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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La problemática que encierran los delitos contra el orden económico


guarda relación con la evolución de la sociedad en el devenir de los
años, pues su sofisticado funcionamiento provocó la aparición de
entes jurídicos, ficciones o bien personas morales, según las
denominan algunos, así como de disciplinas que por su especialidad
se hicieron necesarias en el mundo contemporáneo para analizar
dichos fenómenos. El surgimiento del neoliberalismo en algunos
gobiernos del orbe originó la pérdida del espíritu paternalista asumido
por el Estado con la economía, generando nuevas corrientes
económicas como las llamadas del autocontrol, las cuales provocaron
se empezara a plantear la idea de un derecho penal económico, en
donde encontramos la presencia de una serie de conceptos que hasta
entonces habían pasado casi desapercibidos y que algunos autores
negaban incluso su existencia. La acción pública, los intereses difusos
y el establecimiento de un régimen de responsabilidad penal aplicable
a las personas morales, se presentan corno respuesta a la necesidad
social de normas jurídicas reguladoras del margen de responsabilidad
aplicable a las personas jurídicas y la titularidad del ejercicio de
acciones por personas físicas o jurídicas, en caso de resultar
afectados en sus intereses, todo ello en atención a las recurrentes y
en ocasiones cotidianas actividades ilícitas realizadas por empresas,
corporaciones, asociaciones, sociedades o bien personas jurídicas,
con o sin personalidad jurídica propia.

No son numerosos los antecedentes históricos significativos de orden


normativo en materia de derecho penal económico, que permitan
abrir un rubro específico y de importancia en el estudio riguroso de
esta materia. La razón radica en que la actividad económica de los
periodos primitivos fue incipiente y de escasa importancia en el

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contexto del derecho, de manera especial si la comparamos con la


que existe e la actualidad. Puede decirse que estuvo limitada a
determinadas pautas en el manejo del orden económico consideradas
elementales e incipientes, y sin ningún tipo de relevancia, por lo
menos jurídica.

Algunas modalidades de regulación apareen en forma de reacción


primitiva contra los miembros que habían trasgredido la convivencia
social. Tan solo eran principios de un orden rector generalizado y en
proceso de formación, que planteaba ordenanzas primitivas sobre las
actividades de trueque y de un intercambio comercial incipiente.
Muchos de estos antecedentes son sólo especulaciones sobre un
tema que no tenía mayores implicancias y proyecciones normativas
dentro del contexto social.

Si consideramos los acontecimientos más significativos que en el


periodo antiguo se dieron con relación a nuestro tema aparece que
fue desde la época romana que se sancionaba a quienes especulaban
con los precios de los cereales o evadían impuestos, pasando por la
Edad Media donde se resaltaron los delitos colectivos de lo falso;
aunque no se referían en forma específica al ámbito del abuso
económico conforme a la dimensión que se le concede en la
actualidad, eran algunas formas de coacción que estaban dirigidas
contra conductas que iban en desmedro de la comunidad y que eran
conocidas como nocivas.

Hay fundamentos como para decir que fue en Inglaterra donde se


dieron las primeras leyes relacionadas con los temas que comprende
el derecho penal económico. De manera inicial algunas de estas

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normas fueron promulgadas con le objetivo de brindar protección al


consumidor. Se trataba de castigar los abusos que se generaban
cotidianamente en desmedro de la población como resultado de la
concentración del poder económico por parte de los grupos que
comercializaban productos alimenticios en grandes cantidades.
Fueron la llamada “ley del pan” de 1836, la de la adulteración de la
Semilla y la Ley de Salud Pública de 1890, las que conformación en
punto de partida de un sistema normativo que sentaría las bases años
mas tarde par c contrarrestar estas clases de abusos.

En forma paralela, en el continente Norteamericano, surgen normas


legislativas tales como la «Sherman act» de 1890 y vigente hoy en
día, encargada de controlar establecer un manejo equitativo de las
actividades económicas en el área del protección al consumidor; que
marcó el inicio del sistema jurídico antitrust norteamericano, a la
mencionada ley “Sherman” le siguieron otras parcidad como la
llamada Ley Clayton, cuya finalidad era establecer pautas ara
controlar de manera mas efectiva las restricciones y abusos que se
presentan en el campo de las actividades comerciales, así como las
discriminaciones intencionadas frente a los consumidores que se
suscitaban cada vez con mayor frecuencia y nocividad en torno a la
vigencia de los precios . De manera progresiva otras leyes ampliaron
la cobertura de fiscalización a otras áreas. Se establecieron a través
de la denominada “ley de la comisión Federal de comercio”, pautas
para sancionar las violaciones que podían cometer las corporaciones,
sus funcionarios y directivos, Federal Trade Comisión (1914),
Robinson Pataman (1938) y la Pure Food and Drugs Act, que
fortalecieron y sirvieron a otras legislaciones en el mundo que
tomaron dicha jurisprudencia como referencia.

