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Organización política.
Organización política. Los incas gobernaron sobre múltiples culturas y etnias que en
muchos casos poseían una trayectoria más larga en el tiempo que los propios incas.
Desde la capital Cuzco, el "ombligo del mundo" en idioma quechua, el dominio incaico se
extendió hacia los cuatro puntos cardinales.
El imperio se denominó Tahuantinsuyo que significa "las cuatro regiones que se integran" y
que eran: Chinchasuyo al norte, Cuntisuyo al oeste, Collasuyo al sur y Antisuyo al este en
relación al Cuzco.
Economía.
Las actividades económicas se centraba en el Ayllu; cultivaron el maíz, papa, quinua, las
calabas, el tomate, dependiendo del lugar, donde viven, Implantaron el cultivo en
terrazas y construyeron almacenes para guardar los granos.
Se debe tener presente que en las últimas décadas la economía tradicional quechua ha
sufrido una franca disminución y en algunos casos, la desaparición de la actividad
ganadera. Igual suerte ha corrido la agricultura, debido principalmente a la migración de la
población a los centros urbanos, a los procesos de asalarización de la población y a la
pérdida de las prácticas tradicionales silvo-agropecuarias, especialmente por falta de
mano de obra.
Social.
En cuanto a la estratificación social el ámbito andino se presentaba como
un mosaico de diversos caciques y curacas, agrupados bajo la hegemonía
de jefes de mayor rango. Bajo el dominio incaico este esquema varió, ya
que los jefes principales aceptaron la preeminencia del Sapa Inca y
reconocieron el nuevo ordenamiento estatal. Este grupo de señores
regionales, a los que se agregaban los mayores funcionarios del imperio,
los sacerdotes y algunos mercaderes, conformaban la élite del
Tahuantinsuyo. Se distinguían de los demás por el uso de llamativos aros,
por lo cual recibieron el nombre de "orejones", cuando arribaron los
españoles.
El pueblo, por su parte, estaba constituido por una serie de grupos que
desempeñaban distintas funciones. Ahí se ubicaban los artesanos; los hatun
runas, que eran la gran masa campesina; los mitmaq, súbditos trasladados
por los incas para colonizar zonas conflictivas dentro del imperio; los
pescadores y, finalmente, los yanas quienes eran utilizados como servidores
personales de la élite. El pueblo y la élite se vinculaban a través de los
curacas locales y la burocracia estatal.
En el pasado pre colonial la organización básica ANDINA ERA EL AYLLU. Su base era la
descendencia de todos sus miembros de un mismo ante pasado varón. Tal vez por eso en
aymara se llama también jata, que literalmente quiere significa “semilla.” Los miembros de
un mismo ayllu se alaban dispersos por diversos pisos ecológicos por diversos sin ocupar
un territorio continuo.
Deidades.
Wiracocha
Wiracocha, el Creador.
Wiracocha (en quechua: Qun Tiksi Wiraqucha) era considerado como el esplendor
originario o El Señor, Maestro del Mundo. En realidad, fue la primera divinidad de los
antiguos peruanos, a saber, los habitantes de Caral, Chavín, Huari y especialmente
los tiahuanacos, que provenían del Lago Titicaca. El culto al dios creador supuso un
concepto de lo abstracto y de lo intelectual, y estaba destinado solo a la nobleza.
Viracocha al igual que otros dioses, fue un dios nómada. Según los mitos, surgió de las
aguas y creó el cielo y la tierra. Tenía un compañero alado, el Pájaro Inti, una especie de
pájaro mago sabedor de la actualidad y del futuro. Este pájaro mago no es otro que
el Corequenque de las tradiciones orales, el picaflor de oro, mensajero de los dioses,
cuyas plumas servían para la mascaypacha o corona del emperador Inca.
WIracocha es representado con dos varas, que al parecer eran realmente estólicas
(propulsalanzas) o warakas (hondas gigantes andinas).
Inti
De acuerdo con la mitología Inca, Inti es el dios Sol, así como una deidad patrona
del Imperio Inca. Su origen exacto se desconoce, la historia más común dice que él es
hijo de Wiracocha (Apu Kon Ticsi Wiracocha), dios de las Varas, dios creador de la
civilización.
El sol es un factor importante de la vida, puesto que ofrece calor y luz, por eso el Dios Inti
es también conocido como el dador de la vida. Fue adorado por la mayoría de agricultores
que confiaban en el sol para recibir buenas cosechas. Aunque él era el dios más
venerado después de Wiracocha, recibió el mayor número de ofrendas. El Sapa Inca,
como gobernante imperial, reivindicó su origen divino, al adjudicarse ser descendiente del
propio dios Inti o Sol.
Mama Quilla
Mama Quilla (en quechua: Mama Quilla, Madre Luna) era hermana y esposa de Inti;
también era considerada madre del firmamento. De ella se tenía una estatua en el Templo
del Sol, en el que una orden de sacerdotisas le rendía culto.
Los incas celebraban en su honor una gran fiesta denominada Coya Raymi Naturalmente,
a la diosa Mama Quilla estaba adscrito el fervor religioso de las mujeres, y ellas eran
quienes formaban el núcleo de sus fieles seguidoras, ya que nadie mejor que la diosa
Mama Quilla podía comprender sus deseos y temores, y darles el amparo buscado.
