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Tema 1: “Agresión, conducta antisocial y delincuencia”

1. CONDUCTA ANTISOCIAL.
2. PERSONALIDAD ANTISOCIAL
3. PSICOPATÍA.
4. DISTINCIÓN ENTRE PSICOPATÍA Y TAP.
5. DELINCUENCIA.
6. TEORÍAS SOBRE LA DELINCUENCIA.
7. FACTORES DE PROTECCIÓN Y DE RIESGO.

1. Conducta antisocial
Una conducta antisocial son aquellas acciones que quebrantan las reglas y normas, o
expectativas sociales. Es decir, acciones que van contra el entorno (personas y propiedades).
Debemos destacar que no toda conducta antisocial es delito, pero que todo delito es una
conducta antisocial.
La conducta antisocial es un problema que requiere atención, por ello, autores como Kazdin y
Buela, proponen 2 criterios:
- Curso normal de la conducta, es decir, ¿es una conducta puntual o crónica? ¿esa
conducta pertenece a la trayectoria transitoria o persistente?
- Características de las conductas, esto es, el tipo de conductas. Su frecuencia,
intensidad, cronicidad, magnitud, constelación de conductas… pues, no es lo mismo saltarse un
semáforo en rojo que matar a un pájaro.
Con relación a la constelación de conductas, nos basamos en que para decir que hay
trastorno antisocial de la personalidad, normalmente no se da una conducta puntual sino un
conjunto de conductas antisociales.
La conducta antisocial no tiene porqué nacer en la infancia o en la adolescencia, pues a
pesar de que una persona haya tenido estas conductas no significa que vaya a cometerlas en la
edad adulta. Sin embargo, muchos de los adultos con trastorno antisocial, ya en su infancia y
adolescencia tenían conductas antisociales.
2. Personalidad antisocial
2.1. El Trastorno Antisocial de la Personalidad.
Las personas que sufren trastorno antisocial de la personalidad (DSM-IV) tiene una serie de
características comunes:
A. Siguen un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que
comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta.
Característica esencial.
B. Deben tener al menos 18 años, y tener historia de algunos síntomas de un trastorno
disocial antes de los 15 años para poder ser diagnosticado de trastorno antisocial.
C. No logran adaptarse a las normas sociales respecto al comportamiento legal y pueden
perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención.
D. Frecuentemente carecen de empatía y tienden a ser insensibles, cínicos y a
menospreciar sentimientos, derechos y penalidades de los demás.

Criterios para el diagnóstico:


1. Un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta
desde la edad de 15 años, como lo indican 3 (o más) de los siguientes ítems:
a. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al
comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos
que son motivo de detención.
b. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafas
a otros para obtener un beneficio personal o por placer.
c. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro.
d. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o
agresiones.
e. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
f. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un
trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
g. Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del
haber dañado, maltratado o robado a otros.

2. El sujeto tiene al menos 18 años.


3. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años.
4. El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia o un episodio maníaco.

2.2. Trastorno Disocial.


Si el sujeto es menor de 18 años presentará síntomas de trastorno disocial, que tiene como
síntomas:

 Patrón de comportamiento persistente y repetitivo en el que violan los derechos


básicos de los otros o importantes normas sociales adecuadas a la edad del sujeto.
 Estos comportamientos se dividen en cuatro grupos:
 Comportamiento agresivo contra personas o animales.
 Comportamiento no agresivo que causa pérdidas o daño en la
propiedad.
 Fraudes o robos.
 Violaciones graves de las normas-
 Tres o más comportamientos característicos deben haber aparecido durante los últimos
12 meses, y por lo menos uno en los últimos 6.
 El trastorno provoca deterioro clínicamente significativo de la actividad social,
académica o laboral.