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Es importante destacar que aunque muchas de estas leyes fueron


promulgadas con las mejores intenciones, en la práctica no resultaron
muy eficaces ya que no siempre cumplieron los objetivos para los
cuales fueron promulgadas. Habían sido das para defender la libertad
en el comercio, la libre competencia, y prevenir las restricciones
ilegitimitas.

Años después en Europa, como consecuencia de los cambios y la


grave crisis económica que suscitaron las dos grandes Guerras
Mundiales, algunos países se vieron obligados a promulgar
dispositivos de similar naturaleza con la finalidad de regular las
relaciones económicas, en realidad fueron concebidas como producto
de los momentos de emergencia económica que se vivía, subsistiendo
años más tarde en razón de los procesos de interdependencia
económica que se presentaron en el plano regional e internacional.

En Alemania, por ejemplo, se castiga el acaparamiento y las prácticas


restrictivas de la competencia por medio de la Ley para la
Simplificación del Derecho Penal Económico de 1949. En la década de
los setenta se fue produciendo un aumento progresivo de conductas
fraudulentas en el ámbito económico, por lo que se plantea la reforma
penal en el ámbito del derecho económico, especialmente en
Alemania, donde la lucha contra la criminalidad económica requirió de
la toma de decisiones sustantivas y orgánicas dentro del sistema de
administración de justicia penal.

CONSIDERACIONES GENERALES

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Cuando se analiza cualquier forma de criminalidad y de manera


esepecial cuando se trata de las conductas que atentan contra el
normal desenvolvimiento del orden económico, caben hacer algunas
acotaciones de orden previo que ayudan a comprender la temática
que estamos analizando.

Es importante desarrollar una labor de ordenar conceptos y


planteamientos, para los efectos de ubicarlos en los dispositivos
correspondientes; como primera consideración hay que precisar que
se debe entender por orden económico en su acepción amplia, con la
finalidad de establecer un marco referencial en el cual podamos
desarrollar nuestro tema. Lo que estamos haciendo es abordar delitos
que atentan contra el orden económico, señalando que, la economía
como cualquier sistema social y científico ha sido creada por la
mente humana y que por consiguiente es en esencia un fenómeno
cultural y social particular en su expresión primaria y que no podría
haberse logrado, al punto de constituir un eficaz instrumento de
crecimiento para cualquier sociedad; si es que paralelamente a su
configuración y desarrollo científico no existiera un marco jurídico
dentro del cual se incluyan pautas especificas para un normal y
adecuado desenvolvimiento.

Como lo señala Miranda “esto permite afirmar que el derecho penal


no protege o tutela la realización del fenómeno económico, como
hecho en si, sino que protege la integridad del orden que se estima
necesario para le cumplimiento de ese hecho, de manera que pueden
producirse así los fines propuestos”. Teniendo en consideración las
pautas expuestas podemos decir que cualquier conducta que
perjudique este orden, atenta contra le equilibrio indispensable del

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sistema económico, y trae como resultado un perjuicio que se puede


manifestar en diferentes dimensiones y de distintas maneras. Estos
planteamientos son importantes ya que a partir de ellos podemos
analizar determinadas tipologías, que de forma particular se
enmarcan de una manera directa dentro de la protección de la
economía como bien jurídico objeto de protección penal.

ANTECEDENTES LEGALES

Antes de entrar a considerar los antecedentes normativos en relación


al orden económico, es importante especificar que hasta la
promulgación del Código Penal de 1991 no existía en nuestro
ordenamiento legal algún cuerpo de leyes orgánico y específico, que
en materia penal tipificara de forma ordenada y técnica los distintos
atentados que se suscitaban contra el orden económico.

Si alguna vez en alguna medida se sancionaron estas clases de


conductas o se intento reprimir la criminalidad económica, se hizo
recurriendo a normas penales que no necesariamente encuadraban
dentro del bien jurídico objeto de protección penal. Por ejemplo, en
los casos más escandalosos y de notoriedad se recurrió a la
legislación que tipificaba la estafa y otras figuras delictivas conexas.
(unos de los delitos que más han acusado su desfase, ante la
evolución social, es la estafa)

En el Código de 1924, la estafa se encontraba en el Titulo


cuarto, se la sección sexta del libro Segundo, bajo la
denominación de <<ESTAFAS Y OTRAS
DEFRAUDACIONES>> decía el artículo 244.- <<Será
reprimido con penitenciaria o prisión no mayor de seis ni
menor de un mes, al que con nombre supuesto, calidad
simulada, falsos títulos, crédito, comisión, empresa o
negociación, o valiéndose de cualquier otro artificio, astucia

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o engaño, se procure o procure a otro un provecho ilícito


con perjuicio de terceros>>( con otra denominación por el
Código penal de 1991)1

Resulta evidente el perjuicio que los delitos económicos han


ocasionado a las relaciones comerciales de nuestro país, y la situación
de desfase que se ha encontrado en los últimos años la legislación
zonal nacional, de por sí, técnicamente incapaz de sancionar estos
hechos.

