Postmodernidad, globalización y proliferación
cultural
Departamento de Investigaciones Educativas
Introducción
Las condiciones existenciales en que
inicia el siglo XXI nos convocan hoy
a reflexionar sobre muchos temas de
orden político, ético, epistémico,
pedagógico, filosófico, cultural,
económico, etc. Esto es una tarea
amplia y de largo aliento que no
debe posponerse, especialmente
cuando nuestra actividad profesional
está relacionada con la educación.
Postmodernidad, globalización, falta
de utopías, era cibernética, son
expresiones de circulación cotidiana
con frecuencia asociadas a un valor
negativo: desencanto, catástrofe,
muerte de la utopía, relativismo ético
y político, etc. Estas asociaciones de
sentido común pueden s e r,
sorprendentemente, encontradas
también en algunas fuentes mejor
informadas y argumentadas y no por
ello dejan de ser susceptibles de ser
cuestionadas y puestas en tela de
juicio. Para que nuestras reflexiones
no se limiten a opiniones de sentido
común es conveniente
problematizarlas, ver cómo llegaron
a ser lo que hoy nos parece natural
o lógico.
Para ello mi intervención se organiza
en dos bloques: En el primero se
analizan las condiciones existenciales
y epistémicas contemporáneas para
ubicar a partir de qué elementos es
posible problematizar el sentido
común. Nos detendremos en
caracterizar condiciones tales como
globalización, la postmodernidad con
especial mención a las utopías y las
concepciones educativas y culturales
Por Rosa Nidia Buenfil Burgos
Revista
Cinvestav-México
21 de enero de 2000
contemporáneas. En el segundo
bloque se ubican someramente
algunas características culturales
contemporáneas, especialmente su
multiplicidad y diversidad. Para
TOPOS & SOPORT
t e r m i n a r, formularé unas
consideraciones finales donde se
articulan mis argumentos: la
posibilidad de inventar utopías
postmodernas y globales que no se
vinculen ni con el neoliberalismo, la
homogeneización, el totalitarismo, ni
la pretensión de presentarse como
la utopía única y verdadera,
universal, eterna y esencial.
Condiciones existenciales y
epistémicas:
Por condición existencial me estoy
refiriendo a la percepción de nuestro
mundo de vida cuando esta no
involucra una problematización o
distanciamiento conceptual, sino que
es tomado como natural, inmediato,
"lógico", obvio, es decir, como algo
dado. Por condición epistémica, me
refiero a los marcos conceptuales,
culturales, etc. que nos permiten
reflexionar sobre las condiciones
existenciales, tomar distancia del
mundo exterior como satisfactor y
verlo como efecto de una serie de
Córdoba/ Nº4
construcciones de sentido.
1.1 Globalización
La globalización como condición
existencial nos evoca los shopping
centers, los productos (materiales e
intelectuales) de cualquier parte del
mundo en cualquier mercado, el
consumismo, el internet y la
economía imperialista neoliberal.
Ha sido conceptualizada de muchas
formas algunas más rigurosas y otras
1
más ideologizadas. Se ha asociado
a metáforas del tipo: aldea global
(McLuhan), economía-mundo
Weltwirtschaft (Braudel), tercera ola
(Toffler), sociedad informática (A
Schaff ), shopping center global,
desterritorialización, fin de la historia
(Fukuyama), entre otras. Se
ensayan imágenes extremas como
la homogeneización cultural y
económica versus la total
desintegración, el mosaico, los
particularismos sin nexos, etc. Este
concepto que en la actualidad está
en las agendas casi de cualquier foro,
tiene ya algunos años de haber sido
acuñado. En el ámbito de los
economistas y los comunicólogos
hace más de veinte años que se
comenzó a usar este término. 1 Es
en las teorías económicas, teorías
de la comunicación, de los análisis
historiográficos, donde se empieza
a hablar ya no tanto de
internacionalización sino de
globalización, sustituyéndose la
palabra y conservando ciertos
rasgos de su sentido.
Una acepción muy reconocida es la
que se refiere a una concepción de
la historia con base en la primacía
de los sistemas económicos
mundiales. La historia del capitalismo
(Wallerstein) o la historia universal
(Braudel) es reconstruida, sin ignorar
los acontecimientos locales, pero
apuntando hacia un horizonte que
trasciende lo local, y se concentra
en ciclos amplios: la historia de larga
duración, las tendencias seculares 2
, las estructuras estables. Braudel
las caracteriza como "economía
mundo" cuyas fronteras "cubren hoy
toda la tierra" con su lógica de
maximización de la acumulación de
capital sin avasallar totalmente las
estructuras Estado-nación pero
impregnándolas y reduciendo su
autonomía relativa. Resalta además
la circulación, por diversos espacios
geopolíticos, de formas equivalentes
que van desde la monetarización
hasta las preferencias culturales. Ello
hace pensar en una especie de
coherencia a escala mundial en la
medida en que se abren los espacios
al intercambio "y esferas funcionales
como la religión, la economía, la
educación, la investigación, la
política, las relaciones íntimas, (...(
se desdoblan automáticamente,
Revista
rompen las limitaciones del territorio
social " 3.
En las conceptualizaciones sobre la
globalización es frecuente la relación
con la modernización: la
contemporaneidad de la
modernización y la globalización se
han interpretado como fenómenos
inherentes. Por ejemplo la teoría
TOPOS & SOPORT
sistémica de Luhman incorpora en su
discurso el occidentalismo, el
capitalismo, la modernización y la
evolución como elementos
ordenadores de la dinámica global.
Así, el sistema mundial tendería a
configurarse como un todo
articulado moderno mediante la
evolución 4
del capitalismo
(occidental) a escala global.
Otro elemento frecuente es el
relativo a sus vínculos con el
neoliberalismo. Para algunos es
incuestionable que la modernización
tiene como rasgo inherente la
globalización del neoliberalismo
como forma económica consecuente
(Chomsky & Dieterich 1995:183)
Existen debates relativos a
integración versus fragmentación,
centralización versus
descentralización, yuxtaposición
versus sincretismo o hibridismo,
etcétera. Por ejemplo, Kawame y
Córdoba/ Nº4
Gates señalan.
