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“La economía de la manipulación”, texto escrito por George A. Aquello y Robert J. Shiller,
busca en un recuento de aproximadamente 400 páginas dar una crítica al sistema capital, pero
no a su estructura e idea de libre capital, porque en posición de los autores, son “admiradores
del sistema de libre mercado” (A.Akerlof & Shiller, 2015, p. 16), la crítica está encaminada
a la forma como la poca intervención estatal ha generado fenómenos de “manipulación” sobre
la sociedad y buscan, a como dé lugar, los diferentes actores de la economía “pescar” sujetos
para poder mantener sus negocios. La visión de los autores (ambos premios Nobel de
economía), que se buscan con el texto, es “ayudar a que la gente sea capaz de encontrar más
fácilmente su lugar en el mismo” (A.Akerlof & Shiller, 2015, p. 16), refiriéndose a su lugar
dentro del sistema de mercado, evitando las artimañas de los “pescadores” y poder obtener
los provechos del mismo como las grandes industrias, entidades financieras y empresas
multinacionales lo obtienen.
Es así como el libro se divide en dos grandes partes: una primera parte referente a las
“facturas impagadas y crac financiero” y otra referente al ejercicio de la “manipulación en
muchos contextos”, donde revela en varias situaciones, ejemplificaciones muy cotidianas de
manipulación económica.
No siendo esto un resumen del libro, sino una construcción crítica sobre los diferentes
postulados del libro respecto a la forma de como el mismo trata los elementos del libre
mercado y las manipulaciones económicas, siendo esto la tesis del presente ensayo.
En un primer momento los autores refieren a que “debemos reflexionar sobre lo que los
mercados hacen por nosotros” (A.Akerlof & Shiller, 2015, p. 20) , señalando los beneficios
de la economía de libre mercado, incentivando a la gente a producir lo que las personas
desean, con la reciproca idea de obtener una ganancia o beneficio.
Pero esta situación ha producido de forma indirecta un fénomeno, que es el equilibrio
económico “altamente adecuado para entidades económicas que manipulan o distorsionana
nuestro jucio utilizando prácticas empresariales que son análogas a cánceres biológicos que
crean su hogar en el equilibrio normal del cuerpo humano.” (A.Akerlof & Shiller, 2015, p.
20), dicho fénomeno parte del presupuesto de los gustos personales, dado que “ el primer
concepto de “gustos” escribe lo que es realmente bueno para nosotros” y “el segundo
concepto de los “gustos” que determinan cómo tomamos realmente nuestras decisiones. Y
ésas decisiones pueden que no sean, de hecho, “buenas para nosotros”.” (A.Akerlof & Shiller,
2015, p. 42) siendo la conclusión la dicotomía entre lo que le conviene y lo que se desea, esto
decanta en la creación de necesidades, y estas a su vez producen un miedo, el cual para los
manipuladores sera una debilidad que facilitará su trabajo de “pescar incautos”.
“Es sabido que una economía una vez logra un equilibrio, es imposible mejorar el bienestar
económica de cada uno. Cualquier interferencia hara que “alguien” termine peor”.
(A.Akerlof & Shiller, 2015, p. 43) La sintesis de esta máxima de los autores, parte que la
teoría económica asume como cierto que los hombres saben lo que desean, pero no tienen en
cuenta que a mayor oportunidades de competencia y libre mercado, mayor sera “la libertad
para engañar” (A.Akerlof & Shiller, 2015, pág. 44). Por ello, toma relevencia como el
mercado crea necesidades a las personas a partir de jugar con su subconciente, tomando la
naruraleza humana y jugandocon sus perversiones, inseguriades, gustos, miedos, y demás
emociones para alcanzar marketing y, en consecuencia, generar consumo.
“Ahora bien, si prescindimos del valor de uso de las mercancías éstas sólo conservan una
cualidad: la de ser productos del trabajo.” (Marx, 1867, p. 88), siendo que la cantidad de
trabajo acumulado en cada uno de esos productos, es lo que determina su valor real o
contenido material de riqueza, ahora, dicho contenido, es expresado cuantitativamente en un
valor, dicho valor será en un valor de cambio (Marx, 1867, p. 85).
Este valor de cambio es determinado en cada sociedad de forma diferente, por ello, en la
actualidad el consumo de bienes y servicios es expresado en dinero, dado que es la forma de
transacción que mejor logra representar el valor de cambio entre individuos y sociedades.
En este orden de ideas, es visto que toda la producción de bienes y servicios a simple vista
satisface las necesidades humanas, pues todas son generadas a partir del trabajo humano, son
susceptibles de un valor de cambio.
Pero no todo bien y servicio realizado a partir del trabajo, en sí, tiene explicito su valor de
trabajo, porque hay bienes y servicios que acumulan mayor trabajo, y por ende su valor de
cambio es mayor, pero he aquí donde entre los manipuladores, dado que ellos conocen esta
premisa, y utilizan esto a su favor: toman como suyo ese trabajo y de allí empiezan a construir
sus riquezas.
He aquí donde vemos la primera forma de distinguir una necesidad conveniente de un deseo,
una verdadera necesidad será aquella que satisfaga una necesidad humana (independiente del
contexto, época, o situación en la que se encuentre, el sujeto) y una necesidad generada de
un deseo será aquella cuyo fin es la producción para la valorización del capital.
