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DETERMINATES E INEQUIDADES DE LA SALUD.

América Latina y el Caribe es la región en desarrollo con la esperanza de vida más alta. De
1990 a 2010, la proporción de personas desnutridas disminuyo sistemáticamente en la
Región y la tasa de desnutrición infantil. A pesar de estos avances, sigue habiendo
desigualdades y algunos de los indicadores halagüeños mencionados ocultan diferencias
alarmantes entre los países, esto claramente se debe a la exclusión social y las inequidades
persistentes en la distribución de la riqueza y en el acceso y la utilización de los servicios se
reflejan en los resultados de salud. Los datos dentro de los países indican que, en general,
cuanto más baja es la posición socioeconómica de una persona, peor es su salud. Estos
factores siguen siendo los principales obstáculos para el desarrollo humano inclusivo en la
Región y obstaculizan las estrategias de lucha contra la pobreza, así como la unidad social y
el mejoramiento de las condiciones de salud de la población.

Generalmente se utilizan tres medidas principales para describir las inequidades: las
desventajas en materia de salud debidas a las diferencias entre los sectores de la población
o las sociedades; las brechas de salud, que se forman por las diferencias entre las personas
que están en peor situación y el resto de la población; y los gradientes de salud,
relacionados con las diferencias encontradas a lo largo de todo el espectro de la población.
La posición de una persona en la sociedad tiene su origen en diversas circunstancias que la
afectan, como los sistemas socioeconómicos, políticos y culturales. Las inequidades en la
salud pueden aparecer cuando estos sistemas dan lugar a ‘‘una distribución
sistemáticamente desigual del poder, el prestigio y los recursos entre los distintos grupos
que conforman la sociedad”.

Si bien las circunstancias de la vida diaria, influyen en el desarrollo de enfermedades en la


etapa temprana de la vida, entornos físicos y sociales, trabajo asociado a la estratificación
social y respuestas del sistema de atención sanitaria a la promoción de la salud y a la
prevención y el tratamiento de las enfermedades. Hay que reconocer la repercusión de los
determinantes sociales sobre la salud de las personas y los grupos de población; también
es necesario considerar los mecanismos por los cuales las políticas redistributivas, o la falta
de ellas, pueden configurar los propios determinantes sociales de la salud.

Los determinantes estructurales son aquellos que fortalecen la estratificación de una


sociedad y definen la posición socioeconómica de la gente. En cuanto a la posición social se
ha demostrado que las mejoras en los ingresos y la educación guardan una relación cada
vez más favorable con la salud; El género puede funcionar, junto con la posición social y el
grupo étnico, como determinante estructural debido a la influencia fundamental que tiene
en el establecimiento de jerarquías en la división del trabajo, la asignación de recursos y la
distribución de beneficios; La discriminación y la exclusión racial y étnica afectan todas las
esferas de oportunidades a lo largo de la vida, incluidas las relacionadas con la salud. Estos
determinantes estructurales operan mediante los determinantes intermedios de la salud
para producir resultados de salud. Los determinantes intermedios se distribuyen según la
estratificación social y determinan las diferencias en cuanto a la exposición y la
vulnerabilidad a las condiciones perjudiciales para la salud.}

Por otra parte el aumento de la población puede explicar la incidencia elevada de la


pobreza, sobre todo en el campo, que ha incitado a la población rural a migrar a las zonas
urbanas; y, por el otro, por el avance de la globalización, que ha quitado a algunas ciudades
y países la capacidad de competir eficazmente y mantener niveles adecuados de
remuneración de los empleos urbanos que vayan a la par del crecimiento de la población.
Pues esta migración puede perturbar los sistemas de apoyo social y conducir a aislamiento
social, ausencia o disminución de protección social, cambios de posición social y empleo, y
desempeño laboral deficiente. Los migrantes suelen afrontar dificultades particulares de
salud y son vulnerables a diversos riesgos de salud física y mental.

