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en la política educacional
Introducción
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M. Leonor Cariola, Socióloga, Ph D, trabaja en la unidad de evaluación del Ministerio de Educación
desde 1998. Actualmente se desempeña como Coordinadora Técnica de Estudios Internacionales.
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Lorena Meckes G, Psicóloga, MA en Evaluación de IOE, Universidad de Londres, coordinadora
nacional del SIMCE entre 2003 e inicios de 2007.
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(Recuadro)
Características Actuales del Sistema Nacional de Evaluación en Chile
(SIMCE)
Foco de la Resultados de aprendizaje en relación con el Currículum Nacional
evaluación
Grados 4°, 8° y 10°
Evaluados
Frecuencia 4° grado: todos los años / 8° y 10° grado: cada dos años (alternadamente)
Asignaturas Lenguaje (lectura y expresión escrita) y Matemáticas en 4°, 8° y 10° grado / Ciencias
evaluadas Naturales y Sociales en 4° y 8° grado.
Cuestionarios Padres, directivos y docentes1
de Contextos
Cobertura 4° grado de educación básica: 96% de los estudiantes y 97% de las escuelas (*) / 8°
grado de educación básica y 10° de educación media: 96% de los estudiantes y 99% de
las escuelas.
Audiencia Información entregada Tipo de Informe
Información Docentes y Resultados a nivel nacional, Informe para la escuela
entregada y Directivos municipal y de las escuelas,
grupos comparados con los de años
objetivo anteriores, escuelas similares,
y resultados regionales y
nacionales (**)
Padres Resultados de las escuelas Informe para los padres
comparados con los de años
anteriores, escuelas similares,
y resultados regionales y
nacionales
Opinión pública Resultados a nivel nacional Conferencia de prensa,
que consideran información medios de comunicación
contextual (es decir,
resultados de acuerdo a las
prácticas de selección de
alumnos de las escuelas, las
expectativas de los docentes,
etc.)
Resultados a nivel nacional, Periódicos, página web
municipal y de las escuelas; (www.simce.cl)
resultados de las escuelas
comparados con los de años
anteriores, escuelas similares,
y datos regionales y
nacionales
Investigadores Base de datos con propósito
de investigación
Fuente: Meckes y Carrasco (2006).
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1. Orígenes del sistema de evaluación en Chile
La evaluación en Chile tiene una larga data. Comienza en los años 60, con la
participación en el estudio internacional comparativo de la IEA, denominado
“Six Studies” en referencia al número de áreas del conocimiento que cubrió. En
los 70, se intentó usar pruebas estandarizadas al final de la Educación Básica
como certificación de los aprendizajes alcanzados en este nivel, pero esta
iniciativa no alcanzó a implementarse en su totalidad.
Sistema de
Años Institución
Medición
1967 - 1971 Prueba Nacional Ministerio de Educación
Universidad Católica – Subsecretaria de
1982 - 1985 PER
Educación
Universidad Católica– Subsecretaria de
1988 - 1990 SIMCE
Educación
1991- a la
SIMCE Ministerio de Educación
fecha
3
El diseño de la época requería un sistema de evaluación que cumpliera el doble
rol de control de calidad y de información a la demanda para complementar las
medidas de descentralización y traspaso de los establecimientos educacionales,
que hasta entonces dependían directamente del Estado, a los municipios y a
administradores privados junto con la instalación de un sistema de
financiamiento basado en vouchers por cada estudiante, que se entrega
directamente a la escuela en base a la asistencia de los matriculados.
Bajo los supuestos que los padres buscarían la mejor educación para sus hijos,
que tendrían libertad para cambiarlos de establecimiento educacional y que
serían ampliamente informados sobre los resultados en la prueba SIMCE, se
esperaba que el mercado, provisto de información para todos los actores,
regulara por sí mismo la calidad de la educación. La expectativa era que los
establecimientos, incentivados por la competencia por estudiantes y los
recursos financieros asociados a ellos, dirigieran sus esfuerzos a mejorar la
calidad. De este modo, para evitar la pérdida de matrículas y sus respectivas
subvenciones, y en la búsqueda de aumentar sus ingresos, harían lo posible por
mejorar la calidad de la educación impartida para atraer y retener a los
estudiantes.
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las transformaciones previas que podrían ser beneficiosas para las políticas
sociales. Es así como se mantuvo la descentralización de la administración de
las escuelas, y el sistema de financiamiento de ellas. Había consenso político
sobre el rol estratégico de la educación y el gasto público en este sector se
triplicó entre 1990 y 2001 (OECD 2004).
Para paliar los posibles efectos negativos del diseño del régimen militar,
se complementó el rol subsidiario del Estado con un enfoque proactivo y
compensatorio enfatizando la preocupación por la equidad. Esto llevó a
programas universales con el objeto de mejorar las experiencias de aprendizaje,
al mismo tiempo que no se abandonó el mercado. (Cox 2006: p. 4).