Criterios para el diagnóstico:


1. Un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los
derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes propias de la
edad, manifestándose por la presencia de tres (o más) de los siguientes criterios
durante los últimos 12 meses y por lo menos de un criterio durante los últimos 6
meses:
a. Agresión a personas.
i. A menudo fanfarronea, amenaza o intimida a otros.
ii. A menudo inicia peleas físicas.
iii. Ha utilizado un arma que puede causar daño físico grave a otras
personas (ej: bate, ladrillo, botella rota).
iv. Ha manifestado crueldad física con personas.
v. Ha manifestado crueldad física con animales.
vi. Ha robado enfrentándose a la víctima (ej: ataque con violencia,
arrebatar bolsos).
vii. Ha forzado a alguien a una actividad sexual.

b. Destrucción de la propiedad.
i. Ha provocado deliberadamente incendios con la intención de
causar daños graves.
ii. Ha destruido deliberadamente propiedades de otras personas
(distinto de provocar incendios).

c. Fraudulencia o robo.
i. Ha violentado el hogar, la casa o el automóvil de otra persona.
ii. A menudo miente para obtener bienes o favores o para evitar
obligaciones (esto es, “tima” a otro).
iii. Ha robado, objetos de cierto valor sin enfrentamiento con la
victima (ej: robos en tiendas, pero sin allanamientos o destrozos).

d. Violaciones graves de normas.


i. A menudo permanece fuera de casa de noche a pesar de las
prohibiciones paternas, iniciando este comportamiento antes de
los 13 años.
ii. Se ha escapado de casa durante la noche por lo menos 2 veces,
viviendo en la casa de sus padres o en un hogar sustitutivo (o sólo
una vez sin regresar durante un largo periodo de tiempo).
iii. Suele hacer novillos en la escuela, iniciando esta práctica antes de
los 13 años.
3. Psicopatía
Karpman (1961) define al psicópata como una persona insensible, emocionalmente inmadura,
carente de profundidad, con emociones simples, sin capacidad de experimentar ansiedad o
miedo, y sin la posibilidad de que las recompensas o castigos ejerzan efecto alguno sobre su
comportamiento. Cleckley (1941) expuso que el síntoma básico de la psicopatía es la deficiente
respuesta afectiva hacia los demás.
Los psicópatas también expresan demencia o afasia semántica, que implica que son incapaces
de entender y expresar el significado de experiencias emocionales, aun cuando puedan
comprender el lenguaje.

4. Distinción entre psicopatía y Trastorno Antisocial de Personalidad


Están relacionados, pero son trastornos distintos. La psicopatía es un trastorno de la
personalidad definido por una serie de conductas socialmente desviadas y rasgos de la
personalidad característicos, mientras que el TAP se refiere fundamentalmente a un grupo de
conductas delictivas y antisociales, por lo que muchos delincuentes no psicópatas pueden
incluirse.
El 90% de los delincuentes cumplen los criterios del trastorno antisocial de la personalidad, pero
sólo el 25% de estos podría diagnosticarse de psicopatía.

5. Delincuencia
La delincuencia según Cohen (1959) es el “conjunto de conductas que violan las expectativas
institucionalizadas, es decir, las expectativas que se reconocen como legítimas dentro de un
sistema social dado.”
La delincuencia adolescente haría referencia al conjunto de infracciones cometidas por los
adolescentes, teniendo en cuenta que la noción de infracción o de delito supone un contacto
con la justicia y que está íntimamente ligada al código de reglas en vigor. En una definición muy
restrictiva no entrarían todos los actos no registrados como delitos en lo penal y que, si son
detectados, son tratados de modo informal o desde el ámbito de los servicios sociales. Muchas
de las conductas delictivas adolescentes no son oficialmente conocidas. Por tanto, es necesario
tener en cuenta en el ámbito de la adolescencia un concepto de delincuencia más amplio que el
relacionado con el ámbito legal.
La conducta delictiva se relaciona con la agresión y la violencia, por lo que es un indicador de los
denominados trastornos antisociales de la personalidad. La conducta violenta, a su vez, es el
mejor predictor de la delincuencia, puesto que supone una violación de reglas formales e
informales.
Según las estadísticas:
 Con respecto a la edad, la función de relación presenta una forma curvilínea, con un
pico de participación en conductas delictivas que se sitúa en torno a los 15-16 años
de edad.
 Conducta delictiva violenta con predominio de chicos. El sexo masculino se implica
mas en conductas relacionadas con agresión directa, es decir, en conductas con
mayor visibilidad, mientras que las chicas manifiestan un mayor numero de
conductas de carácter encubierto.
 En problemas de conducta con una ratio desigual, aquellos grupos que muestran
menos prevalencia (las chicas) presentan peor pronóstico y peores consecuencias a
largo plazo.

