador, reacciona de un solo
puntos de vista del hombre subterráneo sino que lucha contra ellos. Si
golpe, de una manera inesperada para él, lejos de la lógica del amo y
ptldo producirse este malentendido es porque asistimos a dos diálogos
el esclavo. La sorpresa es tal que el mismo narrador debe ponerla en
!lin~ultáneos. El primero es aquel entre el hombre subterráneo y el
relieve. ddcnsor del egoísmo racional (poco importa si está representado por
el nombre de Tchernychevski o de Rousseau, o de cualquier otro); este
Fue entonces cuando se produjo un hecho extraño. Yo estaba tan
t k· bate recae sobre la naturaleza del hombre y sobre ella opone dos
acostumbrado a pensar e imaginar todo como si saliera ele un libro y a
representarme al mundo entero tal como lo había inventado en mis lln:'igenes, una autónoma, la otra dual; es evidente que Dostoyevski
fantasías [actualmente sabemos que la lógica libresca de los románticos ~•n·pta a la segunda como verdadera. Pero de hecho este primer
y la del amo y el esclavo de hecho son una sola], que este extraño di:tlogo no sirve sino para eliminar el malentendido que escondía al
acontecimiento no lo pude interpretar en seguida. Ahora bien, he aquí
Vl'rdadero debate; es allí que se instaura el segundo diálogo, esta vez
lo ocurrido: la misma Lisa que yo acabada de humillar, de injuriar, había
('ntre el hombre subterráneo de un lado, y Lisa, o si se prefiere
comprendido más cosas de las que yo creía.
1>< >stoyevski, del otro. La dificultad mayor en la interpretación de las
170 LOS GENEROS DEL DISCURSO
' MEMORIAS DEL SUDSUELO
171

Memoria..-; reside en la imposibilidad de conciliar la aparente verdad,


decir, una vigésima parte del ser humano. Esta boca que ya no habla
acordada a los argumentos del hombre subterráneo, con la posición de
sino que besa, introduce el cuerpo y el gesto (todos habíamos perdido,
Dostoyevski, tal como por otro lado la conocemos. Pero esta dificultad
dice el narrador de las Memorias, nuestro "propio cuerpo,); esta boca
proviene de la yuxtaposición de los debates en uno. El hombre
interrumpe el lenguaje pero instaura, con más fuerza aún, el circuito
subterráneo no es el representante de la posición moral, inscrita por
simbólico. El lenguaje será sobrepasado no exactamente por el altivo
Dostoyevski con su propio nombre en el texto; él simplemente
silencio que encarna "el hombre de la naturaleza y de la verdad·, el
desarrolla hasta sus extremas consecuencias la posición de los adver-
hombre de acción, sino por este juego simbólico superior que ejecuta
sarios de Dostoyevski, los radicales de los años sesenta. Pero una vez el gesto puro de Lisa.
que estas posiciones han sido lógicamente presentadas, se entabla el
Al día siguiente de la muerte de su primera esposa, durante los
proceso esencial -aunque no ocupe sino una pequeña parte del
mbn1os días en los que trabajaba en las Memorias, Dostoyevski escribe
texto-- en el cual Dostoyevski, colocándose dentro del contexto de la en su diario (16.4.1864):
alteridad, opone la lógica del amo y el esclavo a la del amor a los otros,
tal como está encarnada en el comportamiento de Lisa. Si en el primer
Amar al hombre como a sí mismo, según el mandamiento de Cristo, es
debate se confrontaban, en el plan de la verdad, dos descripciones del imposible. La ley de la personalidad en la tierra lo ata, pero el yo lo
hombre, en el segundo, suponiendo resuelto este problema, el autor impide ... No obstante, después de la aparición de Cristo como el ideal
opone, en el plano de la moral, dos concepciones del justo compor- del hombre convertido en came, se volvió algo tan claro como el agua
tamiento. que el desarrollo superior y último de la personalidad debe precisamen-
te alcanzar este grado (absolutamente al final del desarrollo, en el
En las Memorias del subsuelo esta segunda solución no aparece sino
momento mismo en el que se alcanza la meta), en el cual el hombre
en un breve instante, cuando Lisa tiende bruscamente sus brazos para encuentra, adquiere conciencia y, con todas sus fuerzas, se convence de
alcanzar a aquel que la injuria. Pero a partir de este libro ella se irá que la suprema utilización que puede hacer de su personalidad, de la
afirmando cada vez más en la obra de Dostoyevski, aunque pem1a- plenitud del desarrollo de su yo, reside, en cierto modo, en negar ese
nezca más como la marca de un límite que como el tema central de yo, entregarlo por completo a los otros sin ninguna reserva. Esta es la
máxima felicidad.
una narración. En Crimen y castigo, la prostituta Sonia, con el mismo
amor escuchará las confesiones de Raskolnikov. Lo mismo sucederá
con ~1 príncipe Mychkin, en El idiota y con Tikhone, quien recibe la
Creo que esta vez le podemos dejar al autor la última palabra.
confesión de Stavroguine en Los demonios. Y en Los hermanos Kara-
mazov este gesto se repetirá, simbólicamente, tres veces: al comienzo
del libro, el starets Zossima se aproxima al gran pecador Mitia, Y se
inclina silenciosamente ante él. El Cristo, quien escucha el discurso del
Gran Inquisidor amenazando quemarlo, se acerca al anciano y besa sus
labios exangües. Y Aliocha, luego de haber escuchado la "revuelta, de
Iván encuentra dentro de sí la misma respuesta: él se aproxima a Iván
y lo 'besa en la boca sin decir nada. Este gesto, repe~ido a lo largo c~c
1

il
'1

toda la obra de Dostoyevski, adquiere un valor prectso. El abrazo sm


palabras, el beso silencioso, es una superación del lenguaje pero no una
renuncia al sentido. El lenguaje verbal, la conciencia de sí, la lógica del
amo y el esclavo, los tres se encuentran del mismo lado, ellos son el
pan del hombre subterráneo. Porque el lenguaje, nos han dicho en b
primera parte de las Memoria..-;, no conoce sino aquello bañado por e 1
lenguaje -la razón no conoce sino aquello que es razonable-, es
172

NOTAS
LOS GENEROS DEL DISCURSO

' LOS LÍMITES DE EDGAR ALLAN POE

Cito la traducción de Lily Denis, publicada en la edición bilingüe de Notes, Aubier-


Montaigne, 1972.
2 En ruso en el texto [N. del T).
3 Hombre de la naturaleza y de la verdad [N. del T.). . .,
4 De .. Phalanstere ... El término pertenece a la doctrina de ~ouner. Es u~~~ ~m o~ ele
falange y monasterio y sirve para denominar _las Cc~m:Jmclacles o Asoo,IC!ones ele
trabajadores que plantea Fourier en su cloctnna ,utop!Gl [N. del T). ,· , ,
La palabra en francés quiere decir, literalmente, Sr. Todoelmundo, des1gnando as1
5
una personificación de la multitud o muchedumbre [N. del T). El subrayado es
nuestro). . , l "fi " , 1
6 El subrdyado es nuestro. En francés, como en mgles, el ver )O •etre .. s1gm IC~- a
A ••

mismo tiempo .. ser.. y "estar... Hemos preferido, por el contexto de la reflex10n,


traducirlo como "ser" [N del T).

Sr UNO LEE POR vez primera los tres volúmenes de cuentos de


Edgar Poe traducidos por Baudelaire, las Historias extraordinarias, las
Nuevas historias extraordinarias y las Historias serias y grotescas, uno
no deja de sorprenderse de su extremada variedad, Al lado de cuentos
fantásticos tan célebres como "El gato negro" o "Metzengerstein", se en-
cuentran relatos que parecen proceder de un movimiento inverso, al
cual el mismo Poe denominaba "razonamiento": por ejemplo, "El esca-
rabajo de oro'' o ·La carta robada". En el mismo conjunto de cuentos
hay ciertas historias vecinas que prefiguran al género de ..horror,: ·Hop-
Frog", "La máscara de la muerte roja, y otros pertenecientes a lo ..gro-
tesco, (para utilizar el vocabulario de la época): "El Rey Peste", "El diablo
en el campanario", ·Los leones". Poe también se destacó bastante en el
puro relato de aventuras (..El pozo y el péndulo", .. un descenso al
Maelstrom,) así como en un género más descriptivo y estático: ·La isla
del hada", "El dominio de Arnheim". Y eso no es todo: hay que agregar
los diálogos filosóficos (.. El poder de las palabras", "El coloquio de Mo-
nos" y "Una,>) además de los cuentos alegóricos (..El retrato oval", ·Wi-
lliam Wilson,). Otros ven en su obra el nacimiento de la novela policial
(·Los crímenes de la calle Margue,) o el de la ciencia-ficción (.La
incomparable aventura de un tal Hans Pfaall,) ... Aquí hay todo para ex-

••
174 LOS GENEROS DEL DISCURSO ' !.OS LIMITES DE EDGAR AUAN POE
175

traviar al amante de las clasificaciones. cuentos surgen todos de un principio abstracto que engendra tanto lo
A esta primera variedad, desplegada horizontalmente, se agrega otra que llamamos las "ideas" como la «técnica", el "estilo" o el "relato". Poe
que puede manifestarse en un solo y mismo cuento. Poe ha disfrutado es el autor de lo extremo, lo excesivo y superlativo; él lleva todas las
(y continúa haciéndolo) de la atención de los críticos, quienes vieron cosas a sus límites -más allá si es posible. No se interesa sino en lo
en su obra la más perfecta ilustración de un cierto ideal -<:ada vez más grande o lo más pequeño: el punto en el que una cualidad ad-
diferente. En su prefacio a las Nuevas historias extraordinarias, Bau- quiere su grado superior, o aquel donde corre el riesgo de transformar-
delaire convierte a Poe en el ejemplo del espíritu decadente, en el se en lo contrario (aunque a menudo esto revierte en lo mismo). Un
modelo de aquellos que comparten el arte por el arte: aquél ve en éste único principio determina los aspectos más variados de su obra. Esto
aquello que personalmente más le interesa. Para Valéry, Poe encarnaba es tal vez lo que Baudelaire resumía de la mejor manera titulando esta
perfectamente la tendencia a dominar el proceso de creación, a redu- obra Historias extraordinarias.
cirlo a un juego de reglas en lugar de cederle a la inspiración ciega el Comencemos por lo más obvio: los temas. Ya se mencionó la pre-
poder de las iniciativas. Marie Bonaparte le ha consagrado uno de los sencia de algunos cuentos bntásticos; pero lo fantástico no es otra cosa
estudios más célebres (y más cuestionados) de la crítica psicoanalítica: <¡u e una vacilación prolongada entre una explicación natural y otra
la obra de Poe ilustraría con certeza todos los grandes complejos psí- sobrenatural concernientes a un mismo acontecimiento. No se trata de
quicos en ese entonces recientemente descubiertos. Bachelard lo leyó <>tra _c?sa distinta a este límite, natural-sobrenatural. Poe lo dice muy
como un maestro de la imaginación material. Jean Ricardou como un exphotamente en las primeras líneas de sus cuentos fantásticos co-
adepto al juego del anagrama... ¡Y la lista no se cierra! ¿Se trata del locando esta alternativa: locura (o sueño), en consecuencia explic~ción
mismo autor? ¿Cómo es posible que las mismas obras se conviertan en natural; o bien, intervención sobrenatural. Así ocurre en "El gato negro":
ejemplo -además privilegiado-- de tendencias críticas tan alejadas
unas de otras? Loco estaría si lo esperara [que los lectores le crean], cuando mis
Como toda obra, pero de una manera más particular en este caso, sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien
la obra de Poe desafía al comentarista: ¿existe, sí o no, un principio :1ue ~sto ~o es un sueño .._. Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya
m:ehgencra rec~uz~a .mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia
común generador de escritos tan diversos? ¿Los cuentos de Poe trazan
mas serena,. mas logrc.a y mucho menos excitable que la mía, capaz de
aquella "imagen en el tapiz., cuya parábola formuló Henry James? ver. ~n las crrcunstanoas que temerosamente describiré, una vulgar su-
Tratemos de esto más claramente a pesar de que para ello haga falta cesron de causas y efectos naturales 1 .
renunciar a algunas certezas ya establecidas.
' i¡
Este principio generador había recibido un nombre de parte de los <~ tal co1~1o se expresa en "El corazón delator": .. ¡Es cierto! Siempre he
1
primeros grandes admiradores de Poe (y si el valor de un poeta está stdo nerv10so, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afir-
en razón del de sus admiradores, Poe estaría entre los más grandes): man ustedes que estoy loco?".
Baudelaire y Dostoyevski. Pero parece que ellos no apreciaron toda la El tono de estas exploraciones de los límites no es siempre tan
importancia de este principio, al percibirlo en una de sus realizaciones .'i< >lemne; es de una manera más bien placentera que se oscila entre lo
concretas y no como un movimiento fundamental. Baudelaire le daba humano y lo animal en ..cuatro bestias en una", «El hornbre-cameleopar-
una palabra: la excepción, pero en seguida agregaba: en el orden mo- do"; o dentro de este mismo límite de la locura-razón, en "El sistema
ral; y afirmaba: "Ningún hombre ha contado con tanta magia las excep- <Id ?o.ctor Tarr ~ del profesor Fether". Pero en el plano temático hay
ciones de la vida humana y de la naturaleza.,, pero en seguida se un lumte que, mas que cualquier otro, llama la atención de Poe, lo cual
conformaba con enumerar algunos elementos temáticos. Y, de modo st· comprende fácilmente pues se trata del límite por excelencia: el de
semejante, Dostoyevski afirmaba: "El escoge aproximadamente siem- b muerte. La muerte acecha en casi todas las páginas de Poe.
pre la realidad más rara y coloca a su héroe en la situación objetiva o A~·ccho que se concilia con los puntos de vista más diversos, que
psicológica más insólita". thum.na as~ectos muy variados de la no-vida. Como puede imaginarse,
Ahora bien, más que poseer un denominador temático común, estos d cnmcn JUega un rol en primer plano apareciendo bajo todas sus
176 LOS GENEROS DEL DISCURSO

formas: el utensilio filoso (,,El gato negro·.), la asfixia ("El cora~ón dela-
tor,), el veneno ("El demonio de la perversidad·), el emparedamiento
(«El tonel de amantillado,), el fuego (,Hop-Frog,), o el agua ("El misterio
'
;¡ I.C>S LIMITES DE EDGAR ALLAN POE

~cnerador es que uno puede observar su acción sobre hechos mucho


menos macabros. De allí las características casi gramaticales del estilo
177

de Poe, que abunda en superlativos. El lector los encontrará en cada


de Marie Rogét>} .. La fatalidad de la muerte "natural» es igualmente un página; citemos algunos al azar:
tema recurrente, ya sea colectiva ("La máscara de la muerte roja",
"Sombra,), o individual ("Los recuerdos del señor Augusto Scdloe,); Es imposible que una acción haya sido antes así maquinada y delibe-
también lo es la amenaza de una muerte inminente ("El pozo y el rada a la perfección.
péndulo", "Un descenso al Maelstrbm,). Las alegorías de Poe son fre- ¿Acaso los vientos indignados no han divulgado hasta en las más
lejanas regiones del globo su incomparable infamia?
cuentemente sobre la muerte ("La isla del hada", "El retrato oval,) y sus
La sala ele estudios era la más vasta de toda la casa --e incluso del
diálogos filosóficos tienen por tema la vida después de la muerte: tal mundo entero.
como ocurre en "El coloquio de Monos" y "Una" o en "La conversación No hay en todo el país castillo más cargado de gloria y de años que
de Eiros y Charmion". La vida después de la muerte, esto es lo que mi melancólica estancia antigua y heredada.
revela el límite que separa a ambas; de allí las numerosas incursiones ¡Seguramente hombre alguno hasta entonces había cambiado tan
terriblemente, en un período tan breve, como Roderick Usher!
en este dominio: sobreviviente de la momia («Conversación con una
¡Oh! los más inmisericordes, ¡oh! ¡los más demoníacos ele los
momia,), sobrevida gracias al magnetismo (<<La verdad sobre el caso del hombres! ...
señor Valdemar,), resurrección en el amor ("Morella", "Ligeia", "Eleo-
nora,). Sus comparaciones, incluso sus descripciones, participan siempre de lo
Aún queda un rostro de la muerte que particularmente fascina a Poe: excesivo:
el entierro de un ser vivo. Entierro que tiene como causa el deseo de
matar ("El tonel de amantillado,) o de esconder el cadáver ("El corazón Un chillido, mitad horror y mitad triunfo --como sólo puede surgir del
delator", "El gato negro,). En el caso más impactante, el entierro procede Infierno;
de un error: se entierra al vivo tomándolo por muerto. Este es el caso De repente, una idea terrible expulsó torrentes de sangre ele mi
corazón,
de Berenice y de Madeline Usher. Poe ha descrito los estados catalép-
¡un potente rugido como el de mil truenos! [etc.]
ticos que provoca esta confusión:
Lo superlativo, la hipérbole, la antítesis, son las armas de esta retó-
Entre la numerosa serie de enfermedades provocadas por la primera y
fatal, que ocasionó una revolución tan horrible en el ser normal y físico rica un poco fácil. Sin duda, es esto lo que más se nota en la obra de
de mi prima, debe mencionarse como la más afligente y obstinada una Poe para un lector contemporáneo, acostumbrado como está a des-
especie de epilepsia que terminaba no rara vez en catalepsia, estado cripciones más discretas. Poe consume tantos sentimientos excesivos
muy semejante a la disolución efectiva y de la cual su manera de en sus frases que no deja ninguno para el lector; la palabra "terror" deja
recobrarse era, en muchos casos, brusca y repentina (.. Berenice . ). indiferente (mientras que uno habría estado seguramente aterrorizado
por una evocación que no nombrara sino que surgiera con sólo suge-
La catalepsia eleva el juego de los límites a una energía superior: no rir). Cuando él exclama: "¡Oh! lúgubre y terrible máquina de Horror y
solamente muerte en la vida (como toda muerte) sino vida en la muer-
Crimen --de Agonía y Muerte!", "iOh! gigantesca paradoja, cuya mons-
te. Entierro: vía hacia la muerte, pero entierro prematuro: negación de
truosidad excluye toda solución!", el narrador despliega tanta emoción
la negación.
que su pareja, el lector, no sabe qué hacer con la suya. Pero sin duda
Sin embargo, lo que importa comprender es que esta fascinación por
sería un error atenerse a la constatación del "mal gusto" de Poe ---como
la muerte no resulta directamente de una pulsión mórbida descono-
a ver en su obra la expresión inmediata (y preciosa) de fantasmas
cida; ella es el producto de una tendencia global que es la exploración
mórbidos. Los superlativos de Poe se desprenden del mismo principio
sistemática de los límites a la cual se libra Poe (lo que podríamos llamar generador de su fascinación por la muerte.
su "superlativismo,). La pmeba de esta generalidad mayor del principio
Principio del cual no se han terminado de enumerar las consecuen-
178 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS LIMITES DE EDGAR ALLAN POE
179

cias. Pues Poe es sensible a todos los límites --comprendido aquel que cerca de la mansión de los Usher para que ésta pueda dern1mbarse allí
da un estatus de literario, de ficticio a sus propios escritos. Se sabe que dentro, no porque el país sea célebre por sus estanques. Ya vimos có-
él es el autor de numerosos ensayos (algunos traducidos por Baude- mo en sus relatos abundan no solamente las expresiones sino también
laire); pero al lado de ellos, ¡cuántos textos de estatus incierto, los los personajes superlativos: Ellos son los habitantes de los cuentos de
editores vacilan en incluirlos en cualquiera de sus rúbricas! "Revelación Poe, no de la América contemporánea. Las pocas excepciones a esta
magnética" figura a veces entre los ensayos, otras entre las "historias,,; regla no hacen sino demostrar más aún su vigor: tal vez la descripción
igual ocurre con "El jugador de ajedrez de Maelzeh. Textos como "Si- de la escuela, en "William Wilson", se fundamenta en la experiencia
lencio", "Sombra", "El poder de las palabras", "El coloquio de Monos" y personal de Poe en Inglaterra; tal vez la mujer que resucita, Ligeia o
"Una", "La conversación de Eiros y Charmion" conservan sólo débiles Eleonora, evoque a su esposa muerta joven. ¡Pero qué distancia hay
huellas (aunque sin embargo las conservan) de su estatus ficticio. El entre las experiencias reales y estas acciones, estos personajes sobre-
caso que más llama la atención es el de "El demonio de la perversidad", naturales y excesivos! El mismo Baudelaire, sucumbiendo a la ilusión
al cual Baudelaire incluyó dentro de las Nuevas historias extraordina- realista y expresiva, creía que Poe había viajado muchísimo; en efecto,
rias: durante los dos primeros tercios del texto creemos estar frente a era el hermano de Poe quien viajaba y Edgar quien relataba sus viajes.
un "estudio teórico", a una exposición de las ideas de Poe; luego, de Poe es un aventurero pero no en el sentido banal de la palabra: él
pronto, el relato aparece, transformando de golpe y profundamente to- explora las posibilidades del espíritu, los misterios de la creación
do aquello que lo precedía, haciéndonos corregir nuestra reacción artística, los secretos de la página en blanco.
primera: la inminencia de la muerte da un nuevo resplandor a las frías Por otra parte él se explicó extensamente en textos sobre arte y
reflexiones de antes. El límite entre ficción y no-ficción se encuentra de literatura, de los cuales uno fue traducido por Baudelaire: Tbe Philo-
esta manera iluminado y convertido en polvo. sophy ofComposítion (bajo el título La Genese d' un poeme) 2 ; Baudelaire
Aun éstos son rasgos superficiales de la obra de Poe que se dejan dudaba, sin embargo, de la sinceridad de Poe. Este último cuenta de
ver por una observación inmediata. Pero el principio de los límites hecho la producción de su célebre poema "El cuervo"; ningún verso,
acaba determinándolo de una forma esencial, a través de una elección ninguna palabra es debida al azar eeso quiere decir también a ninguna
estética fundamental, a la cual todo escritor se encuentra confrontado relación con lo "real»); él está allí por la fuerza de sus relaciones con
y frente a la cual Poe opta de nuevo por una solución extrema. Una otras palabras, otros versos (ya tuve ocasión de evocar este texto).
obra de ficción clásica es a la vez, y necesariamente, imitación, es decir,
relación con el mundo y la memoria, y juego, luego regla y arreglo de Yo creé la noche tempestuosa, primero para justificar a este cuervo
sus propios términos. Un elemento de la obra -una escena, un deco- buscando la hospitalidad, luego para crear el efecto de contraste con la
rado, un personaje- es siempre el resultado de una determinación tranquilidad material de la habitación. Igual, coloqué el pájaro sobre el
doble: la que viene de los otros elementos, copresentes del texto, y la busto de Pallas para crear el contraste entre el mármol y el plumaje; se
adivina que la idea de busto ha sido únicamente sugerida por el pájaro;
que impone la "verosimilitud", el "realismo", nuestro conocimiento del el busto de Pallas ha sido escogido, primero, a causa de su relación
mundo. El equilibrio que se establece entre estas dos especies de facto- íntima con la erudición del amante, y luego, a causa de la sonoridad
res puede ser muy variable, según se pase de los "formalistas" a los misma de Pallas.
"naturalistas". Pero rara vez la desproporción de los factores alcanzará
un grado tan elevado como en Poe. Aquí nada es imitación, todo es En otro lugar él afirma abiertamente su repugnancia por el principio de
constniCción y juego. imitación:
Sería vano buscar en los relatos de Poe un cuadro de la vida
americana de la primera mitad del siglo XIX. La acción en ellos se sitúa Todas las artes han avanzado rápidamente -cada una casi directamen-
te en razón de que sea menos imitativa;
habitualmente en viejas mansiones, macabros castillos, países lejanos
La simple imitación, así sea exact~l, de lo que existe en la naturaleza,
y desconocidos. El decorado en Poe es completamente convencional: no autoriza a nadie a tomar el título de artista.
él obedece a las exigencias del desarrollo de la acción. Hay un estanque
180
LOS GENEROS DEL DISCURSO l LOS LIMITES DE EDGAR ALLAN POE
181

Poe entonces no es un "pintor de la vida", sino un constructor, un que el género fantástico atrae a Poe precisamente a causa de su ra-
inventor de formas; de allí la ya mencionada exploración de los géneros cionalismo (y no a pesar del mismo). Si uno se atiene a las expli-
más diversos (cuando no son de su invención). La disposición de los caciones naturales, hay que aceptar el azar, las coincidencias en la
elementos de un cuento le importa mucho más que el acuerdo de éstos organización de la vida; si se quiere que todo esté detenninado se de-
con nuestro saber sobre el mundo. Poe alcanza, una vez más, un límite: hen admitir también las causas sobrenaturales. Dostoyevski afirmaba lo
el de la anulación de la imitación, el de la excepcional valorización de mismo de Poe -pero a su manera: «Si él es fantástico lo es sólo
la constn1cción. superficialmente". Poe es fantástico porque es superracional, no porque
Esta elección fundamental tiene numerosas consecuencias que se sea irracional, y no hay ninguna contradicción entre los cuentos
encuentran entre los rasgos más característicos de los escritos de Poe. fantásticos y los cuentos llamados de razonamiento.
Enumeremos algunas. El rigor causal está duplicado por un rigor espacial, formal. La
Primeramente, los cuentos de Poe (como sus otras obras) están siem- gradación es la ley de numerosos cuentos: Poe capta primero la aten-
pre constnüdos con un rigor extremo. En su teoría del cuento (desa- ción del lector con un anuncio general de los acontecimientos ex-
rrollada al rendirle un estado de cuenta a los relatos de Hawthorne), Poe traordinarios que él desea contar; luego presenta, lleno de detalles, el
ya afirma esta necesidad. plano de fondo de la acción; después el ritmo se acelera hasta alcanzar,
a menudo, la frase última, cargada de la más grande significación, la
Un hábil escritor construye un cuento. Aunque conozca su materia, él no cual a su vez ilumina el misterio inteligentemente sostenido y anuncia
ha modelado sus pensamientos sobre los incidentes, sino que, después un hecho que en general es horrible. Así, en "El gato negro", la última
de haber concebido con cuidado y reflexión un cierto efecto único, se
frase es: "¡Había emparedado al monstruo en la tumba!,; y en «El
propone producirlo e inventa entonces estos incidentes --combina los
acontecimientos- que le permiten obtener lo mejor posible el efecto corazón delator": "¡Ahí. .. ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón!";
preconcebido. Si su primera frase no tiende a producir este efecto y en «La caída de la Casa Usher", también todo lleva a esta frase: "¡La
entonces fracasó en el primer paso. En toda obra no debería haber una encerramos viva en la tumba!».
sola palabra escrita que no tienda, directa o indirectamente, a realizar Este determinismo formal se ejerce en niveles diferentes. Uno de los
este diseño preestablecido. más elocuentes es el de los sonidos mismos; bastantes cuentos funcio-
nan como juego de palabras: así, muy específicamente muchos cuentos
Pueden identificarse en la cita anterior, extraída de La Genese d'un
grotescos, como "Los leones", "El Rey Peste", «Conversación con una
poeme, dos tipos de restricciones internas: unas surgen de la causalidad,
momia·· (el héroe de este último se llama Allamistakeo, es decir, "todo
de la coherencia lógica; las otras de la simetría, del contraste, de la
aquello era un error,). Pero frecuentemente sucede igual en otros
gradación, dando así a la obra una coherencia que podría llamarse
cuentos en los que las determinaciones formales son menos evidentes;
espacial. El rigor de la causalidad alcanza a cuentos que están construi-
.Jcan Ricardou pudo demostrar el rol que juegan ciertas corresponden-
dos dentro del espíritu del método deductivo, caro a Poe, tales como
cias verbales en cuentos como "El escarabajo de oro, o "Los recuerdos
"El escarabajo de oro", "La carta robada", "Los asesinatos de la calle Mar-
del señor Auguste Bedloe". Finalmente, la construcción en abismo (se-
gue". Y uno puede preguntarse si el descubrimiento, por parte de Poe,
gún la cual el cuento relatado al interior de otro es del todo semejante
del "demonio de la perversidad, no participa de ello. Este estado
a este último) es frecuente en Poe; y particularmente evidente en ·La
particular del espíritu consiste en actuar "por la razón según la cual no
(·aída de la Casa Usher.. , donde el relato que sirve de marco imita al
deberíamos", pero más que permanecer en una constatación negativa,
mismo tiempo un cuadro y un libro que él nos hace conocer.
Poe construye una facultad del espíritu humano en el cual lo propio es
Cada nivel de organización del texto obedece a una lógica rigurosa;
determinar tales actos. Así, el gesto aparentemente más absurdo no es
además, estos niveles están estrictamente coordinados entre ellos.
abandonado sin ninguna explicación; también él participa del deter-
Hetengamos uno solo como ejemplo: los cuentos fantásticos y .. serios",
minismo general (y haciendo esto, Poe descubre el rol de ciertas
de las Nuevas historias extraordinarias, están siempre contados en
motivaciones inconscientes). De modo más general, se puede pensar
primera persona, preferiblemente por el personaje principal, sin distan-
LOS GENEROS DEL DISCURSO I.OS LIMITES DE EDGAH ALLAN POE
182 183

cia entre el narrador y su relato (las circunstancias de la narración jue- eventos que él evoca la de las páginas leídas por el lector; Poe encon-
gan allí un papel importante): es esto lo que ocurre en "El demonio de trará entonces los medios para desembarazarse de esa esencia imitativa.
la petversidad", ..El gato negro", ..william Wilson", ..El corazón delator", Primero el más evidente: sustituirá al relato por la descripción, opone,
«Berenice", etc. Al contrario, los cuentos ugroteSCOS» como uEl Rey Peste", al movimiento de las palabras, la inmovilidad de los hechos descritos.
..El diablo en el campanario", ·<Los leones", .. cuatro bestias en una", Esto culmina en cuentos tan extraños como uLa isla del hada" o ccEl
..conversación con una momia", o los cuentos de horror como ·Hop- dominio de Arnheim", o más aún en "El cottage de Landor", donde Poe
Frog, y ·<La máscara de la muerte roja", están relatados por una tercera introduce de golpe una sucesión; pero ésta pertenece al proceso de
persona o por un narrador testigo y no actor; los acontecimientos son obsetvación, no al hecho obsetvaclo. Más importante todavía, esta mis-
distanciados y el tono es estilizado. Ningún encabalgamiento es po- ma tendencia transforma los cuentos . narrativos" en una yuxtaposición
sible. (tiscontinua de momentos inmóviles. ¿Qué otra cosa es ceLa máscara de
Una segunda consecuencia de la escogencia extrema llevada a cabo la muerte roja, sino una disposición estática de tres cuadros: el baile,
por Poe (contra la imitación y en virtud de la constmcción) es la de- la inquietante máscara, el espectáculo de la muerte? ¿O ccWilliam Wil-
saparición del relato o al menos en su forma simple y fundamental. son", donde una vida entera es reducida a algunos momentos descritos
Podría SQrprender tal afirmación, pues se presume que Poe es el na- con la más grande precisión? ¿O ·Berenice", en el cual un largo relato
rrador por excelencia; pero una lectura atenta nos convencerá de que en tiempo imperfecto (y por ello pleno de acciones repetitivas, no
en él casi nunca hay un encadenamiento simple de los acontecimientos únicas) es seguido de la imagen de la difunta y luego, separada por una
sucesivos. Incluso en los relatos de aventuras que más se asemejan, línea de puntos suspensivos, por una descripción de la habitación del
como ..Manuscrito hallado en una botella" o uArthur Gordon Pym", el narrador? En la pausa --en el blanco de la página- se jugó lo esencial:
relato, el cual comienza por una simple serie de aventuras, se vuelve la violación del sepulcro, el despertar de Berenice, el gesto loco que
de misterio obligándonos a volver sobre él para realizar una relectura llevó sus dientes a reposar debajo del escritorio de Egaeus dentro de
más atenta de sus enigmas. Lo mismo ocurre con los cuentos de razo- una caja de ébano. Sólo está presente la inmovilidad que deja adivinar
namiento, los cuales, en este sentido, se encuentran muy lejos de las al torbellino de acciones.
formas actuales de la novela policial: la lógica de la acción es reempla- Poe describe los fragmentos de una totalidad y, en el interior de
zada por la búsqueda del conocimiento, y nunca asistimos al enca- estos fragmentos, escoge aún el detalle; pues practica, en términos de
denamiento de las causas y los efectos, solamente a su deducción re- retórica, una doble sinécdoque. Dostoyevski, nuevamente, había reve-
pentina. lado este rasgo: ·Hay en su facultad de imaginación una particularidad
Ausencia del relato tradicional, ausencia también de la psicología que no existe en ningún otro: la fuerza de los detalles". El cuerpo
común en tanto medio de constn1cción del relato. A menudo se ha se- humano en patticular se encuentra reducido a uno de sus componen-
ñalado que el determinismo de los hechos hace las veces de motivación tes. Así por ejemplo, los dientes de Berenice: "Estaban aquí y allí y en
psicológica, y que los personajes de Poe, víctimas de una causalidad todas partes, visibles y palpables, ante mí; largos, estrechos, blanquí-
que los supera, carecen siempre de espesor. Poe es incapaz de cons- simos, con los pálidos labios contrayéndose alrededor, como en el
tmir una verdadera alteridad; el monólogo es su estilo preferido e momento mismo en que habían empezado a distenderse". O el ojo del
incluso sus diálogos (.. Coloquio ... ", "Conversación ... '') son monólogos anciano en "El corazón delator": ·Tenía un ojo semejante al de un
disfrazados. La psicología no podía interesarle sino como un problema buitre ... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba
entre tantos otros, como un misterio para ser explorado, como objeto en mí se me helaba la sangre, (este anciano está hecho de un ojo y de
y no como método de constmcción. La pmeba es un cuento como "La un corazón que late, nada más). ¿Cómo olvidar tampoco el ojo tuerto
carta robada", en el cual Dupin, personaje fantoche desprovisto de toda de uEl gato negro»?
ccpsicología» en el sentido novelesco de la palabra, formula lúcidamente Recibiendo tal fuerza, el detalle deja de ser un medio para crear el
las leyes de la vida psíquica humana. sentimiento ele realidad (como lo será igualmente en Flaubert y Tolstoi,
El relato es esencialmente imitativo, repitiendo en la sucesión de por ejemplo) y devenir alegoría. La alegoría se adapta bien a la
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184 LOS GENEROS DEL DISCURSO l LOS UMITES DE EDGAR AUAN l'Of
185

desaparición del relato, característica de Poe: despliegue abismal y no NOTAS


horizontal, ella tiene sus afinidades con la inmovilidad, es decir, con
la descripción. Toda la obra de Poe está atraída por una tendencia
hacia la alegoría (lo que explica, dicho sea de paso, la admiración de
la crítica psicoanalítica, principal forma moderna de la crítica alegóri- P~ra los relatos de Poe, hemos tomado la tr:tducciém realizada por]. Cortázar. Ver
Cu.~~tos, _2 vols., M~dri~, Alianza, 1970, publicados por primera vez en 1956 por
ca). Ciertos cuentos son alegorías declaradas (uno lleva como subtítulo EdtClones ele la Umverstdad de Puerto Rico [N. del T].
"Relato en el que hay una alegoría..): tales como ·Silencio", "El retrato 2 La génesis de un poema [N. del T].
oval.. , ..conversación con una momia.. o ··William Wilson.. ; otros, más
sutilmente, se abren a la interpretación alegórica sin exigirla necesa-
riamente (.<Ligeia.. , "La carta robada..).
La tercera y no última consecuencia de la elección de Poe: sus
cuentos tienen una tendencia a tomar la literatura por objeto: se trata
de cuentos metaliterarios. Una atención tan sostenida en la lógica del
relato lo empuja a hacer del relato mismo uno de sus temas. Ya vimos
la existencia de cuentos construidos sobre una «imagen en abismo";
más importante, numerosos cuentos adoptan el tono paródico, estan-
do dirigidos tanto a su aparente objeto como a un texto o género
anterior: son, de nuevo, los cuentos grotescos, de los cuales sólo
algunos fueron traducidos por Baudelaire. Su conocimiento por parte
del público ha padecido visiblemente de una su puesta farrúliaridad de
ellos con cierta tradición literaria.
Así pues, Poe es, en todos los sentidos, un escritor de los límites
-lo cual, a la vez, es su principal mérito y, si no es muy osado decirlo,
su límite. Creador de fon11as nuevas, explorador de espacios desco-
nocidos, es cierto; pero su producción es necesariamente marginal.
Felizmente, en todas las épocas, quedan lectores que prefieren el
margen y no el centro.
' EL CORAZÓN DE LAS 11NIEBLAS

EL CORAZÓN DE las tinieblas, de Joseph Conrad, se parece su-


perficialmente a un relato de aventuras. Un niño sueña viendo los
espacios blancos de un mapa; grande, Marlow decide ir a explorar uno
de ellos, el más extenso: el corazón del continente negro, al cual
alcanza un rio serpentino. Le es asignada una tarea: encontrar a Kurtz,
uno de los agentes de la sociedad que explota el marfil; se anuncian
peligros. Sin embargo, este esbozo convencional no cumple sus pro-
mesas: los riesgos de la sociedad que profetiza el doctor son de orden
interior: él mide el cráneo de aquellos que parten de viaje y los in-
terroga acerca de la presencia o la ausencia de la locura en la familia.
Igualmente, el capitán sueco que lleva a Marlow al primer puesto del
recorrido es pesimista en relación al futuro, pero la experiencia que
evoca es la de un hombre que se colgó, completamente solo. El peligro
viene del interior, las aventuras se realizan en el espíritu del explorador
y no en las situaciones por las cuales atraviesa.
La continuación de la historia confinna esta impresión. En el puesto
central, al cual Marlow termina por llegar, él se encuentra confinado
a la inacción debido al naufragio del barco a vapor del cual supues-
tamente él iba a tomar el mando. Largos meses transcurren; mientras,
il
1', la única acción de Marlow es esperar el envío de los clavos que faltan.
11

i'
188 LOS GENEROS DEL DISCUR'iO lP.L CORAZON DE !AS TINIEBLAS
189

No sucede nada; y cuando algo ocurre, el relato omite hablarnos de me había prometido: una conversación con Kurtz,. Hablar: para com-
ello. Es esto lo que sucede cuando parte al lugar donde está Kurtz. prender, no para actuar. Esta es sin duda la razón por la cual Marlow
cuando se encuentra este último con el director del puesto central. irá a buscar a Kurtz después que éste se fuga, desaprobando, al mismo
cuando regresa Marlow y hace sus reportes a los ..peregrinos, después tiempo, que haya sido secuestrado por los peregrinos: si Kurtz hubiera
de la muerte de Kurtz. Durante la escena decisiva en la cual va a escapado a su mirada, a su escucha, no habría permitido ser conocido.
conocer a Kurtz, Marlow permanece en el barco y conversa con un n1so La subida por el río es entonces un ascenso a la verdad, el espacio
insignificante; uno nunca se entera de lo que sucedió en tierra. simboliza al tiempo, las aventuras sirven para comprender. "Remontar
Tomemos ese momento tradicionalmente culminante en los relatos el río era trasladarse, por decirlo así, a las primeras épocas del
de aventuras: la batalla, aquí, entre Blancos y Negros. El único muerto mundo ... ". "Nosotros viajábamos en la noche de los primeros tiempos••.
digno de ser mencionado es el timonel, y aún así Marlow no se refiere El relato de acción («tnitológicon) existe aquí para permitir el des-
a él sino por el hecho de que la sangre del moribundo llena sus zapatos pliegue de un relato de conocitniento (..gnoseológico,). La acción es
obligándolo a lanzarlo por la borda. El desenlace de la batalla es insignificante porque todos los esfuerzos recaen sobre la búsqueda del
irrisorio: los disparos de los Blancos no alcanzan a nadie y no producen ser. (Conrad escribía en otra parte: ·Nada más fútil bajo el sol que un
sino humo («Me di cuenta, cuando la cima del arbusto se movía y aventurero puro,.) El aventurero de Conrad -si todavía se lo quiere
volaba, de que casi todos los disparos habían caído demasiado alto·} llamar así- ha transformado la dirección de su búsqueda: ya no busca
En cuanto a los Negros, se fugan escuchando el solo silbido del barco: vencer sino conocer.
"Las voces furiosas y belicosas se detuvieron al instante... La desban- Numerosos detalles, diseminados a lo largo de la historia, confirman
dada se debía únicamente al nlido estridente del silbido del vapor••. el predominio del conocer sobre el hacer, porque el diseño global
Igual sucede con este otro momento donde culmina la intensidad repercute sobre una infinidad de gestos puntuales que apuntan todos
del relato, la inolvidable imagen de la mujer negra que sale de la jungla a la misma dirección. Los personajes no cesan de meditar sobre el
mientras Kurtz es colocado en el barco: ·De pronto, ella abrió sus sentido escondido de las palabras que escuchan, sobre la significación
brazos desnudos y los elevó, derecho, sobre su cabeza, como en un Impenetrable de las señales que perciben. El director de la sociedad
irresistible deseo de tocar el cielo ... ". Gesto potente pero que, después tcnnina todas sus frases con una sonrisa que "sellaba aquello que de-
de todo, no era una acción sino un signo enigmático. dan sus palabras con el fin de volver absolutamente indescifrable el
Si hay aventura, no está allí donde uno podría creer encontrarla: no sentido de la frase más trivial". El mensaje del Ruso que debe ayudar
está en la acción sino en la interpretación que se tendrá a partir de a los viajeros, está escrito, Dios sabe por qué, en un estilo telegráfico
ciertos hechos dados, propuestos desde el principio. Las aventuras que que lo vuelve incomprensible. Kurtz conoce la lengua de los Negros
hubieran podido captar nuestra atención no pueden hacerlo porque, pero cuando se le pregunta: ..¿Usted entiende eso?", en su rostro dibuja
contrariamente a todas las leyes del suspenso, su desenlace es anun- •una sonrisa cuyo sentido era indescifrable,: sonrisa tan enigmática
ciado mucho antes y en varias ocasiones. Al comienzo mismo del viaje, como las palabras pronunciadas en una lengua ignorada.
Marlow previene a sus auditores: "Tuve el presentimiento de que bajo Las palabras exigen la interpretación; más aún, también los símbolos
el enceguecedor sol de este país, iba a aprender a conocer el demonio, no verbales que intercambian los hombres. El barco remonta el río:
flácido, hipócrita, de miradas evasivas, el demonio de una locura rapaí:
e inmisericorde··· No sólo la muerte de Kurtz sino el destino de Marlow Algunas veces, en la noche, un ritmo de tambores, detrás de la cortina
van a ser en lo sucesivo recordados en varias ocasiones ("sucedió que de los árboles, llegaba hasta el río persistiendo débilmente, como si
merodeara en el aire, sobre nuestras cabezas, hasta el amanecer. Es
fui yo quien quedó a cargo de su memoria.. ). imposible decir si anunciaban la guerra, la paz o una oración.
El advenimiento de los hechos no tiene importancia, pues sólo
contará su interpretación. El viaje de Marlow sólo tiene un objeto: "el l.o tnismo ocurre con otros hechos simbólicos no intencionales: acon-
viaje había sido emprendido nada más que para permitirme hablar con tecimientos, comportatnientos, situaciones. El barco ha naufragado en
Kurtz... Yo... me di cuenta de que ahí estaba justamente todo lo que el fondo del río: .. No sé en este instante la significación de este
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LOS GENEROS DEL DISCURSO ' 0L CORAZON DE LAS TINIEBLAS 191

