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Si bien es cierto que las ciencias sociales han sido desplazadas de cierto modo, gracias a que las ciencias exactas han sido vitales
para el desarrollo urbano, también se debe ser consciente de la poca importancia que han tenido por parte de las investigaciones
que se han llevado a cabo a partir de sus campos disciplinarios. Pocas son las investigaciones que son patrocinadas a partir de las
humanidades, por no mencionar los pocos artículos académicos relevantes que se han publicado en Colombia. Es por ello que se
hace indispensable que tanto docentes como estudiantes articulen los lenguajes de las ciencias del espíritu al campo de la
investigación, no con la intención de medirlas, cuantificarlas y convertirlas en utilitaristas sino que permitan permear el sistema social,
cultural, político y económico de las diversas sociedades humanas proponiendo al mismo tiempo soluciones y puntos de vista que
permitan un ascenso de la sociedad en términos de humanidad.
Esto solo podría llevarse a cabo siempre y cuando las escuelas permitan a los estudiantes espacios de crecimiento a partir del
desarrollo humano, es decir, a partir del conocimiento de sí, de los otros y de la sociedad que los rodea. Recordemos a Freire,
pedagogo latinoamericano quien reivindicaba la labor docente con la idea de “Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los
seres humanos se educan entre sí mediados por lo que los rodea” De este modo, se debe llevar a cabo una des acomodación de los
mundos de la vida de todos los entes educativos de modo que permitan el ascenso de las diversas dinámicas humanas que en los
espacios educativos tienen lugar.
Retos al docente
Por lo tanto se establecerán como probables las siguientes causas al empobrecimiento de la acción del
docente en el proceso formativo:
Las anteriores consideraciones representan los retos fundamentales por parte de los llamados maestros,
en especial para aquellos que creen firmemente en la diferenciación de ambos términos (docente y
maestro) La resolución de este conflicto determinará la importancia del papel docente los siguientes años
en la pedagogía colombiana y por supuesto la de toda la región latinoamericana.
Como se ha referido anteriormente, el docente no es único que suele presentar inconvenientes con
respecto al paradigma pedagógico actual, los estudiantes suelen subestimar al docente, ignorar sus
consejos y hasta desvalorizar su actuar y experiencia. Es por ello que aquí también recae la capacidad de
trascendencia en los estudiantes de modo que logre una adecuada articulación en los conocimientos que
adquieren en las diversas disciplinas abordadas en el proceso formativo. Por ello se proponen los
siguientes elementos a tener en cuenta para ser puestos en tela de juicio como los retos al estudiante si
se quiere llevar a cabo una articulación de las ciencias humanas en los procesos formativos:
Desinterés, los procesos pedagógicos suelen ser bastante teóricos para estudiantes que apenas y
empiezan a experimentar las diversas dinámicas de la vida, es por ello que muchas veces suelen
dejar de interesar los inconvenientes académicos para darle más sentido a elementos externos
propios de la niñez y adolescencia.
Falta de compromiso con su proceso formativo, en ocasiones se considera que sacar notas
medianamente suficientes son la excusa perfecta para dejar de lado la intención por mejorar en
algunos aspectos cognitivos que son indispensables para una construcción de saberes y
conocimientos básicos para el desempeño en la vida cotidiana, lo que hace que el estudiante se
aleje de dichos requerimientos por las propuestas de una sociedad mediatizada y manipulada por
la liquidez1 de una sociedad que se esfuerza por olvidar de dónde viene.
Lograr una articulación de los elementos humanos y sociales de la academia sólo será posible si se
permite una superación de los riesgos que se presentan a los actores fundamentales del proceso
educativo, en tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje sea enfocado en la vitalidad y el desarrollo
ético de la dinámica humana podremos dirigir los esfuerzos de las ciencias del espíritu en el ascenso
de la condición humana como respuesta a las problemáticas que amenazan con crear un mundo
sistematizado, medible y cuantificado, en resumen, menos humano.
1
Véase a Zygmunt Bauman en su obra “Modernidad líquida” donde pone la sociedad actual y sus dinámicas al
nivel de un líquido, deforme, sin raíces y maleable.