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PLURALISMO COORDINACION DE SISTEMAS JURIDICOS EN GUATEMALA

Guatemala es un país multi-etico y pluricultural,


en lo que respeta al sector de justicia puede hablarse de la existencia simultánea de dos grandes
sistemaçs jurídicos que en diversas ocasiones ha sido motivo de debates, el sistema jurídico oficial
(derecho occidental) representado por el Organismo Judicial y sistema juridico maya (derecho
consuetudinario) es la estructura propia, establecida por las comunidades.

A esto se suma la generalización del uso de mecanismos alternativos de resolución de conflictos


propios de la justicia formal, tales como la mediación y conciliación, que permiten mayor cobertura del
sistema formal en áreas indígenas que tienen menor acceso a la justicia oficial. Sus autoridades
portan varas de mando, son personas ancianas llenas de sabiduria, reconocidas y revestidas de
respeto ante la comunidad. El sistema jurídico guatemalteco rechazo la existencia de un derecho
indígena alternativo al sistema oficial; a raíz de una sentencia de casación del año 2012 de la Cámara
Penal de la Corte Suprema de Justicia y diversos fallos de la Corte de Constitucionalidad, Guatemala
dio un paso trascendental en el reconocimiento del Derecho Indígena en virtud de la obligación
constitucional que tiene el Estado de Guatemala de proteger a los grupos étnicos del país
articulo 66 CPRG, así como las obligaciones internacionales contraídas a raíz de la ratificación del
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

De todos los conflictos que son resueltos en una comunidad por las autoridades indígenas, en
Guatemala, menos del uno por ciento de todos ellos llega en la Defensa Pública Penal, cuando eso
sucede, el Estado no se entera, pues no tiene la estructura y la capacidad de intervención. El
pluralismo jurídico en Guatemala esta en camino de realizarse, en realidad no existe todavía en dos
dimensiones: en la norma jurídica una parte que determine el respeto del uno por el otro y la
dinamización a través de las relaciones interinstitucionales es decir que contemple la coordinación
entre los dos sistemas. Aunque se puede suponer que por una parte ha existe una escasa
coordinación entre ambos sistemas, el problema es que dicha coordinación se ha hecho por
áreas y no como una política de Estado, es decir, algunos jueces de forma aislada han reconocido a
las autoridades de pueblos originarios, al abstenerse de conocer ciertos casos que ya había sido
conocidos previamente por la jurisdicción indígena.

El acceso a la justicia de los pueblos indígenas tiene barreras en la cobertura territorial de los
tribunales entre ellas cabe mencionar la excesiva judicialización de los conflictos, el formalismo
excesivo de las instituciones, el uso dominante del idioma no indígena porque los interpretes no
traducen correctamente y el tratamiento discriminatorio también son persistentes. Los pueblos
indígenas no están familiarizados con las leyes estatales ni con los procedimientos legales para el
ejercicio efectivo de sus derechos, y la mayoría de ellos no cuenta con un nivel educativo formal y
económico favorable para hacerlo. Tambien existe un estigma en los jueces y no aceptan o no
entienden al otro desde su cultura y sus formas de organización, mayoría de jueces tiene la idea de
que el sistema maya es un error, de que es algo primitivo. Pero hay que verlo desde distintos niveles,
desde el ejercicio de gobernabilidad, la resistencia cultural de los pueblos indígenas en su necesidad
de mantener la práctica política y jurídica ancestral e históricamente, se ha tratado de una relación
política de los pueblos con la dominación. Este tipo de justicia comunitaria ha probado eficacia, es
una justicia gratuita, conocida, accesible y ejercida directamente por los mismos usuarios. En cuanto
al ámbito de competencias para el pluralismo jurídico, un homicidio, un asesinato o una violación´ ya
no es competencia para que las autoridades indígenas sean quienes juzguen, es competencia del
Estado. Si bien es cierto que el Convenio 169 de la OIT, elaborado en el año 1989, no menciona
específicamente “libre determinación“ o “autonomía“ o “ámbitos de competencia”, es una realidad que
hoy estos derechos se ejercen comunitariamente. Algunos, dice Martínez, están ampliamente
reconocidos en la legislación de los países de América Latina y del derecho internacional,
específicamente quedaron reconocidos como tales en la reciente Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas del 2007. coordinacion Incluyente pero forzado.

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