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6.

HOMEOPSICOLOGÍA
(Fuerzas Homeopáticas desde la Psicología)

6.1. LOS NUEVE ROSTROS DEL SER HUMANO


1. EL ROSTRO DEL TIPO UNO: “EL MAESTRO”

Llamaremos “El Maestro” al Tipo Uno del Eneagrama pues la esencia básica de esta
Personalidad, tanto en salud como en enfermedad, tiene que ver con esta actitud: guiar, enseñar,
educar. De hecho, un buen número de personas con esta Personalidad se convierten en los maestros
o profesores de nuestras escuelas, en sus diferentes niveles. Y muchos que no lo son a nivel
profesional o de trabajo, actúan como tales en la vida ordinaria, ya sea como papás, como esposos-
esposas o incluso como amigos. Tratan de enseñar, “educar”, corregir, mejorar a las personas…

Según los nueve colores del arco iris (incluyendo el blanco y el negro que son la
combinación de los otros siete colores), al Tipo Uno del Eneagrama le corresponde el color blanco,
pues simboliza algunos aspectos de lo que su Personalidad valora y busca, como la pureza, la ética,
los grandes ideales... Algunos prefieren para el Uno el color gris o plata...

En la figura del Eneagrama el Tipo Uno se encuentra en el círculo, entre el Tipo Nueve y el
Tipo Dos (que serían sus “Alas complementarias” o “subtipos” de Personalidad1), y también forma
parte del Hexagrama, conectándose a través de esta figura con el Tipo Siete y el Tipo Cuatro (que
serían sus “Direcciones de Integración y Desintegración”2)...

El Tipo Uno, por su inquietud permanente de mejorar y perfeccionarse, busca asiduamente


el auto-conocimiento. Sin embargo, por su dificultad de reconocer y aceptar algunos aspectos
negativos suyos, es más fácil para los demás reconocer a un Uno que reconocerse ellos mismos…

Tratando de poner nombres sintéticos que representen la característica más sana de cada
Tipo de Personalidad, mencionaremos frecuentemente al Tipo Uno como “El Maestro”. Sin
embargo, diferentes estudiosos del Eneagrama han utilizado otros nombres, atendiendo mayormente
a características no tan sanas de esta Personalidad: “El Idealista”, “El Reformador”, “El
Perfeccionista”, “El Inconforme”, “El Crítico”... Precisamente atendiendo a su muy característica

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Es importante comprender que nadie es un tipo “puro” de personalidad. Todo el mundo es una mezcla única de su tipo
básico y de los dos tipos adyacentes a él en la circunferencia del Eneagrama (algunos piensan que la mezcla es con uno
solo de los dos tipos adyacentes). Cada uno de los dos tipos adyacentes a su tipo básico se denomina su ala… Este
asunto de las “alas” es uno de los principales elementos que explican por qué dos personas que tienen el mismo tipo de
personalidad pueden, no obstante, ser o parecer muy distintas… El tipo básico domina la personalidad global, mientras
que el ala la complementa y le añade elementos importantes, a veces contradictorios. El ala es el “segundo lado” de la
personalidad global, y debe tomarse en consideración para entenderse uno a sí mismo o a alguien más…
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Otro importante concepto que debe entenderse es qué significan las líneas del Eneagrama interiores al círculo. Los
nueve tipos de personalidad no son categorías estáticas; son abiertas, lo que permite el crecimiento y/o deterioro
psicológicos… Los números de las líneas del triángulo y del hexagrama están conectados en una secuencia específica.
La forma en que se conectan los puntos numerados es psicológicamente significativa, porque las líneas entre cada uno
de los tipos denotan las Direcciones de Integración (salud, autorrealización) y las Direcciones de Desintegración
(enfermedad, neurosis) para cada tipo de personalidad. En otras palabras, a medida que uno se vuelve más sano o más
enfermo, puede moverse en distintas “direcciones”, como lo indican las líneas del Eneagrama, desde su tipo básico.
Algunos autores consideran que hay sólo una Dirección de Integración y no dos como pensamos nosotros, y sólo una
Dirección de Desintegración y no dos como nosotros pensamos… La idea es que cuando un tipo se integra, se apropia
de los rasgos sanos del tipo en su Dirección de Integración, y cuando se deteriora, se apropia de los rasgos enfermos del
tipo en su Dirección de Desintegración… A final de cuentas, la meta es dar la vuelta completa alrededor del
Eneagrama, integrando lo que cada tipo simboliza y adquiriendo el uso activo de los potenciales sanos de todos los
tipos. El ideal es convertirse en un ser humano equilibrado, que funcione plenamente, y cada uno de los tipos del
Eneagrama simboliza distintos aspectos importantes de lo que necesitamos para conseguir este fin. Por lo tanto, el tipo
de personalidad con que uno comienza la vida es, a final de cuentas, poco importante. Lo que importa es lo que uno
hace con su tipo de personalidad y cuán bien (o mal) lo usa como punto de partida para su desarrollo hacia ser una
persona más plena e integrada…
1
actitud crítica, perfeccionista y reformadora, suele recomendarse al Tipo Uno la reflexión sobre una
de las frases más significativas del poema “Desiderata”: “Y sea que te resulte claro o no: ¡el
universo marcha como debiera!”...

