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Título: Acciones por incumplimiento del Contrato de Leasing

Autor: Farinati, Eduardo N.


País: Argentina
Revista de Derecho Bancario y Financiero - Número 1 -
Publicación:
Septiembre 2011
Fecha: 22-09-2011 Cita: IJ-L-189
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La prenda con registro, el leasing y la relación de consumo. Comentario al fallo
“M. SA c/J. Z. s/Ejecución Prendaria” (Farinati, Eduardo N.)

Acciones por incumplimiento del Contrato de Leasing


I.
Antecedent Por Eduardo N. Farinati
es
II. I. Antecedentes [arriba] -
Caracteres
generales En la República Argentina, los primeros antecedentes jurisprudenciales
se encuentran en año 1913, aunque referidos a cuales eran las normas
del aplicables de acuerdo con la legislación vigente en esa época[1].
procedimie
nto En materia legislativa, la primera norma que se refiere a la figura del
establecido leasing es la “Ley de Entidades Financieras” nro. 18.061 del año 1969,
en la Ley que autorizó a los bancos de inversión y a las compañías financieras a
“dar en locación bienes de capital adquiridos con tal objeto”.
Nº 25.248
III. La Ley Nº 21.526 (B.O. 21/2/1977), que modificó la 18.061, mantuvo
dicha autorización, extendiéndola a los bancos comerciales al instaurar
Incumplimi un régimen mixto de banca múltiple y banca especializada.
ento y
ejecución Sin embargo, ambas leyes resultaban insuficientes pues no lo
de bienes reglamentaron y solo reconocían al leasing como un tipo contractual
inmuebles aplicable a determinadas entidades financieras.

IV. La cuestión pareció resolverse con la sanción de la Ley Nº 24.441, de


Financiamiento de la Vivienda y la Construcción (B.O. 16/1/95) que, a
Secuestro y
través de los arts. 27 a 34, reglamentó la figura del leasing.
ejecución
en caso de El régimen establecido por la Ley Nº 24.441, resultó acotado (por
bienes ejemplo, solo limitaba el leasing a las cosas muebles e inmuebles o
muebles nada preveía sobre las acciones que podía entablar el dador ante el
incumplimiento del tomador en el caso de bienes muebles), haciendo
V. Síntesis necesaria la sanción de una nueva ley.

El 14/6/2000 se publicó en el Boletín Oficial la Ley Nº 25.248, que


derogó los citados arts. 27 a 34 y estableció el régimen aplicable a
partir de entonces.

La Ley Nº 25.248, realizó varios cambios sustanciales e incorporó


diversas cuestiones no contempladas en el régimen establecido por la
Ley Nº 24.441. Entre dichas incorporaciones se encuentra un
procedimiento especial ante el incumplimiento del tomador en el caso
de bienes muebles.

Es de tener presente que la Ley Nº 25.248 no es de aplicación


retroactiva por lo que, los contratos celebrados con anterioridad a su
vigencia, se regirán por las disposiciones de la Ley Nº 24.441.

II. Caracteres generales del procedimiento establecido en la Ley Nº


25.248 [arriba] -

Los arts. 20 y 21 de la Ley Nº 25.248, fijan un procedimiento especial


ante el incumplimiento de la obligación del tomador de pagar el canon
establecido en el contrato de leasing, con las siguientes características:

El ámbito de aplicación se restringe a los casos de incumplimiento del


tomador y nada se prevé respecto del dador, donde deberán aplicarse
las normas generales establecidas en los códigos de procedimiento[2].

Son presupuestos esenciales para habilitar los procedimientos


establecidos en los arts. 20 y 21 la mora del tomador en su obligación
de pago de los cánones y la inscripción de los contratos de leasing.

Los artículos contienen aspectos de índole procesal que deberán ser


armonizados con los códigos de rito locales[3].

Establece 2 regímenes diferenciados, según se trate de bienes


inmuebles o muebles.

La ley no incluye dentro de las causales que habilitan los


procedimientos establecidos en los arts. 20 y 21 a la falta de pago de
los seguros, impuestos, tasas, servicios públicos u otras obligaciones
que estuvieran a cargo del tomador.

Por ello y dado que en ambos regímenes se hace referencia


expresamente a la falta de pago del canon para habilitar la aplicación
de cualquiera de ellos, no se encontrarían incluidas dentro de los
procedimientos establecidos por dichos artículos otras causales de
incumplimiento del contrato.

Sin embargo, ello no obstaría a que, se pueda resolver el contrato de


leasing con motivo de tales incumplimientos[4] e iniciar acciones
(desalojo, secuestro, daños y perjuicios) por las vías establecidas a
través de los códigos de rito.

