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1. ¿Qué es ironía?

La ironía es un fenómeno complejo en el que intervienen aspectos psicológicos, sociales y culturales. Desde un punto de
vista lingüístico, la ironía sólo tiene explicación si se concibe la comunicación en sentido amplio; es decir, si se asume que
comunicarse no consiste únicamente en la codificación de un significado por parte de un hablante y en su respectiva
decodificación por parte de un destinatario. La comunicación se basa en la transmisión de intenciones, y tiene éxito cuando
dichas intenciones son interpretadas correctamente por los destinatarios. Sólo así se entiende que si un hablante tiene
pensado ir de excursión a la montaña exclame ¡Qué bonito día! al salir a la calle y encontrarse con una tormenta.

1.1. Lo que significa ironía

El significado irónico se basa en una oposición, de ahí que la definición clásica de ironía sea “afirmar lo contrario de lo que
se dice”. Esta oposición puede ir desde la negación del enunciado hasta un significado antónimo o contrario, como sucede
en (1) y (2), respectivamente:

(1) [En una gasolinera, una pareja intenta llenar el depósito del coche con un hilo de gasolina que sale del surtidor]. Ana:
No te preocupes, en unos minutos se llena. Alejandro: Sí que se va a llenar, sí… Interpretación irónica del enunciado de
Alejandro: No se va a llenar.

(2) [Juan y María están haciendo cuentas sobre el número de personas que asistirá a una de sus fiestas. María tiene papel
y lápiz y escribe 2+3= 4]. Juan: Lo tuyo siempre han sido las matemáticas. Interpretación irónica del enunciado: Lo tuyo
nunca han sido las matemáticas.

Estos ejemplos contienen enunciados irónicos prototípicos, pues en ellos la oposición es evidente, y se da entre lo que el
hablante está diciendo y lo que en realidad quiere dar a entender (su intención). Para producir enunciados irónicos
prototípicos no es necesario utilizar oraciones afirmativas o negativas; la ironía puede expresarse también mediante
interrogativas “especiales”:

(3) [Tomás conoce a Mariano desde hace años y sabe que detesta bailar]. Cecilia: Mariano me ha invitado a bailar. Tomás:
¿Mariano bailar? Interpretación irónica del enunciado de Tomás: A Mariano no le gusta bailar.

(4) [En un aula, un alumno se dirige a un profesor en un tono excesivamente elevado]. Profesor: ¿Puedes hablar más fuerte?
Interpretación irónica del enunciado: No hables tan fuerte. Hay casos, sin embargo, en los que la ironía no es tan evidente.
Se trata de enunciados en los que la oposición no afecta directamente a lo que se dice, sino que invierte o altera alguno
de los valores implicados que se desprenden del enunciado. Esto es lo que sucede en ejemplos como (5):

(5) [María y Ana han quedado para salir. María aparece con un moño italiano, muy elaborado]. Ana: Parece que has ido a la
peluquería. Del enunciado de Ana no se desprende un significado contrario; sin embargo, resulta irónico, pues se ha
utilizado un evidencial (parece que), que suele implicar falta de conocimiento directo (y, por tanto, falta de seguridad en
aquello que se dice), en un contexto en el que la evidencia es obvia: Ana ve claramente (y, por ello, no puede tener dudas)
que María ha ido a la peluquería.

Algo similar sucede en enunciados como Bonnie & Clyde se dedicaban a la banca, donde lo que normalmente deberíamos
entender del uso de dedicarse a sería que Bonnie & Clyde eran banqueros; sin embargo, la ironía permite alterar dicha
implicación, y el enunciado es una manera de aludir a su condición de ladrones. Y una explicación semejante puede darse si
a alguien se le pregunta en qué trabaja y responde Soy experto en desechos urbanos: basurero. En este caso, ser experto
denota un alto grado de especialización técnica que no parece requerir el oficio del basurero. A este tipo de ironía, menos
obvia y más sutil, es a la que se denomina no prototípica, y sería la que explicaría que, en ocasiones, se la haya definido
como “dar a entender algo distinto a lo que se dice”. Los enunciados irónicos no prototípicos enlazan con otros fenómenos
como el humor, o con distintos tipos de “juegos verbales”.

1.2. La situación importa… (y mucho) El significado irónico es un valor contextual. Esto quiere decir que un mismo enunciado
puede ser irónico en una situación, y no serlo en una situación diferente. Así, si alguien dice Lo tuyo siempre han sido las
matemáticas ante una persona que acaba de equivocarse al realizar una suma sencilla, está siendo irónico, pues da a
entender lo contrario de lo que se dice. Sin embargo, si alguien dice lo mismo para referirse a una persona que acaba de
ganar un premio nacional de matemáticas, el enunciado ya no será irónico.