naufragio". Los peregrinos permanecen tranquilos en la estación cen- se ve aún ni Kurtz ni ningún continente negro, sino un romano ima-
tral: "Algunas veces me preguntaba qué quería decir todo eso". Por otra ginario, conquistador de Inglaterra en el año cero. Este se habría en-
parte, la profesión de Marlow, conducir un barco, no es otra cosa sino frentado al mismo salvajismo, al mismo misterio -a lo incomprensible.
la capacidad de interpretar signos: ·Tiene que vivir en el seno de lo incomprensible, lo que es en sí y desde
ya detestable ... Y hay allí sin embargo, una especie de fascinación que
Necesitaba adivinar el canal, discernir -inspiración sobre todo-- los se pone a funcionar". El relato que vendrá, que ilustrar[t este caso
signos de un fondo oculto. Tenía que espiar las rocas descubiertas C. ..)
general, es pues el del aprendizaje de un arte de la interpretación.
y tenía que ver los signos de la madera muerta que cortábamos durante
la noche para estar seguros del vapor del día siguiente. Cuando uno La abundancia metafórica de lo blanco y lo negro, de lo claro y lo
tiene que dedicarse por entero a tocio este tipo de cosas, a los solos oscuro, fácilmente obsetvable en este texto, no es, evidentemente, ex-
incidentes de la superficie, la realidad -sí, la realidad misma- palide- traña al problema del conocimiento. En principio, y ele acuerdo con las
ce. La verdad profunda permanece oculta ... ¡Gracias a Dios! metáforas de la lengua, la oscuridad equivale a la ignorancia, la luz al
conocimiento. La Inglaterra oscura del principio es descrita con un
La verdad, la realidad y la esencia demoran intangibles; la vida se agota
nombre: tinieblas. La sonrisa enigmática del director produce el mismo
en una interpretación de signos.
efecto: «El selló esta exclamación con su singular sonrisa, como si
Las relaciones humanas no son sino una búsqueda hem1enéutica.
hubiera, en un instante, entreabierto las puertas ele las tinieblas de las
Para Marlow, el Ruso es «inexplicable.. , "uno de esos problemas que uno
cuales tenía la custodia ... Recíprocamente, la historia ele Kurtz ilumina
no puede resolver... Pero el mismo Marlow se convierte en objeto de
la existencia de Marlow:
interpretación para el alfarero. Y el Ruso, a su vez, debe exclamar, al
hablar de las relaciones entre Kurtz y su esposa: «Yo no comprendo...
Me pareció que irradiaba una especie de luz sobre todas las cosas
La jungla misma se presenta a Marlow «tan sombría, tan impenetrable alrededor mío y de mis pensamientos. El era voluntariamente sombrío,
al pensamiento humano·· (anotemos: al pensamiento, no al cuerpo) que no obstante (y lamentablemente) -y esto era un punto extraordinario
él cree descubrir allí un "encanto mudo ... en cualquier caso, aunque tampoco muy claro, no muy claro ... - pa-
Varios episodios emblemáticos indican también que se trata de un recía irradiar una especie de luz ...
relato en el cual predomina la interpretación de los símbolos. Al inicio,
en la puerta de la sociedad explotadora de marfil, en una ciudad A esto también se refiere el título de la historia: El corazón de las
tinieblas. La expresión vuelve varias veces en el transcurso del texto:
europea, se encuentran dos mujeres.
para designar el interior del continente desconocido donde se dirige el
A menudo, cuando estaba allá, volvía a ver aquellas dos criaturas harca («Penetrábamos cada vez más profundamente el corazón de las
guardianas de la puerta de las Tinieblas, tejiendo sus negras lanas come) tinieblas,) o para designar de dónde viene («La corriente sombría se ale-
si estuvieran haciendo un sofocante lienzo cálido; una introducía sin jaba con rapidez del corazón de las tinieblas ..). La expresión también
tregua en lo desconocido, la otra escudriñaba los rostros alegres y
despreocupados de sus viejos ojos impasibles. designa, por restricción, a aquel que encama este corazón intocable,
Kurtz, tal como demora en el recuerdo de Marlow atravesando el
Una busca (pasivamente) conocer; la otra lleva a un conocimiento que tunbral de la puerta donde vive la novia; o, por generalización, en la
se le escapa: he aquí a dos figuras del conocimiento que anuncian el última frase del texto, el lugar del desconocimiento, al cual huyen las
desarrollo del relato que vendrá. Al final exacto de la historia, se en a~uas de otro río: ,Hacia el corazón mismo de las infinitas tinieblas ... Por
cuentra otra imagen simbólica: la novia de Kurtz piensa en lo que elb concomitancia, la oscuridad también simbolizará el peligro y la des-
puede haber hecho si se hubiera encontrado a su lado: ,Habría cele J l'spcranza.
samente recogido el menor de sus suspiros, sus más mínimas palabras. En efecto, el estatus de la oscuridad es más ambiguo, ya que él
cada uno de sus movimientos, cada una de sus miradas .. : habría hechc > deviene objeto de deseo; a su vez, la luz se identifica con la presencia,
una colección de signos. nm todo lo que ésta tiene de frustrante. Kurtz mismo, objeto de deseo
El relato de Kurtz se abre además con una parábola, en la cual nc 1 de todo el relato, es "las impenetrables tinieblas ... El se identitka a tal
LOS GENEHOS DEL DTSCUHSO ' F.L CORAZON DE LAS TIN!EllLAS 193
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punto con la oscuridad que, cuando hay una luz a su lado, ni siquiera y estúpido. Kurtz, ambiguo en la relación claro-oscuro, lo será también
se da cuenta ... 'Yazgo en lo oscuro esperando la muerte .. .'. La luz ardía en cuanto a lo blanco y lo negro. Porque, por una parte, creyendo
a menos de un pie de su rostro". Y en la noche, cuando se hace la luz, poseer la verdad, preconiza en su relación el dominio de los Blancos
Kurtz no está allí: "Una luz ardía en el interior pero Kurtz no estaba allí". sobre los Negros y, buscador infatigable de marfil, su cabeza misma se
Esta ambigüedad de la luz se traduce mejor en la escena de la muerte convertirá en "una bola de matfil··; pero, por la otra, huye de los Blancos
de Kurtz: viéndolo morir, Marlow apaga las velas: Kurtz pertenece a la y desea pem1anecer cerca de los Negros. No es un azar que Marlow
oscuridad, pero en seguida Marlow se refugia en la cabina iluminada evoque, a propósito ele su encuentro con él, ,<}a negrura particular de
rechazando abandonarla, a pesar de que esto lleve a los otros a esta prueba".
acusarlo de insensibilidad: ·Había una lámpara ahí -luz, ¿compren- El relato está entonces impregnado de negro y blanco, de oscuridad
de?- ¡y afuera todo estaba horriblemente oscuro!" La luz es reconfor- y claridad, porque estos tintes están coordinados con el proceso de co-
tante cuando la oscuridad nos excede. nocimiento -y con su reverso, la ignorancia, con todos los matices que
La mistna ambigüedad caracteriza la distribución de lo negro y lo pueden comportar estos dos términos. Hasta en los colores y en las
blanco. Nuevamente, de acuerdo con las metáforas de la lengua, lo sombras, todo tiene que ver con el conocimiento. Pero nada revela su
desconocido es descrito como negro: ya vimos que ese era el color de dotninio con tanta evidencia que el rol desempeñado por Kurtz en la
la lana que tejían las mujeres a la entrada de la sociedad; es el color historia. Pues este texto es dé hecho el relato de la búsqueda de Kurtz:
del continente desconocido ("el borde de una jungla colosal, de un es lo que uno aprende poco a poco y retrospectivamente. La gradación
verde tan oscuro que era casi negro,.), también es el color de la piel de que se sigue es la del conocimiento de Kurtz: se pasa del primero al
los habitantes. Significativamente, los Negros que entran en contacto segundo capítulo en el episodio en el que Marlow se dice: "Para mí,
con los Blancos se contaminan: necesariamente tendrán cualquier me parecía que descubría a Kurtz por primera vez,.; y del segundo
mancha blanca. Así ocurre a los remeros que viajan en barcas desde capítulo al tercero, cuando se encuentra con el Ruso, quien, entre los
el continente: las barcas subían "con los remeros negros. De lejos podía personajes del libro, lo había conocido más de cerca. Es más, Kurtz no
verse cómo el blanco de sus ojos brillaba". También les sucede a es el único sujeto en el primer capítulo, en cambio domina todo el
aquellos que trabajan con los Blancos: "Estaba sorprendido por ese segundo; finalmente, en el tercero se encuentran episodios que no tie-
cuello negro, por la punta de un cordón blanco proveniente de más nen que ver con el viaje en el río pero que contribuyen con el cono-
allá del mar". El peligro será también negro, hasta el punto de parecer cimiento de Kurtz: de allí los encuentros posteriores con los más pró-
cómico: un capitán danés es asesinado a causa de dos gallinas, "sí, dos ximos a él, o la búsqueda de todos los que querían saber quién era.
gallinas negras••. Kurtz es el polo ele atracción de todo el relato; pero lo es sólo después
No obstante, lo blanco, al igual que la luz, no es un valor deseado: que descubrimos las líneas de fuerza. Kurtz es las tinieblas, el objeto
se desea lo negro, y el blanco es sólo el resultado decepcionante de de deseo del relato; el corazón de las tinieblas, es "las áridas tinieblas
un deseo que se considera satisfecho. El blanco será condenado: la de su corazón". Y como podía adivinarse, cuando se convierte en pin-
verdad, ya sea engañosa (como los espacios blancos del mapa que tor, pinta la oscuridad y la luz: "un pequeño esbozo en aceite, repre-
esconden al continente negro), ya sea ilusoria: los Blancos creen que sentando, en un retablo, una mujer, envuelta en una tela y con los ojos
el marfil, blanco, es la última verdad; pero, como exclama Marlow, "en vendados, llevando una antorcha prendida. El fondo era sombrío, casi
tni vida jamás vi algo tan poco real. .. ••. Lo blanco puede impedir el negro".
conocitniento, como esa neblina blanca, "más enceguecedora que la Kurtz es ciertamente el centro del relato, y su conocimiento es la
noche tnisma··, la cual le impide que se aproxime a Kurtz. Lo blanco, fuerza motriz de la intriga. Pero el estatus de Kurtz en el interior del
en suma, es el hombre Blanco frente al Negro; y todo el etnocentrismo relato es bien particular: no poseemos de aquél, por decirlo de algún
paternalista de Conrad (que podía pasar por anticolonialismo en el modo, ninguna percepción directa. Durante la primera gran parte del
siglo xrx) no puede impedirnos que veamos que su simpatía recae texto está anunciado para un futuro, como un ser que se quiere
sobre los habitantes indígenas del continente negro; el Blanco es cruel alcanzar pero que aún no vemos: esto lo vemos en los primeros anun-
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS
194 195

cios de Marlow; en los relatos sucesivos que lo desmenuzan: el del sombra de M. Kurtz .. , la cual vuelve más espesas las palabras pronun-
contador, el del Director, el del alfarero. Todos estos relatos nos hacen ciadas por Kurtz: "Sombra más negra que la sombra de la noche,
desear conocer a Kurtz, provengan ya sea de la admiración o del terror; noblemente envuelta en los pliegues de su resplandeciente elocuen-
pero ellos no nos enseñan gran cosa aparte del hecho de que hay algo cia ... El corazón de las tinieblas no est{t en ·Ninguna Parte .. y no se le
que aprender. Luego viene el viaje sobre el río, el cual supuestamente puede alcanzar. Kmtz se desvanece antes de que uno pueda conocerlo
nos conduce al verdadero Kurtz; no obstante, los obstáculos se (·Todo lo que perteneció a Kmtz lo t11ve entre mis manos: su alma, su
multiplican: primero la oscuridad, el ataque ele los Negros, la espesa cuerpo, su puesto, sus proyectos, su matfil, su carrera. Y no quedaba
neblina impidiendo toda percepción. En este punto del texto, a los nada sino un recuerdo ... "). Su nombre, Kuttz, cotto, es engañoso sólo
obstáculos propiamente narrativos se agregan los de la jungla: en lugar en apariencia. Marlow destaca, percibiendo el personaje por vez
de continuar su relato del progresivo conocimiento de Kurtz, Marlow primera: "Kurtz, Kurtz, eso significa corto en alenün, ¿no? Pues bien,
se interrumpe bruscamente y hace un retrato retrospectivo de su héroe, el nombre era tan verídico como el resto de su vida, como su muerte
como si Kurtz no pudiera estar presente sino en el tiempo de la misma. Parecía tener siete pies de largo al menos". Kurtz no es pequeño
ausencia, el pasado y el futuro. Esto es lo que anuncia explícitamente como su nombre lo indica; pero el conocimiento que tenemos de él
el Director cuando -al observar a Marlow que viene de encontrarse es corto, es para siempre insuficiente; y no es un azar si él se resiste
con Kurtz, a quien él "estima como un hombre remarcable·- responde: al esfuerzo de los Blancos para desprenderlo de su oscuridad. Marlow
"Era un hombre remarcable... En seguida volvemos del retrato al relato, no comprendió a Kmtz, aunque al final haya sido su confidente ("Me
pero nuevas decepciones nos esperan: en lugar de Kurtz, uno encuen- honró con una confianza sorprendente..); igualmente, después de su
tra al Ruso, autor de una nueva relación sobre el héroe ausente. Kuttz muerte, sus esfuerzos para comprenderlo son vanos: ·d primo mismo ...
aparece finalmente; pero sin embargo, no aprendimos gran cosa. no pudo indicarme exactamente lo que Kurtz había sido...
Primero, él está agonizando, participando ya más de la ausencia que Kurtz es el corazón ele las tinieblas pero este corazón está vacío. No
ele la presencia; no se le ve sino de lejos y de manera fugaz. Cuando se puede soñar sino en el momento último, en el umbral de la muette,
al t1nal uno se encuentra con su presencia, Kmtz es reducido a una pura donde se adquiere el conocimiento absoluto ("ese supremo instante de
voz --en consecuencia-, a palabras, las cuales están tan sujetas a ser pleno conocimiento.. ). Lo que Kurtz dice realmente en ese momento
interpretadas como lo estaban los relatos que los otros hacían de él; un son palabras que enuncian el vacío, que anulan el conocimiento: "iEl
nuevo muro se levanta entre Kurtz y nosotros ("Kmtz discurría. ¡Qué horror! ¡El horrof! ... Un horror absoluto cuyo objeto nunca conocere-
voz! ¡Qué voz! Ella conservó su profunda sonoridad hasta el final ..); no mos.
hay nada sorprendente en que esta voz sea particularmente impresio- Nada prueba mejor lo irrisorio del conocimiento que la escena final
nante: "El volumen de sonido que emitía sin esfuerzo, sin casi mover del relato, el encuentro con la Novia. Ella anuncia: "Era yo quien mejor
los labios, me dejó estupefacto. ¡Qué voz! ¡Qué voz! Era grave, lo conocía .. -y, sin embargo, vemos allí cuán imperfecto e ilusorio es
profunda, vibrante, y uno habría jurado que este hombre ya no era ni el conocimiento. Nada quedó de Kurtz, sólo su recuerdo; pero ese re-
siquiera capaz ele un murmullo... Pero incluso esta presencia enigmática cuerdo es t~llso. Cuando ella exclama: "¡Es verdad! ¡Es verdad! .. , es por-
no dura, y en seguida un "velo.. se precipita sobre su rostro volviéndolo que se acaba de proferir una mentira. ·Al menos sus palabras no están
impenetrable. La muerte no cambia nada, dado que el conocimiento muertas", dice ella a manera de consuelo: y un segundo después ella
se afirmaba como imposible cuando estaba vivo; se pasa simplemente le arranca a Marlow una mentira acerca de las últimas palabras de
de las estimaciones a los recuerdos. Kurtz: "El último nombre que profirió fue su nombre -¡Yo lo sabía,
Así, no solamente el proceso de conocimiento de Kurtz llena el estaba segura!", replica la Novia. ¿Es por ello que, durante esta conver-
relato de Marlow, sino que además este conocimiento es imposible: sación entre ella y Marlow, "mientras se pronunciaba cada palabra, la
Kurtz se nos ha convertido en alguien familiar, pero no lo conocemos, habitación se hacía cada vez más sombría"?
ignoramos su secreto. Esta frustración es expresada por Conrad de mil El texto entero nos dice que el conocimiento es imposible, que el
maneras. En suma, Marlow no pudo perseguir sino una sombra, "la corazón de las tinieblas es tenebroso. Este viaje va justo al centro ("justo
196 LOS GENEROS DEL DISCURSO
., EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS
197

al centro,,), al interior, al fondo: "Me pareció que en lugar de ir al cora- conocimiento: ella es esa luz que podría disipar las tinieblas pero que
zón de un continente, estaba a punto de hundinne en el centro de la finalmente no alcanza a hacerlo. Es esto lo que nos ha enseñado el
tierra"; el puesto de Kurtz se llama con justicia Puesto Interior; Kmtz está ejemplo de Kurtz.
justo ..en el fondo". Pero el centro es vacío: ..un rio desierto, un gran
silencio, una selva impenetrable". Según el Director, . la gente que viene Entre todos sus dones, el que sol>repas;¡f>;¡ ;¡ los otros e imponía en
aquí no debería tener entrañas"; esta regla parece ser seguida de cierto modo la impresión ele una presencia w:ll, era su talento para la
manera estricta. Cuando ve al alfarero, Marlow dice: . si hubiera tratado, palabra, ¡su palabra! --ese don perturbador e inspirador de la expre-
sión, el más despreciable y el rn:Lo.; noble de los dones, corriente de luz
habria podido atravesarlo con mi dedo sin encontrar nada al interior".
temblorosa o flujo ilusorio s;llido del corazón de impenetrables tinie-
El Director mismo, recordemos, imprime a todo su sonrisa enigmática; blas.
pero quizás su secreto es impenetrable porque es inexistente: ,~amás
reveló su secreto. Tal vez, después de todo, no había nada dentro de Pero esto no es sino el ejemplo de algo más general: la posibilidad ele
SÍ». constmir una realidad, ele decir una verdad con la ayuda de las pala-
Lo interior no existe, como tampoco exi.:;te el sentido último, y las bras; la aventura de Kurtz es al mismo tiempo una parábola del relato.
experiencias de Marlow son todas ..inconclusas". De pronto, es el acto No es por azar que Kurtz es, en sus momentos, poeta ---de igual modo
mismo del conocimiento lo que se encuentra puesto en cuestión. que es pintor y músico. Sobre todo, no es simple casualidad que se
establezcan numerosas analogías entre los dos relatos, el que sirve de
¡Qué cosa tan barroca es la vida: este obrar misterioso, de una lógica marco y el encuadrado; entre los dos rios, el de aquí y el ele allá, en
implacable, en aras de objetivos tan absurdos! ... Lo más que uno puede
esperar es una luz sobre uno mismo, adquirida cuando ya es muy tarde,
suma, entre Kurtz y Marlow, el narrador (los únicos que tienen nom-
y cuando ya no queda sino volver sobre los mismos remordimientos bres propios en toda esta historia; los otros se reducen a sus funciones:
que nunca mueren. el Director, el administrador -a quien uno encuentra tanto en la his-
toria encuadrada como en la que sirve de marco) y, correlativamente,
La máquina gira perfectamente bien, pero en el vacío, y el mejor entre Marlow, el personaje, y sus interlocutores (cuyo papel hacemos
conocimiento del otro solamente informa sobre sí mismo. El hecho de nosotros los lectores). Kurtz es una voz.
que el proceso de conocimiento se desarrolle de manera irreprochable
no prueba en absoluto que se pueda alcanzar el objeto de ese cono- Hice el extraí1o descubrimiento de que nunca me lo representé actuan-
cimiento; incluso, uno está tentado a decir lo contrario. Es esto lo que do, sino discurriendo. No me dije: "No lo veré", o, ·No le estrecharé la
no alcanzaba a comprender E. M. Foster, quien señalaba, perplejo, a mano", sino "¡Nunca lo escucharé!". El hombre se me ofrecía como una
voz.
propósito de Conrad:
Pero, ¿no sucede lo mismo con Marlow como narrador? ,Desde ya hacía
Lo particularmente ambiguo en su caso, es que él siempre está
prometiéndonos algunas declaraciones filosóficas generales sobre el tiempo, sentado aparte, para nosotros no era sino una voz". Lo cual no
mundo, y que luego se refugia en una agria declamación ... En él hay es otra cosa sino una definición ele la escritura: "El artista es en este
una oscuridad central, algo noble, heroico, inspirador, una media doce- punto una voz, para él el silencio es como la muerte", escribía Conrael
na de grandes libros, ¡pero oscuros! ¡Oscuros! en un artículo. Es Marlow, en el momento en el que interrumpe su
relato, quien se encargará de explicitar la relación entre las dos series.
En cuanto a la oscuridad, ya sabemos a qué atenernos. Conrad escribía "Kmtz ... era sólo un nombre para mí. Al igual que ustedes ya no veía
en alguna parte: ,d objeto del arte no está en la clara lógica de una al hombre detrás ele ese nombre. ¿Lo ven ustedes? ¿Ven ustedes la
conclusión triunfante; no está en la revelación de uno de esos secretos historia? ... ¿Ven ustedes algo?". Tanto el uno como el otro, tanto el
sin corazón que se llaman 'Leyes de la Naturaleza',. explorador como el lector, tiene que ver únicamente con los signos, a
La palabra, ya lo vimos, juega un rol decisivo en el proceso del partir ele los cuales deben construir, uno el referente (la realidad que

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198 LOS GENEROS DEL DISCURSO l EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS
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lo rodea), el otro la referencia (aquello de lo cual se trata el relato). El hechos (por ejemplo la ausencia de nombres propios, una forma de
lector (todo lector) desea conocer el objeto del relato, así Marlow desea generalización), pero todas las interpretaciones alegóricas de El cora-
conocer a Ktutz. zón de las tinieblas no son tan bienvenidas. Heducir el viaje sobre el
Y de igual manera que este último deseo será frustrado, igualmente río a un descenso al infierno o al descubrimiento del inconsciente es
el lector o el interlocutor jamás podrá alcanzar, como él lo hubiera una afirmación cuya entera responsabilidad incumlx· al crítico que la
querido, la referencia del relato: su corazón está igualmente ausente. enuncia. El alegorismo ele Conracl es intratextual: si b búsqueda de la
¿No es revelador que en el relato, el cual comienza con la caída del sol, identidad de Kurtz es una alegoría de la lectura, é·sta, a su vez, simboliza
su desarrollo coincida con el espesor progresivo de las tinieblas? "La todo proceso ele conocimiento --cuyo ejemplo sería el acto de conocer
oscuridad se había vuelto tan profunda que nosotros, los auditores, po- a Kurtz. Lo simbolizado a su vez deviene el simbolizante de aquello que
díamos apenas distinguirnos unos de otros••. Y, así como en el relato antes era simbolizante; la simbolización es así recíproca. El sentido
de Marlow es imposible conocer a Kurtz, del mismo modo es igualmen- último, la verdad última, no se encuentran en ninguna pattc porque no
te imposible toda constmcción a partir de las palabras, toda tentativa hay interior y el corazón está vacío: aquello que era verdad para las
de aprehender las cosas a través de las palabras. "No, es imposible. Es cosas, es verdad, y con más razón aún, para los signos; no hay sino la
imposible brindar la sensación de vida de una época dada de la vuelta, circular y sin embargo necesaria, de una supetfkie a la otra, de
existencia, lo cual constituye a la realidad, a la significación, la esencia las palabras a las palabras.
sutil y penetrante. Es imposible••. La esencia, la verdad --el corazón del
relato-- es inaccesible, el lector no lo alcanzará jamás. "Ustedes no
pueden comprender••. Las palabras no permiten siquiera que se trans-
mitan las palabras.

Yo les elije las palabras que intercambiamos, repetí las mismas frases
que pronunciamos pero, ¿qué quiere decir eso? En esos sonidos f~t­
miliares e indefinidos que sirven cotidianamente, ustedes no ven sino
palabras banales. Para mí, ellas revelaban el carácter de sugestión
terrorífica que tienen las palabras escuchadas en un sueño, las frases
pronunciadas en una pesadilla.

Este aspecto de las palabras no seríamos capaces de reproducirlo.


Es imposible alcanzar la referencia; el corazón del relato está vacío,
tanto como lo estaban los hombres. Para Marlow,

el sentido de un episodio no había que buscarlo al interior, como una


semilla, sino exteriormente, en aquello que, envolviendo al relato, lo-
graba precisamente manifestarlo, del mismo modo que el calor suscita
la bruma, del mismo modo que el halo de neblina vuelve visible la
iluminación espectral del claro de luna.

La luz del relato es la misma, vacilante, de la luna.


Así, la historia de Kurtz simboliza el hecho de la tkción, la cons-
trucción a partir de un centro ausente. No hay que equivocarse: la es-
critura de Conrad es bastante alegórica, como lo atestiguan múltiples
' LA EDAD DIFÍCIL

¿DE QUÉ SE TIV\TA La edad dffícil? No es fácil responder a esta


pregunta aparentemente tan elemental. El lector no lo sabe con certeza,
y su único consuelo es que los mismos personajes parecen tener la
nusma dificultad para comprender las palabras que les son atribuidas.
De hecho, gran parte de las réplicas que se leen en esta novela,
constituida sin embargo casi exclusivamente de conversaciones, con-
siste en pedir explicaciones. Por otro lado, estas preguntas pueden
tener que ver con aspectos diferentes del discurso y poner en evidencia
varias razones de la oscuridad del sentido. La primera, la más simple
y la menos frecuente, reside en la incertidumbre en la que uno se
encuentra en cuanto al sentido mismo de las palabras; es la que nor-
malmente resentiría un extranjero que conoce imperfectamente la
lengua; las preguntas recaen aquí en el vocabulario. En La edad dtfícil
no hay ningún extranjero que hable mal el inglés; pero uno de los
personajes, Mr. Longdon, ha vivido durante mucho tiempo lejos de la
ciudad; de regreso, tiene la impresión de que ya no comprende el
sentido de las palabras y, en el transcurso de sus primeras conversa-
ciones, al menos, hace este tipo de pregunta: u¿Qué quiere decir usted
con la palabra 'temprano'?". "¿Qué entiende usted por 'tensión'?" Estas
preguntas, por más inocentes que parezcan, obligan a los interlocutores
LOS GENEROS DEL DISCURSO
202 ' U. EDAD DIFICIL 203

a explicar y al mismo tiempo a asumir plenamente el sentido de las tan ya no consiste en proponer nombres propios, sino, de una manera
palabras; es por eso que ellas provocan a veces vivas reacciones de más vaga, en preguntar:
rechazo. "¿Qué entiende usted por rápido?", pregunta Mr. Longdon,
pero la respuesta de la Duquesa es brusca: ,yo quiero decir lo que dije". ¿qué llama usted .. .?
Lo dejo a tu suerte. -¿Qué llam~t usted mi suerte? -Oh, algo terrible
No obstante, podrá verse que la propia sobrina de la Duquesa padece ... Yo quiero que usted haga conmigo ex~1ctamente lo que hace con él.
del mismo mal: no comprender el sentido de las palabras. -Ah, qué rápido, respondió la joven con un tono extraño. ¿Qué quiere
Más extendida y más compleja es la segunda situación verbal, en la decir usted con "hacer. ?
cual las explicaciones que se requieren no conciernen al sentido de las
palabras sino a su aplicación a una situación concreta: no se ignora el La Duquesa, nuevamente, rechaza explicar a Mr. Longdon:
vocabulario sino el referente. Esta ignorancia se debe, en el caso más -Ella favorece a Mr. Mitchett porque ella quiere al «Viejo Van·· para ella.
elemental, al carácter demasiado elíptico del enunciado inicial: éste ca- -¿En qué sentido "para ella . ? -Ah, usted debe darle el sentido, yo sólo
rece de un complemento que permita determinar el campo de su apli- puedo brindarle el hecho.
cación. He aquí algunos ejemplos de estos intercambios:
Naturalmente, a menudo, estas diferentes formas de indeterminación
Pero a pesar de sus ideas eso no impide ... -¿No impide qué? -Pero referencial se suman las unas a las otras y se presentan en el seno de
lo que usted llama, supongo los portavoces -¿Por la mano de Aggie( una misma frase. ,,¿Usted quiere decir que usted no sabe verdadera-
Es gentil de parte de ella ahorrarnos esto. -¿Usted quiere decir mente si ella la tendrá? -¿El dinero, si no funciona?... «El debe aceptar
hablar delante de ella?
¿Debo yo acaso preguntar? -Pero Vanderbank había perdido el hilo. la consecuencia. -¿El? -Mr. Longdon. -¿Y que quiere decir con 'con-
-¿Preguntar qué? -Pero si ella recibe algo ... -¿Si no soy lo st1fi'cien- secuencia'?., Además, no es cierto que el descubrimiento del referente
temente amable? -Van había retomado el hilo. sea siempre posible. ¿A qué se retleren estas palabras que Nanda dirige
a Vanderbank:
Algunas veces el enunciado no es propiamente elíptico, pero est(l
relleno de pronombres anafóricos y deícticos cuyo antecedente y refe- Es el tono, y la corriente, y el efecto en todos los demás lo que a usted
rente ignoramos; la pregunta, "¿qué quiere decir?··, evidentemente no lo empuja [¿adónde?]. Si tales cosas son contagiosas [¿qué cosas?], como
interroga al sentido del pronombre sino que busca a qué aplicarse. dice todo el mundo, usted lo compmeba más que ninguno [¿quién?].
Pero usted no comienza, al menos, ¿usted no puede ser el origen, haber
El siente una gran debilidad por él. -¿El anciano por Van? -Van por comenzado?
Mr. Longdon.
¿Qué hay entre ella y él? -Mitchy pensaba en otros dos. -¿Entre <) en estas palabras dirigidas a Mitchy: "Es lo que creía, pero hay todavía
Edward y la joven? -No diga tonterías. Entre Patherton y Jane. más. Llegaron más y habrá más. ¿Usted ve?, cuando no había nada, todo
Pero, ¿qué está tramando ella? -Aparentemente era para Mrs. Brook llegó tan rápido". En vano uno espera algo que permita anclar en el
una pregunta tan diversa que ella formuló como un intento: -¿Jane1
mundo estas frases aéreas.
-No, ¡Dios!
Existe también otra situación simétrica e inversa en la cual ya no se
La distancia que hay entre los referentes de cada interlocutor es parte de una expresión que busca un referente, sino de algo que anda
considerable: ,,¿Quisiera usted saberlo? -¿Usted quiere decir quién l'n búsqueda de un nombre. "Yo pensaba que él tenía una especie de
viene a cenar? -No, eso no tiene importancia. ¿Pero si Mitchy permitkl cosa. -¿Una especie de modernidad mórbida? -¿Es así que se la lla-
algún abuso?". Mitchy, particularmente perdido en el arte de la elipsis. ma? Un bello nombre". O se oponen dos denominaciones para un mis-
comienza una conversación de esta manera: "Y entonces, ¿lo hizo?,. mo objeto: ,,¿Llama usted dama a Tishy Grendon? -Y usted, ¿cómo la
Los pronombres anafóricos constituyen sólo el ejemplo más elo llama? -Pero, la mejor amiga de Nanda ... ". Algunas veces, la aproxi-
cuente de esta indeterminación referencial que afecta, igualmente, ;t mación bmtal del nombre corriente de la cosa y su denominación
otras variedades expresivas. La cuestión metalingüística que ellas susci puntual (un tropo) produce un goce. <No podemos ser griegos si
204 LOS GENEROS DEL DISCURSO
I.A FDAD DIFICIL 205

queremos. -¿Llama usted a la abuela un Griego?". "Cuando usted cree tropo está huérfano de su traducción, el narrador insiste al menos en
que una mujer es 'verdaderamente' pobre, ¿usted no le da un pedazo 'it'r1alarlo con un término retórico: "la imagen de la Duquesa.. , "ella
de pan? -Duquesa, ¿llama usted pedazo de pan a Nanda?... Uno de los h:tbló sin notar su hipérbole .. , "Mrs. Brook, luego de un examen rápido,
rasgos característicos de Nanda o, lo que es lo mismo, una de las <"scogió la ironía ...
características de su conversación, es una cierta indiferencia en relación El único tropo utilizado frecuentemente en la conversación muncla-
a las palabras empleadas, mientras las cosas permanezcan idénticas. n:t es el eufemismo. Más precisamente, con el fin ele no herir la suscep-
"Ah, no sabía que eso tuviera tanta importancia, la manera como eso tibilidad de alguien, y también para dar pruebas ele resetva o discre-
se llama .. , dice ella a su madre y a Mr. Longdon: «Yo estoy feliz de ser dún, quien habla se desliza del nombre de la cosa, el cual lleva en sí
lo que sea -no importa el nombre que usted quiera darle y aunque una apreciación, al nombre del género m{¡s próximo, el cual no está
yo no le dé el mismc}-- con tal de que sea bueno para usted•. valorizado ni positiva ni negativamente. He aquí un primer ejemplo
La primera vez, entonces, uno pregunta cuál es el sentido de las positivo: "El me ha hablado mucho de su madre. --Oh, seguramente
palabras, permaneciendo así en el nivel de la lengua; la segunda, <"<>sas bonitas, si no usted no lo diría. -Es eso lo que quiero decir". En
dentro de la perspectiva del discurso, se interroga acerca de la relación cuanto a la situación negativa, está ilustrada, particularmente, por el
que hay entre las palabras y las cosas que éstas designan. Pero es el ~t·ntido que toma en esta sociedad la palabra "diferente, o uno de sus
tercer caso el que, al mismo tiempo, es el más común e interesante: uno ('quivalentes: decir que alguien es diferente sugiere que esa misma
comprende el sentido de las palabras; uno conoce sus referentes; pero persona está lejos ele ser perlecta. "Nada podría parecerse tan poco a
uno se interroga si las palabras quieren decir exactamente lo que usted como sus modales y su conversación", dice Mr. Longdon a Nanda,
parecen decir, o si más bien no están utilizadas para evocar, de manera quien interpreta: "Usted debe pensar que no son muy buenos ... "Cier-
indirecta, otra cosa. La sociedad representada en La edad dffícil cultiva tamente, yo no puedo ser usted, Van. -Yo sé lo que usted quiere decir
la expresión indirecta, y Mrs. Brook califica a una de sus amistades de nm eso. Usted quiere decir que soy un hipócrita ... De tal manera que,
"camarada oblicuo ... Nanda, quien está consciente ele la capacidad de si uno quiere aún emplear la palabra "diferente.. sin ningún matiz
las palabras para adquirir nuevos sentidos, reclama esta actitud con su peyorativo, es necesario especificarlo: "la manera de coquetearle, decla-
propio discurso: "Hay que dejar que llegue el sentido de todo lo que r6 Mitchy, es dejándole ver que usted siente hasta qué punto él puede
acabo de decir... soportar juzgarla diferente. Quiero decir, claro está, sin odiarla".
El uso indirecto o simbólico es propio de una gran diversidad de Es el simbolismo proposicional el que domina la conversación. La
casos; pero podemos comenzar separando dos especies: el simbolismo ilflrmación no debe ser desechada, pero en suma, ella revela ser úni-
lexical y el simbolismo proposicional, según la abolición o constancia camente el punto de partida de asociaciones que conducen a un nuevo
de la afirmación inicial. El primer caso es el de los tropos, y es sorpren- c.·mmciado. En la novela, esta manera de hablar es designada con tér-
dente que se encuentren tan pocos ejemplos (¿se trata de una carac- minos como "alusión", "insinuación", "sugestión". He aquí un ejemplo:
terística de toda conversación o solamente de aquella que se practica Mitchy le pregunta a la Duquesa por las razones de una de sus opi-
alrededor de Mrs. Brook?), y que además el tropo siempre se encuentre niones sobre Nanda. En lugar de responderle, la Duquesa le pregunta:
acompañado de su traducción. Nuevamente es Mr. Longdon quien se ·;< :on qué derecho, dentro de esta relación, hace usted lo que sea ele
obstina en no comprender los tropos. Por ejemplo, Mitchy le dice: 'Dé- t•sc modo?". Mitchy, quien comprendió bien el sentido ele las palabras
jeme meter el dedo .. , y, dada la perplejidad del otro, le explica: "Quiero que componen la frase y supo iclentitkar el referente del enunciado,
decir, déjeme participar... O en otra conversación: "La nariz rota de Mrs. cree develar una tercera dimensión, la cual es justamente un sobre-
Grendon, explica Vanderbank a Mr. Longdon, es, señor, la manera <'ntcndido, y que él explicita bajo la forma de una nueva interrogante:
amable como estas damas designan al corazón herido de Mrs. Gren- ·;,l Jstcd quiere decir que si una joven amada por alguien, y que ella lo
don•. Aquí se explica la metáfora de invención a través de una ama poco .. .?". Esta solicitud de explicación es en sí misma elíptica; pero
metonimia de uso; pero es el propio Mr. Longdon quien suministrar{¡ n< > tenemos ninguna dificultad para terminar la frase: "¿esta persona no
la expresión literal en su réplica: "Mrs. Grendon no la ama ... Cuando el licne derecho a hacer ese tipo de preguntas?". Retrospectivamente,
206 LOS GENEROS DEL DISCURSO

gracias a la interpretación de Mitchy, descubrimos que el enunciado de


la Duquesa llevaba dentro algo implícito. Analicemos las fases que
' I.A EDAD DIFICIL

pL'rtinencia mucho más arriba de lo habitual; por ejemplo, cuando Mrs.


Brook dice de la Duquesa: "¡Pero ella nunca ha pagado nada!, Nanda
207

atraviesa el establecimiento de este segundo sentido. La fórmula de la mterpreta: "¿Quieres decir que tú has pagado? ... ". Aparentemente, no se
Duquesa es una cuestión retórica que se podría explicitar convirtién- puede decir ..x es a', al menos que quien lo diga quiera sugerir: pero
dola en una afirmación negativa: "Usted no tiene derecho a actuar de y<) no lo soy; el común acuerdo de los mil'mhros ele este círculo es que
esa manera, haciéndome este tipo de preguntas". ¿Podemos, sin ayuda ttno no afirme algo acerca ele alguien al menos que lo contrario no sea
de Mitchy, reconocer que esta frase está cargada de un sentido verdad en sí mismo. Es sutlciente con que una palabra esté subrayada,
sobreentendido y explicitarlo? Lo dudo; pero Mitchy juzga que el .tcentuada en la respuesta, para que sea evidente que se han recono-
sentido literal de este enunciado carece de suficiente pertinencia para (·ido sus implicaciones; ahora bien, esta manera ele destacar las palabras
justificar su existencia; esta carencia de las reglas de la comunicación del otro es ele las más frecuentes en el salón. Por ejemplo, Mrs. Brook
lo incita a buscar un segundo sentido (es entonces la interpretación dice a Mitchy:
quien suscita la simbolización en el texto, la respuesta la que hace sur-
gir la pregunta). A partir de allí, es necesario identificar al sobre-enten- el milagro suyo es que usted jamás es vulgar. -Gracias por todo. Sobre
dido cuya existencia ha sido reconocida. Para hacerlo, Mitchy recurre todo, gracias por lo de "milagro", dice Mitchy con una sonrisa. -Oh, yo
sé lo que digo, dice ella sin sonrojarse.
a un lugar común, propio de la sociedad descrita (y también al lector Ciertamente, hablando de "advertencias", usted tiene las expresiones
contemporáneo), que adquiere la forma de una implicación, algo como más felices.
esto: si usted defiende en público los intereses de una joven, quiere "Lealtad., también es exquisita.
decir que usted es íntimo de ella. Este lugar común no tiene necesidad "Accesible., está bien.
de estar presente activamente en la memoria de quienes conversan;
permanece completamente implícito hasta que su presencia se vuelve Incluso, de modo general, en este universo ninguna palabra es obvia;
necesaria para interpretar un enunciado que de otro modo parecería l'l discurso es willkürlích, arbitrario y, por lo mismo, deliberado; todos
injustificado. Bastará, entonces, con enunciar la primera proposición de los nombres, todas las maneras de hablar son siempre posibles (o como
esta implicación, habiéndola concretado con la ayuda de un pronom- dice Vanderbank: ·Nosotros llamamos todo de cualquier manera,), y
bre personal o de un nombre propio, para que la segunda surja en el por eso son siempre sugestivas: las cosas no justifican a las palabras,
espíritu del interlocutor bajo la forma de un sobre-entendido. t•s necesario (o al menos se puede hacer) buscar la razón en otra parte,
Para que haya alusión, es necesario que estén reunidas tres condi- y sobre todo, en otro sentido.
ciones: algo debe inducirnos a buscarla; una implicación debe estar El lugar común puede igualmente variar en los interlocutores; lo
presente en el espíritu de dos interlocutores; y finalmente, un enuncia- l'sencial es que permanezca presente. Es a un hecho como éste, en sí
do debe introducirla. Pero estas condiciones pueden ser satisfechas de mismo banal, pero cuya anotación tiene algo ele paradójico, que se
maneras muy variadas. Comenzando por la primera condición, no es refieren las frases ele este tipo: ..su venida aquí, cuando ella sabe que
necesariamente evidente que el índice de la alusión esté presente en yo sé que ella sabe ... ". ·.Yo sé que usted sabe que yo supe" (este saber
el mismo enunciado (aunque pueda hacerlo). Cada sociedad, o micro- pletórico viene a equilibrar la ignorancia en la cual están hundidos los
sociedad como el salón de Mrs. Brook, parece poseer lo que puede personajes en cuanto a la interpretación de cada palabra enunciada).
llamarse un umbral de pertinencia mínima, debajo del cual todos los No es necesario que el lugar común sea propio de una sociedad, que
enunciados son reinterpretados como alusiones (de otra manera no esté presente en su memoria pasiva; es suficiente que sea enunciado
habrían sido formulados). El olvido del principio de pertinencia es ;1 al mismo tiempo por uno ele los interlocutores para que se haga, de
veces evidente; así, cuando Mitchy pregunta a Mrs. Brook: . ¿y esta vez ~olpe, común en ambos; y todos los casos intermedios son posibles,
dónde está el niño?", su interlocutora, con el único fin de interrogad;¡ entre el lugar verdaderamente común, codificado por ejemplo por un
a su vez: "Por qué dice usted 'esta vez' -¡como si fuera diferente ele- proverbio, y el saber compartido, extraído ele su contexto inmediato.
las otras veces!". Pero el salón de Mrs. Brook ha elevado la barra de b Mr. Longclon dice a Vanclerbank: ..su madre me ha consolado más que
208 LOS GENEROS DEL DISCURSO lA EDAD DIFICIL
209

los otros ... Este enunciado no se inscribe aparentemente en ningún pa- con Mr. Longdon, Vanderbank llama a Mrs. Brook "Femanda", aunque
radigma de ningún acuerdo de la sociedad. Pero las frases precedentes G nunca la llama por su nombre. Mr. Longclon interpreta este hecho
del mismo Mr. Longdon nos dan la clave: si alguien me consolara, dice como el indicador, digamos, de una ciet1a vulgaridad en Vanderbank.
en esencia, es que no me ama. Vanderbank interpreta entonces sin di- Evidentemente, esta no es una implicación del enunciado ,,fernanda",
ficultad: ,,¿Usted quiere decir qué sucedió?·. Nanda dice a Vanderbank: sino solamente del hecho de que este nombre haya sido articulado en
,,Ello amó a usted en seguida". Este interpreta: ,,¿Usted quiere decir que ciertas circunstancias. Otro ejemplo, en d momento de la misma con-
yo lo he manipulado muy bien?... Tampoco la frase de Nanda parece versación, Vanderbank dice que desde luce algún tiempo, Mrs. Brook
remitir a ningún acuerdo común; y en el contexto inmediato nada rejuvenece a su hija. Este enunciado tiene una implicación que Mr.
autoriza a Vanderbank a proponer esta interpretación audaz. Aquí, la Longdon comprende perfectamente: Mrs. Brook persigue rejuvenecer
formulación del sobre-entendido (con certeza imaginario) sitve como ella misma. Pero lo que él retiene es nuevamente otra cosa: una impli-
punto de partida para la búsqueda de un acuerdo que justificaría la cación de la enunciación: hablar así demuestra (ya no quiere decir) una
interpretación. El primero dice "P"; ¿el segundo responde: entonces "q"?, falta de lealtad hacia los amigos.
lo que lleva al primero a descubrir que se le ha imputado el encade- Las implicaciones de la comunicación son difíciles ele delimitar, ya
namiento «Si p entonces q••. El verdadero sobre-entendido es aquí la que la naturaleza verbal de los acontecimientos es contingente: los
implicación subyacente; siendo ésta a su vez el punto de partida para acontecimientos verbales, o las enunciaciones, exactamente significan,
otra implicación que califica (falsamente) a Nanda. como lo hacen todos los demás acontecimientos, situaciones o hechos.
Estas implicaciones del enunciado (o sobre-entendidos, o alusiones, Por ejemplo, cuando Nanda entra en casa de Vanderbank y encuentra
o sugestiones), deseadas por el emisor, o impuestas por su partenaire, únicamente a Mitchy y a Mr. Longdon, ella interpreta así la situación
pero siempre producidas al interior de un texto discursivo particular, (aunque no las palabras): ,,¿Ustedes quieren decir que Van no está
ocupan un lugar intermediario entre dos fenómenos, de los cuales uno aquí?". Mr. Longclon cuenta muy particulan11ente con la perspicacia de
es más estricto y el otro casi ilimitado. El primero está representado por sus amigos para que interpreten las situaciones antes de que se pronun-
las implicaciones de la frase o las presuposiciones: ellas pertenecen a cien las palabras, evitándole así el desagrado de tener que hacerlo él
la lengua y podrían ser enumeradas de antemano sin que haya nece- mismo. Mitchy lo entiende rápidamente, mientras que Vanderhank, en
sidad de recurrir a un contexto determinado. Por ejemplo, cuando Mr. otra ocasión, es más lento. Su partenaire insiste:
Longdon dice: «Felizmente, las damas aún no han llegado", Mitchy pue-
de replicar sin probar ninguna complicidad o refinamiento particular: Mr. Longdon alza otro cenicero pero como si fuera una consecuencia
"Oh, ¿debe haber clamas?". El carácter incontestable ele las presuposi- directa del tono de Vanderbank. Cuando lo puso de nuevo, puso sus
ciones es un arma eficaz para las necesidades de la argumentación; monóculos, y luego fijando con la vista a su compañero, preguntó:
-¿Usted no tiene la menor idea? ... -¿De lo que usted tiene en la cabe-
incluso se intentará camut1ar la implicación del enunciado en implica-
za? ¿Cómo podría tener alguna idea, querido Mr. Longdon? -Pues bien,
ción de la frase. Mrs. Brook dice: ,,Usted niega haber declinado, lo cual yo en su lugar me preguntaría si no tendría alguna. En tal circunstancia,
quiere decir que le dio esperanzas a nuestro amigo... Mrs. Brook aquí ¿usted no ve nada que yo probablemente pueda decir?
confunde, intencionalmente sin duda, los contrarios y los contradicto-
rios: la frase que ella interpreta dice que su sujeto no rechazó; pero La entonación, el tono, los gestos que acompañan a la palabra, ase-
"aceptar.. o ,,dar esperanzas .. no son sino algunas instancias posibles del guran la continuidad entre lo verbal y lo no verbal, ellos son como una
no rechazo. No es en nombre de la lógica del lenguaje que interpreta orquestación no verbal de las palabras: "· .. respondió Nanda en un tono
Mrs. Brook, sino de acuerdo con una implicación social que sostiene que marcaba bien hasta qué punto él le procuraba placer". "Su ento-
que, si uno no rechaza, es porque está dispuesto a aceptar. nación establecía maravillosamente la diferencia ...
Del otro lado se sitúan las implicaciones, no del enunciado sino de Así -resumiendo todo lo anterior- para comprender mejor, el
la enunciación, es decir, del acontecimiento constituido por la pronun- interlocutor hace a su vez las preguntas: ¿qué quiere decir eso?, ¿qué
ciación de ciertas palabras. Incitado por la conversación que sostiene entiende usted con eso?, ¿a qué llama usted así? En la búsqueda de ilu-
210 LOS GENEROS DEL DISCURSO

minaciones suplementarias, él puede también interrogar a la enuncia-


ción misma, exigirle que se le precisen las razones que han conducido
a la formulación de este enunciado; al mismo tiempo es una excelente
' LA EDAD DIFICIL

dor llama «SU costumbre de no despreciar en privado a la gente con


quien era amable en público,; su manera de utilizar los nombres pro-
pios es un caso particular. El otro rasgo ya mencionado es su rechazo
211

manera de no responder a las preguntas formuladas (como si fuera a comprender los sobre-entendidos o los tropos. Lo que ocurre es que,
necesario poner en evidencia la ambigüedad de este gesto destinado, ya lo vimos, toda interpretación de este tipo implica un saber común
a la vez, a completar y a bloquear la comunicación). Ya vimos un en los interlocutores, y así pues, una complicidad; no comprendiendo,
intercambio entre Mitchy y la Duquesa ilustrando esta posibilidad; he es precisamente esta complicidad la que rechaza Mr. Longdon. Una de
aquí otro ejemplo. Es la Duquesa quien pregunta: "¿Puedo transmitirle las conversaciones con la Duquesa, por ejemplo, está marcada de:
un mensaje ele su parte?". Y Mitchy, a manera ele respuesta, la interroga «Tengo miedo de no comprenderlo", ..su comprensión quizá era imper-
acerca de las razones de su pregunta "¿Por qué imagina usted que ella fecta, pero ella lo hizo sonrojar", "El permanccié) de pie, el rostro lleno
estaría esperando un mensaje?". El rechazo a responder es todavía más de percepciones forzadas y dispersas"; es este rechazo a la complicidad
neto en este intercambio: "Por qué arregló usted el regreso de Nanda? lo que le reprocha la Duquesa: uNo trate de crear oscuridades inútiles
-¡Qué idea preguntármelo a esta hora del día!". siendo inútilmente modesto".
Se puede también desviar la conversación comentando la palabra Otros personajes, como Mr. Longdon, escapan a la norma de la
misma para decidir su propio valor -preparados para extraer en comprensión perfecta, representada en la novela por el círculo de Mrs.
seguida las conclusiones sobre aquel que lo asuma. Así Vanderbank Brook. El rasgo común de todos los excluidos es que comprenden mal,
comenta sin cesar las palabras de Mrs. Brook: "¡Yo amo a tal punto sus pero esta incomprensión no se debe forzosamente al rechazo a com-
expresiones!''· "¡Cómo amo sus expresiones!". Este tipo de comentario partir ciertos postulados. Más que los demás, cuatro personajes sufren
se convierte en una prueba de que cada personaje posee una manera de una sordera simbólica: Tishy Grendon, la pequeña Aggie, Mr. Cash-
de hablar y de comprender, la cual es percibida y comentada a su vez more y Edward. El caso más grave es el de la pequeña Aggie: protegida
por los otros. La Duquesa dice de Mitchy: "El se ve muy ligero en la maravillosamente por su tía la Duquesa de todo contacto que pudiera
conversación, pero eso depende mucho de la gente con quien habla", corromperla, ella no tiene dificultades a nivel de las alusiones y de la
mientras que Mrs. Brook lo caracteriza así: "Su conversación es la mitad búsqueda del referente; su dificultad está simplemente en que ella no
del tiempo imposible ( ... ) No hay nadie con quien, durante la conver- comprende el sentido de las palabras. De esto es testimonio una
sación, yo tenga más a menudo ganas de detenerme". A propósito de conversación con Mr. Longdon, sostenida sin embargo, con un lengua-
Tishy, la Duquesa es todavía más severa: "Su conversación carece por je muy reservado. Ella dice: uNanda es mi mejor amiga, después de otras
completo de propósitos, ella dice todo lo que le pasa por la cabeza ... ". tres o cuatro''· Mr. Longdon comenta:
Al contrario, Vanderbank ha "desarrollado el arte de la conversación
hasta el punto de que podría mantener a una dama en el aire". Mrs. ¿No cree usted que ocupa un lugar insignificante para ser una buena
Brook, por su parte, habría apreciado jamás nombrar las cosas; tener amiga? -¿un "lugar insignificante . ? ¡preguntó ella inocentemente! -Si
que hacerlo la lleva a infinitas lamentaciones: ,yo digo cosas verdade- usted no entiende, tengo lo que merezco, pues su tía no me ha
permitido que le enseñe la jerga de moda. -¿La «jerga ..? preguntó ella
ramente repugnantes. Pero hemos dicho otras peores, ¿verdad? ( ... )
de nuevo, inmaculada y sorprendida. -¿Nunca había escuchado esa
-¿Usted piensa en el dinero? -Sí, ¿no es horrible? -¿Pensar en él? expresión? Pensaría que es un gran halago, sobre todo en nuestros días,
-¡Que yo hable así!". pero me temo que lo que ha sucedido es que la sola palabra ha sido
A pesar de que las características discursivas de los individuos no mantenida lejos de usted. -La luz de la ignorancia en la sonrisa de la
sean comentadas por otros personajes, constantemente están eviden- niña era con toda certeza de oro. -¿La palabra? -repitió ella de nuevo.
Ella no comprendía suficientemente, y él terminó dándose por vencido.
ciadas y a veces señaladas por el narrador; todas están confrontadas en
una escala ele capacidades de comprehensión. Ya vimos varios rasgos
Tishy Grendon no entiende sino una cosa a la vez, pero el discurso
ele Mr. Longdon: él no se permite decir algo de un personaje en su
de sus interlocutores toma a menudo y simultáneamente varias direc-
ausencia que no se atreviera a repetir frente a frente; es lo que el narra-
ciones; así, en medio de las réplicas. ella siempre se encuentra en una
212 LOS GENEROS DEL DISCURSO
1 1 A EDAD DIFICIL
213

posición de retraso. Su único recurso es su amiga Nanda: "¿El está di- dice: "Nosotros discutimos todo, todo el mundo; siempre estamos dis-
ciendo algo malo? No puedo entenderle si Nanda no explica, dijo ella cutiendo acerca de nosotros mismos. (. .. ) ¿Pero no cree usted que es
dirigiéndose a Harold. De hecho, no comprendo nada al menos que d tipo de conversación más interesante?". Al mismo tiempo (lo uno
Nanda me explique". Mr. Cashmore es al mismo tiempo demasiado ex- permite lo otro), estas exhibiciones de ropa sucia pueden hacerse por-
plícito cuando se expresa y, recíprocamente, demasiado lento en el <¡u e las cosas jamás son designadas por sus nombres, son solamente
momento de comprender, particularmente si su interlocutor es Mrs. <.'Vocadas o sugeridas. De allí esta frase con valor axiomático en la boca
Brook. de Mrs. Brook: "Después de todo, las explicaciones arruinan las cosas";
de allí también su desolación cuando ella debe formular explícitamente
Mr. Cashmore la seguía con mucha dificultad. un juicio («es horrible y vulgar hablar de ello, pero ... "). A su vez, Mitchy
Mr. Cashmore se maravilló --de un modo casi místico. -Yo no le constatará que mientras más difícil sea nombrar al objeto, más refinada
entiendo.
Por piedad, ¿entonces, de qué habla usted? Es que yo ... quiero saber, será la conversación. "Las peores cosas parecen ser con toda certeza las
declaró Mr. Cashmore con vitalidad. mejores para desarrollar el sentido del lenguaje". El lenguaje por ex-
celencia es semejante al del Oráculo de Delfos, que ni dice ni calla sino
La variante más sutil de sordera simbólica es la de Edward Brooken- que sugiere. Sin embargo, esta constante exigencia está en contradic-
ham. El comprende apenas un poco mejor que Mr. Cashmore el tejido ción con el objetivo de la actividad principal de todos estos personajes,
de alusiones con el que lo envuelve su mujer. Ella le dirige una réplica: la cual, ya lo vimos, consiste en pedir explicaciones. Todo ocurre como
si los personajes estuvieran animados por dos fuerzas contrarias y par-
Y luego como la cara de Edward decía que era un misterio: -No tienes ticiparan simultáneamente de dos procesos con valores opuestos: por
necesidad de comprender pero puedes creerme, agregó. (. .. ) Era una un lado, movidos por la nostalgia de una aprehensión directa de las
declaración que no disminuía su incomprensión. (. .. ) Las tinieblas de cosas, tratan ele hacer transparentes las palabras, de atravesarlas para
Edward no eran absolutas pero eran densas.
apresar la verdad; pero por otro, el posible fracaso de esta búsqueda
está más o menos neutralizado por el placer que sienten en no decir
Sin embargo, su rol de jefe de la casa, la cual también es el corazón
la verdad, de condenarla para siempre a la indecisión.
del círculo, lo lleva a ejercer una actitud que no revele su incompren-
Uno de los acontecimientos principales relatados en La edad dffícil
sión; evidentemente, esta actitud es el silencio que, no obstante, no está
es, precisamente, el malestar que se ha creado en el salón por la in-
desprovisto de sus propias ambigüedades. "Por ejemplo, uno de sus
tervención petturbadora e inevitable de Nanda, la hija de Mrs. Brook,
modales era ser lo más silencioso posible cuando había mucho que
quien, no siendo ya niña, tiene derecho a bajar al salón, pero, no siendo
decir y, también, cuando no había nada que decir; esto era una patti-
aún una mujer, no debe escuchar todo. Nanda percibe al principio los
cularidad desconcettante ... ". Esto hace que, en esta otra conversación,
aspectos positivos del acontecimiento. ·Ahora podré bajar. Siempre ve-
nada revele su incomprensión -ni, por otra parte, su inteligencia
ré la gente que viene. Esto es una gran cosa para mí. Quiero oír toda
ocasional. "¡Oh! dijo simplemente (. ..) ¡Oh! se limitó a repetir. (. .. ) ¡Oh!
la conversación. Mr. Michett dice que debería, que eso ayuda a formar
observó Brookenham (. .. ) ¡Oh! respondió Brookenham. (. .. ) ¡Oh! res-
los jóvenes espíritus". Pero su madre ve solamente el reverso ele esta
pondió su marido. (.. .) ¡Oh! repitió su compañero. (. .. ) ¡Oh! exclamó de
intn1sión: ella traerá una pérdida de la libertad del lenguaje, ella arrui-
nuevo su marido", etc.
nará sus conversaciones, (.y no es acaso esto lo más impo1tante que
Frente a estos inválidos de la conversación está el círculo de Mrs.
poseen? Es lo que expresa ele manera un poco torturada delante de Mr.
Brook, donde no solamente todo es comprendido, sino donde también
Cashmorc: "Ella [Nanda] siente que su presencia pone un freno a nues-
todo puede ser dicho. En efecto, las dos reglas fundamentales y com-
tra libertad de lenguaje", y, más crudamente delante ele Vanderhank:
plementarias que rigen el uso de la palabra en este salón son: todo se
puede decir y nada se debe decir directamente. La Duquesa llama a Cierto, hablaba del cambio de mi vida. Sucede que estoy hecha de tal
eso, con un tono peyorativo, "sus sorprendentes y periódicas exhibi- modo que mi vida tiene algo que ver con mi espíritu, y mi espíritu con
ciones en público de ropa sucia", y Nanda, tan benévola como neófita, mi conversación. l Tna buena conversación ... ustedes saben qué impor-
214 LOS GENEROS DEL DISCURSO
,, I.A EDAD DIFICIL
215

tancia tiene para mi vida. También cuando uno debe deliberadamente ;Quizás porque la elaboración puede convertirse en tema, y el tema en
volver pobre la conversación ... quiero decir estúpida, llana, de quinto una manera de elaborar?
orden; cuando uno debe velar tal punto -por una razón completamen-
te ajena- no hay nada extraño en hacer a veces la confidencia de su Esta forma, esta manera de tratar el tema -la tensión creada en la
molestia a un amigo. conversación-, no es otra cosa distinta a una serie de conversaciones.
En medio de la enorme familia ele las novelas, La edad dtfícil tiene el
Luego, Nanda juzga su situación con otros ojos: rasgo particular de estar escrita casi exclusivamente en diálogos; dicho
de otro modo, esta novela tiende a confundirse con el drama, género
¿No será que uno se convierte en un pequeño caño por donde todo que siempre bscinó a Henty James. Incluso, en el mismo prefacio, él
corre? -¿Por qué no dices de manera más graciosa, preguntó Mitchy, explica bien el uso que deseaba hacer del diálogo. El ideal que quería
que eres una pequeña arpa eólica suspendida en la ventana del salón, alcanzar era
vibrando según la corriente de la conversación?

