Sei sulla pagina 1di 48

Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.

Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

LAS VISPERAS DEL PERONISMO. LOS


CONFLICTOS LABORALES ENTRE 1930 Y 1943

ROBERTO P. KORZENIEWICZ∗

El importante debate que tuvo lugar durante las últimas décadas a


propósito de los orígenes sociales del peronismo giró en torno de la
continuidad o discontinuidad de las instituciones que precedieron al
golpe militar y aquellas otras que fueron establecidas al final del
período 1943-19461. Este ha sido un debate muy fructífero pues ha
permitido una reconsideración histórica de los cambios que tuvieron
lugar en el movimiento obrero durante los años de entreguerras. Los
nuevos hallazgos historiográficos han contribuido gradualmente a
caracterizar los años '30 y los comienzos de los '40 como un período
de transición, esto es, un lapso en el que coexisten viejas y nuevas
instituciones sociales. Desde esta perspectiva, la emergencia del
peronismo se distinguió tanto por la continuidad como por el cambio;
consecuentemente, los estudios sobre el tema se han esforzado por
ganar precisión con el fin de esclarecer el origen y la naturaleza de
ambos tipos de rasgos, así como sus interrelaciones.


Departamento de Sociología, Universidad de Maryland. [* College Park /Maryland
20742-1315 / USA / ( (301) 405-6398 / Fax: (301) 405-5743.]
NOTA: A lo largo del texto se utiliza el término "sindicato industrial para referirse a
una forma de organización que encuadra a todos los trabajadores que se
desempeñan en una misma actividad con independencia de sus oficios y
calificaciones. El término sindicato industrial se utiliza para diferenciarse de un
sindicato de oficio, que como su nombre lo indica, agrupan a los trabajadores según
su calificación profesional y, como tales, pueden coexistir varios dentro de una
misma actividad [N. de la R.].
1
Una buena y reciente revisión de las diferentes posiciones en este debate puede
hallarse en Horowitz (1990). Un trabajo pionero y crucial sobre la década del '30 es
el de Durruty (1969). Uno de los mejores relevamientos de las tendencias políticas
durante la década del '30 y principios de la del '40 puede hallarse en los trabajos de
Del Campo (1983) y Tamarin (1985). Sobre el mismo período, ver también
Matsushita (1983 y 1984). Sobre las continuidades en los patrones de mediación
estatal, ver Gaudio y Pilone (1983 y 1984). Sobre las continuidades en el liderazgo
sindical de la década del '30, ver Horowitz (1983 y 1984). Muchos de estos ensayos
claves han sido reunidos en Torre (1988). Una síntesis histórica útil puede hallarse
en Bergquist (1986)

Este documento ha sido descargado de 1


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Este artículo se propone contribuir al reexamen del período de


entreguerras en la Argentina. En su primera parte presenta datos
originales sobre los conflictos laborales ocurridos entre 1930 y 1943,
con el objetivo de sostener que la ola de huelgas que tuvo lugar a
mitad de los '30 puso de manifiesto que los trabajadores de
virtualmente todos los sectores del mercado de trabajo ya estaban
adoptando formas de organización y de acción de alcance sectorial y
a la vez procuraban obtener la mediación del Estado en favor de sus
demandas. A mitad de los años '30 el epicentro de la conflictualidad
laboral se había desplazado hacia los sindicatos de tipo industrial, es
decir, sindicatos por sector de actividad, organizados por los
trabajadores de las industrias manufactureras, de la construcción y el
agro. Luego de proveer nuevos datos históricos sobre huelgas y la
adopción de formas de organización de tipo industrial o sectorial por
los trabajadores agrícolas, este trabajo sostiene que la transición
hacia estas nuevas formas de articulación laboral suministró a los
comunistas nuevas oportunidades para fortalecer su presencia dentro
del movimiento obrero. Finalmente, el artículo concluye en que el
despliegue de esas nuevas modalidades de acción y de organización
permitió a los trabajadores aumentar su poder de negociación
política, lo cual condujo a que los empresarios y las autoridades
estatales procuraran responder a estos cambios propiciando una
mayor regulación formal de las relaciones capital-trabajo. Al generar
una demanda por nuevas formas de mediación política, los cambios
ocurridos en el movimiento obrero proveyeron las condiciones de
posibilidad para la emergencia del peronismo después de 1943.

1. La distribución sectorial y geográfica de los conflictos en


los años '30

Los datos presentados a continuación han sido compilados a través


del recuento de todos los casos de conflicto laboral registrados por el
diario La Prensa entre 1930 y 1943. Estos datos han sido reunidos
como parte de un proyecto más amplio que apunta a construir un
indicador homogéneo de conflictualidad laboral para el período que va
desde 1887 a 1946. Para el conjunto de este lapso, La Prensa publicó
con mayor regularidad más casos de conflictos que otros periódicos
de la época, como La Vanguardia y La Nación. Los datos compilados
tienen como propósito elaborar un indicador de las tendencias

Este documento ha sido descargado de 2


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

anuales y de la composición de los conflictos laborales en períodos


históricos para los cuales hasta ahora se carecía de estimaciones
confiables. Los datos incluyen todas las informaciones de prensa
referidas a conflictos laborales, como huelgas circunscriptas, paros,
manifestaciones callejeras y huelgas generales. En esta compilación
se han incluido todas las expresiones de conflicto, con independencia
de su tamaño (siempre que involucraran a más de un obrero) y de su
duración. Por cierto, estos datos son utilizados como un indicador
tosco de las tendencias, de la composición sectorial y de la
distribución geográfica de los conflictos, y no se proponen por
consiguiente ser un registro real de cada instancia de protesta obrera.
En el cuadro 1 se presenta la distribución de todos los casos de
conflicto registrados por La Prensa entre 1930 y 1943.
Considerando el período en análisis como un todo cabe afirmar que
la conflictualidad Iaboral experimentó una significativa declinación
inmediatamente después del golpe de 1930 y durante los años de la
Segunda Guerra Mundial. Es evidente que la política represiva del
régimen de Uriburu tuvo un papel decisivo en la disminución de la
protesta. Sobre las causas de la declinación de los conflictos durante
la Segunda Guerra existe todavía un gran debate, aunque éste es un
fenómeno de similar magnitud al que tuvo lugar durante la Primera
Guerra.

Este documento ha sido descargado de 3


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Los conflictos laborales se intensifican en 1932, cuando los sindicatos


perciben un clima político menos hostil; sin embargo, el desempleo
continúa frenando los conflictos durante 1933 y 1934. Finalmente, los
años 1935 y 1936 registran una importante ola de huelgas, con
valores pico para la totalidad del período 1930-43.
Para observar cómo se desplaza el epicentro de la conflictualidad
laboral es conveniente comparar algunos datos del período en estudio
con los de 1887-19072. Por ejemplo, en éste las huelgas portuarias
habían alcanzado al 14 % del total de huelgas, en tanto que en
1930-43 caen al 4 %. En contraste con ello, la participación de los
obreros de la construcción en todos los casos de conflicto se
incrementó del 8 al 14 %. Llamativamente, los trabajadores rurales
durante el período 1887-1907 representaban menos del 1 % de todos
los casos de conflicto, en tanto que para 1930-43 ese valor alcanza al
21 % 3. Asimismo, el conflicto se traslada más allá de la ciudad de
Buenos Aires y sus alrededores. En 1887-1907 esta área
representaba el 53 % de todos los casos de conflicto. Para 1930-43,
como lo muestra el cuadro 2, la participación absoluta de esta área
había caído al 27 %. La de la provincia de Santa Fe, en cambio,
creció del 14 al 29 %, mientras que la participación de otras
provincias aumentó del 11 al 29 para el mismo período.
El cuadro 2 también provee un índice aproximado de la intensidad
relativa de conflictualidad laboral, al controlarla con la población total
de cada provincia. Como puede observarse, Santa Fe (incluyendo
Rosario) tenía la tasa relativa más alta de conflicto. También en
términos relativos, Tucumán presentaba tasas más altas que Buenos
Aires. Sin embargo, la intensidad relativa era también alta en las
provincias de Córdoba, Entre Ríos, Formosa, Mendoza, Catamarca,
San Juan y Santiago del Estero. Visto desde este ángulo, el conflicto
laboral había adquirido una escala verdaderamente nacional durante
la década del '30 y principios de la del '404.

2
Los datos referidos al período más temprano son tratados en Korzeniewicz (1989
a y b).
3
Durante el período 1930-43, como indica el cuadro 1, había un número
considerable de huelgas generales (la mayoría a menudo organizadas al nivel de
una ciudad, en lugares tales como Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y
Tucumán).
4
Esta variación en el espectro geográfico del conflicto laboral probablemente tuvo
lugar durante la década del '20; sin embargo, esta hipótesis espera más estudios.

Este documento ha sido descargado de 4


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Estos cambios en la distribución sectorial y geográfica de la


conflictualidad laboral son significativos para el debate sobre los
orígenes sociales del peronismo. Antes de los '70 existía un acuerdo
generalizado entre los estudiosos con respecto a que la emergencia
del peronismo había estado sustentada en el apoyo de los migrantes
recientes de las provincias del interior. Algunos argumentaban que
estos migrantes habían sido particularmente susceptibles a la
autoridad carismática de Perón debido a su tradición política (ver

Este documento ha sido descargado de 5


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Germani, 1973). Otros sostenían que, por el contrario, el apoyo a


Perón no se había limitado a los migrantes recientes, sino que
también había incluido a trabajadores urbanos establecidos que se
manifestaban en defensa de sus intereses económicos (ver Murmis y
Portantiero, 1971; Little, 1975). Los argumentos de Germani fueron
cuestionados fuertemente por una serie de estudios revisionistas que
indicaban que los recién arribados a Buenos Aires eran originarios
principalmente de la región pampeana, más que del interior, y que la
migración desde las provincias más pobres sólo se produjo
sustancialmente después de mediados de los '405.
No obstante, la mayor parte de los estudios sobre la emergencia
del peronismo han presupuesto que realmente hubo una dicotomía
entre la fuerte experiencia organizativa de los trabajadores urbanos
establecidos y la falta de exposición a la acción colectiva previa por
parte de los trabajadores provincianos/rurales. Sin embargo, la alta
intensidad de la conflictualidad laboral en sectores agrícolas del
interior desafía esta afirmación, sugiriendo que los trabajadores de
áreas rurales y urbanas durante la década del '30 pueden haber
compartido una similar (si no idéntica) experiencia organizativa.6.
En particular, los nuevos datos indican que el sector agrario
compartía muchos de los cambios que afectaron al movimiento
obrero en todo el país. La introducción de cambios tecnológicos y la
creciente competencia en el mercado de trabajo minaron
rápidamente el control de los artesanos sobre la producción, y
aportaron fuertes incentivos para la organización de sindicatos
industriales más inclusivos. En el agro, para mediados de la década
del '30, estos sindicatos trataban de limitar la competencia entre
trabajadores a través de la regulación del empleo y de las condiciones
de trabajo. Más aún, así como en las áreas urbanas, los trabajadores
rurales trataron de desarrollar alianzas políticas con otros sectores
sociales (en este caso, con arrendatarios y comerciantes) en torno de

5
Para un buen ejemplo de estas argumentaciones ver Little (1975). El empleo
agrícola de la región pampeana había dejado de crecer luego de finalizada la
expansión territorial. Más aún, el alto costo del trabajo brindaba un fuerte incentivo
para la mecanización de la agricultura. Combinados, el fin de la expansión territorial
y la mecanización de la agricultura desplazaron a una gran cantidad de
trabajadores asalariados y pequeños productores agrícolas de la región pampeana.
6
Para un temprano cambio en la noción de esta dicotomía en la experiencia
organizacional, aunque focalizada en el contraste entre los trabajadores europeos y
los criollos, ver Halperin Donghi (1976). Ver también Little (1975).

Este documento ha sido descargado de 6


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

cuestiones tales como precios mínimos de la producción y una


creciente regulación estatal de las relaciones capital-trabajo.
Finalmente, corno en todo el país, la conflictualidad laboral en el
sector agrario promovió una creciente mediación y regulación por
parte del Estado.

2. La conflictualidad laboral en el sector agrario

Hacia mediados del '30, luego de casi una década de lento


crecimiento, las organizaciones de trabajadores rurales en la
Argentina alcanzaron considerable fuerza y una mayor coordinación
que en los años precedentes7. Estas organizaciones eran más fuertes
en Santa Fe, aunque también tenían presencia en Córdoba y Buenos
Aires. En febrero de 1935 los trabajadores rurales se reunieron en la
ciudad de Santa Fe para constituir una organización regional que
coordinase las huelgas y acordar un conjunto de demandas para
formular ante los patrones en toda provincia durante la cosecha de
maíz. Estas demandas incluían reclamos por un incremento salarial,
el reconocimiento de los sindicatos y sus delegados, el empleo
exclusivo de personal del sindicato, la regulación de los lugares
desbando a dormitorios y la de los alimentos que se expendían en las
explotaciones agrícolas, así como la petición de que ningún
trabajador fuera despedido "sin causa justificada ante el sindicato y
sus delegados"8.
Los empleadores agrícolas atribuyeron la huelga a la actividad de
agitadores profesionales. Durante la cosecha de 1936, los
comerciantes cerealeros se reunieron con el ministro de Agricultura
"denunciando la presencia de elementos agitadores contra quienes se
ha pedido que proceda con energía", en tanto que dirigentes
7
La mayor parte de los estudios han prestado poca atención al tema laboral en las
áreas rurales de la Argentina. La única excepción es quizá Solberg (1971), quien
provee abordajes significativos sobre el conjunto laboral rural durante la década del
'20, y puntualiza que 1928 trajo aparejada una importante ola de huelgas rurales
en Santa Fe. Marmota menciona casos aislados de conflicto laboral en la agricultura
en 1925 y durante el período 1928-30; asimismo indica que los esfuerzos iniciales
por crear una organización sindical formal a escala provincial datan de 1928; sin
embargo, no aporta ninguna información acerca del conflicto laboral rural en la
década del '30 (1970, pp. 186, 261-64). Hay también referencias aisladas a
huelgas rurales en Deustch (1986) y Solberg (1987). Un buen estudio sobre las
huelgas en la industria azucarera pueden hallarse en Greenberg (1987).
8
La Prensa, 27 de febrero de 1935, p. 15, y 10 de marzo de 1935, p. 14.