De allí que estos delitos merezcan un trato mas severo, en especial


por su trascendencia social y ataque profundo al sistema y a la buena
fe que preside las relaciones humanas en su justo desenvolvimiento.

Con la aplicación del Código Penal de 1924 en los casos de


atentados contra el orden económico, se pretendió atacar
una serie de conductas delictivas recurriendo a otras
normas de distinto género. Conscientes de la incapacidad
que prevalecía en nuestro ordenamiento, se recurrió a
fórmulas vagas y difusas que desmerecían el objetivo de la
calificación penal, como aconteció en particular el delito de
estafa.

Tal limitación jurídica determino en nuestro medio que se


impusieran penas notablemente benignas y
desproporcionadas a al entidad total de la estafa
conseguida a la culpabilidad de los estafadores. La
colectivización de la estafa o el fraude favorecía impune e
inmoralmente al defraudador, desatendiéndose a la mayor
perversidad intelectual dolosa del autor, a su propósito

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En la actualidad según Código Penal 1991

Artículo 196 Estafa.- El que procura para sí o para otro un provecho ilícito en perjuicio de tercero,
induciendo o manteniendo en error al agraviado mediante engaño, astucia, ardid u otra forma
fraudulenta, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de seis años.

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uniforme finalísticamente desarrollado, y a los beneficios


conseguidos con la lesión jurídica de una sola norma penal,
profundizando el tema, el problema en nuestro medio no se
limitó en exclusividad a la posibilidad de recurrir a un
dispositivo en el Código Penal, que para los casos de
sancionar la criminalidad económica aparecía inadecuado,
sino que además en su acepción gramatical e ideológica,
los llamados delitos económicos, en la legislación anterior,
eran conceptualizados como actividades de poca
importancia, por estar relacionadas con transgresiones de
orden administrativo y municipal, sin trascendencia en
materia criminológica y punitiva. En todo caso se les llamo
así en razón de la existencia de un dispositivo que
enmarcaba una serie de actividades que relacionadas con
la protección al consumidor, como era el acaparamiento, la
alteración de precios de los alimentos y los productos
considerados como de primera necesidad, como lo
señalaba el decreto legislativo 123, que equívoca y de
manera desacertada se le denominaba “Ley sobre delitos
económicos”. (que si bien introdujo en nuestra legislación
la nomenclatura, sin llegar a concebir la verdadera
dimensión del Derecho penal económico, quedando
sesgada a una serie de supuestos que tienen una mejor
regulación vía extrapenal.)

 Antecedentes de delitos contra el consumidor.

Los antecedentes mas significativos que podemos


encontrar en materia de protección al consumidor,
aparecen en el Decreto legislativo 123(ya mencionado),
el dispositivo en mención, aunque tenia por finalidad
perfeccionar la legislación que existía sobre la materia
en relación al tema que nos interesa, reconocía la

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importancia que la sanción penal tenia para la


protección de los derechos del consumidor. Sancionaba
la obtención de un lucro indebido en perjudico de la
colectividad, la protección de los precios de los
productos considerados como de primera de necesidad,
la alteración dolosa de su calidad y cantidad, y agravaba
la pena privativa de la libertad, cuando cualquiera de los
delitos mencionados se llevaba a cabo en épocas de
conmoción o calamidad pública.

Hay que resaltar que con posterioridad a la dacion del


actual código penal, en el que aparecen tipificados los
delitos de acaparamiento, especulación y adulteración,
se promulgaron otros dispositivos sobre protección al
consumidor en su contexto monopolio y que no
necesariamente mantienen una perspectiva penal
propiamente dicha (normas de publicidad en defensa del
consumidor.), cuya finalidad son estructurar aspectos
que se relacionan a la reglamentación de estas
actividades pero con un sentido orgánico, en relación de
que se establecen obligaciones y responsabilidades para
los proveedores, los derechos que les asisten a los
consumidores en materia de publicidad y otros asuntos
colaterales que hasta la fecha no habían sido normados
adecuadamente por la legislación nacional, y si lo
estaban, aparecían en todo caso en normas de distinta
naturaleza y jerarquía, lo que conllevaba a que sea
confusa, enredada e inoperantes los intentos de
protección a los consumidores que se daban en distintas
áreas.

