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AGRUPACIÓN DE INVESTIGADORES DE LA HISTORIA DEL VALLE DEL


MARGA-MARGA “JOAN CADQUITIPAY”—LA SOCIEDAD HISTÓRICA DE LA
PROVINCIA DE MARGA-MARGA

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NOTAS PARA UNA HISTORIA DE LA
PARROQUIA DE NUESTRA SEÑORA DEL
ROSARIO DE QUILPUE

Brus Leguás Contreras


Ricardo Loyola Loyola

Quilpué, 2012

Ediciones Cadquitipay

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Reconocimientos:
Todas las fotografías, mapas y cualesquier otras ilustraciones pertenecen a los autores, a
no ser que se indique expresamente lo contrario.

Documentación: Archivo Histórico Digital de la Agrupación de Investigadores de la Historia


del Valle del Marga-Marga.

Autores:
Brus Leguás Contreras
Ricardo Loyola Loyola

© Todos los derechos reservados por Ricardo Loyola L. y Brus Leguás C.


Registro de propiedad intelectual número 221.450.

Diseño y Diagramación: B. Leguás C.

Portada: Coronica moralizada del Orden de San Augustin en el Peru con sucesos
egenplares en esta Monarquía ... / compuesta por ... Fray Antonio de la Calancha de la
misma Orden ... dividese este primer tomo en quatro libros lleva tablas de capitulos i
lugares de la Sagrada Escritura; Grabado de Peeter Jode; Autor de la obra Antonio
Calancha; Año 1638.

Interior: Imagen Milagrosa de Nuestra Señora del Rosario, procedente del Archivo de la
Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué.

Impreso por Ediciones Cadquitipay


Hacienda de Chavalongo s/n, Chircana, Quilpué.

Agrupación de Investigadores de la Historia del Valle del Marga-Marga —La Sociedad


Histórica de la Provincia de Marga-Marga.
www.investigaciones.tk
joancadquitipay@gmail.com

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Agradecimientos

Los autores desean expresar sus especiales agradecimientos a Monseñor Jaime Da


Fonseca, cura párroco de Quilpué, por su inestimablemente valiosa colaboración y ayuda
para acceder a los archivos parroquiales, así como a las personas encargadas de esos
archivos y, en general y en particular, a las parroquias de Casablanca, Viña del Mar y Villa
Alemana.
Sin la ayuda de tales personas, esta obra no habría sido posible.

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Presentación

Desde que la Agrupación de Investigadores de la Historia del Valle del Marga-Marga “Joan
Cadquitipay” comenzó a dar mayor énfasis a ciertos aspectos poco conocidos de la
historia local, surgió la necesidad de poner en valor y dar a conocer la que ha sido la
verdadera historia de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué.
Es cierto que como parroquia tiene apenas poco más de un siglo. Pero es innegable que
sus raíces se pierden en los albores de la Colonia y aún llegan hasta los tiempos de la
Conquista española, cuando, junto con la hueste conquistadora llega la espada del
espíritu, la fuerza de la religión, para conquistar para la Iglesia y para Dios a los habitantes
de estas tierras, al tiempo que para dar asistencia espiritual y pastoral a los
conquistadores en medio de los difíciles tiempos que les correspondió vivir.
Al principio de nuestra investigación se trató solo de pequeños datos aislados, algunas
noticias que hasta parecían fantasiosas o francamente mitológicas, a pesar de que los
hechos mismos señalables eran pocos, escasos en realidad.
Sin embargo, los archivos eclesiásticos tienen la virtud de guardar no solo el pasado sino
su esencia y espíritu para las generaciones posteriores. De a poco fuimos comenzando
nuestra búsqueda y, gracias a los buenos oficios de Monseñor Jaime Da Fonseca, pudimos
acceder a una serie de documentos que datan desde el siglo XVII en adelante. No solo
pudimos acceder a los archivos de la propia Parroquia de Nuestra Señora del Rosario sino
también, en busca de sus raíces, en los archivos de la antigua Parroquia de Santa Bárbara
de la Reina de Casablanca (antes Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes de
Casablanca), de la Vice-Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Las Peñuelas, de la
Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar, así como también visitamos la
parroquia de Villa Alemana y la de Peñablanca.
Los resultados de nuestra investigación han sido más que óptimos, porque hemos podido
encontrar noticias sobre actos eclesiásticos, como bautizos, matrimonios, defunciones y
sepultaciones de personas desde fines de 1600 en adelante, pero también una serie de
informaciones sobre la creación de doctrinas1, parroquias, vice-parroquias, iglesias
públicas, capillas, oratorios, y sobre las personas que las sirvieron desde el mismísimo
principio, buscando servir a Dios y a la gente a su cargo o bajo su pastorado, de la mejor
manera posible.
En efecto, hemos llegado a sentir una gran admiración por esos hombres de Dios de
antaño que recorrieron infatigables cerros, lomas y quebradas y que no se amedrentaron
porque fuera invierno o verano y con sus escasos recursos caminaron la mayor parte de
estos valles, desde Casablanca hasta las márgenes del río Aconcagua, para prestar auxilio
espiritual, para catequizar, para hacer misiones, para celebrar los santos ritos y
ceremonias prescritos y llevar el sacramento de la confesión, así como la penitencia y la

1
La Doctrina era, en realidad, una especie de “parroquia de indios” o “parroquia rural”, y sus dos principales
características eran que se trataba de territorios mayormente rurales y de población mayormente indígena.
Estaba a cargo de un “cura doctrinero”, encargado principalmente de adoctrinar a la población bajo su
jurisdicción en las cosas relacionadas con la religión católica. No está demás reiterar que la mayor parte de
su población era aborigen con unos pocos elementos españoles.

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absolución a quienes lo necesitaban, sobre todo, asegurándose de proporcionar los
sacramentos a quienes estaban en peligro de muerte o en tránsito hacia ella.
Y esa admiración se fue plasmando en una serie de artículos que hemos ido publicando
tanto en nuestro blog en internet, www.investigaciones.tk, en charlas y otras
participaciones personales, así como en El Boletín Histórico de la Provincia de Marga-
Marga, de aparición trimestral desde este año de 2012.
Así mismo, contamos con un importante e inédito archivo documental, digitalizado, que
contiene todos los documentos actualmente custodiados en los archivos parroquiales de
Casablanca, Viña del Mar y Quilpué referentes a este valle de Quilpué, desde el primero
de que se tiene conocimiento, hasta el año de 1925, aproximadamente, pero ya en la
actual Parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Como consecuencia de estas investigaciones realizadas, podemos decir que hemos llegado
a un mejor y más profundo conocimiento de lo que ha sido la historia de la Iglesia en este
valle de Quilpué y que si bien en algunos casos no contamos con la documentación
necesaria para probar algunas de nuestras afirmaciones, sí sentimos que contamos con el
aval del espíritu de esos hombres de Iglesia que caminaron estos caminos, que soñaron
con nuevos y mejores días, que se dieron por entero a su causa y elección y que
encontraron en el servicio religioso no solo su vocación sino la razón de su vida.
De esto y mucho más tratan estas páginas, a las que hemos dado el algo pomposo título
de Notas para una Historia de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué.
Es un trabajo breve, si se toma en cuenta la cantidad de material que se ha hecho
disponible tras nuestras investigaciones, porque abultaría hasta el quíntuple por lo menos
si agregamos la documentación digitalizada que hemos reunido al respecto. Y son notas y
apuntes porque una historia definitiva todavía no es posible, en vista de lo anteriormente
señalado. Y agregamos que se trata también de los orígenes, de los antecedentes
históricos que llevaron a la erección o creación de esta parroquia, cuyas raíces, como
hemos adelantado, se hunden en los primeros tiempos de la historia nacional y local, con
los primeros religiosos que participaron en la conquista y la colonización del territorio
nacional actual.
Solamente esperamos que este trabajo ayude a que nuevas investigaciones en estos y
otros archivos puedan arrojar nueva y mayor luz sobre la historia y los orígenes de la
Parroquia y traducirse en nuevas publicaciones, más eruditas, mejor trabajadas incluso, y
que sean un verdadero aporte a esta rama del conocimiento. He ahí el desafío que
dejamos planteado con esta publicación. El camino y la senda ya están señalados.

Ricardo Loyola Loyola


Brus Leguás Contreras

Quilpué, 31 de Agosto de 2012.

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Introducción

Aunque es bien sabido que la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué tiene
poco más de un siglo de existencia, habiendo sido erigida en 1889, el examen de antiguos
documentos existentes en diversos archivos, eclesiásticos y civiles, dan cuenta de una muy
nutrida e interesante labora pastoral realizada en el valle de Quilpué desde muy temprano
en la historia nacional y local.
En efecto, el bachiller Rodrigo González Marmolejo, quien llegó a ser el primer obispo de
Santiago, sucedió en la propiedad del valle a don Pedro de Valdivia, apenas descubiertos
los lavaderos de Quilacoya, en el área de Concepción. Valdivia entregó la extensa Estancia
de Quillota, que abarcaba todo el valle inferior del Aconcagua más los valles de Limache,
Quilpué, Marga-Marga y Acuyo (Casablanca) al clérigo en pago por los préstamos que le
hiciera para adelantar la conquista del Reyno, junto a otras tierras. No sabemos si
González Marmolejo hiciera alguna obra pastoral especial en estas tierras en aquellos
años, pero sí sabemos que ya se había establecido una Doctrina en Quillota para atender
las necesidades espirituales de la población indígena y de los pocos españoles que allí se
encontraran. Esta Doctrina abarcaba un territorio tanto o más extenso que el de la
Estancia del mismo nombre y sus principales campos de acción estaban en el valle inferior
del Aconcagua y en el valle del Marga-Marga.
Sabemos de algunos clérigos que se desempeñaron en esa Doctrina, como don Julián de
Landa, Juan Riquel(me) y otros más, de quienes se hablará más extensamente en su
oportunidad. Y a ellos se debe un gran apostolado, a pesar de las circunstancias difíciles en
que muchas veces tuvieron que vivir y desempeñarse, una tarea sin duda abnegada, pero
que dejó frutos y que fue el origen de los primeros Oratorios existentes en estos valles.
Cuando afirmamos que habría sido don Julián de Landa quien levantaría el primer
Oratorio en el valle de Quilpué, lo hacemos con la convicción de quien, enterado de la
obra de alguien, no puede menos que creer que no podía dejar sin atención espiritual a su
propia casa. Y no nos avergonzamos de hacer esa afirmación. Es más, hasta llegamos a
afirmar que ese primer lugar de adoración y de entrega de los valores espirituales básicos
y primeros, estuvo ubicada en el mismo lugar en que actualmente se alza la figura
inconfundible de la iglesia parroquial de Quilpué, basados en que las generaciones
posteriores suelen mantenerse en los mismos lugares que las anteriores, reformando o
transformando el entorno, modernizando las instalaciones, eso sí, tal como sucedió con la
fundación de la ciudad de Santiago, que lo fue sobre el mismísimo lugar donde hasta
entonces existía el llamado Tambo Mayor o Tambo Grande, en torno a la kancha de las
instalaciones inkaicas, kancha que dio origen a la actual Plaza de Armas de Santiago.
Asimismo, sostenemos, en tanto no aparezca documentación fidedigna en contrario, que
muy probablemente las Casas de la Hacienda de Queypué estaban ubicadas enfrente del
lugar que hoy ocupa la iglesia parroquial.2 Así mismo, el Camino Real de Paso Hondo a

2
Estas y otras hipótesis de trabajo no son afirmaciones absolutas, de ninguna manera, y nadie debería verlas
de esa forma. Se trata de afirmaciones derivadas del examen y estudio de la documentación actualmente
disponibles y que pueden ser perfectamente modificadas, adaptadas, rechazadas o cambiadas, de acuerdo a
lo que indique una nueva y mejor sustentada prueba documental.

8
Limache, que una vez descendió hasta ese punto por el Cajón de Levo, se formó por la
ampliación de algunos caminos prehispanos y el surgimiento de otros caminos del período
de la Colonia que, con el tiempo, fueron unidos en uno solo. La actual Avenida Portales,
sería uno de esos caminos de servicio al interior de la Hacienda que, con el tiempo, quedó
unido a otros caminos para formar el Camino Troncal posterior.
A medida que fue transcurriendo el tiempo, fue surgiendo, por el uso y la costumbre, una
especie de caserío diseminado a lo largo de los caminos internos de la Hacienda, donde
vivían inquilinos, gañanes, peones y otras personas relacionadas con el trabajo propio de
ella. Eso hizo que, además, el Oratorio, que debió ser reparado muchas veces, fuera
considerado Capilla, una iglesia que pertenecía a la Hacienda y que era mantenida
principalmente por sus propietarios.
Es recién en 1818 que doña Petronila Valencia, propietaria de estas tierras, decide hacer
una donación. En esos entonces el país estaba sumergido todavía en los problemas
relacionados con la Guerra de Independencia. Los hacendados eran mayormente realistas.
Las autoridades civiles tenían serios problemas para establecer de buenas a primeras el
régimen republicano que recién estaba por amanecer en nuestro país. Y la capilla de
Queupué se hallaba en ruinas, totalmente inadecuada para servir a la población del valle.
Doña Petronila Valencia dona entonces una cuadra de terreno para el sostenimiento de la
capilla y con ese solo acto da inicio a otra etapa de la historia de la parroquia local, porque
la capilla, que es esencialmente propiedad particular de la Hacienda, se convierte en
iglesia pública y que puede sostenerse a sí misma por el producto de la cuadra que le
queda donada.
En ese entonces, la nueva iglesia pública de Quilpué depende de la vice-parroquia de
Peñuelas, desde donde el cura debe viajar por cerros y quebradas para administrar los
sacramentos hasta este lugar, lo que ha estado haciendo desde el siglo anterior por lo
menos. Pero la distancia también es contraria a la iglesia y la cuadra de tierra donada
queda sin cerco, abierta al paso de las personas. Es más que posible que, no habiendo un
lugar donde sepultar a los muertos, se diera pasos para establecer, por primera vez, un
cementerio bendito junto a la iglesia pública, en el mismo sitio donde existió hasta fines
del siglo XIX, cuando es clausurado y los restos allí enterrados derivados a los cementerios
de Limache y de Viña del Mar principalmente, para luego lotear y vender los sitios a muy
bajo precio.
Durante los siete años que formó parte de la parroquia de Viña del Mar, cuyos orígenes
documentamos en su momento, la iglesia pública y luego vice-parroquia de Quilpué,
continuó llevando una vida de estilo muy rural y apagada, hasta que se erige la Parroquia
de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué, con una amplia jurisdicción territorial que, por
el norte, alcanza hasta el río Aconcagua y por el sur hasta el estero Marga-Marga, desde
Paso Hondo hasta Peñablanca. Y con apenas dos años de existencia, debe convertirse en
fuente de consuelo para miles al sobrevenir la guerra civil desatada por la revolución de
1891, que tuvo a Quilpué por uno de sus teatros importantes.
El terremoto de 1906 echó abajo la iglesia parroquial, que contaba con dos torres, como la
primera iglesia parroquial de Viña del Mar. Pero a pesar de la muerte y destrucción
sembradas por ese sismo, la ciudad se puso de pie y tuvo éxito, tras unos diez años de
trabajos, en levantar una nueva iglesia parroquial de las ruinas de la anterior, la que,

9
finalmente, es reemplazada por la actual, de finas y hermosas líneas y esbeltísima torre-
campanario que la caracterizan por toda otra edificación de la ciudad y de la comuna.
Esta es, en breves párrafos, la historia de la parroquia que hemos querido plasmar en
estas páginas. Y que presentamos hoy, 7 de octubre de 2012, con motivo del 123.o
Aniversario de la Parroquia.
Estas páginas, sin embargo, y como ya se ha dicho en otro lugar, no es una obra definitiva,
sino apenas lo que su título indica pero, más que nada, un incentivo y un desafío para
seguir investigando en la muy interesante y extensa historia de la Parroquia de Nuestra
Señora del Rosario de Quilpué.

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Capitulo I. Breve reseña sobre la historia del Valle de Quilpué

1.- Descripción geográfica del Valle de Quilpué, lugar de nacimiento de la Parroquia de


Nuestra Señora del Rosario
Generalidades
El conocimiento y la comprensión del medio geográfico en que transcurren los hechos
históricos, es decir, donde se desarrolla el fenómeno histórico, es esencial para lograr
entender a cabalidad la Historia, para entender su relación con las áreas geográficas
vecinas y para darse cuenta de las influencias que ha ejercido el marco geográfico sobre el
carácter de las gentes que han vivido allí, así como para entender y comprender no
solamente la evolución de las
instituciones sino también de la
organización política y
administrativa, tanto en los
ámbitos militar y civil como
religioso.

Vista del cerro El Molle (455 metros)


desde el cajón inferior del estero de
Quilpué. Este cerro es la principal
altura que domina el valle en el
ángulo norponiente.

El marco o escenario geográfico


de la antigua y de la nueva
parroquia de Nuestra Señora del
Rosario de Quilpué queda
determinado, grosso modo, por
el valle de Quilpué. Y al
momento de definir con
precisión su alcance, ha de
restringirse el alcance de la frase
“valle de Quilpué” a lo que es la
cuenca del estero de Quilpué.
Esto es, queda limitado por la
línea divisoria de aguas que
limitan la cuenca por sus cuatro
lados.
Sin embargo, tenemos que hacer
algunas salvedades que ya quedan
implícitas. La parroquia de Quilpué originalmente abarcó un territorio mucho más amplio
que el actual, extendida, grosso modo, entre el estero Marga-Marga, por el sur3, y el río
3
Sin embargo, el territorio parroquial nunca comprendió parte alguna de las tierras de la antigua Hacienda
de Marga-Marga. Esto indica que el límite sur de la parroquia correspondía al límite sur de la antigua

11
Aconcagua, por el norte4. Al poniente su límite fue el estero de Quilpué y la continuación
del límite oriental de la hacienda de la Viña de la Mar. Por el oriente, el límite de
Peñablanca5 con la quebrada de Escobares, dejando fuera las tierras de Lo Hidalgo y otros
sectores inmediatos hacia el oriente.
De todos modos, será de interés dar un vistazo a lo que ha sido el territorio de esta
parroquia a través de las siguientes breves notas sobre la geografía del valle.
Este territorio, amplio de todos modos, fue sufriendo modificaciones a medida que se iban
segregando territorios a la parroquia original, hasta quedar reducido su territorio al que
actualmente ocupa6.

El Valle de Quilpué
El valle de Quilpué, en términos generales, se extiende entre el cordón que separa por el
oriente, norte y poniente a la cuenca del estero de Quilpué de las cuencas vecinas, y al sur
por el cordón de colinas que separa a esta cuenca de la del estero Marga-Marga, que
nunca perteneció a Quilpué.
Los principales elementos que se observan en este valle son la cuenca del estero de
Quilpué, que le da origen; la faja de terreno más o menos llana y ondulada a ambos lados
del curso del estero; el cordón septentrional o de El Molle; el cordón meridional o de El
Alto del Yugo7.
“Desde que hemos pisado los lindes de Quilpué, estamos en el territorio del pintoresco
departamento de Limache, i desde que el tren ha dejado a sus espaldas la aldea, recorre la
locomotora el hermoso llano de aquel nombre.
“Es este un valle fértil i ameno, en el cual los grupos de álamos i los rulos de sandías
revelan la natural fertilidad del terrazgo. Abarca en su anchura el espacio de un largo
kilómetro, i mide nueve desde Quilpué, que es su estremidad occidental, a Peña Blanca,
que su cabecera. Hállase dividido en pequeñas hijuelas de pobres, i en toda su estension
perteneció a la estancia secular de los Valencias. De esta suerte son Valencias casi todos
los pobladores.

Hacienda de Quilpué, pero que, aguas abajo del extremo occidental de dicha hacienda, la jurisdicción de la
parroquia alcanzaba hasta el estero Marga-Marga.
4
Hasta la llamada Punta del Peral, donde alcanzaba también el límite de la antigua parroquia de Limache.
Este límite, sin embargo, parece haber sido más ideal que real y práctico, ya que los habitantes de esos
sectores del valle del Aconcagua que quedaron bajo la jurisdicción de la parroquia de Nuestra Señora del
Rosario de Quilpué estaban más cercanos e inmediatos a recibir los servicios espirituales desde Santa Rosa
de Colmo, desde Tabolango o desde Limache que desde Quilpué.
5
Es decir, el límite oriental era el que separaba a Peñablanca de la Quebrada de los Escobares.
6
A medida que avanzó el tiempo, se fue haciendo necesario, tanto para la autoridad civil como para la
eclesiástica, la imperiosa necesidad de ir adecuándose a los nuevos tiempos e ir procurando tanto el aliviar
la tarea del cura como de los fieles en lo que se refiere a impartir y recibir los santos sacramentos y
beneficiarse de los divinos oficios.
7
Se le conoce como “Alto del Yuyo” en la gran Carta nacional de la Oficina de Mensura de Tierras de a
principios del siglo XX. Puede tratarse de la denominación más antigua o bien de un error tipográfico.

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13
“La locomotora trabaja con cierta pereza en la gradiente que ofrece aquí la via hasta la
estacion próxima, porque es aquella comparativamente blanda (167 piés en 9 kilómetros),
i dando el tren remate al llano de Quilpué, hemos llegado a Peña Blanca.” 8
De acuerdo a los datos registrados por Vicuña Mackenna, Quilpué se encuentra a unos
110 metros sobre el nivel del mar, en tanto que Peñablanca se encuentra a 164 metros.
Por lo tanto, puede decirse que el llano de Quilpué tiene un declive aproximado de 54
metros, lo que significa una constante de unos seis metros por kilómetro entre la
quebrada de Lo Gamboa y Peñablanca.

Orografía
De buenas a primeras, da la sensación de que el valle de Quilpué es muy quebrado y
montuoso. Es la impresión que produce la presencia de altos cordones que interrumpen la
vista hacia todas direcciones9. Y también contribuye a ello el terreno de suaves colinas que
a veces se vuelven muy ásperas, sobre todo en el sector sur del valle, que se eleva en
dirección al estero Marga-Marga. Sin embargo, la realidad es algo distinta y solamente
pueden nombrarse dos cordones principales que se desprenden de estribaciones de la
llamada Cordillera de la Costa y que por una parte ciñen al estrecho valle y por otra parte
dan origen al estero de Quilpué, su principal curso de agua, alimentado por innumerables
quebradas y esterillos que descienden desde sus faldeos y lomajes que dan hacia el valle.
Es así que, desprendiéndose de un cordón principal que separa las cuencas del estero de
Puangue10 de la del estero de Limache, que corre en dirección este-oeste-noroeste,
aparece el cerro Loma Blanca de Moscoso, de 693 metros de altitud, que conforma un
cordón llamado también Loma Blanca de Moscoso, que separa las cuencas del estero de
Lo Moscoso de la del estero de Quilpué y que a poco andar se divide en dos cordones
principales con dirección el primero al nor-noroeste, dejando al levante la cuenca del
estero Aranda (Quebrada Escobares) y al poniente la cuenca del estero de Quilpué. El
segundo cordón toma dirección oeste-noroeste, dejando al norte la cuenca del estero de
Quilpué y al sur la del estero de Lo Moscoso, tributario del estero Marga-Marga. El cordón
de El Rincón, que separa las cuencas de Quebrada Escobares y Quilpué, presenta alturas
que se destacan en el entorno pero que en el sector sur alcanza apenas los 319 metros
sobre el nivel del mar, y en el sector medio solo 312 metros, alturas que van
descendiendo a medida que se acerca al portezuelo de Lebo, permitiendo el paso del
Camino Troncal desde y hacia el valle de Limache por Quebrada Escobares. En el sector de
El Carmen, el cordón alcanza una altura máxima de 307 metros y poco más al sur-suroeste
presenta una altura máxima de escasos 236 metros. En el sector de Peñablanca cae hasta

8
VICUÑA Mackenna, Benjamí, De Valparaíso a Santiago, volumen I, Imprenta de la Librería del Mercurio,
Santiago, 1877, páginas 153, 154.
9
Pero esto es solamente una impresión, debido a la altura del piso del valle. Las principales alturas
inmediatas no sobrepasan los 500 metros en caso alguno. Pero el piso del valle se encuentra a una media de
entre 100 y 156 metros sobre el nivel del mar.
10
Este es el estero que se forma entre las fragosidades de las quebradas que conforman la rica y hermosa
geografía del valle de Colliguay, el cual no es tributario ni está relacionado con los valles de Quilpué y Marga-
Marga, sino que desagua hacia el sur, regando el valle de Curacaví luego de trasponer el Cajón de Lepe, y
desagua, finalmente, en el río Maipo, un poco aguas abajo de … al oeste de Melipilla.

14
los 169 metros, pero va ganando altitud a medida que avanza ahora en dirección oeste-
noroeste. En el sector de Los Almendros alcanza a los 185 y 294 metros, pero el morro
Lilén se destaca con sus 345 metros sobre el nivel del mar. En las nacientes del estero de
El Belloto se encuentran alturas de 349, 330 y 303 metros. Arriba de El Retiro, el cerro
Alto El Cóndor alcanza los 478 metros, la máxima altura en toda la extensión de este
cordón. En su extremidad poniente, el cordón alcanza los 455 metros en el cerro El Molle,
que aparece desde el valle de Quilpué como la máxima altura y constituye un hito en los
límites entre las actuales comunas de Quilpué y Viña del Mar y que antaño fue el hito
demarcador de límites de la extensa Hacienda de La Viña de la Mar. El cordón termina con
el Cerro Colorado, un poco al suroeste del anterior, que alcanza los 376 metros. Desde los
faldeos del cerro El Molle, se desprenden varios cordones secundarios que dan origen a
una serie de quebradas que van a alimentar por el norte al estero de Reñaca, por el
poniente descienden hacia la costa y al estero de Viña del Mar, por el sur desaguan en los
esteros de Quilpué y de Viña del Mar, y por el oriente forman el estero de El Retiro. El
cordón secundario que forma la parte principal del Fundo El Rebaño, a veces llamado
Cerros de Los Lunes o Cerros de El Rebaño, pertenecieron a la antigua Hacienda de La Viña
de la Mar, que se extendía hasta la ribera occidental del estero de Quilpué. Este cordón es
de baja altura, sin grandes excepciones, y que forma una serie de quebradas bastante
fragosas y abruptas. Su altura principal, en su remate meridional, alcanza apenas los 209
metros sobre el nivel del mar.
El segundo de los cordones principales que se desprenden del Cerro de la Loma Blanca de
Moscoso, llamado en su primer tramo al igual que su principal altura, Loma Blanca de
Moscoso, tiene mayores alturas, las que alcanzan los 637, 605, 522 y 790 metros,
culminando en el cerro Frutilla, de 830 metros de altitud. Desde aquí las alturas
descienden abruptamente hasta los 414 metros, y mantiene su dirección oeste. En el
sector de El Recreo alcanza los 282 metros y en Guangualí11 186. En el Alto del Yugo,
donde se encuentra el principal portezuelo que permite las comunicaciones con el valle
del Marga-Marga, la altitud es de apenas 184 metros, aunque en el fundo El Quisco se
eleva a los 237 metros. En el sector de Los Pinos alcanza hasta los 207 metros, pero por el
lado norte decae hasta los 188 metros sobre el nivel del mar. Hacia el poniente las
elevaciones disminuyen aun más, no encontrándose otra altura importante que la del
célebre Morro de Lillo, al que algunos llamaron en algún momento Morro de La Caña, que
alcanza apenas los 194 metros, y que fue un hito de las mensuras realizadas por Ginés de
Lillo, quien estableció que el límite entre las haciendas de La Viña de la Mar y de Quilpué
era, en este sector, el curso inferior del estero de Quilpué.
11
Huanhualí o Guangualí, es un topónimo de origen mapudungún que parece estar formado por las palabras
wan y wali. Parece ser una voz compuesta de wanwan, wanwanen, que podría significar algo así como ‘ser
poco harinoso’ (con referencia al trigo) o quizá ‘algo vacío’, con referencia al grano también. Existen no
pocas dudas en cuanto al segundo formante del topónimo, que podría ser el adjetivo lif (limpio, despejado),
el adjetivo lür (blanco), el adjetivo liq (blanco) o el sustantivo lin (la ratonera [el pasto]). Podría significar
lugar donde existe un tipo de pasto semejante o parecido a un trigo de mala calidad, si bien otros lo explican
como lugar de pelea de animales por trigo de mala calidad. Es posible que en un momento determinado,
quizá si en los primeros decenios de la Colonia, se haya sembrado trigo en el lugar y haya resultado muy
bajo el rinde o de mala calidad el grano. Wanwali o Guanguali no aparece nombrado en los registros
eclesiásticos que hemos consultado.

15
Vista de las colinas que rodean al sector de El Retiro y el camino que conduce hacia Reñaca y
Concón.

Hidrografía
Ya se ha hablado, aunque en términos muy generales, del estero de Quilpué, el principal
curso de agua del valle, el que es formado por innumerables quebradas y esteros de
menor importancia que descienden desde los cordones inmediatos de colinas y cerros que
le ciñen.
Las quebradas que dan origen al estero de Quilpué nacen en la Loma Blanca de Moscoso y
en el cordón que sirve de límite occidental a la Quebrada Escobares. En términos
generales, pues, el estero de Quilpué nace como un muy modesto curso de agua en El
Rincón de Peñablanca de quebradas que nacen de cerros que se elevan entre los 693
metros (cerro Loma Blanca de Moscoso) y los 830 metros (cerro Frutilla). El estero, una
modesta quebrada en su nacimiento, corre en dirección noroeste hasta el sector de El
Carmen, donde se inclina más hacia el poniente, tomando una dirección nor-noroeste
muy pronunciada que, recibiendo quebradas por ambos lados, varía levemente su curso
en dirección poniente, con fluctuaciones diversas, y recibiendo sus principales tributarios
desde el lado norte. Por el lado sur, sus quebradas afluentes son pobres y mayormente
dependientes de las lluvias invernales.
Numerosas quebradas descienden desde el cordón norte a la altura de Los Almendros y El
Belloto Norte, siendo el principal afluente el llamado estero de El Belloto, que contribuye
con un importante caudal, incluso en la estación seca, debido a las vertientes que le
alimentan en sus cabezadas. En El Belloto Centro el principal tributario es el estero
Severino, que recoge las aguas de una importante subcuenca.

16
El curso inferior del estero de Quilpué se caracteriza por correr apretujado entre colinas abruptar
que se precipitan, obligándole a tomar formas inusuales y a labrar un profundo cauce antes de
desaguar en el estero Marga-Marga, desde cuya confluencia nace el estero de Viña del Mar.

En el preciso límite entre las ciudades de El Belloto y Quilpué, la quebrada de Lo Gamboa,


después de drenar una amplia cuenca, desciende abruptamente al estero de Quilpué.
Antaño, el punto en que el Camino Real la atravesaba era un peligroso lugar en el que los
viajeros se exponían al asalto de bandidos y maleantes que se ocultaban entre la
abundante y enmarañada vegetación del fondo de esta quebrada.
Desde Los Culenes y desde las fragosidades del cerro El Molle, descienden hacia los
sectores de El Sol y de El Retiro varias quebradas, como el estero de El Retiro, a modo de
ejemplo, que entregan su contenido al estero de Quilpué luego de descender de las
laderas que suben del lado norte. El principal curso que recibe el estero antes de alcanzar
su punto más occidental es la quebrada de Los Bellotos, que desciende desde los faldeos
meridionales del cerro El Molle. Poco después de este punto, el estero deja
definitivamente el llano y tras estrellarse contra los faldeos abruptos que descienden del
cerro El Molle, se ve obligado a entrar por una estrecha garganta, torciendo
violentamente al sur, para desde aquí correr estrechado entre colinas abruptas que no
solo le ciñen sino que también le obligan a variar su curso abruptamente en varios puntos.
En el sector en que el estero se ve obligado a discurrir apretujado entre cerros y colinas
abruptos, recibe varias quebradas, pero casi todas breves y carentes de importancia, salvo
la quebrada de El Pangue. Desde este punto avanza hacia el sur, torciendo a cada instante
y salvando estrechuras y saltos rocosos hasta que finalmente parece liberarse, pero solo
para entregar sus aguas al estero Marga-Marga, al pie suroeste del Morro de Lillo. Desde
este punto, conocido desde antiguo como Las Juntas, con sus aguas mezcladas, nace el
estero de Viña del Mar, que toma dirección noroeste, para, pasada la estrechura de Las
Cucharas, atravesar la escasa y breve planicie litoral en que se asienta la actual ciudad de

17
Viña del Mar recibiendo una serie de quebradas menores a su paso, e ir a terminar en el
océano, en el sector de la playa Casino. Antiguamente, no desembocaba directamente
sino que, como los demás ríos y esteros del sector, formaba una laguna. En la actualidad,
el estero de Viña del Mar es llamado vulgarmente “estero Marga-Marga” también.

Agricultura
A pesar de que el estero de Quilpué tiene un curso perenne, con algunas fluctuaciones
menores en los años secos, su agua no es suficiente como para permitir alguna agricultura
importante o que produjera excedentes susceptibles de ser comercializados. De la época
prehispana no se conoce ni siquiera una sola acequia o canal de regadío. Y los pequeños
grupos o familias pikumche que habitaron en las márgenes del estero, en algunos puntos
donde la vida podía ser sostenida sin mayores problemas, solamente fueron capaces de
cultivar muy pequeños trozos de terreno, de los que obtenían maíz, zapallos, papas, ajíes,
porotos y otras especies. Siglos después, en la época en que se estaban instalando los
rieles, se menciona que de Quilpué podían llevarse hortalizas a Valparaíso, lo que testifica
lo que el valle producía.
Sin embargo, el valle produjo grandes excedentes en rulos o campos de cultivo de secano,
situados la mayor parte en las colinas suaves y onduladas que conforman el valle por el
lado sur, y sobre las lomas y laderas menos escarpadas del lado norte. De estos rulos se
obtenían buenas cosechas de trigo, cebada, lentejas, chícharos e incluso uvas de buena
calidad. Pero esta producción dependía absolutamente de las lluvias, y de que estas
fueran regulares. Una alteración en el patrón de lluvias conocido podía significar graves
pérdidas. Y si después de una primera lluvia no volvía a llover, la pérdida era total.

Clima
El clima del entero valle de Quilpué es mediterráneo continental, a pesar de mediar
apenas 10 kilómetros hasta la costa, aproximadamente, en línea recta. Las lluvias suelen
ser no muy abundantes y se distribuyen, con algunas variaciones entre año y año, desde
mayo a septiembre, inclusive, habiendo una media aproximada de siete meses de seca.
Los inviernos suelen ser un poco fríos, siendo frecuentes las heladas y la escarcha. Los
veranos son secos y calurosos especialmente entre diciembre y febrero, en que
predomina el viento sur. En ocasiones raras se producen tormentas eléctricas y
granizadas.
Los siguientes cuadros estadísticos ilustran sobre las principales características del clima
del valle de Quilpué. En todos los cuadros que se insertan a continuación, los meses se
indican por los números del 1 al 12.

18
O = Oeste N = Norte SO = Suroeste12

Flora
El clima favorable y las precipitaciones, así como la influencia continental, determinan una
variada y rica flora en que sobresalen los litres, los canelos, los quilos, los maquis. La flora
de los matorrales arborescentes se presenta en los estratos arbóreo, arbustivo y de
hierbas anuales y perennes. Se observan también espinos, cactáceas, chaguales, etc.,
siendo el boldo una de las especies vegetales más comunes del valle y las tierras altas
vecinas. Antaño la vegetación era tupidísima en toda la comarca, tanto que se decía del
pueblo de Quilpué que era un lugarejo perdido en los bosques, una aldea de montaña que
se encontraba en medio de tupidos matorrales de espinos, boldos, litres, tevos y peumos.
Al abrirse campo para los cultivos y otros menesteres no menos vinculados al desarrollo
de la incipiente aldea y rancheríos vecinos, la tala de los bosquecillos comarcanos generó

12
Los cuadros han sido elaborados por Brus Leguás C. en base a los datos sobre la climatología local del
Atlas Agroclimático de Chile. Regiones V y Metropolitana, de Fernando Santibáñez y Juan Manuel Uribe M.,
Santiago de Chile, 1990.

19
una extensa deforestación en el ámbito local, hasta que en la actualidad una serie de
incendios forestales de verano han hecho desaparecer enormes extensiones de
vegetación autóctona.
El característico clima mediterráneo permitió la existencia de una rica flora, la que se
encuentra actualmente amenazada por diversos peligros. Sin embargo, las abundantes
lluvias invernales han sido suficientes para el crecimiento de árboles de buena altura. Las
especies vegetales más importantes son el arrayán, el belloto, el chagual, el espino, el
maitén, el molle, la palma chilena, el roble, el guayacán, el litre, el colliguay, el quillay, el
peumo y el bollen.

Follaje de litre.

El espino es la especie más


característica, incluso hoy en
día, de los terrenos planos y
ondulados que se extienden a
ambos lados del estero de
Quilpué, alcanzando hasta 5
metros de altura y 50
centímetros de diámetro.
El litre crece especialmente en
las laderas y faldeos de cerros y
es capaz de sobrevivir sequías
intensas. Produce alergias a muchas personas al entrar en contacto con la piel. Alcanza
hasta 8 metros de altura y hasta unos 50 centímetros de diámetro.
El peumo se desarrolla en las quebradas húmedas que se orientan hacia el sur, alcanzando
hasta 20 metros de altura y 1 metro de diámetro.
El quillay es un árbol que se encuentra abundantemente en la mayoría de los sectores,
alcanzando una altura de 15 metros y hasta 1 metro de diámetro.
La palma chilena es la más austral del mundo, alcanzando alturas de 15 a 20 metros y
puede vivir hasta mil años.
El sauce chileno se encuentra habitualmente cerca del estero y de otros cursos de agua,
en lugares permanentemente húmedos.
En la actualidad, entre las especies introducidas en el valle se encuentran la zarzamora, el
sauce amargo, el álamo, el eucalipto, el pino insigne, la acacia, el aromo, el pino macro, el
damasco, la vid, el limonero, el peral.

Fauna
La fauna de este valle y de las tierras altas inmediatas es la característica del Chile Central
y particularmente de esta zona.
Los testimonios de principios de la Colonia informan que en los cordones de colinas que
limitan el valle se podía hallar una gran abundancia de guanacos, los que, en primavera,
cuando las lluvias invernales producían buenos pastos, bajaban al valle, donde los cazaban
grupos de guanaqueros asentados en algunos sitios del valle y otros de los valles vecinos.

20
La fauna del valle de Quilpué se encuentra en distintas situaciones de amenaza. Destaca la
abundancia de insectos, anfibios, insectos, mamíferos y aves. Algunas de las especies más
comunes son: mariposas, coleópteros, degús, lauchones, lauchitas de los espinos, coipos,
comadrejas, zorros culpeos, chillas, gatos monteses, quiques, pumas y diversos roedores.
El zorro culpeo es un carnívoro que vive en las tierras altas y mide alrededor de 80
centímetros de largo, es de coloración gris en el dorso y rojiza en las patas traseras, un
animal solitario que se alimenta de pequeños mamíferos y huevos de aves.
El puma es un carnívoro hoy en día bien conocido en la región andina y que antaño se
encontraba en casi todas las tierras altas. Mide alrededor de 1,90 metros de largo y se
alimenta desde pequeños roedores hasta guanacos.
La liebre es un roedor herbívoro de mayor tamaño que el conejo, con grandes orejas y
pelaje fino de color anaranjado.
El chingue es un animal pequeño, omnívoro, que se alimenta de frutos, huevos, insectos,
etc. Es de color negro con dos franjas blancas que van desde la frente hasta la cola.
El coipo es el mayor roedor que vive en Chile, habitando en lagos, lagunas, estanques y
humedales, como, por el ejemplo, el de San Jorge o los del estero de Quilpué. Se alimenta
de pastos y raíces. Sus patas traseras les permiten ser un excelente nadador. Es un animal
que todavía se caza indiscriminadamente, ya que su piel se utiliza para confeccionar
abrigos, lo que lo ha convertido en un animal en serio peligro de extinción. De hecho, en
todo el valle se conoce un solo hábitat actual, en los humedales de San Jorge, en el sector
de El Sol.
Entre las aves destacan la lloica o loica, el cóndor, el búho, el peuco, el zorzal, el chincol, el
chirigüe, el mirlo, el loro tricahue, el pájaro carpintero, la loica, la diuca, la tórtola y la
perdiz.
La loica o lloica se identifica por su gran mancha roja en el pecho.
El águila chilena es una rapaz que sobrevuela los cielos, sobre todo en las tierras altas.
También se la conoce como águila mora, águila escuadrada y gavilán. Tiene una cabeza
pequeña de color negro azulado, al igual que su pecho, dorso y cola. Su garganta,
abdomen y largas y gruesas patas son de color blanco, aunque sus dedos y garras tienen
un color amarillento. Su pico es curvo y ganchudo y mide de 70 a 90 centímetros.
El chuncho es un ave nocturna que habita en las áreas llanas y que se caracteriza por el
gran ángulo de giro que tiene su cabeza, lo que ha dado origen a muchas historias en el
campo. Su plumaje es de color gris y castaño, con manchas blancas en el pecho. Su cabeza
y dorso son más oscuros que el resto del cuerpo. En la cabeza tiene una franja blanca con
forma de triángulo que apunta hacia abajo. Sus ojos son grandes y amarillos, con el centro
negro. Su pico es corto y ganchudo y los dedos de sus patas son amarillentos. Es un animal
nocturno que puede llegar a matar animales mucho más grandes que él. Habita en lugares
rocosos pero con árboles, pues anida en las copas de estos, así como también en arbustos
medianos. En el campo se le ha considerado un pájaro de mal agüero, por su mirada fija y
penetrante (sus ojos no giran en su órbita), la capacidad que tienen para girar su cabeza
hasta atrás y su graznido, lo que ha llevado a que en ciertos sectores se le haya matado en
forma indiscriminada.
El cóndor es el ave más grande del mundo. Su plumaje es de color negro oscuro y
alrededor de su cuello tiene una corona blanca. Su cabeza, de color rojiza, carece de

21
plumas, y los machos tienen una cresta que nace desde la altura de sus ojos hasta su
cráneo. Es un animal carroñero, posee uñas filudas, cortas y curvadas, especiales para
desgarrar los cadáveres de los que se alimenta. Tiene una altura de 1,40 metros en
promedio. Habita actualmente las zonas cordilleranas, pero antaño llegaba hasta la costa,
quedando su recuerdo en un cerro situado al noroeste del valle, el cerro Alto de El
Cóndor. Para cobijarse del clima hace nidos en lugares rocosos y terrenos deshabitados,
aunque a veces pernocta en otros lugares, pues son capaces de cuidar su alimento por
varios días. Cuando divisa un animal muerto sobrevuela en círculos por el lugar donde se
encuentra su presa. Puede ingerir hasta cinco kilógramos de carne de una vez y pasar
semanas sin ingerir alimento alguno.

2.- El Asentamiento de Quilpué. Primeros habitantes


Describir el asentamiento de Quilpué es una tarea ardua y complicada, difícil de
desarrollar en pocas líneas, toda vez que los primeros datos veraces nos llegan desde
mediados del siglo XVI, cuando el polo de atracción era el vecino valle del estero Marga-
Marga, donde se explotaban lavaderos de oro.
El primer propietario conocido de las tierras del valle fue don Pedro de Valdivia, quien se
auto otorgó una extensa propiedad rural, extendida a través del valle inferior del río
Aconcagua y abarcando los valles inmediatos de Limache, Quilpué, Marga-Marga y Acuyo
(Casablanca)13. En un sector del valle de Quilpué, donde había un manantial, y que parece
puede identificarse con el sector de Ojos de Agua, en El Belloto Sur, puso una piara de
cinco mil cerdos al cuidado de unos indios que trajo desde Melipilla.
Sin embargo, en reunión efectuada el 26 de abril de 1547, el Cabildo de Santiago, que
tenía injerencia sobre estas tierras también14, procedió a hacer entrega de tierras para
estancias y sementeras en la zona de la cuenca del Marga-Marga a cuatro vecinos de la
naciente ciudad, entre ellos a Rodrigo de Araya15.
El primero en recibir tierras fue Ortum Jerez. A este se le hizo entrega de “un pedazo de
tierra para vuestra estancia y sementeras en el río arriba de Malga Malga, arriba de donde
sacan oro, por cama de los tombillos16 que dicen del Inga, sobre la mano izquierda pasado

13
Pareciera ser que del valle de Acuyo en realidad ocupó un sector, el que estaba inmediato a los lavaderos
de oro de Las Dichas y al camino que comunicaba por este valle a Valparaíso con Santiago.
14
Su injerencia se basaba en que pertenecían al corregimiento o partido cuya cabecera era la ciudad de
Santiago.
15
En vista de la merced de tierras que le fue otorgada en el área del estero Marga-Marga (el Río de las
Minas), en un momento dado, Rodrigo de Araya es visto por algunos autores como el héroe epónimo de
Quilpué, y hasta se le ve pronunciando un discurso de agradecimiento al gobernador don Pedro de Valdivia
por haberle otorgado las tierras de Quilpué. A este respecto cabe señalar que, primero que nada, el
documento que otorga las mercedes de tierras no nombra al valle de Quilpué (ni por esta ni por ninguna
otra grafía) sino tierras en el área del estero Marga-Marga colindantes con las de Francisco de Riberos, que
las recibiría en el área inmediata a Charavacho o Charahuecho; en segundo lugar, se trataba de tierras
pertenecientes a la gran Estancia de Quillota, propiedad personal de Pedro de Valdivia; y, en tercer lugar, no
existe ningún documento que registre las fábulas sobre Rodrigo de Araya en Quilpué, menos todavía del
sarao de festejo en septiembre de 1547. Véase, “Rodrigo de Araya, Mito y Realidad”, Ricardo Loyola L. y Brus
Leguás C.
16
Esto es, tambillos. Se trata de las instalaciones inkaicas existentes en el sector relaiconadas con la
explotación prehispana de los lavaderos de oro del estero Marga-Marga, las que se encontrarían ubicadas

22
el río, en una quebrada que entra en el mismo río de las minas, toda la quebrada en largo,
que es desde donde entra el río de las mimas hasta arriba al nacimiento de la quebrada, y
de ancho lo que tiene la dicha quebrada, lo cual es en el término y jurisdicción de esta
dicha ciudad de Santiago17.”18

Probables ubicaciones de las primeras mercedes de tierras en los valles de Quilpué y Marga-Marga.
La línea más oscura corresponde al Qhápaq Ñan, el Camino del Inka, que venía desde Quillota a
Casablanca pasando por Marga-Marga. La principal instalación inkaica en el sector de estos valles
fueron los llamados “tambillos del Inga”, el sitio donde después existió San José de Marga-Marga.

Es muy posible que las tierras objeto de la merced que se le otorgó correspondieran al
valle de Quilpué, por la descripción que aparece en el documento. En el mapa adjunto,
establecemos las posibles ubicaciones de las cuatro mercedes que se otorgaron en esa
sesión del Cabildo santiaguino. Si tal fue el caso, Ortum Jerez habría sido el primero en

en el preciso sitio donde después existió el pueblo de San José de Marga-Marga, que fuera capital de la
comuna de Marga-Marga, que perteneció al Departamento de Casablanca. En la actualidad, no existe.
17
La jurisdicción de la ciudad de Santiago fue determinada desde el río Choapa hasta el río Maule. Al norte
estaba la jurisdicción de La Serena. Al sur del Maule la jurisdicción correspondería a la ciudad de
Concepción. Aparentemente, la merced acordada a Ortum Jerez correspondería a la quebrada del actual
estero de Quilpué.
18
MEDINA, José Toribio, Colección de Historiadores de Chile y Documentos de la Historia Nacional, Imprenta
del Ferrocarril, Santiago de Chile, 1861, tomo I, página 122.

23
obtener derechos de propiedad sobre el valle sobre la base de una merced19. En tanto,
Rodrigo de Araya habría recibido tierras hacia el valle del estero de Las Palmas, al sureste
de Charavacho20.
Sin embargo, como es bien sabido, el propietario de dichas tierras era el Gobernador, don
Pedro de Valdivia, y es punto menos que improbable que él haya permitido que le fueran
arrebatadas tierras de su propiedad para halagar a otros conquistadores.
En la práctica, y ya que no existe documentación a favor de la creencia popular en
contrario, sostenemos que ninguno de los agraciados con mercedes de tierras por el
Cabildo en esa sesión tomó posesión de lo acordado, en tiempo alguno y que, más bien,
Pedro de Valdivia continuó en tranquila e indiscutida posesión de su Estancia.
Más tarde, cuando cedió la llamada Estancia de Quillota al bachiller Rodrigo González
Marmolejo, en pago por ciertas deudas, y justo en momentos en que se descubrían los
ricos lavaderos de oro de Quilacoya, en la zona de Concepción, no se tiene noticias de que
el nuevo propietario haya introducido cambios. La piara de cerdos se mantuvo. Pero no se
menciona de haberse trasladado al valle a más personas.
Después de un período de tiempo indeterminado, el presbítero Julián de Landa compró la
mayor parte de las tierras del valle y, en 1597, compró al lonko Cadquitipay, nieto del fiero
kuraka Tanjalonko, un paño de terreno que mediría unas cuatro cuadras, por las que
recibió poco más de cuatro varas de paño azul. Con esta compra, el presbítero completaba
la propiedad sobre el entero valle de Quilpué.
Este es el punto de inicio de la historia quilpueína, toda vez que se trata del primer
documento o testimonio que da cuenta del nombre de nuestra localidad y de allí en
adelante podemos proyectar su historia, como así también su pasado. Los primeros
habitantes conocidos de estos valles corresponden a gentes de habla mapudungún 21,
denominados arbitraria y comúnmente pikumche o picunches en la Zona Central, entre
los ríos Choapa e Itata. Los habitantes de este valle se encontraban bajo la autoridad de
Tanjalonko desde los últimos años de la dominación inkaica como kuraq-kuna22, y en los
primeros años de la dominación española como lonko principal 23. Su autoridad la ejercía

19
Y, por lo tanto, de acuerdo a la proposición en el mapa adjunto, habría recibido como merced las tierras
de la cuenca del estero de Quilpué, lo que incluiría todo el valle del mismo nombre, o al menos la mayor
parte.
20
En la documentación de la época, Charavacho equivale al actual topónimo Charahuecho, que aplica a un
cerro en el límite entre las cuencas de Peñuelas y Marga-Marga y a una localidad sobre la ribera occidental
del curso inferior del estero de Las Palmas, aproximadamente debajo de los cerros de Charahuecho.
21
Esto es, lengua de la tierra, el idioma que se hablaba comúnmente en la tierra, y que se hallaba extendido
desde Choapa a Chiloé, con ciertas entradas profundas hacia el norte y hacia el sur de los límites señalados.
Los cronistas llamaron a este idioma “lengua general de Chile” debido a su extensión. Era hablado por varios
grupos, como los pikumche, los mapuche, los williche y luego adoptado por otros más, como los pewenche,
puelche, etc.
22
Kuraka o curaca.
23
Ignórase el verdadero título que asumió, pero su autoridad se derivó de la que ostentó en tiempos de la
dominación inkaica sobre un extenso territorio que iba desde el estero de Catapilco hasta el estero del
Rosario, por la costa, y desde Aconcagua hasta Acuyo, por el interior. Al menos en 1541, parece ser que
tenía una autoridad equiparable a la de su hermano o sobrino Michimalonko, quien gobernaba sobre el valle
superior del Aconcagua. Fue capaz de romper las hostilidades contra los españoles por sí mismo, sin
necesidad de consultar a Michimalonko, lo que puede indicar su independencia. De todos modos, puede

24
sobre la mitad inferior del valle del Chile (es decir, desde las puntillas de El Romeral y La
Calavera) hasta el mar24. Sobre la mitad superior, hacia la cordillera, Michimalonko,
considerado el más temido de los caciques del centro de nuestro país, era quien
gobernaba25. En el valle de Chile, los habitantes eran considerados como gente dispuesta,
de buen cuerpo y buen parecer, la mayoría circulaban vestidos de lana y los menos de
unas mantas hechas de cáscaras de una hierba que hilaban y tejían, manta que les cubría
desde la cintura hasta debajo de la rodilla, dejando su pecho desnudo, mientras que otra
tela de una vara les cubría los hombros y las espaldas. Su cabello lo ocupaban suelto y
largo, señalando mayor honra mientras mayor sea la longitud del mismo, considerándose
una afrenta el hecho de cortárselo. La lengua de los habitantes es la misma entre ambos
grupos dominados por los hermanos, no difiriendo en nada ni siquiera en cuanto a sus
ritos y ceremonias26.
Personas más o menos con aquellas características habitaron alguna vez el valle de
Quilpué, el cual entendemos totalmente independiente del valle del Marga-Marga y como
tal situado hacia el norte de este último, circundando la hoya del estero nombrado como
la actual comuna. Sin embargo, por testimonio de los mismos habitantes en un período
anterior a la colonización española de estas tierras, podemos podemos evidenciar que en
el terreno nunca se labró una acequia, puesto que la tierra era de muy mala calidad.
Hernando Vallejo, español residente en el valle de Quillota, declaró en el juicio por cierta
venta de tierras realizadas por el cacique Cadquitipay en 1597, que esas tierras de Quilpué
“ni las ha visto cultivar ni que ayan estado ocupadas por sser la tierra yerma, de mucha
maleza de carriçales.”27 Otro testigo, Juan Sánchez, “dixo que del tiempo que tiene
declarado a esta parte no a visto que las ayan ocupado ny cultibado las dhas tierras y esto
por sser la dha tierra yerma y de mucha maleza por sser y de mucho traba[jo] y de muy
poco probecho.”28
El cacique quillotano don Rodrigo declaró que se había enterado hacía “cinco dias [que] el
dho don Joan como vendia el pedaço de tierras que tenía en el balle de queupoa 29 y que le
davan quatro varas y quarto de paño azul y que este testigo no lo creyó por sser las tierras
de tan poco ffruto y que jamás desde el inicio se an cultivado ni venefficiado por estar en
parte yerma y de mucha maleza.”30 Por su parte, don Pinpo, indio natural del valle de
Quillota y sujeto al cacique don Rodrigo, testificó que el propio Cadquitipay hacía “cinco o
seis dias que le dixo a este testigo como avia bendido al padre Landa un pedazo de tierras
que tenía en el balle de queupoa y por el valor de quatro varas y quarto de paño hazul que

considerársele como el lonko principal, a quien obedecían los demás lonkos del área sobre la que ejercía su
autoridad.
24
DE BIBAR, Gerónimo, Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reynos de Chile, Fondo Histórico y
Bibliográfico José Toribio Medina, Santiago, 1966.
25
DE LOVERA, Mariño. Crónica del Reino de Chile, en Colección de Historiadores de Chile y Documentos
Relativos a la Historia Nacional, tomo VI, Santiago, 1865.
26
DE BIBAR, Gerónimo, op. cit.
27
Venta de cuatro cuadras de tierra por un cacique de Quillota, año 1597, Archivo de la Real Audiencia,
volumen 429, fojas 136 y siguientes.
28
Ibídem.
29
Otra grafía por Quilpué.
30
Ibídem.

25
le dió para hazer un bestido y que este testigo se espantó que le diesen cossa ninguna por
aquel pedaço de tierras por sser cossa de poco probecho y que jamás se a cultivado por
sser tierra yerma y de mucha maleza y que tiene un carriçal que es de mucha más maleza,
por lo qual jamás an querido cultibar en tiempo de que avía gran suma de jente en este
Reyno31, sino que en aquel sitio bibían los goanaqeros32 por sser tan malas tierras y de
otro provecho ninguno33.”34

Firma de don Joan (Juan) Cadquitipay, en el documento de venta de tierras del valle de Quilpué al
presbítero Julián de Landa.

Las declaraciones de los testigos que son citados en el juicio llevado a cabo ante el
corregidor y justicia mayor del valle de Quillota, el capitán Simón Díaz Hidalgo, dejan muy
en claro que en esta zona, existía escasa población, ya que la tierra era utilizada
principalmente por los guanaqueros, y que incluso ya en el siglo XVI el dueño de las

31
Pinpo dice que “jamás an querido cultibar en tiempo de que avía gran suma de jente en este Reyno”, esto
es, incluso cuando había una gran cantidad de pobladores en la región, nunca se quiso cultivar estas tierras,
en el valle de Quilpué, debido a que se trataba de una tierra infértil, de mucha maleza y carrizales.
32
Guanaqueros, cazadores de guanacos. Los wanaku bajaban al valle desde las colinas y serranías
inmediatas en la primavera, cuando un buen invierno aseguraba buenos pastos, los que atraían a estos
auquénidos. Obviamente, los guanaqueros no eran muchos, y dependían mayormente de la abundancia de
guanacos disponibles para la caza. De los guanacos que cazaban dependía toda su economía, desde la
alimentación hasta el vestuario y algún utillaje para sus viviendas. En algunas quebradas y recodos de los
esteros en que las condiciones lo permitieran, sembrarían un poco de maíz, papas, zapallos, porotos,
principalmente, para completar su dieta y asegurarse el alimento en el período invernal.
33
Eran tan malas las tierras del valle de Quilpué que solamente los guanaqueros podían beneficiarse de
ellas: no había otro beneficio. El hecho de que nunca fue cultivado el valle por parte de los aborígenes se
demuestra por el hecho de que no existió ni siquiera una sola acequia en toda su extensión. Obviamente, en
unos cuantos puntos en que fue posible la existencia humana sin enormes sacrificios, hubo personas y
cultivaron la tierra, pero solamente para el consumo propio y nunca produciendo excedentes como para
que se justificara que el Tawantinsuyu, por ejemplo, estableciera algún elemento de su administración aquí.
Solamente el oro justificó ciertas actividades en el estero Marga-Marga, pero los suministros venían desde el
sector de Quillota y jamás fueron sustentados con la producción local. Las eventuales collqas que existieron
en el valle, también se surtieron desde Quillota.
34
Ibídem. Véase, también, “Venta de Tierras del Longko Cadquitipay en el Valle de Quilpué”, Brus Leguás C.,
2011.

26
tierras, Joan Cadquitipay, principal cacique, nieto de Tanjalongo se encontraba radicado
en el valle de Quillota.
Por lo tanto, cabe afirmar que en los tiempos prehispanos los habitantes del valle estaban
más bien dedicados a tareas de caza y recolección y que solamente en unos cuantos
puntos algunas familias practicaban alguna agricultura, pero apenas de subsistencia,
debido a las características propias del valle, como queda demostrado ya de las
declaraciones de testigos. Cabe señalar que en todo el valle no hubo jamás acequias o
canales de regadío, lo que significa que no existió ninguna agricultura de gran alcance. De
hecho, incluso en el período hispano, los abastecimientos en alimentos, vestuario y otros
menesteres necesarios para sostener a los indígenas esclavizados en las extracciones de
oro del estero Marga-Marga se trasladaban desde el valle de Quillota, donde sí se
producían excedentes agropecuarios.
Fue solamente en tiempos de Pedro de Valdivia que se menciona por primera vez que se
realizan siembras en el valle, aunque no se menciona su cuantía. Se trata de unos
indígenas trasladados por el Gobernador de Chile a este sector, que le pertenecía en
propiedad, quienes cuidaban una piara de cinco mil cerdos y sembraban, evidentemente
para su uso personal, junto a unos manantiales en el centro del valle, que, obviamente,
sería el sector de Ojos de Agua.

3.- Independencia del Valle del Marga-Marga


El Valle del Marga-Marga y el de Quilpué son unidades territoriales independientes, tanto
del punto de vista geográfico, como del demográfico e histórico; así lo hemos querido
dejar de manifiesto desde un comienzo. Cuando a don Rodrigo de Araya se le adjudica 35
una merced de tierras en el llamado “Río de las Minas” 36, se le cita específicamente a este
y no a la localidad que hoy abarca gran parte de los antiguos lavaderos que es Quilpué. En
aquel tiempo el poblado de Quilpué no existía y más eran tierras yermas y casi desérticas
sin aguas ni plantaciones, por lo cual nunca tuvo una vinculación importante al fértil valle
del Marga-Marga que en esos tiempos ya se encontraba explorado y habitado por los

35
No podemos ocupar el vocablo “donan”, “ceden” u otros similares, toda vez que para nosotros el ya
referido acuerdo del Cabildo de Santiago, fue una especie de autocontratación, situación que nunca ha sido
bien vista por los ordenamientos jurídicos modernos y mucho menos por el derecho castellano imperante
en las Indias, a esto se suma que la autocontratación que consta en actas del Cabildo se refirió a tierras que
eran propiedad personal del gobernador, por tanto aplicando los aforismos modernos, si bien la venta de
cosa ajena vale esta es inoponible para el dueño de la cosa vendida, por lo mismo no fue oponible para el
gobernador Valdivia ausente del territorio nacional. A esto se suma que toda dación de tierras, adjudicación
o donación debía tener autorización real, virreinal o de la autoridad gubernativa con consulta a entidades
superiores, lo que en este caso no se realizó y que por lo mismo, siendo esta una formalidad por vía de
solemnidad, pese a constar en un documento público adolece de nulidad y de ahí que su efecto sea
retrotraer a las partes al estado anterior de celebración del acto jurídico como si nunca hubiese existido. Por
tanto dicho acto jurídico a nuestro punto de vista, pudo suceder, asi se dejó constancia, mas nunca tuvo
efecto alguno en la persona de los adjudicados.
36
Este nombre se le suele dar al estero Marga-Marga en los cronistas y en otros autores y documentos
coloniales en razón de las “minas” o lavaderos de oro que se explotaban en su lecho e inmediaciones.

