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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

EL TEXTO NARRATIVO

JARMILA KATHLEEN MEDINA PALOMINO


DERECHO – III CICLO
ANDAHUAYLAS 2018
INDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................... 3
TEXTO NARRATIVO ...................................................................................................................................... 4
ESTRUCTURA: ................................................................................................................................................. 4
CARACTERÍSTICAS DEL TEXTO NARRATIVO .................................................................................................... 5
WEBGRAFIA .................................................................................................................................................... 7
INTRODUCCIÓN

Dentro de los diferentes tipos de textos orales y escritos que producimos, la narración es, sin duda,
uno de los más importantes, pues está muy presente en nuestra vida cotidiana: desde el relato de una
simple anécdota, pasando por escribirle un correo electrónico a un amigo sobre hechos que nos
suceden, hasta la lectura de una noticia en un periódico; de esta forma, se convierte en la forma
textual más utilizada, porque lo habitual en nuestra vida diaria es contar cosas. También, conviene
tener claro que la narración no excluye la presencia de otros tipos de texto, de hecho, es muy frecuente
que aparezcan diálogos o descripciones, que aportan información más detallada y que enriquecen el
texto narrativo en cuestión.
TEXTO NARRATIVO

Cuando hablamos de “narrar” evocamos la referencia de contar una historia ya sea verídica o ficticia,
y si conceptualizamos el texto narrativo es el conjunto coherente de enunciado que forma un sentido
de unidad y tiene la intención comunicativa.
Puede decirse, por lo tanto, que el texto narrativo es aquel que incluye el relato de acontecimientos
que se desarrollan en un lugar a lo largo de un determinado espacio temporal. Dicho relato incluye la
participación de diversos personajes, que pueden ser reales o imaginarios. La narración está
compuesta por una sucesión de hechos. En el caso de la narración literaria, inevitablemente configura
un mundo de ficción, más allá de que los hechos narrados estén basados en la realidad.

ESTRUCTURA:

Por lo general, la estructura del texto narrativo está formada por


- introducción (que permite plantear la situación inicial del texto)
- nudo (donde surge el tema principal del texto)
- desenlace (el espacio donde se resuelve el conflicto del nudo).
Además de lo expuesto tendríamos que subrayar la existencia de dos tipos de estructuras. Por un lado,
estaría la externa, que es la que se encarga de organizar la historia a través de capítulos, secuencias.
Por otro lado, nos toparíamos con la interna que es la que gira en torno al orden de los acontecimientos
que van teniendo lugar.
Esto supone, por tanto, que la citada estructura pueda ser lineal o cronológica; en flash-back,
volviéndose al pasado; in media res, empezando en mitad de la historia; o también en flash-foward,
anticipando cuestiones del futuro.
No menos importante a la hora de analizar un texto narrativo es dejar patente que en el mismo se hace
fundamental la figura del narrador, que es quien nos cuenta la historia en sí al lector. Aquel puede
aparecer en primera persona, en segunda persona o en tercera persona, también llamado omnisciente.
Además de todo lo expuesto hay que subrayar que en todo texto narrativo existen dos tipos de
personajes: los principales y los secundarios. Tanto unos como otros pueden expresarse en el relato
en estilo directo, reproduciendo textualmente sus palabras, o bien de forma indirecta. Pero también
es cierto que esta misma manifestación la pueden hacer a través de monólogos o incluso de forma
indirecta libre.
Otros elementos también imprescindibles que tiene que tener el texto que nos ocupa son el espacio,
el lugar donde se desarrolla la historia, y el tiempo. Este último es de dos tipos: externo, es la época
en la que se sitúa aquella, e interno, el periodo de días, meses o años que duran los acontecimientos.
Dentro del texto narrativo pueden distinguirse entre los elementos internos (el narrador, el espacio, el
tiempo) y los elementos externos (como los capítulos, las secuencias y los distintos fragmentos que
pueden conformar el todo de la obra).
Entre los distintos tipos de textos narrativos, por último, se pueden mencionar al cuento (la narración
breve de ficción), la novela (que tiene una mayor complejidad y extensión que el cuento) y la crónica
(que relata hechos reales).

CARACTERÍSTICAS DEL TEXTO NARRATIVO

Llegados a este punto, aparece el momento de desvelar las características del texto narrativo, ya que
son muy diversas y de vital importancia para entender este tipo de narraciones:
Encontramos dos tipos de estructuras en el texto narrativo.
Por un lado, la estructura externa, que se encarga de la organización de la historia por medio de
secuencias, capítulos, actos, etc. Luego, encontramos la estructura interna, que gira alrededor de los
acontecimientos según tienen lugar.
La estructura interna puede ser muy diversa. Encontramos que está el tipo lineal, cuando los
acontecimientos se suceden de forma cronológica, en base a flash-backs, recordando situaciones del
pasado, etc.
Todo texto narrativo necesita de la figura del narrador, que es la persona que cuenta la historia, ya
sea en primera, segunda o tercera persona (omnisciente).
En estos textos encontramos personajes principales y secundarios. Los primeros llevarán el peso de
la historia de forma más o menos directa, mientras que los segundos aparecen y desaparecen en ciertos
momentos con mayor o menor peso en cuanto sucede en la narración.
Otras características importantes del texto narrativo
Veamos ahora otras características que son importante conocer:
El texto narrativo se presenta en forma de cuento, más bien breve y con moraleja, de novela, más
compleja y extensa, o de crónica, donde se relatan hechos reales.
El texto narrativo proviene de la tradición oral de contar historias.
El objetivo suele ser meramente informativo, pero a veces busca entretener contando ciertos hechos.
El estilo de estos textos los marca el propio escritor. Puede usar lenguaje culto, vulgar, poesía, etc.
Por lo general, se usan verbos tanto en pretérito indefinido como pretérito imperfecto o presente.
A los acontecimientos más importantes de la narración se los llama núcleos. Los menos importantes
reciben el nombre de acción secundaria o menor.
Los personajes protagonistas y secundarios suelen ser personas, cosas o animales.
Estos textos tocan muchos géneros, desde el drama hasta la comedia, la ciencia ficción, la fantasía, el
terror, etc.
WEBGRAFIA