Para entender mejor la dinámica vital de esta y las otras Personalidades, proponemos a
ustedes la visualización numérica en Nueve Niveles, que en su “descenso” representan la
“involución” o “caída” en la Enfermedad y que en su “ascenso” simbolizan la “evolución” o
consecución de la Salud... Cuando se propone este tema con colores e imágenes conviene visualizar
los tres primeros niveles como “del blanco al gris pálido”, los tres siguientes como “del gris pálido
al gris intenso”, y los tres últimos como “del gris intenso al negro”, pues el blanco representaría el
estado más “sano” de la Personalidad, el color negro significaría el estado más “enfermo”, y los
demás tonos de gris simbolizarían el estado “promedio” en sus diferentes tonalidades...

La Personalidad Sana Tipo Uno

1. El Sabio Realista

Es el Tipo de Personalidad que tiene el potencial de alcanzar una más profunda e integral
Sabiduría. Su “idealismo” promedio se integra y sana –sin perderse- en un hondo y auténtico
“realismo”. Comprende que lo “Real” es también el futuro y el Todo, también lo intangible; se
hace muy Abierto y muy Flexible (asuntos muy dificultosos para él en su estado promedio y
enfermo), y entonces puede unificar y conciliar lo que en su estado “promedio” le parece
irreconciliable... Su Visión y comprensión de las cosas, en este estado muy sano, la consigue no
sólo con su inteligencia “objetiva” (estado promedio) sino con todo su ser, que incluye también su
inteligencia “subjetiva”, su emocionalidad y su espiritualidad. Su Visión, así, se hace no sólo
objetiva y “verdadera” en un particular sentido, sino que llega a ser también Intuitiva, Holística,
Trascendente, Espiritual e Integradora... Con esta Visión, su “perfeccionismo” promedio se integra
y sana –sin perderse- y lo hace acercarse a la Perfección, en pensamiento, palabras, actitudes y
hechos, tanto como a un ser humano le es posible...

2. La Persona Razonable y Justa

El Tipo Uno es una persona racional, razonable y muy objetiva, incluso en estados
promedio o enfermos; pero esta cualidad, en un estado muy sano, se hace cálida y flexible, y se
hace muy capaz de convencer y lograr consensos... El Maestro, en este alto nivel de salud, es
extremadamente sensato y prudente; en forma pacífica y paciente toma las mejores decisiones y
sabe dar orientación y consejo adecuados, por lo que suele ser muy solicitado en la búsqueda de
discernimiento... En todos los niveles la verdad y la justicia son valores de gran importancia para
el Tipo Uno, pero en el estado muy sano logra comprenderlas y vivirlas en forma más completa e
integral, asociando igualmente, sin detrimento de lo justo, la Comprensión, el Perdón y la
Misericordia, en sus valoraciones y juicios... Justo, comprensivo y misericordioso consigo mismo y
con los demás. Imparcial y equilibrado en todo momento...