III. Incumplimiento y ejecución de bienes inmuebles [arriba] -


El art. 20 de la Ley Nº 25.248 –que registra como antecedente al art.
34 de la Ley Nº 24.441- determina:

“Incumplimiento y ejecución en caso de inmuebles. Cuando el objeto


del leasing son cosas inmuebles el incumplimiento de la obligación del
tomador de pagar el canon da lugar a los siguientes efectos:

a) Si el tomador ha pagado menos de un cuarto (1/4) del monto del


canon total convenido, la mora es automática y el dador puede
demandar judicialmente el desalojo. Se debe dar vista por cinco (5)
días al tomador, quien puede probar documentalmente el pago de los
períodos que se le reclaman o paralizar el trámite, por única vez,
mediante el pago de lo adeudado, con más sus intereses y costas. Caso
contrario, el juez debe disponer el lanzamiento sin más trámite;

b) Si el tomador ha pagado un cuarto (1/4) o más pero menos de tres


cuartas partes (3/4) del canon convenido, la mora es automática; el
dador debe intimarlo al pago del o de los períodos adeudados con más
sus intereses y el tomador dispone por única vez de un plazo no menor
de sesenta (60) días, contados a partir de la recepción de la
notificación, para el pago del o de los períodos adeudados con más sus
intereses. Pasado ese plazo sin que el pago se verifique, el dador puede
demandar el desalojo, de lo que se debe dar vista por cinco (5) días al
tomador. Dentro de ese plazo, el tomador puede demostrar el pago de
lo reclamado, o paralizar el procedimiento mediante el pago de lo
adeudado con más sus intereses y costas, si antes no hubiese recurrido
a este procedimiento. Si, según el contrato, el tomador puede hacer
ejercicio de la opción de compra, en el mismo plazo puede pagar,
además, el precio de ejercicio de esa opción, con sus accesorios
contractuales y legales. En caso contrario, el juez debe disponer el
lanzamiento sin más trámite;

c) Si el incumplimiento se produce después de haber pagado las tres


cuartas (3/4) partes del canon, la mora es automática; el dador debe
intimarlo al pago y el tomador tendrá la opción de pagar dentro de los
noventa (90) días, contados a partir de la recepción de la notificación
lo adeudado reclamado más sus intereses si antes no hubiere recurrido
a ese procedimiento o el precio de ejercicio de la opción de compra
que resulte de la aplicación del contrato, a la fecha de la mora, con sus
intereses. Pasado ese plazo sin que el pago se hubiese verificado, el
dador puede demandar el desalojo, de lo que debe darse vista al
tomador por cinco (5) días, quien sólo puede paralizarlo ejerciendo
alguna de las opciones previstas en este inciso, agregándole las costas
del proceso;

d) Producido el desalojo, el dador puede reclamar el pago de los


períodos de canon adeudados hasta el momento del lanzamiento, con
más sus intereses y costas, por la vía ejecutiva. El dador puede también
reclamar los daños y perjuicios que resultaren del deterioro anormal de
la cosa imputable al tomador por dolo, culpa o negligencia por la vía
procesal pertinente”.
Descripción

El artículo prevé tres supuestos solo aplicables para el caso de


incumplimiento en el pago de los cánones por parte del tomador[5],
diferenciándose unos de otros por el total de las sumas abonadas por el
tomador al momento de incurrir en mora.

Si bien los tres supuestos contienen elementos comunes, también


poseen elementos propios que lo distinguen unos de otros.

El primer supuesto, habilita al inicio de un proceso judicial[6] a partir


de la mora del tomador.

El segundo y tercer supuestos se dividen en un procedimiento


extrajudicial -aplicable a partir de la mora del tomador- y un
procedimiento judicial, siendo el primero condición previa para la
habilitación del segundo[7].

Las diferencias de plazos en los procedimientos extrajudiciales[8] se


justifican en el total de las sumas abonados por el tomador al momento
de incurrir en mora. Así, cuanto mayor sean los importes abonados,
mayor será el tiempo que se otorgue al tomador para regularizar la
situación.

En ninguno de los 3 supuestos se hace referencia al momento en que se


opera la resolución del contrato. Sin embargo, a partir de lo dispuesto
por el propio art. 20, se puede inferir que el leasing se considerará
resuelto de pleno derecho en caso que el tomador no demostrare el
pago de lo reclamado o paralizara el procedimiento mediante el pago
de lo adeudado con más sus intereses y costas dentro de los 5 días de
notificado de la demanda de desalojo.

Dentro del marco del procedimiento judicial y en cualquiera de los 3


supuestos, el tomador tendrá un plazo de 5 días para contestar el
traslado (en el art. 20 se usa la expresión “vista”)[9] de la demanda de
desalojo y tendrá como única excepción admitida a su favor la del
pago documentado.

Procedimiento

De acuerdo con lo indicado, en el art. 20 prevé 3 supuestos según sea


el total abonado:

a) Menos de ¼ del monto del canon total convenido.

En este caso, a diferencia de los dos siguientes, el dador podrá


demandar el desalojo[10] sin necesidad de intimar de pago al tomador.
Es decir, la mora automática habilitará el inicio del procedimiento
judicial.

Sin embargo y por remisión[11] a lo dispuesto en el art. 1579 del Cód.


Civ., podría entenderse que, si nada hubiesen establecido las partes en
contrario, será presupuesto para iniciar la acción de desalojo la falta de
pago de dos períodos consecutivos del canon. Sin embargo, esta
solución sería contraria al criterio seguido por la Ley de Leasing
(agilizar el trámite) y opuesta al criterio seguido para los incisos b) y c)
donde el dador deberá intimar al tomador ante la falta de pago del o de
los períodos adeudados.

