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ANTECEDENTES INTERNACIONALES

La atención primaria de salud se presentó hace 30 años, como un conjunto de valores, principios
y enfoques destinados a mejorar el grado de salud de las poblaciones desfavorecidas. En todos los
países, se ofrecía una manera de mejorar el acceso a la atención de salud y la eficiencia en la
manera en que se usaban los recursos. La atención primaria de salud adoptó una visión que iba
mucho más allá del limitado modelo médico. Reconocía que muchas de las causas básicas de la
mala salud y de la enfermedad escapaban al control del sector de la salud y, por lo tanto, deben
abordarse a través de un enfoque amplio que abarque a toda la sociedad. De ese modo cumpliría
varios objetivos: mejorar la salud, disminuir la morbilidad, aumentar la equidad y mejorar
enormemente la eficacia de los sistemas de salud.

Las reformas ocurridas en el sector de la salud a nivel mundial están orientadas hacia un nuevo
ambiente integrado (organizativo, demográfico, económico y social), basado en una
modernización de los diversos servicios de salud orientados a la atención de los pacientes,
tomando de base una organización político-administrativa más acorde con la realidad y,
asumiendo los beneficios de la tecnología. Este nuevo enfoque basado en la atención al paciente
es la base de la transformación del sector salud. En ese sentido, se pretende optimizar el desarrollo
de los sistemas de gestión integrados, con aplicaciones tecnológicas más adecuadas y efectivas,
las cuales serán primordiales para alcanzar estos objetivos.

En 1978, los Estados Miembros de la OMS firmaron la Declaración de Alma-Ata. Eso fue hace 30
años. Unos cuantos países persiguieron este ideal. Pero, se interpretó erróneamente como la
prestación de una mala atención a los pobres. También se consideró que se centraba
exclusivamente en el primer nivel de atención. Algunos la calificaron de utópica, y otros pensaron
que era una amenaza para el cuerpo médico.

En el Informe sobre “La Salud en el Mundo”, la OMS propone que los países basen sus decisiones
en cuatro orientaciones normativas amplias e interconectadas. Estas cuatro orientaciones
representan los principios básicos de la atención de salud.

1. Cobertura universal: para que los sistemas sean equitativos y eficientes, todas las
personas deben tener acceso a la atención de salud de acuerdo con sus necesidades e
independientemente de su capacidad de pago. Si carecen de dicho acceso, las desigualdades
en materia de salud producen décadas de diferencias en la esperanza de vida, no sólo entre
países, sino dentro de los países. La OMS recomienda sistemas de mancomunación de
fondos y de prepago, como los planes de seguro.

2. Servicios centrados en las personas: los sistemas de salud pueden reorientarse para
responder mejor a las necesidades de las personas a través de puntos de prestación de
servicios integrados en las comunidades, haciendo hincapié en la prevención de
enfermedades. Ejemplo de ello son las “policlínicas” cubanas han contribuido a que los
cubanos gocen de una de las mayores esperanzas de vida (78 años) de los países en
desarrollo del mundo; así mismo el Programa de Salud Familiar del Brasil proporciona una
atención de calidad a las familias en su domicilio, en las clínicas y en los hospitales.

3. Políticas públicas saludables: gran parte de lo que afecta a la salud se halla en gran medida
fuera de la influencia del sector salud. Los Ministerios y otras Entidades influyen en la salud,
y, no se prestar mucha atención a ellos. La OMS considera que es preciso integrar
ampliamente la salud en todas las políticas, en todos los gobiernos.
4. Liderazgo: el liderazgo tiene que negociar y dirigir todos los componentes de la sociedad –
incluidos los que tradicionalmente no intervienen en la salud–; con la finalidad de que
participe la sociedad civil, el sector privado, las comunidades y el sector empresarial. En la
mitad de los países del mundo, los problemas de salud son la mayor preocupación personal
para una tercera parte de la población. Sin embargo, la investigación sobre sistemas de salud
es una esfera que a menudo recibe financiación insuficiente. En los Estados Unidos de
América, por ejemplo, tan sólo se dedica el 0,1% del gasto del presupuesto nacional en
materia de salud a la investigación sobre sistemas de salud.

En ese sentido, se puede precisar que, al perseguir estos cuatro objetivos de atención primaria de
salud, los sistemas nacionales de salud pueden llegar a ser más coherentes, más eficientes, más
equitativos y mucho más eficaces.

