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Contextualización

La propuesta educativa presentada a la labor docente a partir del Ministerio de Educación


Nacional parte de una serie de constructos y objetivos fijados en la ley 115 de 1994
donde se exponen fundamentalmente los fines de la educación colombiana. Al respecto,
el artículo primero referirá que
ARTICULO PRIMERO. Objeto de la ley. La educación es un proceso de formación
permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción
integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes.
En otras palabras, la educación en Colombia permitirá al ser humano darse a conocer
socialmente a partir de un constante actuar en el mundo que permita transformar la
realidad en la que se encuentra mientras da cuenta de una formación a partir de las leyes
constitucionales del país. Sin embargo, podemos encontrarnos con una serie de puntos
a reflexionar y cuestionar por parte de este primer artículo. En un primer momento
encontramos una especie de redundancia en cuanto a la expresión “formación
permanente”, sabemos que la formación va mucho más allá de una simple articulación
de saberes teóricos en un micro currículo segmentado, trasciende a aspectos esenciales
de la vida humana, los modos de vida, los ideales cambiantes, las formas de
socialización, en general, a lo que se llama desde la tradición alemana de la formación
lebenswelt -Mundo de la vida- si partimos de este ideal, la formación no se condiciona a
la obtención de un diploma, certificado o estándar de calidad, sino que se extiende a la
vida entera y a la forma en cómo esta se desenvuelve a partir de los sujetos. En torno a
lo anterior Joan-Carles Melich (1997) se referirá en torno a la tradición alemana de la
formación del siguiente modo
El mundo de lo cotidiano es básico desde el momento en que se pretende alcanzar
lo propio del modo de ser del hombre en tanto social. En segundo lugar, el estudio
del lebenswelt ilumina aspectos sociales más amplios, los llamados
microsociológicos y, con ellos, dimensiones de las instituciones sociales que no
acostumbramos a descubrir detalladamente.
Valdría la pena entonces, revisar si verdaderamente se está cumpliendo este primer
apartado de la ley 115 de la educación, a partir de una mirada minuciosa y crítica del
contexto social de nuestro país. Como es evidente, nuestro país no es precisamente el
lugar más idóneo para referirse a los altos estándares de cultura de nuestros ciudadanos,
corrupción, pobreza, inseguridad y, por supuesto, un sistema educativo segmentado son
algunas de las crisis que de manera general azotan Colombia, lo cual resulta
preocupante en un país donde se hacen tantos proyectos y se pretende generar iniciativa
con nuevos modos de resolver dichas problemáticas.
Colombia, a pesar de ser un país tan rico, es uno de los que se destaca a nivel mundial
por su alta taza de desigualdad, y, aunque nuestros docentes se esfuerzan a diario por
sobrellevar dichas crisis es muy complejo hablar de educación en un país donde la figura
del docente es pisoteada por gobernantes, ciudadanos y hasta por los mismos
estudiantes que, al terminar en bachillerato tienen una cosa segura: Ser maestro es lo
último que escogerían como opción vocacional.

Una educación segmentada

Con el anterior acercamiento al contexto colombiano actual, aún existe el interrogante de