Todos participamos, aunque desde
diferentes posiciones, en un sistema
global de cultura... cada vez menos
dominada por Occidente, menos
eurocéntrica... Y entonces debe
haber más y más gente en
Occidente, como nosotros,
perceptivos tanto de su ignorancia
de muchas de las tradiciones de los
2
otros y deseosos de saber más
(Kawame & Gates 1997:XI).
La globalización es entendida no
como la occidentalización sino como
la transformación de la vida cotidiana
misma (medicina, cocina, arte,
religión) de las sociedades
occidentales produciéndose así
formaciones sincréticas. Articula el
pluralismo en la sociedad post-
moderna de fragmentación cultural,
es la primera civilización global
(Perlmutter 1991:911).
Otros enfatizan el imperialismo
occidental y un sistema mediático
global que produce tanto la
universalización como la
particularización (Robertson
1990:22).
Para otros más, la combinación de
trayectorias económicas, militares y
políticas ha producido esta condición
global. El capitalismo, el sistema
interestatal, el militarismo y el
industrialismo están creando este
desarrollo contingente, discontinuo y
desigual (Giddens 1990:175)
En la literatura especializada en
educación, especialmente, se ha
destacado la relación con el
capitalismo, la idea de una tendencia
histórica, su carácter necesario, la
idea de homogeneización y tema. Por la otra, en un gesto
universalidad, los nexos con un
horizonte prometedor o puede ser agrupada en semejanzas
catastrófico, inter alia. Por ejemplo,
en ciertos discursos críticos la
globalización es vista como la
conceptualización y utilización real
del planeta como un solo lugar de
producción, mercado, competencia,
etc, cuyos efectos son las
formaciones globales políticas,
culturales, económicas y militares
(Dieterich 1995) Otro tipo de
discurso también crítico presenta la
globalización como catástrofe
cultural (Aronowitz, 1995) cuyo
efecto tendencial es el acoso a las
culturas diferenciales por un
procesamiento comercial de
degradación cultural
homogeneizante del cual tenemos
que defendernos las culturas
hostigadas local, regional,
continental y mundialmente.
Desde perspectivas culturales
Revista
también de signo progresista, los
temas económicos son enfatizados.
"El flujo global de mercancías y
capital depende de una
fragmentación –o
reprovincialización- de territorios
soberanos. Los procesos educativos
tanto en las comunidades sociales
más amplias como en los sitios
escolares están inextricablemente
vinculadas a la política del
TOPOS & SOPORT
neoliberalismo impulsadas por un
capitalismo en expansión (Mc Laren
& Gutiérrez 1997:196). 5
En otros trabajos 6 he analizado una
gran variedad de conceptos de
globalización por lo que en esta
ocasión realizaré un ejercicio
diferente. Por una parte, puede
rastrearse genealógicamente y
encontrar que ha llegado a ser un
significante clave al final de los años
ochenta y en los noventa, aunque
como proceso de interconexión
planetaria, se ubique mucho antes.
Los trabajos de Wallerstein, Braudel
y McLuhan han sido pioneros en la
proliferación de escritos sobre el
organizativo, esta área de dispersión
de familia (Wittgenstein 1963) de
tres tipos:
· Para algunos existe una conexión
intrínseca entre globalización,
modernidad y capitalismo
Córdoba/ Nº4
neoliberal, aunque varían los
términos de cómo se anticipan
sus "beneficios" o "daños". Sean
las leyes de la historia o el curso
de la economía, parecería que
existese una implicación necesaria
entre estos tres significantes. El
nexo entre globalización y
homogeneización es dado por
supuesto.
· Otros asocian globalización y
sociedad capitalista global post-
3
 socialista, post-moderna y
neoliberal, las cuales serían
superadas mediante perspectivas
globales progresistas
anticapitalistas. En esta empresa
el racionalismo y la "acción
comunicativa sin distorsiones" de
Habermas 7 jugarán un rol
principal. Aunque esta concepción
tiene la ventaja de señalar que los
vínculos entre globalización y
capitalismo pueden ser rotos; sin
embargo, todavía mantiene
residuos de una lógica de la
necesidad operando
retroactivamente como la
condición de posibilidad de una
"aldea global no capitalista" (el
nuevo objeto de la sociología, de
acuerdo a Archer 1991). De
acuerdo con tal posición, existiría
una globalización capitalista
"mala" como condición necesaria
para la emergencia de una aldea
global "buena".
Otros más disocian la globalización
de tendencias históricas universales
y necesarias así como de la pura
imperialización cultural, económica,
ética o política (sea capitalista o
post-capitalista).
1. Choque cultural e integración,
reposicionamiento político post-
socialista, reorganización
económica mundial, inter alia, son
considerados como condiciones
históricas para la globalización.
2. E n f a t i z a n d o el carácter
heterogéneo y diferencial de las
comunidades sociales en el
planeta, la globalización puede ser
entendida como condición para el
contacto entre lo diferente.
3. S e p o n e n d e r e l i e v e c o m o
elementos constitutivos de la
globalización la tensión, el
encuentro, la interacción, la
interconexión y el contacto,
subrayando la coexistencia de
movimientos dobles y tendencias
de choques, sea desde una mirada
cultural o económica, sea desde
una perspectiva política o
massmediática.
Lo que permite aquí la semejanza de
familia es el reconocimiento de cómo
el contacto entre lo diferente puede
conducir al planeta no a la
homogeneización o a la
fragmentación, no a un "o esto o lo
otro" sino a visiones "tanto"
Revista
homogeéneas como fragmentarias,
tanto a nociones universalistas
"como" particularistas
entremezcladas (e.g. la coexistencia
y entretejimiento de la visión del
colonizador y del colonizado).
Es esta última posición de contacto
e hibridismo la que asumo
personalmente en mis
TOPOS & SOPORT
investigaciones y la retomaré más
adelante como un argumento que
sostiene mis consideraciones finales.
1.2 Postmodernidad.
Las condiciones en las que el
conocimiento se produce, circula y
se legitima en la actualidad están
marcadas por:
· Creciente sospecha hacia
modelos teóricos sustentados en
la convicción (ontológica y
analítica) de que existe una
esencia última (u original, para
este caso alude a lo mismo),
fundación de todo fenómeno (sea
de carácter racional 8 , económico
9
, funcional 10, etc).
