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ACTO Y POTENCIA
I) ACTO Y POTENCIA.
1) No hay una definición en sentido estricto para el acto ni para la potencia, porque toda
definición estricta implica un género y una diferencia específica.
No es el caso de la potencia, como tampoco del acto. Para ellos no se da un género.
Luego, no pueden definirse.
Acto y potencia son nociones simples, primitivas.
2) No obstante, acto y potencia pueden ser declaradas. Pueden recibir una especie de
declaración descriptiva:
a. ¿Qué es potencia?: capacidad de perfección.
b. ¿Qué es acto?: la perfección.
3) Sin embargo, la potencia no puede explicitarse o describirse sino por relación al acto.
La razón de esto reside en que es carencia de determinación.
La potencia no es ordenación o relación al acto.
Tampoco algo absoluto a lo cual se añada la ordenación. En este caso sería el ser.
Es la receptividad pura, esto es indeterminación pura.
Es decir, la potencia es un principio real indeterminado y determinable.
II) LA PRIORIDAD DEL ACTO SOBRE LA POTENCIA
El acto tiene prioridad sobre la potencia. Se puede justificar con el siguiente razonamiento:
- Aquello por lo cual algo es definido es la razón que precede, es algo que tiene
prioridad. Así animal tiene prioridad sobre hombre, y sustancia tiene prioridad sobre
accidente.
- Ahora bien, la potencia no se puede definir a no ser por el acto.
- Luego, es necesario que la razón del acto preceda a la razón de potencia y la
noción de acto a la noción de potencia.
Veremos ahora que la prioridad del acto es en el orden ontológico.
1- Cuando se trata del acto y de la potencia, que constituyen un mismo ser, ambos se dan a
la vez.
En este sentido, no hay prioridad de la potencia ni prioridad del acto.
2- Por otra parte, temporalmente, la prioridad pertenece a la potencia.
3- Pero si se los considera absolutamente tal como son en sí, según la naturaleza de cada
uno, la prioridad pertenece al acto. Esto es válido en el orden ontológico.
Apliquemos un ejemplo a las prioridades arriba clasificadas.
Si consideramos este hombre que ya es hombre en acto, este hombre en el orden temporal,
antes era potencia para ser hombre.
Primero es la semilla, que es potencia del trigo, y después el trigo en acto.
Y la vista, primero es potencia para ver y después ve en acto.
Aunque, en aquello que a veces está en potencia y a veces en acto, la potencia tiene prioridad
temporal, en una consideración simple, el acto tiene prioridad sobre la potencia, porque la
potencia no se actualiza de por sí, sino que es necesario que sea actualizada por un acto.
Porque si no fuese así habría que decir que potencia es acto antes que ser potencia porque si
llega actualizarse por sí sola tiene que tener ya acto, ya que nadie se da a sí mismo lo que no
tiene (Cont. Gent., I, c.16).
Por lo tanto al acto le pertenece por lo menos la prioridad según naturaleza.
Se la definición del acto y potencia se sigue que el acto tiene la prioridad también en el orden
de la dignidad.
III) EL ACTO Y LA POTENCIA SE DISTINGUEN REALMENTE
Consideramos que la potencia es capacidad de perfección, y el acto es la perfección.
Si no fuesen acto y potencia realmente distintos caeríamos en contradicción porque nada
puede ser, desde el mismo punto de vista, la capacidad de recibir una perfección y al mismo
tiempo esa perfección.
De hecho si algo es la capacidad para la perfección, al mismo tiempo, no puede ser esa
misma perfección de que es capaz.
La capacidad expresa precisamente que no aquello de lo cual es capaz,
y la perfección expresa, a su vez, que no es una capacidad para algo, sino que es algo.
No puede ser y no ser lo mismo: no puede algo ser la perfección y no serlo.
Se ve entonces que, el acto y la potencia no puede ser lo mismo.
En la distinción real se da separabilidad y realidad. Aun siendo juntos no se implican
mutuamente.
IV) EL ACTO PUEDE SER ACTO Y POTENCIA EN DISTINTO ORDEN
Aunque todo acto es una perfección eso no quiere decir que cada acto sea toda
perfección.
Por eso, porque no cada acto es toda perfección, puede suceder que un acto, desde un punto
de vista o en un orden, sea esto, pero con respecto al acto superior, puede ser potencia, o la
capacidad no de la misma perfección, sino de una perfección superior.
Es decir, un acto considerado en distintos órdenes, puede ser acto y potencia. Así la forma
substancia, con respecto a la materia es acto, pero con respecto al acto superior que es la
existencia es potencia.
Lo mismo según lo mismo no puede ser simultáneamente acto y potencia, pude serlo según
algo distinto.
V) LA LIMITACIÓN DEL ACTO POR LA POTENCIA.
a) Volvamos a la experiencia.
En una exposición de pintura encontramos toda una serie de pinturas que realmente
merecen el atributo de bellas. Es decir muchas de ellas participan de la perfección de la belleza;
pero de ninguna de ellas podemos decir que es la belleza. En cada una de ellas el acto o la
perfección de la belleza es participada. Pero no todas son en el mismo grado bellas. Hay unas
más bellas que otras, y hay unas menos bellas que otras.
El problema que se nos plantea ahora es: cómo un acto ‒la belleza‒ que considerada en sí
no es más que una sola, puede ser restringida y limitada en su perfección; cómo un
único acto puede ser limitado y multiplicado.
Todo acto ‒esto es toda perfección en tanto que perfección‒ considerado en sí, no es
más que perfección; y, sin embargo esa única perfección se encuentra a veces ‒en la
mayoría de los casos concretos‒ limitada.
A qué se debe eso; cómo es posible que una perfección que de por sí no dice más
que perfección puede limitarse como perfección.
El problema es de la limitación del acto; y no de la limitación de la potencia, porque
algunos autores hablan de la limitación de la potencia por el acto, que es sin duda un
modo impropio de hablar porque cuando una potencia ha recibido su acto, claro está
que no está más en potencia a ese acto, eso no quiere decir que la potencia en cuanto
potencia ha desaparecido. La potencia no se limita a ese acto, porque sigue siendo
potencia y puede recibir otro acto: aun cuando ha recibido su acto, no se ha convertido
en el acto, sino que sigue siendo potencia, y mientras es potencia siempre es capaz de
otros actos o perfecciones.
La cuestión se plantea correctamente sólo respecto al acto, porque el acto de por sí
no dice ninguna limitación. En el orden en que es acto, o perfección, siempre es
plenitud; y sin embargo está limitado a veces, la mayoría de las veces. Esto es lo que
tenemos que explicar: cómo es posible la limitación del acto, porque acto de por sí, no
dice sino que perfección.
Escoto y Suárez afirman que el acto puede limitar a sí mismo o puede ser limitado
por causa eficiente. Veamos, entonces, hasta donde vale, y si realmente vale la tesis de
que el acto se limita a sí mismo.