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HISTORIA DE
LA LEGIÓN ESPAÑOLA
LA INFANTERÍA LEGENDARIA.
DE ÁFRICA A AFGANISTÁN
índice
Agradecimientos ....................................................................... 13
2
Ibid., pp. 26 y ss.
LOS AFRICANISTAS 17
en caso de que las cosas se complicaran. Fuerzas del 3.er Tercio Don Juan
de Austria fueron enviadas a Melilla, bajo el mando del comandante
Bayo, en prevención de un conflicto con Marruecos.
El patrullero Izaro, mandado por el teniente de navío Asensi Pérez,
con órdenes de dar apoyo a los legionarios de Perejil, se encargó de im-
pedir injerencias de los patrulleros marroquíes desplegados en la zona, a
modo de muro de protección naval.Varias veces tuvo riesgo de colisión
con los buques de guerra marroquíes, que demostraban mucha decisión
en su labor «pacífica» de acoso al islote.
El día 20, una patrulla explora la cueva del islote, a pesar de su difícil
acceso. Ese mismo día el comandante general de Ceuta y su jefe de Es-
tado Mayor, acompañados por el coronel del 2.º Tercio, visitan el blocao
del islote Perejil.
La partida parece ganada. La decisión militar del gobierno Aznar y
sus buenas relaciones con Washington liquidan la crisis. Televisión Espa-
ñola visita el islote. Uno de los legionarios afirma ante las cámaras: «Es-
tamos preparados para defender la isla, hemos construido nuestros para-
petos, si quieren venir que vengan, que les estamos esperando».
La operación fue un éxito. El comandante de la fragata Navarra hizo
llegar a los legionarios un jamón de pata negra y un queso manchego
con la nota: «Enhorabuena a ti y a tu gente por esta acción que, estoy
seguro, dará a España y a las Fuerzas Armadas el prestigio que merecen.
¡Viva La Legión!».
El último día de ocupación llegó un civil marroquí en una pequeña
lancha hinchable, con dos raquetas de madera de jugar en la playa. Dijo
que iba a suicidarse. Fue detenido por un capitán y entregado a la Guar-
dia Civil. ¡Cosas de la guerra!
Esa misma tarde, a las 19.30, Santacreu recibe la orden de abandonar
sus posiciones, lo que hace, estando a las 21.30 la fuerza y su equipo
fuera de Perejil. Las Banderas españolas son arriadas a las 21.52 por los
capitanes Alfonso Armada y Antonio Alonso Fernández. A las 21.55 des-
pega el último helicóptero en el que van el comandante Santacreu, los
capitanes Armada y Alonso Fernández,5 los cabos Rodríguez Martínez y
5
El capitán Antonio Alonso Fernández fue ascendido a comandante el mismo
día 17, pero como la operación comenzó a las 07.50 no tuvo noticia de su ascenso,
lo que le permitió salir para Perejil por minutos.
LOS AFRICANISTAS 19
—Mi coronel, que ahí fuera hay un muchacho que quiere alistarse.
—Que pase.
Había entrado, acompañado por un subalterno, un muchacho alto,
recio, de fuerte mandíbula.
6
Vicente Bataller, coronel del Tercio Juan de Austria 3.ª de La Legión, «¡Legio-
narios a luchar! ¡Legionarios a morir! La Legión siempre en vanguardia», en La Le-
gión, Año XLIII n.º 480, pp. 57 y ss.
7
Luis E. Togores, Millán Astray, legionario, La Esfera de los Libros, Madrid, 2011,
pp. 422-423.
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La arenga que daba Millán Astray a los nuevos legionarios en los días
fundacionales de Ceuta era clara y no dejaba dudas ni lugar al error: «La
Legión os recibe con los brazos abiertos y os ofrece honores, gloria y
olvido. También sentiréis un orgullo desconocido hasta ahora: el de ser
legionarios. Aquí percibiréis vuestras cuitas y los haberes prometidos.