· Proliferación de argumentos
importantes para cuestionar las
pretensiones absolutistas del
pensamiento occidental y para
avanzar en otras formas de
abordar la historicidad de nuestros
valores tanto éticos como
políticos y epistémicos, por
Córdoba/ Nº4
ejemplo, la crisis de la ilusión de
"inmediatez de lo dado". Esta
alude a la imposibilidad de un
contacto directo (sin mediación)
c o n e l m u n d o e x t e r i o r, y s e
encuentra en diferentes
tradiciones del pensamiento
Occidental (e.g. el fenómeno, el
referente y el signo en la
fenomenología, la filosofía del
lenguaje y el estructuralismo,
respectivamente).
4

* Por lo que concierne a la
fenomenología, una trayectoria que
marca el decaimiento de la ilusión de
inmediatez y apodicticidad fincada en
fenómeno (i.e. "lo dado"). Partiendo
de Husserl donde no se cuestiona "lo
dado", Merleau Ponty o el
existencialsimo sartreano, y llegando
a la recuperación que de Heidegger
hace Derrida o Foucault, donde se
radicaliza la fenomenología
combinándose con cierta mirada
estructuralista, o la versión alemana
donde se combina con la
hermenéutica (e.g. Gadamer) se
enfatiza, en ambas versiones una
creciente duda sobre la inmediatez
de lo dado.
* En el caso de la tradición de la
filosofía del lenguaje, del
positivismo lógico y la filosofía
analítica, los intentos por buscar
la esencia del lenguaje, erradicar
su ambigüedad y fijar la relación
isomórfica entre el nombre y el
referente, la trayectoria del
pensamiento de Wittgenstein
d e s d e e l Tr a c t a t u s h a s t a l a s
Investigaciones Filosóficas traza
una clara línea en este sentido.
* En lo relativo al estructuralismo,
también se incrementa la duda sobre
la inmediatez. De Saussure (teoría del
signo) a Hjelmslev (crítica al
isomorfismo), de Benveniste (crítica
al carácter arbitrario del signo) al
post-estructuralismo de Barthes,
Derrida, entre otros, la trayectoria
aparece dominada por un doble
movimiento: si por un lado todo
significado aparece cada vez menos
cerrado en sí mismo y puede sólo
definirse en función de un contexto,
por el otro los límites de ese contexto
se presentan cada vez más
desdibujados -en realidad, la lógica
misma del límite resulta cada vez
menos precisable. 11
- La pérdida de legitimidad de las
pretensiones absolutistas del
pensamiento ilustrado.(e.g.
racionalismo desde la tradición
cartesiana hasta las actuales
propuestas de K.O Appel y la razón
comunicativa de Habermas). Más allá
de la tradicional polémica entre
racionalismo y empirismo, el
pensamiento ilustrado ha enfrentado
otras crisis. Un debate crucial se
Revista
desarrolla entre quienes argumentan
en favor de la centralidad y
universalidad de la razón y los que
argumentan sobre sus fracturas, su
contingencia y su parcialidad. Por
ejemplo:
* Por un lado, desde la tradición del
sujeto centrado en la razón, la
filosofía occidental ha estado
comprometida en garantizar los
fundamentos últimos del
TOPOS & SOPORT
conocimiento, alcanzar la validez
universal, y de ello son ejemplos
tanto Descartes y Kant, en su
momento, como los desarrollos
contemporáneos del racionalismo en
su versión trascendental appeliana o
la comunicativa de Habermas.
* Por otro lado, desde Nietzsche en
adelante, hemos asistido a una
creciente pérdida de legitimidad de la
idea de razón como fuente y garantía
de validez universal. La crítica al
racionalismo ha adoptado múltiples
figuras: Heidegger, Foucault, Derrida,
Freud, Lacan, dependiendo de si lo
que se ponía en cuestión era una
racionalidad ontológica, ética, ins
titucional, histórica o a la
subjetividad misma.
- El debilitamiento del carácter
incuestionable de los
fundamentos del pensamiento
occidental (e.g. el Sujeto, la Historia,
la Ciencia, la Moral, etc.) Aunque
existen diversas tradiciones que
Córdoba/ Nº4
ejemplifican lo anterior, veamos tan
solo un par de ellas.
· El positivismo como paradigma
rector del conocimiento científico
pasó de ser considerado como el
paradigma supremo de validez
universal tanto de las ciencias
"duras" como de las sociales, a
ser cuestionado en sus criterios
constitutivos más profundos.
Desde el falsacionismo del propio
Popper hasta el historicismo
5
 epistemológico de Kuhn y el
anarquismo metodológico de
Feyerabend, hemos sido testigos
del decaimiento del carácter
absoluto de tales fundamentos.
· El marxismo en sus diversas
versiones, estuvo anclado en una
noción de sujeto predeterminado
cuya misión sería realizable en el
marco de una historia
conceptualizada sea de manera
determinista o teleológica, y de
una totalidad social cuya esencia
material establecía las posiciones
de base y superestructura así
como las posiciones de los sujetos
de la historia. La supuesta
universalidad de este meta-relato
ha producido grandes esperanzas
de emancipación mundial pero
también, entre sus efectos, se
cuentan tanto discursos
totalitarios como fracasos
monumentales que, entre otras
cosas, ha justificado el
triunfalismo pretencioso de los
seguidores del capitalismo.
· Mención especial merece el
marxismo en América Latina, en el
que se han fincado las esperanzas de
muchos movimientos sociales desde
principios de siglo, pero con mayor
intensidad en su segunda mitad, a
partir de la revolución cubana. Las
vertientes con mayor arraigo (e.g.
estructuralismo francés,
voluntarismo, trotskismo), fueron
condiciones para la producción de la
versión conosureña de la teoría de
la dependencia y posteriormente su
articulación con el cristianismo
comprometido, conformándose así la
teología de la liberación
. que es el que más fuertemente
En este marco de creciente
sospecha, erosión y pérdida de
legitimidad del carácter absoluto de
los fundamentos del pensamiento
ilustrado, lo que en el sentido común
se ha visto por algunos como
abandono, rechazo o superación del
pensamiento moderno. Mi posición
en relación con la postmodernidad
tiene sus fuentes principales en los
debates en otros campos del
conocimiento, principalmente,
filosóficos y de teoría política así
como de planteamientos educativos.