La edad de inicio y el tipo de delito, son indicadores básicos para determinar la posible
persistencia de la conducta delictiva. Garrido y Lopez decían que cuanto más baja es la edad del
primer arresto, mas probabilidad hay de que el joven reincida en una actividad delictiva
consistente, y esta probabilidad también es mayor si se comienza con delitos violentos que si se
trata de delitos menores.

6. Teorías sobre delincuencia.

1. Teoría de la Conducta Problema de Jessor:

 Importancia del concepto interrelación. Este resulta central, tanto para explicar
la relación que mantienen entre sí los distintos contextos sociales, como para
reconocer la interrelación que se produce entre distintas conductas y factores
más o menos saludables.
 La conducta delictiva se explica por los efectos acumulativos derivados de la
presencia de numerosos factores de riesgo, en combinación con la ausencia de
factores de protección. Las conductas de riesgo en el adolescente se entienden
como una interrelación de factores de riesgo y factores protectores, donde
Jessor divide los factores que pueden influir en la conducta de riesgo en 3
dominios:
 Ámbito individual. Incluye factores biológicos o genéticos y
variables de la personalidad.
 Ámbito social. Incluye, por ejemplo, la pobreza o la calidad de
las escuelas, el apoyo de padres y amigos.
 Ámbito conductual. Incluye variables como la asistencia a la
escuela y la implicación en conductas violentas.
 A mayor número de factores de riesgo, mayores son las consecuencias
negativas, conductuales y emocionales, que derivan en más conductas
delictivas y consumo de sustancias.
 La acumulación de factores protectores se relaciona con una menor
implicación en actos delictivos, y este efecto se conoce como efecto buffer o
de amortiguación. Este efecto es que en condiciones de alto riesgo, altos
niveles de protección moderan la relación entre la acumulación de factores
negativos y el desarrollo de conductas de riesgo
 Una situación de riesgo no tendrá el mismo efecto en todos los jóvenes porque
cada uno posee su “perfil propio de defensas”, es decir, su sistema personal de
protección contra los riesgos.
2. Modelo de desarrollo social de Hawkins y Cols.:

 Los distintos factores de riesgo configuran una matriz biopsicosocial donde


todos están relacionados e incluso con frecuencia se presentan
conjuntamente.
 Los adolescentes son más vulnerables, ya que tienen problemas en múltiples
ámbitos y tienden a pertenecer en redes sociales que potencian el desarrollo
de estos modelos de conducta.
 Cuanto mayor es el número de factores de riesgo a los que se expone un
adolescente, mayor es la probabilidad de que cometa actos delictivos o se
convierta en delincuente juvenil crónico.
 Hay factores de riesgo en los distintos ámbitos: personal, escuela, familia,
iguales y comunidad.
 Se trata de una teoría general de la conducta humana, cuyo objetivo es
explicar tanto el comportamiento antisocial (uso de drogas ilegales y conductas
delictivas) como el prosocial.

3. Teoría interaccional de Thornberry:

 La conducta desviada es el resultado de la débil vinculación de la persona con


la sociedad convencional y el pobre ambiente social donde la conducta
inadecuada puede aprenderse y reforzarse.
 La delincuencia se origina y desarrolla a través de complicados procesos de
carácter bidireccional, en los que el individuo no se limita a ser el receptor de
las influencias de los contextos en los que se encuentra sino también su
comportamiento influye en dicho ambiente y en las causas y resultados de esta
relación.
 Esta teoría integra los supuestos básicos del control social y de la asociación
diferencial. Para Thornberry, los problemas en la familia y la escuela son
factores extremadamente importantes en la génesis de la delincuencia.
Además, es primordial un ambiente de aprendizaje que potencie el inicio, el
desarrollo, mantenimiento e interiorización de las conductas y actitudes
delictivas.
 La relación del adolescente con iguales desviados aumenta la probabilidad de
que se inicie en la delincuencia.
 También analiza la edad de inicio de la conducta antisocial: menos edad, mayor
probabilidad habrá de que persista, ya que los efectos bidireccionales crean un
“bucle” de retroalimentación por el cual el estilo de vida delictivo se hará
persistente en la vida de la persona.

4. Modelo Moffitt (muy importante):

 Según Moffitt, la delincuencia concierne a 2 categorías distintas de personas.