Este último dispositivo establece un proceso y sanciones


de orden administrativo como sujeto principal con
sustento principal que comprende multas, decomiso, y

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clausura del local, sino prejuicio de las acciones civiles o


penales que pudieran dar lugar. Entre las
consideraciones que sustentan una normatividad de
este género, hay que reconocer que hay la defensa del
consumidor y del comercio con actividad importante de
nuestra economía. Los comerciantes deben acogerse a
ello para cumplir con responsabilidad sus actividades,
que tienen mucho de función social, y el publico
consumidor contar con el respaldo necesario para
abandonar su actitud pasiva que tanto favorece a
quienes lo engañan y explotan. El desmedido afán de
lucro, la falta de honestidad comercial, la transacción
inescrupulosa, vulneran la economía popular y violan
frecuentemente los derechos del consumidor.

De todas maneras, en razón que no se trata de


criminalizar un mayor numero de conductas objeto de
represión penal, la normatividad administrativa cumple
un papel rector y crea los mecanismos necesarios como
para crear conciencia y la progresiva implementación de
una política adecuada en materia de protección al
consumidor.

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NOCIONES ELEMENTALES

EL DERECHO PENAL EN UNA ECONOMÍA DE MERCADO

La relación de correspondencia entre el Derecho y los fenómenos


sociales tiene actualmente quizás su sector más dinámico en al
campo de las interrelaciones entre el Derecho y la Economía.

Desde el punto de vista jurídico se puede observar que, si dejamos de


lado el núcleo básico de bienes invariablemente protegidos en todos
los modelos sociales (especialmente la vida y la libertad), no cabe
duda que la protección de otros bienes, sobre todo do aquéllos
atacados por la criminalidad económica, depende decisivamente del
sistema económico y político, así como del momento histórico en el
cual se desenvuelven. Así, en las décadas pasadas se ha podido
observar, en contraposición con los dos grandes modelos mundiales,
el capitalismo y el socialismo, dos modelos jurídicos muy distintos. En
el ámbito de lo económico, uno protege la libre competencia y otras
instituciones derivadas de ella, mientras que el otro protege el buen
funcionamiento de una economía planificada.

Ahora bien, los países industrializados de corte capitalista


reconocieron muy pronto la necesidad de proteger el sistema de
economía de mercado mediante leyes administrativas y/o penales. La
idea de dejar la formación de los precios al libre juego de la oferta y la
demanda y reducir al mínimo la actividad del Estado tenía un
trasfondo político, además del económico. En efecto, no sólo se
trataba del interés evidente de conseguir una mejor distribución de la
riqueza e incrementar el bienestar de todos, sino también de
optimizar el libre desarrollo de la personalidad de los individuos.
Mientras tanto en los países en vías de desarrollo se dudaba acerca
de las bondades de la economía de mercado y se prescindía de su
efectiva implementación (pese a las declaraciones legales) mediante
una adecuada legislación protectora de aquellas instituciones que

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posibilitaran su funcionamiento para una verdadera distribución de


las riquezas. En estos países, el resultado salta a la vista: ni se logró
aumentar el bienestar de la colectividad, ni se consiguió aumentar las
posibilidades de libertad individual.

Tras el derrumbe del modelo socialista, el modelo de economía de


mercado ha encontrado una vigencia mundial desconocida hasta
ahora y se han disipado las dudas acerca de la necesidad de
protegerlo adecuadamente. Al eliminarse las barreras ideológicas, los
países con economías subdesarrolladas tratan ahora de insertarse
dentro de la economía mundial en el marco del proceso integrador de
mercados. Para ello necesitan una economía Té mercado eficiente. Y
para conseguir esto último necesitan una legislación que la proteja
convenientemente. Con esto se pone en claro que cuando el
legislador penal tipifica delitos económicos, no lo hace directamente
por razones de justicia social, sino, sólo cuando existe la decisión
política previa que así lo dispone, la cual a su vez resulta de la
necesidad de hacer más racional y efectiva el sistema económico
constituido. Esto, por cierto, tiende indirectamente, a optimizar las
posibilidades de justicia social (para el caso peruano v. t. 1.2).

Debido al carácter estructural de la delincuencia económica, su


persecución administrativa y/o penal no hará que ésta desaparezca,
sino sólo tenderá a controlarla. Su completa desaparición sólo podría
lograrse desapareciendo los estímulos que llevan a la comisión de
estos ilícitos: la libre competencia, el sistema de créditos, etc., al
igual que el delito de hurto desaparecería si se eliminara la propiedad
privada. Una sociedad en tales términos es posible, pero no
correspondería a la realidad de la vida moderna ni al contexto
internacional en el cual vivimos.

Pero, ¿cuál es la economía de mercado que el Derecho busca


proteger? Conviene aclarar que una economía de mercado no
significa una ausencia total del Estado en el campo ampo económico,

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tal como predicaba el liberalismo clásico si bien en se permite,


fundamentalmente un amplio campo de acción a los agentes
económicos (productores; distribuidores, consumidores) para que de
su accionar resulten las mejores condiciones de precios y productos
para todos, el Estado tiene que dar reglas de juego, es decir, regular o
encauzar el libre mercado. En caso contrario el sistema corre el
peligro de ser destruido por sus propios agentes económicos.

