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Islandia era un país con un régimen democrático que se caracterizaba por tener una leve deuda,

basar sus explotaciones en recursos energéticos limpios, con una educación y política muy
presentes. En el año 2000 el gobierno realiza una desregularización financiera, lo que provoca
la privatización de los tres grandes bancos. En tan sólo cinco años, piden prestado 120.000
millones de dólares, lo que suponía diez veces el valor de la economía islandesa en aquel
momento. Los banqueros aprovechan esta situación y se hacen con fondos públicos. Esta
burbuja financiera provoca un aumento del valor de las acciones, que se multiplican por nueve;
a su vez, el precio de la vivienda se multiplica, por lo que se comienzan a inflar los precios.

Varias auditorías procedentes de Estados Unidos, como KPMG auditaron estos bancos y
supuestamente no encontraron ningún conflicto, indicando que era una buena inversión. En
febrero de 2007, las agencias de riesgos califican estos bancos con una categoría AAA. Un año
después, dichos bancos quiebran, explotando la burbuja y provocando un aumento del empleo
que casi se triplica en tan sólo seis meses, a la vez que todos los clientes perdían sus ahorros.

Los reguladores del gobierno no hicieron nada para proteger a sus ciudadanos y si eran lo
suficientemente buenos como para enfrentarse a estas grandes entidades, eran contratados de
manera que la tercera parte de los reguladores del gobierno acabaron trabajando como
abogados para estas grandes empresas.

El 15 de septiembre de 2008 el banco Lehman Brothers se declara en bancarrota. Los mercados


financieros mundiales a la baja, no tienen más remedio que vender acciones. Se produce la caída
de la compañía aseguradora más grande del mundo, AIG. Entonces puede verse claramente que
nos encontramos ante una crisis financiera global.

Se produce una destrucción del capital, de viviendas, de ingresos y de empleo, por lo que 50
millones de personas en el mundo se ven obligadas a vivir por debajo de los umbrales de
pobreza. Esta crisis fue causada por un descontrol de la industria financiera. Desde los años 70,
se da lugar a un auge del sistema financiero en forma de burbuja que da paso a una serie de
crisis financieras.

Después de la gran depresión en USA, se producen cuarenta años de crecimiento económico sin
crisis financieras de por medio, ya que el negocio financiero estaba regulado por el gobierno.
Los bancos nacionales tenían prohibido especular con los ahorros de sus clientes.

Los bancos de inversión, encargados de las acciones y bonos, eran sociedades pequeñas y
privadas, cuyo modelo se basaba en la aportación de dinero por parte del socio. Pero este
régimen cambia debido a direcciones como la de Paul Walker o Morgan Stanley. En los años
setenta, los bancos de inversión se abren al público y el negocio financiero creció de forma
espectacular. Se implanta el objetivo de restaurar la prosperidad económica. La administración
Regan, apoyada por economistas y lobbis financieros comienza a desregularizar la industria
financiera durante treinta años. En 1982, la administración quitó la regulación de las compañías
de ahorro y préstamo, permitiéndoles hacer inversiones de alto riesgo con los ahorros de sus
clientes y sin ninguna repercusión.
A finales de los ochenta, dichas compañías quiebran, provocando pérdidas de más de 140.000
millones de dólares. Muchos ejecutivos fueron condenados con la cárcel por defraudar a sus
empresas.

En 1998, Citycorp y Traveler se fusionan en CityGroup. Esta fusión incumplía una ley que evitaba
que los bancos con grandes depósitos de clientes realizaran actividades bancarias de alto riesgo.
Greenspan no pone cartas en el asunto y al año siguiente esa ley queda derogada. En 1999, a
petición de Larry Summers y Robert Rubin, el congreso aprueba el acta Gram-Leach-Bliley, que
otorga la liberación a CityGroup. Robert Rubin ganó al año siguiente 126 millones de dólares
como vicepresidente de CityGroup.

Cuando los bancos son muy grandes adquieren mucho poder porque se actúa como un
monopolio y tienen la seguridad de que al jugar con los ahorros de miles de millones de
personas, si hacen una inversión de riesgo y caen en quiebra, serán rescatados por el gobierno.
Des esta manera, se le permite a numerosos personajes obtener grandes sumas de dinero a
costa de inversiones de riesgo con los ahorros de los clientes, provocando grandes ganancias
privadas a costa de pérdidas públicas.

A finales de los años noventa comienza la crisis. Los bancos de inversión crean una burbuja con
acciones de empresas de internet, lo que provoca en el año 2001 pérdidas de hasta cinco
millones de dólares. La comisión de seguridad y cambios, creada durante la gran depresión para
regular los bancos de inversión, no interviene, por lo que se provoca una ausencia de acción
federal eficaz. Ante la ineficacia de la autorregulación, se necesitan medidas de protección.

La industria de los servicios financieros consta de un alto nivel de criminalidad, debido a que la
desregularización y los avances tecnológicos permiten crear unos productos financieros
complejos llamados derivados, que crean una gran inestabilidad en los mercados. Los
reguladores, economistas y políticos no se tomaron en serio el riesgo que tenía la innovación
financiera sobre la estabilidad del sistema financiero. Los derivados dieron lugar a todo tipo de
especulaciones, dando pie a un mercado que contaba con más de 50 billones de dólares libres
de regulaciones.

A partir del año 2000, el mercado de derivados creció de forma abrupta. Cuando Bush llega a la
presidencia, el sector financiero de USA es rentable, concentrado y muy poderoso.

En el nuevo sistema, cuando se adquiere una deuda en una hipoteca, los acreedores venden tu
hipoteca a bancos de inversión y éstos, unían montones de deudas para crear un complejo
llamado Obligaciones de Deuda Colateral (CDO), que vendían a los inversores de todo el mundo,
los cuales pagaban a agencias de calificación para que evaluasen esas CDO con la máxima
categoría. Todo este sistema forma una burbuja crediticia, ya que los acreedores no se
preocupan de si el crédito era devuelto y conceden créditos de alto riesgo. A su vez, los bancos
de inversión sólo se preocupan de sacar beneficios con las CDO y a las agencias de calificación
les da lo mismo equivocarse, porque defienden que es sólo una opinión.

Los bancos de inversión preferían créditos de alto riesgo porque tenían unos intereses más altos,
lo que provocaba una concesión indiscriminada de créditos de alto riesgo, incluso a personas
que se sabía de antemano que no podrían devolver la cantidad adeudada.

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Como cualquiera puede conseguir una hipoteca, los precios se disparan, provocando la mayor
burbuja económica de la historia. Desde 1996 hasta 2006 los precios de la vivienda se
duplicaron.

CountryWide Financial fue el mayor financiador de créditos subprime. En Wall Street, la burbuja
inmobiliaria y de crédito llegó a crear cientos de miles de millones de dólares de beneficios. En
2006, alrededor del cuarenta por ciento de los beneficios procedían de instituciones financieras.
No eran beneficios reales, sino dinero creado por el sistema y contabilizado como ingresos.

La SEC creía que el movimiento libre de capital desregularizado estaba creando prosperidad, por
lo que no llevó a cabo investigaciones a los bancos de inversión durante la burbuja crediticia.
Éstos pedían préstamos para comprar créditos y crear más CDO. En 2004, se pidió a la SEC que
relajase el límite de apalancamiento de los bancos de inversión. El nivel de apalancamiento entre
2003 y 2007 creció mucho, lo que reducía el poder de sus activos, de manera que los volvía
insolventes.

Rajan criticaba las estructuras de incentivos que causaban los bonos, basadas en beneficios a
corto plazo, pero que no imponían penalización por pérdidas posteriores. Dichos incentivos
instaban a los empresarios a asumir riesgos que ponían en peligro a sus propias empresas o
incluso al sistema financiero global. Los grandes beneficiados de estas operaciones querían
asegurarse de que no se implantasen medidas de regularización en el sistema financiero, dado
que no se conformaban y eran codiciosos.