Marcas

En ocasiones aparecen pistas contextuales que nos pueden ayudar a interpretar si un enunciado es irónico. Una de estas
pistas, muy común en los intercambios orales, es el tono que emplea el hablante: (6) [Después de que María le contara a
Ana que su marido llevaba meses comportándose de una forma muy rara]. Ana: Ya sabía yo que tu marido acabaría
dejándote. María: Tú eres muy lista. El contexto, y el hecho de que María pronuncie su enunciado con un tono especial,
llevan a interpretarlo como irónico. El tono puede estar unido a otras pistas, como la repetición, que resulta frecuente
tanto en el discurso oral como en el escrito. Si ante la escasa cantidad de gasolina que sale del surtidor se dice Sí que se
va a llenar, sí…, el contexto (sale muy poca gasolina), y una serie de señales, como el tono de intensidad ascendente y la
repetición del adverbio afirmativo, ayudarán al destinatario a interpretar que el hablante está siendo irónico. En la
interacción comunicativa, el hablante puede facilitar la interpretación irónica de su enunciado a través de gestos y
elementos kinésicos; en este sentido, es habitual que se marque la ironía con un movimiento de los dedos índice y corazón
de forma circular, guiñando un ojo, etc. En el discurso escrito, el emisor puede avisar a su destinatario del valor irónico
de su enunciado mediante acotadores, como en sentido irónico, o a través de signos gráficos, como las comillas.

Indicadores

Hay determinados elementos que contribuyen de manera decisiva a transmitir la ironía, pues es precisamente su valor el
que se ve alterado cuando un hablante quiere ser irónico. Se trata de elementos lingüísticos que sufren, momentánea o
contextualmente, el cambio de significado. En este sentido, es habitual que, cuando el hablante quiera ser irónico, emplee
fórmulas rutinarias del tipo menos mal o qué bonito con un valor distinto al que exhiben habitualmente; o cuantificadores
y diminutivos (Vaya nochecita), e incluso estructuras sintácticas completas. Entre estas últimas son habituales las
interrogativas de infinitivo con sujeto (¿Mariano bailar?) o la focalización −o enfatización− de adjetivos valorativos en
enunciados con un orden de palabras “especial” (¡Menuda cara tienes tú!). Todos estos elementos pueden ver alterados su
significado y función cuando el hablante quiere ser irónico. Codificación En ocasiones, sin embargo, no es necesario acudir
al contexto para detectar la ironía, pues la expresión puede haber incorporado al código lingüístico el significado irónico.
Esto es habitual en las unidades fraseológicas; es decir, en expresiones que se han codificado como transmisoras de un
valor irónico. Así, si alguien califica algo como la purga de (San) Benito está expresando su incredulidad o distancia hacia
la rapidez de algún suceso; y esto será así en todos los contextos, cada vez que se utilice esta expresión. Igualmente, si
de dice que a alguien le ha tocado el gordo, se está aludiendo a que le ha sucedido algo que no es de su agrado.

1.3. Instrucciones de uso

La ironía es especialmente útil como mecanismo comunicativo, y puede ayudar al hablante a llevar a cabo distintas funciones
en diversas situaciones. En este sentido, la oposición que implica la ironía permite utilizarla para expresar una actitud
crítica hacia una situación o hacia una persona. Igualmente, puede emplearse para adoptar una postura distanciada hacia
situaciones difíciles, o hacia temas tabú, que permitan sobrellevarlas mejor. Por ejemplo, situaciones embarazosas o
complicadas para el hablante, como la economía, la muerte o el sexo, suelen ser en español bastante rentables para el
empleo de la ironía. En estos casos, los factores sociales y, especialmente, los culturales, serán de vital importancia.

El establecimiento de los temas sobre los que se puede ironizar y la determinación de las situaciones difíciles a las que
es mejor enfrentarse con una actitud irónica dependen en gran medida del grupo social que participe en el acto
comunicativo y, en sentido más general, de la visión cultural que cada uno posea. Los enunciados irónicos pueden cumplir
otras funciones, más o menos relacionadas con la crítica. Así, puede utilizarse la ironía para suavizar órdenes o
instrucciones y, de este modo, hacer que el destinatario se sienta menos “amenazado”, o que se relaje la jerarquía entre
los participantes (el que da la orden y el que la recibe).

En este sentido, la ironía no sólo es un mecanismo de distancia hacia el otro, sino que también puede emplearse para
generar complicidad entre los hablantes. Y, evidentemente, la ironía suele utilizarse para hacer reír, hasta tal punto que,
en ocasiones, ambos fenómenos se entremezclan.