Básicamente mi posición se organiza
en torno a dos dimensiones: a) la
postmodernidad como condición
existencial, y b) como horizonte de
Revista
inteligibilidad, articuladas estas
dimensiones en torno a una actitud
de reposicionamiento frente a los
valores del pensamiento moderno.
a) La postmodernidad como
condición existencial alude a la
proliferación de relatos, de puntos de
vista éticos, políticos y culturales que
nos son "dados" en la vida cotidiana
y que aparecen como algo
TOPOS & SOPORT
"inmediato" ante nuestros sentidos.
En esto, desde luego, están incluidas
las diversas manifestaciones que los
medios masivos de información
ponen ante nuestros ojos,
situaciones de suma heterogeneidad
a las que antes difícilmente teníamos
acceso y que van desde la hambruna
en Etiopía o la guerra en Bosnia, que
vemos por la televisión hasta las
"carreteras electrónicas del internet",
desde la percepción de la
heterogeneidad cultural hasta la
heterogeneidad de las formas de vida
en el planeta, que ahora nos son
ofrecidas como algo "dado" vía
diversos informantes.
b) La postmodernidad vista
como horizonte de inteligibilidad,
alude al espectro de debates que
media entre la condición existencial
y nuestra relación con ella. En este
sentido, los procesos de
debilitamiento sistemático del
carácter absoluto de los pilares del
pensamiento occidental moderno,
Córdoba/ Nº4
hemos interiorizado, juega un papel
insoslayable en las formas como
asumimos esa heterogeneidad
cultural, ética, política, estética y
epistémica que impregna nustro
mundo de vida. Por valores del
pensamiento moderno, me refiero al
Sujeto, la Historia, la Razón, la
Ciencia, y algunos otros pilares que
son eje del entramado conceptual
6
que mayoritariamente ha sido
asumido como universal a priori.
Estas dos dimensiones de la
postmodernidad cuyo punto de
articulación es una actitud de
reposicionamiento ante los valores
pretendidamente universales a priori,
trascendentales, fijos de una vez y
para siempre; y una actitud de
sospecha sistemática y siglo XIX como los de los grandes
debilitamiento o erosión rigurosa de
toda intención absolutista, nos
permiten mirar las condiciones
existenciales desde otro ángulo, sin
que ello implique necesariamente un
abandono radical de los valores,
temas y contenidos del pensamiento
moderno, sino el cuestionamiento de
su pretendido carácter absoluto,
cuestionamiento que, por otra parte,
no es ninguna novedad pues puede
ser rastreado en el propio
pensamiento occidental desde hace
ya más de un siglo en los trabajos
de Nietzsche, por ejemplo.
1.3 Las utopías
Es frecuente escuchar que en
postmodernidad conlleva
necesariamente el pesimismo, la
desmovilización y la muerte de la
utopía; sin embargo, al mirar con
detenimiento los argumentos en que
se sostiene tal aserción, podemos
encontrar que dicha asociación no es
sino una articulación contingente, por
lo cual se puede ensayar una
articulación ética y política distinta
entre postmodernidad y utopía. En
este apartado quiero argumentar que
esa idea de un nexo necesario e
inherente se sostiene en una premisa
esencialista y si esta premisa es
deconstruida, no hay base histórica
ni conceptual que asocie en forma
necesaria la postmodernidad con la
muerte de la utopía.
La noción de utopía tiene, como
todos sabemos, un fuerte anclaje en
el pensamiento moderno y sentido de "un orden social mejor
especialmente en el terreno de los
discursos liberadores y de
emancipación universal, global o
planetaria. Una línea de continuidad
atraviesa los planteamientos
utopistas: el deseo y la proyección
de un mundo ideal universal, donde
los conflictos, las injusticias, la
Revista
opresión no existan más, desde las
utopías sociales que van del siglo XVI
al XVII de Tomas Moro o Winstanley,
Campanella, Bacon, pasando por el
socialistas (e.g. Saint Simon y
Fourier), hasta los de Marx. En
mayor o menor medida las utopías
quedaron asociadas así con
planteamientos universales y
absolutos. Las críticas anti-utópicas
TOPOS & SOPORT
sostenidas en lo irrealizable y/o en
el peligro totalitario de su realización
también asumen como inherente el
vínculo entre utopía y universal
absoluto y, por su parte, las utopías
negativas tampoco cuestionan dicho
vínculo sino que más bien lo dan por
supuesto como si fuera parte
constitutiva de la utopía misma, aún
en su carácter catastrófico y
desolador (e.g. Orwell o Huxley)
El hecho de que en la historia del
pensamiento las utopías y los
proyectos universales hayan sido
contiguos en tiempo o en espacio,
hayan sido articulados en los ideales
de los grandes pensadores se ha
traducido ontológicamente en una
relación sine qua non, que puede ser
tematizada, rastreada
genealógicamente y deconstruida.
Al reconocer la polisemia del
significante utopía reconocemos su
carácter histórico y que muchas
Córdoba/ Nº4
asociaciones son posibles, contamos
con las condiciones lógicas para
disociar este vínculo y mostrar que
no es absoluto sino historicamente
a n u d a d o . E s d e c i r, q u e n o e s
necesario sino contingente y que así
como se conformó es posible
desanudarlo y asociarlo con otra
perspectiva, especialmente con el
que el existente" poniendo en
suspenso sus vertientes absolutistas
7
que a fin de cuentas hacen que sean
asociados con lo "imposible" o la
fantasía irrealizable"
En la historia del pensamiento
occidental, como parte característica
de los ideales de la modernidad se
ubica el universalismo a priori, la
homogeneización y globalización.
Empero, aunque la condición
postmoderna apuesta por la
heterogeneidad, la diferencia y el
reconocimiento de nuestra finitud,
historicidad e insoportable levedad
ontológica, no puede soslayar los
efectos de esos esfuerzos de
homogeneización. Esta asociación
histórica muestra que la idea de un
vínculo necesario o inherente entre
utopía y universalidad está sólo en
la mente de los esencialistas.
Teniendo en cuenta lo anterior, con
qué base puede sostenerse que la
postmodernidad es la muerte de la
utopía? Sólo vista la universalidad
metafísica como imperativo absoluto
se podría afirmar que la particularidad
histórica carece necesariamente de
toda proyección de "un mundo mejor
que el existente" y ello pertenece
más al ámbito de la fe, el misticismo
y la metafísica y no al de la
producción del conocimiento social,
que es donde yo me ubico.
Por una parte, si revisamos algunos
pensadores de la postmodernidad
veremos ciertas posibilidades de la
relación entre particularidad y utopía.
