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ENLACE Y VALENCIA

La teoría del enlace de valencia intenta explicar cómo dos átomos se enlazan entre si, buscando así
presentar una interpretación satisfactoria para los enlaces covalentes. En esta teoría lo que esta
incluido es la combinación de dos orbitales atómicos de dos átomos distintos.

La mecánica cuántica proporciona una explicación más completa del enlace covalente de lo que lo
hace la teoría de Lewis de la compartición de electrones, justificando el papel del par de
electrones en la constitución de los enlaces y, al mismo tiempo, describiendo la geometría de las
moléculas formadas.

Consideremos la formación de una molécula de hidrógeno (H2). Cuando los dos átomos de
Hidrógeno se aproximan, sus núcleos atraen cada vez más a las nubes electrónicas del otro átomo.
Llega un momento en que las nubes se solapan parcialmente, con lo que la densidad electrónica
entre los núcleos se ve incrementada. Es esta densidad electrónica elevada la que mantiene
unidos, por atracción electrostática los dos núcleos, quedando así constituida la molécula.

La formación del enlace H - H, puede expresarse, por tanto, diciendo que se solapan los orbitales
1s de los dos átomos. El solapamiento supone que ambos orbitales comparten una región común
del espacio entre los dos núcleos, donde podríamos decir que la probabilidad de encontrar al
electrón es máxima

Desde el punto de vista energético, cuando los átomos están muy separados, no hay interacción
(E=0). Al aproximarse, comienza el solapamiento de los orbitales 1s y la fuerza de atracción entre
los átomos se incrementa, con lo que la energía potencial del sistema disminuye y llega a alcanzar
un mínimo. En este momento, el solapamiento es el óptimo y la distancia entre los núcleos es
precisamente la longitud del enlace H - H de la molécula H2. Si a partir de este momento,
seguimos acercando los átomos, la energía potencial aumenta debido a la repulsión ejercida por
los dos núcleos de los dos átomos.
Una idea que conviene subrayar es que, para que el proceso sea favorable, los orbitales atómicos
que se solapan espacialmente deben poseer electrones desapareados con espines opuestos (para
no incumplir el principio de exclusión de Pauli). Esto también explicaría la razón por la que los
gases nobles no se unen ni siquiera consigo mismos, ya que no tienen electrones desapareados.

Así pues, la covalencia de un elemento o, el número de enlaces covalentes que podrá formar es
igual al número de electrones que posee desapareados. Por ejemplo el flúor tiene una covalencia
de 1, el oxígeno de 2.

Algunos elementos tienen más de una covalencia ya que al tener orbitales vacíos pueden
desaparear electrones, por ejemplo, el cloro tiene una covalencia de 1, 3, 5 ó 7 porque posee los
orbitales "3d" vacíos.

En la teoría de los enlaces de valencia (TEV), los orbitales moleculares se forman por solapamiento
de los orbitales atómicos. Para un mejor solapamiento de los orbitales atómicos de partida, estos
deben tener tamaño y energías parecidas, así como estructuras espaciales adecuadas. La simetría
de los orbitales moleculares formados, depende de los orbitales atómicos que participan en el
enlace y de la forma en que se solapan. No vamos a profundizar mucho en el tema, pero
comentaremos que existen dos posibilidades:

a) Orbitales moleculares sigma (σ): Los orbitales atómicos se solapan frontalmente y se produce
un único solapamiento de las respectivas nubes electrónicas. Tiene un eje de simetría con
respecto a la línea que une los dos núcleos. Una rotación con respecto a dicho eje no produce
ningún cambio. La máxima probabilidad de encontrar a los electrones en este tipo de orbitales, se
concentra entre los dos núcleos fundamentalmente. A continuación te presentamos algunos
ejemplos:
b) Orbitales moleculares pi (π): Los orbitales atómicos se solapan lateralmente y se produce dos o
más solapamiento de las respectivas nubes electrónicas. Existe un plano nodal de simetría que
incluye a los núcleos y la máxima probabilidad de encontrar a los electrones en el orbital
molecular formado no se concentra entre los núcleos:

ENLACE COVALENTE

Los enlaces covalentes son un tipo de unión entre átomos que forma moléculas a través de la
compartición de pares de electrones. Estos enlaces, los cuales representan un balance bastante
estable entre cada especie, permiten a cada átomo alcanzar la estabilidad de su configuración
electrónica.

Estos enlaces se forman en versiones simples, dobles o triples, y poseen caracteres polares y no-
polares. Los átomos pueden atraer a otras especies, permitiendo así la formación de compuestos
químicos. Esta unión puede ocurrir por fuerzas distintas, generando una atracción débil o fuerte, o
de caracteres iónicos o por intercambio de electrones.
Los enlaces covalentes se consideran uniones “fuertes”. A diferencia de otras uniones fuertes
(enlaces iónicos), los covalentes suelen ocurrir en átomos no-metálicos y en los que tienen
afinidades parecidas por electrones (electronegatividades similares), haciendo que los enlaces
covalentes sean débiles y requieran menos energía para romperse.

