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LOS MUSEOS COMO DESARROLLADORES DE SOCIEDAD

El planeta como lo conocemos actualmente es el resultado de una gran cantidad de


sucesos malos, buenos, desastrosos y benévolos; no podemos argumentar ni
enfatizar de que solo los acontecimientos agradables son los que moldearon nuestra
cultura actual, es fantástico pensar, que así mismo como estoy escribiendo estas
líneas, en todas las generaciones anteriores muchas personas estaban haciendo y
pensando de una manera muy similar, maravillados y maravillada en tiempo actual,
tengo la posibilidad de analizar mi entorno argumentar acerca de cómo llegue y
cómo llegamos acá, pero nuestra imaginación fantasiosa no está del todo lejos de
la realidad, la realidad actual es mágica, lo digo porque no es necesario pensar en
la ficción para recrear situaciones utópicas, el entorno nos provee todos los
elementos y acciones necesarias para llevar nuestra imaginación muy pero muy
lejos, el siglo en que vivimos es la consecuencia de aproximadamente seis milenios
de desarrollo.

Es claro por la sociedad actual, en mayor grado por personas inquietas afirmar y
tener certeza que los primeros rastros de civilización humana encontrados datan de
cuatro mil años antes de Jesucristo, estoy hablando de la civilización Sumeria, de
ahí en adelante tenemos rastros, objetos, ideas, hechos que significaron el avance
de nuestra raza en la tierra, por tal motivo a partir de este tiempo obtenemos datos
que se consideran historia, objetos que se consideran historia, sucesos que se
consideran historia, e historia que se considera base para nuestro desarrollo
tecnológico, ese desarrollo tecnológico que dio luz a la modificación de nuestro
planeta en beneficio personal, y que en muchas ocasiones fue en detrimento de la
naturaleza.

Cuando surge sociedad, surge una gran cantidad de consecuencias derivadas del
progreso, como por sentido común todo es extraído de la naturaleza, la madre
naturaleza nos provee todo lo que necesitamos para nuestro beneficio y para
nuestra destrucción, fútilmente sería pensar en la idea de que nosotros como
humanos conseguimos resultados calculando los medios que se utilizaran para
alcanzarlos; resultado de este proceso se crean objetos, se recrean situaciones, se
plasman hechos que soportan todos y cada uno de los momentos por los cuales
atraviesa una sociedad, estos artículos por decirlo coloquialmente simplemente van
siendo creados, utilizados y dejados a un lado, cuando otro artículo se crea, que
suplanta el anterior o que básicamente no se necesita más o nunca se utilizó pero
se diseñó, uno a uno van quedando estos artículos a través del tiempo, y en un
pequeño porcentaje se guardan o simplemente se perdieron y un tiempo después
alguien los recoge, así mismo en su mejor escenario se conservan funcionales, en
otros escenarios se deterioran y en el peor de los escenarios desaparecen sin ni
siquiera ser registrados; de esta manera surge una gran verdad, en la que es
necesario conocer estos artículos que de la manera más minuciosa marcaron una
era o tiempo, desde la simple vestimenta de un dirigente, hasta la arma que se utilizó
en una guerra, sin dejar de un lado las herramientas utilizadas por un artista, todos
los artículos son geniales, no son simples recuerdos, son la historia hecha de una
sociedad, es la base para el desarrollo de civilizaciones postreras, en todos los
recónditos lugares de nuestro planeta hay algún artículo por ser reseñado, por ser
catalogado, por ser visto.
Desde tiempos antiguos se argumenta acerca de las diferentes civilizaciones que
habitaron la tierra, una a una fueron dejando su rastro para ser encontrado, es
verdad que en ocasiones nunca se encontró o se perdió definitivamente, pero
existen y pueden ser vistos, no hace mucho tiempo se reporta de lugares destinados
o utilizados parta tal fin, cerca de la edad media existieron lugares donde se
encontraban diversos objetos a la venta, para que el que necesitare algo
simplemente lo compraba, y lo vendía, y muy probablemente volvía a ser llevado a
otro lugar para ser expuesto, a estos sitios como especie de compraventa se
denominaban gabinetes de curiosidades, ya que como lo expuesto anteriormente
solo lo almacenaban, vendían y compraban, no podía llamarse de otra manera
porque no existía ningún tipo de organización, no había orden, existía una
clasificación demasiado incipiente, casi ausente, que solo la conocía el dueño del
lugar, y que variaba notablemente de un gabinete a otro, variaba aún más de un
país a otro, se jugaban con mapas de tesoros, con fórmulas de metales preciosos,
con tutoriales para rituales, que en la mayoría de los casos eran simples invenciones
creadas por el encargado del lugar, estos objetos no tenían relación alguna entre
ellos, solo montones y montones de objetos, que se notaban aburridos a la vista de
cualquier visitante sin formación; pero alrededor de este tiempo, más exactamente
en él año de 1554 un hombre llamado Guillermo Bude fue el primero en introducir
el concepto de museo, lo dictaminaba como él lugar donde se estudiaba a las musas
que son las diosas de la memoria, el tratado de cada una de estas disciplinas.