Por ello consideramos que, aún cuando nada dijeran las partes, el
dador podría demandar el desalojo ante la falta de pago de un solo
período pues no resulta aplicable como norma supletoria el art. 1579
del Cód. Civ. y si, en cambio, corresponde la aplicación analógica de
lo establecido en los otros 2 supuestos, de forma tal que lo establecido
en el art. 20 resulte un todo uniforme.

b) ¼ o más pero menos de ¾ partes del canon convenido.

En este supuesto serán requisitos de procedencia para habilitar la


demanda de desalojo la previa intimación al pago del[12] o los
períodos adeudados con más sus intereses y la falta de pago del
tomador dentro de los 60 días posteriores a la fecha de recepción de la
intimación.

c) Más de ¾ partes del canon.

Al igual que en el supuesto anterior, se establece como requisito de


procedencia para la demanda de desalojo: la previa intimación al pago
del o los períodos adeudados con más sus intereses y la falta de pago
del tomador, aunque en este caso el tomador contará con 90 días –
contados a partir de la fecha de recepción de la intimación- para
regularizar la situación.

A la facultad de pagar las sumas adeudadas por cánones devengados


con más sus intereses se suma la alternativa a favor del tomador de
abonar el precio para ejercer la opción de compra que resulte de la
aplicación del contrato. En este caso, para determinar la suma a abonar
habrá que calcular el valor actual neto (VAN), es decir, el total de
cuotas adeudadas más el valor de la opción de compra, con más sus
intereses y costas.

En caso que se hubieren vencido todos los períodos previstos para el


pago del canon junto con el plazo para ejercer la opción de compra y el
tomador solo abonare los cánones con más sus intereses, deberá
interpretarse que éste no ha ejercido la opción de compra debiendo
entregar el bien al dador y, si el tomador no restituyera el bien, deberá
continuarse con el proceso pues de lo contrario se burlaría el fin tenido
en cuenta por la ley al establecer un proceso más abreviado que el del
trámite normal del desalojo.

En este supuesto, no se ha incorporado la frase “… el juez debe


disponer el lanzamiento sin más trámite” que si fue incluida en los 2
anteriores.
Esta omisión también existía en la redacción del art. 34 de la Ley Nº
24.441, llevando a la doctrina a preguntarse si también se debe aplicar
a este supuesto el “lanzamiento sin más trámite”. Así, Gastaldi ha
considerado que la respuesta es afirmativa fundándose en que la norma
debe interpretarse contextualmente[13].

Cánones adeudados hasta la fecha de lanzamiento y daños y perjuicios

El inciso d) del art. 20 distingue 2 tipos de acciones, siendo requisito


para la procedencia de ambas que previamente se hubiere efectivizado
el desalojo:

a) Acción por el reclamo de los cánones devengados y no percibidos


hasta el momento del lanzamiento con más sus intereses y costas. Esta
acción podrá cursarse por la vía ejecutiva.

Conforme se desprende de lo dispuesto por el inciso d), el dador no


tendrá derecho a reclamar los cánones a vencer a posteriori del
lanzamiento ni la opción de compra.

Esta disposición resulta lógica en la medida que el dador, al momento


de producirse el lanzamiento, será el propietario del bien y le serán
aplicables, las normas sobre la locación[14]. Con lo cual, no podrá
reclamar más allá de lo que corresponda al período en que el bien se
encontraba bajo el uso y goce del tomador. A su vez, al ser el
propietario del bien, podrá disponer del mismo dándole el uso que
considere más conveniente, otorgándolo en leasing nuevamente o
enajenándolo, sin tener que rendir cuentas de su obrar al tomador.

b) Acción de daños y perjuicios por el deterioro anormal de la cosa


imputable al tomador por dolo, culpa o negligencia a través de la vía
procesal que establezcan los códigos de forma[15].

Competencia

En materia de competencia, la jurisprudencia se encuentra dividida:

a) Incompetencia del fuero comercial:

Una corriente jurisprudencial considera que el fuero comercial no es


competente para conocer en el desalojo de un inmueble entregado en
virtud de un contrato de leasing[16].

En sustento de esta postura se ha expresado que “Si se prescinde del


nomen iuris, las operaciones que se combinan en este tipo de
contratación, locación y compraventa de inmueble son como regla de
competencia civil en virtud de lo dispuesto por el art. 452 inc. 1
CCom., que no considera mercantiles a las compras de bienes raíces y
muebles accesorios, y lo regulado por los arts. 42 y 43 bis Decreto Nº
1285/1958 (3), que fijan la competencia por materia. Y como bien
destaca el magistrado de la anterior instancia, las normas de
compentencia citadas no mencionan a la locación de inmueble entre
los contratos de ese tipo que fueron reservados para el conocimiento de
este fuero (en sentido similar, C. Nac. Com., sala D, 30/6/1983,
"Baleiro, Víctor v. Miroven S.A. s/sumario"; íd., en cuanto a los actos
de los comerciantes, Corte Sup., 12/5/1981, "Pignata, Omar H., v.
Gentile, Francisco", en Fallos 303:666)”[17].

b) Competencia del fuero comercial

Quienes sostienen la competencia del fuero comercial fundan su


posición en que el contrato de leasing es “un negocio (operación)
financiero complejo, mediante el cual una parte de la relación
contractual, que en principio se identifica como locataria o tomadora,
solicita a otra que, como locadora o dadora, le ponga a disposición un
bien de uso previamente escogido para llenar sus necesidades. A su
vez el locatario contará -una vez transcurrido un plazo preestablecido-
con una opción de compra a su favor sobre el bien locado, por un valor
residual predeterminado o determinable (Abatti-Rocca, "Régimen del
Leasing", pág. 21, ed. Astrea)”, donde la “naturaleza de esa operatoria
aparece así inmersa en la actividad comercial cuya jurisdicción se
reserva a este fuero específico”[18].