https://www.edu.xunta.gal/centros/cafi/aulavirtual2/pluginfile.php/25982/mod_resource/content/0/Unidad_3/
Web_Texto_Narrativo/introduccin.html
https://definicion.de/texto-narrativo/
http://blogs.up.edu.pe/nubes/textos-de-discusion/julio-ramon-ribeyro-alienacion/
ANEXO

Julio Ramón Ribeyro

Alienación
Edición para el club virtual de lectura En las nubes de la ficción. Universidad del Pacífico, octubre
de 2013.

A pesar de ser zambo y de llamarse López, quería parecerse cada vez menos a un zaguero de Alianza
Lima y cada vez más a un rubio de Filadelfia. La vida se encargó de enseñarle que si quería triunfar
en una ciudad colonial más valía saltar las etapas intermediarias y ser antes que un blanquito de acá
un gringo de allá. Toda su tarea en los años que lo conocí consistió en deslopizarse y deszambarse lo
más pronto posible y en americanizarse antes de que le cayera el huaico y lo convirtiera para siempre,
digamos, en un portero de banco o en un chofer de colectivo. Tuvo que empezar por matar al peruano
que había en él y por coger algo de cada gringo que conoció. Con el botín se compuso una nueva
persona, un ser hecho de retazos, que no era ni zambo ni gringo, el resultado de un cruce contra natura,
algo que su vehemencia hizo derivar, para su desgracia, de sueño rosado a pesadilla infernal.

Pero no anticipemos. Precisemos que se llamaba Roberto, que años después se le conoció por Boby,
pero que en los últimos documentos oficiales figura con el nombre de Bob. En su ascensión
vertiginosa hacia la nada fue perdiendo en cada etapa una sílaba de su nombre. Todo empezó la tarde
en que un grupo de blanquiñosos jugábamos con una pelota en la plaza Bolognesi. Era la época de
las vacaciones escolares y los muchachos que vivíamos en los chalets vecinos, hombres y mujeres,
nos reuníamos allí para hacer algo con esas interminables tardes de verano. Roberto iba también a la
plaza, a pesar de estudiar en un colegio fiscal y de no vivir en chalet sino en el último callejón que
quedaba en el barrio. Iba a ver jugar a las muchachas y a ser saludado por algún blanquito que lo
había visto crecer en esas calles y sabía que era hijo de la lavandera. Pero en realidad, como todos
nosotros, iba para ver a Queca. Todos estábamos enamorados de Queca, que ya llevaba dos años
siendo elegida reina en las representaciones de fin de curso. Queca no estudiaba con las monjas
alemanas del Santa Úrsula, ni con las norteamericanas del Villa María, sino con las españolas de la
Reparación, pero eso nos tenía sin cuidado, así como que su padre fuera un empleadito que iba a
trabajar en ómnibus o que su casa tuviera un solo piso y geranios en lugar de rosas.

Lo que contaba entonces era su tez capulí, sus ojos verdes, su melena castaña, su manera de correr,
de reír, de saltar y sus invencibles piernas, siempre descubiertas y doradas y que con el tiempo serían
legendarias. Roberto iba solo a verla jugar, pues ni los mozos que venían de otros barrios de
Miraflores y más tarde de San Isidro y de Barranco lograban atraer su atención. Peluca Rodríguez se
lanzó una vez de la rama más alta de un ficus, Lucas de Tramontana vino en una reluciente moto que
tenía ocho faros, el chancho Gómez le rompió la nariz a un heladero que se atrevió a silbarnos,
Armando Wolff estrenó varios ternos de lanilla y hasta se puso corbata de mariposa. Pero no
obtuvieron el menor favor de Queca. Queca no le hacía caso a nadie, le gustaba conversar con todos,
correr, brincar, reír, jugar al vóleibol y dejar al anochecer a esa banda de adolescentes sumidos en
profundas tristezas sexuales que solo la mano caritativa, entre las sábanas blancas, consolaba. Fue
una fatídica bola la que alguien arrojó esa tarde y que Queca no llegó a alcanzar y que rodó hacia la
banca donde Roberto, solitario, observaba. ¡Era la ocasión que esperaba desde hacía tanto tiempo!
De un salto aterrizó en el césped, gateó entre los macizos de flores, saltó el seto de granadilla, metió
los pies en una acequia y atrapó la pelota que estaba a punto de terminar en las ruedas de un auto.

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