3. El Maestro de Principios

El Tipo Uno es “Maestro” y Educador, en el sentido más verdadero y exacto, en este estado
de máxima salud. Maestro “integral”, Maestro de Principios. Maestro, más que por sus ideas y
dichos, por sus hechos y ejemplos, por su enorme integridad y ética. Maestro de Vida, pues, más
que académico o profesional, por su existencia congruente y extraordinariamente moral y útil.
Maestros que hoy buscan muchísimos hombres y mujeres sedientos de guía y orientación moral y
espiritual... El Mahatma Gandhi y el Papa Juan Pablo II suelen ser ejemplos de un Tipo Uno
altamente desarrollado y sano...

La Personalidad Promedio Tipo Uno

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4. El Reformador Idealista

En este nivel el Idealismo del Tipo Uno sigue siendo muy positivo, pero comienza ya a ser
también “idealismo” –con comillas- en el sentido de desprenderse o despegarse un poco o un
mucho –dependiendo del nivel de enfermedad- de la realidad. Ya no se ve claro. Se “exagera” lo
real, tanto en el sentido positivo como en el negativo. Se desea que todo sea más y mejor, pero en
forma poco natural y obsesiva... Fundan y dirigen, o se asocian a proyectos y causas nobles que
buscan el cambio o la mejora en algún aspecto de la vida o de la sociedad. Por eso es frecuente el
nombre de “reformador” o “cruzado” para el Tipo Uno... La norma de excelencia, tanto para sí
mismo como para los demás, empieza a ser excesivamente alta. No se dan cuenta de que, muchas
veces, “lo mejor es enemigo de lo bueno”. Empiezan a tener en su vida mucho peso los “debiera” y
los “tengo que”, y se alejan del equilibrio y la paz de su estado sano...

5. La Persona Ordenada y Rígida

Normalmente, en todas las Personalidades, la característica “cinco” –la que está en medio de
los Nueve Niveles- representa el “espacio existencial” a partir del cual, si hay conciencia, decisión y
trabajo, puede cada Personalidad –y aquí el Tipo Uno- “moverse” hacia un estado de salud plena, o,
por el contrario, si no hay conciencia, decisión y trabajo, puede esta Personalidad comenzar un
mayor deterioro en el rumbo de la enfermedad...

En el Maestro, el deterioro comienza con una actitud de exagerado “orden” y “pulcritud”,


tanto en las cosas externas como en las interiores. La mente trabaja, sin descanso, ordenando,
jerarquizando, y juzgándolo todo, y volviendo sin cesar a lo mismo como si nunca fuera suficiente;
y eso se expresa hacia fuera ordenando, limpiando, acomodando, la casa o la oficina o lo que sea
que necesite “arreglo”... Un sentido obsesivo de “responsabilidad” le hace ser ordenado y puntual
en forma sobredimensionada. El Tipo Uno se vuelve meticuloso, detallista, preocupado de la
menor incorrección en las cosas o en las personas, que le crea sentimientos de ansiedad y culpa, así
como tensiones y problemas en sus relaciones interpersonales... Se vuelve una persona “a punto de
explotar” por la represión constante de sus propios deseos y emociones –que considera
“inapropiados” o “incorrectos”-. O represión de las emociones “negativas” que le despiertan los
hechos o actitudes “inapropiados” o “incorrectos” de los demás. Esta represión es fácilmente
visible en el Tipo Uno promedio, por su actitud casi siempre tensa, rígida, austera y seria...

6. El Perfecionista Crítico

Su excesivo sentido del orden, y la rigidez interior que está en la raíz de esa actitud, llevan al
Tipo Uno a ser muy Exigente y Perfeccionista, tanto consigo mismo como con los demás... Aquí el
Maestro empieza más bien a ser un “profesor regañón”. Critica constantemente a todo y a todos.
Nada está bien. Nada le parece... Y empieza a ser más notorio para los demás algo que es muy
característico del Tipo Uno y que trata de evitar, reprimir y ocultar: su enojo, su indignación, su
resentimiento. Reprime o niega, con gran esfuerzo y gasto de energía, estas emociones, porque le
parecen “incorrectas” e “imperfectas” e “indignas” de él... La Ira es su “pecado capital” y es la raíz
psicológica que explica prácticamente todos los rasgos de su Personalidad promedio y enferma...