Concluyendo, podemos decir que para erradicar estas inequidades en salud es necesario
mejorar las condiciones de vida cotidianas; luchar contra la distribución desigual del poder,
el dinero y los recursos; y medir y entender el problema y evaluar la repercusión de las
medidas.
¿POR QUÉ LA EQUIDAD EN SALUD?

Para lograr que los servicios de salud sean equitativos, integrales e integrados habrá que
efectuar grandes cambios en el modelo de atención y en la manera en que está organizada
la prestación de dichos servicios. Los países de la Región coinciden en que los modelos de
atención basados en los valores y principios de la estrategia de atención primaria de salud
deben ser la pauta para que las organizaciones de atención de salud o sus redes
proporcionen servicios integrados, de calidad y centrados en las personas y en la
comunidad. Ciertos cambios serán esenciales, entre ellos una mayor equidad en el
financiamiento de la salud; la creación o modificación de marcos normativos; la aplicación
de métodos innovadores para la capacitación y asignación de los recursos humanos; y el
ejercicio de un firme liderazgo de parte de las autoridades nacionales de salud. Como idea
abstracta, la igualdad no tiene mucha fuerza, y el trabajo real comienza con la especificación
de qué es lo que hay que igualar. Es aquí donde la salud adquiere un carácter crítico,
haciendo que la equidad en salud sea fundamental para entender la justicia social.

Existen diferentes consideraciones que debemos tener claras, la primera nos habla que la
salud es una de las condiciones más importantes de la vida humana, por lo tanto, la equidad
debe ser incorporada de una manera integrada en el concepto de justicia social. En este
sentido, una enfermedad que no es prevenida ni tratada a tiempo, no por elección personal
sino por motivos sociales tiene una repercusión negativa en la justicia social, puesto que no
todos pueden tener la oportunidad de alcanzar una buena salud debido a dichos acuerdos
sociales. Esto requiere una distinción adicional entre el logro de la salud y la posibilidad de
alcanzar una buena salud.
El segundo no habla de la medida en que los procesos y la justicia procesal tienen una
importancia ineludible para la justicia social, tenemos que ir más allá de los logros de la
salud y de la posibilidad de lograr la salud. La tercera y última consideración, no dice que la
equidad en salud no puede preocuparse únicamente de la desigualdad en la salud o en la
atención sanitaria, y debe tomar en consideración cómo se relaciona la salud con otras
características a través de la asignación de recursos y de los acuerdos sociales.

La reducción de la desigualdad no ha mejorado la equidad en salud, dado que esta última


necesita que consideremos, además, la posibilidad de conseguir acuerdos diferentes para
la asignación de recursos, las instituciones o las políticas sociales. Los recursos son agotables
y los acuerdos sociales pueden facilitar la salud de los pobres, a costa no solo de la atención
sanitaria o de los logros de salud de otras personas, sino también a través de un acuerdo
social diferente o de una modificación de la asignación de recursos.
Para asegurar equidad en salud se necesita una acción social amplia que esté respaldada a
través de políticas de equidad que deben preocuparse del mejoramiento de las condiciones
de vida y trabajo, deber dirigirse a facilitar estilos de vida más saludables. Asegurar la
equidad requiere un compromiso real con la descentralización del poder y la toma de
decisiones que se fundamente en el principio de asegurar acceso para todos a servicios de
calidad y que deben basarse en investigación adecuada, monitoreo y evaluación. Las
intervenciones necesarias para reducir diferencias en los niveles de salud deberán ir más
allá del fortalecimiento de los servicios de atención de salud, hasta abarcar los
determinantes
sociales de la salud.

La reducción de inequidades en salud requiere pasar del paradigma biomédico centrado en


los problemas de salud, que coloca la responsabilidad principal en el ámbito sanitario, a
otro basado en los determinantes sociales de la salud, que requiere un alto compromiso
político que involucra a todas las áreas del gobierno y a la participación de la ciudadanía en
la priorización de los problemas, su diagnóstico, diseño de programas, implementación y
evaluación.