hacer que el encuentro representado relatara por sí mismo toda su


Y en un lenguaje más directo, con Vanderbank su madre dice ella du- historia, que quedara encerrado en su propia presencia y que, sin
daba uque pudiéramos captar entre todos ustedes aquell~ que no ~ería embargo, en este pedazo de terreno marcado se convirtiera en algo por
bueno para nosotros", "el peligro de captar demasiado". completo interesante permaneciendo perfectamente claro ...
En el prefacio del libro, redactado diez años después de la propia
novela, Henry James cuenta que el conflicto de esta tensión era el Ahora bien, ¿no es esto lo que ofrece la forma dramática?
germen mismo del libro.
Yo me decía que la distinción divina de los actos residía en su ob-
La edad d?f1cil, escribe, es precisamente el estudio ele uno ele estos jetividad especial y preservada. A su vez, esta objetividad surgía, cuando
períodos, limitados o extensos, de tensión y ele aprehensión, un estado alcanzaba su ideal, de la ausencia impuesta de toda mirada "por detrás",
de cuenta de la manera como, en un caso particular, se ha tratado el destinada a dar explicaciones y amplificaciones, arrancar migajas y
resentimiento de la interferencia de las antiguas libertades; pedazos de la gran boutique del ilusiones de "simple" narrador ...

de la manera como, "en un círculo de libre conversación, se debe tener Lo que atrae a James hacia la forma dialogada es su objetividad, la
en cuenta una presencia nueva e inocente, completamente inadapta- posibilidad de prescindir de todo narrador, o al menos de un narrador
da", es el relato de una "libertad amenazada por la inevitable irrupción que sabe y explica. Esto podría objetarse diciendo que La edad dtfkíl
del espíritu ingenioso". Sin embargo, James reconoce en el mismo tiene un narrador. Se nos recuerda su existencia aproximadamente
prefacio, que este germen inicial fue opacado -hasta el punto de llegar cada diez páginas: es un "espectador", "observador·· u "oidor", calit1cado
a pasar inadvertido- por aquello que inicialmente estaba destinado a según el caso de <tdvertido", de "iniciado, o "atento". A veces este es-
ser únicamente una forma de este tema, una manera de tratarlo y ela- pectador es evocado de manera más detallada: "un observador dis-
borarlo. Pero, al mismo tiempo, él observa que "su tema probablemente puesto a interpretar la escena", se convierte en "el observador ingenio-
estaba condenado de antemano a una sobre-elaboración apreciable". so que acabamos de sugerir", o "nuestro espectador perspicaz". O se
Al menos que la "sobre-elaboración" nunca sea, en principio, posible. puede suponer que "una persona que lo conociera bien habría encon-
Es esto lo que James llama una "verdad artística importante" surgida al trado esta escena, si esa persona estuviera aquí...". O si no uno imagina
t1nal de su experiencia. "una rápida vuelta del espejo que refleje toda la escena". En otras
ocasiones, el narrador acepta jugar provisionalmente el rol de testigo:
La principal lección de mi examen retrospectivo será de verdad una ..si lo hubiéramos visto, sin duda lo habríamos adivinado ... "; o de
revisión minuciosa de toda esta pregunta: ¿para un objeto, qué es sufrir, manera aún más explícita aunque negativa:
si es que acaso se puede concebir que la sobre-elaboración sufra? Mi
conciencia artística encuentra aquí un verdadero alivio en no reconocer Como Mr. Van no pudo explicar más tarde a un curioso amigo el efecto

J
ninguna huella de sufrimiento ... que produjo en él el tono de estas palabras, su cronista sacó ventaja de
LOS GENEROS DEL DISCURSO ' LA EDAD DIFICIL 217
216

este hecho sin pretender una mayor comprensión, limitándose al durante una conversación con su hija. Mr. Cashmore, en una ocasión
contrario a la simple constatación del sonrojo apenas visible que las en que es enfrentado en relación a su esposa, es llamado ·el esposo
palabras produjeron en las mejillas de Mr. Van. de su Señoría"; en otra oportunidad, esta vez en relación a su amante,
es llamado "el visitante de Mrs. Brook". Según el tono de las réplicas
Finallnente, otras veces el narrador deplora la ausencia de tal testigo: que Mitchy dirige a Mr. Longdon (de quien recordamos la atención que
"¿Estaba allí para obseivar si la joven lo había remarcado?", ''la historia prestaba a los apelativos), éste puede ser el "sujeto de infomución de
nunca lo sabrá". En todos los casos, este testigo permanente, aunque Vanderbank", luego, "el posible confidente del viejo Van,; conversando
no sea constantemente mencionado, permanece indispensable y está con Vanderbank, se convierte en el "amante de Lady Julia", con Mrs.
implicado en la presentación de los acontecimientos relatados; el na- Brookenham, en el "más viejo de sus visitantes".
rrador lo sabe: "el perspicaz observador que creemos constantemente Se puede admitir que, en consecuencia, "cada reencuentro represen-
presente.,, ·el testigo continuo de estos episodios., (el subrayado es tado relata en sí toda su historia". Pero, a pesar de que sea ·comple-
mío). tamente interesante", no queda claro que al mismo tiempo esté "per-
Este testigo, a quien es necesario imaginar (esta supuesta presencia fectamente claro,: volviendo al punto de partida, es difícil, incluso en
hacía decir a Dostoyevski que un relato así era ·fantástico", pues admitía d momento de releer, constmir fielmente esta historia, enumerar aun-
la existencia de seres invisibles), no es sin embargo una instancia que sea los principales acontecimientos; y, sin duda, nadie estará en
narrativa unificadora; el narrador ve pero no sabe. Se puede observar capacidad de decir la naturaleza exacta de las relaciones que unen
que los personajes mismos ya tienen una curiosa costumbre (la cual, (para referirse sólo a los personajes más importantes) a Vanderbank y
por otra parte, contribuye a la dificultad de comprender su~ palabras Mrs. Brook, Vanclerbank y Nanda, Nanda y Mr. Longdon.
y provoca los requerimientos de explicación): ellos no se r~fieren a los Hay un problema que es el punto neurálgico de esta novela. El lector
otros con un nombre constante y conocido por todos, smo que los de todo texto ficticio busca construir la historia que cuenta ese texto.
llaman con locuciones que varían de una circunstancia a otra, como si Para esto dispone de dos tipos de información. La primera debe ser
no quisieran presumir nada en cuanto a la existencia de un~ identidad inferida a partir de los comportamientos descritos; así, estos simbolizan
inmutable en el seno de cada ser, sino contentarse con registrar, cada -aunque no significan- la realidad de la ficción. La segunda le es
vez, sus percepciones puntuales y sujetas al cambio. Así, la Duquesa, brindada de manera directa por un narrador (o varios). No obstante,
hablando a Mitchy de Carrie Donner, supuesta amante de Mr. Cash- se sabe a su vez, que este narrador puede revelarse "indigno de
more la llama una vez "esta absurda y pequeña persona.,; otra vez, ·la confianza,, obligando así al lector a inferir la verdad más que a recibirla
enca~tadora muestra del buen gusto de Mr. Cashmore que tenemos tal cual. Dado que La edad d(fícíl no contiene, por decirlo de algún
bajo nuestra mirada.,; una tercera vez, "esta víctima de injustas cal:m1- modo, discurso de narrador, podemos considerar a los personajes
nias"; pero nunca la llama por su nombre: la pobre Mrs. Donner tiene como narradores y suministradores de la verdad aun si la deforman.
dificultad en tener una entidad. ¡Cuán inestable se vuelve uno al pasar, Pero es precisamente al realizar esta tarea que el lector fracasa. ¿Por
no sólo de un instante al otro, sino de la mirada de una persona a la qué?
de otra! Es esto lo que hace exclamar a Nanda: «Somos en parte el Descartemos primero una respuesta fácil pero en este caso inapli-
resultado de los otros", y a Vanderbank: "Nos vemos nosotros mismos cable, según la cual nos serían dadas las palabras únicamente mientras
reflejados". Ahora bien, el propio narrador ha elegido lo mismo al no la acción se lleva a cabo al margen de ellas. Por lo que puede verse,
llamar a sus personajes de manera uniforme: una vez será Vanderbank, ningún acontecimiento importante tiene lugar en los lapsos de tiempo
otra el viejo Van, una tercera Mr. Van, dependiendo de que éste sea que el libro deja en silencio, tampoco durante estos lapsos, sino almar-
percibido por tal o cual persona, en tales y cuales circunstancias, Y ~e ~-ten del lenguaje, en las acciones no verbales: los discursos constituyen
que el narrador mismo no posea ninguna percepción qu~ le s~a propta~ 1< >S principales acontecimientos de la vida de estos personajes, y el
de hecho, son nuevamente los personajes los que perciben, mcluso SI mundo de ellos es, con toda certeza, verbal. ¿Acaso no escribía James,
el narrador es quien habla. Mrs. Brook se convierte en el "objeto de este c.·n 1he Questíon ofour Speech lo siguiente: "Sólo cuando hablamos ex-
elogio, luego de una réplica de Vanderbank, "la compañera de Nanda",
218 LOS GENEROS DEL DTSCUHS< ' 'lA EDAD DIFICil 219

tensamente es que vivimos y desempeñamos nuestros roles ..? Es necc hacerlo, a cuál. La simbolización y la inferencia podían ser portadoras
sario agregar, entonces, que tampoco ningún personaje acepta, ni si de..~
información segura en un mundo en el que ellas se encontraban
quiera provisionalmente, hacer el rol del narrador y sintetizar lo qut · (•1unarcadas por la palabra directa o al menos por los instmmentos que
acaba de suceder. La novela no está sólo hecha de conversaciones, sin<> pennitían verificar la interpretación. Pero es ésta precisamente la
que además se trata de conversaciones bien particulares: ellas no ev<) proeza técnica de James en La edad d{/icil: la información directa no
can acontecimientos exteriores, sino que se confonnan con ser el pro ('S simplemente predominante en este libro, es la llnica presente; alcan-

pio acontecimiento. Es como si la palabra-relato y la palabra-acción n< > zando un grado extremo, cambia de n;tturaleza: deja ck ser informa-
fueran más los aspectos complementarios de una actividad única: Li dón. El lector, entonces, está más que nunca implicado en la cons-
palabra aquí no cuenta nada. Las conversaciones forman la histori;l rrucción de la ficción, y no obstante, é,l descubre durante el trayecto que
pero no la relatan. t•sta constmcción no podía llevarse a término.
Pero nuevamente esto no es suficiente. Lo que uno cree ser guiém La relación del lenguaje con el mundo es ambigua, y ésta es también
último de esta historia -Nanda y Mrs. Brook enamoradas de Vancler la posición de Henry James en cuanto a esta relación. En alguna parte
bank, éste, pobre, queriendo casarse con una mujer rica pero a quil'n t•scrihe -nunca hizo otra cosa- una novela social y realista sobre el
él pueda amar, la evolución de los sentimientos ele Mr. Longdon pot amor y el dinero, es decir, sobre el matrimonio. Pero las palabras no
Nanda- se lleva a cabo delante de nosotros y sin embargo tenemo:-, íltrapan a las cosas. Sin embargo, lejos de sufrir -y en eso se asemeja
la impresión de poseer una visión indirecta de ello. No se trata sola bastante a sus personajes, convirtiéndose así La edad d(fícil en una
mente de que la regla general de esta sociedad, como ya lo vimos en ;tlegoría de las ficciones-, James se deja llevar poco a poco por el
profundidad y en detalle, sea la ele nunca nombrar las cosas sino sugc placer que descubre en esas frases que suscitan, hasta el infinito, otras
rirlas. La dificultad es más esencial, y es lo que justifica que sea a la ve; frases, en estos personajes que provocan, por sí mismos, la aparición
el tema de las conversaciones y el principio constmctivo de la novela. de sus dobles y sus contrarios, en sus acciones, hijas de la simetría y
Paso a paso, hemos sido llevados de los casos más simples, en los la proporción. Quien manipula palabras poseerá sólo palabras: esta
cuales se podía encontrar, sin dificultad, más allá de la expresión incli nmstatación adquiere en James el color de dos sentimientos opuestos,
recta, el sentido consistente y directo, a las palabras indeterminadas dl' el remordimiento de haber perdido el mundo, la alegría ante la proli-
las cuales sabemos qué significan, pero también que no alcanzaremos feración autónoma del lenguaje. Y sus novelas son la encarnación de
nunca a interpretarlas con toda cetteza. Recíprocamente, en esta noveb esta ambigüedad.
hay hechos y acciones que podemos reconstituir sin vacilar un instante·. Proust también cuenta, en En busca del tiempo perdido, cómo sus
pero hay otros que jamás podremos establecer. Y quizás por esta sob personajes descubren que las palabras no dicen forzosamente la ver-
razón nos parecen los más importantes; lo oblicuo ha alcanzado tal dad. Pero este descubrimiento (de que el lenguaje directo es insuficien-
grado que ya no lo es más: las amarras entre las palabras y las cosas te) está allí para conducir a una conciencia feliz del poder expresivo
no están ni Hojas ni apretadas; han sido cortadas. El lenguaje funcion:t del lenguaje del cuerpo o ele aquello que tiene lugar en lo verbal: el
en un espacio que siempre permanecerá lingüístico. lenguaje figurado e indirecto. En Proust, la decepción que se produce
No se trata de que a los personajes les falte sinceridad, o que n< > en la superficie está compensada por la felicidad que procura el acceso
traten de formular ninguna opinión sobre nada ni nadie. Ellos lo hacen: a la profundidad. El lenguaje indirecto es el único verídico -lo cual
sin embargo no podemos confiar en sus palabras porque hemos sic!< > es ya mucho, pues al menos la verdad existe. La semejanza con James
privados de la medida de la verdad. "Para Mr. Longdon, la verdad er:t es entonces sospechosa: sabemos bien que la palabra de los personajes
difícil decirla .. ; y él no es el único. Las palabras indirectas que intercam de La edad d(ftcil es indirecta, pero jamás alcanzamos la verdad
bian los personajes nos han empujado dentro de un movimiento cuy:t profunda. Aquí, el desencanto que acontece en la superficie nos remite
violencia deja bien atrás las alusiones que le servían de punto de par a otra cosa (es por ello que el lenguaje es indirecto), pero esta otra cosa
tida. Toda palabra se encuentra bañada de una sospecha ontológica. ' es nuevamente una supe1ficic, ella misma sujeta a la interpretación.
y simplemente ya no sabemos si conduce a una realidad y, en caso ck · ~James no nos conduce hacia una nueva interioridad, como lo harán
220 LOS GENEROS DEL DISCURSO 221
' lA EDAD DIFTcrr

después Proust y Joyce, sino hacia la ausencia de toda interioridad, es directa, al sol. Así, este sol permanece bien negro y el tema en sí
decir, hacia la abolición ele las oposiciones mismas entre lo interior y impalpable.
lo exterior, la verdad y la apariencia. Podría admirarse la interpenetración infinita de todos los elementos
Toda la construcción ele La edad d[f'ícil (no solamente la de los que forman el sistema de la novela. James mismo, fiel representante
personajes) descansa en la oblicuidad, en la indirectness, como si ésta aunque tardío de la estética romántica, dcscrihb, en su prefacio, los
encarnara no únicamente la regla de una sociedad excepcional sino resultados de su trabajo de esta manera:
simplemente la regla: ya uno se encuentra, para siempre, en lo indi-
recto. En su prefacio, James describe su proyecto de la siguiente ma- Hacer esto nos ayuda a ver, felizmente, que la pcsad;t diferencia entre
nera: sustancia y forma en una obra de arte realmente trahajad;t se derrumba
de manera remarcable. (. .. ) Ellas están separadas antes del acto, pero
el sacramento de la ejecución las une indisolublemente. C. .. ) La cosa,
Tracé en una hoja de papel el elegante diseño de un círculo compuesto una vez hecha, es artísticamente una fusión; si no, no ha sido realizada.
de una serie de pequeños círculos colocados a igual distancia alrededor (. .. ) Hacer esto ayuda a probar, bajo la luz del resultado global, que tal
de un objeto central. El objeto central era la situación, mi objeto en sí; valor, tal efecto, forma parte de mi tema, y que este otro valor, este otro
de aquí se justificaría el título, y los pequeños círculos representarían efecto, pertenece a mi elalx)fación, ayuda a probar que no los he
varias lámparas separadas, como me gustaba llamarlas, cada una de revuelto, con un arte consumado, como debe hacerlo el prestidigitador
ellas iluminando con toda la intensidad requerida alguno ele los
que pretendo ser. Admito que soy como el fanfarrón que grita delante
aspectos de ese objeto. Dado que yo lo había dividido en aspectos. C. ..) de su tarantín de feria.
Cada una de mis "lámparas.. sería la luz de un "encuentro mund:-mO>•
sobre la historia y las relaciones de los personajes concernientes, y
manifestaría en toda su plenitud los colores latentes de la escena en En efecto, ¿qué podemos imaginar más armónico que este estudio de
cuestiún, llevándola a ilustrar, hasta el último detalle, su contribución la palabra realizado a través del uso mismo de la palabra, que esta
a mi tema. manera alusiva de evocar la alusión, que este libro oblicuo sobre la
oblicuidad?
En verdad las cosas son más complicadas. La novela está dividida Creo que La edad d[ficil es una de las novelas más importantes de
en treinta y ocho capítulos que corresponden, cada uno, a una escena nuestra "época, y uno de los libros ejemplares, no única y exactamente
teatral: los mismos personajes conversan desde el comienzo hasta el por la perfecta fusión de ..forma, y "contenido", que cumplen también
final. Pero sobre esta división se inserta otra: una división en diez libros: otras obras, y que uno no sabe con toda certeza por qué es necesario
semejantes a los actos de una obra de teatro, éstos se caracterizan por admirarlas. Yo la compararía más bien con las graneles novelas que le
la unidad de lugar, de tiempo -aunque de un modo más ligero--, y siguieron y que son mucho más veneradas por nuestra modernidad, y
sobre todo, llevan títulos (lo que implica una unidad de acción). Estos esto, porque ella explora a fondo una vía abierta por el lenguaje pero
títulos son los nombres ele los personajes; no necesariamente de los desconocida por la literatura, porque ella lleva esta exploración más
que participan en la conversación (así, el primer libro se titula "Lady lejos de lo que hasta entonces se había realizado, de lo que hasta ahora
Julia", estando este personaje ausente del libro), sino más bien de se ha hecho. La edad d[j'ícil es un libro ejemplar porque, más que
aquellos que se encuentran iluminados por la conversación y que, a su expresarlo, es una Hgura de lo oblicuo del lenguaje y de lo indecible
vez, la determinan. Finalmente, estos diez libros-personajes iluminan al del mundo. De este modo podemos responder a la pregunta formulada
tema central del título: la edad del malestar. Así, estamos en presencia inicialmente: ¿acerca de qué habla La edad d(j'ícil ?: de lo que significa
de un perfecto sistema solar Qames habla de luz): un centro, diez hablar, hablar acerca ele cualquier cosa.
graneles cuerpos a su alrededor, cada uno custodiado por tres o cuatro
satélites-capítulos. Pero este sistema solar tiene una particularidad sor-
prendente que perturba el sentido mismo de la comparación: en lugar
de ir del centro a la periferia, la luz sigue el camino inverso. Son los
satélites quienes iluminan a los planetas, y éstos envían la luz, ya in-
' LAS ILUMINACIONES

Ma sagesse es/ mtssi dl'tim;u,née que le chaos.


Qu 'est mon Jtécmt mtjn"l's de/({ sf!lj)('llr que vous attend?

Rimbaud, Vies I 1

EL VERDADERO problema de las Iluminaciones no es eviden-


temente cronológico; es semántico: ¿de qué hablan estos textos enig-
máticos, qué quieren decir? Siendo la literatura sobre Rimbaud tan
particularmente abundante, no podemos dejar de volver sobre ella,
para buscar una respuesta. Y, a pesar de que la mayoría de los autores
se hayan interesado más en los viajes a Inglaterra o a Harrar, en las
experiencias homosexuales y de drogas, que en el sentido de sus
textos, existe no obstante un buen número de estudios consagrados a
la interpretación de las Iluminaciones. Sin embargo, al leerlas, tengo la
impresión de que en general se quedan rezagadas, o que inmediata-
mente van más allá del problema real que propone este conjunto de
·poemas en prosa". Para situar mi propia reacción frente al texto, voy
entonces a resumir rápidamente las distintas actitudes que él ha sus-
citado en el pasado y a explicar por qué me dejan insatisfecho.
Llamaré crítica "evemerista" a la primera forma de reacción frente al
texto de Rimbaud, la cual, desde mi punto de vista, no puede ser cali-
ficada verdaderamente de "interpretación". Evemero, autor de la Anti-
:,¡,' güedad, leía a Homero como una fuente de información sobre las per-
1'
:1',, sonas y los lugares descritos en la epopeya, como un relato verídico
i,¡¡ y no imaginario; instantáneamente, la lectura evemerista atraviesa el
1,1'

'i
¡1
i.
LOS GENEROS DEL DISCURSO

texto buscando los índices de un mundo real. Aunque nos sorprenda,


d texto de Rimbaud, aparentemente tan poco referencial en su inten-
' LAS ILUMINACIONES

de Rimbaud. Vacilo en dar el nombre de interpretación a tal constatación


225

porque ella es, en rigor, una contribución al conocimiento de la biografía


ción misma, ha sido frecuentemente leído como una fuente de infor- del poeta; en nada explica su texto. El ..satanique docteur, [ese doctor
mación sobre la vida del poeta. Esto es aún más peligroso ya que esta satánico] de . vagabonds, [«Vagabundos ..] quizás se refiere a Verlaine,
vida permanece, en gran medida, ignorada, siendo los textos poéticos como lo han repetido hasta el cansancio todos los comentaristas luego
la única fuente de la cual disponemos para conocerla: la biografía está del propio Verlaine; y el agua, "large comme un hras de mer" [ancha co-
construida a partir de la obra, sin embargo, se tiene la impresión de que mo un brazo de mar], en "Les ponts" [ul.os puentes"], puede que sea una
la obra se explica a través de la vida. descripción del Támesis, como desea por ejemplo Suzanne Bcrnard;
Esto puede juzgarse tomando como ejemplo uno de los textos más pero no se explica el sentido del texto ick~ntificando (suponiendo que
fáciles de comprender en las Iluminaciones: ..ouvriers" [. Obreros,]. La esto se haya logrado) el origen de sus elementos. El sentido de cada pala-
expresión "chaude matinée de février·· [..cálida mañana de febrero,], y bra y de cada frase se determina únicamente en relación con las otras
la indicación de que el lugar de la acción no es el Sur, provocan el palabras y las otras frases del mismo texto. Me siento incómodo al tener
siguiente comentario de Antaine Adam: "Nos encontramos en un país que enunciar tal evidencia; no obstante, ella no parece existir para los
del Norte, en febrero, y la temperatura es clemente". Pero, entre 1872 comentaristas de la obra de Rimbaud. De este modo, cuando, a propó-
y 1878, la temperatura fue especialmente suave en este último año (la sito de ..Royauté" [..Realeza,], otro de los textos particularmente transpa-
temperatura media en Oslo fue de -0,7°). Se habla de un viaje de rentes de las Iluminaciones, S. Bernard anota lo siguiente: "El texto, dado
Rimbaud a Hamburgo en la primavera de 1878, y esta indicación va- el estado actual de lo que sabemos, pennanece oscuro", me parece que
ga, ligeramente modificada, podría coincidir con el poema .. Quvriers". su interés queda fuera de cuestión: ningún descubrimiento fortuito,
A esto responde Chadwick que el poema está fechado en febrero de ninguna clave biográfica, clarificará este texto (por otra parte él no tiene
1873 ya que el Times menciona inundaciones ocurridas en Londres necesidad de ello), pues el pretexto que alimentó la . memoria, y los ..sen-
durante el mes de enero, y que el texto habla también del agua "laissée tidos·· no contribuye con la tarea de establecer el sentido.
par l'inondation du mois précédent" [un charco restante de la inunda- La crítica etiológica representa la segunda actitud frente al texto de
ción del mes anterior]. Así, los críticos deben probar un ingenio digno Rimbaud. Aquí, nuevamente, no se puede hablar verdaderamente de "in-
de Sherlock Holmes, consultando el calendario de los sucesos meteoro- terpretación": más que buscar el sentido del texto, la interrogante recae
lógicos durante una década; y sin embargo, ellos no están en capacidad sobre las razones que empujaron a Rimbaud a expresarse de ese modo.
de confirmar sus hipótesis a causa de la información ínicial tan pobre, La transparencia referencial cede aquí su lugar a una transparencia
aunque ésta esté "ligeramente modificada". orientada hacia el autor, cuyo texto no es propiamente su expresión sino
Pero, evidentemente, el problema no reside allí. Aunque las indica- su síntoma. La explicación más común es la siguiente: Rimbaud escribe
ciones del texto concuerden con la historia meteorológica, aunque el estos textos incoherentes debido a las drogas; Rimbaud escribe bajo el
paso de lo uno a lo otro sea de lo más peligroso, implica el olvido de estímulo del haschísh. Es cierto que algunos poemas, por ejemplo "Ma-
la diferencia más elemental: aquélla entre la historia y la ficción, entre tinée d'ivresse" [..Mañana de embriaguez,], pueden dar la impresión de
lo documental y lo poético. ¿Y si Rimbaud no estuviera hablando de ser la descripción de una experiencia con las drogas. Sin embargo, ello
una inundación real, de un invierno caliente que en realidad no ocu- no es evidente; pero aun siéndolo, no agregaría nada a nuestra com-
rrió? El hecho de que uno pueda hacerse esta pregunta y que la res- prensión del texto. Decirnos que Rimbaud había consumido haschí..c;;h
puesta sea positiva, vuelve toda la erudición de Adam o de Chadwick cuando escribió tal poema, es una infonnación tan poco pertinente para
impertinente. Para saberlo, era suficiente leer lo que el mismo Rimbaud la interpretación de este texto como decir que escribía en su bañera, con
había escrito: ·Ta mémoire et tes sens ne seront que la nourriture de una camisa rosada o con la ventana abierta. A lo sumo, ella contribuye
ton impultion créatrice" C·Jeunesse IV,) [·Tu memoria y tus sentidos sólo nm una fisiología de la creación literaria. La pregunta que debe hacerse
serán el alimento de tu impulso creador, (·Juventud IV,)]. al leer "Matinée" o algún otro texto parecido no es si su autor estaba o
Sin embargo, supongamos que el texto describe con certeza la vicb no drogado, sino cómo leer ese texto sin renunciar a la búsqueda del

1~
LAS ILUMINACIONES
226
LOS GENEHOS DEL DISCUHSO 227

sentido. ¿Cómo reaccionar delante de esta incoherencia o de esta apa- ma, es pertinente. Como cualquier otro, el texto de Rimbaud se presta
rente incoherencia? a estas operaciones, ya sea en el plano temático, semántico-estructural,
De la crítica etiológica surgen comentarios que dicen que la extra- o en el gramatical y formal. Sólo que, como resultado, ya no hay nin-
ñeza de este texto se debe a que él describe un espectáculo de ópera, guna diferencia de estatus entre las Iluminaciones y, justamente,
un cuadro o un grabado; o, como afirma Delahaye a propósito de cualquier otro texto. Esto ocurre porque el crítico paradigmático trata
"Fleurs" ["Flores,], que Rimbaud está acostado sobre la hierba al borde todos los textos como si fueran las Iluminaciones, desprovistas de
de un estanque y obsetva de cerca las plantas; por su parte, Thibaudet orden, de coherencia y continuidad, ya que, aunque las encontrara, no
imagina, en "Mystique" ["Místico,], un caminante agotado, tendido boca las tomaría en cuenta, y en su lugar, exigiría el orden paradigmático por
arriba y mirando el cielo. Nuevamente, el crítico aquí se conforma con él descubierto. Pero aquello que ya podía ser puesto en cuestión en
identificar (y de qué manera tan problemática) la experiencia que el análisis de otros textos (el postulado de la no pertinencia de la
habría incitado a Rimbaud a escribir este texto; no se pregunta qué dimensión sintagmática, de la continuidad discursiva y narrativa) pro-
significa. Sin embargo, tal afirmación puede transformarse en una in- duce un resultado inadmisible en el caso de las Iluminaciones, pues
terpretación con la condición de que hable no del cuadro que vio no disponemos de otro medio para revelar el rasgo más sorprendente
Rimbaud sino del que pinta su propio texto; es decir, con la condición de este texto: su aparente incoherencia. Resultado de haber tratado
de que hable del efecto pictórico y no de su pretexto. todos los textos como si fueran las Iluminaciones, el crítico paradig-
Las otras dos actitudes críticas que quisiera aquí distinguir restable- mático ya no puede decir en qué se diferencian las Iluminaciones de
cen cierta interpretación: explican el sentido o la organización del texto. los otros textos.
Sin embargo, lo hacen de un modo que me parece elimina lo más Frente a estas diversas estrategias críticas, quisiera formular otra
característico de las Iluminaciones, olvidando así lo más importante de posición que, me parece, es reclamada imperiosamente por el texto de
su mensaje. El caso es relativamente simple con la critica esotérica. las Iluminaciones. Ella consiste en tomar seriamente en cuenta la
Como todo texto oscuro, las Iluminaciones recibieron numerosas in- dificultad de la lectura; en considerarla, no como un accidente del
terpretaciones esotéricas que vuelven todo claro: cada elemento del trayecto, como una falla fortuita de los medios que deberían llevarnos
texto, o al menos cada elemento problemático, se ve reemplazado por a su sentido último, sino en convertirla en el objeto mismo de nuestro
otro, extraído de una variante cualquiera del simbolismo universal, examen; consiste en preguntarnos si el principal mensaje de las Ilu-
desde el psicoanálisis hasta la alquimia. El extraño "hijo del sol" de minaciones reside más que en un contenido establecido a través de las
.vagabundos" sería la unidad, el amor o el faraón; el arco iris de "Des- descomposiciones temáticas o sémicas, en el modo mismo de la apa-
pués del diluvio", el cordón umbilical; y las "Flores", la pura sustancia rición (o tal vez desaparición) del sentido. Colocándose en otro nivel,
contenida dentro del metal. Estas interpretaciones jamás podrán ser ni esta otra posición consistiría en saber si la explicación del texto debe
confirmadas ni desmentidas, de allí su poco interés. A esto se agrega ceder el paso, en el caso de las Iluminaciones, a una complicación del
el hecho de que ellas traducen el texto trozo a trozo, sin tomar en texto, la cual pondría en evidencia la imposibilidad principal de llevar
cuenta su composición y tampoco que el resultado final, perfectamente a cabo toda "explicación".
claro, no permite explicar la oscuridad inicial; ¿qué necesidad tuvo Cuando el texto de Rimbaud evoca un mundo, al mismo tiempo el
entonces Rimbaud de ponerse a cifrar pensamientos con tan poco autor toma todas las precauciones necesarias para hacernos compren-
relieve? der que ese mundo no es verdadero. Serán seres o acontecimientos
La cuarta y última actitud frente al texto de Rimbaud merece el sobrenaturales o mitológicos, como la triple metam01fosis en "Bottom",
nombre de critica paradigmática. Aquí se parte del postulado, explí- la diosa de "Aurora", los ángeles de "Místico", o el ser andrógino de
cito o implícito, de que la continuidad está desprovista de significación; "Antiguo"; objetos y lugares que alcanzan dimensiones nunca vistas:
de que la tarea del crítico consiste en aproximar elementos del texto "Esa cúpula es un armazón de acero artístico de unos quince mil pies
más o menos alejados para mostrar así su similitud, su oposición o su de diámetro·· ("Ciudades n. ), "Los cien mil altares de la catedral,
parentesco; en una palabra, que el paradigma, a diferencia del sintag- ("Después del diluvio ..), la villa y sus dependencias, las cuales forman
22H LOS GENEROS DEL DISCURSO

un promontorio tan vasto como Arabia ("Promontorio"), o los innume-


rables puentes de formas diversas (<<Los puentes·} O más simplemente,
' LAS ILUMINACIONES

en Londres frecuentaba la ópera, ¿no debemos más bien ver en ello el


índice del carácter ficticio, ilusorio del objeto acerca del cual estamos
229

objetos físicamente posibles pero hasta tal punto inverosímiles que uno
hablando? ¿Acaso no es su inexistencia lo que caracteriza a tantos otros
renuncia a creer en su existencia, como ocurre con las avenidas de
objetos evocados, las "melodías imposibles . de ·Noche histórica .. , las
cristal en "Metropolitano•, con las avenidas de teatros en "Escenas", con
"posadas que ya no abren más para sicmpr<> ("Metropolitano..), y los
la catedral en medio del bosque ("Infancia In ..) y los "Chalets de cristal
parques de castillos invisibles, en los cuales, "Por lo demás, no ha?' na~a
y de madera que se deslizan sobre poleas y rieles invisibles .. («Ciudades
que ver allí dentro" («Infancia u. )? Todos los parajes de las Ilummacw-
I"), con el piano en los Alpes y el Hotel Espléndido en la noche polar
nes, no solamente las flores árticas de bs cuales se habla en "Bárbaro.. ,
(,Después del diluvio·}
merecen este comentario incisivo y definitivo: "Ellas no existen... Pero
Cuando surgen las indicaciones geográficas para aplacar aparente-
aun la indicación del carácter ficticio del referente es la manera más
mente la pasión de Evemero y permitir así identificar los lugares de los
convencional de poner en cuestión la capacidad del texto de evocar
cuales se habla, Rimbaud, con cierta ironía, mezcla intencionalmente
un mundo. Al lado de esta descalificación del referente se observa de
los países y los continentes. El fabuloso promontorio recuerda el Epiro
hecho una acción, mucho más insidiosa, sobre las aptitudes referencia-
y el Peloponeso, Japón y Arabia, Cartago y Venecia, el Etna y Alema-
les del propio discurso. Los seres designados por el texto de las
nia, Scarborough y Brooklyn, y, como si no fuera suficiente, "Italia,
Iluminaciones son esencialmente indeterminados: no sabemos ni de
América y Asia .. ("Promontorio·} El ídolo es al mismo tiempo "mejicano
dónde vienen ni adónde se dirigen, y el choque es aún más grande
y t1amenco", los barcos tienen nombres "griegos, eslavos y célticos..
porque Rimbaud no parece incluso darse cuenta de esta indetermina-
(·Infancia J.. ); las aristocracias son alemanas, japonesas y guaraníes
ción, empleando así el artículo deten11inado para introducir a estos
("Metropolitano ..); Alemania, los desiertos tártaros, el Celeste Imperio,
seres. Las piedras preciosas, las flores, la gran avenida, los estantes, los
Africa e incluso los "Occidentes.. se unen en ·Noche histórica". ¿Dónde
circos, la leche, los castores, los masagranes, la gran mansión, los niños
se encuentra el país que describen estos textos? Esto es precisamente
en luto, las maravillosas imágenes, las caravanas: tantos seres surgen
lo que no aclararán ni los en1ditos de Java ni los especialistas de
(en ·Después del diluvio ..), unos al lado ele otros, sin que sepamos nada
Inglaterra.
de ellos, sin que, al mismo tiempo, el poeta perciba nuestra ignorancia,
A menudo, una frase o una palabra del texto dice, abiertamente, que
pues él habla de ellos como si nosotros estuviéramos al tanto. ¿Cómo
la cosa descrita es solamente una imagen, una ilusión, un sueño. Los
saber sin más detalles, sin otra indicación, lo que son los ,.JJoquetes
puentes inverosímiles desaparecen con la luz del sol: •·Un rayo blanco,
operddicos", "jadear por la tormenta .. , las "sofocantes espesuras .. , "rodar
al caer de lo alto del cielo, aniquila esta comedia" ("Los puentes ..), y las
sobre el ladrido de los dogos" ("Nocturno vulgar..)?; "la doncella de
coordenadas de las fabulosas ciudades han sido bien dadas: "¿Qué
labios de naranja .. («Inf~mcia J..), "los animales pacíficos .. («Infancia IV..),
buenos brazos, qué hora feliz me devolverán esa región de donde
el "anciano solo, tranquilo y hermoso .. ("Frases ..), "la música de los anti-
proceden mis sueños y mis menores movimientos?.. (·Ciudades J..). Los
guos .. («Metropolitano.. ), ·<las savias ornamentales" ("Fairy..) y tantos otros
seres evocados en "Metropolitano" son "fantasmagóricos". Para Rim-
objetos parecen evocar algo preciso que, dada la ausencia de una
baud, el sueño no es ya un elemento temático, como lo era para
información complementaria, nosotros ignoramos y difícilmente pode-
Baudelaire por ejemplo, sino más bien un operador de la lectura, una
mos imaginar: estos objetos son percibidos en el lapso infinitesimal de
indicación de la manera como debe interpretarse el texto que está ante
una iluminación.
nosotros. Los personajes ele "Desfile .. se visten "con el gusto por la
Tomados aisladamente, cada uno de los objetos evocados es inde-
pesadilla.. , y las montañas de "Ciudades J.. son también "de ensueño";
terminado, como consecuencia de la evocación tan breve y fulgurante.
"postillón y bestias ele ensueño" atraviesan el "Nocturno vulgar.. , y
Se busca entonces establecer una determinación relativa entre los
también es del sueño que habla ·Vigilias... Además, desde hace tiempo
objetos, o lo que es lo mismo, entre las pattes del texto. Y es aquí que
se ha resaltado el vocabulario teatral, "operático.. de las Iluminaciones.
el choque resulta violento: las Iluminaciones erigieron la discontinui-
En lugar ele ver en ello la pmeba de que Rimbaud, durante su estadía
dad como su regla fundamental. Rimbaud hizo de la ausencia de
1

'1
230 LOS GENEROS DEL DISCURSO
' LAS ILUMINACIONES 231

organización el prinopto de organizaoon de estos textos; y este echamos de menos al darnos cuenta de que cuando aparecen es difícil
principio funciona en todos los niveles: desde la totalidad del poema justificarlas y comprenderlas. Al contrario del . maestro en sintaxis" que
hasta en la combinación de dos palabras. Por ejemplo, esto es evidente es Mallarmé, Rimbaud es un poeta lexical; él yuxtapone palabras que,
en las relaciones entre los párrafos: no las hay. Suponiendo por ejemplo lejos de toda articulación, conservan cada una su propia insistencia. Las
que cada párrafo de "Metropolitano,, sea resumido por el sustantivo que únicas relaciones entre acontecimientos y frases cultivadas por Rim-
lo cierra -lo cual no dejaría de ofrecer problemas-, ¿qué relación une haud son de copresencia. Así, todas las acciones heterogéneas, rela-
en el seno del mismo texto a la ·dudad·, "la batalla", "el campo", "el cielo", tadas en "Después del diluvio", estín unificadas en el tiempo, pues ellas
"tu fuerza,? O en "Infancia J,, ¿qué justifica el pasaje del ídolo a la niña, ocurren tan pronto como . }a idea del Diluvio se hubo asentado,; las de
a las danzas y a las princesas? Todos los textos de las Iluminaciones ·Noche histórica" suceden en . cualquier noche"; en . B{lrbaro", "Mucho
no solamente el que lleva ese nombre, podrían llevar este título sig~ después de los días y las estaciones". Más todavía, están las de
nificativo: "Frases". copresencia en el espacio; el ejemplo más claro sería el de . Jnfancia 111",
Uno podría decirse que el cambio de párrafo señala al menos un en el cual el complemento circunstancial de lugar con el cual comienza
cambio de tema justificando así la ausencia de continuidad. Pero las el texto, .. En el bosque", permite encadenar en seguida un pájaro, un
proposiciones, en el seno del párrafo, e incluso en una misma frase, reloj, una hondonada, una catedral, un lago, un cochecito y una
se acumulan de la misma forma desorganizada. Leamos el tercer compañía de pequeños comediantes.
párrafo de "Metropolitano" ya aislado de sus vecinos: A menudo, la copresencia espacial está subrayada por las referencias
explícitas al observador, cuya posición inmóvil está implicada por
Levanta tu cabeza: ese puente de madera, arqueado; las últimas huertas adverbios relativos como "a la izquierda", . a la derecha", . arriba", . abajo".
de Samaria; esas máscaras coloreadas bajo el fanal azotado por la noche "A la derecha, el alba estival despierta ... y los terraplenes ele la izquier-
fría; la ondina tonta de la túnica clamorosa, en la orilla del río; los
cráneos luminosos en los plantíos de guisantes -y las otras fantas- da ... " ( . Huellas·} "A la izquierda, la tierra del borde ... Detrás del borde
magorías-, el campo. de la derecha ... Y, mientras la banda superior. .. allá abajo ... " («Místico,).
"En una falla en la parte superior del cristal de la derecha ... " (·Nocturno
Pero, ¿qué une a todas estas fantasmagorías en el seno de la misma vulgar,) ...La muralla frente al que vela, (..Vigilias 11"). Así pues, se tiene
frase? ¿Qué permite encadenar, en el seno del mismo párrafo, "Los la impresión de que se trata de la descripción de un cuadro llevada a
castores constn1yeron sus cuevas. Los 'masagranes' humearon en las cabo por un observador inmóvil que lo examina con cuidado; y la
tabernas" ("Después del diluvio,)? No se sabe si uno debe sorprenderse palabra "cuadro,2 aparece en ..Místico, de la misma manera como la
ya sea por la incoherencia de la ciudad descrita («Ciudades¡,), o por la palabra . imagen, en ·Nocturno vulgar"; pero se trata de imágenes pro-
del texto que la describe, el cual yuxtapone, en el mismo párrafo, ducidas por los textos: la inmovilidad descriptiva inexorablemente
chalets, cráteres, canales, gargantas, precipicios, avalanchas, el mar, las evoca a la pintura. Las frases nominales producen el mismo efecto de
flores, cascadas, el suburbio, las cavernas, los castillos, los pueblos, la inmovilidad, de pura copresencia espacial y temporal, y este tipo de
avenida de Bagdad, etc. Los instmmentos del discurso destinados a frases son abundantes en las Iluminaciones, ya sea ocupando posicio-
asegurar la coherencia -los pronombres anafóricos y deícticos- fun- nes estratégicas particularmente importantes en el texto, como en
cionan aquí en contrasentido: "Flores mágicas tarareaban. Los taludes "Being Beauteous", ..vigilias 11", «Fiesta de invierno", "Noche histórica",
lo mecían" ("Infancia 11>>): pero, ¿a quién mecían?; "como te son indi- . Angustia", .. fairy", ·Nocturno vulgar", ..Infancia 11", "Mañana de embria-
ferentes estas desventuradas y estas maniobras" («Frases,): ¿pero cuáles? guez,, "Escenas", ya sea invadiendo enteramente el texto, como en
O "esa atmósfera personal", .. ¡la turbación de los pobres y los débiles «Bárbaro", ..Devoción", ·Huellas", .. Partida", "Vigilias 111".
sobre esos proyectos estúpidos!" ("Noche histórica,): pero antes no se No debe entonces uno sorprenderse del hecho de que estos textos
ha mencionado ninguna atmósfera ni ningún proyecto. se presten tan eficazmente a una aproximación "paradigmática,: dada
Las conjunciones que expresan relaciones lógicas (por ejemplo de la ausencia de relaciones explícitas, uno deja esta cuestión a un lado;
causalidad) son raras en el texto de las Iluminaciones; muy poco las ausente la sintaxis, uno se vuelve hacia las palabras buscando sus