En este sentido, también se ha indicado que el leasing inmobiliario


configura un contrato complejo, integrado por diversos elementos que,
a pesar de los términos en que aparezca redactado, no debe equipararse
con el arrendamiento, ni con la opción de compra, ni siquiera con el
arrendamiento con opción de compra, sino que, por la unicidad de su
causa, constituye una realidad unitaria e independiente (conf. VI
Congreso Internacional de Derecho Registral, citado en "Compraventa
Inmobiliaria", Jorge Mosset Iturraspe, pág. 481)[19].

IV. Secuestro y ejecución en caso de bienes muebles [arriba] -

Para el caso que los bienes dados en leasing fueran muebles el art. 21
determina:

“Secuestro y ejecución en caso de muebles. Cuando el objeto de


leasing fuere una cosa mueble, ante la mora del tomador en el pago del
canon, el dador puede:

a) Obtener el inmediato secuestro del bien, con la sola presentación del


contrato inscripto, y demostrando haber interpelado al tomador
otorgándole un plazo no menor de cinco (5) días para la regularización.
Producido el secuestro, queda resuelto el contrato. El dador puede
promover ejecución por el cobro del canon que se hubiera devengado
ordinariamente hasta el período íntegro en que se produjo el secuestro,
la cláusula penal pactada en el contrato y sus intereses; todo ello sin
perjuicio de la acción del dador por los daños y perjuicios, y la acción
del tomador si correspondieren; o

b) Accionar por vía ejecutiva por el cobro del canon no pagado,


incluyendo la totalidad del canon pendiente; si así se hubiere
convenido, con la sola presentación del contrato inscripto y sus
accesorios. En este caso sólo procede el secuestro cuando ha vencido
el plazo ordinario del leasing sin haberse pagado el canon íntegro y el
precio de la opción de compra, o cuando se demuestre sumariamente el
peligro en la conservación del bien, debiendo el dador otorgar caución
suficiente.

En el juicio ejecutivo previsto en ambos incisos, puede incluirse la


ejecución contra los fiadores o garantes del tomador. El domicilio
constituido será el fijado en el contrato”.

Opciones

Tratándose de bienes muebles la ley plantea 2 opciones: a) El


secuestro del bien junto con la eventual ejecución posterior de los
cánones devengados y no percibidos hasta el momento del secuestro.
b) Accionar por la vía ejecutiva para reclamar el valor del canon no
pagado.

En este sentido se ha resuelto que, aún cuando el actor había


comunicado su voluntad de ejercer la opción de compra, la sola
manifestación de su voluntad de ejercer dicha facultad sin demostrar
una actuación dirigida a que la misma se concretara, no bastaba para
tener por efectivamente configurada la opción de compra y con ello el
derecho del tomador a que se le transfiriera la propiedad de los bienes
dados en leasing. Y, ante la mora en el pago de los cánones de los
contratos de leasing, el dador se encontraba habilitado a iniciar el
secuestro de los bienes previo cumplimiento de la intimación
establecida en el art. 21 de la Ley Nº 25.248, pues “más allá de la
cantidad de cuotas que la tomadora hubiera pagado, ante la mora del
tomador en lo que constituye su obligación principal –el pago del
canon convenido-, la Ley Nº 25.248 no obliga al dador a iniciar la vía
ejecutiva tendiente al cobro de lo adeudado sino que establece que “…
ante la mora del tomador en el pago del canon, el dador puede: a)
Obtener el inmediato secuestro del bien ...” o bien “… b) Accionar por
vía ejecutiva por el cobro del canon no pagado …”[20].

En ambos supuestos será requisito excluyente que el contrato de


leasing se encuentre inscripto. Por ello, la jurisprudencia ha sostenido
que resulta improcedente la ejecución de un contrato de leasing no
inscripto porque no reviste la condición de título ejecutivo en los
términos del art. 21 de la Ley Nº 25.248[21].

a) Secuestro del bien.

Esta alternativa faculta al tomador a iniciar 2 tipos de acciones siendo,


la efectivización de una de ellas, el presupuesto necesario para iniciar
la otra.

a.1) El secuestro del bien, con la sola presentación del contrato


inscripto y demostrando haber interpelado al tomador para regularizar
la situación[22].
a.2) La ejecución por el cobro del canon que se hubiera devengado
ordinariamente hasta el período íntegro en que se produjo el secuestro,
la cláusula penal pactada en el contrato y sus intereses.

Es decir, en solución similar a la establecida en el art. 20 inc. d), en


primer término deberá haberse obtenido el secuestro efectivo del bien
dado en leasing para luego poder iniciar un juicio ejecutivo.

Asimismo si el dador opta por esta alternativa y secuestra el bien no


tendrá derecho a reclamar el total de los cánones pactados ni la opción
de compra, sino solo los devengados y no abonados hasta la fecha del
secuestro. Esta conclusión es congruente con el momento en que se
opera la resolución del contrato: una vez producido el secuestro -
conforme establece el mismo art. 21 inc. a)-.