Este documento ha sido descargado de 7


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

santafecinos de la Unión Patriótica Argentina pedían medidas


inmediatas contra "la acción perturbadora que realizan entre los
elementos de trabajo los delegados de algunos sindicatos extraños a
las actividades y beneficios de aquéllos"9. En la provincia de Buenos
Aires, ante una huelga de trabajadores rurales en marzo de 1937, los
patrones la atribuyeron a "personas ajenas al ambiente", y en una
carta de la Sociedad Rural al ministro de Agricultura en ese año
reiteraron que la difusión de los conflictos en el campo se debía a la
actividad de "agitadores" y "elementos extraños"10.
Estas, quejas fueron rechazadas por los sindicatos y los
funcionarios gubernamentales involucrados en la mediación de los
conflictos. Los sindicatos atribuían las huelgas a la vulnerabilidad
económica de los trabajadores agrícolas11. Tanto los funcionarios
gubernamentales como los sindicatos estaban de acuerdo en que la
ola de huelgas de mediados de los años '30 reflejaba las nuevas
presiones competitivas con que se enfrentaban los trabajadores
locales. El director del Departamento Provincial del Trabajo de Santa
Fe argumentaba que los conflictos en el campo "en su casi totalidad
son ocasionados por la mala práctica de parte de los patronos de
empleado contratar para tales tareas rurales a elementos extraños a
la localidad en que dichos trabajos se realizan, como asi también por
la falta de pliegos de condiciones de trabajo"12. Desde el punto de
vista de los sindicatos, los migrantes eran contratados por los
empleadores rurales en un calculado esfuerzo por bajar los salarios y
minar el poder de las organizaciones laborales locales.

9
La Prensa, 1°- de febrero de 1936, p. 5, y 14 de febrero de 1936, p. 11. Ver
también La Prensa, 9 de febrero de 1935, p. 14, y 10 de marzo de 1935, p. 14.
10
La Prensa, 26 de marzo de 1937, p. 16, y 31 de marzo de 1937, p. 22.
11
En 1938, los sindicatos rurales de Santa Fe se quejaron de que hubiera 'más de
50.000 trabajadores rurales, que sólo obtienen trabajo durante 3 o 4 meses al año,
percibiendo por jornales durante ese tiempo de 300 y 400 pesos para costear sus
gastos y los de sus familiares durante todo el año" (La Prensa, 7 de febrero de
1938, p. 17). Durante la misma cosecha, el ministro de Gobierno de Santa Fe
advirtió a la Junta Nacional para Combatir la Desocupación acerca de las pobres
condiciones de trabajo en el departamento de General López: 'La aglomeración de
gente que busca trabajo procedente de otras provincias y territorios crea una grave
situación de orden público en ese departamento, donde familias enteras con sus
implementos domésticos acampan en los caminos implorando por la caridad pública
a invadiendo establecimientos agrícolas y ganaderos". (La Prensa, 27 de febrero de
1938, p. 9).
12
La Prensa, 17 de noviembre de 1936, p. 18.

Este documento ha sido descargado de 8


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

"Un hecho concreto y demostrativo... es el de Berabevú, donde


según una denuncia llegada a la Federación, un terrateniente de
esa zona hizo publicar anuncios solicitando brazos para el
levantamiento de la cosecha, cuando la misma, según la denuncia
de los obreros de la localidad, no ha de rendir más del 50 por
ciento que la del año anterior, por lo que se puede anticipar que
faltará trabajo para un buen número de obreros locales. Surge a la
vista el propósito del aludido vecino de ocupar obreros ajenos a la
población para pagarles salarios más bajos"13.

De acuerdo con la Federación Santafecina del Trabajo, los


migrantes desplazaban a los trabajadores locales "desalojando al
obrero vecino de la localidad, que organizado por el sindicato ha
convenido de común acuerdo con los otros y ha establecido
condiciones favorables de trabajo"14.
¿Cuál era el origen de estos trabajadores migrantes? La migración
que fluye durante la década del '30 está marcada por el desempleo
cíclico y estructural en todo el sector agrario. De acuerdo con el
Departamento del Trabajo de Santa Fe, los migrantes de la provincia
eran originarios "especialmente de Santiago del Estero, Tucumán y
Córdoba, que se ofrecen por jornales insignificantes"15. La Federación
Santafecina del Trabajo enfatizaba que los trabajadores migrantes no
sólo eran de esas provincias, sino también "de las localidades más
empobrecidas de Santa Fe y de las provincias vecinas"16. Más aún, los
empleadores a veces respondían efectivamente a las organizaciones
laborales contratando trabajadores de ciudades vecinas dentro de la
misma región17. Las organizaciones sindicales rurales de Santa Fe a

13
La Prensa, 4 de marzo de 1938, p. 17.
14
La Prensa, 4 de marzo de 1938, p. 17.
15
La Prensa, 12 de abril de 1938, p. 18. En 1940 la prensa anunció nuevamente
grandes flujos de migración de las provincias de Santiago del Estero, Santa Fe,
Corrientes, Salta, Tucumán, Córdoba y La Rioja a la cosecha de algodón en el
Chaco y la del maíz en el norte de Santa Fe: "En algunos casos, dichos trabajadores
se trasladan con sus familias y efectos, registrándose en pequeños villorrios,
particularmente de Santiago del Estero, un verdadero éxodo con aquel destino" (La
Prensa, 25 de marzo de 1940, p. 21; ver también 28 de abril de 1941, p. 23).
16
La Prensa, 7 de febrero de 1938, p. 17.
17
Ver La Prensa del 24 de abril de 1935, p. 17. En la localidad de Casilda, por
ejemplo, el sindicato denunciaba que los empleadores estaban contratando

Este documento ha sido descargado de 9


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

menudo solicitaron el establecimiento de jurisdicciones laborales


formales, a fin de evitar conflictos cuando trabajadores de áreas
vecinas de la provincia llegaban buscando empleo18.
Indudablemente, el empleo de trabajadores migrantes era una
importante fuente de conflictos. Durante la cosecha de maíz de 1935,
la prensa comentaba que "miles de jornaleros de las provincias
limítrofes se han volcado materialmente en la provincia de Santa Fe
en busca de ocupación, pero los sindicatos organizados en toda la
campaña mantienen una severa vigilancia para impedir que esos
hombres trabajen si no se han afiliado previamente a esos
organismos obreros"19. Poco después, los comerciantes cerealeros de
Santa Fe protestaron porque "los trabajadores procedentes de otras
provincias han sido objeto de presión por los federados de cada
localidad obligándolos a abandonar el territorio de la provincía"20.
Al bajar los salarios, el empleo de trabajadores migrantes también
tendía a reducir el consumo local. Por esta razón, como se señalara
durante una huelga en la provincia de Buenos Aires, se pensaba que
el empleo de trabajadores migrantes iba en perjuicio "no solamente
de los obreros locales, sino del comercio y de toda la población"21.
Por lo tanto, los comerciantes locales tendieron a apoyar las
demandas de las organizaciones sindicales para excluir a los
trabajadores migrantes. En la cosecha de maíz de 1936, los
comerciantes de Díaz (Santa Fe) acordaron cerrar sus negocios en
solidaridad con los huelguistas, argumentando que "el personal
extraño que realiza las labores agrícolas no le representa ningún
beneficio y sí en cambio el de la localidad, que ha sido desplazado"22.

trabajadores de Cañada del Ucle o bien de Caseros (La Prensa, 15 de enero de


1940, p. 22).
18
Ver La Prensa, 20 de mayo de 1935, p. 18; y 24 de agosto de 1940, p. 15.
19
La Prensa, 27 de marzo de 1935, p. 15. Durante la cosecha de maíz de 1937, La
Prensa informaba que pese a la gran cosecha esperada para ese año, "las labores
de recolección se podrían cumplir regularmente porque concurrió mayor cantidad
de trabajadores procedentes de las provincial del Norte; pero la intervención de
elementos perturbadores impide a los peones y agricultores trabajar con libertad"
(La Prensa, 28 de marzo de 1937, p. 5).
20
La Prensa, 16 de mayo de 1935, p. 15.
21
La Prensa, 3 de febrero de 1939, p. 17.
22
La Prensa, 7 de junio de 1936, Sec. V, p. 1.

Este documento ha sido descargado de 10


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

En ocasiones, aún las autoridades policiales locales simpatizaban con


las demandas sindicales23.
Pese a que el empleo de migrantes tendía a minar el control
sindical sobre el trabajo, a fines de la década del '30 los trabajadores
locales regulaban en forma efectiva la competencia laboral. Durante
la cosecha de marzo de 1937, por ejemplo, el Departamento del
Trabajo de Córdoba estuvo de acuerdo en facilitar la transferencia de
trabajadores a áreas de alta demanda laboral, sosteniendo que se
"deberá tener en cuenta para el traslado de los obreros a las zonas
agrícolas, que no se trate de operarios del mismo ramo de los que en
el respectivo lugar se hallen en conflicto con sus patrones o
empleadores, o que el traslado de los mismos pueda ser causa de
promoción de conflictos"24.
En Santa Fe el Departamento del Trabajo anunció en 1938 que
protegería a los trabajadores locales de "la amenaza que representa
para ellos el arribo de grandes cantidades de braceros de otras
provincias"25. Para fines de la década del '30 dicho Departamento
respondía a los conflictos laborales en el agro permitiendo a los
sindicatos locales restringir el empleo sólo a los trabajadores
sindicalizados26. En 1941, los trabajadores no sindicalizados en Santa
Fe declararon que no podían encontrar trabajo debido al estricto
control ejercido por los sindicatos sobre e1 empleo27. Finalmente, en

23
Ver, por ejemplo, La Prensa del 26 de marzo de 1935, p. 13, que atribuye el
reciente éxito organizacional de los trabajadores rurales en Santa Fe a "la actitud
tolerante de las autoridades de la provincia y... la parcialidad de algunos comisarios
de campaña" (La Prensa, 26 de marzo de 1935). Unos pocos meses después, los
acopiadores de cereales en los departamentos de Caseros, General López y
Constitución (Santa Fe) criticaban 'la conducta evidentemente tolerante de las
autoridades, al permitir que los sindicatos obreros ejerzan una fiscalización armada
del tráfico de carga con cereales, para exigir peaje al pasar de un distrito a otro"
(La Prensa, 16 de mayo de 1935, p. 15). Yendo un poco más lejos, los
comerciantes de cereal argumentaban en junio de ese mismo año que los conflictos
laborales "son casi siempre facilitados por el accionar de la policía, como sucede en
el caso del departamento Constitución (Santa Fe)" (La Prensa, 9 de junio de 1936,
secc. III, p. 5).
24
La Prensa, 20 de marzo de 1937, p. 16.
25
La Prensa, 12 de abril de 1938, p. 18.
26
Ver La Prensa, 20 de junio de 1939, p. 18.
27
La Prensa, 26 de febrero de 1941, p. 17. Cerca de esa fecha, al informar sobre
una huelga entre trabajadores rurales en la provincia de Córdoba, indicaba que "el
sindicato no permite que se dé trabajo a obreros no afiliados" (La Prensa, 30 de
octubre de 1940, p. 21).

Este documento ha sido descargado de 11


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

1943, el Poder Ejecutivo de Santa Fe reconoció oficialmente qué la


provisión de trabajadores en áreas rurales iba a ser canalizada por los
sindicatos locales, y los trabajadores no sindicalizados deberían pagar
una tasa de $ 0,50 a las organizaciones laborales para poder obtener
empleo28. En resumen, la capacidad de los trabajadores locales para
frenar la competencia en el mercado de trabajo derivó de la
organización (o fortalecimiento) de los sindicatos, los cuales
impusieron mayores regulaciones al empleo, a menudo a través del
incremento de las presiones políticas sobre las agencias estatales.
Más alla de mejorar los controles estatales sobre la conflictualidad
laboral, los patrones se opusieron a las regulaciones que los forzaban
a utilizar personal del sindicato o restringía el empleo de migrantes.
Exponiendo estas preocupaciones, un editorial de La Prensa de 1938
sostenía que "la transmigración interna responde a exigencias, causas
y factores naturales de la economía del país, que por el momento y
por mucho tiempo aún deberán actuar libremente. Además de
antieconómico a impolítico, el pensamiento de los peticionante
contraría el principio constitucional que permite a todos los habitantes
de la nación circular libremente por su territorio, trabajar y ejercer
toda industria lícita. Basta esta consideración para rechazarlo de
plano"29. Más tarde, ese mismo año, un segundo editorial de La
Prensa argumentaba que "es natural que los trabajadores busquen
mejorar sus salarios en una medida razonable, pero no puede
admitirse que para lograrlo usen de la violencia y, menos aún, que
pretendan limitar el trabajo únicamente para los de la zona, pues
ellos mismos, al terminarse la recolección de la cosecha de trigo, se
dirigen a otras provincias y territorios para ocuparse en idénticas
tareas"30. Para fines de la década del '30, los empleadores de la
provincia de Santa Fe comprendieron que las restricciones al empleo
habían resultado en altos salarios, minando su capacidad para
competir efectivamente con los agricultores de la provincia de Buenos
Aires, donde las empresas tenían acceso a trabajadores no
sindicalizados31.

28
La Prensa, 3 de marzo de 1943, p. 10, y 7 de marzo de 1943, p. 11.
29
La Prensa, 6 de marzo de 1938, p. 8. Ver también La Prensa, 26 de marzo de
1937, p. 16.
30
La Prensa, 24 de noviembre de 1938, p. 13.
31
La Prensa, 17 de julio de 1939, p. 22.

Este documento ha sido descargado de 12


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Los conflictos entre trabajadores rurales locales y sus empleadores


sobre la cuestión del trabajo migratorio ilustran sobre la gran
transformación que estaba afectando la fuerza de trabajo en la
Argentina durante este período. Los cambios en la organización del
mercado de trabajo y en el lugar de trabajo minaron el poder de
negociación que los trabajadores habían logrado previamente en sus
luchas por mejores condiciones de labor. En áreas productoras de
cereales tales como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, estos cambios
se manifestaron en una creciente competencia entre trabajadores
locales y migrantes. Pero hubo conflictos similares durante este
período en áreas urbanas y otros sectores de la fuerza laboral. En el
sector textil, por ejemplo, la introducción de innovaciones
tecnológicas en el lugar de trabajo fue acompañada por un creciente
desempleo de obreros no calificados y el desplazamiento de
trabajadores calificados. Entre los obreros de la construcción -Como
señalara Durruty (1969) en su estudio pionero- los cambios en la
organización de la producción debilitaron las organizaciones de oficios
que habían prevalecido con anterioridad a la década del '3032.
Estos cambios ponen de manifiesto la diversidad de experiencias
entre los diferentes sectores de la fuerza de trabajo (masculina y
femenina, calificada y no calificada, local y migrante), pero también
nos suministran pistas sobre la naturaleza de las nuevas formas de
acción y organización adoptadas por los trabajadores en este periodo.
Precisamente, la cuestión crucial de las tendencias de la
conflictualidad laboral en el campo merece una más profunda
investigación histórica para elucidar con mayores detalles la
naturaleza de las conexiones organizativas formales a informales
entre los trabajadores agrarios.

