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HISTORIA
La mayor parte del conocimiento actual de la arquitectura griega proviene del período
arcaico tardío (550-500 a. C.), la época de Pericles (450-430 a. C.), y el periodo
puramente clásico (430-400 a. C.). Los ejemplos griegos se estudian junto a los
períodos helenístico y romano (puesto que la arquitectura romana es una
interpretación de la griega), y de fuentes escritas tardías tales como Vitruvio (siglo I).
Como resultado, queda una fuerte tendencia hacia los templos, los únicos edificios que
sobreviven en un número significativo.
Fachada oriental del Templo de Hera (Templo E) de Selinunte (Sicilia), levantado originalmente en el siglo VI a. C. y reconstruido
a mediados del siglo XX.
Es la primera etapa. Tiene varias fases. Comienza a principios del primer milenio antes
de Cristo y se cierra en el primer tercio del siglo V a. C.
Período clásico
El Erecteón de la Acrópolis de Atenas, levantado a finales del siglo V a. C., durante el período clásico.
Período helenístico
Altar de Pérgamo, construido en la primera mitad del siglo II a. C. en la Acrópolis de Pérgamo (actual Turquía) y en la actualidad
reconstruido en el Museo de Pérgamo de Berlín.
Es la tercera y última etapa del arte griego. Se extiende desde el siglo III a. C. hasta
mediados del siglo II a. C., tomándose como fecha simbólica de cierre el año 146 a. C.,
cuando los romanos conquistaron la ciudad de Corinto.
Lo más destacado son los proyectos urbanísticos como los de Hipodamo de Mileto,
con organización en cuadrícula, ejemplo que fue seguido en siglos posteriores.
El templo era la forma más conocida y frecuente de arquitectura pública griega, pero
no cumplía las mismas funciones que una Iglesia moderna. El altar estaba al aire libre
en el témenos, a menudo directamente delante del templo. Los templos servían como
depósitos de tesoros asociados al culto del dios al que se dedicaban, como lugar donde
permanecía una imagen de culto a veces de gran antigüedad, pero a menudo desde
los tiempos de Fidias era asimismo una gran obra de arte. El templo era un sitio para
que los devotos depositaran sus ofrendas votivas, tales como estatuas, yelmos y
armas. La habitación interior del templo, la cella, servía así principalmente como una
cámara acorazada y una despensa. Puesto que no estaba pensado para alojar a los
fieles, no precisaba que fueran de grandes dimensiones, ni tampoco elevarlos. Se
concebían para ser vistos desde fuera.
El templo griego.
El templo pudiera haber tenido origen en el megaron, sala rectangular precedida por
un pórtico de columnas (stylos), existente en la casa micénica y que era la habitación
más importante de la casa griega y santuario de los dioses familiares, tal como lo
describe Vitrubio. En las invasiones y guerras, los ganadores derruían el palacio del
rey vencido, pero respetaban el megaron puesto que era la casa del dios de la región.
Así, el templo más antiguo era el in antis, que tiene todo el aspecto de ser una
habitación que ha perdido la casa que tenía alrededor.
Son construcciones arquitrabadas que se alzan sobre una plataforma con gradas
(krepis o krepidoma), llamándose estilóbato al último escalón. La planta definitiva del
templo griego constaba de un local llamado cella,6 un espacio interior, de forma
rectangular, que constituye el núcleo de la construcción. Tiene una sola abertura, la
puerta, sin ventanas. A veces el templo tiene dos cellas, con las puertas en las
fachadas principales, las más cortas, y en este caso cada cella suele estar dedicada a
una divinidad distinta.
Tholos de Delfos.
Tenían casi siempre en las fachadas principales (las más cortas) un número de
columnas par, y dependiendo del número de columnas se llaman de distinta manera:
cuando tiene cuatro, tetrástilo; si son seis, hexástilo; si son ocho, octóstilo; si fueran
diez, decástilo y con doce, dodecástilo. De este modo, se marca el eje con un hueco.
Las columnas de los lados, sin embargo, eran impares, habitualmente el doble que en
las principales más una.
En general, los edificios tenían planta rectangular, pero hay algunos casos de templos
circulares (tholos). Monóptero era la denominación que recibía el templo circular. El
ejemplo más conocido es el de Teodoro, en Delfos, dedicado a Atenea Pronaia.
