En caso de daño emergente, la indemnización civil tiene una función resarcitoria o reparadora. Debe buscarse que el afectado recobre la situación que tenía antes del incumplimiento contractual. En caso de lucro cesante, el monto indemnizatorio debe determinarse tomando en consideración la situación que hubiese tenido el afectado si es que la obligación se hubiera cumplido con arreglo a lo que las partes convinieron. Para determinar la magnitud del resarcimiento por daño moral debe apreciarse la conducta de la parte demandada. Distrito Judicial de Lambayeque Expediente N.° 1997-1753-0-1701-J.CI.5 Chiciayo, quince de abril de mil novecientos noventinueve. VISTOS; En Audiencia Pública; oídos los informes solicitados, por sus fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO, PRIMERO: Que en los contratos, no sólo subyace una fuerza vinculatoria entre las partes que los obliga a cumplirlos de acuerdo a sus propios términos, esto es, que todo contrato está sujeto a un deber de observancia, sino que además de acuerdo al artículo mil trescientos sesentidós del Código Civil éstos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común intención de las partes; SEGUNDO: Que conforme al artículo mil doscientos veintinueve del acotado Código la prueba del pago incumbe a quién pretende haberlo efectuado y si bien es verdad no está en discusión la existencia de la celebración del contrato de molienda y beneficio de azúcar de fojas trece a dieciséis, cuarentinueve a cincuentidós, sesenticinco a sesentiocho, sin embargo la Empresa demandada no ha acreditado de modo alguno haber hecho 121 entrega de bolsas de azúcar que no sean los que se refieren las notas de entrega presentadas por el propio demandante obrante a fojas veintiuno a cuarenticinco, cincuentisiete a sesentiuno y del documento de fojas doscientos once y que forman parte de las liquidaciones de fojas dieciocho, cincuenticuatro y setenta elaborados por la Cooperativa Pucalá; TERCERO: Que la parte demandada no puede invocar la ineficacia del contrato celebrado con don Salvador Aita Montero puesto que dicha facultad sólo le compete en todo caso al poderdante; CUARTO: Que con el contrato de fojas ciento diecinueve, así como las pericias de fojas trescientos cincuentidós se ha acreditado que el demandante celebró varios contratos de naturaleza comercial con el Banco de Crédito por la suma de quinientos noveintidós mil dólares americanos para el desarrollo del cultivo de caña y que al no haber sido cancelado, por concepto de intereses compensatorios y moratorios esta asciende a la suma de cuatrocientos dos mil doscientos setentinueve dólares americanos con veintisiete centavos de dólar, deuda que no existiría si es que la Empresa demandada hubiera cumplido oportunamente con entregarle el azúcar y la melaza al demandante Edmundo Aita Muro; QUINTO: Que el artículo mil trescientos veintidós del Código Civil contiene un precepto novedoso con respecto al Código derogado, que dispone que cuando el daño moral se hubiere irrogado también es susceptible de resarcimiento, el mismo que no requiere de un contenido patrimonial porque en algunos casos pueden producir una pérdida pecuniaria y en otros son morales estrictu sensu, cuando el daño se refiere a lo estrictamente espiritual; SEXTO: Que el daño moral debe valorarse en función de la gravedad objetiva del menoscabo causado y en el presente caso es indudable que el incumplimiento del contrato trajo consigo para el demandante una total insolvencia que tenía que generarle una grave aflicción, preocupación y quebranto espiritual a él y a su familia; SÉTIMO: Que, para determinar la magnitud del resarcimiento por éste concepto tiene que apreciarse la conducta dolosa de la parte demandada quién sin justificación alguna se ha apropiado del azúcar y de la melaza que le pertenecen al demandante por un período que en la actualidad ya supera los tres años, así como también las condiciones de la vida que ha visto frustrada su posibilidad de continuar desarrollando su actividad a la cual únicamente se dedica; OCTAVO: Que, con relación al daño emergente y al lucro cesante la indemnización civil contractual 122 tiene una función resarcitoria o reparadora, que de lo que se trata es que el afectado con el incumplimiento recobre la situación que tenía antes del incumplimiento, así como también se le indemnice por lo que habría percibido si es que la obligación se hubiera cumplido con arreglo a lo que las partes convinieron; NOVENO: Que si bien es verdad, la demanda comprende el pago de la suma de un millón doscientos mil dólares americanos por todo concepto, en dicho petitorio están comprendidos el daño emergente que está constituido por la melaza y el azúcar que la Empresa demandada debe hacer entrega, así como del cargo de los intereses bancarios afectados por el Banco de Crédito y con relación al lucro cesante éste ha sido determinado periciaimente a fojas trescientos cuarentiocho a trescientos cincuentiuno sobre la base de la producción de los fundos denominados «La Juanita» «Dios y Suerte» y «Buena Suerte» y que ha sido elaborado en las liquidaciones de fojas dieciocho, cincuenticuatro y setenta; DÉCIMO: Que la tacha formulada de fojas ciento ochenticinco a ciento ochentinueve no se refiere al aspecto formal, sino al valor probatorio de una pericia de parte y a la falta de relación de un contrato y de dos pagarés con los contratos de molienda celebrado por ambas partes, así como también a la falta de eficacia del contrato de fojas cuarentinueve a cincuentidós celebrado por don Salvador Aita Montero y que por los considerandos antes glosados carece de fundamento; DÉCIMO PRIMERO: Que del documento de fojas doscientos once, corroborado con el dictamen de fojas trescientos treintiséis a trescientos cincuentiuno, así como igualmente de las liquidaciones pre-citadas se tiene que el demandante tiene un saldo a favor de once bolsas de azúcar en el Fundo «Juanita», tres cuatrocientos ochenticuatro del Fundo «Dios y Suerte» y seis mil seiscientos seis del otro Fundo denominado «Buena Suerte» que hacen un total de diez mil ciento un bolsas de azúcar que es el monto peticionado en la demanda de fojas ciento cuarentinueve a ciento sesentitrés por éste concepto; DÉCIMO SEGUNDO: Que en la parte resolutiva de la sentencia apelada existe un error material en el número de toneladas de melaza al considerar cuatrocientos setenticinco mil quinientos ochentidós toneladas de dicho producto, siendo lo exacto cuatrocientos setenticinco toneladas con quinientos ochentidós kilos. CONFIRMARON la sentencia de fojas cuatrocientos sesentinueve a cuatrocientos setentisiete, su fecha veintisiete de agosto de mil 123 novecientos noventiocho que declara FUNDADA en parte la demanda interpuesta por Edmundo Aita Muro y ORDENA que la Empresa Agroindustrial Pucalá S.A. entregue diez mil ciento un bolsas de azúcar o su equivalente al precio del mercado, pague la suma de dos millones doscientos veintiséis mil trescientos treinticuatro nuevos soles con cincuentisiete céntimos, por concepto de daños y perjuicios; la REVOCARON en cuanto declara infundada la demanda sobre daño moral, REFORMÁNDOLA la declararon FUNDADA y FIJARON dicho concepto en la suma de cien mil nuevos soles, REVOCARON igualmente la propia resolución en cuanto fija en cuatrocientos setenticinco mil quinientos ochentidós las toneladas de melaza, REFORMÁNDOLA ORDENARON que la Cooperativa Pucalá entregue al demandante la cantidad de cuatrocientos setenticinco toneladas de melaza a su precio de venta; con lo demás que contiene; y los devolvieron. SS. LARA C., AGUILAR C., CARRILLO M. 124