3. Las modalidades de las luchas obreras

a) Sobre el poder de negociación laboral

Los trabajadores del agro argentino compartían varías


características comunes con otros sectores de la fuerza laboral. No
sólo paralizaban la producción como un medio de presión por sus

32
Celia Durruty fue la primera en focalizar los cambios en marcha en la
organización laboral durante la década del '30. Su muerte temprana representó una
importante pérdida para el desarrollo de los estudios laborales en la Argentina.

Este documento ha sido descargado de 13


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

demandas, sino que ello iba acompañado de una tendencia más


amplia hacia la actividad huelguística. En la consecución de sus
objetivos, los trabajadores rurales organizaron grandes sindicatos
que, para mejorar su poder de negociación política, desarrollaron
alianzas sociales más amplias. Finalmente, los comunistas jugaron un
importante papel en estas nuevas organizaciones, lo que provocó una
fuerte respuesta estatal orientada a restringir los conflictos laborales.
Los trabajadores rurales poseían un considerable poder de
negociación durante las cosechas, dado que podían interrumpir el
flujo de bienes perecederos en el proceso de producción. Ya en 1935,
la prensa informaba:

"Los obreros no presentan en cada localidad un pliego de


condiciones único que contemple las actividades de los diversos
gremios que intervienen en la recolección y embarque de la
cosecha, sino que lo hacen fragmentariamente, por gremios, con lo
cual la situación de fuerza se prolonga por espacio de muchos
meses.
En efecto, resuelto por ejemplo el pedido de aumento de
jornales formulados por los braceros, comienza la recolección del
cereal, pero cuando tienen que comenzar su trabajo las máquinas,
se suscita otro conflicto con el personal de las mismas.
Resuelto este desacuerdo, se ejecuta la trilla del desgrano, y
listo el cereal para ser transportado, surgen otras dificultades con
los estibadores y luego con los camioneros y carreros. En esta
forma, el Sindicato de Oficios Varios, que funciona en cada pueblo
importante y que dirige la actividad gremial, consigue sostener en
permanente agitación al proletariado de la campaña en perjuicio de
la riqueza nacional"33.

Un bien desarrollado sistema de transporte y comunicación


también aumentaba la posibilidad de que los trabajadores agrícolas
de diferentes localidades coordinasen sus acciones34.
Sin embargo, la habilidad para paralizar la producción a través de
huelgas cortas y repentinas o del trabajo a reglamento fue
básicamente un rasgo de los trabajadores ferroviarios. Ellos
explicaron el 90 % de las acciones de huelga de una hora o menos

33
La Prensa, 26 de marzo de 1935, p. 13.
34
La Prensa, 13 de marzo de 1935, p. 18.

Este documento ha sido descargado de 14


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

durante el período 1930-43. Durante este período hubo 110 conflictos


laborales registrados por La Prensa en los ferrocarriles: el 49 %
correspondía a huelgas cortas de una hora o menos y el 20 % a
trabajo a reglamento y huelga de brazos caídos. Sólo el 28 % del
total podían considerarse huelgas regulares, de más de cinco horas
de duración. El trabajo a reglamento y los paros breves
-generalmente de 15 o 30 minutos- eran las medidas más utilizadas
por el personal de tráfico, cuyos contactos con el público hacía de
este tipo de acción algo particularmente disruptivo. Atacando el uso
de estos métodos por parte de los trabajadores, un artículo en La
Prensa daba cuenta de la naturaleza de estas medidas de fuerza: "Un
trabajo hecho a reglamento debería ser normal. Pero el reglamento
de ferrocarriles, de 1894, no resulta adecuado después de los
incesantes perfeccionamientos logrados por los servicios en más de
cuarenta años; y si bien es cierto que se le han introducido muchas
reformas, constituye una rémora. Y una rémora en un servicio público
que debe ser rápido y cuyo funcionamiento es delicado, importa la
anulación del servicio. De donde resulta que el reglamento ferroviario
es un arma para los obreros que desean perturbar o paralizar el
tráfico sin incurrir en responsabilidades legales"35. Por otro lado, el
personal de los talleres y depósitos con gran frecuencia se declaraba
en huelga de brazos caídos36.
La capacidad para generar estas formas de interrupción de la
producción mostraba la ventaja relativa que los trabajadores
ferroviarios tenían sobre otros sectores de la fuerza de trabajo. La
naturaleza de la red ferroviaria, junto con los códigos de trabajo
formalizados a fin de asegurar el flujo del tráfico, brindaba a los
trabajadores un considerable poder de negociación en el propio lugar
de trabajo, del que carecían otros sectores de la fuerza laboral. Aún
entre los trabajadores rurales, el fuerte poder de negociación
resultante de su capacidad para dificultar la producción estaba
limitado por la estacionalidad de las cosechas (como también había
sido el caso de los trabajadores portuarios a comienzo de siglo). Asi,
careciendo de ese poder de negociación radicado en el lugar de
35
La Prensa, 26 de noviembre de 1928, p. 6.
36
Así, durante las huelgas de junio de 1936 en el ferrocarril del Pacífico, "...por la
tarde, cuando faltaban unas dos horas para dar término a las tareas en los talleres,
los obreros resolvieron realizar un paro, a cuyos efectos hízose sonar el pito de los
referidos talleres y el personal cesó en sus labores permaneciendo no obstante en
sus puestos" (La Prensa, 17 de junio de 1936, p. 18).

Este documento ha sido descargado de 15


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

trabajo y enfrentado a la creciente competencia de otros


trabajadores, la mayoría de los sectores de la fuerza de trabajo
respondieron adoptando formas innovadoras de acción y organización
que procuraban aumentar su poder de negociación política.
El desarrollo de nuevas modalidades de conflictualidad laboral y
mediación estatal se hizo evidente en la segunda mitad de la década
del '30. El acontecimiento crucial que marcó este cambio fue la
huelga de los obreros de la construcción a fines de 1935. En octubre,
los trabajadores formaron el Sindicato de Obreros y Albañiles, del
Cemento Armado y Anexos, bajo liderazgo comunista, y llamaron a
una huelga que contó con el apoyo de los sindicatos de oficio de los
pintores, talladores de piedras, yesistas y electricistas. La huelga
duró 95 días y fue altamente efectiva, alcanzando un 95 % de apoyo
entre los trabajadores37. En diciembre, un "Frente Obrero",
compuesto por 24 organizaciones sindicales, convocó a un paro
general en solidaridad con los 60.000 obreros de la construcción en
huelga38. Durante la huelga general, en la primera semana de 1936,
hubo violentos choques entre los trabajadores y la policía. AI menos
media docena de personas murieron, con decenas de heridos y/o
arrestados: en la parte norte de la ciudad, particularmente en los
barrios de Floresta Norte, Villa Devoto y Villa Urquiza. La prensa
informaba que los huelguistas tenían el virtual control de las calles39.
El evento fue de gran significación; así lo señalaba La Prensa
refiriéndose a "los acontecimientos de ayer, cuyas proporciones
permite asignarle tanta magnitud como la alcanzada por los sucesos
ocurridos en esta capital en enero de 1919"40. Después de la huelga,
las autoridades estatales atribuyeron nuevas funciones al
Departamento del Trabajo, buscando que asumiera un papel más

37
Tamarin (1985, p. 128). La huelga giraba en torno del reconocimiento del
sindicato, incrementos salariales, reducción de horas, eliminación del trabajo a
destajo, mejoramiento de las condiciones de trabajo y seguridad en el lugar de
trabajo (Boletín Informativo, vol. XVIII, Nº 192-3-4, 1936, p. 4460-3).
38
La Prensa, 14 de diciembre de 1935, p. 18.
39
Ver La Prensa, 8 de enero de 1936, p. 10. Según la policía, "los obreros
auténticos se mantuvieron ausentes en los actos de violencia, cuya ejecución
estuvo a cargo de elementos extremistas, extranjeros en su mayoría, que
evidentemente realizaron, con buen resultado para ellos, lo que denominan
gimnasia revolucionaria". (La Prensa, 8 de enero de 1936, p. 10).
40
La Prensa, 8 de enero de 1936, p. 10.

Este documento ha sido descargado de 16


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

activo en la creación de canales institucionales de mediación entre los


trabajadores y los empleadores.

b) La difusión de los sindicatos de tipo industrial

Las huelgas de 1935 y 1936 en la construcción y en el sector


manufacturero fueron canalizadas a través de sindicatos industriales,
es decir, por sindicatos de sector o rama de actividad, los cuales
crecieron rápidamente en los años siguientes. Como señalara Durruty
(1969), estos sindicatos de tipo industrial ganaron fuerza a expensas
del debilitamiento de pequeñas asociaciones de oficios que habían
sido organizadas a comienzos del siglo. Los sindicatos industriales se
caracterizaron por el crecimiento de sus burocracias internas, y
también descansaron más fuertemente en la negociación política para
resolver conflictos entre los trabajadores y los empleadores. Quizás el
más importante de estos sindicatos fue la Federación Obrera Nacional
de la Construcción (FONC), creada en 1935. Para junio de 1936, "con
más de 58.000 afiliados (de los cuales unos 40.000 cotizaban
regularmente), ésta se convirtió en la segunda organización del país,
sólo superada en número de adherentes por la Unión Ferroviaria"41.
El número total de miembros del sindicato entre los trabajadores de
la construcción creció de 32.688, en 1936, a 74.283, en 1941,
contabilizando el 58 % del crecimiento total de la afiliación sindical en
la Argentina entre 1936 y 194142. La militancia dentro de este
sindicato probó ser beneficiosa para los trabajadores que
representaba, pues sus salarios subieron más rápidamente que el
promedio nacional43. Desde fines de los '30 hasta principios de los
'40, la FONC logró desarrollar una organización realmente nacional44.
Estas grandes organizaciones no sólo prevalecieron en la
construcción y en la industria, sino también entre los trabajadores
rurales. En agosto de 1937, los delegados sindicales del norte y sur
de la provincia de Santa Fe se reunieron para crear la Federación

41
Del Campo (1983, p. 96).
42
Durruty (1969, p. 114).
43
Así, los salarios nominales en la construcción se trasladaron de la media nacional
a principios de la década del '30 a estar por encima de ella después de 1936.
Argentina, Departamento Nacional del Trabajo: Estadística de las huelgas, Buenos
Aires, 1940, p. 50.
44
Sobre el nuevo papel del sindicato en llevar adelante huelgas y mediaciones, ver
Boletín Informativo, Epoca VII, N` 220-21-22, 1939, p. 5334-40.

Este documento ha sido descargado de 17


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Santafecina del Trabajo, la cual adoptó una amplia plataforma que


incluía demandas de salario mínimo, 40 horas de trabajo semanal,
construcción de viviendas económicas por el gobierno, legislación
protectora, pensión y seguridad social, legislación laboral y educación
vocaciona145. En febrero de 1938, la Federación organizó un
Congreso de Trabajadores Rurales, cuyos reclamos finales incluían
demandas de medidas estatales para evitar la declinación de la
producción agrícola; una reforma de las leyes de arrendamiento para
extender a éste a 10 años; la creación de comisiones permanentes de
arbitraje (formadas por representantes del Estado, de los propietarios
de tierras y de los arrendatarios) para fijar y regular los términos de
la agricultura arrendataria de acuerdo con los costos de producción,
los costos laborales y los precios agrícolas; la creación de programas
estatales para brindar educación y nutrición a los niños de los
trabajadores rurales; semana de trabajo de 40 horas; vacaciones;
beneficios de salud y seguros; pago de las horas extra de trabajo;
derecho de huelga y una ley de otorgamiento de tierras46.
Posteriormente, en 1938, la Federación agregó demandas tales como
la eliminación de la Ley de Residencia, un incremento en la cantidad
de inspectores contratados por el Departamento del Trabajo y,
asimismo, expresó su apoyo a la causa republicana en España y su
oposición al racismo en Alemania47. En 1940, la Federación reiteraba
su petición de agencias estatales que promovieran la agricultura
familiar y las cooperativas, evitando las unidades de producción
agrícola en gran escala48. Una estimación precisa del tamaño, la
influencia y la importancia relativa de la Federación Santafecina se
tendrá cuando se realice una investigación histórica en profundidad.
La Federación no apareció computada en el censo sindical realizado
por el Departamento Nacional del Trabajo en 1937, pero para 1941
45
La Prensa, 20 de agosto de 1937, p. 20, y 27 de setiembre de 1937, p. 17. La
Federación Santafecina del Trabajo estaba formalmente afiliada a la CGT; sin
embargo, no está claro si esta afiliación se hizo efectiva en setiembre de 1937 o en
abril de 1938 (ver La Prensa, 25 de abril de 1938, p. 18).
46
La Prensa, 7 de febrero de 1938, p. 17.
47
La Prensa, 21 de noviembre de 1938, p. 19.
48
La Prensa, 28 de enero de 1940, p. 17. Reunidos en Rosario, en 1940, los
trabajadores rurales también demandaron un delegado sindical en cada cuadrilla,
"cuya obligación será la de velar por el desempeño eficiente del personal, hacer y
recibir toda clase de reclamaciones relacionadas con el trabajo, prohibir el juego de
azar y el expendio de bebidas alcohólicas, con excepción de medio litro de vino por
cada comida" (La Prensa, 29 de enero de 1940, p. 24).