Con el tiempo, los arquitectos griegos fueron afinando las proporciones y los detalles
de sus templos. Muchos consideran que el Partenón de Atenas, de los
arquitectos Ictino y Calícrates, es el templo que mejor expresa el deseo de Belleza de
los griegos.
TEATRO
Teatro de Epidauro.
Los teatros se usaban tanto para reuniones públicas como para interpretaciones
dramáticas. Estas actuaciones se originaron como ceremonias religiosas vinculadas
con el culto a Dionisos; evolucionaron hasta asumir su estatus clásico como la más
alta forma de cultura griega en el siglo VI a. C. (véase Teatro griego).
Se construían al aire libre, sobre una colina en las afueras de la ciudad. Las gradas
tenían forma semicircular y se asentaban en la ladera de un cerro. De esta forma
aprovechaban la inclinación natural del terreno, para permitir que todos los
espectadores vieran el escenario sin obstáculos y sin necesidad de alzar grandes y
costosas estructuras arquitectónicas. Conseguían teatros que podían acomodar hasta
15 000 espectadores, cifra que aún hoy parece muy grande (los teatros actuales más
grandes tienen menos, y ni siquiera los teatros romanos llegaron a ese tamaño). A este
graderío semicircular se le llama Koilan, Cávea o theatron. A partir del siglo IV a. C. se
realiza en piedra.
Las gradas estaban en torno a un círculo central, llamado orquesta (orchestra). Tenía
el suelo de tierra. Allí se colocaban los músicos, se bailaba y se situaba el coro que
relataba la acción de la obra y actuaban mientras los actores se cambiaban e incluso
junto a estos. A veces en la orquesta se colocaba la thyméle, el altar del dios Dioniso.
Es en la época clásica cuando los edificios de los teatros se fueron haciendo más
importantes. Se considera que el más antiguo es el de Dioniso en la falda de
la Acrópolis de Atenas, pues su construcción se inició en el siglo VI a. C. No obstante,
su aspecto actual se corresponde con la transformación sufrida en el siglo IV a. C.,
cuando la anterior construcción rudimentaria se sustituyó por otra de piedra
equiparable a los de Delfos o Epidauro.
ARQUITECTURA MILITAR
Los griegos defendieron desde antiguo sus ciudades con murallas, que dieron lugar a
los recintos fortificados que llamamos acrópolis. Sin embargo, situándonos ya en el
período helénico, las murallas aparecen en el siglo VI a. C., un hecho tardío, pues la
población se refugiaba en las acrópolis o en una fortaleza en caso de peligro. Hay que
tener en cuenta, además, que las fortificaciones eran tan caras en Grecia que
superaban los recursos de las ciudades-estado.
Para evitar el gasto en murallas aparecieron otros elementos militares, tales como las
torres defensivas.
ORDENES DE LA ARQUIITECTURA
Los griegos fueron quienes desarrollaron en mayor medida la función ornamental de
la columna, elemento arquitectónico ya existente con anterioridad. Fueron ellos
quienes fijaron unas normas o cánones de composición arquitectónica en tres estilos
(u órdenes clásicos): dórico, jónico y corintio, aunque los dos primeros son los
principales. Durante el período helenístico apareció el capitel compuesto.
Posteriormente, los romanos asumieron esta tipología, aunque introdujeron algunas
variantes.
Los propios griegos usaron los nombres de dórico y jónico, lo que reflejaba su creencia
de que los estilos descendían de los griegos dorios y jónicos de la Edad Oscura, pero
es improbable que esto sea cierto.
Orden Dórico
Este estilo clásico responde a una de las dos raíces del arte griego, la doria, que está
en relación con las culturas de los metales europeas. Su decoración se caracteriza por
preservar la mayor austeridad posible. La columna no tiene basa.7 Tiene de 16 a 20
estrías longitudinales con aristas vivas. Desde el suelo la columna va reduciendo su
diámetro hasta el capitel, formando un perfil conocido como éntasis. El pedestal está
formado por una grada de tres escalones, los dos inferiores se denominan
estereóbatos y el superior estilóbato.
Se cree que tuvo su origen en las construcciones en madera, cuyas formas pasan a la
piedra. Así, los triglifos responderían a las cabezas de las vigas transversales en las
construcciones de madera.