Ello se justifica en la medida en que, por esta vía el dador tendrá por
principal objetivo recuperar el bien dado en leasing (además de los
cánones devengados hasta el momento del secuestro).

Lo indicado lleva a concluir que -al igual que en el leasing sobre


bienes inmuebles- una vez efectivizado el secuestro a favor del dador y
en su carácter de propietario del bien, podrá disponer del mismo
dándole el uso que considere más conveniente –darlo en leasing
nuevamente o enajenarlo, por ejemplo-, sin tener que rendir cuentas de
su obrar al tomador que habrá perdido cualquier derecho que pudiera
tener sobre el bien quedándole únicamente la posibilidad de demandar
por daños y perjuicios, si correspondiere.

b) Accionar por la vía ejecutiva por el canon no pagado, incluyendo la


totalidad del canon pendiente[23].

En este último caso, a diferencia del anterior, no se exige la previa


interpelación.

Resulta claro que, al optar por esta alternativa, el dador buscará


recuperar su inversión pasando a un segundo plano el bien dado en
leasing –a diferencia de la alternativa anterior donde esencialmente se
busca recuperar el bien-.

Bajo esta premisa, es de preguntarse si la totalidad del canon pendiente


incluye el valor de la opción de compra. Estimamos que la respuesta
debe ser negativa pues la ley no la incluye expresamente. A pesar de
ello y como se verá seguidamente, el tomador podría adicionalmente
ejercer la opción y abonar su valor.

La ley nada dice sobre la resolución del contrato en este supuesto. Sin
embargo, conforme se desprende del texto del art. 21 inc. b), es dable
concluir que si bien se habilita a reclamar a través de un juicio
ejecutivo el cobro del canon no pagado, incluyendo la totalidad del
canon pendiente, el contrato continuará vigente y recién se tendrá por
extinguido cuando se encuentren vencidos todos los plazos, incluido el
que se hubiera establecido para el ejercicio de la opción de compra.

Esta conclusión se fundamenta en que, en este supuesto, solo será


posible secuestrar el bien después una vez vencido el plazo ordinario
del leasing sin haberse pagado el canon íntegro y el precio de la opción
de compra y que únicamente se podrá autorizar el secuestro antes de
vencido dicho plazo cuando se demuestre sumariamente el peligro en
la conservación del bien y bajo la condición de que el dador otorgue
caución suficiente.

Es decir, el secuestro previo al vencimiento del plazo ordinario


constituye una medida cautelar -de carácter excepcional- que se
encuentra justificada en el peligro en la demora[24].

La imposibilidad de secuestrar el bien hasta tanto no se hubiere


vencido el plazo ordinario –donde se encuentra incluido el que se
hubiere pactado para ejercer para la opción de compra- solo puede
justificarse en la medida que consideremos que el contrato mantiene su
vigencia y que, en definitiva, el tomador podrá durante este período
abonar el total del canon pactado con más sus accesorios, gastos y
costas y ejercer la opción de compra. Pues si el contrato estuviera
resuelto, como mínimo, habría quedado sin efecto la posibilidad de
ejercer dicha facultad y el tomador estaría obligado a restituir el bien al
dador.

Por otro lado, la interpretación que propugnamos, si bien no es


idéntica, va en la misma dirección que lo establecido respecto del
supuesto previsto en el inciso a) del mismo art. 21 -el contrato no se
considerará resuelto hasta que no se efectivice la medida de secuestro-.

En esta línea de argumentación, sin perjuicio de la continuidad del


juicio ejecutivo hasta el efectivo cobro de la totalidad de los cánones
con más sus intereses, multas y costas, luego de extinguido el contrato
el dador también podrá iniciar contra el tomador una demanda por los
daños y perjuicios[25] derivados de la falta de restitución del bien en
tiempo oportuno[26] y por los faltantes o roturas que tuviera al
momento de su restitución o de efectivizarse el secuestro.