27
indígenas de la zona y se instalaron en él importantes centros logísticos de la gran
civilización Inkaica37.
La interdependencia forzada de ambos valles, se comienza a gestar desde la óptica de los
historiadores de mediados del siglo XIX 38, quienes fuerzan, muchas veces sin fundamento,
la identidad de la actual ciudad y comuna de Quilpué con los lavaderos de oro y la
actividad de toda índole desarrollada en el valle de dicho estero. De esa manera se ha
llegado hasta elaborar una esmerada tesis de respuesta del hidalgo Rodrigo de Araya al
gobernador Valdivia y hasta se habla, con una convicción digna de mejor causa, de
grandes festejos con motivo de una toma de posesión que nunca ocurrió.
La vinculación, dejando de lado las tesis de querer dotar a la ciudad de un prócer notable
a la usanza o similar a la capital, se debe a que la actual comuna abarca la zona
comprendida por el valle del Marga-Marga y su hoya hidrográfica, sin embargo considerar
esta tesis, es rebajar el nivel investigativo y de esa forma quitar luz a lo que se ha escrito y
realizado con el correr de los años en ambos valles. Cabe destacar que los principales
grupos humanos se asentaron en la cuenca del estero Marga-Marga, específicamente
debido a su relación con los lavaderos de oro y, más tarde, a la cercanía con el mayor
centro urbano de la zona, Casablanca, y por lo fértil que resultaron ser dichas tierras,
como deja constancia las innumerables partidas de bautizos existentes de personas que
habitaron la zona del Marga-Marga y en sus alrededores, como Reculemu39, donde se
evidencia a la vez una importante población de zambos, mulatos y negros, algo poco
común y que nunca se vio por los menos entre los bautizos de las tierras del valle de
Quilpué, muy tardíos y escasos en un comienzo.
De esta manera y tomando el punto que analizábamos y que es el que nos convoca en
estos textos, Marga-Marga llega a tener una gran importancia, la que deja a la sombra lo
ocurrido en el valle de Quilpué. Los jesuitas, por citar otro ejemplo, comenzarán desde el
siglo XVII a adquirir una serie de predios importantes para la agricultura y la ganadería del
Reino. Así se hacen de las haciendas de Las Tablas, Las Palmas y parte de Limache,
confeccionando, visualmente, una medialuna que se cierne sobre Casablanca y que solo se
encuentra interrumpida en su trayecto por la Hacienda de Quilpué, la cual no concitaba

37
El punto donde después existió el pueblo de San José de Marga-Marga, era conocido, como testimonian
los cronistas y documentos de la Colonia, como los “tambillos del Inga”. En este lugar existieron diversas
instalaciones relacionadas con la explotación de los lavaderos de oro del estero Marga-Marga, así como con
su administración por parte del Tawantinsuyu o Imperio inka. Los españoles que se establecieron en el área
del estero para explotar los lavaderos de oro, usaron esas mismas instalaciones, obviamente restauradas y
reparadas, para vivir en ellas durante el período de la demora, que era cuando se trabajaban los lavaderos, y
donde se determinó que estaban obligados a recogerse de noche para evitar los ataques de los indígenas no
sometidos. Estas instalaciones y esta ocupación española temprana fueron la base para el posterior pueblo
de San José de Marga-Marga, que durante el siglo XIX y la primera parte del siglo XX fue el centro
administrativo del valle del Marga-Marga y capital de la comuna homónima, del Departamento de
Casablanca.
38
TORRES Vergara, Belarmino, Quilpué, Tierra del Sol, 1954, 1962.
39
Reculemu era el nombre de un estero o quebrada principal, que se sitúa entre el estero Marga-Marga, al
norte, y el estero de Las Palmas, al oeste y sur. También fue una localidad, un caserío o centro de población,
que evidencia haber sido bastante poblado, a juzgar por la cantidad de partidas de bautismo que se conocen
procedentes de aquí en los archivos de la parroquia de Casablanca y de la vice parroquia de Peñuelas.
Actualmente forma parte de la Hacienda de Las Palmas.

28
ningún interés para estos hábiles hijos de San Ignacio de Loyola. En otro punto, el
desarrollo eclesiástico es mayor en la zona del Marga-Marga y toma caracteres distintos a
los del poblado de Quilpué; se erigen importantes centros espirituales que en una época,
como veremos, llegarán a tener el grado de Vice Parroquias, en tanto que Quilpué solo
alcanza a ser capilla. Administrativamente, en tanto, se establecerán diputaciones en
Rueculemu40 y Las Palmas y en Lecupue41 y Marga-Marga42 sin considerar principal ni
primeramente a Quilpué, distrito que se encuentra inmersa o sumergida bajo la influencia
de las otras zonas mencionadas, siendo luego independiente y poco a poco gestando su
propio porvenir a paso cansino por las sendas de un desarrollo en un principio
eminentemente ganadero43, enseguida con una agricultura escasa44 y poco más que de
supervivencia, luego industrial y habitacional45.
El valle del Marga-Marga, conforma una unidad territorial diferente, distinta, disímil,
distante y ajena a la realidad del valle de Quilpué, menos próspero, deshabitado y alejado
de los grandes centros urbanos, para ese entonces Quillota o Casablanca 46. La cuenca que
encierra nuestra actual ciudad impedía el expedito paso de los viajeros hacia la ciudad
principal, en contraste con Marga-Marga que con senderos transitables se comunica,

40
Esto es, Reculemu.
41
Esta designación, aparentemente, designaría a Quilpué en el Censo de 1813, cuando se nombra a la
Diputación de Lecupué y Diputación de Marga-Marga como una entidad territorial única.
42
Todo el territorio de la hoya hidrográfica del estero Marga-Marga queda incluido en dos Diputaciones: la
Diputación de Lecupué y Marga-Marga, al norte; y la Diputación de Reuculemu y Las Palmas, al sur, y
aparentemente englobando también una parte de los llanos orientales de Peñuelas, al otro lado de los
cerros de Charahuecho y en dirección al Camino Real de Santiago a Valparaíso.
43
Ya Pedro de Valdivia comprendió que el valle de Quilpué, que formaba parte de su Estancia de Quillota, no
tenía aptitudes para la agricultura, razón por la cual, y para sacarle algún provecho, puso una enorme piara
de cinco mil cerdos en el sector de Ojos de Agua, a cargo de unos indígenas que trajo desde Melipilla.
Posteriormente, cuando el bachiller Rodrigo González Marmolejo, quien fue el primer obispo de Santiago,
tomó posesión de la mencionada Estancia de Quillota, mantuvo la crianza de cerdos en el valle de Quilpué.
Pedro de Valdivia, como después quienes le siguieron en la propiedad de la Estancia de Quillota, abastecía a
los indígenas destinados a los lavaderos y a las demás personas que debían desempeñarse allí, con
productos provenientes del valle de Quillota, donde la gran población indígena y los excedentes que se
producían allí desde tiempos del Tawantinsuyu, permitían dar diversos destinos a dichos excedentes.
44
La primera agricultura a gran escala se desarrolló en el valle de Quilpué en la forma de siembras de rulo o
de secano, principalmente en las suaves colinas que conforman su territorio, y en algunos lomajes que se
prestan para ello, produciéndose sobre todo trigo y cebada. La vid de rulo produjo también muy buenos
resultados y una breve tradición vitivinícola local. Hasta la actualidad es posible ver en diversos cerros las
huellas de la explotación de rulo o secano, y también se pueden ver vides en diversos sectores junto al
Camino Troncal.
45
El enorme desarrollo habitacional que han tenido la ciudad y la comuna, han llevado al surgimiento de
nuevas parroquias en el territorio del valle, desde Peñablanca hasta Valencia, sobre lo cual se hablará en su
oportunidad.
46
El valle del Marga-Marga, así como la Hacienda de Las Palmas, desarrollaron desde temprano una
inclinación hacia la agricultura, habida cuenta de que la ganadería se había introducido tempranamente. La
agricultura se reducían principalmente al cultivo de la vid y de cereales, así como algunas hortalizas en
ciertos sectores aptos para ello. Pero, hasta el día de hoy, y como es fácil advertirlo, ya que las frutas,
verduras y hortalizas que se necesitan en el ámbito local se traen desde fuera, el ganado continúa siendo la
principal base de la economía local del valle, así como de los predios colindantes, a los que en la actualidad
se ha sumado el área forestal.

29
hasta hoy en día de manera expedita con su antigua metrópoli, Casablanca, tanto por las
modernas vías abiertas como por los antiguos caminos, anchos y bien adaptados a la
realidad del camino que hasta la fecha continúan perfectamente transitables a pie o a
caballo47.

El valle del estero Marga-Marga comprende un amplio territorio en torno al estero del mismo
nombre y que engloba los valles menores de Las Palmas, Moscoso y Reculemu. En un sentido
amplio, incluye el valle de Quilpué. En un sentido restrictivo, se limita al área antiguamente
ocupada por la Hacienda de Marga-Marga.

47
Salvo algunas alambradas, todavía es posible recorrer las antiguas sendas que practicaban los habitantes
de estas tierras por los cerros del lado sur del estero Marga-Marga, desde las márgenes de este estero hasta
Peñuelas y Placilla. Se trata, como a simple vista se puede ver, de caminos amplios, anchos todavía, a pesar
de su escaso uso, y que permiten fácilmente viajar en todas direcciones. Algunos de estos caminos fueron
utilizados por el cura vice párroco de Peñuelas y hasta por el cura párroco de Casablanca, para atender a las
necesidades espirituales de sus fieles que habitaban entre cerros y quebradas a través de amplios territorio
que obligaban a largos viajes y a muchas y a veces dilatadas detenciones. Como cuando se hacían misiones.

30
Capitulo II. Principios de la Iglesia en Quilpué.

1.- El Presbítero Julián de Landa adquiere las tierras de Queupue. Su vida y quehaceres
como doctrinero. Generalidades.
Los principios de la Iglesia en el valle de Quilpué, distinto a lo que algunos han supuesto,
puede rastrearse hasta principios de la Conquista y primeros decenios de la Colonia.
No existe noticia alguna de que Pedro de Valdivia, primer propietario de estas tierras, ni
que el bachiller Rodrigo González Marmolejo, segundo propietario del valle, construyeran
algún oratorio en estas tierras. Y nadie lo hizo en nombre ni por mandato de alguno de
ellos, como tampoco por mandato u orden de alguna autoridad civil o eclesiástica.
La razón ha de estar en el hecho de que, como queda dicho y bien establecido por los
testimonios de ciertas personas, indígenas y españoles, las tierras de Queupoa eran
mayormente estériles, estaban deshabitadas y yermas y solo eran útiles en la primavera,
siempre que un buen invierno asegurara buenos pastos que atrajeran a los guanacos, los
que eran cazados con cierto provecho.
El tercer propietario conocido del valle de Quilpué es el presbítero Julián de Landa, de
quien se sabe que era hijo de Lope de Landa Buitrón y de Leonor Pardo, que nació en
Santiago, que era cura del valle de Quillota48 en 1601 y que vivía todavía en 1620.
Lope de Landa Buitrón pasó a Chile en 1541. Llegó a ser regidor del Cabildo de Santiago y
del Cabildo de La Concepción. Estuvo casado con Leonor Pardo, hija legítima de Bartolomé
Pardo y Parraguez49 y de María de Torres Zapata50. De este matrimonio nacieron el
arcediano Lope de Landa, el presbítero Julián de Landa, el capitán Juan de Mendoza
Buitrón y Mujica51 e Isabel de Landa52.
Se desconoce en qué circunstancias este sacerdote vino a interesarse en las tierras mal
afamadas del valle de Queupoa. El hecho es que, en determinado momento, antes de
1597, ya es propietario, por compra, de la mayor parte de este valle.

El presbítero Julián de Landa


El presbítero Julián de Landa fue “hijo del capitán Lope de Landa y de doña Leonor Pardo
Parraguez de Rivadeneira. En 1589 era ya presbítero y ejercía el ministerio en la ciudad de
Santiago.

48
Esto pudo significar que el valle de Quilpué estuvo bajo su jurisdicción como cura doctrinero que era,
puesto que todo el territorio al menos hasta Marga-Marga era considerado como el valle de Quillota. Sin
embargo, se menciona, como se verá más adelante, un cura doctrinero propio para Marga-Marga, lo que
quizá signifique que ejercía su ministerio solamente durante el tiempo de la demora, cuando se trabajaba en
los lavaderos de oro del estero Marga-Marga.
49
Era natural de Galicia.
50
María de Torres Zapata era natural de la villa de Llerena. Posteriormente, testó ante Toro Mazote el 1 de
diciembre de 1615.
51
Fue vecino encomendero de La Serena y se casó con María de Mendoza, quien había sido monja agustina.
Por sus servicios, obtuvo como merced las tierras del valle de Quilpué, que había adquirido previamente por
compra su hermano el presbítero Julián de Landa, a quien traspasó tal merced.
52
Isabel de Landa fue mujer del capitán Juan de Azócar, sobrenombrado “el Mozo”.

31
Firma del presbítero Julián
de Landa, de un documento
que forma parte del
expediente del juicio por
mejor derecho a las tierras
de Queupue, entre Julián de
Landa y Diego Godoy,
heredero del primer obispo
de Santiago.

En 1597 lo presentaba el
Consejo de Indias como candidato a la canonjía de la catedral de la Imperial, por ser hijo y
nieto de conquistadores del Perú y haber servido doctrinas de indios. En 1601 era cura y
vicario del valle de Quillota. En este valle tenía propiedades, y en él residió aún después de
haber dejado la parroquia, que debió ser por 1605. Cultivaba su propiedad y sembraba
cáñamo. En 1613 vendió al real tesoro 19 quintales y tres arrobas de cáñamo, para
cuerdas de arcabuces, por doscientos cincuenta y seis pesos. En 1620 continuaba
morando en Quillota.”53

El hermano del presbítero


Lope de Landa y Buitrón, fue hermano de Julián de Landa, “nacido por 1560. Siguió, como
su padre, la carrera de las armas durante seis años, a las órdenes de los gobernadores
Martín Ruiz de Gamboa y don alonso de sotomayor y de los maestres de campo Juan
Álvarez de Luna y Alonso García Ramón. En 1587, siendo ya clérigo, salió, en la compañía
de clérigos que formó, con las tropas destinadas a rechazar al corsario Cavendish, que
había desembarcado en Quintero y fué de los primeros en acometer al corsario. En 1597
fué propuesto como candidato a una canonjía de la Imperial, aduciéndose los servicios
propios y de sus mayores en la milicia, y el haber servido doctrinas de indios en Chile y
Perú. Pero nada obtuvo por entonces, aunque lo recomendó el virrey del Perú. En 1601
fué presentado para maestrescuela de Santiago, como sustituto del propietario que se
había vuelto loco; pero el obispo no lo puso en posesión de la dignidad; porque era
preciso atender al propietario con su escasa renta. Ese mismo año 1601 era cura y vicario
de Quillota y también lo era en 1604. En 1603 y 1607 lo era de la Serena. Landa recibió
muy mal que el obispo Pérez de Espinosa no le hubiese dado colación de la maestrescolúa,
y se desmandó contra él, viéndose por ello enjuiciado y encarcelado, el año 1609. El
cabidlo de Santiago intercedió por él; pero nada obtuvo y tanto el cabildo como el obispo
acudieron al rey. Cuando éste falló, ya el maestrescuela demente había muerto y pudo
don Lope entrar en popsesión de su dignidad en Febrero de 1613. Al año siguiente fué
promovido a arcediano. Falleció en 1645. (Colección de Historiadores, tomo XXIV, pág. 119
y sig.—ERRÁZURIZ, Gobierno de García Ramón, etc., tomo I, cap. XXV).”54

53
PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, Diccionario Biográfico del Clero Secular de Chile, 1535-1918,
Imprenta Chile, Santiago de Chile, 1922, páginas 355, 356.
54
PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit., página 356.

32
El presbítero Julián de Landa adquiere las tierras del valle de Queupoa
En 1587, el presbítero don Julián de Landa, quien había adquirido la mayor parte de las
tierras que conformaron la Hacienda de Quilpué, adquirió por compra de don Joan
Cadquitipay, lonko pikumche a quien los documentos de la época reconocen como
cacique principal de Quillota, cuatro cuadras de tierra en el valle de Queipuoa o Queupoué
(llamado también Pauco, Quepubue, Queupo, y Queipoa en los textos) por cuatro varas de
paño azul para hacerse vestimentas, ante el asombro de muchos que decían que tales
tierras “no valían tanto paño”. Cadquitipay manifestó haber heredado las tierras de su
padre don Pedro Lebiaronco, difunto cacique principal de Quillota, que poseía todos los
valles hasta Valparaíso antes de la Conquista, Cadquitipay y los indios quillotanos no
ocupaban estas tierras para la agricultura, por ser pocas “yermas y de mucha maleza de
carrizales”. Queupué era tierra estéril, seca, no apta para sementeras, y nunca se las había
querido cultivar en tiempos prehispanos “cuando había mucha gente en este Reyno”, de
acuerdo al testimonio del indígena quillotano Diego Pinpo, de más de 80 años de edad
cuando testificó. Aquí sólo vivían estacionalmente cuando había pastos verdes y llegaban
guanacos; porque era el único provecho que se le podía sacar. De manera que también
hay que desechar toda y cualquiera de las hermosas escenas imaginadas por algunos
autores en cuanto a un valle bien poblado y con muchas siembras atendidas por
aborígenes pacíficos diseminados en caseríos pequeños que convivían en armonía. Ni
hubo mucha población local establecida, ni hubo grandes sembradíos.
Los recursos del valle en tiempos prehispanos, pues, fueron el oro que estuvieron
obligados a lavar en las arenas del estero Marga-Marga, y las pocas siembras que podían
obtener los escasos habitantes permanentes de dicha área merced al regadío que podían
practicar utilizando las también escasas aguas del mismo estero, o de otros, como el de
Las Palmas o el de Quilpué.
Los lavadores de oro debieron haber sido suplidos de alimentos desde otros valles,
particularmente desde Limache y desde Aconcagua, que Acuyo debió ser asimismo
bastante pobre en recursos como para sostener a los trabajadores de los lavaderos de oro
de Marga-Marga. Asimismo, los indios de Acuyo debieron apoyar a los que trabajan en los
lavaderos de su propia área.
L a venta al clérigo Julián de Landa se formalizó ante el Corregidor de Quillota que
autorizó la transacción luego de reunir información de testigos sobre la efectiva propiedad
y valor de la tierra, evitando posibles fraudes. Buscó la confirmación testimonial de 2
indios viejos y conocedores de la comarca: Don Rodrigo, cacique principal de Quillota de
unos 60 años de edad y el ya mencionado Diego Pinpo de más de 80 años. Obviamente
que si el corregidor de Quillota, de cuya jurisdicción dependía el entero valle Quilpué,
después de verificar los antecedentes de la transacción que se le presentaba, la autorizó,
era porque era de esta manera el hecho verdadero, y en ninguna parte se menciona
siquiera por asomo a don Rodrigo de Araya como poseedor de tierras en este valle.
En las tierras adquiridas, Landa plantó viñas y colocó ganado. Su hermano el capitán Juan
de Mendoza, vecino de La Serena, pidió y obtuvo del gobernador Oñez de Loyola el 11 de
Diciembre de 1598, en la Imperial, la merced de “unas tierras baldías, lomas rasas y
quebradas que están en el valle de Quepoa y en contorno de las minas de Quillota [...]
hasta las tierras de la viña del capitán Alonso de Riberos que tiene en el mar [...].”

33
Obviamente que, de nuevo, si don Rodrigo de Araya hubiera tenido alguna participación
en la propiedad de la tierra, no habría podido hablarse de “tierras baldías”.

Esta merced incluía las mismas


“En virtud de los cuales dichos papeles, títulos y recaudos tierras compradas por Landa
presentados por la dicha doña Mariana Osorio, de la viña anteriormente y confirmaron su
que llaman de la mar y por otro nombre Peuco y otra propiedad, después que su
quebrada conjunta a ella llamada Reñaca, y así en virtud
de los dichos títulos y recaudos le señaló los linderos que hermano Juan renunció a ellas y le
el dicho título le dá por la parte del puerto de Valparaíso y traspasó mediante donación los
por aquella frente todas las vertientes al río de Malga derechos de la merced del
Malga, que pasa por medio del valle y subiendo por él
arriba por la mano derecha hasta llegar a las juntas del río gobernador Oñez de Loyola.
Malga Malga y Charavacho, con todas las quebradas y La posesión fue confirmada luego
vertientes al dicho río, según dicho es, y volviendo el río de la visita y mensura del juez de
abajo por la dicha mano derecha hasta llegar a la entrada
que hace el estero de Queupué en el dicho valle de Peuco tierras, el capitán don Ginés de
y hasta tan solamente pertenecen a este dicho valle las Lillo, el año 1604. En dicha
vertientes que hace el dicho valle, porque por aquella mensura y recorrido de los límites,
parte desde derecera de las juntas de los dos esteros hasta
llegar al dicho estero de Queupue hace lo alto división y quedó demarcado el terreno
lindero entre la dicha doña Mariana Osorio y el padre situado entre los esteros Quilpué y
Julián de Landa, el cual no pasa del dicho estero ni la dicha Marga Marga, desde lo que ahora
doña Mariana, a la cual le toca y pertenece desde el dicho
estero en aquella e va a la caleta y a los cerros altos que es Paso Hondo hasta Peñablanca,
allí están, desde los cuales va caminando por aquellas “excepto 100 cuadras [, en Malga
lomas que vierten al dicho río hasta llegar a la mar, por Malga, esto es, Marga-Marga,] [...]
cuya mano derecha entra luego la quebrada de Reñaca, a
la cual adjudicó su merced todo el valle y llano que en la medidas amojonadas a los
boca de ella está y más lo que desde el dicho llano se ve las herederos de Antonio Nuñez,
lomas que a él vierten y le pertenecen; debajo de los difunto [...].”
dichos linderos quedan enterados los dichos cuatro títulos
y más las demás que le pertenecen por otro que presentó, Sobrevino luego, entre 1613 y
con lo cual le mandó dar testimonio, pagando ante todas 1619, un juicio entre Julián de
cosas diez y ocho pesos que le tocan de día y medio de Landa y Diego Godoy heredero del
ocupación de salarios de su merced y oficiales y los demás
restantes de escritura, los cuales pague dentro de tercero obispo Rodrigo González en la
día, donde no le sacarán prendas que valgan la dicha posesión de la Estancia de
cuantía y costas y lo firmó de su nombre y el dicho Limache que reclamaba la
agrimensor. GINÉS DE LILLO. Blas Pereira.
“Ante mí, Melchor Hernández de la Serna, escribano propiedad sobre Quilpué.
público. Aparentemente logró ganar ese
“Concuerda con el original, que está en las mensuras que juicio en el tribunal de la Real
hizo Ginés de Lillo en la viña de la Mar y valle de Peuco. Y
van ciertos y verdaderos, corregidos y concertados, y para Audiencia de Santiago, ya que
que conste di la presente, de mandato de los señores Landa en su testamento escrito en
presidentes e oidores de esta Real Audiencia, en la ciudad 1623 no menciona para nada,
de Santiago de Chile, en veinte y un día del mes de Junio
de mil y setecientos y sesenta y nueve años. entre sus otras tierras las que
“En testimonio de verdad, Jerónimo de Ugas, escribano poseía en Quilpué. Es posible,
público y de Cabildo.” también, que a consecuencias del
Mensuras de Ginés de Lillo, tomo II, páginas 296, 297. juicio, y reconociendo algunas
particularidades del terreno en
disputa, se haya llegado a alguna clase
de arreglo por medio de la cual don Julián de Landa vendiera sus tierras a don Diego

34
Godoy. Es posible que, si la Casa Fuerte de Quillota estuvo situada, como algunos
suponen, en el valle de Limache, se considerara natural que las tierras del valle de Quilpué
le pertenecieran a esa estancia, máxime si se considera que el dicho obispo don Rodrigo
González fue dueño de las tierras de Quilpué, incluida la crianza de cerdos que tuvo
anteriormente don Pedro de Valdivia en el sector de Ojos de Agua, y los lavaderos de oro.

2.- Breves sobre la Doctrina de San José de Marga-Marga


Generalidades
La Doctrina de Marga-Marga estuvo desde temprana data bajo la advocación de San José,
marido de la Virgen, aunque no puede afirmarse a ciencia cierta en qué momento se
estableció oficialmente a San José como santo patrono de la Doctrina, ni tampoco la fecha
en que se estableció dicha Doctrina.

Probable máxima extensión de la jurisdicción de la Doctrina de Marga-Marga hacia 1600. Es


posible que en un principio su jurisdicción alcanzara hasta la costa, pero la aparición de las dos
haciendas en el valle de Viña del Mar debió restringir su territorio.

Esta fue una de las primeras que existieron en Chile y se justificaba su establecimiento en
razón de la gran población indígena que al menos durante el tiempo de “la demora”, unos
ocho meses en total, hubo en el sector de la cuenca del estero Marga-Marga y áreas
aledañas, con motivo de las faenas de extracción de oro de sus arenas. Además, había

35
unos pocos españoles que también necesitaban de la atención espiritual en su lugar de
residencia.
Debe entenderse que no se trata de una Doctrina que estuviera funcionando durante la
totalidad del año y, aunque así hubiere sido, la mayor parte de sus actividades se
centraban en los meses de invierno, cuando la población aborigen y de yanaconas traídos
desde el Perú, a quienes se destinaba al trabajo en los lavaderos de oro del estero Marga-
Marga, realizaba sus faenas.
Es posible que la existencia temprana de esta Doctrina haya importado la edificación de
alguna Capilla u Oratorio para el servicio religioso. Se desconoce, en todo caso, la exacta
jurisdicción de esta temprana Doctrina de Marga-Marga, que pudo haber sido el origen de
la posterior adscrisión de Marga-Marga a la devoción de San José, la que se evidencia en
el nombre de San José de Marga-Marga que llevó el poblado que se formó sobre la base
del antiguo asentamiento indígena conocido a los conquistadores como los tambillos del
Inga.
Sin embargo, lo más probable es que su jurisdicción se limitara a la de los lavaderos de oro
y, por lo tanto, aproximadamente a lo que sería la posterior Hacienda de Marga-Marga,
pero con extensiones hacia el curso inferior del estero Marga-Marga, las quebradas y
esteros que dan origen a este estero y hacia los esteros de Reculemu y Las Palmas.
Cabe señalar, como ya se ha señalado en otro lugar, que esta doctrina de Marga-Marga
funcionaba mayormente durante el período de la demora, es decir, los ocho meses,
después de las cosechas, cuando se trabajaba en los lavaderos del estero Marga-Marga.
Aparentemente, durante los otros cuatro meses el asiento quedaba prácticamente
abandonado y el propio cura doctrinero pasaría ese tiempo en Santiago, ocupado en
labores a las que estaba destinado en la iglesia catedral de la capital del Reyno.

Oratorio y capilla
El trabajo que se desarrolló en los lavaderos de oro de Marga-Marga hizo necesaria la
instalación semi permanente de los mineros, españoles, pikumche, yanakuna y negros, en
ciertos lugares inmediatos a los yacimientos de labor, a lo menos durante 8 meses del
año. Tales sitios fueron conocidos como asientos por los españoles y, según parece,
fueron los mismos que fueron ocupados durante el período inkásico. Varias fuentes
documentales mencionan el poblado indígena y luego el asiento de Minas de Quillota o
Marga-Marga.
El cronista Pérez García dice que los españoles hallaron en Marga-Marga un poblado o
caserío, sin duda las instalaciones kichwas, al que llamaron los tambillos del Inga.55 El
Cabildo de Santiago, en acuerdo del 26 de abril de 1547, al conceder mercedes de tierras a
Ortún Jiménez y a García Hernández, menciona como hito delimitador, los tambillos del
Inga, hacia las cabezadas del estero Marga-Marga.56
El Acta del Cabildo de Santiago, de fecha 13 de abril de 1549, menciona que en los
lavaderos existe un asiento o poblado con dos calles, donde deben dormir los mineros, a

55
MEDINA, José Toribio, Los Aborígenes de Chile, 1882, página 404.
56
Colección de Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional, tomo I, páginas
122.123.

36
fin de protegerse de eventuales ataques de los pikumche.57 Obviamente que si había un
asiento o poblado era absolutamente necesario preocuparse de la salud espiritual de sus
habitantes.
Parece ser que ya en los primeros decenios de la Colonia se atendió espiritualmente a los
habitantes temporales del asiento minero del estero Marga-Marga por parte del cura
doctrinero del valle de Quillota.
El 7 de enero de 1550, el Cabildo de Santiago nombra Alcalde de Minas de Marga-Marga a
Mateo Díaz, y señala la existencia allí de un Asiento de Minas. 58
En 1585 se menciona las minas de Quillota con asiento de población y doctrina, esto es,
una parroquia rural o de indios, la cual es servida por el clérigo Joan Riquel, quien obtiene
anualmente por su labor la suma de 400 pesos en oro y comida. 59 Juan o Joan Riquel fue
“cura del obispado de Santiago, ordenado antes de 1583. En 1585 servía la Doctrina de
Quillota, Carén, Curaoma y el Álamo. Desde 1585 a 1589 se sabe que con frecuencia se
hallaba en Santiago, en cuya catedral administraba el sacramento del bautismo.”60
Aparentemente, este clérigo, a partir de 1585, desarrollaba su labor durante los ocho
meses de la demora61 en los lavaderos de oro del estero Marga-Marga, pero los otros
cuatro meses los pasaba en Santiago, seguramente en espera de la próxima demora.
Los habitantes del antiguo asiento minero habrían formado, paulatinamente, la aldea de
Marga-Marga, existente en el siglo XIX, y llamada San José de Malga-Malga, o San José de
Marga-Marga62, y situada en la hacienda del mismo nombre.
La suerte del valle de Marga-Marga y de sus habitantes, al principio mayormente
temporales y determinados por la demora, estuvo siempre determinada por las
circunstancias relacionadas con la explotación de los lavaderos de oro del estero, al que
los españoles llamaron originalmente Río de las Minas. Al principio, cuando había una
gran producción de oro, hubo muchas personas viviendo en el valle del estero durante los
ocho meses de la demora. Pero, a medida que la producción aurífera fue decayendo, la
población fue mermando y el poblado o caserío se fue despoblando y en un momento
dado llegó a quedar prácticamente abandonado.
Tras el agotamiento del oro de los lavaderos del estero, apareció una nueva forma de
explotación del valle, la agropecuaria, mayormente ganadería, aprovechando las
características propias del valle y de las tierras altas adyacentes. Fue así como nació la
Hacienda de Marga-Marga, cuyos primeros propietarios todavía plantean un grave
problema al investigador. Lo que sí parece cierto es que al principio la Casa Patronal y las
dependencias relacionadas con los trabajos de la hacienda estuvieron centrados en el
antiguo asiento minero, y que anteriormente fuera el centro administrativo inkaico.
57
Colección de Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional, tomo I, página 168.
58
Colección de Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional.
59
GUARDA, G., Historia Urbana del Reino de Chile, Santiago, 1978, página 267.
60
PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit., página 558.
61
“Demora” era la forma de designar al período en que se trabajaba en los lavaderos de oro del estero
Marga-Marga. En este período los indígenas eran sacados de los campos que solían trabajar para sus
encomenderos y, aprovechando la abundancia de aguas del invierno, eran obligados a trabajar en los
lavaderos en duras y pésimas condiciones, en los mayores fríos del invierno, en el agua, lo que provocó
muchísimas muertes.
62
LEGUÁS Contreras, Brus, “San José de Marga-Marga”, 2003, inédito.

37
Eso quiso decir que debió considerarse una capilla u oratorio para beneficio tanto de los
propietarios como de los trabajadores del predio.
Hemos hallado una serie de registros parroquiales relacionados con la antigua Hacienda
de Marga-Marga, como, por ejemplo, los que se reproducen a continuación.

“Haciendo mission en Marga-Marga en cinco de Mayo de mil setecientos ochenta y ocho años.
Puse olio y chrisma â Paula Jpha española de un año natural de esta Doctrina hija legitima de
Victorino Malverde y Dominga Masiel. Padrinos francisco xara y María del Carmen toro. La baptiso
Pablo Araya tiene licencia. Doy feé y lo firmo para que conste.
“Antonio Basilio Escobar”.
“Haciendo mission en Marga-Marga en cinco de Mayo de mil setecientos ochenta y ocho años.
Puse olio y chrisma â Jpha española de once meses natural de esta Doctrina hija legitima de Jph
Leon y Mercedes Muños Padrinos Manuel Alvares y Jpha Alvares. La baptiso Pablo Araya tiene
licencia y lo firmo.
“Antonio Basilio Escobar”.

38
“Haciendo mission en Marga-Marga en seis de Maio de mil setecientos ochenta y ocho años. Puse
olio y chrisma â Juan ygnacio español de tres años natural de esta Doctrina hijo legitimo de
Bernardo fierro y Jpha Pissarro. padrinos Antonio Severino y Juana Samora. Lo baptiso simon Roxas
tiene licencia De que Doy fee y lo firmo.
“Antonio Basilio Escobar”.

Solicitud de dispensa que envía el cura Felipe Ambrosi a la autoridad eclesiástica sobre un caso
particular invalidante del matrimonio que le confesara Justo Pérez durante unos ejercicios
celebrados en la Hacienda de Marga-Marga en 1831.

39
Los registros parroquiales de Casablanca parecen referirse, a través del tiempo, al menos
a dos oratorios y a tres cementerios existentes en el valle. Consideramos que los dos
oratorios estarían ubicados el uno en el sitio de la aldea de San José de Marga-Marga, el
sitio del asiento minero español y de las instalaciones inkaicas, y el otro posiblemente en
Los Molles, abarcando de ese modo la totalidad del territorio de la antigua hacienda. En
cuanto a los cementerios, es posible que uno estuviera en las inmediaciones de San José
de Marga-Marga, otro parece haber existido en el sector de Los Quillayes y el tercero en el
sector de Los Perales, pero este último es de tardía data.
La total y absoluta desaparición del pueblo de San José de Marga-Marga, inmediatamente
después de disuelta su Municipalidad y agregado el territorio de la Comuna de Marga-
Marga al de la Comuna de Quilpué, y la aparente pérdida de la documentación de dicha
entidad edilicia, han hecho, al menos hasta el momento, prácticamente imposible
determinar los lugares exactos en que se levantó la capilla u oratorio de San José de
Marga-Marga, así como la de sus cementerios.
La iglesia de Los Perales, de la Congregación de los Sagrados Corazones, es de tardía fecha,
y surge con la llegada de los Padres Franceses al valle del Marga-Marga, en la segunda
mitad del siglo XIX.63

3.- Los primeros Oratorios, la primera presencia de la Iglesia en Quilpué


Para que pudieran llevarse a efecto los servicios religiosos formales, como la celebración
de la misa, por ejemplo, era necesario un lugar especialmente destinado a ello. Es cierto
que en determinadas circunstancias se puede celebrar la misa al aire libre.
Pero cuando se forma un núcleo de población, aunque éste sea temporal o intermitente
incluso, dependiendo de las circunstancias locales, se hace más que necesario levantar un
lugar especialmente destinado a los servicios religiosos y, además, y según las
circunstancias, un lugar donde pueda residir el religioso o sacerdote encargado de los
servicios divinos en el lugar.
En el caso de los valles de Quilpué y de Marga-Marga, como en otros lugares de similar o
parecido origen, y para enseñar a la población indígena local o semi permanente y para
brindar a los españoles residentes o de paso el acceso al servicio religioso y espiritual,
sería necesario también contar al menos con un lugar donde centrar tales actividades, de
primera importancia y necesidad también en la vida cotidiana de la Colonia.
Y fue una preocupación primordial no solamente de la autoridad eclesiástica, sino también
de las autoridades civiles de esos tiempos el proporcionar a la población lugares de culto,
desde donde no solamente se administraran los divinos sacramentos sino también se
enseñara y adoctrinara a la población, indígena y española, en los misterios de la fe
católica, al menos en las cosas más necesarias y básicas.
El presbítero Julián de Landa, al adquirir la propiedad sobre la cuenca del estero de
Quilpué, por una parte, y la administración eclesiástica y civil, por la otra, en el valle del

63
La presencia de los Padres Franceses escapa al objeto y al territorio de este trabajo, pero es materia de
una nueva investigación en curso que esperamos progrese al punto de convertirse en una historia que
contenga la mayor cantidad posible de antecedentes y documentación para un acabado conocimiento de lo
que ha sido, su importancia e implicancias para la historia eclesiástica, sobre todo en lo que se refiere al
valle del Marga-Marga, cuya impronta ha quedado indeleblemente grabada.

40
estero Marga-Marga, establecieron no solo las primeras bases para la enseñanza de la
religión, el auxilio espiritual, la administración de los sacramentos y la celebración de la
misa, sino también para que se construyeran o implementaran lugares físicos específicos
desde donde central la atención espiritual a la población local.

Primer Oratorio de Julián de Landa


Indudablemente que siendo Julián de Landa un presbítero primero que nada, y habiendo
sido cura del valle de Quillota64, al adquirir la propiedad de lo que sería la Hacienda de
Queupoa, y a pesar de la escasa población que habría dentro de sus tierras, habría
contribuido poderosamente al establecimiento de facilidades para la administración de los
santos sacramentos y las otras tareas espirituales. Sobre todo esto debió haber sido así
porque él fue no solamente cura del valle de Quillota, sino cura doctrinero, que era la
capacidad o calidad de su nombramiento en Quillota, toda vez que no existía para
entonces una población establecida en el sitio de la actual ciudad de Quillota, sino
población esparcida a través de un amplio territorio que va desde el sector de Purutún 65
hasta Tabolango.
Atribuimos aquí al presbítero Julián de Landa la construcción del primer oratorio que
existió en el sector del actual casco histórico de la ciudad de Quilpué, y muy
probablemente en el mismo sitio que actualmente ocupa la iglesia parroquial de Nuestra
Señora del Rosario, o cuando menos inmediato o próximo a éste. Es bien sabido que se
acostumbra usar los mismos lugares y sitios previamente ocupados para construir o
reconstruir desde poblaciones hasta edificios66.
En este oratorio no solamente celebraría el presbítero los santos oficios, sino que también
adoctrinaría a los indígenas sobre los principios básicos de la religión católica, cumpliendo,
de este modo, con su conciencia de hombre de Dios y con la obligación que se reconocía
sobre los propietarios españoles de la tierra de proporcionar enseñanza religiosa a los
indios que le estarían encomendados67.

64
La jurisdicción del “valle de Quillota” varió con el tiempo. Al principio de la Conquista y hasta varios
decenios dentro de la Colonia, abarcaba no solamente la totalidad del valle inferior del río Aconcagua, sino
también los valles inmediatos de Limache, Quilpué y Marga-Marga, hasta las costas de Valparaíso. En un
sentido restringido, abarcaba solo los valles del Aconcagua inferior, de Limache y de Quilpué.
65
Sector que ahora forma parte de la comuna de Hijuelas y que durante la Colonia y el siglo XIX conformó
una doctrina y luego una parroquia.
66
Tal es el caso, por ejemplo, de la ciudad de Santiago, fundada y construida sobre lo que fueron las
instalaciones inkaicas conocidas como el Tambo Grande, junto al Qhápaq Ñan o Camino del Inka, que desde
el centro administrativo de Quliruna (Colina actual) iba hacia la cuesta de Chada y las posesiones
meridionales del Tawantinsuyu o Imperio inka. Igualmente, la ciudad de Quillota actual fue fundada y
construida sobre los restos de las antiguas instalaciones inkaicas relacionadas con el centro administrativo
que funcionó bajo la ladera oriental del cerro Mallaca, en torno a la antigua Cancha de Santa Ana. Y es bien
sabido, también, que San José de Marga-Marga, que fue la cabecera de la desaparecida comuna de Marga-
Marga, se construyó sobre las ruinas de las instalaciones inkaicas relacionadas con la explotación de los
lavaderos de oro del estero Marga-Marga.
67
En realidad, no se sabe a ciencia cierta de indígenas que le estuvieran encomendados. Pero es muy
probable que tuviera a su cargo trabajadores indígenas contratados para el cuidado principalmente de sus
rebaños de ganado, toda vez que desde el principio se reconoce al valle de Quilpué solamente valor como

41
Es bien sabido que durante la primera parte del siglo XVII, las principales construcciones
eran de adobe68 o de quinchas embarradas69.
Probablemente, el oratorio de Quilpué original fue construido con paredes de quincha
embarrada y un techo pajizo o de coirón, con piso de tierra apisonada. Habría sido una
modesta construcción, lo mismo que la casa y las demás dependencias que sin duda debió
construir o reconstruir el presbítero para su uso personal y la buena administración del
predio. Este tipo de construcción resiste bastante bien los embates de los terremotos,
pero requiere de periódicas mantenciones y reparaciones debido a que la humedad y la
lluvia afectan a las paredes, produciéndose resquebrajamientos y caídas de partes del
embarrado o estuco y produciendo un feo aspecto.

Probable Oratorio tras el sismo de 1687


Los terremotos han asolado el país y el valle de Quilpué, desde tiempos inmemoriales. Se
desconoce la totalidad de los sismos que desde tiempos recientes han azotado al valle,
como tampoco sus consecuencias sobre las construcciones existentes en los primeros
tiempos de la Colonia.
Es posible que tanto las inclemencias del tiempo como los terremotos hayan obligado a
reparar y a reconstruir en más de una oportunidad el oratorio de Queupoa, sobre todo si,
como se ha afirmado en otros lugares de esta obra, los materiales de construcción
empleados resultaban frágiles para soportar por períodos indefinidos las inclemencias del
tiempo y los sismos que continuamente azotan al país y a la zona en particular.
Pero de cada desastre impuesto por la naturaleza, los propietarios de la antigua Hacienda
de Queupué supieron destinar el tiempo y los recursos para efectuar las correspondientes
reparaciones y refacciones que se necesitaba en la capilla, la única que debió existir en
kilómetros a la redonda.
En particular, el sismo de 1687 debió haber provocado serios daños en la construcción y
obligar a reparaciones bastante profundas, sobre todo si se toma en cuenta que el
invierno debió haber contribuido a los daños del edificio.

predio ganadero. De todos modos, también hubo de tener trabajadores destinados a la producción agrícola,
al menos para el consumo interno de la Hacienda de Queupué.
68
Esto, en el caso de propietarios acomodados y que podían darse el lujo de mandar construir sus casas con
este material, que no era barato y demandaba al principio muchos grandes esfuerzos, a pesar de que
pudiera pensarse que era fácil cortar y secar adobes y luego construir las paredes. Se necesitaban buenos
envigados y buenas paredes para una casa durable y que resistiera, además, el rigor del invierno. Estas
construcciones se introdujeron bastante tarde en Quilpué, y a medida que transcurría el siglo XIX.
69
Esta construcción era muchísimo más barata, bastante duradera y al alcance de la mayoría de la
población. Se trataba de armazones de madera común, local, en que se formaban quinchas con ramas de
todas clases, de acuerdo a las circunstancias locales, sobre las que se ponía una especie de estuco de barro,
muchas veces enlucido, pero en general de terminaciones muy brutas. Las viviendas construidas de este
modo solo resistían un piso. El entramado del techo se construía también con madera obtenida localmente,
usando coirón o totora para evitar el ingreso del agua durante las lluvias. Quilpué, San José de Marga-
Marga, Chircana, Reculemu, tuvieron originalmente este tipo de construcciones, y esa realidad se puede
apreciar hasta entrado el siglo XIX.

42
De todos modos, el Oratorio de Quilpué debió ser reconstruido, de a poco, de acuerdo a
los recursos de que dispusiera la Hacienda, tomando en cuenta que debió haber otros
daños provocados por ese sismo que debieron ser reparados con mayor urgencia.

Probable oratorio tras el sismo de 1730


Si bien no tenemos noticias de primera mano acerca de este período en lo que se refiere
al oratorio de Quilpué, como tampoco a las consecuencias que sobre la construcción
debió haber ocasionado el fuerte terremoto de 1730, tenemos que asumir que hubo de
obligar a efectuar cuando menos reparaciones bastante profundas.
Es probable que tras el terremoto de 1730, el oratorio de Queupué, que debió ser una
construcción muy simple, de paredes de quincha embarrada con techo pajizo, quedara
muy deteriorado, si no completamente destruido. Es bien sabido que no se realizaban
reparaciones o mantenciones regulares, sino que, en todos o casi todos los casos, las
reparaciones se realizaban solamente cuando era absolutamente necesario y, de todos
modos, dependiendo de los recursos que a estas obras pudiera destinar la administración
de la Hacienda.
Debe entenderse, de acuerdo a lo anteriormente expresado, que consideramos que la
primera construcción destinada al culto en el valle no fue el Oratorio o Capilla existente en
calamitoso estado en tiempos de doña Petronila Valencia, en 1818, sino que la presencia
real y efectiva de la Iglesia en el valle debió ocurrir, cuando menos, con la llegada del
presbítero Julián de Landa, quien fuera cura encomendero del valle de Quillota, como
propietario de la extensa Hacienda de Queupoa.
Señalamos la probable existencia de un Oratorio ya en tiempos del presbítero don Julián
de Landa entendiendo que él mismo tenía una vocación religiosa y que se había
desempeñado como cura doctrinero del valle de Quillota, cosa que abarcaba, cuando
menos, los valles vecinos de Limache, Quilpué y Puchuncaví, además de la parte inferior
del valle del río Aconcagua.
Y si esos oratorios, que con el tiempo pudieron haberse transformado en capilla,
existieron, obviamente que fueron afectados por los fenómenos naturales, como
temporales o terremotos, lo que obligaría a efectuar reparaciones, reconstrucciones y
adecuaciones del edificio dedicado al culto.

El terremoto de 1822
El terremoto de 1822, ocurrido la noche del 19 de noviembre de ese año, ha sido uno de
los más fuertes que ha experimentado la Zona Central de Chile y que ha costado mucho
en vidas y en propiedades privadas y públicas.
Mary Graham, la notable viajera que estuvo en el país durante ese año, registra
interesantes noticias sobre los efectos de dicho sismo en las ciudades y poblados y
caseríos vecinos.
En cuanto a los efectos en Quillota, capital del Departamento o Partido de ese mismo
nombre, registra la siguiente información:
“Refiere don Fausto que se encontraba con algunos amigos en la plaza de Quillota,
tomando parte con el pueblo en las fiestas que celebran en la víspera de la octava de San
Martín, patrono de la ciudad. La plaza estaba llena de puestos y enramadas de arrayán y

43
rosas, en que habia jaranas, borracheras, bailes, músicas, máscaras, en suma, una escena
de disipación, ó mejor dicho, de libertinaje. Sobrevino el terremoto, y todo cambió como
por encanto.
“En lugar de los cantos y de los sonidos del rabel, alzóse un grito de ¡misericordia!
¡misericordia! Todos se golpeaban el pecho y se postraban en la tierra. Tejiendo coronas
de espinas, las ponían sobre sus cabezas y las oprimían hasta que la sangre les corría por
el rostro. Las flores de la fiesta yacían pisoteadas sobre la tierra. Algunos corrieron á sus
casas destruídas á salvar á sus hijos, olvidados en las horas de regocijo, amorosamente
recordados en los momentos de peligro. Los sacerdotes oraban, retorciendo
angustiosamente sus manos, ante los destrozados altares, y el pueblo y las familias huían
á los cerros. Tal fue la noche del 19 en Quillota.
“El día 20 amaneció sobre una escena de espantosa desolación. De la gran ciudad sólo
quedaban en pie veinte casas y una iglesia. Todos los hornos yacían en ruinas y no había
pan. El gobernador había huído.
“Sus pecados atrajeron sobre la ciudad el castigo del cielo. Así lo proclamaba el pueblo á
gritos, y algunos llegaron hasta acusar al gobierno de Santiago, cuya tiranía había excitado
á Dios á la venganza. Mientras tanto, el teniente gobernador, Mr. Fawkner, inglés de
nacimiento, reunió á los principales de la ciudad para tomar algunas medidas en alivio de
los damnificados.”70
Mary Graham, que se encontraba hospedada en la Hacienda de Quintero, de propiedad
de Lord Cochrane, durante el sismo, hace una descripción vívida de lo que fue el enorme
sismo, y describe la situación que se vivió no solamente en Quintero sino también en
Quillota, como ya se vio, así como en las haciendas de Concón y de la Viña de la Mar, en su
camino de regreso a Valparaíso, donde se había instalado desde hacía un tiempo.
“La noche del 19 [de noviembre] fue tremenda en Concon. Los dos niños de Mr. Miers
dormían en piezas separadas y no comunicadas entre sí, y una de ellas comunicaba
solamente por el corredor con el resto de la casa. Después de sacar á su esposa, que
clamaba por sus niños, Mr. Miers corrió á salvar al menor de ellos, porque la lluvia de tejas
le impedía acercarse al aposento del mayor. Aprovechando un momento de tranquilidad,
entró de nuevo; encontró al niño dormido y lo sacó sano y salvo. La familia pasó toda la
noche sin dormir, frente á las ruinas de su hogar.
“En la mañana armaron una carpa, y á mi llegada tenían ya una ramada ó choza de ramas
de árboles. Durante el remezón principal la tierra se rasgó bajo sus mismos pies. Dicen
que el fragor que se sentía en el valle fué de lo más espantoso que puede imaginarse. La
iglesia se derrumbó. Las casas de la hacienda, casi destruídas.” 71
Más adelante, pasó por la Hacienda de La Viña de la Mar, donde la situación no era mejor
que en Concón o que en Quintero.
“En Viña del Mar encontré á toda la familia instalada en una ramada en el zaguán; de la
casa no queda en pie sino una parte del muro exterior; la ruina fué completa; no hay allí

70
GRAHAM, Mary, Diario de su Residencia en Chile (1822) y de su Viaje al Brasil (1823), Editorial América,
Madrid, España, páginas 384, 385.
71
GRAHAM, Mary, op. cit., página 387.

44
un sitio donde pueda refugiarse un ser viviente. El pequeño llano está cubierto de conos
de uno á cuatro pies de altura, que surgieron en la noche del 19 y arrojaron agua y arena.
“Traté de aproximarme á uno de ellos; pero el caballo comenzó á hundirse como si pisara
sobre arena movediza, por lo cual desistí de mi intento, no queriendo exponerme á pagar
demasiado caro la satisfacción de mi curiosidad.”72
Cuando llegó a Valparaíso se dio cuenta de la gravedad de la situación y del verdadero
alcance que en la ciudad puerto había tenido el terremoto.

Capilla de campo, en Chile, dibujada por Mary Graham, que aparece en su libro de viajes Diario de
mi Residencia en Chile en 1822. El tipo de construcción que se muestra en el dibujo pudo haber
sido aproximadamente el de la construcción típica que encontró en sus numerosas visitas al campo
de las provincias de Valparaíso y Santiago. Seguramente, la capilla quilpueína del tiempo de Mary
Graham fue un tanto más modesta.

“El Almendral presenta un aspecto tristísimo. No queda una sola casa habitable. Hacia la
parte de los cerros los techos y las murallas en ruinas; hacia el lado del mar, muy
deteriorados. La torre de la iglesia es un montón de arena, pedazos de ladrillos, trozos de

72
Ibídem.

45
estuco con restos de decoración y pintura; en una palabra, un hacinamiento de todo lo
que tienen de feo y triste las ruinas recientes.”73
Comentando las noticias que llegan desde el Sur del país, Mary Graham escribe: “Mr. C.
acababa de llegar de Concepción: 170 leguas, que ha recorrido por caminos desviados en
cinco días. Pasó por Talca y San Fernando; en estos lugares y en Concepción se sintió el
terremoto, pero con poca violencia. Mr. C., que acababa de regresar de Santiago, me dice
que Casablanca y Melipilla son montones de ruinas. Illapel también destruída; sus iglesias
ruinosas. Sólo los ranchos resistieron, gracias á la elasticidad de su construcción y
materiales; y aunque el barro ha saltado de los intersticios, no ofrecen peligro.” 74
De esta enorme destrucción, nada es lo que en definitiva se sabe con respecto al valle de
Quilpué. Sólo puede decirse que, en base a la observación que hace Mary Graham en
cuanto a que los ranchos resistieron gracias a la elasticidad de su construcción, el hecho es
que las principales casas del caserío de Quilpué, incluidas las Casas de la Hacienda, así
como la mayor parte de las principales construcciones, quedaron en ruinas, por los suelos.
Si la iglesia reconstruida después de 1818 lo fue en los materiales comunes y de uso
general, es decir, si fue reconstruida con paredes de quinchas y techos pajizos, entonces la
capilla resistió bastante bien. Pero si se reconstruyó usando materiales de mejor calidad,
como es el adobe, entonces lo más probable es que haya quedado arruinada o, al menos,
muy dañada.
La capilla existente en 1822 sería, pues, cuando menos, la cuarta iglesia que se
reconstruyó y la que se reconstruiría después de este sismo sería la quinta capilla.

73
Diario de su Residencia en Chile (1822) y de su Viaje al Brasil (1823), Mary Graham, Editorial América,
Madrid, España, página 389.
74
Diario de su Residencia en Chile (1822) y de su Viaje al Brasil (1823), Mary Graham, Editorial América,
Madrid, España, página 391.

46
Capitulo III. La Parroquia de Casablanca

1.- Noticias de la fecha de la erección de la Parroquia de Casablanca


La villa de Casablanca ha tenido una larga historia, que la sitúa de un punto de vista
geográfico en diversos lugares. Sus orígenes se remontan a la generación de un incipiente
poblado que quedaba de paso en el intenso tráfico de soldados que desembarcaban en la
Bahía de Quintil y dirigían su camino hacia la capital de Santiago, luego continuó el tráfico
de las caravanas de carretas que transportaban mercaderías desde el mismo Puerto de
Quintil haciéndose más transitada la zona y por eso mismo más poblada75.
Sin embargo su origen deviene desde tiempos remotos. Algunos datos detallan que en el
año 1553, Valdivia entrega al bachiller Rodrigo González, clérigo, presbítero, vecino de la
ciudad de Santiago, la casa y estancia de Quillota, las minas del Malga-Malga y la estancia
de Acuyo76, en ese mismo año el 20 de agosto se el Gobernador Valdivia otorga merced de
tierras del valle de Acudal y Yurapel a don Juan Bautista Pastene 77. Dejaremos la historia
hasta allí, ya que no nos detendremos latamente a analizar la difícil situación y los detalles
de la tratativa de encomiendas y el conflicto generado por el vicio de ilegalidad con que se
cubrían estas para con el bachiller.
Desde allí en adelante se generan una serie de mutaciones en la propiedad, lo cual incluso
muda el asiento del poblado en varias ocasiones. Una primera ubicación se encontraría
hacia el poniente del puente La Draga, la segunda hacia el norponiente de la actual ciudad
y la tercera donde se ubica en la actualidad. Sin embargo como es fácil apreciar la ciudad
nunca fue llamada “Casablanca” como la conocemos, sino que Acuyo, nombre del valle en
que se asienta, el apelativo “Casablanca” surge sólo tras la dictación del auto de posesión
a favor de Alonso de Córdova en el mes de octubre de 1580, donde en lo medular se
declara “atravesando a la Casa Blanca que es el camino de las carretas” 78.
Con lo anterior, vemos que ya a fines del siglo XVI existe por lo menos un germen de
poblado y como tal, debe existir un guía espiritual que oriente las almas de los habitantes.
La labor evangelizadora en el valle, por tanto, tiene antecedentes muy remotos los cuales
encontramos hacia esta misma época bajo la figura de las “doctrinas de indios”. Así para el
año 1580, figuran los eclesiásticos Cristóbal de Alegría79 y Gabriel de Villagra80 como

75
TORRES, Belarmino, de Ramón José Armando y Larrían Eyzaguirre, Sergio. Historia de Casablanca. 1853.
Página 6.
76
LILLO, Xinés. Mensuras de Ginés de Lillo. Colección de Historiadores y Documentos de la Historia Nacional.
Tomo XLIX. Página 255-256.
77
Fichas para la Historia de Casablanca, Capítulo 2. Ficha 11.a.
78
LILLO, Xines. Op. cit., Tomo XLIX. Página 265
79
De Don Cristóbal de Alegría se sabe que en 1578 era uno de los curas de la diócesis de Santiago, en 1580
tenía una de las dos doctrinas de indios situadas en los alrededores de Santiago. Hacia 1585 servía la
doctrina de los Tancos, Guaicochas y otras estancias. Desde 1580 a 1582, por lo menos, fue cura de la
Catedral. Vivió hasta 1590, pues el año anterior otorgó varias escrituras públicas, entre ellas una de
donación de 600 ovejas a un pariente. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, Diccionario Biográfico del
Clero Secular de Chile 1535 – 1918, Santiago, 1922.).
80
De Don Gabriel de Villagra se cuenta que fue Presbítero, probablemente español que residió en el Perú y
en Chile, hacia 1580 servía la doctrina de las chácaras de Santiago, era sacerdote muy honesto y buen
eclesiástico, sabía las lenguas del Perú y Chile, tocada el órgano y cantaba bien, según testimonio del obispo

47
tenedores de las dos doctrinas de los alrededores de Santiago 81. Pensamos tomando en
cuenta que se encontraba designado al doctrinero de Melipilla, que entre esas dos debe
haber figurado la de Quillota y Casablanca presumiblemente. Cinco años más tarde, en
1585, servirá la doctrina de indios de Quillota el clérigo presbítero Alonso de Madrid 82, a
este lo acompaña Juan Riquel83 (o Joan Riquelme como también se le llama) quien sirve la
doctrina de las minas de Quillota (Marga-Marga), Carén, Chicauma y el Álamo 84, el mismo
cargo que, pensamos, debe haber asumido el presbítero Julián de Landa, el cual ejerció la
doctrina de Quillota, establecida con anterioridad a la de Casablanca y que por lo mismo
abarcaba en sus labores este valle.
Al clérigo Juan Riquel, siguió en la santa labor don Juan Nuñez85, cura doctrinero de
Casablanca a principios del siglo XVII, a este se unieron posteriormente los Padres de la
Compañía de Jesús, que adquiriendo gran parte de los terrenos colindantes a la Villa de
Casablanca, ejercieron su ministerio y labor evangelizadora por los alrededores. Sin
embargo algunos documentos recopilados hablan que a mediados de ese siglo, ya se
encontraba establecida en el valle la Viceparroquia de Acuyo, ubicada en el sector de
Tapihue, bajo la cual se ejercía la jurisdicción eclesiástica sobre todo Casablanca y el valle
del Marga-Marga86. En tanto en 1662, la diócesis de Santiago se hallaba dividida en treinta
parroquias sin contar la del Sagrario y Santa Ana, todas servidas por clérigos, así, de la
descripción que realiza el Obispo Humanzoro con fecha 25 de julio, no se señala como
doctrina ni Acuyo ni menos Casablanca, mas si sus aledañas, como la del puerto de
Valparaíso que tiene el largo de doce leguas y de ancho diez, la de Limache de largo de
diez leguas y ancho otras diez y la de Quillota que comprende el pueblo de Quillota (falta

Medellín. Desde 1584 a 1589 fue uno de los curas de la catedral de Santiago. Regresó después al Perú y
testó en el pueblo de Chacache, corregimiento de Somasuyo, arzobispado de la Plata, ante Gaspar Núñez de
Chaves, el 12 de octubre de 1597. Su fortuna llegaba a unos ocho mil pesos, instituyó por herederos al
licenciado Melchor Calderón, dignidad de tesorero de la catedral de Santiago y a doña Francisca de Figueroa,
viuda de Lope Ruiz de Gamboa. Falleció al poco tiempo de testar. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco,
Diccionario Biográfico del Clero Secular de Chile 1535 – 1918, Santiago, 1922.).
81
SOCIEDAD BIBLIOGRÁFICA DE SANTIAGO, La Provincia Eclesiástica Chilena, erección de sus obispados y
división en Parroquias, Imprenta de la Casa Editorial Pontificia de B. Herder, Alemania, 1895, página 154.
82
Don Alonso de Madrid, en 1582 aparece siendo cura de la Ligua; desde 1585 hasta 1589 ó 1590, sirvió la
doctrina del valle de Quillota. Residió después en Santiago durante varios años, fue también desde 1612
cura de la doctrina de Melipilla, donde había un obraje de paños en que trabajaban los indios sujetos al
dominio real. Hay constancia de que a fines de 1612 se le pagaron al cura, por sus servicios 503 varas de
sayal y trienta frazadas. Falleció siendo cura de Melipilla en 1615. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco,
Diccionario Biográfico del Clero Secular de Chile 1535 – 1918, Santiago, 1922.).
83
Don Juan Riquel fue cura del obispado de Santiago, ordenado antes de 1583. En 1585 servía la doctrina de
Quillota, Carén, Curaoma y el Álamo, desde 1585 a 1589 se sabe que con frecuencia se hallaba en Santiago,
en cuya catedral administraba el sacramento del bautismo. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco,
Diccionario Biográfico del Clero Secular de Chile 1535 – 1918, Santiago, 1922.).
84
SOCIEDAD BIBLIOGRÁFICA DE SANTIAGO, op. cit., página 156
85
Don Juan Nuñez nació en Santiago por el año 1561 y fue hijo de Francisco Díaz y de Isabel Nuñez. En 1586,
siendo subdiácono, desempeña el cargo de fiscal eclesiástico. Desde antes de 1610 hasta 1620, fue cura y
vicario del puerto de Valparaíso y como tal percibía diez pesos de cada maestro de navío. Desde 1620 hasta
su muerte, que debió ocurrir por 1640, residió en Santiago. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco,
Diccionario Biográfico del Clero Secular de Chile 1535 – 1918, Santiago, 1922.).
86
Fichas para la Historia de Casablanca, Capítulo 2, Ficha 18.a

48
parte del texto) y se compone de muchas estancias de esta vanda [sic] del río de dicho
pueblo, y de la otra tiene de contorno quince leguas87.

Valles de Casablanca,
1740, Archivo de la
Real Audiencia, LXX.