Podréis ganar galones y alcanzar estrellas, pero a cambio de esto, los sa-
crificios han de ser constantes. En el combate defenderéis los puestos
más duros y peligrosos, y muchos de vosotros moriréis en la pelea. Nada
hay más hermoso que morir con honor». El fundador logró crear una
mística hoy difícil de comprender, pero que sigue llevando a los legiona-
rios a luchar, a estar en su puesto, por un ideal, no por una soldada siempre
corta. Millán Astray logró que sus legionarios deseasen entrar en comba-
te, sin tener miedo a la muerte. Esta realidad se produce igual en los
combate del Clínico y de la Ciudad Universitaria que en la operación
del islote Perejil de julio de 2002.
Los legionarios del siglo xxi, aparentemente, han cambiado mucho.
La misiones que afrontan en la actualidad no son, afortunadamente, tan
sangrientas como los combates de los tiempos de la Guerra de Marrue-
cos o de la Guerra Civil, pero las motivaciones que les llevan a jugarse la
vida en los últimos años son las mismas que tuvieron los legionarios del
pasado.
En Rusia, en Ifni, en el Sahara, en Bosnia-Herzegovina, Irak… los
legionarios han marchado donde el poder civil ha decidido enviarles.
Han partido contentos, incluso a misiones en las que no siempre com-
prendían muy bien qué hacía allí un soldado español.
22 HISTORIA DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
8
La Corte Internacional Penal, que comenzó a funcionar en el 2002, escogió el
caso de la matanza de la provincia congoleña de Ituri para su primera actuación.
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9
Jefe del Estado Mayor del Ejército.
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Sobre las comodidades que disfrutaban en la base española y la capacidad de
sacrificio de los legionarios, dan una buena medida las exigencias sobre sus condi-
ciones de vida de los pilotos asignados a la misión. Para cumplir una tarea que reque-
ría pernoctar en Kinshasa, la tripulación puso como condición el ser alojados en un
hotel y no en el campamento de N’Dolo, en las tiendas de campaña en donde per-
noctaban los legionarios españoles.
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Por primera vez en una misión internacional los españoles llevaron este tipo
de armamento, lo que demuestra el enorme peligro que conllevaba la operación.
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13
Archivo del autor, 22 de julio de 2006.
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Se observó en el despliegue de seguridad que existía una trinchera que rodea-
ba el aeropuerto militar (extremo este), además de cuatro puestos de la guardia, dos
carros T-55 en estado deplorable (se desconoce si podrían llegar a emplear la torre y
no se había visto su munición), cuatro ametralladoras antiaéreas (dos de ellas estaban
en muy mal estado y era poco probable que funcionasen, y otras dos sí podrían fun-
cionar, aunque no se vieron sus depósitos de munición) y un camino de tierra que
comunica todo el perímetro (en algunos puntos se tendría que buscar un paso alter-
nativo para los VAMTAC).
15
Los españoles sabían la diferencia entre lo declarado por las autoridades del
Congo y la realidad: 20 carros T-55, dos carros de recuperación y 20 BMP; frente a
lo especificado en el manifiesto de carga del buque: 60 carros T-55, cuatro carros de
recuperación y 42 BTP-1. Esto se debía en parte a que cada carro lleva dos cajas de
recambios y accesorios, y por cada vehículo blindado una caja de accesorio. Estas
explicaciones fueron apoyadas con los manifiestos de descarga del barco y por el
reconocimiento realizado por los observadores. Pese a ello, MONUC continuó in-
vestigando el asunto y controlando este material.
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17
A. Ruiz Benítez, «La Legión en el Congo», en La Legión, n.º 498, 2007, pp. 31
y ss.
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18
Entrevista con el capitán Fernando Rubio.
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19
A. Ruiz Benítez, op cit., pp. 31 y ss.
20
Reuters, 22 de agosto de 2006.
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pulgares hacia arriba al paso de los BMR españoles por las carreteras del
Congo. En cinco meses, ciento cincuenta días, la Agrupación Valenzuela
recorrió 150.000 kilómetros en 412 patrullas diurnas y nocturnas.
