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La política agraria colonial en Guatemala se basó en cinco principios rectores que dieron lugar al latifundismo. Estos principios fueron: 1) La Corona Española se adjudicó la propiedad de todas las tierras conquistadas. 2) La Corona repartió las tierras entre los conquistadores como forma de pago y para fomentar la colonización. 3) Este reparto condujo a la concentración de grandes extensiones de tierra en pocas manos. 4) Los indígenas fueron despojados de sus tierras y sometidos a un sistema de
La política agraria colonial en Guatemala se basó en cinco principios rectores que dieron lugar al latifundismo. Estos principios fueron: 1) La Corona Española se adjudicó la propiedad de todas las tierras conquistadas. 2) La Corona repartió las tierras entre los conquistadores como forma de pago y para fomentar la colonización. 3) Este reparto condujo a la concentración de grandes extensiones de tierra en pocas manos. 4) Los indígenas fueron despojados de sus tierras y sometidos a un sistema de
La política agraria colonial en Guatemala se basó en cinco principios rectores que dieron lugar al latifundismo. Estos principios fueron: 1) La Corona Española se adjudicó la propiedad de todas las tierras conquistadas. 2) La Corona repartió las tierras entre los conquistadores como forma de pago y para fomentar la colonización. 3) Este reparto condujo a la concentración de grandes extensiones de tierra en pocas manos. 4) Los indígenas fueron despojados de sus tierras y sometidos a un sistema de
PRINCIPIOS RECTORES DE LA POLÍTICA AGRARIA COLONIAL
De sobra se sabe que el problema primordial de la sociedad guatemalteca es la mala distribución
de su más importante medio de producción. La tierra se halla concentrada en pocas manos, mientras carece de ella la gran mayoría de la población dedicada a la agricultura, ya porque no la tenga en absoluto o porque sea escasa y mala la que posee. Censos y estudios recientes ponen a la vista las proporciones del fenómeno. Los orígenes del latifundismo guatemalteco se encuentran en la organización económica de la sociedad colonial. El presente trabajo se propone señalar cuáles fueron los principios rectores de la política agraria colonial, y de qué manera esos principios determinaron el desarrollo inicial decisivo del latifundismo en nuestro país. Algunos estudiosos de las leyes y de las instituciones indianas han insistido en que la legislación de Indias tuvo un carácter marcadamente casuista, vale decir que estuvo enderezada a resolver casos y problemas surgidos en determinados lugares y tiempos, y que, por tal motivo, fue una legislación caprichosa y des-provista de unidad sistemática. Esa es una verdad de superficie, que desafortunadamente encubre importantes hechos de fondo. Las leyes que emite un Estado cualquiera son, en una u otra forma, expresión jurídica de los intereses de las clases dominantes a quienes ese Estado representa; y como entre tales intereses tiene que haber necesariamente algunos que sean principales y permanentes, de ahí que toda legislación, por muy casuista que sea, deba estar regida por ciertos principios fundamentales que le confieren unidad interna. La legislación indiana se formó principalmente es cierto con un caudal de Reales Cédulas que le buscaban solución a problemas muy concretos y hasta circunstanciales, pero ese cúmulo de disposiciones, ordenadas oportunamente en una Recopilación, integraron y ponen a la vista un cuerpo de Derecho bastante coherente. Por lo que hace a la tierra, el estudio atento de las fuentes coloniales guatemaltecas permite descubrir los lineamientos de una política agraria perfectamente definida. Es más: pueden señalarse con cierta precisión los cinco principios que configuraron aquella política, todos emanados de intereses económicos que la propia documentación no oculta. Cuatro de esos principios hallaron expresión en las leyes coloniales de tierras; el otro es revelado por documentos de diversa naturaleza. Vamos a referirnos principalmente a la legislación, pues, sin atribuirle fuerza de factor determinante que nunca la tiene, sino como expresión de intereses