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ENSAYO SOBRE: CRUMBAUGH - POIESIS, PRODUCCIÓN, TRABAJO

Introducción

La cuestión del trabajo y la producción coloca hoy, en el centro, una discusión con
el enfoque que solo apunta a la producción de objetos. En efecto, el carácter
hegemónico de la historia del arte, es decir, la historia de las obras y sus autores,
ha limitado el análisis de las múltiples dimensiones de la experiencia productiva,
especialmente de sus efectos sociales. Se introduce entonces en este ensayo, a
partir de las hipótesis de Crumbaugh, un nuevo horizonte para el debate que
recupere la restitución de la totalidad del sentido del arte: el de la aplicación de la
teoría de la recepción para una nueva comprensión del arte. Se trata de reconocer
en definitiva el enlazamiento mutuo, a propósito de la obra artística, de la
expectativa, la experiencia social y la creación de un momento de nueva
significación productiva. Queda implícita la exploración sobre la pertinencia de los
juicios valorativos del hecho intencionado o decidido del ser humano en trabajar
para producir, la validez del acto selectivo: ¿Es hoy admisible erigir un trabajo sobre
la producción? Esto lleva a la cuestión sobre el valor del juicio del trabajo y la
posibilidad de su objetividad, en la actividad proyectual y de recepción, por ejemplo,
de la arquitectura. La superación de la concepción, representacionista de la
producción, debe partir por reconocer la continuidad histórica, demostrada a la luz
de la hermenéutica de las tres dimensiones o funciones básicas –poiesis, trabajo,
producción- de la praxis. Una segunda hipótesis analizada en este ensayo, plantea
al placer como la postura unificadora propia de las dimensiones señaladas. De
manera que se defiende la postura de la experiencia del trabajo como un proceso
dinámico entre producción y recepción, de autor - obra - público.

La Transformación del Concepto de Trabajo en la Teoría Social

La transformación del concepto de trabajo en la teoría social podría decir que son
formas potencialmente establecidas a partir de que el trabajo se basa en una
racionalidad táctica de educación medios-fines, de allí que la afirmación de Elster
es sin duda una excelente expresión de lo que el concepto amplio de trabajo
representa en la obra Marx. En donde añade que "La autorrealización a través del
trabajo creativo es la esencia de comunismo de Marx" (1985: 521).

Interpretaciones similares y cercanas de muchos otros autores han presentado que


el concepto de trabajo de Marx va más allá de la instrumentalidad y han tratado de
captar teóricamente su complejidad. Esta recepción es un proceso abierto de
formulación y corrección de nuestras experiencias y de la puesta en foco de la
propia praxis experiencial cotidiana al situar en su centro al sujeto que percibe y el
contexto en que las obras son recibidas, a nuestra persecución ya se encuentra
completamente eclipsado la poiesis por parte de la praxis puesto que, de la misma
producción, las relaciones humanas reales que en ella se dan señala las relaciones
acerca de la división del trabajo y el proceso de la producción.

Cuando Crumbaugh nos indica que repensemos la actividad literaria desde una
noción a la vez pre-moderna y contra-moderna de la poiesis se propone el mismo
objetivo que Marx aquí, aunque con perspectivas bastante diferentes del quehacer
humano, que es la inteligencia práctica (o praxis, llevada desde un punto de vista
productivo o a crear cosas) que continua dentro de un esquema sujeto-objeto o
producir para consumir, en donde el sujeto actúa representándose y produciendo
para el mundo. En un medio en que el ser humano busca exteriorizar la
consideración de la instrumentalización del trabajo, como lo maneja la concepción
de Marx sobre el trabajo en un sentido económico y moral.

En conclusión así como la artesanía, la carpintería, la agricultura, incluso la propia


naturaleza constituye poiesis, podríamos decir o afirmar que el trabajo y la
producción son la praxis que llevan a cabo el feliz término de la poiesis, en tanto
que trabajo sea cuestionado como un simple proceso para crear un determinado
objeto y no mantenga su estatus de inteligibilidad dentro de la polis. En cierto sentido
Crumbaugh resalta el punto de vista que tiene Marx sobre el sentido del trabajo
como dignificante del ser para hacer y no para procesar o realizar tareas rutinarias
que desvirtúan la esencia de la poiesis. La filosofía de esta no es cuestionada en
ningún sentido en los autores mencionados por Crumbaugh, ni por el mismo. Es en
los casos de opiniones de los autores citados que se trata la filosofía del trabajo en
su máxima amplitud significativa, recordando "el trabajo es un proceso entre la
naturaleza y el hombre.

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