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Procedimiento
Por ello consideramos que, aún cuando nada dijeran las partes, el
dador podría demandar el desalojo ante la falta de pago de un solo
período pues no resulta aplicable como norma supletoria el art. 1579
del Cód. Civ. y si, en cambio, corresponde la aplicación analógica de
lo establecido en los otros 2 supuestos, de forma tal que lo establecido
en el art. 20 resulte un todo uniforme.
Competencia
Para el caso que los bienes dados en leasing fueran muebles el art. 21
determina:
Opciones
Ello se justifica en la medida en que, por esta vía el dador tendrá por
principal objetivo recuperar el bien dado en leasing (además de los
cánones devengados hasta el momento del secuestro).
La ley nada dice sobre la resolución del contrato en este supuesto. Sin
embargo, conforme se desprende del texto del art. 21 inc. b), es dable
concluir que si bien se habilita a reclamar a través de un juicio
ejecutivo el cobro del canon no pagado, incluyendo la totalidad del
canon pendiente, el contrato continuará vigente y recién se tendrá por
extinguido cuando se encuentren vencidos todos los plazos, incluido el
que se hubiera establecido para el ejercicio de la opción de compra.
V. Síntesis [arriba] -
[23]Bajo esta alternativa podría iniciarse la ejecución aún cuando el contrato de leasing
se hubiera cancelado pues, como ha sostenido la jurisprudencia, “procede confirmar la
resolución que desestimó la excepción de inhabilidad de título interpuesta y ordenó
llevar adelante la ejecución hasta hacer íntegro pago al acreedor del capital reclamado,
ello así por cuanto, como en el caso, se advierte que el título que dio motivo a esta
ejecución reúne los requisitos de la norma procesal antedicha. En efecto, aquí se accionó
sobre la base de un contrato de leasing con base en lo previsionado por la Ley 25248:
21-B, que confiere al aquí ejecutante, en su calidad de dador, exigir por esta vía ejecutiva
el cobro de los cánones adeudados, cuya cancelación no había sido siquiera invocada por
el demandado al tiempo de proponer la excepción. A más, el hecho de que el contrato en
cuestión figure cancelado registralmente no implica que esos efectos cancelatorios se
extiendan a los cánones totales no pagados por el tomador. Coadyuvan a tal conclusión
las propias previsiones contempladas en el art. 18, Ley 25248, donde se establece que la
cancelación registral sobre lo dado en leasing puede operarse, entre otras formas, ya sea
a pedido del dador -como ocurrió en el sub lite (inc.2) y/o a solicitud del tomador (inc.3),
supuesto en el cual, este último debe acompañar por ante la autoridad de registro
constancia de depósito en el banco oficial o el que corresponda a la jurisdicción del
registro de inscripción, del monto de los cánones no pagados y del precio de ejercicio de
la opción, con sus accesorios, en su caso, y sólo ante la conformidad o falta de
observación del dador puede cancelarse la inscripción. De modo pues, a tenor del marco
normativo antedicho, cabe interpretar en la especie que la mentada cancelación registral
cuando es pedida por el dador no exonera al recurrente, en su calidad de tomador, de los
cánones que adeuda a su contraria, desde su mora, hasta el secuestro de los bienes en
cuestión”. CNCom, Sala A, 10/3/09, “Banca Nazionale del Lavoro S.A. c/ Antich, Juan
s/ Ejecutivo”, en Repertorio de Jurisprudencia 2009 – 2da parte, de la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Comercial, en el sitio del Poder Judicial de la Nación,
http://www.pjn.gov.ar/Publicaciones/00005/00036867.Pdf.
[24]Como sostuvo Lino E. Palacio, en el proceso cautelar se “tiende a impedir que el
derecho cuyo reconocimiento o actuación se pretende obtener a través de otro proceso,
pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre la iniciación de ese
proceso y el pronunciamiento de la sentencia definitiva” y “tres son los presupuestos de
las medidas cautelares (y, por consiguiente, de las pretensiones del mismo nombre):
1ro.) La verosimilitud del derecho invocado como fundamento de la pretensión
principal; 2do.) El temor fundado de que ese derecho se frustre o sufra menoscabo
durante la sustanciación del proceso tendiente a tutelarlo; 3ro.) La prestación de una
contracautela por parte del sujeto activo”. Palacio, Lino E., “Manual de Derecho
Procesal Civil”, Tomo II, Edit. Abeledo Perrot, 4ta. edición actualizada, Bs. As., año
1977, págs. 271 a 273.
En el mismo sentido, Martínez Botos, Raúl, “Medidas cautelares”, Edit. Universidad,
Bs. As., año 1996, pág. 1 y siguientes y jurisprudencia allí citada..
[25]La ley no hace ninguna referencia a la alternativa de iniciar la acción de daños y
perjuicios como en el caso del inciso a) del artículo 21 pero, resulta claro que el dador
podrá efectuar tal reclamo por las vías procesales correspondientes pues nada se lo
prohíbe.
[26] En sentido concordante, el artículo 1609 del Código Civil establece: “Acabado el
tiempo de la locación, hecha a término fijo, por el vencimiento del plazo, si el locatario
no restituye la cosa arrendada, el locador podrá desde luego demandarlo por la
restitución con las pérdidas e intereses de la demora”.