económicos. Reseña histórica sobre la Política Agraria y los orígenes del latifundio en Guatemala Cuando evocamos el término “Agricultura”, tenemos la imagen del cultivo de la tierra; del conjunto de trabajos que es necesario emplear para obtener un producto agrícola; de los instrumentos de producción utilizados en dicha actividad; la cantidad de frutos y productos cosechados al final del ciclo productivo, etcétera. Una definición de agricultura destaca que es: la rama de producción de bienes materiales donde son aprovechados los recursos de la naturaleza y especialmente la fertilidad de los suelos, la utilización de la mano de obra del hombre y algunos instrumentos de trabajo con el fin de obtener alimento o materias primas para mejorar las condiciones de vida. La Política Agraria en la Época Prehispánica La agricultura prehispánica guatemalteca es mucho más antigua de lo que se ha creído, 1500 años antes de nuestra era, la evidencia última de las actividades arqueológicas nos dan datos que asciende alrededor de 7000 antes de nuestra era. El hecho es indiscutible que al iniciarse la agricultura en especial con la siembra y la cosecha es una innovación verdaderamente revolucionaria, por crear las condiciones de una evolución neolítica. Los pueblos prehispánicos de Guatemala llegaron a utilizar las porciones de tierra favorables para el cultivo del suelo, también crearon las condiciones de cultivo en aquellas zonas donde no existían, la subordinación de la naturaleza a las acciones del hombre. Con la ayuda de los instrumentos de producción, en los periodos, precarios llegaban a satisfacer las necesidades que se presentaban, ejemplos de ello son las pequeñas hachas de piedra que comenzaron a ser cuidadosamente seleccionadas y pulidas. Junto con el hacha aparecen el cincel y el cuchillo, los palos para cavar (coas), también los instrumentos caseros como las piedras de moler cereales y los recipientes de arcilla. La Política Agraria en la Época Colonial Cuando llegaron los europeos a Mesoamérica se encontraron con una producción agrícola rica, variada y altamente organizada. Su base eran las plantas cultivadas, que se habían domesticado en diferentes áreas de la región, pero cuya producción, expansión y comercio estaban organizados, como una unidad, bajo el comando de un grupo dominante, la mayoría de las comunidades vivía al nivel de villas o pueblos, con un sistema de agricultura de subsistencia. Ciertas comunidades, en Guatemala, habían desarrollado prácticas de riego y conservación de suelos y un sistema avanzado de mercados. En la conquista de América por Españoles, dio inicio a un proceso de formación ideológica, a través de lo religioso, lo cultural, lo económico y particularmente lo político, entre otras, que permitió el dominio ideológico, y llevó a destruir el aparato estatal de los prehispánicos o nativos, para luego construir el modelo Colonial, dentro de esa lógica y principios jurídicos, se procedió a desestructurar a la sociedad antigua de Mesoamérica en su conjunto, esto implicaba desarticular todas sus instituciones, poderes, prácticas y sus símbolos que les daba una identidad y cohesión social. La tierra era fundamental para la reproducción del Estado colonial, razón por la que los monarcas castellanos iniciaron un proceso de reparto de tierras, partiendo de un principio de lealtad, que fue la afirmación y confirmación de sus derechos jurídicos e inalienables sobre los territorios recién descubiertos; de esa cuenta los indígenas fueron despojados de sus legítimas tierras y fueron obligados a reconocer un nuevo orden legal. Para el Estado colonial poseer tierra era tener el poder económico, social y político, pues era el factor primordial para la satisfacción de las necesidades de vida y fuente de riqueza. A la estratificación militar entonces vigente. La primera era atribuida a los soldados y la segunda, a los oficiales de mayor rango. Esta distinción se traducía en las diferentes dimensiones que ambas figuras tenían. La intención profunda de estos repartos de tierras consistía en estimular a esos hombres a radicarse de manera definitiva que permitiría iniciar el proceso de