Independientemente de que uno esté
de acuerdo o no con la posición de
Vattimo (1990), ¿no es acaso su
cuestionamiento a la historia como
universal y su celebración por la
creciente presencia de las voces
antes acalladas, un deseo de un
mundo mejor que el imperializado
por Occidente? 12
O el reconocimiento en Rorty del
carácter contingente de los valores
ético políticos, incluidos los propios,
calificado por muchos de relativismo
cínico, ¿no está también basado en
una apuesta a que los humanos
podemos ser solidarios aún
sabiéndonos tan contingentes? La
utopía liberal de Rorty (1989)
rechaza la "esencia" o la "naturaleza
humana" de carácter universal a
priori y no por ello deja de imaginar
Revista
un mundo mejor que el existente.
Ciertamente la visión de Laclau, por
algunos calificada de optimista (Sarlo
199, Lechte 1996), ¿acaso no
sugiere un cierto grado de utopía al
proponer su estrategia de
democracia radical como articulación
hegemónica, siempre incompleta,
precaria y amenazada por un exterior
TOPOS & SOPORT
constitutivo, pero aun así, proyecto
de articulación diferencial de luchas
antiopresivas?.
Ly o t a r d , t e m a t i z a n d o s o b r e e l
género y la norma, a propósito de
Kant, en 1983 sugiere la metáfora
del archipiélago para aludir a la
posibilidad de establecer lazos entre
lo diferente sin necesidad de
homogeneizarlo o de proponer un
lugar metafísico desde el cual lo
diferente sea conmensurable. Esta
metáfora ofrece recursos valiosos
para pensar las utopías sin asociarlas
a un universal, a priori o a un
absoluto metafísico y fuera de la
historia.
Por otra parte, existe la posibilidad
de pensar lo universal no como un a
priori o como la derivación absoluta
de una esencia, sino como un valor
particular que en un momento dado
hegemoniza un campo, como un
particular que se universaliza porque
Córdoba/ Nº4
l o g r a p e r s u a d i r, i n t e r p e l a r y
convencer a otros de su validez. Hay
que destacar que estos universales
son evidentemente resultado de una
articulación histórica, ergo, no son a
priori ni pueden reclamar validez
atemporal o absoluta.
He propuesto en otra parte 13 la
categoría de utopías expansivas
como una forma de nombrar el tipo
de utopías plurales, históricas,
8
diferenciales, heterogéneas,
particulares que pueden expandirse,
divulgarse, contagiarse, propagarse
en la medida en que sean persuasivas
(no porque respondan a una
racionalidad comunicativa cuasi
trascendental, como quisiera
Habermas 1986) sino porque
resulten significativas social, ética,
politicamente en algún momento y
lugar del planeta. Al hablar de utopías
expansivas se enfatizan diversas
cosas.
Por una parte, se enfatiza el carácter
plural dado que toda pretensión de
homogenei
· zación está de entrada puesta en
tela de juicio y con ello, se
cuestiona toda ambición de fijar
un centro de manera atemporal,
permanente y definitiva.
· Por otra parte, se pone de relieve
el carácter imaginario de tales
utopías, es decir, su carácter de
discurso compensador que
propone un sentido, un horizonte
de plenitud que reduce la angustia
de saberse finito, escindido e
intrascendente, proponiendo
algún sentido unificador a la
proliferación y la multiplicidad. Al
mismo tiempo, se reconoce la
imposibilidad de su sedimentación
total, de su completud y de su
cierre final, pues esto último
permitiría de nuevo la probabilidad
de un discurso totalitario y
esencialista.
· La idea de utopías expansivas
pone además el énfasis en el
carácter propositivo de un
discurso que sostenido en el
cuestionamiento de las bases más
sólidas de nuestros valores
(éticos, políticos,
epistemológicos, estéticos y
pedagógicos) no llama a la
desmovilización ni al desencanto,
sino al reconocimiento de nuestra
finitud y fragilidad como razón y
fuente de una búsqueda
inagotable y nunca exenta de
contestación.
Sin duda es posible ampliar estas
reflexiones sobre las utopías
particulares que pueden expandirse
a sujetos, regiones geográficas y
temporalidades más allá de donde se
constituyeron, lo cual de ninguna
manera sería equivalente a sostener
que se ha decantado su esencia o
Revista
que ha llegado para quedarse y
mucho menos mitificarlas
imaginando un origen metafísico.
1.4 Proliferación educativa y
cultural
En la construcción de este tipo de
utopías, en un horizonte
postmoderno y globalizado la
importancia de la situación educativa
y cultural es evidente por lo cual
TOPOS & SOPORT
abordaremos a continuación estas
dimensiones de las condiciones
existenciales y epistémicas que nos
ocupan en este bloque.
1.4.1 Problematización del
concepto de educación
Problematizaremos el concepto
educación en dos planos: una
dimensión genérica y una dimensión
particular.
· Como legado del pensamiento
ilustrado educación se ha
restringido al espacio escolar
· Como legado de las utopías de la
modernidad se ha pensado que
sólo es educación aquello que
concuerda con los grandes
relatos del progreso, o con
nuestros ideales de plenitud.
A partir de estas operaciones las
diversas tradiciones se debaten
porque la mayoría cree poseer y
conocer la verdadera esencia de la
educación. Sin embargo, cuando
consideramos las condiciones
existenciales de fines del siglo XX
Córdoba/ Nº4
(globalización, postmodernidad, etc.)
resulta no sólo conceptual sino
también operacional y políticamente
insuficiente el concepto de educación
heredado de la ilustración.
· Conceptualmente porque revela
una gran ignorancia de la
genealogía de la acción educativa
pre-escolarizada, desconoce una
multiplicidad de acciones,
procesos, agencias, espacios,
contenidos y estrategias
9
 educativas que tienen lugar más
allá de la escuela y finalmente
porque como herramienta
analítica o categoría descriptiva
de la educación, resulta pobre.
· Operacionalmente, porque al
desconocer otras formas
educativas compite con ellas sin
saberlo, sin entender a qué se
está enfrentando, dando "palos de
ciego"; de aquí que en muchos
casos su efectividad frente a las
estrategias y contenidos de otros
medios, se muestre sumamente
escasa.