¿Por qué una educación tan bien estructurada y direccionada no ha logrado aún su
objetivo de transformar la realidad y a los sujetos que se mueven en ella? La respuesta,
aunque muy sencilla, suele no ser tan fácil de articular al sistema educativo actual.
Nuestro sistema educativo actual cuenta con ocho materias obligatorias desde el MEN
entre las que destacan las matemáticas, la clase de ERE, el aprendizaje de un segundo
idioma y por supuesto la educación física, con las mínimas ocho materias establecidas
desde el ministerio aún no se ha comprendido que el centro del proceso formativo no son
los implementos, tampoco las horas de exigencia y mucho menos los sistemas de calidad
y evaluación que se utilizarán para juzgar a los individuos, trascendamos y
comprendamos que el eje fundamental del proceso formativo es el sujeto mismo. Las
llamadas ciencias del espíritu Geisteswissenchaften procurarán a partir de teóricos de la
educación y las ciencias sociales exponer su preocupación por la reivindicación de las
ciencias sociales y por supuesto generar incomodidad en tanto que las ciencias exactas
procuren excluir las humanidades del saber y el conocimiento de los procesos formativos.
Se procura no señalar culpables en este asunto que nos corresponde a todos, debido a
que, como lo afirmamos anteriormente la educación no es sólo un proceso que concierne
a las instituciones diseñadas para ello, sino que involucra a una serie de actores de
procesos formativos: padres de familia, compañeros de trabajo, jefes y líderes de oficina,
directores y trabajadores de proyectos no formales de educación y hasta aquellos que
enfocan su quehacer en la ayuda desinteresada a comunidades vulnerables. La cultura
y la educación, por lo tanto, trascienden a un espacio de interacción en los mundos de la
vida de los sujetos, al ser capaces no sólo de generar en ellos un estándar más alto en
el mundo de la academia y la investigación sino que también confronta sus saberes antes
aprehendidos en procesos de des colonización de actitudes opresivas y pensamientos
estrictamente cuadriculados. Al respecto de estos procesos educativos Melich (1997)
referirá que “La pedagogía científico-tecnologica ha estudiado la mal llamada educación
informal sobre una trama categorial que hace imposible la comprensión de las
interrelaciones socio-educativas de la vida diaria” (P.15)
Por lo tanto, en estos momentos la preocupación fundamental es la comprensión de las
relaciones sociales humanas, puesto que, la mayor parte de los problemas que azota a
nuestra sociedad actual no son de carácter matemático, económico o político, sino de
carácter ético, humano y hasta filosófico.
El lenguaje articulado

Si bien es cierto que las ciencias sociales han sido desplazadas de cierto modo, gracias a que las ciencias exactas han sido vitales
para el desarrollo urbano, también se debe ser consciente de la poca importancia que han tenido por parte de las investigaciones
que se han llevado a cabo a partir de sus campos disciplinarios. Pocas son las investigaciones que son patrocinadas a partir de las
humanidades, por no mencionar los pocos artículos académicos relevantes que se han publicado en Colombia. Es por ello que se
hace indispensable que tanto docentes como estudiantes articulen los lenguajes de las ciencias del espíritu al campo de la
investigación, no con la intención de medirlas, cuantificarlas y convertirlas en utilitaristas sino que permitan permear el sistema social,
cultural, político y económico de las diversas sociedades humanas proponiendo al mismo tiempo soluciones y puntos de vista que
permitan un ascenso de la sociedad en términos de humanidad.

Esto solo podría llevarse a cabo siempre y cuando las escuelas permitan a los estudiantes espacios de crecimiento a partir del
desarrollo humano, es decir, a partir del conocimiento de sí, de los otros y de la sociedad que los rodea. Recordemos a Freire,
pedagogo latinoamericano quien reivindicaba la labor docente con la idea de “Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los
seres humanos se educan entre sí mediados por lo que los rodea” De este modo, se debe llevar a cabo una des acomodación de los
mundos de la vida de todos los entes educativos de modo que permitan el ascenso de las diversas dinámicas humanas que en los
espacios educativos tienen lugar.

Retos al docente

Lastimosamente en Latinoamérica la labor docente ha sido fuertemente cuestionada en tanto que la


mayor parte de la responsabilidad de la formación de los ciudadanos que tienen un impacto mayormente
permeado por los medios han recaído en los docentes e instituciones que los formaron, constantemente
se juzga a las instituciones por las acciones que los políticos, médicos y hasta famosos que han egresado
de estas llevan a cabo , ignorando por completo el hecho de que la formación es algo que trasciende al
micro currículo o a los procesos que se llevan a cabo durante las intensas horas de teorización al interior
del aula de clase. Sin embargo, hay un poco de razón en las controversiales afirmaciones de los medios y
es que la escuela no impacta lo suficiente en un sujeto como para que pueda llevarse a cabo una
transformación y edificación ética de la voluntad de este.