colonización. Encomiendas, Repartimientos y Mandamientos. El proceso de producción estaba basado en la explotación de la tierra a favor de los conquistadores y posteriormente colonos, mediante el trabajo forzado, pago de tributos y formación de los pueblos de indios, características esenciales del modelo colonizador. Una jerarquía de la avanzada sociedad colonial, lo cual nos permite entender la política agraria colonial y los orígenes del latifundio en Guatemala. En las ciudades vivían los peninsulares y los criollos; en los pueblos de indios, los maceguales prehispánicos o siervos coloniales, es decir los indios; y en las villas, vivían los ladinos, que no eran otros que los mestizos, zambos y negros huidos o libertos. Las contradicciones étnicas– sociales entre todos estos grupos, han sido fomentadas por las clases dominantes desde la época de la colonia con la única finalidad de no permitir la unidad y el consenso entre la sociedad, y de suministrar protección a los intereses de poder y privilegios heredados de la lejana conquista y de su más recientes efectos. La relación de explotación existe del ladino para con el indígena constituye la contradicción dominante en la estructura de clase: El ladino monopoliza la tierra de alta productividad, el ladino confisca la plusvalía, producto de su explotación, utilizando la mano de obra indígena, desde el establecimiento de la encomienda, repartimiento, habilitaciones, hasta la actualidad, el ladino monopoliza el crédito, el ladino mantiene una disposición de dominación en los circuitos comerciales, el ladino monopoliza todos los medios de representación política (gobierno, congreso, servicios, el ladino defiende su posición de clase por medio de una multitud de organizaciones que monopoliza (partidos políticos, cámara de comercio, industria, agricultura, banca, el ladino, por esta posición de explotación y dominación, se encuentra en una relación antagónica con el indígena. Otro aspecto importante que tenemos que resaltar, es la forma como se inició el proceso de acceso a la tierra en la época colonial y la evolución latifundista de la misma. “Una vez establecida la Audiencia de Guatemala como resultado de la promulgación de las leyes nuevas (1542), asumió la prorrogativa del reparto de tierras. A partir de entonces las concesiones de tierras se hicieron bajo la figura de la merced real de la tierra. Ésta consistía en una porción de 4 caballerías de extensión otorgada gratuitamente con la condición de que el beneficiario la cultivara en la brevedad posible, comprometiéndose a no venderla o traspasarla a otra persona sino hasta cuatro años después de haberla recibido ORÍGENES DEL LATIFUNDIO Y LOS CINCO PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA POLÍTICA AGRARIA COLONIAL La estructura agraria colonial guatemalteca está en función del proyecto de conquista de nuevas tierras estipulado por la Corona Española. Todas las tierras descubiertas y conquistadas se harían en nombre del rey y por tanto a él le pertenecían porque los conquistadores no eran más que representantes del rey en los arriesgados viajes trasatlánticos que tenían como motivo descubrir, conquistar y apropiar. Así que a partir del momento del descubrimiento y conquista de América, el rey se convirtió en el legítimo propietario y Señor dominador de las nuevas tierras. El rey visualiza en las tierras maravillosas la oportunidad de pagar compromisos adquiridos y como estímulo para los españoles para ir y conquistar nuevas tierras, por ser precisamente la tierra una gran fuente de riqueza no solo para las personas a las que se les otorgarían tierras sino también para las cajas reales. El problema que surge a partir del proceso de ceder tierras es que el rey no tiene conocimiento preciso en cuanto a la magnitud de las nuevas tierras que dispone. Negligencia que es aprovechada por los hacendados que ya recibieron determinadas tierras para expandirlas y crear latifundios. En el momento que los representantes del rey (Burocracia) se percatan del proceso que estaban realizando los terratenientes, le notifican al rey, quien en vez de exigir la devolución de las tierras, exige un pago