· Políticamente, porque al ser
incompetente deja en manos de
intereses a veces oscuros, otras
instancias educativas que son
valiosos espacios de intervención.
Por lo anterior, lo educativo en el
contexto de este trabajo, adquiere
una delimitación específica. En primer
lugar, como cualquier identidad, la de
la educación no tiene una esencia fija
sino que su identidad es histórica,
relacional, diferencial, precaria,
inestable e incompleta.
· Es un sistema de significaciones,
es decir, un discurso articulado en
torno a una intencionalidad o
proyecto específico de formación
pero que es rebasado
constantemente,
· Es una serie organizada de
componentes específicos (ideales,
valores, medios, fines,
estrategias, contenidos,
emblemas, rituales, lenguajes,
etc.) que se definen por su
relacionalidad;
· Es una configuración en la cual la
ubicación de sus componentes en
contextos particulares, no agota
la posibilidad de encontrar otros
nuevos que la "complementen". 14
· Es una estructura susceptible de
ser transformada en la medida en
que su incompletud, sus fisuras,
sean puestas en "jaque" por un
discurso externo que las
expanda.
· Por ello, es también una
estructura precaria en el sentido
de que no puede alcanzar una
estabilidad final, sino que es
susceptible de ser desarticulada
por la penetración de elementos
-no previstos- en las fisuras del
propio discurso educativo. La
irrupción de elementos exteriores
Revista
al discurso educativo, imprevistos
que modifican el carácter mismo
del concepto, el proceso y los
sujetos involucrados, alterando
así la identidad de lo educativo,
es lo que reconocemos como la
contingencia, que es también
constitutiva del proceso educativo
mismo.
TOPOS & SOPORT
La distinción entre lo educativo y lo
no educativo no se reduce sólo a
aquellas significaciones articuladas en
torno a un proyecto (y en esta
medida, deliberadas) sino también
involucra las que sin haber estado
incluidas dentro del proyecto, lo
penetran y transforman.
Por lo que toca a una
conceptualización particular -es decir,
que opera en condiciones específicas
y alrededor de un proyecto etico-
político definido- lo educativo se
constituye como una práctica
h e g e m ó n i c a , 15 e n e l s e n t i d o d e
hegemonía como acción discursiva
de antagonismo y articulación, de
lucha y negociación, de inclusión y
exclusión. Alude a que a partir de una
práctica de interpelación, un agente
se constituya como sujeto del
discurso de donde procede dicha
interpelación incorporando algún
nuevo contenido valorativo,
conductual, conceptual, etc. que
Córdoba/ Nº4
modifique su práctica en términos
de una transformación o en términos
de una reafirmación más
fundamentada. Es decir, que a partir
de los modelos de identificación
propuestos desde algún discurso
específico (religioso, familiar, escolar,
de comunicación masiva, etc), el
sujeto se reconozca en dicho
modelo, se sienta aludido y acepte
la invitación a ser eso que se le
propone. De esta manera se
10
incorpora al orden socio-simbólico
que lo interpela con sus propuestas
éticas, políticas, epistémicas,
religiosas, estéticas, etc.
Esta especificidad se define por la
relación que lo educativo establece
con otros elementos dentro de una
constelación social equis, con sus
instituciones, sus procesos de
cambio, sus utopías y sus mitos; se
define también, en términos
analíticos, por las relaciones que
establezca con otras prácticas
sociales cuyos fines deliberados no
son educativos y cuyos efectos no
son leídos como proposiciones de
modelos de identificación. Por
ejemplo, la televisión comercial no
ostenta la finalidad explícita de educar
sino de entretener, además de que
tiene la finalidad implícita de
promover el consumismo, sin
embargo educa en el sentido en que
los modelos de identificación que
ofrece sean incorporados por los
t e l e v i d e n t e s . 16 E n t e n d e r a s í l a
educación implica reconocer que
podemos no compartir los valores y
modelos identitarios que ahí se
ofrecen, sin embargo ello no implica
desconocer que dichos valores y
modelos están siendo más exitosos
que los que ofrecemos desde la
escuela, por ejemplo. Desconocer
tales efectos en la constitución de los
sujetos no hace que
desaparezcan.
Entender así la educación nos pone
en condiciones para ubicar los
diversos modelos de identificación
propuestos a los educandos ya no
sólo desde el ámbito escolar, sino
desde redes culturales diversas en
contenido, formas, finalidades,
estrategias y modos de operación.
1.4.2 Problematización de las
nociones de cultura
El sentido común nos ofrece también
diversas maneras de entender el
concepto de cultura. A continuación
me detendré en algunos de sus usos.
· Cultura como acumulación de
conocimientos y valores éticos,
estéticos, etc. de "carácter
superior".
· Para la Real Academia Española,
es el efecto de cultivar los
Revista
conocimientos humanos y de
afinarse por medio del ejercicio de
las facultades intelectuales del
hombre.
· Lo que no es biológico en el
humano, desde los utensilios y
herramientas, pasando por los
hábitos, instituciones y
convenciones sociales, hasta las
formas más abstractas de
intelección.
TOPOS & SOPORT
· La cultura es el conjunto más o
menos ligado de significaciones
adquiridas, las más persistentes y
la más compartidas, que los
miembros de un grupo por su
afiliación, deben propagar de
manera prevaleciente sobre los
estímulos provenientes de su
medio ambiente y de ellos
mismos, induciendo con respecto
a estos estímulos actitudes,
representaciones y
comportamientos comunes
valorizados, para poder asegurar
su reproducción por medios no
genéticos. Es el conjunto de
formas imaginarias y simbólicas
que mediatizan las relaciones del
sujeto con otros y consigo mismo
estos y más ampliamente con el grupo
y el contexto" (Clanet 1990, 16)
· Bruner concibe la cultura como un
lugar donde se debate
continuamente su significado , "un
foro para negociar y renegociar el
significado y explicar la acción
Córdoba/ Nº4
como un conjunto de reglas o
especificaciones de la acción"
(Bruner 1984, 200).
La polisemia del significante cultura
invita también a reflexionar sobre la
materia y una primera vía es
reconocer su proliferación
contemporánea.
11
2. Culturas nacionales, regionales,
étnicas, generacionales, urbanas,
cibernéticas, académicas...