Las reglas que establecen la intervención del Estado en la Economía y


regulan algunos aspectos de la producción, comercialización y
distribución de los productos constituyen el marco legal para el
desarrollo de la libertad garantizada por la economía de mercado; las
infracciones a estas reglas, cuando, según el legislador son
especialmente graves, son consideradas delitos económicos.

Ciertamente, según la Política Económica que siga cada Estado, el


intervencionismo será menor o mayor, El Derecho penal económico
en dichos países será correspondientemente limitado o amplio. En
resumen, también en la economía de mercado hay planeamiento de
la Economía, pero ya no como principio rector, sino como excepción
que refuerza la libre actuación de las fuerzas económicas y el libre
desarrollo de la personalidad. Por otro lado, también en las economías
planificadas puede haber un espacio limitado de libre mercado, pero
la vigencia del principio básico, la dirección de la Economía, excluye
el objetivo político de libertad individual que subyace a la libre
competencia.

La economía de mercado implica libre Competencia, es decir la


actuación sin impedimentos artificiales (provocados por particulares o
por el Estado) en el libre juego de la oferta y la demanda de
productos o servicios en los diversos mercados territoriales.
Consecuentemente debe garantizarse mediante normas legales que
dicha competencia se realice sin trabas (protección de la libertad de
competir) y con medios leales (protección de la competencia leal). La

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actuación competitiva de los agentes económicos implica además del


uso de una serie de instrumentos económicos la Vida moderna: el
crédito, los seguros, las subvenciones, las inversiones etc. Todo ello
debe ser también reglamentado y protegido para el buen
funcionamiento del sistema. Por último, también surge la necesidad
de regular algunos aspectos de la vida económica, como la
producción (p. e. establecer cuotas de producción, controlar la calidad
de los productos), la comercialización (p. e, un control excepcional de
precios, sobre todo, cuando se trata de monopolios u oligopolios;
control de la publicidad) y, en general, de lodo lo relativo a la
protección del consumidor. Toda esta normativa es materia del
Derecho económico y, según el caso, también del Derecho penal
económico.

Pero además de este trasfondo económico y político, se debe


observar un desarrollo más profundo dentro de la propia dinámica flor
las sociedades modernas que afecta también a un Derecho penal
concebido para sociedades más simples. Las sociedades no se han
quedado petrificadas en las condiciones económicas, sociales y
tecnológicas del siglo pasado. De las cambiantes relaciones entre los
individuos y entre estos y el Estado surgen nuevas necesidades y
nuevas tareas.

En efecto, hablando en términos jurídicos se puede decir que su


característica común de las sociedades actuales la aparición de,
nuevos bienes jurídicos, en especial de los llamados bienes jurídicos
«supraindividuales», «colectivos» o «universales», igualmente a
medida que las relaciones económicas y sociales se vuelven más
complejas, las formas de ataque a bienes jurídicos tradicionales, así
como a los nuevos, se vuelven cada vez más sutiles. En tanto y en
cuanto estos ataques contra bienes jurídicos alcanzan una magnitud
tal que se hacen merecedores de sanciones penales, la Política
criminal y el Derecho penal se ven confrontados con el desafío de

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crear nuevos tipos penales y/o subsumir las conductas en los tipos
penales existentes.

Esta tendencia se observa en todo el Derecho penal, dado que las


relaciones económicas y sociales cambiantes afectan prácticamente a
todos los aspectos del individuo en la sociedad. Veamos esta
afirmación con ejemplos de cambios evidentes experimentados en la
parte general y la parte especial del Derecho penal moderno.

En la parte general se observa un desplazamiento de la clásica


protección de bienes jurídicos contra lesiones hacia su protección
contra riesgos. Se habla ahora en la doctrina alemana cada vez con
mayor frecuencia de una «sociedad de riesgos» (Risikogesellschaft) y
de un «Derecho penal del riesgo» (Risikostrafrecht). El Derecho penal
tendría, entonces, que responder a riesgos de la vida moderna (p.e.
riesgos atómicos, químicos, ecológicos, genéticos) mediante una
técnica penal «adecuada», mejor dicho, manipulada (tipos abiertos,
ley en blanco, tipos abstractos y culposos) para conseguir el objetivo
final: la protección suficiente de los bienes jurídicos que el legislador
considere importantes.

En la parte especial del Derecho penal, bienes jurídicos tradicionales


como p. e. la «vida», la «integridad corporal» o el «patrimonio» tienen
que ser protegidos contra nuevas formas de ataque como la
«manipulación genética», la «producción o distribución masiva de
productos defectuosos» y «fraudes mediante el uso de
computadoras», respectivamente.