'1
2.12 LOS GENEROS DEL DISCURSO
" !AS ILUMINACIONES 233

relaciones, como bien pudo hacerse a partir del simple léxico. De este
enumeración ya sea de sintagmas, como ocurre en ·Juventud III" o en
modo Suzanne Bernard evoca con razón la forma musical cuando
una de las ..frases":
habla de un texto tan ininteligible como ..Bárbaro" (los poemas de
Rimbaud invocan el vocabulario de la pintura y de la música, como si
Una mañana nublada, en julio. Un sabor de cenizas vuela por el aire;
ellos no estuvieran hechos de lenguaje): la misma frase se repite tres -un olor a madera que suda en el fogún, -las flores anegadas, --el
veces, al principio y al final; los sustantivos alrededor de cada párrafo destrozo de los caminos, -la escarcha de los canales por los campos,
se encuentran reunidos en una exclamación común: .. ¡Oh Dulzuras, oh -¿por qué no ya los juguetes y el incienso?
mundo, oh música!". Uno no puede evitar sorprenderse ante las modu-
laciones repetidas en ·Nocturno vulgar", en ..Genio" o en ·A una razón", o de palabras aisladas, como en el segundo párrafo de "Angustia"
por el rigido paralelismo gramatical que domina textos como .. Devo-
ción.. , ..Infancia III>·, .. Partida .. , ..vigilias I" ·Genio". Lo mismo sucede en (¡Oh palmas!, ¡diamante! -¡Amor!, ¡fuerza! -¡más alto que to?as ~as
alegrías y glorias! --de todas maneras, en todas partes: -Demomo, dtos
el plano semántico: se puede tener la más grande dificultad para saber
-juventud de este ser: ¡yo!)
qué quiere decir el texto de .. flores", pero no pueden ignorarse sus
series de términos tan homogéneas, las cuales corresponden con la casi
Puede verse cómo se engrandece el rol que juega la discontinuidad
totalidad del texto: las materias preciosas (oro, cristal, bronce, plata,
al descender de las grandes unidades a las pequeñas; el hecho de que
ágata, caoba, esmeraldas, rubíes, mármol), las telas (seda, gasas, tercio-
los párrafos no tengan continuidad no impide que cada uno de ellos
pelo, satén, tapices), los colores (gris, verde, negro, amarillo, blanco,
posea su propia referencia; el problema es saber si debe buscarse una
azul). No se sabe qué une en el plano referencial a estas personas, pero
unidad referencial en el texto entero. En este caso, la inexistencia de
ellas nos sorprenden en tanto enumeración de un paradigma femeni-
predicados --estas palabras o sintagmas enumerados, a~umu~ad~s­
no: un ídolo, una niña, damas, niñas, gigantes, negras, jóvenes madres, no pemúte ninguna construcción, así sea ésta parcial: la d1scontmmdad
grandes hermanas, princesas, pequeñas extranjeras ... ( . Infancia I..). Pe-
entre las frases atenta contra el referente; y aquélla entre sintagmas
ro, ¿no es demasiado sencillo regocijarse ante la coincidencia entre un
contra el sentido núsmo. Así, uno debe conformarse con comprender
método que se muestra desinteresado por la continuidad y un texto
las palabras, luego la vía queda abierta para cualquier suposición de
que la ignora? Tanta bcilidad deberla inquietarnos.
parte del lector destinada a suplir la carencia de articulación. La
El ataque contra la sintaxis es particulannente ostentoso cuando
referencia está debilitada por la imaginación; ella se vuelve proble-
alcanza la proposición. La audaz alianza que practica Rimbaud (del tipo
mática a medida que crece la discontinuidad; ella está definitivamente
"Aguas y tristezas .. , ·Después del diluvio ..) es bien conocida. En él los
acorralada por la muerte a causa de las afirmaciones abiertamente
géneros literarios se combinan con objetos y seres materiales ...Todas
contradictorias. Rimbaud siente una predilección por el oxímoron: los
las leyendas evolucionan y los alces irrumpen en los poblados .. C.·Ciu-
viejos cráteres . rugen melodiosamente", y "El derrumbe de las apoteosis
dades I·.). .. _El seno de los pobres, y las leyendas del cielo.. ( ..fairy ..) ...En
alcanza los campos de las alturas donde las centauras seráficas evo-
esos planos se encuentran lunas y cometas, mares y fábulas" (.·Infancia
lucionan en medio de las avalanchas" ( ..Ciudades I"), las torturas "ríen,
v ..). Más todavía, en ·Después del diluvio .. , "las églogas en suecos gruñir
en su silencio atrozmente agitado" (·Angustia ..), los ángeles son ..de
en el vergel". Aun sin pasar de lo abstracto a lo concreto, la distancia
fuego y de hlclo.. ( ..Mañana de embriaguez ..), hay una ..¡~flexión eter~a
continúa siendo grande y la coordinación problemática: ..En venta ... el
de los momentos" (·Guerra..) y existen ..desiertos de tonullo, C·Despues
movimiento y el porvenir..." (..Saldo..), "están los santos, los velos, y los
del diluvio ..). Más característico aún, Rimbaud propone dos tén11inos
hilos de armonía, y los cromatismos legendarios .. , ·Después un baile de
completamente diferentes, como si no supiera cuál utilizar o como si
mares y de noches conocidos, una química sin valor, y melodías eso no tuviera ninguna importancia: .. dura un minuto, o meses enteros,

!
imposibles" (.. Noche histórica ..), "Es el afecto y el presente .., ·Atrás estas
(..Desfile,), ..un pequeño cochecito abandonado en el monte, o que
supersticiones, estos antiguos cuerpos, estas habilidades y estas edades ..
desciende en el sendero corriendo, engalanado" (..Infancia III,), "El
( .. Genio ..), etc. La cima de este abandono de la sintaxis es la pura
fango es rojo o negro• (•Infancia V•), ·en el Jecho o en el prado· (·Vigi-
234
LOS GENEROS DEL DISCURSO
1 LAS ILUMINACIONES
235

lias I.,), "los salones de modernos clubes o de las salas del Oriente an- un solo ser en ··Bárbaro", sin embargo, allí están ·las fon11as, los sudores,
tiguo., («Escenas,), "aquí, no importa dónde., («Democracia.,). las cabelleras y los ojos, flotando, (y en "Flores", un tapiz es de "ojos
Otros textos se construyen abiertamente sobre la contradicción, co- y cabelleras,). Y en "Being Beauteous.. hay un Ser de Belleza; [··¡O el
mo ocurre en "Cuento". El Príncipe asesina a las mujeres, pero ellas rostro ceniciento, el escudo de cabellos, los brazos de cristal!,]. Del
permanecen vivas. Ejecuta a sus más cercanos, éstos pennanecen ··desierto de betún huyen ... los cascos, las ruedas, los barcos, las grupas.,
siempre cerca de él. Destruye a las bestias, a los palacios y los hombres: (·Metropolitano,): ¿pero de cuál ser patticipan? Y el genio será única-
"La muchedumbre, los techos de oro, los bellos animales existían aún". mente denominado por sus elementos: sus hálitos, sus cabezas, su
Luego el Príncipe muere, pero queda vivo. Una noche encuentra un cuerpo, su vista, su paso ... ("Genio .. ).
Genio, pero éste es él mismo. Igual sucede en "Infancia Iln: la pequeña Uno se pregunta si, en estos casos o en otros, se tiene todo el de-
muerta está viva, "La joven mamá difunta desciende la escalinata", el recho de hablar de sinécdoque. El cuerpo es desmembrado, las tota-
hermano ausente está presente. Uno ofrece su vida entera y sin em- lidades descompuestas; pero, ¿verdaderamente nos exigen que aban-
bargo, todos los días se vuelve a empezar («Mañana de embriaguez ..). donemos la parte para encontrar el todo, como lo hubiera permitido
¿Cómo reconstruir la referencia de estas expresiones?, ¿qué es un la verdadera sinécdoque? Más bien yo diría que el lenguaje de las
silencio agitado, un desierto de plantas, una muerte que no es tal cosa, Iluminaciones es esencialmente literal y que no exige, e incluso no
una ausencia que es presencia? admite, la transposición de tropos. El texto nombra partes, pero ellas
A pesar de que se comprenda el sentido de las palabras, se es no están allí "por el todo"; se trata más bien de ··partes sin el todo".
incapaz de construir su referencia: uno comprende lo dicho, pero uno Lo mismo ocurre con otro tipo de sinécdoque, presente de una
ignora acerca de qué se está hablando. Los textos de las Iluminaciones manera aún más abundante en estos textos: la del género por la es-
están recorridos por estas expresiones enigmáticas, ambiguas: el cam- pecie, es decir, la evocación de lo particular y concreto a través de
po está "atravesado por bandas de música rara.,: pero, ¿qué es u~a términos abstractos y generales. Para un poeta, a quien uno siempre
banda de música rara?, ¿o quiénes son "los fantasmas del futuro lu¡o imagina sumergido en lo concreto y lo sensible, Rimbaud tiene una '
nocturno., (<Vagabundos .. )?, ¿o qué es "el árbol de mampostería..?, ¿qué tendencia muy pronunciada por la abstracción, la cual salta a la vista
son las "capas atmosféricas", los "accidentes geológicos.,3 (<Vigilias u.,), en la primera frase del primer poema: "No bien la idea del diluvio se
"los hallazgos y los términos insospechados., («Saldo,), o "la arista de las hubo asentado ... "; no es el diluvio en sí lo que se disipó, sino la idea
culturas., («Escenas··), "la hora del estudio.,\ el "ser serio., («Noche histó- del diluvio. A lo largo de todas las Iluminaciones Rimbaud preferirá los
rica.,)? nombres abstractos. El no dice ·monstruos, o "acciones monstruosas",
Como antes, podría hablarse de indeterminación, pero por otra parte sino ·Todas las monstruosidades violan los gestos". No es un niño quien
se tiene además el sentimiento de que el fenómeno no ha sido vigila, pero se está ··Bajo la vigilancia de una infancia"; y en el mismo
verdaderamente llamado por su nombre. Las Iluminaciones contienen texto se habla de "soledad", "lasitud", "mecánica, (nombre), ··dinámica..
muy pocas metáforas ciertas que puedan ser identificadas sin ninguna (nombre), "higiene .. , ··ntiseria .. , ··moralidad", ··acción", ·pasión..... (uH.). El
vacilación, aun teniendo dudas acerca del objeto evocado: "el sello de mar no está hecho de lágrimas sino de "una eternidad de lágrimas
Dios., en ··Después del diluvio", "el clavecín de los prados., en ·Noche calientes.. («Infancia n. ). Uno no erige su destino (lo cual ya sería
histórica", ··la melancólica lejía de oro del crepúsculo", en ··Infancia IV", bastante abstracto) sino "la sustancia de nuestros destinos, ("A una
y algunas otras. Al contrario, siempre se está tentado de leer metoni- razón·.). Las mismas exclamaciones que puntualizan al texto están
mias y sinécdoques. Bastantes expresiones recuerdan las sinécdoques hechas a menudo y exclusivamente de nombres abstractos: "¡La elegan-
del tipo ··la parte por el todo". Del objeto, Rimbaud sólo retiene el cia, la ciencia, la violencia!.. ("Mañana de embriaguez,). En la venta
aspecto o la patte que está en contacto con el sujeto, o con otro objeto; inmensa que "Saldo., anuncia también domina la abstracción: "En
no se preocupa en absoluto de nombrar las totalidades. ··Anduve, y venta... la inmensa opulencia incontestable", "las aplicaciones del
despertaron los hálitos vivientes y tibios ... y las alas se alzaron sin ruido.. cálculo y los inauditos saltos de armonía", las "migraciones., y el
(·Aurora.,): pero, ¿a quién pertenecen esos hálitos, esas alas? No se ve ··movimiento", "la anarquía .. y "la satisfacción irreprimible". "En venta..
236 LOS GENEROS DEL DISCURSO

también .. aquello que ignora el amor maldito y la probidad infernal de


las masas,: aquí puede admirarse el número de .. relevos, que nos
separan del objeto designado, si es que acaso existe uno. El . amor
' LAS ILUMINACIONES

cuerpo cuando aparecen sin que la totalidad jamás sea nombrada; al


cabo de un momento, uno se da cuenta de que aquí no se trata de
sinécdoques sino de partes o de propiedades que hay que aceptar
237

maldito, es una perífrasis cuyo término propio ignoramos, las "masas", como tales; de pronto, ya no es posible representarse al ser del cual
un tén11ino genérico; pero incluso no son las masas quienes ignoran se habla y uno termina conformándose con comprender sus atributos.
algo sino su probidad. Y no olvidemos que esta calificación, tan sos- ¿Cómo representarse las "monstmosidades", la inbncia, la sustancia los
tenida sin embargo, tiene una función únicamente negativa: es aque- fenómenos, o la celeridad de la perfección? '
llo que ignoramos. ¿Acaso puede uno siquiera intentar representarse Este es uno de los graneles problemas que han tenido los comen-
aquello que ignora la probidad de las masas? taristas de la obra de Rimbaucl: en cada texto en particular, incluso si
Tenemos un texto como "Genio", que practica abundantemente, uno comprende el sentido de las frases que lo componen, se tiene
como ya vimos, la . sinécdoque, material. El ser innominado que se demasiada dificultad para saber cuál es exactamente el ser que sus
describe es "el afecto y el presente,: coordinación problemática pero frases caracterizan. ¿Quién es el Príncipe de ..cuento,: Verlaine o
sobre todo muy abstracta. ¿A qué acción se refiere esta frase: .:rodas Rimbaud? ¿De qué habla ·Desfile.. : de militares, de eclesiásticos o de
hemos sentido el espanto de su concesión"? Intencionalmente Rimbaud saltimbanquis? El personaje de ·Antiguo", ¿es un centauro, un fauno 0
multiplica los términos mediadores que nos empujan de una palabra un sátiro? ¿Quién es el Ser de Belleza ( .. Being Beauteous,)? En el poema
a la otra: cela terrible celeridad de la perfección de las formas y de la ·A una razón", ¿acaso se refiere ésta al lagos platónico o al de los
acción .. ; puede que uno esté preparado para imaginar la celeridad de alquimistas? "Mañana de embriaguez,, ¿habla del haschish o de la ho-
las formas y de la acción (Rimbaud nunca dirá: las acciones son rápidas, mosexualidad? ¿Quién es ella en "Angustia,: la Mujer, la Virgen María,
las formas son perl.ectas), pero, ¿lo estamos para imaginar la "celeridad la Bmja, la Vampiro del cristianismo, o simplemente la angustia misma?
de la perlección.. ? Todo el vocabulario del poema se mantiene en este ¿Quién es Helena en ..fairy.. : la Mujer, la Poesía o Rimbaud? ¿Cuál es la
alto nivel ele la abstracción: sentimientos, fuerzas, infortunios, carida- respuesta a la adivinanza que hace ,H,: la cortesana, la masturbación
des, sufrimientos, violencia, inmensidad, fecundidad, pecado, alegría, o la pederastia? ¿Y finalmente, quién es el ·<Genio": Cristo, el nuevo amor
cualidades, eternidad, razón, mesura, amor... Incluso, una frase de social, o Rimbaud mismo? En lo que concierne a Antaine Adam, ve un
"Guerra" tiene como sujeto a los "fenómenos ... poco por todas partes bailarinas asiáticas: visión deliciosa nacida en el
El mismo efecto de abstracción (también de inmovilización) es obte- desierto de las bibliotecas.
nido por la aparición sistemática ele nombres de acciones no verbales Incluso dejando a un lado esta ilusión evemerista, el abundante
en lugar de verbos. En "Genio.. no se emplean los verbos abolir, so- ?úmero de ~reguntas continúa siendo perturbador. Y uno puede
meterse, quebrantar, desprender, pero se evoca ·d desprendüniento rnterrogarse s1 no es más importante permanecer dentro de la cuestión
soñado, el quebrantamiento de la gracia", . los sometimientos antiguos", que apresurarse a responderla. Tal como ocurre con el detalle en la
·cla abolición de todos los sufrimientos". ·Nocturno vulgar, habla de "la frase, Rimbaud no nos incita, en los textos completos, a pasar de los
armazón de los techos, y de "dispersión". Las palomas no vuelan, pero atributos al ser. En él la totalidad está ausente, y tal vez uno se equivoca
"un vuelo de palomas escarlatas tmena alrededor de mi pensamiento al desear suplantarla de cualquier manera. Cuando un texto como
(·.Vidas J,), "elevaciones armónicas se unen, en "Vigilias n. , "la inflexión ·Desfile·· termina con esta frase: "Sólo yo tengo la clave de este desfile
eterna de los momentos ... me persiguen, ("Guerra ..). salvaje .. , no estamos obligados a ver en ella la afirmación de un sentido
Esta abundancia de vocabulario abstracto no conduce a Rimbaud, secreto que Rimbaud sólo conoce, un ser cuya identidad, al conocerla
como podría creerse luego de una lectura de estas listas de palabras, bastaría para que la totalidad del texto se ilumine; la ·dave·· podría esta;·
a una temática metafísica: si Rimbaud hubiera tenido una fllosofía, también en la manera como hay que leer el texto: sin buscar saber
después de un siglo de comentarios, ésta se sabría. Pero los términos justamente, acerca de qué habla, porque él no habla de algo. Mucho~
genéricos o abstractos producen el mismo efecto que las partes del títulos de bastantes textos, que siempre comprendemos como sustan-
238 LOS GENEROS DEL DISCURSO 1 lAS ILUMINACIONF.,
239

tivos que describen el ser/referente, podrían también leerse como los del canto de las leñadoras en el rumor del torrente bajo la ruina de los
1¡1
adjetivos calificativos del tono, del estilo, de la naturaleza misma del bosques, de los sones del ganado en el eco de los valles y de los gritos
texto. Un texto que lleva por título "Bárbaro", ¿acaso es tal cosa por el de las estepas". Y en esta otra de ·Vidas J.,: "¡Me acuerdo de las horas
solo hecho de tener ese título?, ¿no lo es sobre todo porque es un de plata y de sol junto a los ríos, la mano de la compañera sobre mi
ejercicio dentro del género de lo bárbaro? Esto también puede inferirse hombro, y de nuestras caricias de pie en las llanuras picantes!". ¿No
de "Místico", «Antiguo", «MetropolitanO••, "Fairy., ( =féerie) 5 . volveríamos todo inmediatamente transparente si leemos "compagne.,
Cuando la indeterminación, la discontinuidad, el desmembramiento en vez de "campagne.,6 .
de los seres y la abstracción se conjugan, se producen frases de las cua- Las diferentes formas de negación del referente y de destrucción del
les provoca decir que no sabemos ni a qué se refieren ni qué sentido sentido se transforman mutuamente; sin embargo, la distancia que
poseen. Hay una frase en ·Juventud II>· en la que se lee: "aunque razón separa a la primera de la última es considerable. Del referente claro
de un doble hecho de invención y de éxito, en la humanidad fraternal pero inexistente se pasa a los objetos indeterminados, tan aislados los
y discreta a través del universo sin imágenes.,; otra en "Fairy., dice: ·El unos de los otros que parecen irreales; de la afirmación simultánea, por
ardor del verano fue confiado a pájaros mudos y la indolencia reque- lo tanto irrepresentable, de "él está muerto, él está vivo", o "él está
rida a una barca de duelos sin valor por ensenadas de amores muertos presente, él está ausente", se llega a esta descomposición y abstracción
y de perfumes ahogados••. Las palabras son familiares, los sintagmas que, no permitiéndonos alcanzar al ser total y unificado, impide
que ellas forman, tomados separadamente, son comprensibles, pero nuevamente la representación; al fin se llega a estas frases agramati-
más allá reina la incertidumbre. Las islas de palabras no se comunican cales y enigmáticas, de las cuales ignoraremos, no solamente en el
verdaderamente entre ellas porque los desplazamientos sintácticos no "estado actual de nuestro conocimiento., sino siempre, el referente y el
son claros. Y cuando determinada frase aparece al final del texto, lanza sentido.
una oscuridad retrospectiva sobre todo aquello que la precede: por Por esto me parece que se encuentran en una vía equivocada los
ejemplo, en "Cuento., ·La música sabia ofende nuestro deseo.,, o esta críticos que se han propuesto, muy gentilmente y de muy buena
otra frase: "Pero más entonces••, que sella ·Devoción•. voluntad, reconstituir el sentido de las Iluminaciones. Si se pudieran
Esta impresión es aún más nítida cuando la sintaxis es identificable reducir estos textos a ser un mensaje filosófico o una configuración
o francamente distinta a la de la lengua francesa. ¿Qué quiere decir substancial o formal, habrían tenido la misma resonancia que cual-
"Rodar hacia las heridas., («Angustia.,)? ¿O «La visión se halló en todos quier otro texto, o incluso menos. No obstante, ninguna otra obra en
los aires., («Partida··)? ¿Cómo interpretar una secuencia como "el mundo, particular, como las Iluminaciones, ha determinado tanto a la historia
vuestra fortuna y vuestro peligro" (·Juventud II·.)? ¿Quién puede dibujar de la literatura moderna. Paradójicamente, el exégeta, tratando de
el "árbol·· sintáctico de la última frase de "Ciudad.,?: restituir el sentido de estos textos, lo que logra es eliminarlo, pues el
sentido de estos textos, paradoja inversa, es no tener ninguno. Rimbaud
Así es como, desde mi ventana, veo espectros nuevos que circulan a elevó al estatus literario textos que no hablan acerca de nada, textos
través del apretado y eterno humo de carbón -¡nuestra sombra del cuyo sentido siempre permanecerá ignorado, lo cual les da un sentido
bosque, nuestra noche de verano!-, Erinnias nuevas, ante mi villa que
es mi patria y todo mi corazón, ciado que todo se parece aquí a eso
histórico enorme. Desear descubrir lo que quieren decir es despojarlos
-la Muerte sin lágrimas, nuestra activa niña y sirvienta, un Amor de su mensaje esencial: precisamente la afirmación de la imposibilidad
desesperado y un lindo crimen plañendo en el lodo de la calle. de identificar el referente y de comprender el sentido, el cual es una
manera y no una materia, o más bien, manera hecha materia. Rimbaud
Siempre se está tentado a imaginar adornos en el texto de Rimbaud descubrió el lenguaje en su (des)funcionamiento autónomo, libre de
para poder así regresado a la norma a través de una transformación, sus obligaciones expresivas y representativas, en el cual la iniciativa ha
ya sea sintáctica o léxica. Así, se ha querido agregar diversas comas, sido realmente cedida a las palabras. El ha encontrado, es decir in-
sustraer ciertas palabras a esta frase de "Fairy.,: ·Después del momento ventado, una lengua y, luego de Hblderlin, nos legó el discurso es-
240
LOS GENEROS DEL DISCURSO

quizofrénico como modelo de la poesía del siglo XX. . .


De este modo comprendo las frases de Rimbaud que me suvteron
' LAS ILUMINACIONES

NOTAS
241

de epígrafe: en aquello que constituye su sabiduría nosotros sólo


vemos caos. Pero el poeta se consuela de antemano: aquello que
1 "Mi sabiduría es tan despreciada como el caos. ;.QuL· es mi nada, aliado del estupor
llamamos su vacío absoluto no es nada aún comparado con la per- que os espera?· ·Vidas l·: Una temporadtl en el i1~(ierno. Iluminaciones. Carta del
7
plejidad dentro de la cual hunde a sus lectores . vidente, Caracas, Monte Avila, 1976 (Trad. Haúl Gustavo Aguirre ). A partir de ahord,
todos los textos de las Iluminaciones serán los de esta edición [N. del T.].
2 En la versión en español que hemos utilizado encontraremos la palabra ..tablero·
(cf. "Místico•, p. 90).
3 En la versión de R. G. A. dice "accidencias geológicas· (p. HH) [N. del T.].
4 En la versión de R. G. A. dice: "El momento de la estufa·; en la de Alfredo Terzaga
dice: "El instante del Burdel" (Iluminaciones. Córdoba, Argentina, Ed. Assandri,
1955) [N. del T.].
5 La palabrd ..féerie" viene de ..fée•, la cual significa Hada [N. del T.].
6 Esto es exactamente lo que hace R. G. Aguirre al sustituir .. campagne· (campo) por
..compañera• (compagne) [N. del T.].
7 Utilizo el texto de la edición establecida por A. Py (Textes littérairesfranr;ais, Ge-
neve/Paris, 1969). Las notas que Suzanne Bemard agregó a su edición de Rimbaud
(París, 1960) son una fuente de información preciosa. El estudio de ]ean-Louis
Baudry, ·Le texte de Rimbaud· (Tel Que/, 35, 1968, y 36, 1969) se sitúa dentro de
una perspectiva parcialmente semejante a la mía [N. del A.J.

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LA ADIVINANZA

REVISION DE TRABAJOS ANTERIORES

DESDE PRINCIPIOS de siglo, numerosos investigadores han estu-


diado las adivinanzas; hoy disponemos no solamente de las buenas
descripciones que han hecho los folkloristas clásicos, sino también de
intentos de análisis estmcturales; hasta donde sé, los más importantes
son los de Georges y Dundes y el de Mme. Kóngas-Maranda 1 • Recor-
demos brevemente sus resultados.
Georges y Dundes parten del postulado de una relativa indepen-
dencia de las estmcturas discursivas en relación a las estn1Cturas
lingüísticas:

Dado que las definiciones fundamentadas en el contenido y en el estilo


se han mostrado inadecuadas, la mejor vía para llegar a una definición
de la adivinanza será el análisis estmctural. Se puede estudiar el estilo
de las adivinanz<Js, pero esto no debe ser confundido con su estmctura
(p. 113).

Pero ambos no van más allá de lo que hubiéramos querido. Descom-


ponen la adivinanza de la siguiente manera: está dividida primero en
LA ADIVINANZA
246 LOS GENEROS DEL DISCURSO
247

elementos descriptivos (la parte presente) y referente (la parte ausente). acaso en el mismo nivel (o en un nivel superior o inferior) que la que
A su vez, los elementos descriptivos su subdividen en tema (tópico) y hay entre la adivinanza metafórica y la literal?
propósito (cómo): una palabra que apunta al objeto buscado y a la E. Kongas-Maranda parte del ntismo principio que Georges y Dun-
afirmación concerniente. Los elementos descriptivos pueden o no estar des:
en oposición, lo cual genera dos grandes tipos de adivinanzas: oposi-
cionales y no oposicionales. Estas últimas pueden ser literales o meta- Cuando se estudian las adivinanzas, no nos enfrentamos a las unidades
fóricas. Las literales se caracterizan por el hecho de que el tema coincide de la frase desde un punto de vista sintáctico, sino de la estructura del
con el referente (es decir que está igualmente ausente). Por ejemplo: discurso folklórico. [. ..] La imagen es siempre una pregunta, indepen-
dientemente de que lo sea o no desde el punto de vista sintáctico
(pp. 10-11).
(1) ¿Qué es lo que vive en el río? -El pez
(Taylor, 98) 2 Pero nuevamente desearíamos aquí que se hubiera ido más lejos en
esta misma vía. Su análisis puede ser resumido (en lo que me con-
(2) Duenne de día y cantina de noche. -La araña cierne) de la siguiente manera. La adivinanza contiene cinco elemen-
(Taylor, 255) tos: 1) el término dado, el significante; 2) una premisa constante, válida
tanto para el significante como para el significado; 3) una variante es-
En las adivinanzas no oposicionales metafóricas, el tema no coincide condida, nunca explicitada, la cual caracteriza al significado; es un lu-
con el referente, por ejemplo: gar común, una evidencia; 4) una variante dada que caracteriza al
significado pero no al significante aunque ella le haya sido atribuido;
(3) Dos filas de caballos blancos sobre una colina roja. -Los dientes. 5) el significado, la respuesta. Por ejemplo:
(Taylor, 505 a)
(4) Un cochino, dos hocicos. -El arado.
( ..caballos blancos, sería el tema, metáfora de "dientes,). (Haavio, p. 227)
A su vez, las adivinanzas oposicionales están subdivididas en varias
categorías, según la clasificación de las oposiciones propuesta por Aris- Los elementos de esta adivinanza están identificados así: 1º) sig-
tóteles; así, tenemos oposiciones antitéticas, privativas y causales. ntficante: un cochino; 2º) premisa constante: tiene hocico; 3º) variante
Con toda certeza, esta descripción representa un gran avance en la escondida: el cochino tiene uno; 4º) variante dada: éste tiene dos; 5º)
identificación de la estmctura de la adivinanza. No obstante, muchas de significado: el arado.
las categorías empleadas son discutibles porque son precisamente muy Pero esta es sólo una de las especies de la adivinanza: la metáfora.
lingüísticas (o están simplemente mal definidas). Por ejemplo, el "refe- La otra es la paradoja, que ilustra el siguiente ejemplo:
rente,; en lingüística, es aquello exterior al lenguaje; pero aquí es una
palabra, ¿conserva aún el término su sentido? <Tema·· y ,,propósito·· (calco (5) Aunque no sabe nada, da consejos a otros. -Las señales de
semántico del binomio sujeto-predicado), ¿estamos seguros de encon- tránsito.
trarlos aquí automáticamente? Metafórico-literal: separación mdimenta- (Haavio, p. 295)
ria y peligrosa; ¿qué ocurrió con los tropos distintos a la metáfora? Y en
el mismo orden de oposición, ¿no significa dar demasiada importancia E. Kongas-Maranda dice que la metáfora es la unión de dos
a la presencia de una palabra (precisamente el tema), para fundar sobre conjuntos, mientras que la paradoja es su intersección (p. 31); pero es
ella una oposición que, en los propios términos de los autores, quiere necesario reconocer que la relación de las dos nunca está completa-
ser estructural, no textual? ¿No es acaso concebible que la función de mente explicitada; ¿son dos especies de un mismo género, o un género
esa palabra sea asuntida por un serna, o elemento del sentido de una y una de sus especies?
palabra? ¿La dicotomía entre presencia y ausencia de oposición se sitúa De nuevo, aquí se puede relevar el empleo discutible de términos
LA ADIVINANZA
248 LOS GENEROS DEL DISCURSO
249

lingüísticos como "significante" y "significado". Si estuviera justificado,


uno podría preguntarse por qué "significante" cubre una sola palabra
de la pregunta (el "tema" en Georges y Dundes) y no la interrogante
'
'
!
simboliza a la otra); ya que la aserción primera quedó abolida, nos en-
contramos en el subconjunto de los tropos (la metáfora es uno de ellos·
sería diferente en el caso de las simplicaciones, alusiones, etc., en lo~

l,
completa. En cuanto a la presencia obligatoria de una premisa cons- cuales la aserción inicial se mantiene). Al contrario, dentro de la misma
tante (válida tanto para el signiflcante como para el significado) y de terminología de la retórica, la paradoja sería una tlgura (la relación se
una variante (válida sólo para el significado), parece estar en contra- 1 establece entre dos términos presentes y no entre uno presente y uno
dicción con muchos de los ejemplos de Georges y Dundes (quienes ausente); ella forma parte de la organización figurativa ele la adivi-
se confom1aban con hablar de los "elementos descriptivos" sin precisar l nanza.
sus relaciones). Por ejemplo, todas las adivinanzas que no contienen
temas (1, 2), por esa misma razón no se prestan para hacer esta di-
¡ Como todo sistema simbólico, todo discurso obedece a esta doble
organización figurativa y simbólica; la primera tiene que ver con la
ferenciación. Esto nos lleva una vez más a adjudicarle un rol excesivo percepción de los discursos; la segunda hace posible su interpretación,
a la presencia o ausencia de la palabra que realice esta función. gracias a los recorridos que establecen los tropos (o las implicaciones).
En cuanto a la oposición entre metáfora y paradoja, ella equivale a ~stas dos funciones (que deben ser cuidadosamente distinguidas de las
oponer el pan blanco y el pan caliente: es decir, se compara lo funciones propias de la adivinanza considerada como un todo) son in-
incomparable. De hecho, la metáfora se lleva a cabo entre la pregunta herentes a toda producción simbólica; en consecuencia, esta doble
y la respuesta, mientras que la paradoja tiene lugar al interior mismo organización está presente en todo discurso. Mientras que frecuente-
de la pregunta. mente la organización simbólica y la figurativa están mezcladas de
Más aún, ¿acaso un cochino con dos hocicos, además de metafóri- manera intrincada, las adivinanzas nos ofrecen el raro ejemplo de una
cos, no es paradójico, como bien desea Kongas-Marancla? ¿Y no hay disociación material de ambas, pues la primera se realiza entre las dos
una relación trópica (aun si no es metafórica) entre la pregunta 5 y su réplicas y la segunda únicamente al interior de la misma pregunta.
respuesta? Mi trabajo seguirá, a partir de ahora, esta subdivisión en el análisis
Es difícil evitar la influencia ele las categorías lingüísticas. Con el fin del discurso.
de neutralizarla al máximo, se distinguirán dos fases en el trabajo de
descripción de un discurso. En un primer momento, se le considerará
como un sistema simbólico completo, irreductible al sistema de la len-
ORGANIZACION SIMBOLICA
gua. Sólo en un segundo momento, se podrá obsetvar de qué manera
se manifiesta esta estructura abstracta a través de las palabras, o si se
pret1ere, cómo se efectúa el pasaje que va del simbolizante (discursivo) El primer rasgo constitutivo del discurso patticular de la
al significante (lingüístico). adivinanza es el de ser un diálogo: dos réplicas, enunciadas por inter-
Los trabajos aquí evocados nos llevan igualmente a formular una locutores distintos, se suceden. A esta característica genérica se agrega
segunda diferenciación. Los autores tienen razón en destacar el proble- una segunda, la cual permite situar a la adivinanza en el seno de otros
ma de la metaforización de la adivinanza y el ele su carácter paradójico; géneros dialógicos; estas dos partes tienen un referente común, dicho
pero se equivocan al colocar estos dos problemas en el mismo plano. de otro modo, son sinónimos. Ciertamente, se trata de una sinonimia
¿No es acaso evidente que el lugar donde se establece la relación un poco panicular, pues, no solamente ella no está institucionalizada
metafórica no es el mismo que el ele la paradoja? En un caso se trata dentro de la lengua, sino que además las dos réplicas no pertenecen
de una relación de equivalencia ("metafórica,) y de un trabajo de al mismo tipo de unidades lingüísticas; frecuentemente, a una frase de
interpretación: es decir, que a partir de un primer sentido de las pa- la primera réplica responde una palabra aislada de la segunda. Sin
labras se descubre uno segundo. En el otro caso tenemos que ver con embargo, es indudable que la adivinanza no existiría si no hubiera esta
la disposición de las palabras entre sí. Llamemos a estos dos casos por sinonimia.
su nombre: una relación simbólica une pregunta y respuesta (una Siendo la pregunta la fom1a dialógica más típica, se le da a menudo
250 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA
251
al enunciado inicial una forma interrogativa para marcar así que debe
Si recogiéramos las dos réplicas en una sola frase afirmativa con-
suscitar un segundo enunciado. Dados estos rasgos característicos
virtiendo a la primera en su predicado y a la segunda en su ;ujeto,
(diálogo, sinonimia no institucional, oposición de dos :n~mciados
obtendríamos una dc::finíción (mediando, a veces, otras transformacio-
como frase y palabra), podemos proponer una forma canomca de la
nes lingüísticas menores). En efecto, al igual que la adivinanza, la de-
primera réplica: ¿Cuál es el nombre de esta cosa (de este ser) que ... E.s/to
finición descansa sobre la sinonimia entre una palabra y una frase, la
no quiere decir que esta forma sea tan t~ecuent~; de hecho, la. ~=1est10n
adivinanza es una definición dialogada. Tanto la una como la otra
esencialista ( . ¿Qué es .. },) es mucho mas comun que la cuestlon me-
excluyen recurrir a un saber subjetivo e individual aunque admitan dos
talingüística; por otra pat1c las dos pueden estar ausentes del enun~iado
tipos de proposiciones: analíticas y sintéticas (definiciones ..lexicográ-
verbal. Pero siempre será posible llevar la primera réplica a la forma
ficas" y "enciclopédicas,). Se puede entonces eliminar aquí del género
canónica. En el caso contrario, no se trata de adivinanzas en el sentido
de las adivinanzas propiamente dichas todo intercambio de réplicas,
que aquí le estamos dando a esta palabra. /
incluso sinónimas, si la respuesta implica un saber individual, pues en
Dicho de otra manera, según mi punto de vista, un gran numero de
este caso no se esclarece la adivinanza salvo que sea conocida de
cuestiones clasificadas como adivinanzas no lo son realmente y justi-
antemano. Un célebre ejemplo de este último tipo nos lo da Sansón en
ficarían la introducción de un nuevo término dentro de la taxonomía la Biblia.
de los folkloristas. Un ejemplo sorprendente nos es dado por una serie
de "enigmas" védicos:-s en los cuales las preguntas están formuladas por (9) De aquel que come sale lo comido, y del fuerte sale el frágil
los diferentes oficiantes de un sacrificio; aquel que sepa responder sale (alusión a una experiencia de Sansón al encontrar un panal de
de la prueba ..bañado de una energía santa". Al lado de l~s preguntas abejas y la miel dentro del cadáver de un león).
asimilables a la adivinanza se encuentran otras de este tlpo:
La naturaleza de la cuestión determina aquí la actitud ele los
(6) Te interrogo con el fin de comprender, tú cuyos dioses son ami- alocutarios: más que buscar la respuesta, ellos exigen a Dalila sobornar
gos: ¿Es Visnú quien penett·ó al mundo entero con los tres pasos a su esposos. Observemos que la primera réplica sola no nos permitía
donde recibe la oblación? decidir acerca de la ausencia de adivinanza: si la respuesta hubiera sido
"la leche de la leona", estaríamos frente a una adivinanza.
(7) ¿Cuántas estructuras hay en este sacrificio, cuántas sílabas, cuán-
¿La única diferencia entonces entre la adivinanza y la definición es
tas oblaciones? ¿Cuántas veces el fuego fue encendido?
la naturaleza sintáctica de ambas? No. Difieren también en el plano
La pregunta y la respuesta no son aquí sinónimas. Es entonces semántico. Primero, en el caso de la definición la equivalencia de las
imposible llevar la pregunta a la forma canónica. de "¿C;1ál es el_~ombr~ dos partes (sujeto y predicado) es institucional; lo cual, como ya pu-
de .. .?". Este segundo tipo de pregunta se aproxtma mas a las formulas dimos ver, jamás sucede en el caso de la sinonimia entre las dos réplicas
que emplearíamos en un examen (o en un catecismo). La .rupt~r~ entre ele una adivinanza. Por otro lacio (y esto viene a explicar aquello), la
estas dos formas es puesta en evidencia en otra sene clastca de escogencia de los rasgos característicos no es la misma en cada caso.
adivinanzas: las que formula Odín al rey Heidrek. Este responde a Comparemos algunos ejemplos sobre el mismo término:
todas, antes de que Odín le pregunte:
(lO) ¿Qué está siempre cubierto y siempre mojado? -La lengua
(8) ¿Qué dijo Odín en el oído a Badr antes de que estuviera delante (Walter, p. 273)
del carnicero?
Cll) ¿Qué es esa cosa que siempre está en movimiento? -La lengua.
El rey está indignado y desea castigar al dios traidor: esta pregunta
ya no es una adivinanza''- l
~.

Y la siguiente definición del diccionario Larousse:


(Nzuji, 57)
LA ADIVINANZA
252 LOS GENEROS DEL DISCURSO
253

(12) lengua, n.f. Cuerpo carnoso, móvil, situado en la boca y que Nosotros v~1~os que, según los autores revisados, podía ser metafórica
sirve para la degustación, la deglución y la palabra. o no meta~onca. Pero proponer tal alternativa significa que la metáfora
es facultativa
. / , y que no es "'Z ·
, ecesana, ·
entonces, nmguna relación.
El rasgo evocado por la adivinanza luba («siempre en movimiento ..) Nuestra htpot~sis ~erá _?~ferente: las dos réplicas están siempre ligadas
se vuelve a encontrar en la definición de la palabra "móvil.. , pero es el ?or l~~a relaoon sunboltca; desde este punto de vista, la primera será
único rasgo. Lo que ocurre es que la definición contiene las caracte- tdenttft~ada como un simholizante, la segunda como un simholizado-
rísticas juzgadas científicamente esenciales en cuanto a la identificación c~mo_ vtmos, esta r~l~ción es, más específicamente, trópica; y poclemo~
de un objeto; mientras que la adivinanza descansa principalmente so- esperar que las ad~:manzas llamadas "no metafóricas, realicen simple-
bre el conocimiento perceptivo de las apariencias. Ahora bien, aquello mente un tropo diferente a la metáfora.
que es importante para los sentidos (que la lengua esté siempre mo- P~Iesto ~u e ~e. trata el~ relaciones trópicas debemos recurrir a la
jada) puede que no lo sea en absoluto desde el punto de vista cien- termmologt~ retonca. Destgnar un término por una de sus partes 0 una
tífico. Así, ambos se oponen (no obligatoria pero sí frecuentemente) de el~ sus. p.roptedades equi:ale a realizar una sinécdoque. La mayoría ele
igual modo que el ser y el parecer; oposición que, por lo demás, es las achvmanzas . pretendtdamente "literales·· se organizan de hecho
tan frágil como la de estas dos categorías. alrededor de una sinécdoque. Así (1, 2, 5) 0 más aún:
Abandonando provisionalmente el nivel de la organización simbó-
lica, se puede también observar en el plano de la realización verbal (14) Entra a través del vidrio y no lo rompe. -La luz
varias diferencias entre adivinanza y definición. La primera tiene que (Stojkova, 181)
ver con el empleo de un término genérico: obligatorio en un caso, en
el otro no desempeña ningún rol. O bien la adivinanza no contiene
ninguno (como en 1, 2, 5, 10), o está presente pero no es el correcto 05) No tiene ni brazos ni piernas pero abre la puerta. -El viento.
(por ejemplo: 3,4); o si no, es tan general que no nos enseña nada (Stojkova, 219)
(como en 11). Como lo señala C. Faik-Nzuji (oh. cit.), cuatro sustantivos
aparecen en el 85o/o de las adivinanzas luba: "señor", "cosa.. , ,bestia" y Si hemos creído en estas adivinanzas "literales.. (sin relación trópica
"hombre.. (o "persona,). Por otra parte, en la definición la palabra a entre las do~ r~~licas), es porque intuitivamente sentimos su parentesco
definir ocupa regularmente el lugar del sujeto: mientras que la palabra ~on ~~s d~fmtct?~es. Igualmente, éstas se organizan a partir de una
para adivinar puede igualmente desempeñar otras funciones, por telacton s~necdottca (la parte por el todo): independientemente del
ejemplo, la de objeto directo, como ocurre en (2) o en elevado numero de propiedades, siempre se trata de una elección entre
todos los rasgos que caracterizan al objeto. La diferencia está en otro
(13) Tendí una piel de búfalo, y puse granos a secar, amarré una lugar: la definición yuxtapone dos elementos que en la adivinanza se
gallina para que los cuidara. -El cielo, las estrellas, la luna. hallan en una relación de sustitución.
(Stojkova, 20) La frecuencia ele las sinécdoques es grande; aunque los demás
tropos tampoco ~stán ausentes. Desde hace mucho tiempo se ha
Así pues las diferencias existen con toda certeza y no hay que dest~ca~o la metáfora. No obstante, esta relación no se establece entre
ignorarlas; sin embargo, ellas pasan a un segundo plano delante de la un tern~mo del simbolizante (el «tema .. , el "simbolizante..) y el simboli-
semejanza estructural tan sorprendente entre la definición y la adivi- zado~ smo entr~ éste y el simbolizante completo. De otro modo no
nanza. podnamos renchr cuenta de casos como el siguiente:
El desmembramiento ele la definición en dos réplicas, aproximada-
mente pregunta y respuesta, saca a la luz la relación semántica que une 06) Tiene la espalda delante y el vientre detrás. -La pantorrilla.
el término a definir (o a adivinar) con su definición. Sólo siguiendo esta (Walter, p. 269)
t
relación el adivinador puede llegar a tener éxito. ¿Cuál es su naturaleza? 1:

l.
LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA
255

'
254
!