Después de todas las consideraciones
anteriormente señaladas, debe
entenderse que mi plática de hoy no
pretende erigirse en una prescripción
de la cultura para el nuevo milenio,
sino sólo apuntar algunos
argumentos para equipar nuestras
reflexiones en torno al tema. Por una
parte, reflexionar sobre la cultura
c o m o d i s c u r s o ; e s d e c i r, c o m o
configuración de sentido; y por otro,
ubicar al menos algunas de las
múltiples formaciones culturales en
las que nos insertamos actualmente.
2.1 La cultura como configuración
de significaciones
Las diversas formas culturales
pueden ser estudiadas como
formaciones discursivas en tanto que
involucran constelaciones
significativas en un tiempo, un lugar
y para ciertos sujetos.
Discurso, cultura, lo político y lo
educativo, asignan fronteras entre sí
como formaciones o campos
específicos dependiendo de los
presupuestos y proyectos sociales
específicos desde los cuales se les
ubique. Sin embargo, desde la
perspectiva de interés en esta
conferencia, también comparten una
serie de características que a
continuación enumeraré:
· La consideración de que toda
relación entre humanos es una
relación mediada por la
significación, es decir: presupone
la existencia biológica de los
individuos pero de ninguna manera
se reduce a ella;
· La noción de que toda relación
humana involucra el
establecimiento de convenciones
que se instituyen y permanecen
por más o menos tiempo y en un
espacio mayor o menor en la
medida en que los sujetos las
comparten, legitiman y menos generalizadas en un país y
reproducen pero también las
impugnan y las transforman.
· La idea de que toda relación
humana es susceptible de ser
analizada por los conjuntos de
significaciones que hacen suyas y
aquéllas que excluyen como
Revista
válidas y ese momento de decidir
qué se incluye y qué se excluye
es parte fundamental de la
dimensión política de la relación.
· Las constelaciones de significación
median las relaciones entre los
humanos. Tales constelaciones
son redes de sentidos a partir de
las cuales los sujetos se
constituyen como tales y forman
TOPOS & SOPORT
parte de una serie de
agrupaciones sociales (familia,
etnia, generación, profesión, clase
social, religión, etc.)
La constitución de los sujetos
involucra procesos de identificación
a partir de los cuales los sujetos
internalizan imágenes, valores,
símbolos de las configuraciones
culturales a las que están expuestos.
Estos procesos de identificación
involucran procesos educativos
mediante los cuales los sujetos
hacen suyas valoraciones, hábitos,
formas de comportamiento,
conocimientos mayor o menormente
compartidos en su ámbito social.
2.2 Multiplicidad y diversidad de
formaciones culturales
El entorno existencial en que nos
movemos está poblado por
numerosas formaciones culturales,
ya que convivimos en la actualidad
Córdoba/ Nº4
con diferentes maneras, grados y
tipos de formas de organizar y dar
sentido a nuestras acciones
Destacaré algunas de las más fáciles
de ubicar.
· Las culturas nacionales son quizá
algo más familiar en nuestra
atmósfera. Las ubicamos
generalmente al contrastar
formas idiosincrásicas más o
12
 lo distinguen de otros Se forman
a través de sucesivas
sedimentaciones de tradociones,
v a l o r e s , f o r m a s d e s i g n i f i c a r,
rituales y emblemas a través de
los cuales se representa la historia
y el "ser" de una nación. (Muchas
veces al sedimentarse se
convierten en estereotipos.)
· Las culturas regionales aluden a
normas, valores y formas de
representar que no dependen de
fronteras geopolíticas sino que
cubren a más de un territorio. Por
ejemplo, el recorte del
conocimiento que se hace cuando
se habla de la filosofía occidental
por contraste con el pensamiento
oriental, o cuando se hablaba del
bloque soviético por contraste con
el "mundo libre", o cuando se
habla de cultura chicana que alude
a un híbrido producido en medio
de dos culturas nacionales, etc.
· Culturas étnicas que nos invitan
al reconocimiento de la pluralidad
de visiones del mundo, valores
éticos, políticos, epistémicos,
estéticos. Estas cosmovisiones
ubicadas geopolíticamente,
existentes en el planeta nos
plantean la exigencia de discernir
cómo defender su derecho de
existir y exigir su compromiso de
convivir con las demás. En la
actualidad esta multiplicidad
muestra la difícil empresa de la
coexistencia y la dolorosa
presencia del abuso y la
explotación no sólo en nuestro
país sino también en otros
rincones del planeta.
· Culturas generacionales que nos
enfrentan a la asunción de nuestra
temporalidad y sus consecuentes
diferenciaciones en términos de
valores y pautas de
comportamiento en relación con
otros grupos de edad
(adolescencia, tercera edad,
niñez, etc.) y sus intereses,
demandas y preferencias.
· Culturas de género que marcan las
construcciones de sentido
mediante las cuales se significa lo
masculino y lo femenino
confiriéndole a la existencia
biológica diferenciada una serie de
atributos y características:
actitudes, vestimenta, emblemas,
formas de pensar y comportarse.
Revista
Estas se han sedimentado de tal
manera que a veces se asumen
como naturales.
· Culturas religiosas que aluden a las
diversas maneras de construir y
representar las relaciones de una
comunidad con la vida y la muerte
a partir de la fe, el misticismo, la
creencia en lo divino, las
distinciones entre lo sagrado y lo
profano, el pecado y la virtud, etc.
TOPOS & SOPORT
y que se depliega en diversas
formas, relatos, rituales,
emblemas, vestimenta, etc.
· Culturas urbanas que nos
permiten ubicar las desigualdades
en el acceso a los bienes
materiales e intelectuales de
nuestra época en función de
nuestra localización geopolítica.
Para cualquiera es evidente que
cuando habitamos un entorno
cosmopolita tenemos mayor
cercanía con ciertos bienes que
cuando habitamos un entorno
citadino del tercer mundo o un
entorno rural de un país pobre.
· Culturas cibernéticas que nos
exigen ciertos conocimientos y
destrezas para intervenir en la
multiplicidad de valores que
circulan en los medios
computarizados de comunicación
e información.
· Culturas académicas que nos
demandan una serie de saberes y
habilidades para participar en las
Córdoba/ Nº4
prácticas legitimadas de la
producción, difusión y apropiación
del conocimiento en las
instituciones escolares,
universitarias y de investigación.
