Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
La depresión es uno de los trastornos psicológicos más extendidos por lo que no es extraño que en alguna ocasión
alguien cercano a ti haya pasado por una “etapa gris”. Si esa persona te importaba, lo más probable es que hayas
intentado ayudarle pero quizás has tropezado con un muro muy difícil de derribar. ¿Por qué?
La razón es muy sencilla: al no conocer realmente qué es la depresión y las sensaciones que provoca, utilizas
estrategias erróneas que, en vez de ayudar, solo sirven para agrandar la brecha que se ha creado entre ambos.
Otra estrategia muy utilizada para intentar ayudar a las personas con depresión consiste en darles ánimo
minimizando su problemática. Frases como “no te preocupes, no es nada”, “ya verás que poniendo de tu parte
mejorarás”, solo logran que la persona se sienta sola e incomprendida. La depresión puede llegar a ser un
problema muy grave (que puede llevar a conductas de riesgo e incluso al suicidio) por lo que jamás debemos
menospreciar sus síntomas.
El primer paso para ayudar a una persona deprimida consiste en informarse adecuadamente sobre el trastorno,
tanto sobre sus síntomas como sobre el pronóstico y el tratamiento más oportuno.
2. Desarrolla la empatía
Informarse sobre la depresión, leer decenas de artículos, nos ayuda a formarnos una idea de las consecuencias de
la patología pero si queremos ayudar realmente a la persona, es necesario que vayamos un paso más allá y
seamos empáticos.
Intenta comprender sus motivos y el camino que le llevó hasta allí. Recuerda que todos reaccionamos de manera
diferente ante las situaciones por lo que no debes pensar en cómo hubieses reaccionado tú sino en la manera en
que determinados hechos afectaron a esa persona. Solo entendiendo verdaderamente sus puntos de vista, podrás
ayudarle.
Vale aclarar que en muchas ocasiones estos “momentos de conexión emocional” no se crean sino que aparecen
por sí solos. Tu tarea será mantenerte atento a ellos para poder aprovecharlos.
4. Céntrate en la persona, no en ti
A menudo caemos en el error de pensar que lo que es mejor para
nosotros, es mejor para los demás. Sin embargo, cuando
queremos ayudar realmente a alguien, debemos despojarnos de
nuestro ego y centrarnos en el otro. Pregúntale qué necesita, qué
puedes hacer para ayudarle.
5. Aprende a escuchar
A veces el silencio puede ser incómodo pero en la mayoría de las ocasiones, decir cosas incoherentes y sin sentido
puede ser mucho peor. Por lo general, las personas deprimidas no hablan mucho pero de vez en cuando también
necesitan desahogarse. De hecho, se ha demostrado que cuando hablamos de nuestros problemas no solo nos
sentimos mejor sino que a menudo también encontramos nuevas perspectivas que antes no habíamos
vislumbrado.
En un mundo donde cada cual está enfrascado en sus problemas, aprender a escuchar es una habilidad en peligro
de extinción pero también es fundamental si quieres ayudar realmente a alguien