La equidad en salud tiene que ser vista como una disciplina amplia y no como un criterio
estrecho y formulista. Pero la amplitud de la idea de equidad en salud necesita, por sí
misma, alguna defensa. Para concluir, la equidad en salud se tiene que ver como un
concepto multidimensional. Puesto que incluye aspectos relacionados con el logro de la
salud y la posibilidad de lograr buena salud, y no solo con la distribución de la atención
sanitaria. La equidad en salud necesita integrar temas más amplios como los es la justicia
social y la equidad global. Tenemos que entender que equidad no es sinónimo de igualdad.
LOS DETRMINANTES SOCIALES DE LA SALUD: MÁS ALLÁ DE LOS FACTORES DE RIESGO.

Los determinantes sociales de la salud son las circunstancias en que las personas nacen,
crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud. Esas circunstancias son
el resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a nivel mundial, nacional
y local, que depende a su vez de las políticas adoptadas.
Los determinantes sociales de la salud explican la mayor parte de las inequidades
sanitarias, esto es, de las diferencias injustas y evitables observadas en y entre los países
en lo que respecta a la situación sanitaria.

Los determinantes sociales fueron creados con el fin de recabar pruebas fehacientes sobre
posibles medidas e intervenciones que permitan fomentar la equidad sanitaria y promover
un movimiento mundial. La equidad sanitaria es una cuestión que afecta a todos nuestros
países y en la que influyen de forma considerable el sistema económico y político mundial.
Los determinantes sociales y económicos es un tema central en la agenda de la Organización
Mundial de la Salud (OMS. Es además un marco de referencia para la investigación en
diferentes áreas de la salud pública y la epidemiología.
La relación entre las condiciones de vida de las personas y su estado de salud se estableció
cuando se evidenció que las enfermedades estaban asociadas con las inadecuadas
condiciones económicas, ambientales y de alimentación.

Los determinantes sociales y económicos tienen como fundamento el análisis de las


inequidades, entendidas como aquellas diferencias en el estado de salud de las personas
que son evitables y por lo tanto injustas. Su centro de atención es la necesidad de esclarecer
cómo las desigualdades injustas en la distribución de los bienes sociales: ingreso, riqueza,
empleo estable, alimentación saludable, hábitos de vida saludables, acceso a servicios de
salud, educación, recreación entre otros, se manifiestan generando diferencias injustas en
el estado de salud de los grupos sociales.
Dos aspectos han contribuido a acrecentar la preocupación por las inequidades en salud. El
primero tiene que ver con el aumento en las desigualdades sociales entre países, regiones
y al interior de los países, entre grupos y estratos sociales; Un segundo elemento que ha
puesto el asunto de las inequidades en salud en primer plano es la persistencia del gradiente
de salud, es decir, a medida que se baja un peldaño en la escalera social, aumenta la
prevalencia de casi todas las enfermedades y problemas de salud: la inequidad nos afecta a
todos.

Diversos estudios en Colombia han demostrado el papel de algunos determinantes sociales


y económicos como la región, la zona donde se habita (urbana o rural), el nivel educativo y
los ingresos sobre el estado de salud, el acceso a los servicios y la autopercepción del estado
de salud. Como ya lo hemos hablado el estatus socioeconómico cobra gran importancia
sobre estos determinantes sociales puesto al modelo de desarrollo excluyente, es cada vez
más frecuente que algunos grupos sociales.

Los sistemas de salud actuales y particularmente el colombiano, han sido incapaces de


satisfacer las necesidades de la población y garantizarle el derecho constitucional a la salud;
especialmente, en aquellas de menos recursos y que por tanto, tienen menos posibilidad
de acceso a los recursos.