· Culturas políticas que nos
convocan a familiarizarnos con
valores y estrategias relacionadas
con las formas de gobierno y las
formas de intervenir en las
relaciones de antagonismo y
articulación, de consenso y
13
 coerción, de dominio y persuasión
vigentes y posibles, tanto en la
escala micropolítica como puede
ser el aula, la familia, la pareja,
como en la escala macropolítica
que puede ser un gobierno
nacional o agencias
internacionales.
Todas ellas involucran formas de
significación y a la vez son espacio
de producción, circulación y
apropiación de tales sistemas de
significación. Estos tienen
materialidad en relatos, leyendas,
mitos, oraciones, rituales,
emblemas, vestimentas, modelos
arquitectónicos, íconos, imágenes,
ritmos, sonidos, sentido musical,
estético, etc. Las culturas también
son motivos de la lucha, negociación,
reconfiguración, sedimentación, crisis
y transformación de dichas
formaciones discursivas. Estas
formaciones culturales tienen
diversos puntos de interconexión y
convergencia y nuestro contacto con
ellas como sujetos sociales no es con
una sino con numerosas de ellas
simultáneamente
Siglo XXI: globalización,
postmodernidad, utopías y
formas culturales
Para concluir permítaseme entretejer
los hilos argumentativos que han
sido desplegados a lo largo de mi
intervención.
· Si por globalización en vez de
homogeneización a escala
planetaria dominada por los
valores imperialistas, entendemos
el contacto entre diferentes
tradiciones, tendencias, valores y
culturas (incluidas tanto sus
relaciones de afinidad como las de
fricción y choque)
· Si reconocemos que la
postmodernidad más que el
abandono, superación o rechazo
de los valores de la modernidad
es su historización, la puesta en
duda de su carácter absoluto y
universal a priori; es decir, si la
pensamos como condición
existencial y como horizonte de
inteligibilidad que nos permite
reposicionarnos ante dichos
valores de la modernidad;
· Si construimos utopías que no
Revista
tengan la absurda arrogancia de
presentarse como universales
atemporales y trascendentales,
sino como discursos propositivos,
plurales, imaginarios y
expansivos; es decir, como guías
e ideales que naciendo en
condiciones particulares tienen la
capacidad de generar consenso
en torno suyo.
TOPOS & SOPORT
· Si pensamos las culturas no como
discursos puros, cerrados e
incontaminados, sino como
sistemas de significación abiertos,
relacionales, en constante
transformación e hibridación.
· Es entonces posible pensar en
utopías culturales para el siglo XXI
como horizontes de posibilidad en
los cuales:
· el hibridismo juegue un papel
articulatorio, la diferencia no se
traduzca necesariamente en
desigualdad y abuso,
· la historización de los valores
no se traduzca en una
irresponsabilidad ética, política
y gnoseológica donde cualquier
cosa valga, sino por el
contrario, al reconocer la no
necesidad universal de valor
alguno, asumamos como
sujetos la responsabilidad ética
y política por las decisiones que
tomamos
· el pluralismo democrático no
Córdoba/ Nº4
se confunda con una inclusión
indistinta (los famosos
proyectos inclusivos) ya que
todo sistema para ser tal
requiere de la exclusión de
aquello que amenaza
destruirlo,
· e s d e c i r, u n h o r i z o n t e d e
posibilidad donde lo político se
reconozca como lucha pero
también como articulación y
negociación. !
14
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18
NOTAS:
1
Marshal McLuhan fines de los años
’60, o Braudel más recientemente.
2
Braudel, F (1991) citado en Ianni
1996:17.
3
Luhman 1985 cit en Ianni 1996:45.
4
Hay que hacer notar que evolución
en la visión luhmaniana opera sin
objetivo y sin previsión, de manera
accidental.
5
Otros también construyen la
globalización como una tendencia
inevitable en la
contemporánea que tiene que
alcanzarse, independientemente de la
garantía de equidad y bienestar para
todos que pueda o no ofrecer
(Buchbinder 1994) ya que establece
retos en las estrategias educativas
que no pueden ser ignorados (Del
Valle 1992, Barabtarlo 1992, Casillas
1993, Del Valle y Taborga 1992,
Marum 1993 y Weiss 1994). Algunos
la consideran como una oportunidad
para argumentar la creación de
nuevos centros de i
n v e s t i g a c i ó n ( G a r i b a y y To r r e s
1992), otros tan solo mencionan los
cambios que ha traído para la
educación (Sosa 1994) sin mayor
juicio o calificación de dichos
cambios, mientras otros más la ven
como algo en contra de lo cual las
estrategias educativas tienen que
luchar (Abreu 1993).La revisión
podría continuar ya que se ha escrito
mucho sobre este tópico.
6
Ver Buenfil 1999 y 2000.
7
Debo señalar que no conozco la
posición actual de Habermas
respecto de la globalización. Aquí
estoy recuperando la forma como
Chomsky y Dietrich incorporan a
Habermas en su propia construcción.
Por otra parte, conociendo la teoría
de la acción comunicativa de
Habermas, puede uno estar
autorizado para sostener su
compatibilidad.
8
Piénsese en el desarrollo de la
Revista
Filosofía Occidental Moderna.
9
Piénsese en la mayor parte de
representantes de las escuelas del
pensamiento marxista.
10
La referencia sería no solamente
a los pensadores funcionalistas, sino
a otros no considerados dentro de
historia esta categoría pero cuya producción
enfatiza el carácter funcional/
racional/eficiente, etc. de los
procesoso como exlicación última.
TOPOS & SOPORT
11
El punto podría generalizarse: es
sabido de qué modo el problema del
carácter relacional de las identidades
unido al de la
imposibilidad de dominar
intelectualmente el contexto
se presenta en la más diversas
corrientes del pensamiento
contemporáneo (Laclau 1988).
12
Consultar en
La sociedad transparente
p 84.
13
Especialmente en Buenfil (1993)
p 58 a 64.
14
Complementación, desde luego,
que nunca alcanza a agotar o a ser
exhaustiva en términos de la
identidad de lo educativo.
15
En Gramsci se encuentra una
primera aproximación a esta
equivalencia entre educación y
hegemonía. Son sin embargo, los
desarrollos sobre interpelación
iniciados por Althusser y continuados
por Laclau, De Ipola, Buenfil, entre
otros, los que me permiten construir
Córdoba/ Nº4
las nociones presentadas aquí.
16
Ver Hernández Zamora 1994.
19