V. Síntesis [arriba] -

Sintetizando lo indicado, el régimen establecido a partir de los arts. 20


y 21 de la Ley de Leasing es el siguiente:
[1] CNCom, 15/11/1913, “Compañía Singer c/ Chagra”, J.A., 32-373, donde se indicó
que no es de locación sino de venta por mensualidades, el contrato en que se estipula que
si el locatario paga todas las cuotas hasta cubrir el precio de la cosa queda convertido en
comprador y dueño de la cosa y que la denominación atribuida por el contratante no
puede primar sobre la calificación jurídica que corresponde a la convención de acuerdo
con el propósito resultante del conjunto de sus cláusulas y los elementos esenciales del
contrato respectivo.
En el caso, las partes habían acordado que el demandado alquilaría dos máquinas de
coser y que, una vez pagados todos los alquileres, compraría esos bienes determinándose
también que aquel tendría la opción adquirir dichos bienes en cualquier momento si
pagaba las cuotas entre el precio total y las cuotas ya abonadas. Conf. Bonfanti, Mario
A., “Contratos bancarios”, Edit. Abeledo Perrot, Bs. As., año 1993, pág. 269.
[2] Como excepción, se hace referencia al tomador en el supuesto de secuestro de bienes
muebles cuando se indica que el tomador podrá promover la acción de daños y perjuicios
contra el dador, en caso de corresponder.
[3]Al respecto se ha dicho: “Esta diversificación en cuanto a los procedimientos relativos
a la resolución del contrato de leasing, profundizada con el dictado de la ley 25248,
intenta evitar que la pretensión extintiva del dador en caso de incumplimiento del canon,
tropiece con los límites fijados por la doctrina y la jurisprudencia, que tradicionalmente
consideró como abusiva la resolución contractual cuando se había pagado una parte
sustancial del precio. En sustento del criterio legal se ha afirmado que su razonabilidad
resulta de "...balancear una rápida recuperación del bien con el interés del tomador que
crece a lo largo de la transacción". Fresneda Saieg, Mónica L., Hernández, Carlos A. y
Frustagli, Sandra A., “Leasing”, en Abeledo Perrot Online, ref. nro. Lexis Nº
1509/000884
[4] Por aplicación de lo dispuesto por los artículos 216 del Código de Comercio y 1204
del Código Civil (pacto comisorio).
[5] Al igual que en el caso del artículo 21 y como indicáramos al referirnos a los 2
artículos en general.
Pero ello no implica que no puedan invocarse otras causales de desalojo, aunque en este
caso deberán seguirse las pautas comunes de los códigos de forma.
[6] El procedimiento judicial establecido en el artículo 20 deberá conjugarse y
armonizarse con los procedimientos establecidos por los códigos de forma para el
desalojo de inmuebles. En el caso del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
(CPCCN), el desalojo se encuentra dentro de Libro referido a los Procesos Especiales,
Título VII, arts. 679 a 688.
[7]A diferencia del procedimiento de desalojo previsto en el CPCCN que, conforme lo
dispuesto por el artículo 87 del mismo código, admite la posibilidad de acumular la
pretensión de daños y perjuicios. Conf. Kielmanovich, Jorge L., “Código Procesal Civil
y Comercial de la Nación”, comentado y anotado, Tomo II, art. 679, en Abeledo Perrot
Online, ref. Lexis Nº 8008/001743.
[8]Dado que son procedimientos extrajudiciales, los plazos deben computarse en días
corridos.
[9]La ley no indica si los 5 días son corridos o hábiles, discurriendo la doctrina con
diferentes fundamentos sobre una u otra opción. Así, Gastaldi considera que los plazos
son judiciales –hábiles- (conf. Gastaldi, José M., “¿Qué es el leasing?”, pág. 111, al
hacer referencia al artículo 34 de la ley 24.441).
[10]En principio el legitimado pasivo será el tomador, pero también lo podrán ser el
subarrendatario o todo ocupante del inmueble que tuviera la obligación de restituirlo
(conf. art. 1583 del Código Civil).
[11] Conf. art 26 de la ley 25.248.
[12]Nótese que en este supuesto la ley habilita expresamente a iniciar el desalojo si no se
hubiere abonado un solo cánon, quedando por consecuencia sin efecto cualquier
interpretación favorable a la aplicación del artículo 1579 del Código Civil antes
mencionado.
[13]Gastaldi, José M., “¿Qué es el leasing?”, pág. 111.
[14]Conf. art. 26 antes citado.
[15]En principio, corresponde a la acción de daños y perjuicios el juicio sumario.
[16]Conf. CNCom, Sala C, 27/6/03, “Provincia Leasing S.A. c/ Inmobiliaria Bullrich
S.A.”, J.A. 2003-IV, pág. 118 y en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis nro. 20033288 y
jurisprudencia concordante allí citada.
[17] CNCom, Sala C, 27/6/03, “Provincia Leasing S.A. c/ Inmobiliaria Bullrich S.A.”,
J.A. 2003-IV, pág. 118 y en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis nro. 20033288.
En el mismo sentido, Kielmanovich, Jorge L., “Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación”, comentado y anotado, Tomo II, art. 679, en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis
Nº 8008/001743.
Respecto del mismo fallo pero en una postura contraria, la Sra. Fiscal de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sostuvo que: “… el carácter de sociedades
anónimas que ostentan tanto la entidad financiera actora como la demandada en calidad
de dador y tomador del contrato de leasing inmobiliario … exceden el marco de una
mera locación de inmueble, situación que, a mi juicio, aconseja la intervención de un
juez mercantil”. En apoyo de lo indicado citó los dictámenes pronunciados en los autos
“Banco Central de la República Argentina c/ Cuarter S.A. y otros” (dictamen 80838 y
fallo dictado por la CNCom, Sala B el 30/3/99, en J.A. 2000-II, pág. 133y en Abeledo
Perrot Online, ref. Lexis Nº 20002147) y "Provincia Leasing S.A. c/ Alpargatas S.A.I.C.
s/sumario" (dictamen 80880, CNCom, Sala A, 27/9/2000, en Abeledo Perrot Online, ref.
Lexis 11/33941).
[18] Conf. CNCom, Sala D, 30/9/04, “Banco Río de la Plata S.A. c/ Ianson S.A. y otro”,
en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis nro. 70015017.