Ninguna palabra del simbolizante desempeña aquí el rol de metá- nica., y "solonica, forman lo que podríamos llamar una metáfora fónica,
fora; pero el simbolizante entero sí lo hace ya que contiene a la vez "dva Petra·· y ..vedra", una sinécdoque del significante.
sernas comunes con el simbolizado (tener delante y atrás; ser plano
delante y redondo atrás) y semas específicos (tener una ..espalda", un
..vientre.,). Se trata entonces ele una metáfora y no de una sinécdoque ORGANIZACION FIGURATIVA
como podríamos haber creído. No tendremos ninguna dificultad en
identificar las otras relaciones trópicas, como la antífrasis, la hipérbole
¿Puede detenerse aquí la descripción de la adivinanza? No, si
y la lítoté.
El caso es un poco más particular para la metonimia. Este tropo nos atenemos a los trabajos precedentes que le han sido dedicados.
realiza una relación simbólica relativamente débil ya que el simboli- Robert Petschfl, y en seguida casi todos los especialistas, han confir-
zante y el simbolizado no tienen ningún elemento en común aunque mado, como ya pudimos ver, la existencia de relaciones obligatorias al
ambos pertenezcan a un sistema más vasto. Así, raras veces lo encon- interior incluso de la primera réplica (del simbolizante). En trabajos
traremos solo en la base de una adivinanza. Al contrario, la metonimia recientes se distinguen dos clases de adivinanzas: con y sin oposición
pura servirá para ese tipo de adivinanzas que marcan el límite del gé- (Georges y Dundes), con o sin paradoja (Kongas-Maranda). Pero
nero: las adivinanzas absurdas (llamadas en los países eslavos "arme- también ya vimos lo insuficiente que resulta esta descripción: si la una
nias.,). Jakobson cita el siguiente ejempld: y la otra son posibles, no se trata entonces de un rasgo obligatorio de
la adivinanza sino de un rasgo facultativo no muy importante para su
(17) ¿Qué es lo que es verde y cuelga del techo del salón? -Bueno, definición.
un arenque. -¿Por qué en el salón? -Porque no había lugar en la Del mismo modo que la metáfora no es el único tropo, la paradoja
cocina. -¿Por qué verde? -Porque lo pintamos. -¿Pero por qué? no es la única figura; lanzaremos aquí una hipótesis más sólida, según
-Para que sea difícil de reconocer. la cual la adivinanza exige la presencia, no sólo de una organización
simbólica sino también la de una organización figurativa en el seno del
Eso demuestra que mediante la metonimia se puede explicar el simbolizante.
absurdo a primera vista más irreductible; para ello recordemos el Primero tomemos los ejemplos que dan Georges y Dundes de la
ejemplo de Sansón (9). estructura no figurativa (por ejemplo 1, 2, 3), y también:
Existe una excepción aparente a esta regla según la cual las dos
réplicas se encuentran siempre ligadas por una relación simbólica; es- (20) ¿Quién vuela en el cielo y desciende a comer los pollos de las
te es el caso en el cual los significados, tanto en una como en otra, no gentes? -El halcón.
guardan ninguna relación, llevándose a cabo la adivinación gracias a (Taylor, 360)
la cercanía de los significantes. Por ejemplo:

(18) Dva Petra v izbe? -Vedra (¿Dos piedras en la casa? -Los tobos]. (21) Roja por fi.Iera blanca por dentro. -La manzana.
(Sadovnikov, 441) (Taylor, 1512)

(19) Samsonica v izbe? -Solonica [¿La señora Sansón en la casa? Es cierto, como observan Georges y Dundes, que ninguna de estas
-El salero]. adivinanzas contiene en sí alguna paradoja; y ello no es diferente en
(Sadovnikov, 462) el caso de (2) y (21), donde los atributos, a pesar de ser opuestos, se
refieren a momentos y lugares diferentes.
Pero, como bien podemos ver, la relación simbólica de las dos Retomemos el análisis. Contrariamente a lo que piensan Georges y
réplicas no está ausente, simplemente ha cambiado de nivel: ..samso- Dundes, (1) y (20) contienen una oposición; sus dos tém1inos no
LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA 257
256

obstante no se encuentran presentes de la misma manera: el segundo (23) Dos anligos vivieron juntos. Tenían catorce años cuando na-
no se encuentra en la adivinanza sino en la conciencia colectiva de los cieron. -Los senos de una joven.
usuarios de la lengua (de las adivinanzas); es un lugar común, una (Walter, 264)
«Variable escondida de verdad", como dice Kbngas-Maranda, pero com-
prendida en un sentido más amplio. Georges y Dundes no observan Nacer de catorce años es imposible, no porque nunca se hayan
que el simple hecho de vivir en el río, es decir en el agua, es, en cierto observado tales hechos sino porque eso contradice el sentido de las
sentido, paradójico: en el agua, los seres vivos se ahogan y mueren. palabras: tener catorce años es equivalente a haber nacido hace catorce
Este es el lugar común sobre el cual descansa la adivinanza que, años. Igualmente, la definición de la palabra "embarazado" implica que
negándolo, compone la figura de lo inverosímil. Lo mismo sucede con no es aplicable a una persona recién nacida pues presupone, antes, la
(20): quien vive en el aire debe encontrar allí sus alimentos: he aquí realización de ciettos actos, ni que se pueda pennanecer ..siempre
el lugar común cuya negación da lugar a una adivinanza. Igualmente embarazado".
ocurre con (11): ¿cómo es posible que una cosa esté siempre en mo- La oposición entre los dos grupos que acabamos de distinguir es
clara (Georges y Dundes llaman al segundo "oposiciones antitéticas ..):
vimiento?
La percepción de las figuras no se produce de manera natural Y en el primer caso, se contradice a una verdad sintética (y ello produce
automática, sino en función de un cierto número de esquemas que la inverosimilitud); en el segundo, se contradice a una verdad analítica,
controlan nuestros procesos psíquicos y que hacen que, entre todas las inherente al lenguaje y no extraída de la experiencia, es decir, a una
relaciones posibles, por definición innumerables, de un término cual- tautología (originándose así una paradoja). De hecho, la diferencia
quiera (en este caso un significado), retengamos sólo algunas. La ins- entre estos dos tipos de adivinanzas es paralela a la que hay entre los
titución de las figuras se origina entonces en una determinada psico- lugares comunes (por ejemplo, en nuestro caso, "Para vivir se necesita
logía social; por ello, esta última es puesta en evidencia por aquéllas. aire", "El movinliento siempre está seguido de reposo", etc.) y las
Para un público de franceses de hoy, por ejemplo, (1) no contiene nin- tautologías de este tipo "No se puede comer sin comer", "Lo que está
guna figura y, a causa de ello, no será incluida dentro del conjunto de detrás está detrás", "El que tiene catorce años nació hace catorce años,,
'
las adivinanzas, lo cual nos informa acerca de ciertos esquemas de etc.
percepción actualmente corrientes. El contexto cultural forma parte de Pero hemos dejado de lado algunas de las adivinanzas que Georges
la adivinanza, incluso antes de que ésta se convierta a su vez en una y Dundes citaban como "no oposicionales.. , como la (2) y la (21). Según
nuestros autores ellas no contienen oposiciones porque las acciones
parte de aquél.
Podemos constatar la distancia que media entre estas inverosimili- contradictorias se encuentran situadas en momentos diferentes del
tudes y lo que hemos llamado propiamente paradojas, de las cuales tiempo [en (2): el día y la noche), o en diferentes puntos del espacio
(16) ya era un buen ejemplo: la espalda es, por definición, lo que está [en (21): adentro y afuera]. En efecto, la situación es diferente en cada
detrás; afirmar que está delante contradice el sentido mismo de la caso. Después de (2) ("duerme en el día, camina durante la noche,,),
se pueden enumerar las siguientes adivinanzas'):
palabra.
He aquí otros ejemplos de paradojas: (24) Descongelada en invierno congelada en verano. -La nariz.
(Stojkova, 1658)
(22) ¿Quién es este ser
Que desde su nacimiento está siempre embarazado (25) Se infla con el frío, tiembla en el fuego. -La nieve.
Sin nunca engendrar, (Stojkova, 318)
Y que muere si engendra? -La pantorrilla.
(Nzuji, 17) Estas adivinanzas (y muchas otras) poseen una estmctura formal y
lingüística rigurosamente idéntica. Dos versos paralelos, frecuentemen-
258 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA
259

te rimados, se componen de dos complementos circunstanciales en


oposición (invierno-verano, frío-fuego, día-noche) y de dos verbos an- Truismos Lugares Tautologías Entimemas
titéticos que, sin embargo, y según el sentido, deberían encontrarse en subyacentes comunes
una distribución inversa. De hecho, si permutamos los verbos regre-
samos a los lugares comunes: Adivinanzas Inverosimilitudes Paradojas Contradicciones
inversoras
--camina en el día, duerme en la noche;
--descongelada en verano, congelada en invierno;
-inflada con el fuego, tiembla en el frío.
Queda ahora preguntamos si esta interpretación más amplia de la
Como antes, estamos nuevamente frente a las inverosimilitudes "oposición.. permite dar cuenta de todas las adivinanzas existentes
(inversiones de proposiciones sintéticas banales): la figura mínima está dicho de otra manera, si estas tres figuras son las únicas cuya presenci~
confinnada, pero ella está duplicada de otra, pues a la primera inve- hace posible la constitución de una adivinanza. Ciertos ejemplos
rosimilitud ("duem1e de día ..), la cual habría sido suficiente en sí misma, pueden dejamos perplejos: así (3) y también:
se agrega una segunda, simétrica e inversa ( ..camina de noche..); se trata
de una figura típica del absurdo o del ..mundo al revés .. , el cual ha (26) Un plato lleno de almendras, en el medio una sola. -El cielo,
las estrellas, la luna.
gozado de un gran éxito en la literatura europea. Allí donde Georges
(Stojkova, 25)
y Dundes veían sólo una figura, había de hecho dos.
Regresemos ahora al último ejemplo no explicado, (21), en el cual
la manzana está descrita como roja por fuera y blanca por dentro. Geor- (27) Un campo lleno de hierba. -La cabeza y los cabellos.
(Stojkova, 1548)
ges y Dundes tienen razón en afirmar que, desde el pu~t~ de vista ló~i­
co, no hay ninguna contradicción; sin embargo, las adtvmanzas no m-
Si hubiera algo extraño en la (3), los veinte caballos blancos sobre
vierten la implicación lógica, el silogismo riguroso, sino un razonamien-
una colina roja, ¿pero podemos realmente hablar aquí de inverosin1i-
to aproximativo, una inferencia probabilista, denominada en la .retórica
litud? No ocurre lo mismo con los otros ejemplos; al contrario, es
clásica con el nombre de entimema. No es "si p entonces q', smo que
perfectamente natural que un plato esté lleno de almendras y que un
existen 'P que .. , "si p entonces .. , ,frecuentemente q ... A diferencia de los
campo lo esté de hierba. Tampoco hay paradoja ni contradicción.
dos primeros casos, la paradoja y lo inverosímil, ya no se trata aquí de
No obstante, si observamos plenamente estas adivinanzas (junto a
proposiciones singulares sino de una relación entre ~roposi~iones.; es
sus respuestas) no dejará de sorprendemos un rasgo común: siempre
necesario entonces dar un nombre nuevo a este entimema mverttdo;
se trata de adivinar no uno sino varios objetos que mantienen una
llamémoslo contradicción. Las especies de la contradicción no serán
relación fija. Los dientes y las encías (las mandíbulas), los diez dedos,
fácilmente distinguibles pues el entimema en sí es proteifonne, vago,
el cielo, las estrellas y la luna, la cabeza y los cabellos. Es decir, que
impreciso; en cualquier caso es aquí que encontraremos las oposicio-
simbolizante y simbolizado no forman en estas adivinanzas una rela-
nes causales y privativas de Georges y Dundes; pero sin duda alguna
ción trópica simple (de metáfora, de sinécdoque, etc.) sino que
también otras variedades. De este modo, el entimema puede estar fun-
designan una relación entre dos o varios términos a través de otra
dado sobre la ca-ocurrencia frecuente, o sobre la relación entre un acto
relación: se trata de describir, como sabemos, la analogía aristotélica o
y las condiciones de su realización (las cuales deben ser diferenciadas
el diagrama de Pierce. Cuando la adivinanza realiza en el nivel trópico
de sus causas), etc.
una relación diagramática, no solamente "icónica.. , no tiene necesidad
Se pueden resun1ir dentro del siguiente cuadro las figuras hasta
de una figura de oposición: ésta es la hipótesis que debemos formular.
ahora observadas:
La n1itad de un diagrama, es decir, la simple relación, es pues una figura
suficiente para que exista la adivinanza 10 • Agreguemos que, en el caso
260 LOS GENEROS DEL DISCURSO
LA ADIVINANZA
261
del diagrama, en general, simbolizante y simbolizado no se juntan sino
que se encuentran en intersección. m:~te inoc~nte. El adivinador piensa inexorablemente en el ténnino
Al menos una de estas figuras debe estar presente; pero también erottco, vactla al nombrarlo decepcionándose enormemente al escu-
varias pueden estarlo simultáneamente. Por ejemplo: char la respues~. D~ e~ta manera se roza lo prohibido sin exponerse
a la culpa que tmphcana su transgresión. Por ejemplo:
(28) ¿Quién es ese señor
Que vive en una montaña (30) Saqué mi pequeña cosa de tnis pantalones
Que no come nada La meto en un hueco peludo, '
Pero que sin embargo defeca? -Una oreja. Luego la retiro, la punta toda mojada. -La pipa
(Nzuji, 36) (Walter, 332)
'
Identificaremos aquí una parte del diagrama (hombre:montaña; '
\
~
En la tradición hindú estas adivinanzas 1'cor111an un su b -genero
oreja:cabeza), una inverosimilitud (un hombre que no come nada) y llamado Kahmukri. Por ejemplo:
1
una «Contradicción.. (defeca sin comer).
No obstante, existe un grupo muy homogéneo de adivinanzas
donde parece imposible descubrir cualquiera de las figuras identifica-
1 (31) Estaba acostada y de pronto se montó sobre mi
Cuando bajó, yo transpiraba.
das hasta el presente. He aquí un ejemplo: Y temblaba sin poder hablar.
¡Oh amigo! ¿era tni amante o tni esposo?
(29) ¿Qué es lo que baja por la calle, regresa a la casa, se sienta en -No amigo, era la fiebre.
un rincón y espera un hueso? -El zapato. (Khusro, 148)
(Taylor, 4536)
Evi~entem~nte, uno pue.d~ preguntarse, junto a Claude Gaignebet12,
No hay nada en la primera réplica que nos indique que se trata de en. que . medtda, otras adtvmanzas con apariencia inocente no se
algo que no sea un perro. ¿Dónde está la figura? Sólo podemos ~eftere~ tgualmente a representaciones eróticas (aun si éstas hoy ya no
descubrirla conociendo la respuesta. Lo más próximo de este fenóme- son ~v~dentes para nosotros). Salimos allí de la descripción interna de
no descrito por la retórica es la silepsis, según la cual una palabra debe la adtvmanza para alcanzar el problema de sus funciones.
ser tomada simultáneamente en un sentido ·propio.. y en un sentido En e~ c01pus qu~ examiné, no hay adivinanza que no contenga
«figurado» eo sea, en un sentido mayor -independiente del contexto- alguna(s) de estas ftguras; es posible que en otras civilizaciones se
y en un sentido menor)1 1 • La diferencia entre la silepsis y la figura pu.e~a observar la presencia aun de otras figuras. ¿Puede haber una
realizada por esta adivinanza es que la polivalencia se sitúa aquí a nivel adtvma~za sin figura? Podremos responder esta pregunta si recordamos
del enunciado y no de la palabra aislada. La misma descripción se la fu~c10n que asume la organización figurativa, la cual consiste en
aplica a dos objetos radicalmente distintos (aquí el perro y el zapato); focahzar la atención .. Esta función es obligatoria; las formas que la
el primer simbolizado es ·mayor.. (independiente del contexto), el r?llenan ?ueden. vanar. ¿Para qué otra cosa, por ejemplo, sirve la
segundo "menor.. (sólo existe en ese contexto preciso). La figura f?rmula ntual de mtroducción ede la cual no nos hemos ocupado aquí)
consiste precisamente en la existencia simultánea de estos dos simbo- ~~ no es para. llamar la atención del interlocutor sobre el hecho de que
lizados. se trata prectsamente de una adivinanza? La fórmula de introducción
Este mecanismo es frecuentemente explotado en las adivinanzas pue~e e~;onces reemplazar eficazmente a la figura en su función de
eróticas (llamadas aún "equívocos·} El simbolizado mayor es el acto focal.tzactOn. I~c~uso, puede que ninguna forma verbal desempeñe este
sexual o los órganos sexuales del hombre o de la mujer, etc.; el rol. s~ las condtctones de enunciación de la adivinanza se encuentran
simbolizado menor, la "verdadera.. respuesta, es un objeto completa- suft?tentemente ritualizadas y asumen así el rol de focalizador. Tanto
aqut como en otro lugar, debemos buscar reconstituir un sistema
LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA
262
263

abstracto de funciones sin confundirlo con las formas que lo manifies- (32) Trabajo con mis cinco bueyes,
tan, aun si éstas están siempre presentes 13 . La tierra que labro es blanca como la nieve
El grano que siembro es negro como un ar~endajo.
-Los dedos, los papeles, la tinta.
DEL SIMBOLIZANTE AL SIGNIFICANTE (Walter, 270)

. S~ nos fundamentáramos en criterios puramente lingüísticos, identi-


La descripción realizada hasta aquí hacía abstracción de la ftcanamos el sujeto .~1 significante- con el pronombre personal "YO".
materia lingüística concreta a través de la cual se manifestaban las Pero la palabra a adivmar se halla aquí en el predicado y no en el sujeto.
adivinanzas; yo estudiaba una estructura simbólica, no una producción ~a observan:?s la desviación que representa esta construcción lingüís-
lingüística. Es necesario ahora examinar el problema de la representa- tica en relaCion a la formulación clásica de la definición. No obstante
ción verbal de esta estructura, más aún si ésta está influenciada a su vez no nos equivoquemos: el "relato., que aquí nos narran no es verdade~
por aquélla. En esta ocasión sólo podremos detenemos en algunas rame~t~ tal cosa (no es observable ninguna transformación de estado).
cuestiones particularmente interesantes. La adivinanza nunca es un relato, sólo puede serlo su máscara verbal.
l. Sujeto y predicado, palabras y sernas. Hasta ahora no he dicho Pasando ahora al análisis del predicado, podemos poner en cuestión
nada de la estructura propiamente lingüística de la primera réplica, la necesidad de . tener que encontrar un elemento autónomo que
mientras que, podemos recordarlo, los estudios evocados al principio en~arne la "premisa constante verdadera". No es que tal elemento no
la analizaban en detalle: en tema y propósito en el caso de Georges y eXIsta del todo (no habría entonces relación trópica), pero puede que
Dundes; en término dado (significante) y premisas, en el de Kongas- no tome la forma de una palabra autónoma. Retomemos la adivinanza
Maranda. Independientemente de las escogencias terminológicas pode- (~6), en la ~ual .la pantorrilla es descrita con la espalda delante y el
mos reconocer allí la vieja distinción entre sujeto y predicado. Esta vientre detras. SI nos atenemos a la letra, no hay "premisa constante
oposición ya estaba presente en Robert Petsch, quien identificaba, en verdadera.,: la pantorrilla no tiene ni espalda ni vientre. Pero cada uno
el nudo de la adivinanza, un elemento denominativo y otro descriptivo. de estos dos sintagmas contiene semas que comparte con el simboli-
Mi propósito será aquí mostrar que esta distinción puramente lingüís- zado: ella es plana delante y redonda detrás; "espalda·· y "vientre., son
tica H no tiene ninguna pertinencia para la descripción de la estructura tomados aquí como sinécdoques conceptuales de sus propiedades
discursiva y simbólica; más aún, que su utilización hace surgir dificul- "plana., Y "redonda". Podríamos afirmar que aquí (como en tantas otras
tades suplementarias. ad~v~nanzas) aparece una relación trópica de segundo grado. En una
Hay que comenzar constatando que la afirmación de esta estructura, adivmanza como la (1) (<<¿Qué vive en el río?.,) la relación trópica se
tal como aparece en Petsch o en Georges y Dundes, no especifica para establece entre el simbolizante (presente) y el simbolizado (ausente).
nada la naturaleza de la adivinanza: puesto que toda frase se compone En la (16) es dentro del simbolizante mismo que se establece una nueva
de un sujeto y un predicado, ¿para qué sirve decirnos que la adivinanza relación ~ópica: "espalda" es una sinécdoque de "plana", que a su vez
se divide de la misma manera? Así pues, esta afirmación es redundante; (a~omp~nada de "delante.,) es una sinécdoque de "pantorrilla". La
al menos que se la especifique, como hace Kongas-Maranda, quien nos eXI~tenCia de estos tropos de segundo grado, muy frecuentes, nos
asegura que este "término dado., es el significante de la metáfora. Para obliga a colocarnos en el nivel de los semas y no en el de las palabras:
probar lo contrario basta con remarcar que la mayoría de las adivinan- de otro modo, no estaríamos en capacidad de establecer la relación
zas citadas hasta ahora no poseen tal término (su papel dentro de la fra- tróp~c~ entre el simbolizante y el simbolizado. Observemos aquí que
se es desen1peñado por un pronombre interrogativo o personal). Igual- las urucas palabras jamás metafóricas en el segundo nivel son los
mente existen adivinanzas (como ya ha sido observado) cuyo modelo nombres (ya que son monosémicos), lo cual hace que su presencia en
lingüístico no es la frase atributiva sino una frase transitiva, como podría la pregunta sea una preciosa clave para encontrar la respuestals:
encontrarse dentro de un relato, por ejemplo (2) y (3) o esta otra: cuando hablan de treinta y dos, podemos estar seguros de que se trata
264 LOS GENEROS DEL DISCURSO
LA ADIVINANZA
265
de los dientes, de ·diez.. , se trata de los dedos, "dos.. , menos fácil, de
se pueden distinguir dos grados de la utilización del doble sentido, ya
las manos o de los pies, de los ojos o de las orejas. Pero no podemos
describir las adivinanzas como si todas las palabras fueran cifras. sea que se trate de la polísenzia propiamente dicha, o de la homonimia,
Lo que es pertinente para la estmctura de la adivinanza es la relación la cual produce adivinanzas muy semejantes a ciertos juegos ele pa-
labras.
trópica entre simbolizante y simbolizado; ahora bien, éste no está
relacionado de manera unívoca con la división del simbolizante en En el primer. caso se juega con los dos sentidos de una palabra, de
sujeto y predicado: el sujeto puede no contener ningún elemento au- los cuales el. pnmero es el sentido mayor y el segundo, precisamente,
tónomo que caracterice al simbolizado. Pero podemos ir aún más lejos una catacrests. De pronto, la primera réplica parece evocar el sentido
y encontrar casos donde sujeto y predicado mantengan en la pregunta mayor mientras que la respuesta recae sobre el sentido menor (sobre
la misma relación con el simbolizado (lo cual demostraría que su la catacresis). Georges y Dundes aislaron a este gmpo de adivinanzas
pero sin revelar la polisemia:
diferenciación no es pertinente desde el punto de vista discursivo).
Tomemos un ejemplo:
(34) ¿Qué es lo que tiene dientes pero no muerde? -El peine.
(33) Un cazador que dispara de lejos a su presa, · (Taylor, 299b)
¿Quién es ese cazador? -El ojo.
(Nzuji, 10)
(35) ¿Qué tiene cabeza pero no cuerpo? -El alfiler.
El ojo no es un cazador pero posee mira, no tiene presa pero sí (Taylor, 1)
objetos de percepción. Cada uno de los términos de la pregunta, sujeto
y predicado, contiene tanto semas comunes al simbolizado, el "ojo.. , Precisamente porque no podemos llamar a la cabeza de un alfiler ¡'
,,
como semas específicos: la relación simbólica se sitúa a nivel de los de otra forma que "cabeza.. , los dientes del peine "dientes.. etc. la 1'
¡,
semas, no a nivel de las palabras; tampoco ella toma en cuenta la ~divi~anza evocará en ambos casos estos dos sentidos; la fi~ura ~ue
situación de las palabras en las estmcturas de la frase. Las descripciones focaltza esta relación simbólica es la inverosimilitud. Estamos allí frente 1:

consagradas a esta dicotomía conciernen no a la adivinanza sino a las a un mecanismo particularmente neto que nos permite producir al
frases que la realizan. menos tantas adivinanzas de la misma estmctura como catacresis en la
2. Polisemia. La adivinanza es una definición distinta a la definición lengua.
socialmente institucionalizada de cada palabra. En consecuencia, las En el segundo caso, la palabra que aparece en la primera réplica y
palabras que la componen no sirven frecuentemente para fon11ar esta aqu~lla. evocada en la segunda no tienen entre sí ninguna relación
definición sino que tienen otro uso. La primera réplica de la adivinanza semanuca aunque sean homónimas; algunas veces son sólo homofó-
es entonces intrínsecamente polisémica (si no se trataría de una defi- nicas ~el mismo procedimiento es explotado en las charadas). He aquí
nición ordinaria). En términos retóricos, diremos que la relación trópica dos eJemplos franceses:
en la adivinanza nunca es una catacresis (cuando el «tém1ino propio,
no existe, como en el caso de una "hoja de papel ..); ahora bien, todos (36) ¿Cuál es el santo que tiene la cabeza un poco dura? -St.
los tropos no catacréticos exigen que se tenga en cuenta, para poder Cloud 1ú.
describirlos, tanto a la sinonimia de los dos significados como a la po- (Tabourot)
lisemia de un significante.
Siendo un discurso fundado sobre la sinonimia la adivinanza explota
también obligatoriamente los recursos de la polisemia. Esta tendencia (37) ¿Cuál es la santa que no se pone ligas de medias? -Santa
aparece claramente cuando una palabra específica de la primera ré- Sebastiana.
plica, y no únicamente de la frase entera, es polisémica. Por otra parte (Tabourot)l 7
í.

j
266 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA
267
3. Organización fónica. Es de todos conocido que las adivinanzas, 1 .... o .... re
semejantes en esto a otras formas menores del folklore verbal, com? 2 . o .. re ... (a)rkh ere
los proverbios, canciones, etc., se caracterizan por una fuerte or~aru­
zación fónica, por la presencia de rimas, aliteraciones y de un ntmo
En otras palabras, la respuesta está repetida casi tres veces en la
regular, etc. Jakobson ha analizado varias de estas organizaciones
pregunta. La elección del cura entre todos los posibles habitantes de
rigurosas 18 . Al respecto, los nombres propios que aparecen_ ~n la
esta extraña mansión obedece evidentemente a la relación fónica.
pregunta a menudo son reveladores. Existe por ejemplo una adivman-
za búlgara concerniente al río y construida sobre el siguiente modelo:
OREKH -ARKHIEREJ
"La gran + nombre propio femenino + no tiene sombra". Pero el nombre
varía dependiendo de los dialectos y del orden preciso de las otras
Finalmente, en un último grado, pregunta y respuesta ya no man-
palabras, obedeciendo siempre a las exigencias de la rima: si la pa~abra
tienen ninguna relación trópica a nivel de los significados, sino
del final del segundo verso es njama (no tiene), el nombre propiO es
solamente a nivel de los significantes, como en los ejemplos (18) y (19).
jana; si es sjan~a (sombra)_, se transfor~a en jan~~a; si es senka
A veces, la primera réplica contiene incluso palabras desprovistas de
(sombra en los dialectos occidentales), dev1ene Enka .
sentido en la lengua, pero que evocan fónicamente la respuesta;
Al lado de este fenómeno extendido y bien conocido, existe otro
tocamos aquí el neologismo puro y la "poesía transracional.. , por
que caracteriza aún más a la adivinanza sin sede reservado de manera ejemplo:
exclusiva: se trata de la relación fónica entre las dos réplicas. Este hecho
fue destacado por primera vez por Brik en su análisis de las repeticio- (39) Ton da totonok? -Poi i potolok.
nes sonoras20 ; este trabajo es recordado por Jakobson en el estudio
(Sadovnikov, 53)
citado. Pero es sobre todo un especialista soviético contemporáneo, A.
I. Guerbstman, quien lo ha estudiado en detalle 21 . Guerbstman se
La palabra totonok no existe; ha sido creada de ton (probablemente
preocupa precisamente de esta relación fónica entre pr~gun~ Y res-
en este caso el adjetivo "fin,) por analogía con la relación pol y potolok,
puesta oponiéndola a las relaciones que se establecen al mtenor de la
suelo y techo (da es aquí sinónimo de i y significa "Y"). Como vimos
pregunta22 ; él le da el nombre de otgadachnaja zvukopis, el cual
anteriormente, contradicen sólo en apariencia la exigencia de una
podríamos traducir como "aliteración adivinatoria ...
relación trópica entre simbolizado y simbolizante: la relación existe
El distingue entonces varios casos según la relación que se establece
pero se sitúa entre significantes y no entre significados.
entre esta analogía fónica (primera relación simbólica) y el tropo
constitutivo de la adivinanza (segunda relación). En un primer grado,
las dos relaciones están presentes y, para encontrar la respuesta, uno
se apoya en la una o en la otra. En un segundo grado, las dos rela,ciones
permanecen presentes, pero la de los sonidos es infinitamente mas neta
y sugestiva, por ejemplo:

(38) Net ni okon ni dverej,


Posredine -arkhierej. -Orekh
[Ni ventanas ni puertas y en el medio un cura. -La nuez].
(Rybnikova, 27 4)

El análisis fónico revela la siguiente dispersión en la respuesta:


268 LOS GENEROS DEL DISCURSO LA ADIVINANZA
269
NOTAS 14 La llamo lingüística porque no
específico que v~ a en otros . enc~entr~ ,~o ~sto~ a~I~o:es nint,>Ún indicador
15 Como lo_ señalabr ya Stojkc;v~'l~t~~, c~;-~~~~~-~ltenos lmgUJsticos para establecerlo.
16 En frances fonéticamente Cloud se . .
fonét' ·- . 1- . pronuncia ¡gua! que ·davo". De allí la asociación
. IC:l con a pregunta de la adivinanza [N. del T].
17
~;Jtl~~~n~~l ac~~a~~;~~~u~ció~- h~ ~ido. ~odificado
1 R. A. Georges y A. Dundes, "Toward a structural defmition of the riddle., ]ournal
qf American rolklore, 1963, pp. 111-118; E. Küngas-Maranda, .. structures des énig- en la literatura sánscrita con el
mes•, L'Homme, IX, 1969, pp. 5-49. Aunque desde una perspectiva diferente, mi i U'!lmen . . a, en a co ecCion de textos hincli ya citada se encuentran
g, <k ·] Vte e¡ekmplos.' a veces muy complejos (interpretación bilingüe etc.). Cf Ved
análisis del trabajo de Georges y Dundes se emparenta a muchas críticas formuladas Pra as 1 atu , "Atnrr Khusro and I f- llid 11 .. , .
por Ch. T. Scott, ..Qn defining the riddle: The problem of a structural unit", Genre, Folklore, 82, 1969, pp. 1 4 2~ 154 _ OCian e e Trachtion". ]ournal (!f American
II, 1969, 2, pp. 129-142. Para una visión de conjunto sobre la adivinanza, ver R. D. 18 "Estructuras lingüísticas subliminal . .-, . _
Abrahams y A. Dundes, "Riddles", en R. M. Dorson ed., Floklore and .flokl(fe, 19 Cf· ,Sto¡"k ova, op. czt.,
. p. 58. es en poes¡a .., Questzom de poetique, Paris·, 1973 ·
Chicago/Londres, 1972, pp. 129-143. 20 ..zvukovye povtory.. 1917 reproducido en O M "k
2 Estas son las referencias de las recopilaciones de adivinanzas citadas: A. Taylor, guage, Ann Arbor, l964. ' · · Bn , Two E\says on Poetic Lan-
English Riddlesfrom Oral Tradition, Berkeley/Los Angeles, 1951 (citado: Taylor); 21 .. o zvukovo,m stro~nii narodnoj zagaclkio,, Russij.folklor, 11 196H 185-19
M. Haavio y J. Hautala, Suomen Kansan arvoittt..<;kirja, Helsinski, 1946 (citado: 22 Recordemos que Saussure opon d 1- .. , , , pp. 7.
Haavio); Sir Walter, R. Morel y P. Ferran, Le livre des devinettes, Les H. Pl. ele Mane, los versos latinos que él estudia~ ..;tea mism~ ma~era dos _estructuras fónicas de
1969 (citado: Walter); St. Stojkova, Bagarski narodni gatanki, Sofia, 1970 (citado: ellos", y "externo, es decir inspir~nd _roo, ·¡·:c~rrespo?c_l~nCI~ ~le elementos entre
Stojkova); Clementine Eúk-Nzuji, Enigmes lubanshinga, Kinshasa, 1970 (citado: J . ,Staro b.msk!,. Les Mots sous, les mots ose en a compoSIC!on fonica de un n
Paris 1971 p 34· , .
b
om r~":
Nzuji); Brajratna Das, Khusro Ki Hindí Kavita, Kasni, 1922 (citado: Khusro); V. con el fenómeno estudiado pclr S- , . . , , . , y,t veremos que la cercama
· , .1ussure es enorme.
Sadovnikov, Zagadkí russkogo naroda, Moscú/Leningrado, 1959 (citado: Saclo-
vnikov); E. Tabourot, Les Bigarrures du Seigneur des Accords, 1583 (reimpreso
Slatkine, 1969; citado: Tabourot). Salvo que se señale lo contrario, el número que
aparece al lado del nombre de la obra corresponde al de la adivinanza, no al de
la página.
3 Torneo de enigmas ele la Vajasameyvi samhíta, traducida por Louis Renou, ..sur la
notion de Bráman", journal asiatique, 237, 1949, pp. 7-46.
4 R. CailloL<>. Art poétique, Paris, 1958, p. 188.
5 De este modo yo interpretaría la siguiente observación de Jolles: "podemos decir
aquí que quien cuestiona -a quien hemos llamado sabi(}- no está solo, no es
independiente, encarna un saber, una sabiduría, o más aún, a un grupo relacionado
por el saber. Quien adivina por su parte no es un individuo que responde a la
pregunta de otro, sino aquel que busca acceder a ese saber, a ser admitido en ese
grupo, y que prueba con su respuesta que está ya preparado para esa admisión•
(Formes simples [1º, 1930], Paris, 1972, cap. "La devinette", pp. 109-110). Al contrario,
no seguiremos a Jolles en su aproximación entre las adivinanzas por una parte y
los exámenes y los catecismos por otra.
6 Se encontrarán ejemplos en la tesis de tercer ciclo de Alain Boucharlat, Le com-
mencement de la sagesse. Structures etfonctions des devinettes au Rwanda, EPHE,
1972.
7 ·Du réalisme en art", Tbéorie de la littérature, Paris, 1965, p. 106.
8 "Neue Beitrage zur Kenntnis des Volkratsels", Palestra, IV, Berlín, 1899.
9 Este tipo de adivinanza está descrita por Cl. Fa"ik-Nzuji en la rúbrica ·Estructura I,
Tipo k
10 Pero no se trata de una metonimia, como cree Küngas-Maranda, pues no hay una
relación simbólica: la almendra no simboliza a las almendras ni el campo a la
hierba.
11 A propósito de estas nociones, cf. W. Empson, The Stntcture of Complex Words,
Londres, 1950, cap. 2; trad. francesa: ·A<>sertions daos les mots", Poétique, 6, 1971.
12 "Le Chauve au col roulé", Poétique, 8, 1971, p. 444.
13 Exigencia fundamental formulada e ilustrada por Benveniste, "La classification des
langues", Problemes de lingui.stique générale, Paris, 1966.
EL DISCURSO MÁGICO

En la magia encontramos más o menos todas las formas


de los ritos orales que conocemos en la religión: sermones,
deseos, votos, oraciones, himnos, interjecciones, fórmulas simples.
Pero, así como no tratamos de clasificar los ritos manuales
tampoco intentaremos clasificar bajo estas rnbricas a los ritos orales.
Ellos no corresponden aquí a hechos bien definidos.

Marcel Mauss (1960, p. 47) 1

MUY SOMERAMENTE, se puede estudiar el lenguaje de la magia


desde dos perspectivas diferentes. Ya sea poniendo todo el acento sobre
el término magia, examinando la relación de la fórmula con los otros
elementos del acto mágico y, a través de ellos, con la cultura de cada
pueblo (dejo este estudio funcional, para nada despreciable, al etnólo-
go, al especialista de cada etnia), o bien colocando el acento en la pala-
bra lenguaje y confrontando las propiedades del discurso mágico con
aquéllas de los demás discursos, es decir, del lenguaje en su globalidad:
es este estudio estn1ctural (y de retórica general) lo que me propongo
realizar aquí. En otros términos, quisiera adoptar una actitud radicalmen-
te opuesta a la de Mauss, tal como ésta aparece citada en el epígrafe.
El estudio del lenguaje mágico tiene ya su propia historia. Simplifi-
cando aún más, podría decirse que ha conocido dos grandes etapas.
Durante la primera, la cual nos es familiar, en las obras corrientes sobre
las sociedades primitivas, las supersticiones, los ritos y las costumbres,
un capítulo o un apéndice está dedicado a las fórmulas mágicas (en-
cantos, hechicerías, etc.); toda obra general sobre la magia contiene una
parte que trata acerca del "verbo mágico••. Esta separación traiciona
incluso a la teoría del lenguaje mágico, la mayoría de las veces implícita,
según la cual esta provincia de la palabra no se comunica con las de-

1
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
272 273

más: suposición confirmada por la existencia, en cualquier idioma, de resultado de sus reflexiones sobre el lenguaje mágico, nos enseña que
palabras y giros que no se emplean fuera del contexto mágicd. el sentido mismo de las palabras ~s decir, su propiedad constituti-
Frente a esta actitud tradicional que deja a la magia tan poco espacio va- consiste en ·<el cambio real realizado por el enunciado en el
dentro del lenguaje, se erigió una reacción que culmina en la obra de contexto de una situación junto con la cual forma pareja, (ihid., p. 214) 3.
Bronislaw Malinowski: por decirlo de alguna manera, al respecto, él Si toda palabra es acción, entonces toda palabra es magia. Hacia este
goza de todo el reconocimiento. Buscando definir el verbo mágico de mismo sentido generalizador se dirige otro teórico del lenguaje mágico:
tal manera que la definición pueda recubrir todos los casos observados Toshihico Izutsu. Originalmente, el lenguaje participa de la nugia, pues
en las islas Trobriand, Malinowski llega a escribir: ..cada rito [mágico] toda simbolización ya es una apropiación de las cosas, por lo tanto, una
es la 'producción' o el 'engendramiento' de una fuerza y su transferen- acción sobre ellas, es decir, magia. El simple hecho de la significación
cia, directa o indirecta, a cierto objeto dado que, como lo creen los in- es en sí mágico; en consecuencia, el libro de Izutsu concierne más a
dígenas, está afectado por esta fuerza, (Malinowski 1966, p. 215). Dicho las operaciones lingüísticas fundamentales que a los encantamientos
de otro modo, el verbo mágico actúa sobre las cosas. Pero visiblemen- singulares, privilegio exclusivo de los magos.
te, una definición tan amplia cubre fenómenos que no se consideran Asistimos aquí a un desplazamiento de objeto evidente. Es posible
habitualmente como mágicos y que pertenecen a la vida cotidiana, lo que la magia en el lenguaje esté relacionada con la acción del lenguaje;
cual Malinowski no deja de señalar. pero si decimos que toda acción es mágica, es necesario encontrar otro
Ya el niño maneja sin cesar el lenguaje mágico. "El niño llama a la nombre para designar este tipo de acción del lenguaje que corriente-
madre, a la nodriza o al padre y la persona aparece. Cuando pide co- mente llamamos mágico para diferenciarlo del resto: lenguaje jurídico,
mida es como si formulara un encantamiento, un Tischlein deck dich.~, administrativo, ritual, etc. Calificar de "mágico, el valor ilocutorio de un
(ihid., p. 63). Cuando crece, él no está obligado a cambiar de hábito, enunciado (y constatar luego la universalidad de la magia) para nada
pues las palabras le aseguran siempre la obtención de las cosas. nos ayuda a comprender la especificidad del discurso mágico.

Si uno observa el aprendizaje de una materia en una comunidad pri-


mitiva o en nuestra sociedad, uno percibe siempre que la familiaridad
con el nombre de la cosa es el resultado directo de la facilidad con la ANALISIS DE UNA FORMULA MAGICA
cual se manipula esa cosa (ibid., p. 233).

Para dominar las cosas, es necesario conocer las palabras. Tomemos una fórmula mágica, tal como la encontramos en las
Lo mismo sucede con cualquier dominio de nuestra vida social. Y transcripciones de los folkloristas·1:
así con todo el conjunto de hechos relacionados con la ley. ·Aquí el
valor de la palabra, la fuerza del compromiso de la fórmula se en- (1) Contra el carbunco
cuentra en la base misma del orden y de la confianza de las relaciones Gem1en o carbunco, negro o rojo, del color o la especie que seas,
humanas, (ihid., p. 234). Lo mismo podría decirse para la religión, la te conjuro en los aires o en lo más profundo del mar, y te ordeno
vida política, la publicidad. Malinowski puede concluir: de parte del Gran Dios (+)viviente, salir en seguida del cuerpo de
N... tan rápido como Judas ( +) traicionó a nuestro Señor Jesucristo
Las palabras pueden ser el discurso estúpido de un "líder" modern~/ o
en el.Jardín de los Olivos (+)y como los doce mártires lo asistieron
de un primer ministro, o una fórmula sacramental, una observacton
indiscreta que hiere el "honor nacional", o un ultimátum. Pero en/ c~da y subieron al cielo ( +). Natusex, christusex, mortusex, résurrex (3
caso las palabras son causas de acción igualmente potentes y fatKhcas veces).
(ibid., p. 53). (Rives, Dauphiné)
Pero si toda palabra causante de una acción (o seguida de un efecto) Sólo la singularidad del objetivo que me propuse me autoriza a aislar
es mágica, entonces no hay palabra que no sea mágica. La teoría de así esta fórmula de su contexto de enunciación. Se sabe que la fórmula
Malinowski sobre el lenguaje en general, a la vez punto de partida Y
274 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
275

en sí no posee potencia mágica; ella la adquiere sólo en circunstancias tantemente estarían puestos al servtcto de esta intención? Más aún:
precisas, pronunciada por una persona determinada que posee el siendo lo simbolizado lo que es, ¿cuál debe ser el simbolizante? Es lo
derecho o el poder. En otras palabras, la magia no es un enunciado sino que intentaremos ver a través del análisis de la fórmula citada, recor-
una enunciación; ahora bien, ésta se compone del enunciado, de los dando sin embargo, que el objeto de nuestro examen no es la materia
interlocutores, de las circunstancias espacio-temporales de la alocu- lingüística en sí sino la estructura simbólica que ella recubre; en otros
ción, así como de las relaciones que pueden establecerse entre los di- términos, dispondremos el análisis en dos etapas: el estudio del sim-
versos elementos. Ateniéndome al solo enunciado, pongo entre parén- bolizante (lo mágico); y el pasaje del simbolizante al significante (lo
tesis varios elementos del acto mágico; esto tendremos necesidad de lingüístico).
recordarlo constantemente. Primero, la fórmula que tenemos delante de nosotros se deja
¿Qué nos obliga a pensar que esta fórmula es parte de un discurso descomponer en tres partes diferentes. La una va de la primera palabra
mágico?: el hecho de que se trata de actuar sobre una enfem1edad a hasta la mención de un nombre propio (aquí designado como N... ): ella
través del intermediario de un simple enunciado verbal. Tratemos de contiene toda la información de la cual disponemos sobre el acto má-
variar los elementos de esta descripción para verificar los límites de la
gico que va a realizarse. La segunda comienza por "tan rápido" y ter-
magia. ¿Es indispensable que la enfermedad sea el destinatario? Si yo mina al final de la frase: es una comparación del evento presente con
digo: "Conjuro al gem1en o al carbunco, que sea ... ", etc., mi discurso una del pasado (mítico). En fin, la tercera parte está formada por la úl-
continúa siendo mágico. Si digo: "Conjuro al panadero a que me traiga tima proposición: a primera vista incomprensible, ella está compuesta
el pan en este mismo instante .. , mi discurso sigue siendo mágico. Si le de palabras latinas deformadas.
digo al panadero: "Le exijo que me dé un croissant· [el subrayado es Aprovecharé la presencia, en el léxico francés, de una serie de
nuestro] para que me dé pan, mi discurso sigue siendo mágico (al términos emparentados que se relacionan todos con el discurso má-
menos que esta espera se realice en virtud de un código secreto). Si gico; dentro del cuadro de este estudio, les daré un sentido preciso que
al contrario digo al panadero: ·<Le exijo me dé ese gran pan.. , mi discurso no esté en contradicción con su sentido común y los utilizaré para
deja de ser mágico aunque esté seguido de una acción. designar las subdivisiones o las subespecies de la fónnula mágica.
¿Por qué? Desear provocar una acción a través de la palabra no es Llamaremos entonces invocación a la primera parte, comparación a la
suficiente para asegurarle a esta palabra un carácter mágico: todo segunda, y encantamiento a la tercera.
depende del agente de esta acción. Si el agente es aquello de lo cual Es la primera parte, la invocación, la que exige en este nivel ser
hablo (el delocutarío o referente del discurso)5, cualquiera que sea su analizada en detalle: la comparación repite, de manera más simple, la
naturaleza, mi discurso es mágico. Si este agente es aquel a quien misma estructura; en cuando al encantamiento, éste se presenta como
hablo, mi discurso no es mágico, al menos que este agente no lo un bloque indivisible. Al contrario, en la invocacton se identifican
perciba (interlocutor ausente), o que no lo comprenda (interlocutor
fácilmente varios elementos que podrían agruparse de la manera
inanimado o frase que quiere decir otra cosa), o que esté incapacitado siguiente:
de someterse («Párate y anda.. , dicho a un paralítico). ·Abrete Sésamo..
-roles: están designados por "Germen o carbunco.. («tú•), "YO", "el
es una fórmula mágica: la acción debe ser realizada por una roca; gran Dios viviente.. , y "N ... ";
"María ábreme .. no lo es si la tal María supuestamente debe percibir mis
-acciones. las cuales están designadas por los verbos: "conjuro..,
palab;as. La identificación de la magia descansa entonces sobre la "exijO>•, por una parte, "salir.. por otra;
categoría de lo posible (científico): fertilizar un terreno para mejorar su
-expansiones o diversos complementos atributivos, etc.: ..negro o
rendimiento no constituye un acto mágico; pero colocar allí mismo rojo", "en los aires o en lo más profundo del mar...
talismanes sí. Esto es quizás una base frágil pero es indispensable.
Provisionalmente dejaremos de lado al grupo de las expansiones
Este procedimiento equivale a identificar el discurso mágico por lo
para limitamos a las dos primeras especies, las cuales parecen ocupar
que puede hacer, por su intención; o -ya que estamos en un sistema un lugar muy destacado.
simbólico-- por su elemento simbolizado. ¿Existen medios que cons-
En primer lugar los roles. Puede verse claramente que ellos son de
J
276 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
277

dos tipos: los protagonistas de la enunciación (identificados por "YO" y cambio de estado (pasar de la presencia a la ausencia); ahora bien, la
«tú·) y los protagonistas del enunciado («germen••, "Dios", ·N .....). "Ger- transformación de un estado es una condición necesaria para la exis-
men., equivale a "tú", mientras que "YO" no posee otro nombre. Pero, tencia de un relato.
incluso si el discurso no lo hace, nosotros debemos separar claramente No hay que creer que tal exigencia pueda ser siempre satisfecha y
estas dos series de roles, discursivos y enunciativos, aunque sea para que pen11ita clasificar entre los relatos cualquier secuencia verbal. Para
poder estudiar su articulación. Por ahora, los roles enunciativos no nos tomar otro ejemplo del folklore, las adivinanzas, como ya vimos, nunca
enseñan nada. ¿Cuáles son los roles discursivos? Intentemos darle a son relatos (contrariamente a lo que pudimos pretender), a pesar ele
cada uno, provisionalmente, un nombre que lo delimite un poco más. que la pregunta adquiera a veces la fonna de una frase narrativa: la
..yo, es el mago; "tú, o "germen, es el objeto de la acción mágica; ·N ... " adivinanza es una definición no convencional; pero la detlnición re-
es el beneficiario de la acción; "Dios., es el inten11ediario cuya ayuda es tiene los rasgos fijos (aunque sean sólo acciones) y no los comporta-
invocada. mientos transitorios. En palabras de Sapir, podría decirse que la pre-
En cuanto a las acciones, dos de los verbos que las designan son gunta de la adivinanza designa un elemento «existente» eel adjetivo o
casi sinónimos: "conjuro., y "exijo". También tienen en común la el sustantivo de la gramática), nlientras que la fómmla mágica concier-
propiedad de ser verbos performativos; es decir que su enunciación ne a un elemento "ocurrente.. (el verbo).
realiza la acción que ellos significan. Juntos se oponen al verbo "salir", Por otra parte, el relato de la fórmula mágica posee un rasgo
el cual designa una acción ordinaria y que por ello llamaremos verbo específico que lo distingue inmediatamente de la mayoría de los otros
descriptivo (o constativo). relatos: y es el hecho de que él designa una acción virtual, no real; una
Detengamos aquí el análisis. Si deseamos estar más claros acerca de acción que todavía no se ha realizado pero que está a punto de serlo.
la naturaleza del discurso mágico, es necesario abandonar esta única No obstante, él no es el único que llena esta condición. Otro ejemplo
fórmula para compararla con otras: único medio de estudiar el sistema de "relato imperativo .. nos es dado por las recetas de cocina.
jerárquico del cual ella es una ilustración6 . Es el verbo descriptivo quien asegura el carácter narrativo de la
fónnula mágica; por ello amerita que lo examinemos más de cerca.
"Salir" es un verbo de movimiento que designa el pasaje de la presencia
ESTRUCTURA DE LA FORMULA MAGICA a la ausencia; su sujeto es nuestro "objeto., (germen o carbunco), agente
nocivo que hay que alejar. Tal descripción ya sugiere que dos de los
elementos identificados se prestan a variantes: se puede hacer salir, o
Pasando de la descripción de una fónnula única a la de un hacer venir un objeto nocivo o un objeto útil. De esto se desprende que
discurso mágico, se tomarán los caminos de la comparación y la la fórmula analizada ilustra solamente una variedad de magia entre
deducción (de hecho este trabajo estaba ya implícito en mi descripción cuatro que podríamos inscribir de este modo en el siguiente cuadro:
inicial). Llegaremos entonces a formular una nueva dicotomía que
vuelva a establecer las distinciones precedentes: aquella que se produ-
de un objeto
ce entre la organización sintagmática (o de las Hguras) de un discurso
y su organización simbólica. negativo positivo
1) Organización sintagmática. Apegándose primero a una lectura
"horizontal» de la única acción efectuada por la fórmula mágica, se llega la ausencia 1 3
a una primera conclusión: el discurso mágico es una subespecie del Provocar
discurso narrativo, la fórmula mágica es un micro-relato. la presencia 2 4
Esta constatación se apoya en la presencia de un elemento preciso
de la fórmula que acabamos de identificar como el "verbo descriptivo.,: Tradicionalmente, se llaman las fórmulas 1 y 4 (provocar la ausencia
este verbo ("salir", en nuestro ejemplo) significa necesariamente un de lo negativo o la presencia de lo positivo) magia blanca; y las
278 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
279
fórmulas 2 y 3 magia negra. También se podría, aprovechando la
Pero de hecho tal estructura nos es familiar a partir de un tipo de
abundancia de sinónimos en este campo, dar un nombre particular a
habla entendida habitualmente como distinta: el orar. Así, tocamos aquí
cada una de las especies: 1) desaparecer lo negativo: exorcismo; 2) los límites entre dos discursos: la oración y las fórmulas mágicas
hacer aparecer lo negativo: imprecación); 3) desaparecer lo positivo:
examinadas hasta ahora, las cuales, en oposición a la anterior, llamaré
conminación; 4) hacer aparecer lo positivo: conjuro. encantos.
La muestra que encontré en las transcripciones de los folkloristas
¿Cómo delimitar esta diferencia? Pueden adoptarse varias soluciones.
contiene sólo ejemplos de magia blanca (fórmulas 1 y 4). Ya vimos el
La primera, que descartaremos en seguida, será declarar oraciones a
ejemplo de exorcismo, o magia de protección (defe~siva); he aquí un
toda fórmula que comience por "el ruego·· y sus sinónimos, y encantos,
ejemplo de conjuro, o magia de adquisición (ofensiva):
todas aquellas donde se dice «OS conjuro ... La segunda sería recurrir al
(2) Para casarse bien canon contemporáneo de la Iglesia, la cual acepta ciertas fórmulas (las
Gran San José, ya que las buenas bodas se realizan en el cielo, te oraciones) y rechaza otras (los encantos). Van Gennep ya señalaba lo
arbitrario de tal criterio:
conjuro, por la incomparable felicidad que recibiste cuando te
hiciste el verdadero y legítimo esposo de María, para que me ayudes
.. .los murmullos, es decir las fórmulas, las cuales, reconocidas a veces
a encontrar un buen partido, una fiel compañía, con la gracia que
por la Iglesia, inscritas en el ritual anteriormente diocesano, en nuestros
yo pueda amar y setvir para siempre a Dios. días romano, universal y obligatorio, son llamadas oraciones; si no están
(Hautes Vosges) reconocidas, o no lo están más en nuestros días, son heterodoxas o
mágicas. Pero se debe recordar que map,ia y religión son términos
relativos ... 0933, p. 479).
A esta altura obsetvemos que la oposicion entre exorcismos y
conjuros, o entre magia defensiva y ofensiva es exactamente paralela
a la que traza Propp entre dos tipos de cuentos de hada: aquellos que En efecto, tal criterio nos informa más acerca de la historia de la Iglesia
comienzan con una falta (elemento negativo que hay que desaparecer) que sobre la naturaleza del discurso. Por su parte, Mauss opone las 1

¡i
oraciones y los encantamientos según haya o no mediador: ¡!
0 por una carencia (elemento positivo que hay ~ue ~acer aparecer).
En cuanto a las imprecaciones y a las conmmaCiones, podemos l 11

Diremos que es probablemente una oración siempre y cuando estemos 1f,l:¡,

producirlas fácilmente a partir de dos fórmulas presentes: en el primer


en presencia de un texto que mencione intencionalmente una potencia l¡i
caso, se pedirá al carbunco para que venga sobre el cuerpo de N... ; en religiosa. (. .. ) En los otros casos diremos que se trata de un encanta- i¡¡:l
el segundo, se exigirá que N... nunca llegue a casa~se. ~ . miento mágico puro o una forma mixta. (. .. ) El puro encantamiento es li¡
'1
Ensayemos ahora una variante más importante: mas alla de cambiar uno y simple, no recurre a ninguna fuerza exterior 0968, pp. 410-411). !¡,,
la dirección del verbo o de cambiar el valor de su sujeto, obsetvemos i'l,i
,1'
lo que ocurre si suprimimos este verbo e~tero. C~on él desa~a~ec~ría Pero este criterio no me parece apropiado aunque se refiera a la
¡:
:11

su sujeto (al cual llamé el objeto de la magia); la fon1mla se hnutana a estructura simbólica y no lingüística o institucional: a menudo, fórmulas 1,

una convocatoria del mediador, la cual, en sí misma, convierte al mago desde todo punto de vista semejantes difieren solamente por esta
en un beneficiario. La siguiente fórmula se aproxima a esta descripción: presencia o ausencia, la cual aparece como un rasgo facultativo y no
como una diferencia fundamental. A este precio, nuestra fórmula (1)
(3) Para obtener la ayuda de los ángeles sería una oración, y la siguiente un encanto:
Adona·i, Théos, Ischyros, Athanatos, Paraclytus, Alpha y Omega, los 11,1

conjuro y les ruego que me sean favorables y que vengan pronto ( 4) Contra el mal de ojo
a ayudarme. Dragón rojo, dragón azul, dragón blanco, dragón que vuelas, de la
(Hautes Vosges) especie que seas, te ordeno y conjuro que vayas al ojo del sapo más
grande que puedas encontrar.
(Hautes Vosges)
280 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
281

La diferencia entre las dos salta a la vista.