El estilo dórico era formal y austero, se usaba normalmente en los templos de deidades
masculinas. Apareció en la Grecia continental y de allí se difundió por las colonias
griegas en Italia. La mayor parte de los templos que se conservan de época griega
pertenecen a este estilo: el de Hera en Olimpia (600 a. C.), el
de Apolo en Corinto (540 a. C.), los de Paestum (siglo VI a. C.), el de Apolo en
Delfos (520-500 a. C.) y el Hefestión y los Propileos (437-432 a. C.) en Atenas. Se
considera que el estilo culmina con el Partenón de Atenas (447-438 a. C.), templo
octóstilo y períptero. En su construcción participaron el arquitecto Ictino y su
ayudante Calícrates. Destaca la decoración de sus frontones y del friso, obra
de Fidias. Una explosión del año 1687 destruyó en parte este templo.
Orden Jónico
Erecteón, en la Acrópolis de Atenas, de orden jónico.
Este segundo estilo clásico se relaciona con la otra raíz del arte griego, la jonia, en
relación con Asia Menor. Se usó en las ciudades de Jonia (hoy costa occidental
de Turquía) y algunas islas del Egeo. El orden jónico se hizo preponderante durante el
período helenístico, pues es más decorativo y apropiado a la estética de este período
que el más severo dórico. La documentación demuestra que la evolución del orden
jónico se encontró con resistencias en muchos estados griegos, pues entendían que
representaba el dominio de Atenas.
El rasgo más representativo de este estilo es el capitel con dos volutas o espirales
encuadrando el equino. Del entablamento destaca el hecho de que el arquitrabe, que
se muestra usualmente descompuesto en tres fajas horizontales,
llamadas platabandas y que el friso sea una banda continua, sin metopas ni triglifos.
Las columnas son más esbeltas y ocasionalmente son sustituidas por estatuas de
muchachas llamadas cariátides, como ocurre en el Erecteión.
Entre los templos de este orden, destaca el de Zeus Olímpico en Atenas (174 a. C.).
También cabe mencionar la Linterna de Lisícrates en Atenas, monumento
conmemorativo que fue encargado por el poeta Lisícrates para exponer el trofeo
obtenido en un certamen de teatro.
MATERIALES
Los materiales frecuentemente empleados en la arquitectura griega fueron la madera,
para soportes y techos; ladrillo sin cocer para las paredes, especialmente de casas;
la piedra caliza y el mármol, para columnas, muros y porciones elevadas de los
templos y edificios públicos; la terracota, para ornamentos; y metales, especialmente
el bronce, para detalles decorativos. Los arquitectos de la época arcaica y clásica
usaron estos materiales constructivos para edificios: religiosos, cívicos, domésticos,
funerarios y recreativos. El adobe se reservaba para las construcciones más pobres y
sin importancia.
En cuanto a las tejas, ha de recordarse que los restos más antiguos de la Grecia
arcaica están documentadas en un área muy limitada en torno a Corinto (Grecia),
donde las tejas fueron sustituyendo a los techos de paja en los dos templos, de Apolo y
de Poseidón entre los años 700 y 650 a. C. Se expandió rápidamente, durante los
cincuenta años siguientes, usándose en un elevado número de lugares alrededor
del Mediterráneo oriental, incluyendo la Grecia continental, el oeste de Asia Menor, y
el sur y el centro de Italia. Las primeras tejas tuvieron forma de S, y eran bastante
abultadas, con un peso de unos 30 kilos cada una. Resultaban más caras y costosas
de producir que un tejado de paja, por lo que su introducción se explica por la
resistencia al fuego, que daba la necesaria protección a los costosos templos.
Finalmente, no puede olvidarse que el aspecto general de los edificios era distinto al
que se ve actualmente, ya que se pintaban con colores brillantes, de rojo, de azul, de
tal manera que llamaban la atención no sólo por su estructura, sino también por
su policromía.
MONUMENTOS FUNERARIOS
Entre todos, fue notable por lo suntuoso el mausoleo de orden jónico adornado con
relieves y estatuas que se elevó en Halicarnaso (Asia Menor) a la memoria de Mausolo,
rey de Caria por su mujer Artemisa (siglo IV a. C.) de donde toman nombre los
mausoleos. Otras veces quemaban a los cadáveres guardándose las cenizas en urnas
o vasijas.
Entre los edificios de utilidad pública figuraban como principales después de los
templos y los mencionados teatros: