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El Gaucho Martín Fierro es un poema narrativo, escrito en verso por José

Hernández en 1872, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco. Tiene además una
continuación, La vuelta de Martín Fierro, escrita en 1879, este último libro también es conocido
como «La vuelta» y la primera parte, como «La ida». "La ida" ha sido seleccionado como libro
nacional de Argentina, bajo el título genérico de «El Martín Fierro».
En «La ida», Martín Fierro es un gaucho trabajador al que la injusticia social del contexto
histórico lo vuelve un gaucho matrero (fuera de la ley). Narra el carácter independiente, heroico y
sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de la política del presidente
argentino Domingo Faustino Sarmiento de reclutar forzosamente a los gauchos para ir a defender
las fronteras internas contra los indígenas.
Aquí me pongo a cantar,
al compás de la vigüela
que al hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.
José Hernández, primera estrofa del Martín Fierro.

Argumento
En El gaucho Martín Fierro («La ida»), un gaucho trabajador de las pampas bonaerenses,
que vive con su mujer y dos hijos, es reclutado forzosamente para servir en un fortín e integrar las
milicias que luchaban defendiendo la frontera argentina contra los indígenas, dejando
desamparada a su familia. Durante años sufre penurias en los fortines (malas condiciones,
hambre, frío, trato abusivo de sus superiores, los castigos estacados, el no recibir su sueldo)
hasta que decide escapar después de tres años y desertar del servicio. Al volver, su rancho se
encuentra abandonado convertido en una tapera y su mujer y sus hijos se han separado ante la
necesidad imperiosa de sobrevivir. Esta desdichada realidad hace que Martín Fierro frecuente
las pulperías, se embriague, se convierta en un gaucho matrero. En una oportunidad se burla de
la mujer de un moreno quienes estaban por ingresar a un baile y lo mata, y luego comete un
asesinato más: el de un gaucho "protegido" por los funcionarios. Estas muertes que acarreará
para siempre en su memoria lo llevan a convertirse en gaucho perseguido por la policía. Una
noche, se enfrenta contra una partida de policías, pero se defiende con tal valentía que uno de la
partida, el sargento Cruz, se une a él en medio del combate pues no iba a consentir que se
matara a un valiente. Finalmente ambos, sabiéndose perseguidos, huyen y se encaminan hacia el
desierto para vivir entre los indios, esperando encontrar allí una vida mejor. Así, concluyendo que
es mejor vivir con los salvajes que con lo que la 'civilización' les deparaba, termina la primera
parte.
El que maneja las bolas,
el que sabe echar un pial
o sentarse en un bagual
sin miedo de que lo baje,
entre los mesmos salvajes
no puede pasarlo mal.
Nunca hables en demasía
Ni te calles por completo
El hombre es de más respeto
Cuando es menos su falacia.´´

Momentos destacados de la primera parte


Entre los momentos más destacados y conocidos de La ida se encuentran las desdichas en
la frontera (los fortines de frontera con el territorio indio), el duelo con el negro, el enfrentamiento
con la partida policial donde el sargento Cruz se pasa a su lado y se vuelve su compañero, y la
huida al desierto para vivir con los indios. Siete años más tarde, en 1879, José Hernández
publica La vuelta de Martín Fierro. En su continuación, con el autor en una situación diferente, el
perfil ideológico cambia y se aconseja al gaucho adaptarse a la civilización que antes había
despreciado. También aquí se encuentran varias estrofas conocidas por su defensa del gaucho y
denuncia de la injusticia social:
Él anda siempre juyendo,
siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido,
como si juera maldito,
porque el ser gaucho... barajo!
el ser gaucho es un delito.
José Hernández, La vuelta de Martín Fierro, v. 1320

Análisis
Martín Fierro se presenta como una actitud de poder.
Mi gloria es vivir tan libre,
como pájaro en el cielo;
no hago nido en este suelo,
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir,
cuando yo remonto el vuelo.
Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama
Yo hago en el trébol mi cama
Y me cubren las estrellas.
Su carácter solitario es consecuencia de la pampa que habita, las injusticias que vive lo van
transformando a lo largo de la obra.
El gaucho Martín Fierro sería oriundo de la localidad de Tres Arroyos, en la provincia de Buenos
Aires. Otros argumentan que hay documentación de que habría vivido en el Pago de Monsalvo,
en las zonas aledañas a la actual ciudad de Maipú. Se ha investigado, que Hernández era muy
amigo de Zoilo Miguenz, fundador del partido de Ayacucho, ahí encuentra una denuncia contra un
tal Meliton Fierro, que es su alter ego en el libro. De hecho, la única referencia geográfica que se
cita en el libro esAyacucho. Los numerosos análisis del Martín Fierro han destacado tanto las
diferencias psicológicas del personaje como los cambios del propio José Hernández, en los siete
años que median entre la publicación de "la ida" y "la vuelta" de Martín Fierro.
En cuanto al personaje de Martín Fierro, en la primera parte, luego de haber sido reclutado
por la fuerza, rompió completamente con la "civilización", asesinando a un gaucho negro,
enfrentándose con la policía y finalmente excluyéndose totalmente de la sociedad premoderna de
la Argentina de entonces, para irse a vivir con los indios pampas. En la segunda parte, en cambio,
Martín Fierro parece revalorizar una sociedad en transformación (en ese momento el país iniciaba
su modernización capitalista, y el ingreso de millones de inmigrantes provenientes
mayoritariamente de Italia), haber superado su rebeldía rupturista y orientarse más hacia el futuro
de sus hijos.

PRIMERA PARTE

Capitulo 1:

Martín Fierro se hallaba en una pulpería (bar-despensa) y decide contar su historia, pidiéndole a
Dios y a los santos que lo ayudaran a refrescar su memoria y aclaren su entendimiento. El decía
que no era cantor letrado, que si se ponía a cantar no iba a terminar, que hacia gemir a la prima y
llorar a la bordona (Cuerdas de la viguela). Contaba que tenia mucha experiencia en la vida, y que
nada enseñaba tanto como el sufrir y el llorar.

Capitulo 2:

Fierro va narrando su vida feliz como gaucho, pero explica que después comenzaron las
desgracias. Dice que tenia hijos, vivienda y mujer; y comienza a detallar los trabajos propios de un
gaucho. Vivían escapándose de las autoridades, pues esta se llevaba a los gauchos y los
maltrataban sin que estos pudieran defenderse. Luego los mandaban a la frontera o los echaban
a un batallón. Fierro cuenta que así empezaron sus males.

Capitulo 3:

Un ida se encontraba en una pulpería cantando, y el Juez de Paz realizo una arriada en montón.
Algunos lograron escapar, pero el no porque era manso y no había el por que huir. Pero el juez lo
odiaba a Fierro, pues este en las ultimas elecciones no había ido a votar y el juez lo considero de
la oposición, y lo mando a la frontera. Allí al principio no hacían nada, pero después los
empezaron a tratar como malevos y los obligaron a hacer trabajos duros. Los indios entraban
cuando querían, a su territorio, pero no los perseguían. Entonces les dieron armas, pero eran
lanzas y otras armas primitivas, pues para las armas de fuego no tenían municiones. Una vez, los
atacaron por sorpresa al salir de un malón, y un indio se le vino encima a Fierro con una lanza,
pero este le tiro sus boleadoras bajándolo del caballo y matándolo. Luego se subió al caballo y se
escapo al fuerte.

Capitulo 4:

Esperaron que llegara el sueldo pero no venia, y la miseria los acosaba. No tenían nada de ropa,
pero a el le quedaba solo una manta de abrigo que se la saco al Comandante. Paso un año y las
cosas seguían igual. Luego dieron algo de dinero, pero a el no lo llamaron a cobrar por que "no
estaba" en la lista. Se disgusto Fierro, pero de esto se entero el comandante y llamo al Cabo y al
Sargento, quienes después le dieron un castigo.

Capitulo 5:

Fierro esperaba una ocasión en que los indios entraran y hacerse el cimarrón (salvaje) y volverse
para su pago. Creía que si se quedaba iba a morir. Una noche un gringo borracho no lo reconoció
y le disparo a Martín Fierro, pero no le pego porque estaba mamado. Por el ruido salieron los
oficiales y lo atraparon a Fierro y lo tiraron al suelo. En eso vino el Mayor y le empezó a gritar.
Luego lo ataron de las manos y de las piernas; y toda la noche Fierro le estuvo haciendo
maldiciones al gringo.

Capitulo 6:

Se reunió una militada para una expedición que iban a hacer sin carretas ni baguales (caballos),
para golpear a los indios en sus mismas tolderías, y que vendría con ellos un ministro llamado
Don Ganza que iba a reunir el ejercito y que tenia cañones. Fierro explica que el nunca fue un
gaucho dominado, que nunca se ha acobardado. Un día que estaban reunido el Jefe y el Juez de
Paz, Fierro agarro un caballo y se escapo. Volvió a su pago al cabo de tres años convertido en
desertor. Cuando fue para su rancho no encontró ni el rastro de este. Después le contó un vecino
que sus hijos trabajaron como peones y su mujer se fue con no sabe que gavilán, pues el campo
se lo pidieron y la hacienda la vendieron para pagar arrendamientos. Fierro piensa que sus hijos
están sufriendo mucho, y decide hacerse gaucho matrero ("malo".

Capitulo 7:

Luego Fierro comenzó a ser perseguido porque pensaban que era un vago, lo que se vio obligado
a huir constantemente. Además el no tenia ni mujer, ni rancho, ni dinero, ni hijos. Un día se entero
que había un baile por allí y se encontró con muchos amigos que se alegraron al verlo. Al ver
llegar una morena la ofendió. El que la acompañaba había estado juntando rabia, y luego de otra
ofensa de Fierro, el moreno se le vino encima pero el gaucho le pego con un porrón de ginebra.
Luego el negro lo atropello y le tiro dos cuchillazos que le logro esquivar; pero Fierro le devolvió el
ataque y lo hirió. Volvió a venirse furioso, el moreno, encima de Fierro pero este lo hirió
nuevamente matándolo.

Capitulo 8:

Otro día, en un boliche, entro un gaucho guapo y peleador; y lo provoco a Martín Fierro. Este le
respondió y comenzaron a luchar, pero Fierro lo mata de un revés con el facón (cuchillo) y se
retira del lugar.

Capitulo 9:

Fierro se la pasaba matreriando de día, pero siempre sobre el rancho estaba para vigilar que la
policía no lo agarre, y de noche buscaba una guarida para que no lo atrapen. Un día, se hallaba
contemplando las estrellas y escucho ruido de caballos que se aproximaban. Era la policía que lo
había venido a buscar por sus crímenes. Pero Fierro no quería entregarse y tuvieron que luchar.
Un policía le disparo , pero erró el tiro, y el gaucho aprovecho y lo hirió a otro que estaba
acomodando las boleadoras. Otros dos se le vinieron encima, pero con faconazos los mato.
Luego un policía lo venia a atacar, pero Fierro le echo tierra a los ojos y le clavo el facón. En eso
uno de los policías, llamado Cruz, les dijo a los otros que no era justo que le den muerte así a un
valiente y se paso al lado del gaucho, con lo que la pelea se emparejo, y al venírsele dos encima
los mato. Al ver esto, el resto de la policía escapo. Después se dirigieron a un rancho y se
pusieron a beber.

Capitulo 10:
Cruz le empieza a contar su historia: habla del gaucho, y de su mujer; y le explica como conoció al
Comandante. Este lo tenia de lado a lado y no le pagaba nada. A veces lo mandaba a hacer
viajes largos. Pero en una ocasión, entro a su rancho y lo encontró abrazando a su china. Este,
por el temor, saco su espada y se le vino encima a Cruz. Le tiro un espadazo, pero el ágil gaucho
lo esquivo y golpeo al Comandante. Pero en eso entro un hombre del comandante, y le disparo
pero no acertó, y Cruz se le acerco y lo mato de un faconazo. Luego agarro sus ponchos y sus
prendas y se fue para siempre del rancho.

Capitulo 11:

Luego supo Cruz que había una milonga por la zona y allí fue. Se puso a bailar, pero el guitarrero
lo ofende con una payada y Cruz de un faconazo le corta todas las cuerdas de la guitarra. Un
gringo con fusil acudió en defensa del cantor entonces Cruz se vio obligado a salir. De adentro de
la pulpería salió el guitarrero y se puso a pelear con Cruz, pero este con un corte lo dejo en el
piso. Monto su bagual y se largo a los campos.

Capitulo 12:

Un día lo llamo el juez a Cruz y le propuso que se hiciera soldado de policía. Así obtuvo el cargo
de sargento, pero como a el no le gustaba andar con el revolver en la cintura y por haber prestado
ayuda a Fierro que no lo iba abandonar, decide dejar la policía y seguir como matrero.

Capitulo 13:

Luego se retiran del rancho y mientras van cabalgando, Fierro alaba las creaciones de Dios, en
especial la mayor que le dio al hombre que es una lengua que habla. Luego deciden ir a tierras
indígenas, al lugar donde estaban los caciques, pues estos trataban a los cristianos que iban por
su gusto de "hermanos". Y hacia esas tierras partieron porque allí iban a tener mas seguridad y
pasarían menos males. Cruz y Fierro, arriando su trompilla cruzaron la frontera. Y cuando la
habían pasado Cruz le dijo a Fierro que mirara su pueblo, y a este dos lagrimas le rodaron por la
cara. Siguieron su rumbo y entraron al desierto. El relator concluye diciendo que no sabe si se
habrán muerto y que el ha relatado a su modo: "Males que conocen todos, pero naides canto"

Fin de la primera parte.

SEGUNDA PARTE

La vuelta de Martín Fierro

Capitulo 1:

El relator pide silencio porque va a demostrar que a su historia le faltaba lo mejor. El explica que
uno viene como dormido cuando vuelve del desierto, que había recibido la facultad para el canto y
que tanto el pobre como el rico le han de dar la razón.

Capitulo 2:

Fierro, tristemente, va recordando a su familia y a su pago, y en ocasiones se tira entre los yuyos
a llorar por ellos. Recuerda también que se dirige al desierto con Cruz, y llegaron a unos toldos de
salvajes. Cuando estos los vieron a Cruz y a Fierro se armo un tremendo alboroto y los rodearon.
Los gauchos pensaron que morirían, pero en eso llego un indio que les dijo que su salvación se la
debían a un cacique, y que ellos iban a quedar cautivos. Como el indio era muy desconfiado, los
pusieron separados bajo vigilancia.

Capitulo 3:

Fierro no pudo hablar con Cruz por dos años, pues recién al cabo de ese tiempo el cacique los
dejo vivir juntos, y estos se fueron a la orilla de un pajal. Como el alimento no abundaba por mas
empeño que se hiciera, semejante ejercicio hacia diestro al cazador, que tenia que comer
cualquier animal.

Capitulo 4:

Fierro explica que antes de aclarar el día, el indio empieza a aturdir la pampa con su rugir, y a
veces, sin que el y Cruz sintieran nada se largaban a invadir. Cuenta que para realizar el malón,
se procuran los mejores caballos y van con lanza sola, varios pares de bolas y nada mas, para no
fatigar al caballo. Es cruel el indio y odia al cristiano. El peso del trabajo lo dejan a sus mujeres,
pues ellos son ladrones, pero viven en miseria que causa horror.

Capitulo 5:

Cuando la invasión regresa, los indios traen miles de cabezas de vacas y yeguas y negocios
enteros que han saqueado. Luego se reparten el botín con igualdad y cada indio va a su toldo.
Cuando el hombre es mas salvaje, trata peor a su mujer. La mujer pronta esta para servir a un
desgraciado, pero tiene corazón de madre. El indio no tiene cariño a nadie ni sabe lo que es amar,
y eso se refleja cuando matan a sus mujeres sin tener compasión.

Capitulo 6:

Paso el tiempo y ellos seguían solitarios. De los indios sanguinarios no tenían que esperar,
aunque el que los salvo cuando llegaron era mas hospitalario. Este les regalo dos caballos y a
veces los fue a ver, aunque Fierro deseaba que jamas lo hubiera salvado. Al cabo de un tiempo,
apareció la viruela negra y empezaron a morir los salvajes. Cruz y Fierro, por esto, tenían ganas
de volver a sus pagos, pero como el indio que los salvo enfermo, decidieron ir a su lado a
cuidarlo. Pero murió a los pocos días y Cruz también enfermo, muy grave, y antes de morir le
pidió a Fierro que si volvía, busque a su hijo. Tuvo un terrible desmayo y murió.

Capitulo 7:

Fierro sepulto a su amigo y humedeció aquel terreno con su llanto. Escuchaba a cada rato a Cruz
que lo llamaba, y no encontraba consuelo que ir al suelo al lado se su sepultura. Allí pasaba las
horas pensando en su mujer, sus hijos, su pago y su amigo. Como escucho unos quejidos se
aproximo a ver que era y descubrió que era una cristiana llena de sangre que un indio había
herido con su rebenque.

Capitulo 8:
Supo después que ella llevo una comitiva de indios pampas a su partido, mataron a su marido y
se la llevaron cautiva. Tenia un hijito a su lado. Cuando estos crecían, los indios lo vendían o los
cambiaban por potros. Ella trabajaba para una india, pero un día la hermana de esta falleció y le
echaron la culpa a ella por brujería. El Indio la saco al campo y la obligo a que confiese su
brujería, pero como la cautiva no dijo nada, degolló a su hijo.

Capitulo 9:

De ella habían sido los lamentos que Fierro escucho. Cuando el indio lo vio saco sus boleadoras y
el gaucho su facón. Se miraban mutuamente, desconfiando uno del otro, hasta que el salvaje se
le vino encima y le tiro las boleadoras, que solo rozaron a Fierro, quien le tiro una puñalada, pero
el indio la esquivo, y el gaucho se enredo con el chiripa (boleadora indígena) y cayo. El indio se le
puso encima y cuando le estaba por pegar, la mujer lo empujo quitándoselo de encima a Fierro.
Siguen peleando pero el indio se resbala con el cuerpo del chiquito degollado y cae, y el gaucho
aprovecha para hacerle un tajo y luego otro con el que lo mata.

Capitulo 10:

Se subieron, Fierro y la cautiva, a los caballos y se fueron del lugar. Luego describe la forma en
que los salvaje domaban potros. Decidió ir sin rumbo. Varias veces no comieron o comieron carne
cruda, y en otras con raíces se mantuvieron. Hasta que, después de mucho sufrir, alcanzaron a
divisar una sierra y luego se dirigieron a una estancia, en donde se despidió de su compañera.

Capitulo 11:

Al acercarse a otra estancia, se encontró con un viejo amigo. Este le contó que el juez que lo
buscaba ya había muerto; le dice que ya todos sus crímenes habían quedado en el olvido y que el
gobierno no lo buscaba. Fierro reflexiona que por culpa del Juez había perdido diez años, que no
son pocos para quien ya llega a viejo. Se entero que había una carrera de estancieros y se fue
para ahí. Estos, después de reconocerlo le contaron que su mujer había muerto en la miseria. Y
mientras tomaba unos tragos se consoló al encontrarse con sus dos únicos hijos que le cuentan
sus historias.

Hijo Mayor de Martín Fierro

Capitulo 12:

LA PENITENCIARIA: Cuenta su soledad y la pobreza en la que vivía. Trabajo como peón con un
patrón que hacia su vida un calvario. Pero un día mataron a un bollero y lo culparon a el sin tener
nada que ver, y el y dos mas fueron a la cárcel. En tal terrible soledad, oye el latido de su pecho y
piensa en su madre, padre y hermano. Cuenta que por mas fuerte que sea el hombre, también
sufre, gime, llora y calla metido en aquel infierno. Lamentaba también el no haber aprendido a
leer, y sufrió mucho al ver que a otros presos los visitaban sus familias y a el nadie. En la cárcel
no se permitía hablar, ni matear, ni cantar, ni fumar. Luego les pide que guarden en su memoria lo
que les acaba de decir, pues sino tendrán que sufrir mucho si no creen en su verdad.

Hijo menor de Martín Fierro

Capitulo 13:
Cuenta que vivió diez años entre extraños, hasta que lo encontró una tía que le dio todo (cuidado,
cariño, etc.) y lo nombro heredero de los bienes que tenia. Al fallecer la vieja, heredo todo, pero
como era menor el Juez le confisco la herencia hasta que sea mayor. Le nombro un tutor y paso
al cuidado de este.

Capitulo 14:

El juez trajo a un viejo medio cimarrón (salvaje), muy renegado y muy ladrón que lo llamaban
Vizcacha. Andaba rodeado de perros que eran todo su placer. Carneaba noche a noche alguna
res (vaca, chancho, etc.) en el pago dejando allí el rezago, alzaba en ancas el cuero, que se lo
vendía a un pulpero por yerba, tabaco y trago. Le tenia rabia a las vizcachas. -"Cuando el juez me
lo nombro tutor me dijo que era un señor, me iba a enseñar a trabajar y darme la educación, pero
en realidad era todo lo contrario. Vizcacha, según un amigo mío, mato a su mujer de un palazo
porque le dio un mate frío. Soñaba siempre con ella y decía que ella desde el mismo infierno lo
estaba llamando a gritos."-

Capitulo 15:

-"Solo me aconsejaba cuando estaba borracho."- Le decía que se haga amigo del juez y nunca le
lleve la contra; que nadie le tenga envidia; y que si buscaba vivir tranquilo que no se case. Le
aconseja que es necesario llevar armas. Luego de estos consejos se quedaba dormido por la
borrachera.

Capitulo 16:

-"El viejo vizcacha cayo enfermo y empeoraba. Entonces le traje una curandera a ver si mejoraba.
Al verlo dijo que tenia un tubérculo y no le dio mucho tiempo de vida. Vizcacha le pedía a gritos al
diablo, que se lo llevara al infierno. Cuando ya no pudo hablar mas, le ate una campana en la
mano. Pero al poco tiempo falleció."-

Capitulo 17:

-"Cuando lo vi muerto, le cobre un miedo terrible. Llame al alcalde y a tres o cuatro de sus
vecinos. Los vecinos le pedían a Dios que le perdone todo lo que había hecho. Sus amigos
comienzan a contar las maldades que hacia, como escupir asados ajenos. Esta costumbre se la
quito un mulato desertor que le llamaban barullo, quien una noche, luego de escupir el asado
Vizcacha, le largo una puñalada, pero el viejo gano la puerta y se fue."- Luego el alcalde comenzó
a registrar la casa. Encontró lazos, cabrestos, coyundas, maneadores, una punta de arriadores,
cinchones, maneas, torzales, una porción de bozales, un montón de tiradores, y unas cuantas
cosas mas. Pero las personas allí presentes empezaron a reconocer cosas, supuestamente
suyas, y a llevárselas. Cuando se fueron todos, el juez le dijo al huérfano que "el iba a ser el
heredero y el que se haría cargo de todo", aunque lo que había quedado eran todas porquerías.

Capitulo 18:

-"Al verme solo con el finado (muerto) y los perros me puse a llorar a gritos. Me saque el
escapulario y se lo colgué a mi tutor. Mientras tanto, los perros, para aumentar mi miedo y mi
tormento, se pusieron a llorar. Agarre lo que era mío y me fui. Después me entere que esa tarde
vino un peón y lo entero. Pero al otro día amaneció con una mano afuera, y según el enterrador,
que se la había comido un perro. Por mucho tiempo no pude saber lo que me pasaba. Todas las
noches soñaba con viejos, perros y guascas (látigos)."-

Capitulo 19:

-"No volví por lo del juez, por miedo a que me nombre a otro tutor. El juez me había prometido
que cuidaría de mis cosas hasta que tenga 30 años y sea mayor de edad. Viví por ahí y fui víctima
del mas desdichado amor con una viuda. Fui a ver a un adivino para ver si me curaba de todos
esos males que me habían ocurrido, y me dijo que me habían hecho daño en un mate y me
habían querido embrujar, y me paso una pluma de avestruz. Me dijo que la causante de esto
había sido la viuda y que probara una receta, pero esta no curo mis males. Me dio otra pero
tampoco funciono. Finalmente me dijo que le corte tres motas a un negro y que las hirviera en
leche. Pero como ninguna funciono, me fui a ver al cura y este me dijo que la viuda no se podía
casar por que se lo había prometido a su marido moribundo, y que entonces me aleje de la mujer.
Pero el cura le dijo al juez que yo era un cabeza dura y no tenia compostura, y este me echo a la
frontera"-

Capitulo 20:

Martín Fierro y sus dos hijos festejaban el reencuentro. En ese momento, vino un mozo forastero
que venia de la frontera y les pidió la bendición. Les dijo que el nombre de Picardía era lo único
que llevaba y para contar su historia a todos les pedía licencia, diciéndoles que enseguida iban a
saber quien era. La gente se puso atenta y Picardía comenzó a cantar.

Picardía

Capitulo 21:

-" Me quede huérfano y no pude conocer a mi padre, siendo mi madre Inocencia me llamaban
Picardía. Primero me llevo a su lado un hombre para cuidar las ovejas, pero todo el día eran
quejas y guascazos. Luego me fui a Santa Fe buscando mejores fines, pero también me fue mal.
Ya pensaba en volverme, cuando salieron unas tías que quisieron recogerme. Ellas se pasaban el
día rezando, y luego me obligaron a mi. Yo rezaba sin dificultad todo el día pero a la noche no
podía. Por culpa de una morena que me hacia tentar, rezaba pero me equivocaba. Y un día me
aburrí de esos enredos y me fui."-

Capitulo 22:

-"Anduve, siendo pobre, de lado a lado. Pero cuando empece a ganar plata, me tuve que volver.
Cuando vine me enrolaron en la Guardia Nacional. Comenze a trabajar en combinación con el
dueño de una fonda (especie de hotel-casino), jugando cartas y peleando a la gente. Hacia
trampas así los clientes se entusiasmaban o se ponían nerviosos y jugaban mas. Como hacia
trampa con arte y no me descubrían lo hacia en todos los juegos."-

Capitulo 23:

-" Un día, un vendedor ambulante napolitano se vino a jugar haciéndose el chiquito para sacarme
ventaja, pero perdió todo, y se puso a llorar mientras yo me llevaba toda su mercadería. Seguí
ganando, hasta que se presento un Oficial de Partida, que era ñato (de nariz chata), que me
exigió que pagara una multa porque el juego estaba prohibido y que me iba a llevar al cuartel. Dos
veces nos encontramos y dos veces lo insulte. Todo se complico, cuando intente conquistar a la
mujer que le gustaba al ñato, y ahí se me declaro enemigo."-

Capitulo 24:

-"Me escape de el en muchas oportunidades, hasta que me agarro en las elecciones, y me quiso
obligar a votar por quien quería el Comité. Pero le dije que "Respeto al que me respeta, pero el
naipe y la boleta nadie me la ha de tocar". En ese momento cayo la policía y fui a parar al cepo
por no querer pelear."-

Capitulo 25:

A los pocos días, hicieron citar la gente para reunir un contingente y mandar a la frontera. La
mayoría eran los que no habían votado por el que la Partida quería. Llego el Comandante y
comenzó a explicarles uno por uno porque los mandarían a la frontera. Luego empezaron a
acumularse mas personas, y aunque sus familias lloraran y pidieran compasión, era inútil.

Capitulo 26:

-"Luego llego mi turno y estaba asustado. El comandante me decía que era un jugador, un vago
un picaflor, y que había de ser un bandido como mi padre, a pesar de que no lo conocía. Me
empeñe en averiguarlo, y me entere que era el guapo sargento Cruz. Yo conocía bien su historia
y jure tener enmienda. Todo conseguí olvidar, pero el nombre de Picardía no me lo pude quitar."-

Capitulo 27:

-"Serví en la frontera en un cuerpo de milicia, por culpa de un ñato. Pero allí trabajaba y se hacia
sacrificio, y no pagaban nada ni daban ropa. El comisario cuando venia con la paga, por "mala
suerte" esta era del contingente anterior. Cuando se cansaban de alguno de nosotros, lo largaban
sin ropa ni nada para que vuelva a su partido, sin darle ningún papel que acredite su servicio."-

Capitulo 28:

-"En la frontera lo pasaba como todos, pero cuando me eligieron asistente mejor, en cierto modo,
supe hacerme lugar al lado del Ayudante. Este se la pasaba siempre leyendo porque quería
recibirse de fraile, era delicado, pero jamas lo vi disgustado. La gente lo aborrecía y lo llamaba "La
Bruja", aunque lo único que hacia era recibir las raciones de víveres y de vicios. Pero los milicios
decían que yo y la bruja los estabamos traicionando a todos con sus raciones. Esto no era cierto,
por que nosotros los traíamos, pero lo recibía el comandante, que sacaba cuanto quería. Luego
pasaba al oficial de semana, al sargento, al cabo y por ultimo recién al soldado, y cuando llegan a
este ya casi no quedaba ración. El vestuario era otro infierno; si lo daban, llegaba en invierno el de
verano, y en verano el de invierno. Por estas razones parece que el gaucho tiene algún pecado
que pagar."-

Capitulo 29:

Esto canto Picardía y después guardo silencio. Mientras todos celebraban ese casual encuentro,
llego también un moreno. Este presumía de cantor y se creía bueno, se sentó y le pego un
rasguido a la guitarra desafiando a Martín Fierro. Este, que siempre se halla dispuesto, tomo la
guitarra y los dos comenzaron a cantar.

Capitulo 30:

Fierro explica que el hombre debe mostrarse cuando llega la ocasión, hace mal en que se niegue
o en que se lo rueguen; y dice que hará gemir las cuerdas hasta que las velas no ardan. Cuenta
que era costumbre de el cantar las noches enteras. El moreno le dice que el es un pobre
guitarrero y da gracias a Dios por poder cantar con alguien que lo experimenta a el. El negro
cuenta que tenia nueve hermanos, que ha vivido libre sin depender de nadie, y que sabe mucho.
Explica que si tiene alguna falta al cantar que se la perdonen y que se debe escuchar al cantor,
aunque sea negro, por que aprenden todos. Fierro le replica que si el sabia tanto, que le diga cual
es el canto del cielo. El moreno le dice que Dios había creado a los hombres negros y blancos,
pero que no hizo dos clases distintas, pues los negros pintaban al diablo blanco, y los blancos lo
pintaban de negro. Continua y explica que los cielos lloran y cantan hasta el mayor silencio.
Fierro, por su parte, dice que los negros y los blancos tienen los mismos dolores, y que le relate el
canto de la tierra. El moreno, a pesar de sus pocos conocimientos, lo explico bien, y entonces
Fierro le pide el canto del mar, el de la noche, de donde nace el amor, y que explique que
entiende por ley. Como relata todas bien, Fierro le permite al moreno que le pregunte algo. El
moreno, entonces le pregunta "¿Para que fin el Eterno ha creado la cantidad?" Fierro le dice que
Dios creo solo la unidad, y que el hombre aprendió a contar. Al ver que le contesto correctamente,
el moreno le pregunta para que formo Dios la medida. Fierro le contesta que la medida la invento
el hombre para el bien suyo, pues Dios no tenia que medir sino la vida del hombre. Luego el
moreno le pide que le diga que significa el tiempo y el peso. Fierro se lo relata bien, y le dice que
si quería aprender mas cosas que se lo preguntara. El moreno le dice que ninguno debe abusar
de la ignorancia de nadie, que es seguro que pierda un cantor de media talla contra otro de talla
entera, que esta deprimido y triste y que solo cantaría para buscar consuelo. Cuenta que de los
diez hermanos solo quedan nueve, pues el primero murió a manos de un pendenciero, que jamas
encontró. Dice finalmente que si en otra ocasión payan, cantaran sobre las muertes injustas que
algunos hombres cometen. Fierro le responde que por fin se había callado, que el conoció a los
morenos mas peleadores, y que el no busca peleas y que las contiendas no le gustan, pero ni las
sombras lo asustan ni los bultos lo menean.

Capitulo 31:

Luego de las palabras, los presentes los separaron y Fierro, sus hijos y Picardía montaron y se
dirigieron a la costa de un arroyo. Allí pasaron toda la noche, y al amanecer meditaron, y por su
estado de pobreza decidieron separarse. Antes de hacer esto, Fierro les aconsejo.

Capitulo 32:

Fierro los empieza a aconsejar y le dice que estos consejos, que le ha costado adquirirlos, se los
da porque desea dirigirlos, pero que su ciencia no alcanza para darles la prudencia que precisan
para seguirlos.

Capitulo 33:

Luego se separaron todos, una para cada punto cardinal, pero hicieron una promesa: convinieron
entre todos cambiarse el nombre. El relator explica que ha cumplido con su deber, pero todavía le
quedan rollos por si se ofrece a dar lazo, que le permitan descansar porque en este punto (33
cantos) se planta; dice que recordemos estas palabras "En mi obra he de continuar hasta
dárselas concluidas, si el ingenio o si la vida no me llegan a faltar", y que si algún día faltasen, los
gauchos sentirán tristeza en el corazón y lo tendrán en su memoria para siempre. "Que nadie se
ofenda si canto de este modo no es para mal de ninguno si no para bien de todos".

Argumento de las dos partes de la obra

Primera parte: "La Ida"

Martín Fierro, el gaucho, nos va a contar con sincera nostalgia la vida feliz que antaño llevaba en
la pampa y la inicia no con el grandilocuente verso homérico de "Canta musa, la cólera de
Aquiles"… sino con un auténtico rapsoda del pueblo al que van destinadas sus cuitas y lamentos:
"Aquí me pongo a cantar / al compás de la vigüela…" en el canto II comienza el relato
propiamente novelesco del poema, concretamente al llegar la cuarta estrofa: la leva lleva al
gaucho del hogar a "la frontera", a la tierra de indios.

En el canto III asistimos a la vida miserable que sufre nuestro protagonista en su nuevo destino.
La guerra con el indio se halla erizada de peligros sin cuento, hasta el punto de que el gaucho
decide huir (canto IV y V). La continua huída va a durar tres años, sembrado de penalidades sin
cuento. Pobre y desnudo, regresa a su rancho, que ha sido destruido y ha de refugiarse en una
cueva.

Las penalidades no han terminado: en el canto VII Fierro sufre persecución al ser considerado un
vago. Entonces se revela y se torna "malo", frecuenta las "pulperías", se emborracha y,
pendenciero, en una pelea mata a un negro. En el canto VIII, la policía lo persigue. Exhausto, pero
valiente, lucha hasta la extenuación, hasta conseguir la admiración del sargento de policía Cruz,
en el canto IX lo escucha con atención y, compadecido de él, le cuenta a su vez, su historia; y así
ambos, por ser dos almas gemelas, deciden marchar a tierra de indios. Así se llega al canto XIII,
con el que finaliza la primera parte. Hernández, por boca de su protagonista, anuncia "romper la
guitarra para no volverla a templar". En la última estrofa se encierra toda la protesta y denuncia
socio-política: "…que referí ansí a mi modo / males que conocen todos / pero que naides contó".

Segunda parte: "La Vuelta"

La segunda parte abre también con una pequeña introducción. Se trata de una novela rimada con
ecos de poema épico. José Hernández sabía que la fama de su personaje corría de boca en
boca, a semejanza de lo que Sancho dice en relación a su amo en la segunda parte del Quijote (1
y 2). Narración de las aventuras de Cruz y Fierro en la tierra de indios, fiestas y bailes de los
mismos, postura ante los prisioneros. En el canto 3 aparece una poesía sentenciosa junto al treno
y la lamentación continuada. Una resignación sin esperanza, un estoicismo ilustrado con
metáforas encadenadas. Menos mal que el lamento es el mejor lenitivo para todos los males. Las
lamentaciones se cortan y volvemos a enfrentarse con el indio y conocemos la vida de prisioneros
de Cruz y Fierro. En los cantos 4 al 6 se nos describen las costumbres indias, muchas de ellas
bárbaras y salvajes, singularmente las de los hombres que maltratan a sus mujeres cuales
aparecen como sufridas y abnegadas.

En el canto 6, Cruz muere de viruelas. Encomienda a Fierro a su hijo porque ya no tiene tampoco
madre. Hasta ese momento no sabíamos que cruz tenía un hijo, y es quizá para un hombre que
siempre se halla en escenarios bélicos, el pensar que podía tener una familia le quitaba toda la
dureza de su carácter.

En el canto 8, tras enterrar a Cruz y llorarle, Fierro se ve envuelto en un terrible duelo con un
salvaje que maltrata a una prisionera blanca. Después logra huir con ella, no sin antes asistir a
una de las escenas más tiernas y a la vez duras del poema: el indio golpea brutalmente a la mujer
y le arranca a su hijo de los brazos, acto seguido lo degüella… ¡para amarrarle después las
manos con las propias tripas de su hijo! En los cantos 9 y 10 Fierro y su compañera sepultan al
niño despedazado, tras matar al indio y enterrarlo en un "pajonal", a fin de que la tribu tarde en
encontrarlo; después marchan a "tierra de cristianos".

Cuando llegan, Fierro se despide de la mujer y cada cual parte por su lado. Tres años han pasado
en duro peregrinaje y cinco con los indios cautivo. Las autoridades ya no se acuerdan de sus
delitos. Entonces aparecen los hijos de nuestro protagonista, a los que les cuesta identificarle,
porque "venía muy aindiado y muy viejo". En el canto 12, el hijo mayor cuenta su estancia en la
cárcel; en el 13 el hijo segundo narra asimismo su historia. Se nos da a conocer un nuevo
personaje: el viejo Viscacha, a quien se le encomendó el hijo más pequeño hasta que tuviera
edad para gozar de la herencia. El carácter y las acciones de Viscacha se nos narran en los
cantos 14 y 15. En el canto 16 fallece Viscacha y es enterrado (canto 17 y 18). La obsesión por el
viejo Viscacha, que tanto hiciera sufrir al hijo segundo, se nos explica con detalle. En el canto 20
aparece Picardía, que explica su azarosa vida picaresca (cantos 21 a 28). ¡Finalmente
descubrimos que Picardía as el hijo de Cruz!

Aparece a continuación el Moreno, nada menos que el hermano menor del negro que
injustamente mató Martín Fierro (canto 29 a 31). Por último, Martín Fierro (transposición del autor)
da una serie de consejos a sus dos hijos. Estos, junto con Picardía, se despiden, no sin antes
decidir cambiar de nombre. En la penúltima estrofa se nos devela el mensaje del autor al
proponerse escribir la segunda parte de la obra: "es el tiempo de olvidar antiguas rencillas, tiempo
es de trabajar por un futuro". El propio José Hernández se dirige a los lectores con el
convencimiento de que su poema a de pasar a la posteridad y de que todo él encierra una
enseñanza.

Personajes secundarios

Cruz

Es también gaucho como Fierro, pero ha ingresado en la policía gracias a un amigo que le debía
una "deuda de sangre"; aparece como una especie de "doble" de aquel, pero no le anula. Su
nombre ya es un símbolo: sufrimiento, muerte, castigo, purga en la vida de acciones pasadas… y
por "la forma de firmar"… ¡con una cruz! como analfabeto. Actúa como complemento y
desdoblamiento de nuestro héroe, que clama incluso con mayor fuerza que este contra la
injusticia de los que mandan.

En la segunda parte lucha fieramente a lado de Fierro contra los indios: cree que va a morir, pero
no es así hasta que le sobreviene el final, no en la lucha, sino tras cuidar a un indígena. Más
humano que nunca, cae también él gravemente enfermo y encomienda con la mayor ternura un
hijito a Fierro, desapareciendo para siempre.

El hijo mayor de Martín Fierro.


Se nos presenta como un ex presidiario que ha ido a la cárcel injustamente, a la manera de El
Proceso, de Kafka. El hijo mayor acusa y de él se vale José Hernández para lanzar un último
ataque contra la justicia y el sistema penitenciario. En él están simbolizados no sólo todos los
perseguidos injustamente, sino todos los que se hallen encerrados en la cárcel de su propia
existencia (angustia existencial).

El hijo segundo.
Se relaciona con Picardía, hijo de Cruz, y es un digno continuador de la gloria picaresca española.
Trasciende de él un sentido humano de inocencia gracias a él se introduce en la obra un
personaje de la riqueza argumental del viejo Viscacha. Una mujer (la tía) le recoge y le mima, y le
deja una herencia gracias a la cual este hijo segundo entra en contacto con gente más refinada
que los gauchos. La semejanza con los pícaros se halla muy lograda, ya que el muchacho
vagabundo va de mano en mano y pasa "hambre viva" en casa del avaro Viscacha. Como en el
caso de Picardía, su forma de vivir se halla determinada por las circunstancias.

Picardía.
Hijo de Cruz, su nombre lo dice todo, narra sus aventuras sus detalles de humor que suavizan la
tragedia del hijo mayor.

Vizcacha.
Viejo astuto y avaro que ha vivido siempre en el campo. Viscacha recuerda con su nombre al de
una clase de roedor que vive en las madrigueras (una "vizcacha". Es viudo por haber matado a su
mujer de un golpe por haberle dado un "mate frío", pero el remordimiento no lo dejará ya en paz.
Avaro, celoso o maniático, el hijo de Fierro deberá dormir fuera de su covacha, a la serena, con el
cuerpo medio desnudo. Viscacha da al muchacho unos consejos, auténtica norma de vida para el
pícaro que ha de desplegar la astucia, el engaño, el disimulo y la misoginia para sobrevivir en un
mundo donde el hombre es lobo para el hombre.

El Moreno o "Negro de la Payada".


Contrasta con los otros personajes sobre todo por el color. Se trata de un vengador de ofensa
legal (venganza de la sangre) por ser pariente del muerto, pero no consuma la venganza, porque
en la segunda parte ha llegado la hora del perdón y el olvido para las viejas ofensas. Su figura es
interesante desde el punto de vista técnico y estilístico por introducir la payada, y con ella el
poema incorpora uno de los elementos corrientes en la poesía gauchesca. El enfrentamiento
entre negro y blanco es explicado por algunos como intención de tipo racial. El gaucho siente con
orgullo la indiferencia hacia el color y si este orgullo lo separa del "pueblero" (aquí con mucho de
defensa), también lo hace del indio y el negro.

Las mujeres
Se ha dicho que el Martín Fierro es un poema de hombres, lo cual no obsta para que la mujer se
halle presente en él, tanto de forma individual como colectiva, en los distintos cantos de las dos
partes.
La primera que nos presenta el poema es la esposa de Fierro. No posee nombre concreto y sale
en él de forma episódica sin que sepamos nada ni de su rostro ni de sus formas… "una de
tantas". Al marchar Martín Fierro, ella también marcha "con no se qué gavilán", y Fierro la disculpa
e incluso le desea suerte.

La segunda es la del negro a quien un día, estando Fierro borracho, la insulta y se mete con ella
hasta que la pelea inevitable termina con la muerte del negro. Fierro pretende entonces continuar
su atropello, pero reflexiona y, por respeto, desaparece con gran remordimiento.

Llegamos con ello a la Vuelta. Las primeras mujeres que se nos presentan son las indias. Martín
no tiene más que elogios para ellas. Son también mujeres sin rostro: piadosas, diligentes y
sufridas en los trabajos. Sufren pacientes bajo el duro yugo del marido que es su tirano y su
señor, y que "ni sabe lo que es amar". Con las indias contrasta el retrato de la "china vieja" que
culpa a un "gringuito" cautivo de ser el causante de la viruela negra. Es una mujer maléfica y
supersticiosa.

Muerto el indio, se produce la huída de Fierro y la mujer. Nada se nos dice en cuanto si ha habido
relaciones más íntimas entre el protagonista y la cautiva. El autor es todo discreción y hace que
Fierro, convertido en auténtico paladín, no necesite descender a situaciones más prosaicas…

Por último se hallan: la tía que, recoge al segundo hijo de Fierro, lo mima y lo hace su heredero.
Es una mujer con auténtico buen corazón y carácter maternal; y en contraste con la amable figura
de la tía, está la curandera, auténtica parca, que visita a Viscacha viejo y enfermo. La viuda de la
que se enamora el segundo hijo de Fierro. De la viuda su conducta, nada sabemos, mujer esquiva
de la cual anda locamente enamorado el muchacho, no puede consumar su unión porque aquella
es fiel a la memoria de su marido.

Unas tías que recogen al hijo de Cruz para que no ande suelto y desamparado, buenas mujeres,
aunque unas beatorras de cuidado y, contrastando, la mulata que se "pega" al lado de Picardía,
primero como ángel de la guarda, después como pícara tentadora del muchacho. Apodada "la
parda, tenía los ojos como refocilo"… Finalmente, la alusión que hace el Moreno a su sufrida
madre que tuvo diez hijos…

Las masas
Se hallan representadas por la caterva de jueces, comandantes, comisarios, asistentes, vigilantes,
pulperos, indios, indias, unos más próximos al lector, otros en segundo plano; pero todos
imprescindibles para que las figuras de los protagonistas aparezcan recortadas con mayor fuerza.

Biografía de José Hernández.


José Hernández, fue un poeta y federalista Argentino cuya obra El gaucho Martín Fierro, es
considerada como un clásico nacional, canta la independencia, el estoicismo y el coraje del
gaucho. Nació en Pedriel en la provincia de Buenos Aires el 10 de noviembre de 1834. Hijo de
Rafael Hernández (rico comerciante español establecido en Buenos Aires, Argentina) y de Isabel
de Pueyrredón.

Su infancia transcurre durante la dictadura de Rosas por lo que a los 5 años vivió en Barracas en
casa de su abuelo materno. Aprendió a jinetear a los nueve años en el campo donde entró en
contacto con el estilo de vida y la lengua de los gauchos. Fue desde entonces que Hernández
defendió a la causa del gaucho que comienza a manifestar posteriormente en la prensa, su obra
literaria y en el congreso.

En 1859, lucho en las batallas de Urquiza, de Cepeda y de Pavón. En 1863 se caso con Carolina
González del Solar y publico “la vida del Chacho”(biografía de Angel V. Peñaloza), en la que ataca
a la política de Sarmiento; en 1864 combatió y peleo contra las fuerzas del dictador Francisco
Solano. Luego regreso a Argentina en 1869, y fundó el periódico el río de la plata en el que
defendió posturas federalistas. Participó en la última rebelión gaucha, de López Jordán,
movimiento que finalizó en 1871 con la derrota de los gauchos y el exilio de Hernández. Es
entonces en 1872, cuando publica la primera parte de su gran poema romántico la ida de Martín
Fierro, y tras siete años publica la segunda parte titulada la vuelta de Martín Fierro.

En 1881 publica su libro “la construcción del estanciero” y continuo desempeñado varios cargos
oficiales hasta su muerte que fue citada el 21 de octubre de 1886.

Importancia de José Hernández dentro de la evolución de la poesía gauchesca.


El mérito que obtuvo el autor del Martín Fierro fue llevar a la literatura Hispanoamericana la vida
de un gaucho, de manera que impulso durante la época del romanticismo su carácter
eminentemente nacional que satisface al color local de esa corriente, narrándola en primera
persona, con sus propias palabras e imbuido de su espíritu.

Actitud permanente del escritor ante la causa del gaucho.


En el poema Martín Fierro, en todo momento la intención del autor fue la de denunciar la situación
y los atropellos por las que paso el gaucho durante el periodo histórico de un gobierno imperante
de Argentina, siendo un medio de expresión cultural y social del gaucho, todo envuelto y enfocado
desde el punto de vista del gaucho que esconde, sin duda alguna, el pensamiento del propio
autor.

Estructura de Martín Fierro.


En esta obra romántica de versos octasílabos, donde se describen las virtudes y desgracias del
pueblo gauchesco, dividido en dos partes:

La primera parte comprende 2.316 versos que se agrupan en 13 cantos y se conoce como “la ida
Martín Fierro”.

La segunda parte tiene consta de una introducción, 4.849 versos distribuidos en 33 cantos y es
conocida como “la Vuelta de Martín Fierro”, publicada en 1879.

Situación cultural y social Argentina que se a reflejar en la primera parte de Martín Fierro.
El poema se inicia con la felicidad de la vida familiar, hasta que Martín es obligado a alistarse en
el ejército, su odio a la vida militar, su rebelión y su consiguiente deserción.

A su regreso, descubre que su casa ha sido destruida y su familia se ha marchado, y la


desesperación le empuja a unirse a los indios y convertirse en un hombre fuera de la ley. Es así,
como padecieron una incalculable cantidad de abusos y desgracias tanto él como la población
gaucha - Argentina, en general, conjuntamente con una situación cultural critica ya que la
población era escasa de tan solo 2 millones de habitantes y con un 80% de analfabetas.

Explicación de la actitud conformista que se refleja en la segunda parte del Martín Fierro.
En la secuencia del poema, la vuelta de Martín Fierro, este sacrifica gran parte de su preciosa
independencia y se resigna tomando una nueva actitud para reconocer y aceptar la realidad
imposible de cambiar, la cual fue manifestada por la civilización y transformación del país

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