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Coalición de gobierno que está en el poder desde 1990 y congrega a diferentes partidos de la izquierda y
del centro político.
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En consecuencia, a pesar del diseño original, durante los primeros años de
implementación del SIMCE (1988 a 1995) los resultados de cada establecimiento
educacional no se hicieron públicos. Durante este periodo, se entregaba un
reporte completo a cada escuela en privado, aunque se suponía que la escuela
debía compartirlos con el resto de la comunidad escolar. Más que describir,
explicar y hacer pública la diversidad de rendimientos entre las escuelas, se
hacía un diagnóstico de los resultados lo más acabado posible para entregar
información a cada comunidad escolar.
SIMCE
1988
4 Nos referimos a logros no académicos en un sentido análogo a como los describe PISA, donde actitudes
y dimensiones motivacionales pueden considerarse a la vez logros o “resultados” y variables explicativas
(OECDa, 2003, pág 120).
5 Denominados en la época “estimadores de la calidad de la educación”.
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sus primeros siete años, el SIMCE reportó mediciones sobre dos variables como
Desarrollo personal, evaluado mediante cuestionarios a alumnos, y Aceptación
de la Labor Educacional, para lo cual se aplicaron cuestionarios a alumnos,
apoderados y docentes. Por otra parte, la Eficiencia Escolar era medida a través
de un instrumento aplicado a todos los establecimientos al final de cada año
académico, por el Ministerio de Educación.
El énfasis era entregar información a las escuelas sobre todas las dimensiones
evaluables externamente y que se concebía formaban parte de la calidad de la
educación.
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Es así como entre los años 1990 y 1995, los resultados del SIMCE se emplearon
eminentemente para: (i) describir las brechas de resultados en el país, la
iniquidad que era necesario superar y por tanto fundamentar las políticas
compensatorias del Gobierno, (ii) para focalizar el apoyo del Gobierno en las
escuelas de los sectores con más bajos resultados, y para (iii) retroalimentar con
información completa a los profesores de cada escuela respecto de sus
resultados y la calidad de la educación ofrecida.
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“High Stakes” Assessment System
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aquellos que imparten ambos niveles. En estos seis grupos se hace análisis de
conglomerados para determinar escuelas semejantes considerando
vulnerabilidad de la escuela7, ingreso del hogar y educación de los padres. Para
cada uno de estos grupos se hace un ranking por desempeño. El desempeño se
evalúa principalmente (65%) por los resultados del SIMCE: se pondera en un
37% el puntaje obtenido en relación a la población que atiende la escuela y en
un 28% la variación positiva respecto a la medición anterior. El otro aspecto de
importancia (22%) es la igualdad de oportunidades, medida por la retención de
estudiantes y el porcentaje de estudiantes con dificultad de aprendizaje.
Es fácil comprender que esta medida, junto con la publicación de los resultados
del SIMCE por escuela, incrementaron las consecuencias e incentivos externos
asociados a los puntajes obtenidos en el SIMCE, creando una clara presión para
elevar los resultados en las mediciones de aprendizaje.
7
Por vulnerabilidad de la escuela se entiende el porcentaje de estudiantes clasificados como
“vulnerables” o en riesgo de abandonar la escuela o de fracasar. Se calcula en base a indicadores sico-
sociales del estudiante y de su familia.
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debido a las deficiencias técnicas de los instrumentos y a su baja capacidad de
discriminación en el caso por ejemplo de “aceptación de la labor educacional” o
algunas de las escalas para medir autoestima, sino por los cambios en el uso de
los resultados SIMCE. Por una parte, la publicación de los resultados requería
concentrarse en datos confiables y precisos. Por otra parte, concebir el SIMCE
como herramienta para la toma de decisiones de política educacional, hizo
necesario privilegiar la indagación sobre “factores asociados” con mayores
potencialidades de ser modificados por la política educacional (que la
autoestima de los estudiantes, por ejemplo). Se incorporó entonces la
evaluación de cobertura curricular por parte de los docentes entre las variables
críticas estudiadas a través de los cuestionarios. Desde el comienzo a la fecha,
el nivel de cobertura curricular declarado por los docentes se ha mostrado
fuertemente asociado a los resultados, independientemente del nivel
socioeconómico de los estudiantes8. Esta información ha reforzado la voluntad
política de generar estrategias para capacitar a los docentes en el curriculum
nacional.
Las políticas anteriores convivieron, en esta segunda etapa, con las políticas
compensatorias de programas focalizados señaladas anteriormente, en que los
resultados del SIMCE continuaron siendo utilizados para seleccionar a las
escuelas en las cuales se focalizarían los programas de apoyo. En este contexto,
el uso de los datos SIMCE se adaptaron al doble enfoque de las políticas
educacionales. Se publicaron los datos por escuela, pero también se usó la
información para focalizar las intervenciones en escuelas con mayores
deficiencias. Asimismo, se continuó entregando información a los docentes,
poniendo cada vez mayor atención a los informes de resultados diseñados para
ellos.