por las tierras que usurparon los terratenientes para que ellos se conviertan en los dueños legítimos de esas extensiones de tierra de más y para que la Corona percibiera nuevos ingresos. La Política Agraria en la Época Independiente En 1824 se promulga la Constitución de la República Federal de Centro América y en 1825 la Constitución Política del Estado de Guatemala; ambas redactadas a la luz de la ideología liberal, establecen el principio de ciudadanía, reconociendo como “ciudadanos” a los que ejercitan alguna profesión útil o tengan medios conocidos de subsistencia de manera individual, lo que significa que deja fuera de la ciudadanía a la mayoría de la población indígena. El régimen liberal establece los principios que justifican la privatización de las tierras comunales, las tierras baldías y las ejidales. Se emiten varios decretos encaminados a eliminar las tierras comunales. Gobiernos liberales de 1885 a 1930 Justo Rufino Barrios comandante en jefe del Ejército, fue nombrado presidente en (1873-1885). Dando inició un periodo de gobiernos liberales que duraría hasta 1920. En su intento por revivir la federación de las Provincias Unidas de Centroamérica por medios militares, invadió El Salvador y murió en la campaña. Su sucesor, el general Manuel Lisandro Varillas, restableció las relaciones con El Salvador y los demás países de Centroamérica. José María Reina Barrios, electo presidente en 1892, fue asesinado seis años después. Durante los siguientes 22 años, el político Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) gobernó Guatemala. En 1906 el antiguo presidente Varillas organizó una rebelión en contra de su régimen, provocando una guerra que envolvió a toda Centroamérica, con la excepción de Nicaragua. Las hostilidades cesaron gracias a la intervención del presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, y del presidente de México, Porfirio Díaz. En 1920 se obligó al presidente Estrada Cabrera a renunciar. Carlos Herrera y Luna fue designado presidente provisional, pero fue derrocado en 1921 por el general José María Orellana, que ocupó la presidencia hasta su muerte en 1926. Le sucedió el oficial del Ejército, Lázaro Chacón. En 1930 los efectos de la depresión económica y las acusaciones de corrupción contra del presidente Chacón provocaron su derrocamiento. El general Jorge Ubico Castañeda fue nombrado presidente en 1931; bajo su régimen, la economía guatemalteca logró recuperarse de la depresión económica de 1930, la principal beneficiaria fue la compañía estadounidense United Fruit, así como las familias de la oligarquía nacional. La dureza de su régimen provocó que un movimiento cívico-militar le obligara a dimitir en junio de 1944, acabando así con las dictaduras militares que habían dominado el país durante un siglo. LA REFORMA AGRARIA REVOLUCIONARIA DE 1944 A 1954La Revolución de 1944 fue una época de la historia que marcó la vida de Guatemala más que cualquier otra. Previa a esta revolución, el país estaba en un estado inestable y feudal. La United Fruit Company (UFCO) tenía control sobre el gobierno y un gran porcentaje del terreno nacional. En 1945 Juan José Arévalo fue el primer presidente electo democráticamente por los tres millones de ciudadanos. Su campaña política estaba enfocada en tres puntos: la construcción de una carretera del Atlántico al Pacifico, el proyecto de una hidroeléctrica en el Rió Michatoya y la Reforma Agraria. Cada uno de estos puntos era un ataque hacia las empresas estadounidenses. La construcción de la carretera le quitaba el monopolio a la UFCO, la hidroeléctrica le quitaba el monopolio a la Empresa Eléctrica, y la Reforma Agraria expropiaba las tierras ociosas de la Frutera (entre otros propietarios de latifundios). Durante el primer año de la administración de Arbenz se discutió la Reforma Agraria entre los diversos sectores de la sociedad. Los partidos de derecha y los dueños de los latifundios estaban en contra de la reforma. Los argumentos de estos sectores no fueron escuchados. Arbenz procedió con el Decreto 900: Reforma Agraria el 17 de junio de 1952. El Decreto consistía en 107 artículos que determinaban las condiciones