La prensa trató de manera muy diversa la actuación de los legiona-
rios en el Congo. Las revistas especializadas, como War Heat21 o la Revis-
ta Española de Defensa,22 pusieron las cosas en su justo término, al igual
que hizo en su conjunto la prensa extranjera. La Legión, desde los tiem-
pos de Millán Astray, se ha mostrado muy colaboradora con los medios
de comunicación. La actual también. El corresponsal de El Mundo Ali
Lmrabet, al que no se le permitió realizar entrevistas a los legionarios, al
carecer de la autorización del Ministerio de Defensa español, arremetió
contra la agrupación acusando a los mandos de La Legión de no dejarle
hacer su trabajo.
La agrupación regresó a España el 14 de diciembre, siendo disuelto
el contingente ECO-CHARLIE, en el acto presidido por el general
Virgilio Sañudo, jefe de Fuerzas Ligeras del Ejército de Tierra, prove-
niente de las fuerzas paracaidistas.
La VII Bandera obtuvo una Corbata conmemorativa por su «esfuer-
zo, valor, brillantez y profesionalidad», que le fue impuesta por el enton-
ces ministro de Defensa, el socialista José Antonio Alonso Suárez. El jefe
de los legionarios destinados en el Congo, el teniente coronel Ruiz
21
War Heat, n.º 47, 2006: «Desde que llegara a Kinshasa la Compañía de Inter-
vención Rápida integrada en el Grupo Táctico Valenzuela, ha demostrado ser un
factor fundamental en el normal desarrollo del proceso electoral en el que está im-
buida la República Democrática del Congo… Entre los cometidos de la agrupación,
al mando del teniente coronel Ruiz de Benítez, están los de garantizar un ambiente
de seguridad en la capital congoleña, actuar en operaciones de estabilización, estar
preparados para la evacuación de agentes electorales y observadores internacionales,
llevar a cabo operaciones de información militar y proteger, en caso necesario, el
aeropuerto internacional de N’Djili».
22
Revista Española de Defensa: La Legión en el Congo, n.º 222, octubre de 2006.
«Los soldados (legionarios) habían conseguido evacuar a un grupo de diplomáticos
“retenidos” por enfrentamientos entre soldados partidarios del presidente Joseph
Kabila y su rival electoral Jean-Pierre Bemba, motivados por el anuncio de los resul-
tados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 30 de junio (...).
Con la evacuación de los diplomáticos, los legionarios han demostrado su nivel de
instrucción y profesionalidad y se han ganado la confianza de la población congole-
ña, marcando un antes y un después de las relaciones de los ciudadanos de Kinshasa
con nuestros soldados».
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24
José L. Rodríguez Jiménez, Las misiones en el exterior de las Fuerzas Armadas
Españolas, Alianza Editorial, Madrid, 2010, p. 380.
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alma y el corazón.Yo sé, Tebib, que esto mío no tiene cura y que aquí
acabó la historia militar del legionario Montero.
Tenía los ojos inundados de lágrimas al hablar así.Y yo no encon-
traba las palabras justas, precisas, para aliviar su justa pena. Fue Franco
quien, a instancias mías, lo hizo. Le llevó aparte; charló largamente con
él, y cuando se separaron, Montero estaba radiante.
—Oye, Monterito, parece que has resucitado, ¿qué te ha dicho el
Sherif (nombre que siempre dimos a Franco los africanistas) que te ha
puesto tan contento?