Aproximadamente en el siglo XVIII es donde nace realmente nuestro tema a tratar,


aquí es donde la humanidad reconoce algo que siempre estuvo latente en la
sociedad, pero que no se le dio la importancia y despliegue del cual era acreedor,
se gestó lo que nosotros tenemos a nuestra disposición y control, se inició una
nueva era de gabinete de curiosidades, pero un poco diferente, estamos hablando
de Londres – Inglaterra, en el siglo XIX, donde el museo de historia natural abrió
sus puertas al público, era la primera vez en la historia de los gabinetes de
curiosidades donde se exhibían objetos totalmente clasificados, catalogados, con
una conexión entre sí, muy bien ordenados para que las personas del común les
agradará y se sintieran motivados de asistir y donde las personas cultas de ciencias
se sintieran en su ley por decirlo coloquialmente, este gran avance significo un hito
y marco un paralelo en la historia de la humanidad, este museo lo consiguió gracias
a Carlos Linneo quien fue el que se dio a tan magna tarea, de ahí en adelante el
mundo avanzo en sus objetos, en todas las partes del mundo se empezaron a
ordenar los gabinetes para evolucionar a museos, así mismo nació la museología
que se encargaría de todos los aspectos que tienen que ver con el funcionamiento
de los museos, en ciudades como París, Berlín, Ciudad del Vaticano, y muchos más
de todos los continentes del mundo, albergan miles y miles de objetos de cada era
cultural.
El grado de conocimiento, que se adquiere en el museo, en un proceso en el que
la actividad del visitante es meramente primordial. No es solamente transmitir
conocimiento, sino de crear el ambiente para que la persona visitante observe, se
asombre, compare, analice, opine, saque conclusiones El conocimiento no está
dado en forma predeterminada: está siempre en elaboración es dinámico.

No existe un relato único acerca de la realidad, sino que hay muchas narraciones
acerca de ella, no toda narración es absoluta, los distintos relatos y objetos
albergados deben respetar las evidencias y las reglas del método científico, no
pueden ir contra las evidencias documentales, ni contradecir los hechos bien
establecidos y comprobados, pero en historia y el arte, la narración selecciona
siempre hechos, establece una perspectiva, la narración no la impone el museo: el
visitante interpreta y elabora también una narración propia, una conclusión
subjetiva; el material del museo está abierto a interpretaciones diferentes, depende
de cada visitante, cada persona que llega allí es un mundo diferente, los museos
son lugares organizados donde encontramos saber e historia.

Los procesos centrales se pueden deducir como una educación integral: se hace
por medio de escuela, en viviendas, en contacto con los medios de difusión masiva,
en el ambiente de tertulia, el barrio, la ciudad, las instituciones culturales
denominadas como museos; de otro punto de vista, el museo es tanto instrumento
de conservación y de estudio erudito como elemento en la formación de los
ciudadanos, podemos argumentar que las experiencias formativas de los museos
tienen que ver con la el pasado, con el conocimiento de la realidad y con las
experiencias estéticas y emocionales: son museos que hablan de historia, de
ciencia y de arte, así mismo la museología, es un hecho administrativo lógico, no
implica especialización excluyente de su función, por lo tanto cada tipo de museo
puede ofrecer un ambiente en el que se tengan experiencias diferentes a su área
principal, y esto está muy bien, es más esa es la esencia de los museos, en un
ámbito más comprensivo, es conveniente dar prioridad a los niños y los jóvenes
entre el público que asiste a los museos, y a las personas que se relacionan con
ellos que corresponden a la familia; sin embargo, el museo debe pensar siempre
en todos sus posibles públicos básicos, pues grupos de personas diversos dan
riqueza al museo: es importante que los niños vean adultos y viejos en los museos.