En el mismo sentido que el fallo anterior, CNCom, Sala B, 30/3/99, “Banco Central de la
República Argentina c/ Cuarter S.A. y otros”, siguiendo el Dictámen de la Fiscal de
Cámara mencionado en la nota anterior.
Asimismo y desde otro ángulo, la CNCom, Sala A, en el fallo dictado el 22/8/08, en los
autos “Calvo, Miguel Ángel c/ On Line Center S.A. s/ ordinario”, ha admitido la
competencia del fuero comercial cuando “en virtud de la naturaleza mercantil de la
locación de cosas muebles y que la pretensión de que se trata se origina en esa
operatoria”. Agregando a ello que “a más la intervención de una sociedad comercial
conlleva a tornar aplicable al caso lo dispuesto por el CCom 7, en el sentido de que si un
acto es comercial para una sola de las partes intervinientes, todos los contrayentes
quedan por razón de el sujetos a la ley mercantil (cfr Sala B, 5/10/87, “Suc de Enrique
Queirolo c/ Unión Docentes Arg s/ ordinario”) En el caso, que los bienes muebles cuya
reivindicación se pretende, fueron objeto de un leasing inmobiliario mediante el cual se
produjo la instalación completa de un locutorio de telefonía que explotó la aquí
accionante. Contrato cuya rescisión habría dado motivo a un juicio comercial, extremo
que implica reconocer características comerciales a la contratación en cuestión,
resultando las cosas cuya reivindicación se pretende, afectadas al giro negocial de ambas
partes”. Disponible en el sitio Consulta de Jurisprudencia de la CSJN,
http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td= 111&qn=1.
En este orden y refiriéndose a un leasing sobre bienes muebles, también se ha dicho que
“El contrato de leasing es una operación financiera consistente
en facilitar la utilización de maquinarias y equipos a quien carece del capital necesario
para su adquisición, merced a una financiación y mediante el pago de un alquiler o
canon, con la posibilidad de adquirirlo a su conclusión por un valor
determinable (confr. CNCom., Sala "A", in re "Grupo Líder de
Asesores de Seg. S.A. c/ DIDEFON S.A.C.I. s/ ordinario" del 27.6.97), por lo que dada
la naturaleza mercantil de la locación de cosas muebles -en el presente trátase de un
automotor- resulta competente el fuero comercial para conocer en la causa,
aun con independencia de la calificación del contrato como
leasing (Art. 43 bis, decreto-ley 1285/58, t.o. ley 23.637;
confr. CNCOM. Sala "A", doctr. in re "IBM Arg. S.A. c/
Rosenzvit, Marcelo", del 19.9.85)”. CN Apel Civil y Com Federal, Sala 1, 10/4/03,
“Intelcel S.A. c/ Poder Ejecutivo Nacional Ministerio de Economía y otro s/ medidas
cautelares”, en el sitio de Consulta de Jurisprudencia de la CSJN,
http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B158&td=9&qn=1
[19]Del Dictamen de la Sra. Fiscal de Cámara en “Banco Río de la Plata S.A. c/ Ianson
S.A. y otro”, en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis nro. 70015017.
También es de mencionar lo sostenido por el Sr. Fiscal de Cámara con motivo de los
autos “Banco Central de la República Argentina c/ Cuarter S.A. y otros” y que luego
fuera adoptado como fundamento por el Tribunal que intervino en la causa: “…la
relación habida entre el banco actor, quien se presenta como legitimado en base a una
relación de índole bancaria habida con el Banco Feigin S.A. y Finansud S.A. … reviste
características que exceden del mero marco de una locación de inmueble, situación que,
a mi juicio, aconseja la intervención de un juez mercantil”. Conf. CNCom, Sala B,
30/3/99, J.A. 2000-II, pág. 133 y en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis Nº 20002147.
[20] CNCom, Sala B, 10/9/09, “Rodríguez Hermanos Transportes S.R.L. c/ HSBC
Banco Roberts S.A. s/ ordinario”. Sumario del fallo disponible en el sitio “Consulta de
Jurisprudencia” de la CSJN, http://jurisprudencia.
pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td=139&qn=1.
En el caso se habían convenido tres contratos de leasing y los pagos efectuados por el
actor habían superado las tres cuartas partes de la totalidad del valor de los cánones
estipulados en tales contratos, con lo que Rodríguez Hermanos se encontraba habilitado
a ejercer la opción de compra (conf. art. 14 de la ley 25.248).
En el mismo sentido se ha indicado que“En los contratos de leasing, el dador tiene dos
opciones ante la mora del tomador; la primera: obtener el secuestro del bien y promover
la ejecución por el cobro del canon; o bien accionar por la vía ejecutiva por el cobro del
canon no pagado (cfr. art. 21 de la ley 25.248)”. CNCom, Sala C, 30/10/09, “Newsxer
S.A. c/ Cordani, Walter y otro”, en el sitio del Colegio de Abogados de Morón,
http://www.camoron.org.ar/vermas-fallos.asp?1553..
[21]Conf. CNCom, Sala B, 13/4/2005, “Newsxer S.A. c/ Cordani, Walter s/ ejecutivo”,
en Abeledo Perrot Online, ref. Lexis Nº 11/39373.
[22]Sobre el particular se ha indicado que “no corresponde exigir
caución real para habilitar el secuestro en los términos de la ley
25.248: 21, de bienes dados en leasing, toda vez que si el caso del
secuestro previsto en el Decreto Ley 15348/46, no tiene carácter
precautorio (V. Muguillo, “Prenda con Registro”), Ed. 1997, pág. 244),
no obstante que a través del mismo se desposee al propietario del
“pignus”, menos aun puede conferírsele tal carácter al secuestro
previsto en la Ley de Leasing, que apunta al recupero de los bienes de
aquel que solo tiene derecho a tenerlos si cumple con el pago
convenido y que una vez efectivizado importará la resolución del
contrato y, en consecuencia, si no se trata de una medida cautelar, no
existe base legal para exigir contracautela, lo cual de por sí no
importa que la requirente se exima de responsabilidad en caso de
abusar del derecho”. CNCom, Sala E, 14/2/03, “The Capita
Corporation de Argentina S.A. c/ Balbi S.A. s/ medida precautoria”. En
el sitio del Poder Judicial de la Nacion, Justicia Nacional en lo
Comercial, Jurisprudencia, Trabajos,
www.pjn.gov.ar/02_Central/ViewDoc.Asp?Doc= 29347&CI=IN
DEX100.

