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Mundo propio, de Horacio Coppola

Hacia fines de la década de 1920, Horacio Coppola comenzó a tomar fotografías de clara impronta expresiva y
vanguardista. En esos años, Coppola abandona el campo de la representación, busca en las formas de la
ciudad los signos que conformarían su propio lenguaje y recorta la realidad visible con encuadres novedoso.

Sus primeras tomas de Buenos Aires ilustraron el Evaristo Carriego, de Jorge Luis Borges, y luego se
publicaron en la revista Sur; antes de su segundo viaje a Europa, donde frecuentó el taller de fotografía de la
Bauhaus, filmó cortometrajes y retrató ciudades y paisajes.

En 1927, Coppola realizó Mundo propio, una fotografía que marca el comienzo y da nombre a la exposición
Mundo propio. Fotografía moderna argentina 1927-1962. En un sentido amplio, se podría afirmar también
que esta es la obra que da inicio a la fotografía moderna en la Argentina, ya que fue para Coppola “el punto de
partida en su toma de conciencia sobre la autonomía y las posibilidades del lenguaje fotográ fico, que é l supo
desarrollar como nadie antes en el país, hasta convertirse en indiscutida figura de la historia de nuestra
fotografía”. [1]

En Mundo propio, una cajonera abierta que contiene diversos objetos de la vida cotidiana –una escuadra, una
regla, un antifaz– es tomada desde una vista cenital como si fuera un edificio u otro espacio urbano similar.
Coppola utiliza la expresión “Mundo propio” como una referencia a su propio pasado y como una metá fora de
lo urbano, a su mundo personal emergiendo sobre un fondo remoto.

Muchos años después, rememorando la realización de la fotografía, el propio Coppola escribiría:

Sentado frente a tu escritorio, un libro en las manos, tus ojos abandonan la lectura. A tu derecha ha quedado
abierto el cuarto cajó n, el ú ltimo: has olvidado el porqué . Ahora tu mirada desciende, vertical, recorre las tres
manijas de los cajones superiores, cerrados. Se te ocurre: “muro de tres pisos”. Y te sorprende, vista aé rea, el
espacio rectangular abierto como “un patio”. Y en el fondo: “¡El antifaz negro! ¡Mi escuadra del 5° grado B! La
regla de é bano del abuelo…”. Sí, “patio de los recuerdos...” Al retirar tu silla y alejarte, ese “vacío” en
perspectiva “encierra” un tiempo de tu vida. La luz cae de lleno y, rasante, ilumina el frente de los cajones, las
manijas labradas. Ves molduras, la gracia de la madera, sus vetas, el orden geomé trico, elementos de la
arquitectura del mueble; un reflejo blanco sube desde el “patio de los recuerdos”, trepa por el frente del
penú ltimo cajó n... “recuerdos”... reconoces parte de ti mismo, ese algo que es tu mundo propio: llega a tus
ojos, lo real iluminado, sustancia ó ptica: tu nueva lectura. Imagema transcripta por tu cá mara esa noche de
1927 y que conservas: FOTOGRAFÍA, testimonio vivido, documento. [2]
Notas

[1] Facundo de Zuviría, “Expresiones modernas en nuestra fotografía”, en Mundo propio [catálogo de la
exposición], Malba: 2019.

[2] Horacio Coppola, “Mundo propio (Impromptu)”, en De fotografía. Ediciones de la Llanura, Buenos Aires:
1980. También reproducido en el catálogo de la exposición.

#mundopropio

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