Hoy en día, los sistemas de salud, incluso en los países más desarrollados, no alcanzan esos
objetivos. Aunque se han realizado notables progresos para mejorar la salud, luchar contra la
enfermedad y alargar la vida, las personas no están satisfechas con los sistemas de salud que
existen en todo el mundo. Una de las mayores preocupaciones se refiere al costo de la atención de
salud. Se trata de una preocupación realista, ya que 100 millones de personas caen en la pobreza
todos los años al costear la atención sanitaria. Un número aún mayor de personas no puede
acceder a ningún tipo de atención de salud.

La calidad de los servicios prestados por los sistemas de salud mundiales se ha convertido en una
de las mayores preocupaciones de la sociedad actual. Aunque hay grandes avances en materia
tecnológica y científica, sus procesos se encuentran llenos de ineficiencias y errores. En Estados
Unidos, un estimado de US $ 400 millones se paga anualmente por reclamos concernientes a
negligencias clínicas. Por su parte, se estima que hasta 81 000 muertes y $ 3.6 billones de gastos
de hospitalización pudieron prevenirse si el sistema de salud se desempeñara al nivel de los más
altos planes contables. Por otro lado, los costos de no calidad por errores médicos en Estados
Unidos se incrementaron de $ 254.9 billones en 1980 a $ 1877.6 billones en 2004.

El problema radica en que una gran proporción de los recursos se destina a los servicios curativos,
pasando por alto las actividades de prevención y promoción de la salud, que podrían reducir en
un 70% la carga de morbilidad a nivel mundial. En resumen, los sistemas de salud son injustos,
inconexos, ineficientes y menos eficaces de lo que podrían ser.

Es posible avanzar en todos los países. Ahora, más que nunca, existen oportunidades para
empezar a cambiar los sistemas de salud y convertirlos en atención primaria de salud en todos los
países. Las dificultades difieren en países con distintos niveles de ingresos, pero también existen
aspectos comunes. La ayuda es importante para algunos países, pero la gran mayoría del gasto
sanitario procede de fuentes nacionales. Incluso hoy en día, en África, el 70% de los recursos
destinados a la salud procede de fondos nacionales. Así pues, la mayoría de los países tiene la
capacidad necesaria para comenzar a avanzar hacia los beneficios de la atención primaria de salud
y beneficiarse de ellos.

ANTECEDENTES NACIONALES
El Perú es uno de los países que menos invierten en salud y la inversión no cumple con las metas
propuestas, y donde los pobladores tienen que gastar más para su tratamiento, generando una
grave crisis. Casi a diario se escuchan denuncias de hospitales desabastecidos de medicamentos y
que no cuentan con servicios básicos, además de la existencia de hacinamiento y la falta de equipos
médicos o biomédicos para atender emergencias y, con pacientes que duermen en sillas de ruedas
y hasta en el piso.

Esto se debe a la falta de inversión y la mala gestión de los recursos disponibles, lo que genera la
una ineficiencia de los servicios y la afectación de la salud y economía de millones de peruanos.
Por ejemplo, el Perú es uno de los países con mayor cantidad de trabajadores administrativos y
menos médicos. Mientras Canadá cuenta con 16 médicos por cada trabajador administrativo,
Costa Rica con 8, Uruguay con 5 y Paraguay con 3; en el Perú la realidad se invierte: tenemos 3
administrativos por cada médico.

Además, se debe tener en cuenta que la infraestructura de los hospitales viene de la década
pasada, en la actualidad son pocos los hospitales nuevos que el Estado ha construido; en ese
sentido se debe precisar que, en el país hay muy pocas camas para hospitalización: 16 por cada
10,000 habitantes, mientras en Chile existen 21 camas; en Brasil, 24 y en España, 32. A ello hay
que agregar la mala organización de la logística que obliga a los pacientes a esperar dos semanas
por una cita y hasta 2 horas y 15 minutos para recibir atención; en el mejor de los casos, solo 11
minutos.

Otro punto es el factor económico, nuestro país está en la cola en cuanto al gasto en salud. Aunque
el presupuesto público para este sector ha mejorado en los últimos años, el total de inversión
pública y privada respecto al PBI no ha avanzado y representa el 5.5%, ubicando al país muy por
debajo de naciones como Bolivia (6.3%), Chile (7.8%), Colombia (7.2%) y Ecuador (9.2%). Del
total de la inversión, el 58.7% corresponde al gasto público, que equivale al 3.1% del PBI, frente a
un 3.9% del promedio latinoamericano.