bajo las que se expropiarían tierras y en las que se otorgarían. El propósito del Decreto 900 era acabar con los latifundios y brindarles oportunidades a los campesinos. No serian expropiadas las tierras en producción, únicamente las de propiedad privada que no estuvieran cultivadas, que pasarían a formar parte del patrimonio nacional. Las tierras no cultivadas eran más del 60% en todo Guatemala. La Frutera fue expropiada de aproximadamente 400,000 acres (97% de su propiedad). Todas las tierras fueron indemnizadas en su valor en libro con bonos de la reforma agraria. La Reforma Agraria les otorgaba a los campesinos usufructo vitalicio de las tierras y eventualmente propiedad, aunque en algunos casos se otorgaron Propiedades inmediatamente. Por lo tanto la oferta aumento drásticamente, lo que tendió a disminuir el precio, pero debido a que los terrenos se otorgaban sin costo al campesino, el precio era prácticamente cero. La fuerza laboral disminuyó, ya que los trabajadores que solían cultivar los latifundios tenían sus propias fincas ahora. Esto aumentó los salarios de los cultivadores y creó la posibilidad de ganancia de cultivos para los trabajadores de campo que no tenían tierras anteriormente. Cuál es el objetivo del estatuto agrario 559 A los propietarios cultivadores directos de tierras, ubicadas en la zona y que expresamente lo soliciten, no se les expropiará la superficie de las mismas que de acuerdo con las normas señaladas en el Plan General de Desarrollo de la Zona, pudiera serles atribuida. Esta superficie reservable, será fijada en atención a la extensión de las fincas, sistema de labranza de la tierra y, en todo caso, será primordialmente tenida en cuenta la necesidad de instalar el mayor número posible de colonos, armonizando la consecución de este objetivo, con los legítimos intereses de la propiedad privada y con la obtención del máximo rendimiento de la producción agrícola de la zona. Para los efectos de esta ley, se entenderá por zonas de desarrollo agrario, aquellas áreas del territorio nacional de gran extensión, susceptibles de una profunda transformación de sus condiciones económicas y sociales, que exigen para su ejecución obras y trabajos complejos que superando la capacidad privada hacen necesario el apoyo técnico, financiero y jurídico del Estado. La declaración de alto interés social del conjunto de trabajos y obras de transformación, así como la aprobación del Plan General de Desarrollo, se harán por acuerdo del Consejo Nacional de Transformación Agraria, quedando desde ese momento facultado el Instituto para ocupar los bienes, cuya enajenación forzosa fuere necesaria, por haber sido declaradas tierras ociosas. Una vez definida como de alto interés social la transformación de una zona de desarrollo agrario, alcanzará a dicha transformación los beneficios de esta ley, debiendo sujetarse a los trámites y condiciones que en la misma se establezcan. Queda derogado el Decreto número 559 del Presidente de la República que contiene el Estatuto Agrario y todas las leyes, decretos, acuerdos, reglamentos y demás disposiciones que se opongan a la presente ley. En tanto no se introduzcan las reformas pertinentes al Decreto 994 del Congreso (Ley Orgánica del Banco Nacional Agrario), La Junta Directiva de dicha Institución bancaria seguirá funcionando de conformidad con lo estipulado por el citado decreto. Un análisis del decreto ley 551 transformación agrariaGuatemala requiere de una reforma del marco jurídico del agro y de un desarrollo institucional en el área rural que permita poner fin a la desprotección y el despojo que han afectado a los campesinos y, en particular, a los pueblos indígenas; que permita la plena integración de la población campesina a la economía nacional; y que regule el uso de la tierra en forma eficiente y ecológicamente sostenible de acuerdo a las necesidades del desarrollo. Con este fin y tomando en cuenta en todos los casos las disposiciones del Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, el Gobierno se compromete a: Reforma legala) Promover una reforma legal que establezca un marco jurídico seguro, simple y accesible a toda la