87
SOCIEDAD BIBLIOGRÁFICA DE SANTIAGO, op. cit., página 159.

49
La parroquia que hasta el día de hoy conocemos data de 1680, según consta de los
documentos existentes en la tesorería general del Arzobispado de Santiago, en los
archivos parroquiales, existentes hace un tiempo atrás (antes que se extraviaran los
primeros libros de registros de matrimonios).88 La partida más antigua de matrimonio se
encuentra fechada el 10 de julio de 169789. Destacamos que solamente en un documentos
hemos encontrado el siguiente relato que da fecha cierta de la fundación de la Parroquia,
pero no tenemos certeza que dicha época sea la correcta, ya que no existen fuentes
comprobables, el relato señala que “en efecto el 28 de mayo de 1680 el obispo de
Santiago, señor Bernardo Carrasco Saavedra, fundó la parroquia.”90
De los documentos en que hemos tenido certeza de su fuente, declaran que el primer
sacerdote que sirvió la nueva parroquia fue don Pedro de Burgoa, quien nació en Santiago
de Chile teniendo por padres al capitán Domingo de Burgoa y doña Ana Véliz. A este,
como decíamos le correspondió dirigir la naciente parroquia, mas seis años después,
hallándose gravemente enfermo, en Santiago, daba a su madre poder para testar y
disponía se le sepultase en el Templo de Santo Domingo91. Su padre, don Domingo nace
en Mundaca, Vizcaya, España por 1620, falleciendo en Santiago de Chile. Su primer
matrimonio lo celebró con María Josefa de lo Matta de la cual no quedó descendencia. Del
segundo con Ana Vélez, nacen el padre Pedro Burgoa y Juan de Burgoa nacido en 1649
siendo padrino de bautismo el Alférez Pedro de Elguea. Al Párroco Burgoa le sucedió don
Diego Monte de Sotomayor, quien obtuvo el cargo parroquial en 1696 y lo conservó hasta
1707, era hijo del maestre de campo don Juan Ventura Monte de Sotomayor. Falleció en
Santiago en abril de 1721 siendo sepultado en la catedral92.
La advocación de la Parroquia, en un comienzo fue la de Nuestra Señora de las Mercedes,
pasando desde mediados del siglo XVIII a llamarse como lo conocemos hoy, Santa
Bárbara, como el pueblo al cual protege con su luz.

2.- Territorio jurisdiccional de la Parroquia


La Parroquia de Casablanca, al momento de constituirse como tal, situación que fijamos
por los datos oficiales en el año 1680, adquiere para su doctrina un extenso territorio que
procede de antecesora la Parroquia de San Martín de la Concha (Quillota), cuya fecha,
también incierta, (1647 aproximadamente) y de la Parroquia de la Santa Cruz de Limachi,
que comienza a ser centro devocional parroquial desde 1662, según consta de la nómina
elaborada por el obispo Humanzoro en el mismo año.

88
El mapa que insertamos en la página 48, sin duda nos ilustra perfectamente acerca de las condiciones
existentes en 1744 en el valle de Casablanca. Se trata del mapa más completo que se conoce del valle y
muestra, en las tierras pertenecientes en esos entonces a los Padres de la Compañía, una iglesia o capilla.
Pero, asimismo, en el llamado Segundo Valle de Acuyo, aparece señalada una “capilla nueba”.
Desconocemos, hasta ahora, si hemos de considerar a la primera capilla o iglesia como la sede de la doctrina
o parroquia rural.
89
SOCIEDAD BIBLIOGRÁFICA DE SANTIAGO, op. cit., página 178.
90
Fichas para la Historia de Casablanca, ibídem.
91
PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, Diccionario Biográfico del Clero Secular de Chile 1535 – 1918,
Santiago, 1922, página 106.
92
PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit., página 438.

50
De esta forma la naciente parroquia limita hacia el norte con las orillas del río Aconcagua,
extendiéndose hacia el sur hasta el estero de El Rosario, por el poniente limitaba con el
mar, sin perjuicio de la existencia, quizás probable de una incipiente parroquia en el
Puerto de Valparaíso93, situación que volveremos a ver más adelante; y finalmente hacia
el oriente su límite lo marcaban los mismos de la doctrina de Quillota, Limache, Renca y la
del Sagrario, Santa Ana y San Isidro, estos últimos de la capital del Reino en aquel
entonces.
Brevemente diremos unas palabras sobre el límite poniente. Realmente no existe certeza
respecto a este límite, toda vez que los historiadores han debatido largamente sobre el
tema de la creación de la primera parroquia en el Puerto y Ciudad de Valparaíso, la cual
marcaría su completa independencia ante otra doctrina, como la de Casablanca que
analizamos. Vicente Carvallo Goyeneche, en su Descripción Histórico Geográfica del Reino
de Chile, que data de fines del siglo XVIII, al referirse a Valparaíso declara que “este
territorio reducido sólo a lo que es población, fue también dependiente de la provincia de
Quillota i una de las adyacencias de la parroquia de Casablanca…” 94. Por lo tanto en los
comienzos de la Parroquia de Casablanca, Valparaíso si fue parte de la misma, esto lo
confirman autores clásicos del siglo XIX como Benjamín Vicuña Mackenna quien expone
que “no hay constancia cierta de cuándo fue erigida la iglesia parroquial de Valparaíso (…)
porque de los libros de su archivo sólo comienzan en 1686. Pero de los legajos de la curia
de Santiago aparece que desde 1640, más o menos, asistía a funciones del ministerio
parroquial un cura de la doctrina de Casa Blanca, que se designa en aquellos años
únicamente con el nombre del doctor Chaparro…” 95. Cómo vemos ambas tesis avalan
nuestras aseveraciones, las cuales se refuerzan con el análisis de los libros parroquiales
que conserva la Parroquia de Casablanca y en los cuales se puede leer, por ejemplo “En la
Iglesia del Almendral del Puerto de Valparaíso en dies y siete días del mes de Febrero de
mil setesientos y veinte y sinco, con mi licencia el Padre [ilegible] Fray Thomas de Oviedo,
puso oleo, y chrisma a Pablo español natural dela Vila del mar, hijo legitimo de Pablo
Llanos y de Doña Maria Fernandes de Bobadilla, de edad de un mes y viente y quatro dias.
Fueron sus padrinos Andres de Bargai Machica y Doña [ilegible] de Araya, y para que
conste lo firme”96 . De lo expuesto creemos bastante acertada la tesis que postulan ambos
historiadores, sin embargo dicha relación se contraargumenta de parte del representante
de la Parroquia de El Salvador, don Vicente Martín y Manero, quien señala que no es
posible aceptar que Valparaíso estuviera adjunto a la parroquia de Casablanca, ya que los
libros parroquiales de esta parroquia fueron abiertos por Diego Montes de Sotomayor en
1697 un siglo más tarde que la de Valparaíso. Argumenta que respecto a la visita del cura
de Casablanca al puerto se debía meramente a un gesto de ayuda para confesar a los

93
Pero, sin embargo, la extensión de esta parroquia, la de La Matriz, nunca excedió la extensión del Puerto
propiamente tal. Se trató, sin duda, de una parroquia destinada al servicio de marinos y habitantes del
puerto única y exclusivamente.
94
CARVALLO Goyeneche, Vicente, Descripción Histórico-Geográfica del Reino de Chile, en Colección de
Historiadores de Chile y de Documentos Relativos a la Historia Nacional, Tomo X, página 81.
95
VICUÑA Mackenna, Benjamín, Historia de Valparaíso, en Obras Completas de Benjamín Vicuña Mackenna,
página 136.
96
Partida de Bautismo Libro I de Bautizos, Parroquia Santa Bárbara de Casablanca. Foja 53

51
marineros, abundantes que recalaban en el puerto de Valparaíso97. Todos sus
argumentos, pensamos carecen de alguna manera de cierto sentido, tomando en cuenta
que oficialmente se señala como primer párroco de Casablanca al señor de Burgoa en
1680, por tanto dichos libros datan de aquella fecha. La no existencia por deficiente
conservación no es causal para eliminar la historia de dicha parroquia; a su vez queda
claro de la partida que hemos transcrito, que más de alguna injerencia tuvo la parroquia
de Casablanca en los destinos espirituales del puerto de Valparaíso, lo que, por lo mismo,
nos da para pensar que su límite poniente llegaba hasta el mar; también aquella ayuda
que se afirma prestaba el padre de Casablanca a su par de Valparaíso deja de ser cierta,
toda vez que por mandato del Obispo don Luis Francisco Romero a comienzos del siglo
XVIII (1710), recién se establece un sistema de ayuda y solidaridad entre los clérigos de
ambas localidades. Mas esto sólo es en razón de prestarse servicios espirituales
mutuamente y no hacia los demás fieles de sus respectivas doctrinas.
Finalmente, teniendo clara la expresión de sus extensos límites, la labor del principal actor
evangelizador de Casablanca al momento de su fundación, tenía a su haber una gran
cantidad de oratorios y capillas que requerían constantemente de sus servicios, entre ellos
contamos según el movimiento de sus primeros libros de registros: la Iglesia de las Tablas
de la Compañía de Jesús, Iglesia del Almendral de Valparaíso, Iglesia de Tunquen de la
Compañía de Jesús, la capilla de Quepue (Quilpué), la capilla de Marga-Marga, la capilla de
la Viña de la Mar de propiedad de don Francisco Cortés Cartavio, la capilla de Las Palmas
de la Compañía de Jesús, la Iglesia de Peñuelas de la Compañía de Jesús, la Iglesia
Viceparroquial de Moscoso, el Oratorio de Tapigue [sic], el Oratorio de Lagunas, el
Oratorio de Los Vasquez, el Oratorio de San José, entre otros. Sin embargo de la lista, no
exhaustiva, nos damos cuenta de lo extenso del territorio y lo dificultoso que debe haber
sido para un solo cura párroco administrar los sacramentos en toda esta vasta zona. La
labor de evangelización entonces se encontraba cargada de sacrificios para el párroco,
visita que era esperada siempre por los fieles quienes aguardaban con ansias la visita de
sus pastores a quienes daban todo lo necesario para recibir sus enseñanzas y rituales.

3.- Movimiento parroquial de la Capilla de Quilpué


Hemos dado una breve reseña acerca de la Parroquia de Casablanca y su extensión
territorial, en ella quedaba subsumida la pequeña capilla del incipiente y escaso poblado
de Quilpué, el cual en los registros parroquiales figura escrito de distinta manera, así
tomando solamente en cuenta lo que detalla el Libro I de Bautizos de la Parroquia de
Casablanca, nuestro poblado figura como Quepue, Cheupue, Chiupue ó Coipue. De esta
forma en sus orígenes nunca se denominó como hoy lo conocemos, Quilpué, sino que de
variadas formas, según como lo pronunciara el declarante y lo supiera escribir el párroco
de turno, por lo cual discurrir acerca del significado etimológico de la palabra a través de
las diversas formas de escribirlos es un exceso y gasto innecesario de tiempo, ya que como
hemos expuesto, esto corresponde solamente a una forma de entender el difícil nombre
del poblado para las mentes españolas.

97
MARTIN y Manero, Vicente, Historia Eclesiástica de Valparaíso, Imprenta del Comercio, Valparaíso, 1890,
Tomo I, Página 68 y siguientes.

52
En los libros parroquiales analizados, queda muy claro lo que hemos expuesto en el
capítulo anterior, referido a la diferenciación clara entre Quilpué y el valle del Marga-
Marga, cada uno tiene una capilla y centro espiritual independiente el uno del otro con
sus propios registros y de esta manera, con sus propios habitantes, con características
muy particulares, ya que por ejemplo en el valle del Marga-Marga se da el caso de
concurrir una gran cantidad de personas de raza negra, mulatos o zambos, libres o
esclavos que necesitaban de los servicios espirituales, situación que desaparece cuando se
pasa al otro valle del estero de Quilpué, donde sólo advertimos alguna presencia de estas
personas en Moscoso, mas en Quilpué son escasos dichos registros en comparación al
primero. Esto a la vez nos lleva a concluir que la población en la actual ciudad no tenía los
importantes ingresos que se corresponden con su par del Marga-Marga, ya que no podía
contratar mano de obra de color o tener siquiera esclavos, la mayoría de los habitantes en
Quilpué, eran entonces personas de medianos recursos y nunca grandes latifundistas o
acaudalados españoles como se ha pensado tradicionalmente.
Si tomamos los antecedentes que nos deja el Primer Libro de Bautismos de la Parroquia
de Casablanca, que data de 1697 y extiende sus registros hasta 1766, podemos hacer un
breve recuento de los bautizados en la Capilla de Quilpué que realmente son pocos en
comparación a la labor realizada en Las Palmas o en la estancia del Marga-Marga. Con
toda la información podemos encontrar:

Nombre Casta Año Bautizó


Pablo Balencia Devia98 Español 9 de Mayo de 1752 Alfonso de Huerta99
Miguel Chuipin100 Ulloa Español 9 de Mayo de 1752 Alfonso de Huerta
Alvarado
Juan101 Español 10 de Mayo de 1752 Pedro Ulloa (En caso de
necesidad)
Cecilia Balencia Fernandes Española 10 de Mayo de 1752 Pedro Ulloa (En caso de
necesidad)
Juan Joseph102 Español 10 de Mayo de 1752 Alfonso de Huerta
Petronila Balencia Española 10 de Mayo de 1752 Olguin
Fernandes
Juan Antonio103 Español 10 de Mayo de 1752 Bisente Dia (en caso de
necedidad)
98
Esta corresponde a la primera partida de bautismo registrada en la Capilla de Quilpué y es del tenor
siguiente:”En nueve dias del mes de Maio de mil setesientos sinqta y dos años en la capilla de Quepue
baptise puse oleo y chrisma á Pablo español de edad de cuatro meses natural de esta doctrina hijo legitimo
de Domingo Balencia y de Maria Devia. P Padrinos Don Tiburcio Roldan y Antonia Lagos y para que conste lo
firme de q doi fee. Don Alfonso Huerta”
99
Alfonso de Huerta fue presbítero del obispado de Santiago ordenado antes de 1745, fue cura de
Casablanca, desde 1748 a 1759. Este año obtuvo la parroquia de Rapel o Rosario donde murió por 1773.
(PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit., página 329.).
100
Fue bautizado sub conditione
101
No tenía padres conocidos
102
Fue bautizado sub conditione y sin padres conocidos
103
Padres no conocidos

53
Pedro Balencia Fernandes Español 20 de Julio de 1755 Lorenso Baras (en caso
de necesidad)
Theresa Balencia Gatica Española 24 de Abril de 1758 Francisco Olivares (en
caso de necedidad)
Marcos Aranda Bancia [?] Mestizo 24 de Abril de 1758 Pedro Ulloa (en caso de
necesidad)
Ambrocio Pisarro Serein Español 25 de Marzo de Juan Jph. Figueroa (en
1760 caso de necesidad)
María Josepha Bea Rosel Mulata 25 de Marzo de Juan Joseph Figueroa
1760 (en caso de necesidad)
Prudencia104 Española 25 de Marzo de Pedro Ulloa (en caso de
1760 necesidad)
Petronila Cortes Romero Mulata 25 de Marzo de Pedro Ulloa (en caso de
1760 necesidad)
María Eduarda Cortes Mulata 25 de Marzo de Joseph Aspe (en caso de
Romero 1760 necesidad)
María Castro Urra Española 10 de Abril de 1761 Juan Joseph Figueroa
(en caso de necesidad)
Alexandro Joseph de la Español 24 de Mayo de 1765 Juan Bargas DESDE ESTA
Cruz105 FECHA PARECE COIPUE
COMO VICEPARROQUIA
Agustin Cipriano Valencia Español 24 de Mayo de 1765 Juan Valencia (en caso
Valencia106 de necesidad)107
María Brigida Araces [¿] Española 26 de Julio de 1766 Joseph de Aspe (en caso
Figueroa de necesidad)108
Rosario Urra Astorga India 15 de Marzo de Joseph Larragibel (en
1771 caso de necesidad)

En suma entre 1752 y hasta 1771 se bautizaron un total de 20 personas de los cuales uno
solo se trata de un indígena, existen tres mulatos y un solo mestizo, lo demás es población
española.
Interesante es destacar en este punto, comunicación que se realizaba para hacer circular
la información de estos registros; de manera práctica lo que sucedía, era que muchas
veces el párroco no llegaba a tiempo o su viaje no incluía una escala en nuestra actual
comuna, por lo cual se reunían los bautismos celebrados con los datos del bautizante y se
enviaban escritos al párroco de Casablanca. De esta forma se comunicaban los
movimientos de los sacramentos celebrados y se hacía más expedito el conocimiento de
estos importantes eventos.

104
Padres no conocidos
105
Padres no conocidos y natural de la Doctrina de San Martín de Quillota
106
Su padre era el Teniente Matheo Valencia y su madre Francisca Valencia
107
Se declara que se bautiz+o subconditione por no tener satisfacción del sujeto.
108
Esta partida fue remitida por el Padre Predicador General Fray Francisco Valladares, Teniente de Cura.

54
A la izquierda, documento en que se
comunican bautizos realizados en la capilla de
Quiupué en enero de 1842.

4.- Población en el Valle de Quilpué.


Durante el tiempo que nuestra localidad
estuvo bajo la jurisdicción de la Parroquia
de Casablanca, o sea desde fines del siglo
XVII hasta fines del XVIII, tuvo un escaso
desarrollo, muy pocos habitantes poblaban
las riberas del Estero de Quilpué y por lo
mismo el desarrollo inmobiliario era
escaso. Se trataba entonces de un poblado
diseminado no concentrado en un centro
urbano como lo conocemos hoy.
Una gran casa patronal tuvo que haber
dominado gran parte de las extensiones
del valle de Quehupue, en la cual no existía
gran producción agrícola, sino que sólo
ganadera por la aptitud del terreno en que
esta se encuentra emplazada. Hacia 1770,
la mensuras de las haciendas y bienes de los Padres de la Compañía, detallan la extensión
de la Hacienda de San Pedro en la cual, en su parte sur señala limitar con Quilpué
“perteneciente a los Valencia”109, desde aquel tiempo podemos decir que se ha
constituido el dominio de parte de esta familia quillotana, la cual tuvo sus mayores
extensiones de terreno en la gran Hacienda de Boco y que a la vez adquirió alguna
extensión raíz en nuestra ciudad, siendo representado en un primer tiempo por don
Matheo Balencia y José Balencia, este último padre de Petronila Balencia, quien jugará a
comienzos del siglo XIX un importante rol en el desarrollo espiritual de la ciudad.
En cuanto a la capilla, como se ha dejado claro en los capítulos anteriores, desconocemos
si esta se ubicó en el mismo lugar en que se halla sita la parroquia actual, debido al tenor
de la donación que realiza Petronila Balencia y que analizaremos más adelante, mas sea
como sea esta existía y fue un centro importante de reuniones para la escasa población de
aquel tiempo.
Para este tiempo, puede afirmarse que la población total no superaba el centenar de
almas, las cuales se ocupaban preferentemente en labores relacionadas con la crianza de
ganado y alguna muy escasa agricultura de subsistencia, así como en otras labores
relacionadas con la vida cotidiana de la Hacienda.

109
Mensura y tasación de la Hacienda de San Pedro y Limache. 17 de octubre de 1771. Archivo de la Real
Audiencia Volumen 438.

55
Capitulo IV. La Vice-Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Peñuelas

1.- Peñuelas
La creación de la vice parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Peñuelas correspondió a
una necesidad tanto para la administración eclesiástica como para los fieles del sector
norte del territorio de la Parroquia de Santa Bárbara de Casablanca.
En efecto, tratándose de un extenso territorio, muy quebrado y con serias dificultades en
las comunicaciones, se hizo patente la necesidad de introducir una forma de aminorar las
dificultades de traslados que debían enfrentar los fieles de sectores tan alejados de la villa
de Casablanca como, por ejemplo, Quilpué, Moscoso, Peña Blanca, Chircana, Concón,
Reñaca, La Viña de la Mar, y hasta Marga-Marga.
La solución que implementó la autoridad eclesiástica fue, precisamente, erigir una vice-
parroquia dentro del territorio de la Parroquia de Santa Bárbara de la Reina de
Casablanca, la Vice-Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Peñuelas.
La erección de esta vice-parroquia ocurrió el 13 de noviembre de 1772. El sitio escogido
para la iglesia vice-parroquial fue un apacible llano situado a unos cuantos kilómetros de
Valparaíso, e inmediato al camino de carretas que conducía desde dicho puerto a
Santiago.
Peñuelas es un sector bien conocido por el embalse actualmente llamado Lago Peñuelas y
que forma parte de una reserva nacional110. Este embalse se implementó entre los años
1895 y 1900, en tiempos del presidente Federico Errázuriz Echaurren, con el objetico
primordial de proveer de agua potable a Valparaíso, sobre todo en la estación estival,
cuando el agua escaseaba en el Puerto.111
Antes de la creación del embalse, toda esa área conformaba un amplio llano mesetario
donde no solamente existía una interesante flora y fauna de tipo locales, que fue usada
por las antiguas poblaciones prehispanas, y que luego formó parte de extensas haciendas,
como Las Cenizas, La Placilla, Peñuelas y Las Palmas. Parte del llano y sus tierras altas
inmediatas formó parte del Distrito número 6 de Llano de Las Palmas y Cóbiles, de la
Subdelegación de Marga-Marga, de la Subdelegación de Marga-Marga, del Departamento
de Casablanca; en tanto que el resto conformaba el Distrito número 2, Peñuelas, de la
Subdelegación de Placilla, del Departamento de Valparaíso.

Un poco de geografía
“El llano de Peñuelas ocupa el centro de una meseta limitada al sur por los cerros de las
Tablas, al oeste por los del Alto del Puerto, y en fin, al norte y al este por los cerros de las
Palmas i el ramillo de Goyocalán. Tiene 13 quilómetros de largo i 360 de altura media.” 112

110
Consultado el 23 de agosto de 2012, en http://www.conaf.cl/parques/ficha-
reserva_nacional_lago_penuelas-83.html.
111
Sobre esta reserva puede consultarse el importante trabajo de Claudia Cerda titulado “Beneficios de la
recreación al interior de la Reserva Nacional Lago Peñuelas”, que puede bajarse gratuitamente desde
http://mgpa.forestaluchile.cl/Tesis/Cerda%20Claudia.pdf
112
PISSIS, A., Descripción de la provincia de Valparaiso, en Anales de la Universidad de Chile, 30 de mayo de
1854, página 152.

56
“Entre las dos hoyas precedentes [la de Casablanca y la de Quilpué] se encuentra también
el arroyo de la Placilla, formado por la reunión de varias pequeñas vertientes, que
descienden las unas de las montañas de las Palmas, las otras de los cerros de las Tablas, i
se reunen en el llano de Peñuelas; de donde se dirijen despues al mar, penetrando por
una garganta mui angosta que se estiende hasta la Lagunilla.” 113
“La provincia de Valparaiso presenta gran número de localidades en que se encuentran
tierras auríferas, las cuales se hallan indistintamente, ya en el terreno graníticio, ya en las
rocas petrosiliceas que lo cubren hácia el este, ya finalmente en las rocas sieniticas. Así la
garganta estrecha que abre paso al rio de Casa-Blanca, desde el lugarejo de las Dichas
hasta Tunquen, ofrece varias localidades en que se esplotan esas tierras. Estas arenas
auríferas son aquí evidentemente el resultado de la descomposicion de las rocas que
forman el macizo granítico de las Tablas, i cuyos fragmentos arrastrados por los torrentes
han venido a acumularse en esta garganta. Lo mismo sucede con las tierras del llano de
Peñuelas, que no son otra cosa que el granito descompuesto allí mismo. Pero en general
la cantidad de oro que contienen estas tierras es harto pequeño i no basta sino para pagar
los gastos de estraccion.”114
“El llano de Peñuelas, igualmente rodeado de montañas que los defienden contra los
vientos del mar, presenta las mismas circunstancias climatéricas que el de Casa-Blanca,
excepto que como está más elevado i no tan bien abrigado como este último, no se
presentan allí los mismos fenómenos de una manera tan decidida.” 115

Los orígenes
Los primeros asentamientos humanos del sector de Peñuelas dejaron una serie de restos
arqueológicos en la forma de piedras tacitas116 y de tumbas, como las encontradas en el
actual Fundo Las Cenizas, al noreste de Placilla de Peñuelas y al norte del sitio del antiguo
pueblo de Peñuelas. A través de todo el extenso llano de Peñuelas, actualmente ocupado
por una represa que ha formado un amplio lago artificial, se puede hasta en la actualidad
encontrar algunos vestigios dejados por poblaciones aborígenes tardías, como los
pikumche, quienes cazaban wanaku en los extensos pastizales del llano, camélidos que
normalmente tenían su hábitat principal en las quebradas y lomas y cerros inmediatos.
Aparentemente no hubo presencia inkaica en el sector. Es probable que estos llanos
mesetarios, absolutamente inadecuados para practicar cualquier agricultura, no les
agradaran en absoluto o que, cuando menos, no les interesaran, y que, por dicha razón,
no se hubieran establecido allí sino que esta haya permanecido como una tierra inculta y
librada al escaso uso que pudieran darle algunas familias indígenas de las inmediaciones
para caza, sobre todo de guanacos, como se ha dicho anteriormente. Por lo tanto, podría
decirse que se trató de un territorio marginal del Tawantinsuyu y no integrado en él.
En tiempos históricos, los amplios terrenos de esta meseta plana y rodeada de cerros,
lomas y quebradas, formaron la Hacienda de Las Peñuelas, la que fue adquirida por los

113
PISSIS, A., op. cit., página 154.
114
PISSIS, A., op. cit., página 161.
115
PISSIS, A., op. cit., página 169.
116
Fotografía de piedra tacita en esta página tomada de la web del Museo Histórico de Placilla,
http://www.museohistoricoplacilla.cl/index.php?option=com_content&view=article&id=23&Itemid=22.

57
padres de la Compañía de Jesús en 1667, dedicándola a la explotación agropecuaria,
actividad que les dio muy buenos resultados, produciéndose sebo, charqui, cecinas,
granos y legumbres, que se destinaban al consumo interno tanto como a la exportación al
Perú.
Peñuelas figura entre las posesiones medianas de la Compañía de Jesús, como la antigua
hacienda de Las Palmas, situada al noreste de Peñuelas, en tanto que Las Tablas, al lado
sur de la meseta de Peñuelas, figura entre las once propiedades mayores de los jesuitas.117
El oratorio que ellos construyeron en esta hacienda, para el beneficio espiritual de los
indios y esclavos que trabajaban en sus tierras, con el tiempo adquiriría una enorme
importancia como sede de una vice parroquia.
“En 1740 llegaron a Chile algunos jesuitas alemanes que en la hacienda de Calera de
Tango desarrollaron artes manuales e industriales, lo cual transformó a la hacienda en un
gran centro artístico e industrial de la colonia chilena. Pero también se tenían otras
haciendas, en Santiago, en Andalién, en Mendoza, en Concepción, en La Serena, en
Valparaíso, todas ellas muy bien administradas. El ámbito intelectual tampoco estuvo
ajeno a la actividad de los jesuitas de aquel tiempo, entre los más destacados intelectuales
podemos recordar al P. Juan Ignacio Molina118 y al P. Manuel Lacunza119. En 1767 el rey
Carlos III decreta la expulsión de los jesuitas de todas sus tierras, ésta determinación real
se viene a sumar a las de otros reinos europeos, proceso que termina con la supresión de
la Compañía de Jesús por parte del Papa Clemente XIV en 1773. Había en ese momento en
Chile 355 jesuitas repartidos en más de 15 ciudades, los cuales salieron pacíficamente del
país y fueron a vivir a la ciudad italiana de Imola.”120 Antes de ser embarcados hacia el
lugar de su destierro, los jesuitas fueron reunidos en esta hacienda, a la espera de alguna
nave para hacer efectiva su expulsión.
El antiguo oratorio o capilla de la Hacienda de Peñuelas fue erigido oficialmente el 13 de
noviembre de 1772 en vice parroquia, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario,
formando parte de la antigua parroquia de Casablanca 121. Esta vice parroquia dispuso de
un extenso territorio que limitaba por el norte con el río Aconcagua y dejaba bajo su
jurisdicción las haciendas de Concón, Reñaca, Viña de la Mar, Quilpué, Moscoso,
Reculemu, las Siete Hermanas, Marga-Marga y Las Palmas.

117
BARROS Arana, Diego, Riquezas de los Antiguos Jesuitas de Chile, Biblioteca Vida Chilena, Año I, Nº 7,
Ediciones Ercilla, Santiago, 1932, páginas 99, 100.
118
Sus principales obras fueron "Compendio della storia geografica, naturale e civile del regno del Cile
[Compendio de la Historia Geográfica, Natural y Civil del Reino de Chile]” (1776) y "Saggio della storia civile
del Cile [Ensayo sobre la Historia Civil de Chile]" (1787), obras señeras en la materia y que marcaron época.
119
Manuel Lacunza es considerado el padre del milenarismo en Chile. En su obra La Venida del Mesías en
Gloria y Majestad expone una nueva, aunque no novedosa, visión del Reino de Dios por medio de Jesucristo,
un reinado de mil años de paz. Esta doctrina no ha sido condenada por la Iglesia católica debido a que todos
los Padres primitivos la sostenían como ortodoxa, si bien la Iglesia la abandonó definitivamente desde los
tiempos de Agustín, quien interpretó espiritualmente los mil años del reinado de Cristo de que habla el
apóstol Juan en el Apocalipsis.
120
Consultado el 12 de mayo de 2012, en http://www.jesuitas.cl/index.php/quienes-somos/104-historia-de-
la-compania-de-jesus-en-chile
121
Sin embargo, el oratorio mismo existe, cuando menos, desde que los jesuitas adquieren la hacienda, en
1667, si es que no existió desde antes de ese momento, como en otras haciendas.

58
El pueblo
Como es la realidad con otros lugares habitados del país y de la región, Peñuelas, más
propiamente Las Peñuelas, surgió espontáneamente como un caserío, diseminado a lo
largo del camino real que unía a Valparaíso con Santiago, en un lugar donde era necesario
el refresco antes de bajar al Puerto y donde se pudiera recobrar fuerzas luego de subir la
empinada cuesta del camino desde la playa. Ese solo hecho le hizo nacer, sin que fuera
fundado, y al acaso, según las necesidades locales de la época, hacia el siglo XVII. Y su
suerte dependió de las circunstancias que rodeaban al tráfico comercial y de pasajeros
entre la capital y el puerto, pero nunca dejó de existir, apoyado en el camino y en la
hacienda de que formaba parte.
Constituía, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, un “pequeño centro de población,
llamado Placilla de Peñuelas, del nombre de unos llanos del departamento de Valparaíso,
al E. de este puerto, en cuyos límites occidentales se halla sobre un recuesto quebrado,
por donde pasa el camino público de dicho puerto a Santiago, i a diez quilómetros del
primero. Es asiento de vice parroquia.”122
Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que aunque pareciera ser lo mismo, Placilla de
Peñuelas o La Placilla de Peñuelas, era un caserío distinto al de Peñuelas propiamente tal,
el que se debe localizar un par de kilómetros al sureste del sitio actual de Placilla, y con
caserío disperso sobre el camino. Fue a través del siglo XIX, sobre todo durante la segunda
mitad de ese siglo, que se fue produciendo una especie de simbiosis y La Placilla comenzó
a desplazar a Peñuelas como el principal sector y aún a incluirla, de donde tomó fuerza la
designación de Placilla de Peñuelas para el lugarejo anteriormente conocido simplemente
como La Placilla.
En otra obra de consulta, se dice: “Placilla de Peñuelas (Aldea). Es de corto caserío, cuenta
con servicio de correos, rejistro civil i escuelas públicas i se encuentra a unos 360 m de
altitud, entre lomas quebradas, limpias de arbolado, en las márjenes de la quebrada de la
Placilla, a lo largo del camino que viene de la ciudad de Valparaiso.” 123
En la Jeografía Descriptiva de la República de Chile, se puede leer, en el apartado sobre
Valparaíso: “ALDEAS.—Placilla de Peñuelas (320 hab.), a la bajada del Alto del Puerto, en
camino de Casablanca, con población diseminada en un espacio como de dos kilómetros a
ambos lados del camino. Dista 14 k. de Valparaiso.”124
En el censo de población de 1895, la Subdelegación de Placilla de Peñuelas contaba con
1.965 habitantes, que se repartían en los Distritos de La Placilla (699 habitantes), Hacienda
de Peñuelas (660 habitantes), La Laguna (498 habitantes) y Quebrada Verde (108
habitantes). Para este momento, la aldea de Placilla de Peñuelas se fue imponiendo en el
distrito, desplazando en importancia a la Hacienda de Peñuelas, que hasta hacía poco
había detentado la preeminencia como lugar poblado, con un pueblo diseminado a lo
largo de unos dos kilómetros a lo largo del camino de Santiago a Valparaíso. Asimismo,
Peñuelas había sido asiento de la Vice Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de
Peñuelas, dependiente de la parroquia de Casablanca. El área de jurisdicción de la vice
122
ASTA-BURUAGA, Francisco Solano, Diccionario Jeográfico de la República de Chile, Nueva York, 1867,
página 257.
123
RISO-PATRÓN, Luis, Diccionario Jeográfico de Chile, Imprenta Universitaria, Santiago, 1924, página 683.
124
ESPINOZA, Enrique, Jeografía Descriptiva de la República de Chile, 4ª. Edición, Santiago, 1897, página 193.

59
parroquia de Peñuelas había alcanzado en un momento desde los cerros de Las Tablas
hasta la ribera sur del río Aconcagua.
Algún tiempo después, cuando se aprobó el proyecto de construcción de la represa de
Peñuelas, la mayor parte de los campos aledaños a Peñuelas y los mismos llanos de
Peñuelas, fueron anegados por las aguas del embalse creado para proporcionar la
necesaria agua potable a la ciudad de Valparaíso, cada vez más necesitada del vital
elemento. Bajo las aguas del embalse alimentado por los cauces de las innumerables
quebradas que descienden al llano desde los cerros de Las Palmas y los de Las Tablas
quedaron sepultados los restos de la antigua iglesia vice parroquial y su cementerio,
algunas casas y extensos potreros de secano.

Reproducción parcial del mapa de la Provincia de Valparaíso, de F. A. Fuentes.125 Como puede


apreciarse, en este mapa Placilla está más destacada que Las Peñuelas, que aparece sobre la
margen sur del ahora llamado estero de La Placilla y en el camino que se dirige a Las Tablas, que
antaño fuera otra de las propiedades de los jesuitas. Antes de ser creado el embalse del lago
Peñuelas, el Camino Real de Valparaíso a Santiago pasaba por en medio de la gran llanada que
ahora forma el lecho de dicho lago. Nótese que existe una localidad llamada Las Cadenas, que
ahora ya no existe, y otra localidad llamada Las Palmas, núcleo del sector de los Llanos de Las
Palmas que, junto a otro sector llamado Cóbiles, formaba un distrito de la Subdelegación de
Marga-Marga.

125
ESPINOZA, Enrique, op. cit., entre páginas 180 y 181.

60
Refiriéndose a los nueve curatos que conformaban la antigua provincia de Quillota, José
Pérez García dice que “el 9º el de Casablanca, en la villa de Santa Bárbara, confinante con
Valparaiso, con un anexo en Peñuelas y dos vice-parroquias.”126

La Vice Parroquia de Peñuelas


“La festividad de Nuestra señora del Rosario es el 07 de octubre de cada año, esa fecha
también era motivo para que jesuitas y franciscanos permanecieran durante toda la
semana misionando en la Zona.”127
La parroquia de Casablanca data desde 1680, en forma oficial, si bien se encuentra
perfectamente documentada la actividad eclesiástica desde este valle hacia los valles
vecinos, sobre todo hacia Valparaíso, desde los primeros decenios de la Conquista
española.128
“En lo espiritual, los jesuitas dejan su legado físico en Peñuelas con el inició de la
construcción de una pequeña Iglesia que, después de 235 años sigue siendo un centro de
gran actividad religiosa, como es la Iglesia de Peñuelas.
“Cinco años antes de la expulsión, de los jesuitas dejan parte de su legado espiritual en la
zona, los primeros cimientos de la capilla Nuestra Señora del “Rosario”, de Peñuelas, que
fuera inaugurada el 13 de noviembre de 1772.
“La hoy Vice Parroquia se ha construido en una reliquia histórica por una sobriedad
arquitectónica que llama al recogimiento espiritual y parece sumir a los fieles en los
recuerdos de una manera de vivir la religión en los sectores rurales de Chile durante la
colonia y los siglos pasados.
“Así se convirtió en el epicentro de la vida espiritual de la comunidad católica de Peñuelas
y alrededores.
“En su versión original contaba al costado izquierdo del acceso con un gran campanario
que llegó a ser la atención de todo el pueblo por su potente repicar de campanas, y desde
el que se podía disfrutar de un hermoso panorama de la localidad. Pero también era el
foco atención por su larga escala de endebles peldaños y un constante mecer que parecía
anticipar el derrumbe que lo afecto a mediado del siglo XX. Pocos años después, los
vecinos construyeron un nuevo campanario, aunque siguen añorando el que ya murió.

126
PÉREZ García, José (Capitán de Infantería por Su Majestad, de las Milicias del Regimiento del Rey de esta
capital de Santiago de Chile), Historia Natural, Militar, Civil y Sagrada del Reino de Chile, en su
Descubrimiento, Conquista, Gobierno, Población, Predicación Evangélica, Erección de Catedrales y
Pacificación, 1810, página 78, en Colección de Historiadores de Chile y de Documentos Relativos á la Historia
Nacional, tomo XXII, con un prólogo de José Toribio Medina, Santiago, Imprenta Elzeviriana, 1900. “Pérez
García había iniciado una redacción ordenada en la parte correspondiente á cerca de medio siglo. De ahí á
continuar el estudio completo de la historia chilena no había más que un paso, y fué precisamentre, como
no podía menos de suceder, lo que ocurrió á nuestro autor. Comenzó por estudiar con la mayor prolijidad
las actas del Cabildo de Santiago, reunió cuanto manuscrito y libro impreso pudo haber á las manos que se
refiriesen á nuestra historia, y al fin dió remate a su libro el 21 de junio de 1810.” (Noticia Biográfica,
páginas xx, xxi, en Colección de Historiadores de Chile y de Documentos Relativos á la Historia Nacional,
tomo XXII.).
127
Consultado 12 de agosto de 2012, en http://iglesiadeplacilla.jimdo.com/historia/.
128
ESPINOZA, Enrique, op. cit., página 206.

61
“Al costado derecho, se encuentra la imagen de San Cristóbal, Patrono de los viajeros,
donada por el general Francisco Villagrán, y que se convirtió en el centro de la devoción de
los devotos que se acercan al lugar a pedir o agradecer favores.”129

Límites aproximados de la antigua vice-parroquia de Peñuelas, de la parroquia de Casablanca. La línea roja


muestra los límites externos aproximados de la vice parroquia, en tanto que las líneas amarillas representan
130
los límites aproximados o áreas de influencia de los oratorios. Los círculos representan áreas de influencia
principales de los oratorios o capillas de la vice-parroquia.

La extensión del territorio que le fue otorgado fue enorme, ya que iba, por el norte desde
los cerros del Alto del Puerto hacia el oriente, para bajar luego hasta la Punta Gruesa,
desde donde seguía la línea costera hasta la desembocadura del río Aconcagua, cuyo
curso seguía aguas arriba hasta la Punta del Peral, donde limitaba con la parroquia de
129
Consultado 12 de agosto de 2012, en http://iglesiadeplacilla.jimdo.com/historia/.
130
Estos límites no son oficiales y solamente tienen por finalidad ilustrar de la extensión aproximada de esa
antigua vice-parroquia y de las entidades territoriales que la conformaron.

62
Limache. Desde este punto tomaba al sur-sureste por los límites occidentales de la antigua
Hacienda de Limache para tomar luego por los cerros que dividen las cuencas de Quilpué y
de la Quebrada Escobares, tomando enseguida por los cerros que dividen a la cuenca de
Marga-Marga de la de Lliu-Lliu y luego por los cerros que separan por el oriente al valle del
Marga-Marga del del Alto Puangue o Colliguay. Desde este punto, por el lado sur, el límite
va por los cerros que encierran por el mediodía al valle del Marga-Marga para luego tomar
por los deslindes de la Hacienda de las Palmas con la Estancia del Árbol Copado, es decir,
la Hacienda de Lo Orozco, y luego sigue el límite norte de la Hacienda de Lo Orozco y de la
de Los Vásquez, para continuar por la divisoria de aguas entre las cuencas de Casablanca y
las que dan a los llanos de Peñuelas y los esteros del sector. Por el sur, esta vice-parroquia
limitaba con la parroquia de Casablanca, de la que formaba parte.
De acuerdo al Censo de 1813 y a lo que dicen los propios registros eclesiásticos que se han
conservado, dentro del territorio de la vice-parroquia de Peñuelas hubo dos iglesias
principales, la iglesia vice-parroquial de Peñuelas, bajo la advocación de Nuestra Señora
del Rosario, y la iglesia existente en la Hacienda de Las Palmas, originalmente construida
por los Padres de la Compañía, cuyos restos no se han podido localizar hasta la fecha,
como tampoco de su cementerio contiguo. Sin embargo, a través de este vasto territorio,
y de no fácil acceso en los siglos XVIII y XIX, debido a la carencia de caminos apropiados y
expeditos para las comunicaciones entre los diversos sectores que la conformaban. Se
conoce la existencia, además de las dos iglesias mencionadas, de iglesias o capillas de
menor rango, a las que generalmente se hace referencia como “oratorios”. De acuerdo a
los registros eclesiásticos actualmente existentes, hubo cuatro oratorios principales,
Quilpué, Reculemu, Lo Moscoso y Marga-Marga.
Se conoce el sitio donde estuvo ubicado el oratorio de Lo Moscoso, una construcción
todavía existente. Se afirma que la ubicación del oratorio de Quilpué es la misma de la
actual iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, en el centro de la ciudad. En
cuanto al oratorio de Marga-Marga, debió estar dedicado a San José y haberse ubicado en
el caserío o poblado de San José de Marga-Marga, cuya existencia puede trazarse hasta el
inicio de la Conquista como doctrina, y como tal atendida por un cura que recibía cierta
cantidad en especie y en oro por sus servicios. Se ignora hasta el momento la ubicación
exacta del oratorio de Reculemu debido a que el poblado ha desaparecido, a pesar de
haber sido un importante centro agropecuario y de población, a juzgar por la
documentación que se preserva. En tanto, el oratorio de la Viña de la Mar debió estar
ubicado junto a las casas de esa hacienda, en lo que ahora es la calle Quillota de Viña del
Mar, y no en el lugar donde se encuentra la actual iglesia parroquial de Nuestra Señora de
Dolores. En Concón se sabe, en distintos momentos, de la existencia de al menos dos
oratorios, uno en Concón Alto y el otro en Concón Bajo.
Entre los lugares que no se mencionan en los registros que se conservan de esta vice
parroquia, entre otros, resalta Chircana, localidad del valle de Quilpué que se menciona a
mediados del siglo XIX con motivo de la construcción del ferrocarril, y que fue el germen
de la localidad y del distrito y de la subdelegación de El Sauce, que ahora constituye la
ciudad de El Belloto. Sin embargo, Chircana debió ser un centro de población bastante
importante, pero quizá si demasiado cercano a Quilpué como para haberse desarrollado
por sí misma. Las actividades eclesiásticas, así como el acceso a los sacramentos, debió

63
ocurrir en la capilla u oratorio de Quilpué desde antaño y haberse continuado durante
toda la segunda parte del siglo XIX, hasta que aparecen las primeras menciones al sector
bajo la forma de El Sauce. Lo mismo ocurre con Peñablanca, localidad apenas existente
antes de los rieles, que se desarrolló gracias al ferrocarril. Los escasos habitantes de este
sector del valle seguramente recurrirían a Lo Moscoso o quizá a la capilla de Quebrada
Escobares para recibir los sacramentos y participar de las pocas actividades eclesiásticas
que se realizarían en aquellos decenios.
La mayor parte de las noticias acerca del trabajo eclesiástico que se realizaba en esta vice
parroquia provienen de los registros de partidas de bautismo, las informaciones
matrimoniales y las partidas de matrimonio que se han conservado hasta la actualidad.
En algunas oportunidades se usa el sustantivo “capilla”, en otras “oratorio” y aun en otros
aparece “vice parroquia” con relación a Quilpué y a Lo Moscoso.
De un modo general, puede entenderse que “vice parroquia” sea un error por “iglesia”,
“capilla” u “oratorio”, si bien la referencia de José Pérez, en su obra ya citada, con
respecto a la existencia de “un anexo en Peñuelas y dos vice-parroquias” bajo la
jurisdicción de la parroquia de Casablanca para fines del siglo XVIII y comienzos del siglo
XIX, puede apoyar la idea de que, de alguna manera, las capillas u oratorios de Quilpué y
Lo Moscoso131 fueran consideradas por la autoridad, de hecho, como vice-parroquias, en
virtud de la cantidad de fieles que atendía cada una de ellas o a otras consideraciones
relacionadas con la distancia y los territorios que aglutinaban. 132
De hecho, puede considerarse que hubo dos polos principales dentro de la vice parroquia
de Peñuelas, el sitio donde se encontraba la iglesia vice parroquial de Nuestra Señora del
Rosario de Peñuelas, y el sitio de la capilla o iglesia pública de Quilpué. Ambos lugares
contaban con cementerio autorizado y con gran movimiento, a juzgar por los documentos
existentes. Incluso, cuando el valle de Quilpué es segregado de Peñuelas y agregado a la
nueva parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar, el cementerio parroquial
es el ubicado en Quilpué, y es en este cementerio donde se realizan los sepelios de los
fieles de la parroquia, hasta que se determina el cierre de este campo santo por la
autoridad civil de la provincia.133
La extensa vice-parroquia de Peñuelas comenzó a decaer a fines del siglo XIX. En efecto, el
10 de abril de 1882 fue erigida la parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar,
a la que se le adjudicó todo el territorio septentrional de la vice-parroquia de Peñuelas.
Sus límites fueron, al norte, la ribera sur del río Aconcagua desde su desembocadura en el
mar hasta llegar, aguas arriba, a la quebrada de El Peral; al este, los límites entre las
haciendas de Concón Alto y Viña del Mar; al oeste el océano; y al sur, las zanjas y cumbres
131
O bien, quizá, Las Palmas en lugar de Lo Moscoso.
132
PÉREZ García, José, op. cit., página 78, en Colección de Historiadores de Chile y de Documentos Relativos á
la Historia Nacional, tomo XXII, con un prólogo de José Toribio Medina, Santiago, Imprenta Elzeviriana,
1900.
133
El cementerio parroquial de Quilpué estaba ubicado en la actual esquina de las calles Portales y Claudio
Vicuña, colindante con la iglesia. Lo primero que los viajeros veían cuando descendían del tren, según
testimonios de la época, era el cementerio, debido a que la estación se encontraba ubicada mucho más al
oriente que en la actualidad, e inmediata a la calle Claudio Vicuña. En esos tiempos, la calle Claudio Vicuña,
por otra parte, no tenía salida a la de Los Carrera, sino que terminaba en Portales, por un acuerdo con la
Iglesia, que donó terrenos para abrir dicha calle desde Andrés Bello hacia el oriente.

64
de los cerros que separan las haciendas de Viña del Mar y de Las Palmas hasta llegar al
camino de Rodelillo, desde donde se continuaba hasta la quebrada de Los Mayos, donde
se encontraba el Túnel de Punta Gruesa. Esta nueva parroquia, pues, privó a Peñuelas de
los amplios territorios de las actuales comunas de Concón y Viña del Mar y de Villa
Alemana y de la parte norte de la de Quilpué, permaneciendo la Hacienda de Las Palmas
dentro de la jurisdicción de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Peñuelas.
A comienzos de 1892, y durante una visita eclesiástica, se ordenó el cierre de los libros de
la vice parroquia de Peñuelas.
Posteriormente, avanzando en el desmantelamiento de la antigua vice-parroquia, la que
sufría no solamente por el hecho de que el caserío de La Placilla, algo más al norte, se iba
consolidando, sino por el hecho de que se estaba construyendo la represa actualmente
conocida como Lago Peñuelas, el mismísimo cementerio tuvo que ser cerrado y los
cuerpos trasladados al cementerio de Casablanca, como, en efecto, lo testimonia de la
siguiente transcripción que apareció en el Boletín Eclesiástico: “Santiago, 26 de
Noviembre de 1896.—Contéstese al párroco de Casablanca que está autorizado para
hacer la traslación de los restos de los cadáveres sepultados en el cementerio de Peñuelas
al de Casablanca, no siendo permitido por la Iglesia Católica la impía cremación de
cadáveres.—EL ARZOBISPO DE SANTIAGO.—Román, Secretario.”134

2.- Oratorios e Iglesias. Breves referencias


Reculemu
Reculemu fue un lugar de bastante importancia e interés durante al menos dos siglos,
hasta la primera mitad del siglo XIX.
Se trata de un estrecho vallecillo enclavado entre dos cordones de colinas no poco
escabrosas que lo separan por el sur del estero de Las Palmas y por el norte del estero
Marga-Marga. "Reculemu (Estero). Es de corto curso i caudal, corre hácia el NW i se vácia
en la márjen S del estero de Margamarga, a poca distancia al SW de la villa de Quilpué." 135
Dice Vicuña Mackenna: "El estero de Reculemu se precipita por una asperísima quebrada
que viene serpenteando del sud; el de Malga-Malga viene desde el oriente i es ménos
torrentoso; el de Quilpué trae esa misma direccion, pero su lecho es aun ménos bravío. El
paraje en que se reunen, se llama "las Juntas", i el nombre de Reculemu es otro presagio
feliz para la empresa ya formada, porque quiere decir agua pura del monte, de recu (agua
cristalina) i de lemu (montaña)."136
Lo cierto es que en algunos documentos parece referirse, como en Vicuña Mackenna, al
estero de Las Palmas, pero debe asumirse que la referencia es a una quebrada intermedia
que al menos en parte de su recorrido lleva el nombre de quebrada de los Vaqueros en la

134
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo XIII, 1895-1897, Imprenta Cervantes,
Santiago, 1899, página 591.
135
RISO-PATRÓN, Luis, op. cit., página 772.
136
VICUÑA Mackenna, Benjamín, De Valparaíso a Santiago, tomo I, página 119. De todos modos, conviene
aclarar que el estero al que aquí menciona Vicuña Mackenna no es propiamente el de Reculemu sino el de
Las Palmas. El estero Reculemu es tributario de este último y probablemente la importancia de esta
localidad haya incidido en que el celebrado escritor decimonónico haya usado su nombre como si fuera el
del estero principal.

65
actualidad. Esa quebrada estuvo poblada desde antiguo, y aunque en algún momento
formó un fundo aparte, antes y después de ese momento formó parte de la Hacienda de
Las Palmas, del Departamento de Casablanca.

Cuenca de Reculemu, que nace de las vertientes septentrionales del Cordón de Los Amarillos y del
Cordón de Los Peumos. La Quebrada Mina del Agua es el principal tributario y la Quebrada de El
Patagual corresponde a su curso principal. En este mapa se han señalado las principales quebradas
que conforman la cuenca y se ha señalado con líneas punteadas los principales caminos del sector.

El nombre se hizo extensivo a las tierras inmediatas al estero, donde se formó un pueblo o
asiento tempranamente. "Recolemo (Fundo). Ofrece un corto caserio i se encuentra al S
de la villa de Quilpué, a unos 6 o 7 kilometros al SE del pueblo de Viña del Mar." 137
Sin embargo, este “corto caserío” adquirió bastante importancia durante la Colonia, al
punto que, en nuestras investigaciones en los archivos parroquiales de Santa Bárbara de
Casablanca hemos constatado la existencia de una gran cantidad de registros que se
refieren a bautizos de niños nacidos en este lugar y bautizados en ocasiones especiales,
137
RISO-PATRÓN, Luis, op. cit., página, página 771.

66
cuando se realizaban misiones o visitas parroquiales, las que, de acuerdo a los registros de
la vice-parroquia de Peñuelas se realizaron anualmente. El vice-párroco de Peñuelas
realizaba un largo periplo para visitar y atender las necesidades espirituales de los
feligreses, probablemente a lomo de mula o a pie a veces, y que incluía las haciendas de
Lo Moscoso, Marga-Marga, Quilpué, Las Palmas y Reculemu.
La gran cantidad de registros que tienen como origen la localidad de Reculemu evidencian
que se trataba de un lugar importante, con una población considerable que podía generar
esos registros. Aparentemente durante la Colonia el área inmediata de Reculemu
abarcaba no solamente las tierras que forman parte de la cuenca del estero de Reculemu,
sino también otras hasta la ribera sur del estero Marga-Marga.
Se ha reproducido, a continuación, parte de uno de los folios que se conservan en el
archivo parroquial de Casablanca.

En este haciento de Reculemu en treinta de Agosto de mil ochocientos dies y ochos puse el
s.to oleo y chrrisma a Lucas de un año nacido español hijo Legitimo de Remigio Gonsales y
Nieves Lillo: padrinos Jose Aros y Dominga Gusman: lo bautiso D. Manuel ovalle con
licencia: padrinos Lucas Vicensio y Juana Lillo de que doy fe. Fr Narciso Gaete.
En este haciento de Reculemu en ocho dias mes y año: puse el sto oleo y chrisma á Maria
de siete meses nacida española hija natural de Martina Aros: padrinos José Aros y
Dominga Gusmán: la bautiso en caso de necesidad Pasqual Aros: padrinos los mismos de
que doy fe. Fr. Narciso Gaete.

Su importancia hizo que se le reconociera la calidad de Distrito junto con el territorio de la


Hacienda de Las Palmas.
Pero, en el período llamado de la Patria Vieja, en 1813, un censo ordenado por las nuevas
autoridades del país proporcionó interesantes resultados. En esos entonces, formaba la
Diputación de Reuculemu y Palma (Reculemu y Las Palmas), de la antigua provincia o

67
corregimiento de Quillota138 y contaba con una población de 1.053 personas, de las cuales
572 hombres y 481 mujeres.139

En cuanto a castas o razas, había 110 indios, 5 mestizos, 16 mulatos y 922 españoles
americanos. Esta realidad local se ve reflejada claramente en las partidas a las que hemos
tenido acceso.
El cuadro siguiente muestra las profesiones que se daban en la diputación, la que no
contaba con clérigos ni religiosos, pero sí con 33 milicianos de caballería y quizá por las
características del terreno, ninguno de infantería.

138
Esta división administrativa no fue creada por las nuevas autoridades, sino que venía del período colonial,
y se mantuvo por varios años, hasta que poco a poco se fueron introduciendo modificaciones.
139
Todos los cuadros censales que se presentan en las páginas 52 y 53 de este trabajo provienen del Censo
de 1813 que levantó don Juan Egaña por orden de la Junta de Gobierno conformada por Pérez, Infante y
Eyzaguirre. (Censo de 1813, Imprenta Chile, Santiago, 1953.). El documento en formato PDF puede
consultarse en http://www.ine.cl/canales/usuarios/cedoc_online/censos/pdf/censo_1813.pdf. (Consultado
10 de enero de 2012.).

68
El hecho de que no se mencione la existencia de clérigos ni religiosos reafirma lo ya bien
sabido, que el cura vice-párroco de Peñuelas era quien se encargaba de la atención
espiritual de los habitantes de este vallecillo perdido en medio de dos grandes cordones
de cerros y bajo la influencia permanente de los valles inmediatos de Las Palmas y Marga-
Marga.

Existían en la diputación una iglesia (obviamente en Las Palmas, donde los jesuitas habían
desarrollado una gran labor económica y religiosa) y tres oratorios, uno de los cuales hubo
de estar forzosamente ubicado en Reculemu, ignorándose la ubicación de los otros dos
oratorios140. Expulsados los jesuitas de su extensa hacienda de Las Palmas, que incluía a
Reculemu, la atención espiritual de la población quedó abandonada, de ahí que no se
contara ya con sacerdotes ni religiosos, sino que debía acudirse al sacerdote que atendía
los asuntos de la viceparroquia de Peñuelas, dependiente de la parroquia de Casablanca,
de la que dependían Reculemu y todo el territorio hacia el norte hasta el río Aconcagua.
El sacerdote salía de Peñuelas y hacía un periplo que lo llevaba a Reculemu, Las Palmas,
Marga-Marga, Lo Moscoso y Quehupue, realizando no solo misiones sino también
prodigando los sacramentos, en especial el bautizo.
Con el avance del siglo XIX, Reculemu fue perdiendo importancia y volvió a formar parte
de la antigua hacienda de Las Palmas. Vicuña Mackenna no nombra ya al caserío,
seguramente muy venido a menos en su tiempo, si no francamente en vías de
desaparecer por la importancia de Las Palmas como caserío y como hacienda, de la que

140
Es probable que los otros dos oratorios estuvieran ubicados en San José de Marga-Marga y en Moscoso,
debido a que esos dos lugares aparecen como principales centros de las actividades del vicepárroco de
Peñuelas, como lo muestran los libros, los cuales se conservan actualmente en la parroquia de Casablanca,
donde los hemos consultado.

69
Reculemu pasa a ser un simple anexo. En la actualidad, ya no existe en absoluto, salvo
quizá los restos de dos medialunas que aparecen señaladas en el mapa de la zona del
Instituto Geográfico Militar, y quizá sí restos de alguna vivienda, y se ha perdido
prácticamente toda memoria de su anterior importancia.141

Hacienda de Las Palmas


Varios son los lugares que en Chile central han sido llamados Las Palmas. El nombre
proviene de la abundancia en dichos lugares de las palmas nativas, la Jubaea chilensis, que
antaño formó verdaderos bosques en la zona. En el área del estero de Quilpué, por
ejemplo, existió un lugarejo llamado Las Palmas, en torno a la quebrada de El Pangue, en
el curso inferior de dicho estero, que dio nombre a la estación de Las Palmas. Todavía
existen algunos ejemplares de palmas en el sector. Pero el nombre Las Palmas ha sido
asociado, por excelencia, a un extenso predio, generalmente conocido como Hacienda de
Las Palmas, ubicado en la parte sur del territorio de la comuna de Quilpué, y que linda por
el sur con la antigua Hacienda de Lo Orozco 142 y forma el límite provincial actual que
separa las jurisdicciones de Valparaíso, al sur, de las de Marga-Marga, por el norte. Al
poniente quedan las Siete Hermanas y Las Cenizas. Al este, la antigua Hacienda de Marga-
Marga, en la actualidad dividida entre varios predios menores o hijuelas. Al norte, el límite
actual es el estero Marga-Marga143.
La Hacienda de Las Palmas fue adquirida por los jesuitas y, como tal, formó parte de las
grandes propiedades que tuvo la Orden en la región, donde, además, fueron propietarios
de Las Tablas, la Viña de la Mar y Peñuelas. Todos estos predios les rindieron enormes
ganancias debido a la exploración de los recursos agrícolas, pero, sobre todo, de la
ganadería y el comercio y la explotación de lavaderos de oro, sobre todo en Las Palmas. En
la explotación del predio de Las Palmas, los jesuitas utilizaron mayormente obra de mano
barata, provenientes de la población indígena que existía todavía en la hacienda, y
esclavos que les habían sido donados o regalados por benefactores.
En realidad, y en lo que toca a los jesuitas por lo menos, de acuerdo a ciertas fuentes,
desarrollaron una serie de actividades económicas que entendían de antemano les serían
beneficiosas, adquiriendo predios de reconocida productividad y plusvalía.
Por otra parte, no se sabe mucho de esta hacienda antes de que fuera adquirida por los
padres de la Compañía, y aún durante su pertenencia a dicha orden es poco lo que se
sabe, a no ser lo que se ha preservado en los archivos de dichos religiosos. Posterior a la
expulsión de los jesuitas del país, la hacienda quedó por algún tiempo en poder del Estado
hasta que fue sacada a remate. En dicho remate, la hacienda fue adquirida por Diego
Antonio Ovalle.

141
Esta es una de las investigaciones pendientes que tiene la Agrupación de Investigadores de la Historia del
Valle del Marga-Marga.
142
La Hacienda de Lo Orozco corresponde a la antigua Estancia del Árbol Copado, que se menciona en
diversos documentos de la Conquista y de la Colonia.
143
Anteriormente, al menos hasta mediados del siglo XIX, según parece, el límite norte de la Hacienda de Las
Palmas estaba ubicado en un cordón de cerros que separa las subcuencas de Reculemu y Las Palmas, ya que
Reculemu formaba una entidad distinta antes y después de que el predio fuera adquirido por los padres de
la Compañía de Jesús. (Véase la monografía Reculemu, otro de los lugares del pasado.

70
Es probable que originalmente, las tierras de esta hacienda hayan sido las que en realidad
se otorgaran como merced a don Rodrigo de Araya, en el célebre documento de 1547,
cuando se hacen, por parte del Cabildo santiaguino, cuatro mercedes en el sector del Río
de las Minas. Sea como fuere, don Rodrigo de Araya, como los otros favorecidos por el
Cabildo con mercedes de tierras en esta área, nunca llegó a hacerse cargo de dichas
tierras, porque se encontraban dentro de otra merced anterior y que conformaba la
extensa Estancia de Quillota, perteneciente a don Pedro de Valdivia, y que más tarde
fuera traspasada al bachiller don Rodrigo González Marmolejo, quien después fuera el
primer obispo de Santiago.

“Las Palmas i los jesuitas.


“Más allá de las desgarradas colinas de Malga-Malga, cuyas rojizas espaldad sirven de
contrafuertes a los cerros a cuyo pié descansa Valpraiso, colúmbranse las todavía
boscosas colinas i quebradas de las Palmas, hacienda de jesuitas.—Signo infalible! Donde
dos o mas robustas palmas interceptan con sus elegantes cúpulas el horizonte (jubeas
spectabilis), allí han estado los grandes agrónomos i los grandes monopolistas de Chile, los
hijos de San Ignacio.
“Un poco mas allá de las Palmas i colindando con ella, yace la estancia de Peñuelas, tan
conocida de los viajeros que frecuentaban el antiguo camino de Valparaiso a Santiago.
También fue de los jesuitas, i allí estuvieron alojados varios dias ántes de ser embarcados
para Europa en 1767. La hacienda de las Palmas, confiscada a los jesuitas, fue vendida en
remate público el 20 de mayo de 1776, a don Diego Antonio Ovalle, abuelo del actual
poseedor cuyo nombre lleva, por la suma de 20,025 pesos, pagaderos en nueve años, i la
de Peñuelas, a don Francisco Ruiz de Balmaceda, por 52,025 pesos, tambien pagaderos en
nueve años, el 9 de febrero de 1784.
“Arrendóse algo mas tarde la hacienda vecina de las Tablas, con cuatro mil vacas (el 27 de
abril de 1819), por su propietario en esa época don Francisco Ramirez, insigne carrerino, al
comerciante de Valparaiso don Vicente Ovalle, por el cánon de 4,000 pesos, dando
ademas el arrendador al arrendatario, como juanillo, el molino de Tabolango. Tanto era lo
que una larga guerra i la falta de esportacion habían depreciado en esos años la propiedad
rústica en nuestro suelo.
“La haciendas de las Palmas, por la que se pagaría hoi un cánon descansado de 25 o
30,000 pesos, estuvo arrendada desde la espulsion de los jesuitas, a razon de mil pesos
por año, hasta que la compró el feudatario Ovalle, ya nombrado.” 144
A fines del siglo XIX, la hacienda pertenecía a Claudio Vicuña, quien fue vicepresidente de
la República durante el gobierno del presidente José Manuel Balmaceda y elegido
Presidente de la República en 1891. Derrotadas las tropas gobiernistas por los
revolucionarios en la batalla de Concón, en 1891, luego de la ocupación de Quilpué por las
fuerzas anticonstitucionalistas del Congreso, las tropas de los revolucionarios pasaron por
tierras de esta en su camino hacia Placilla, donde finalmente se libraría la batalla decisiva,
a resultas de la cual el Gobierno constitucional caería y los anticonstitucionalistas se
harían con el poder. Claudio Vicuña no accedió al poder.