Por lo tanto se establecerán como probables las siguientes causas al empobrecimiento de la acción del
docente en el proceso formativo:

 Formación interrumpida, los diarios de campo, estructuras académicas, elaboración de artículos


y demás formas de investigación docente muchas veces se ven cohibidas o abandonadas por la
idea de “después de la universidad no hay más formación”, muchos docentes abandonan la idea
de formación continua y se limitan a la ejecución de actividades teóricas en el aula de clase sin la
oportunidad de confrontar los saberes antes aprehendidos y la elaboración y construcción de
unos nuevos que se acoplen a la realidad actual.
 Ideas colonizantes, La idea de control, autoridad y respeto auto otorgado han hecho que la
relación docente-estudiante se fragmente, y crea una dinámica de desprecio los unos sobre otros,
en la antigüedad, maestro y discípulo compartían alimentos, espacios de recreación, disputas
entre unas y otras escuelas y por supuesto, espacios formativos que propiciaban la convivencia
entre unos y otros. El conocimiento no era en ese entonces, impuesto a los hombres, sino que era
de libre elección a partir de la búsqueda de un maestro que fuera capaz de transformar la realidad
del discípulo.
 Restricciones por parte del estado, si bien el ministerio de educación nacional sólo propone unos
lineamientos en tanto a los procesos pedagógicos que se llevan a cabo al interior de las escuelas,
es cierto que muchas veces los docentes se ven condicionados a planificar sus clases y actividades
únicamente bajo los requerimientos del estado para cumplir con los estándares de calidad
impuesto por el mismo.

Las anteriores consideraciones representan los retos fundamentales por parte de los llamados maestros,
en especial para aquellos que creen firmemente en la diferenciación de ambos términos (docente y
maestro) La resolución de este conflicto determinará la importancia del papel docente los siguientes años
en la pedagogía colombiana y por supuesto la de toda la región latinoamericana.

Retos del estudiante

Como se ha referido anteriormente, el docente no es único que suele presentar inconvenientes con
respecto al paradigma pedagógico actual, los estudiantes suelen subestimar al docente, ignorar sus
consejos y hasta desvalorizar su actuar y experiencia. Es por ello que aquí también recae la capacidad de
trascendencia en los estudiantes de modo que logre una adecuada articulación en los conocimientos que
adquieren en las diversas disciplinas abordadas en el proceso formativo. Por ello se proponen los
siguientes elementos a tener en cuenta para ser puestos en tela de juicio como los retos al estudiante si
se quiere llevar a cabo una articulación de las ciencias humanas en los procesos formativos:

 Desinterés, los procesos pedagógicos suelen ser bastante teóricos para estudiantes que apenas y
empiezan a experimentar las diversas dinámicas de la vida, es por ello que muchas veces suelen
dejar de interesar los inconvenientes académicos para darle más sentido a elementos externos
propios de la niñez y adolescencia.
 Falta de compromiso con su proceso formativo, en ocasiones se considera que sacar notas
medianamente suficientes son la excusa perfecta para dejar de lado la intención por mejorar en
algunos aspectos cognitivos que son indispensables para una construcción de saberes y
conocimientos básicos para el desempeño en la vida cotidiana, lo que hace que el estudiante se
aleje de dichos requerimientos por las propuestas de una sociedad mediatizada y manipulada por
la liquidez1 de una sociedad que se esfuerza por olvidar de dónde viene.

Lograr una articulación de los elementos humanos y sociales de la academia sólo será posible si se
permite una superación de los riesgos que se presentan a los actores fundamentales del proceso
educativo, en tanto el proceso de enseñanza-aprendizaje sea enfocado en la vitalidad y el desarrollo
ético de la dinámica humana podremos dirigir los esfuerzos de las ciencias del espíritu en el ascenso
de la condición humana como respuesta a las problemáticas que amenazan con crear un mundo
sistematizado, medible y cuantificado, en resumen, menos humano.

1
Véase a Zygmunt Bauman en su obra “Modernidad líquida” donde pone la sociedad actual y sus dinámicas al
nivel de un líquido, deforme, sin raíces y maleable.

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