población con relación a la tenencia de la tierra. I) Dicha reforma deberá simplificar los procedimientos de titulación y registro del derecho de propiedad y demás derechos reales, así como simplificar los trámites y procedimientos administrativos y judiciales) Promover la creación de una jurisdicción agraria y ambiental dentro del Organismo Judicial mediante la emisión de la ley correspondiente por el Congreso de la República) Promover una revisión y adecuación de la legislación sobre tierras ociosas de manera que cumpla con lo estipulado en la Constitución y regular, incluyendo incentivos y sanciones, la subutilización de las tierras y su uso incompatible con la utilización sostenible de los recursos naturales y la preservación del ambiente; d) Proteger las tierras ejidales y municipales, en particular limitando estrictamente y de manera pormenorizada los casos en que se puedan enajenar o entregar por cualquier título a particulares; e) En cuanto a tierras comunales, normar la participación de las comunidades para asegurar que sean éstas las que tomen las decisiones referentes a sus tierras; ii) Resolución expedita de los conflictos de tierra f) Establecer y aplicar procedimientos judiciales o no judiciales ágiles para dirimir los litigios sobre tierra y otros recursos naturales (en particular arreglo directo y conciliación), teniendo en cuenta los compromisos del Acuerdo sobre Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento Armado y el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. iii) Además, establecer procedimientos que permitan: i) Definir fórmulas compensatorias en caso de litigios y reclamos de tierra en los que agricultores, campesinos y comunidades en situación de extrema pobreza han resultado o resultaren desposeídos por causas no imputables a ellos; ii) Restituir o compensar, según el caso al Estado, las municipalidades, comunidades o personas cuyas tierras hayan sido usurpadas, o que con abuso de autoridad hayan sido adjudicadas de manera anómala o injustificada; g) Regularizar la titulación de las tierras de las comunidades indígenas y de los beneficiarios del Instituto Nacional de Transformación Agraria que poseen legítimamente las tierras otorgadas; Institucionalidad h) Para 1997, haber puesto en marcha una dependencia presidencial de asistencia legal y resolución de conflictos sobre la tierra con cobertura nacional y con funciones de asesoría y asistencia legal a los campesinos y trabajadores agrícolas para hacer valer plenamente sus derechos y, entre otras, las siguientes: i) Asesorar y dar asistencia legal a los campesinos y trabajadores agrícolas y/o a sus organizaciones cuando así lo soliciten; ii) Intervenir en controversias sobre tierras a solicitud de parte para lograr soluciones justas y expeditas; iii) En el caso de litigios judiciales, otorgar asesoría y asistencia legal gratuita a los campesinos y/o sus organizaciones que lo soliciten; iv) Recibir denuncias sobre abusos que se cometan en contra de las comunidades, de las organizaciones campesinas y de los campesinos individuales y hacerlas del conocimiento de la Procuraduría de los Derechos Humanos y/o de cualquier otro mecanismo de verificación nacional o internacional. Escudo de Guatemala tras la Reforma Liberal Ataque al poder político y económico de la Iglesia Católica Los escritores liberales explicaban su posición frente a las órdenes regulares de la Iglesia Católica en términos similares a los aquí utilizados por Ramón Rosa: «En América, en donde la instrucción popular se difunde con la celeridad de la luz, y en donde no existen, como en Europa, muy arraigados y tradicionales intereses religiosos, que dan poder y privilegios a numerosas clases sociales; en nuestra América, en donde la libertad de conciencia es ya una conquista definitiva: todas, todas las religiones positivas tienen que desaparecer, en no remoto día, con sus artificiosos y contradictorios dogmas, con sus litúrgicos aparatos teatrales, con sus sangrientas historias, con sus egoístas y mal disfrazados intereses mundanos, con sus hipócritas santidades, con sus privilegiadas y ensoberbecidas castas, y con sus execrables tiranías .