8
Ver, por ejemplo, Informe Nacional de Resultados SIMCE 2007, www.simce.cl.
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Es importante hacer notar que durante esta segunda etapa del SIMCE en
democracia, no solo se intensificaron las consecuencias y la rendición de
cuentas para las escuelas, sino que también las consecuencias y rendición de
cuentas por parte del Ministerio de Educación. En efecto, la conferencia pública
de entrega de resultados del SIMCE, y las análogas en que se reportan los
resultados de pruebas internacionales en las cuales Chile participa más
intensamente desde 1997, se han transformado en el hito de rendición de
cuentas del Gobierno en el sector educación. Este es sin duda más relevante y
tiene mayor cobertura de prensa que la inauguración o cierre del año escolar en
que el Ministro del ramo refiere las acciones desarrolladas y los compromisos
cumplidos. En este sentido, podría decirse, que la mayor relevancia pública de
los resultados implica una doble responsabilización: de las escuelas y también
de las autoridades.
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Entre las diversas medidas sugeridas, la recomendación con primera prioridad
fue desarrollar estándares de desempeño que permitieran describir el logro de
los estudiantes y no solo un puntaje de carácter abstracto9. Esto permitiría, por
una parte, entregar resultados más comprensibles, con mayor sentido y utilidad
pedagógica para los docentes, y reforzar así el papel de retroalimentación de las
prácticas al interior de las escuelas. Por otra parte, se recomendaba establecer
“estándares”, que definieran claramente el nivel de desempeño considerado
aceptable o deseable para poder establecer expectativas a nivel del país y de
cada establecimiento, reforzando la rendición de cuentas y responsabilización
de las escuelas. El doble propósito del SIMCE (retroalimentar eficazmente y ser
un instrumento de rendición de cuentas) quedó claramente explicitado a través
de la reflexión de esta Comisión Nacional.
Como hemos descrito hasta aquí las consecuencias asociadas a los resultados de
las escuelas en la medición nacional se han vinculado principalmente a los
incentivos (SNED), al apoyo del Ministerio de Educación para las escuelas con
bajos resultados y a las consecuencias derivadas de la publicación de ellos
(eventual impacto en prestigio, en la demanda de las familias y
consecuentemente en la subvención). Es decir, las consecuencias se limitaban a
una combinación de efectos en el “mercado educacional” con medidas
compensatorias y de incentivos dirigidos por parte del Estado.
9 Las otras medidas recomendadas se relacionan al tema que nos ocupa en forma más indirecta.
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plazos para lograrlas y condicionan la autonomía en el uso de recursos e incluso
la permanencia de la escuela en el sistema.
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Corresponde a los grados pre-escolares (edades 4 y 5) y primaria (grados 1 a 8, edades 6 a 13).
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Se desprende de esta nueva ley un cambio radical en relación a la
responsabilización y a las consecuencias para la escuela, así como el rol que
cumple el Estado. Las escuelas con mayores problemas de aprendizaje seguirán
siendo apoyadas, pero de distinta manera que las con menores problemas o sin
ellos. El Estado no solo monitorea e informa los resultados, sino que también
supervisa los procesos y las implementaciones que son objeto del convenio.
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escolar, financia a las escuelas en diferente grado según una fórmula de subsidio por
alumno y brinda información al mercado (…), no se establece ningún requisito
respecto de los estándares de desempeño o el modelo de instrucción” (Banco
Mundial, 2007, p. 22).
De esta forma, se asigna un rol central al Estado ya que este debe velar por la
calidad de la educación.
Conclusiones
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grafica esta evolución simultánea del rol asignado al Estado y al Sistema
Nacional de Evaluación de logros de aprendizaje.
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Rol Asignado al SIMCE Rol asignado al Estado
Proveer información para Pasivo. Refuerzo de la autonomía para el
retroalimentar a las escuelas mejoramiento.
Proveer datos públicos para Proveer condiciones para el
informar la demanda funcionamiento de un “cuasi mercado”
educacional
Identificar escuelas para focalizar Complementar el rol subsidiario con
apoyo y evaluar la efectividad de medidas compensatorias y de apoyo a las
dicho apoyo. escuelas desfavorecidas socialmente y
con bajos resultados.
Proveer datos para establecer Acentuar las consecuencias de la
incentivos por calidad evaluación complementando las
derivadas del mercado
Retroalimentar a las escuelas en Protagónico. Exige y sanciona el
relación con expectativas de logro cumplimiento de estándares, apoya e
(estándares), proveer información interviene si es necesario.
pública para informar a la demanda
y promover la rendición de cuentas
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Referencias
Meckes, Lorena; Carrasco, Rafael (2006): SIMCE: Lessons from the Chilean
experience in National Assessment Systems of Learning Outcomes, background
paper for the conference "Latin American Lessons in promoting Education for
All" held in Cartagena de Indias, Colombia.
OECD (2004): Reviews of National Policies for Education, Chile, OECD, 2004,
Paris.
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