—Pues me ha dicho nada más que esto: «Tú, a curarte y si no a
mantener alto tu corazón legionario; porque con eso basta, y con eso
cuento y contaré siempre, porque yo sé que esté donde esté y como
esté, cuando la Patria lo requiera, el capitán Montero, o el general, si
llega, que sí llegará, a serlo, se portará como quien es». No me ha dicho
más, pero eso, saber que él cuenta conmigo, sea cual sea mi situación,
me basta y me sobra para vivir confiado y satisfecho, seguro de que no
me consideran un trasto inútil, y que mis compañeros me llevarán
adonde ellos vayan.25
25
El Tebid Arrumi, Laureada de legionarios. El comandante don Rafael Montero Bosch,
héroe de La Peña de Aholo,Talleres de Afrodisio Aguado, Madrid, 1940, pp. 120-121
44 HISTORIA DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
cuando hablas con un militar español, aquellos que han pasado, aunque
solo sea una parte de su carrera, en La Legión se sienten marcados por
esta experiencia que les diferencia de sus compañeros de armas que no
han tenido la misma «fortuna».
La Legión, por componerse de soldados fundamentalmente de raza
blanca, hizo que sus mandos fuesen los que imprimiesen mayor estilo a
los africanistas. Los oficiales de Regulares y de la Mehala no les iban en
zaga en valor y virtudes castrenses, pero sus tropas, de fiera acometividad
en el combate, injustamente han dejado una huella menor en el imagi-
nario de los españoles y de muchos extranjeros. El caballero legionario
tenía en sí mismo una carga de romanticismo de la que el moro de Re-
gulares o el de Tiradores de Ifni carecía.
La disciplina férrea fue otra de las señas diferenciadoras del Tercio de
Extranjeros:
26
Peter Kemp, Legionario en España, Caralt, Barcelona, 1959, p. 99
46 HISTORIA DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
En el caso que nos ocupa, ese espíritu lo trazó con mano diestra su
primer jefe y fundador, el teniente coronel Millán Astray. Creó unos
valores que hacen que el espíritu de cuerpo, de unidad, de compañeris-
mos —El Espíritu de amistad: De juramento entre cada dos hombres—
resulte la pieza fundamental en el momento cumbre del combate. La
confianza de los hombres en sus mandos, en su entrenamiento, pero
también en su historia y en sus tradiciones, les hace lograr la victoria. En
27
General Salvador Fontenla, «Las unidades y su alma», en La Legión, 479, 2002,
pp. 58 y ss.
48 HISTORIA DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
Es esta la razón por la cual a aquellos «paisas» que todos cuantos pasa-
mos por África conocimos, obedientes, sufridos y resignados, las más de
las veces sentándoles el fusil como a una princesa la escoba, pálidos en
las reservas, les veíamos convertirse en valientes regulares y bravos le-
gionarios, superando siempre en bizarría a los reputados indígenas, tan
pronto cambiaban la descolorida boina o el alicaído sombrero por el
tarbus de larga fantasía o el gorro isabelino de graciosa borlita. No eran
estas prendas las que operaban el milagro de convertir un inofensivo
pipiolo, devorador de «trompitos», en buen soldado, sino el oficial de la
sección, el capitán de compañía, el jefe… sobre todo, ¡el jefe!28
Guerra Civil. Una forma de entender la milicia que, con inmensas difi-
cultades, contra viento y marea, aún perdura en esencia en muchas uni-
dades del actual Ejército español.
El mayor acierto de Millán Astray fue saber crear entre sus hombres,
jefes y oficiales, clases y legionarios, un estilo y un pensamiento especial
que sobrevive en el tiempo. Todo aquel que ha llevado el chapiri no
puede nunca librarse de su influjo. El más importante multiplicador de
la capacidad para luchar es la moral de combate. Estas unidades son po-
seedoras de un alto espíritu militar, alta disponibilidad para las misiones
más arriesgadas, con alta eficacia en combate fruto de su férrea discipli-
na… son las fuerzas de choque, hoy llamadas fuerzas especiales. Se las
identifica por su uniformidad e historia singular y por la calidad y forma
de reclutamiento de sus integrantes.
Su estilo se caracterizó por dar la máxima importancia a los valores
morales y a su interiorización por los subordinados, por conseguir la
implicación de estos en los fines del mando, desarrollando el orgullo de
ser legionario. También por la atención permanente al subordinado, el
legionario, como el valor inestimable, máximo, de La Legión y de todos
sus oficiales. Solo desde este estilo de mando era y es posible lograr una
ciega disciplina, unida a un importante grado de iniciativa por parte de
todos los miembros de la unidad.