144
VICUÑA Mackenna, Benjamín, De Valparaíso a Santiago, tomo I, páginas 151, 152.

71
Posteriormente, cuando se comenzó a discutir el plan de dotar a Valparaíso de agua
potable definitiva, se optó por construir una gran represa en el sector de los llanos altos
de Peñuelas, mismos que colindaban con la hacienda de Las Palmas, y Claudio Vicuña tuvo
que soportar la expropiación de buena parte de los terrenos de su hacienda, todo lo cual
fue materia de litigio ante los tribunales.
En los decenios siguientes, la hacienda pasó a varios dueños, hasta que durante el
Gobierno del presidente Allende, el predio fue expropiado por el proceso de la Reforma
Agraria que se estaba dando en el país, proceso iniciado ya en otros predios desde
tiempos del presidente Alessandri y profundizado durante el Gobierno del presidente Frei
Montalva.
Después del proceso de la Reforma Agraria, el predio fue regularizado por un nuevo
proceso administrativo por la Oficina de Normalización Agraria (ODENA), durante el
tiempo de la dictadura del general Pinochet, y en la culminación del proceso fue
enajenado.
En la actualidad, la Hacienda de Las Palmas pertenece a la empresa Agrosuper, que ha
instalado en el predio criaderos de aves para el consumo nacional.
Desde hace mucho tiempo ya, como se ha dicho en otro lugar, la hacienda conforma un
solo predio con el vecino de Reculemu, el que tiene el carácter de mero anexo de la
hacienda misma.

Estado actual de la Casa Patronal de la Hacienda de Las Palmas. No es la Casa Patronal original
sino la que data originalmente del tiempo de don Claudio Vicuña. A pesar de la destrucción

72
causada por el transcurso del tiempo, de los elementos y de los varios terremotos que se han
sucedido en los pasados cien años, conserva la belleza de sus líneas y estilo originales. Fotografía:
Ricardo Loyola L. (2012).

Un estudio reciente sobre el predio, dice:


“Predio, propiedad de SOPRAVAL, ubicado en la Región de la Valparaíso, Provincia de
Valparaíso, ubicado en el Sector de Las Palmas, rol de avalúos 3457-11 de la comuna de
Quilpué.
“El predio tiene una superficie total de 8417,16 ha., de las cuales 917,23 ha. Son de
plantaciones de Eucalyptus globulus (representa un 10,90 % de la superficie predial). El
Predio posee una superficie de bosque nativo de 2694,06 ha. Estas son parte de la
formación vegetacional denominada Bosque Esclerófilo Costero. Este bosque está
caracterizado por especies arbustivas y arbóreas esclerófilas, de hojas duras y perennes,
las cuales poseen una cutícula cerosa (xeromórficas) para evitar la pérdida de agua en
época de sequía. Este tipo de vegetación se distribuye principalmente en la precordillera
andina y costera desde la IV Región a la VIII Región. Para la formación del Bosque
Esclerófilo Costero, la asociación más probable es Lithrea caustica (litre) – Peumus boldus
(boldo): Corresponde a una formación boscosa, con la fisonomía de un matorral
arborescente. Las especies acompañantes son Cryptocarya alba (peumo), Nasella chilensis
(coironcillo), Retanilla trinervis (tebo), Alstroemeria angustifolia (liuto), Cestrum parqui
(palqui), etc.
“La hacienda posee una vegetación nativa en grandes fragmentos cuya importancia o
aporte ambiental biológico está dado por ser un remanente de las ancestrales
formaciones vegetales del área lo cual se ha logrado gracias al esfuerzo desarrollado para
proteger esta formación. Las especies arbóreas con presencia en el predio son: el Peumo
(Cryptocaria alba), Espino (Acacia caven), Boldo (Peumus boldus), Corcolén (Azara
serrata), Quillay (Quillaja saponaria) y el Litre (Lithraea caustica). Entre las arbustivas se
encuentran el Tevo (Trevoa trinervis) y la Salvia (Salvia verbenaza).
“Dentro de esto debemos destacar en el sector de corrales, la presencia en la quebrada de
grandes sectores con bosque de buena formación y con la existencia de Palmas Chilenas
(Jubaea chilensis). La existencia de esta especie es de gran importancia en el sector, ya
que ha ido desapareciendo en gran parte de su distribución original. La Palma Chilena
representa un género monotípico y endémico de Chile. Crece en forma discontinua en la
cordillera de la costa y el valle central desde Choapa hasta Curicó (IV a VII región), hasta
los 1.400m s.n.m. Según el Decreto Nº 51 del año 2008 esta especie está en la categoría
Vulnerable, esto significa que manifiesta un retroceso numérico que pueda conducirla al
peligro de extinción en el estado silvestre al mediano plazo. El Criterio para ser Vulnerable
es el VU A1cd el cual indica una reducción en la población observada, estimada, inferida o
sospechada ≥70% en los últimos 10 años o tres generaciones, cualquiera que sea el
período más largo, donde se puede demostrar que las causas de la disminución son
claramente reversibles, y entendidas, y que han cesado; basadas (y especificando) en
cualesquiera de los siguientes:
“(c) una reducción del área de ocupación, extensión de presencia y/o calidad del
hábitat

73
“(d) niveles de explotación reales o potenciales.
“El sector, que es de una superficie muy destacable, presenta una gran pendiente. Es
importante señalar que a principios de este año 2010 (entre el 04 y el 11 de Enero), el
predio sufrió un incendio de grandes proporciones, que afectó una superficie de alrededor
de 2.000 hectáreas. El incendio afectó zonas de plantaciones adultas de pino insigne y
otras laderas y quebradas con remanentes de nativos incluyendo sectores con algunas
Palmas chilenas.
“Por esto este sector es considerado una Zona de Alto Valor de Conservación.”145

Oratorio, capilla y labores cotidianas y pastoral


La Hacienda de Las Palmas fue objeto de una gran labor pastoral debida tanto a los
jesuitas como al cura párroco de Casablanca y al cura vice-párroco de Peñuelas, a través
de bien largos tres siglos y tanto.

Reproducción parcial del folio 147 del libro I de bautismos de la Parroquia de Santa Bárbara de
Casablanca, que registra bautizos realizados durante una misión en la Hacienda de Las Palmas

145
CARTAGENA R., O. Pablo, Estudio de Zonas de Alto Valor de Conservación, 2011, páginas 18, 19, edición
electrónica consultada el 14 de abril de 2012, en http://www.comsa.cl/documentos/altovalor.pdf.

74
realizada en el mes de mayo de 1778. La primera de las partidas que aparece en esta reproducción
dice: “Haciendo mission en las Palmas Jurisdiccion de esta Doctrina de Cassa-Blanca en nuebe de
Maio de mil setecientos ochenta y ocho años Puse olio146 y chrisma147 a Maria Jpha148 española149
de un año hija legitima de Adrian faxardo y Petrona Hernandes. Padrinos simon Plasa y Juana
Plasa. La baptiso150 Don Diego oballe. Foy fee151 y lo firmo para que conste. Antonio Basilio
Escobar”.152

Contó con una iglesia, construida por los padres de la Compañía, en el sector de las Siete
Palmas, donde originalmente se centraban las actividades de la hacienda.
La leyenda dice que fueron los jesuitas quienes plantaron estas siete palmas, lo que
parece no resistir el análisis. Lo que sí es cierto es que en este lugar se han encontrado
restos de los cimientos de lo que debió haber sido la residencia de los padres y las
dependencias anexas, tales como la iglesia, bodegas e instalaciones diversas relacionadas
con el trabajo en la hacienda. Junto a la iglesia o capilla de Las Palmas debió ubicarse el
cementerio con que se contaba en la hacienda y que servía a las necesidades de quienes
vivían dentro de sus términos. Este cementerio, sin embargo, no ha sido ubicado hasta la
fecha, constituyendo una de las tareas pendientes que deberán afrontar los
investigadores de nuestro pasado en breve a objeto de rescatar cuanto sea posible a este
respecto.
La leyenda también dice que cuando se inició la plantación de un manzanar en ese lugar,
varias personas presenciaron el hundimiento de la tierra, quedando al descubierto un
socavón con escalinatas de ladrillo. Y no se habría hecho ninguna investigación al respecto
debido a que el propietario habría dado orden de tapar dicho socavón con tierra. 153
En el antiguo sitio de Charavacho154, que queda próximo al estero de Las Palmas y bajo el
cerro de ese nombre, en una meseta donde se encuentra un eucalipto solitario, se pueden
ver en la superficie ciertas obras interesantes de investigar, como canales, bajadas de
agua, piques y otro tipo de trabajos de carácter minero que pueden datar desde
diferentes momentos en que se explotó el oro en el sector, tanto por parte de los padres
de la Compañía de Jesús como por otros propietarios de la hacienda.

146
Esto es, óleo.
147
Es decir, crisma.
148
Josepha, Josefa.
149
Se acostumbraba indicar la casta de quien se bautizaba.
150
Esto es, bautizó.
151
Es decir, fe.
152
Antonio Basilio Escobar fue “presbítero del obispado de Santiago, hijo de don Tomás de Escobar y de
doña Catalina Prado, ordenado de presbítero en 1764. Fué teniente del cura de la catedral, y luego después
se le dió la parroquia de Corocorto, en la provincia de Cuyo, que sirvió durante cinco años. En 1770 fué
trasladado a la de Pichidegua, parroquia entonces tan pobre, por estar recién fundada, que carecía de casa
parroquial, y el cura vivía en la del vecino don Emiliano Romo. En 1785 se le trasladó a la parroquia de
Casablanca, y de ésta a la de San Isidro, de Santiago, en 1799. Sirvió este curato hasta Abril de 1812. Falleció
en Diciembre de 1817. En San Isidro fué maestro de una pequeña escuela parroquial que fundó, a la cual, en
1803, asistían cuatro alumnos.” (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit., páginas 208, 209.).
153
TRONCOSO, Narváez, Roberto, Historia de Quilpué, 1986, tomo II, página 6.
154
Ahora llamado Charahuecho, como el cerro que domina el sector.

75
De los registros existentes en los archivos de Casablanca y de Peñuelas, puede colegirse la
gran actividad misional y espiritual que desarrolló la Iglesia por medio de sus sacerdotes.

76
En la página anterior, reproducción del folio 148 del libro I de bautismos de la parroquia de
Casablanca. La primera partida registrada en este folio es del siguiente tenor: “Haciendo mission
en las Palmas Jurisdiccion de esta Doctrina de Cassa-Blanca en dies de Maio de mil setecientos
ochenta y ocho años. Puse olio y chrisma a Juan Joseph español de siete meses hijo natural de
simon Plasa y Juana Josepha Basques. padrinos Juan Asocar y Marina Hernandez Lo baptiso
manuel oballe tiene licencia. Doy fee y lo firmo para que conste. Antonio Basilio Escobar.”

La antigüedad y cantidad de los registros que se conocen de la Hacienda de Las Palma,


permite inferir que se trató de un lugar importante y que fue objeto y motivo de una gran
labor espiritual por parte de sacerdotes y de laicos aprobados.

Moscoso
Moscoso es un predio bastante extenso, que se extiende por toda la cuenca superior del
estero del mismo nombre, tributario del estero Marga-Marga.
“Moscoso (Fundo). Con 150 hectáreas de terreno regado i 942 ha de bosques, se
encuentra en el valle del
mismo nombre, a unos 5
kilómetros al S de la
estación de Peña Blanca.”155

La fotografía corresponde al
lugar donde antaño se
encontraba el oratorio y
capilla de Moscoso.
Fotografía: Brus Leguás C.
(2012).

En la actualidad, se
desconoce el origen del
nombre de este predio,
pero es más que seguro que
provendría de un
propietario de los primeros
tiempos de apellido
Moscoso.
Cuando se produjo la
subdivisión de la antigua
Hacienda de Marga-Marga,
resultaron varias hijuelas,
entre las cuales destaca la
que con el tiempo fue
conocida como Fundo de Lo
Moscoso.

155
RISO-PATRÓN, Luis, op. cit., página 571, columna 1.

77
De acuerdo a los datos provisorios arrojados por el precenso de 2001, cuenta con una
población de 49 habitantes, 22 mujeres y 27 hombres, y 18 viviendas.
Al recorrer el predio, se puede sentir que se ha preservado en él mucho de sus antiguas
características rurales.
El predio tiene en la actualidad unas 2.000 hectáreas, limitando al norte con Villa
Alemana, al oriente con el fundo El Rincón y Quebradas Escobares, al poniente con el
fundo El Recreo y la comuna de Quilpué, y al sur con los fundos Los Coligües y El Molle.
El predio es ya conocido para el siglo XVIII y, a juzgar por los registros de bautizos que se
conocen, tuvo una mayor población que en la actualidad. Contaba con un oratorio o
capilla rural a la que parece ser que acudía gente de otros predios vecinos. 156 Dependió,
eclesiásticamente, de la parroquia de Santa Bárbara de la Reina de Casablanca y luego de
la vice parroquia de Peñuelas157, de la parroquia anterior. El vice párroco de Peñuelas
viajaba regularmente a este predio, celebrando misa, llevando auxilio y apoyo espirituales,
misionando y entregando los sacramentos, sobre todo bautizando y levantando
informaciones matrimoniales. El examen de los libros de registro de la parroquia de
Casablanca y de la viceparroquia de Peñuelas dan cuenta de una gran concentración
poblacional en el valle y predio de Lo Moscoso, el que contaba con uno de los oratorios
reconocidos de la viceparroquia de Peñuelas.158
Durante el siglo XIX fue centro de una febril actividad agropecuaria, experimentándose en
las tierras del predio el sistema de inquilinaje que había nacido ya mucho tiempo antes y
se había ido implementando de a poco, a medida que la administración del fundo lo
consideró necesario.
Hasta que se consolidaron los actuales límites de las comunas de Quilpué y Villa Alemana,
todo el valle de Lo Moscoso formó parte del Distrito de Marga-Marga y luego de la
subdelegación y de la Comuna de Marga-Marga, del ahora desaparecido Departamento de
Casablanca.
La importancia de la capilla de Moscoso en el siglo XVIII se ve reflejada en el tratamiento
de “Iglesia” que recibe en esta partida, como en las que se reproducen a continuación:

156
Es posible que el oratorio de Lo Moscoso atendiera a las personas no solamente del predio sino también
de la parte oriental del valle de Quilpué, que en la actualidad se conoce como Peñablanca, y al menos al
parte oriental de Villa Alemana. Sin embargo, no puede considerarse esta opinión como una declaración
final debido a que se carece de documentación en dicho sentido. Pero la cantidad de bautizos, por ejemplo,
que se conocen de este oratorio hace que se considere que su radio de acción excedió por muchísimo
límites del predio, a pesar de que se asuma que antiguamente comprendió la totalidad de la cuenca del
estero de Lo Moscoso.
157
Aparentemente, la vice-parroquia de Peñuelas se constituyó para alivianar la tarea del párroco de
Casablanca, quien debía atender un muy extenso territorio, el que abarcaba también territorios ahora
pertenecientes a las comunas costeras de Algarrobo y El Tabo, además de un extenso territorio interior que
iba desde la cuesta de Ibacache y desde la cuesta de Zapata hasta el río Aconcagua, incluyendo, además de
los ya señalados, territorios actualmente pertenecientes a las comunas de Concón, Viña del Mar, Quilpué,
Villa Alemana y Casablanca.
158
La Agrupación de Investigadores de la Historia del Valle del Marga-Marga, ha trabajado en la
digitalización de los registros concernientes a Lo Moscoso que actualmente se conservan en el Archivo de la
parroquia de Casablanca, y que corresponden a registros originados en la propia parroquia como en la vice-
parroquia de Peñuelas. Estos documentos se adjuntan al presente trabajo como Apéndice, y todavía
precisan ser estudiados y valorados en sus propios méritos.

78
“En la Iga de Moscoso en dies de Marzo de mil setecientos setenta y uno puse oleo y
chrisma a Marina Española de edad de sinco meses hija legitima de Joan Leon y de Paula
Araia, la bautisó en necesidad el Pe fr. Franco Olgín del orden seráfico fueron Padrinos de
Agua Basilio Araia y thadea Araia, de oleo los mesmos. de que doi fee=
“Pedro Montt”
“En la Igia de Moscoso en díes días del mes de Marzo de mil setecientos setenta y uno, puse
oleo y chrisma a Juan Joseph. Español Natural de esta doctrina hijo legitimo de Joan Leon
de edad de dos años, y de Paula Araia lo Bautiso D n Antonio Brito Padrinos de Agua Joseph
Leon y franca Leon, y de oleo Lorenso flores y Luisa Lillo de que doi fee=
“Pedro Montt”.

Reproducción de la partida de bautismo de Margarita Araya. “En la Iglesia de Moscoso en


catorce de Disiembre de mil setesientos setenta años puse oleo y Chrisma â Margarita
espla espla natural desta doctrina de edad de seis meses hija natural de Lusia Araya la
Baptiso Dn Ioseph Arraguibel fueron PP de agua Ioquin Pacheco y teresa araya de oleo
Matias Pacheco y Mercedes Pacheco de que doy fe

79
“Pedro Montt”.159

Interior del recinto donde antiguamente funcionó la capilla de Moscoso. El recinto formaba parte
de las construcciones de la Casa Patronal, como era costumbre. En años recientes, en este mismo
recinto funcionó la escuela rural de Lo Moscoso.

Posteriormente, con el transcurso del tiempo, y durante el siglo XIX, decae la importancia
eclesiástica de Moscoso hasta que, finalmente, durante el siglo XX desaparece la iglesia,
misma que es remplazada, como ya se ha dicho, por una escuela rural, dependencia
todavía existente, pero que en la actualidad solo sirve como cuarto de guardar muebles y
otros enseres de la Casa Patronal de Lo Moscoso. Obviamente, contribuyó a su
desaparición el surgimiento del gran centro espiritual de Los Perales y la erección de la
Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué, así como la de la vice-parroquia de
Peñablanca y luego de la Parroquia de San Nicolás de Bari, en Villa Alemana.

San José del Marga-Marga


La antigua Hacienda de Marga-Marga se formó con los territorios que conforman el valle
del estero Marga-Marga, a partir del momento en que los lavaderos de oro instalados en
el cauce del estero comienzan a bajar su producción y dejan de ser rentables.
El valle de Marga-Marga está situado al sur de Quilpué, y está regado por el estero de
igual nombre. Por el oriente y por el sur lo limitan sendos cordones de cerros de

159 la
En esta partida, la abreviatura esp significa “española”, su duplicidad en este documento puede deberse
a un error de escritura. La abreviatura PP quiere decir “padrinos”.

80
diferentes alturas, y desde cuyas fragosidades y quebradas descienden innumerables
quebradas, las que forman los primeros esteros, en el extremo oriental, donde se pueden
encontrar elevaciones que sobrepasan los 1.000 metros: los esteros Carrizo y El Fulero,
que recogen los derrames del cordón de Marga-Marga, que separa a este valle del de
Colliguay.
Por el norte, este valle está separado del de Quilpué por un cordón de colinas de baja
altura que presentan cierta fragosidad hacia el estero Marga-Marga, pero que descienden
en suaves ondulaciones hacia el estero de Quilpué.
La altitud media del fondo del valle oscila entre los 180 y los 200 metros sobre el nivel del
mar.
El valle mismo mide unos 25 kilómetros de largo y no sobrepasa los 5 kilómetros en su
parte más ancha. La parte cultivable y cultivada representa una mínima parte del total del
valle.

Ubicación de San José de Marga-Marga, capital del valle y de antigua data, ya que surgió sobre las
ruinas de las instalaciones inkaicas relacionadas con la explotación de los lavaderos de oro del
estero para convertirse después en el centro de operaciones español y de la Doctrina que allí
funcionaba durante el tiempo de la demora. Reproducción parcial del “Plano de la Provincia de
Valparaíso”, inserto en el “Álbum de la Zona Central de Chile”, Juvenal Valenzuela, 1923.

Nunca ha sido objeto de explotacióin agrícola a gran escala, ni siquiera en la época inkaica.
En el período inkaico, todos los bastimentos y provisiones necesarios para la población
que laboraba los lavaderos de oro del estero eran traídos principalmente de los valles de

81
Quillota y Limache y almacenados en las instalaciones que los españoles conocieron como
“los tambillos del Inga”, amplias instalaciones ubicadas en lo que después fue el poblado
español de San José de Marga-Marga, el segundo establecimiento español en Chile
después de Santiago.
Originalmente, el territorio formó parte del territorio aurífero, donde cada español tenía
derecho a explotar lavaderos de oro, “echando al estero” sus cuadrillas de indios. Con el
tiempo, a medida que el oro fue disminuyendo, se pasó a una etapa de establecimiento
permanente, y se entregó la tierra para ser explotada con siembras y cría de ganado. Se
desconoce, por el momento, el nombre del primer depositario de la Hacienda de Marga-
Marga.
Los jesuitas, quienes compraron las haciendas vecinas de Las Palmas, Peñuelas y Las
Tablas, no se interesaron en esta hacienda debido a su poco valor y escasa producción.
Con el tiempo, la original Hacienda de Marga-Marga, que siempre fue pobre en
producción agrícola debido a la falta de agua a partir de fines de noviembre, y escasa en
ganado debido a la fragosidad de los cerros inmediatos, que son pobres en pastos, pasó a
formar parte jurisdiccionalmente primero del Partido o Corregimiento de Quillota, y con
Quilpué formaba una Diputación a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, situación
que se mantendría durante la primera parte de la República.
En seguida, el territorio de la antigua hacienda de Marga-Marga pasó a formar parte del
territorio del Departamento de Casablanca, al que perteneció hasta la primera parte del
siglo XX.
El proceso bien conocido de subdivisión de la propiedad rural determinó que la hacienda
finalmente quedara dividida en nueve fundos: Lo Moscoso, El Recreo, Los Molles, El
Pequén, La Retuca, Los Quillayes, Los Perales, Los Colihues y Las Piedras.
Los principales fundos fueron los de Lo Moscoso, por su población y productividad, y Los
Perales, centro de actividades de la Congregación de los Sagrados Corazones (Padres
Franceses), quienes desarrollaron una actividad económica pero sobre todo espiritual.
La Agrupación de Investigadores de la Historia del Valle del Marga-Marga está empeñada
en rescatar y poner a disposición de estudiantes, investigadores y público en general toda
la documentación que pueda encontrarse en los diversos archivos actualmente existente,
a objeto de poner en su real dimensión y valoración lo que ha sido la historia de este valle,
que con su oro proporcionó, en su momento, el financiamiento para el inicio de la
Conquista de Chile.
La antigua Hacienda de Marga-Marga constituyó, durante el siglo XIX una dependencia del
Departamento de Casablanca que, con el tiempo, se convirtió en la Subdelegación de
Marga-Marga, la que contaba, en el censo de 1895, con una población de 1.706
habitantes, repartidos entre los seis Distritos de Molles y Moscoso (252 habitantes),
Pequén y Quillayes (270 habitantes), Colihues, Perales y San José (522 habitantes), Las
Palmas (293 habitantes), Reculemu (176 habitantes) y El Llano de Las Palmas y Cóbiles
(193 habitantes).160

160
Para detalles adicionales acerca de Marga-Marga, véase Breves sobre la Doctrina de San José del Marga-
Marga, en las páginas 30 y siguientes.

82
Croquis del Valle de Marga-
Marga dividido en los fundos
actualmente conocidos, cuyo
territorio conjunto formó la
antigua Hacienda de Marga-
Marga. Mapa dibujado por
Brus Leguás C.

83
Entre 1906 y 1927, la subdelegación de Marga-Marga formó una comuna, con centro
administrativo en el pueblo de San José de Marga-Marga y con los mismos ya señalados
seis distritos. Alcalde de esta comuna de corta existencia fue don Santiago Cabrera, a
quien correspondió hacer entrega al alcalde de Quilpué de la documentación de la
suprimida municipalidad, el día 9 de febrero de 1928 a las 15:00 horas. Con dicho acto, el
territorio de dicha comuna del Departamento de Casablanca era oficialmente anexado a la
comuna de Quilpué.

La Viña de la Mar
La estrecha, breve y exigua planicie litoránea en que se asienta la actual ciudad del Viña
del Mar antaño formó parte de dos haciendas, separadas ambas por el estero de Viña del
Mar o, como se le suele llamar en la actualidad, Marga-Marga. Al norte del estero se
hallaba la Hacienda de La Viña de la Mar o de Peuco de la Mar, en tanto que al sur de
dicho estero se encontraba la Hacienda de Las Siete Hermanas. Esta última debe su
nombre a los siete cerros o colinas que se encuentran entre el estero de Viña del Mar y el
estero de Las Delicias (actualmente abovedado bajo la Avenida Argentina, en Valparaíso).
Hacia el interior, limitaba con la Hacienda de Las Palmas en el sector de Charavacho o
Charahuecho, como se dice ahora. La Hacienda de Peuco abarcaba desde el mar hasta el
estero de Quilpué, en el sector de Paso Hondo, y hacia el norte llegó a abarcar la Hacienda
de Reñaca, por compra de esta. En varios momentos, las haciendas estuvieron separadas,
pero en otros tantos unidas bajo un único propietario. Si bien es posible que en la
hacienda de Las Siete Hermanas existiera algún oratorio o capilla, solamente se menciona
la de la hacienda de Peuco. Mary Graham habla de ella en su libro de viaje, cuando
menciona la visita que hace a la Hacienda de La Viña de la Mar, después del terremoto de
1822.
Tanto las Casas de la hacienda como la capilla, que era un anexo de las dependencias de la
Casa Patronal, tal como se usaba en aquellos tiempos, estaban ubicadas en el sitio donde
se encuentra actualmente el Palacio Rioja, con frente a la calle Quillota, que desde el
principio fue el Camino Real de Valparaíso a Quillota, de donde su nombre.
En el terremoto de 1822, según narra Mary Graham en su obra, las casas de La Viña de la
Mar resultaron seriamente afectadas, de manera que, cuando ella pasó por el lugar se
encontró con un espectáculo muy deprimente:
“En Viña del Mar encontré á toda la familia instalada en una ramada en el zaguán; de la
casa no queda en pie sino una parte del muro exterior; la ruina fue completa; no hay allí
un sitio donde pueda refugiarse un ser viviente. El pequeño llano está cubierto de conos
de uno á cuatro pies de altura, que surgieron en la noche del 19 y arrojaron agua y
arena.”161
En los registros parroquiales de Casablanca, se mencionan eventos también que tienen
como escenario a La Viña de la Mar. Se han escogido un par de ejemplos de partidas de
bautismo que se consignan en libros de la vice-parroquia de Peñuelas del último período
en que esta vice-parroquia tuvo jurisdicción sobre Viña del Mar y en vísperas de la
erección de la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar, debido a la

161
GRAHAM, Mary, op. cit., página 387.

84
importancia que tienen como documentos antiguos que contribuyen al conocimiento de
los hechos ocurridos en las haciendas entonces ya definitivamente unificadas que
conformarían una sola propiedad hasta el final del siglo y la fundación de la nueva ciudad
de Viña del Mar.

“En el oratorio de Viña del Mar curato de Casablanca á veinte i siete de febrero de mil ochocientos
setenta i ocho, el presbitero don Adolfo Vargas Fontecilla, con mi licencia puso oleo i crisma á Jose

85
Alejandro, nacido el dia diez del presente mes i año, hijo natural de Maria del Carmen Jofré,
feligres de esta parroquia. Lo bautizo en caso de necesidad el presbitero don Patricio Mackena.
Fueron padrinos del Bautismo i del oleo Miguel Duartes i Leonor Mendoza; de que doy fé.
“Francisco Goenechea”.
“En el oratorio de Viña del Mar, curato de Casablanca á veinte i siete de febrero de mil ochocientos
setenta i ocho, el presbitero don Adolfo Vargas Fontecilla con mi licencia bautiso puso oleo i
Carisma á Fidelina del Carmen, de trece dias nacida, hija lejítima de Jose Barrasa i de Antonia
Osorio, feligreses de esta parroquia. Fueron padrinos Jose L[?] [?] Tapia: de que doy fé.
“Francisco Goenechea”.

Para esta época, como bien se ve, solo se reconoce la existencia de un oratorio en el
sector de Viña del Mar, a diferencia de Quilpué, por ejemplo, donde se reconoce la
existencia de una capilla.

3.- El Oratorio y la Capilla de Quilpué. Primeros movimientos de registros.


A través de los siglos, desde que se erige la Parroquia de Santa Bárbara de Casablanca y
posteriormente la Vice-Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Las Peñuelas, el
estatus del recinto donde se celebraban los servicios divinos en Quilpué pasa por varios
estatus, oficiales o extraoficiales: primero hubo de haber un simple y mero oratorio, pero
enseguida se reconocen una capilla y hasta una vice-parroquia.

“En la Iglesia de Queupue en dose de Disiembre de mil


setesientos setenta as puse Oleo y chrisma a Jasinta del transito espla natural desta Doctrina de
edad de tres meses beinte y siete dias hija legitima de Remigio Ortís y de Antonia Balencia La
Baptiso anesesida Pablo Araya persona Capas fueron PP de agua Andres Figueroa y Bernarda
Balencia De oleo Andres Figueroa y Juana Balencia de que Doy fee
“Pedro Montt”.

En esta partida, como en las otras que siguen, se dice que en Queupue existe una iglesia,
aunque no se le otorga estatus especial alguno. Pero, de todos modos, no se trata de solo
una capilla ni menos de un oratorio. Pero unos cuantos años después, la situación cambia,
y se habla de vice-parroquia de Queupue.
Debe entenderse que no existe documento alguno que avale el tratamiento de vice-
parroquia para Quilpué que aparece en la documentación que hemos tenido a la vista y

86
que hemos digitalizado del Archivo parroquial de Casablanca. Y puede que no se entienda
de buenas a primeras el porqué de dicho tratamiento.

Reproducción parcial de un folio un tanto ilegible de bautismos. En la primera partida se lee: “En la
vice-Parrochia de Peñuelas en seis días del mes de octubre de mil setecientos ochenta y siete
años”… (Nótese que la mayor parte del texto es difícilmente legible por el estado de conservación
del documento.). En la segunda partida se lee: “En la vice-Parrochia de Queupue a quince dias del
mes de octubre de mil setecientos ochenta y siete años”…

Obviamente, la respuesta más simple y clara pareciera ser que el recinto ubicado en la
Hacienda de Quilpué debió haber acaparado tal cantidad de movimiento y de actividades
que se justificaría el tratamiento que se le dio en ese momento. Y es posible que
acaparara no solamente una cantidad de movimientos y actividades, sino que se hiciera el
centro de la actividad espiritual no solo de todo el valle, sino incluso de algunos sectores
fuera de él, sobre todo hacia los límites de la hacienda.

“En la vice-Parrochia de Queupue en quince días del mes de octubre de mil setecientos ochenta y
siete años. el Padre Predicador fray Santiago Pareja del sagrado orden de Predicadores. Puso olio y

87
chrisma â Maria panda libre natural de esta Doctrina, de cinco años, hija natural de cruz
salamanca. Padrinos Roque seberino y Martina Ramos. La baptiso en caso de necesidad Juan
Figueroa tiene licencia. Doy fee y lo firmo para quye conste.
“Antonio Basilio Escobar”.

Sin embargo los documentos que pueden exhibirse al respecto, el recinto quilpueíno
donde se celebraban los servicios sagrados no tenía el estatus oficial de vice-parroquia. A
lo más podría decirse que se trataba de un tratamiento especial en vista de su importancia
relativa.
Pasaría mucho tiempo, hasta la erección de la parroquia de Viña del Mar, para que la
iglesia de Quilpué fuera erigida oficialmente en vice-parroquia.

4.- Administración Política del Valle de Quepué a comienzos del siglo XIX.
Es bien sabido que la administración civil, como la eclesiástica, se esforzó siempre por
proporcionar las mayores facilidades a los pobladores de estos valles apartados y perdidos
en la ruralidad.
Inicialmente, todo el valle de Quilpué perteneció, sin más detalle, al Partido o
Corregimiento de Quillota, como todo el territorio entre el río Choapa y la cuesta de
Ibacache. Y a pesar de todo el proceso que se fue dando para mejorar la administración
civil, dicho proceso resultó ser lento y nunca anduvo al mismo ritmo que los
acontecimientos y el desarrollo que se iba manifestando localmente.
A comienzos del siglo XIX, como se evidencia del famoso Censo de 1813, la Hacienda de
Quilpué formaba una diputación de la provincia o partido de Quillota, con el nombre de
Lecupué, y junto con el valle de Marga-Marga. En tanto, las haciendas de Las Palmas y de
Reculemu formaban otra diputación, llamada Reuculemu y Palma.
Con el correr del siglo, se fueron introduciendo diversos cambios y se asistió también a no
pocos retrocesos en cuanto a la administración política del valle. Cuando, durante la
administración O’Higgins se creó el Departamento de Casablanca, el valle de Quilpué pasó
a formar parte de dicha nueva entidad territorial, quedando separada de Quillota, ya que
se consideró que el nuevo departamento debía obedecer a los límites del curato de
Casablanca.
Más adelante, cuando se creó el nuevo Departamento de Limache, el valle de Quilpué
pasó a formar parte de dicha jurisdicción, en tanto que el valle de Marga-Marga
continuaba formando parte del de Casablanca.
Así las cosas, el valle de Quilpué primero formó parte del municipio limachino y de ahí que
hasta bien entrado el siglo XX los registros de propiedades incluso debían verse en
Limache. La creación de la nueva comuna de Quilpué separó al entero valle de la
municipalidad y comuna de Limache, pero no así del Departamento, del que continuó
formando parte hasta que éste fue disuelto y su territorio dividido entre los
Departamentos de Quillota (Limache y Olmué) y Valparaíso (Quilpué y Concón), situación
que se mantendría, con algunas diferencias, hasta la creación de la nueva provincia de
Marga-Marga, que es, en la práctica, una reedición del antiguo Departamento de Limache,
salvo en que la capitalidad la detenta ahora la ciudad de Quilpué.

88
5.- El acto de donación de Petronila Valencia y sus repercusiones en la Iglesia de
Queupue.
Un punto de difícil abordaje es el de la donación de Petronila Balencia a la Iglesia de
Quilpué, ya que no tenemos antecedentes de dicho documento, el cual no fue
incorporado a los registros públicos (notariales) de la localidad de Casablanca, cabecera
administrativa desde el 13 de mayo de 1818162 ni de la anterior cabecera, Quillota163. El
único registro que existe se compone de las escasas apreciaciones que emanan de la
inscripción conservativa del Conservador de Bienes Raíces de Limache en el año 1878 y los
documentos que se conservan en la Parroquia de Quilpué y en el Obispado de Valparaíso
referentes al laudo seguido entre la iglesia y la Municipalidad de Limache bien adentrado
ya el siglo XIX.
Sin perjuicio de aquello, de todos los documentos podemos colegir las menciones
esenciales de las cuales se valió doña Petronila para realizar su noble acto de
desprendimiento material.
Con el correr de las páginas de este texto, nos damos cuenta que ya Quilpué desde el siglo
XVII posee un oratorio o capilla, por lo tanto hacia el siglo XIX también existía una. Ya en
aquel tiempo una de las familias que dominaba gran parte de las tierras planas de Quilpué
era la familia Valencia, primero bajo la figura de don José Balencia y luego de sus hijos
(dentro de la rama más importante). Estos, oriundos de San Martín de la Concha
(Quillota), eran fieles devotos de la Iglesia Católica y como tales buscaban irradiar los
mandatos divinos de la misma a través de sus tierras, por lo cual albergaron en ellas los
lugares donde se realizaban los necesarios servicios espirituales y se entregaban los
sacramentos para la escasa población del valle.
El antiguo oratorio fundado, quizás por el presbítero Julián de Landa, había sido destruido
o se encontraba por lo menos en muy malas condiciones luego de los sismos y el gran
terremoto de comienzos del siglo XVIII, por lo cual se hacía necesario erigir un nuevo lugar
donde se prodigaran de mejor manera los rituales católicos. Con esta premisa una
recodada dueña de grandes extensiones de terreno en Quilpué, doña Petronila Balencia
con fecha 22 de octubre de 1818, cedió y donó una cuadra de tierras en el lugar de

162
Al respecto en dicha fecha se decretó: “Visto este espediente con lo informado por el Cabildo de Quillota,
i de conformidad con lo espuesto por el Ministerio Fiscal, se declara a Casablanca por partido independiente
de Quillota, compuesto del territorio comprendido en su doctrina parroquial, bajo las demarcaciones i
deslindes que espresa el agrimensor general don Juan José Goycolea, comisionado para esta dilijencia en su
precedente informe. Se omite por ahora la elección del cuerpo municipal, hasta que la villa cabecera mejore
su vecindario con personas de efectiva resistencia, en quienes puedan recaer los empleos correspondientes.
Entre tanto se nombra de Teniente Gobernador de dicho partido a don Pedro José Pérez, i de Síndico
Procurador a don Domingo Suárez, espidiéndoseles los correspondientes títulos; i se dará al Teniente
Gobernador testimonio del espediente para que los archive en el archivo de la villa cabecera, como un
documento comprobante de esta gracia, que se comunicará por el Ministerio a los partidos de Quillota i
Melipilla i al ilustre Cabildo de esta ciudad.- Imprímase i circúlese este auto.- O’Higgins.- Irisarri”. Boletín de
las Leyes y Decretos del Gobierno Tomo I.
163
La Hacienda de Queipué o Queupué formó parte del Corregimiento o Partido de Quillota desde su
mismísimo principio y durante toda la Colonia y hasta los primeros decenios de la República. Fue solo con
motivo de los ajustes introducidos en la administración administrativa del país que se fueron dando nuevas
dependencias, primero de Quillota y luego de Casablanca, para enseguida pasar a formar parte del
Departamento de Limache.

89
Queupué, destinada a que en ella se reedificara el antiguo templo que en ese lugar
existía, haciendo esa donación a la Fábrica de la iglesia del lugar y para que el terreno
sobrante se empleara en los menesteres del mismo templo, debiendo el Mayordomo de
ella elegir el terreno que creyese por conveniente para el fin indicado164, así reza la
inscripción de dominio practicada sesenta años después de la donación. Otros textos más
completos nos detallan que el tenor de la donación fue el siguiente:
“En la Hacienda de Queupue, jurisdicción del partido de Casablanca, a 22 días del mes de
Octubre de 1818, ante mí el juez Celador i testigo, compareció doña Petronila Balencia, a
quien doi fe que conozco, vecina de este Distrito i legitima heredera de estas tierras i dijo:
Que hallándose dicho lugar sin un Templo donde los fieles tributen al Dios de los ejércitos,
su Stma. Madre i demás Santos de la Corte Celestial el debido homenaje i cumplan
igualmente con los preceptos impuestos, acorde con la piedad cristiana de Don José
Antonio Balencia, al reedificar el que antes había desde sus cimientos 165”. El texto
transcrito no deja claro el sentido del acto de desprendimiento, mas si de quien intervino
como ministro de fe y que la voluntad venía de más antiguo que la misma donante, eran
los deseos del padre de la misma fallecido, presumimos, a comienzos del siglo XIX.
De la conjunción de ambos textos tenemos un acto de disposición gratuito de parte de
Petronila Balencia, consistente en una cuadra de terreno, cuadrado 166, que es
manifestación efectiva de la última voluntad de Jose Balencia tendiente a dotar al poblado
de un mejor lugar ante la carencia de uno digno para oficiar el ritual católico.
Dicho documento, es el basal para establecer que desde aquel tiempo nuestra Iglesia se
ha situado en el lugar en que hoy la conocemos, existiendo desde dicha fecha una capilla
edificada rústicamente y que con los años ha tomado cuerpo y se ha posicionado al grado
de ser parroquia y centro espiritual de la actual ciudad de Quilpué.
Los datos que arroja esta donación, fueron en suma discutidos y ventilados en un laudo de
gran revuelo para la población local y al cual dedicaremos un capítulo completo más
adelante. Sin embargo de este proceso extraemos algunos documentos que hemos
recuperado y que dicen relación con este acto jurídico gratuito. Con posterioridad a esta
donación, se procedió a la partición de los bienes dejados por Petronila Balencia en su
testamento. Dicha partición fue impugnada de nulidad ante el Juzgado Civil de Valparaíso
en el año 1875, en dicha partición se consigna un dato bastante extraño, teniendo
presente que la testadora ha donado eficazmente y de forma efectiva un terreno para la
iglesia como lo hemos repetido ya varias veces. El texto de partición dice: “2° Hijuela: una
cuadra que es la en que está la Capilla i que su derecho se le conserva para si la Doña
Petronila para hacer de ella lo que más le convenga; i su frente de ciento cincuenta varas
lo tiene al Camino del Estado que vá del puerto de Valparaiso a Quillota, por el Oriente
linda con la media cuadra del Don Juan Antonio i tierras de la misma hijuela, tiene 140

164
Inscripción de Dominio, Conservador de Bienes Raíces de Limache, fojas 28, número 66, año 1878.
165
CARO, Pedro, Historia de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, 1983, inédita. De aquí se desprende
claramente que la iglesia en ruinas que existía en Quilpué en ese momento había sido en su momento
reconstruida por don José Valencia desde sus cimientos, ya que la anterior se encontraba también en ruinas.
166
Esto es, un terreno que mide 125,39 metros por lado y que no es equivalente, como erróneamente
podría suponerse, a una manzana de terreno urbano. Se trata de una medida de campo. La superficie de la
cuadra cuadrada es de 15722,6521 metros cuadrados o, lo que es lo mismo, 1,57226521 hectáreas.

90
varas167 por el N linda con terrenos de dicha hijuela, tiene 178 varas168 i por el P. linda con
terrenos de la tercera hijuela i consta de 132 varas 169.”170De la transcripción que hemos
copiado se lee claramente que la segunda hijuela de la partición de bienes de la
testamentaria de Petronila Balencia se corresponde con una cuadra en la que se
encuentra la capilla, mas luego señala la frase “i que su derecho se le conserva para si la
Doña Petronila para hacer de ella lo que más le convenga”. Dicha frase puede suscitar
error o confusión en un texto, que en aquella época estuvo a la vista y hoy se encuentra
desaparecido.

Aspecto general del valle de Quilpué en el sector junto al Camino Real a Limache y
ubicación de la cuadra de tierra donada por doña Petronila Valencia a la iglesia, llamado
Guale.

Podemos interpretar de dos formas el referido pasaje. Una opción nos lleva a decir que si
la partición fue realizada vía testamento, como se consigna al pie de la transcripción por el
escribiente Juan Eduardo Cuevas, la reserva para sí, quiere decir para quien realiza el acto
testamentario, mas aún, cuando el tenor de la disposición declara que se lo reserva para sí
167
117,60 metros.
168
149,52 metros.
169
110,88 metros.
170
Copia de parte del expediente de juicio de nulidad por la testamentaria de Petronila Valencia. Archivo de
la Secretaría Episcopal de Valparaíso. Erección de la Parroquia de Quilpué, fojas 19.

91
Doña Petronila para hacer de ella, la hijuela, lo que más le convenga. De esta forma por
medio de la partición quedada claro que revoca en todas sus partes el acto de donación, el
cual jurídicamente consistía en una donación revocable entre vivos que nunca surgió
efectos de irrevocable con la muerte del donante, por lo mismo si bien la Iglesia se ubicó y
edificó en los terrenos que hoy conocemos, la concesión de los terrenos para realizar su
construcción se hizo por la mera tolerancia del dueño del inmueble y nunca habría sido la
intención de la misma entregar dichos terrenos para siempre a la Iglesia.

La cuadra de tierra donada por doña Petronila Valencia a la iglesia. El trazo de color negro
corresponde a la extensión total de la cuadra. El trazo de color gris corresponde al
retroceso que acordó la autoridad eclesiástica para abrir oficialmente las calles Miraflores
(actual Claudio Vicuña) y Holley (actual Baquedano). La Calle de los Carreras corresponde
a la actual Avenida Diego Portales. La ubicación de la iglesia está señalada en el centro de
la cuadra. En el rectángulo inferior derecho, limitando con la posterior calle Miraflores, se
ubicó originalmente el Cementerio Parroquial.

Otra interpretación nos lleva a una conclusión totalmente distinta, sin conocer el tenor de
todas las disposiciones que componen el acto testamentario y de partición inserto en el
mismo, una máxima de interpretación nos mueve a decir que lo que se manifiesta es que

92
a quien se le conserva el derecho es a la Iglesia, al decir que en dicha cuadra se encuentra
sita la Capilla y que su derecho se le conserva para sí, tal como lo establece la testadora,
pudiendo hacer de este retazo de terreno lo que le pareciere. Antes de las propias
palabras del testador debemos estar al corriente de la substancia de sus disposiciones, si
el espíritu benefactor de Doña Petronila fue dotar al pueblo en que habitaba de un centro
espiritual tal como lo quería su padre, es difícil no conciliar ambas voluntades suscitadas
en momentos distintos.
Sea como sea, la donación se realizó, aunque luego se haya revocado, sin embargo dado
su enigmática y oscura redacción, dio lugar a muchos conflictos que marcarán la historia
de la pequeña capilla y luego Parroquia, los cuales serán subsanados tiempo más tarde
con la declaración de los hijos de Petronila, quienes advirtiendo los problemas y lo
confuso de las disposiciones declararán a favor de la iglesia, los derechos que esta tiene,
ya por el paso del tiempo que todo lo consolida, de los terrenos sobre el que se erige el
centro espiritual del centro de la ciudad actual.

6.- El terremoto de 1822 y la capilla.


Establecido los terrenos para una iglesia en la cuadra central del pequeño poblado de
Quilpué, probablemente tras la donación de doña Petronila, poco a poco fue
construyéndose esta bajo la forma de una austera capilla, quizás con techo de quincha y
paredes de barro. Pensamos que aquel proceso tiene que haberse tardado un par de años
y las labores de construcción tienen que haber demorado su resto luego de poner en
posesión material la cuadra de terrenos, lo cual tiene que haber sucedido sin lugar a
dudas en el año 1819.
Entre 1818, fecha de la donación y el año 1822, el movimiento parroquial en cuanto a
bautizos es escaso, según se desprende del Libro Primero de Bautizos de la Vice-parroquia
de Peñuelas, en este se detalla que se celebraron en total en el territorio de la vice
parroquia ciento setenta bautizos, de acuerdo al siguiente desglose171:

Bautizados en Moscoso: 48
Bautizados en el “Haciento” de Reculemu: 9
Bautizados en la capilla de Quilpué: 111
Indeterminados: 2
Total: 170

No se registran bautizos entre 1820 y 1824 por lo menos en las zonas que tienen que ver
con nuestro análisis. Todo esto se debería, a que el día 19 de noviembre de 1822 a eso de
las diez y media de noche se desata un violento sismo con características de terremoto de
gran intyensidad, con epicentro frente a la bahía de Valparaíso y del cual se han predicado
funestas consecuencias, con una destructiva fuerza de 8,5 grados Richter, que provocan
un moderado maremoto sobre la costa central. Este violento movimiento, debió haber
echado al suelo la pequeña capilla, con lo cual los esfuerzos de la población y sus

171
En la presente reseña no se consideran los oficios realizados en la vice-parroquia y misión de Peñuelas.

93
benefactores por dotar al pueblo de un centro espiritual se esfumaban, pero todo por un
breve lapso172.
Según nuestros registros, recién en el mes de Marzo del año 1824, se produce el primer
oficio que se realizaba en la, obviamente, nueva Capilla de Quilpué, que, de acuerdo a Don
Francisco Mercader, de quien no se tienen datos específicos, el pueblo se denominada
“Quéhupue”. En dicha inscripción se lee: “En esta Capilla de Quéhupue en dies y nuebe dia
del mes de marzo de ochocientos beinte y quatro años puse oleo y crisma y Bautise
solemnemente A Gabriel hijo legitimo de Felipe Leon y Justa Araya, fueron padrinos de
agua y oleo Jose Abalos y Felipa Leon y para que conste lo firmo de que doy fe = Francisco
Mercader”173.
Con estos datos, escasos pero significativos, podemos colegir que la reconstrucción del
templo caído tras el terremoto de 1822 demoró por lo menos dos años en ser
reconstruido, quedando habilitado solamente a principios de 1824, en el mes de marzo,
para recibir a los fieles y oficiarse los sacramentos en él.

7.- El terremoto de 1829 y sus consecuencias. Evolución de la capilla. Registros.


Las tragedias no dejan tiempo para la tregua, nuevamente y siendo las dos de la tarde del
día 26 de septiembre de 1829, se sucede nuevamente un fuerte movimiento telúrico con
el mismo epicentro que el anterior, esta vez con una magnitud de 7 grados Richter, el cual
no logra provocar una salida de mar de la cual quede memoria.
De esta forma, nuevamente el templo queda seriamente dañado y la que era capilla, tras
los trabajos de reconstrucción, queda reducida a un pequeño oratorio en el cual se oficia
el primer bautizo en el mes de marzo de 1830, bajo el siguiente tenor: “En el Oratorio de
Qeupue dia ocho de marzo del año 1830 puse oleos y crisma a los siguientes A. Rosa de
seis meses hijo legitimo de Antonio Araus y de Antonia Godoy y Padrinos […] Severino y
Manuela Araus de que doy fe.- Francisco Isidro Vidal. Theniente de Cura ” 174
Sin embargo, pese a estar reducida a un pequeño oratorio, el templo prontamente volvió
a ser una capilla, como se merecían sus fieles, constando la nueva edificación de una
pequeña habitación con un campanario a su derecha al cual coronaba una cruz en lo alto
de su techo, tenía una ventana en lo alto de la puerta de entrada y una casa adjunta,
suponemos que pudo haber sido una dependencia de la iglesia o la habitación del Cura
que administraba esporádicamente los sacramentos durante su visita. Todo esto lo
conocemos solamente por medio de una fotografía rescatada por el ex Secretario
Municipal e historiador local, don Roberto Troncoso, de una revista alemana y que incluyó
en el Volumen II de su Historia de Quilpué. Dicha fotografía se encuentra reproducida en
un hermoso óleo a color en la Casa Parroquial de la Iglesia del Rosario.
En este templo se oficiarán gran parte de los sacramentos de varios quilpueínos que
vieron como su pequeño poblado comenzaba a cambiar drásticamente en alas del
progreso y la consolidación del llamado “Camino Real” evidenciaba un mayor tráfico de

172
A este respecto será de mucha utilidad, para darse una idea de la magnitud de la catástrofe, leer el relato
que de este sismo hace la viuda Mary Graham en su libro titulado Diario de su Residencia en Chile (1822) y
de su Viaje al Brasil (1823), páginas 376-416.
173
Libro de Bautizos Vice-parroquia de Peñuelas. Tomo II. Fojas 64 y 64 vuelta.
174
Libro de Bautizos Vice-parroquia de Peñuelas. Tomo II. Fojas 153.

94
personas, bienes y vehículos por el frente de la capilla que recibía cada semana a sus
fieles; mas aún los nuevos medios de transporte asechaban prontamente traer el progreso
y auge urbano a nuestra localidad evidenciando cambios no sólo de un punto de vista
social, sino que también de la forma de nuestro templo.

8.- La Visita Episcopal del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Don Rafael Valentín
Valdivieso, Obispo de Santiago, en 1838.
Breve biografía de Monseñor Valdivieso
Monseñor Rafael Valentín Valdivieso Zañartu nació en Santiago el 2 de noviembre de
1804, siendo sus padres Manuel Joaquín Valdivieso y Maciel y Mercedes Zañartu y Manso
de Velasco. Estudió derecho en la Universidad de San Felipe, titulándose de abogado el 23
de mayo de 1825. Hizo algunos estudios eclesiásticos privados con algunos sacerdotes y
posteriormente ingresó al seminario,
siendo ordenado sacerdote por el obispo
don Manuel Vicuña Larraín el 27 de julio
de 1834. Fue misionero por algún tiempo
en Chiloé y en Atacama. Al crearse la
Universidad de Chile ejerció como
decano de la desaparecida Facultad de
Teología. También fue político. Fue
diputado entre 1831 y 1840. Su acérrima
defensa del ultramontanismo y de la
primacía de la Iglesia católica en la
sociedad chilena le llevaron a duros
enfrentamientos con el Gobierno. Cedió
en 1856, pero continuó liderando la
ultraderecha nacional. El papa Pío IX lo
designó Arzobispo de Santiago el 4 de
octubre de 1847, siendo consagrado en
la Catedral de dicha ciudad el 2 de julio
de 1848 por fray Hilarión de Etura,
obispo titular de Augustópolis.

Su Señoría Ilustrísima Don Rafael Valentín


Valdivieso, quien llegó a ser el segundo
Arzobispo de Santiago. Foto procedente de

http://www.patrimoniofotografico.cl/coleccion.175

175
Esta imagen (o este archivo) está en el dominio público pues su derecho de autor ha expirado. Véase,
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Rafael_Valent%C3%ADn_Valdivieso_Za%C3%B1artu.jpg?uselang=e
s.

95
Como Obispo de Santiago realizó una vista eclesiástica a la parte norte de su jurisdicción,
en cuyo desarrollo visitó brevemente Quilpué, donde realizó confirmaciones y pernoctó
antes de dirigirse a Valparaíso.
En su calidad de Arzobispo, realizó en 1859 la visita ad limina. Participó en el Concilio
Vaticano I, en 1869 y 1870.
Murió el 8 de junio de 1878, siendo sepultado en la Catedral santiaguina.

La visita eclesiástica a la Subdelegación de Limache y a la aldea de Quilpué


El 26 de marzo de 1838, don Rafael Valentín Valdivieso, Obispo de Santiago, y cuya
jurisdicción se extendía entre los ríos Choapa y Maule, inició su tan proyectada visita a
episcopal a los curatos del sector norte del Obispado de Santiago, saliendo a “a las 5 de la
tarde a la Iglesia Catedral, en donde, cantadas las preces del Itinerarium clericorum, salió
acompañado de su Secretario, del señor Provisor i algunos otros señores Prebendados i
clérigos, hasta el primer alojamiento, que lo hizo en la finca de don Francisco Ramón
Vicuña, distante seis cuadras de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen de la
Estampa.”176 De este modo se inicia el registro de un gran viaje pastoral de quien fuera
Arzobispo de Santiago, en el otoño de 1838. Eran tiempos difíciles para efectuar largos
viajes, pero el obispo se determinó y lo llevó a buen y feliz término.
El viaje lo hizo siguiendo mayormente el antiguo Qhápaq Ñan de la Cordillera, el Camino
del Inka que corría por el interior, casi por el pie de monte de los faldeos occidentales de
la Cordillera de los Andes. El objetivo era, por una parte, regularizar los archivos
parroquiales, auditándolos para ver si se ajustaban a lo establecido por la autoridad
eclesiástica, pero también, y tanto o más importante, proporcionar a la población local la
oportunidad de acceder a los servicios espirituales, sobre todo confesiones, dar la
comunión y confirmaciones. Para lo primero se aseguró el obispo de la ayuda a varios
sacerdotes; para lo segundo se facilitó él mismo. Asimismo, celebró la Santa Misa en la
mayor parte de los lugares visitados por él.
Entre los lugares visitados estuvieron Peldehue, Colina, Chacabuco, Santa Rosa de los
Andes, San Felipe, Putaendo, Alicahue, Chincolco, Petorca, Longotoma, Quilimarí, La Ligua,
Catapilco, Puchuncaví, Quintero, Purutún, Llay-Llay, Quillota, Limache.
Con fecha 30 de julio de 1838, registra el secretario del Obispo Valdivieso: “Después de
almorzar se encaminó S. S. I.177 a la iglesia i luego que se cantó el Itinerario, subió al
birlocho acompañado del señor Intendente que iba a su izquierda. Le acompañaban
también el señor Gobernador i el cura Bausa en otro birlocho, el Comendador de la
Merced i los presbíteros don Ramón González i don José del Rosario Cáceres, hasta
Limache. Venía una escolta de 20 o 25 cívicos i pocos vecinos a caballo. Don Javier Dueñas
i sus hijos recibieron a S. S. I. al comenzar el llano de San Pedro, i al pasar el estero de este
nombre se reunieron los que venían de Limache, que eran mui numerosos, junto con
muchos vecinos, como 50 hombres de caballería cívica i los padres Plaza, Venegas,
Guevara i Ríos, el presbítero Correa i el subdelegado del partido. Toda la comitiva hizo alto
176
ASTORGA, José Ramón, recopilador, Obras científicas i literarias del Ilmo. I Rmo. Sr. Don Rafael Valentín
Valdivieso, Arzobispo de Santiago de Chile, tomo III, Santiago, Imprenta de Nuestra Señora de Lourdes, 1904,
Apéndice, p. 1210.
177
Su Señoría Ilustrísima.

96
en las casas de san Pedro178, donde hubo descanso de ¾ de hora. Desde allí se volvieron el
padre Montes i algunos vecinos de Quillota. Los presbíteros Mendoza i Villarroel i los
clérigos Venegas, Cerda i Garai acompañaron a S. S. I., pero el clérigo Ramos i yo
quedamos ocupados todavía en algunos trabajos de secretaría. A la 1½ los seguimos i los
alcanzamos en san Pedro. En Limache, a donde S. S. I. llegaría cerca de las 3½, se habían
erijido arcos triunfales, i le aguardaba mucha jente a pie i una buena partida de indios con
las músicas que habíamos visto en otras partes. Después se hizo la función en la iglesia, en
la que se colocaron el Intendente a la derecha i el Gobernador a la izquierda de S. S. I. en
el presbiterio. El padre Plaza fue quien recibió de pluvial al señor Obispo i le sirvieron de
diáconos los padres Venegas i Guevara. Concluída la ceremonia del templo, pasó la cruz a
dejar a S. S. I. a su alojamiento, i al enfrentar a la tropa de caballería, esta se apeó i rindió
armas. Comimos, i en seguida procuramos acomodarnos i visitarnos mutuamente en
nuestros respectivos alojamientos, porque como eran pequeñas las casas parroquiales,
era preciso que todos se distribuyesen en otras, i quedamos en la del cura, S. S. I., los
cuatro clérigos de menores órdenes i yo.”179
Limache era, en esos entonces, la cabecera de la Subdelegación de la que Quilpué
formaba parte y su autoridad civil, el subdelegado estaba participando de la comitiva que
había ido a recibir al obispo Valdivieso a San Pedro, en su viaje desde Quillota a Limache.
Al día siguiente, el 31 de julio, dice el secretario:
“S. S. I. confirmó a 454 personas. El Intendente, Gobernador i cura de Quillota con otros
vecinos que habían venido a Limache, regresaron. Los padres Plaza, Guevara i Venegas
partieron a Olmué, distante dos o tres leguas de la parroquia, a donde iban a dar una
misión. Don José de los Dolores Ramos se recojió enfermo a la cama.”180
El trabajo pastoral del obispo Valdivieso continuó con muchos buenos frutos, de manera
que el secretario escribía el día 1 de agosto de 1838:
“S. S. I. confirmó a 1.431 personas. Don J. de los Dolores Ramos continuó enfermo en
cama i no ocurrió otra novedad.”181
“S. S. I. confirmó a 299 personas. Cayó un fuerte aguacero que duró desde medianoche
hasta después de las 12 del día. El padre Manríquez, a la hora de siesta, llegó de
Tabolango, i yo tuve noticia de que mi prima Isabel Sotomayor me aguardaba en
Valparaíso para que bautizara a su hija recien nacida”, dice el registro para el día 2 de
agosto.182
Después de varios datos sobre movimientos de clérigos por los sectores vecinos y de las
cantidades de confirmaciones diarias realizadas por el señor obispo de Santiago, el
registro diario dice, para el día 11 de agosto:
“El aguacero183 duró hasta el amanecer. S. S. I. confirmó a 92 personas. Después de comer
se fueron los padres Ravest, Manríquez i Ríos a preparar i confesar la jente de Quilpué,
para que, al pasar S. S. I. por allí, confirmase a la que estuviese preparada.”184

178
Esto es, las casas de la Hacienda de San Pedro.
179
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., pp 1274, 1275.
180
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1275.
181
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1276.
182
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1276.
183
Este aguacero había comenzado a las 7 de la noche del día 10 de agosto, y es calificado como de fuerte.