La diferencia que quisiera colocar en la base de la oposición ora-
ciones/encantos es más esencial. En el encanto la invocación de un
mediador es una acción transitiva: se consume en su objetivo, el cual
es facilitar el movimiento de desaparición o aparición de un objeto
'' pertenece a la realización lingüística del sistema simbólico (cf. infra p.
293).
Examinemos ahora los roles narrativos. Observemos primero que
. '

éstos aparecen si sólo una acción verbal (un "ocurrente..) está ya pre-
sente; el adjetivo (lo "existente») no implica ningún rol. Lo mismo su-
benéfico o maléfico. Al contrario, en la oración es la invocación en sí cede en la lengua, en la cual el sistema de casos, que no es otra cosa
misma, la comunicación con el mediador que agota el contenido de la sino una red de roles alrededor de una acción, depende del verbo, no
fórmula. Esto es lo que los teólogos llaman oración pura o mística. del adjetivo.
Releamos estas frases de Gabriel Marcel: . Los nombres dados a estos roles eran apropiados solamente para el
ti~o de. magia il:Istrada en la fórmula (1). Para tomar el contra-ejemplo
Mientras más se acerca mi oración a la demanda, mientras más recaiga
mas evidente, solo se puede hablar de beneficiario cuando se trata de
sobre algo que pueda ser asimilado a un medio de incrementar mi
fuerza (una información, un objeto cualquiera), menos es, en sentido magia blanca; en el caso contrario, se tratará de una víctima. En una
estricto, una oración. ( ... ) En conclusión, la oración nunca puede ser teoría más general, será entonces necesario introducir un término neu-
tratada como un medio sobre el cual uno se interroga, del cual tro en relación a la oposición benéfico/maléfico; lo mismo ocurre con
respectivamente uno pone en cuestión su eficacia. el destinatario. Igualmente, será necesario un término genérico que
englobe al mago y al sacerdote, por ejemplo, el de qficiante. Al desa-
En resumen, lo único que he hecho aquí es explicitar tal intuición sobre parecer el objeto, el ser invocado no amerita más el nombre de me-
el plano discursivo. ~iad~r, pues de entrar en relación con él se convertiría en el objeto de
Naturalmente, la presencia de uno de estos dos polos descritos no SI nusmo; se trata entonces de una transformación más profunda de la
exige la exclusión del otro. El objeto de la fórmula puede permanecer estructura de los roles, pues Dios participa tanto del antiguo rol de
presente; es suficiente con poner el acento sobre la relación con el mediador como del que yo atribuía al objeto.
mediador y estaremos más cerca de la oración; el mediador puede E! enc~nto, en rigor contiene entonces tres roles obligatorios (mago,
permanecer presente pero borrado, concentrándose así la atención destinatano y objeto) y un rol facultativo, el de mediador. Por otra
sobre el objeto: en ese caso estaremos en el dominio del encanto (es parte, veremos que el mediador a veces puede tomar aspectos menos
esto lo que explica la ilusión óptica de Mauss). ¿Pero cómo medir este netos, confundiéndose con los elementos externos al sistema de roles.
"acento", esta «atención,? Después de haber definido a la oración por ¿Hay otros roles facultativos? Algunos ejemplos de nuestra muestra
su carácter intransitivo, G. Marcel agrega: podrían hacerlo creer así:

es evidente que esto es una actitud extrema, y que en la práctica la ora- (5) Contra la helada
ción tiende inevitablemente a ser tratada como un medio. No puede B~jo ~ ~ruja que has creado esta nube, te conjuro de parte del gran
haber una delimitación rigurosa entre una religión específica y una
determinada brujería.
Dios VIVIente y del gran Adonai, tu amo y el mío, te conjuro a no
acercarte a mi territorio, a marcharte a los desiertos. Sí, te conjuro
En la oración más conocida del catolicismo, se yuxtaponen elementos por las tres grandez::ts que son las personas de la Santísima Trinidad 1

11

el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ' 1 1

de los dos géneros: «Padre nuestro que estás en los cielos ... " es una
oración; pero "Danos el pan de cada día·· o «Líbranos del maJ.. son frases (Hautes Vosges)
que podrían encontrarse en cualquier encanto; la primera destaca el (6) Contra la hemorragia
conjuro, la segunda, el exorcismo. Podemos entonces concluir: toda Hierba que no fue ni plantada ni sembrada
fórmula desprovista de objeto es una oración; toda fórmula desprovista Que Dios ha creado,
de mediador, un encanto. En cuanto a las numerosas fónnulas en las ¡Detén la sangre y cura la plaga!
cuales el uno o la otra están presentes, recurriremos a otro criterio que
(Hautes Vosges)
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGJCO
282 283

A primera vista los casos son diferentes. En. el pr~mero, más que contrato: la diferencia de poder pem1ite olvidar el intercambio. Por otro
enfrentarse a un objeto simple, se combate al trusmo ttempo a la nube lado, las bendiciones y las maldiciones no implican forzosamente que
y al brujo que la ha creado; en el segundo, la mediación de 1~ hierba el que las pronuncie tenga un cierto poder; ellas no garantizan la
es solicitada, pero haciendo mención de que ella es produCida por realización de una acción particular. Una sola fórmula puede contener
Dios. La semejanza de las dos fórmulas reside en que cada vez un elementos de varios tipos de discurso [nuestro ejemplo (2)], esencial-
simple rol (objeto, mediador), es escindido en dos, siendo u~a ?e las mente un conjuro, contiene al final un sermón.
mitades el agente activo y creador, el otro, el instrumento practico, el El verbo performativo garantiza la eficacia de la fórmula, transforma
producto que sirve de auxiliar. Pero esta nueva dicotonúa e.ntre "a.~ente, al relato en un acto mágico. Pero esta n1isma función puede ser asu-
e "instrumento, no se sitúa en el mismo nivel que la conflguraClon de n1ida por otros elementos fonnales. Estos pueden figurar únicamente
roles precedente, puesto que, precisamente, cada uno de los roles en el contexto de la enunciación: siendo oficiante en circunstancias
puede ser analizado de este modo. En el análisis del discurso hay que muy precisas, el mago simboliza por eso n1ismo su acto y no tiene ne-
distinguir entonces dos niveles donde las redes relacionales se estable~ cesidad de designarlo al interior de su discurso. Más adelante veremos
cen: uno más abstracto, propio a todo relato, en el cual se podra qué transformaciones específicamente lingüísticas puede seguir el n1is-
distinguir, probablemente, entre un uagente» y un upaciente:', un «ayu- mo verbo performativo. Observemos aquí que la n1isma función (la de
dante» y un "oponente, (para retomar la terminología de Greuna~);. ~tro indicar que se trata de un acto mágico) es asun1ida corrientemente por
más concreto que caracteriza a un universo discursivo en opo.slClO~ a otra parte de la fómmla mágica: el encantamiento. Este apareció pri-
otro: así, en el caso de los encantos, el mago, el objeto, el destmatano, mero como una parte residual: es ello lo que quedó de la fóm1ula una
el mediador. Esta diferenciación parece aún más necesaria porque ella vez sustraídas las partes fácilmente identificables, la invocación y la
nos permitirá dar cuenta de la singularidad de una fómmla como ésta: comparación. Al mismo tiempo ya vimos que ella era parcialmente in-
comprensible. Ahora podemos designar precisamente la función de
(7) Contra el mal de ojo esta parte incomprensible (para el resto ya veremos que el encanta-
Malla, fuego, garra o germen o araña, Dios te exige que no ten?as aliento duplica la invocación y la comparación): ella señala la natura-
sobre este ojo más poder que los judíos sobre el cuerpo de Jesucnsto leza mágica del acto, la relación de poder que se establece entre el
el día de Pascuas. mago y el objeto de la magia. Por otra parte, esto explica por qué los
( Verrieres-Le-Buísson, Hurepots) encantan1ientos como "abracadabra, se convirtieron en símbolos de la
magia en general.
Aquí el mediador no es más un agente, se encuentra reduci?o a ser s?lo Si he dejado a un lado las expansiones, no es porque ellas tengan
el auxiliar del mago, quien de pronto aparece como un dtos supenor. poca importancia; al contrario, desde el punto de vista etnológico,
Examinemos ahora el tercer elemento esencial de la estructura serán precisamente las expansiones quienes distinguirán la magia de
sintagmática: el verbo perfom1ativo. En los encanto~ su función es ~a un pueblo (o de un área cultural) de otra. Tchernov (1965) demostró,
de establecer la relación entre el mago y el ob¡eto de la magta por ejemplo, que las circunstancias de lugar, en los encantos amorosos
(eventualmente el mediador); ya vimos que su rol se volvía cada vez rusos, están rigurosamente fljados y organizados en dos oposiciones:
más importante en las oraciones. Fuera de su contenido ~e. verbo, "campo/mar", y "este/oeste", sirviendo el primer término preferiblemen-
designa una relación de poder entre los dos roles: de supeno~tdad en te para la magia blanca, y el segundo para la magia negra. Sin embargo,
"exijo", "ordeno", "conjuro", o de inferioridad en <<niego", "suplico", etc. n1i cuadro de referencia aquí no es la cultura de tal pueblo o tribu, sino
se marcará la diferencia en relación a los dos otros grupos de verbos
perfonnativos igualmente usados en el discurso relig~oso. Las promesas
l
l
1
la tipología de los discursos; pero, en relación a esto, las expansiones
juegan un rol más lin1itado ya que su presencia es facultativa.
(sermones) y las amenazas establecen una espec1e de contacto de 2) Organización simbólica. Hasta ahora me he atenido al análisis de
intercan1bio: las dos parejas se colocan, en cierto modo, en un plano la sola situación central, copresente en la enunciación de la fórmula.
de igualdad. Los encantos en cambio están más acá o más allá del Se sabe, sin embargo, que la fórmula puede evocar otro plan de

1
EL DISCURSO MAGICO
284 LOS GENEROS DEL DISCURSO
285

referencia paralelo al primero. Volvamos al ejemplo (1). En tres ¿Podemos identificar la función de esta organización simbólica,
ocasiones se mencionan los elementos externos al contexto de la cuando he dejado de lado la del relato? Intentaremos responder a esta
enunciación, y esto en cada una de las tres partes identificadas pregunta examinando una comparación frecuente en numerosas fór _
inicialmente: primero, refiriéndose al . gran Dios Viviente,; luego, mul~s (la más común en nuestra muestra). Ella aparece bajo una forma
evocando un episodio de la vida de Cristo; y en fin en el encantamien- motivada en encantos como el que sigue:
to, donde a pesar de la defom1ación del latín se adivina aún una
referencia a la vida de Cristo. (9) Contra las quemaduras
Es este paralelo de dos situaciones distintas (una, de la vida cotidiana Fuego de Dios, pierde tu calor
y presente, la otra, del canon cristiano) lo que llamo organización Como Judas perdió su color
simbólica. Como puede verse, ella se realiza gracias a medios verbales Cuando traicionó a Nuestro Señor
muy variados que ocupan posiciones sintagmáticas diferentes. ¿Es ne- En el jardín de los Olivos.
cesaria esta organización simbólica? Tchernov lo cree así (1965, p. 168); (La Combe-de-Lancey, Dauphiné)
por otra parte, es indudable que existen fórmulas sin ninguna referen-
cia a otra situación, como ocurre con la (4) ya citada. No obstante, me Dos sujetos, el fuego y Judas, tienen un predicado en común
parece que tales fórmulas son muy raras. Yo estaría inclinado a creer ( . perder,), lo cual motiva la comparación aunque los complementos
que la organización simbólica es obligatoria, a pesar de que en ciertos permanezcan diferentes (calor y color).
casos ella sea reemplazada por el recurso al contexto cultural. Todo tipo de supresiones, adiciones, y sustituciones pueden inter-
Esta segunda serie de circunstancias se manifiesta entonces a través venir en la comparación sin por eso quitarle su carácter motivado. Sin
del mediador (visto aquí desde otro ángulo), el encantamiento, en la embargo, las cosas se enturbian aún más cuando Jesús y Judas se
medida . en que éste sea comprensible, y, muy particularmente, la intercambian los roles:
comparación, cuya única función es la de mediatizar7 . Observemos que
en nuestra muestra de encantos franceses se trata de una comparación (lO) Contra las quemaduras
explícita y no de un tropo en sentido estricto (en el cual la comparación Fuego, fuego, fuego,
estaría escondida detrás de la sinécdoque, o la metáfora, etc.). Atenién- Apaga tus calores
donos igualmente a los encantos franceses, podemos destacar el origen Como Jesús sus colores
cristiano de la mayoría de las comparaciones, aunque también otros En el jardín de los Olivos.
elementos se mezclen episódicamente; se comprende por qué pudie- (Plessis-Robinson-Hurepoix)
ron llamar a los encantos ..oraciones populares••. He aquí otro ejemplo
de comparación cuyo interés reside en que ésta se encuentra incrustada
en el lugar del mediador: (11) Contra las torceduras
Pier~e tus fuerzas, tus calores y tus colores como N. S.]. c. perdió
(8) Contra el cólico sus fuerzas, sus calores y sus colores en el jardín de los Olivos.
¡Oh cólico! te suplico, por el dolor terrible que los judíos hicieron (Bruyeres-le-Chátel, Hurepoix)
probar al cuerpo de Jesucristo cuando levantaron la cruz y por el
que le hicieron probar al bajar la cruz por el hueco cavado en la roca El predicado común subsiste; no obstante, no se puede evitar la
para salvar nuestras almas, que abandones el cuerpo de N... y que impresión de que el sentido de la comparación importa poco para
le devuelvas la salud. Cólico, te suplico por el sufrimiento de Erasmo aquel que la enuncia, pues lo positivo y lo negativo pueden sustituirse
cuando sus verdugos le arrancaron las entrañas con un gancho de fácilmente.
hierro. Le ruego a Dios y a la Virgen. Un solo paso de más y la comparación será inmotivada. He aquí
(Flandre) cómo esto se produce:
'
j
286 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
287
(12) Contra las quemaduras (16) Estos dos señores viven en la misma
Cambia tu color, como Judas cambió de color al entrar al jardín de Montaña.
los Olivos.
Pero cuando llueve, el agua que corre donde uno no llega a la casa
(Saint-Pierre-d 'Allevard, Dau phiné) del otro.
(13) Contra las quemaduras ¿Quiénes son? -Los ojos (Nº 110).
Fuego, retén tu calor
Como Satán traicionó a Nuestro Señor ~~ el primer ca~o, .los dos ojos están caracterizados por su alejamien-
En el jardín de los Olivos. to fisico y su proxurudad "morah; en el segundo por su cercanía física
( Villemoirieu, Dauphiné) Y su alejamiento "moral>.. ¿Cuál de las dos afirmaciones revela ,,sabiduría
popular··? Quizás ninguna: tanto la una como la otra apunta a una
(14) Contra el chancro puest~ ~n relación de órdenes diferentes sin preocuparse por el
Chancro amarillo, chancro blanco, chancro negro, chancro de los conocnniento de los hechos cuya función ellas deberían transmitir.
chancros, apaga tu fuego y tu luz como Judas crucificó N. S. ]. C. N~ se puede deducir una teoría funcional del simbolismo a partir de
(Souchamp, Hurepoix) dos eJemplos. Lo que sí es seguro es que la organización simbólica de
l.as f~rmulas mág~cas y de las adivinanzas tiende a mostrar que la
¿Cómo se puede calmar el dolor como Judas cambió de color? ¿O funcion ''constructiva·· prima sobre la función ,,informativa..').
retener el calor como Satán traicionó? ¿O apagar su fuego así como Judas
crucificó? Queda muy claro que la comparación no puede poner en evi-
dencia la semejanza entre los dos eventos puesto que, justamente, no DEL SIMBOLIZANTE AL SIGNIFICANTE
hay semejanza. Todo nos lleva entonces a formular una hipótesis más
general: la función de la comparación no es destacar las semejanzas, Hasta el presente, me he preocupado solamente de la estruc-
sino más bien atlrmar la posibilidad misma de una puesta en relación tura de este sistema simbólico que es el discurso mágico, no de la
entre acontecimientos pertenecientes a series distintas, permitir ordenar materia lingüística que lo manifiesta. La diferencia es esencial: este
el universo. En este caso particular, se trata de inscribir un aconteci- sistema incluye no sólo al enunciado lingüístico sino también a su
miento contingente y nuevo -una quemadura- en una serie finita y contexto de enunciación. Es esto lo que no debe olvidarse cuando se
bien conocida, limitada a los principales acontecimientos de la vida de está frente a fórmulas como ésta:
Cristo. De esta manera, el acto perturbador, desconocido, se encuentra
integrado en un orden seguro; se trata de una actividad de clasificación. 07) Para combatir un hmjo
En esta puesta en relación lo más importante, al punto de ser capaz de Rostin clasta, auvara dasta custodia durane.
liberarse de su motivación (la semejanza real). Otros géneros folklóricos
(Hautes Vosges)
nos enseñan que la función de la organización simbólica es más de
naturaleza ordenadora que informativa. Tomemos como ejemplo las Esto es puro encantamiento, y si tuviéramos que atenernos al
adivinanzas, las cuales uno califica de "sabiduría popular·· y se pregunta ent~~ciad? no podríamos establecer ningún rol, identificar ninguna
a veces si ellas no sirven para transmitir el saber de los viejos a los acCion. ~m en~bargo, el contexto de la enunciación nos indica quién
jóvenes, de los sabios a los ignorantes, etc. He aquí dos adivinanzas que pronuncia la formula (el mago), a favor de quién es pronunciada (el
tienen lugar en la misma cultura8 : beneficiario) y contra quién (el objeto); la acción prescrita se desprende
de la naturaleza del objeto (aquí es combatir al brujo).
(15) Estos dos señores nunca se ven.
La realización lingüística de la fórmula propone una serie de
Pero si uno sufre el otro lo consuela.
problemas: a manera de ejemplos trataré sólo algunos de ellos.
¿Quiénes son? -Los ojos (nº 108).
j 1) Apóstrqfes Y narraciones. Van Gennep ya había señalado que, en
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO 289

(20) Contra la tiña


el plano lingüístico, las fórmulas mágicas eran de dos tipos: fórmulas
Pablo estaba sentado sobre una piedra de mármol, N. S. al pasar
directas o reprobatorias (ilustradas por todos los ejemplos citados hasta
le dijo: «Pablo, ¿qué haces allí? --Curando del mal a mi jefe. -Pablo,
ahora), y fón11tllas indirectas o narrativas, en las cuales uno se con-
levántate y ve a buscar a Santa Ana para que te dé este aceite; te
forma con reportar un acontecimiento semejante sin indicar explícita-
untarás con él en ayunas una vez al día; aquel que lo haga no tendrá
mente su relación con la situación presente (Van Gennep 1928, p. 5).
roña, ni sama, ni tiña, ni rabia".
He aquí un ejemplo de estos últimos:
(Flandre)
(18) Contra las quemaduras
A partir de estas narraciones canónicas, son posibles dos fórmulas
Nuestro Señor jesucristo pasa sobre un puente con un brasero de
derivadas: aquella donde sólo la comparación está presente, y aquella
fuego dejando caer un poco; él lo sopla diciendo: Fuego, yo te
en .1:- cual, al i~terior de la invocación, aparece una nueva compa-
detengo. raeton. En segmda un ejemplo de la primera:
(jons, Dauphiné)
(21) Contra elleucoma
La diferencia lingüística entre estos dos tipos de fórmulas es clara;
Bienaventurado San Juan, pasando por aquí, encontró en el camino
es la misma a la que apunta Benveniste cuando opone discurso e
a tres Vírgenes. El les dijo: «¿Qué hacen aquí? -Nos estamos
historia. En el primer caso el enunciado contiene pronombres perso-
curando delleucoma. --Cúrense Vírgenes, curen el ojo de N.....
nales ("yo, y «tív.) y los tiempos verbales que le son correlativos; en el
(Hurepoix)
segundo se permanece en el modo impersonal (el de la tercera
persona), sin ninguna indicación de la relación entre ese enunciado y Igualmente podríamos decir que se trata de una invocación indirec-
su acto de enunciación; si aparecen los pronombres personales, ellos ta del mediador (las Vírgenes), lo cual nos aproxima a los apóstrofes,
deben estar bajo la responsabilidad de una instancia de enunciación ya ~ero /~o contradice la descripción precedente, pues sabemos que,
enunciada. Basándose en sus propiedades lingüísticas, se podrían stmb?hcamente, el mediador pertenece a la esfera de la comparación.
llamar a las fórmulas del primer tipo apóstrofes, y a las del segundo, Contmuemos con un ejemplo del segundo caso:
narraciones.
Si ponemos en relación esta diferenciación con lo que sabemos (22) Contra las quemaduras
ahora de la estructura de la fórmula se hace posible describir esta San. Pedro y San Juan encontraron en el campo a una persona
transformación desde otro punto de vista. Mientras que en los apóstro- cubterta de quemaduras. «Quemadura, quemadura, detente, al igual
fes la invocación ocupaba un lugar dominante y la comparación se que Jesús se detuvo con su cruz a cuestas".
mostraba sometida, aquí, al contrario, la comparación es dominante y (Fiandre)
la invocación subordinada. A esto debe agregarse que la comparación,
en el segundo caso, está relacionada con el mediador y no con el Estamos/ a.quí frente a un encastramiento de segundo grado; y
objeto. Así, podríamos transformar la fórmula (18) en: podemos facllmente concebir, al menos en teoría, que los encastra-
mi~ntos podrían continuar indefinidamente: sería suficiente con que
(19) Fuego, yo te detengo, como te detuvo N. S. J. C. cuando pasó Jesus, al detenerse, pronunciara una fómmla que conn1viera a su vez
sobre un puente con un brasero de fuego, etc. una nueva comparación y así sucesivamente.
Al contrario, el vértigo cesa si el encastramiento se vuelve autoen-
Como puede observarse, la fórmula original indica no solamente los castramiento. Por ejemplo:
elementos del enunciado (las palabras pronunciadas), sino también los
de la enunciación (los gestos del acompañamiento). En otros ejemplos (23) Contra el dolor de dientes
sólo se describen estos gestos: la magia verbal se engrana a una magia Cuando Pedro y Simón
no verbal: Subieron los montes
290 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
291

Simón se sentó; El imperativo con "hacer,


Nuestro Señor le dijo:
-¿Qué haces ahí Simón?
-¡Oh Señor! estoy tan mal [de los dientes] (25) Contra las cortadas, heridas, plagas
Que no puedo subir el cerro. Haz, mi Dios, que no sufra más que la Virgen cuando dio a la luz
-¡Levántate, levántate Simón! a Nuestro Señor ]. C.
Cuando hayas dicho (Jons, Dauphiné)
Tres veces esta oración
Estarás curado
Del dolor [de los dientes] El imperativo con "deber, (obligatorio)
(Hautes Vosges)
(26) Contra las larvas
La narración misma confirma que ella debe ser tomada como un
apóstrofe. "Esta oración·· es la fórmula en sí; no obstante, si uno.~iguiera Así como las tinieblas desaparecen y son derrotadas por la divina luz
literalmente su orden uno jamás podría detenerse: cada oraClon pro- del sol, igualmente ustedes, gusanos, deben desaparecer y conver-
:1
nunciada exige que se la diga tres veces. ~ambién es autoencas~ra­
miento lo que vuelve imposible la reescntura en apostrofe, preCisa-
tirse en nada.
(Flandre)
mente porque la fórmula declara ser desde ya un apóstrofe. Se tr~ta
entonces de una segunda explicación de la naturaleza real de la for- En fin, sucede que, aun conservando el modo indicativo, se reem-
mula, pues las narraciones son, de todos modos, apóstrofes disimu~a­ plazan los dos verbos por uno solo, el cual ya no designa, como
dos: su cualidad como apóstrofes proviene del contexto de la enuncia- nuestro verbo perlormativo, el valor ilocutorio sino el valor perlocutorio
del acto:
ción. ,
2) Formulación de las acciones. Anteriormente identifiqué dos ac-
(27) Contra la .fiebre
ciones y, respectivamente, los dos verbos que las designan: t~~o
Ortiga, te doy mi fiebre.
performativo, el otro descriptivo. Sin embargo, es po~ible que la acc1on
designada por el verbo perfonnativo nos sea comumcada por el verbo (Jons, Dauphiné)
descriptivo: "te ordeno partir, es equivalente a "¡Vete!". De hecho se
(28) Contra las larva._c;;
puede encontrar toda una serie de sustituciones lingüísticas:
Insecto que todo lo roe, te expulso en nombre de N. S. ]. C.
(Jons, Dauphiné)
El imperativo simple
(29) Contra las quemaduras
En nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo, N... te quito la
(24) Contra las quemaduras quemadura que te quema.
Fuego de Dios, pierde tu calor (Savoie)
Como Judas perdió su color
Cuando traicionó a Nuestro Señor Jesucristo "Te doy", "te expulso .. , "te quito", son verbos que combinan las dos
En el jardín de los Olivos. funciones: la descriptiva (verbos de movimiento) y la perfon11ativa
En el nombre de Jesús y María (verbos que se identifican con la acción presente).
Que ese fuego se aleje. Un último grado de la desaparición de las marcas lingüísticas de la
(Les Avenieres, Dauphiné) acción del conjuro está ilustrado por las fórmulas narrativas, en las
292 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
293

cuales la acción deseada (por ejemplo la desaparición del carbunco) lismo, el cual asume, al igual que las otras figuras, la función de
está simplemente presentada como ya llevada a término, a pesar de que focalizar la atención. La rima, el metro regular, las aliteraciones abun-
sea relativa a otro beneficiario. El valor ilocutorio no puede deducirse dan. El mismo principio rige con frecuencia la estructura lexical del
sino a partir del contexto de la enunciación: es porque sabemos que enunciado, por ejemplo, determinando por paronimia 10 la escogencia
el carbunco está ahí que la frase en indicativo, ·el carbunco se fue•, cesa de los santos mediadores:
de estar en indicativo para tomar el valor de un exorcismo. Es una
especie de tropo gramatical. (32) Contra las escrófulas
3) Verbalización de los roles. En el pasaje del simbolizante al signi- Yo las conjuro mil veces en las manos de Dios todopoderoso y la
ficante hay dos operaciones obligatorias: la distribución de roles discur- intervención de San Marcos de curar todas sus incomodidades
sivos a actores y la distribución de roles discursivos a roles enunciativos. llamadas Mal de San Marco tan rápido como N. S. ]. C. curó al
En cuanto a la primera operación, se sabe muy bien a partir de Propp bienaventurado Lázaro y resucitó de la muerte.
que un rol puede ser asumido por varios actores (por ejemplo, varias
(Flandre)
enfermedades desempeñan el papel de objeto) y que un acto puede
asumir varios roles. He aquí un ejemplo en el cual el mago es al mismo Otras veces, es la escogencia de los verbos descriptivos o performa-
tiempo el beneficiario: tivos que está regida por la consonancia:

(30) Para encontrar el camino (33) Contra el mal de ojo


Luna, te exijo que quites mi hechizo, en nombre del gran diablo No haré nada que no tenga que hacer si eso place a Dios. En nombre
Lucifer. de Dios y de la Santa Virgen, si es la uña, que Dios la arruine, si es
(Hautes Vosges)
el dragón, que Dios lo confunda, si es el viento, que Dios lo ordene.
(Hautes Vosges)
En cuanto a la segunda operación, en las fórmulas de las cuales
disponemos, el locutor siempre coincide con el mago. Al contrario, el Desafortunadamente, las transcripciones existentes de las fórmulas
alocutario puede desempeñar cualquiera de los cuatro roles. Este es un son evidentemente inexactas, están ·retocadas", traducidas en buen
ejemplo (un poco raro) en el que se dirigen al beneficiario: francés, lo cual hace difícil una apreciación precisa a partir de los
materiales ya recogidos del papel que desempeña el paralelismo fónico
(31) Contra el eczema y gramatical.
¡Oh pobre criatura N ... , estás extenuado e infestado de eczema en
tus brazos, piernas o cualquier otra parte del cuerpo. Que estés
ahora liberado de él e+) y recubierto de salud e+). FORMAS ACTUALES DEL DISCURSO MAGICO
(Flandre)
En la sociedad actual es poco frecuente que se recurra a
Comúrunente, como ya pudimos observar, el alocutario es ya sea el fórmulas mágicas comparables a estas que acabo de analizar. ¿Pero
mediador o el objeto. En esta diferenciación lingüística veré un medio puede encontrarse otra forma de discurso, con propiedades análogas,
suplementario para separar encantos y oraciones: cuando los dos roles a pesar de que comúnmente no se les califique de mágicas?
están presentes, se pueden clasificar como encantos a las fórmulas Sí existe una, bien conocida y repertoriada: el eufemismo. Cuando
donde uno se dirige al objeto; como oraciones aquellas donde uno se evitamos llamar la cosa por su nombre dándole otro nombre, más
dirige al mediador. benéfico, tratamos de actuar sobre el delocutario (el referente) a través
4) El principio de paralelismo. La mayoría de las veces, la organiza- de un discurso; ahora bien, nosotros vimos que ésta era la definición
ción fónica y sintáctica de la fórmula obedece al principio del parale- misma del discurso mágico.
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO 295
294

El mecanismo del eufemismo hoy no es ya ignorado después de los hacen dirigiéndose a personas presentes. Para poder hablar de magia,
trabajos de Meillet, Bonfante y Bruneau. El eufemismo contiene dos habría que observar una acción ejercida sobre el delocutario o sohre
tiempos: primero el de la prohibición, el cual recae sobre el nombre un alocutario ausente, lo cual no ocurre ni en la publicidad ni en el
de las cosas juzgadas peligrosas por una sociedad (tabú) -es posible discurso político.
quedarse allí; luego el de la sustitución, la mayoría de las veces, del Como Malinowski, creo que actualmente existen usos mágicos de
nombre tabú por otro diferente. En términos retóricos, los nombres que la lengua; pero hay que buscarlos en otras partes en el discurso
sirven de reemplazo pueden clasificarse en metaplasmas, o modifica- descriptivo y no tanto en el persuasivo; a diferencia del eufemismo, este
ciones del significante, y tropos. A su vez, éstos pueden ser, ya sea discurso se distingue en que él funciona solamente al interior de un tipo
propiedades del objeto apuntado -por ejemplo, llamamos al oso «el de discurso y no al interior de la lengua. Podríamos darle el nombre
marrón· o "comedor de miel, (medved' ruso) (serían entonces sinéc- de eujemia Ctém1ino introducido por Bnmeau en otro sentido), y en
doques), o propiedades de otros objetos similares, contiguos o contra- seguida agregar su contrario, la cacqfemia (término igualmente intro-
rios (metáforas, metonimias y antífrasis) -por ejemplo el ojo es llamado ducido por Bnmeau), para designar la magia negra después de la magia
en irlandés por el nombre del sol. blanca. En cada uno de los casos se trata de modificar la naturaleza de
Si comparamos el eufemismo con la fórmula mágica, tal como la las cosas dándoles nombres nuevos, benéficos o maléficos; pero este
hemos observado, podemos destacar un cambio notable: la fórmula se uso no está codificado a nivel de la lengua.
encuentra reducida a la sola comparación y, lo más importante, ésta no Debemos ahora medir el largo camino que separa al encanto del
lleva ninguna marca de su estado. En vez de decirse: eufemismo, y a éste de la eufemia: se trata de la implicación, de la
disimulación de su propia naturaleza. Las fórmulas mágicas clásicas se
(34) Te conjuro, muerte, de ser tan agradable como el pasaje a un anuncian como tales explícitamente; por otra parte, ellas son sólo
mundo mejor, practicadas por profesionales reconocidos, magos y brujos. El eufemis-
mo es magia usada por todos: uno aparenta no darse cuenta de la
se dice: naturaleza mágica de la fórmula, aunque uno no pueda ignorarla ya
que pertenece al código común. En fin, el eufemismo funciona úni-
(35) Pasó a un mundo mejor.
camente en la medida en que se ignore que es tal cosa: desennlasca-
La expresión eufemística funciona sin anunciar sus colores. Se rado, ya no tiene valor.
produce una operación comparable a la que observábamos en el verbo Por esta misma razón es difícil aislar casos de eufemia. Para
performativo: sólo el conocimiento del código cultural nos permite observarlos, sería necesario disponer de dos descripciones contradic-
saber que se trata de un eufemismo (por lo tanto de un discurso torias de una misma cosa; al menos una, entonces, puede ser un intento
mágico). para asemejar al objeto del cual se habla a otra cosa distinta de sí
El eufemismo está codificado a nivel de la lengua: en francés sólo mismo. Dicho de otra manera, ser un intento de modificar las cosas a
hay un número limitado de expresiones que permiten referirse a la través de las palabras. Si no, sería necesario conocer en sí al objeto en
muerte de manera educada. Pero los teóricos del discurso mágico han cuestión para poder darse cuenta de que su «descripción· es de hecho
buscado saber si no existen otros usos del lenguaje, menos evidentes una eufemia o una cacofemia.
y convencionales pero igualmente comunes, que se emparenten sin En seguida tenemos un ejemplo de estos dos métodos de observa-
embargo, a antiguas fórmulas. Una opinión difundida, que encontra- ción. En Le Monde del 24/12/1971, se lee esta declaración del Partido
mos en Malinowski o Castiglioni, consiste en ver los avatares particu- Socialista a propósito del encuentro entre Pompidou-Nixon en las
lares de la magia en dos tipos de discurso: el de la publicidad y el del Azores:
orador político. Pero esta hipótesis procede de la confusión inicial entre
el discurso mágico y el discurso que suscita la acción. El anuncio (36) No se trata del "acuerdo monetario más significativo de la
publicitario y el parloteo político provocan la acción; pero ellos lo historia del mundo.. , sino de un reacomodamiento provisorio del
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
296 297

sistema monetario internacional. (39) El habla cotidiana se crea refiriéndose a vatios elementos
externos: el o los interlocutores, las circunstancias ambientales, el
El interés de esta frase reside en que ella desde ya ejerce una crítica tema que denota; a través de ellos se desarrolla de modo muy libre
metalingüística: al menos una de las dos expresiones que se refieren al y difícilmente previsible. Inversamente, el discurso esctito se pre-
mismo hecho «acuerdo.. monetario y "reacomodamiento provisorio..) senta como una totalidad que el lector descifra siguiendo general-
participa de la eufemia o de la cacofemia, o sea del discurso mágico, mente el hilo de la escritura sobre el cual puede volver (etc.)
pues al atribuir a este hecho una cualidad que no posee, se desea
instalarla allí. Esta actitud aparece de la manera más explícita en una intetvención
En cuanto al segundo método de obsetvación, debo referirme a las oral de ]. Kristeva en el ptimer Coloquio de Cluny:
discusiones que han tenido lugar en matetia de teoría estilística, en las
cuales puedo intentar medir el potencial mágico de las fónnulas utili- ( 40) El rechazo total de la noción de desviación podría hacer pensar
zadas. Un buen ejemplo nos es proporcionado por las recientes discu- en una obra replegada sobre sí misma, sin referencia a ningún otro
siones sobre la noción de desviación. Muchos autores afirmaron que texto. Pero yo creo sin embargo que la palabra ..desviación.. es
la noción de desviación era científicamente inadecuada o ideológica- bastante peligrosa, porque siempre vuelve precisamente al concepto
mente malsana, etc. Sin embargo, estos mismos autores, cuando están de ..desviación"; decir ·desviación.. o ·anomalía.. es lo mismo. Es mejor
frente a los hechos de los cuales rinde cuenta esta noción, no saben entonces hablar de •transfonnación.. si se desea hablar de intertex-
desprenderse de ella, utilizando otra palabra de la cual oímos de ~­ tualídad.
n.era evidente su efecto benéfico. Mis ejemplos son sacados de los escn-
11
tos de Henri Meschonnic, de Jean-Claude Chevalier y de Julia Kristeva • Es muy notorio el hecho de que J. Kristeva se refiera aquí a las
Estos autores atacan a la categoría de desviación y a sus defensores; palabras y no a las nociones. Lo peligroso y maléfico es la palabra; es
pero he aquí cómo ellos mismos proceden. . por ello que se la reemplaza por otra palabra benéfica sin cambiar nada
H. Meschonnic llama al lenguaje poético, tradicionalmente ·desvta- en la noción 12 : este es un ejemplo explícito de eufemia. Los procedi-
do.. del lenguaje cotidiano (ver Jean Cohen, por ejemplo), literariedad, mientos de sustitución aparecen muy claramente: se escogen, ya sea
y en su definición escribe: palabras relativamente neutras, desprovistas de connotaciones secun-
dadas ("se opone.. , "inversamente..), encontrándonos así dentro de la
(37) Se opone a la sub-literatura, espacio literario no orientado; se magia de protección; o se escogen palabras que penniten especular,
opone al habla cotidiana, espacio enteramente abierto, ambiguo, con la ayuda de toda una ecuación implícita, otro sentido de la palabra:
pues su sistematización está indefinidamente puesta en cuestión. sentido científico por «transfonnación", sentido político por "rebelión·
(magia de adquisición).
o en este otro texto más reciente a propósito de Jean-Claude Llegados a este punto, debo sin embargo confesar que, desprovisto
Chevalier: de estas marcas exteriores, el discurso mágico se distingue únicamente
del discurso descriptivo en casos extremos como en los que acabo de
(38) Funda el texto como rebelión a la linealidad, diferencia de citar. Pues, ¿no es sucumbir en una superstición aún más grave creer
objetivo y no de naturaleza con respecto al lenguaje vehicular que las cosas llevan sobre sí su nombre inscrito? Todo acto de deno-
instnunental. minación es una hipótesis; como tal, participa del deseo del locutor de
volver el mundo inteligible, es decir, someterlo. ¿Podemos creer que
¿Pero se puede creer haber abandonado la noción de desviación disponemos de un modelo inocente que nos pennita medir el grado
reemplazándola por la de «Se opone» y urebelión»? También en J. c. de ·magia.. en los discursos de los otros, que nos permita saber si el
Chevalier leemos esto: objeto evocado con ténninos distintos es eltnismo? Fuera de un mar-
EL DISCURSO MAGICO
298
LOS GENEROS DEL DISCURSO 299

gen relativamente estrecho de eufemias indiscutibles, se debe recono- sospecha de etnocentrismo, la magnificación de este hecho extraño y
cer (como hizo Izutsu, pero después de haber recorrido un camino la reducción del otro a lo mismo.
diferente) que todo discurso descriptivo -lo cual quiere decir también Más que deducir una teoría de la magia a partir de mis principios
todo discurso- posee una dimensión mágica. Nuestra ambición podría personales, quisiera seguir ahora un camino inverso y, partiendo de un
residir en saber reconocerla sin llegar a eliminarla. acto mágico del que fui testigo e incluso actor, observar cuáles son las
condiciones necesarias y suficientes para su existencia. El hecho es
completamente simple. Un día en el campo, en vano intentaba reparar
la ventana; un ambicioso gesto me hizo lastimar el dedo pulgar; cuando
RESUMEN: ALGUNAS REFLEXIONES GENERALES estaba gimiendo, mi vecina, una campesina del lugar, se propuso para
SOBRE LA MAGIA curar mi dolor ahí mismo. Ella tomó mi mano, hizo un gesto alrededor
del dedo y pronunció en voz baja algunas palabras que yo no dis-
Desde el comienzo de la etnología la magia se convirtió en tinguía; luego se dirigió a mí diciéndome "Ya está". En efecto, ya no me
uno de sus objetos favoritos, conquistando en seguida un estatus dolía.
ambiguo cuya responsabilidad no le incumbe a sí misma sino a lo que Este hecho tan ínfimo pienso que sería reconocido por todos como
podría llamarse la mala conciencia constitutiva de la etnología. Porque, un acto de magia, más exactamente, de magia curativa. Entonces trataré
por una parte, el interés por la magia que han tenido los grande_s ahora de describirlo, de enumerar sus propiedades, estando preparado
etnólogos, desde Frazer hasta Lévi-Strauss, pasando por Mauss, Mah- con toda seguridad para abandonarlo cuando sea necesario para
nowski, Evans-Pritchard y otros tantos, este interés sostenido dibuja reemplazarlo por otros hechos mágicos más explícitos o elocuentes.
como en el vacío el carácter excepcional del fenómeno mágico, el Primero que nada la magia se manifiesta bajo la forma de actos
hecho de que tal fenómeno -tan inexplicable- no pueda librarse de mágicos, actos llevados a cabo por el mago, y en mi caso, seguidos por
ser explicado. Pero, por otra parte, al mismo tiempo, como atrapados una transformación de estado en el destinatario de este acto.
por el remordimiento de haber encontrado a los otros tan diferentes, Este acto está compuesto al menos de tres roles: aquel que actúa (mi
todos los teóricos de la magia han buscado demostrar que, después de vecina), aquello sobre lo cual actúa (mi dolor), aquel a favor de quien
todo, la magia, una vez que sea asimilada por la ciencia, no es tan se actúa (yo). Llamo a estos roles de la manera siguiente: mago, objeto
diferente de las actividades que nos son familiares, incluso las del más de la magia, destinatario.
digno respecto. Es así que Lévi-Strauss, resumiendo una larga tradición, Estas nociones muy generales permiten ya enunciar una primera
puede llegar a escribir: definición de los actos mágicos, a saber: son actos a través de los cuales
el mago actúa sobre el objeto de la magia para, de hecho, actuar sobre
En lugar de oponer magia y ciencia, sería mejor situarlas en paralelo, su destinatario.
como dos modos de conocimiento, disímiles en cuanto a los resultados En efecto, comparemos el acto mágico con dos hechos más simples,
teóricos y prácticos,... pero no en cuanto al tipo de operaciones que en cierto modo podemos establecer al descomponerlo. Por una
mentales que ambas suponen, las cuales difieren menos por su n~tu­
raleza que en función de los tipos de fenómenos a los cuales se aphcan
parte, un acto técnico puro, como una intervención quirúrgica, se
(1962, p. 21).
conforma con actuar sobre el objeto. Por otra parte, un acto como la
defensa judicial consiste en actuar sobre el interlocutor, sin pretender
Así, el etnólogo, después de haber exhibido con una mano el extraño actuar sobre aquello acerca de lo cual se habla. Así, nos encontramos
carácter de la magia, ahora lleno de culpa, anula este gesto con su otra frente a dos clases de actos: en un caso se actúa sobre el referente en
mano, asegurándonos así que ella se asemeja mucho a lo que nosotros el otro sobre el alocutorio; llamétnosles «referenciales» y ccalocutados».
somos, a aquello que apreciamos. Como en miniatura, allí vemos el La magia es un acto alocutorio que se presenta como un acto refe-
doble movimiento fundador de toda empresa etnológica: el reconoci- rencial.
miento de la extrañeza del otro, luego, tratando de borrar toda Varias objeciones podrían ser aquí formuladas, y sería recomenda-