Este documento ha sido descargado de 18


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

había sido registrada con 4.000 miembros, constituyendo el


decimosegundo sindicato en tamaño de la Confederación General del
Trabajo en ese momento49.

c) El desarrollo de alianzas políticas

Así como en las áreas urbanas, estos sindicatos de tipo industrial


en las áreas rurales trataron de desarrollar alianzas políticas más
amplias con otros sectores sociales en tomo de temas tales como
beneficios para la comunidad, subsidio estatal a los precios y mejora
de servicios50. En la actividad agrícola, mientras que las organizacio-
nes sindicales presionaban exitosamente por mayores salarios, los
arrendatarios, a través de la Federación Agraria Argentina,
reclamaban por su parte a las autoridades estatales el
establecimiento de precios agrícolas más altos51. Las organizaciones
sindicales jugaron un rol activo en apoyar estas demandas, y a
menudo contribuyeron a la creación de Juntas de Defensa de la
Producción organizadas para reclamar apoyo estatal por mejores
precios52. Durante las cosechas de 1935 y 1936 hubo numerosas
reuniones y manifestaciones organizadas por las Juntas que
obtuvieron el apoyo masivo no sólo de los trabajadores rurales, sino
también de los comerciantes, los arrendatarios y pequeños
propietarios rurales. En una demostración organizada por productores
agrícolas en Rosario después de la cosecha del maíz de 1935, por
ejemplo, los manifestantes expresaban: "Es indispensable que en
todos los pueblos de las zonas agrícolas se constituyan Juntas de
Defensa de la Producción compuestas de agricultores, arrendatarios y

49
Ministerio del Interior, Departamento Nacional del Trabajo, División de
Estadística, Serie B (Estadísticas y Censos), Número 9, Organización sindical;
asociaciones obreras y patronales (Buenos Aires, 1941), p. 12. Debo agradecer a
un árbitro anónimo por la referencia a los datos de 1941, y a Joel Horowitz por
proveerme datos históricos sobre este período.
50
Sobre estas nuevas demandas ver Matsushita (1983, cap. VII).
51
Durante la cosecha del maíz en 1935, por ejemplo, la Liga Agrícola Ganadera de
Buenos Aires pidió al Ministerio de Agricultura aumentar el precio mínimo del maíz
a $ 5/100 kilos. La organización justificó en parte la necesidad de precios más
elevados señalando que 'la juntada del maíz... fue en muchas zonas... de agitación
entre los obreros, lo que trajo aparejado... un alza que se calcula en un 15 por
ciento, y así correlativamente, los gastos de desgrane, acarreo y movimientos en la
estación" (La Prensa, 1° de junio de 1935, p. 12).
52
Ver, por ejemplo, La Prensa, 24 de junio de 1935, p. 9.

Este documento ha sido descargado de 19


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

propietarios, obreros, comerciantes a industriales, las que deberán


[apoyar la demanda de precios más altos para el maíz y] exhortar a
todas las fuerzas que representen intereses genuinamente argentinos
y libres de las trabas del capitalismo monopolista externo a interno,
para que concurran con su esfuerzo al triunfo de los legítimos
intereses de la masa agraria, de cuyo bienestar depende la vida de
toda la nación"53. '

Las Juntas incluían no sólo a los productores de granos, sino


también a los de algodón y yerba mate del nordeste54. En abril de
1938, por ejemplo, las Juntas organizaron huelgas y manifestaciones
de comerciantes, trabajadores y empleados de Misiones para
protestar contra los límites a la producción de yerba mate impuestos
por el Poder Ejecutivo y para reclamar que se restringieran las
importaciones55.
En algunas áreas las Juntas tuvieron un éxito considerable. En la
cosecha de 1936 el Estado finalmente incrementó el precio básico del
maíz a $ 5 por vagón en dársena56. A continuación del anuncio, el
ministro de Agricultura señaló "su firme propósito de abandonar (...la
política de precios mínimos) cuando los factores que gravitan en la
economía mundial se lo permitan sin perjuicios posibles para la
riqueza nacional. El agricultor no debe confiar en ella como factor
permanente". En el mismo discurso, el ministro exhortó a los
productores agrícolas a valorar las nuevas medidas y evitar "los

53
La Prensa, 1º de julio de 1935, p. 8. Ver también, La Prensa, 11 de marzo de
1936, p. 15.
54
En Oberá, provincia de Misiones, hubo una confrontación entre la policía y 400
productores agrícolas que manifestaron para demandar por el precio de la yerba
mate. La policía informó que una persona murió y seis quedaron heridas, y que la
confrontación ha sido producto de “elementos comunistas de nacionalidad rusa,
polacos y ucranianos, en número aproximado de 400, con bandera y estandarte de
la Unión Obrera Campesina, atacaron al pueblo de Oberá, siendo repelida la
agresión por las autoridades y pueblo en masa" (La Prensa, 16 de marzo de 1939,
p. 17).
55
Ver La Prensa, 25 y 30 de abril de 1938.
56
Al hacer el anuncio del incremento del precio, la Junta Reguladora de Granos
anunció que su "...principal función ...es la de [ser] un mecanismo regulador, que
no solamente debe evitar la precipitación anormal de la venta de granos en los
mercados, sino también contribuir a formar el precio natural de su valor para el
productor argentino, teniendo en cuenta la demanda y los precios internacionales"
(La Prensa, 22 de marzo de 1936, p. 5).

Este documento ha sido descargado de 20


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

halagos de los agitadores profesionales que les ofrecen situaciones


excepcionales que ningún gobierno responsable sería capaz de
obtener en las actuales circunstancias"57.

Los esfuerzos de estos sindicatos por desarrollar alianzas políticas


más amplias se extendieron también a otros sectores del campo
laboral. Por ejemplo, hubo un más amplio activismo político entre los
obreros de la construcción, especialmente desde fines de 1939,
cuando se produjo un masivo incremento de los precios luego de la
declaración formal de la guerra en Europa. Las agencias estatales,
nacionales y locales intentaron controlar la escalada de precios, y una
ley nacional de represión de la especulación fue aprobada con ese
propósito. Esta crisis golpeó particularmente a la construcción: como
las importaciones de materiales declinaron, y los precios de estos
productos aumentaron, los empresarios se mostraron menos
inclinados a realizar grandes inversiones en proyectos de
construcción. En respuesta, el Sindicato Unico de Obreros de la
Construcción de Buenos Aires comenzó a accionar en la búsqueda de
apoyo público a la realización de obras a fin de superar la crisis, y
argumentaba que esto podía lograrse estimulando la fabricación
nacional de materiales de construcción58. A comienzos de la década
del '40 los sindicatos de los obreros de la construcción habían
ampliado sus demandas59. Hacia fines de 1942, la FONC hacía
llamados a la unidad nacional de todas la fuerzas populares y
democráticas para fortalecer la Constitución y la soberanía nacional y
contra el fascismo y el fraude60.

d) La capacidad organizativa comunista y la acción represiva

57
La Prensa, 22 de marzo de 1936, p. 5.
58
La Prensa, 28 de setiembre de 1939, p. 15. Manifestaciones similares fueron
realizadas en provincias del interior. Sobre estos temas ver también Matsushita
(1983, cap. VIII).
59
En 1941, por ejemplo, los sindicatos de la construcción llevaron adelante
acciones en oposición al Poder Ejecutivo en su intento de disolver el Concejo
Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, argumentando que "ahora se comienza
por el Concejo Deliberante, y tal vez mañana se intente hacer lo mismo con el
Congreso Nacional" (La Prensa, 11 de octubre de 1941, p. 11).
60
La Prensa, 12 de diciembre de 1942, p. 11.

Este documento ha sido descargado de 21


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

El desarrollo de estas más amplias alianzas políticas necesitaba de


un nuevo discurso político de parte de los sindicatos. Gracias a su
contribución en la formulación de este discurso, los militantes
comunistas lograron alcanzar y establecer rápidamente una posición
fuerte dentro de los nuevos sindicatos industriales: "A diferencia del
largo camino lentamente recorrido por los socialistas antes de llegar a
ocupar una posición prominente en el movimiento sindical, el ascenso
de los comunistas fue rápido y espectacular" (Del Campo 1983, pág.
94). Los comunistas desplazaron a los sindicalistas y a los
anarquistas y desafiaron la hegemonía prevaleciente de los socialistas
en él movimiento sindical.
Los comunistas fueron exitosos gracias a su habilidad para suscitar
y unificar las demandas de los trabajadores sindicalizados61. El peso
organizativo de los sindicatos comunistas pronto se hizo evidente en
todo el movimiento obrero organizado:

"Mientras el número de obreros de las organizaciones sindicales


creció alrededor del 18 entre 1936 y 1941, la cantidad de afiliados
a los sindicatos industriales casi se duplicó. Las organizaciones
lideradas por comunistas contabilizaron casi todo este aumento. El
crecimiento de los cuatro sindicatos de liderazgo comunista más
importantes contribuía aproximadamente con el 93 % de la
expansión total de la afiliación entre 1936 y 1941" (Tamarin 1985,
pág. 152).

La rápida expansión de los sindicatos industriales perturbó a los


círculos políticos conservadores; fueron acusados de las huelgas y
demostraciones violentas los activistas comunistas y hubo repetidos
esfuerzos por prohibir su acción política62. El informe policial anual de
61
Sin embargo, la influencia "comunista" en el movimiento sindical, y en particular
en los sindicatos liderados por éstos, no era necesariamente una demostración de
la afinidad ideológica de los trabajadores con el Partido Comunista ni con su línea
política. En la medida en que los lideres sindicales comunistas obtenían beneficios
concretos para los trabajadores industriales, las cuestiones ideológicas permanecían
en un plano secundario (Tamarin, 1985, p. 152).
62
En defensa de estas propuestas de reprimir al Partido Comunista y de combatir
su influencia en los sindicatos, el senador Sánchez Sorondo argumentaba en el
Congreso, el 24 de noviembre de 1936, que: "...Yo afirmo con fe profunda en la
salud moral congénita de nuestro pueblo, que estos reformadores de la bomba, de
la pistola y del puñal, no tienen origen ni arraigo argentinos. Son la resaca de la
especie, que las olas extranjeras arrojan a nuestras playas y que nosotros

Este documento ha sido descargado de 22


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

1935 trataba en detalle la difusión de la influencia comunista en los


sindicatos, los partidos políticos más importantes y las organizaciones
estudiantiles, y advertía que debían implementarse medidas legales
inmediatas a fin de organizar su represión63. Las autoridades
estatales introdujeron regulaciones dirigidas contra los sindicatos que
se estimaba estaban más influidos por la militancia comunista.
Diferentes leyes que prohibían las actividades comunistas y
coordinaban su represión fueron aprobadas durante 1936 en Buenos
Aires, Santa Fe, Corrientes, Córdoba, Mendoza, San Juan, Salta,
Tucumán y Catamarca, y una ley nacional de represión del
comunismo fue finalmente aprobada el 31 de diciembre de 193664.
Estas leyes fueron repetidamente utilizadas a fines de la década del
'30, y particularmente a comienzos de la del '40, para deportar a
militantes sindicales, restringir el derecho de los trabajadores a
reunirse y arrestar a huelguistas y líderes sindicales en el transcurso
de los conflictos laborales.
Reflexionando sobre el paquete inicial de medidas represivas
contra las actividades comunistas aplicadas por su administración en

recogemos inconscientemente, sin advertir que contaminan nuestra vida. Pero el


país se enferma y comprueba que los gérmenes de la enfermedad son traídos
precisamente por esos recogidos, indeseables, y también que buena parte de sus
perturbaciones económicas se deben a intrigas sectarias; y aparece, entonces,
como un imperativo del Estado, la necesidad de dictar reglas urgentes, severas,
drásticas, que extirpen la causa del mal y circunscriban entretanto sus efectos"
(Sánchez Sorondo, 1938, p. 22).
63
La Prensa, 8 de marzo de 1936, p. 12. El informe anual de 1937 de la policía
repela que seguía necesitándose la intervención policial en los conflictos laborales
debido a que "La Confederación General del Trabajo... se halla gobernada por
militantes socialistas que han recibido el aporte de importantes fuerzas comunistas,
siguiendo de este modo las nuevas directivas del Séptimo Congreso de la
internacional Comunista, tendiendo a penetrar en el terreno político hacia el campo
de la democracia y en el área sindical hacia la Federación Sindical Internacional,
según ha podido observarse en los gremios ferroviarios, de la construcción y, en
menor escala, en los textiles. Esta táctica aspira a las posiciones preponderantes en
la Confederación General del Trabajo asegurando la futura organización de centros
sindicales bajo el control comunista". El informe policial concluía: "...la propaganda
de esta idea solvente en las principales instituciones democráticas que rigen este
país, sigue siendo promovida por los principales centros de Moscú; es por ello que
continúa siendo conveniente legislar a fin de defender a la sociedad de una seria
amenaza ..." (La Prensa, 15 de febrero de 1938, p. 14).
64
La Prensa, 4 de noviembre de 1936, p. 22; 11 de noviembre de 1936, p. 13; 19
de noviembre de 1936, p. 18; 13 de diciembre de 1936, p. 15; 25 de diciembre de
1936, p. 12; 1 de enero de 1937, p. 7; y 14 de agosto de 1941, p. 12.

Este documento ha sido descargado de 23


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

la provincia de Buenos Aires, el gobernador Fresco señalaba, en


febrero de 1937, que "el ejemplo dado en este punto ha sido luego
seguido por otros gobiernos provinciales, asumiendo los caracteres de
una verdadera campaña nacional [culminando en una nueva ley
aprobada por el Congreso Nacional]. Las doctrinas disolventes,
subversivas y antinacionales han recibido así un rudo golpe, lo mismo
que los partidos políticos que los secundan ostensiblemente o con
culpable y vergonzante complacencia". El mensaje del gobernador
Fresco culminaba con la observación de que "la represión del
comunismo se ha generalizado en todo el país y justificado en el
mundo"65. Este tipo de discurso político no estaba limitado a las
autoridades estatales y a los empleadores: los líderes de la Unión
Sindicalista Argentina, por ejemplo, señalaban en 1937 que esa
organización había sido formada a fin de "agrupar en su seno a
auténticos trabajadores; organizar el trabajo y la producción
argentina en sindicatos de pura esencia nacionalista; combatir las
ideas extremistas que traten de disolver nuestra nacionalidad,
especialmente al comunismo y socialismo, como también toda
ideología política y diversas otras tendencias, a fin de infundir en los
hombres agrupados en sus filas el amor a la patria y el respeto a
nuestra tradición y a nuestros símbolos"66.
Pero las autoridades estatales también sostuvieron que la
represión y el uso de la policía para mediar en los conflictos laborales
eran mecanismos insuficientes para asegurar una mayor colaboración
y armonía social. Como indicaba el director del Departamento del
Trabajo de la provincia de Buenos Aires, "a través de todos los
esfuerzos realizados para construir la organización sindical y en su
lucha por mejoras, la policía se ha presentado siempre como una
institución represiva, poco capacitada para lograr soluciones
satisfactorias". De acuerdo con esto, la policía no debería ser utilizada
en conflictos laborales, "con objeto de evitar que el peso coercitivo de
una empresa del estado pueda gravitar en favor o en contra de
cualquiera de las partes en conflicto"67. En cambio, tanto las
autoridades nacionales como las provinciales argumentaban que
debían hacerse mayores esfuerzos a fin de mejorar la capacidad del
Departamento del Trabajo de intervenir en estos conflictos.