97
Pero las noticias correspondientes al día 13 de agosto son muy decidoras: “S. S. I. confirmó
a 311 personas. El P. Guevara llegó de Quillota i se fue a Concón. Tuvimos noticias i
correspondencia de Quilpué en que nos anunciaban la poca concurrencia de jente. En
vista de esto S. S. I. resolvió salir para Valparaíso el jueves, i de paso comer y confirmar en
Quilpué. El señor Gobernador se retiró a Quillota.” 185
Pero las malas noticias de Quilpué se revierten al día siguiente, porque “tuvimos noticias
de los que estaban en Quilpué, los que anunciaban que había bastante concurrencia.” 186
Después de pasar la festividad del Tránsito en Limache, “S. S. I. salió para Quilpué cerca de
las 11 de la mañana, i al despedirse me dijo que talvez no podría pasar a Valparaíso por lo
avanzado de la hora. Don José de los Dolores Ramos i yo nos fuimos por el camino de
Quillota a Valparaíso. Hoi fue el primer dia que dejó el lecho el clérigo Ramos, i aunque se
le aconsejó que no viajase, sin embargo, quiso hacerlo por no quedarse solo. Nosotros,
después de haber comido en la choza de José María Montenegro, situada en la
confluencia del estero de Limache con el río Quillota, supimos por éste que allí había
dormido la división del coronel Vidaurre el domingo 4 de junio de 1837, cuando conducían
preso al señor Ministro Portales, i que al dia siguiente, allí mismo se reunieron los oficiales
para hacerle escribir la carta que dirijió a Valparaiso. En seguida continuamos nuestro
viaje hasta la subida de las Hermanas, a donde llegamos poco después de la oración para
aguardar allí a S. S. I.; pero como no llegase, creímos que había alojado en Quilpué i
seguimos a Valparaiso. La vista de esta poblacion desde las alturas de la Hermana Honda
es de lo mas pintoresco. Se divisa una serie prolongada de luces en forma de anfiteatro,
cuyo reflejo hace brillar la playa del mar. En la punta del puerto, que se interna mas
adentro del mar, se veía resplandecer una luz brillante que se ha puesto para guía de los
navegantes i que todavía no está en estado de prestar servicios. Alojamos en casa de don
Pedro Nolasco Riesco i allí recibí una carta del presbítero Mendoza, en que me anunciaba
que S. S. I. se quedaba en Quilpué.”187
A pesar de las malas noticias que al principio llegaron a oídos del obispo Valdivieso en
Limache sobre la situación que se estaba produciendo en Quilpué, la verdad fue que el
trabajo misional fue muy productivo.
“Por lo que nos contaron los que acompañaron a S. S. I. a Quilpué”, escribe el secretario
de la visita episcopal, “supimos que allí confirmó el 16 a 954 personas, a pesar de que sólo
había llegado a la 1 de la tarde. Ese día hubo baile de indios, arcos i otros agasajos de este
jénero. El 17 confirmó a 632 personas i no salió de allí hasta las 11 de la mañana. Supimos
también que el P. Manríquez, que había quedado en Quilpué, no vendría hasta el
lunes.”188
El hecho de que en las dos oportunidades en que Valdivieso efectúa un total de 1.586
confirmaciones indica el gran trabajo realizado por los sacerdotes que van a la vanguardia
del Obispo, confesando y preparando a la gente para que esté en condiciones de recibir el
sacramento. Al mismo tiempo, tiene que reconocerse que los eclesiásticos debieron

184
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1277.
185
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1278.
186
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1278.
187
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1279.
188
ASTORGA, José Ramón, recopilador, op. cit., p. 1281.

98
esforzarse por alcanzar a la gran mayoría si no a casi toda la población del valle de
Quilpué, un distrito que presentaba una población absolutamente diseminada y que exigía
caminar largas distancias para encontrar algún grupo de personas.
Es posible que las dificultades inicialmente encontradas por los sacerdotes para
comunicarse con las personas y reunirlas fuera lo que produjo el desalentador informe
que el día 13 de agosto de 1838 recibe el Obispo, cuando estaba todavía en Limache,
cabecera de la Subdelegación, y en vísperas de viajar a Quilpué, en camino a Valparaíso.
Obviamente, los eclesiásticos debieron redoblar sus esfuerzos y acudir a todas las formas
posibles para alcanzar a las personas, confesarlas y prepararlas para que pudieran ser
confirmadas en la fe católica por el Obispo Valdivieso a su paso por la aldea.
Y aunque inicialmente, en vista de las noticias previas, había previsto pasar sin quedarse
en el lugar, es obvio que, en vista de las circunstancias inmejorables que encontró, decidió
quedarse a pernoctar. El día 16 de agosto por la tarde el Obispo confirmó a 954 personas y
el día 17 de agosto por la mañana a otras 632. Sin duda un gran logro para la visita
eclesiástica de quien llegó a ser el segundo Arzobispo con que contó el país.

9.- Quilpué y la llegada del ferrocarril. Cambios urbanos.


Hablar del ferrocarril es hablar del progreso, porque, en efecto, Quilpué y el entero valle
experimentaron un gran desarrollo y auge con la llegada del ferrocarril. Y otra muy
distinta habría sido la historia si el trazado del ferrocarril se hubiera llevado a cabo por
donde originalmente se había determinado, esto es, por Concón y a través del valle del río
Aconcagua. En efecto, originalmente se pensó que el trazado ferroviario debería ir a
través del valle de Aconcagua, siguiendo el borde costero desde Valparaíso hasta la
desembocadura del río Aconcagua, para enseguida tomar a través de dicho valle hacia el
interior. Los graves problemas que en un determinado momento tuvo que enfrentar la
construcción del ferrocarril de Valparaíso a Santiago, desde el financiamiento de la obra
hasta el trazado definitivo, pasando por los cambios de administración que se verificaron,
incidió en que finalmente la obra fuera trazada a través del valle del Marga-Marga hacia el
interior, y siguiendo luego la quebrada del estero de Quilpué hacia el norte y el este,
pasando por la pequeña aldea que en esos entonces era Quilpué para, luego de dejar
atrás la aldea de Chircana, llegar a Peñablanca, desde donde se dirigiría al valle de
Limache a través del Cajón de Levo.
Para mediados del siglo XIX todavía la vida del valle estaba centrada en la producción de
algún vino, cereales y legumbres de secano y ganado, además de algunas verduras. Los
excedentes de la producción local, que no eran muchos, solían llevarse con no poco gasto
a Valparaíso y a Limache. En cambio, el vecino valle del Marga-Marga producía en
abundancia vinos, cereales, legumbres, hortalizas y ganado, que se conducían a
Casablanca y a Valparaíso.
El viejo sistema de divisiones administrativas señaladas por cursos de agua importantes
había hecho que en algún momento el valle estuviera dividido entre las jurisdicciones de
los antiguos Departamentos de Casablanca (al sur del estero Marga-Marga) y de Limache
(al norte del mismo). Sin embargo, en la práctica, esto tuvo que conocer de una
adecuación en el terreno que respondiera a las necesidades y realidades de la vida
cotidiana. Debido a ello el límite efectivo entre ambos Departamentos de la antigua

99
Provincia de Valparaíso se encontró luego en la línea divisoria de aguas del valle, es decir,
en la línea convencional que dividía las cuencas de los esteros de Quilpué y Marga-Marga,
pero con arreglo a los límites de los fundos y haciendas existentes a objeto de no cortar
dichas propiedades en lo administrativo, lo cual, obviamente, significaba solamente
problemas a la hora de sujetarse al cumplimiento de algunas leyes y reglamentos de la
República.
La llegada del ferrocarril al valle de Quilpué ocurrió, no sin algunas dificultades, en 1855,
cuando se abrió la estación de Las Palmas, para atender las necesidades técnicas de la
construcción de la línea férrea como del abastecimiento de agua a las locomotoras que
venían por la pendiente bastante fuerte del cajón inferior del estero hacia el interior. Un
par de meses después, a principios de 1856, el ferrocarril llegó a Quilpué y un poco
después se abrió la estación de Peña Blanca, a la entrada del Cajón de Levo, e inmediato a
la bajada hacia Limache.

El Puente Número 1, fue el primer gran logro de la ingeniería ferroviaria desarrollada para tender
los rieles a través del cajón inferior del estero de Quilpué. Las basas eran construcciones sólidas
sobre las que iban las estructuras de madera que sostenían los rieles. Fotografía: Revista “En
Viaje”,

En lo inmediato, significó que tanto Quilpué como las localidades de Las Palmas y Peña
Blanca, así como, indirectamente, todas las demás localidades y caseríos del valle,
quedaron comunicados con Valparaíso, el principal puerto de la República, pero también,
en unos pocos meses más, con Limache, la capital del Departamento.
El ferrocarril significó que la producción agropecuaria del valle podía salir hacia los dos
mercados principales de Limache y Valparaíso con rapidez y a bajo precio, estando las

100
hortalizas y las frutas de Quilpué en Valparaíso en unas cuantas horas, a diferencia de la
enorme inversión en tiempo y recursos que se requería antes de los rieles.
Eso significó también que se abrieron demandas y ofertas de propiedades. Los terrenos
alrededor de la vía férrea en el sector de la aldea de Quilpué subieron de precio casi como
por arte de magia, pero en breve se convirtieron en el objetivo de habitantes del Puerto
que vieron aquí la oportunidad de una inversión pero también de adquirir una propiedad
para el descanso o como nueva vivienda con la seguridad de que se estaba a cortísima
distancia de Valparaíso.
Asimismo, el valle tuvo inmediato acceso a los más variados artículos que se importaban
por Valparaíso, lo que incidió en que los negocios de la aldea tuvieran muy interesantes
surtidos, que atraían clientes incluso del valle vecino de Marga-Marga.

El sector céntrico de la aldea de Quilpué en la segunda mitad del siglo XIX con indicación de las
principales vías y la ubicación de la cuadra de la iglesia y las quebradas principales que desaguan
hacia el estero.

El valle era, hasta entonces, una serie de predios rústicos, caminos polvorientos y ranchos
de quincha y techos pajizos, además de unas cuantas casas de adobes y tejado en las
inmediaciones de la estación ferroviaria de Quilpué principalmente. La aldea de Quilpué
había nacido al acaso, a partir de las casas y las dependencias de la antigua Hacienda del
mismo nombre, con construcciones alejadas las unas de las otras y sin otro nexo que la
tradición que les había originado. Con la llegada de los rieles, la aldea comienza a tomar

101
forma a medida que se van consolidando los antiguos caminos locales y en los límites de
las propiedades rústicas se van abriendo callejones y nuevos caminos, a medida que se va
acentuando el proceso de subdivisión de la propiedad.
Originalmente, lo que ahora es el centro de la ciudad de Quilpué no era más que un
caserío pobre y diseminado a lo largo de los caminos que se juntaban en este sector del
valle. El más importante de los caminos era el que venía desde Paso Hondo e iba a
Peñablanca y Limache, el llamado Camino Real, y que corresponde a la actual sección
occidental de la Avenida Los Carrera, la Avenida Portales y la Avenida Freire. El segundo
camino principal corría a lo largo de la margen meridional del estero de Quilpué. Este se
unía por un callejón ubicado aproximadamente en lo que ahora es la calle Balmaceda.
Desde el Camino Real se desprendían otros caminos, menores, que conducían a los
potreros e hijuelas que rodeaban el centro del caserío.

Ruinas de la antigua estación de Las Palmas, en la desembocadura de la quebrada de El Pangue.

Lo interesante es que, a medida que el ferrocarril se iba transformando en un instrumento


innegable de progreso y desarrollo, la aldea comenzó a ordenarse y los viejos callejones y
caminos polvorientos del verano y barrosos del invierno comenzaron a uniformarse, y a
servir de nuevas formas de progreso y desarrollo.
Cuando llega el ferrocarril, comienza un proceso de ordenamiento de las calles y caminos.
El ferrocarril llegó, primero, por el cajón del estero de Quilpué, viniendo desde El Salto, y
tomó por la ladera oriental de dicho cajón, con una estación técnica en el sector de Las

102
Palmas, que fue la primera en el valle, y la que daba empuje a los convoyes mediante
aprovisionarla de agua y leña en la desembocadura de la quebrada de El Pangue, donde
todavía es posible observar la magnitud de las obras que allí se hicieron. Esta estación fue
inaugurada el 16 de noviembre de 1855.
Enseguida, el ferrocarril, por la misma mano, entraba al sector de Paso Hondo y luego de
pasar un túnel en ese sector, entraba tímidamente en el llano que se insinuaba al oriente
para, luego de salvar varias quebradillas y colinas de escasa altura, detenerse al pie del
Cerro de la Cruz, en la estación de Quilpué, la que fue inaugurada el 30 de enero de 1856.
Y, siguiendo a Vicuña Mackenna, luego de dejar atrás la aldea de Quilpué, el ferrocarril se
internaba por el llano de Quilpué, pasaba por Chircana e inmediato a Chavalongo y
finalmente se detenía en otra estación técnica, Peña Blanca, inaugurada el 15 de junio de
1856, justo a la entrada sur del Cajón de Levo, por donde fueron tendidos los rieles para
descender al valle de Limache.

Para comienzos del siglo XX, la ahora ciudad de Quilpué iba creciendo con mucha rapidez,
y los antiguos caminos y callejones se fueron ordenando, no sin muchos esfuerzos de las
autoridades civiles, para dar forma a las actuales calles.189

Por el camino de Marga-Marga, que se unía en la quebrada de Lo Gamboa con el Camino


Real, llegaban y salían diversos productos y mercancías. Las carretas del interior llegaban

189
BOLOÑA, Nicanor y Domingo Espinosa D., Atlas Jeográfico de las Ciudades i Puertos de Chile, publicación
oficial de la Asociación Chilena de Aseguradores Contra-Incendios, 1902, Plano de la Ciudad de Quilpué,
escala 1:20.000.

103
por el Camino Real y antes de enfrentar la actual Avenida Portales tomaban por un
callejón sin nombre para enseguida virar a la derecha en cuanto se encontraban con el
camino que venía desde El Retiro, por donde las carretas transitaban incesantes con sus
cargas hacia los mercados de Valparaíso. Un poco más allá, y a espaldas de la iglesia
pública, se encontraban con un callejón que conducía a la estación ferroviaria, donde
bodegas y corrales recibían los productos del valle y de más allá también.

10.- Los terremotos de 1850 y 1851. La construcción de la nueva Iglesia de "las Dos
Torres"
El apacible y floreciente poblado vivía épocas importantes de expansión urbana y
comercial con la llegada del medio de transporte por excelencia, de mediados del siglo
XIX, el ferrocarril, sin embargo la tragedia nunca dejó de asolar a nuestro templo
espiritual. A fines de 1850, el día 6 de diciembre a las seis cincuenta horas de la mañana
comienza un violento movimiento sísmico cuyo epicentro se localiza frente a Navidad, el
movimiento tuvo una magnitud de 7,3 grados Richter, el cual pese a la distancia causo
estragos en las débiles construcciones de la zona central de nuestro país y de la ciudad de
Quilpué. Un año más tarde, el 2 de abril de 1851, también de madrugada a la misma hora
que el anterior, se sucede otro movimiento de magnitud 7,1 grados Richter cuyo punto
más álgido se vive frente al puerto de San Antonio, con una onda expansiva que termina
por colapsar gran parte de las viviendas de la zona central que se encontraban en pie pese
a al sismo del año anterior.
Nuestra iglesia, en aquel tiempo la pequeña capilla que surgió primeramente al amparo de
la casa patronal de aquellos entonces, terminó con graves daños, por lo cual se hacía
necesario intervenir sobre ella. Es así que tras veinte años, pensamos de intento, se
consiguieron los permisos para reconstruir la Iglesia, bajo una nueva forma, quizás acorde
a lo que el floreciente poblado necesitaba, una clara muestra del proceso de cambios que
se vivía en Quilpué.
De los documentos a que hemos tenido acceso sólo podemos nombrar aquellos que
evidencian este proceso de reconstrucción del templo, que datan de veinte años después
de dichos terremotos, en la década de 1870, cuando se abre un expediente específico
titulado: “Sobre reconstrucción la Capilla de Quilpué en la parroquia de Casablanca”, el
cual se encuentra con el número original Legajo 66 Número 82 y que actualmente se
corresponde con el Legajo 33 Número 1 de la Parroquia de Quilpué que se guarda en el
Obispado de Valparaíso.
Así de esta forma se consigna que desde el 13 de diciembre de 1873, los miembros de la
Junta de Fábrica de la Capilla de Quilpué, los señores José Maria Varas y Fidel Rodriguez
en compañía del párroco de Casablanca, procedieron a recolectar de parte de la población
las limosnas graciosas con las que la comunidad aportaba para reconstruir su templo
espiritual. Dicha labor se realizó durante todo lo que restaba al año 1873 y gran parte del
de 1874, ya que en octubre de 1875 el Gobernador Eclesiástico de Valparaíso, don
Mariano Casanova, comenzaba a elevar una solicitud al Arzobispado de Santiago
tendiente a que se autorizase la bendición y colocación de la primera piedra de la nueva
Iglesia, solicitud que tuvo una positiva aceptación de parte del Arzobispado, quien el 15 de

104
octubre del mismo año autorizó a dicho gobernador para proceder conforme a la fórmula
del Ritual Romano.
Dicha ceremonia, por lo tanto fue realizada con gran festejo en la localidad de Quilpué,
concitando el interés no sólo del poblado y vecinos de los alrededores, sino que también
el de altas autoridades que asistieron al magno evento, del cual quedó un acta, cuyo
ejemplar original quedo inserto en la piedra fundacional, bajo nuestra Iglesia, pero de la
cual hemos tenido acceso a una copia de la misma que reza de la siguiente manera: “En
Quilpué, subdelegación del departamento de Limache, provincia de Valparaíso a dies i
ocho días del mes de octubre de 1874, siendo presidente de la República el Excelentísimo
Señor Don Federico Errázuriz, Arzobispo de esta Arquidiocesis el Ilustrísimo Reverendisimo
Doctor Señor Don Rafael Valentín Valdivieso, con asistencia de los padrinos Señores Don
Adolfo Ibañez, Ministro de Colonización i Relaciones Esteriores, Don Francisco Echaurren
Intendente i Comandante de Armas i de Marina de Valparaíso, Don José Nicolás Orrego
Gobernador del departamento de Limache, el ciudadano Chileno Señor Don Julio A.
Linch190: i de las madrinas Señoras Doña Josefina Rondizonii de Ibañes, Doña Luisa Ibañes
de Mitchel, Doña Clorinda Ibañez de Vilches, i Doña Julia Lisardi de Linch, los miembros de
la comisión de fabrica Don Miguel Manterola, Don Fidel Rodrigues, i de gran numero de
fieles, bajo la advocación de la Santísima Virjen del Rosario, el Señor Gobernador
Eclesiastico de Valparaiso Don Mariano Casanova bendijo i coloco solemnemente con las
preces de la San Iglesia esta primera piedra, firmando la presente todas las personas
mencionadas, para constancia. Mariano Casanova. F. Echaurren. Adolfo Ibañes. José N.
Orrego. Julio A. Lynch. Josefina B. de Ibanes. Luisa Ibañes de Mitchel. B. Silverio Zignac. P.
Daniel Holtcman. Eusebio Chelli, arquitecto de la obra. Miguel Manterola. Fidel Rodrigues.
José A. Araya. Valparaiso, noviembre 10 de 1874. Doy fe de que la presente copia esta en
todo conforme con su orijinal que fue depositado en la primera piedra. Juan Eduardo
“Cuevas.
“Casablanca Noviembre 13 de 1874.
“La presente copia que se dirije a la Secretaria Arzobispal esta en todo conforme con la
que esta archivada en esta parroquia de Casablanca.
“Francisco Goenechea” 191
Realizada la ceremonia se procedió a trabajar de forma efectiva en la construcción del
nuevo templo, para lo cual se solicitó permiso para demoler la antigua capilla, todo esto
con el fin de ocupar los escombros, madera y tejas en la construcción de la nueva iglesia.
El nuevo templo tendría proyectado un nuevo diseño compuesto por una nave y dos
torres, todo esto según las ideas que trazó el arquitecto italiano Eusebio Chelli, nacido en
Roma en 1820 en el seno de una familia de artistas que lo conminó en 1834 a ingresar a la
Academia Pontificia de San Lucas, siendo discípulo de Luigi Poletti, arquitecto encargado
de la reconstrucción de la Basílica de San Paolo Fuori de Mura. A mediados del siglo XIX,
Chelli arriba a Santiago para colocar el Altar Mayor de la Iglesia de la Recoleta Dominica,
siendo congratulado por su trabajo al punto de solicitarle la construcción del Templo de la
Recoleta Dominica. Entre sus obras destacan la Iglesia de los Capuchinos en 1853, de las

190
Diputado propietario por Valparaíso entre 1876 y 1879.
191
Acta de colocación de la primera piedra de la Iglesia de Quilpué, 1874, Archivo Parroquial de Casablanca.

105
Agustinas en 1857, del Buen Pastor en 1862, el Palacio Errázuriz Urmeneta en 1872, el
Templo de la Preciosa Sangre en Santiago en 1875, realizó los trabajos tendientes a
concluir las obras de la Catedral Metropolitana y el Teatro Municipal, diseñó los planos de
la Iglesia de San Ignacio del Colegio San Ignacio y la Basílica de la Virgen de Andacollo, a la
cual se suma el diseño de nuestra iglesia conocida como de “Las Dos Torres”, por las
estructuras pares que se elevaban acompañando la nave central.
La obra proyectada por el arquitecto italiano, fue promovida por señora Luisa Ibañez de
Mitchell, quien estuvo a la cabeza de todas las obras y corrigió cada detalle de la misma.
Al poco tiempo de la ceremonia de colocación de la primera piedra de nuestra Iglesia, se
encontraban construidos los cimientos del zócalo confeccionado con ladrillos, mientras
que las paredes se alzaban ya sobre cinco metros de altura; los ladrillos que se usaron en
la construcción se compraron en su mayoría en la vecina ciudad de Limache. Las labores
de la impulsora de la obra fueron seguidas muy de cerca de parte del Presbítero Don Luis
Zelada.
La construcción avanzaba lentamente, mas esta vez no fueron los imprevistos naturales
los que frenaron el curso pausado de las mismas, sino que un conflicto jurídico se cernía
sobre ella. La donación de Petronila Balencia, a la cual ya hicimos un somero análisis
provocaba más dudas que certezas respecto a la condición jurídica del terreno sobre que
se erguía la Iglesia. El 25 de octubre de 1875 se informaba de esta forma la situación de la
iglesia: “La Capilla de Quilpué se encuentra situada en terrenos que fueron parte de la
propiedad de los Valencias, i todos ellos están conformes en reconocer como propiedad de
la iglesia los sitios que rodean a la capilla i que forman actualmente la plaza. Así en esos
terrenos se ha colocado la nueva iglesia sin que nadie reclame i por los informes que he
logrado recoger me inclino a pensar que hasta la fecha nadie ha tomado posesión de estos
terrenos que corren peligro de ser disputados por el valor que va allí tomando la
propiedad. No he encontrado otro instrumento que acredite la propiedad fuera del que en
copia acompaño a V. S. (el cual es una copia de un extracto del juicio de nulidad de la
partición testamentaria de doña Petronila Balencia). Es pues indudable – continúa – la
necesidad de que la Junta de Fábrica tome posesión de los terrenos i legalice sus propiedad
por ser tan oscura la cláusula del documento a que me refiero. Mariano Casanova” 192.
Como se observa era un gran impedimento no tener en regla los títulos de la propiedad,
toda vez que sin estos no podía autorizarse la bendición de la Iglesia, tan grave situación
sólo fue remediada por medio de una “declaración de donación” efectuada por los
herederos de Petronila Balencia, en la cual con fecha 30 de septiembre de 1876, señalan
respetar para la iglesia la cuadra en que esta se encuentra193, esto motivó al cierre del
perímetro de parte del Padre Don Luis Zelada y el cobro de renta a los inquilinos que
habitaban al costado del templo, lo que ocasionó un gran revuelo y malestar en la
población que terminó en un conflicto jurídico, el cual es merecedor de un capítulo
especial.

192
Legajo 33 Número 1. Parroquia de Quilpué. Secretaria del Obispado de Valparaíso.
193
Fojas 461 Protocolo N° 12 Segundo Semestre Notaria de Valparaiso de Joaquin Segundo Iglesias año
1876.

106
Con todo esto, teniendo solucionado el tema de los títulos de propiedad, el referido Padre
Don José Luis Zelada Alfaro, capellán de la iglesia de Quilpué, solicita al Señor Vicario
Capitular en el mes de diciembre de 1878, la autorización para celebrar el sacrificio de la
eucaristía estando ya concluida la parte del Presbiterio y a la vez que se erija
canónicamente nuestro templo. A la solicitud planteada, se solicitó informe al Gobernador
Eclesiástico Mariano Casanova, quien realiza un completo detalle de la situación de
nuestra iglesia a fines de la década de 1870, el cual es interesante de leer: “En cuanto el
informe que V. S. se ha servido pedirme, puedo decir a V. S que hace pocos días visité la
nueva iglesia de Quilpué, la que se encuentra techada con puertas i ventanas
convenientes, embarradas las murallas i en camino de enladrillarse el pavimento. El
presbiterio está entablado i pintado no solo el cielo, sino también los muros. Soi de parecer
que solo se debe permitir que provisoriamente se permita celebrar en el presbiterio i que
previamente se enladrille todo el pavimento, dejándose la bendición solemne para cuando
esté terminado el trabajo. La antigua iglesia debe ser demolida por ruinosa e indecente e
indigna de servir al culto. Esta consideración es poderosa para permitir se celebre en el
presbiterio del nuevo edificio. Según me lo ha asegurado el Capellán presbítero D. Luis
Zelada la iglesia de Quilpué esta ya en posesión efectiva del terreno. Es cuanto puedo
informar a V. S. Valparaíso diciembre 19 de 1878” 194. Con este informe, tras dos días más
tarde, desde Santiago se recibe la licencia de “oratorio doméstico” para celebrar por tres
meses el Santo Sacrificio de la misa en el lugar del presbiterio de la nueva capilla, en
cuanto a la bendición y erección de esta se establece que se realizará una vez terminado
los trabajos, al mismo tiempo que la profanación y destino a uso profano de la antigua
capilla.
Con estos datos podemos darnos cuenta que la ubicación de la antigua capilla, erigida tras
el terremoto de 1829 se encontraba en una posición distinta a la nueva que hemos
llamado de “las dos torres”, la segunda se encontraba al centro de la cuadra, por lo tanto
la anterior debiese haberse ubicado más delante de ella, pero siempre en el centro, ya
que al costado poniente se situaba el naciente cementerio parroquial. En suma, en algún
minuto desde 1850 hasta 1885 aproximadamente existieron dos templos, uno
abandonado o en ruinas y que dio paso a la imponente iglesia con dos torres hacia el cielo.
Finalmente en 1886, el párroco de Viña del Mar informa que los trabajos de la iglesia se
encuentran concluidos y esta está en estado suficientemente decente para que en ella
pueda celebrarse los sagrados oficios. Para aquel tiempo, el mismo párroco, Don Eliseo
Lisboa, considera que el titular de la nueva iglesia podría ser “Nuestra Señora del Rosario”,
como siempre se le ha designado por estar colocada dicha imagen en el altar mayor, la
decisión del Arzobispado con fecha 28 de agosto de 1886 fue la siguiente: “Vistos: se erige
en iglesia pública vice-parroquial del Curato de Viña del Mar i bajo la invocación de la
Santísima Vírjen María con el título del Rosario, la que se ha construido en Quilpué en
terrenos cedidos a la antigua iglesia que existía en el lugar; asignándole por dote para la
conservación del edificio i para el sostenimiento del culto que en ella debe tributarse a Dios

194
Legajo 33 Número 1. Parroquia de Quilpué. Secretaria del Obispado de Valparaíso.

107
la parte que sea necesaria de las entradas de la fábrica parroquial. Tómese razón i
despachese el correspondiente título. Astorga. Almaraza.” 195

11.- El cementerio parroquial de Quilpué. Creación, ubicación y registros. Otros


cementerios en la zona.
El tema de los cementerios en la comuna es uno de los más interesantes en la
investigación de la conformación urbana, pasado religioso y organización social de la
localidad, muchos mitos e historias se han construido respecto a los mismos ubicándolos
en distintos lugares según el tiempo en que se escriben o relatan cada una de esas
leyendas, mas de los datos documentales podemos extraer que, en el actual sector
urbano de la comuna han existido tres cementerios que detallaremos bajo este título.
Desde que se erigió la Parroquia de Casablanca, bajo la advocación de Nuestra Señora de
las Mercedes, en pleno siglo XVII, se estableció un cementerio al costado de la misma,
como era costumbre al consagrarse un lugar santo donde oficiar los Sacramentos se
establecía a la vez un terreno bendito donde descansaran los fieles fallecidos. Todo esto
se sustentaba según la propia normativa española debido a una tradición y costumbre
antigua que relataba que cerca de las iglesias tuvieron por bien los Santos Padres que
fuesen las sepulturas de los cristianos, esto por cuatro razones. La primera, porque así
como la creencia de los cristianos es más allegada a Dios que la de las otras gentes, así las
sepulturas deben ser acercadas a las Iglesias. La segunda es, porque aquellos que vienen a
las Iglesias, cuando ven las fosas de sus parientes, o de sus amigos, acuérdanse de rogar a
Dios por ellos. La tercera, porque los encomiendan a aquellos Santos, a cuya honra y cuyo
nombre son fundadas las Iglesias, que rueguen a Dios señaladamente por aquellos, que
están sepultados en los Cementerios. La cuarta es, si bien muy fantasiosa, porque los
diablos no podrán llegar a los cuerpos de los hombres muertos, que son enterrados en los
Cementerios, como a los otros que están afuera196. Las Iglesias y cementerios colindantes,
por instrucción de la corona española fueron mandados a construir fuera de las ciudades y
las villas, para que el hedor que emane de ellos no corrompa el aire ni ocasionase
problemas de salud a los habitantes de las casas colindantes.
La legislación española, imperante en nuestro país, incluso en ciertos casos hasta nuestros
días, y por supuesto con total vigencia en nuestra localidad, establecía un riguroso y
metódico sistema de regulación muy casuístico, es así que en beneficio de la salud pública,
decoro de los templos y consuelo de las familias cuyos individuos se hayan de enterrar en
los cementerios, se pondrán de acuerdo con los Prelados eclesiásticos los Corregidores,
como delegados del Rey y del Consejo en todo el distrito de sus partidos; procurando

195
Legajo 33 Número 1. Parroquia de Quilpué. Secretaria del Obispado de Valparaíso. Por otra parte, es
necesario no perder de vista que todo el valle estuvo anteriormente bajo la jurisdicción de la Vice-Parroquia
de Nuestra Señora del Rosario de Las Peñuelas, por lo que no puede dudarse que la devoción a la Virgen del
Rosario estaba ya establecida entre la gente del pueblo y que, pese a que en determinado momento se
pregunta por quién sería titular de la nueva parroquia, no pasó de ser una mera pregunta, quizá si
protocolar. Por lo demás, ya la vice-parroquia de Quilpué estaba dedicada al Santísimo Rosario, sin duda una
prueba más de que era la Virgen del Rosario quien debía tener la titularidad. Y esto a pesar de que se dijo
que ya había otras entidades dedicadas a la Virgen del Rosario.
196
Partida Primera, Título XIII, Ley II. Los Códigos Españoles Concordados y Anotados. Tomo II. Madrid. 1848

108
llevar por partes esta importante materia, comenzando por los lugares en que haya ó
hubiere habido epidemias, ó estuviesen más expuestos á ellas, siguiendo por los más
populosos, y por las Parroquias de mayores feligresías en que sean más frecuentes los
entierros y continuando después por los demás. Los cementerios se ubicarán fueran de las
poblaciones, siempre que hubiere dificultad invencible ó grandes anchuras dentro de
ellas, en sitios ventilados é inmediatos á las Parroquias, y distantes de las casas de los
vecinos; y se aprovecharán para las capillas de los mismos cementerios las ermitas que
existan fuera de los pueblos. La construcción de los cementerios, debía ejecutarse al
menor costo posible, bajo un plan diseñado por el Cura y el Corregidor del partido
correspondiente, quien resolvería en definitiva lo que más convenga a los intereses de la
Corona, ocupándose para la construcción los dineros de la fábrica de la iglesia
correspondiente si los hubiere, y si faltare se ocupará lo de los diezmos , Reales Tercios,
Excusado y Fondo Pío de los pobres, ayudando con caudales públicos en menor cantidad,
prefiriendo la dación de un terreno antes que el dinero efectivo 197.
Junto a este campo santo a que hacíamos mención en un comienzo, figura el de la
Viceparroquia de Prado, ubicada dentro del valle de Casablanca, el cual tiene una escasa
actividad y termina por cerrarse a comienzos del siglo XVIII. También y ya en el Valle del
Marga-Marga, en el año 1761 y hasta 1765 se registran una serie de defunciones que se
ubican a un costado de la Iglesia de los padres de la Compañía, cementerio que hoy se
encuentra desaparecido, igual que la misma iglesia 198. Algo similar ocurre en Moscoso
(actual comuna de Villa Alemana) en que se registra un solo entierro en la capilla que reza
de la siguiente manera: “En la capilla de Moscoso el dia dos de Octubre del año mil
ochocientos treinta y uno se enterro el cuerpo de Jose Ignacio Fontecilla, casado con
Carmen Cobarrubia, se confeso de que Doy fe. Vidal” 199. Finalmente 1773, se registra el
primer entierro en el cementerio que permanecerá por más tiempo en la doctrina de la
Parroquia de Casablanca, se trata del existente a un costado de la Iglesia y luego
Viceparroquia de Peñuelas, el cual, sin embargo fue reubicado siendo bendecido
solemnemente según las rúbricas del Ritual Romano según delegación obtenida, por el
vice-párroco Sebastian Bongiovanni200 el día 12 de octubre de 1842. Hoy este campo santo

197
Ley 1, Título III, Libro I Novísima Recopilación de de Leyes de España. Los Códigos Españolkes
Concordados y Anotados. Tomo VII. Madrid. 1850
198
La tradición dice que tanto la iglesia de los padres de la Compañía como el cementerio se encontraban
ubicados en el sector conocido como “Las Siete Palmas”, cerca de la actual casa patronal de la Hacienda de
Las Palmas, donde después se plantó un manzanar y en cuyas faenas se habrían descubierto los cimientos
del convento y de otras dependencias.
199
Registro de Defunciones Vice-parroquia de Peñuelas. Tomo I.
200
Sebastián Bongiovanni fue un sacerdote italiano, de la diócesis de Mondoví, doctor en teología y en
ambos derechos, graduado en la Universidad de Turín. En 1840 obtuvo de su obispo licencias para pasar a
Amércia. Hacía ocho años que era sacerdote. Llegó a Santiago el año 1841 ó 1842 , en este último se le
nombró vicepárroco de Peñuelas. En Agosto de 1843 pasó a ser cura interino de Vichuquén, y en enero de
1845, se le trasladó a Casablanca. El mismo año renunció a esta parroquia y obtuvo la de Santa Rosa de Los
Andes, en que sirvió durante dos años. En 1847 salió de Chile para regresar en 1855, año en que el arzobispo
de Santiago le nombró cura del Rosario; y en 1857 sirvió accidentalmente la parroquia de Petorca.
Habiéndose trasladado a la diócesis de La Serena, fue cura de Combarbalá en 1858. Dos años después, en
Noviembre de 1860 el obispo de Concepción le nombró cura interino del Sagrario.

109
se encuentra ubicado bajo las aguas del tranque artificial conocido como Lago Peñuelas,
en los altos de Valparaíso201.
En nuestra zona en cambio, la aparición del cementerio se remonta fehaciente y
probadamente solo al año 1836202. En el mes de junio se registra el primer oficio fúnebre
del cual quedó constancia en el Libro I de la Viceparroquia de Peñuelas de la siguiente
forma: “En la Capilla de Queupue a 26 del presente mes y año di sepultura al cadáver de
Rosario Balencia de edad de 45 años Muger de Juan Calve de Nasion Frances. Se sepultó
con Misa de Cuerpo presente y con entierro menor. De q Doy Fee. Bernabe Castro 203”. Sin
embargo desde esta partida en adelante no se registran más entierros en Quilpué, por lo
cual creemos que se tiene que haber abandonado la idea de sepultar personas en la
localidad, siendo el cementerio de Peñuelas el indicado para dar sepultura a los habitantes
de nuestra ciudad, así se consignaba en las partidas del año 1839, en que declaraba dar
sepultura en el Panteón de la Viceparroquia de Peñuelas el cadáver de la persona que
fuere y entre paréntesis se dejaba dicho “de Quepue” cuando procedía. Por estos datos
podemos asegurar que nuestra ciudad quiso tener un cementerio, pero fracasó en su
intento debiendo darse santa sepultura a los cuerpos de nuestros vecinos en el apartado
lugar de Peñuelas distante a gran trecho, lo cual involucraba realizar un no solo largo sino
fatigoso viaje entre cerros y quebradas, por las haciendas llevando el cuerpo para el
descanso eterno.
Solamente en el mes de julio de 1845 se vuelve a sepultar a una persona en el Panteón de
Quepue, situación que marca la apertura del mismo, ya que los años posteriores registran
gran movimiento del campo santo, tanto es así que entre 1846 y 1847 la Viceparroquia de
Peñuelas destina un libro completo y especial para registrar los entierros y defunciones
que se realizan en Quilpué.
El cementerio bendito, como hemos señalado en el comienzo de este título se ubicó como
era costumbre a un costado de la pequeña capilla 204, reconstruida luego del terremoto de
1829.

201
Con respecto a este cementerio, véase la página 56, donde se transcribe una decisión de la autoridad
eclesiástica en el sentido de trasladar los cuerpos del antiguo cementerio bendito de Peñuelas al de
Casablanca.
202
Esto, no obstante lo afirmado en otro lugar sobre una fecha unos dieciocho años más temprana y
relacionada con la entrega de la cuadra de tierra a la iglesia local por doña Petronila Valencia. Y, como está
bien probado, cada iglesia pública contó con cementerio inmediato, como en el centro de Santiago la iglesia
parroquial del Sagrario, por ejemplo.
203
Bernabé Castro fue párroco interino de Castro. En 1830 quería dejar esta parroquia y tropezaba con el
inconveniente de que ningún sacerdote de la diócesis de Santiago, a la cual este presbítero pertenecía,
aceptaba dicha parroquia. En 1850 residía en Quillota en libre ejercicio del ministerio. Es de destacar que
quizás antes de la fecha señalada en el texto ya residía en Quillota y practicaba el libre ejercicio de su
actividad, toda vez que aparece firmando varias partidas de la Viceparroquia de Peñuelas desde 1835 y
hasta junio de 1841, firmando casi siempre como “encargado”. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco,
op. cit.).
204
Sostenemos, con la fuerza de la prueba bien conocida, que todo oratorio de cierta importancia, toda
capilla y sobre todo que toda iglesia pública, contó con un cementerio, sobre todo donde las distancias
hacían impracticable el transportar los cadáveres por kilómetros de cerros y quebradas sin la comodidad de
un vehículo de tracción animal, sino a fuerza de brazos y hombros.

110
Es absolutamente cierto que al principio el cementerio no fue ninguna molestia ni provocó
detrimento alguno a los habitantes de dicha aldea, sobre todo debido a que se trataba
apenas de una aldea rural con caserío diseminado a lo largo del Camino Real y de algunos
otros caminos secundarios. Pero el tiempo fue avanzando y se fueron produciendo
muchos cambios, sobre todo porque la vieja aldea de caminos y senderos polvorientos y
escasos habitantes se fue convirtiendo en un importante centro de población y de aldea
pasó a ser un pueblo y luego una villa al influjo del ferrocarril.
Específicamente el panteón de Quilpué se ubicó en el sector suroriente de la cuadra de
terreno que se entregó a la iglesia. Tras la construcción del nuevo templo entre 1870 y
1886, el cementerio ocupó un rectángulo bien definido en la misma localización que
señalamos, el espacio se encontraba bien delimitado y a mano para que los fieles
pudieran enterrar a sus muertos en terreno sagrado. A este respecto, todavía no puede
responderse en forma definitiva la pregunta sobre dónde se enterraban los muertos antes
de que Quilpué contara con cementerio bendito, a pesar de unos documentos que
prueban bien a las claras casos de sepultaciones de quilpueínos en el cementerio bendito
de Peñuelas, sobre lo que nos referiremos en su oportunidad, a la luz de lo afirmado en la
nota 188, precedente.

La reproducción parcial del plano de la cuadra de la iglesia de Quilpué que se presenta aquí
corresponde a la esquina de las actuales calles Diego Portales y Claudio Vicuña. En color gris se ha
señalado el sitio o lote número 9, que corresponde al lugar donde antaño estuvo ubicado el
Cementerio Parroquial de Quilpué. Se ignora la fecha exacta de su apertura, pero obviamente es
posterior al año 1818, fecha en que se realizó la donación de la cuadra de tierra (no manzana) a la

111
iglesia. La propiedad original de la iglesia en el casco histórico de la ciudad rebasaba la actual calle
Claudio Vicuña hacia el sur. Dicha calle no existía. Sin embargo, como la cuadra de tierra de la
iglesia no estaba cercada, la gente acostumbraba pasar hacia la Calle de la Estación (actual
Claudio Vicuña, entre la estación y la calle Baquedano) por el extremo meridional de la propiedad
de la iglesia, más o menos entre lo que fue el cementerio y el resto de la manzana, propiedad de los
Valencia.

En seguida, una serie de inconvenientes se van a poner de manifiesto. Uno de tales


inconvenientes es que enfrente del término de la Calle de la Estación (Claudio Vicuña)
existe una gran propiedad que se va subdividiendo pero que no permite el paso, aunque
tal inconveniente es el menor de todos. El mayor inconveniente es la existencia del
Cementerio Parroquial, al que los vecinos pronto señalarán como un elemento contrario
al buen aspecto que desean para el pueblo. Alegan que, cuando alguien se baja del tren lo
primero que ve es el Cementerio. Y, en una época en que medran las pestes, el
Cementerio es sindicado también como un foco de infección. Los reclamos de los vecinos
se aprecian muy bien en los deseos de que el cementerio sea sacado del centro neurálgico
del pueblo.
Es una controversia que dura bastante tiempo, desde que se determina el cierre del
cementerio parroquial hasta que finalmente este es clausurado y los cuerpos allí
depositados trasladados. Y es que los nuevos tiempos traen nuevas aspiraciones y nuevos
deseos. La gente ya no desea tener el cementerio en el centro del pueblo. Además, un
destacado vecino propone una donación para establecer un nuevo cementerio, alejado
del centro pero con la seguridad de que no provocará epidemia alguna en lo futuro.
En efecto, don José Fuentes, el 27 de diciembre de 1886, realiza un acto de donación a
favor de la Municipalidad de Limache, en el cual señala literalmente: “José Fuentes vecino
de la Subdelegación de Quilpué a Usía respetuosamente me presento y digo: que
sobrecogido de temor por la epidemia que amenaza al país y si ella apareciera en Quilpué
haría terribles estragos, especialmente por la ubicación del cementerio que, como Usía
sabe, se encuentra en el centro de la población, me he decidido a obsequiar a la Ilustre
Municipalidad, representante de este pueblo un terreno a extramuros de la localidad, para
que ahí se construya el cementerio, con tal que desaparezca el antiguo, o al menos no se
haga uso de éste en lo futuro. Al hacer esta donación he cuidado previamente de señalar el
terreno que ofrezco, al Señor Subdelegado, i éste de acuerdo, según sé con vecinos que
aquí compone la Junta de Hijiene, ha encontrado que el terreno por su ubicación, i
atendido los vientos reinantes, es perfectamente adoptable para el objeto a que lo destino.
En esta virtud ofrezco hacer donación graciosa, perpetua e irrevocable del terreno que
espreso, y que se encuentra situado en el tercer distrito de la Subdelegación i mide quince
mil quinientos veinte y cinco metros cuadrados, cuyo valor es de cincuenta pesos y
deslinda en sus cuatro costados con terrenos del donante, con tal que inmediatamente se
destine a cementerio Municipal. A Usía suplico se digne sí tiene a bien, aceptar la Ilustre
Corporación esta donación en los terrenos espresados, i ordenar si lo creyera conveniente
se estienda la respectiva escritura pública de transferencia de dominio. Dios guarde a Usía.

112
José Fuentes”205. De esta forma, se busca cerrar el cementerio parroquial y establecer uno
nuevo en terrenos del señor Fuentes, ubicados al sur de la localidad de El Sauce, hoy El
Belloto, con lo cual se buscaba evitar infecciones y clausurar en definitiva el punto negro
que significaba un cementerio en medio de un naciente poblado urbano. Este cementerio
finalmente se establece y se convierte en lo que muchos conocieron como el “Cementerio
Laico de El Belloto”. Lo de “laico” es porque no tenía el carácter oficial de católico.
Tres años más tarde los vecinos de la localidad, elevaban una solicitud al Gobernador de
Limache buscando erradicar de forma definitiva el cementerio parroquial, ubicado a un
costado de nuestra Iglesia, y que ya en aquel tiempo se encontraba en pleno centro de la
ciudad. La nota, según las palabras del gobernador de Limache, fue dirigida por los vecinos
más caracterizados de la Villa de Quilpué, quienes abogaban por el bien e higiene de la
localidad, mediante las siguientes palabras: “Los que suscribimos, vecinos de Quilpué a U.
S. como mejor procedamos decimos: que venimos en solicitar en forma, se sirva tomar las
medidas necesarias a fin de que desaparesca el antiguo Cementerio parroquial que existe
dentro de la población y en la parte mas central i visible de ella, en mérito de las razones
que pasamos a esponer.
“Hace como dos años a que se decretó se cerrase el Cementerio de que se trata por ser ya
inadecuado para su objeto habiéndose construido otro en el local que se creyó aparente;
desde esa ápoca ha quedado abandonado el primero i se han derrumbado en parte sus
paredes permitiendo que los perros hagan festín en los restos humanos allí esparcidos i se
haya convertido aquello en cloaca pública.
“La situación de este cementerio inmediato a la estación del ferrocarril, a la iglesia i por
consiguiente a los puntos mas frecuentados de la población hacen de él un foco de
infección que es necesario hacer desaparecer a la mayor brevedad; pues que este estado
de cosas dá una triste idea de este pueblo por lo demas tan adelantado, ofreciendo aquel
ingrato espectáculo a la vista de los que por allí transitan.
“Es de absoluta necesidad, señor, se ordene a la brevedad posible la estraccion de los
restos humanos allí depositados, i la demolición de ese local por las razones aducidas, pues
que su permanencia allí solo contribuye a viciar la pura atmósfera de este suelo, i afear el
pueblo. Es por esto que impetramos a U. S. interponga sus buenos oficios en pos del
bienestar i progreso de esta población que tanto debe a su reconocido celo por salir
adelante. Quilpué Marzo 8 de 1890.”206 Entre los firmantes podemos reconocer a don José
María Vega V., Oscar Herrera, David Vives, Alejandro Vega C., Alfredo Edwards, Jorge E.
Frediernch, Joaquín Edwards, Francisco Arrieta, José Francisco Valencia G., Rómulo Vega
V., J. D. Valencia M., Francisco Fonck, Daniel Bianchi, Benjamín Pineda, Javier Cordero,
Daniel Busto Guzmán, Hermójenes Lara, Ramón de la Vega, José G. Iglesias, entre otros.
Tras la nota de los vecinos al Gobernador, este la remitió al señor Intendente quien
tramitó todo el proceso, mediando con la autoridad eclesiástica en Santiago, esta última
declaró que los que se hallan sepultados en aquel cementerio tienen pleno derecho a
dormir el sueño eterno en tierra bendita y a la sombra de la cruz, por lo cual si Quilpué no

205
Donación de José Fuentes a la Ilustre Municipalidad de Limache. Protocolo Notarial de Don Gilberto
Garai. Limache. Primer Semestre de 1887.
206
Archivo de la Intendencia de Valparaíso. Gobernación de Limache 1890. Archivo Nacional de Chile.

113
tiene un cementerio bendito los cuerpos debiesen ser trasladados a su símil de Limache o
de Viña del Mar. Finalmente la solución no fue ninguna de las planteadas por el Arzobispo
capitalino, sino que fue más simple y consistió en bendecir un pequeño lugar en el
cementerio fundado por José Fuentes para trasladar los cuerpos del primitivo cementerio.
Tras el cierre del campo santo la iglesia vio liberado gran parte de sus terrenos, los cuales
loteó y vendió a distintas personas, según los planos que se han rescatado y que fueron
elaborados por el ingeniero Gormaz en el año 1888 y del cual se puede trazar una idea de
cómo se iba modelando la vida urbana de nuestro querido Quilpué.

12.- Últimos tiempos de la Iglesia de Quilpué bajo la jurisdicción de Peñuelas.


Son ya los últimos tiempos de la Viceparroquia de Peñuelas, atravesados por la cruenta
guerra civil que termina por derrocar el régimen del presidente Balmaceda y en el cual
nuestro poblado cobra importancia al ser un punto intermedio entre las dos grandes
batallas que definieron el resultado de toda esta revuelta. Tras la batalla de Concón,
Balmaceda, por una parte busca llegar al puerto de Valparaíso, mas los rebeldes habían
volado el puente Las Cucharas debiendo quedarse el presidente en nuestra ciudad en el
Hotel Recreo, tras su partida a la capital arriban a nuestra zona los rebeldes que venían
caminando desde Concón y buscaban avanzar hacia Placilla207, el camino que siguen es el
que actualmente existe por el cerro el Molle para arribar a la estación de ferrocarriles y de
allí por el camino de Marga-Marga hacia la estancia de Las Palmas de propiedad de
Claudio Vicuña, la cual es saqueada y decomisada, de allí avanzan por el mismo camino del
vicepárroco de Peñuelas hacia Placilla a enfrentar la batalla final 208.
Tras el triunfo de Placilla, los nuevos dirigentes quisieron homenajear su triunfo ubicando
la parroquia en aquella localidad y trasladar la de Peñuelas, cuyos primitivos cimientos
quedaron sumergidos bajo las aguas del embalse del mismo nombre que desde mediados
del siglo XIX fue el proyecto estrella para dotar de agua potable a la ciudad de Valparaíso y
ocupar de “buena forma” los terrenos confiscados a don Claudio Vicuña, figura señera que
fue amigo personal del presidente Balmaceda y que habiendo sido elegido para sucederlo
nunca llegó a la Presidencia de la Nación.
Sin embargo la iglesia de Quilpué, vivió su últimos tiempos bajo la Viceparroquia de
Peñuelas a comienzos de la década del 1880, años convulsionados por el establecimiento
y declaraciones de certeza respecto de la propiedad del terreno sobre el que se yergue,
todo esto en medio de un conflicto judicial con la Municipalidad de Limache que luego
analizaremos. Sin embargo en cuanto a lo que se refiere a la labor eclesiástica podemos
anotar que el último entierro celebrado bajo la jurisdicción de esta Viceparroquia, antes
que se creara la nueva Parroquia de Viña del Mar, de la cual pasó a depender Quilpué,
reza de la siguiente manera: “En el cementerio de Quilpué curato de Casablanca a dies i
ocho de Mayo de mil ochocientos ochenta y dos se sepultó el cadáver de Juana Sanhuesa,
fallecida ayer de edad tres años, natural de este curato. No se le hiso oficio: de que doy fe.
Francisco Goenechea. Cura y Vicario” 209. A continuación de esta partida viene una nota
207
Para mayores detalle se aconseja ver: “Últimas operaciones del Ejército Constitucional, partes oficiales de
las batallas de Concón y Placilla” Santiago de Chile. 1892.
208
VALDÉS Vergara, Ismael, La Revolución de 1891, Editorial Francisco de Aguirre, páginas 195 y siguientes.
209
Registro de Defunciones Vice-parroquia de Peñuelas, tomo VI, fojas 702.

114
explicativa que nos detalla lo que ya mencionamos: “Nota: Desde esta fecha dies i ocho de
mayo de mil ochocientos ochenta i dos deja de pertenecer el Cementerio de Quilpue a la
parroquia de Casablanca: asi consta de la erección de la nueva parroquia en Viña del Mar.
Francisco Goenechea. Cura y Vicario.”. Lo que sucede con el cementerio, también sucede
con la iglesia y los demás registros eclesiásticos de Quilpué. De esta forma, luego de casi
un siglo de dependencia de la Viceparroquia de Peñuelas y dos de la Casablanca, pasa la
Iglesia de Quilpué a formar parte del Curato de Viña del Mar.

115
Capitulo V. Erección de la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña
del Mar.

1.- La erección de la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar.


El territorio atendido por la vice parroquia de Peñuelas continuaba siendo extenso,
demasiado extenso, sobre todo en vista de las circunstancias que por entonces primaban
en lo que se refiere a la población, los centros de población, los caminos y sobre todo las
distancias dentro del territorio vice parroquial.
El cura vice párroco de Peñuelas tendría muchos problemas para la debida atención
espiritual a los habitantes de un tan extenso territorio. Sus feligreses no podrían acudir
muy fácilmente a la iglesia vice parroquial para recibir los santos sacramentos y
beneficiarse de los santos oficios.
De los libros que se conservan de la vice parroquia de Nuestra Señora del Rosario de
Peñuelas, se desprende que el cura vice párroco de Peñuelas realizaba anualmente un
amplio viaje que lo llevaba, desde Peñuelas, atravesando los cerros de Charavacho 210, a las
pequeñas y casi olvidadas localidades de Queupuhué, Moscoso, Marga-Marga, Las Palmas
y Reculemu. En tales ocasiones se realizaban bautizos y se levantaban informaciones
matrimoniales de quienes deseaban casarse.
En ciertos casos, y en caso de necesidad211 alguien autorizado previamente, celebraba el
rito. Posteriormente, se llevaba un documento redactado a mano en que constaba el
hecho, con los nombres y datos personales de los intervinientes, a objeto de que se
registrara en el correspondiente libro de bautismos.
Cuando se producían muertes repentinas o tras alguna enfermedad en sitios apartados
del territorio de la vice parroquia, se acostumbraba realizar el mismo trámite, llevándose
una hoja o un trozo de papel al cura vice párroco 212 para que fuera registrado en el libro
respectivo de registro.
Se sabe que la primitiva capilla de la Viña se encontraba, como ya se ha dicho, en tierras
de la antigua Hacienda de Peuco o de La Viña de la Mar. Y a era a esta capilla que acudían
los fieles de todo el valle, a ambos lados del estero, para beneficiarse de los servicios
divinos.
Pero, cuando los propietarios de la Hacienda de Las Siete Hermanas, en la segunda mitad
del siglo XIX, habiendo reunido ambas hacienda en una sola mano, se dieron a la tarea de
fundar una población, encontraron que la ubicación de la antigua capilla quedaba muy
lejos del centro de su población, donde ya habían llegado los rieles.
Es así como doña Dolores Pérez de Álvarez finalmente se determinó a la construcción de
una iglesia que sirviera a las necesidades del nuevo pueblo en formación. Y, una vez hecha
saber esta intención a las autoridades eclesiásticas, éstas determinaron lo siguiente:
“Santiago, Enero 17 de 1871.— Se autoriza al prebendado don Francisco de Paula Taforó

210
Esto es, Charahuecho.
211
Generalmente esto quiere decir “en peligro de muerte” debido a una enfermedad que se consideraba
grave en el momento, por temor a que muriera sin el sacramento del bautismo y, de acuerdo a las creencias
comunes de la época, como “moro” o “mora” no pudiera entrar al Cielo si moría en tal estado.
212
O a su teniente de cura, o sotacura.

116
para colocar la primera piedra de la capilla pública que la señora doña Dolores Pérez de
Alvarez piensa construir en su hacienda denominada «Viña del Mar»; debiendo darse
aviso al párroco respectivo. Por lo que hace a la escritura acompañada, devuélvase para
que se otorgue otra, aumentando la dotación i renunciando a lo dispuesto en el artículo
587 del Código Civil.—Transcríbase al representante de la señora Pérez de Alvarez.—
VARGAS, Vicario Jeneral.—Almarza, Secretario.”213
Pero, para lograr su objetivo, los propietarios de la Hacienda unificada de Las Siete
Hermanas y La Viña de la Mar, se siguieron una serie de negociaciones en las que se
estipuló la cuantía de terrenos que debían cederse para construir una capilla donde,
eventualmente, pudiera erigirse una vice-parroquia o una parroquia, con todos los anexos
que se precisaban, de acuerdo al derecho canónico.
“Santiago, Mayo 15 de 1879.—Con lo expuesto por el señor Gobernador eclesiástico de
Valparaíso, presbítero don Mariano Casanova en la nota que precede, se le autoriza para
que por escritura pública pueda recibir de don José Francisco Vergara a nombre de la
autoridad eclesiástica, la capilla de Viña del Mar i aceptar la cesion del terreno que el
mismo está dispuesto a hacer para casa del Capellan o vice-párroco i para cementerio
católico de la vice parroquia, al tenor de las condiciones formuladas por el citado don José
Francisco, a saber:
“1.o Entregar la capilla edificada en la hacienda de Viña del Mar a la autoridad eclesiástica,
para que sea destinada a la erección de parroquia o vice-parroquia, segun lo disponga el
Ordinario. La cesion es sin condiciones ni restricciones, tal cual quede el templo una vez
concluidas las ventanas que ahora estan sin vidriera.
“2.o Ceder al mismo tiempo dos mil metros de terreno contiguo a la capilla en su
prolongacion hacia el sur para que forme una sola propiedad con el templo i sirva para
construir las habitaciones del párroco.
“3.o Igualmente ceder cinco mil metros de terreno plano situado entre la poblacion de
Viña del Mar i la estacion del Salto para que sirva de cementerio. Tómese razon i
comuníquese.—EL OBISPO DE MARTYRÓPOLIS, Vicario Capitular de Santiago.— Almarza,
Secretario.”214
Sin embargo, y a pesar de haberse comenzado las obras, ocho años después todavía
faltaba para que la capilla pudiera ser abierta al servicio de los fieles. Un documento de la
época, expedido por la autoridad eclesiástica, dice: “Santiago, Octubre 3 de 1879.— Con
lo expuesto por el Gobernador eclesiástico de Valparaíso en su comunicación de ayer, i
considerando: 1o que se han expirado los cuatro meses dentro de los cuales se obligó don
José Francisco Vergara, por la escritura que otorgó en Valparaíso, ante el notario don
Joaquín 2o Iglesias el diecisiete de mayo último, a colocar las puertas colaterales i las
vidrieras de las ventanas de medio punto que faltan en la capilla de Dolores construida en
la poblacion de Viña del Mar; 2 o que es urjente ejecutar esas obras y las demas que se
requieren para bendecir i destinar al servicio relijioso dicha capilla; 3 o que es igualmente
necesario construir la casa anexa del párrocop i vice-párroco de Viña del Mar i clausurar y
213
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo V, 1869-1874, Imprenta del Correo,
Santiago, 1875, página 317.
214
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo VII, 1878-1880, Imprenta del Correo,
Santiago, 1884, página 435.

117
habilitar el cementerio católico que debe servir a los habitantes de esos lugares; 4 o que
conviene aprovechar la buena voluntad de las personas que estén dispuestas para
contribuir para esas obras, se nombra al presbítero don Adolfo Vargas para que colecte los
fondos necesarios para llevarlas a cabo, sin perjuicio de reclamar de don José Francisco
Vergara el valor de las puertas i vidrieras que se obligó a costear por la mencionada
escritura. Se comisiona al mismo presbítero para que, prévia su propuesta, que aprobará
la autoridad diocesana, dirija los trabajos de la capilla i la fábrica de las casas parroquiales
o vice parroquiales i la clausura i ornato del cementerio. Al efecto, se le faculta para que
se reciba de la capilla i sacristía, de los dos mil metros de terreno cedido por el señor
Vergara en la misma escritura para dichas casas, i de los cinco mil metros que cedió para
cementerio parroquial en la ensenada que está al oriente de la puntilla de las Achupallas.
El presbítero Vargas avisará oportunamente cuando estén en estado de bendecirse la
capilla i el cementerio i rendirá a su tiempo cuenta instruída i documentada de las
entradas i gastos de las obras que se le encargan. Comuníquese al nombrado i al
Gobernador eclesiástico de Valparaíso en respuesta a su citada comunicacion.—EL OBISPO
DE MARTYRÓPOLIS, Vicario Capitular de Santiago.—Almarza, Secretario.”215
Finalmente, limadas las principales asperezas y realizadas las mejoras que la autoridad
eclesiástica exigía, se erigió la nueva iglesia construida en el sector céntrico de la nueva
población de Viña del Mar.
“Santiago, Enero 3 de 1882.— Vistos: se erije en iglesia pública, en honor de Nuestra
Señora de los Dolores, la que, por disposicion testamentaria de doña Dolores Perez de
Alvarez, se ha construido en Viña del Mar, jurisdiccion de la parroquia de Casablanca,
asignándole por dote para la conservacion del edificio i sostenimiento del culto que en ella
debe tributarse a Dios, los veinticinco pesos que anualmente está obligado a dar con este
objeto don José Francisco Vergara, según se dispone en la escritura que éste, en
representacion de su esposa doña Mercedes Alvarez, otorgó en la ciudad de Valparaíso el
diecisiete de mayo de mil ochocientos setenta i nueve, ante el notario público don Joaquin
Iglesias. Tómese razon i despáchese el correspondiente titulo.—MONTES, Pro-Vicario
Capitular.—Almarza, Secretario.216
Pero, apenas erigida la nueva iglesia pública de Viña del Mar, se vio la necesidad y la
importancia de dar un paso más. Y en abril de ese mismo año, la autoridad eclesiástica,
tras una serie de trámites e informes solicitados, determinó erigir la nueva parroquia de
Viña del Mar, con los territorios septentrionales de la antigua vice parroquia de Peñuelas.
“Nós, Don Joaquín Larraín Gandarillas, por la gracia de Dios i de la Santa Sede Apostólica,
Obispo de Martyrópolis in partibus in fidelium i Vicario Capitular de la Arquidiócesis de
Santiafo en Sede vacante, etc.
“Por cuanto ha crecido considerablemente la poblacion de Viña del Mar i por la distancia
que la separa de Casablanca, endonde reside el cura que cuida de sus intereses relijiosos,
no puede recibir oportunamente los auxilios espirituales de que necesita, mal gravísimo
que será remediado, si se procede a erigir la parroquia que desde tiempo atras se
215
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo VII, 1878-1880, Imprenta del Correo,
Santiago, 1884, páginas 523, 524.
216
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo VIII, 1881, 1882, Imprenta del Correo,
Santiago, 1885, páginas 252, 253.