En el mismo sentido, CNCom, Sala D, 26/2/04, “Daimler Chrysler


Leasing Argentina S.A. c/ Punta Hormigón S.A. s/ medida
precautoria”. En el sitio, Consulta de Jurisprudencia de la CSJN,
http://
jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td
=71&qn=3.

[23]Bajo esta alternativa podría iniciarse la ejecución aún cuando el contrato de leasing
se hubiera cancelado pues, como ha sostenido la jurisprudencia, “procede confirmar la
resolución que desestimó la excepción de inhabilidad de título interpuesta y ordenó
llevar adelante la ejecución hasta hacer íntegro pago al acreedor del capital reclamado,
ello así por cuanto, como en el caso, se advierte que el título que dio motivo a esta
ejecución reúne los requisitos de la norma procesal antedicha. En efecto, aquí se accionó
sobre la base de un contrato de leasing con base en lo previsionado por la Ley 25248:
21-B, que confiere al aquí ejecutante, en su calidad de dador, exigir por esta vía ejecutiva
el cobro de los cánones adeudados, cuya cancelación no había sido siquiera invocada por
el demandado al tiempo de proponer la excepción. A más, el hecho de que el contrato en
cuestión figure cancelado registralmente no implica que esos efectos cancelatorios se
extiendan a los cánones totales no pagados por el tomador. Coadyuvan a tal conclusión
las propias previsiones contempladas en el art. 18, Ley 25248, donde se establece que la
cancelación registral sobre lo dado en leasing puede operarse, entre otras formas, ya sea
a pedido del dador -como ocurrió en el sub lite (inc.2) y/o a solicitud del tomador (inc.3),
supuesto en el cual, este último debe acompañar por ante la autoridad de registro
constancia de depósito en el banco oficial o el que corresponda a la jurisdicción del
registro de inscripción, del monto de los cánones no pagados y del precio de ejercicio de
la opción, con sus accesorios, en su caso, y sólo ante la conformidad o falta de
observación del dador puede cancelarse la inscripción. De modo pues, a tenor del marco
normativo antedicho, cabe interpretar en la especie que la mentada cancelación registral
cuando es pedida por el dador no exonera al recurrente, en su calidad de tomador, de los
cánones que adeuda a su contraria, desde su mora, hasta el secuestro de los bienes en
cuestión”. CNCom, Sala A, 10/3/09, “Banca Nazionale del Lavoro S.A. c/ Antich, Juan
s/ Ejecutivo”, en Repertorio de Jurisprudencia 2009 – 2da parte, de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Comercial, en el sitio del Poder Judicial de la Nación,
http://www.pjn.gov.ar/Publicaciones/00005/00036867.Pdf.
[24]Como sostuvo Lino E. Palacio, en el proceso cautelar se “tiende a impedir que el
derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro proceso,
pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación de ese
proceso y el pronunciamiento de la sentencia definitiva” y “tres son los presupuestos de
las medidas cautelares (y, por consiguiente, de las pretensiones del mismo nombre):
1ro.) La verosimilitud del derecho invocado como fundamento de la pretensión
principal; 2do.) El temor fundado de que ese derecho se frustre o sufra menoscabo
durante la sustanciación del proceso tendiente a tutelarlo; 3ro.) La prestación de una
contracautela por parte del sujeto activo”. Palacio, Lino E., “Manual de Derecho
Procesal Civil”, Tomo II, Edit. Abeledo Perrot, 4ta. edición actualizada, Bs. As., año
1977, págs. 271 a 273.
En el mismo sentido, Martínez Botos, Raúl, “Medidas cautelares”, Edit. Universidad,
Bs. As., año 1996, pág. 1 y siguientes y jurisprudencia allí citada..
[25]La ley no hace ninguna referencia a la alternativa de iniciar la acción de daños y
perjuicios como en el caso del inciso a) del artículo 21 pero, resulta claro que el dador
podrá efectuar tal reclamo por las vías procesales correspondientes pues nada se lo
prohíbe.
[26] En sentido concordante, el artículo 1609 del Código Civil establece: “Acabado el
tiempo de la locación, hecha a término fijo, por el vencimiento del plazo, si el locatario
no restituye la cosa arrendada, el locador podrá desde luego demandarlo por la
restitución con las pérdidas e intereses de la demora”.

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