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valoración de la prueba
Con todo, en nuestra opinión lo más preocupante son las decisiones carentes de
racionalidad, como sucede con la "motivación aparente" que se contenta con una
referencia a normas o criterios generales valorativos pero sin realizar el menor
esfuerzo justificativo real. Y lo mismo sucede con la denominada " motivación
ilativa", consistente en citar pruebas , una tras otra, separadas de la conjunción "y"
(es típico de los veredictos-sentencias del tribunal del jurado: "han sido elementos de
la convicción alcanzada la prueba de confesión del acusado y la testifical de A y la
testifical de B y el documento D, de lo que resulta que X mató a Y...)", proceder que
no puede reputarse satisfaga las exigencias de una decisión racional.
La doctrina de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, en la materia es profusa y está
llena de ejemplos del máximo interés.
Así, la STS 25-5-2006 que declaró la nulidad de la sentencia dado que "la
estructura lógica del razonamiento o juicio sobre la prueba es débil","no
excluye la duda razonable de un resultado valorativo diferente", y el Tribunal se
abstuvo de precisar las razones -más allá de su mera afirmación- por las que se inclina
por una de las alternativas que ofrece la prueba.
De igual modo, la STS 12-9-2006 anuló la sentencia ante el "patente vacío de
expresión del análisis" de los elementos de convicción y la emisión de "conclusiones
sintéticas al respecto" que nada explican, siendo necesario la identificación de las
fuentes de prueba de cargo y la consideración de los elementos de convicción
obtenidos en cada caso.
Pero entre las más recientes, cabe destacar la Sentencia 441/2008, de 10 de
julio, en la que nuestro Tribunal Supremo reproduce su doctrina general, en la
materia, contenida entre otras, en SSTS 270/2003, de 12 de marzo y 123/2004, de 6
de febrero, censurando a la resolución de la Audiencia lo siguiente: a)Un discurso
aquejado de una patente circularidad, esto es, puramente tautológico; pues
la justificación de la veracidad de los que se ofrecen como hechos probados es una
simple reiteración de una parte de éstos; b) Una esquemática y vaga referencia a
algunas afirmaciones de cargo, que se dejan sin analizar; c) la falta de un examen de
la prueba de descargo, "a la que no se dedica la menor atención", y d) consideración
de "evidentes" de hechos procedentes de las manifestaciones de algún testigo
cuando ello no resulta así, de la plasmación de dichas declaraciones en la sentencia.
Como puede apreciarse, la sentencia recurrida, desconoce reglas tan fundamentales
en materia de valoración de prueba como la necesidad de valorar la prueba de cargo y
expresar, razonada y razonablemente, la convicción alcanzada que no puede
sustituirse por afirmaciones puramente inanes , tautológicas o carentes de
consistencia incriminatoria por falta de la debida profundización en el análisis.