La poética de Aristóteles.

Gloria Julieta Martínez Jiménez

En primera estancia, Aristóteles nos habla de cómo nace la tragedia y la comedia. Fueron los
poetas quienes hicieron este cambio en sus obras, naciendo estas mismas de los yambos y la
poesía épica.
Para él, la poesía era imitativa de la realidad, algo a lo que llamó mímesis. Mientras la obra
fuera capaz de tener un mayor acercamiento a esta, despertando en la audiencia las emociones
propias de la tragedia y la comedia, como lo son el terror y el entusiasmo o alegría, y a esto
sumándole que, entre más compleja, era mejor valorada. Para que la fábula sea ejecutada con
éxito es necesario que al solo dar lectura a la obra pueda hacer florecer estos sentimientos y
no se limite puramente a la actuación.
La técnica que utilizaba la tragedia era la más segura, es decir, hacer uso de recursos que ya
existían, pues de esta manera era más fácil que la audiencia lo creyera. Constaba de seis
partes: fábula, caracteres, elocución, pensamiento, espectáculo y melodía.
En cambio, la comedia no era tomada en serio. Aristóteles decía de ella que imitaba a los
hombres que son peores. Aquellos que eran risibles y lo más alejados a héroes posible.
Pero para que la poesía funcione no requiere sólo de conocimiento, sino de un valor estético.
Aristóteles creía que la armonía y el ritmo constante entre las palabras era fundamental,
dejando completamente de lado la divinidad y la posesión de los dioses en el poeta, justo
como lo proponía Platón. Es aquí donde la poesía encuentra su justificación, que no
únicamente es didáctica o moral.
Por su naturaleza, es necesario que la poesía desarrolle su propio lenguaje, e incluso que
rompa que rompa con las normas tradicionales del mismo.
En cuanto a la poesía época, podría dividirse en los mismos géneros que la tragedia. La
diferencia entre estas es precisamente su poética; por ejemplo la extensión y narración.
El argumento que utiliza Aristóteles para defender a los poetas es que en realidad ellos no
pueden mentir porque toman como base la realidad para crear sus obras. Hace una
comparación entre ellos y los pintores, sobre lo básico a saber para sus propósitos se vean
cumplidos. Primero se debe saber cómo eran las cosas, después qué se pensaba de ellas, cual
era su significado para la sociedad, y, por último, como se supone que deberían ser, el ideal
perfecto de ellas.
Como conclusión de Aristóteles, él cree que la tragedia supera a la poesía épica por simples
razones como extras en ella, pues goza de una escenografía, música, etc.

Aristóteles, “De poética”, en Poética de Aristóteles, trad. Valentín García Yebra, Edición trilingüe,
Gredos, Madrid, 1974, (Biblioteca Romántica Hispánica), pp. 125-239.