La Personalidad Enferma Tipo Uno

7. La Persona Intolerante

Suele decirse que los tres primeros niveles en una Personalidad representan la “Epopeya” (la
Salud plena y los hechos grandiosos y valiosos que resultan de ella), que los siguientes tres niveles
representan la “Comedia” (la Enfermedad inicial que provoca situaciones ridículas o cómicas o de
freno o de incapacidad, que si bien no permiten el crecimiento y la madurez de una persona,
tampoco parecen afectar demasiado, ni a sí misma ni a los demás), y que los tres últimos niveles

3
representan la “Tragedia” de una persona (la Enfermedad que se ha desarrollado, sin conciencia y
sin decisión de cambio, y que se ha vuelto destructiva para uno mismo y para los demás)...

La “tragedia” del Tipo Uno comienza no sólo porque no ha logrado hacerse abierto y
“flexible”, sino porque, por el contrario, se ha vuelto una persona cerrada, dogmática, inflexible.
Fundado en una historia de honestidad y de objetividad básicas –que en este nivel ya ha perdido-
piensa tener la razón sobre todo y sobre todos, y no sabe comprender ni conciliar el punto de vista
del otro... Se hace sumamente intolerante a las creencias y conductas ajenas, cuando no coinciden
con su propio juicio acerca de lo que es “bueno y correcto”. Tanto más cuanto que, en una
apariencia obsesiva de “objetividad”, tiende a invocar más fuertemente a la religión, a la justicia y
a la verdad en favor de lo que él cree y hace...

8. El Hipócrita Obsesivo

En este nivel enfermizo, las represiones y contenciones con las que se ha esforzado para
mantener a raya sus emociones, deseos y necesidades, aparecen involuntariamente en forma de
pensamientos obsesivos, ideas que brotan sin su control y que le torturan: obsesiones obscenas,
sacrílegas o violentas que se apoderan de su imaginación... Pronto las conductas empiezan también
a carecer del control deseado y, en forma oculta y subrepticia, se permite actitudes y
comportamientos que él mismo ha considerado negativos o “malos”. Se vuelve así contradictorio,
hipócrita, farisaico, pregonando una cosa y haciendo otra... Para sí mismo, y para un pequeño
círculo cercano que le conoce más, justifica sus conductas incoherentes o contradictorias, pues ni
siquiera en este nivel se permite hacer algo “incorrecto” y, así, se hace experto en racionalizar lo
incongruente para darle apariencia de congruencia...

9. El Vengador Castigador

El Idealista y buscador de la Justicia se convierte, paradójicamente, en un tirano injusto y


represivo... Se dice del Tipo Uno, sobre todo por sus niveles de mayor enfermedad, que “ama a la
humanidad, pero odia a los individuos”. Su amor es “teórico”, de “ideales” y deseos, pero que no
aterriza fácilmente desde sus niveles promedio –sobre todo por su negación a sentir y expresar sus
emociones-, pero sobre todo en los niveles enfermizos... De este modo, se hace duro de corazón e
incapaz de compasión y misericordia, cuando considera que alguien merece castigo por errores o
equivocaciones –en realidad es una actitud de venganza que no reconoce en el nivel consciente-... Y
puede llegar a ser una de las Personalidades más inhumanas y crueles, desde el poder, con otros
seres humanos...

En la contemplación de este Tipo de Personalidad, en su “caída” hacia la enfermedad o en su


“ascenso” hacia la Salud, las preguntas que debemos hacernos todos, especialmente los que
deseamos ser Sanadores Integrales, son: 1) Si yo considero que soy o podría ser un Tipo Uno (al
menos como ala o como dirección de integración-desintegración), ¿qué clase de Tipo Uno soy
actualmente –sano, promedio, enfermo- y qué clase de Tipo Uno quiero llegar a ser?... 2) Si
considero que no soy un Tipo Uno, ¿qué clase de Tipo Uno quiero que lleguen a ser aquellos que
percibo que lo son entre las personas que amo y que me aman?...

El Eneagrama es un Camino de Liberación, de Sanación y de Plenitud, pero es un Camino


que hay que recorrer y “trabajar”, con plena conciencia y decisión... ¿Estás dispuesto a ser un
Caminante-Gambusino-Peregrino en este Viaje?...

“Duc in altum” (VVV)


“VE más lejos, VE más alto, VE más profundo”
Curso de Homeopatía Integral

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