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CLASES
- Ser un tercero.
- Existencia de un proceso pendiente (litispendencia)
- Existencia de la posibilidad que el Tercero resienta algún tipo
de eficacia de la sentencia.
EL MINISTERIO PUBLICO
Nuestro CPC establece que el ministerio publico interviene en
determinados procesos como parte (Art. 113 CPC). Específicamente,
la LOMP señala que es atribución del Fiscal Provincial en lo Civil
intervenir como parte, ejercitando los recursos y ofreciendo las
pruebas pertinentes, en los juicios de nulidad de matrimonio, de
separación de cuerpos y de divorcio (Art. 96.1 LOMP). ¿En este caso
podrá sostenerse válidamente que el MP se constituye en parte
demandante o en parte demandada? De ser así se presentaría la
figura del litisconsorcio. Consideramos que en los procesos anotados
se constituye en parte singular del proceso, no identificándose
plenamente con las partes naturales del proceso (actor y
demandado), en donde la ley le confiere la facultad de intervenir
defendiendo la subsistencia del matrimonio, sobre cuya vigencia
evidentemente la sociedad tiene legítimo interés.
LA DENUNCIA CIVIL (ya lo hemos explicado)
LA EXTROMISION.- Como lo entiende Liebmann, “la extromisión de
una parte es el fenómeno inverso a la intervención; es la salida de
una parte del proceso. La misma se produce por efecto de un
pronunciamiento del Juez, que libera o excluye a una parte de la
participación ulterior en el proceso, y puede referirse tanto a una
parte originaria cuanto a una parte que haya intervenido o haya sido
llamada al proceso ya pendiente. En general, la extromisión tiene
lugar cuando el Juez compruebe el defecto de presupuestos
particulares que condicionan la presencia de la parte en el proceso, o
cuando llegue a faltar la demanda propuesta en juicio por la parte o
contra ella (y el proceso deba, en cambio, continuar entre las dos
partes””. La extromision cabe pues, para ordenar la salida tanto de
un tercero legitimado (aquel admitido ya en el proceso) como la de
uno que ha asumido la calidad de parte, que son las dos posiciones
que pueden asumir (una u otra) los intervinientes en un proceso.
Para ello, el Juez, conforme al art. 107 del CPC, debe expedir una
resolución debidamente fundamentada, la que se produce, en
palabras de Monroy Gálvez, “porque el Juez considera que el derecho
o el interés jurídico relevante que estuvo presente cuando calificó
positivamente la intervención del tercero, ha desaparecido o puede
ser también, que ahora con más perspectiva del caso, advierte3 que
la calificación que hizo fue defectuosa”.
LA SUCESION PROCESAL
Si bien quienes participan en un proceso e individualizan de tal
manera la relación procesal normalmente permanecen en el
ambivalente carácter de actor y demandado hasta su finalización, no
se puede sostener que esta regla es absoluta. Ante determinadas
situaciones, puede variar la identidad de las partes, ya sea
estrictamente por el cambio del sujeto que la integra por otro, o bien
por adición – de sujeto singular a sujeto múltiple – o por detracción –
de sujeto múltiple a sujeto singular -.
Este fenómeno no pasa desapercibido para las legislaciones
procesales que, en mayor o menor medida, lo contemplan. A su vez,
dentro del marco genérico del denominado cambio de partes,
abarcador de todos los supuestos de mutaciones que describimos,
resulta imprescindible distinguir diversas categorías que comprenden
diferentes situaciones.
Articulo 108 CPC: “Sucesión procesal.- Artículo 108.- Por la sucesión procesal un
sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al reemplazarlo como titular activo o pasivo del
derecho discutido. Se presenta la sucesión procesal cuando:
1. Fallecida una persona que sea parte en el proceso, es reemplazada por su sucesor, salvo
disposición legal en contrario;
4. Cuando el plazo del derecho discutido vence durante el proceso y el sujeto que adquiere
o recupera el derecho, sucede en el proceso al que lo perdió.
En los casos de los incisos 1. y 2., la falta de comparecencia de los sucesores, determina
que continúe el proceso con un curador procesal.
Será nula la actividad procesal que se realice después que una de las partes perdió la
capacidad o titularidad del derecho discutido, siempre que dicho acto le pueda haber
generado indefensión. Si transcurridos treinta días no comparece el sucesor al proceso, el
Juez debe designar a un curador procesal, de oficio o a pedido de parte.”