La experiencia de las personas en cualquier museo debe, en la medida de lo


posible, ser integral y cubrir aspectos históricos, científicos y estéticos, una verdad
irrefutable es que la calidad de la experiencia del museo depende en gran parte de
la calidad de las colecciones, su presentación, pero también de factores
propiamente pedagógicos; además los elementos de apoyo que dé el museo a los
visitantes, y los elementos de apoyo que de la escuela para preparar y
contextualizar las visitas se consideran factores irrelevantes en cada uno de ellos,
un elemento central de la experiencia del museo es el lenguaje, es lamentable y
muy triste saber que la mayoría de los textos que se escriben hoy para presentar
las exposiciones en los museos no se hacen pensando en el público importante,
que son las personas del común que no han pasado por las escuelas de artes, y por
lo tanto no están interesados en la semiótica, las transversalidades, la otredad, y
prefieren que se les hable del significado, las relaciones, las demás personas, los
hechos concretos, lo que tienen en frente de sus ojos, hay que escribir pensando
siempre en un público amplio y no en especialistas.

Las reglas de fondo en museos son: ver y mostrar relaciones, ser concretos y evitar
la abstracción, ser claros y evitar hablar técnicamente (de lo que se quejaba ya
Montaigne, y por supuesto Francisco de Quevedo); las actividades emocionales y
cognitivas de nuestra raza son un juego en la experiencia dentro del museo, que
abarcan contemplación, experiencia estética, observación, descubrimiento,
sorpresa, memoria, evocación, emoción, reflexión, análisis crítico, información,
insatisfacciones, decepciones, cuestionamientos, descripción, establecimiento de
relaciones, contextualización marco histórico, marco social, generalización,
valoración estética, histórico-social, científica creación, reproducción, imaginación,
invención, conservación, almacenaje, conservación, exhibición.

El museo alberga y expone todos lo que tiene importancia para la humanidad, lo


que tiene importancia para ellas: colección fotográfica de los triunfos deportivos, de
los hechos académicos, de los profesores, objetos interesantes, los instrumentos
curiosos que ya no se usan, etc; tenemos museos reales y virtuales, estos últimos
son los que gracias a la era de la información, a los dispositivos de comunicación
podemos acceder a ellos, podemos encontrarlos en la red, tenemos un ordenador
en nuestro hogar, una conexión a internet, por lo tanto tenesmo acceso a
información ilimitada de todo tipo, y más aún en nuestro tema museos en línea, en
el cual desde la comodidad de nuestro hogar accedemos a fotografías, videos,
relatos, de todas las piezas en los museos del mundo.
Los elementos principales, tales como usar una obra de arte para hablar de historia
o ciencia, acerca de una obra de arte es posible atender a muchas relaciones con
la realidad, que conduzcan a una reflexión sobre temas científicos; al citar un
ejemplo concreto, como los cuadros de Desirée Roulin de la colección del Banco de
la República, podemos encontrar muchos elementos de análisis, esto debe hacerse
en forma concreta y no genérica, también en la guía de la cartilla para el educador
de la maleta didáctica del Museo Botero se sugiere discutir a partir de la imagen de
la Gitana, de Corot, el tema de la evolución, porque ella está de pie y la posición
erguida es resultado de la evolución: esto es demasiado vago, pues cualquier
imagen humana permite eso: no se usa algo propio de la gitana o del cuadro de
Corot, hay que buscar relaciones concretas y específicas, así mismo en el apéndice
se da una lista de contenidos que pueden buscarse en las obras de arte, cada uno
de estos contenidos puede sugerir actividades diversas, por ejemplo, los mapas
pueden llevar a: Dibujar mapas, diferentes orientaciones (usar el mapa de América
de Torres García y hacer lo mismo con Colombia o Bogotá, invirtiendo la orientación
usual: ¿porque mostramos a Colombia con el norte arriba y Bogotá con el oriente
arriba?) Trabajar con Google Earth, que permite hacer mucho proyecto eficaz,
usando el computador del colegio o de un café: poner en el mapa los hitos del barrio,
la escuela, el parque, los árboles más bonitos, las tiendas a las que van los niños,
los vendedores ambulantes, los sitios de juego, las quebradas, o poner allí los hitos
de mapas históricos o antiguos, o una secuencia de hechos históricos: por ejemplo,
la ruta de la expedición de Bolívar en 1819, o la expedición corográfica.

El museo no es sólo un lugar físico, un simple contenedor de fragmentos del


patrimonio cultural, es, sobretodo, una unidad de conocimiento cuya labor de
investigación científica y análisis de las colecciones conduce a una interpretación
del mundo totalmente original, a una cultura propia de cada museo. Utilizando las
exposiciones permanentes, o cualquier otro medio a su disposición, cada museo
comunica al público su especificad cultural, que es diversa de la de otros museos y
no quiere ser objetiva.

Citas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Museo

http://asclepio.revistas.csic.es/index.php/asclepio/article/viewArticle/290

http://www.buenastareas.com/ensayos/Ensayo-Sobre-Museos/1870880.html

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