118
proyecta en aquellos parajes, i contando para ello con la iglesia que, en honra de Nuestra
Señora de Dolores, se ha fabricado en Viña del Mar i que fue destinada al culto divino por
auto de tres de enero último, con las casas que se han construido junto a esta iglesia para
habitacion de los sacerdotes que la sirvieran i con terreno para cementerio parroquial; i
habiendo manifestado el señor Ministro de Justicia, en su comunicacion de catorce de
marzo último, que no ofrecía inconveniente para la administracion civil la ereccion de este
curato, ni lo tenia para que en el auto de ereccion se expresara que podía contarse para el
sosten de los curas con la subvencion fiscal de quinientos pesos anuales; por lo tanto, en
uso de la autorizacion especial que nos concedió la Santa Sede por el rescripto de
diezinueve de mayo de mil ochocientos setenta i nueve, expedido por la Sangrada
Congregacion del Concilio, venimos en erigir una parroquia bajo la invocacion de Nuestra
Señora de Dolores. Esta parroquia tendrá por límites: por el norte, la ribera del rio
Aconcagua, desde su desembocadura en el mar hasta llegar, tomando por el oriente, a la
quebrada del Peral; por el oriente, desde la puntilla del Peral, siguiendo por los límites de
las haciendas de Limache, Moscoso, Molles i Pequen, que las separan de las hijuelas de los
Valencias de Quilpué i por los límites de la hacienda de las Palmas, hasta el camino del
Rodelillo; por el poniente, la parroquia queda limitada por el mar. De esta suerte el nuevo
curato deslindará, por el rio Aconcagua, con la parroquia de Puchuncaví, i por zanjas y
cercas de las de Quillota, Limache i Casablanca. La parroquia de Nuestra Señora de
Dolores comprenderá dentro de los límites expresados las poblaciones de Viña del Mar i
Quilpué, los caseríos de Concon, Peña Blanca i Salto, las haciendas de Viña del Mar,
Concon, Retiro, las hijuelas de los Valencias de Quilpué, con las otras pequeñas
propiedades inmediatas; pero no pertenecerán a ella los Molles, Pequen, Moscoso, ni
parte alguna de la antigua hacienda de Margamarga. Así deslindando el nuevo curato,
separamos i desmembramos de los de Limache i Casablanca los terrenos de éstos
comprendidos dentro de los límites prefijados a la parroquia de Nuestra Señora de
Dolores i sometemos a la jurisdiccion i cuidado espiritual del cura de ésta i de los que le
sucedan canónicamente en el oficio a los habitantes de aquellos territorios. Ordenamos
que sea tenida por iglesia parroquial la arriba menciona i canónicamente erijida, de
Nuestra Señora de Dolores, en la cual debe conservarse la Santa Eucaristía i haber
bautisterio i pila bautismal, campanario con campanas i todo lo demas concerniente a las
iglesias parroquiales. Igualmente mandamos erigir el cementerio en el lugar que se ha
adquirido con este objeto; abrir libros parroquiales, adquirir los vasos y paramentos
sagrados i lo demas necesario para el ejercicio del ministerio parroquial. Mandamos que
tanto a los curas de la nueva parroquia de Nuestra Señora de Dolores, para su mantencion
i cóngrua sustentación, cuanto a la fábrica de la iglesia parroquial para el sosten del culto
divino, contribuyan los feligreses del dicho curato religiosamente con los emolumentos,
obvenciones i derechos que respectivamente les sean debidos por estatutos, leyes, usos i
costumbres lejítimos, debiendo tambien pagar a los curas las primicias de los frutos de la
tierra que corresponde a los párrocos del Arzobispado. Asignamos tambien para el sosten
de los curas de la nueva parroquia los quinientos pesos anuales que tiene ofrecidos el
Supremo Gobierno. En esta virtud, damos por erijido y establecido el citado curato de
Nuestra Señora de Dolores, i ordenamos que el presente auto se publique en tres dias
festivos sucesivos, al tiempo de la misa parroquial, en las iglesias de Limache, Casablanca i

119
Viña del Mar. Dado en esta ciudad de Santiago, a diez dias del mes de Abril de mil
ochocientos ochenta i dos.—JOAQUIN, Obispo de Martyrópolis, Vicario Capitular de
Santiago.—Por mandato de Su Señoría Illma.—José Manuel Almarza, Secretario.”217
Sin embargo, las delimitaciones que se dieron en el auto de erección de la parroquia, no
fueron consideradas del todo claro y surgieron algunas dudas en cuanto a los verdaderos
límites de la misma.

217
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo VIII, 1881, 1882, Imprenta del Correo,
Santiago, 1885, páginas 302-304.

120
Primera página del libro de defunciones de la parroquia de Nuestra Señora de Dolores. Como
puede verse claramente, este libro se abre con fecha 19 de mayo de 1882 y las sepultaciones se
realizan en el antiguo cementerio de Quilpué, junto a la iglesia.

En tales circunstancias, la autoridad eclesiástica tuvo que emitir una aclaración sobre los
límites parroquiales, en los siguientes términos:
“Santiago, Junio 30 de 1882.— Apareciendo de la comunicación precedente del señor
Gobernador Eclesiástico de Valparaiso, fecha veintiocho del presente mes, que hai dudas
acerca de los límites que deben separar los curatos de los Doce Apóstoles, Casablanca i
Nuestra Señora de Dolores, desde el mar hasta el camino del Rodelillo, se declara que los
límites de la parroquia de Nuestra Señora de Dolores, por el sur, deberán ser las zanjas i
cumbres de los cerros que separan la hacienda de Viña del Mar de la de las Palmas, hasta
encontrar el camino del Rodelillo, el cual continuará sirviendo de límite hasta llegar frente
a la quebrada de los Mayos, en que se encuentra el primer túnel. En este punto
terminarámn, desde ahora, los límites de la parroquia de los Doce Apóstoles, hasta llegar
al mencionado camino del Rodelillo i demas que la separan de Viña del Mar i de la
parroquia de Casablanca. Tómese razon i comuníquese.—EL OBISPO DE MARTYROPOLIS,
Vicario Capitular de Santiago.—Almarza, Secretario.”218

218
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo VIII, 1881, 1882, Imprenta del Correo,
Santiago, 1885, página 382.

121
Durante siete años, el valle de Quilpué quedaría sujeto a la jurisdicción de la parroquia de
Viña del Mar.
No obstante las buenas intenciones y los compromisos que se asumieron, el cementerio
parroquial de Viña del Mar continuó siendo el de Quilpué, ya que nunca se materializó la
entrega del terreno que se había prometido en el sector de la quebrada de las Achupallas,
en el actual sector de El Limonar.
Fue solamente un año después de haberse erigido la nueva parroquia que la autoridad
eclesiástica determinó: “Se faculta al señor Gobernador Eclesiástico de Valparaíso,
presbítero don Mariano Casanova, para que proceda a bendecir el cementerio de dicha
parroquia, usando de la forma que para ello trae el Ritual Romano, i debiendo dejar un
lugar separado, no bendito, para que puedan sepultarse los cadáveres que carecen de
sepultura eclesiástica219, conforme a lo dispuesto en la circular de dos de enero de mil
ochocientos setenta i dos. Por lo que respecta a otros asuntos de que trata la presente
comunicacion, contéstese al cura por cuerda separada.”220
De todos modos, el primer libro de bautismos se abrió con fecha 18 de mayo de 1882, el
primero de defunciones el día 19 del mismo mes, el de matrimonios el 24 de mayo del
mismo año.

2.- El Litigio de la Iglesia con la Municipalidad de Limache


Un hecho muy especial e importante se suscitó con relación al terreno en el que
actualmente se encuentra edificada nuestra Iglesia. Como hemos esbozado someramente
en capítulos anteriores, al momento de reedificarse nuestro templo, según el diseño de
Eusebio Chelli, el cual consideraba una gran Iglesia en medio de la cuadra de terreno
adornada de dos torres, el Arzobispado de Santiago durante todo este proceso de
construcción, ordenó que se pusiera en regla el estatus jurídico de la cuadra de terreno de
nuestra iglesia, toda vez que existían serias dudas acerca de la intención original que doña
Petronila Balencia, tuvo al donar dicha cuadra en 1818 y si este acto realmente existió en
la forma que hoy pensamos que fue.
El Capellán don José Luis Zelada Alfaro221, con fecha 12 de diciembre de 1880, dirige una
importante nota al Señor Prebendado Doctor Don Jorge Montes en la cual detalla, lo que
consideraremos una introducción al análisis de este laudo, del cual advertimos no hemos
podido encontrar su expediente, mas si hemos tenido acceso a piezas sueltas del mismo.

219
Esto es, se disponía de un lugar no bendito y separado por un muro, para el entierro de las personas que
murieran en pecado o no fueran merecedoras de serlo en tierra bendita, o bien los disidentes que debieran
forzosamente ser enterrados en este cementerio. Esta medida se adoptó después del escándalo suscitado
por el entierro de un señor coronel en Concepción, en terreno consagrado, habiendo muerto porfiadamente
sin arrepentirse ni haber recibido ningún tipo de servicio religioso.
220
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo IX, 1883-1885, Imprenta del Correo,
Santiago, 1887, página 60.
221
Don José Luis Zelada Alfaro, fue un religioso dominicano, secularizado en Abril de 1858, en Santiago,
donde había nacido en Octubre de 1829, siendo sus padres don Leonardo Celada y doña Dolores Alfaro. Se
había ordenado el 18 de diciembre de 1852 y en su orden fue lector. Sirvió como sochantre en la iglesia
catedral, en seguida fue teniente cura en Valparaíso y capellán de la iglesia del cerra de la Merced en la
misma ciudad y en Quilpué. Murió en Valparaíso, en mayo de 1887 y en su testamento legó veintitrés mil
pesos para becas en el seminario de dicha ciudad. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit.).

122
En esta nota señala que la iglesia se encuentra construida en el centro de la cuadra, la
Comisión de fábrica trató de cerrarla dejando una calle de trece metros para la salida
hasta la estación del ferrocarril por convenir así a los intereses de la misma iglesia,
quedando esta al costado Poniente de dicha cuadra, conviniendo en ello el Señor
Gobernador Don José Nicolás Orrego, quien personalmente vino a presenciar. Los del lado
Oriente quisieron otra calle i por Norte otra, de suerte que toda la cuadra iba a volver
calles. La Comisión no accedió a ello. Entonces un español hace más o menos dos años a
este lugar, i cuyo nombre es Buenaventura Joglar, se hizo el apostol de la propaganda,
arrastró a otros i vieron al abogado Don Alberto Edwards, i la cosa está en el esta que
esta, arguyendo sofismas i pidiendo sea plaza pública. Así es pues que podré responder a
su pregunta: que el litis es sobre la cuadra de terreno en que está fundada la iglesia i que
de derecho le pertenece a la Santísima Virgen. A más esta cuadra siempre la ha poseido la
iglesia desde el año 18 que fue cuando se fundó la primera i que cayó con el terremoto del
año 22, se volvió a reedificar inmediatamente y cayó con el terremoto del 73 i luego se ha
vuelto a reedificar laque actualmente hai.
Le incluyo la presentación. I desearía para no estar dando vueltas a Quillota nombrar un
apoderado, i que fuese el mismo abogado que Galvez me recomendó, para que S. S. vea si
la facultad de que me inviste pudiera delegarla en otro.
Tengo el gusto de saludarlo i ofrecerle los respetos de S. S. S. i Capellán. José Luis Zelada
Alfaro”222. Como se aprecia, todo el problema se debe al cierre del terreno que ocupa
actualmente la Iglesia, el cual en el tiempo anterior a la edificación de la denominada
“Iglesia de las Dos Torres”, se mantuvo de forma indisputada por parte de esta,
generándose el inconveniente al momento de dichos trabajos. El paño de terrenos como
hemos referido anteriormente, fue donado por la Señora Petronila Balencia, según
escritura otorgada en 22 de octubre de 1818, con el fin de edificar en esos una iglesia y
permitir en ella construir los anexos de que fuera menester, en aquel lugar y conseguidos
los permisos del Señor Gobernador de Limache, Don José Nicolás Orrego con fecha 22 de
julio de 1880 se efectuó el cierre de toda la manzana, al realizar dicho acto, la Intendencia
de Valparaíso por su parte, con fecha 2 de noviembre de 1880 y a solicitud de algunos
vecino de Quilpué quienes impetraban que la enunciada cuadra era una plaza pública
cuyo nombre era “Guale”223, termina por anular el decreto del señor Gobernador,
mandando a abrir los cierros que ya se encontraban instalados en aquella fecha.
Toda esta situación genera el gran conflicto, que es tomado, de parte de los
representantes de nuestra iglesia, como una disputa en cuanto al dominio de la propiedad
raíz sobre la cual se yergue el sagrado templo, mientras que para los vecinos reclamantes,
se corresponde con una solicitud que sólo dice relación con el respeto a un bien de uso
público, una plaza en la cual cada uno es libre de transitar y que por ello no debe ser
cercada. La confusión tanto en el título originario de dominio como en las leyendas que se

222
Nota de Don José Luis Zelada sobre el estado del Juicio de la Iglesia, Legajo 33, Número 1, Parroquia de
Nuestra Señora del Rosario de Quilpué, Archivo de la Secretaría del Obispado de Valparaíso.
223
Aunque se desconoce el origen de este nombre, quizá pueda haber sido originalmente Gualehue, que
significaría lugar de patos gualas. Este pudo ser el nombre de la quebrada que pasaba por las inmediaciones
del predio.

123
crean sobre el mismo, generan estos vacíos que terminan enfrentando a las personas, en
los más diversos ámbitos de la vida cotidiana.
En cuanto a los vecinos que reclaman la existencia de la plaza, que ya hemos señalado, se
denominaba Guale, destacan los nombres de: José Ramón Sánchez, José A. Araya,
Alejandro Orosco, Marcos A. Perroné, José Dolores Martínez, Cayetano Basaurre, Jacinto
Vásquez, José Luis Valencia, Pedro Caiseo, José Jenaro González, Benito León, Exequiel
Valencia, Buenaventura Joglar Amandi y José del Carmen Araya. Todos ellos en conjunto
son los defensores de este bien de uso público llamado plaza Guale, y quienes se
enfrentan a nuestra iglesia en tiempos que esta se encuentra abocada a su
reconstrucción.
En vista de todo este panorama judicial, el día 8 de junio de 1881, se autoriza al Presbítero
José Luis Zelada para que transija la litis pendiente y en definitiva pueda entablar las
acciones que resulten pertinentes para salvaguardar los derechos de la iglesia mediante
un juicio que se ventilará, antojadizamente, ante el Juzgado Civil de la ciudad de Quillota.
Como se verá por las fechas el proceso se inicia justamente en una época, un tanto dificile
del punto de vista administrativo para nuestra iglesia, toda vez que se estaba por erigir
como parroquia la actual de Viña del Mar, bajo la cual pasaría a depender la nuestra, por
lo cual las acciones, pese a no estar constituida formalmente como tal se radican en
manos de este párroco, como una forma de ordenar esta complicada litis. Es justamente,
don Eliseo Lisboa224, Cura y Vicario de la Parroquia de Viña del Mar, quien logra recabar de
manera más ordenada los hechos tal como venían sucediendo, señala que “como los
datos suministrados por el Señor Gobernador Eclesiástico Don Mariano Casanova i por el
Señor Zelada no arrojaron suficiente luz, me dirijí al Señor Don Juan de Dios Vergara,
abogado de la causa, quien estándose a sus recuerdos, hizo la siguiente narración: “Don
Luis Zelada Alfaro, quiso cerrar el sitio perteneciente a la iglesia de Quilpué, sitio que
abraza una manzana entera, inclusive el local que ocupa la iglesia. I, auqnue dicho Señor
tenía en su poder los títulos de propiedad de los espresados terrenos, para mayor
seguridad pidió al Gobernador de Limache una orden de citación para los vecinos de
Quilpué que deslindaban con el terreno de la iglesia llamándolos a deslindes. El
Gobernador no puso dificultad, i al efecto se notificó a los vecinos, con excepción de uno,
que no quiso comparecer, se opuso al cierro, i para llevar a cabo su intento se cojió varias
firmas entre los mismos del lugar i se presentó al Señor Intendente de Valparaíso Don
Eulojio Altamirano, quejándose de que la Municipalidad de Limache no cuidaba de las
propiedades públicas. El Señor Altamirano pidió informe al Gobernador, el cual, en
oposición a lo que había dicho al Señor Zelada informó de un modo desfavorable a la

224
Don Eliseo Lisboa nació en La Estacada, Guacarhue, y fue bautizado en Rosario de Lo Solís el 25 de mayo
de 1849, fueron sus padres Don Clemente Lisboa Díaz y Doña Rosario Huerta. Finalizada su preparación en el
Seminario Conciliar de Santiago, recibió el Presbiterado el 21 de diciembre de 1872 junto con su primo
hermano Don Frnacisco Lisboa Huerta. En seguida tuvo los cargos de profesor y Ministro del Seminario de
Valparaíso, Cura fundador de Viña del Mar (1882 – 1901), Vicario Apostólico Interino de Tarapacá, Visitador
Parroquial, Vicepresidente de las Escuelas Parroquiales y Capellán del Monasterio de las Claras. El 19 de
agosto de 1921, Monseñor Errázuriz le nombró Canónigo de la Iglesia Catedral. Falleció en Santiago el 31 de
julio de 1925. (PRIETO del Río, presbítero Luis Francisco, op. cit.).

124
iglesia. Entonces, tanto el Intendente como el Gobernador, prohibieron por un Decreto
todo cierro”.
El Señor Vergara por encargo de Don Luis Zelada se presentó al juzgado de Quillota,
pidiendo que se declarara como pobre a la iglesia de Quilpué, para entablar en seguida
demandada contra la Municipalidad de Limache. No hizo la presentación ante el juzgado
de este último pueblo, porque Escribano, Receptor, etc. eran municipales, i había por lo
tanto implicancia. El juez de Quillota se negó a todo, i no quiso oir la demanda diciendo
que la causa correspondía al juzgado de Limache. Se apeló de esta providencia a la Corte i
actualmente la causa está en tabla, en este tribunal.
Me agregó el Señor Vergara que si la sentencia era favorable lo único que se conseguía era
entablar la demanda en Quillota; de lo contrario habría que hacerlo en Limache. En todo
caso habría que comenzar por pedir que declararn a la iglesia como litigante pobre i luego
después entablar la demanda.
El Señor Vergara cree fuere de duda el derecho que le asiste a la iglesia; pero como los
asuntos suelen complicarse bien pudiera suceder que ellos alegaran prescripción o
quisieran que se considerase dicho terreno como propiedad abandonada i las cosas se
dificultasen algo.
Me dijo también que por ahora, lo único que había que hacer era encargar a un abogado
en Santiago, investigase la causa de la demora de la Corte en fallar, i que si faltaba algún
requisito lo llenase; pero para esto último habría que dar poder a un Procurador de
Número en Santiago, pues un abogado no podría hacerlo…”225.
Este es el estado actual de los hechos, en definitiva tenemos tres actores en este proceso,
la Iglesia por una parte que desea dejar a firme sus derechos, por otra los vecinos
reclamantes ya identificados y en el otro extremo la Municipalidad de Limache, quien en
definitiva también se opone al cierre del terreno, por decirse departe de la Intendencia
que tiene esta terrenos abandonados en circunstancias que debería prodigar su buen uso.
En este esquema, como vimos en párrafos anteriores el Padre Luis Zelada se le otorgan
facultades para transigir con los vecinos, o sea lograr un acuerdo con los reclamantes,
precaviendo el eventual litigio que se venía venir, estos en definitiva deseaban volver a
tener los auxilios religiosos que se les encontraban suspendidos, por lo cual firman un
desistimiento de su acción, el cual es suscrito por la totalidad de los reclamantes, excepto
por Buenaventura Joglar de quien no se tiene noticia de su nuevo domicilio. El texto de
desistimiento que firman los antiguos reclamantes es remitido al Gobernador de Limache
y en este expresan: “Los que suscriben vecinos de la Subdelegación de Quilpué en la mejor
forma a que hubiere lugar a Vuestra Señoría hacemos presente: que tratándose en el año
ante pasado de cerrar un camino o via por el que se hace el tráfico de la parte oriente de la
población i de los caminos de Limache, Marga marga i otras localidades a la estación de
Ferrocarril, nos opusimos a ellos por resultarnos en particular serio perjuicio de vernos
obligados a dar una gran vuelta a la parte opuesta para tomar la entrada a la estación con
las carretas de carga. El Señor Presbítero Don Luis Zelada Alfaro en representación de la
iglesia de este pueblo considerando el terreno del camino aludido como propiedad de la

225
Carta de Don Eliseo Lisboa al Señor Provicario Capitular, Legajo 33, Número 1, Parroquia de Nuestra
Señora del Rosario de Quilpué, Archivo de la Secretaría del Obispado de Valparaíso.

125
iglesia por donación de los antiguos dueños de él, sostuvo que debía cerrarse el camino
citado, i de nuestra oposición como del rechazo de ella se ha llegado a formar el recurso o
espediente que ha pasado a esa Gobernación para los efectos legales a que hubiere lugar.
Este desagradable desacuerdo entre el representante de la iglesia i los que suscriben ha
dado lugar a que desde hace como un año carezca este vecindario i el de los alrededores
del beneficio espiritual de la Santa Misa i de los otros bienes i servicios religiosos que
gozábamos antes de esta circunstancia; i como ha llegado a hacerse imposible que se
prolongue por mas tiempo este estado, i que tenemos a la vez entendido que por parte de
la iglesia se desiste de cerrar el camino materia del entredicho, sola medida que nos indujo
a nuestra oposición pues lo único que perseguíamos con ella fue la conservación de la
ventajosa via de comunicación con la estación del ferrocarril de que estábamos i estamos
en proseción, i penetrados de la necesidad i conveniencia para nuestra tranquilidad interna
de que cuanto antes volvamos a tener los beneficios espirituales de que estamos privados
venimos por la presente Señor Gobernador a desistirnos por entero del recurso pendiente i
de toda oposición por nuestra parte a la posesión de los terrenos que pertenecen a la
Iglesia de Quilpué, desde que estamos en la del camino que necesitamos i el cual no se
piensa ya en cerrar, según la convicción que tenemos. En consecuencia a Vuestra Señoría
suplicamos se sirva acoger el presente desistimiento de oposición a la posesión por la
iglesia de los terrnos aludidos disponiendo se agregue a sus antecedentes; i que por parte
de esa Gobernación se tenga a bien contribuir a que no se susciten entorpecimientos a la
realización de los bienes que apetecemos. Es justicia” 226.
Como vemos los vecinos, salvo uno, abandonaron sus pretensiones llegando a un buen
acuerdo con la Iglesia, el cual incluía que esta respetase el camino de acceso a la estación,
que ya en aquel tiempo era el centro neurálgico del incipiente intercambio de bienes que
se daba entre la ciudad y los sectores más rurales y aledaños a esta. Con esto se elimina
un actor de todo este proceso, quedando pendiente el laudo, en el juzgado de Quillota
ante la Municipalidad de Limache, la cual se vio arrastrada a este entuerto.
Con este acto, presentado el desistimiento a la Gobernación de Limache, en que se
reconocía la posesión de los terrenos a favor de la Iglesia, el juicio igualmente continuó en
contra de la Municipalidad de Limache, por lo cual la Iglesia obtuvo de la Ilustrísima Corte
de Apelaciones de Santiago la revocación de la resolución del Juez de Quillota, debiendo
este declarar como pobre a nuestra iglesia para litigar, recibiéndose luego la demanda. El
proceso finalmente obtuvo sentencia de término, la cual fue dictada por el juez don
Braulio Moreno con fecha 9 de diciembre de 1885, en la cual resuelve que conforme a lo
dispuesto en las leyes II y V, título XI, libro XI de la Novísima Recopilación (referida a la
forma de rendir y apreciar la prueba testimonial), la ley CXVIII de la Partida III (sobre la
valoración de la prueba instrumental), y el Artículo 844 (que permite al dueño de un
predio cerrarlo), 1698 (sobre la carga de la prueba) y 2499 (sobre que la tolerancia de
actos que no resultan gravamen para el predio no generan posesión sobre este), todos
ellos del Código Civil, declaró que la Ilustre Municipalidad de Limache no podía impedir a
la iglesia el cierro de la cuadra que pertenece a la, en ese entonces, capilla de Quilpué, no

226
Carta de desistimiento, Legajo 33, Número 1. Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué,
Archivo de la Secretaría del Obispado de Valparaíso.

126
siendo esta una plaza pública ni estando constituida sobre ella la servidumbre de
camino227.
Con esta sentencia que pasa a tener autoridad de cosa juzgada, no pudiendo discutirse
nuevamente sobre el mismo tema, se quedan a firmes los derechos de la iglesia sobre su
terreno en los cuales se erige, poniendo fin también, a lo que los habitantes de Quilpué
llamaron después “Plaza Guale”, quedando el terreno en manos privadas y el pueblo sin
una plaza. De esta forma se instala la iglesia con sus dos torres en el centro de la cuadra,
en su lado poniente se erige el Cementerio Parroquial y en el oriente, por ventas que se
realizan posteriormente , se establecen casas de habitación y hasta locales de comercio o
de ejercicio de alguna profesión, es así que anotamos que hacia 1894 atendía en aquel
lugar el Doctor Alberto Robinson, dentista, quien se anunciaba “que ha abierto su oficina
en Quilpué, en la plaza Guale, Instituto de señoritas, atendida por el Sr. William Edwin
Perrett, Dentista inglés – Estracción de muelas sin dolor, con asistencia médica” 228.
Será este entonces, un punto de partida para el auge comercial profesional de nuestra
comuna, del cual ya hemos dicho se desarrolla desde dos polos, la estación y su iglesia del
Rosario.

227
Inscripción de Sentencia, fojas 49, número 77, Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de
Limache, año 1886.
228
Periódico El Progreso. Octubre 28 de 1894.

127
CAPÍTULO VI. La Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué

1.- La Vice-Parroquia de Quilpué.


Hablando, a fines del siglo XIX del valle de Quilpué, un afamado vecino escribía: “Quilpué,
situado a 20 kilómetros de Valparaíso i a la altura de 108 metros sobre el nivel del mar, es
la cabecera de un pintoresco i estenso valle tributario de la cuenca del rio Margamarga. Se
estiende entre el cordón central al este i un cordón terminal de la cordillera de la Costa al
oeste, desde Peña Blanca hasta el Paso Hondo, que marca la angostura que atraviesa el
estero antes de caer al rio nombrado, con varias ramificaciones, angostas unas, mas
anchas otras. El valle forma una planicie bastante ancha i regularmente poblada. El declive
de las lomas es suave; las vertientes suelen correr en el terreno aluvial del granito por
quebradas de paredes casi verticales. El estero principal, que recibe todas las aguas, corre
en línea casi recta al pié del cordón de la Costa; no se seca en todo el año. Sus riberas
están adornadas de trecho en trecho, por grandes trozos de rocas i piedras de granito,
que es la formación que domina el valle. Al pié de estas rocas brotan generalmente
árboles robustos de patagua, peumo, boldo, arrayán, espino, etc., lo que da a este valle un
aspecto pintoresco y agradable.”229
Esa era la realidad cotidiana en el valle de Quilpué, donde la vieja aldea, que había
experimentado ya un crecimiento bastante interesante, se había merecido el
reconocimiento por parte del Estado del estatus de ciudad. Quilpué se transformaba poco
a poco y crecía también a un ritmo bastante rápido y seguro. Las antiguas propiedades
rurales se iban transformando primero en casas-quintas que iban surgiendo por doquier y
luego en propiedades urbanas que iban conformando una ciudad amena, apacible y que
iba anhelando los avances y adelantos de otras ciudades, como Valparaíso, donde el
alumbrado público, el agua potable y las comunicaciones alámbricas iban proporcionando
a las personas una mucho mejor calidad de vida.
Así, unos años después de haberse erigido la parroquia de Viña del Mar, se vio la
necesidad de reorganizar, una vez más, el territorio de las jurisdicciones eclesiásticas para
una mejor atención espiritual a los fieles.
Varias conversaciones, estudios y consultas llevaron finalmente a la conclusión de que era
necesario readecuar y reorganizar el territorio de la parroquia mediante la erección de
una nueva entidad jurídico-administrativa.
La medida estaba destinada a ayudar al párroco de Viña del Mar a cumplir mejor con su
trabajo espiritual en beneficio de los fieles y, al mismo tiempo, permitir a los fieles una
mayor facilidad para cumplir con sus obligaciones espirituales.
Aunque la erección de la parroquia de Viña del Mar disminuyó ostensiblemente el
territorio atendido por el vice párroco de Peñuelas, la nueva parroquia de Nuestra Señora
de Dolores de Viña del Mar resultaba de todos modos demasiado extensa para un
eficiente cumplimiento de sus deberes, tanto para el párroco como para los fieles a los
que debía atender.

229
FONCK, Francisco, La Lanceta de Quilpué, en “Boletín del Museo Nacional de Chile”, tomo II, número 1,
Imprenta Universitaria, 1910, páginas 50, 51.

128
Se determinó entonces dividir el territorio de la parroquia de Viña del Mar en dos
entidades parroquiales. La primera, Viña del Mar, abarcaría los territorios de las antiguas
haciendas de Las Siete Hermanas, la Viña de la Mar, Reñaca y Concón. La segunda entidad
territorial constituiría una vice parroquia, comúnmente conocida como vice parroquia de
Quilpué, y abarcaría las tierras interiores del territorio adjudicado a la parroquia de Viña
del Mar, esto es, Quilpué, Peñablanca, y las tierras que por el lado norte alcanzan hasta el
río Aconcagua en el sector de la Punta del Peral.
Si bien se entiende que la vice parroquia del Rosario de Quilpué data de la segunda mitad
del siglo XIX, en los archivos eclesiásticos se menciona en algunas oportunidades a la
iglesia del pueblo de Quilpué como “vice parroquia”.
Aparentemente se trata de un honor y un tratamiento que se le da en virtud de contar con
una capilla que ha adquirido cierto prestigio por alguna razón que hoy en día se
desconoce.230 Es comprensible que después de hacerse pública la donación de una cuadra
de terreno efectuada por doña Petronila Valencia, como ya se ha dicho, en favor de la
capilla de Quilpué, ésta obtuvo los medios para mantenerse por sí misma y el estatus de
ser la única que contaba con dichos medios dentro de la jurisdicción de Peñuelas,
excepción hecha de la iglesia cabecera de esta vice-parroquia.
De las importantes capillas y oratorios del valle del estero Marga-Marga, vale decir,
Moscoso, Reculemu, Las Palmas, Marga-Marga e incluso centros religiosos importantes
como Las Tablas, dependían directamente de la buena voluntad de los hacendados dentro
de cuyas tierras se encontraban dichas dependencias eclesiásticas, y eran los propietarios
de la tierra quienes corrían con la mayor parte de los gastos de mantención. Se trataba,
mayormente, de capillas privadas y no públicas, como en el caso de Quilpué.
La capilla de Quilpué, por lo tanto, adquirió un estatus especial e importante, ya que no
estaba construida dentro de las dependencias de la Casa Patronal, como era la costumbre,
sino en un predio propio, que le pertenecía, y sobre el cual podía ejercer todos los
derechos que le correspondían como propietaria de dicho predio.
Es cierto, por otra parte, que la capilla de Quilpué fue pobre de todos modos a pesar de
esta donación debido a que, como parece, no usufructuó apropiadamente del bien raíz
que se le entregaba, ya que la propiedad que le donó permaneció abierta y, según parece,
en términos comunes y corrientes del uso y la costumbre diarios, a los ojos de lugareños y
forasteros, parecía que la propiedad continuaba formando parte de la Hacienda de
Quilpué y, después de su partición, de las propiedades de los Valencia.
Quizá se debió este hecho en parte a que la autoridad eclesiástica correspondiente no
consideró que podía surgir amenaza alguna a la propiedad de la cuadra debido a que la
propiedad estaba asegurada por el documento de donación firmado por doña Petronila
Valencia y que no solamente constaba en los registros de la época, sino que se mantenía
una copia firmada y sellada, como bien correspondía, en manos de la propia autoridad
eclesiástica competente.
Por lo demás, no había grandes cosas que asegurar ni que resguardar ni siquiera dentro de
la propia capilla, ya que era una edificación donde la celebración del santo oficio y

230
Véase, El Oratorio y Capilla de Quilpué. Primeros movimientos de registros, en las páginas 74, 75.

129
asimismo los sacramentos eran dispensados por el cura de Peñuelas y en los últimos años
por el de Viña del Mar, o por quienes ellos delegaban.

Auto de creación de la
vice-parroquia de Nuestra
Señora del Rosario de
Quilpué

130
La cuadra de la Iglesia del Santísimo Rosario
La determinación de la ubicación de la cuadra 231 de la iglesia del Santísimo Rosario, es
bastante fácil en el presente estado de las cosas. Se trata, básicamente, de la parte
meridional de la manzana en que actualmente se encuentra la iglesia parroquial,
ocupando un espacio que se extiende, desde la actual calle Portales hacia Baquedano. En
esos entonces, no existía todavía la calle Claudio Vicuña abierta entre las actuales Andrés
Bello y Portales, sino que la propiedad de la iglesia se extendía por sobre el trazado actual
de dicha calle, como lo muestra el plano adjunto.

Plano de la Cuadra de la Iglesia del Santísimo Rosario de Quilpué, de la parroquia de Nuestra


Señora de Dolores de Viña del Mar, 21 de Agosto de 1888. Original en Archivo del Obispado de
Valparaíso. Puede apreciarse que en este plano se han señalado claramente las medidas del
terreno y lo que alcanza a cubrir sobre la superficie, haciendo casi desaparecer el camino carretero
que corresponde a la actual calle Baquedano, lo que suscitó la indignación de quienes debían
dirigirse a la estación desde los campos colindantes, ya que quedaban obligados a un rodeo de

231
Aquí, “cuadra” no tiene equivalencia con “manzana”, como en general se supone. Se trata de una cuadra
de tierra definida por el uso campesino, de modo que una cuadra equivale a 125,39 metros, de manera que
una cuadra cuadrada es igual a 125,39 X 125,39, lo que es igual a 15.722,6521 metros cuadrados, lo que
equivale a 1,57226521 hectáreas. En general, se suele considerar que una cuadra equivale a 1,5 hectáreas.

131
varias cuadras hasta la actual calle Vicuña Mackenna, la que no estaba en el mejor estado
tampoco por las quebradas que desembocaban en ella.

El plano que aquí se presenta, fue confeccionado en agosto de 1888, con motivo de la
subdivisión proyectada de la extensa propiedad de la iglesia local, la que tiene su origen
en la bien conocida donación realizada por doña Petronila Valencia en 1818.
Luego de alguna controversia surgida con los vecinos a partir de 1874, cuando se inició la
reconstrucción de la iglesia tras el terremoto de 1873, al intentar la iglesia cerrar su
propiedad, finalmente se llegó a un acuerdo por medio del cual la iglesia cedió sendas
franjas de terreno para la apertura definitiva de calles que antes de eso solo eran caminos
permitidos por el uso, pero nada más que eso.
En efecto, varios vecinos protestaron que el cierre de la propiedad iba en perjuicio del
pueblo y de los vecinos, obligándolos a dar un enorme rodeo para ir o venir desde la
estación con sus carretas. La iglesia había obtenido del Gobernador de Limache la
autorización para concretar el cierro, en virtud de los documentos de cesión que obraban
en su poder. Los vecinos acudieron al Intendente de la provincia de Valparaíso y alegaron
que la cuadra de tierra en que estaba la iglesia era plaza pública.
Finalmente, la Intendencia provincial, la Gobernación departamental y la propia
Municipalidad de Limache (de la que Quilpué formaba parte) se opusieron al cierre y la
iglesia, por medio de su párroco, el de Viña del Mar, de la cual parroquia la iglesia de
Quilpué era vice parroquia, acudieron a los tribunales para establecer su mejor derecho y
hacer reconocer los títulos que exhibía para cercar la cuadra de tierra que le fuera donada.
Luego de un litigio bastante engorroso, en que incluso los hijos de doña Petronila
reconocieron la donación y la ratificaron por ellos mismos, como ya se ha dicho, y del
desistimiento de los reclamantes por un acuerdo extrajudicial, la iglesia pudo establecer el
alcance de su propiedad a partir de ese momento, donando dos franjas de terreno para
concretar la ya mencionada apertura definitiva de las calles Baquedano y Claudio Vicuña
actuales en el sector en que colindaban con la propiedad de la iglesia.
En aquel tiempo, la iglesia estaba construida al centro de la cuadra que le pertenecía,
como se aprecia en el plano que se reproduce arriba. Al lado derecho estaba el
cementerio, según parece de antigua data, pero no anterior a 1818, cuando se hizo la
donación. Con el tiempo, en las reconstrucciones posteriores que tuvo la iglesia a raíz
tanto de los daños causados por terremotos como a resultas de una autorización de
reconstrucción a mediados del siglo XX, el edificio de la iglesia parroquial se extendió hacia
adelante, hacia la calle Portales de la actualidad, para adquirir la forma que actualmente
presenta en un muy hermoso estilo arquitectónico que la hace, a pesar de su poca data,
uno de los pocos ejemplares de patrimonio arquitectónico existente en el casco histórico
de la ciudad.
El litigio suscitado se debió a que, al intentar cerrar la iglesia la cuadra que le
correspondía, los vecinos se dieron cuenta de que, por el lado poniente, ocuparía la casi
totalidad de lo que ahora es la primera cuadra de la calle Baquedano, tomada desde
Claudio Vicuña, lo que les impediría seguir transitando con sus carruajes por ese camino
que se usaba tradicionalmente, sin que hubiera servidumbre alguna. Ese cierre significaba,
de buenas a primeras, que todo el tráfico debía tomarse la molestia de dar un rodeo y en

132
vez de, cuando se venía desde los fundos del interior hacia la estación, bajar directo por la
actual calle Balmaceda y enseguida tomar por la actual Baquedano y luego tomar Claudio
Vicuña e Irarrázabal hasta la estación, tomar directo por la actual Portales y continuar
hasta la actual Vicuña Mackenna, entonces un muy mal camino debido a las quebradas,
para tomar por ahí hasta la estación.
Es cierto que la Municipalidad perdió el pleito. Pero la iglesia no cerró la cuadra que le
correspondía sino que, allanándose a un acuerdo extrajudicial, renunció a una parte de
sus derechos y permitió que se estableciera definitivamente el actual trazado poniente de
la cuadra, permitiendo que permaneciera la actual calle Baquedano tal como se la usaba
previamente.
Al mismo tiempo, y por ese mismo acuerdo, se determinó abrir la actual calle Claudio
Vicuña entre Baquedano y Portales, de manera que se reconocía como calle un camino
que había abierto el uso común y sobre el cual no se había tomado ninguna clase de
acuerdo en los pasados setenta años desde la donación de doña Petronila.
Estos litigios se dieron en los mismos momentos en que se estaba trabajando en la
construcción de una nueva iglesia, debido a que la anterior había resultado seriamente
dañada por el terremoto de 1873.
Igualmente, se estaba produciendo un movimiento dentro del pueblo de Quilpué para
obtener de la autoridad eclesiástica la erección de la iglesia pública de Quilpué como vice
parroquia de la parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar.
El respectivo auto de erección de la iglesia pública de Quilpué en vice-parroquia de la
parroquia de Viña del Mar vino el 28 de agosto de 1886, con lo cual se oficializaba una
situación que ya se estaba adelantando desde el siglo XVIII, como se ve de los registros de
Peñuelas.

2.- Erección de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Auto de erección. Territorio
y jurisdicción.
Nuevamente, y debido al aumento poblacional y la preocupación de la autoridad
eclesiástica por llevar la atención espiritual a todos los rincones del país, hubo que
repensar, en el caso de la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar, cuál
era la mejor forma de atender a los fieles de la mejor manera posible, al mismo tiempo
que facilitar al párroco su trabajo espiritual y eclesiástico.
Fue entonces que se comenzaron las conversaciones a alto nivel para llegar a una solución
apropiada al problema que planteaba en la vida cotidiana a los fieles y al párroco la gran
extensión del territorio parroquial. Y se arribó a buen puerto.
En efecto, por auto del 3 de mayo de 1889, se erige la nueva Parroquia de Nuestra Señora
del Rosario de Quilpué, apenas a siete años de la erección de la Parroquia de Nuestra
Señora de Dolores de Viña del Mar, de la que se la segrega, junto al territorio que se le
reconoce y que correspondía, aproximadamente, al menos en el primer deseo, al
territorio de la antigua Subdelegación de Quilpué, con abstracción del territorio que
antaño formó la antigua Hacienda de Marga-Marga, que siguió formando parte de la
Parroquia de Santa Bárbara de Casablanca. En la práctica, sin embargo, al territorio de la
subdelegación se le añadió todo el territorio septentrional interior de la anterior parroquia

133
de Viña del Mar, quedando su límite norte establecido en el río Aconcagua y la punta del
Peral.

Plano adjunto por el presbítero Luis Antonio Iglesias, en una misiva en que, atendiendo a lo
reducido que le parece el territorio de la parroquia propuesta, se agregue a la misma el territorio
de la antigua Hacienda de Marga-Marga. Aparecen señalados, de manera general, los deslindes y
los territorios vecinos.

El auto de erección expedido por el Arzobispo Casanova es del siguiente tenor:

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“Nos, Mariano Casanova, por la gracia de Dios y la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de
Santiago, etc. Por cuanto los feligreses del pueblo de Quilpué, en el Curato de Viña del
Mar, vienen solicitando la fundación de una parroquia en razón de la importancia que este
lugar ha adquirido y para ello han contribuido a la fábrica de una capilla, casa parroquial y,
desde tiempo remoto, de un cementerio bendito232, habiendo donado por testamento en
favor de la Capilla titulada del Rosario, la señora Petronila VALENCIA, una cuadra de
terreno en el centro del pueblo; visto además que el Supremo Gobierno sólo no se opone
a la erección de esta Parroquia, sino que, con fecha 26 de marzo del presente año nos ha
manifestado su deseo de contribuir desde luego con la suma de $ 600 anuales para el
sostenimiento del párroco, suma que procuraría ser de mil en el año venidero;
considerando que no es fácil al párroco de Viña del Mar atender como deseara en lo
espiritual, a los habitantes de Quilpué, cuya población aumenta notablemente y que dicho
vecindario está dispuesto a contribuir a los gastos del culto, como elocuente lo ha
comprobado hasta ahora; oída la opinión del ya citado párroco de Viña del Mar y visto el
dictamen del Promotor Fiscal; en uso de nuestra jurisdicción ordinaria diocesana y en caso
necesario de la que nos ha sido delegada en el Cap. 6º sobre Reforma de la Sesión de 21
del Santo Concilio de Trento, separamos, dividimos y desmembramos de la parroquia de
Dolores de Viña del Mar, el distrito que vamos a indicar y en él instituimos y erigimos una
nueva parroquia bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, cuya fiesta deberá
celebrarse anualmente con todo esplendor como titular. A esta nueva parroquia damos
por límite los mismos que actualmente tiene la de Viña del Mar, Paso Hondo y que son: Al
Norte, Río Aconcagua; al Sur el Estero de Marga-Marga y los deslindes de esta hacienda.
Al Oriente, los límites de la Hacienda de Limache o sea, Quebrada Escobares, desde la
Punta del Peral y al Poniente, el Estero Paso Hondo de la Hacienda de Viña del Mar.
Deslindando de esta manera un nuevo curato, sometemos a la jurisdicción y cuidado del
párroco que fuere nombrado y de los que le sucedieran canónicamente en el oficio a los
habitantes de aquel territorio. Ordenamos que sea tenida por Iglesia Parroquial la Capilla
del Rosario arriba mencionada, con todos los privilegios y exenciones que por derecho le
corresponden y en la cual ha de conservarse la Sagrada Eucaristía, establecerse Bautisterio
y pila bautismal, como igualmente el cementerio bendito y todas las demás dependencias
propias de las parroquias, debiendo acudirse al párroco, lo mismo que a la fábrica de la
Iglesia, con todos los emolumentos, subvenciones y derechos que legítimamente
corresponden a nuestros curatos y que hasta aquí se han pagado o debido pagar. En cuya
virtud, damos por erigida y constituida la nueva Parroquia del Rosario de Quilpué,
ordenando que este nuevo auto de erección sea publicado por tres días festivos en la
parroquia de Viña del Mar y en la nuevamente creada del Rosario. Dado en la Parroquia
de Santa Cruz, el tres de mayo de mil ochocientos ochenta y nueve. Mariano, Arzobispo de

232
Este cementerio no tiene tampoco fecha de apertura al uso público, pero en vista de las circunstancias es
hasta probable que se haya puesto en funcionamiento bien temprano, algún tiempo después de hacerse
efectiva la donación de doña Petronila Valencia para la fábrica y mantenimiento de la capilla u oratorio que
se hallaba en ruinas o al menos en estado calamitoso en ese momento. Este cementerio estaba ubicado en
la actual esquina norte de Portales con Claudio Vicuña, y fue erradicado finalmente debido a los reclamos de
los vecinos y a un brote de cólera que afectó a la región.

139
Santiago. Por mandato de SS. Iltma. y Rma. Bernardo ARANGUIZ, Notario de Visita
Diocesana.”
El primer párroco de Quilpué fue el anterior vice párroco, el presbítero Don Luis Antonio
Iglesias, a quien se nombró para tal cargo con fecha 31 de mayo de 1889.

MÁXIMA
EXTENSIÓN
TERRITORIAL DE
LA PARROQUIA
DE NUESTRA
SEÑORA DEL
ROSARIO
DE QUILPUÉ

3.- Primeros registros parroquiales.


Los primeros registros parroquiales de Quilpué datan de 1889. Se trata del Libro de
Bautismos, registro que comienza el día 12 de mayo de 1889 con el bautizo de Celia de la
Cruz Ponce Urrea, hija legítima de Lorenzo Ponce y de María Jesús Urrea, feligreses de la
parroquia. Fueron padrinos en esta ocasión Antonio Durán y Andrea Marcoleta.
Los registros parroquiales dan una idea bastante clara acerca del movimiento y
crecimiento poblacional que experimentaba por esos entonces el pueblo de Quilpué, ya
que se suelen consignar datos tales como la procedencia de las personas que dan origen a
cada partida. Por ejemplo, en la partida número 1 del primer libro de bautismos se da
cuenta de que los padres de la persona bautizada eran oriundos del territorio
jurisdiccional de la parroquia de Quilpué, lo que si bien no significa que vivieran dentro del
radio urbano o inmediato del pueblo de Quilpué, por lo menos sí dentro del valle del
mismo nombre.

140
Reproducción de la primera página del Libro I de Bautizos de la Parroquia de Nuestra Señora del
Rosario de Quilpué, que se inicia el 12 de mayo de 1889.

141
Reproducción de la primera página del Libro I de Matrimonios de la Parroquia de Nuestra Señora
del Rosario de Quilpué, que se inicia el 23 de junio de 1889.

142
La primera partida del primer libro de matrimonios de la parroquia es del tenor siguiente:

“En la Iglesia parroquial del Rosario de Quilpué a veinte i tres de Junio de mil ochocientos
ochenta i nueve, corridas las tres proclamas que dispone el Santo Concilio de Trento, i no
habiendo resultado impedimento, casé segun el órden de nuestra Santa Madre Iglesia, i
velé á Narciso Rivera, viudo de Eloisa Silva, natural de Maipo i domiciliado en esta
parroquia, hijo lejítimo de Alejo Rivera i de Candelaria Pinto, con Justa Muñoz viuda de
José Rios, natural de Maipo i domiciliada en esta parroquia, hija lejítima de Juan Muñoz i
de Dorotea Osorio, siendo testigos Bernardo Valenzuela i Desideria Salinas; de que doi fé.--
“Luis Antonio Iglesias
“cura i vicario”

Esta partida, además, tiene la importancia de mencionar que los contrayentes, ambos
viudos, no eran naturales del territorio de la parroquia, sino que procedían de Maipo y
que se habían avecindado en el territorio jurisdiccional de la parroquia de Quilpué, donde
contrajeron matrimonio de acuerdo a las costumbres de la época, rindiendo, obviamente,
las correspondientes informaciones matrimoniales y cumpliendo con las formalidades
requeridas que eran, primero, hacer tres proclamas sobre la intención de los mencionados
contrayentes de casarse y, segundo, de ser velados.
De buenas a primeras, a muchas personas, aunque sean católicas, les parecerá extraño el
que la partida menciones las proclamas que disponía el concilio tridentino y que las
personas fueran veladas. Pero, veamos lo que significan esas cosas en sí mismas.
En primer lugar, la Información Matrimonial, también conocida como Amonestación Pre-
Nupcial es un registro de información acerca de los contrayentes. Las parejas que
deseaban casarse tenían que atravesar por un proceso de investigación para comprobar
que no tuvieran ninguna clase de impedimento para la celebración del sacramento. El
documento de información matrimonial consistía de varias partes. Incluía una
introducción que daba cuenta de la intención de contraer matrimonio por parte de la
pareja y en algunos casos las fechas de las proclamas o edictos matrimoniales, los que
143
anunciaban la intención de contraer el sagrado vínculo a objeto de que otras personas
tuvieran la oportunidad de declarar las razones por las que consideraban que la pareja no
debería casarse. Estas proclamas se realizaban en tres ocasiones distintas, generalmente
en tres festivos sucesivos, y en la misma parroquia.

Reproducción de la página 1 de la Información Matrimonial de Narciso Rivera.

144
El documento incluía información personal acerca del novio y de la novia, tales como
nombre, edad, estado civil, lugar de origen y de residencia, nombres de los padres y en
algunas ocasiones el lugar de nacimiento y nombres de los abuelos. Si para alguno de los
contrayentes se trataba de segundas nupcias, el documento detallaba el nombre del
cónyuge fallecido y se adjuntaba un certificado de defunción o de sepultación expedido
por autoridad eclesiástica o civil competente. A veces se incluía la fe de bautismo 233. A
veces se puede encontrar algún tipo de dispensa (es decir, una excepción) hasta el cuarto
grado de consanguinidad (relación de parentesco directo, de sangre) o afinidad
(relacionada con el matrimonio), indicando que el novio o la novia estaban de alguna
manera emparentados. Si este es el caso, también, en algunas ocasiones, se suministran
datos biográficos de las familias involucradas, algunas veces incluso dando una línea de
ascendientes de los progenitores en común.
En seguida, dos o más testigos declaraban la idoneidad del novio y de la novia, pudiendo
incluirse la información personal de los testigos y cuánto tiempo habían conocido a uno u
otra. Los testigos podían estar emparentados a los contrayentes. Dependiendo de la
información que se reunía en esta indagatoria, la información matrimonial podía ser de
unas cuantas páginas o de muchas, dependiendo de la declaración de los testigos, de la
información proporcionada por el público y de la documentación que se anexaba.
Generalmente, una nota al final del documento daba cuenta de si la pareja se había
casado o no.
Las “proclamas” dispuestas por el tridentino, esto es, por el Concilio de Trento, y como ya
se ha adelantado, consistían en la publicación en tres días festivos consecutivos o
seguidos, preferentemente en la iglesia parroquial, de la intención de casarse de la pareja,
a objeto de que quien tuviera algún reparo o supiera de alguna causal por la cual no
pudiera o no debiera celebrarse el matrimonio, la hiciera saber a la autoridad eclesiástica
pertinente.
La “velación” o el “velar” era una ceremonia instituida por la Iglesia católica para dar
solemnidad a la celebración del matrimonio, y que se llevaba a cabo mediante el cubrir
con un velo a los cónyuges en la misa nupcial que se celebraba, por lo general,
inmediatamente después del casamiento, y que tenía lugar durante todo el año, excepto
en tiempo de Adviento y en el de la Cuaresma. Cuando no se hacía la velación,
comúnmente el párroco escribiría en la partida “casé y no velé por ser tiempo prohibido”.
La riqueza histórica de la documentación que se preserva en el Archivo de la Parroquia de
Nuestra Señora del Rosario de Quilpué, permite al investigador la posibilidad de recrear
un cuadro muy completo acerca de las personas que vivieron en aquellos años,
reconstruyendo su origen y otras características relacionadas con su vida.
La preservación de tal importantísima documentación permite a las generaciones actuales
y futuras no solo conocer los nombres de quienes les precedieron en el espacio y el
tiempo, sino también intentar formarse una idea del mundo en que vivieron, de sus
anhelos, esperanzas, sueños y vida cotidiana.

233
Esto es, el documento que certificaba que se había realizado el bautismo de la persona.

145
Reproducción de la página 2 de la Información Matrimonial de Narciso Rivera.

146
Reproducción de la página 3 de la Información Matrimonial de Narciso Rivera.

147
Reproducción del certificado de defunción y sepultación de José Ríos, quien fuera marido de la
novia.

148
Reproducción del certificado de defunción de Eloisa Silva, quien fuera mujer del novio.

149
Y, en lo que respecta a la propia parroquia, permite ir conociendo el enorme trabajo
desarrollado por sus párrocos al ir cumpliendo día a día con su llamado al servicio del
bienestar espiritual de los feligreses a quienes debían atender.
Nunca estará de más el repetir que, dadas las circunstancias y los tiempos en que los curas
doctrineros, párrocos, misioneros, clérigos en general y laicos aprobados efectuaron su
trabajo espiritual, debe agradecérseles por el celo con que trabajaron y produjeron los
registros que hoy en día nos permiten ir descubriendo nuevas y muy ricas facetas no
solamente de la vida eclesiástica y de las labores que se realizaron en este ámbito, sino,
sobre todo, de las personas a quienes se refieren las partidas, inscripciones y documentos
que tenemos a la vista.
A continuación, y a modo de ejemplo esclarecedor, no nos resistimos a la tentación de
reproducir la Información Matrimonial relacionada con el matrimonio de los dos primeros
contrayentes en la iglesia parroquial de Quilpué, ambos viudos muy jóvenes, pues él tiene
apenas 26 años de edad, y ella sólo 22. La Información Matrimonial rendida no da cuenta
de impedimentos de clase alguna, por lo que no es necesario que pidan dispensa alguna. A
la Información Matrimonial se han adjuntado, como se verá, dos documentos, un
certificado de defunción y sepultación del que fuera marido de la novia (1866) y el de la
que fuera mujer del novio (1867).

4.- Quilpué, su Parroquia y la Revolución de 1891.


Aunque la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario fue erigida en 1889, siendo el
presbítero Luis Antonio Iglesias su primer párroco, el lugar recién será reconocido como
villa cuatro años después, en 1893, ascendiendo a ciudad en 1898.
Para cuando se funda la Parroquia, Quilpué no pasaba de ser, en el mejor de los casos,
una villa de segunda o tercera importancia en el concierto nacional, aunque debe
reconocerse que el paso de los rieles junto a ella le daba un gran dinamismo e
importancia, ya que a su estación ferroviaria llegaban los productos de toda la parte
occidental del valle de Quilpué y buena parte de los del valle del estero Marga-Marga.
Asimismo, a su estación arribaban los mejores y últimos productos que se internaban por
el primer puerto de la República, Valparaíso, y desde Quilpué se distribuían, por medio de
su bien desarrollado comercio, a los consumidores, llegando a casi todo el valle 234.
Para 1891, Quilpué se desarrollaba como una población bien consolidada, gracias al
empuje y carisma de sus personalidades públicas, quienes conformaron no solamente un
muy bien prestigiado y exitoso cuerpo edilicio que condujo a la ciudad y a la comuna por
el progreso y el desarrollo hacia el siglo XX, sino que, también, instituciones tales como la
Junta de Adelanto, que supieron no solamente interpretar los intereses y anhelos de la
comunidad sino también canalizarlos de la mejor manera posible para que las autoridades
pertinentes pudieran apoyar y llevar a buen término los planes que se fueron ideando
para la ciudad. Lo propio ha de decirse de los ciudadanos y de personas que se destacaron

234
Algunos productos ingresaban por la otra estación del valle, Peña Blanca, que monopolizaba la mayor
parte del tráfico comercial y productivo de la parte oriental del valle de Quilpué, así como de Moscoso y la
parte alta del valle del estero Marga-Marga, e incluso de Lliu-Lliu, en razón de tarifas más bajas que las que
regían en Quilpué y en Limache. La estación de Las Palmas, en el sector de Paso Hondo, tuvo desde el
principio muy poco movimiento y no influyó mayormente en el tráfico del valle.

150
en la economía local, quienes fueron capaces de visionariamente hacer donaciones en
dinero y en tiempo, dones y talentos, para empujar mancomunadamente el carro del
desarrollo y del progreso.
Gracias al esfuerzo de sus autoridades y de los vecinos en general, así como a la
importancia que le dio el ferrocarril, se logró que el de enero de 1891 el Presidente José
Manuel Balmaceda firmara el decreto que creó la comuna de Quilpué. Pero eran tiempos
difíciles. El país estaba dividido en dos bandos irreconciliables. Por una parte, el Presidente
de la República y quienes le apoyaban y, por la otra, el Congreso Nacional, opuesto al
Gobierno. Las fuerzas armadas nacionales se sublevaron apoyando la postura del
Congreso y se dio inicio a una guerra civil que culminó con la batalla de Placilla, librada en
los llanos de Peñuelas y Placilla el de agosto de 1891. Las fuerzas constitucionalistas
fueron completa y definitivamente derrotadas y una Junta militar tomó el control del país.
La nueva comuna de Quilpué quedó en el mero papel, porque el congreso ya había
decretado que las acciones gubernamentales de después del de de 1891 quedaban
comprendidas en el período de la “dictadura” de Balmaceda y, por lo tanto, no eran
reconocidas por el Congreso. Ni lo fueron posteriormente, cuando asumió el nuevo
Gobierno.
Obviamente, el párroco de Quilpué tuvo una enorme tarea, una gran carga, debido a que
en su jurisdicción quedaban no solamente vencidos, sino también vencedores, y había
muchas heridas que curar para que se produjera el necesario reencuentro entre hermanos
que haría que no solo la villa y la parroquia sino el país completo, pudieran nuevamente
mirar al futuro con esperanzas.
Hubo que esperar hasta el 14 de octubre de 1893 para que el nuevo Presidente de la
República firmara un nuevo decreto que creaba, esta vez definitivamente, la comuna de
Quilpué. Este decreto, por otra parte, reconoce tácita y oficialmente a Quilpué como villa.
Este es un reconocimiento oficial basado en la fuerza de los hechos, porque no existe
ningún decreto que le otorgue el título de villa a Quilpué, como tampoco existe Acta
fundacional alguna a este respecto, como en otras poblaciones del país. Habrían de pasar
más de cuatro años todavía para que Quilpué recibiera el reconocimiento de ciudad. Ello
ocurrió con el decreto del 25 de abril de 1898. De nuevo, es la fuerza de los hechos
consumados lo que obliga a que Quilpué sea reconocida como ciudad, sin mediar Acta
fundacional alguna.
Mientras tanto se iba consolidando la nueva institucionalidad, el párroco y la parroquia
como tal, iban creciendo y desarrollándose gracias a la vitalidad y el empuje de los
feligreses y de su pastor, empeñados, como estaban, en dar lo mejor de sí para el
bienestar y el progreso y el sanamiento de las pasadas dificultades ocasionadas por la
guerra civil de 1891.

5.- El cierre del Cementerio Parroquial y el traslado de los cuerpos sepultos. Causas y
proceso.
Quilpué contó con cementerio desde “tiempos remotos”, al decir del arzobispo Casanova
en su auto de erección de la parroquia de Quilpué. Y sostenemos que este cementerio
bendito ha de ser de temprana data, quizá si desde poco después de hacerse efectiva la

151
donación de la cuadra de tierra por parte de doña Petronila Valencia para sostener el culto
divino en la aldea de Queupué, así como para la fábrica de una nueva capilla.
Es absolutamente cierto que al principio el cementerio no fue ninguna molestia ni provocó
detrimento alguno a los habitantes de dicha aldea, sobre todo debido a que se trataba
apenas de una aldea rural con caserío diseminado a lo largo del Camino Real y de algunos
otros caminos secundarios. Pero el tiempo fue avanzando y se fueron produciendo
muchos cambios, sobre todo porque la vieja aldea de caminos y senderos polvorientos y
escasos habitantes se fue convirtiendo en un importante centro de población y de aldea
pasó a ser un pueblo y luego una villa al influjo del ferrocarril.

La reproducción parcial del plano de la cuadra de la iglesia de Quilpué que se presenta aquí
corresponde a la esquina de las actuales calles Diego Portales y Claudio Vicuña. En color gris se ha
señalado el sitio o lote número 9, que corresponde al lugar donde antaño estuvo ubicado el
Cementerio Parroquial de Quilpué. Se ignora la fecha exacta de su apertura, pero obviamente es
posterior al año 1818, fecha en que se realizó la donación de la cuadra de tierra (no manzana) a la
iglesia. La propiedad original de la iglesia en el casco histórico de la ciudad rebasaba la actual calle
Claudio Vicuña hacia el sur. Dicha calle no existía.

