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Hoy quiero darles tres principios que nos ayudará a reflexionar sobre
las prioridades como hijos de Dios.
Cuando Dios dio los Diez Mandamientos en el Monte Sinaí, dijo con
voz potente: “Yo soy el Eterno, tu Dios, que te saqué de la tierra de
Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de
mí” (Éxodo 20:3).
Dios no quiere que pongamos nada por delante de Él. Su deseo es que
lo adoremos y lo adoremos sólo a Él. Él debe ser lo primero en nuestra
vida.
Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo
una cosa es necesaria, y María ha escogido la buena parte, la cual no
le será quitada” (Lucas 10:38-42).
que vayas.
Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos
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entierre a mi padre.
Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y
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Jesús les enseñó a sus seguidores a que oraran con frecuencia para
que el Reino de Dios fuera establecido, y que además le pidieran a
Dios: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”
(Mateo 6:10). También les dijo que había venido a la Tierra a llevar a
cabo la voluntad de su Padre (Juan 6:38).
Este verso no sólo resume las prioridades para nuestra vida, también
nos enfoca en Dios y su justicia y nos también nos señala la
importancia del Reino de Dios. ¿Qué es el Reino de Dios? Más
concretamente, el reino de Dios es un reinado espiritual en los
corazones y en las vidas de aquellos que están dispuestos a someterse
a la autoridad de Dios. Quienes desafían la autoridad de Dios y se
niegan a someterse a él, no son parte del reino de Dios; en cambio,
aquellos que reconocen el señorío de Cristo y se rinden alegremente
al reinado de Dios en sus corazones, son parte del reino de Dios. En
este sentido, el reino de Dios es espiritual; Jesús dijo que su reino no
era de este mundo (Juan 18:36), y predicaba que era necesario el
arrepentimiento para ser parte del reino de Dios (Mateo 4:17). En
Juan 3:5-7 se evidencia que el reino de Dios es equivalente a la
salvación y esto es evidente en Juan 3:5-7, donde Jesús dice que se
debe nace de nuevo para entrar en el reino de Dios.
CONCLSION