Por un lado, una mayoría muestra conductas antisociales durante la
adolescencia; mientras que, por otro lado, un pequeño grupo se implica en
conductas antisociales en todos los estadios de la vida.
 En el marco de la “trayectoria transitoria”: se describe la adolescencia como
periodo de experimentación, y como tal, es un momento en que los
adolescentes exploran distintas alternativas (de ocio, de relaciones sociales y
amorosas, etc) entre las que se encuentras las conductas de riesgo.
o El comportamiento desviado puede tener su origen en un fracaso de la
familia, la escuela o de ambos en asumir las necesidades crecientes de
autonomía, control y participación del adolescente.
o Las conductas de riesgo permiten al adolescente el acceso a ciertos
contextos y actividades que le hacen sentirse protagonista y se
relacionan con el estatus de adulto.

Desde este punto de vista, para la mayoría de los adolescentes la


implicación en conductas transgresoras disminuye de forma importante al
coincidir con la adquisición de roles sociales adultos en el transcurso de la
adultez emergente, una vez superadas las fases de reafirmación personal y
conformación de la identidad.

 Trayectoria persistente: otros adolescentes, sin embargo, presentaban ya


conductas delictivas en un momento más temprano de la vida, agravándose
estas conductas en la adolescencia y edad adulta.
o Este modelo se centra en los factores biológicos (por ejemplo, déficit
neurofisiológico), psicológicos (temperamento difícil, déficits
cognitivos…) y sociales (ambiente familiar aversivo) que influyen de
forma temprana en el desarrollo de una personalidad o estilo
conductual agresivo y antisocial en la adolescencia.
o Las personas continúan seleccionando entornos que favorecen y
sostienen los actos violentos, creando una disposición duradera al
comportamiento antisocial. De este modo estas conductas se tornan
reiterativas con el consecuente deterioro del ajuste personal e
interpersonal de la persona. La raíz de las conductas delictivas se
encuentra fundamentalmente en los entornos más cercanos a la
persona: familia, padres y escuela.

7. Factores de Protección y Riesgo.

Las investigaciones que han analizado la delincuencia en la adolescencia han asociado


este comportamiento a un amplio número de factores. Debido a la multiplicidad de los
factores implicados en el desarrollo de la problemática delincuente, analizaremos sólo 4
factores:
 Contexto familiar:

4 ESTILOS EDUCATIVOS Normas No normas


DENTRO DEL
CONTEXTO FAMILIAR
<3 Democrático. Permisivo. (Violencia filioparental, niños
(Más positvo) caprichosos, egoístas…)
NO <3 Autoritario Negligente (hijos abandonados, falta de
(frustración y habilidades sociales, crea insatisfacción,
enfado contra frustración, no entiende que es el
sus cariño o amor)
progenitores)

 Protección:
 Estilo democrático de educación.
 Padres cercanos, comprensivos.
 Apoyo a los hijos.
 Consistencia en las decisiones parentales.
 Lazos afectivos estrechos.
 Uso del diálogo y la negociación.

 Riesgo:
 Estilo autoritario o negligente.
 Excesivo control parental.
 Uso excesivo del castigo físico.
 Baja cohesión familiar.
 Falta de opinión de impresiones y sentimientos.
 Comunicación negativa, hiriente o desafiante.

Los estilos menos democráticos de educación y la utilización excesiva del castigo, y


en particular, del castigo físico, están relacionados con la conducta delictiva en
adolescentes. Los hijos de padres autoritarios o negligentes son los que presentan
mayores problemas de comportamiento.
Al contrario, los adolescentes que definen a sus padres como cercanos y
democráticos son los que presentan menos problemas de conducta.
Algunos de los factores que más se relacionan con la participación en actos
delictivos son:
- La baja cohesión familiar, es decir, la baja vinculación emocional entre los
miembros de la familia y una pobre interacción entre padres e hijos,
especialmente con la madre
- El conflicto familiar, así como la utilización de estrategias disfuncionales
para su resolución – violencia o huída del problema- (por el contrario, la
utilización de estrategias funcionales de resolución de conflictos familiares
como el diálogo y la negociación se relacionan con una baja implicación del
hijo adolescente en conductas delictivas).
- La presencia de una comunicación negativa, hiriente o desafiante, así como
la falta de expresión de opiniones (por el contrario, la comunicación abierta
y fluida, con respeto y afecto, ejerce un efecto de protección frente a la
implicación en conductas delictivas).
Por último, la composición familiar también es una variable asociada a la conducta
delictiva de los hijos. Se distingue entre:
- Familias con ambos progenitores.
- Familias monoparentales.
- Familias reconstruidas.