EL DERECHO PENAL ECONÓMICO. DESARROLLO Y CONCEPTO

Pese a la transformación global de todo el Derecho penal, el sector


más dinámico sigue siendo el del «Derecho penal económico». Ello se
debe a la creciente atención que ha merecido el ordenamiento
económico para la vigencia de valores y bienes individuales, a través

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del funcionamiento de instrumentos económicos cada vez más


sofisticados y necesitados de protección.

Sin embargo, el fenómeno de la delincuencia económica no es nada


nuevo; desde épocas antiguas se ha «conminado potencialmente con
penas hechos económicos y abusos, sea como incriminación del
abuso de poder económico, sea en la forma de reforzar las
intervenciones estatales en todo o en parte del ordenamiento de la
economía»". Especialmente se recurría al Derecho penal para
proteger decisiones económicas del Estado en épocas de crisis (sobre
todo para proteger el abastecimiento o los intereses nacionales en
época de guerra).

A pesar de ello, existe consenso en afirmar que el interés jurídico y


sociológico por los también llamados «delitos de cuello blanco»
(debido a la elevada posición social y económica del sujeto activo),
así como su estudio dogmático y sistemático obtuvo su verdadero
impulso inicial en los Estados Unidos a través de las publicaciones de
los años 40 del sociólogo SUTHERLAND, basadas en minuciosas
investigaciones empíricas de las conductas empresariales
(fundamentalmente delitos contra la libre competencia).

En Europa, región donde la represión de las prácticas restrictivas


aparece relativamente tarde, el interés científico surgió recién
después de la Segunda Guerra Mundial. En los años 50 y 60 Europa,
en general, y Alemania, en particular, se recuperaban de las
consecuencias de la guerra y, en correspondencia con la situación de
emergencia económica, el legislador sólo se preocupaba por adoptar
medidas para impulsar el desarrollo económico y corregir algunas
distorsiones del sistema. Así, en Alemania se reprimía penalmente las
acciones de acaparamiento hasta mediados de los lirios 50. A partir
de esta fecha, cuando la economía social de mercado empezó a dar
sus frutos (el llamado «milagro económico» alemán), se suprimió este
tipo penal en 1954. La razón de esta decisión político-criminal fue la

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falta de necesidad de conminación penal debido al cambio de una


economía planificada o dirigidas la economía social de mercado. En
esta última, donde la libre oferta y demanda es la regla y la fijación
estatal de precios es la excepción, no se dan comúnmente acciones
de acaparamiento porque, si la economía funciona, no hay razón
alguna para retraer la oferta de mercancías". Tales acciones sólo son
posibles en épocas de crisis, cuando se hace necesaria una regulación
del abastecimiento y del precio de algunos productos. Esa es
precisamente la función de los tipos penales todavía vigentes en
Alemania, establecidos por la «Ley para la simplificación del Derecho
penal económico» de 1954,

Recién a partir de mediados de los 70, cuando la magnitud de los


daños de los delitos económicos se hizo insoportable, se vio la
necesidad de «reforzar la moral económica y crear un consenso
general de valores para poner en claro lo despreciable del
comportamiento delictivo en el campo económico». Ello tuvo que ser
así, pues la experiencia demostró que los controles sociales e
informales fracasaban ante los delitos económicos: o bien no son
identificables las verdaderas víctimas (falta de transparencia de las
situaciones) o no éstas tienen interés en denunciar o pueden ser
presionados para no denunciar a delincuentes poderosos".

Resulta particularmente ilustrativo el desarrollo ulterior del Derecho


penal económico en Alemania. Tomando como premisa que el
Derecho penal solamente debe ser usado para la protección de bienes
jurídicos y que, en el campo económico, no debe ser instrumento
primario de dirección de la economía, sino que debe servir solamente
para reforzar la regulación administrativa de un sector económico
determinado, se observa, a partir de los años 70 un fenómeno, a
primera vista, paradójico. Mientras para el Derecho penal común se
exige un retroceso en la intervención del Derecho penal
(descriminalización de delitos como la «homosexualidad» el
«incesto», la «seducción” el «adulterio»; y atenuación de muchos

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otros delitos), se exige, por otro lado, la criminalización de nuevas


conductas, especialmente las referidas al Derecho económico. Así, en
atención a las recomendaciones de la 49 Jornada de Juristas y de las
Comisiones de expertos, entre cuyos miembros se encontraba el
insigne penalista KLAUS TIEDEMANN, se inició todo un proceso
criminalizador de la delincuencia económica. Fundamentalmente se
trató de comprender penalmente aquellas conductas fraudulentas
atentatorias contra los principales instrumentos económicos de la
sociedad moderna: el otorgamiento de créditos y a invenciones, el
sistema de seguros y de inversiones de capital, así como el uso de
computadoras. Tipos penales derivados del tipo genérico de estafa
(art. 263a, 264, 264a, 265, 265b y 266b) fueron introducidos
consecutivamente en el Código penal alemán (StGB) mediante las
conocidas Primera y Segunda leyes para la lucha contra la
criminalidad económica de 1976 y 1986. La amplitud de estos tipos
penales ha merecido muchas críticas, especialmente por parte de la
Escuela de Francfort. A la fecha, la doctrina penal mayoritaria
(tendencia funcionalista) reclama, sin embargo, la introducción de
nuevos tipos penales, como p. e. el de las estafas en las licitaciones.