Es así como el enfoque de los determinantes sociales, plantea considerar todas aquellas
condiciones socioeconómicas y culturales que hacen que mueran y enfermen con mayor
frecuencia las personas menos favorecidas, que aquellas que están en condiciones más
favorables; para sortear con éxito las contingencias que los afectan y que hacen que las
inequidades sean cada vez mayores, pese al aumento de los recursos asignados al sistema
y los avances tecnológicos renovados para la atención de la enfermedad sin conocer la
cadena causal que la origina.

El reto es entonces empezar a conocer las particularidades de nuestras inequidades en


salud y sus determinantes, que seguramente se comportan de manera distinta y tienen
efectos diferentes a las de otros países. Se requiere utilizar herramientas teóricas y
metodológicas cuantitativas y cualitativas para indagar cómo la estructura de nuestra
sociedad nos enferma y nos mata de manera desigual.
AMERICA LATINA FRENTE A LOS DETRMINANTES SOCIALES DE LA SALUD: POLITICAS
PÚBLICAS IMPLEMENTADAS.

En la Región de las Américas se dispone de datos probatorios sobre el modo en que los
determinantes sociales de la salud influyen en una amplia gama de resultados en materia
de salud y de actividades encaminadas al logro de la salud universal, como se reflejó en la
formulación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y en las formas en que los
países se esforzaron por alcanzarlos. El análisis de estos determinantes reviste particular
importancia en esta Región dado que la inequidad y la desigualdad en materia de salud
siguen siendo los principales obstáculos para el desarrollo sostenido. Las personas que viven
en la Región suelen verse afectadas de manera desproporcionada por las condiciones
deficientes de la vida cotidiana, causadas por los factores estructurales y sociales
(macroeconomía, etnicidad, normas culturales, ingresos, educación, ocupación). Estas
condiciones y factores son la causa de las desigualdades y las inequidades generalizadas y
persistentes en materia de salud en todo el continente.

Para actuar con respecto a los determinantes sociales de la salud en la Región de las
Américas sobre la base de la equidad, es necesario reconocer las causas complejas y a
menudo duraderas de la mala salud y la inequidad en materia de salud mediante la
investigación desde las ciencias sociales y la epidemiología. Un cúmulo cada vez mayor de
pruebas ha dado lugar a la acción intensificada en todo el espectro mundial de salud con
una participación notable a nivel nacional en la Región de las Américas. Al abordar las
“causas de las causas” que son fundamentales para la buena y la mala salud, el enfoque de
los determinantes sociales de la salud puede eliminar algunos de los principales obstáculos
que repercuten en la salud y resolver algunos de los problemas de salud de más difícil
solución en la Región que están estrechamente vinculados con las dimensiones de la
inequidad, y apoyar así la transición progresiva hacia la salud universal.

Como todos sabemos el goce del grado máximo de salud posible es uno de los derechos
fundamentales de todo ser humano. Este es influenciado por factores como la desigualdad
social en salud que se refiere a las distintas oportunidades y recursos relacionados con la
salud que tienen las personas en función de su clase social, sexo, territorio o etnia, lo que
se plasma en una peor saluden los colectivos socialmente menos favorecidos, por la tanto
pasar de un modelo biomédico en salud a uno que tenga en cuenta estas desigualdades y
el trabajo integral en ellas, perspectiva que retoma los determinantes sociales de la salud
(DSS),

Se puede observar que las intervenciones públicas realizadas han abordado principalmente
los determinantes intermedios, el sistema de salud, y en cuanto a los determinantes
estructurales se encuentra un abordaje principalmente en el nivel socioeconómico y en la
etnia. Esto representa un reto frente a los diversos determinantes estructurales que se
dejan por fuera de los modelos. Si bien el alcance del estudio limita la profundidad de su
análisis, sí queda claro que a la luz del modelo conceptual de DSS, las políticas públicas en
Latinoamérica han estado sectorizadas.

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