Se ha observado que si la monoparentalidad está asociada a un conflicto marital


mal resuelto (por ejemplo el divorcio frente a la viudedad) y que si el progenitor
faltante es la madre, el riesgo de participar en conductas delictivas es mayor.

 Relación con iguales:

 Protección:
 Reputación.
 Integración.
 Baja susceptibilidad a la presión de grupo.

 Riesgo:
 Reputación.
 Asociación con amigos delincuentes.
 Rechazo social y aislamiento.
 Alta susceptibilidad a la presión de grupo.

La reputación social hace referencia al conjunto de juicios que una comunidad


realiza acerca de las cualidades personales de uno de sus miembros, y puede
determinar el grado de integración o rechazo del individuo.
La importancia que adquiere la reputación durante la adolescencia puede aumentar
la susceptibilidad ante la presión del grupo, posibilitando que, en aquellos casos en
los que el entorno social sea menos favorable, lleve al adolescente a implicarse en
conductas de riesgo que mejoren su status social en un grupo con pares desviados.
Según la teoría de la Mejora de la Reputación por Objetivos, algunos adolescentes
se encuentran en un estado de transición en el cual los niveles de compromiso
relacionados con los objetivos de desarrollo propios de su edad están
disminuyendo, y comienzan a comprometerse con otro tipo de objetivos
caracterizados por una actitud violenta, lo que les resulta más atractiva y que puede
reportarles mayores beneficios en términos de status reputacional.

 Contexto escolar:

 Protección:
 Predisposición a aprender.
 Buena trayectoria escolar.
 Resolución de conflictos de forma pacífica.
 Habilidades sociales.
 Énfasis en esfuerzo y cooperación.
 Riesgo:
 Fracaso escolar.
 Imposición.
 Realización de actividades muy competitivas.
 Tolerancia a situaciones de violencia y maltrato entre compañeros.
 Actitud negativa ante la autoridad.
 Falta de asistencia.

La predisposición a aprender y la buena trayectoria escolar del adolescente actúan


como factores inhibidores de la violencia escolar, mientras que el fracaso escolar, la
desidia y la imposición son factores que colaboran a explicar el comportamiento
violento en la escuela.
Por tanto, la escuela es un contexto decisivo en el desarrollo de la inadaptación y la
marginación, aspectos que pueden derivar en el comportamiento violento y delictivo.
Otro aspecto que se ha relacionado con la conducta delictiva es la actitud del alumno
hacia el contexto escolar. Así, la actitud negativa hacia el profesorado y la escuela se
asocia con el fracaso escolar y problemas de comportamiento.
También la falta de asistencia a clase es un factor de riesgo que contribuye a facilitar
el paso a la delincuencia, ya que ofrece oportunidades para ejercer comportamientos
antisociales fuera del centro en una franja horaria que debería estar ocupada por la
convivencia escolar

 Contexto comunitario:

 Protección:
 Recursos externos a la familia.
 Contar con miembros de la comunidad.
 Integración y participación en la comunidad.

 Riesgo:
 Falta de apoyo y atención del vecindario y la escuela.
 Percepción de riesgo en el barrio.
 Desensibilización hacia conductas antisociales.

Los adolescentes han señalado que el origen de problemas como la implicación en


conductas de tipo delictivo no estaba tanto en déficits o dificultades en sus familias sino
en la falta de apoyo y atención en un contexto más amplio, como otros adultos del
vecindario.
Se considera que la implicación comunitaria definida a partir de la integración y
participación del adolescente en su comunidad (involucrarse en organizaciones
voluntarias y en la vida social en el barrio) es un factor clave en su ajusto, en la medida
en que esas dimensiones comunitarias reducen significativamente la frecuencia de
conductas violentas y delictivas.
Los padres y adultos de la comunidad actúan como modelos sociales y desempeñan la
función de supervisión y guía del comportamiento de los más jóvenes. Las relaciones
que se establecen en la comunidad favorecen el ajuste del adolescente, al incidir
positivamente en el autoconcepto, los sentimientos de valía y control personal y la
conformidad con las normas sociales.
Otro aspecto importante es la percepción de riesgo en el barrio: los entornos
comunitarios problemáticos en los que se vive pueden constituir un factor de riesgo que
amenaza el ajuste del adolescente

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