Paralelamente a esta tendencia se perfeccionaron e hicieron más


severos tipos penales ya existentes, en particular los referidos a la
quiebra fraudulenta (aras. 283-283d del StGB) y a la usura (art. 302a
del StGB).

En los años posteriores aparecieron nuevos tipos penales como los


referidos al lavado de dinero (art. 261 del StGB) y al espionaje
industrial (art. 17, párrafo 22 de la ley contra la competencia desleal).

Después de todo esto y adelantando un poco los resultados del


análisis de los bienes jurídicos, puede delimitar ya aquí el contenido
de los delitos económicos.

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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Muchos criterios han sido utilizados para ello en la doctrina y


legislación comparadas. Prescindiendo del ya superado criterio
criminológico que se basaba en las características y la actitud del
autor (elevada posición económica, actitud despectiva hacia el orden
económico protegido por el Estado, reprochable afán de lucro, etc.), la
doctrina moderna prefiere criterios objetivos y pragmáticos. Así se
tiende ahora a caracterizar los delitos económicos en función de los
bienes jurídicos atacados (instrumentos de la economía moderna) y/o
de la complejidad de la investigación del delito (necesidad de
conocimientos especiales y de medios de investigación apropiados).
Este último criterio pragmático ha sido empleado por el art. 74c de la
Ley orgánica del poder judicial en Alemania, la cual ha reconocido
como delitos económicos figuras tan dispares como: la quiebra
fraudulenta, la competencia desleal, los delitos societarios, la estafa,
la malversación de fondos, la usura, etc.19.

Más consecuente con la teoría penal de los bienes jurídicos es la


clasificación de KAISER en cuatro grandes grupos:

1. Delitos contra la Banca, las actividades bursátiles, el sistema


crediticio, la libre competencia, la garantía de los
abastecimientos; delitos contra derechos de autor y marcas,
quiebra, malversación de fondos.

2. Delitos fiscales, aduaneros, fraudes en las subvenciones y en la


obtención de ventajas, y el cohecho.

3. Delitos contra los trabajadores y la seguridad social; fraudes


alimentarios y otros; delitos contra los consumidores y contra el
medio ambiente.

4. La estafa y la usura.

Un concepto más estricto o limitado defiende BAJO FERNÁNDEZ.


Según él delitos económicos son solamente aquellos que atacan la

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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

regulación jurídica del intervencionismo estatal en la Economía.


Consecuentemente sólo investiga como delitos económicos aquellos
que atentan contra la determinación o formación de los precios, los
delitos monetarios, el contrabando y el delito fiscal. También STAMPA
BRAUN/BACIGALUPO adoptan, en principio, un criterio restringido de
Derecho penal económico (delitos contra el crédito y las finanzas,
concursos, usura, delitos tributarios), partiendo de la Constitución
económica española y de un consenso mínimo en la legislación penal
europea, pero dejan abierta la posibilidad de incluir nuevas conductas
propias de la vida económica moderna (criminalidad de computación,
abuso de tarjetas de crédito, etc.).

TIEDEMANN adopta una definición amplia del Derecho penal


económico. No sólo se trata de proteger el derecho de la dirección de
la economía por el Estado (concepto limitado), sino también de la
regulación de la producción y de la fabricación y distribución de
bienes económicos (concepto amplio). De esta manera no sólo se
considera hechos punibles a los dirigidos contra la planificación
estatal de la economía, «sino a todo el conjunto de los delitos
relacionados con la actividad económica y dirigidos contra las normas
estatales que organizan y protegen la vida económica». Así, al grupo
anterior de delitos se añaden muchas otras conductas propias de la
vida moderna como las manipulaciones con letras de cambio y
cheques, abusos de tarjetas de créditos, fraudes con computadoras,
etc.

Aunque la concepción amplia tiende a ser la dominante en la doctrina


penal y tiene la ventaja de acoger con facilidad nuevas formas
delictivas económicas, si no se quiere perder operatividad, es
necesario recurrir a criterios más estrictos para delimitar el ámbito
del Derecho penal económico. Por ello es preferible adaptar la
clasificación amplia a una teoría más precisa sobre la protección de
bienes jurídicos (vinculación a derechos fundamentales). En ese
sentido, habría que sistematizar los delitos económicos, en f unción

20
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

de los bienes jurídicos directamente afectados (que conforman el


concepto global «ordenamiento económico»), de la siguiente manera:

1. Delitos contra la competencia (delitos contra la libertad de


competencia y delitos de competencia desleal).