65
La Prensa, 18 de febrero de 1937, p. 19.
66
La Prensa, 28 de setiembre de 1937, p. 21.
67
La Prensa, 24 de junio de 1935, p. 22.

Este documento ha sido descargado de 24


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

4. La regulación estatal

a) El papel creciente de los departamentos del trabajo

Desde la perspectiva de la regulación estatal, el período de


mediados de la década del '30 representa una importante transición.
Con anterioridad a 1935, el Departamento Nacional del Trabajo (DNT)
tenía muy poca ingerencia en conflictos laborales68.

En marzo de 1935, cuando los empleadores le solicitaron que


mediara ante los obreros de la construcción, el director del DNT
respondió que su organismo no tenía facultad legal para intervenir en
tales conflictos, y que aunque la mediación fuera solicitada por ambas
partes, sólo podía actuar facilitando reuniones entre trabajadores y
empleadores. Y en noviembre de 1935, en medio de una importante
huelga de los obreros de la construcción, el director del

68
Hubo un breve lapso de excepción en los meses iniciales que siguieron al golpe
de 1930, cuando el nuevo régimen especuló con la idea de promover la
incorporación corporativa del trabajo organizado. Este esfuerzo fue rápidamente
abandonado y reemplazado con medidas más represivas contra los sindicatos
existentes.

Este documento ha sido descargado de 25


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Departamento del Trabajo de la provincia de Buenos Aires se lamentó


de que ni los obreros huelguistas ni los empleadores hubieran
requerido la mediación pública en el conflicto69.
Los cambios producidos en respuesta a los conflictos laborales se
destacan en el cuadro 3. Como sugiere este cuadro, la mediación
estatal no era inexistente a principios de la década del '30, pero
permaneció en niveles relativamente bajos a involucrando a una
multiplicidad de agencias estatales muy diferentes de los
departamentos del trabajo (como ser jefes de policía, ministros y
comisiones parlamentarias especiales). Entre 1935 y 1937, por otro
lado, hubo una rápida escalada en los casos de conflictos laborales
que fueron registrados por la prensa como mediados por los
departamentos de trabajo tanto nacional como provinciales. Luego, el
panorama permanece en el mismo nivel. A fines de los '30 y
comienzos de los '40 hubo también una gran cantidad de conflictos
entre el trabajo y el capital que fueron efectivamente mediados y
resueltos por el DNT antes de que entorpecieran la producción a
través de una huelga o cualquier otro tipo de medida70.
Pese a que falta todavía realizar una investigación sustancial
acerca de las modalidades de mediación estatal durante la década del
'30, así como sobre la relación entre el DNT y sus contrapartidas
provinciales, Gaudio y Pilone (1983 y 1984) han examinado con algún
grado de detalle las tendencias en la mediación estatal y la
intervención antes de la emergencia del peronismo. Como han
indicado estos autores, la mediación estatal y la intervención ocurrían
en un amplio espectro de categorías ocupacionales, tales como los
obreros ferroviarios, textiles, de la construcción, confeccionistas,
empleados de comercio y muchos otros71. En múltiples casos, la

69
La Prensa, 27 de marzo de 1935, p. 13, y 17 de noviembre de 1935, p. 22.
70
Entre enero y agosto de 1942, por ejemplo, el Departamento del Trabajo de la
provincia de Buenos Aires informaba que de 99 conflictos, 70 habían sido resueltos
a través de su mediación sin ninguna perturbación del trabajo. (La Prensa, 15 de
noviembre de 1942, p. 71).
71
En el caso de los obreros ferroviarios, las negociaciones con las autoridades
estatales eras de particular importancia, debido a que la nacionalización de los
ferrocarriles comenzó a aparecer como una vía potencial de incrementos salariales.
Los obreros del ferrocarril Central Córdoba, por ejemplo, en una reunión con el
presidente Justo, fueron informados de que los descuentos salariales cesarían de
inmediato si el Estado adquiría los ferrocarriles (La Prensa, 13 de junio de 7937, p.
13). A diferencia de lo que sucedía con otros trabajadores, en todo caso, la
mediación pública de los conflictos capital-trabajo en los ferrocarriles fue a menudo

Este documento ha sido descargado de 26


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

mediación estatal lograba frenar las represalias de los empleadores


contra los trabajadores en huelga; también intervenía para
incrementar salarios, crear comisiones de ambas partes para regular
y mejorar las condiciones de labor, pautar la intensidad del trabajo,
asegurar el cumplimiento de acuerdos previos o introducir salarios
familiares. Finalmente, en muchas empresas industriales fueron
establecidas comisiones con participación de los empleadores, el DNT
y los representantes sindicales para regular salarios, horarios y
condiciones de trabajo.
Luego de la huelga de fines de 1935 y principios de 1936, tal como
ocurrió con otros sindicatos industriales, los obreros de la
construcción procuraron activamente la mediación estatal para
resolver sus conflictos con la patronal72. También el sindicato se unió
a los esfuerzos del Estado por instituir comités de arbitraje mixtos
permanentes que comprendieran a trabajadores, empleadores y
autoridades estatales. Tamarin explica de esta manera la actitud
política prevaleciente en la FONC a fines del '30 y principios de los
'40:

"La... respuesta a la intervención policial era apelar


directamente a los departamentos de trabajo nacional y
provinciales para que arbitraran sus disputas. La FONC y el
Sindicato Unico, asi como la Unión Ferroviaria, buscaron la
benevolencia y el arbitraje para las disputas laborales, siempre que
fuera posible, con la esperanza de evitar la intervención policial.
Todas las huelgas importantes de la construcción (1.000 o más
huelguistas) entre 1937 y 1940 fueron solucionadas a través de la
mediación del Departamento Nacional del Trabajo, generalmente a
pedido del sindicato" (Tamarin, 1985, p. 148).

A través de estos esfuerzo la FONC logró una amplia gama de


acuerdos no sólo sobre salarios, horarios y condiciones de trabajo,

llevada adelante por el Departamento del Trabajo, aunque la agencia careciera de


jurisdicción en esta área de la actividad económica. En las 110 instancias de
conflictos laborales en los ferrocarriles registrados por La Prensa entre 1935 y
1943, por ejemplo, todas las instancias de mediación (25,5 % de todos los
informes) involucraban a altas autoridades del Poder Ejecutivo, predominantemente
del Ministerio de Obras Públicas, pero también del Senado y del mismo presidente
de la República.
72
Boletín Informativo, vol. XVIII, Nº 192-3-4, 1936, p. 4460-86.

Este documento ha sido descargado de 27


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

sino también sobre cuestiones tales como "el por ciento de obreros
locales que deberá trabajar en cada obra"73.
De modo similar, la intervención estatal en las relaciones
capital-trabajo en las áreas rurales sufrió dos cambios significativos.
En primer lugar, tras la ola de huelgas de 1935 y 1936, la
intervención estatal directa fue mucho más intensa a través de los
departamentos de trabajo nacional y provinciales. Esta es un área
que aguarda investigaciones específicas, pues muy poco se ha escrito
sobre las trayectorias de las diferencias existentes entre los
departamento del trabajo a nivel nacional y provincial. Ciertamente,
algunas provincias (como Santa Fe y Buenos Aires) tuvieron
departamentos de trabajo muy activos. Por ejemplo, la mayoría de
las huelgas mediadas por estos organismos a comienzos de la década
del '30 involucraban al Departamento del Trabajo de Santa Fe. Como
hipótesis preliminar, parecería que las agencias más« activas e
influyentes lo fueron en aquellas provincias caracterizadas por niveles
de conflicto laboral relativamente altos (ver cuadro 2).
Sin embargo, también en Santa Fe, y aún en 1935, la mediación
del Departamento del Trabajo en las zonas agrarias era generalmente
denunciada como ineficiente o inexistente. Más bien, la respuesta
frecuente de las autoridades a la protesta laboral se daba a través de
la acción policial en forma directa contra los sindicatos organizadores
y los huelguistas74. Sin embargo, luego de la ola de huelgas que
acompañaron a la cosecha de maíz de 1935, la respuesta de los
agricultores y acopiadores de cereal a los conflictos generalizados
consistió en reclamar una mayor intervención directa de la autoridad
estatal en la regulación de las relaciones capital-trabajo en el campo.
Basándose en que las demandas de los trabajadores no eran
razonables y en la existencia de diferencias anárquicas de costos de

73
La Prensa, 29 de abril de 1939, p. 15.
74
Durante la cosecha del maíz de 1935 en la provincia de Buenos Aires, por
ejemplo, el ministro de Gobierno convocó a la policía a que '...garantice, en forma
severa, pero justa, la libertad de trabajo del obrero del campo, alejando a los
elementos disolventes y enemigos del trabajo pacífico" (La Prensa, 12 de abril de
1935, p. 13). El jefe de Policía provincial responda convocando a sus subordinados
a controlar el conflicto laboral: "es digna... y necesaria la protección [al] obrero
contra toda acción disolvente y perturbadora de quienes, con apariencia de
propósitos lícitos, no son otra cosa que agitadores profesionales que atentan contra
[la] riqueza y contra el interés de la nación y conspiran, en definitiva, contra la
patria" (La Prensa, 13 de abril de 1935, p. 12).

Este documento ha sido descargado de 28


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

producción de una zona a otra, los comerciantes cerealeros


reclamaron al Ejecutivo nacional la sanción de "una ley destinada a
someter el trabajo rural a normas uniformes y de estricta equidad"75.
La mediación de los departamentos del trabajo, tanto nacional
como provinciales, en áreas agrícolas era ampliamente conocida
desde 1936: en diciembre de ese año fueron frecuentes las reuniones
entre representantes estatales, patronales y obreros para establecer
acuerdos y prevenir la recurrencia de huelgas durante las siguientes
cosechas76. También las autoridades provinciales comenzaron a
aplicar medidas para regular las condiciones de trabajo en el campo.
En noviembre de 1937, adoptando las recomendaciones del DNT, el
Poder Ejecutivo nacional estableció por decreto un salario mínimo
rural, por día y por mes, para los territorios nacionales, regulando
también las condiciones de trabajo, las formas de pago salariales, el
alojamiento y las horas de descanso, entre otras cuestiones. De ahí
en adelante, el DNT utilizó estas disposiciones como una guía para la
mediación de los conflictos entre empleadores y trabajadores
rurales77.
A fines de la década del '30, el gobierno bonaerense estableció
salarios, horas de labor y condiciones de trabajo para la mayoría de
trabajadores del agro (con exclusión de quienes participaban de las
cosechas). Los funcionarios provinciales justificaron estas nuevas
regulaciones argumentando que estos cambios eran imprescindibles
para una transformación estructural en las relaciones capital-trabajo:
"...es de justicia reconocer que el trato patriarcal de los viejos
estancieros ha sido para ellos humano y comprensivo, pero las
nuevas condiciones de explotación... distan hoy muy lejos de aquella
acción patriarcal que suponía, entre otras cosas, un contacto directo
entre el patrón y su gente"78.

b) Las organizaciones sociales y políticas ante la mediación estatal

75
La Prensa, 19 de junio de 1935, p. 20.
76
La Prensa, 14 de diciembre de 1936, p. 22.
77
La Prensa, 28 de noviembre de 1937, p. 15. Los representantes de los
empleadores rurales solicitaron la reducción del 15 % de los salarios recién
establecidos, pero los representantes del Departamento del Trabajo rechazaron
esta solicitud (La Prensa, 15 de diciembre de 1937, p. 12).
78
La Prensa, 22 de diciembre de 1939, p. 25.

Este documento ha sido descargado de 29


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

A escala nacional, la creciente regulación estatal de las relaciones


capital-trabajo se introdujo en parte como respuesta a las demandas
formuladas por las organizaciones sociales y políticas79. La Liga
Patriótica Argentina sostenía que el DNT debía poseer mayores
atribuciones para intervenir de modo efectivo en la mediación de los
conflictos, para evitar huelgas tales como las de 1935/3680 A fines de
1936, una "Comisión de Damas" se reunió con el presidente Agustín
P. Justo para solicitar que el gobierno construyera viviendas baratas
para los trabajadores, ejerciera mayor control sobre la remuneración
al trabajo doméstico mediante inspecciones a cargo del DNT,
estableciera un salario familiar con regulación compensatoria según la
carga de familia y fijara salarios mínimos de acuerdo con las regiones
y tipos de trabajo, "con prescindencia de la edad y el sexo para
evitar, entre otros males, que los obreros adultos sean reemplazados
por menores y mujeres a quienes se paga un salario inferior"81. En
1937, en una asamblea del Partido Demócrata Nacional en la que se
lanzaba la candidatura de la fórmula presidencial Odiz-Castillo, se
demandó la creación de un Ministerio de Trabajo, Asistencia y
Previsión Social, y nuevas leyes laborales que legislaran sobre
salarios, seguridad social, accionar de los sindicatos y canales de
mediación oficial82.
Con un propósito similar, monseñor Miguel De Andrea afirmó,
pocos años después, que "No somos revolucionarios... sino para
alzarnos contra todo lo que está incubando la revolución. Somos en
este caso colaboradores de una dependencia del Estado, a la cual
ojalá se la invistiera de mayor autonomía, eficiencia y autoridad: el
Departamento Nacional del Trabajo"83. Con este propósito y en
nombre de la Iglesia, De Andrea reclamaba una intervención estatal
más activa que asegurara pleno empleo y mejores salarios. Durante

79
Como se señalara en Korzeniewicz (1989 b), los esfuerzos iniciales realizados por
las agencias estatales para mediar en los conflictos capital-trabajo pueden ser
rastreados hacia atrás hasta los comienzos del siglo. Nuevamente, como indicó un
árbitro anónimo de este artículo, la naturaleza de las relaciones entre el
Departamento Nacional del Trabajo y las agendas provinciales es un tema que
merece mayor investigación histórica.
80
La Prensa, 10 de enero de 1936, p. 11.
81
La Prensa, 10 de noviembre de 1936, p. 12.
82
La Prensa, 26 de junio de 1937, p. 11.
83
La Prensa, 14 de mayo de 1939, sec. V, p. 1.

Este documento ha sido descargado de 30


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

un encuentro organizativo en mayo de 1937, monseñor De Andrea


señaló:

"Debo insistir en llamar la atención sobre un hecho que no se


quiere comprender. En las filas del pueblo, el campo mejor
dispuesto para los cultivos revolucionarios es el estómago más que
el cerebro. El vehículo popular del comunismo no es la ideología,
es el hambre!... Hoy la cruzada de la pacificación social está
identificada con el mejoramiento social"84.