1.4. Ironía y humor: efectos colaterales

La oposición que implica la ironía puede desembocar en la ruptura de expectativas, y eso provoca el efecto humorístico
en los participantes que intervienen en una situación comunicativa. En estos casos, la ironía invade el terreno del humor, y
muchos mecanismos irónicos se convierten también en humorísticos. Uno de los principales recursos que combinan humor
e ironía son los dobles sentidos, o el “juego” con las diversas interpretaciones de un mismo enunciado. De esta forma,
puede resultar irónico, y al tiempo, humorístico, que el mismo vocabulario que se emplea para referirse a una película de
aventuras pueda emplearse simultáneamente para referirse a una de alto contenido erótico (como expresiones del tipo
meter y sacar −la espada−). Igualmente, resulta humorístico plasmar gráficamente la interpretación literal de
determinadas unidades fraseológicas que se han fijado como interpretaciones figuradas y abstractas: por ejemplo, resulta
cómico que la imagen que acompaña a un enunciado como Hay que coger el toro por los cuernos, refiriéndose a una situación
de crisis económica, sea la de un señor que intenta atrapar a un toro que responde al nombre de Crisis. En otras ocasiones,
la explotación de los dobles sentidos está desencadenada por la alteración de la unidad fraseológica, como Ojos que no
ven, batacazo que te pegas. En este caso, la primera parte del enunciado alude al refrán Ojos que no ven, corazón que no
siente, que apela a un sentido figurado, y que recomienda no ver −en el sentido de ‘no conocer’− información sobre
situaciones que pueden resultar dolorosas. La segunda parte del enunciado (batacazo que te pegas), sin embargo, se refiere
a la consecuencia física de no ver, que supone ‘tropezar’.

1.5 Tipos y Ejemplos de Ironía:

 Sarcasmo → cuando la burla es tal que se convierte en un insulto:


o decir "¡Qué listo eres!" cuando quiere dar a entender que es tonto.
 Antífrasis → dar a algo un nombre que indique cualidades contrarias:
o llamar “campeón”, a un fracasado
o "Salió de la cárcel con tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales; salvo que a ninguno
llamaban eminencia." F. de Quevedo, Buscón
Ingeniosa ironía que da a entender que no salió con honra (que le acompañe un séquito eclesiástico) sino
que juega con el doble significado de la palabra cardenal (eclesiástico y herida). Es decir, realmente salió tras
haber recibido innumerables palizas...
 Asteísmo → fingir que se vitupera para alabar con más finura:
o Decir a un viajero: “A usted le falta mundo”.
 Carientismo → usar expresiones que suenan verdaderas para burlarse:
o “Nunca oí algo tan certero”, cuando realmente ha dicho una estupidez.
o Comieron una comida eterna, sin principio ni fin… → Ingeniosa ironía en la que da a entender que no
comieron nada.
F. de Quevedo, Buscón
 Clenasmo → atribuir a alguien las buenas cualidades que nos convienen y a nosotros, sus malas cualidades:
o “Tu vigoroso estado atlético contrasta con mi débil figura”, cuando en realidad es al revés.
 Diasirmo → humillar la vanidad del otro, avergonzándolo:
o “¿Qué otra cosa puede esperarse de un hombre que una vez se vistió de mujer...?”
 Mímesis → imitar burlescamente a quien se quiere ridiculizar.

ACTIVIDAD

1. LEA COMPLETAMENTE EL TEXTO


2. EXTRAIGA LAS IDEAS PRINCIPALES
3. EXPLIQUE CON SUS PROPIAS PALABRAS, ¿QUÉ ES IRONIA?
4. ESCRIBA DOS EJEMPLOS DE CADA TIPO DE IRONIA.
5. ESCRIBA UNA ORACION EN LA QUE INCLUYA LA SIGUIENTE EXPRESION DE MANERA IRONICO
 ¡Menos mal que seguí tus consejos!
 ¿No estás cansado de estudiar?
 Valoro mucho tu comentario
 ¡Claro que me encanta estar acá trabajando de 8 a 12!
 Pasé una hermosa tarde, llorando sola en mi habitación
 ¿Cuánto tiempo más tardarás?
 ¡Qué bella es tu hermana!
 Cierto, tú eres muy inteligente, mientras yo soy un tonto
 No te esperaba tan temprano
 ¿Cómo fue tu visita a tu abuela?
 Gracias por la multa, es justo lo que necesitaba
 Esta fiesta sí que fue un éxito
 Antes se odiaban, ahora son mejores amigas
 Cuidado, no te desabrigues que anuncian nevadas
 ¡Qué feliz que me hace tener que guardar lo que mis hijos dejan tirado!
 ¡No sabes lo bien que la pasamos en ese viaje en auto: había embotellamientos en todos lados, se pinchó la
llanta , y encima diluviaba!
 Se crió entre algodones y ahora tiene que trabajar, a sus 65 años.
 Nunca comí un asadito tan a punto.
 Sigue durmiendo, que tu cuarto se ordena solo

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