Aunque los deseos son internos, el manipulador conoce de primera mano cómo funciona el
subconsciente humano y genera en consumo de esas necesidades:
Podría decir que la teoría marxista está en la actualidad desechada por el solo hecho de
desconocer las condiciones sociales de la actualidad los grandes avances tecnológicos han
modificado nuestras formas de vida, viéndose reflejado en los sistemas económicos que hoy
por hoy están, como lo son los complejos sistemas financieros que rigen en el mundo. En mi
opinión no, solamente se han adaptado y evolucionado el consumo a formas aún más
complejas, como por ejemplo las empresas de calificación y sus “altas calificaciones” a
servicios financieros como los títulos emitidos por los bancos de inversión, que generaban
una “confianza” en el inversionista, produciendo que los inversionistas dieran su capital a los
bancos de inversión, jugando así con la expectativa del dinero ajeno, pues daba una garantía
reembolsable al depositante, esto se da como resultado de haber descubierto a finales de la
década de los 70 “los grandes beneficios que podrían lograrse tomando dinero prestado y
luego negociando con su propia cuenta.” (A.Akerlof & Shiller, 2015, p. 82)
Así las cosas, la conclusión de esta primera parte del libro es la siguiente:
El motivo del ama de casa agotada y de la falta de ahorros viene de una las
predicciones esenciales de este libro. Los mercados no se limitan a producir lo que
realmente deseamos, también producen lo que deseamos según los gustos de nuestros
monos-en los hombros. Los mercados también tratan de cubrir esas necesidades, así
que compraremos lo que tengan a la venta. En Estados Unidos la meta de casi
cualquier empresario…es acerté gastar tu dinero. Los mercados producen una
tentación continua. (A.Akerlof & Shiller, 2015, pp. 66-67)
Del segundo acápite del libro base, se puede inferir y constatar, una premisa que acompañará
la incidencia de la manipulación en el constructo socio económico de cada sociedad,
incluyendo la forma en que esta moldea el gobierno representativo que aún predomina en
occidente, y es que como dice Foucault:
Si por democracia entendemos el ejercicio efectivo del poder por parte de un pueblo
que no está dividido ni ordenado jerárquicamente en clases, es claro que estamos muy
lejos de la democracia. Me parece evidente que estamos viviendo bajo un régimen de
dictadura de clase, de un poder de clase que se impone a través de la violencia, incluso
cuando los instrumentos de violencia son institucionales y constitucionales; y a ese
nivel, hablar de democracia carece de sentido por completo. (N. Chomsky/M.
Foucault, 2007, pp. 55).
Dentro del capítulo quinto de esta segunda parte, se conmina al lector a introducirse dentro
del mundo del lobby, así:
En su discurso sobre el Estado de la Unión de 1992 George Bush propuso la retirada
de los fondos ya consignados para la construcción de dos nuevos submarinos
nucleares.
El fabricante de estos barcos, General Dynamics, respondió inmediatamente:
contrataron a Gerry Casidy, a un coste de 120.000 dólares por mes, para que
orquestara una campaña de relaciones públicas de lobby. El Sea Wolf se salvó, y la
propuesta de recisión, por valor de 2800 millones de dólares fue abortada. Sin
embargo, los efectos de los pagos a los lobistas, y el aumento de las contribuciones
de campaña, fueron pequeños. (A.Akerlof & Shiller, 2015, pp. 177-178)
Varias epistemes han sido objeto de análisis en este capítulo, y, sin embargo, la crítica que
se genera en el decurso del acápite, resultan superfluos para entender la discordante
dicotomía en la que nos instaura esta manipulación mediática y de lobby constante del
mercado.
Surgen varias incógnitas en este momento del texto: ¿es el gobierno constitucional quien
moldea los fines de un país? ¿somos responsables del destino de los recursos públicos? La
respuesta a todo esto es diáfana: ni el gobierno, ni sus legisladores resultan operantes para
concretar esos fines que se plantea cada Estado, ese constructo socio económico. Son las
grandes empresas las responsables de las circunstancias actuales, de la modificación de las
epistemes, de la ciencia, tecnología, pobreza, clases, riqueza y desigualdad en las economías
de occidente. Parece que la economía de la manipulación es la responsable de los destinos de
cada país, cada estado nación.
Por esto, se ha traído a Foucault, conminar un análisis profundo de las circunstancias que
plantean toda una hoja de ruta para la vida del consumidor final.
Como quiera que el epitafio del texto nos conmina a analizar la estrategia de manipulación
en los distintos escenarios posibles de la economía: publicistas, sistema crediticio, política,
farmacéutica e innovación, podría pensarse en qué, sin duda, son los manipuladores lobistas
los encargados de moldear todas las relaciones de producción, por tanto, la trascendencia de
enunciar a un Foucault que define este escenario como una dictadura de clase, quienes
determinan las leyes, que dictaminan la publicidad que debe o no debe y que si no le es
favorable esa regulación, utilizan tretas para soslayar esta trabas que son minucias para el
monstruo en que se ha convertido el mercado.
No queda más que la advertencia que nos ha dejado la historia, verbi gracia la crisis del año
1929, luego de que Wall Street decayera en el viernes negro, el mercado necesita muchísima
más regulación y se debe subvertir esa relación entre la economía y la política, quien resulta
como activa la primera, para evitar ciertamente el uso abusivo de todos los escenarios en que
las grandes empresas tienen acceso.
Lo ideal, es apuntar a un sistema común representativo, que represente las mayorías, dentro
del panorama liberal, respetando las libertades individuales y colectivas, pero es cierto que
esta tarea no es nada fácil, en este momento en los congresos de todo el mundo, se encuentra
alguna empresa multinacional o transnacional convenciendo a un legislador de nula ética
para contribuir en sus fines económicos.