También los empleadores mostraron su preocupación por una


mayor regulación estatal. A menudo declaraban que cuestiones tales
como horarios, feriados, trabajo a destajo, seguros y seguridad
laboral fueran regulados por políticas estatales y que incluso no
formaran parte de los acuerdos contractuales obrero-patronales,
aconsejando a los trabajadores dirigir sus preocupaciones a las
instituciones políticas85. En 1936, la Asociación Textil Argentina
solicitó al Congreso la aprobación de una ley que regulara el salario
mínimo, con escalas de remuneraciones establecidas por una
comisión tripartita compuesta por trabajadores, empleadores y
representantes del DNT86. De modo similar, la Unión Industrial
Argentina proponía que el salario mínimo fuera fijado en convenios
colectivos por industria y región, que se establecieran tribunales de
arbitraje para resolver los conflictos entre el capital y el trabajo, y
evitar huelgas y lock-outs. Asimismo, la UIA sostenía que tanto
empleadores como trabajadores debían estar formalmente
organizados "para que la defensa de los intereses de estas dos
fuerzas sea ejercida por entidades verdaderamente representativas
del título que invocan y responsables de sus determinaciones"87. Más
precisamente, los empleadores vejan la imposición explícita de las

84
La Prensa, 14 de mayo de 1937, p. 11. Monseñor De Andrea, más tarde, aplaudió
la decisión de algunos empleadores de aumentar los salarios, señalando sus
mayores expectativas: "Quiero la sustitución paulatina de las clases por el
establecimiento progresivo de las asociaciones profesionales" (La Prensa, 29 de
mayo de 1937, p. 8). Ver también La Prensa, 19 de noviembre de 1939, p. 12.
85
Ver Boletín Informativo, vol. XVIII, Nº 192-3-4, 1936, p. 4467.
86
La propuesta también sostenía que "el salario para la mujer no será en ningún
caso inferior a los dos tercios del que se fije para el hombre en cualesquiera de las
categorías" (La Prensa, 19 de setiembre de 1936, p. 12).
87
La Prensa, 22 de setiembre de 1936, p. 12.

Este documento ha sido descargado de 31


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

regulaciones laborales como esencial para minimizar las presiones


entre las partes88.

Por supuesto, no todos los empresarios estaban felices con el


resultado de la mediación estatal, y algunos consideraban la
mediación del DNT como perjudicial a sus intereses. En 1938, por
ejemplo, intermediarios cerealeros santafecinos fundaron el Centro de
Acopiadores de Cereales del Sur de Santa Fe, en un esfuerzo por
organizar "la defensa de los intereses de los comerciantes de la zona
sur de la provincia, amenazados... por la política que viene siguiendo
el Departamento del Trabajo de la provincia frente a los conflictos
obreros"89. En el mismo año, la Sociedad Rural de Santa Fe criticó la
legislación laboral introducida por el senado provincial al favorecer al
trabajo y no tener en cuenta

"la influencia que esos sindicatos organizados, con enormes


privilegios y facultades, tendrán en el destino político de la Nación,
o... la coacción que el trabajo perfectamente organizado en los
sindicatos ejercerá en perjuicio del capital desorganizado y
obligado a competir en el orden interno y externo, o en la suerte
del colono que verá, si los sindicatos lo quieren perder su cosecha
en el campo, o que trabajará sin estímulo, porque su renta será
absorbida por el trabajo, máxime que no se le permite trillar y
transportar la cosecha con elementos familiares y propios"90.
88
Persiguiendo el logro de un nuevo convenio laboral en la construcción, los
representantes de los empleadores requirieron del gobierno no dar ningún contrato
a compañías que no observaran el nuevo reglamento de horarios y salarios (Boletín
Informativo, vol. XVIII, Nº 192-3-4, 1936, p. 447). Solicitudes similares fueron
hechas por empresarios textiles y de las compañías de aceite vegetal, siguiendo sus
propios nuevos convenios laborales (Boletín Informativo, vol. XIX, Nº 204-5, 1937,
pp. 4852-7; y Boletín Informativo, vol. XIX, N Q 208-9, 1937, p. 4983). En enero
de 1939, reunidos con representantes del Departamento del Trabajo para firmar un
nuevo convenio con sus trabajadores, los empresarios textiles enfatizaron que un
convenio colectivo mediado por el Estado era necesario "racionalizar la industria
textil en todos sus aspectos, evitando una competencia que causa graves daños"
(La Prensa, 8 de enero de 1939, p. 16). Estas declaraciones corroboran a Gaudio y
Pilone, quienes en sus conclusiones destacan el apoyo empresario en pro de
condiciones de trabajo homogéneas, a fin de asegurar que su introducción no
afecte sus costos laborales relativos.
89
La Prensa, 19 de abril de 1938, p. 18.
90
La Prensa, 11 de agosto de 1938, p. 19. Más aún, de acuerdo con los
acopiadores cerealeros asociados en la Sociedad Rural de Cerealistas de Rosario, la

Este documento ha sido descargado de 32


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Finalmente, los propios trabajadores formularon demandas por una


mayor regulación del Estado91. El movimiento obrero organizado
persiguió activamente la mediación estatal, pues ello implicaba el
reconocimiento oficial de los sindicatos y sus liderazgos por parte del
DNT (así como por las propias patronales)92. Hacia mediados de los
'30, las organizaciones laborales trataban de mantener abiertos
canales oficiales con el gobierno y los discursos socialistas y
comunistas enfatizaban crecientemente que las prácticas sindicales
debían estar subordinadas a las estrategias formuladas por sus
respectivos liderazgos políticos93. Y a fines de la década del '30

necesidad de competir en el mercado Intencional los condujo a adoptar mejoras en


la maquinaria agrícola y en los medios de transporte que les permitían bajar los
costos de producción. Estas mejoras estaban conduciendo a aumentar el desempleo
rural, Llevando al Departamento del Trabajo a apoyar las demandas de los
trabajadores. A través de esta intervención, de acuerdo con los empleadores, el
Departamento del Trabajo estaba neutralizando el impacto de las innovaciones
sobre los costos, elevando artificialmente el nivel de salarios prevaleciente (La
Prensa, 29 de noviembre de 1937, p. 20).
91
Por supuesto, también hubo críticas a la regulación estatal. La Federación
Socialista Bonaerense criticó al Departamento del Trabajo de la provincia de Buenos
Aires por subordinar a los sindicatos a las políticas del gobierno provincial y por
favorecer "los intereses de la clase patronal y las grandes empresas" (La Prensa, 17
de abril de 1939, p. 23).
92
Numerosos sindicatos con fuerte influencia comunista, como el Sindicato de
Obreros Albañiles, Cemento Armado y Anexos, la Unión Obrera Textil y la
Federación Obrera del Vestido, abiertamente brindaron su apoyo a las acciones del
DNT dirigidas a reforzar las regulaciones de horarios, salarios y feriados; el DNT
eventualmente utilizó estas aseveraciones escritas de apoyo en el Congreso para
defender sus políticas y esfuerzos de mediación (Boletín Informativo, vol. XIX, Nº
208-9, 1937, p. 4994).
93
Una aseveración bastante difundida en los estudios laborales ha sido que la
estrategia comunista en el movimiento obrero organizado estaba caracterizada,
primordialmente, por el seguimiento de la política exterior de Moscú por parte del
liderazgo nacional en la Argentina (ver, por ejemplo, Marotta, 1970, p. 375, y
Matsushita, 1983, pp. 163-6 y 219-21). Este tema vinculado a la historia
institucional del Partido Comunista, es digno de mayor investigación pero sin duda
que esta subordinación era realmente significativa. Durruty (1969) fue la primera
que sugirió la existencia de una gran grieta entre la estrategia de los líderes del
Partido Comunista y las prácticas de sus organizadores sindicales, a incluso
Matsushita (1982, p. 232) reconoce esta posibilidad. En realidad, como ya he
señalado en este artículo, las similitudes entre las dos guerras mundiales en
moderar el conflicto laboral sugieren que otros procesos (tales como una menor
migración o el más lento crecimiento económico) pueden influir en la declinación
del conflicto en mayor medida que las estrategias del Partido Comunista.

Este documento ha sido descargado de 33


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

"la CGT, en conformidad con sus sindicatos líderes, reclamaba


por un mayor papel estatal en el mejoramiento de las relaciones
laborales, urgiendo al DNT a tomar una mayor iniciativa en arbitrar
las disputas entre el trabajo y el capital. La CGT frecuentemente
tomaba ejemplos del New Deal en los Estados Unidos o del
obrerismo de Cárdenas en México para respaldar sus
argumentaciones" (Tamarin, 1985, p. 146).

Desde la perspectiva de las organizaciones laborales, la mediación


estatal era vista también como un mecanismo efectivo para presionar
por sus demandas. Aceptando una oferta de mediación del
Departamento del Trabajo y suspendiendo la amenaza de huelga
general de los trabajadores rurales, la Federación Santafecina del
Trabajo señalaba "que sus métodos de lucha son conquistar la
sanción de leyes que regulen las relaciones entre el capital y el
trabajo en forma equitativa... La huelga es el último recurso a que
apelará como medio para conquistar mejoras indispensables para el
bienestar de los trabajadores"94.

c) Las autoridades estatales y la mediación

Las mismas autoridades estatales justificaban la regulación del


Estado como necesaria para controlar el conflicto laboral.
Demandando la creación de un Consejo del Trabajo, el gobernador
Fresco sostenía que

"se impone la creación de una instancia a cargo del Estado para


dirimir los conflictos entre el capital y el trabajo, para que el
primero no uso a su arbitrio los resortes de influencia y
prepotencia que están a su alcance y a fin de que el segundo
tampoco uso a su arbitrio la fuerza del número, la agitación y la
propaganda comunista"95.

94
La Prensa, 6 de junio de 1938, p. 24.
95
La Prensa, 2 de abril de 1937, p. 20. La propuesta fue prontamente aprobada
por el Senado de la provincia de Buenos Aires, y fue evaluada en términos positivos
por editoriales de La Prensa (ver 24 de abril de 1937 y 29 de abril de 1937).

Este documento ha sido descargado de 34


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Fresco expresó conceptos similares en una manifestación de


trabajadores rurales en apoyo de sus reformas a la administración
laboral:

"Procuramos buscar dentro de la legalidad y de la paz, los


procedimientos indispensables para evitar las huelgas. Huelgas que
hoy son un arma al servicio de las utopías de la izquierda, huelgas
que en el 99 por ciento de los casos pueden evitarse...Nuestra
política no es de lucha de clases, sino de concordancia de clases"96.

Las autoridades nacionales justificaban la mayor regulación estatal


en términos parecidos. En un discurso ante empresarios de la
industria y el comercio, el candidato presidencial Roberto M. Ortiz
señalaba: "Debe ser preocupación de los gobiernos... elevar el
'standard' de vida de los trabajadores, con lo que se inmunizará el
organismo social contra la peligrosa infiltración de ideas extremistas,
generalmente frutos de la angustia y el desamparo"97.
La participación en los nuevos acuerdos institucionales limitaba a
los sindicatos y a su militancia al someterlos en parte a las
regulaciones estatales y a los convenios colectivos. Por ejemplo, los
convenios firmados entre los trabajadores y empleadores en la
producción lanera textil incluían cláusulas por las cuales "las partes se
comprometen a no recurrir a huelgas o 'lock-out' sin haber antes
agotado instancia razonable con intervención [del Departamento
Nacional del Trabajo]"98. Asimismo, en la firma de un acuerdo con la
dirección del Ferrocarril del Pacífico se establecía "que la Unión
Ferroviaria se comprometa a cumplir el convenio, sin que permita,
bajo ninguna circunstancia, que sus secciones apelen a medios de
acción directa, comprometiéndose, además, cuando así ocurra, a
agotar los medios a su alcance para evitarlo"99. Este tipo de acuerdos

96
La Prensa, 19 de julio de 1937, p. 21. Finalmente, luego de que la limitación de
las horas de trabajo los sábados fue aprobada por la legislatura de la provincia de
Buenos Aires a principios de 1938, un funcionario del gobierno provincial señalaba
que la nueva medida 'constituía una etapa del proceso de pacificación obrera en la
provincia" (La Prensa, 14 de enero de 1938, p. 17).
97
La Prensa, 10 de agosto de 1937, p. 12.
98
La Prensa, 20 de febrero de 1937, p. 15.
99
La Prensa, 28 de marzo de 1935, p. 16. Después de una serie de huelgas breves,
el Ministerio de Obras Públicas advirtió a la Unión Ferroviaria y La Fraternidad que
podrían ser castigadas a menos que controlaran a los sindicatos locales a fin de

Este documento ha sido descargado de 35


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

tenía como contrapartida frecuentes conflictos entre la conducción


nacional de los sindicatos y sus secciónales, así como entre
organizaciones sindicales competidoras100.
En realidad, el supuesto sobre el que descansaban estos cambios
institucionales era que la mediación estatal podría funcionar en la
medida en que los términos del acuerdo implicaran beneficios para
los trabajadores pero mayor control sobre la conflictualidad laboral.
En 1937, por ejemplo, en respuesta a las demandas de mayor
intervención estatal en la regulación de los salarios de las obreras de
la industria de la confección, el director del DNT señalaba que así
como el sindicato debía necesariamente luchar por mayores
beneficios

"la intervención del Estado para aumentar los salarios sólo


puede ser eficaz cuando cuenta también con el apoyo de
organizaciones profesionales capaces de mantener ciertos
principios de disciplina, orden y concurrencia legal entre los
trabajadores... La mejor justificación de las leyes de salarios
mínimos está en el hecho de que suscitan el nacimiento o
desarrollo de las organizaciones obreras que han de respaldarlas
luego"101.

Esta declaración resulta significativa pues indica el grado en el cual


se esperaba de los sindicatos el desarrollo de mecanismos internos de
control disciplinario102. Pero es también significativa porque sugiere

evitar interrupciones en el servicio ferroviario (La Prensa, 8 de mayo de 1938, p.