Acumulación Objetiva
Requisitos de la Acumulación
LA ETAPA POSTULATORIA
Una relación jurídica sustantiva al contener un conflicto de intereses
con relevancia jurídica, genera en alguno de los que conforman, la
consideración de que puede reclamar al otro la satisfacción de sus
intereses. Esta aptitud para exigir que el contendiente reconozca el
interés reclamado se llama pretensión material. Ahora bien, si la
pretensión material es satisfecha, se acabó la relación jurídica
sustantiva y además, no habrá sido necesario que haya proceso. Sin
embargo, la negativa de la otra parte de satisfacer la pretensión
material es, el punto de partida del proceso contencioso.
El titular de la pretensión material rechazada no tiene en un Estado
de Derecho ninguna otra forma de ver satisfecho su interés que la de
recurrir a los órgano jurisdiccionales. Para que esto ocurra, debe
hacer uso de su derecho de acción, cuya manifestación concreta es la
demanda. Este acto jurídico procesal dirigido al Estado – dado que es
quien en exclusiva otorga tutela jurisdiccional – contiene una
pretensión dirigida a una persona concreta.
Esta pretensión contenida en la demanda ya no es la materia a la que
nos hemos estado refiriendo. A pesar que intrínsecamente es la
misma, pasa a denominarse pretensión procesal, en tanto va a ser
discutida, probada, alegada y al final decidida, dentro de un proceso.
ETAPA PROBATORIA
Valoración de la prueba.-
En principio debe indicarse que el CPC prevé que todos los medios
probatorios presentados y actuados, según sea el caso, son valorados
por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada y
que, sin embargo, en la resolución sólo serán expresadas las
valoraciones esenciales y determinantes que sirvan para el sustento
de la decisión judicial (Art. 197 CPC). Es pertinente anotar algunos
criterios jurídicos relaciones con la valoración probatoria que es de
incumbencia del juez para dirimir la controversia.
Hernando Devis Echandia escribe “Por valoración o apreciación de la
prueba judicial se entiende la operación mental que tiene por fin
conocer el mérito o valor de convicción que pueda deducirse de su
contenido”. En efecto, la apreciación y valoración de los medios
probatorios actuados en el proceso en forma conjunta tiene por
finalidad verificar, por un lado, si el actor ha demostrado sus
alegaciones sobre hechos formulada en la etapa postulatoria del
proceso, y por otro lado, si el demandado ha demostrado las
alegaciones hechas en la misma etapa en relación a los hechos
aducidos por el actor tendientes a desvirtuarlos o las alegaciones
formuladas sobre hechos para contradecir la pretensión del
demandante.
En la apreciación de la prueba concurren dos sistemas: la libre
apreciación y la prueba legal.
Mediante la libre apreciación, el Juez tiene libertad de selección y
valoración de cada medio probatorio; el juez califica el valor de cada
prueba producida en el proceso sin tener reglas que le señalen el
camino a seguir. La eficacia la consigue de su pleno raciocinio, sin
tener el deber de expresar en la sentencia la valoración de todas las
pruebas producidas, sino únicamente de las que fuesen esenciales y
decisivas para la sentencia.
En la prueba legal, la apreciación está sujeta a reglas
predeterminadas que le otorgan parámetros, por ello se dice que es
una prueba tarifada o tasada. La vía legislativa otorga un valor
determinado a cada medio de prueba. El juez al emitir sentencia
analiza las pruebas incorporadas al proceso asignándoles la eficacia
preestablecida por ley. Si ella fuera inexistente no habría posibilidad
de sentenciar por carecer de tarifa, obligando a descalificar la
pretensión. En este sistema no existe valorización alguna porque ella
fue anticipada. Como señala Osvaldo Gozaini (en la prueba en el
proceso civil, Normas legales, Trujillo 1997, p. 196), “la tarifa legal
está sujeta a formulas preconcebidas, propias de un sistema donde el
legislador todo puede, hasta decir cuánto vale el esfuerzo por
conseguir justicia”.
Frente a estos dos sistemas surge la llamada sana crítica. Un sector
de la doctrina sostiene que la sana crítica es una modalidad de
apreciación de pruebas pero no es un verdadero sistema de
valoración. Esa modalidad se va a expresar en la apreciación
inconciencia, la íntima convicción, la persuasión racional y la
apreciación razonada.
La sana crítica no admite la discrecionalidad absoluta del juez; busca
limitar los juicios de valor del juez a proposiciones lógicas y concretas
tomadas de la confrontación con los sucesos normales que en la vida
ocurren. Lógica y experiencia son los pilares que la guían.
