Sei sulla pagina 1di 3

TAXONOMÍA DE BLOOM

La taxonomía de Bloom es una clasificación de diferentes objetivos a lograr a


través de la educación formal realizada por Benjamin Bloom en base a los tres
aspectos que diferentes expertos en educación habían reflejado en 1948 al intentar
establecer un consenso respecto a los objetivos de la educación: cognición, afectividad
y psicomotricidad.
Se trata de una clasificación de objetivos llevada a cabo de forma jerárquica,
organizada en base a si la actividad requiere de un procesamiento más o menos
complejo. El autor partió en su clasificación de las aportaciones del conductismo y el
cognitivismo imperantes en la época.
Esta taxonomía ha sido desde su concepción empleada y valorada en el mundo de la
educación. En sí, si bien la taxonomía de Bloom parte de la consideración de los tres
grandes aspectos y estos son analizados y clasificados, tiende a centrarse
especialmente en la vertiente cognitiva, siendo esta taxonomía finalizada en 1956.
En lo que respecta a la clasificación de objetivos y las dimensiones trabajadas en cada
uno de los aspectos, en la taxonomía podemos encontrar las siguientes.

La taxonomía cognitiva
El aspecto en que quizás se haya puesto mayor énfasis a lo largo de la historia de la
educación, y en el que también se centra especialmente la taxonomía de Bloom, es en
la esfera cognitiva.
En ella, se pretende potenciar la competencia del estudiante en el logro o
consecución de determinadas capacidades u objetivos cognitivos (concretamente seis)
a partir de diferentes capacidades intelectuales, afectivas y psicomotrices.. Si bien
dentro de cada uno de ellos pueden encontrarse diferentes acciones y aspectos a
trabajar, a modo de resumen podemos considerar que los principales objetivos de la
educación según la taxonomía de Bloom son los siguientes.

1. Conocimiento
Aunque el concepto de conocimiento puede parecer muy amplio, en esta taxonomía se
indica como tal a la capacidad de recordar lo previamente adquirido de manera más o
menos aproximada. Se considera la más básica de las capacidades que el alumno
debe adquirir y la que menor procesamiento requiere.
2. Comprensión
Adquirir y mantener grabado lo aprendido no exige un gran procesamiento, pero per
se no sirve para poder adaptarnos al medio. Es necesario que entendamos lo que
aprendido. Así, un segundo objetivo es el de ser capaces de transformar la
información tal cual nos llega en algo que podemos llegar a comprender e
interpretar.

3. Aplicación
Un paso más complejo es el de la aplicación. En este momento el sujeto no debe solo
captar y entender lo que se le dice sino también ser capaz de emplearlo. No es lo
mismo saber y entender qué es una multiplicación que hacerla de manera práctica y
cuando se necesita.

4. Análisis
El análisis de la información supone ser capaz de abstraer el conocimiento obtenido
en los anteriores momentos, requiriendo la capacidad de fragmentar la realidad de lo
aprendido de cara a distinguir qué lo configura y permitir la aplicación en diferentes
ámbitos.
Puede llegar a elaborar hipótesis y contrastarlas en base a la información
proporcionada. Continuando con la multiplicación del ejemplo anterior, sería ser
capaz de comprender que podemos realizar una multiplicación en un problema
determinado y por qué es ello correcto. Requiere de un elevado procesamiento.

5. Síntesis
Sintetizar supone elaborar de forma resumida un modelo, combinando la información
recibida para crear algo diferente de lo aprendido (de hecho en revisiones posteriores
síntesis se cambia por creación). Es uno de los objetivos cognitivos más complejos, ya
que supone no solo trabajar con la información aprendida sino también incorporar
otros elementos que nos sirvan para obtener su base y aplicarla para crear.
6. Evaluación
Este elemento supone principalmente el hecho de ser capaces de emitir juicios en base
a un criterio u opinión fundamentada. Puede suponer incluso la no aceptación de lo
que se está enseñando, necesitándose para ello de un nivel de elaboración mental
muy avanzada.

Revisando esta propuesta educativa


Si bien la taxonomía de Bloom ha sido un referente en el mundo de la educación
desde su concepción, ello no implica que diferentes autores no hayan realizado
ninguna modificación al respecto. Concretamente destaca la publicada en 2001 por
Lorin Anderson y David Krathwohl, quienes fueron estudiantes del autor original.
En dicho cambio se propuso que en vez de emplear sustantivos para valorar cada una
de las categorías o objetivos clave se utilizaran verbos, algo que facilita la
comprensión de que el objetivo es el hecho de hacer determinada acción y no su
resultado en sí. Se enfatiza que estamos ante un suceso que requiere de una actitud
activa y hace del alumno protagonista de su propio proceso de aprendizaje.
También se modificó la secuenciación de categorías, pasando a considerar el hecho de
evaluar un pensamiento de orden superior pero por debajo del proceso de creación (en
el modelo original se consideraba la evaluación como más superior a la
síntesis/creación).
Asimismo, posteriormente se ha ampliado el modelo incluyendo diferentes aspectos
vinculados al uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación,
asimilándose a otros modelos.

Bibliografía

https://psicologiaymente.com/desarrollo/taxonomia-de-bloom
https://es.wikipedia.org/wiki/Taxonom%C3%ADa_de_objetivos_de_la_educaci%C3%B3n

Potrebbero piacerti anche