El Estado consigna a la salud de cada peruano US$656, mientras que Chile reserva US$1,749, es
decir 70% más; otros países, como Brasil, gastan US$1,300 y Estados Unidos, US$9,000. Si bien el
mayor gasto por persona no significa necesariamente un mejor servicio, ambos factores están
estrechamente relacionados.

Al analizar la composición del gasto per cápita peruano en salud, el 61% de dicho gasto es de
origen público y el 39% privado; pero dentro del gasto del rubro privado, lo que desembolsan los
seguros particulares es solo 27%, mientras que el 73% restante es el gasto de bolsillo que las
familias peruanas se ven obligadas a hacer porque no se satisfacen sus necesidades de atención
en salud.
Gastamos en promedio US$207, mucho más que Colombia (US$29), Chile (US$62) o Estados
Unidos (US$55), pese a que somos un país significativamente más pobre. Esto es un indicador de
la ineficiencia del sistema.

Con la finalidad de revertir esta situación, el Ministerio de Salud presentó el Pacto por la Salud,
una propuesta planteada para mejorar los servicios y atención a los pacientes. El pacto tiene tres
ejes de intervención: trabajar para prevenir las enfermedades prevalentes en la población
peruana; mejorar la gestión de los recursos humanos en salud; y mejorar los sistemas de salud y
la calidad de los servicios.

Sin embargo, para Foro Salud (Sociedad Civil en Salud, es un espacio articulado de la sociedad civil
en el ámbito de la salud y en los que tengan relación con ésta.), el referido pacto solo es un
planteamiento general de lo que se debe alcanzar, sin metas o propuestas claras de acción.

El presidente de la Federación Médica Peruana, Danilo Salazar Oré, sostuvo que, para poder
mejorar la salud pública en el Perú, lo más importante es mejorar el presupuesto del sector, pues
de lo contrario todo quedará en buenas intenciones. En ese sentido, recordó que el presidente
Pedro Pablo Kuczynski ofreció incrementar el presupuesto de salud en 0.5% del PBI por año, lo
cual no se ha cumplido.
Las conclusiones a las que se puede llegar son las siguientes:

1. Se debe desarrollar un plan de prevención de las enfermedades crónicas (enfermedades


cardiovasculares, cáncer, obesidad, diabetes, malformaciones congénitas, enfermedades
mentales, etc.).
2. Fortalecer la atención primaria con mayores profesionales asistenciales (Médicos
Enfermeras, Obstetras, etc.), para maximizar el esfuerzo de los mismos.
3. El costo de la atención médica a nivel público es elevado y la oferta del sector privado ha
aumentado y sus costos son razonables, por lo que conviene reevaluar la estructura de
costos de los procedimientos médicos con la finalidad de sincerar el costo real de dichos
procedimientos, logrando así reducir el costo de los mismos.
4. Reducir las listas de espera de pacientes en general, eliminando los tramites administrativos
innecesarios o repetitivos; así como, basado en la tecnología crear sistemas digitales que
permitan la generación de citas vía páginas web.
5. Renovar infraestructura y equipos sin más demora, con la finalidad de transformar la a los
hospitales en centros médicos de acorde a su nivel de atención, para atender con éxito las
enfermedades crónicas y mejorar la calidad de la atención médica.
6. Utilizar protocolos para el manejo de las enfermedades que estén fundamentadas en buenas
prácticas clínicas y en el avance de las ciencias médicas.
7. Mantener una capacitación continua por medio de videoconferencias y utilizar más la
telemedicina.
8. Establecer un consentimiento informado completo para que los pacientes sepan
exactamente qué se les va a hacer y cuáles son los riesgos.
9. Crear alianzas estratégicas con centros médicos avanzados para facilitar la transferencia de
ciencia y tecnología, indispensables para la buena atención de las enfermedades crónicas.

https://www.who.int/whr/2008/summary/es/
https://revistas.unal.edu.co/index.php/revsaludpublica/article/view/43521/62567
https://www.nacion.com/opinion/foros/soluciones-a-problemas-de-atencion-
medica/JQ4YOZHXRVEWVPWTPVM2NISGVI/story/
http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/3443.pdf
https://peru21.pe/peru/situacion-salud-peru-ineficiencias-sector-afectando-millones-peruanos-
396225

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