La arbitrariedad del juez producto de la discrecionalidad limitada
busca ser contrarrestada mediante la sana crítica, para que la
libertad de análisis se dirija por normas lógicas y empíricas que
deben expresarse en los fundamentos de la sentencia. Estas reglas no
se contraponen a la libre convicción del juez sino que otorgan una vía
que encarrile la racionalidad de su pensamiento.
Las máximas de la experiencia integran junto con los principios de la
lógica las reglas de la sana critica a las que el juzgador debe ajustarse
para apreciar o valorar la prueba, tratándose de principios extraídos
de la observación del corriente comportamiento humano y científico
verificables, que actúan como fundamentos de posibilidad y realidad.
MEDIOS PROBATORIOS
1) Declaración de parte (Art. 213 al 221 CPC)
Es la declaración que presta cualquiera de las partes en el proceso,
en base a un pliego de preguntas (en sobre cerrado) que presenta la
parte que ofrece la prueba (etapa postulatoria – Art. 189 CPC). Las
partes pueden pedirse recíprocamente su declaración.
Es un medio probatorio que necesita de actuación (en audiencia),
pues no se trata de un medio probatorio de actuación inmediata
como el caso de los documentos; de modo tal, que el juez de la causa
debe actuarla en la Audiencia de pruebas, el mismo que fija en la
etapa de saneamiento probatorio (Art. 468 CPC – luego de fijar los
puntos controvertidos, procede a calificar los medios probatorios
ofrecidos por las partes -)
La declaración de parte se actúa en última orden (Art. 208 CPC) y es
llevado a cabo por el juez de la causa, bajo sanción de nulidad (Art.
202 CPC)
Las preguntas deben ser concretas, claras precisas, además que
deben estar referidas a esclarecer los puntos controvertidos. Las
oscuras o ambiguas, impertinentes o inútiles, serán rechazadas por
el juez de oficio o a petición de parte, en resolución debidamente
motivada e inimpugnable.
Ningún pliego puede tener más de 20 preguntas por cada pretensión
procesal.
Las respuestas deben ser categóricas. Si responde evasivamente, se
niega a declarar o aclarar sus respuestas el juez lo requiere y si
persiste, el juzgador apreciará la conducta procesal del litigante al
momento de resolver (Art. 282 CPC).
El interrogado no puede usar ningún apunte o borrador para
formular sus respuestas pero se le permitirá consultar sus libros y
documentos.
2. Declaración de testigos (Art. 222 al 232 CPC)
Se puede definir a la prueba testimonial como la declaración
proveniente de terceros, pero ajenos a la relación procesal, esto es, de
sujetos que no asumen ni revisten la calidad de parte principal o
accesoria en el proceso, sin perjuicio que en virtud de normas del
derecho sustancial hubiesen estado legitimados para adquirir tal
carácter, o lo que es lo mismo, que pudieran estar involucrados en la
relación material que constituye el objeto de estos.
El testimonio es la narración que una persona hace de los hechos por
ella conocidos, para dar conocimiento de estos a otros. Su función es
la de representar un hecho pasado y hacerlo presente a la mente de
quien escucha. La persona, con sus sentidos, su memoria y su
lenguaje, cuenta acerca de la existencia del hecho, de la forma en que
este sucedió y de los peculiares matices que lo rodearon. Debe
señalarse que una particularidad de los testigos, son los llamados
testigos de referencia, de segundo grado, de oídas o testigos
indirectos. Son personas físicas, distintas de los sujetos legitimados
en un proceso, que transmiten un conocimiento relativo a un hecho
al cual han accedido mediante la percepción sensorial de un tercero,
verdadero testigo de lo acaecido. Los testigos de referencia no están
previstos en el CPC. Sus declaraciones no pueden llevar a la
incriminación porque en el fondo no constituyen una prueba.
El testimonio es apreciado como una prueba indirecta, porque no
media identificación entre el hecho a probar, que es el objeto de la
prueba, y el hecho percibido por el juez.
Es considerado prueba histórica porque a través de ella se
reconstruyen hechos pasados o pretéritos, que pueden o no subsistir
al momento de la declaración, pero que, en todo caso, comenzaron a
existir con anterioridad a ella.
Es una declaración personal porque proviene de la manifestación de
una persona física por lo que es un acto procesal y no un simple
hecho jurídico.
La declaración prestada antes o fuera del proceso no puede reputarse
prueba testimonial, aunque pueda ser considerada como indiciaría;
así cuando los testigos declararon ante un notario o ante la policía
con relación a hechos anteriores que dicen haber percibido, se
produciría una suerte de conversión de la prueba testimonial en
indiciaria.