1
300 LOS GENEROS DEL DISCURSO
EL DISCUUSO MAGICO
301

ble examinarlas desde ahora. Primero, puede parecer un abuso hablar


en e.l interlocutor de la magia. Allí nuevamente habría que padecer 1a
de "referente" en el caso del objeto, pues este término pertenece al
magta para poder darle otra descripción.
cuadro conceptual de la lingüística, y la magia no es forzosamente
Uno de los términos empleados, en el momento de este examen de
verbal -sólo lo es muy parcialmente en mí ejemplo, en el cual vi bien
las objeciones posibles, exige algunas explicaciones suplementarias: el
el gesto pero no escuché las palabras que lo acompañaban. No obs-
de acto simbólico. De hecho, aplicado a la magia, este ténnino se puede
tante, si me he permitido hacer esta asimilación es porque los actos
entender al menos de tres maneras diferentes.
mágicos pertenecen a la categoría de los comportamientos simbólicos,
. Pem1aneci~nd? primero dentro de la imagen que la magia quiere
cuyo discurso es sólo un ejemplo -a menudo, es verdad, el más fácil
tmponer de st nusma -la de una acción sobre el objeto del cual se
para analizar. Al respecto, ya Mauss afirmó el parentesco entre los
habla-, se observa una relación simbólica un poco marginal para tni
diferentes canales de transmisión de la magia:
actual propósito. El acto mágico se refiere casi obligatoriamente a una
Tocio gesto ritual contiene una frase ya que siempre hay un mínimum s~:ie de hechos diferentes de los hechos presentes; compara la situa-
de representación, dentro de la cual la naturaleza y la finalidad del rito ~ton presente con una situación canónica, la cual fom1a parte de una
están expresadas al menos con un lenguaje interior. Es por eso que hsta cerrada y dé antemano bien conocida. Ya vimos que con mucha
decimos que no hay un verdadero rito mudo, pues el aparente silencio frect~e~cia esta referencia adquiere la forma de una comparación
no anula este encantamiento sobre-entendido que es la conciencia del exph.Clta: que te cures, declara el mago, como Nuestro Señor Jesucristo
deseo. Desde este punto de vista, el rito manual no es otra cosa que
la traducción de este encantamiento mudo; el gesto es un signo y un fue hber~do d~ su mal por la cn1z. La función de esta comparación y
lenguaje (1960, p. 50). de este sunbohsmo no es hacemos conocer mejor la naturaleza del acto
~resente (en este sentido la magia no es un modo de conocimiento),
También podría objetarse que a veces el destinatario es el objeto de smo !a de aprehe~der, de volver familiar lo singular y contingente,
la magia; ya vimos que existen fóm1ulas mágicas en las que se dice, anexandolos a un ttpo de hechos bien ordenados; lo simbólico ejerce
por ejemplo, "te conjuro, enfermedad, a abandonar el cuerpo de N... ", el r?l de poner en orden la materia percibida. A primera vista, el epi-
etc. Pero formular esta objeción ya no equivale más a describir la magia sodto que me ocurrió no obedece a esta descripción; pero tratemos de
sino a padecerla. La presente enunciación no es sino la parte visible representamos mejor las cosas: colocándome en las manos de tni veci-
de un iceberg, y los roles que nos interesan a menudo sólo se revelan na e~tablezco ya un contrato no formulado, según el cual le doy mi
a partir del examen de la parte inicialmente invisible. Si, como mago, c?nftanza a la. curandera. Al1ora bien, al hacer esto, ¿no estoy supo-
me dirijo a la enfermedad en lugar de al enfermo, empleo un pro- menda que 1111 maga sabe tratar este caso particular, que ella sabe en-
cedimiento retórico, un tropo gramatical: aquel sobre el cual actúo es tonces inscribirlo en una de las clases de actos de su competencia?
con toda certeza el enfermo, y sólo aparentemente he aislado a la Incluso mi com~rotniso en esta acción implica que el accidente que me
enfermedad. El diálogo se establece entre humanos, hasta nueva orden acaba de ocurnr no es ya un hecho aberrante y singular, sino que
y a pesar de lo que sostengan los magos. corresponde más bien a una serie establecida, a pesar de que ignore
Otra objeción, aún más fundamental, podría poner en cuestión el su naturaleza.
hecho de que la acción real concierne siempre al destinatario. Tome- Volvamos ahora hacia los otros dos aspectos simbólicos del acto
mos otro caso familiar de magia: el mago actúa en provecho de una mágico. En primer lugar, la relación simbólica puede establecerse entre
joven para ayudarla a conquistar el corazón de un joven. A primera el pretendido acto mágico (la acción sobre el referente) y el acto
vista, aquí no hay ninguna acción que recaiga sobre el alocutario, sino mágico real (la acción sobre el alocutario); esta relación es simbólica
únicamente sobre el objeto de la magia. Yo diría que tal acción no es porque el ~no evoca al otro, sin que este último sea explícito; es el
propiamente eficaz --es decir, mágica- sino cuando, a pesar de todas desdoblamtento (al menos a los ojos de un observador exterior) lo que
las apariencias, alcance al interlocutor real, en este caso la joven; al hace al símbolo.
menos que haya un segundo diálogo, en el cual el joven se convierta En seg~mdo lugar, el acto mágico es simbólico en el sentido en que
lo entendta Mauss: porque está constituido de palabras, o de gestos que
302 LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
303

podrían convertirse en palabras. En cierto modo, esta fonna de


simbolismo es complementaria de la precedente: si admitimos que el
acto mágico busca esencialmente actuar sobre el alocutario, deviene
por ello un acto de habla como cualquier otro que se agota en su
propia existencia y que no remite a otra cosa que a sí mismo. El acto
' alocutorio: la intención de actuar sobre el otro si no está explícitamente
declarada, al menos es fácil establecerla. Al contrario, sólo en el acto
mágico el acto referencial se deja ver; si actúo directamente sobre el
interlocutor desaparece la magia.
Ahora podemos ver cuán grande es la diferencia entre ciencia y
mágico está hecho de símbolos, pero eso no quiere decir para nada magia -sin que ella se erija forzosamente en detrimento de esta última.
que él sea ficticio o no serio, pues lo "serio., de los actos simbólicos El acto científico es un acto que antes que nada desea ser puramente
exige precisamente que éstos se formulen en símbolos. Esto permite referencial (tal es al menos la intención de la ciencia pura); es más, el
descartar tnuchos de los malentendidos concernientes a la eficacia má- sabio no admite que busca, en su actividad científica misma, transfor-
gica: la magia curativa, por ejemplo, no es una mala fisiología porque mar la realidad que él describe. Sólo se puede asimilar la magia a la
trate de curar a los enfermos con gestos y palabras absurdas, sino una ciencia reduciendo la enunciación al puro enunciado, tachando la
buena psicología porque ella encuentra el modo apropiado para actuar naturaleza performativa de la magia.
sobre el otro; más que un acto referencial fracasado, ella es un acto Frecuentemente se han comparado la magia y la religión. Aquí las
alocutorio exitoso. diferencias son de otro tipo: ambas se asemejan sólo en tanto actos
Si colocamos el acento sobre el acto referencial, la relación simbó- alocutorios, a menos que sea necesario distinguir entre el discurso
lica es de tipo sustitutivo; si colocamos adelante el acto alocutorio, ella dirigido a Dios y aquel que pueden intercambiar dos miembros de la
es de participación. La magia es a la vez signo y conflicto. misma comunidad religiosa; al contrario, el discurso religioso no realiza
Este análisis de la relación entre símbolo y magia permite observar ningún acto referencial: él transforma la relación entre el hombre y
más de cerca la naturaleza de ésta. Primero, el acto mágico no está Dios, no la que lo une a las cosas; si no, esta religión sería tratada con1o
únicamente constituido por el solo enunciado, verbal o no, sino por magia, lo cual no deja de producirse en la práctica.
la enunciación en su totalidad; incluye no solamente las frases pronun- Con frecuencia nos interrogamos acerca de las fom1as que toma la
ciadas o los gestos realizados, sino también a los protagonistas del acto, magia (si es que lo hace) en nuestras civilizaciones modernas, en las
a las circunstancias de su producción, las relaciones de todos los ele- cuales curas magníficas como aquella de la cual yo fui objeto, son
mentos entre ellos; él se realiza gracias al concurso de una serie de percibidas como restos de un pasado definitivamente superado. ¿Existe
condiciones -sobre las cuales no me extenderé- que, sin constituir una magia moderna, sin fantasmas ni fómmlas, realizándose en las
la magia, sólo ellas la vuelven posible. Luego, lo específico de la magia circunstancias cotidianas de nuestra vida?
es precisamente la posibilidad de esta doble perspectiva, el hecho de A menudo se cita el ejemplo de la publicidad. Ahora podemos ver
que ella sea a la vez signo y conflicto, que ella busque actuar sobre en qué residen las diferencias y las semejanzas. El discurso publicitario
el otro pretendiendo actuar sobre el objeto de su discurso. actúa sobre su alocutario: eso fonna parte de su definición tnisma. Para
Ahora nos encontramos en condiciones de poder comparar la realizarse, busca modificar la naturaleza de aquello que se publicita,
magia con otras actividades vecinas para intentar así precisar su pero esto no es sino una de las formas de la publicidad: como si para
naturaleza. vender un aparato se dijera que funcionará durante veinticinco años sin
Primero podríamos compararla con una descripción interesada de necesidad de reparación. Pero nunca este discurso admitirá que él
las cosas cuando evocamos un hecho con el propósito de convencer transforma aquello de lo cual habla; menos aún reivindicará esta trans-
a nuestro interlocutor, de conquistar su atención. Aquí también hay fonnación como una definición de su ser: si confesara el acto refe-
dos actos: uno dirigido hacia el referente, el otro hacia el alocutario. rencial de transfom1ación, el acto alocutorio de persuasión estaría
Pero la diferencia reside, primero, en la naturaleza del acto referencial: condenado al fracaso.
aquí, la descripción, es decir, predominio del referente; allá, la trans- Todos los parientes modernos de la magia --de los cuales ciertas
formación. Además, la relación entre los dos actos no es la misma: en formas de la publicidad constituyen un ejemplo- se distinguen de su
la descripción persuasiva, el acto referencial está sometido al acto ancestro por este rasgo específico: ellos disimulan la naturaleza de su
304 LOS GENEROS DEL DISCURSO

acción sobre el referente en lugar de reivindicarla. La magia moderna REFERENCIAS


es una magia avergonzada. Embelleciendo el objeto del cual hablo
busco convencer a mi partenaire : esto es idéntico tanto de una parte
como de la otra. Pero en un caso disimulo el embellecimiento, en el
otro escondo la búsqueda de la convicción. La magia ·moderna.. y la
clásica son entonces perfectamente simétricas: cada una es un acto
doble que pretende ser simple; una no confiesa su acto referencial, la
otra su acto alocutorio.
Otras diferencias se desprenden de ésta: el productor de la magia
clásica es un profesional, reconocido por todos, su reputación asegura
su eficacia; el mago moderno nunca se reconoce como tal, ya que, pre-
cisamente, él disimula la naturaleza mágica de su acción en lugar de
proclamarla; el único que hoy se parece al antiguo mago es el artista
que cuelga su viejo lienzo en el muro, lo titula ·Composición BX 311,
y lo vende al elevado precio de diez mil dólares; claro que la transfor-
mación del referente, en lugar de provocarla, es consecuencia de la
persuasión del comprador. Cambio simétrico del lado del destinatario:
en el caso de la magia clásica, el individuo bien identificado, que so-
licita por su propia elección la intervención de un mago, hoy es anó-
nimo y múltiple: es la opinión pública, el inasible ·hombre común, que
no sabe que es víctima --o beneficiario-- de la magia. AUSTIN, J. L., 1970, Quand dire c'este faire, París, Seuil.
Este parentesco, del cual importa ver por igual los aspectos seme- BONFANTE, G., 1939, ·Etudes sur le tabou dans les langues indo-
jantes y diferentes, bien muestra que la actividad mágica, aprehendida européennes", Mélanges de linguístique o.fferts a Charles Bally,
en su totalidad, está lejos de ser la extraña bestia enigmática que a Geneve, Georg, pp. 195-207.
menudo quieren pintamos. La presentación de estos actos varia; pero BRUNEAU, Ch., 1952, "Euphémie et euphemisme.., Festgabe Emil Ga-
detrás de los distintos camuflajes se descubre una estructura común. La millscbeg, Tübingen, Niemeyer, pp. 11-23,
predisposición a la magia no tiene necesidad de ser buscada muy lejos, CASTIGLIONI, A., 1951, Incantation et magie, París, Payot.
ni en el tiempo (en la tenebrosa Edad Media, por ejemplo), ni en el GUIRAUD, P., 1967, Structures étymologiques du lexique fran~aís,
espacio (en los lejanos y salvajes continentes); ella está presente en París, Larousse.
cada uno de nosotros, a pesar de que sus formas diverjan, pues cada GÜNTERT, H., 1921, Van der Spracbe der Gótter und Geíster, Halle,
uno de nosotros intenta, ejerciendo una actividad simbólica -hablan- Niemeyer.
do, por ejemplo-- ·acomodar, las cosas de la manera que más le IZUTSU, T., 1956, Language and Magic. Studies in tbe Magical Func-
conviene, en virtud de un diálogo incesante en el cual está comprome- tion of Speecb, Tokyo, Keio University.
tido con sus semejantes. LÉVI-STRAUSS, Cl., 1%2, La Pensée sauvage, París, Plon.
La única actividad verdaderamente extraña sería -si existe- el acto MALINOWSKI, B., 1923, ·The probleme of Meaning in Primitive Lan-
de la pura descripción, una designación del mundo que no llegaría ni guages.., appendice a C. K. Ogden & LA. Richards, Tbe Meaning of
a transformarlo ni someterlo a ningún objetivo de persuasión; acto al Meaning, Londres, Intemational Library of Psychology, pp. 2%--336.
cual algunos pueblos confinados de la parte occidental del continente _ _ _ , 1966, Tbe Language ofMagic and Gardening (Coral Gardens
europeo dan el nombre de ciencia... and tbeir Magic, 11) 2a ed., Londres, George Allen & Unwin.
MARANDA E. Kongas & Maranda P., 1971, Structura/Models in Folklore
LOS GENEROS DEL DISCURSO EL DISCURSO MAGICO
306 307

and Tran~formational Essays, La Haye, Mouton. NOTAS


MARCEL, G., 1928, journal métaphysique, Paris, Gallimard.
MAUSS, M., 1960, Sociologie et anthropologie, Paris, PUF.
_ _ _ , 1968, Oeuvres, I: Les Fonctions sociales du sacré, París, Minuit.
MEILLET, A., 1921, ..Quelques hypotheses sur des interdictions de Las referencias a los textos concernientes a la teoría del discurso mágico están
vocabulaire dans les langues indoeuropéennes", Linguistique histo- señaladas al final del capítulo.
2 Sobre esta última tradición, cf. Günter 1921 (la obra concierne a la literatura clásica).
rique et linguistique générale, Paris, Champion. 3 Esta posición es tan significativa que en Malinowski se elabora a partir de una
SEBEOK, T. A., 1953, ..The Structure and Content of Cheremis Charms.. , superación de sus propias concepciones anteriores. El escribe: ·En uno de mis
escritos precedentes [Malinowski 1923], opuse el discurso civilizado y científico al
Anthropos, 48, pp. 369-388. discurso primitivo, y di por sentado que el uso teórico de las palabras en los
TCHERNOV, I., 1965, ..o stntkture russkikh ljubovnykh zagovorov.. , discursos modernos de filosofía y ciencia estaba completamente amputado de sus
Trudy po znakovym sistemam, 2, pp. 159-172. fuentes pragmáticas. Esto era un error, y un error grave. Entre el uso salvaje de las
TODOROV, T., ed., 1970, L'Enonciation (Langages 17), Paris, Didier- palabras y el uso más abstracto y teórico, no hay sino una diferencia de grado. To-
do el sentido de todas las palabras derivan finalmente de la experiencia corporal•
Larousse. (Malinowski 1966, p. 58). De esta primera generalización se desprende una se-
VAN GENNEP, A., 1928, ..Jncantations médico-magiques en Savoie", gunda. Los enunciados ·con sentido.. se oponen a los enunciados •Con función".
Annecy, son Lac et Vallées de Ibones, Annecy, Imprimerie comer- Pero, dado que todos los enunciados poseen una ·función.. , no nos queda sino sacar
la conclusión lógica: el sentido es la función. De esta manera, Malinowski ha sido
dale. llevado, para su propia sorpresa, a no ver más ninguna diferencia entre las frases
_ _ _ , 1933, Le Folklore du Dauphiné, II, Paris, G. P. Maisonneuve. corrientes y las palabras desprovistas de sentido, utilizadas en el momento de los
ritos mágicos: ·En realidad, el sentido de éstas reside en que ellas desempeñan un
papel" (ibid., p. 247) ... La teoría lingüística de Malinowski reduce todas las palabras
a ser sólo ·abracadabra... Serán necesarias las investigaciones de J. L. Austin para
percibir que la categoría de función en Malinowski se interpreta en efecto con tres
nociones: el valor locutorio (locutíonary force), el cual comprende el sentido y la
referencia; el valor ilocutorio, o dimensión acciona! de todo enunciado; y el valor
perlocutorio, o efecto concreto del enunciado (Austin 1970). Para el conjunto de
estas nociones, cf. Todorov, ed. 1970.
4 Para el presente estudio, tomo prestadas estas fórmulas de las siguientes obras: L.
F. Sauvé, LeFolkloredesHautes-Vosges, París, Maisonneuve, 1889; Cl. &]. Seigneule,
Le Folklore du Hurepoix, Paris, Maisonneuve, 1937; A. Van Gennep 1928 (en
Anne~y ... ); 1933 (Le Floklore du Dauphiné, II); e id., Le Folklore de la Flandre et du
Hainautfranfais, París, Maisonneuve, 1936, II. No se trata de un corpus sino de
ejemplos, o si se prefiere, de una muestra. El gesto del signo de la cruz, en ciertas
fórmulas, esta aquí transcrita así ( +).
5 El término empleado por Toclorov en francés es délocutaire, del cual no existe una
traducción. He decidido utilizar delocutario a manera ele neologismo dada la
recurrencia ele parte ele Toclorov a los términos alocutario, ilocutario y perlocutario
(ver nota 3) [N. del T].
6 En un estudio desde muchos puntos ele vista semejante a éste, l. Tchernov in-
troduce una serie ele diferencias parecidas: los roles del objeto, del mediador y del
sujeto (que en él designa nuestro beneficiario); la división en cuadro (= encanta-
miento) y el nudo (invocación + comparación). Sin embargo, tentado por una
aproximación puramente descriptiva y lo más formal posible, el autor subestima
precisamente esta jerarquización interna que caracteriza cada tipo de discurso; él
ignora las funciones de los elementos estructurales identificados, no distingue entre
sistema simbólico y sistema lingüístico; no se pregunta acerca del lugar que ocupa
el discurso mágico entre otros discursos semejantes. A partir ele constataciones
descriptivas similares intento extraer conclusiones sobre la estructura abstracta de
este tipo de discurso. Al contrario, existe una incompatibilidad entre los resultados
de Tchernov y los míos por una parte, y, por otra, aquellos de los cuales rinden
308 LOS GENEROS DEL DISCURSO

cuenta los estudios de Sebeck (1953) o E. Maranda & Maranda 0971). PALABRA DE HUMOR 1
7 Invierto así el sentido de una observación ya hecha por I. Tchernov 0965, p. 163):
·Hemos incluido en nombre de los mediadores no solamente a Jos personajes ac-
tantes, sino también a los fenómenos y objetos introducidos únicamente para servir
de comparación con el objeto•.
8 Las tomo prestadas del libro de Clémentine Fa'ik-Nzuji, Enigmes luba-nshinga, Kin-
shasa, 1970.
9 No es este el lugar para precisar esta tesL<> o de buscar argumentos a su favor, tesis
afirmada desde René Thom (·De l'icóne au simbole. EsquL<> e d'une théorie du
symbolisme.. , Cahiers tnternatíonaux de .~ymboli.sme, 22-23, 1973, pp. 85-106) hasta
Lessing, de quien nos permitiremos recordar aquí esta página: ·En la naturaleza
todo está en todo; todo se entrecruza, todo es alternativa y metamorfosis incesante.
Pero desde el punto de vista de esta diversidad infinita, la naturaleza es un es-
pectáculo conveniente sólo para un espíritu infinito. Para que los espíritus finitos
puedan gozar de ello, era necesario darles la facultad de imponer a la naturaleza
límites que en sí no existen, introducir divisiones y gobernar su atención según su
gusto.
Esta facultad la ejercemos en todo momento de nuestras vidas; sin ella no habría
vida posible, seríamos sucesivamente la presa de la impresión presente; soñar~amos
sin cesar y sin saber que soñamos.
Lo propio del arte es ayudarnos a introducir esta división en el campo ele lo
bello y a fijar nuestra atención· (Dramaturgie de Hambourg, París, 1869, p. 327).
10 Como lo ha observado, en varias ocasiones, Pierre Guiraud (cf. por ejemplo
Guiraud, 1967, pp. 106-107).
11 Cito los siguientes textos: H. Meschonnic, Pour la poétique, París, 1970; Id., Langue
Jranr;;aise, 1970,7, pp. 126-127;Jean-Claude Chevalier, dlcooLo;.d'Apo/línatre, essaf
d'ana~yse desformes poéttques·, París, Minare!, 1970; Julia Kristeva, intervención oral
en ·Linguistique y littérature•, La Nouvel/e Critique, ParL-;, 1968. ~ AL ~IG.UAl QUE en los capítulos anteriores, consagrados a las
12 La prueba de que se trata de la misma cosa la constituye la sustancia de los estudios
ele aquellos partidarios de la desviación y de aquellos que la condenan. Tanto Jean
for~~Ilas m~~t~as y a las adivinanzas, adoptaré aquí una perspectiva
Cohen (·Teoría de la figura•, Communications, 16, 1970, pp. 3-25) como Julia Kris- retonca (analists del discurso), y no socio o etno-lógica (la cual toma
teva ( .. Poésie et négativité•, Séméiotíké, París, Seuil, 1969, pp. 246-275) se refieren en cuenta el lugar y la función del humor dentro de una estn1ctura más
a la misma ·ley de la no-contradicción· usada en la poesía (después de haber sido
usada, si creemos a Lévy-Bruhl, en la mentalidad primitiva).
vasta~. Pero a diferencia de lo que intentaba hacer en aquellos dos
estudt?s, no propondré un cuadro global, una explicación de conjunto.
La razon es que no tengo la impresión de saber exactamente cuáles son
las propiedades lingüísticas de los enunciados productores de "humor".
En ~sto creo compa~ir la suerte de numerosos teóricos que me han pre-
cedtdo en este cammo y que, en el mejor de los casos han descrito
las condiciones necesarias para que surja el humor, pero,no sus condi-
ciones suficientes. La mayoría de las veces, las teoría~ acerca del humor
aprehenden de hecho las estructuras comunes de todo simbolismo lin-
güístico: así _ocurre por ejemplo con la doctrina más popular hoy en día,
la que. ?xpl~ca el~ ~umor por la biasociación2 . Así pues, más que una
expreston ststemattca, presentaré aquí algunas observaciones concer-
nientes a ciertos aspectos particulares del discurso humorístico.
La primera se refiere a la organización misma de un estudio de la
palabra humo~·· P~dríamos partir de una afirmación antigua, ya que
desde hace trulemos la palabra humor es objeto de ret1exión teórica;
310 LOS GENEROS DEL DISCURSO

ella se encuentra, justamente, al interior de la retórica: Del orador de


Cicerón. Interrogándose acerca de las fuentes del humor, el vocero de
1 PALABRA DE HUMOR

Es esto lo que ocurre en Lessing, quien se preocupa, no del humor


en sí, sino más bien de uno de sus "Parientes,: el epigrama. He aquí
311

Cicerón las resume así: cómo él identifica los elementos constitutivos de éste: ..Primero, un
En suma, engañar a los auditores, ridiculizar los defectos de sus
objeto perceptible cualquiera despierta nuestra curiosidad; luego, una
semejantes, burlarse de los propios, recurrir a la caricatura o a la ironía, noticia sobre este mismo objeto satisface nuestra curiosidad,~. Con esta
emitir falsas frases ingenuas, destacar la torpeza de un adversario ... éstos fórmula Lessing describe un estado bastante antiguo del ..epigrama": la
son los medios para excitar la risa 3. época en que éste estaba inscrito en un letrero; este último desempe-
ñaba el rol de focalizador de la atención mientras el texto servía de
Lo primero que nos sorprende de tal enumeración es la heterogeneidad
interpretación. Pero son elementos funcionales y no sustanciales los
de elementos que la componen. Destacar la torpeza de un adversario,
que busca identificar; se los encontrará entonces cuando los epigramas
burlarse de los defectos de sus semejantes, pertenece a aquello que sean exclusivamente verbales:
Freud llamaba las .. tendencias·· del humor: agresión, obscenidad, etc. El
engaño a los auditores es solamente un medio para conducir a estos Estos se subdividen naturalmente en dos partes: en una nuestra aten-
auditores a la interpretación del enunciado humorístico. En fin, decir ción recae sobre un reproche particular, fijando nuestra curiosidad
que uno recurre a la caricatura, a la ironía, a la falsa ingenuidad, equi- sobre un objeto único; en la otra nuestra atención encuentra su objeto
y nuestra curiosidad su satisfacción (p. 11).
vale a describir el trabajo mismo de la producción de humor. Así, al
menos tres niveles deben ser diferenciados: al lado de la «tendencia", Por otra parte, Lessing está muy consciente de que esta doble orga-
se encuentran los dos planos que yo aislaba en el análisis de las adi- nización no es una propiedad exclusiva del epigrama, sino que
vinanzas y de las fórmulas mágicas: el trabajo de figuración (sintagmá- caracteriza, en sus diversas modalidades, a todos los tipos de discurso;
tica), el cual llama la atención del auditor llevándolo a buscar una el epigrama sólo exhibe de manera particularmente clara la diferencia
interpretación nueva; y el trabajo de simbolización, que consiste en in- entre ambos: el elemento de focalización y el de interpretación. Com-
ducir, a partir de un primer sentido, un segundo sentido. parando el epigrama y la fábula: "La diferencia esencial consiste en que
Primero hay que remarcar que, en cada uno de estos niveles, uno las partes que se siguen en el epigrama coinciden en la fábula; en con-
encuentra características indispensables en la constitución del humor. secuencia, ellas no constituyen partes sino de manera abstracta" (p. 26).
Al contrario de lo que pensaba Freud, por ejemplo, quien consideraba Dicho de otro modo, no se trata de dos partes, sino de dos niveles, dos
a la «técnica, (nuestros dos últimos niveles) la responsable del efecto principios de organización.
humorístico, es incuestionable que sólo ciertas «tendencias, penniten su Lessing aprehende entonces la oposición desde un punto de vista
realización: la agresión, por ejemplo, pero no el elogio. Cicerón daba funcional. Al contrario, es dentro de una perspectiva estmctural y de
este ejemplo: la tr?,dición de la retórica clásica que se colocan los románticos
Las palabras con doble sentido no son siempre divertidas; incluso con
alemanes cuando abordan el mismo problema. Friedrich Schlegel ya
frecuencia se vuelven serias. El Primer Africano en un festín, a duras había formulado una diferenciación entre dos especies de figuras:
penas podía tener en su cabeza su corona de flores; varias veces llegó · ..Todas las figuras poéticas o retóricas deben ser sintéticas (metáforas,
a romperse. ·No tiene nada ele raro, le dijo Licinius Varus, que no te sítnil, alegoría, imagen, personificación) o analíticas (antítesis, parígno-
sirva; la cabeza es muy grande, (ibid., 61, 250). sis, etc.)""· Y cuando otro romántico, Jean Paul, consagra un capítulo
El doble sentido está aquí muy presente, pero la tendencia al elogio al humor en sus Ler;ons préparatoires a l 'esthétique, distingue dos es-
impide la producción de humor. pecies de humor: uno basado en la imagen (hildich, el cual corres-
ponde a las figuras sintéticas de Schlegel), y el otro no fundamentado
Sería un error creer que todos los teóricos del humor practican toda
en la imagen (unhildich, analítico) 6.
esta amalgama de categorías a la manera de Cicerón. La diferenciación
En la introducción a su libro, Freud cita a una serie de autores que
entre lo que aquí llamo figuración y simbolización está muy presente
han buscado recoger en una fónnula única la definición del humor- allí
L'O varios viejos autores. o se formula cada vez de manera diferente.
'
LOS GENEROS DEL DISCURSO PALABRA DE HUMOR
312 313

se encuentran expresiones como "estupefacción y luz, (Heymans) o por el placer de la unificación y de la asonancia unido a estas dos
«sentido dentro del no-sentido, (Upps). A pesar de su carácter super- palabras (p. 1%).
ficial, puede adivinarse que tales fórmulas apuntan a la misma dupli-
cidad de la cual hablaban Lessing y Jean Paul: un primer momento de La unificaci~n _Y la paronomasia están muy bien identificadas aquí
incomprensión ( ..estupefacción", "no-sentido·.), el cual también equivale como procedmuentos de la figuración (mientras que en su análisis de
a la percepción inicial, que luego será seguida por un trabajo de rein- las "~?cnicas .. Freud tiene la tendencia a asimilarlas a la metáfora y a la
terpretación («luz.., «Sentido·.). El mismo Freud vacila ante las dos con- alus10n); pero uno puede preguntarse si existen bromas puras, en las
cepciones. En una, la cual no está muy presente en su libro, ve cla- ~uales _t?do_ tra~ajo de interpretación estaría ausente, al menos que la
ramente dos aspectos en cada palabra humorística: ftguraClon unpltque automáticamente a la interpretaciónH. En otras
palabras, uno puede preferir la primera presentación a la segunda, y
Recordemos que el enunciado humorístico presenta al auditor una ver dos aspectos del humor allí donde Freud tiende a identificar dos
doble cara imponiéndole dos concepciones diferentes. En los enuncia- especies.
dos humorísticos dados a través del no-sentido, como los que acabamos En lo que sigue me ocuparé de algunos problemas particulares de
precisamente de citar, una de las concepciones, la que se atiene cada uno de estos dos niveles, figuración y simbolización tomando mis
únicamente al texto, afirma el no-sentido; la otra, la que en el hilo de
las alusiones sigue su camino a través del inconsciente del auditor, ejemplos de los recogidos por Freud en su libro. '
termina alcanzando el sentido profundo. En las palabras de Wippchen,
que se acercan al humor, una de las máscaras del enunciado humorís-
tico está vacía, opaca; es una cabeza de Janus de la cual un solo rostro
sería mcxlelado. C...) A estas llamadas sentencias humorísticas les queda FIGURACION
únicamente una de las concepciones, uno de los rostros: el del no-
sentidd.
Quisiera aquí examinar en detalle una de las figuras más fre-
El "no-sentido, y la "alusión· están diferenciados como si pertenecieran cuentes que nos conducen, en un enunciado humorístico, a buscar un
a dos procesos independientes (sin embargo, no es verdad que uno de segundo sentido: la contradicción. La forma más simple, que relativa-
ellos deba necesariamente situarse en el inconsciente). Pero, formulada mente uno encuentra raras veces, consistiría en la afirmación simultá-
de esa manera, la diferenciación no figura ni siquiera en el cuadro de nea de dos opuestos: X es A y no A, o p y no p. Este sería el caso de:
recapitulaciones de las técnicas del humor.
La segunda presentación de la misma oposición, que guarda rela- (1) Este personaje tiene un gran porvenir detrás de él
ción con la primera y que goza de los favores de Freud, consiste en
diferenciar, ya no dos aspectos de toda sentencia humorística, sino dos El f- ()fVenir no puede ser sino "por venir.. : delante, no detrás.
especies de verbalizaciones cómicas, a las cuales Freud da el nombre Pero en la mayoría de los casos la contradicción no es tan evidente
de humor y broma ( Wítz y Scherz); su actitud se emparenta entonces pues no se lleva a cabo entre dos elementos copresentes sino entre do~
con la de Jean Paul al distinguir el humor de imágenes y el humor enu~ci~dos ~e lo~ cuales el primero propone (o presupone, 0 Ílllplica)
analítico. Este lo lleva a analizar del siguiente modo un ejemplo una mferenCla: st p entonces q; el segundo se aparta de ello de dos
particular: ma~eras posibles: o afim1a no p sino q, o p pero no q, agreguemos que
aqm se trata de_ entimemas y no de inferencias en sentido riguroso.
Fue con una broma que el maitre Rokitansky respondió a un interlo- Tomemos pnmero el caso de no p sino q. aquí el antecedente está
cutor que lo interrogaba acerca de la profesión de sus cuatro hijos: negado pero se mantiene la verdad de la consecuencia. Este es el caso
.. zwei heilen und zwei heulen• (dos médicos y dos cantantes). Esta de un enunciado humorístico muy largo para ser transcrito: los fieles
respuesta era exacta y por lo tanto incuestionable pero no sugería nada creen que su rabino ve desde Cracovia hasta Lemberg a pesar de que
que no estuviera expresado por las palabras entre paréntesis. Incon-
testablemente, la respuesta se desvió de las formas banales únicamente parece haberse reconocido que el tal rabino se ha equivocado en su
1!
314 LOS GENEROS DEL DISCURSO PALABRA DE HUMOR
315

"visión". El fiel admite el error de la visión (antecedente), pero olvida (6) En más de una cosa se parece esta mujer a la Venus de Milo:
que es también la única prueba de la existencia misma de esta visión como ella es sumamente vieja, está igualmente desdentada y en la
(consecuencia). superficie amarillenta de su cuerpo presenta algunas manchas.
La misma descripción puede aplicarse a otros grupos de enunciados
humorísticos, no obstante con la siguiente diferencia: en el caso que La (5) presenta la técnica p pero no q en estado puro: uno admite
acabo de evocar, el juicio lógico (lógica de la conversación, claro está) 1~ ~afirm~c~ón per~ niega su implicación (significativamente, esta nega-
habría consistido en afinnar no q (el rabino no ve hasta Lemberg); en oon esta t~tr~~duoda por un "pero,). Si la ( 6) no contiene dos réplicas,
el nuevo grupo, q es en efecto verdad: uno enunciaba p para que se la contradiCcton se lleva a cabo entre las dos proposiciones, 0 más
escuchara q, dado el carácter automático de la implicación; en la exactamente entre las implicaciones culturales de la primera e= es una
respuesta, uno niega a p, pero se lo reemplaza por p' que implica q, bella mujer) y la segunda. Una vez más, se acepta entonces la
tanto o más que p. He aquí tres ejemplos: afirmación explícita al negar sus implicaciones, las solas que la justi-
ficaban.
(2) Un pretendiente, en compañía de su casamentero, hace su Igualmente, esta técnica conoce una variante, simétrica e inversa a
primera visita a su eventual prometida; esperando a la familia en el la rep~ese~tad~~ en los _ejemplos e2), (3) y e4). Aquí se coloca, en lugar
salón, el casamentero hace que el joven admire una bella vitrina de la tmphcaoon comente q otra q' la cual sin embargo es del todo
llena de platería. ·Vea qué fortuna denota toda esta platería. -Pero, equivalente. Así:
dice el joven escéptico, ¿no serán prestados para esta ocasión estos
objetos tan caros? -¡Qué idea!, dice el casamentero con dejo, ¿quién (7) El pretendiente objeta que la señorita tiene una pierna demasia-
podría prestarle algo a esta gente?". do corta y que ella cojea. El casamentero responde: "Se equivoca.
Supongamos que usted se casa con una mujer con las piernas rectas
(3) A la buena Galatea la acusan de teñir sus cabellos de negro; pero e iguales. ¿Qué tendrá usted? Usted no puede estar seguro de que
si sus cabellos estaban negros cuando los compró. ella no se caerá un día y se romperá la pierna quedando estropeada
para el resto de su vida; ¡luego el dolor, la agitación y los honorarios
(4) Un judío nota en la barba de uno de sus amigos algunos restos médicos! Si se casa con esta mujer estará libre de esta calatnidad
de comida. "Te puedo decir lo que comiste ayer. -Di pues. pues ya está hecha". '
-Lentejas. -¡Te equivocaste! Las comí antes de ayer".
A~uí ~e ~dmite la verdad de p pero se rechaza su consecuencia: que
la senonta sea un mal partido; se afirma lo contrario, pero los argu-
La implicación de la frase del joven en la (2) es la siguiente: esa gente
mentos dados no hacen sino poner en evidencia la equidad de las dos
no es rica. El casamentero niega que la platería sea prestada, pero su
implicaciones: la señorita está estropeada "para el resto de su vida".
argumento para probarlo posee la misma implicación: sólo se le presta
Cualquiera que sea la forma de la contradicción, su efecto es
a los ricos, esa gente, por lo tanto, es pobre. Lo mismo sucede en la
siempre parecido: ella lleva al auditor a rechazar el sentido superficial
(3): tanto aquí como allá la cabellera de Galatea es artificial; o en la (4):
Y a buscar un segundo sentido: es decir, a postular, a través del humor,
las lentejas se encuentran de todos modos en la barba del judío.
un trabajo de simbolización.
Examinemos ahora la segunda fórmula, p pero no q. Se podría citar
aquí:

e5) Federico el Grande oye hablar de un predicador de Silesia que SIMBOLIZACION


tiene la reputación de estar en relación con los espíritus. Lo hace
llamar y le hace esta pregunta: "¿Sabe usted conjurar a los espíritus? En cuanto a la simbolización, me concentraré nuevamente en
-A su orden Majestad, pero ellos no vendrán". un solo aspecto del problema que por ahora me parece mal conocido:
LOS GENEROS DEL DISCURSO PALABRA DE HUMOR
316 317

la jerarquía de los sentidos y el papel que desempeña en la producción palabra la anécdota forma un contexto e impone la prioridad de uno
humorística. de sus sentidos sobre el otro. La diferencia de la cual Freud no se da
Admitiendo que el humor contiene siempre un doble sentido, me cuenta es aquélla entre la palabra tomada del léxico y la palabra

¡
adelantaré primero diciendo que estos dos sentidos no se sitúan jamás tomada al interior de un sintagma (en la tenninología de Benveniste,
en el mismo plano, sino que uno se presenta como un sentido dado él confunde lo semiótico y lo semántico).
y evidente, mientras que el otro, el sentido nuevo, se le superpone para Al lado de esta jerarquía semántica existe otra gramatical, mortoló-
dominarlo una vez terminada la interpretación. Diré que el primer gica y sintáctica, que no hay que confundir con la primera, sobre todo
sentido está expuesto (o dado), y el segundo es impuesto (o nuevo). en las contaminaciones, en las cuales ambas están presentes. Así,
La idea de una jerarquía de los sentidos está presente en la obra de 1 Dichteritis, compuesta de Dichter + Diphteritis, está dominada grama-
Freud, pero no lo está de manera neta. Discutiendo los ejemplos de tical y semánticamente por la difteria. Pero esto no siempre ocurre, y
..doble sentido con alusión .., Freud nota, de paso, que ..}as dos signifi-
caciones de doble sentido no son igualmente familiares ..; y a propósito
1
1
en este sentido difiero de ]. M. Klinkenberg, quien escribe, en un
~ estudio dedicado a las contaminaciones, lo siguiente:
de un ejemplo, señala: . El sentido banal... se impone primero, el
sentido sexual se esconde y disimula al punto de escapar a un lector Uno ele los términos permanece dominante: cuando un beso solemne
sin malicia .. (p. 58). El alcance de esta observación es, tanto para Freud
como para su lector, limitada: primero, se aplica solamente a uno de
los sub-grupos de una de las clases; e incluso al interior de éste, ella
no se aplica a todos los ejemplos: a propósito de otro enunciado
' lo da un personaje ligeramente borracho, R. Queneau utiliza la expre-
sión ·dar una alcoolade·; evidentemente, es la palabra accolade 9 la más
importante, pues ella impone su función semántica y gramatical 10.

Pero este juicio es cierto sólo parcialmente: si ·accolade.. impone su


humorístico, Freud afirma que ..}os dos sentidos son igualmente com-
forma y su función gramatical, al contrario, es .. alcool, quien se impone
prensibles, no se podría distinguir si es la significación sexual o la no
semánticamente, o quien al menos posee el sentido ·interesante..,
sexual la más común y la más familiar.. (pp. 57-58). Por otra parte,
tnientras que "accolade .. en este caso tendría el sentido ·banal... Puede
evidenten1ente esta diferencia cualitativa de los dos sentidos está poco
notarse que la jerarquía de los dos sentidos, en una primera aproxima-
elaborada: si no ¿se podría oponer seriamente el sentido banal al sen-
ción, puede ser interpretada como semejante de la relación semántica
tido sexual? entre el sujeto (dado) y el predicado (nuevo).
¿Qué ocurre entonces con el ejemplo de Freud, en el cual esta re-
¿De qué mecanismo nos valemos para escoger el primer sentido y
lación de imposición está ausente y ..los dos sentidos son igualmente
luego el segundo? Se podría recurrir aquí a una diferenciación entre
comprensibles..? El ejemplo es el siguiente:
contexto sintagmático (lo que está contenido en las frases vecinas o en
la situación enunciativa) y el contexto paradigmático (el saber compar-
(8) Esta joven me recuerda a Dreyfus. El ejército no cree en su ino-
tido por dos interlocutores y, a menudo, por la sociedad a la cual
cencia.
pertenecen). Uno de estos contextos puede sugerir el sentido dado,
tnientras el otro impone el sentido nuevo. La mayoría de las veces los
Los dos sentidos de la palabra "inocencia.. no están evidentemente
ejemplos concretos muestran estos contextos en compleja interacción.
en el mismo plano. La inocencia jurídica a la cual se refieren los
Retomemos el enunciado humorístico concerniente a la inocencia de
tén11inos vecinos de ..ejército.. y de ·Dreyfus.. , representan el sentido
la joven. Los dos contextos intervienen simultáneamente en la deter-
expuesto (y banal); la inocencia sexual (la virginidad) es realmente el
minación de cada uno de los sentidos; pero una acentuación distinta
sentido al que apunta el enunciado humorístico: éste es el sentido
nos pennitiría encontrar la distribución, la cual al menos no estaría de
impuesto. Cuando Freud afirma que los dos sentidos de la palabra
más. El contexto sintagmático inmediato, es decir, las palabras Dreyfus,
. inocencia, son igualmente comunes, él piensa en la palabra fuera de
ejército, determinan el sentido expuesto de ·no culpable.. , el cual es el
todo contexto, tal como se encuentra definida en el diccionario: él
primero que surge. Un contexto sintagmático más remoto (la joven)
considera a esta ambigüedad como si no fuera simbólica; pero para la

1
LOS GENEROS DEL DISCURSO PALABRA DE HUMOR
318 319

impone, por su propio contexto paradigmático, el sentido «Virgen»: en Comparemos estos dos enunciados humorísticos:
nuestra sociedad (o mejor, en el medio donde se desarrolla esta
anécdota), la primera cosa de la que uno se informa acerca de una (11) Si el médico preguntaba a uno de sus jóvenes clientes si se
joven es sobre su virginidad. masturbaba, el joven respondía: .. o na nie, (¡oh, nunca!)
La acción simultánea de dos contextos se encuentra también en los
retruécanos, en los cuales un solo significante presente evoca dos (12) Durante la primera representación de Antígona en Berlín, los
significados: el suyo y el de un parónimo. Dos casos son aquí posibles. críticos pensaron que la representación carecía de antigüedad
En el primero, es el contexto sintagmático quien evoca a la palabra clásica. El humor berlinés aprehendió esta crítica en los siguientes
ausente, como en el ejemplo que sigue: términos: Antik? Oh, nee!