Su historia de sangre vertida en el campo de batalla es parte fundamen-
tal de sus cualidades guerreras. Siguiendo con Fontenla:30 «Las unidades con
un gran espíritu militar, y por tanto también de gran disciplina, son las que
mejor inculcan el espíritu militar a sus componentes (...), esas cualidades de
valor, acometividad, serenidad y espíritu de lucha que, según nuestras Reales
Ordenanzas (art. 122), debe tener todo buen combatiente».
La primera de las generaciones africanistas es la formada por los jefes
y oficiales que participaron fundamentalmente en la guerra de Marruecos,
la Revolución de Asturias y en la Guerra Civil española (1910-1945).
Recordaba el general Esquivas, ayudante de Franco, cómo el Cau-
dillo, después de comer, relajado, en confianza, hablaba con sus ayudantes
siempre de un único tema, la guerra de Marruecos. Esta intensa expe-
riencia bélica dejó una impronta en muchos soldados españoles que se
30
General Salvador Fontenla, «Las unidades y su alma», op. cit., pp. 58 y ss.
50 HISTORIA DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
31
Veterano y Medalla Militar Individual siendo soldado en la Guerra Civil.
LOS AFRICANISTAS 51
Con los tenientes Rafael González de Martos Mena y José Ángel Ar-
mada de Sarría, números uno y dos de Infantería de la promoción, y
recién incorporados del BIR, me encontré un 2 de septiembre de 1968
camino del despacho del jefe del Tercio, en aquel magnífico patio de
armas del acuartelamiento de La Legión en Villacisneros, vistiendo mi
primer uniforme verde con teresiana y guante blanco para mi presen-
tación al entonces coronel y Medalla Militar Individual D. Álvaro Ál-
varez del Manzano y Baragaña, magnífico jefe, procedente de aquellos
cadetes de la disuelta AGM a la llegada de la República. No habíamos
recorrido 50 metros de aquel amplísimo y espectacular patio de armas,
cuando fuimos requeridos por un capitán antiguo, que sin ordenarme
bajar la mano, que manteníamos los tres tenientes en primer tiempo de
saludo, me echó una buena y sonora reprimenda por aún no haberme
presentado a él como capitán que era, y sin que ni siquiera me dejase
aducir que no llevaba ni tres minutos en el acuartelamiento, primeras
enseñanzas de la diligencia en La Legión.32
32
Entrevista con el general Blond.
52 HISTORIA DE LA LEGIÓN ESPAÑOLA
33
Juan Jesús Leza Benito, general jefe de la BRILEG, «Prevenciones», en La Le-
gión, n.º 526, 2014, p. 33.
LOS AFRICANISTAS 57
ellos están allí, porque hay que hacerlo y no es necesario que se lo or-
denen. Es el propio legionario el que personaliza el ejemplo y arrastra.
El entonces legionario de primera Suceso Terreros es y será referencia
eterna para La Legión. Su gesto, este gesto, sobrepasa a cualquier otra
unidad.
Es historia, es la historia de La Legión y, para su mayor gloria,
historia del Ejército español.
Por esto tenemos que recordarlos siempre, a nuestros muertos,
porque si no, serán olvidados. Nosotros no vamos a olvidar que murie-
ron por los españoles y que gritaron y se desangraron en aquella tierra.
Eran y son de los nuestros. La Legión no olvida a sus muertos.
¡Jefe de la fuerza, mande firmes!
Legionarios: todos ellos formaron en esas filas, en las de La Legión.
Fueron ellos los que dieron a La Legión el prestigio y la gloria que
ahora disfruta.
En reconocimiento a todos aquellos que nos han precedido, a
todos aquellos que un día sirvieron en La Legión:
Damas y caballeros legionarios, con el gorro en la mano izquierda
y el brazo en alto gritad conmigo: ¡viva España!, ¡viva el Rey!, ¡viva La
Legión!