3. Inspección judicial (Art. 274 CPC)
La resolución que ordene la inspección judicial debe individualizar lo
que deba constituir su objeto y se determinará el lugar, fecha y hora
en que se realizará para posibilitar a las partes y sus abogados la
concurrencia al acto.
La inspección judicial puede ser resultado de una carga de las partes
o de una facultad de oficio del juez, en ambos casos, es necesario la
individualización del objeto de la inspección a fin de que las partes
adopten por anticipado las medidas tendientes a controlar el debido
cumplimiento de la diligencia y puedan estar en condiciones de
requerir las medidas complementarias que aseguren su eficacia o de
valerse del asesoramiento necesario para formular sus observaciones.
Si la orden se dispone a pedido de parte, pesa sobre esta la carga de
precisar el objeto y finalidad de la diligencia.
Las partes podrán concurrir con sus representantes legales y
abogados. La eficacia probatoria de la inspección judicial requiere el
levantamiento del acta en el que la que se deja constancia de las
percepciones y observaciones recogidas durante la inspección. Las
constancias registradas en el acta deben ser valoradas al sentenciar.
La concurrencia de las partes es voluntaria porque para ellas
representa una carga, no así para los testigos y peritos, para quienes
constituyen un deber. A pesar de la concurrencia de los diversos
sujetos citados, debe tenerse presente que el protagonista único de la
inspección judicial es el juez. Las partes, sus representantes y los
abogados, tienen la posibilidad de intervenir, pero limitadamente, a
efectos de señalar algunos aspectos que se consideren de interés, o
formular observaciones o indicaciones para la eficacia de la medida,
de lo cual se debe dejar constancia en el acta.
La redacción del acta debe hacerse circunstanciada, pormenorizada,
teniendo en cuenta que ella servirá para cuando el superior
jerárquico tenga que conocer el caso en revisión o cuando la
diligencia ha sido practicada por un juez que no será el de la
sentencia.
Las constancias del acta de inspección judicial son elementos que
solo sirve para enfocar mejor el estudio de las pruebas acumuladas.
Compartimos la recomendación que el juez que quiera dejar
constancia en el acta debe limitarse a registrar comprobaciones
objetivas, sin consignar apreciaciones que pudieren considerarse
como opiniones sobre puntos en discusión.
4. Documentos (Art. 233 al 261 CPC)
Documento es un objeto material originado por un acto humano,
susceptible de representar por sí mismo y para el futuro, un hecho o
una serie de hechos percibidos en el momento para su elaboración,
con prescindencia de la forma en que esa representación se
exterioriza. Los documentos contienen un mensaje. Ese mensaje,
señala Falcón, puede ser útil a los efectos jurídicos cuando contenga
un dato que haga al proceso. El mensaje es diverso, pues puede
responder a un acto voluntario (como una carta, un contrato, una
confesión, etc.) como involuntario (restos, imprecisiones digitales,
rastros de ADN, papeles sueltos, daños naturales de los que derive
responsabilidad objetiva, etc.)
Para Chiovenda, documento es toda representación material
destinada a reproducir una cierta manifestación del pensamiento;
mientras que para Liebman documento es una cosa que representa o
configura un hecho, para dar a quien lo observa un cierto
conocimiento de él. Encajan dentro de este concepto las fotografías,
las grabaciones magnetofónicas, las películas cinematográficas y
videograbaciones, las contraseñas, radiografías, dibujos, planos,
cuadros, esculturas, murales, discos, etc.
Devis Echandia considera al documento como objeto de percepción.
Señala “el Juez necesita percibir el documento, para asumirlo como
medio de pruebas. Esas percepciones sensoriales pueden ser
diversas: visuales, para verificar la clase de material que lo forma
como papel o tela o plástico o cuero, etc., la clase de escritura o de
dibujo empleado y el material que se utilizó para escribir o dibujar
(tinta, pintura, lápiz, maquina de escribir o de imprimir, etc.);
olfativas, para conocer si contienen o no perfumes u olores
nauseabundos, si está impregnado o no de cierto olor propio del
lugar, del recipiente, caja o cartera en donde se presume que estuvo
guardado y el olor propio de la clase de papel empleado, auditivas,
cuando interesa precisar el ruido que puede percibir al ser rasgado el
documento o estrujado en una mano o dejado caer al piso”.
5. Pericia (Art. 262 al 271 CPC)
Cuando ingresa una pretensión al proceso se afirman hechos que
requieren demostrarse. Probar es precisamente “trasladar un hecho o
suceso producido en unas coordenadas tempo-espaciales distintas al
juez a la presencia de este último, haciendo de este modo viable su
repetición histórica, o como decía Musatti, actualizando con la más
apasionante representación o un evento pasado frente a un extraño,
que es el juez, quien debe revivirlo como un episodio de su propia
vida.