Por esos años se había desarrollado, además, una controversia sobre el derecho que tiene
la Iglesia para negar sepultura en cementerio bendito al pecador impenitente, en un
contexto de laicismo que se iba exacerbando y que, obviamente, se derivaba también del
consorcio que unían a la Iglesia al Estado por medio de un patronato que a veces resultaba

152
incómodo para aquella y otras veces parecía ser la mejor manera de conducir los
asuntos.235
A consecuencias del arreglo que se produjo entre la Iglesia y los vecinos opuestos al cierre
de la cuadra de la iglesia, se abrió una calle entre la Calle de los Carreras (actual Avenida
Diego Portales) y la calle de Holley (actual calle Baquedano), permitiendo que la llamada
Calle de la Estación (después llamada Calle de Miraflores y actualmente Claudio Vicuña) se
extendiera hasta la primera, es decir, hasta Portales, con lo que quedó expedito y
asegurado el paso de la gente desde y hacia la estación por este lado.
A raíz del mismo acuerdo, se aseguró la apertura definitiva de la calle Baquedano actual,
entre Claudio Vicuña y Balmaceda, aproximadamente, para el tráfico de carretas y de
peatones, ya que, como es sabido, el cierro que estaba implementando la iglesia de su
cuadra de tierra reducía a la calle Baquedano, en ese tramo, a mero y exiguo callejón, lo
que obligaba a las carretas a dar una enorme vuelta hasta la actual calle Vicuña Mackenna
para acceder a la estación.
En seguida, una serie de inconvenientes se van a poner de manifiesto. Uno de tales
inconvenientes es que enfrente del término de la Calle de la Estación (Claudio Vicuña)
existe una gran propiedad que se va subdividiendo pero que no permite el paso, aunque
tal inconveniente es el menor de todos. El mayor inconveniente es la existencia del
Cementerio Parroquial, al que los vecinos pronto señalarán como un elemento contrario
al buen aspecto que desean para el pueblo. Alegan que, cuando alguien se baja del tren lo
primero que ve es el Cementerio. Y, en una época en que medran las pestes, el
Cementerio es sindicado también como un foco de infección. Los reclamos de los vecinos
se aprecian muy bien en la siguiente carta transcrita del original que hemos tenido a la
vista:
“Los que suscribimos vecinos de Quilpue a US como mejor procedamos decimos: que
venimos en solicitar en forma se sirva tomar las medidas necesarias a fin de que
desaparesca el antiguo Cementerio parroquial que existe dentro de la poblacion y en la
parte mas central i visible de ella, en mérito de las razones que pasamos a esponer:
“Hace como dos años que se decretó se cerrase el Cementerio de que se trata, por ser ya
inadecuado para su objeto, habiéndose construido otro en el local que se creyó aparente;
desde esa época ha quedado abandonado el primero y se han derrumbado en parte sus
paredes permitiendo que los perros hagan fiesta en los restos humanos allí esparcidos y se
haya convertido todo aquello en cloaca pública.
“La situación de este cementerio inmediato a la estacion del ferrocarril, a la iglesia i por
consiguiente a los puntos mas frecuentados de la poblacion hacen de él un foco de
infeccion que es necesario hacer desaparecer a la mayor brevedad; pues que este estado
de cosas da una triste idea de este pueblo por lo demas tan adelantado, ofreciendo aquel
ingrato espectáculo a la vista de los que por allí transitan.
“Es de absoluta necesidad, señor, se ordene a la brevedad posible la estraccion de los
restos humanos alli depositados, i la demolision de este local por las razones aducidas,
pues que, su permanencia alli solo contribuye a viciar la pura atmósfera de este suelo i a

235
Ejemplo de la controversia sobre los cementerios es el libro Los Cementerios, José Hipólito, obispo de
Concepción, Imprenta del Mercurio de Tornero y Letelier, Valparaíso, 1872.

153
afear el pueblo. Es por esto que impetramos de U S. interponga sus buenos oficios en pro
del bienestar i progreso de esta poblacion, que tanto debe a su reconocido celo por su
adelanto. Quilpué Marzo 8 de 1890.
“De US. AA. i S. S.”
Enseguida viene una serie de firmas de los principales vecinos del pueblo.
Es una controversia que dura bastante tiempo, desde que se determina el cierre del
cementerio parroquial hasta que se realiza el traslado efectivo de los cuerpos, lo que no
fue ni era algo fácil de realizar. En efecto, como, una vez cerrado el cementerio del centro
del pueblo por la autoridad competente, había quedado prácticamente abandonado y casi
librado a su suerte, muy obviamente debido a la falta de recursos para trasladar los
cuerpos, los vecinos, hastiados de que no se haga nada, canalizan al Intendente de la
provincia sus inquietudes, quien, vistos los antecedentes, dispone la clausura de dicho
Cementerio y el traslado de los cuerpos a otros cementerios. La Iglesia se ve obligada a
negociar para cumplir con la disposición del Intendente proceder al traslado de los
cuerpos. Los deudos de los sepultados son convocados a presentarse a la oficina
parroquial para asumir el traslado, ya sea a los cementerios católicos de Limache o de
Caleta Abarca236 o hacia otros cementerios, como el de El Belloto, en un cuartel
especialmente destinado al efecto.

“Valparaiso, Mayo [1890]

236
Desde aproximadamente que se decidió el cierre del cementerio de Quilpué, el párroco de Viña del Mar
se vio obligado a buscar un nuevo sitio para el entierro de los fieles. Y no hallándolo en la parte plana de
Viña del Mar, finalmente lo encontró en el sector de Caleta Abarca, donde fue bendecido y abierto al uso de
los fieles, existiendo hasta el día de hoy.

154
“Remito a U.S. copia del oficio del Señor Arzobispo de Santiago sobre la traslación de los restos del
antiguo Cementerio de Quilpué al Cementerio Católico o de Limache o de Viña del Mar en
conformidad con los deseos espresados verbalmente al que suscribe por U.S.
“Dios guarde a U.s.
“Salvador Donoso.
“Al Señor Intendente de
“Valparaiso”237

El oficio a que se hace referencia es el siguiente:


“Nº 298
“Santiago Mayo 12 de 1890
“He recibido la nota de U S fecha diez del corriente, relativa a la traslacion de los restos
existentes en el cementerio de Quilpué a otro local. Los que alli se hallan sepultados
tienen pleno derecho a dormir el sueño eterno en tierra bendita i a la sombra de la Cruz.
“Mas de uno de ellos habrá aun pagado por adquirir su sepultura i es no solo de equidad si
no de estricta justicia el que la Iglesia los ampare en la posesion religiosa tan amada por el
Católico. Por esto es que, si no se puede construir en Quilpué otro Cementerio bendito,
estimulo a U S ruegue al Señor Intendente haga trasladar todos los restos que no sean
reclamados por los parientes o deudos a algunos de los Cementerios benditos de Limache
o Viña del Mar. Jamas podria un obispo Catolico sin traicionar sus deberes consentir en
que los cuerpos de los cristianos sean arrojados a un lugar cualquiera sin contar con las
bendiciones de la Iglesia. Como conozco personalmente los delicados sentimientos del
Señor Intendente me alienta la esperanza de que ha de aceptar esta indicación.—Dios
guarde a US.
“Mariano Arzobispo de Santiago
“Es copia auténtica de que doi fe
“Salvador Donoso”

Finalmente, algunos cuerpos fueron trasladados por sus deudos a los cementerios
católicos de Limache y de Caleta Abarca (Viña del Mar), pero la mayoría pasaron a reposar
a un sector especialmente bendecido del cementerio laico de El Sauce, en El Belloto.
Y, en lo que toca al terreno del cementerio, que medía 20 metros de largo por otros tanto
de ancho, fue vendido, como se autorizó por parte de la autoridad eclesiástica.
“Santiago, Noviembre 20 de 1891.—Vista la precedente comunicación del cura i vicario de
Quilpué, presbítero don Luis Antonio Iglesias, i considerando que la pequeña porción de
terreno, cuya enajenación se solicita, no produce utilidad alguna a la parroquia; en uso de
la facultad que concede el derecho en el capítulo Terrulas, causa 12, q. 2, se autoriza al
espresado cura para que pueda vender por la cantidad de cien pesos, libres para el
vendedor, el terreno que ocupaba el antiguo cementerio, i que mide veinte metros de

237
Con tinta negra, una mano diferente escribió: “Se le acuso recibo Mayo 16/90”. Esto significa el 16 de
mayo de 1890.

155
frente por otros tantos de fondo. Tómese razon i comuníqueses.—ALMARZA, Vicario
Jeneral.—Román, Secretario.”238

238
Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomo XI, 1890-1891, Imprenta Cervantes,
Santiago, 1893, página 598.

156
Una vez desocupado el terreno, la iglesia procederá a su venta.
En la actualidad, sobre este cementerio se encuentran varios locales comerciales ubicados
sobre la acera norte de la calle Claudio Vicuña, entre Portales y Andrés Bello,
aproximadamente.
Y, al caminar por dicha acera, uno puede tratar de imaginar cómo era el aspecto general
del pueblo de Quilpué en este sector, con algunas edificaciones dispersas y todavía
amplias propiedades rurales de antiguas familias, que poco a poco van dando forma a un
pueblo más urbano, a medida que continúa el proceso de subdivisión de la propiedad,
fenómeno que en el centro se fue experimentando al menos hasta mediados del siglo XX.

6.- Un nuevo Cementerio Parroquial. La donación de Buenaventura Joglar.


El cierre definitivo y el traslado de los restos humanos del primitivo cementerio católico de
Quilpué, ubicado en pleno centro del pueblo y junto a las principales vías del mismo, dejó
a la parroquia y al pueblo sin un lugar apropiado dónde enterrar a sus muertos.

157
Para los católicos fieles a la doctrina y a la piedad de la Iglesia no era opción el cementerio
laico que funcionaba en el sector sur de El Sauce, y que se mantuvo en existencia hasta la
segunda mitad del siglo XX. Se requería de un campo bendito, santo, para el descanso de
los finados católicos.

“En Valparaíso República de Chile á cuatro de Noviembre de mil ochocientos ochenta i


ocho ante mí Joaquín 2o Iglesias Notario i Conservador de Bienes Raices de este
departamento i testigos cuyos nombres se espresarán á la conclusión, comparecieron de
una parte Don José Antonio Galeas i Valencia, vecino de Quilpué, i de la otra el Presbítero
Don Eliseo Lisboa, Cura i Vicario actual de la Parroquia de Viña del Mar con la autorización

158
que más adelante se insertará, ámbos mayores de edad, accidentalmente en este
puertom á quiénes soi fé conozco i dijo el primero que deseando hacer una buena obra
para los habitantes católicos de Quilpué, pueblo de su residencia i perteneciente a la
Parroquia de Viña del Mar, vino por esta escritura en hacer donacion pura, perfecta e
irrevocable de un terreno para Cementerio parroquial católico. Es condicion fundamental
de esta donacion que el indicado Cementerio esté siempre bajo la jurisdiccion de la
autoridad eclesiástica diocesana de que depende ese pueblo, o de la que mas tarde
pudiera depender con esclusion de cualquier autoridad civil. Pues, si llegase el caso que el
indicado terreno se empelara en Cementerio Católico, o si quisiere la autoridad civil
hacerse de él para Cementerio laico ú otros usos, en cualquiera de estos casos, el
compareciente o sus herederos lejítimos, reasumirán la propiedad i dominio del
recordado terreno. El terreno donado no alcanza al valor de trescientos pesos, por cuyo
motivo no se ha requerido la insinuacion que ordena la ley. El terreno mide por sus cuatro
rumbos sesenta i cinco metros, formando una superficie de cuatro mil doscientos
veinticinco metros cuadrados. Dona así mismo un callejon de valor de veinticinco pesos i
de dies metros de ancho por dos cuadras de fondp, el cual dá entrada libre e
independiente al terreno para el citado cementerio. Este callejon tiene su frente de
entrada al camino que se llama del Estado, que es su limite por el Sur, por el Oriente en la
estension de cuarenta i cinco metros con terrenos de Don Martin Gonzalez i en la demás
estension hasta dos cuadras mas o menos limita con terreno del donante, como asi mismo
por el costado del Poniente; i el cuadrado de que se ha hecho mérito al principio limita por
sus cuatro rumbos con terreno del donante. En consecuencia, el compareciente transfiere
a la Parroquia de Viña del Mar el dominio i propiedad de las dos porciones de terreno
mencionadas, declarando que la donacion la hace libre de todo gravamen.
“Queda facultada la persona que presente este título para solicitar su inscripcion en el
Registro del Conservador respectivo á fin de que surta los efectos legales de la tradicion
de dominio. Presente el Señor Eliseo Lisboa, en el carácter espresado al principio, mayor
de edad, vecino de Viña del Mar, á quien doi fé conozco, espuso que aceptaba para la
Parroquia que representa esta escritura en los terminos relacionados.”
Sin embargo, esta donación no prosperó y hubo de pasar sus buenos años antes de que la
Parroquia viera levantarse un nuevo cementerio bendito para beneficio de sus fieles.
Esta oportunidad llegó en una nueva donación, donación efectuada por don Buenaventura
Joglar, el mismo que fundó Villa Alemana y estuvo en varios acontecimientos no como
mero espectador, sino como avanzado actor.
La bendición de la primera piedra del nuevo cementerio católico de la comuna se realizó
el día 19 de noviembre de 1905 a las 17:00, por el cura párroco don Carlos Antonio Ureta
C., quien preparó un sentido discurso, en el cual expresó: “A mí me cabe el honor de
bendecir la primera piedra de este muro y purificar con el agua lustral hasta el umbral de
este sagrado recinto, para decir a cuantos a él acceden que la tierra que pisan es santa y
venerables las reliquias que en ella se encierran y que deben dejar fuera toda profanidad.”
Más adelante, dirigiéndose a las familias más acomodadas de la sociedad quilpueína, les
dice: “Y puesto que el cementerio ofrecerá a todos plenas garantías de seguridad y
respeto, las familias pudientes contribuirán poderosamente a su progreso erigiendo en él
los mausoleos de familia y viniendo a sepultar aquí los restos mortales de sus deudos.”

159
De este especial acontecimiento se levantó un Acta, en la que se expresa: “En El Sauce de
Quilpué, a diecinueve días del mes de noviembre del año del Señor mil novecientos cinco,
en presencia del pueblo citado de antemano y de los caballeros y señoras que sirvieron de
padrinos, el presbítero don Carlos A. Ureta C., cura y vicario de esta parroquia,
debidamente autorizado por el ilustrísimo y reverendísimo señor arzobispo de Santiago,
doctor don Mariano Casanova, en auto del primero de septiembre de mil novecientos
tres, y por la ilustre municipalidad reunida en sesión extraordinaria el siete de abril del
mismo año, bendijo y colocó la primera piedra de este cementerio y le dio por titular y
patrono a San Carlos Borromeo.
“El terreno en que este cementerio queda fundado, es donación hecha a la parroquia de
Quilpué por el señor Buenaventura Joglar y mide ciento catorce metros lineales por cada
uno de sus cuatro costados; todo lo cual, con los demás datos, cosnta de la escritura
otorgada en Limache ante el notario píublico don Juan Francisco Toledo Cornejo, con
fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos tres y que se encuentra en el archivo
de este curato.
“En fe de los cual, y para perpetua constancia, firmaron los padrinos con el señor cura
párroco, dos ejemplares iguales: uno queda encerrado en la primera piedra en tubo de
metal en una hendidura practicada en la misma y que mide veinticinco milímetros de
largo y de dos pulgadas de ancho; la otra se guardará en el archivo de esta parroquia:
ambas constan de dos hojas de papel de hilo y están signadas con el sello parroquial.
“Carlos A. Ureta C., cura y vicario. Moisés Ríos G., Rita V. de Ríos, Víctor Bobillier, A. de
Bobillier, José Francisco Valencia G., Julia S. de Valencia, Juan F. Vives B., Beatriz Vives,
José David Valencia U., A. Cifelli, Miguel Oliveros. Por la señora Rosa G. de W., Ana
Binyons, Filemena F. de Cifelli, C. A. Byers, Sofía del Campo de Byers, Tomas Walker, Ana
E. Oliveros, María A. de Valencia, F. Camus, A. Santa María A.”

Ubicación del Cementerio


Parroquial de San Carlos
Borromeo en El Belloto.
Originalmente, las
principales señas para
acceder al lugar eran el
Camino Real (al sur), la vía
férrea y el estero (al centro)
y los cerros (al norte). Varios
senderos permitían acceder
al lugar, como también un
camino abierto por el
donante del terreno.

160
Comunicación oficial de parte del Intendente provincial al cura párroco de Quilpué de la
161
autorización para el nuevo cementerio católico.

Fue el mismo cura párroco quien redactó el Reglamento para el nuevo Cementerio
Parroquial de San Carlos Borromeo de El Belloto.

162
7.- El terremoto de 1906 y la reconstrucción de la iglesia parroquial
Como bien sabemos, Chile es un país sísmico. Son frecuentes los terremotos y los sismos
de variadas intensidades y magnitudes, movimientos que, a veces acompañados de
maremotos, han provocado a lo largo de la historia nacional severas pérdidas en vidas y
en bienes y propiedades.
Los terremotos, por otra parte, han sido la causa de las muchas reconstrucciones y
modernizaciones que han experimentado las ciudades y hasta los poblados en Chile desde
los tiempos de la Colonia por lo menos, ya que se carece de alguna información a este
respecto relacionada con el período prehispano. En el período hispano, se conocen varios
registros históricos sobre terremotos ocurridos.

Vista del centro de Quilpué a fines del siglo XIX. Al centro la iglesia parroquial con sus dos torres.
Reproducción parcial de antigua fotografía existente en la iglesia parroquial actual.

El terremoto del 16 de agosto de 1906 fue una gran tragedia no solamente para
Valparaíso. También lo fue en las localidades vecinas, como fue el caso de Quilpué. Las
construcciones de la época, eran principalmente viviendas de un piso, construidas en su
mayor parte de paredes de quincha embarrada y techos pajizos. Estas construcciones
resistirían bastante bien el fuerte sismo y en pocos casos se verían destruidas. En cambio,
las casas, amplias y altas, de las familias más pudientes, estaban construidas con paredes
de adobes o adobones, muy gruesas, en algunos casos reforzadas con algún maderaje y
con altos techos de tejas armados sobre tijerales. Debido a su altura, estas construcciones
estaban mucho más propensas a sufrir graves daños y hasta destrucciones completas con
un terremoto de gran magnitud.
La ciudad fue devastada por el terremoto y se produjeron al menos veinte muertes debido
a aplastamientos ocasionados por la caída de muros, paredes y techumbres de las casas
afectadas por el movimiento telúrico.
La iglesia parroquial de Quilpué, una hermosa construcción con dos torres, que había
reemplazado a la iglesia afectada por el terremoto de 1873, resultó mayormente

163
destruida, lo mismo que las otras dependencias parroquiales, como la casa parroquial y
otras dependencias.

Informe sobre el estado en que quedó la iglesia parroquial y la recomendación de demolerla para
construir otra nueva.

En medio de la desazón ocasionada por el destructivo sismo, la pequeña ciudad, todavía


con aires de aldea provinciana, tuvo que sacar fuerzas de flaqueza y sobreponerse, poco a
164
poco, al desastre y pensar en la reconstrucción no solamente de la ciudad sino, muy
especialmente, de la iglesia parroquial, luego de atender a sus heridos y de enterrar a sus
muertos.
En efecto, debido a las nuevas circunstancias, el cura párroco de la época, el presbítero
don Carlos Ureta, se vio obligado a cumplir con sus actividades espirituales y pastorales en
dependencias colindantes al templo destruido, y que daban frente a la actual calle
Portales, en tanto que se comenzaba a pensar en la reconstrucción, empresa en la que los
fieles trabajaron incansablemente, a pesar de sus necesidades producto de la catástrofe,
para financiar también esta obra, que consideraron de primera importancia.
“A una hora en ferrocarril de Valparaíso se encuentra esta población [, Quilpué,], que
sufrió con el terremoto perjuicios no inferiores á setecientos mil pesos. Las pérdidas de
vidas ascendieron a veinte. Una comisión compuesta del subdelegado señor don Moisés
Ríos González, de los señores don Jorge del Río, Francisco Garnham, Horacio Echegoyen,
del alcalde señor don Enrique Sinn y de don Onofre Polanco formaron la junta de vecinos
que atendieron á las necesidades de los habitantes.”239

239
RODRIGUEZ, Rozas, Alfredo y Carlos Gajardo Cruzat, La Catástrofe del 16 de Agosto de 1906 en la
República de Chile, Imprenta, Litografía y Encuadernación Barcelona, Santiago de Chile, 1906, página 281.

165
En la página anterior, segundo informe sobre el estado en que quedó la iglesia parroquial luego de
sufrir el embate del terremoto de 1906.

Desde el mismo momento del terremoto, la comunidad puso manos a la obra y de a poco,
a medida que sus fuerzas lo permitían, se fue reconstruyendo la iglesia parroquial, como
lo muestran una serie de documentos actualmente existentes en el archivo de ésta.
Debido a consideraciones de espacio no hemos reproducido la totalidad de la
documentación todavía existente sobre este particular, lo que dejamos para una edición
posterior a modo de Apéndice.

En 1909 se efectuaban trabajos de albañilería en los cimientos, donde se pusieron piedras, bolones
y mezcla de cemento para darle mayor solidez al nuevo edificio.

El 15 de agosto de 1915, en vísperas de cumplirse el noveno aniversario del devastador


terremoto, el periódico local “La Gaceta” informa a los quilpueínos que han llegado los
vitrales para las ventanas de la iglesia parroquial, los que fueron donados por doña Ana

166
Luisa Bello de Edwards, madre del escritor Joaquín Edwards Bello, notable hijo de Quilpué,
y quien fuera agraciado con el Premio Nacional de Literatura.

Cuando ya la Gran Guerra había estallado en Europa, los vitrales de la iglesia parroquial estaban
llegando a su destino.

La reconstrucción de la iglesia parroquial tomó alrededor de diez años, inaugurándose las


obras el 12 de noviembre de 1916 por monseñor Eduardo Gimpert, quien era en ese
entonces Gobernador Eclesiástico de Valparaíso. A la tan especial ocasión con que la
feligresía quilpueína celebraba la reconstrucción de su templo, el obispo llegó en el tren
de las nueve de la mañana, siendo recibido entusiásticamente a los sones interpretados
por la Banda Infantil de Quilpué y la Banda Parroquial de Los Andes. Entre las
personalidades que asistieron a la festiva ocasión estaban el diputado don Rafael Luis
Gumucio, el subdelegado don Benigno Polanco, el primer alcalde don Martín Contreras, el
juez de subdelegación don Alberto Valencia González, además de connotados sacerdotes
de la zona.

167
Al paso del obispo se habían instalado arcos de triunfo y caminos de flores, en el trayecto
de la estación ferroviaria a la iglesia parroquial, por la actual calle Claudio Vicuña.
La misa fue solemne, con acompañamiento de orquesta, y el magistral sermón, que caló
profundo en los presentes, estuvo a cargo del padre Bonino, de la Compañía de Jesús.
Diez años de trabajos culminaban y los fieles quilpueínos podían sentirse satisfechos de
todo su trabajo, toda su entrega y toda su paciencia.

La nueva iglesia parroquial, como se veía en 1945.

168
8.- Creación de Vice-Parroquias
El extenso territorio jurisdiccional de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario
involucraba a varias concentraciones poblaciones, que en su extremo oriental, avanzaban
a pasos agigantados, no solo en infraestructura urbana, sino que también en cuanto a su
densidad poblacional, dicha razón fue lo que de forma gravitante motivó la creación de
nuevas unidades espirituales bajo la forma de vice-parroquias, por medio de las cuales se
brindasen de mejor manera los beneficios espirituales que la comunidad necesitaba.
Nace de esta manera en la nueva comuna de Villa Alemana y en el poblado de Peñablanca
dos vice-parroquias, que terminarían convirtiéndose en los grandes centros espirituales de
aquellas localidades.

La Vice-Parroquia de Peñablanca
Peñablanca es una localidad ubicada al oriente de la actual comuna de Villa Alemana, sus
orígenes como poblado se remontan más allá de lo que antojadizamente se ha querido
reseñar en algunas partes, desde comienzos del siglo XIX, pesquisamos datos actos
jurídicos sobre terrenos en la localidad de Peña Blanca, el más antiguo data del mes de
Septiembre de 1831, en el cual se transa sobre un terreno ubicado en la jurisdicción de
Quepue, en el lugar que llaman “la Peña Blanca”240, por lo cual su existencia antecede en
gran tiempo a la llegada del Ferrocarril y el establecimiento de la renombrada estación en
1856. En sus primeros tiempos, estuvo sujeta a la administración del Departamento de
Limache y luego, tras crearse la comuna de Quilpué se sometió a esta, siendo un distrito
dentro de la misma, el cual tenía asignado un Inspector de Distrito de nombre J. de D.
Jiménez, el cual es vilmente asesinado y por eso reemplazado por don José Miranda G.,
todo esto hacia el año 1895241.
La historia espiritual en tanto se encuentra hasta hoy diluida en el tiempo, pensamos que
la gran influencia que ejercía la capilla, en su tiempo Viceparroquia (siglo XVIII), de
Moscoso, o la cercanía con la localidad de Limache y su Parroquia de la Santa Cruz,
absorbieron y dieron cabida a los fieles que buscaban recibir los beneficios espirituales o
los santos sacramentos.
Sin embargo, los datos de esta iglesia en los tiempos de la ya Parroquia de nuestra
comuna, se pesquisan desde 1910, en plena época del primer centenario de nuestra
República, el 5 de enero de dicho año desde Santiago, se autoriza al Presbítero Francisco
Javier Lizana242, a la sazón encargado de la Parroquia de Quilpué, para que acepte a favor
de la parroquia y sin cargo alguno para ella, la cuadra de terreno que ofrece ceder Don

240
Escritura de transacción de Estevan Erazo y Gregorio Cerda, Protocolo de Notario Francisco de Vargas.
Casablanca. 1831.
241
TRONCOSO, Roberto, op. cit., tomo IV, 1989, página 15.
242
Francisco Javier Lizana nació en Coltauco el 15 de mayo de 1863 siedno sus padres Don Jerónimo Lizana y
Doña Pabla Rodríguez, fue alumno del Seminario de Santiago, recibió el sacerdocio el 21 de diciembre de
1889. Hasta 1891 fue profesor y Prefecto en el Seminario y en seguida, Teniente de Cura de Los Doce
Apóstoles y de Tutunquén durante los años 1891 y 1894. Cura de Gualleco (1894-1899), Párroco de Coltauco
desde 1899 hasta 1909. Cura de Quilpué (1909 – 1912) y, finalmente, Párroco de Los Andes (1912-1931). La
Santa Sede le honró nombrándole Monseñor. Falleció el 28 de octubre de 1931. (ARANCIBIA Salcedo,
Raymundo. Diccionario Biográfico del Clero Secular Chileno 1918-1969.).

169
Valentín Bermúdez, con el objeto de que allí se edifique una iglesia viceparroquial de Peña
Blanca y Villa Alemana.
Aceptada la donación y cinco meses después, el mismo párroco, don Francisco Javier
Lizana, escribe una extensa carta relatando todos los hechos que hasta ese momento se
habían sucedido con respecto al templo de Peñablanca. El día 20 de junio del año del
centenario, describe que las poblaciones de Peña Blanca y Villa Alemana pertenecientes a
la parroquia de su cargo, adquieren cada día mayor progreso e incremento, lo que le lleva
a pensar que deben por eso mismo, mantener un servicio religioso de una manera más
eficaz e inmediata, sin que deba necesariamente mediar la distancia de una legua hacia la
cual se encuentra el asiento parroquial de Quilpué. “La necesidad de atender el servicio
religioso de estas poblaciones – relata nuestro párroco – la he sentido desde los primeros
días del año pasado cuando me hice cargo de la parroquia.
Para conseguir mi objeto manifiesto a Vuestra Señoría Ilustrísima y Reverendísima la
necesidad de crear entre Peñablanca y Villa Alemana una capilla pública que erigida en
Vice-parroquia sirviere de lazo de unión entre los dos pueblos que desde antiguo, según he
oído tienen entre si sus rivalidades. Esta misma circunstancia era favorable para obtener la
donación del terreno para la futura vice-parroquia. En Villa Alemana cedían dos mil metros
mal situados, pero el acaudalado Don Valentín Bermúdez me hizo donación por escritura
pública de diez mil metros cuadrados, al lado del sitio de la antigua capilla pública del
Señor Taforó, capilla que hoy día es propiedad de un caballero francés que remató en
pública subasta toda la propiedad que hasta ese día se creída propiedad de la Autoridad
Eclesiástica para Sanatorio de sacerdotes enfermos. El terreno cedido por el señor
Bermúdez para la proyectada vioceparroquia lo elegí entre las dos poblaciones, como
Vuestra Señoría Ilustrísima y Roma me lo indicó, a fin de que la futura iglesia sirviera para
el servicio religioso de ambos pueblos.
Obtenida la donación del terreno en tan buenas condiciones solicité del Supremo Gobierno,
por conducto del Diputado Don Rafael Lorca243, la suma de diez mil pesos para la
viceparroquia. Pero a solicitud de los vecinos de Villa Alemana, en el Presupuesto de este
año se consultan 4000 pesos para Peñablanca y 3000 para una capilla en Villa Alemana,
en terrenos que ofrece ceder la señora del primer Alcalde; lo que ha colocado las cosas en
el mismo estado y de una y otra población se nota cada días mayor entusiasmo por tener
capilla propia.
En vista de lo expuesto suplico a Vuestra Señoría Ilustrísima y Reverendísima se sirva
concederme la autorización necesaria para improvisar un oratorio público en Peñablanca
en casa de Don Valentín Bermúdez en un salón amplio y con puerta a la calle para decir
misa los domingos y días festivos mientras dure la construcción de la iglesia viceparroquial
de Peña Blanca. También solicito de Vuestra Señoría Reverendísima se sirva concederme
licencia para construir otra capilla en Villa Alemana en terreno que cederá la señora de

243
Rafael Lorca Pellross, nació en Valparaíso el 16 de noviembre de 1874. Fue miembro del Partido Liberal
Democrático siendo elegido diputado por primera vez por Limache y Quillota durante el periódo 1906 –
1909, siendo reelecto nuevamente por dos períodos hasta 1915, luego de lo cual se traslada al norte de
nuestro país ejerciendo el cargo de Notario y Conservador de Minas, Comercio y Archivero Judicial de
Iquique entre 1925 y 1929. Consultado el 14 de agosto de 2012 en http://historiapolitica.bcn.cl

170
Smithd y con el objeto de que, una vez terminada pueda decir en ella una segunda misa el
vice-párroco de Peña Blanca”244

Reproducción de la licencia otorgada al párroco de Quilpué para que erija un oratorio


semi-público en la localidad de Peñablanca.

244
Carta del Párroco de Quilpué al Arzobispado de Santiago sobre el establecimiento de una Iglesia en
Peñablanca. Archivo Parroquial de Quilpué.

171
Como queda muy claro de la explicación del párroco Lizana, el principal benefactor de la
Viceparroquia y luego Parroquia de Peñablanca fue el señor Bermúdez quien cedió un
retazo de terreno ubicado frente a la estación de Peñablanca, el cual incluía una casa de
dos pisos, con frente hacia el poniente, o sea a la actual calle Baquedano 245, a un costado
de ella se encontraba el antiguo oratorio desparecido por el hechos que nos detalla el
mismo párroco.
Finalmente las suplicas de este dieron fruto y se concedió la autorización para erigir un
oratorio semipúblico en la casa del señor Bermúdez.
Desde la creación del oratorio, no pasó mucho tiempo hasta obtener la creación de la
nueva viceparroquia, es así que con fecha 6 de septiembre de 1910 se decreta que en
virtud de la importancia y el gran número de personas habitantes de la localidad, más las
peticiones y súplicas elevadas por el párroco de Quilpué, se erija en el lugar de Peñablanca
una Viceparroquia, cuyo patrono será el Santísimo Corazón de Jesús, siendo la iglesia que
cumpla esta función la que existe en terrenos cedidos por el señor Bermúdez. De esta
forma siendo ya tal la calidad de la iglesia, se nombra con fecha 18 de octubre de 1910,
como primer vicepárroco al presbítero Daniel Merino246, siéndole permitido confesar
tanto a “hombres y mujeres dentro de los límites de la viceparroquia”.
De esta forma la labor espiritual en Peñablanca, comandada por nuestra Parroquia fue
creciendo y ampliándose cada día más, durante el mes de mayo de 1916, por ejemplo se
realizaron “Santas Misiones” en la Iglesia Viceparroquial de Peñablanca, las cuales
estuvieron a cargo de los RR. PP. Jesuitas Monserrat y Castillo, quienes dejaron como
recuerdo una Cruz en homenaje de su misión; tres años más tarde la misión la asumen los
Padres Redentoristas, Jorge y Deliz, según deja constancia el párroco Ernesto Luis
Riquelme247, el mismo recibe con fecha 17 de marzo de 1922, el nombramiento de un
nuevo vicepárroco para Peñablanca luego de la renuncia del que la servía, recayendo

245
Escritura Pública de Permuta y Compraventa entre Valentín Bermúdez y Arzobispado de Santiago,
Protocolo Notario Pedro Florez Zamudio de la ciudad de Valparaíso, 3 de agosto de 1910.
246
Daniel Merino fue hijo de Don Pedro E. Merino Feliú y de Doña Clorinda Benítez Labbé, nació en Chillán el
31 de agosto de 1886 y fue alumno del Seminario de Santiago y de la Universidad Gregoriana de Roma; fue
ordenado el 24 de diciembre de 1910 y a su regreso fue nombrado Cura de Rauco, primer Vice-Párroco de
Peña Blanca y Profesor del Seminario de Valparaíso (1908-1912). Fue también profesor del Seminario de
Santiago, de la Universidad Católica y de la Escuela de Leyes de Valparaíso, Secretario del Vicariato de
Tarapacá (1914-1919), Director de Acción Social, Cura de Curicó (1927- 1933) y Párroco de San Isidro (1933-
1947). Durante varios años recorrió el país dando conferencias de índole religiosa y social, que tuvieron gran
éxito y resonancia. Falleció repentinamente en Llolleo un 14 de febrero de 1947. (ARANCIBIA Salcedo,
Raymundo, op. cit.).
247
Don Ernesto Riquelme, era hijo de Don Leandro Riquelme y de Doña Carmen Acevedo, nació en Nirvilo el
25 de dieiembre de 1878. Hizo sus estudios en el Seminario de Santiago y , previa excorporación de la
Diócesis de Concepción, a la que pertenecía, fue ordenado como domiciliario de Santiago el 19 de
septiembre de 1903. Durante dos años fue profesor del Seminario e igual cargo tuvo en el Instituto de
Humanidades hasta 1915, año en que fue nombrado Cura de Quilpué. En 1924 renunció a la Parroquia y
ejerció libremente su ministerio durante cuatro años; en 1928 fue nombrado Cura de Melipilla y, poco
tiempo después, Notario Mayor del Arzobispado. Falleció en Santiago el 9 de noviembre de 1940.
(ARANCIBIA Salcedo, Raymundo, op. cit.).

172
dicho nombramiento en el Presbítero Don Augusto Enrique Argelas 248, sobre este último
se decía de parte del Señor del Canto, en carta dirigida a su amigo el párroco de Quilpué,
señor Riquelme: “Creo que sería bueno nombrar Vicario Cooperador de su parroquia de
Quilpué al Capellán del Sanatorio de Peña Blanca, con el único objeto de que haga algunos
matrimonios urgentes entre los enfermos de ese establecimiento cuando sea difícil
llamarlo a Ud. ó Ud. no pueda ir.
Para esto tendría Ud. que enseñarle a hacer informaciones y advertirle que cuando se
pueda, y sin demasiada exigencia, cobre para Ud. los derechos parroquiales.
Si a Ud. le parece, me dice para nombrarle.” 249
Finalmente la labor del Señor Árgelas, pareciera ser que fue provechosa, ya que no existen
reparos al respecto. Con el tiempo la viceparroquia irá tomando fuerza y dejará de
depender de Quilpué y será parte de Villa Alemana para luego ser independiente como lo
es hoy en día, reconociendo siempre su origen en las labores de nuestros párrocos.

La Vice-Parroquia de Villa Alemana


El poblado de Villa Alemana se ubica hacia el oriente de la actual comuna de Quilpué, sus
orígenes se remontan a la población que fundara el destacado quilpueíno, don
Buenaventura Joglar Amandi, luego de la compra que hiciera de la viña de Miraflores, la
cual loteó y transformó en población.
Las condiciones de nacimiento del centro espiritual para el proyecto poblacional del señor
Joglar, se cruzan como hemos podido apreciar, con los de la vecina Peñablanca, es incluso
el mismo párroco de nuestra Iglesia, don Francisco Javier Lizana, el que lleva adelante las
acciones para dotar a Villa Alemana de un centro espiritual con la categoría de
Viceparroquia en paralelo con las acciones que realizaba en Peñablanca. Es así que sus
cartas son muy ilustrativas y en definitiva hablan por si mismas, de ahí lo interesante de
transcribirlas.
Nos cuenta nuestro párroco con fecha 12 de septiembre de 1909, en una epístola al
Arzobispado de Santiago: “Digno de encomio es el entusiasmo que desde hace ya algún
tiempo reina entre los feligreses de esta parroquia, vecinos del pueblo de Villa Alemana,
por tener cuanto antes una capilla pública que sirva de vice-parroquia en atención á la
distancia que los separa de Quilpué.
En la esperanza de realizar su laudable propósito me han ofrecido el terreno y alguna
cantidad de dinero que han reunido á costa de muchos sacrificios.
Últimamente me han suplicado que me traslade a Villa Alemana el 18 del presente para
hacerme la entrega del terreno que por escritura pública han acordado ceder a la iglesia.

248
Don Augusto Argelas fue hijo de Don Enrique Argelás Casaseus y de Doña Matilde Blanchot Cuevas, nació
en Valparaíso el 21 de febrero de 1882. Fue inicialmente alumno del Seminario acuditano; se excardinó de
su diócesis para ir al Arzobispado de La Paz, Bolivia, en donde fue ordenado sacerdote el 28 de julio de 1917.
Pasado algún tiempo, regresó a Chile y prestó servicios en La Seerena y después, en el Arzobispado de
Santiafgo como Cura de Cabildo y Catemu. Obtenida su excardinación definitiva de la Arquidiócesis de La
Paz, se incorporó al clero de Valparaíso y atendió la Capellanía del Sanatorio de Peñablanca y fue Teniente
de Cura de Quilpué. Galleció en Valparaíso un 14 de marzo de 1947. (ARANCIBIA Salcedo, Raymundo, op.
cit.).
249
Nota del Señor del Canto al párroco Riquelme, Archivo Parroquial de Quilpué.

173
A fin de complacer a esta presión bastante numerosa de mis feligreses, que con tanta
generosidad y tanto entusiasmo se ofrecen para facilitar el servicio religioso en esa
población, suplico a Vuestra Señoría Ilustrísima y Reverendísima se sirva concederme la
autorización necesaria, 1° para aceptar la donación del terreno que los vecinos de Villa
Alemana ofrecen a la iglesia; 2° para decir una misa de campaña en una capilla
decentemente improvisada en el mismo terreno cedido y en donde próximamente se
construirá la capilla vice parroquial de Villa Alemana; y 3° que se sirva conceder 80 días de
indulgencia a las personas que contribuyan con sus limosnas para la rrealización de la
obra”.250
El Arzobispo de Santiago responde positivamente la carta de nuestro párroco debiendo
consignarse los límites claramente del terreno donado y ampliando a 100 días la
indulgencia para las almas generosas de los donantes.
El entusiasmo, como señala el párroco era tal, que muchos quisieron poner “manos a la
obra” y ser parte activa en el proceso de construcción de la nueva viceparroquia, es así
por ejemplo que el 10 de abril de 1911, el jefe de la sección de arquitectura de la
Dirección de Obras Municipales de Villa Alemana, don Camilo Proto se ofrece para prestar
gratuitamente sus servicios profesionales en la confección de los planos de la Iglesia y la
dirección técnica del edificio no sólo de la iglesia, sino que también de la casa parroquial,
la escuela y los anexos que se necesiten.
Avanzadas de esta forma las intenciones, el 12 de abril de 1911, el Arzobispo de Santiago,
autoriza al párroco de Quilpué, señor Lizana, para que fije la cruz y bendiga la primera
piedra del nuevo templo que se construirá en el pueblo de Villa Alemana, dedicado a San
Nicolás de Bari, usando la fórmula de Ritual Romano, con la misma fecha se autoriza al
mismo para aceptar la donación de cinco mil metros de terreno que ofrecen
gratuitamente don Heraclio Martínez y Don Ismael Gajardo, para que en ese sitio se
construya la proyectada iglesia de Villa Alemana, encargándose el párroco de dar los
agradecimientos a estos generosos bienhechores y cuidar que la donación se haga con
todas las formalidades legales, lo cual se verifica por escritura pública de fecha 24 de abril
de 1911 en la que los mencionados benefactores donan los sitios nueve, diez y once de la
manzana cuarenta del plano levantado por el ingeniero don Camilo Proto y que al norte
deslinda con la calle Victoria y al poniente con calle Williamson 251. De esta forma se
desechaba el ofrecimiento que la señora del primer alcalde de Villa Alemana hacía, de
donar unos terrenos ubicados un poco más hacia el norte que la referida donación, en
calle Díaz con Patricio Lynch, optándose por esta mejor alternativa.

250
Carta del Párroco de Quilpué al Arzobispado de Santiago por la creación de una Iglesia en Villa Alemana,
Archivo Parroquial de Quilpué.
251
Escritura de donación. Protocolo de Don Julio Rivera Blin, Notario Público y de Hacienda de Valparaíso.
Primer Semestre de 1911.

174
L a referida ceremonia de colocación de la primera piedra se llevó a cabo el 21 de mayo de
1911, asistiendo a la ceremonia el Intendente (S) Contralmirante Luis Uribe, el
Gobernador Eclesiástico de Valparaíso Don Eduardo Gimpert, el Gobernador de Limache
Don Julio Baeza Infante, el Alcalde de
Villa Alemana Don Pedro C. Schmidt y
el párroco de Quilpué, Don Francisco
Javier Lizana Rodríguez. De esta forma
entre 1911 y 1912 se suceden una
serie de trabajos que van dando forma
a la naciente viceparroquia, hacia fines
del último año, se celebraban misas en
la parte construida todos los días
domingo y se esperaba la venida del
padre Mateo Forttes252. Ya avanzados
los años, en 1916 encontramos que se
encuentra haciendo misión en Villa
Alemana el Rdo. P. Aurelio Castillo,
quien tiene permiso para administrar
el sacramento de la confirmación, bajo
la cláusula “servatis servandis”,
debiendo cumplir el artículo 1280 del
Sínodo Diocesano.

Plano de la calle Díaz, en Villa Alemana,


con deslindes de los terrenos.

Finalmente hacia 1922, se nombra al Presbítero Don Daniel Carvajal 253 como vicepárroco
de Villa Alemana, siendo el encargado de impartir los sacramentos en la localidad. De esta

252
Don Mateo Forttes, fue hijo de Don Mateo Forttes y de Doña Carmen Faría, nació en Valparaíso el 10 de
agosto de 1884. Estudió en el Seminario de Santiago y recibió el Presbiterado el 25 de mayo de 1907, a
continuación fue Teniente de Cura de Quillota (1909), profesor y Ministro del Seminario de Valparaíso
(1910), Cura de Quilpué (1912), Párroco de San Felipe (1915) y Vicario Foráneo de Aconcagua (1916). En
Julio de 1918 se trasladó a la Vicaría de A. de Antofagasta, en donde permaneció durante dieciocho años
ocupando los cargos de Cura de S. José, Pro Vicario Apostólico, Secretario de la Vicaría, Vicario General del
Obispado, Provisor, Consultor Diocesano y Vicario Capitular a la muerte de Mons. Luis Silva Lezaeta (1929).
En los comienzos de la administración de Mons. Alfredo Cifuentes, desempeñó también la Vicaría General.
En 1936 renunció a sus cargos y regresó a la Arquidiócesis de Santiago, allí sirvió la Capellanía de la Casa
Nacional del Niño hasta el día de su fallecimiento ocurrido el 30 de julio de 1942. (ARANCIBIA Salcedo,
Raymundo, op. cit.).
253
Don Daniel Carvajal, nació en Valparaíso el 24 de octubre de 1866 en el hogar de Don Brígido Carvajal y
de Doña Rufina Bernal. Hizo parte de sus estudios en el Convento de los Sagrados Corazones sin haber
recibido órdenes; pasó al Seminario diocesano de La Seerena en donde terminó su preparación y fue
ordenado Presbítero el primero de diciembre de 1894. En su Diócesis fue Teniente Cura de Vicuña, Párroco
de Tongoy y Secretario del Obispado durante diecisiete años. Excardinado de La Serena el 7 de abril de 1919,
pasó al Arzobispado de Santiago y desempeñó los cargos de Teniente Cura de la Matriz de Valparaíso, Vice
Párroco de Villa Alemana y de Andacollo (Ramaditas), Párroco Administrador de Talpén, Capellán de las

175
forma va cobrando forma y cimentando las bases de una independiente parroquia que
nace al amparo de la nuestra de la Santísima Virgen del Rosario.

9.- Erección de la Parroquia de El Belloto. Antecedentes y datos generales.


El Belloto, es una localidad enclavada entre cerros, hacia el oriente de la ciudad de
Quilpué, separada por la misma por la Quebrada de Los Gamboa y cuyo centro originario
difiere de la época a que nos refiramos. En tiempos de dominación incásica, la localidad
que hoy conocemos como El Belloto, tuvo que tener alguna importancia, así quedó de
manifiesto por los escritos del ilustre profesor Francisco Fonck, quien señalaba el
descubrimiento de una osamenta desgastada en medio de un terreno donde se plantaba
una viña254, esto se corroboró años más tarde, cuando en 1983 se descubre un esqueleto
en posición decúbito dorsal rodeados de restos cerámicos en la actual calle Madrid de El
Belloto, en terrenos que antes fueron ocupados por viñas, donde se concluye que el
enterratorio está más relacionado a un asentamiento vinculado a la minería y al camino
inkaico más que a uno agrícola y ganadero, debido a la condición climática de la zona de la
cual hablamos255. Con estos antecedentes, la ubicación originaria del primitivo centro
poblacional de lo que conocemos como El Belloto se ubicó en el límite con Villa Alemana
de la actual comuna de Quilpué, a ambos lados del estero Quilpué que cruza el Camino
Troncal a la altura de los actuales paraderos 12 y 11 del mismo camino, cercano a los Ojos
de Agua del sector sur256.
En documentos de la época republicana, a mediados del siglo XIX, el ingeniero jefe del
nuevo proyecto de vía férrea, señor William Lloyd informa al Ministerio del Interior que el
trazado mejor del ferrocarril es el que sigue el curso del estero de Quilpué, pasa por la
villa de este nombre y la de Chircana257, si seguimos la lógica, el ferrocarril pasa por
Quilpué y luego por Chircana, lo que es actualmente El Belloto para seguir su curso hacia
LImache. Posteriormente y según las leyes administrativas de 1865 y 1885, la localidad
comenzó a denominarse El Sauce, en honor a la especie arbórea que era corriente divisar
en la zona. Finalmente el nombre de El Belloto se debe a un gran árbol de la especie
“belloto del norte”, ubicado a un costado de la actual estación de ferrocarriles y que sirvió
de referencia para quienes necesitaban bajarse en este paraje, en los tiempos que existían
maquinistas generosos que acercaban la población a sus destinos.
El desarrollo de la Fe Católica en la localidad de El Sauce en comienzo, cuentan los
cronistas, se inició en 1875, si esto fuere así antes de aquella fecha los escasos vecinos

Verónicas de Peñalolén y con el mismo oficio en el Monasterio de las Claras y en la iglesia de San Francisco
de la Alameda. Alternó estas ocupaciones con período en que ejerció libremente el ministerio. Falleció en
Valparaíso el 5 de septiembre de 1951. (ARANCIBIA Salcedo, Raymundo, op. cit.).
254
Fonck, Francisco. La Rejion Pre-histórica de Quilpué y su relación con la de Tiahuanacu. Valparaíso. 1910.
Página 23 y siguientes.
255
Véase, “Excavación de salvataje en Quilpué, Chile Central”, Jaime Vera, consultado el 21 de agosto de
2012, http://jaimevera.cl.tripod.com/excavacion.html. Este yacimiento sería el mismo de “El Sauce”,
brevemente descrito por el Dr. Francisco Fonck.
256
Para mayores antecedentes véase el Boletín Histórico de la Provincia de Marga-Marga, volumen 1,
Agrupación de Investigadores de la Historia del Valle del Marga-Marga “Joan Cadquitipay”, Enero de 2012.
257
Documentos Parlamentarios, Discursos de Apertura en las sesiones del Congreso y Memorias
Ministeriales en los últimos años del primer quinquenio de la Administración Montt (1854-1856).

176
debieron acudir o a la Capilla de Quilpué o a la de Moscoso, según la habitación o el paraje
donde se hallaren. Cuentan que en dicha fecha, los vecinos solicitaban los servicios
religiosos desde el convento de Los Perales en el Marga-Marga, desde el cual salía el
mítico padrecito “Luis”, quien visitaba El Sauce oficiando algunos sacramentos en la casa
de don José Manuel de la Cruz Valencia258, ubicada en el sector norte en la actual calle
Williams Rebolledo esquina Atahualpa. La labor del “padre Luis”, está plagada de
leyendas, que muchas veces disfrazan una realidad y la tiñen de ficción, quedando para el
anecdotario esta serie de apariciones del referido misionero tanto en Quilpué como en El
Sauce.
A principios del siglo XX, en 1901, la dueña del Fundo “El Sauce”, doña Luz Betancourt de
Bear solicitaba misioneros para oficiar en su oratorio particular misas de manera
constante y servir de esa forma a la población, de la misión quedó como recuerdo una
cruz de madera de grandes dimensiones, instalada en la cima de un cerro cercano al
tranque o represa de su Fundo, el cual luego de ser vendido desapareció aquel recuerdo,
del cual se cuenta fue centro de devoción por más de veinte años de los habitantes de la
localidad259. Ante la pérdida de tal centro espiritual motivó a doña Modesta Galea
González a donar un terreno en una colina al norte de la población, en donde luego, la
señora Elvira de Apuente regaló una imagen de la Virgen de Lourdes donde cada domingo
se oficiaban importantes romerías, esta es la misma que hoy existe a un costado del
Camino Troncal esquina con calle José Uribe.
Hacia el año 1918 se celebraron misas gracias a las misiones que de forma constante se
realizaron en la casa de Don Saturnino Fuentes Araya, ubicada frente a aquella gruta. Este
sería el nacimiento de lo que más tarde se convertiría en el Oratorio de Fuentes, como se
le conoció. En 1928, las misiones fueron oficiadas por los Padres Luis Ruiz y Humberto
Aspee260, en 1935 las oficiaron los padres Modesto San Pablo y Santiago San Pablo de la
Orden de los Pasionistas de Viña del Mar, cuatro años más tarde fue el turno del Padre
Cáyo. Hacia 1945 el presbiterio José Fuster, de la Congregación de San Agustín, ofició
misas los días domingos en la denominada “Villa Graciela” de propiedad de don Luis Allen,
en ese mismo año el 7 de noviembre se dio comienzo a la segunda novena por el mes de
María en la misma Villa Graciela261.
La década del cuarenta, será la que marcará el destino de la naciente Iglesia y Parroquia
de El Belloto, era necesario según las proyecciones de nuestra Parroquia de Nuestra
Señora del Rosario preocuparse de la salvación de las almas de El Belloto levantando en el

258
SALAS, Oscar. Historia de El Belloto. 1945.
259
SALAS, Oscar. Op. cit.
260
Don Humberto Aspee, fue Presbítero del Obispado de Valparaíso, nacido en Putaendo el 22 de octubre
de 1893 en el hogar de Don Amador Aspeé Reyes y de Doña Delfina Lazcano Aspee. Fue alumno del
Seminario de Santiago y recibió el Presbiterado el 22 de diciembre de 1917. En los comienzos de su vida
sacerdotal fue profesor del Seminario de Talca y, a continuación, pasó al Vicariato A. de Antofagasta y fue
Secretario de la Vicaría. A su regreso del Norte, dictó clases en el Seminario de Valparaíso y, además, fue
Capellán en la Protectora de la Infancia y Teniente Cura de Quilpué (1927). Una grave enfermedad le
imposibilitó para todo ministerio y le llevó a la tumba el día 11 de enero de 1932. (ARANCIBIA Salcedo,
Raymundo, op. cit.).
261
SALAS, Oscar. Op. cit.

177
lugar una iglesia con proyecciones a futura parroquia 262. Para conseguir este objetivo con
fecha 1 de febrero de 1950 el párroco de Quilpué obtuvo de parte de don Saturnino
Fuentes el gentil ofrecimiento de ocupar gratuitamente una pieza de cuatro por nueve
metros de su casa ubicada en el Camino Troncal, arreglándola suficientemente para
Oratorio Público, de esta forma y pese a estar pendiente la autorización definitiva el
domingo de Septuagésima (5 de febrero) de 1950 se celebra la primera misa en el
Oratorio, estando el mismo adornado con un altar, algunos cuadros, bancas y los
feligreses que acudieron a la ceremonia.

A la salida de misa, en el Oratorio de Fuentes.

El día 1 de marzo de 1950 el Ilustrísimo Ordinario decreta la erección del Oratorio de


forma oficial, otorgando la facultad de administrar en el mismo todos los sacramentos,
desde esa fecha se celebró regularmente todos los días festivos una Santa Misa a las 9:30
horas con alentadora asistencia del pueblo que siempre se demostró contento de tener
una capilla donde cumplir con sus deberes cristianos, en el mismo oratorio se celebró el
mes del Sagrado Corazón siendo una festividad muy concurrida y que finalizó con una
solemne precesión que impresionó a todos por el buen número y orden de los
participantes, situación que no se recordaba desde la última procesión que databa, más o
menos, de 1915263.

262
Recuerdo de la Bendición de la Nueva Parroquia San Pio X de El Belloto. 19 de Diciembre de 1954.
Material transcrito en la misma parroquia por don Julio Espinoza y Ricardo Loyola en el año 1998.
263
Carta de Santiago Sbarbaro Massa al párroco de Quilpué, 20 de noviembre de 1950.

178
El oratorio de la localidad de El Belloto iba adquiriendo cada vez mayor renombre gracias
a la devoción de sus fieles y las actividades que realizaba, mas los intereses iban mucho
más allá de quedarse con este simple cuarto donde celebrar los sagrados sacramentos, la
comunidad merecía y requería de una iglesia propia, por lo cual los vecinos en compañía
del padre Santiago Sbarbaro encargado del Oratorio, se pusieron manos a la obra con la
tarea de construir la nueva iglesia. El sentir de la población se evidenció de manera
patente el 20 de junio de 1950, fecha en que se firmó un compromiso de venta de un
terreno para la nueva iglesia entre Carmen e Irla Valencia de la Sucesión de Eusebio
Valencia con el Padre Sbarbaro, a la fecha Párroco Suplente en Quilpué264 (mientras el
Padre Merino Lemus volvía de Europa), sin embargo el compromiso parece haberse
diluido en el tiempo debido a una serie de inconvenientes que terminaron por preferir el
terreno que hacia 1951 doña Ana Valencia Gallardo y su sobrina Norma Passalacqua
ceden al Obispado a un precio mínimo que puede considerarse como donación, fueron
5600 metros cuadrados de terrenos donde fue levantada la casa e iglesia parroquial 265. De
esta forma y consolidado el traspaso de terreno, el 27 de noviembre de 1951 en la fiesta
de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, comenzaron los trabajos de desmalezamiento
del terreno, el cual geográficamente corresponde a una loma entre el Camino Troncal y el
Ferrocarril, ubicada en el centro del pueblo, dominando desde la altura todas las casas del
mismo como un abrazo y una protección para este. La labor de construcción y
organización de las labores se extendieron durante tres años, en que de ninguna manera
se detuvieron los trabajos.

El padre Sbarbaro supervisando


las obras

Todas las familias de El


Belloto fueron bienhechoras
de la nueva parroquia que se
formaba, todas contribuyeron
a su construcción desde las
donantes Ana Valencia
Gallardo y Norma Passalacqua
V., hasta doña Blanca Vergara
de Errázuriz quien colaboró
tanto material como moralmente con la nueva edificación. A este interés de ayudar se
suma el aporte de doña Clorinda Valencia Valencia quién donó toda la piedra y las gradas
que se colocaron en los dos edificios, don Juan Díaz Neira quien donó ciento cincuenta mil
pesos en madera, los señores Otto y Carlos Grühne quienes en 1952 obsequiaron madera
por más de veinte mil pesos y apoyaron siempre la obra, a ellos se suman las familias de
Adrián Vila, Eberhard Burgos, Pinilla Carvajal, Díaz Alfaro, la señorita Elsa Céspedes

264
Promesa de Comparaventa entre Carmen e Irla Valencia con Santiago Sbarbaro. 20 de Junio de 1950.
Protocolo Notario Cuadra de Valparaíso.
265
Recuerdo de la Bendición de la Nueva Parroquia San Pio X de El Belloto. 19 de Diciembre de 1954.
Material transcrito en la misma parroquia por don Julio Espinoza y Ricardo Loyola en el año 1998.

179
Valencia, el abogado Barros, doña Enza Bottan, doña María Valencia y doña María Risetto
de Vaccarezza.
El domingo 19 de diciembre de 1954 se termina de construir la nueva iglesia y se lleva a
efecto un importante evento, muy particular, puesto que se celebra una Primera
Comunión y una misa que serán los últimos oficios que se impartan en el Oratorio de
Fuentes, ya que luego a las once de la mañana del mismo día el Excelentísimo Obispo
Diocesano rodeado de Sacerdotes y Autoridades procedió a la bendición de la nueva
iglesia parroquial con cuyo rito quedó abierta al ejercicio del Culto Sagrado. A la solemne
ceremonia asistieron en calidad de padrinos y madrinas, las autoridades civiles y militares,
el Ilustrísimo Cónsul Italiano, distinguidas personalidades y los bienhechores que
ayudaron en la construcción y labores del templo. Al rito de bendición siguió la lectura del
Decreto de erección de la Parroquia bajo el título de San Pío X, acompañado de un sermón
del Señor Obispo Monseñor Rafael Lira Infante y la celebración de la Santa Misa cantada
por el coro parroquial dirigido por el organista, don Leopoldo Romero. En la tarde, a las
cuatro, el Obispo impartió el Sacramento de la Confirmación luego del cual se realizó una
procesión desde la capilla del Camino Troncal hacia la nueva parroquia, tomando parte en
esta, todos los niños y jóvenes que hicieron su Primera Comunión en los últimos cinco
años y los confirmados, el clero, autoridades, las congregaciones de las Hijas de María de
la Diócesis, el Centro San Pío X de los ex alumnos Salesianos de Valparaíso, las
Asociaciones de A. C. de la Diócesis junto a los habitantes del pueblo.

Vista aérea del


emplazamiento de la
iglesia parroquial de San
Pío X de El Belloto.

De esta forma queda


escindida de la Parroquia
de Quilpué, la nueva de
El Belloto, cuyos límites
quedan fijados de la
siguiente forma: hacia el
norte la línea de las
cumbres que limita por
el sur de la hoya del
estero de Limache,
desde el cerro del Buitre
hasta el cerro Colorado; por el este el lindero poniente del fundo Los Almendros, desde el
cerro Colorado hasta el camino troncal, camino troncal desde lindero poniente del fundo
Los Almendros, hasta camino vecinal que conduce al Fundo Ojos de Agua, baja por el
lindero, hasta el camino a Marga-Marga, sigue por este camino hasta el estero Lo
Moscoso (Puente El Recreo) baja hacia el sur hasta unirse El Estero Lo Moscoso, con el
estero Marga-Marga. Al sur, desde la unión de los esteros Lo Moscoso con Marga-Marga
hasta la Poza Azul. Finalmente hacia el Oeste, desde la Poza Azul hasta el camino de

180
Marga-Marga a Quilpué continúa por el camino de Marga-Marga y Quebrada Lo Gamboa
hasta el estero de Quilpué, sigue por el estero de Quilpué hasta el camino que va al
Cementerio Parroquial de Quilpué (Calle Baden Powel) y de allí por el sendero hasta la
cumbre Cerro El Buitre. El Camino al Cementerio, desde el Estero pertenece a la Parroquia
de Quilpué266.
Al igual que Villa Alemana y Peñablanca, la Parroquia de El Belloto debe sus intenciones y
nacimiento a la labor de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, de la cual se desprende
para brindar luz y bendiciones a los feligreses del antiguo sector de El Sauce.

10.- Monseñor Merino Lemus y la construcción de un nuevo Templo267


Guillermo Merino Lemus nació en Santiago el 10 de noviembre de 1894, siendo sus padres
Don Emilio Merino Ávila y Doña Rosa Lemus, hizo su preparación al sacerdocio en el
Seminario de Santiago recibiendo el Presbiterado el 21 de diciembre de 1918. A
continuación fue profesor y Ministro del Seminario de Valparaíso en el año 1923, luego
Capellán de la Casa de Ejercicios de San Juan Bautista en 1925, para posteriormente ser
párroco del Barón en Valparaíso y en Quilpué, pertenecientes al Obispado de Valparaíso.
Monseñor Merino falleció en Santiago el 7 de abril de 1963 268, mas sus restos descansan
en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario a un costado del altar.269
Monseñor Merino, recordado con cariño por los fieles de la Parroquia, es un personaje
importante dentro de su historia, no sólo por su labor evangelizadora que no fue menor,
sino que fue el artífice de una magna obra inédita en el quehacer cotidiano de un templo
parroquial. Durante su período que se inicia en 1944, la antigua Iglesia reconstruida tras el
sismo de 1906 se había tornado estrecha para las necesidades de la población por lo cual
era urgente y necesario dotar a Quilpué de un nuevo templo, estas razones motivaron a
nuestro párroco para solicitar autorización al Excelentísimo Obispo de Valparaíso,
Monseñor Rafael Lira Infante para demoler el antiguo templo y construir uno nuevo sobre
el mismo, no importando con ello una paralización de las actividades parroquiales. El
Obispo dio la citada autorización con fecha 18 de diciembre de 1944.
El proceso de construcción de la nueva iglesia fue bastante novedoso y digno de
admiración por todos los habitantes de la comuna y por qué no decirlo incluso fue
admirado por expertos arquitectos y constructores que visitaron las obras. Los trabajos

266
Límites de la Parroquia de El Belloto. Archivo Parroquial de Quilpué.
267
Lo medular de este título ha sido extraído de lo publicado en la prensa local, especialmente en El
Mercurio de Valparaíso.
268
ARANCIBIA Salcedo, Raymundo, op. cit.
269
Otra biografía recopilada por Belarmino Torres nos relata: “Oriundo de Valparaíso y ordenado sacerdote
en 1918, llegó a hacerse cargo de la Parroquia de Quilpué en 1936, desde cuya fecha ha desarrollado su
ministerio en medio del cariño y admiración de los habitantes. A él se debe la construcción de la nueva
Iglesia que, como hemos dicho, es una obra de arte. La cooperación de los vecinos para esta obra, ha sido
generosa y espontánea gracias a las virtudes que adornan a Monseñor Merino. Pertenece y ayuda a
numerosas instituciones. En 1951, presidió el Comité Ejecutivo del Décimo Congreso Eucarístico Nacional,
con sede en Valparaíso. Fue nombrado Camarero Secreto de su Santidad el Papa Juan XXIII e investido por el
Excmo. Señor Obispo Don Raúl Silva Henríquez, actual Arzobispo de Santiago en una grandiosa ceremonia
efectuada en la Iglesia Parroquial, el 18 de diciembre de 1960. El mismo día, en ceremonia pública, el
Instituto Chileno de Historia, le hizo entrega de un Pergamino de Honor de Primera Clase”.