Pacha Mama
La Pacha Mama (en quechua: Pacha Mama, Madre Tierra o Madre Cósmica), la fuente
femenina de la que proviene todo el mundo material, el sustento de toda la naturaleza y
toda la realidad.
Pachacamac
Pachacamac (en quechua: Pachakamaq, Soberano del mundo) era una re-edición de
Wiracocha, el cual era venerado en la Costa Central del Imperio inca. Era conocido como
el dios de los temblores, y su culto hizo un aparente sincretismo con el actual Señor de los
Milagros, el cual -según la historiadora María Rostworowski- tiene rasgos de este antiguo
dios.
Mama Sara
La Mama Sara (en quechua: Mama Sara, madre maíz) era la Madre Maíz o del alimento,
la más importante de las conopas (representaciones religiosas) de los alimentos junto con
la coca y papa.
Mama Cocha
La Mama Cocha (en quechua: Mama Qucha, madre mar), era una diosa a quien se le
rendía culto para calmar las aguas bravas y para la buena pesca. Era la deidad que
representaba todo lo que era femenino.
Pariacaca
Señor de las lluvias y de la fertilidad, también señor de los pastizales naturales, de los
frutos silvestres y de los animales salvajes. Principal deidad prehispánica de la actual
provincia de Huarochirí.
En total, y según algunas tradiciones orales, Wiracocha, el primer sol del mundo antiguo
(Ñawpa pacha), el creador con su corte, tuvo 4 hijos: Kon o Wakon, dios de las
sequías; Mallko dios de la ley; Vichama o Atipa dios de la guerra y la venganza
y Pachacámac, creador de la Tierra, quienes regentaron sucesivamente el mundo actual
destruyéndolo sucesivamente. Estos guardan relación con los 4 hermanos del mito de los
hermanos Ayar, uno de los mitos de la creación del Imperio inca. Pachacámac, a su vez,
tuvo de hijos al sol (Inti) y la luna (Mama Quilla) del mundo actual o Kay
Pacha. Pachacámac se autoexilió al mar desde donde domina los terremotos, dejando el
mundo en manos del Inti o sol del mundo actual. También estaba el dios Wakon o Kon, un
hermano de Pachacámac expulsado por éste y que se llevó con él, al ser forzado a irse, la
lluvia y dejó a la franja costera del Perú seca para siempre. Según las algunas
tradiciones, Pachacámac, fue un dios maligno y devorador de niños, de risa cruel y
habilidad para rodar por las montañas. Otros hermanos, Temenduare y Arikute, dieron
origen al diluvio con sus querellas.
Dioses menores
Aparte del gran Viracocha y su corte terrenal de Amautas, o sabios y primeros sacerdotes
y administradores, el segundo cordón de clérigos, la nobleza militar y los ayllus o gremios,
regidos hasta en su más mínimo movimiento por la ley del Inca, el pueblo llano tenía su
panteón con otros dioses menores, a los que probablemente le resultaba más sencillo y
cercano dirigirse en busca de favores y soluciones.
Illapa (dios de la lluvia, el trueno, el rayo y la batalla) acompañaba al Sol; al igual que
Punchao, la estrella rizada o de la mañana (la imagen de la estrella de oro); la de la
tarde, Chaska, hacía su guardia junto a la Luna (ambas estrellas vendrían la misma; es
decir, el planeta Venus); y Chuychú, el bello arco iris que estaba por debajo de ambos
grandes dioses y que fue luego elevado a dios de los nobles debido a que representaba la
belleza que estaba reservada para los nobles.
Las constelaciones de la copa de la coca (Kuka Manka) era una constelación que cuidaba
de las hierbas mágicas, como la constelación de la copa de maíz (Sara Manka) lo hacía
con los alimentos vegetales, y la del jaguar (Chinchay) se encargaba de los felinos.
Wasikamayuq era el dios tutelar del hogar, mientras que el Qhaxra-kamayuq se esforzaba
por evitar que los ladrones entraran en esa misma casa, y los Auquis asumían la
vigilancia de cada poblado.
Había también un dios de las tormentas y otro dios del granizo; tras Pacha Mama, la diosa
de la Tierra, estaban Apu Katikil y Pikiru, como dioses tutelares de los gemelos; la
serpiente Hurkaway era la divinidad de lo que estaba bajo tierra, mientras que el
ávido Supay reinaba en el mundo de los muertos o Uku Pacha sin dejar de reclamar más
y más víctimas para su causa, lo que hizo que los españoles lo identificaran con el Diablo,
aunque tenía cualidades tanto benignas como malignas.
Existen otros wakas o dioses, como Catequil, poderoso dios oráculo, relacionado con el
bien y el día, y su hermano gemelo Piguerao, relacionado con el mal y la noche; Huallallo
Carhuancho, dios de fuego con rasgos malignos; Huari, dios gigante de la guerra referido
a la cultura del mismo nombre; Amaru, la serpiente mitológica divina, engendrado, a
pedido de Wiracocha, por el Talumanya (Arco Iris del mundo antiguo), quien lo hizo nacer
al rasgarse su pecho; Urcuchillay, un protector de los animales, algunas veces
representado en la forma de una llama y otras veces como un ser mitad hombre mitad
llama; entre muchos otros nombrados en un sin número de tradiciones orales recopiladas
recientemente.