Los niveles de compensación de este sistema eran desmedidos. Casualmente, todos los
directivos de este sistema eran hombres, por lo que se comportó más bien en una lucha por la
superioridad sobre los demás como signo de masculinidad. Este comportamiento denota una
personalidad infantil, caprichosa. Estos personajes se rodeaban de drogas y prostitución
continuamente y contabilizaban estos gastos como reparaciones, investigaciones etc, de
manera que tenían sus vicios financiados.

En julio de 2005 se veía venir que habría recesión y una caída de precios, pero no se hizo nada
al respecto. El año 2006 fue el mejor año para los créditos subprime y la Reserva Federal no hizo
nada al respecto. No se investigó nada a pesar de las advertencias. En 2008 comenzaron los
embargos y las quiebras. El mercado de las CDO quebró y dejó a los bancos de inversión con
grandes sumas de activo que eran incapaces de vender. En una reunión del G7 en el año 2008
se dijo que controlaban la situación y que no habría recesión si seguían creciendo. En marzo de
2008 Bearn Stearns se quedó sin liquidez y fue comprado por dos dólares la acción y respaldado
por la Reserva Federal, en vez de ser intervenido.

El 12 de septiembre Lehman Brothers se queda sin liquidez y la industria de los bancos de


inversión se hunde. La estabilidad del sistema financiero global queda en peligro, con Merryll
Lynch también al borde de la quiebra. Ni Lehman ni el gobierno federal tenían un plan ante la
explosión de la burbuja financiera.

Los cinco altos ejecutivos de Lehman Brothers se quedaron con todo su dinero. Angelo Mozilo
llegó a ganar 470.000 millones de dólares con toda esta estafa y no tuvo que pagar nada como
castigo o indemnización. Al final la junta era la responsable. Stan O’neill dimitió después de llevar

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a la quiebra a su propia empresa y se le indemnizó. Los estafadores son recompensados y no
castigados; se excusan en que no fueron detenidos ni reprendidos.

Frederic Mischk cobró 124.000$ por parte de la Cámara de Comercio de Islandia por escribir en
un informa que la economía islandesa ya se había adaptado a la liberalización financiera con una
regulación prudencial y una supervisión estricta. Hay un aumento del poder financiero en USA.
El mercado de las nuevas tecnologías en USA está muy desarrollado, por lo que crea una gran
mercado de trabajo; sin embargo, para acceder a él se requiere una gran cualificación, y hoy en
día un ciudadano medio no puede permitirse ir a la universidad por la inmensa subida de tasas.

La política fiscal cambió para favorecer a los más ricos. La administración Bush redujo los
impuestos en las ganancias provenientes de inversiones y dividendos y a su vez eliminó el
impuesto de sucesiones. Se produjo un reparto desigual de la riqueza en USA que hoy en día es
el mayor de todos los países desarrollados. Las famlias se veían obligadas a trabajar más horas
o a endeudarse. Pedían créditos para financiar sus bienes. El 90% del dinero que suponen las
pérdidas de poder adquisitivo iba a parar al 1% de la población con mayor poder adquisitivo.

A finales de 2010 ninguno de estos personajes ha sido inculpado o arrestado. Ninguna de estas
empresas financieras ha sido demandada por fraude de activos o fraude contable. La
Administración Obama resulta ineficiente y se debería imponer demandas criminales a los
responsables.

Durante décadas el sistema financiero era estable y seguro, pero algo cambió. La industria
financiera le volvió la espalda a la sociedad, corrompió el sistema político y provocó una crisis
en la economía mundial. Las personas e instituciones responsables de dicha crisis siguen en el
poder y no han sido castigadas. Mientras sigan en el poder, lucharán en contra de la reforma del
sistema financiero que provee el bienestar social, por lo que es el momento de un cambio.

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