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“El reventón.

Los inicios de la producción petrolera en


Venezuela (1883-1943) »
En 1911, cuando Venezuela era un país de 2 millones de habitantes y el paisaje evidenciaba
la gran pobreza en que languidecía el país, llegó un equipo de geólogos norteamericanos
encabezados por Ralph Arnold. Entre 1912 y 1916 estos hombres se las arreglaron,
enfrentando enormes dificultades, para recorrer el territorio hasta sus regiones más
recónditas. Tenían el cometido de buscar petróleo. El reventón petrolero más famoso fue el
del pozo Barroso II en 1922, el cual derramó 100.000 barriles diarios antes de ser controlado
al cabo de nueve días. Desde esa fecha quedamos signados como país petrolero, y tres
años más tarde sus exportaciones superaron a las tradicionales de café y cacao. Con una
velocidad nunca vista, pasamos de ser un país rural a uno urbano. Desde entonces el
Estado ha dispuesto de grandes recursos y el petróleo ha aportado alrededor de un 50% de
los ingresos fiscales y más del 90% de los ingresos de divisas. cejarían hasta dar con él.
Mientras avanzan por aquel país sin caminos, van elaborando informes en los que
consignan pistas de lo que van encontrando. Cada vez están más cerca de los
yacimientos. La actividad petrolera cambió al país, promoviendo crecimiento económico y
estableciendo un modelo gerencial. Los campos petroleros señalaron un modelo de calidad
de vida, con viviendas, escuelas, hospitales, becas y campos de deportes. En la madrugada
del 14 de diciembre de 1922, el petróleo brotó por primera vez. Es el histórico reventón, cuya
verdadera épica las primeras exploraciones y de los distintos campos petroleros (Táchira,
Oriente, Lago de Maracaibo etc.), de sus hazañas técnicas y éxitos notables así como de sus
desventuras. Por más que ese hecho dividió de forma decisiva la historia de la sociedad
venezolana si nos referimos al comentario que en su tiempo hizo el escritor Arturo Uslar
Pietri (1906-2001), miles de campesinos se convirtieron en efecto en obreros especializados
de la industria petrolera. Llega hasta 1943, año en que fue promulgada la primera Ley de
Hidrocarburos, reglamento que permite al Estado venezolano mejorar los ingresos
petroleros. Ese año de 1943, el entonces presidente Isaías Medina (1941-1945) promulgó una
ley de corte nacionalista que gravó la renta de las firmas trasnacionales que extraían crudo,
les obligó a refinar una parte en el país. Esta ley también estableció que debían compartir
las ganancias "fifty-fifty", es decir que debían quedarse sólo con 50 por ciento y el otro 50
por ciento era para las arcas del Estado, disposición que fueran a retomar años después
otros gobernantes. Cuando presentó su política petrolera, presidente Medina insistió sin
embargo en el hecho de que Venezuela tenía que "dejar de ser un país que vive
principalmente del cambio de divisas petroleras por artículos importados".
El Reventón II relata los acontecimientos más relevantes ocurridos en la industria petrolera
del país entre los años 1944 y 1976. El Reventón II expone, en 56 minutos, la historia de los
sucesos que marcaron pauta en el desarrollo de Venezuela como principal país petrolero de
Latinoamérica a mediados del siglo XX. Además de mostrar la historia petrolera, permite al
espectador visualizar la evolución de una sociedad que buscaba alcanzar la modernidad,
para dejar de ser el país rural abatido por enfrentamientos, enfermedades y hambruna que
fue durante los siglos XVIII y XIX. El documental relata de manera amena cómo ese
surgimiento se consigue gracias al petróleo, producto que rápidamente desplazó a la
agricultura para convertirse en la principal fuente de ingreso en la economía nacional. Se
entremezclan relatos sobre el nacimiento de los partidos políticos y sindicatos, los cuales
originaron la confrontación y el debate de ideas entre diferentes actores. Esto a su vez trajo
consigo la aprobación de diversas leyes, que concluyen en la promulgación de la Ley de
Nacionalización en 1976, cuando los venezolanos toman las riendas del negocio, luego de
años de concesiones a empresas extranjeras. El Reventón II constituye un aporte
importante a la cultura venezolana. Brinda a todas las generaciones, a través un formato
audiovisual entretenido, la oportunidad de encontrarse con la historia del país, conocer la
inmensa riqueza que existe debajo de su suelo, su importancia y lo que, para bien o para
mal, ha aportado a su progreso y a sus circunstancias históricas actuales. Este film-
documental que junta los hechos más importantes entre 1944 y 1976 en materia petrolera en
nuestro país, sin duda alguna nos lleva a la comprensión del proceso petrolero venezolano,
así como la forma en la que se ha conducido la industria más importante en Venezuela y la
influencia que ha ejercido en nuestra forma de vida.
Es realmente importante esta entrega fílmica ya que sigue analizando la evolución de la
actividad petrolera en Venezuela y por ende la forma de vida de sus ciudadanos. Es decir, el
video muestra como el desarrollo de dicha actividad llevo a la rápida modernización e
industrialización a un país pobre, atrasado y aislado, entre otras cosas.
No obstante, se confronta el hecho de que el petróleo no es, como lo reza aquella expresión
de Juan Pablo Pérez Alfonzo (uno de los hombres más influyentes en el panorama petrolero
de la época) el “excremento del diablo”, puesto que en ese período permitió el desarrollo del
país y ha sido la médula de nuestra economía; lo que, en mi opinión personal y de alguna
forma lo refleja el documental, ha sido una maldición son las políticas erróneas que no
permitieron la continuidad de los proyectos que se formularon en aquel entonces.
La explicación de cómo durante esos 32 años se condujo el proceso que llevó a la
nacionalización de la industria petrolera y que se materializó el 1 de enero de 1976, pone en
evidencia la falacia de que la industria fue nacionalizada durante el gobierno actual.
Además dicho film para mí refleja una realidad muy importante al ilustrar como fue la
formación de una generación de técnicos y profesionales en el área y la creación de la que
llegó a ser la empresa más importante de América Latina y por ende también de Venezuela;
PDVSA, lo que en estos momentos nos lleva aún más a la reflexión debido a lo deteriorada
que esta la industria y lo que es peor, la fuga de talentos.

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