9).
100
La alta tasa de conflicto laboral entre los trabajadores ferroviarios, de acuerdo
con los observadores de la prensa, era el producto de "la fuerte puja en que se
hallan las entidades que compiten en la tarea de acrecentar sus respectivos
contingentes, [que parece estimular una constante preocupación por demostrar la
mayor eficacia en el éxito de las gestiones en defensa del interés gremial" (La
Prensa, 19 de julio de 1939). En 1937, por ejemplo, la sección Central Córdoba de
la Unión Ferroviaria fue censurada por llevar adelante un paro contra las órdenes de
las decisiones del último congreso (La Prensa, 25 de junio de 1937, p. 21). Entre
1935 y 1943, La Prensa explícitamente destacó la no sanción oficial de cerca del 15
% de todos los casos de conflicto laboral en los ferrocarriles. Ninguno de estos
casos parece haber contado con la mediación pública.
101
La Prensa, 21 de mayo de 1937, p. 12.
102
Estos mecanismos de control interno no se desarrollaron sin desafíos. En los
ferrocarriles, a comienzos de la década del '20, pero con más claridad durante la

Este documento ha sido descargado de 36


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

que los funcionarios estatales del DNT advertían ya qué reformas


políticas podrían eventualmente brindar nuevos incentivos para el
desarrollo de las organizaciones sindicales103. Este argumento es el
que, precisamente, ganaría mayor fuerza luego del golpe de 1943.

d) Las demandas de protección industrial

Existe otra área en la que la demanda de regulación estatal se


manifestó claramente: tanto los trabajadores como los empresarios
buscaron mejorar su propia posición demandando medidas
proteccionistas. Esto fue particularmente evidente en el caso de la
producción textil. En 1937-38 los propietarios de industrias textiles
perdían mercados y responsabilizaban de ello a la competencia
desleal y a las prácticas proteccionistas seguidas por Japón, Italia y
Alemania -la ventaja particularmente desleal de Japón è Italia, según
los reclamantes, se debía a los bajos salarios que pagaban a sus
trabajadores-104. La Unión Obrera Textil se unió a esas demandas,
reuniéndose con ej ministro del Interior para quejarse del
estancamiento en el que se hallaba la industria y reclamar la
intervención estatal para prevenir prácticas proteccionistas y la

del '30, la conducción del sindicato ferroviario enfrentó tres desafíos simultáneos y
estrechamente relacionados. Primero, los trabajadores no calificados comenzaron a
cuestionar la hegemonía de los trabajadores calificados en el sindicato. Segundo, la
conducción establecida comenzó a enfrentar una creciente competencia de otras
tendencias políticas dentro del sindicato: el más importante de estos desafíos
provino de las tendencias comunistas, que eran particularmente exitosas en
organizar a los trabajadores no calificados insatisfechos (Tamarin, 1985, p. 154).
Finalmente, la conducción del sindicato ferroviario junto con los portuarios y
trabajadores y empleados públicos) enfrentó un desafío a su hegemonía por parte
de otros sindicatos en la Confederación General del Trabajo (CGT).
103
El último punto generó un significativo debate. Un editorial de La Prensa, por
ejemplo, criticaba fuertemente la idea de que el Departamento de Trabajo debiera
promover el desarrollo de organizaciones sindicales: "No le cuadra a la
repartición..., nos parece, incitar de ese modo a crear nuevos factores en la lucha
de clases. El Estado, por su parte, debiera tender a suprimirla hasta donde sea
viable por medio de la imposición de normas que aseguren la efectividad de una
justicia distributiva que haga innecesario apercibirse para la defensa por haber
quedado eliminadas las causas que impulsan a las reacciones colectivas" (La
Prensa, 22 de mayo de 1937, p. 8).
104
La Prensa, 18 de junio de 1938, p. 11.

Este documento ha sido descargado de 37


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

competencia desleal105. Asimismo, una delegación de la UIA, al visitar


al presidente para reclamar contra el dúmping y pedir la intervención
pública en favor de la industria, sostuvo que "el clamor no es tan sólo
de los industriales, sino de miles de obreros sin trabajo"106. Hasta La
Prensa reconocía que "...no podemos fundar nuestros planes
económicos para el porvenir en la ilusión de seguir siendo uno de los
graneros del mundo"107.
Poco después, el Ejecutivo envió un proyecto al Congreso
reforzando medidas restrictivas. La Unión Obrera Textil apoyó estos
proyectos declarando que "las medidas propiciadas contra la
introducción de mercaderías a precios menores al costo real de la
producción son necesarias para la independencia económica del país",
pero señalaba que éstas debían ser acompañadas por mayores
regulaciones de las relaciones capital - trabajo:

"De no establecerse concurrentemente con las medidas contra el


'dúmping' una reglamentación del trabajo, escalafón y salarios
remuneradores para los obreros..., los magnates de la industria la
llevarán al monopolio. Se dejará a los obreros librados a la misma
precaria situación en que se encuentran en la actualidad, si no otra
peor, en perjuicio del mismo desarrollo de la industria,
entregándose a los consumidores a la avaricia monopolista"108.
A fin de evitar este desenlace, de acuerdo con la UOT, era de
fundamental importancia que los trabajadores estuvieran
representados en toda comisión establecida para defender los
intereses públicos.
Lo significativo de la legislación proteccionista fue que ésta
constituyó el resultado de los esfuerzos mancomunados de

105
El Ministerio del Interior respondía posteriormente que 'lo principal, en este
momento, es dar trabajo a los obreros; [...] el 'dúmping' afecta a los trabajadores,
a los industriales y al Estado, y... éste no tolerará que se introduzcan mercaderías a
precios más bajos que el valor local de la producción, cualesquiera que sean las
causas" (La Prensa, 30 de junio de 1938, sec. IlI, p. 3).
106
La Prensa, 8 de julio de 1938, p. 10.
107
La Prensa, 4 de diciembre de 1942, p. 4. En ocasiones, había también oposición
al crecimiento de las regulaciones estatales. Ya en 1942, de acuerdo con un
editorial de La Prensa, un capitán de barco señalaba 'que preferida afrontar una
docena de submarinos alemanes antes que las formalidades portuarias de Buenos
Aires" (19 de abril de 1942, p. 6).
108
La Prensa, 15 de setiembre de 1938, p. 11. Ver también La Prensa, 12 de
agosto de 1938, p. 12; y 7 de setiembre de 1938, p. 12.

Este documento ha sido descargado de 38


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

empresarios industriales y trabajadores para inclinar en su favor las


políticas oficiales. Esto era reconocido abiertamente por la UOT, que
en 1938 convocó al establecimiento de lazos formales con los
empresarios de la Confederación de Industrias Textiles para
"...resolver así, en conjunto, los graves problemas que traban el
desarrollo de la industria y paralizan las actividades fabriles en
perjuicio de los industriales, los obreros y la economía nacional"109.
Más aún, particularmente con el comienzo de la Segunda Guerra
Mundial y el crecimiento del desempleo, los funcionarios oficiales
comenzaron a reconocer abiertamente la necesidad de mejorar el
poder adquisitivo de la población, tanto para sostener la producción
manufacturera doméstica como para proteger a la industria de
posibles dúmpings en el período de posguerra110. Adoptando un
lenguaje similar, un breve editorial en La Prensa criticaba las
deducciones salariales obligatorias a los trabajadores ferroviarios
porque reducían de manera importante "el nivel de vida de millares
de familias argentinas, y en definitiva, toda la economía nacional se
perjudica con ello"111. El lenguaje adoptado por las organizaciones de
empresarios y trabajadores comenzó a delinear un terreno político
común, en el cual la regulación estatal era identificada como un
mecanismo necesario para satisfacer las necesidades económicas, no
sólo de cada una de las partes involucradas, sino también de la
Nación como un todo112. Este discurso contribuiría a la

109
La Prensa, 30 de julio de 1938, p. 10.
110
La Prensa, 7 de noviembre de 1940, p. 13.
111
La Prensa, 19 de julio de 1939, p. 11.
112
Las demandas de proteccionismo no estaban restringidas a los textiles. El
Sindicato de Obreros de la Industria Metalúrgica demandaba mayor intervención
estatal en el desarrollo de los recursos minerales nacionales (La Prensa, 14 de
noviembre de 1939, p. 22). No estaban estas demandas restringidas a la
manufactura. El Mercado de Haciendas y Carnes realizó un estudio, en 1939, que
demandaba políticas estatales que incentivaran un mayor consumo doméstico de
carne: 'El incremento del consumo interno de productos de la ganadería, que
sobrevendrá... como consecuencia de la regulación del comercio de carnes,
contribuirá a resolver un problema fundamental de nuestra economía, liberándonos
en parte de la preocupación relacionada con la colocación de esos productos en el
exterior" (La Prensa, 11 de febrero de 1939, p. 14). Las compañías ferroviarias,
enfrentando la competencia de los caminos como medios de transporte de
pasajeros y cargas, se vieron impulsadas a promover una 'Ley de Coordinación de
Transporte" cuyo propósito sería limitar la competencia a lo largo de las rutas de
comunicación establecidas. Esta fue rechazada por los agricultores, quienes
argumentaron que "el transporte por camiones es el único medio de abaratamiento

Este documento ha sido descargado de 39


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

fundamentación de un nuevo programa político que las autoridades


estatales desarrollarían luego del golpe de 1943113.

e) El fin de la guerra, la cuestión obrera y el comunismo

Las tensiones entre las organizaciones laborales y las autoridades


estatales se agudizaron durante la administración de Castillo, que
llevó a cabo una ofensiva contra los militantes sindicales comunistas
en 1942 y principios de 1943, allanando sedes gremiales y
efectuando arrestos masivos de militantes obreros114. Rechazando

de los fletes ferroviarios", así como los costos de transporte en general (La Prensa,
22 de julio de 1935, p. 9). Sobre este tema, ver Matsushita (1983, cap. VII).
113
La celebración del 1º de Mayo en 1936 ilustra la adopción de nuevos lenguajes y
símbolos por parte de los trabajadores. Los voceros sindicales no sólo compartieron
el palco con representantes de varios partidos políticos durante la manifestación,
sino que también La Prensa aplaudió el evento por ser la primera vez que los
trabajadores entonaban el Himno Nacional durante la celebración de un 1º de Mayo
(ver La Prensa, 2 de mayo de 1936, p. 7, para un informe del evento, así como el
editorial del 3 de mayo de 1936, p. 8, alabando a los trabajadores por su gesto).
Hacia 1942, La Prensa (1° de mayo de 1942, p. 6) aplaudía las celebraciones del 1°
de Mayo como una "ocasión de reafirmar la solidaridad social que se ha venido
gestando en las cuatro décadas transcurridas de este siglo" (La Prensa, 1q de mayo
de 1942). La adopción de este nuevo lenguaje era también evidente en una
manifestación sindical en apoyo de la democracia: la multitud irrumpió en una
aclamación cuando fue interpelada por el líder de la CGT José Domenech con el
término "ciudadanos", y la izquierda coreaba en cambio el término "compañeros"
(La Prensa, 17 de agosto de 1941, p. 14). Eran también evidentes elementos del
discurso político post 1943 en los círculos conservadores: criticando a los ciclistas
que circulaban en camiseta, un editorial de La Prensa remarcaba: "No deben
confundirse los hábitos democráticos con la tendencia a la incorrección y a la
incultura, porque ella lejos de despertar ideas de igualdad y de consideración hacia
el prójimo, revela una incivilidad contraria a la convivencia cómoda que es el ideal
de toda democracia. Los descamisados voluntarios denotan falta de respeto hacia
exigencias sociales que en todo espíritu civil encuentran un eco innegable, por lo
que alzarse en su contra es favorecer una regresión reñida con una de las bases del
sistema que nos gobierna; el perfeccionamiento general mediante la colaboración
de todos, dentro de la consideración recíproca" (La Prensa, 31 de octubre de 1938,
p. 10).
114
Horowitz argumenta que los canales estatales de mediación estuvieron cerrados
a los comunistas en 1941 y 1942: "En el período de abril a diciembre de 1939, el
sindicato de textiles, dominado por los comunistas, presentó 331 asuntos a las
autoridades nacionales y a las de la provincia de Buenos Aires. Bajo Castillo estos
canales les fueron parcialmente cerrados. En 1941 y 1942 el Departamento
Nacional del Trabajo se rehusó a negociar con los gremios comunistas más

Este documento ha sido descargado de 40


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

pedidos de representantes sindicales de no encarcelar a los líderes


comunistas, el ministro del Interior sostenía que "el gobierno ha
respetado y protegido los intereses de los trabajadores, pero no
tolerará infiltraciones ideológicas que sean extrañas a la vida
institucional argentina, sean éstas comunistas o totalitarias”115. Y
anticipando las posiciones que sustentaría el DNT después de 1943,
exhortaba a los trabajadores metalúrgicos a terminar con la práctica
de declarar huelgas sin la previa mediación de las agencias estatales,
con la advertencia de que "es necesario que los trabajadores actúen
en defensa de sus intereses sin la intervención de elementos extraños
a las organizaciones sindicales y, por supuesto, a las necesidades
reales de la fuerza de trabajó"116.
La ofensiva contra los comunistas fue impulsada, en parte, por los
fuertes temores a que una oleada explosiva de conflictualidad laboral
pudiera seguir a la finalización de la guerra. Este fue el tema principal
del discurso de monseñor De Andrea en un acto organizado por la
Federación de Asociaciones Católicas de Empleadas, a mediados de
1942:

"El más pavoroso y a la vez el más difundido de los problemas


que sorprenderán, a la terminación de la guerra... es el de la
cuestión obrera. El problema de la desmovilización y de la
desocupación en los países beligerantes, tendrá una enorme
repercusión en los países neutrales. Las deudas fantásticas
pesarán en forma abrumadora; la transformación de la industria de
la destrucción en la de la producción, no ha de hacerse en un día y
la reconstrucción de las familias, la distribución equitativa de los
recursos agotados, demandarán afanes insospechados. La posible
sustitución de esta guerra de gobiernos por la revolución de los
pueblos, decididos a pedirles cuenta de las masacres, los
exterminios y la calamitosa humanidad que dejará como saldo,
causará convulsiones cuyos efectos rebasarán el territorio del viejo
mundo. Ante tales perspectivas... para conservar la paz social es
necesario no dejarnos sorprender"117.

importantes, privándolos de este modo del único mecanismo de presión externa"


(Horowitz, 1984, p. 293).
115
La Prensa, 7 de febrero de 1943, p. 6.
116
La Prensa, 1º de julio de 1942, p. 17.
117
La Prensa, 6 de julio de 1942, p. 7.

Este documento ha sido descargado de 41


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Temores similares, así como la concepción de que las políticas


estatales en el campo laboral deberían sufrir profundos cambios a fin
de evitar la potencial explosión de conflictos, fueron un componente
crucial del golpe de junio de 1943. Al menos, éste es el argumento
que sostendría más tarde en sus discursos el coronel Perón (presente
entre la audiencia en algunos de los encuentros en los que monseñor
De Andrea había pasado revista a los peligros del período de
posguerra):

"Está por terminar una guerra en Europa... y los que no somos


ya muy jóvenes, conocemos cuáles son las consecuencias de las
terminaciones de las guerras en Europa. Los gobernantes de hoy
deben mirar fijamente a ese período de posguerra que viene
cargado de negros nubarrones. La posguerra traerá profundos
problemas... La posguerra traerá, en primer término, una
paralización y una desocupación. Traerá, asimismo, una agitación
natural en las masas, pero traerá también una agitación que no
será natural, sino artificial en esas mismas masas. Todas esas
circunstancias del campo social serán aprovechadas por los
verdaderos enemigos de la unión nacional. Por eso sostenemos
que es indispensable que ese momento nos encuentre total y
absolutamente unidos..."118.