En este tipo de enlace se suele aplicar la llamada regla del Octeto para estimar la cantidad de
átomos a compartir: esta regla afirma que cada átomo en una molécula requiere 8 electrones de
valencia para mantenerse estable. A través de la compartición, estas deben alcanzar pérdida o
ganancia de electrones entre las especies.

Características

Los enlaces covalentes son afectados por la propiedad electronegativa de cada uno de los átomos
involucrados en la interacción de pares de electrones; cuando se tenga un átomo con una
electronegatividad considerablemente mayor a la del otro átomo en la unión, se formará un
enlace covalente polar.

Sin embargo, cuando ambos átomos posean una propiedad electronegativa parecida, se formará
un enlace covalente no-polar. Esto sucede porque los electrones de la especie más electronegativa
se encontrarán más unidos a este átomo que en el caso del de menos electronegatividad.

Vale destacar que ningún enlace covalente es totalmente igualitario, al menos que los dos átomos
involucrados sean idénticos (y así, posean la misma electronegatividad).

Enlace covalente no-polar

El enlace covalente no-polar se genera cuando los electrones son compartidos entre átomos de
forma igualitaria. Esto generalmente ocurre cuando los dos átomos tienen una afinidad
electrónica similar o igual (mismas especies). Mientras más parecidos sean los valores de afinidad
electrónica entre los átomos involucrados, más fuerte será la atracción resultante.

Enlace covalente polar

El enlace covalente polar se da cuando existe una compartición desigual de electrones entre las
dos especies involucradas en la unión. En este caso, uno de los dos átomos posee una
electronegatividad considerablemente mayor que el otro, y por esta razón atraerá más a los
electrones de la unión.

La molécula resultante tendrá un lado ligeramente positivo (aquel que tiene la menor
electronegatividad), y otro lado ligeramente negativo (con aquel átomo con la mayor
electronegatividad). También tendrá un potencial electrostático, proporcionándole al compuesto
la capacidad de unirse débilmente a otros compuestos polares.
Propiedades

En las estructuras de los enlaces covalentes se toman en cuenta una serie de propiedades que se
involucran en el estudio de estas uniones y ayudan a entender este fenómeno de compartición de
electrones:

Regla del octeto

La regla del octeto fue formulada por el físico y químico estadounidense Gilbert Newton Lewis,
aunque hubo científicos que estudiaron esto antes que él.

Es una regla de pulgar que refleja la observación de que los átomos de los elementos
representativos suelen combinarse de manera que cada átomo alcanza los ocho electrones en su
capa de valencia, llevándolo a tener una configuración electrónica similar a los gases nobles. Se
utilizan diagramas o estructuras de Lewis para representar estas uniones.

Resonancia

La resonancia es una herramienta que se emplea para representar las estructuras moleculares y
representar los electrones deslocalizados donde los enlaces no pueden ser expresados con una
única estructura de Lewis.

En estos casos se deben representar los electrones con varias estructuras “contribuyentes”,
llamadas estructuras resonantes. En otras palabras, la resonancia es aquel término que sugiere el
uso de dos o más estructuras de Lewis para representar una molécula particular.

Este concepto es completamente humano, y no existe una u otra estructura de la molécula en un


momento dado, sino que puede existir en cualquier versión de esta (o en todas) al mismo tiempo.

Aromaticidad

Este concepto se usa para describir una molécula cíclica y plana con un anillo de enlaces
resonantes que exhiben mayor estabilidad que otros arreglos geométricos con la misma
configuración atómica.

Enlace sigma (σ)

Es el enlace más simple, en el que dos orbitales “s” se unen. Los enlaces sigma se presentan en
todos los enlaces covalentes simples, y también pueden ocurrir en orbitales “p”, mientras estos
estén mirando el uno al otro.
Enlace pi (π)

Este enlace se da entre dos orbitales “p” que se encuentran en paralelo. Se unen lado a lado (a
diferencia del sigma, que se une cara a cara) y forman áreas de densidad electrónica encima y
debajo de la molécula.

Los dobles y triples enlaces covalentes involucran uno o dos enlaces pi, y estos le dan a la molécula
una forma rígida. Los enlaces pi son más débiles que los sigma, ya que hay menos superposición.

Ejemplos
Para los enlaces simples, el caso más común es el del hidrógeno, como
se puede observar a continuación:

El caso de un enlace triple es el de los nitrógenos en el óxido nitroso


(N2O), como se observa a continuación, con los enlaces sigma y pi
visibles:

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