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Si estudiaba piano y de repente me di cuenta que me venía fácil, que era algo
que dominaba, que aprendía, que me hacía lógica. Empecé a meterme tanto
en la música que me llevó al camino de pensar en hacer música de manera
professional.
A los 14 o 15 años de edad. Para esa edad, yo ya sabía a ciencia cierta que
Dios iba a usar mi música.
Siempre.
Fueron muchas experiencias. Una de las principales fue a los 16 años cuando
entregué mi vida 100 por ciento a Jesucristo. Yo había crecido en la Iglesia. Mis
papás eran misioneros, pero yo tomé una decisión personal. Me di cuenta que
estaba idolatrando la música y que se había convertido en un ídolo, en un dios
en mi vida. Entonces una tarde a los 16 años y medio, le entregué mi vida y
toda mi música. Yo considero que ahí fue el inicio de lo que es mi Ministerio en
la música, porque esa tarde le dije “Señor, te doy mi música, para que tu la
uses como tu mejor creas”.
¿Fué algo natural o fenomenal, fue en un servicio o cómo fue?
¡Ah caray! A mí nunca me han dicho que soy una leyenda (risas). La respuesta
es no, porque no me veo como una leyenda, no me pesa en lo más mínimo.
“Cuán bello es el Señor”, fue una canción muy fuerte. “Tu y yo”, “Poderoso”,
“Renuévame”, hasta el día de hoy sigue siendo una de las más cantadas. Y
este fue el tema más atacado por los teólogos porque era demasiado sencillo,
“porque no decía todo el consejo de Dios. Yo les decía, que no lo escribí con el
fin de que sea todo el consejo de Dios”. Lo escribí para que fuera devocional,
meditacional, inspiracional. La canción no era “Teológica” Y ese era el pleito.
Los antiguos y los padres de las denominaciones, del movimiento Cristiano,
estaban muy cómodos con sus himnos y no estaban muy contentos con este
cambio que estaba surgiendo dentro de sus Iglesias. Entonces me atacaron a
más no poder. Quemaban mis casetes, “en Santo Holocausto”. ¿Tú sabes lo
que es eso? Decían que no era de Dios, que la música tocada al revés tenía
mensaje diabólico, que le faltaba contenido, que la música era muy mundana.
Yo sufrí por ser pionero y fui el que recibí la mayor cantidad de golpes.