Desde esta perspectiva, el rápido crecimiento de los sindicatos


industriales en la década del '30 y principios de la del '40 en muchos
sectores de la fuerza de trabajo (incluyendo la construcción y el
agro), el papel crucial desempeñado por los comunistas en estos
sindicatos y la difundida creencia de que el movimiento obrero sería
proclive a generar una nueva ola de huelgas luego del fin de la
guerra, eran todos elementos cruciales del desarrollo de las políticas
estatales luego del golpe de 1943119.

118
La Prensa, 6 de agosto de 1944, p. 8.
119
Otros autores también han señalado la creciente importancia de los comunistas
entre los trabajadores organizados durante la década del '30, tales como Del
Campo (1983) y Durruty (1969). En particular, puntualizando el papel de la
amenaza comunista en el discurso político de los líderes militares luego del golpe de
1943, ver Del Campo (1983, p. 121), y Matsushita (1983, p. 276). Más
recientemente, otros trabajos que han enfatizado la importancia de la percepción
de la amenaza comunista son los de Bergquist (1986) y Waisman (1988).

Este documento ha sido descargado de 42


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

5. Conclusiones

Durante el período de posguerra, el movimiento obrero adoptó


nuevas formas de acción y organización diseñadas para elevar su
poder de negociación política, dando surgimiento a un nuevo conjunto
de acuerdos institucionales entre el trabajo, el capital y el Estado.
Antes de la década del '20, los sindicatos de tipo industrial
organizados a nivel nacional habían sólo comenzado a emerger, con
grandes dificultades, entre los trabajadores calificados de los
ferrocarriles y el puerto. La mayoría de las organizaciones sindicales,
particularmente en el sector manufacturero, eran pequeñas,
estructuradas generalmente a nivel de empresa y controladas por los
obreros calificados. Finalmente, la interacción política entre el
movimiento obrero organizado y el Estado había sido irregular, sin
haberse establecido mecanismos institucionales para la participación
política de las masas. Con posterioridad a la década del '20, y
particularmente durante la del '30, los trabajadores organizaron
sindicatos a escala nacional y de base industrial, cuya composición
incluía una gran proporción de trabajadores semicalificados y sin
calificación. En contraste con los trabajadores calificados de los
ferrocarriles, el puerto y aún la manufactura, los trabajadores semi y
no calificados tenían un escaso poder de negociación a partir de su
posición en el mercado de trabajo, particularmente en medio de la
depresión de los años '30. Si bien importante, con la posible
excepción de los trabajadores rurales, su posición en el proceso de
producción no era estratégica para la estructura exportadora del país,
y esto minaba aún más su fuerza relativa. Para compensar esta
debilidad general de su poder de negociación en el mercado, los
trabajadores semi y no calificados se volcaron al terreno político en
procura de encontrar mecanismos más efectivos para presionar por
sus demandas ante los empresarios. En otras palabras, a medida que
estos trabajadores crecieron en número se volvió más difícil para el
movimiento obrero operar a partir de una estrategia de negociación
basada fundamentalmente en el sindicalismo de oficio: la formación
de nuevos sindicatos de tipo industrial fue un síntoma de la
conciencia de estas dificultades.
Los nuevos sindicatos de tipo industrial se caracterizaban por
estructuras de decisión centralizadas y por mayores controles
institucionales sobre las bases. La estructura interna de estos

Este documento ha sido descargado de 43


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

sindicatos implicaba una jerarquía burocrática a cargo de empleados


remunerados. En sus objetivos y métodos de acción, estas
organizaciones también eran proclives a desarrollar alianzas políticas
con otros sectores sociales y buscaban la mediación estatal para
lograr sus objetivos. Durante la ola de huelgas de mediados de la
década del '30, estos sindicatos industriales comenzaron a adquirir
escala nacional, como lo evidencia la gran proporción de paros y otras
manifestaciones de protesta laboral en las provincias del interior. Tras
esa ola de huelgas, los sindicatos industriales parecieron estar en
proceso de devenir rápidamente hegemónicos en el movimiento
obrero como un todo. De nuevo, como en la fase previa, esto no
significa que los más viejos sindicatos de oficio simplemente
desaparecieran: en todo caso, se convirtieron en una categoría
residual en términos de su posición relativa en el movimiento obrero.
En la Argentina, los militantes comunistas fueron particularmente
exitosos en promover los nuevos sindicatos de tipo industrial. Su
éxito descansó en la adopción de una estrategia política que mejoró
su capacidad para influir sobre los cambios que estaban ocurriendo
en el interior del movimiento obrero. En la década del '30 tanto
socialistas como sindicalistas se hallaban demasiado comprometidos
con los acuerdos institucionales existentes, en el sentido de que
carecían de la capacidad y el interés de apoyar la movilización entre
los trabajadores semi y no calificados. Por su parte, los anarquistas,
que nunca habían consolidado su liderazgo en el movimiento obrero,
vieron que sus escasos cuadros eran finalmente desplazados por el
quiebre del sistema de producción por oficios durante la posguerra.
Los comunistas subsumieron exitosamente muchos de los viejos
sindicatos de oficio anarquistas bajo su propio liderazgo, mientras
que al mismo tiempo desafiaban a sindicalistas y a socialistas tanto
en los viejos sindicatos como en la CGT. Este desafío y la creciente
fuerza de los comunistas en el movimiento obrero se hizo
particularmente evidente durante la ola de huelgas de mediados de la
década del '30.
Los conflictos laborales y la influencia comunista en el interior del
movimiento obrero en la década del '30 tuvieron dos consecuencias
importantes. Primero, el Estado respondió a estos cambios ampliando
el espectro de mecanismos oficiales de regulación de las relaciones
capital-trabajo. Hubo un muy significativo incremento en la cantidad
de conflictos mediados por autoridades estatales; el Departamento

Este documento ha sido descargado de 44


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

Nacional del Trabajo intervino en un creciente número de asuntos


laborales a incluso la formación de sindicatos comenzó a ser alentada
por funcionarios gubernamentales a nivel nacional y, particularmente,
provincial. Al mismo tiempo, la regulación estatal de las relaciones
capital-trabajo fue crecientemente percibida como un mecanismo
esencial para el sostenimiento de adecuados niveles de consumo y
crecimiento económico nacional. La segunda consecuencia fue que el
rápido éxito de los militantes comunistas en los nuevos sindicatos
industriales generó simultáneamente una creciente resistencia en un
amplio espectro político, incluyendo tanto a las otras tendencias
políticas dentro de los sindicatos -particularmente socialistas y
sindicalistas-, como a líderes políticos conservadores, hombres de
negocio y las fuerzas armadas. Durante la década del '40 y
particularmente a medida que el cercano fin de la guerra generaba
entre estos grupos el temor de una ofensiva del comunismo
internacional, se fue gestando una convergencia objetiva entre los
mismos con el fin de revertir los progresos hechos por los comunistas
argentinos en el movimiento sindical. Ambas consecuencias fueron de
central importancia en dar forma a la emergencia del peronismo.

BIBLIOGRAFIA

ARGENTINA, Departamento Nacional del Trabajo (1939): Industria


Textil. Capacidad normal de los obreros, especialmente mujeres y
menores. Buenos Aires.
ARGENTINA, Departamento Nacional del Trabajo (1940):
Estadística de las huelgas. Buenos Aires.
ARGENTINA, Dirección Nacional de Estadística y Censos (1956):
Informe demográfico de la República Argentina, 1944 -1954. Buenos
Aires.
ARGENTINA, Dirección Nacional del Servicio Estadístico Nacional
(1948): Anuario Estadístico de la República Argentina (tomo I:
Compendio). Buenos Aires.
BERGOUIST, Charles (1986): Labor in Latin America. Stanford,
Stanford University Press.
DEL CAMPO, Hugo (1983): Sindicalismo y peronismo: Los
comienzos de un vínculo perdurable. Buenos Aires, CLACSO.

Este documento ha sido descargado de 45


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

DEUTSCH, Sandra McGee (1986): Counterrevolution in Argentina,


1900-1932: The Argentine Patriotic League. Lincoln, The University of
Nebraska Press.
DURRUTY, Celia (1969): Clase obrera y peronismo. Córdoba,
Ediciones de Pasado y Presente.
GAUDIO, Ricardo, y PILONE, Jorge (1983): 'El desarrollo de la
negociación colectiva durante la etapa de modernización industrial en
la Argentina, 1935 - 1943", Desarrollo Económico, vol. 23, Nº 90 (pp.
235-73).
GAUDIO, Ricardo, y PILONE, Jorge (1984): "Estado y relaciones
laborales en el período previo al surgimiento del peronismo,
1935-43", Desarrollo Económico, vol. 24, Nº 94 (pp. 436-488).
GREENBERG, D. J. (1987): "Sugar Depression and Agrarian Revolt:
The Argentine Radical Party and the Tucumán Cafros Strike of 1927",
Hispanic American Historical Review, 67, Nº 2 (pp. 301-27).
HALPERIN DONGHI, Tulio (1976): "Algunas observaciones sobre
Germani, el surgimiento del peronismo y los migrantes internos",
Desarrollo Económico, vol. 14, Nº 56 (pp. 765-81).
HOROWITZ, Joel (1983): "The impact of the Pre - 1943 Labor
Unions Traditions on Peronism", Journal of Latin American Studies,
15, Nº 1 (pp. 101-16).
HOROWITZ, Joel (1984): “Ideologías sindicales y políticas estatales
en la Argentina, 1930-43", Desarrollo Económico, vol. 24, Nº 94 (pp.
275-96).
KORZENIEWICZ, Roberto P. (1989 a): "Labor Unrest in Argentina,
1887-1907", Latin American Research Review, 24, Nº 3 (pp. 71-98).
KORZENIEWICZ, Roberto P. (1989 b): “The Labour Movement and
the State in Argentina, 1887-1907", Bulletin of Latin American
Research, 8, N° 1 (pp. 25-46).
LITTLE, Walter (1975): “The Popular Origins of Peronism", en
David Rock (comp.): Argentina in the Twentieth Century. Pittsburgh,
University of Pittsburgh Press (pp. 162-78).
MAROTTA, Sebastián (1970): El movimiento sindical argentino. Su
génesis y desarrollo (tomo 111: 1920 - 1933). Buenos Aires,
Calomino.
MATSUSHITA, Hiroshi (1983): Movimiento obrero argentino
1930-45. Buenos Aires, Siglo Veinte.
MURMIS, Miguel, y PORTANTIERO, Juan Carlos (1971). Estudios
sobre los orígenes del peronismo. Buenos Aires, Siglo XXI.

Este documento ha sido descargado de 46


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

PETER, José (1968): Crónicas proletarias. Buenos Aires, Esfera.


PICHETTO, Juan (1942): "The Present State of Social Legislation in
the Argentine Republic", International Labour Review, 46, N º 4
(383-419).
SANCHEZ SORONDO, Matías (1938): Represión del comunismo;
proyecto de ley, informe y antecedentes (tomo I. Buenos Aires,
Imprenta del Congreso Nacional).
SMITH, Peter (1969): Politics and Beef in Argentina. New York,
Columbia University Press.
SOLBERG, Carl (1971): "Rural Unrest and Agrarian Policy in
Argentina, 1912-30", Journal of Inter-American Studies and World
Affairs, 13 (pp. 18-27).
SOLBERG, Carl (1987): The Prairies and the Pampas: Agrarian
Development and Agricultural Policy in Canadá and Argentina,
1880-1930. Stanford, Stanford University Press.
TAMARIN, David (1985): The Argentine Labor Movement, 1930 -
1945. Alburquerque, University of New Mexico Press.
TORRE, Juan Carlos (1988): La formación del sindicalismo
peronista, Buenos Aires.
TULCHIN, Joseph S. (1986): "The Relationship Between Labour
and Capital in Rural Argentina, 1880-1914", en Guido Di Tella y D. C.
M. Platt (eds.): The Political Economy of Argentina, 1880-1914.
Londres, The Mac Millan Press (pp. 15-38).
VILLANUEVA, Javier (1972): 'El origen de la industrialización
argentina". Desarrollo Económico, vol. 12, Nº 47 (pp. 451-76).
WAISMAN, Carlos (1988): Reversal of Development in Argentina.
Princeton, Princeton University Press.

Fuentes periódicas:

-Boletín Informativo (República Argentina, Departamento Nacional


del Trabajo), 1918-1942.
- La Prensa, 1935-1943.

RESUMEN

Este artículo utiliza datos originales sobre la conflictualidad laboral


para examinar el desarrollo de las relaciones institucionales entre

Este documento ha sido descargado de 47


http://www.educ.ar
Roberto P. Korzeniewicz. Las Vísperas del Peronismo. Los Conflictos Laborales entre 1930 y 1943.
Desarrollo Económico Vol. 33 N° 131. 1993.

trabajadores, empresas y Estado en el período 1930-43. Los datos


sugieren que para mediados de la década de 1930, el epicentro de las
huelgas se transfirió a sindicatos de organización industrial a través
de trabajadores de la construcción, la industria manufacturera y el
agro. Esta transición a nuevas normas de organización brindó una
oportunidad a los militantes comunistas de acrecentar su presencia
dentro del movimiento obrero. Las autoridades estatales así como los
sectores empresarios respondieron a estos cambios propiciando una
mayor regulación formal de las relaciones capital-trabajo.
Combinados, estos desarrollos contribuyeron a una situación de crisis
que dio marco a la emergencia del peronismo después de 1943.

SUMMARY

This article uses original data on labor unrest lo examine the


development of institucional relations between workers, enterprises
and the state in the 1930-1943 period. The data suggest that by the
mid 1930s, the epicenter of labor unrest shifted lo industrial unions
organized by workers in construction, manufacturing and agriculture.
This transition lo new forms of organization provided and opportunity
for Communists lo enhance their presence within the labor
movement. State authorities and employers responded lo these
changes by seeking greater formal regulation of capital - labor
relations. Combined, these developments provided a critical
underpinning for the emergence of Peronism after 1943.

Este documento ha sido descargado de 48


http://www.educ.ar

Potrebbero piacerti anche