(9) En un baile de la corte, Napoleón dijo a una dama italiana: «Tutti Estos son dos ejemplos de retn1écanos: dos significantes son seme-
gli Italiani danzano si male.~, Ella respondió instantáneamente: «Non jantes (Antígona-Antik? Oh nee, Onanismo-O na nie). La aparición
tutti ma buona parte'. de uno solo de ellos es suficiente para evocar los dos significados [si
pensamos en el (12) tal como se practicó en Berlín y no como aparece
Para que buona parte evoque, no sólo a «Una buena parte" (nuestro en el libro de Freud]. Pero en el (11) el significante (y el significado
conocimiento de la lengua nos lo recuerda, es decir, un saber compar- expuesto) son . ¡oh nunca!", y el nuevo significado, impuesto por el
tido), sino también a ··Bonaparte", es necesario que, en el contexto contexto sintagmático, es "masturbación"; mientras que en el (12) el
sintagmático inmediato, la historia tuviera que ver con Napoleón. sentido expuesto, contrariamente a las apariencias, es el nombre de la
La segunda variante del mismo tipo se encuentra ilustrada en el pieza, y es él quien nos viene del contexto de la enunciación (integrado
siguiente ejemplo: en el libro al contexto sintagmático inmediato); el sentido impuesto (el
..predi~ado psicológico,>) es la falta de antigüedad, expresada explícita-
(lO) ¿Por qué los franceses rechazaron Lohengrin?, preguntaba uno mente en la frase; su comprensión surge entonces del solo conocimien-
en una época en la que sus ideas eran distintas a lo que son hoy. to de la lengua. Esta situación paradójica -el sentido expuesto está
La respuesta era: ··Elsa s (Elsass) wegen'. ausente- vuelve difícil la descripción de este ejemplo; también lo
priva, al menos en parte, de su carácter humorístico: estamos en el
Aquí ya no es el contexto sintagmático sino el paradigmático (cul- límite de la simple afirmación agresiva, sin doble sentido. Creo que
tural) el que suple a la palabra faltante. En una época en la que todo estaríamos de acuerdo en que (11) es más humorístico que (12). Puede
francés lamentaba la pérdida de Alsacia, el nombre de la heroína de notarse también que el uso de sinónimos (Napoleón en lugar de
Lohengrin evocaba inevitablemente (para un alemán) el nombre de la Bonaparte, masturbación en lugar de onanismo) permite no .. quemar
provincia. Inversamente, el contexto sintagmático («Lohengrin>) nos la mecha, tan rápido.
había llevado al sentido expuesto. El orden de aparición del sentido expuesto y luego del impuesto (o
La neta diferenciación entre un sentido dado y un sentido nuevo, si se prefiere, la sorpresa), contribuye con toda certeza a producir el
uno expuesto y otro impuesto, nos permitirá describir con más humor, de igual modo que la contradicción, el doble sentido o los
precisión un rasgo del humor frecuentemente señalado: la importancia discursos tendenciosos y agresivos permiten engendrar el humor de
del orden de aparición de sus elementos (el locutor humorístico sabe manera automática.
muy bien arreglar las sorpresas). Ya decía Cicerón: ..[entre los géneros
humorísticos] uno de los más comunes es el de hacer esperar una cosa
y decir otra, (op. cit, 63, 255); y, en términos más generales, Jean Paul
decía: ··Es absolutamente cierto que siempre es la posición la que da
la victoria, tanto al guerrero como a las frases, (op. cit., p. 384).
• 1

320 WS GENEROS DEL DISCURSO

NOTAS LOS JUEGOS DE PALABRAS

La fonna original de la poesía es el juego de palabras

1 ·Mot d'esprit• pudo haber sido traducida por . chiste• o algo parecido. He preferido F. Schlegel, Cahier, ·Zur poesie·, 1802, II, 12
•palabra de humor.. , no sólo por su sentido literal, sino también por el juego de
palabras que encierra la expresión [N del TJ.
2 Fue formulada por A. Koestler en IbeActofCreatíon, Londres, 1964. En un capítulo
de Ibéories du symbole (París, 1977) busqué demostrar que lo mismo sucedía con
el estudio clásico de Freud C.·Rhétorique de Freud·, pp. 285-321). Algunos estudios
recientes sobre estas cuestiones: D. Noguez, •Structure du langage humoristique•,
Revue d'estbétíque, 1969, 1, pp. 37-54; G. B. Milner, ·Homo Ridens: Towards a Se-
miotic TI1eory of Humor and Laughter•, Semiótica, 6, 1972, pp. 1-28; R. Johnson.
·The Semantic Structure of a Joke and Riddle: Theoretical Positioning•, Semiótica,
14, 1975, pp. 142-174; id, ·Two Healms and ajoke: Bissociation Theories ofjoking•,
Semiótica, 16, 1976, pp. 195-221.
3 París, 1966, Libro II, 71, 299.
4 Gesammelte Werke, Berlín, 1968, t. VII, p. 10.
5 Literary Notebook'i, 1797-1801, Londres, 1957, N11 221.
6 Vorscbule zur Aesthetik, trad. fr. ·Le trait d'esprit•, Poétique, 15, 1973, p. 375.
7 Le mot d'esprit dans ses rapports avec l'inconsctent, París, 1971, p. 322.
8 Cf. Teorías del símbolo, Caracas, Monte Avila, 1981.
9 La palabra ·alcoolade. , derivada de alcohol, no existe en francés. La palabra
. accolade· sí exL'>te y significa gran abrazo. De allí el juego de palabras empleado
por Queneau [N del T].
10 Rhétorique générale, París, 1970, p. 56. Lewis Carroll, gran promotor de las conta-
minaciones, a las cuales él llamaba ·palabras-maletas•, ya había señalado la exis-
tencia de una jerarquía semántica.
EN NUESTHAS LENGUAS, la existencia misma de la expres1on
ccjuego de palabras, es significativa. El ·juego" de palabras se opone a
la utilización de las palabras tal como ésta es practicada dentro de todas
las circunstancias de la vida cotidiana. Esta oposición no concierne
únicamente al juego y a lo serio, sino también, por un lado, a la palabra
cuya construcción obedece a una regla particular (la palabra artificial),
y por otro, a aquella palabra que sólo sirve para expresar, designar,
incitar, aquella que se consume en su finalidad u origen (la palabra
natural). Desde esta perspectiva, la literatura tampoco es un juego.
Cuán significativa resulta, desde este punto de vista,Ja actitud de E. R.
Curtius, uno de los raros historiadores de la literatura que buscó
aprehender su objeto en su máxima amplitud, queriendo equilibrar la
tradición clásica con una "contra-tradición" barroca o manierista, no
encontrando, sin embargo, para describir esta oposición, sino las
siguientes palabras: ccE] autor manierista pretende decir las cosas no de
una manera normal sino de una forma anormal. De modo natural, él
prefiere lo artificial, lo alambicado; él desea sorprender, impactar,
encandilar). El juego de palabras se aproxima a lo anormal: es la locura
322 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS JUEGOS DE PALABRAS
323
de las palabras.
verdadera locura, ¡ojalá pase rápido!" (p. 87). Así mismo leemos en una
Esta categorización no impidió a Curtius interesarse en los juegos de
obra de A. Canel, autor de uno de los más copiosos censos de juegos
palabras o en el manierismo. No obstante, lo que ocurre es frecuen-
de palabras (Recherches sur les jeux d 'esprits, 1867), a propósito de una
temente lo contrario, y buscaríamos en vano, dentro de las historias obra antigua, lo siguiente:
tradicionales de la literatura (de las cuales dependemos obligatoria-
mente dada la inexistencia de una historia de los discursos), un lugar
' En este libro, compuesto en honor de M. de Vergy, gobernador de la
reservado a los juegos de palabras entre los demás géneros: la coha- Franche-Con;té~ por sus alumnos del colegio de Dole, se pueden
bitación de la tragedia, de la epopeya, de la novela con los juegos de observar acrostteos, anagramas, versos quebrddos, versos en forma de
palabras parece inconcebible. Los raros autores que consagran sus fi?_uras representando alas, altares, huevos, anteojos, círculos, ángulos,
escritos al sistema de los juegos de palabras consideran necesario jus- tnangulos. etc. No había sido necesario que el mal penetrara hasta las
entrañas de la sociedad para que la juventud fuera sometida oficialmen-
tificarse; casi se excusan y terminan lanzando anatemas sobre el propio te a semejantes obras (pp. 10-11).
objeto de su interés. Algunos ejemplos podrán ilustrar esta actitud2 . En
sus Amusements philologiques [Divertimientos filológicos] (1842), Ga- El mal, el demonio, la locura, la irresponsabilidad política: éstas son
briel Peignot escribe: las únicas explicaciones posibles de las prácticas de los juegos de
Uno se sorprende de ver que gente de letras haya perdido su tiempo p~labras, o del más mínimo interés que se pudiera tener por ellos.
en extraer de su cerebro semejantes bagatelas; un tiempo que habrían (¿Cuál de todas estas explicaciones conviene mejor para el presente
podido utilizar de mejor manera. Un antiguo profesor (M. Colón) dice estudio?) Esta actitud naturalmente no deja de tener consecuencias
que estos versos eran atribuidos al Demonio; con toda certeza, no era lamentables, sobre todas, aquella relativa a nuestra ignorancia sobre los
el demonio de la verdadera poesía sino más bien el de la locura; ¿y cuál juegos de palabras. Ya que las antologías de juegos de palabras en
sería el espíritu diabólico que podría descifrar el sentido de la mayoría
de estas lamentables futilidades? (pp. 1-2). cuestión no son verdaderos estudios, uno debe conformarse con
acumular ejemplos, entre todo tipo de conocimientos bizarros o, como
Es esta una actitud típica: se la encuentra antes y después de Peignot. las llama G. Peignot, "variedades de todos los géneros... Los índices de
Así la hallamos en una "Dissertation sur les jeux des mots .. [.. Disertación materias de estas antologías están llenos de aproximaciones imprevi-
sobre el juego de palabras ..], de Albéric Deville (?), la cual sigue su sibles. He aquí una breve muestra (siempre de Peignot, p. 501):
edición de la Bievriana (publicada en el año IX):
Del origen del telescopio
La revolución, que ha producido tantos cambios, casi no ha provocado Del consumo actual del té
nada en el carácter de los franceses. La misma frivolidad, el mismo gusto De la vacuna, la viruela y del Mal Venéreo
por lo humorístico. París, una ciudad tan fértil en contrastes, ofrece en
esto una extravagancia excesiva; mientras que todo está en plena com-
De los largos viajes y noticias de los descubrimientos de los cuales
bustión, el parisino juega con las palabras y se consuela con retrué-
somos deudores, etc.
canos.
Nosotros vimos los juegos de palabras más pueriles sucederse los Tendríamos mucha dificultad en enfrentar esta tradición a no ser que
unos a los otros; los anagramas ilustraron el siglo de Ronsard; las rimas ella no estuviera tan abiertamente limitada al Occidente cristiano de los
finales fueron las favoritas de toda la nación durante mucho tiempo;
últimos cinco siglos. Para percibir su carácter contingente basta con
hace tiempo las charadas florecían, y los retruécanos se mantienen aún
a pesar ele nuestras tormentas políticas. Este gusto lamentable ha dirigir la mirada hacia otra tradición cuyo hogar es la literatura sánscrita.
aparecido y se ha eclipsado en varias ocasiones, y debemos creer que Aquí regresamos al campo literario pero este empequeñecimiento del
resurgirá siempre que domine el amor por la frivolidad (pp. 137-8). espacio es inevitable: es necesario pasar del discurso en general a la
literatura si se desea encontrar una atención sostenida sobre las reglas
Al final de la nota que se encuentra en la misma obra, el autor ex- de construcción. La literatura es el discurso construido por excelencia,
clama: ·Jamás hahían estado tan en boga los juegos de palabras; es una de allí su afinidad congénita con el juego de palabras. En sánscrito, la
324 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS JUEGOS DE PALABRAS
325

poesía es denominada tradicionahnente Kavya, es decir, ornamento. La


No siendo para nada un individuo aislado que se abandona a la ins-
idea de la poesía como discurso natural, sin reglas, no existe. Cada
piración ciega sino un artesano concienzudo, maestro de su oficio, el
género literario (y no literario, podríamos agregar) se distingue por sus
poeta participa con un grupo profesional bien establecido, y las oca-
reglas específicas.
siones para la creación no dependen en absoluto del azar: los sobera-
En uno de los textos más antiguos de la literatura sánscrita, un himno
nos disponen siempre de poetas en sus cortes y las veladas poéticas
védico, se lee: ·Es dentro del filtro de las mil fuentes que los poetas, son el pan de cada día. Glasenap continúa:
buscando la inspiración, clarifican su discurso» (himno 9.73). Así, de en-
trada, está presente la idea de que la regla poética es un filtro. Comen- Así BalHUa (fin del s. XVI) muestra en el Bbojaprabandba... a los más
tando esta situación el gran especialista en sánscrito, Louis Renou, graz:des JX>etas ~~~ la India, quienes en la corte de Bhoja, dan pmeba
escribe: ·La composición, la técnica poética, comprendida de este de fmesa de espmtu. Una vez que el rey ha dicho: ·el sol se hunde en
modo, deviene un fin en sí misma. La imagen se vuelve insensiblemen- el mar en el brillo de la noche·, los demás continúan:
te objeto, el objeto retrocede hacia el plano de la imagen; hay un
desplazamiento incesante de uno a otro registro»3. Tenemos más: Bana: las abejas ebrias se hunden en el cáliz del loto.
Maheshvara: El pájaro, en el bosque, se hunde en el agujero del
Que la reflexión sobre la obra se confunda con el mismo contenido de árbol.
esta obra no debería sorprendemos mucho en la India sánscrita, donde Kalidiisa: Y el amor, suavemente, se hunde en el corazón de la
a menudo vemos -sobre todo en gramática, aunque no exclusivamen- joven (p. 152).
te en este campo-- que la manera en que las cosas están dichas cuenta
con un valor didáctico casi del mismo nivel que el contenido (ibid., p.
27). Es evidente que la perfección formal de los poetas alcanza grados
desconocidos antes y desde entonces. Se ha llegado a manejar tan
La creación literaria es una actividad regida completamente por leyes. sabiamente la ambigüedad que ciertas obras

La descripción, la narración, la expresión de los sentimientos, están resumen simult~neamente al Rámiiyana y el Mababbarata pudiendo
sujetos a una minuciosa selección, gracias a la cual conviene equilibrar cada estrofa aplicarse a ambas epopeyas; otras obras realizan el doble
hábilmente los recursos de la lengua, la manipulación de los compues- sentido dependiendo del hecho de que cada verso se lea de izquierda
tos nominales y de los sufijos, la escogencia estética del vocabulario, el a derecha y de derecha a izquierda 6.
juego de sílabas susceptibles de formar una especie de rima (interior o
final) o una aliteración. (.. .) La convención no se encuentra solamente
en la forma; también se halla en el tema, pues sólo son admitidos ciertos Para sólo citar otro ejemplo, célebre entre todos, en una novela de
relatos de tipo épico, ciertas escenas mitológicas, ciertos motivos de la Dandin, el héroe, Mandragupta, hace en la mañana un largo relato en
vida galante, heroica, religiosa 4• el que sus labios están ausentes: ·Sus labios habían sido heridos durante
una noche de amor» (Glasenap, p. 181).
Esta concepción de la poesía como una actividad sometida a reglas La misma complejidad, el mismo refinamiento, la tnisma tendencia
precisas tiene múltiples consecuencias -tanto para la poesía en sí a explicitar las reglas de la poesía caracterizan también a las otras lite-
misma como para la vida del poeta que la practica. La vida del poeta, raturas orientales, lo cual no dejan de condenar los historiadores occi-
un poco como la del campeón de deportes de hoy (otro juego), exige dentales de la literatura, como Glasenap:
muchos sacrificios. Un historiador de la literatura hindú, H. de Glase-
nap, escribe 5: Si tales escapes en los juegos verbales, tan admirados en Oriente, nos
parecen divagaciones desprovistas de gusto, que nada tienen en común
Para escuchar el sánscrito y los distintos dialectos pracrits, cuyo cono- con la p~~esía, nos~ debe descuidar, sin embargo, el hecho de que la
cimiento es indispensable para el poeta, siempre en la forma más pura, propenst~m a tales. JUegos está profundamente arraigada en el espíritu
él escoge sus amantes y sus domésticas en los lugares del país más de los patses de Onente: se encuentran ejemplos paralelos en los poetas
diversos (p. 151, según Rajasekhara). de las otras literaturas orientales (p. 166).
326 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS JUEGOS DE PALABRAS
327

Concluiré esta breve evocación del juego de palabras en Oriente (uno leídos siguiendo el movimiento del caballo. A partir de un solo verso
está siempre obligado a valerse en estos casos de estas categorias tan se obtienen, cambiando los miembros de la frase, hasta sesenta y ocho
someras) con una descripción de la literatura clásica persa, que uno nuevos versos (versos proteicos). Los versos están construidos de tal
encuentra en una de las mejores obras consagradas a la poesía como forma que se puede combinar cualquier línea con otra sin perjudicar la
regularidad de la rima, del metro y del sentido. Uno o dos versos serán
juego (A. Uede, Dichtung a/s Spiel, t. JI): distribuidos al interior de un círculo, ele manera que cada segmento
contenga únicamente una palabra o una parte ele la misma y que uno
La literatura persa podría servir como ejemplo de una poesía orientada pueda comenzar a leer a partir de cualquier segmento. Cuatro versos
hacia el juego. Es por ello que sería inútil indicar algunos de estos estarán dispuestos de tal modo que se pueda también leerlos de arriba
juegos, más aún si ellos coinciden, muy frecuentemente, con los de la hacia abajo, en grupos de palabras que dividan al verso en cuatro; lo
literatura europea. Comencemos con los juegos de sonidos y de letras. mismo pero con ocho grupos (versos quebrados). Los poemas persas
En el «reverso• uno invierte una palabra, ya sea intercambiando parcial- figurados son de los más fascinantes. Ellos van mucho más lejos que sus
mente las letras, de manera que parezca una nueva palabra (anagrama), correspondientes europeos gracias a su elegancia (dada de antemano
o invirtiendo exactamente el orden de las letras (palíndromo). Un verso por la elegancia de la escritura) y al refinamiento ele la construcción.
entero puede también ser leído en los dos sentidos. El poema puede Uno encuentra figuras emblemáticas, pentagramas, árboles, palmeras,
omitir totalmente ciertas letras (lipograma), puede estar escrito con o sin parasoles y techos de pabellón.(. .. ) La poesía persa no ignora la mezcla
signos diacríticos, con o sin ligamentos. Las palabras de un poema todas de lenguas. Los versos en persa y en árabe pueden alternarse, una frase
pueden comenzar con la misma letra (tautograma). Otros poemas o un verso pueden ser leídos en dos o tres lenguas; incluso, un poema
alternan regularmente las letras marcadas o no con un punto. Finalmen- puede ser leído desde el principio al final, o desde el último verso hasta
te, una obra toda puede estar compuesta por el conjunto del alfabeto el primero, según la lengua utilizada en la lectura. Dada la inclinación
sin que ninguna letra jamás se repita. En los juegos de palabras o de de los persas por el juego de palabras, las palabras polisémicas llevan
versos, se repetirá de varias formas dentro del verso la misma palabra al poeta a relacionar los diferentes conceptos de una manera incom-
(políptote); todas las palabras aparecen en diminutivos; cada hemisti- prensible, lo cual deja al traductor perplejo, a pesar ele que en el original
quio o cada verso debe contener una o varias palabras idénticas; se estas construcciones sean sumamente graciosas. Hay poemas en los que
colocan juntas dos o más palabras que se pronuncian o se escriben igual basta modificar los signos diacríticos o mover las vocales para que el
pero cuyo sentido es diferente (el juego de palabras propiamente elogio o el panegírico se transforme en reproche e injuria. La primera
dicho); tanto en el verso como en la prosa las partes del discurso estarán mitad de un verso parece ser un reproche o algo que no rinde ningún
dispuestas de tal manera que, palabra por palabra, la primera secuencia honor al objeto del elogio, pero la segunda mitad invierte el sentido
corresponda a la segunda a nivel de la rima y el metro; en este caso se (versos quebrados).
alcanza la perfección a partir del momento en que no se repite ninguna Esta breve visión de conjunto sólo entrevé la riqueza de los juegos
palabra. Algunas líneas de un mismo poema se pueden tomar de dos verbales persas. Nos contentaremos con mencionar el arte refinado del
formas: como una prolongación de aquello que la precede, o como el enigma que posee su lengua artificial con un sistema extremadamente
comienzo de lo que sigue (versos encabalgados); si no también, varios complejo ele alusiones, indicaciones y relaciones que al mismo tiempo
temas están yuxtapuestos y se enumera en seguida todo lo relativo a señalan y esconden la palabra a adivinar. El préstamo literario, que
cada uno de ellos (versos relativos). La poesía persa es igualmente rica puede llegar a la centena, es naturalmente bien conocido y para nada
en los juegos de metro y rima; ella conoce los abundantes tipos de rima sospechoso. No debemos sorprendernos, entonces, al aprender que,
total, de pausa, rima interna, central o acentuada; la mayoría de las según un poeta, su poema posee ciento veinte sentidos aparentes y
veces, en lugar de introducir una nueva palabra, se repite la misma, lo ciento ochenta escondidos. (pp. 59-63).
que da a menudo la impresión de una rima encadenada. En cuanto a
la rima final, se utilizan en orden todas las letras del alfabeto (rima
alfabética). Los juegos métricos permiten leer un poema según dos o
más fórmulas rítmicas, y las poéticas elogian exageradamente los versos II
en los que se pueden identificar seis e incluso hasta treinta medidas
diferentes. El acróstico, el mesóstico, el teléstico, el cronóstico, son
manejados con un virtuosismo que las literaturas europeas jamás han Dejemos a un lado esta somera definición histórica e intente-
alcanzado. El acróstico no solamente brinda nombres propios, sino mos definir qué es el juego de palabras. Para comenzar, tomemos un
también nuevos versos; o las iniciales de sesenta y cuatro versos son 1

introducidas bajo forma de cifras en un tablero, los cuales deben ser ejemplo simple e incuestionable de una de las primeras grandes 1

11
328
LOS GENEROS DEL DISCURSO

recopilaciones de juegos de palabras en lengua francesa, Bigarrures de


Etienne Tabourot, llamado Chevellier des Accords (1583). Este juego es
~

LOS JUEGOS DE PALABRAS 329

hay más de una instancia gobernada por ella. Mientras es difícil hablar
de la regla de un libro, es muy fácil en cambio referir a las reglas de
conocido con el nombre de versos relativos : la novela policial, epistolar o histórica; dicho de otro modo, la regla se
aplica al género, no a la obra. De otra forma, si se aplica a la obra, es
Ta beauté, ta vertu, ton esprit, ton maintien porque ésta no es tomada como una unidad sino como un conjunto
Esblouit et défait, assoupit et renflamme de unidades más pequeñas que la constituyen. Así podemos hablar de
Par ses rais, par penser, par crainte ou pour rien la regla a la cual obedece la constnicción de las estrofas de un poema,
7
Mes deux yeux, mon amour, mes desseins et mon ame . de los capítulos o episodios de una novela. No obstante, si la ·novela,
estuviera hecha de un solo capítulo y el poema de una sola estrofa, no
La regla puede verse fácilmente: cada verso contiene únicamente las sabóamos entonces formular su regla: tendóamos que conformarnos
palabras que asumen la función sintáctica: el ~ujeto, el ver~o, el con una descripción. No es que la regla no exista; pero no hahóa
complemento, el objeto. Son cuatro las frases; el numero de las nusmas ningún medio para confirmar o invalidar la hipótesis formulada por
podóa ser superior o inferior. Para reconstruirlas, en cierta manera se nosotros concerniente a su naturaleza, ya que esta hipótesis coincidióa
debe leer de arriba hacia abajo y no solamente de izquierda a derecha. con la única instancia de la regla.
Tratemos de pasar ahora de este juego de palabras singular al juego En el caso imaginado hasta aquí, correspondía al análisis descubrir
de palabras en general. A partir de este ejemplo podóa proponerse la la regla de un gmpo de textos. Sin embargo, ésta puede ser explicitada
siguiente definición: el "juego de palabras, es un texto breve cuya en el acto mismo de su producción: ya sea porque ella figura con todas
construcción obedece a una regla explícita que preferiblemente sus letras, o bien porque el texto indica, en su propia constmcción, cuál
concierne al significante. Esta definición contiene tres elementos de ha sido su regla: así ocurre con el cuarteto de Tabourot citado ante-
desigual importancia: la regla explícita, la brevedad, el nivel del signifi- riormente. Independientemente de que la regla esté dada o pueda ser
cante. Estas últimas dos caracteósticas, puede verse en seguida, perma- deducida, ella es percibida como pre-existente al poema siendo éste
necen aproximativas; nos ocuparemos entonces de la primera, la cual una aplicación de la regla. Esto es esencial para nuestro propósito ya
juega el rol esencial. Por otra parte, es gracias a :a re?la que el jueg? que es precisamente este tipo de reglas el que caracteriza a los juegos
de palabras participa del juego (se sabe que, segun P1aget, los consti- de palabras.
tuyentes de éste pueden ser el ejercicio, el símbolo o la regla). Ahora vemos por qué el juego de palabras está tan vinculado a la
·En qué sentido puede afirmarse que la construcción de un texto repetición (las recopilaciones de juegos humorísticos contienen reglas
ob~dece a una regla? Aquí se corre el riesgo de caer en una generalidad que cada uno debería poder aplicar; pensemos también en los torneos
en la que el juego de palabras perdeóa toda su especificidad. Desde poéticos propios de la cultura antigua ..oriental»), y también por qué
cierto punto de vista, no existe ningún texto cuya construcción no puede pasar inadvertido: es suficiente con que su regla no sea ni "evi-
obedezca reglas. Eijenbaum decía: "Ni siquiera una sola frase de la obra dente, ni esté señalada de manera explícita. En estos casos, el autor
literaria puede ser, en sí misma, una 'expresión' directa de los senti- (acaso un poco contrariado) vuelve a tomar la palabra y enuncia la re-
mientos personales del autor, sino una construcción y un juego". Hoy gla que siguió. Esto es lo que sucede con Phílosophie de la Composition
resulta banal afinnar que ningún elemento del texto es gratuito, que se [Filosofía de la composición] de Poe; con Comment j'ai écrit certains de
encuentra al contrario encadenado a los demás a través de múltiples mes lívres [Cómo escribí algunos de mis libroS] de Roussel; con Que-
relaciones de necesidad. Pero seóa un abuso emplear el tém1ino de neau, que transcribe las reglas que presidieron la creación de sus libros
regla para referirse a esta coherencia inherente al texto. La regl~ implica en Techniques du roman [Técnicas de la novela]; con Georges Perec,
una diferencia abstracta entre ella y las instancias que ella gobtema. La autor de la novela lipogramática La Disparition [La desaparición], cu-
relación entre dos elementos de un texto, así sea éste «regular,, no yos cóticos no se dieron cuenta de que faltaba la letra e.
conforma aún una regla. En estos últimos años un grupo se ha consagrado a reanimar y
Al contrario, la regla es identificable a partir del momento en que divulgar la tradición del juego de palabras: se trata del Oulipo, o Ou-
330 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS JUEGOS DE PALABRAS
331

vroir de Littérature potentielle [Taller de literatura potencial], cuyos tra- es lo que a la vez determina su interés y su límite. En primer lugar el
bajos aparecieron recientemente en forma de libro8 . Los miembros del interés, pues él permite poner en marcha y observar, en condiciones
Oulipo están muy conscientes del rol primordial que juegan las reglas en cierto modo experimentales, uno de los principios fundamentales
dentro de su propia perspectiva. Por ejemplo, Fran\=ois Le Lionnais de la producción verbal y más precisamente literaria. Dicho sea de
escribe: «Toda obra literaria se construye a partir de una inspiración ... ¡
,1 paso, condiciones privilegiadas, pues cada juego de palabras posee
que debe adaptarse, mal que bien, a una serie de restricciones y t sólo una regla independientemente de la complejidad de ésta. Pero, ya
procedimientos.. (p. 20). Y Jean Lescure hace el siguiente comentario: ~.
lo vimos, para muchos autores no hay una solución de continuidad
«Lo que el Oulipo deseaba demostrar era que, incluso para la literatura, entre los juegos de palabras y la literatura. Así entonces, disponemos
estas restricciones eran felices y generosas.. (p. 31). A partir de este
principio se define el programa de trabajo del grupo, el cual consta de
j con ello de una posibilidad única para observar las formas literarias en
¡l su estado naciente; se trata de un parentesco original, a menos que sea
dos aspectos: uno analítico, el cual consiste en demostrar la existencia necesario hablar de identidad. Pero este mismo privilegio determina los
de estas leyes en las obras del pasado o en repertoriar aquellas que las límites del juego de palabras: porque, justamente, a diferencia del juego
exhiben abiertamente; el otro sintético, es decir, "creador.., en el cual de palabras, el texto literario nunca aplica una sola regla (ellipograma
se inventan nuevas leyes y se producen obras que las ilustren; o como no es además la única regla de La Disparition), sino varias a la vez; o
escribe Claude Berge, .. se quiere reemplazar a las leyes clásicas, como si se prefiere, es un texto que subvierte su propia regla. Este es el
el 'soneto', por otras lingüísticas: alfabéticas ... , fonéticas ... , sintácticas ... , mismo caso incluso en los escritores que construyen sus libros a la
numéricas ... , incluso semánticas.. (p. 49). manera de un juego de palabras; y Queneau, comentando uno de sus
¿Pero podemos decir que una novela es un juego de palabras? Ella libros en el cual acaba de producir su fórmula aritmética, escribe en
no corresponde al uso corriente del mismo y nos lleva al delicado «Techniques du roman..:
problema de las dimensiones. Dos cosas son ciertas: por una parte
existen dimensiones textuales que, una vez sobrepasadas, nos obligan Dije más arriba que el número de Derniers jours [ Los últimos días] era
a no poder hablar más de juegos de palabras; pero por otra parte es cuarenta y nueve, aunque, tal como fue publicado, sólo contenga treinta
imposible precisar un límite con exactitud. La novela de Perec, la cual y nueve capítulos. Lo que sucedió fue que eliminé el andamiaje y
asincopé el ritmo ... 9 .
realiza uno de los juegos de palabras más conocidos, no es el primer
lipograma que alcanza las dimensiones de un libro. Sin embargo,
comúnmente el juego de palabras se atiene a la frase, al párrafo, a la Una literatura completamente sometida a reglas explícitas muere: el
olvido de la regla es tan necesario como su estricta aplicación.
página.
El otro límite incierto de los juegos de palabras concierne, no ya
tanto a la dimensión, sino al nivel lingüístico en el cual se llevan a cabo.
En su inmensa mayoóa, los juegos de palabras tocan (también) al III
significante. No obstante, existen géneros que corrientemente son
calificados de juegos de palabras y que se refieren únicamente al
significante; por ejemplo, las adivinanzas y los galimatías. Sin embargo, ¿Cómo podemos sistematizar los juegos de palabras? Ya que
la condición relativa al significante es más importante que la de las la aplicación de una regla es lo que caracteriza más que cualquier otra
dimensiones: entre los juegos de palabras se podrá admitir una novela cosa, y que la regla a su vez no es otra cosa que la sistematización de
lipogramática, pero. no una novela policial, a pesar de lo convencional un aspecto cualquiera de la producción lingüística, la respuesta parece
y de que sus reglas gocen hoy de un estatus explícito. La novela policial evidente: los juegos de palabras serán clasificados según el hecho
es un "género.. ; este último término no está marcado en relación al juego lingüístico con el cual se relacionen, por ejemplo, juegos sobre la
de palabras, aunque al mismo tiempo lo incluya. sinonimia, sobre la homonimia, sobre el encadenamiento de las
palabras en la frase o de las palabras en el enunciado. Esta actitud, sin
El hecho de que el juego de palabras se defina por su regla explícita
embargo, nunca parece haber sido asumida por los autores de nume-
332 LOS GENEROS DEL DISCURSO
LOS JUEGOS DE PALABRA..'i
333
rosos tratados sobre la cuestión. Habitualmente el orden en el que nos
a los dos sentidos de ccnatural» y «desviado.., de ccpropio» y ~~figurado..
presentan los juegos de palabras es muy frágil (a pesar de que sea,
respectivamente: se trata de una pura variación tenninológica. Una vez
también, una fuente de juegos de palabras): casi siempre es el orden
la alusión es ccpicante.., otra cctrivial»; una vez el juego de palabras es
alfabético. Por otra parte, la definición de cada tipo o clase no está aún
impactante, otra es ccinsípido»: éstos son juicios de valor que no tienen
establecida, como deberia estarlo, sobre la explicación del hecho lin-
nada que ver con la descripción del hecho. A nivel de la generalidad
güístico pertinente; esto provoca recortes y encabalgamientos desagra-
en la que se colocó Deville, estas cuatro clases o tipos no conforman
dables. Un ejemplo servirá para ilustrar este tipo de confusión. en realidad sino una sola.
Albéric Deville, en sus palabras preliminares de ]eux de mots de M.
Hasta donde tengo conocimiento, existe sólo un intento de fonnu-
Bíevre [Los juegos de palabras de M. Bíevre], hace un meritorio esfuerzo
lar un sistema de los juegos de palabras: el de Liede, en el segundo
para fijar el sentido de los diferentes términos de los cuales nos servin:os
volumen de su Díchtung als Spíel. Este sistema tiene su fundamento en
comúnmente para designar los tipos de juegos de palabras. Pero su hsta
las dimensiones de la unidad lingüística puesta en juego; se obtienen
yuxtapone clases completamente diferentes (antiestrofa, burlas, retrué-
así los juegos de letras, de sílabas, de rima, de versos y de textos de
canos, anmninación, anfibologías) con otras cuya diferencia parece ser
más grandes dimensiones. Pero ya vimos que las dimensiones del jue-
bien secundaria.
go de palabras, a pesar de ser pertinentes, no es aquello que más lo
Equívoco: ~~palabra que posee dos sentidos, uno natural, el cual
caracteriza. Además se pierde así la posibilidad de aproximar los juegos
parece ser el que uno quiere dar a entender. .. ; el otro desviado, el cual
que descansan sobre el mismo principio; por ejemplo, una repetición
es entendido solamente por la persona que habla ..... (p. 9). Por ejemplo:
puede realizarse en cada uno de estos niveles.
un vendedor, al vender un caballo, dice: Hágalo ver, le garantizo que
Por tni parte no intentaré enumerar ni clasificar todos los juegos
no tiene ningún defecto. El caballo era ciego, el vendedor sincero.
practicados- hasta ahora. No podría agregar nada, al menos que sea un
Punta: ~~agudeza que debe su brillo a una oposición de pensamien-
orden distinto a la enumeración hecha en los abundantes tratados
tos, en la cual se pasa del sentido propio al sentido figurado a través
sobre el problema (Canel, Liede); además, nuevos juegos de palf!bras
de una alusión más o menos picante, (p. 10). Por ejemplo:
son y serán creados, de manera que ninguna enumeración puede ser
exhaustiva: el mismo principio de su constmcción demuestra que los
Mlle. Vestris, cuyos gustos diversos son muy conocidos, se indignaba
de la fecundidad de su camarada Rey, y no admitía que esta niña se juegos de palabras forman una serie abierta. En cuanto a la clasifica-
dejara tomar tan fácilmente. Usted habla muy a sus anchas, dijo Mlle. ción, ésta deberá seguir, en grandes rasgos, una descripción integral del
Arnould, un ratón con un solo hueco en seguida es tomado. hecho, pues cualquier aspecto del enunciado puede ser sometido a una
regla explícita y convertirse así en el punto de partida de un nuevo
Pulla: ~~Fundamentada sobre una alusión trivial, la pulla es para la juego de palabras. Me conformaré entonces con ilustrar dos principios
punta lo que es el juego de palabras para la buena palabra.. (p. 13). Por de la descripción: por un lado, la necesidad de saber identificar la regla
ejemplo: un actor en su lecho de muerte le pide al cura junto con los común de varios juegos, y por otro, el hecho de que un juego puede
últimos sacramentos: tráigame el aceite que estoy frito. poner en evidencia más de un aspecto del lenguaje.
Chistes: ~~insípida ironía fundada sobre un mal juego de palabras .. (p. Un gran número de juegos de palabras tiene que ver con un solo
17). Ejemplo: X dice a Y: me pusiste mala cara. Y le responde: no, si rasgo de la lengua: la posibilidad, de un solo significante o varios
te la hubiera puesto la tendrías mejor. significantes semejantes, de evocar significados completamente inde-
Como bien puede verse, el rasgo común de estos cuatro ejemplos pendientes. Albéric Deville destaca este hecho a su manera, afirmando
es la utilización de una palabra polisémica cuyos dos sentidos están que es únicamente la penuria de los significantes lo que explica la
simultáneamente actualizados, uno por la frase que lo contiene, el otro existencia de los juegos de palabras:
por la frase vecina: el·Hágalo ver.. en el primer caso, ~~hueco.. y ~~ratón..
en el segundo, ~~aceite.. en el tercero y ~~poner mala cara" en el último. Podemos atribuirle sobre todo a la imperfección de las lenguas la
¿Dónde se encuentra la diferencia? En una oportunidad Deville califica facilidad de jugar con las palabras. Si tuviéramos menos términos
LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS JUEGOS DE PALABRAS
334 335

metafóricos, y si nuestras expresiones fueran menos variadas, tendr~a­


mos menos palabras con la misma consonancia, y en consecuencia,
menos equívocos (p. 132).

En estos casos, en materia de lenguaje, hablamos de polisemia, de


' par l'anagramme d'Archet [=Racbetl, /'un des treinte a.•;socíés a l'ahon-
nement d 'un jo urna/ littéraire, quatre-vingt-quinzü?me éditíon, revue,
corrigée et augmentée, a Anagrammatopolis, l'an XIV de /'ere anagram-
matique13. Se podrá juzgar la calidad de esta poesía por el primero y
el último verso:
homonimia, de paronimia; pero los juegos de palabras matizan mucho
a estas categorías. Aquí encontraremos todas las figuras utilizadas en Lecteur, il sied que. je vous dise
los discursos humorísticos, tales como la silepsis, el atanaclasio, la
paronomasia, el retruécano, las palabras-valijas, etc., así como todos los Moi, je vais poser mon repos11
juegos relacionados con la rima, como las rimas leoninas, fratern~les,
acrobáticas, coronadas, encadenadas, encabalgadas, etc.; como senala
Los .. anagramas, de Saussure, que recientemente llamaron la aten-
Liede, ..la organización del discurso en función del ritmo y la ri~ es
ción sobre este fenómeno, no son verdaderos en el sentido tradicional
ciertamente el juego más difundido, (p. 121). Solamente recordare, a
de la palabra, pues no se trata de una simple permutación de las letras
manera de ilustración, algunos juegos que explotan otros aspectos de
en dos palabras, sino de la diseminación de las letras que componen
los mismos fenómenos.
una palabra dentro de un enunciado completo; sería preferible emplear
Se puede leer una letra de dos maneras: llamándola por su nombre
otro término, como paragrama. Una variante del anagrama implícito
o simplemente pronunciándola. Uno puede entonces escribir las letras
es la contrepéterü?', uno de los raros juegos de palabras aún hoy exis-
y leer sus nombres, lo que da el célebre:
tentes, gracias quizás a la obscenidad obligatoria en una de las lecturas
(el ejemplo de Rabelais es canónico: folle a la messe)1 6• Finalmente, un
Ga = ]'ai grand appétit10
anagrama particularmente restrictivo es el palíndromo, enunciado del
que podemos imaginar que contiene un espejo en el medio.
0 también se pueden escribir las palabras, pero leer cada una de sus
La grafía brinda la posibilidad de incluir una letra en más de una
letras por su nombre, como lo hace a veces Leiris en su glosario11 :
palabra, dicho de otro modo, de utilizar las dos dimensiones de la pági-
na; todavía no hemos abandonado el campo de la homonimia, enten-
chafne = c'est hache ha"ie et noeud
dida ésta en su sentido más amplio. Esto da, en primer lugar, el acrós-
néant = est né a haine, hanté
tico, en el cual las iniciales de todos los versos fonnan una palabra o
cheval = c'est achevé a aile (Pégase)l 2
un verso completo; pero este principio puede ser generalizado a todas
las letras del verso; si se produce en el medio, se llama mesostiquio, si
Aquí se trata, si podemos decirlo así, de una homonimia ~e _la_ letra 1 se lleva a cabo al final, de telestiquio. El mismo principio llevado a la
o del sonido, distinta en sus dimensiones pero no en su pnnCipto de
dimensión del sintagma da el verso quebrado. Todos estos juegos, a
común homonimia. Este mismo aspecto del lenguaje es puesto en
pesar de lo variado que puedan parecer, descansan en un solo y mismo
juego en los anagramas, con la diferencia de que el anagrama n~ principio: la ..homonimia".
implica necesariamente la semejanza fonética: se trata de un procedi-
La aproximación de palabras con sonido semejante pero sentidos
miento gráfico en el cual se intercambian las letras. El anagrama puede
diferentes conoce numerosas formas; estos juegos ponen en evidencia
estar explícito (el mismo enunciado contiene dos palabras compuestas
la ausencia en la lengua de un paralelismo riguroso entre el nivel del
de letras idénticas) o implícito (sólo una está presente mientras la otra
significante y el del significado. Esta era la práctica de los etimologistas
es evocada por la fuerza que ejerce el contexto). Sabemos que existe
precientífkos, a pesar de que ellos no quisieron hacer de esto un juego.
una obra, un poema compuesto en el siglo XIX, de doscientos versos,
Pero Tabourot ya estaba consciente del valor cómico de este procedi-
y que en cada uno hay un anagrama sometido seguramente a restric-
miento: él cita ejemplos, escribe él mismo, porque ..amo hacerme
ciones sintácticas; se trata de Anagramméana, poeme en huit chants
cosquillas para reírme". Sus ejemplos son los que siguen: parlement,
336 LOS GENEROS DEL DISCURSO LOS JUEGOS DE PALABRAS
337
1'

lieu ou on parle et ment, cordonniers, qui donnent des cors aux pieds, cualquier discurso; pero pueden matizarse los juicios sobre los diferen-
etc. 17 En el Glosario, Leiris explota el mismo procedimiento con una tes juegos de palabras. El interés de ellos varía, me parece, en función
intención claramente poética: de la importancia de las categorías lingüísticas que ellos ponen en
evidencia. Los juegos basados en el alfabeto me parecen muy débiles.
abfme, vie secrete des amibes Al contrario, aquellos que ponen en evidencia la polisemia de las
abrnpt, apre et bmt palabras, la ausencia del paralelismo riguroso entre el significante y el
absolu, base unique: sol abolí significado se relacionan con uno de los rasgos más esenciales del
merveilleux (il met la mer en veilleuse)1 8 lenguaje, y nos enseñan mucho, consciente o inconscientemente, acer-
ca del funcionamiento simbólico del lenguaje.
Por otra parte existen juegos de palabras que sistematizan, simultá-
nea y sucesivamente, a más de un aspecto del lenguaje. Así, la charada
es un juego al mismo tiempo sobre la homonimia y :a sinonimia:
primero se sustituye la palabra a adivinar por un homónimo, eventual-
mente compuesto de varias palabras, luego se formula una adivinanza
para cada una de estas nuevas palabras, describiéndolas pues según un
principio de sinonimia. Por ejemplo (tomado parece de Ampere): "Mon
premier marche, mon second nage, mon tout vale [mi primer paso, mi
segundo nado, mi total partida]. Hanneton (ane+thon [asno+atún]», El
acertijo está próximo a la charada, excepto que en lugar de la definición
sinónima se encuentra la imagen: en cierto modo, es el referente quien
toma el puesto del significado. Así, en Tabourot encontramos este
ejemplo: "Un os, un bouc, un duc, un monde sont pris pour dire, Au
but du monde, 19 sabemos que el acertijo es también un procedimiento
de las escrituras llamadas ideográficas). Los crncigramas también jue-
gan sobre la homonimia de las letras (la posibilidad de hacer participar
la misma letra en varias palabras) y sobre la sinonimia: las palabras a
escribir deben ser adivinadas a partir de su definición; se trata entonces
de una cotnbinación del principio del acróstico y el de la adivinanza.
El caligrama coloca la ambigüedad de las letras en otro nivel, pues
éstas tienen, fuera de su función habitual, la de figurar, en su conjunto,
el objeto en cuestión es el enunciado que ellas forman; las restricciones
recaen entonces tanto en la grafía como en el sentido.

IV

Concluiré con una respuesta tentativa a la pregunta que mi


kctor no dejará de hacerse: después de todo, ¿qué interés representan
estos juegos de palabras? Ya vimos que, aunque quisiéramos, no
podríamos excluir el aspecto . lúdico" de la producción literaria ni de

.1
LOS JUEGOS DE PALABRAS
339

REPERTORIO DE LOS JUEGOS DE PALABRAS


___ De la littérature macaronique... , Londres, 1855-1856.
___ La Parodie chez les grecs, chez les Romains et chez les modernes,
Londres, 1870.
___ Tableau de la littérature du centon chez les anciens et chez les
modernes, Londres, 1874-1875.
El repertorio sistemático fundamental es el de:
LIEDE, Alfred. Dichtung als Spiel. Studien zur Unsinnpoesie an den
Grenzen del Sprache, 2 vol., Berlín, Walter de Gnwter, 1963 (el
segundo volumen contiene la descripción de los juegos con la
bibliografía detallada; el primero es un ensayo sobre la poesía como
juego).

EXISTEN MUCHÍSIMOS, sobre todo del siglo XIX, cuyos autores ·/


son Peignot, Lalanne, D'Israeli, etc. El más completo, y que dispensa ·~
de la lectura de los demás es: 1

CANEL, A. Recherches sur les jeux d 'esprit, les singularités et les bizarre-
ries littéraries, principalement en France, 2 vol., Evreux, Impr. Au-
guste Hérissey, 1867.
Entre los tratados más antiguos es necesario retener sobre todo al
ancestro de toda la tradición:
TABOUROT, E. Les Bigarrures du Seigneur des Accords, Geneve,
Slatkine Reprints, 1969 (reedición de la de Bruselas de 1866).
Entre los libros más accesibles el mejor es:
BENS, ]. Cuide des jeux d'esprit, Paris, Albín Michel, 1967.
Algunos juegos han sido objeto de estudios monográficos; señale-
mos aquí a un autor curioso:
DELEPIERRE, O. Essai historique et bibliographique sur les rébus,
Londres, 1870.
___ Macaronéana, ou Mélanges de littérature macaronique des
dif.férents peuples de l'Europe, Brighton-Paris, 1852.
___ Macaronéana andra overrum. Nouveaux Mélanges de littéra-
ture macaronique, Londres, 1855.
340 LOS GENEROS DEL DISCURSO f
~.

NOTAS lNDICE

1 La littérature européene et le Moyen Age latín, Paris, 1956, p. 342.


2 Se podrá leer un recenso paralelo en el estudio de Georges Perec, uHistoire du
lipogramme .. , en Oulipo, La littérature potentielle, Paris, 1973, pp. 79-80.
3 L. Renou, "Les pouvoirs de la parole dans le Rigveda•, Etudes tJédiques et paninéen-
nes, t. I, 1955, p. 26.
4 Renou et Filliozat, L'Inde cla..'ISique, t. 11, Paris-Hano1, 1953, & 1A9, 1751 (el texto
es de Renou).
5 Les littératures de l1nde. Paris, 1967.
6 L'Inde classique, 1752; este texto tiene una doble lectura, Réighavayadav~ya, ha sido
traducido y estudiado por Marie-Claude Porcher (Pondichéry, Institut fran~ais d'In-
dologie, 1972).
7 Tu belleza, tu virtud, tu espíritu, tu compostura 1 Encandila y deshace, apaga y
enciende 1 Por sus rayos, su pensamiento, por miedo o por nada/ Mis dos ojos,
mi amor, mis deseos y mi alma [N. del T.]
8 Oulipo, La littérature potentielle, Paris, 1973.
9 Batons, ch({fres et lettres, Paris, 1965, p. 33.
10 En español no puede ser observado este fenómeno fonético porque las letras y su
pronunciación alfabética no divergen. El sentido de la frase en francés es el
sif,ruiente: Tengo un gran apetito [N. del T.].
11 M. Leiris, Mots sans mémoire. Paris, 1969.
12 En francés, la lectura albbética de cada una de las letras en conjunto produce, en
cada línea, una frase con sentido. La traducción de cada frase es la siguiente:
cadena es hacha odio y nudo NOTA DFL AUTOR ··························································································· 7
vacío = nación para el odio, encantado.
caballo = se realizó con ala (Pegaso).
13 Anagrameana, poema en ocho cantos por el anagrama de Archet [Rachet], uno de
los treinta abonados al periódico literario, edición 95, corregida y aumentada en
Anagramatopolis, año XIV de la era anagramática [N. del T.].
14 "Lector, es necesario que le diga 1 Yo, voy a proponer mi reposo ... En español, la LA NOCIÓN DE LITERATURA ·············································································
frase no tiene ningún juego porque éste tiene lugar en los anagramas subrayados '1 11
en el texto original [N. del T.].
15 Contrepéterie quiere decir intercambio de letras o de sílabas para producir otras «POIÉTICA>• Y POÉTICA SEGÚN LESSING ....................................................... .. 27
palabras con un sentido burlesco o irónico. Esta palabra no tiene una traducción
exacta en español [N. del T.]. EL ORIGEN DE LOS GÉNEROS
16 La contrepéterie completa de Habelais es la siguiente: ..femme folle a la messe· en ·········································································· 47
vez de ·femme molle a la fesse•: mujer loca en la misa, mujer blanda en las nalgas
[el subrayado es mío] [N. del T.].
17 parlamento: lugar donde se habla y se miente. En francés habla y miente se 11
construyen con la misma grafía de parlement; zapatero: aquél que da callos en los
pies. Igualmente, cors (callos), done (dar) y pied'i (pies) guardan una relación
homónima con cordonniers (zapatero) [N. del T.]. LOS DOS PRINCIPIOS DEL RElATO 67
··································································
18 abismo: vida secreta de las amibas 1 ahmpto: áspero y bruto 1 absoluto: base única:
suelo abolido 1 maravilloso: puso a la mar en vigilia [N. del T.]. EL DISCUR';O PSICÓTICO
19 ·Un hueso, un carnero, un duque, un mundo son tomados por haber dicho: En el
··················································································· 83
1
fin del mundo·. Todo el juego de palabras en francés reside en la homología
fonética entre las palabras [N. del T.]. LA LECTURA COMO CON~'TRUCCIÓN ······························································ 93
11

El discurso referencial 94
····························································· 1'1

JI::
l.
Los filtros narrativos ............. .. .................. ............. .................. 95 Formas actuales del discurso mágico..................................... 293
Significación y simbolización ................... ...... ..... .... .. .............. 97 Resumen: algunas reflexiones generales sobre la magia ...... . 298
La construcción como tema.................................................... 102
Las otras lecturas..................................................................... 104 309
P AIABRA DE HUMOR.........................................................................................
Figuración................................................................................ 313
EN TORNO A lA POESÍA................................................................................... 107 Simbolización .......... ......... .... ....... .... ................................... ...... 315
l. Teorías de la poesía............................................................ 107
2. Una novela poética .... .. .... .. ....... ................. .................. ....... 113 LOS JUEGOS DE PAlABRAS ............................................................................... 321
3. La poesía sin verso............................................................. 124

III

145
MEMORIAS DEL SUBSUELO ............................................................................ .
La ideología del narrador ....................................................... . 147
El drama del habla ................................................................. . 151
Amo y esclavo ........................................................................ . 158
El ser y el otro ....................................................................... . 163
El juego simbólico .................................................................. . 167

LOS ÚMITES DE EDGAR AilAN POE ............................................................ . 173 1

¡,,
11

El CORAZÓN DE lAS TINIEBlAS ................................................................... . 187


1

lA EDAD DIFÍCIL ........................................................................................... . 201

LAs !LUMINACIONlli ........................................................................................... . 223

IV

LA ADMNANZA .. ... ... ... ... ...... .................. ...... ... ... ... ...... ....... ...... ..... ......... ... ... ... ... 245
Revisión de trabajos anteriores .. .. ... .... .. .. .. .. .. .. .. ....... .. .. .. .. .. .... . 245
Organización simbólica ........................................... ................ 249
Organización figurativa........................................................... 255
Del simbolizante al significante ..................... ....... ........ .......... 262

271
EL DISCURSO MÁGICO .. .. . ... ... .. . ... .. . .. . .. .. .. . .. .... .. .. .... .. . ... .. .. . . .. . .... .. .... .. .. .. .. ... .. .... .
Análisis de una fóm1ula mágica ............................................. 273
Estructura de la fórmula mágica............................................. 276
Del simbolizante al significante ..................... ............. .. .......... 287
Esta edición de Los GÉNEROS
DEL DISCURSO, se terminó de im-
primir el día 28 de febrero de
1996 en los talleres de Lito-
'1 grafía Melvin, situados en la
calle 3-B, Edificio Escachia,
La Urbina, Caracas, Venezuela.
Impreso en papel Premium

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