181
comenzaron cortando la Iglesia en su parte longitudinal, con un muro de vulcanita a la
altura del segundo arco que precede al Presbiterio, de tal manera que sin dificultad se
pudo trabajar en demoler toda la parte posterior de la Iglesia, para luego construir el
nuevo Presbiterio con su Sacristía y piezas adyacentes y los dos primeros arcos de la
Iglesia y una vez que todo esto estuvo perfectamente terminado, lo cual sucedió el 20 de
diciembre de 1947, se sacó dicho muro, conectando la parte nueva con la antigua, lo cual
producía un curioso contraste que entusiasmó aún más a los feligreses para seguir con el
resto de la obra. Para continuar con la construcción los arquitectos idearon construir un
“túnel” o pasillo central que partía desde la puerta de entrada hasta conectarlo con los
dos primeros arcos nuevos, este pasillo hecho también de vulcanita a un metro hacia el
centro de las columnas y cerrado por encima a la altura del Coro, permitió la asistencia de
los fieles al templo y al mismo tiempo trabajar en las nuevas obras por los lados y encima
de dicho túnel. Una vez terminada la construcción se retiró el túnel y apareció a la vista de
los fieles toda la parte remozada. El retiro de este túnel se efectuó entre la fiesta de la
Purísima y la de Pascua, época en la que la Iglesia estuvo cerrada, finalmente la noche de
Pascua a las diez y media de la noche se abrieron las puertas del Templo, concitando la
curiosidad de gran cantidad de personas que se agolparon en las puertas y que al entrar
comentaban en su interior, impresionados por las nuevas obras que evidenciaban una
nueva Iglesia completa de concreto armado y con un estilo románico.
Las obras para la reconstrucción del Templo a mediados del siglo XX, fueron financiadas en
su mayoría por los aportes de los fieles y habitantes de Quilpué, quienes contribuyeron
graciosamente por medio de rifas, aportes o donativos de especies para edificar este
nuevo Templo. Sin ningún ahorro previo y sin saber siquiera con el dinero que se contaba
monseñor Merino se dio a la tarea de reconstruir confiando siempre en la buena voluntad
de sus fieles y en la ayuda de Dios que desde lo Alto cuida y quiere lo mejor para su
pueblo. Solamente en la primera parte de la construcción se invirtieron dos millones
ochenta y seis mil doscientos noventa y ocho pesos con trece centavos, toda esta cantidad
como decíamos, fue obtenida por medio de limosnas de los fieles sin necesidad de acudir
a ventas de propiedades ni a pedir ayuda al Obispado, quedando pagada la deuda de
forma íntegra a comienzos del año 1950.
Un dato interesante de destacar es la voluntad del párroco Merino Lemus de conocer la
opinión general de los fieles, en el sentido de comenzar inmediatamente la ejecución de la
tercera parte de las obras o postergarla para más adelante, para tener conocimiento de lo
que los fieles pensaban realizó el Padre una curiosa encuesta en la Iglesia a fines de
Septiembre donde repartió a la entrada del templo, en todas las misas del día domingo,
una cédula de votación con las opciones Si o No, la cual dio el siguiente resultado Si: 3200
votos, No: 74 votos; por lo cual los trabajos de la tercera parte de la construcción se
iniciaron inmediatamente.
Es necesario destacar que el hermoso altar que luce nuestra Iglesia hasta hoy fue
producto de la donación que hace nuestro Premio Nacional de Literatura don Daniel de la
Vega con el fin de alhajar el nuevo Templo de la ciudad. Finalmente en 1954, Monseñor
Rafael Lira Infante bendice la Iglesia ya terminada, coronándose la ejecución de los
trabajos el año 1960, fecha en que se entrega la Torre y se instala en la misma el reloj,

182
aguardando solamente el estuco de los muros para estar plenamente concluidos los
trabajos.

11.- Misión General en Quilpué.


Entre el 29 de septiembre y el 11 de octubre de 1959 se desarrolló una Misión General en
Quilpué, a caro de veinticuatro misioneros del Corazón de María. Se destacaron en las
exitosas actividades misionales los padres Eduardo Olea, Hernán Ramírez, Marino abad,
Jorge Cacharós, Constantino San Juan, Juan José Moreno, Gregorio Vera, Rufino de
Aguirre, Manuel Carra, Antonio Serrano, Demetrio San Román, Luis Tapia, Mario Enríquez,
Faustino González, José María Pau, Óscar Messina, y otros.
Se dividió la comuna en doce sectores: Paso Hondo, Valencia (Monjas Francesas),
Parroquia, Mena-Las Viñas, Esperanza, Peyronett, Carozzi, Araya, Las Rosas, Alto de
Quilpué, El Sol (Iglesia Padres Agustinos), El Retiro.

12.- Primera Misa del Presbítero Sapunar.


En 1961 oficia su Primera Misa el presbítero Jorge Sapunar D., quien es quilpueíno.

13.- El terremoto de 1965


Quilpué contaba con una hermosa iglesia parroquial, cuya torre esbelta se alzaba por
encima de todas las otras construcciones del centro de la ciudad, iluminando, cual faro en
la oscuridad, con su cruz luminosa, en la cúspide de la torre-campanario.

183
En la página anterior, vista actual de la iglesia parroquial con su elevada y esbelta torre que la
caracteriza y su cruz luminosa que es visible desde lejos y ha sido desde su construcción el sitio
donde miles y miles de católicos elevan la vista a diario.

En medio de la satisfacción por los logros alcanzados en los trabajos recién concluidos fue
que, el domingo 28 de marzo de 1965, al mediodía, se produjo un nuevo terremoto, el
que echó al suelo la mayor parte de las construcciones de adobe de la ciudad y produjo
varios fallecimientos por aplastamiento de paredes y muros que cayeron.
Nuevamente, recién terminada prácticamente, la iglesia parroquial sufrió serios daños
debido en parte al terreno y en parte al tipo de construcción, y a pesar de los materiales
utilizados.
Durante un tiempo los servicios debieron celebrarse en otros lugares, hasta que
finalmente el templo estuvo en óptimas condiciones para la celebración de los divinos
oficios. Y de nuevo la comunidad de los fieles estuvo muy complacida con la restauración
de la iglesia parroquial y el reinicio de los servicios tal como fueron planeados desde un
comienzo.
Nuevamente, la iglesia parroquial lució su mejor estampa y brilló con la propiedad que
siempre la ha caracterizado en medio y sobre la ciudad.

14.- La Capilla de Los Cuatro Evangelistas


La Capilla de Los Cuatro Evangelistas, ubicada en calle Riquelme 1287 de nuestra ciudad,
fue fundada el 30 de octubre de 1968 con una misa de campaña celebrada por el
Presbítero Luis Ulloa (de nacionalidad ecuatoriana) y Monseñor Carlos Zita Z. (alemán).
Primero se construyó una casita de madera de dos aguas, mientras de juntaba el dinero
necesario para construir el Templo actual, el que se terminó en 1978.
En 1984, cuando llegó el Padre Jaime Da Fonseca, se remodeló el Templo y se
construyeron salas de catequesis.

15.- El terremoto de 1971


Los movimientos de nuestra tierra, no dejan de azotar a nuestro país y junto con causar
estragos a la población generan graves problemas en nuestra querida Iglesia. El día 8 de
julio de 1971, a las once de la noche con cuatro minutos un terremoto de Magnitud 7.7
grados en la escala de Richter sacudió la zona central de Chile, ubicando su epicentro muy
cercano a la localidad de Illapel, sin embargo por la amplitud del movimiento causo
estragos en toda la zona central del país, siendo declarada esta en “Estado de
Emergencia”. En nuestra zona central hubo un total de 43 víctimas fatales y 270 heridos,
quedando entre el cuarenta y el sesenta por ciento de las casas de Quilpué y Villa Alemana
destruidas y por consiguiente inhabitables270. Nuestra parroquia no fue la excepción
sufriendo serios daños que obligaron a dejar sin servicio espiritual a la población, mas ante
esta catástrofe el párroco Monseñor Carlos Zita Zimmer, consigue la ayuda de ADVENIAT
conglomerado que busca una evangelización liberadora en solidaridad de los católicos de
Alemania con los pueblos y la iglesia de América Latina y el Caribe; el apoyo que consigue

270
MANNS, Patricio, Los terremotos chilenos, Editorial Quimantú, Santiago, 1972.

184
es de diez mil marcos con los cuales pudo recuperar parte de la estructura central del
templo, sin perjuicio que los demás trabajos de reparación quedaron postergados para el
futuro. Los trabajos finalmente se terminan en el año 1978, época en que se estucan los
muros y fachadas, se colocan los ventanales, puertas metálicas y se cambia todo el zinc
del techo, dando término a la obra el señor Vicario Sustituto, Presbítero Don Hugo
Corrales Ibarra, con un costo que superó el millón de pesos. Los trabajos de toda esta obra
fueron dirigidos por el feligrés Lorenzo Pozo.
Finalmente es interesante destacar que pese a las penurias, en 1971, nuestra parroquia
recibió la visita por una semana completa de la imagen de la Santísima Virgen de Lo
Vásquez, realizándose varias novenas y una de ellas predicada por el Padre Gastón Flores,
Misionero del Corazón de María.

16.- Reseña Histórica de la Capilla Sagrada Familia de Colina de Oro.


En 1973 son encuestados todos los católicos residentes en la población Colina de Oro,
tarea que llevó a cabo el señor José Salinas. Posteriormente, el 1 de mayo de 1973, se
llevó a efecto una reunión a la cual asistieron veinte personas, todas ellas con la misma
inquietud: conseguir una capilla para la población.
Se acordó formar el primer comité para trabajar y lograr el objetivo, comité que quedó
compuesto por las siguientes personas: Señor José Salinas, señor René Godoy, señora
María Riveros, señora Gema de Riquelme y señora Ernestina Córdova.
El 3 de mayo, la directiva del comité se dirigió a conversar con Monseñor Zita para
informarle de la creación de este comité y solicitarle ayuda para conseguir un terreno
donde construir la capilla, así como la posibilidad de que un sacerdote viniera a celebrar
misa. Monseñor Zita derivó al directorio del comité al Padre Francisco Puch, quien estaba
a cargo del sector.
A contar del 6 de mayo se hizo cargo de la comunidad el diácono Jorge Latorre. Las
primeras celebraciones se hicieron en un galpón que tenía la empresa constructora de la
cooperativa, a la entrada de la población, donde actualmente hay una cancha.
El 16 de febrero de 1975, la cooperativa entregó en comodato una franja de terreno de
ocho metros de ancho por veinticinco metros de largo. Como el ancho era insuficiente
para cumplir con las normas de construcción vigentes, los señores Gilberto Fernández y
Julio Niculcar, socios de la cooperativa, donaron una franja de tres metros
aproximadamente de ancho a lo largo de la franja precedente.
El 1977 se iniciaron los trabajos de excavación para los cimientos y en 1978 se inició la
construcción de la Capilla con el aporte de los socios de la cooperativa y el eficiente
trabajo de las directivas.
El 31 de julio de 1993, la cooperativa decide entregar la capilla en forma legal al Obispado
de Valparaíso.
El 23 de septiembre de 1995, el Obispo Auxiliar de Valparaíso, Monseñor Juan Barros, en
una misa de Acción de Gracias, recibió oficialmente la Capilla Sagrada Familia de Colina de
Oro.
El 27 de julio de 1998, con aportes de la fundación San José de la Dehesa, se inició la
ampliación y modificación de la Capilla.

185
17.- Sucesión parroquial.
Fallecido Monseñor Guillermo Merino Lemus fueron párrocos los presbíteros: Jara; René
Pienovi; Luis Millán; Carlos Zita Z.; Federico Brand, a quien le correspondió la creación de
la Capilla de San Esteban, que con el tiempo daría origen a la Parroquia del Sagrado
Corazón de Jesús, ubicada en el paradero 30 y medio de la Avenida Los Carrera, en el
sector de Valencia.

18.- Devenir local y su entorno parroquial.


Quilpué, a la fecha que vamos en este devenir histórico, ha cambiado bastante desde
aquel tiempo que el Presbítero Julián de Landa a fines del 1500 compró varias leguas de
terreno yermo y lleno de malezas; ya en el siglo XX, nuestra comuna es una pujante ciudad
que pese a ser considerada dormitorio va encubando día a día el afán de ser más y
progresando como centro urbano.
La iglesia, desde que fue una pequeña y casi olvidada capilla, cuya historia se pierde en la
noche de los tiempos, ha estado íntimamente ligada al devenir de la tierra en que se
asienta y de las personas que han vivido y trabajado en torno a ella, y han visto
bendecidas sus vidas y sus obras amparo de la iglesia que ha presidido su vida espiritual y
civil también.

La iglesia parroquial vista desde la parte sur de la Avenida Portales, la que muestra sus
características construcciones de mediados del siglo XIX.

El ferrocarril dio el impulso necesario para vincular a la ciudad con la capital y el puerto de
Valparaíso, esto posibilitó el auge industrial de la zona y el intercambio de bienes con las
otras localidades. La comuna creada a fines del siglo XIX, fue trazando poco a poco el
centro urbano, teniendo como centro dos puntos, la estación del Ferrocarril y la

186
imponente Iglesia, varias crónicas de la época la destacan señalando su torre de líneas
modernas, sobrias que dan la impresión de ser permanente vigía de la ancha fe cristiana
que se anida en lo más hondo del corazón de los quilpueínos.271
Nuestro eminente templo corona un centro urbano y vigila dando su luz por medio de la
cruz en lo lato, a los nuevos emprendimiento que se suceden uno tras otros en la
ampliada calle Andrés Bello o en la nueva Claudio Vicuña que era considerada como la
calle Valparaíso de Viña del Mar o como la calle Ahumada de Santiago o la calle Picarte de
Valdivia, no tan larga, pero de gran movimiento, alegre y siempre llena de proyectos, esta
es el principal camino a la estación de ferrocarriles y por ella, hasta nuestros días, se ven
pasar a diario, viviendo sus inquietudes, el presente y el futuro de esta ciudad que tiene,
hasta hoy un porvenir insospechado.

Vistas de la iglesia parroquial decimonónica.

271
TORRES, Belarmino. Quilpué, Tierra del Sol. 1962

187
19.- El cierre del cementerio laico de El Belloto y sus consecuencias para el cementerio
parroquial.
Quizás un hecho importante de destacar, aunque no ajeno a la controversia, es lo que
sucede con el denominado “Cementerio Laico” o “Cementerio Municipal de Quilpué”, el
cual es fruto de la donación de don José Fuentes en 1887 y que tiene relevancia para el
devenir de su par parroquial. Brevemente, pues el caso de este cementerio merece toda
una monografía, debemos hacer memoria que este fue donado por José Fuentes a la
Municipalidad de Limache para dotar a la ciudad de Quilpué de un lugar donde albergar el
descanso eterno de los que ya partieron lejos del centro de la ciudad, dicho lugar se
mantuvo en funciones hasta 1950, fecha en que fue declarado como insalubre y
clausurado por no cumplir con las disposiciones de la Dirección General de Cementerios,
el terreno sobre el cual se estableció fue donado por la Municipalidad de Limache a la de
Quilpué en el año 1976 y dos años más tarde se solicitaba su clausura y cierre definitivo
para ocupar el terreno en un centro deportivo que sirviera para cambiar la imagen negra
que se fue gestando en aquel lugar por parte de la población.
En el Cementerio de Fuentes, estaban sepultadas importantes personas que fueron parte
de la etapa fundacional tanto de nuestra comuna como de la vecina Villa Alemana y
sectores aledaños. Para el cierre del referido cementerio se solicitó a los familiares de las
personas que tenían sus deudos en aquel lugar, que extrajeran los cuerpos y los
trasladaran a otro recinto que eligiesen, todo esto mediante avisos publicados en los
periódicos de circulación local, de parte de la Municipalidad durante el año 1979.
Muchos de los cuerpos fueron trasladados al Cementerio Parroquial, ubicándose en
diversos nichos de reducción en el mismo, algunos cuerpos obviamente fueron
trasladados a otros campos santos de otras comunas.
Finalmente en 1983 se termina toda la labor extractiva de cuerpos y el cierre definitivo del
cementerio, el cual quedó convertido finalmente en un terreno eriazo, impedido de
construirse cualquier cosa sobre él debido a la existencia de este. Mediante todo este
proceso resumido en estas brevísimas palabras, se clausura en forma definitiva el lugar de
descanso de nuestros murtos, más antiguo de la localidad quedando como único reducto
el parroquial donado por Buenaventura Joglar, que permanece hasta nuestros días y da
cabida a quienes parten antes al encuentro de Dios.

20.- Breves notas de acontecimientos importantes desde 1983.


Ofrecemos una breve síntesis cronológica de los hechos que han ido sucediendo en la
historia de la Parroquia en su historia reciente.

 1983. Bendición e inauguración de la nueva Capilla de San Esteban, ubicada en


calle Cooperación esquina de Figueroa Larraín. Había sido construida por el Párroco
Presbítero Federico Brand. Presidió la Santa Misa Monseñor Francisco de Borja Valenzuela
Ríos.
Luego se adquiere la propiedad de enfrente, con la ayuda de Adveniat. Se construyen
salas de catequesis. Pronto se construiría la Casa Parroquial para la nueva Parroquia,
dedicada al Sagrado Corazón de Jesús. Su primero Párroco fue el Presbítero Álvaro Bernal
C. Fue erigida el 21 de Abril de 1998. Tiene actualmente un flamante Templo nuevo

188
consagrado por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz O., el 23 de junio de 2001, con gran
asistencia de fieles.

 1 de octubre de l983. El Excelentísimo Monseñor Francisco de Borja Valenzuela


Ríos entrega la Parroquia en la Misa de las siete de la tarde, al actual Párroco, Monseñor
Jaime da Fonseca. En la ceremonia cantó el Coro Palestrina. Se quedaba en la Parroquia su
antiguo Párroco Presbítero Federico Brand y el Presbítero Pedro Caro, quien atendía la
Parroquia Rural de los Perales. Se sumaba el Presbítero Rodrigo Olguín, manteniendo la
ayuda del Padre Urbano Roco, quien vivía con su hermana, en las cercanías de la
Parroquia,
En la calle Peyronett permanecían los Padres de la Transfiguración, Guido Bertolino y
Hugo Cornelissen.
La primera obra material que se hizo durante la estadía del Párroco Da Fonseca, fue la
construcción de una nueva oficina para el cementerio y dos recibidores para los fieles.

 24 de marzo de l984. En la casa parroquial de Nuestra Señora del Rosario se funda


el Grupo Scouts del “Padre Alberto Hurtado”, en tiempos que este aún no había sido
canonizado. Junto al Párroco Presbítero Jaime da Fonseca, estaban Leopoldo Delgado
Avilés y su hijo Adolfo Delgado, ambos de larga experiencia, uno como asesor y el otro
como jefe de otros grupos scouts. En un comienzo estos scouts, se reunían en la
Parroquia y luego, cuando creció el número lo hacían en la capilla de “Los Cuatro
Evangelistas”. A la fecha, el grupo cuenta con más de 100 scouts activos , acompañados de
un entusiasta grupo de apoderados.

 3 de marzo de 1985 (domingo). A las 19:47 horas, terminada la misa vespertina, un


gran terremoto asoló Quilpué. Se cerró el templo durante dos meses, celebrándose
provisoriamente los sacramentos y la Santa Misa en las Pasionistas. Las reparaciones
estuvieron a cargo de don Eduardo Hernández, Constructor Civil.

 2 de marzo de 1986 (Domingo de Ramos). Se inaugura una nueva Comunidad de


Religiosas, venidas desde Brasil, de la Arquidiócesis de Londrina, llamadas Misioneras
Claretianas. Su primera casa fue la antigua Capilla de la Transfiguración en la calle
Peyronet, siendo su primera superiora la Hermana Maria José Picarti.

 24 de agosto de 1987, se adquiere la propiedad de La Place 043, donde se traslada


la Capilla de Nuestra Señora del Carmen del pasaje Leigh, fundada por el Presbítero Jaime
Ringeling en 1951. En la casa aledaña se funda una nueva comunidad religiosa. Son las
Carmelitas Misioneras Teresianas. Toman a su cargo el Policlínico Parroquial y la
Catequesis. Se retiran por falta de personal el 31 de enero de 2010.

 15 de marzo de 1986. Es bendecido solemnemente por Monseñor Francisco de


Borja Valenzuela Ríos Arzobispo Obispo de Valparaíso, a las 12 del día, el Policlínico
Parroquial San Esteban. A la ceremonia asisten, el Señor Alcalde Don Arturo Longthon y el
Cónsul Alemán en Valparaíso. Su primer Director fue el Dr. Carlos Fredes S., y después de
189
él, hasta hoy el Doctor Antonio Barchiesi F., quienes secundados por médicos, psicólogos,
dentistas, kinesiólogos y profesionales de la salud acogen cada año a más de mil
enfermos.
 En la parte de enfermería han estado presente laicos y religiosas. En un comienzo
se contó con la ayuda del enfermero Eugenio Céspedes y luego con Don José Antonio
Andrade.
Este policlínico no tiene ayuda estatal, y vive de las ofendas de los fieles y las muestras
medicas de laboratorios y particulares.

 16 de marzo de 1986 (domingo). A las 17 horas se bendijo en el extremo norte del


Cementerio Parroquial una hermosa ermita en honor de Nuestra Señora Madre, la Virgen
María.

 7 de octubre de 1989. Nuestra Parroquia cumplía 100 años de vida como tal, por
ello se llamó a un Misión General, para llevar a Cristo a todos los rincones de ella. El
Párroco escribió a todos los monasterios de clausura que había en Chile, solicitándoles
especiales oraciones por el éxito de estas jornadas misionales. Para este proceso, Luis
Paredes, joven feligrés creó un hermoso afiche del cual se imprimieron más de 1500
ejemplares, colocándolos en el comercio local. Por su parte, Raúl Pino, otro joven
feligrés montó, en el salón parroquial una exposición de la Historia de la Parroquia, la cual
muchos fieles visitaron.
El Padre Juan Falter, con un equipo de laicos venidos desde Santiago, dirigió un curso para
misioneros laicos, el cual reunió a cien personas en el Colegio Pasionista de nuestra
comuna.
Los días de la misión, tuvieron el apoyo sacerdotal del Padre Adalberto Izquierdo, Op.
Gastón Flores cmf., el Presbítero Álvaro Bernal, Presbítero Albino Tampier, el Padre
Enrique Gomez CSSR ,como Pp del Lumen Dei, todos quienes junto a los sacerdotes de la
Parroquia, pudieron atender todos los sectores. También acompañaron, estas misiones las
religiosas misioneras, destacándose las carmelitas Misioneras Teresianas, Claretianas, Ave
Marianas , del Apostolado Popular y Reverendas Redentoristas .
El lunes 1 de octubre a las diez y media de la mañana se celebró la “Misa de Envío”. En la
sede parroquial cada día se celebraba la Santa Misa con predicación a las seis y media de
la tarde y a las ocho de la noche.
En la antevíspera de la festividad centenaria celebró los oficios, Monseñor Eladio Vicuña A.
Con ocasión del centenario se repartieron 10.000 ejemplares de un diario parroquial,
escrito por el Presbítero Pedro Rubio con la Historia de la Parroquia. La víspera misma de
la celebración del centenario, el 6 de Octubre, fue presidida por Monseñor Polidoro van
der Viegle, y el mismo día 7, día de la festividad centenaria, al mediodía, celebró la
Eucaristía Monseñor Javier Prado A., SSCC, Obispo Auxiliar de Valparaíso. A la una de la
tarde, celebró la Misa, Monseñor Francisco de Borja Valenzuela Ríos Arzobispo-- Obispo
de Valparaíso, con la asistencia de todas las autoridades de la comuna y gran número de
fieles, fue la primera vez que la Parroquia tuvo una misa a la una de la tarde. Durante
todas estas ceremonias, y especialmente en la última cantó el Coro dirigido por don
Alberto Teichelman.

190
Todos los seminaristas y sacerdotes y obispos, compartieron el almuerzo en casa de la
Señora Olga Moraga y a las seis de la tarde, presididos por los tres señores Obispos recién
nombrados y por la Banda Municipal, acompañados de miles de fieles, se puso un broche
de oro al primer centenario parroquial, sacándose en andas la Imagen del Altar Mayor, de
Nuestra Madre del Rosario por las calles Portales, Claudio Vicuña, Vicuña Mackenna, Los
Carrera y Portales. Llegados al frontis del templo se rezó el Te Deum, participando los
fieles con una hojita impresa. Se repartieron más de seis mil ejemplares de ella.
Con la alegría en los corazones, se cerraba el primer centenario parroquial.

 1990. Hasta este año los velorios de los difuntos se hacían dentro del templo, por
lo cual muchas veces habían, hasta tres y cuatro velorios simultáneamente, lo que daba al
templo un ambiente triste, por ello ese año, se le encargó al Constructor Don Eduardo
Hernández C., que levantara un moderno velatorio con un patio adjunto para conversar y
los servicios de baño y pileta para las flores. Fue una muy buena solución pastoral, la cual
fue bien aceptada por los feligreses.
 Con la ayuda de los fieles se adquiere un terreno en Avenida Atacama, Pompeya
Sur, y con la ayuda de la Fundación La Dehesa se levanta una Capilla dedicada al Beato
Francisco Palau, dotándola de salas de catequesis, biblioteca y comedor. La visita el señor
Obispo el 17 de marzo de 1991. Se inaugura el 10 de agosto de 1991, y se consagra el 5 de
diciembre de 1999.

 Se nombra Iglesia Parroquial a la Capilla de la Transfiguración, trasladando la sede


desde Los Perales hasta la calle Peyronett, tomando el nombre de “Sagrados Corazones de
Jesús y de María”. En esos días la servía el Presbítero Patricio Marambio P. Además de las
capillas de Colliguay y del valle del Marga-Marga, que ya tenía, se le agregaron en la
ciudad las capillas de San Francisco (Población Esperanza), Sagrado Corazón de Jesús (Sol
del Pacífico), María Rosa Mística (Población Las Rosas) y San José (Teniente Serrano).
El 8 y 9 de agosto de 1991 ocurre la Visita Pastoral del señor Obispo Diocesano, Monseñor
Francisco de Borja Valenzuela Ríos.

 El 12 de abril de 1992 (Domingo de Ramos), se inicia la Capilla de La Inmaculada


Concepción de la Virgen María, en el sector de Las Vertientes. Para ello se traslada la
antigua capilla de madera que sirviera para iniciar la Comunidad de San Esteban.
Los días 17, 18 y 19 de septiembre visita nuestra Parroquia la imagen de la Virgen de Lo
Vásquez.
En un terreno cedido por el Seremi de Bienes Nacionales don Horacio Espinoza Dueñas, se
construye la Capilla de Nuestra Señora de Lourdes, en Villa Olímpica. Luego se adquieren
dos terrenos aledaños.
El domingo 25 de mayo, Monseñor Juan Barros bendice la ampliación de la Capilla Cristo
Redentor de El Retiro. Asisten las autoridades de la comuna y numerosos fieles.
Acompaña la Banda de Carabineros de Chile.

 El 19 de febrero de 1998 fallece en su casa de Quilpué, Monseñor Francisco de


Borja Valenzuela Ríos, Arzobispo-Obispo Emérito de Valparaíso.

191
Del 6 al 11 de octubre se celebra en Chile el Encuentro Continental de Jóvenes. Los fieles
de la Parroquia reciben en sus casas a los jóvenes peregrinos que vienen de varias
ciudades de la República Argentina. Nos visita también un obispo de Brasil.

 1 al 8 de diciembre del año 1999. Estando a las puertas del año 2000 del
Nacimiento de Cristo, la Iglesia determino para el mundo católico un año Santo y un
Jubileo de la Redención. Nuestra parroquia se unió a ello, con una Misión General en la
ciudad, que no solo involucró a la Parroquia del Rosario y sus Capillas, sino que también a
las Parroquias de El Belloto, El Sol, y SS.CC. de Peyronet. Para ello se pidió colaboración a
los Padres del Verbo Encarnado, quienes vinieron la última semana del Mes de María
desde la ciudad de San Rafael (Argentina), en cuatro buses, que pasaron la cordillera con
un número de 100 seminaristas, 10 sacerdotes y 50 religiosas. Desde Perú viajó a presidir
las fiestas Monseñor Raymundo Revoredo C. Obispo de July en el Altiplano.
Fue un impacto muy positivo. Muchas personas volvieron a recibir los sacramentos y ese 8
de Diciembre del año 1999, en las puertas ya del Gran Jubileo, fue hermosísimo. La
Procesión de la tarde acompañada por la banda de Carabineros, llenó las calles de nuestra
ciudad y casi medio millar de niños recibieron ese día su Primera Comunión.

 7 de octubre de 2001. Se oficia la primera misa de un sacerdote quilpueíno en la


parroquia. Se trata del Padre Luis Zapata, de la Congregación del Verbo Encarnado.

 En 2005 se adquiere terreno y se construye la Capilla del Padre Hurtado.


Con ayuda dejada por el Presbítero Pedro Rubio (QEPD) se adquiere casa en pasa Castello
para acoger a sacerdotes mayores.
El 8 de diciembre nos visita la camioneta verde del Padre Hurtado, que vino desde
Santiago por el camino de Tiltil, conseguida por el Padre Rigoberto Ramos, SJ.

 El 20 de enero de 2008 llega la Congregación de Obreras Catequistas de Jesús


Sacramentado, a una pequeña casa ubicada en calle Sechi 044. Luego adquieren una
propiedad en la Plaza de El Retiro, la que bendice Monseñor Gonzalo Duarte, el 15 de
diciembre de 2009, iniciando la comunidad religiosa de inmediato la construcción de un
pequeño Hogar de Ancianas.

 El 7 de octubre de 2009 se coloca la Primera Piedra de la Casa Pastoral de San José,


en la calle Sechi. Las obras se inician el 15 de febrero de 2010, debiendo detenerse a
consecuencias del terremoto de 27 de febrero siguiente.

 El 27 de febrero de 2010 se produce un fuerte terremoto. Se debe cerrar el Templo


parroquial. Por segunda vez debemos trasladarnos al Gimnasio de las Religiosas
Pasionistas y alguna vez al Gimnasio municipal. Se inician los trabajos de reparación a
cargo del ingeniero don Pablo Maggi T. y del arquitecto don Gino Irisarri, con el arquitecto
don Humberto Pando. Simultáneamente trabajan más de cien obreros en las obras de
restauración. Volvimos al Templo el 31 de julio de 2010. El domingo 1 de agosto de 2010,

192
el señor Obispo, Monseñor Gonzalo Duarte, celebra la Santa Misa del mediodía;
acompaña la Banda Instrumental de Carabineros de Chile, con gran alegría de los fieles.

 El 16 de julio de 2011, en la Capilla de Nuestra Señora del Carmen se abre una


nueva comunidad religiosa. Son las “Operarias del Divino Maestro” españolas.

 El 1 de agosto de 2011 se adquiere un campanil electrónico para el Templo.

 En 2012 se adquiere en México un nuevo reloj de cuatro esferas para el


campanario.
El 7 de octubre de 2012 se realiza la inauguración de la Primera Etapa de la Casa Pastoral
de San José, ubicada en el paradero 29 y medio de la Avenida Los Carrera. Preside
Monseñor Javier Prado. Se trata de 900 metros cuadrados que incluyen servicios
generales, auditórium y comedor, con una capacidad para 200 personas.

Vista actual de la iglesia parroquial.

193
Anexos Documentales.

Declaración de Donación
Fojas 461 Protocolo N° 12 Segundo Semestre Notaria de Valparaiso de Joaquin Segundo
Iglesias año 1876.

En la Subdelegación de Quilpué, República de Chile, a treinta de Setiembre de mil


ochocientos setenta i seis. Ante mí Joaquín Segundo Iglesias, Notario Público i
Conservador de bienes raíces del departamento de Valparaíso, i testigos idóneos, cuyos
nombres se expresarán á la conclusión, con previa autorización verbal del Señor Juez de
Letras en la Civil de la ciudad i puerto de Valparaíso, Licenciado Don Andrés Rojas
concedida para el otorgamiento de esta escritura por la urgencia i circunstancia del caso,
comparecieron en dicha Subdelegación la Señora Antonia de los Dolores Galeas, viuda,
por sí i en representación de sus actuales menores hijos, según el discernimiento que se
insertará más adelante, Don José Luis, Don José Ramón, Don José Francisco i Don José
Salvador Valencia, por sí como descendientes lejítimos de Don Antonio Jesús Valencia;
Don Leandro Uribe en representación de su hija menor Doña Agustina Uribe, habida en su
matrimonio con su finada esposa Doña María Agustina Valencia i también como
representante de su segunda esposa Doña Carmen Valencia i Galea; Don Juan Francisco,
Don José Joaquín, Don José David i Doña Josefa Valencia, esta última soltera, hijos
lejítimos del finado Don Juan Antonio Valencia i Doña Rosario Urrutia, viuda en
representación de sus actuales menores hijos habidos en su matrimonio con su finado
esposo Don Juan Antonio Valencia, según el discernimiento que así mismo se insertará.
Todos los comparecientes mayores de edad, domiciliados en este pueblo, á quienes doi fé
conozco i dijeron: Que la madre común Doña Petronila Valencia, en la partición de bienes
que hizo ante el Señor Don Pablo Ferreira, Gobernador que fue de Limache, á quien
nombró por Juez Compromisario i partidor del fundo de propiedad de dicha Señora,
ubicado en esta misma Subdelegación de Quilpué, dividió el citado fundo en siete hijuelas
i siete sitios que adjudicó a sus hijos: que en esa formación de hijuelas se reservó para sí,
en parte del quinto de sus bienes, un terreno el mismo en que sus hijos Don Juan Antonio
i Don Antonio Jesús Valencia, padres comunes de los otorgantes, tenían construida una
capilla que prestaba sus servicios á los vecinos de Quilpué: que muerta la mencionada
Señora Doña Petronila Valencia los referidos Don Juan Antonio i Don Antonio Jesús
Valencia, acordaron i convinieron en que el indicado terreno con inclusión de la capilla
perteneciere exclusivamente á la Iglesia para el uso público de los feligreses; i que en
conformidad á ese convenio i en cumplimiento de la voluntad de sus padres vienen en
declarar por este instrumento que el espresado terreno i el templo que en él se ha
construido en reemplazo de la antigua capilla, con las limosnas de los vecinos de Quilpué i
otras personas caritativas, pertenece esclusivamente á dicha Iglesia, renunciando a esta
virtud los esponentes todo derecho ó reclamo alguno que creyeren tener al citado terreno
i al templo construido ahora sobre él. En consecuencia, autorizan al Señor Arzobispo ó al
Señor Gobernador Eclesiástico ó al Señor Cura de Casablanca ó á quien hubiere lugar en

194
derecho para que soliciten i firmen en el registro del Conservador de bienes raíces
correspondiente, á fin de que en todo tiempo le sirva de verdadero título de dominio,
consignando para ello las siguientes medidas i deslindes del terreno mencionado á saber:
por el frente al Sur mide ciento diez i ocho metros sesenta i nueve centímetros ó sean
ciento curenta i tres varas i deslinda con el camino de Valparaíso; por el Oriente mide
ciento diez i seis metros veinte centímetros ó sean ciento cuarenta varas i deslinda con
terrenos de la testamentaria de Don Juan Antonio Valencia i con los de la Señora Doña
Benjamina Leon i Valencia, esposa de Don Francisco Rodríguez; por el Poniente mide
ciento nueve metros cincuenta i seis centímetros ó sean ciento treinta i dos varas i
deslinda con terrenos de Don Pedro Benigno Pérez; i por el Norte mide ciento cuarenta
centímetros ó sean cinto setenta i ocho varas i deslinda también con terrenos de la Señora
Doña Benjamina Leon i Valencia de Rodríguez. Los discernimientos de que se ha hecho
mérito son como siguen:= “En Valparaíso, á treinta de Diciembre de mil ochocientos
setenta i un años. Ante mí el Notario Público i testigos compareció en la Sala de su
despacho el Señor Juez de Letras interino en lo Civil de esta ciudad, Licenciado Don José
María Barceló i dip: Que Doña Antonia de los Dolores Galeas, viuda de Don Antonio Jesús
Valencia , se presentó á su Juzgado, esponiendo, que al fallecimiento de su esposo
quedaron tres hijos menores llamados Modesta, Francisco i José Miguel Valencia i Galea, i
que por la cláusula undécima del testamento que otorgó ante el infrascrito Notario,
nombró a ésta tutora i curadura de dichos menores, i á fin de desempeñar el Cargo en
forma, venía en solicitar se le discerniera con arreglo a la lei. El Señor Juez dio vista al
Defensor Jeneral de Menores, quien dictaminó lo que copio junto con su proveido i
aceptasión del nombrado = Señor Juez Letrado. Según las esplicaciones verbales que se
han dado al que suscribe, los menores de que se trata son todos mayores de catorce años
i por consiguiente sujetos á curatela i no a tutela como se pide. Siendo así i habiéndose
conferido la guarda de que se trata por el testamento que se acompaña á Doña Antonia
de los Dolores Galea i constando el fallecimiento del padre de los menores de la fé de
muerte adjunta para que se acepte á tal curadora i se ordene discernir el Cargo sin fianza.
Usía sin embargo ordenará lo que mas sea de justicia.- Otrosí, Sírvase Usía ordenar se
agregue el papel sellado respectivo en reemplazo del que se ha hecho uso.- Valparaíso,
Diciembre veintinueve de mil ochocientos setenta i uno. Hágase comparece al Defensor
Jeneral de Menores = Barceló =Ibañez Secretario. = En veintinueve de Diciembre de mil
ochocientos setenta i uno, notifiqué a Doña Antonia de los Dolores Galea el
nombramiento que se le hace por el auto que precede í espuso: que lo aceptaba jurando
desemperalo fiel i legalmente. Firmó, doi fé. = Antonia de los Dolores Galea = Ibañez =
Concuerda con sus orijinales, que se rejistran en el espediente de la materia á que me
remito. En consecuencia el Señor Juez, haciendo uso de la jurisdicción que ejerce, viene en
discernir el cargo de curadora de los menores Modesta, Francisco i José Miguel Valencia i
Galea, a favor de la madre de éstos, Doña Antonia de los Dolores Galea, confiriéndole al
efecto las facultades que el derecho permita para ejercer dicho cargo. Así lo otorgó,
mandó i firmó Su Señoría en unión de los testigos Don Juan Bautista Filippi y Don
Francisco Bastías; de que doi fé.= José Ma. Barceló.= Juan B. Filippi:= Francisco Bastías.=
Ante mi – Joaquín 2° Iglesias – Notario i Conservador”. = “En la ciudad de Quillota á cuatro
de Enero de mil ochocientos sesenta i ocho años. El Señor Juez de Letras de este

195
departamento Licenciado Don José Briceño, habiendo visto las dilijencias (para que se le
nombre) practicadas por Doña Rosario Urrutia de Valencia, para que se le nombre de
tutora de sus hijos impúberes Don Anjel i Don Samuel Valencia i curadora de sus demás
hijos adultos Don Juan Francisco, Joaquín, David, Teresa e Isabel Valencia, i oído el
dictamen del Defensor de Menores á este respecto, el Señor Juez dictó el auto que copio =
Quillota, Enero tres de mil ochocientos sesenta i ocho. Vistos: Con lo espuesto en la vista
precedente, nómbrase tutora de los impúberes Don Anjel i Don Samuel Valencia á Doña
Rosario Urrutia de Valencia madre de los mismos i de curadora á la vez de sus hijos
adultos Don Juan Francisco, Joaquín, David, Teresa é Isabel Valencia; notifíquesele para
que aceptando en forma le sea discernida la espresada guarda.= Briceño = Ante mí –
Vinagre.- Es conforme el auto inserto con su orijinal, que se rejistra en el espediente
respectivo: que discernía a la espresada Doña Rosario Urrutia de Valencia los cargos de
tutora i curadora de sus hijos menores en el auto inserto, confiriéndole al efecto cuantas
facultades le sean necesarias para el buen desempeño de su cometido, el que ya tiene
aceptado en la forma ordinaria, según así consta del mismo nombramiento aludido. Lo
otorgó i mandó Su Señoría, que firmó con los testigos Don David Botano i Don Pedro
Pablo Alvarado de que doi fé. = José Briceño = David Botano = Pedro Pablo Alvarado =
Ante mí – Manuel Vinagre – Escribano Público. = Pasó ante mí i en fé de ello lo signo i
firmo. = Hai un signo. = Manuel Vinagre – Escribano Público.-“ Concuerda con sus
orijinales que devolví á las interesadas, á que me remito. A la estabilidad i fiel
cumplimiento de cuanto queda espuesto se obligaron los comparecientes cada uno en el
carácter espresado en la mejor forma de derecho. Así lo otorgaron i formaron en
comprobante con los testigos Don Juan Bautista Filippi i Maximiano Ramírez; de que doi
fé. = José Luis Valencia. = Juan Francisco Valencia.- José Ramón Valencia. = Antonia de los
Dolores Galea. = Leandro Uribe. = José Francisco Valencia. = José Salvador Valencia. = José
D. Valencia. = Joaquín Valencia. = Teresa Valencia. = Rosario Urrutia de Valencia. = Juan B.
Filippi. = Maximiano Ramírez. = Ante mí Joaquín 2° Iglesias – Notario i Conservador. Entre
paréntesis = “para que se le nombre” = no vale. Pasó ante mí i en fé de ello lo signo i
firmo.- Joaquín 2° Iglesias. Notario i Conservador.

196
Inventario de la iglesia de Quilpué
Legajo 30 N° 1. Parroquia de Quilpué. Fojas 47, 47 vta y 48. Archivo de la Secretaria
Episcopal de Valparaíso.

Sitio

La iglesia de Quilpué posee un sitio que es en el que está actualmente edificada. Dicho
sitio mide una cuadra cuadrada i no tiene ni cierro ni agua.

Edificio

En el mismo sitio hai una casita perteneciente a la iglesia. Mide catorce metros setenta i
cinco centímetros de frente diez metros cincuenta centímetros de fondo i cuatro metros
setenta centímetros de alto, tiene cuatro ventanas i ocho puertas. Las maderas son todas
de pino; pero el edificio es en jeneral mui ordinario. Hai dos piezas i el pasadizo con
pavimento de tabla. Las restante no tienen nada. El techo de la casa es de fierro
galbanizado.

Iglesia.

La iglesia mide treinta metros de largo. De ancho en la parte de los coros diez i siete
metros setenta centímetros; en las entradas i presbiterio, nueve metros. La iglesia tiene
nueve puertas contando con las de la sacristía i piezas adyacentes. Hai tres puertas
principales: la del frente que mide tres metros ochenta i cinco centímetros de alto por dos
cincuenta de ancho. Esta tiene un tragaluz semicircular de un metro veinticinco
centímetros de alto i dos metros cincuenta centímetros de ancho. Las dos de los
constados, miden cada una tres metros quince centímetros de alto por dos metros de
ancho. Las puertas restantes, tienen dos metros ochenta centímetros de alto por un
metro treinta centímetros de ancho todas las puertas tienen sus respectivas hojas i
cerraduras.
Hai siete ventanas semicirculares de dos metros quince centímetros de ancho i un metro
treinta de alto con sus respectivos vidrios i sin reja. Dos ventanas de la sacristía; cada una
de un metro ochenta centímetros de alto i un metro de ancho. Ambas tienen vidrios; pero
reja de fierro solo una. Todas las puertas i ventanas son de pino; igualmente toda la
encuadernación de la iglesia. El techo es de zinc.
La iglesia tiene dos torres de diez metros de alto i techadas con zinc. Cada torre tiene
cuatro ventanas inconclusas. La iglesia por dentro está completamente terminada i
pintada.
Hai un solo altar de madera dorado obsequio de las monjas de los S. S. C. C. de Santiago.
Un confesionario de madera, obsequio de los P. P. de los S. S. C. C. de Valpso. Está en
regular estado.
Dos escaños de madera blanca pintada en regular estado i de cuatro metros de largo.
Un púlpito de madera blanca pintada i en buen estado.
197
Un juego de […] con marcos dorados i en buen estado. Obsequio de la Señorita Modesta
Valencia.
Una imájen del Rosario, cartón piedra de un metro setenta centímetros de alto; en buen
estado.
Una imájen del S. C. de Jesús cartón piedra de un metro cincuenta centímetros de alto i
en buen estado. Obsequio de las monjas de los S. S. C. C. de Valpso. Tiene su pedestal de
madera.
Dos imágenes en papel: una del C. de Jesús i otra de la Virjen. Tienen ambas marcos
dorados i fueron obsequiados por D. María Bravo de Vega.
Una pequeña pila de agua bendita de mármol i en buen estado. Obsequio de Doña Aurora
de la Vega.
Una imájen del Señor de la Caña; una del Perpetuo Socorro; una del Tránsito; una de Sn
Juan Francisco de Rejís; una del Niño de Dios; i una de Mercedes. Todas son de papel
ordinario con sus respectivos marcos i en buen estado.
Un Señor grande de composición, en buen estado.
Una cruz de bronce de cincuenta centímetros de alto i en buen estado. Obsequio de la
Señorita Modesta Valencia.
Un reja del comulgatorio de madera pintada, i en buen estado.
Un harmonium de valor de cien pesos; en buen estado.
Una alfombra de triple rizado de ocho metros de largo por cuatro de ancho, i en buen
estado.

Sacristía.

Un aparador mui ordinario de madera blanca pintada, i en buen estado.


Una baul de seda bordado, en buen estado. Obsequio de la Señorita Modesta Valencia.
Nueve albas; de ellas dos nuevas i regaladas por la Señorita Modesta Valencia. De las
restantes hai cinco en regular estado i dos viejas.
Avitos nueve; en buen estado - Misales dos: uno nuevo i otro en regular estado – Doce
floreros de porcelana con flores de mano. Todos en buen estado i obsequiados por la Sta.
Modesta Valencia.
Un roquete de hilo i uno de algodón; en buen estado.
Una sobrepelliz de cambiar, en regular estado.
Seis manteles de altar; de ellos cuatro en buen estado i dos en regular.
Un paño de comulgatorio en buen estado.
Dos singulos i dos paños de mano en regular estado.
Ocho corni – altar en buen estado – Veinte corporales i cien purificadores en buen estado.
Dos bolsitas para el Viático; una en buen estado i la otra en mal estado.- Un ornamento
verde, en buen estado – Dos morados; uno en regular estado i otro viejo – Cuatro Caeres
[¿] en regular estado – Seis blancos; uno en buen estado i los otros en regular estado. Uno
negro en regular estado.
Dos pares de vinagreras de cristal con sus platillos i en buen estado.
Un caliz de metal amarillo con su pateria; en buen estado.
Un copon de metal, en buen estado.

198
Tres palmatorias, de ellas una de bronce i las otras de cristal; en buen estado.
Dos piedras de ara i un atril de madera en buen estado.
Una via-crucis de madera i de papel el enbro [¿]; en buen estado.
Una silla de junco, en buen estado.

Viña del Mar. Agosto 25 de 1885.

Eliseo Lisboa
Cura i Vicario

199
Inscripción de Sentencia por laudo de la Iglesia contra la
Municipalidad de Limache
Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Limache, Fojas 49 y siguientes,
Número 77, Año 1886

En la Villa de Limache a catorce de Mayo de mil ochocientos ochenta i seis, se me


presentó para su inscripción un testimonio de una sentencia, espedida con fecha siete de
mayo corriente, por el Escribano Público de la ciudad de Quillota don Eudoro Cruz, i por el
cual consta: - que el señor Cura párroco de Viña del Mar se presentó al Juzgado de Letras
de Quillota demandando a la Ilustre Municipalidad de Limache, a fin de que se declarara
que ésta no tiene derecho de impedir el cierro de una cuadra de tierras en que se halla la
capilla del pueblo de Quilpué Subdelegación secta de este Departamento cuya cuadra de
tierras expone fue donada para ese efecto, por doña Petronila Valencia, según la escritura
que acompaña, otorgada el año mil ochocientos diez i ocho, i que al querer cerrar dicha
cuadra algunos vecinos primero i después la Ilustre Municipalidad se opusieron
pretendiendo que era plaza o que debía dejarse un camino atravieso por el terreno citado.
Contestada la demanda i tramitado el juicio en la forma legal el señor Juez de Letras de
Quillota, don Braulio Moreno, pronunció la sentencia definitiva con fecha nueve de
diciembre de mil ochocientos ochenta y cinco, i resolvió lo que consta del acápite que
literalmente cópio: - Por tanto, i conforme a lo dispuesto en las leyes segunda i quinta,
título once libro once de la novísima Recopilación, Lei ciento diez i nueve título diez i ocho
de la partida tercera i artículo ochocientos cuarenta y cuatro, mil seiscientos noventa i
ocho i dos mil cuatrocientos noventa i nueve del Código Civil, se declara: Que la Ilustre
Municipalidad de Limache no puede impedir al demandante el cierro de la cuadra que
pertenece a la capilla de Quilpué, no siendo ésta una plaza pública, ni estando construida
sobre ella la servidumbre de camino _ Anótese _ Reemplácese el papel incompetente =
Moreno = Cruz, secretario = En doce de Diciembre notifiqué a don Juan B. Vergara = En
ocho de Marzo notifiqué a don Adolfo Escobar M. como Procurador de la IUlustre
Municipalidad de Limache, firmó = A. Escobar M = Es conforme. Quillota mayo siete de mil
ochocientos ochenta i seis = Eudoro Cruz = “Esta sentencia fue notificada además del
Procurador Municipal al señor Gobernador i Municipales en ejercicio de este
Departamento, los cuales no interpusieron ningún recurso en el termino legal i en
consecuencia, el señor Juez de Letras de Quillota don Floridor Román Blanco, a solicitud
de don Juan B. Vergara, por el cura párroco de Viña del Mar declaró, por decreto fecha
veinte i nueve de Abril último, pasada en autoridad de cosa Juzgada la referida sentencia i
mandó se hiciera la correspondiente inscripción, en el Registro Conservatorio de este
Departamento.- Para constancia hago la presente que forma conmigo el señor Cura
Párroco de este Villa don Plácido Labarca presentador del título, de que doi fe –
Plácido Labarca
Gilberto Garai. Conservador

200
201
BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Fuentes manuscritas.
Archivo Nacional de Chile.
 Archivo Nacional, Archivo de la Intendencia de Valparaíso, Comunicaciones de la
Gobernación de Limache 1890.

 Archivo Nacional, Archivo de la Real Audiencia, Vols. 429, 438

Archivos Eclesiásticos.

 Archivo Parroquia de la Parroquia de Santa Bárbara de Casablanca.

 Archivo Viceparroquia de Peñuelas, Parroquia de Santa Bárbara de Casablanca.

 Archivo Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Quilpué.

 Archivo de la Secretaria Episcopal del Obispado de Valparaíso, Parroquia de


Quilpué: Legajos. 33 número 1, Legajo 30 número 2, Legajo 30 número 1, Legajo 1, 2 y 3.

Archivos Judiciales.

 Registro de Propiedades del Conservador de Bienes Raíces de Limache. Años: 1877,


1878, 1879, 1880, 1881, 1882, 1883, 1884, 1885, 1886, 1887, 1888, 1889, 1890, 1891,
1892, 1893, 1894, 1895, 1896, 1897, 1898, 1899, 1900, 1901, 1902, 1903, 1904.

 Protocolos de Notarios de Valparaíso, Notario Joaquín Segundo Iglesias (segundo


semestre 1876), Notario Pedro Florez Zamudio (primer y segundo semestre 1910), Notario
Julio Rivera Blin (primer y segundo semestre 1911), Notario Cuadra (primer y segundo
semestre 1950)

 Protocolos de Notarios de Limache, Notario Gilberto Garai (primer semestre 1887)

 Protocolos de Notarios de Casablanca, Notario Francisco de Vargas (años 1830,


1831, 1832)

Recursos Electrónicos.

 Sobre Peñuelas: Reserva Nacional Lago Peñuelas, en


http://www.conaf.cl/parques/ficha-reserva_nacional_lago_penuelas-83.html, consultado
24 de marzo de 2012.

202
 Sobre Reseñas Parlamentarias: Portal Historia Política Legislativa del Congreso
Nacional de Chile, en http://historiapolitica.bcn.cl, consultado 20 de abril de 2012.

Ediciones seriadas y periódicos

 El Mercurio de Valparaíso, años 1877, 1878, 1879, 1880, 1881, 1882, 1883, 1884,
1885, 1886, 1887, 1888, 1889, 1935, 1936, 1937, 1938, 1939, 1940, 1941, 1942, 1943,
1944, 1945, 1946, 1947, 1948, 1949, 1950.

 Periódico El Progreso, Octubre 28 de 1894.

 Boletín Histórico de la Provincia de Marga-Marga, Volumen I, Nos. 1, 2 y 3.


Agrupación de Investigadores de la Historia del Valle del Marga-Marga “Joan Cadquitipay”.

 Boletín de las Leyes y Decretos del Gobierno, Tomo I (Imprenta Nacional, Santiago,
1898)

 Boletín Eclesiástico del Arzobispado de Santiago de Chile, tomos I a XX, (Imprenta


Cervantes, Santiago).

Libros y Artículos.
 Arancibia Salcedo, Raymundo, Diccionario Biográfico del Clero Secular Chileno
1918-1969, (Editorial Neupert, Santiago, 1969).
 Asta-Buruaga, Francisco Solano, Diccionario Jeográfico de la República de Chile,
(Nueva York, Estados Unidos, 1867).
 Astorga, José Ramón, Obras Científicas i Literarias del Ilmo. i Rmo. Sr. Don Rafael
Valentín Valdivieso, Arzobispo de Santiago de Chile (Imprenta de Nuestra Señora de
Lurdes, Santiago, 1904).
 Barros Arana, Diego, Riquezas de los Antiguos Jesuitas de Chile, (Biblioteca Vida
Chilena, Año I, Nº 7, Ediciones Ercilla, Santiago, 1932)
 Barros Arana, Diego, Historia Jeneral de Chile, tomos I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X,
XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI (Rafael Jover Editor, Santiago)
 Boloña, Nicanor y Domingo Espinosa D., Atlas Jeográfico de las Ciudades i Puertos
de Chile, publicación oficial de la Asociación Chilena de Aseguradores Contra-Incendios
(1902).
 Caro, Pedro, Historia de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, (Obra inédita,
1983).
 Cartagena R., Pablo, Estudio de Zonas de Alto Valor de Conservación, en
http://www.comsa.cl/documentos/altovalor.pdf.

203
 Carvallo Goyeneche, Vicente, Descripción Histórico-Geográfica del Reino de Chile,
en: Colección de Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional,
Tomo X (Imprenta de la Librería de El Mercurio, Santiago, 1875)
 Cerda, Claudia, Beneficios de la recreación al interior de la Reserva Nacional Lago
Peñuelas, en http://mgpa.forestaluchile.cl/Tesis/Cerda%20Claudia.pdf
 Colección de Historiadores de Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional,
tomo I (Imprenta de la Librería de El Mercurio, Santiago, 1875).
 De Bibar, Gerónimo, Crónica y relación copiosa y verdadera de los Reynos de Chile
(Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina. Santiago. 1966).
 De Lovera, Mariño, Crónica del Reino de Chile, en: Colección de Historiadores de
Chile y Documentos Relativos a la Historia Nacional, tomo VI (Santiago, 1865).
 Documentos Parlamentarios. Discursos de Apertura en las sesiones del Congreso y
Memorias Ministeriales en los últimos años del primer quinquenio de la Administración
Montt (1854-1856).
 Espinoza, Enrique, Jeografía Descriptiva de la República de Chile, 4ª. Edición,
(Santiago, 1897)
 Flores Guaman, Rolando y Heriberto Mansilla-Villena Villena, Casablanca.
Evolución Histórica, segunda edición (Impresos V Región, Valparaíso, 1992).
 Fonck, Francisco, La Lanceta de Quilpué, en: Boletín del Museo Nacional de Chile,
tomo II, número 1, (Imprenta Universitaria, 1910).
 Fonck, Francisco, La Rejion Pre-histórica de Quilpué y su relación con la de
Tiahuanacu, (Valparaíso, 1910).
 Graham, Mary, Diario de su Residencia en Chile (1822) y de su Viaje al Brasil (1823),
(Editorial América, Madrid, España).
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205
206
INDICE
Agradecimientos 5
Presentación 6
Introducción 8

Capítulo I. Breve reseña sobre la historia del valle de Quilpué 11


1.- Descripción geográfica del valle de Quilpué, lugar de nacimiento de la
Parroquia de Nuestra Señora del Rosario 11
Generalidades 11
El valle de Quilpué 12
Orografía 14
Hidrografía 16
Agricultura 18
Clima 18
Flora 19
Fauna 20
2.- El asentamiento de Quilpué. Primeros habitantes 22
3.- Independencia del valle del Marga-Marga 27

Capítulo II. Principios de la Iglesia en Quilpué 31


1.- El presbítero Julián de Landa adquiere las tierras de Queupue. Su vida y
quehaceres como doctrinero. Generalidades. 31
El presbítero Julián de Landa 31
El hermano del presbítero 32
El presbítero Julián de Landa adquiere las tierras del valle de Queupoa 33
2.- Breves sobre la Doctrina de San José de Marga-Marga 35
Generalidades 35
Oratorio y capilla 36
3.- Los primeros oratorios, la primera presencia de la Iglesia en Quilpué 40
Primer oratorio de Julián de Landa 41
Probable oratorio tras el sismo de 1687 42
Probable oratorio tras el sismo de 1730 43
El terremoto de 1822 43

Capítulo III. La Parroquia de Casablanca 47


1.- Noticias de la fecha de la erección de la Parroquia de Casablanca 47
2.- Territorio jurisdiccional de la Parroquia 50
3.- Movimiento parroquial de la capilla de Quilpué 52
4.- Población en el valle de Quilpué 55

Capítulo IV. La vice-parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Peñuelas 56


1.- Peñuelas 56
Un poco de geografía 56
207
Los orígenes 57
El pueblo 59
La vice-parroquia de Peñuelas 61
2.- Oratorios e iglesias. Breves referencia 65
Reculemu 65
Hacienda de Las Palmas 70
“Las Palmas i los jesuitas” 71
Oratorio, capilla y labores cotidianas y pastoral 74
Moscoso 76
San José de Marga-Marga 80
La Viña de la Mar 84
3.- El oratorio y la capilla de Quilpué. Primeros movimientos de registros 86
4.- Administración política del valle de Queupué a comienzos del siglo XIX 88
5.- El acto de donación de Petronila Valencia y sus repercusiones en la iglesia de
Queupué 89
6.- El terremoto de 1822 y la capilla 93
7.- El terremoto de 1829 y sus consecuencias. Evolución de la capilla. Registros 94
8.- La visita episcopal del Ilustrisimo y Reverendísimo Señor Don Rafael Valentín
Valdivieso, Obispo de Santiago, en 1838 95
Breve biografía de Monseñor Valdivieso 95
La visita eclesiástica a la subdelegación de Limache y a la aldea de Quilpué 96
9.- Quilpué y la llegada del ferrocarril. Cambios urbanos 99
10.- Los terremotos de 1850 y 1851. La construcción de la nueva iglesia de “las
Dos Torres” 104
11.- El cementerio parroquial de Quilpué. Creación, ubicación y registros. Otros
cementerios en la zona 108
12.- Últimos tiempos de la iglesia de Quilpué bajo la jurisdicción de Peñuelas 114

Capítulo V. Erección de la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del


Mar 116
1.- La erección de la Parroquia de Nuestra Señora de Dolores de Viña del Mar 116
2.- El litigio de la iglesia con la municipalidad de Limache 122

Capítulo VI. La Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Quilpué 128


1.- La vice-parroquia de Quilpué 128
La cuadra de la Iglesia del Santísimo Rosario 131
2.- Erección de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario. Auto de erección. 133
Territorio y jurisdicción
3.- Primeros registros parroquiales 140
4.- Quilpué, su parroquia y la revolución de 1891 150
5.- El cierre del cementerio parroquial y el traslado de los cuerpos sepultos.
Causas y proceso 151
6.- Un nuevo cementerio parroquial. La donación de Buenaventura Joglar 157
7.- el terremoto de 1906 y la reconstrucción de la iglesia parroquial 163

208
8.- Creación de vice-parroquias 169
La vice-parroquia de Peñablanca 169
La vice-parroquia de Villa Alemana 173
9.- Erección de la parroquia de El Belloto. Antecedentes y datos generales 176
10.- Monseñor Merino Lemus y la construcción de un nuevo templo 181
11.- Misión General en Quilpué 183
12.- Primera Misa del Presbítero Sapunas 183
13.- El terremoto de 1965 183
14.- La capilla de los Cuatro Evangelistas 184
15.- El terremoto de 1971 184
16.- Reseña histórica de la capilla Sagrada Familia de Colina de Oro 185
17.- Sucesión parroquial 186
18.- Devenir local y su entorno parroquial 186
18.- El cierre del cementerio laico de El Belloto y sus consecuencias para el
cementerio parroquial 188
19.- Breves notas de acontecimientos importantes desde 1983 188

Anexos Documentales 194


Declaración de donación de los hijos de doña Petronila Valencia 194
Inventario de la iglesia parroquial de Quilpué 197
Inscripción de sentencia por laudo de la iglesia contra la municipalidad de 200
Limache

Bibliografía General 202


Fuentes manuscritas 202
Archivo Nacional de Chile 202
Archivos eclesiásticos 202
Archivos judiciales 202
Recursos electrónicos 202
Ediciones seriadas y periódicos 203
Libros y artículos 203
Índice 207

209
210

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