Hay hechos que no son de fácil apreciación y que requieren de ciertos
conocimientos especiales de naturaleza científica, tecnológica,
artística u otra análoga, que no posee el juez, de ahí que tendrá que
recurrir al auxilio de personas especializadas en dichos
conocimientos, llamados peritos. Esto quiere decir que la pericia no
es procedente cuando se trata de acreditar hechos simples; tampoco
cuando se refiere a aspectos de puro derecho, pues el juez tiene el
deber de conocer el derecho,
Los peritos son terceras personas, colaboradoras con el proceso. Son
auxiliares de la justicia y su misión consiste en contribuir a formar la
convicción del juez. Según Kielmanovich, la prueba pericial no se
limita a suministrar pautas para la valorización de los hechos, sino
que implica la demostración o verificación de su existencia y su
exteriorización para el proceso, a veces como único y excluyente
medio para su acreditación o comprobación. Piense cuando el perito
calígrafo establece la autenticidad de la firma de un documento
privado, su dictamen no le da sencillamente pautas al juez para que
este valore ese medio probatorio, sino que incorpora al documento
como un hecho, como dato objetivo y fundamental de la sentencia,
más allá que el magistrado pueda o no acordarle eficacia plena o
requiera que se lo complemente con otras pruebas.
LA PRUEBA ANTICIPADA
Es considerada como la medida cautelar consistente en que, debido a
situaciones especiales, pueden diligenciarse determinadas pruebas
antes de iniciarse el proceso en donde serán actuadas, o iniciando
este, antes de la etapa probatoria. Tiene por finalidad asegurar el
elemento probatorio de las partes frente a situación que amenacen la
posibilidad de obtenerlo oportunamente. Se le conoce también como
diligencia preparatoria.
La prueba anticipada tiene dos finalidades:
a) Actuar por motivos justificados una prueba antes del proceso
b) Otorgar merito ejecutivo a la absolución de posiciones y al
reconocimiento de documentos.
Se tramita como proceso no contencioso. La competencia por razón
de grado, cuantía y territorio, corresponde al juez que va a conocer la
demanda próxima a interponerse (arts. 33 y 297 CPC)
Es fundamental que el solicitante exprese la pretensión genérica que
va a reclamar y la razón que justifica su actuación anticipada (art.
284 in fine CPC). Las disposiciones relativas a la actuación de los
medios probatorios se aplican, supletoriamente en cuanto sean
pertinentes, a la prueba anticipada.
Para Martel Chang, la citada disposición autoriza a realizar actividad
probatoria antes del inicio de un proceso judicial, siempre que se
acrediten los supuestos que ella exige, vale decir, la pretensión
genérica que se va a reclamar y la razón que justifica esa actuación
anticipada.
En doctrina se señala que “(…) se entiende por prueba anticipada
toda aquella medida que tiene por objeto la realización de actos de
prueba en sede judicial, que por ciertas circunstancias, valoradas por
el legislador como dignas de protección, son realizadas con
anterioridad a la oportunidad que la regulación legal del proceso le
destina.
El emplazamiento puede ser con citación (que es la regla) o sin
citación (inaudita parte), sustentado en razones de garantía y
seguridad, especificando el petitorio de la futura demanda (art. 287
CPC). Los arts. 290 a 295 regulan los supuestos de los medios
probatorios que se pueden actuar anticipadamente.
El emplazado solo puede oponerse fundándose en que la solicitud no
reúne los requisitos generales indicados en el art. 284 (ausencia de la
pretensión genérica de lo que se va a reclamar y la razón que justifica
su actuación anticipada), además los especiales del medio probatorio
solicitado o si la actuación fuese imposible.
Si el emplazado no cumpliera con lo solicitado, se aplicaran los
siguientes apercibimientos (arts. 296 CPC):
a) En el reconocimiento se tendrá por verdadero el documento
b) En la exhibición se tendrá por verdadera la copia presentada o
por ciertas las afirmaciones concretas sobre el contenido del
documento y
c) En la absolución de posiciones se tendrán por absueltas en
sentido afirmativo las preguntas del interrogatorio presentado.
Sobre estos apercibimientos, realmente deben entenderse que su
objetivo es para dar merito ejecutivo en los supuestos a) y c); el literal
b), no tiene cabida, según las clases de títulos ejecutivos tipificadas
en los incisos 3 y 4 del artículo 693 CPC.