2. Delitos contra la propiedad intelectual e industrial.

3. Delitos contra el sistema crediticio, monetario, la actividad


bursátil y los seguros.

4. Delitos contra el sistema tributario, aduanero y de promoción


empresarial del Estado (subvenciones, reintegros de
exportación, etc.).

5. Delitos contra el buen funcionamiento y la transparencia de la


actividad empresarial (delitos societarios, quiebra y usura).

6. Delitos contra el control estatal de la producción o


comercialización, tanto a nivel nacional (acaparamiento,
especulación, fraudes alimentarios y otros delitos contra los
consumidores) como internacional (exportaciones prohibidas o
controladas).

7. Delitos contra la actividad laboral y la seguridad social.

8. Delitos contra el medio ambiente.

Si bien esta clasificación podría resultar todavía discutible, así como


es discutible la inclusión de determinadas conductas en cada sub-
grupo, sin embargo, la concepción de los bienes jurídicos provee el
punto de orientación que no debería abandonarse, si se quiere asumir
una actitud crítica frente a una actividad legislativa incontrolada. Un
análisis más detallado del bien jurídico en cada grupo de delitos
económicos sólo puede emprenderse en la parte especial de este
trabajo

21
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Sistemáticamente el Código penal peruano adopta una clasificación


demasiado restringida. El título IX engloba sólo algunos ¡lícitos que
atentan contra el orden económico, sin dar a entender cuál ha sido el
criterio utilizado para tal selección. La Exposición de Motivos, en el
punto 7 del acápite «innovaciones propuestas en la parte especial»,
se refiere a la necesidad de proteger el orden económico establecido
en la Constitución para lograr el bienestar general. Sin embargo el
legislador no ha sido consecuente con la idea rectora. En electo, por
un lado, de la explicación doctrinaria anterior se desprende que el
título IX comprende ilícitos que estarían dentro de una concepción
amplia del Derecho penal económico, pues se sanciona tanto
conductas que atentan contra la intervención directa del Estado (libre
competencia, libre funcionamiento del sistema de licitaciones y
subastas públicas, regulación de precios y de la distribución, control
de divisas, etc.), como también aquellas que atentan contra normas
que regulan la producción, distribución de productos y protegen al
consumidor (publicidad engañosa, venta fraudulenta de bienes, etc.).
Pero por otro lado, se sitúa fuera del título IX otros supuestos que
podrían encajar con la concepción (amplia) expuesta por la Exposición
de motivos o que incluso serían considerados delitos económicos
según una concepción restringida como el de BAJO FERNÁNDEZ, Tal
es el caso de los delitos de quiebra (título VI), los delitos financieros y
monetarios (título X), los delitos tributarios (título XI). En un sentido
más amplio habría ciertamente que agregar otros ilícitos penales
como los delitos contra los derechos intelectuales (título VII) y los
delitos ecológicos (título XIII).

La doctrina penal peruana parece aceptar la definición amplia de los


delitos económicos, en contra de la sistematización efectuada por el
Código. Sin embargo no siempre se procede consecuentemente en el
análisis de la parte especial de los delitos económicos.

En resumen: Se puede conceptuar a los delitos económicos como


«conductas inadecuadas a la economía», referidas al objeto o a los

22
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

medios de su comisión». Atendiendo a una concepción más garantiste


de los bienes jurídicos este concepto es, sin embargo, todavía
insuficiente. De manera más completa debe afirmarse que el Derecho
penal económico es el conjunto de normas penales que sancionan las
conductas que atentan gravemente contra bienes jurídicos
(supraindividuales) importantes para el funcionamiento del sistema
económico y para el libre desarrollo individual dentro de dicho
sistema.

23
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

EL DERECHO PENAL ECONÓMICO EN EL PERÚ

Es en este marco conceptual y en este contexto internacional que


debe analizarse la nueva corriente del Derecho penal económico
peruano. El derogado Código penal de 1924 no contemplaba dentro
de su sistema un título o capítulo dedicado a los delitos económicos.
Estos sólo podían ser abarcados por los tradicionales tipos penales de
estafa y otras defraudaciones, apropiación ilícita, encubrimiento,
quiebras, con lo cual se planteaban muchos problemas dogmáticos y
prácticos (verdadero bien jurídico tutelado, necesidad de verificar una
lesión patrimonial, elementos subjetivos innecesarios, etc.). No es que
la doctrina desconociera la problemática, ni que aisladamente no se
hubieran dado algunas leyes penales para proteger el sistema
económico. El problema era que no teníamos un verdadero sistema
económico que proteger.

Por un lado la Constitución de 1979 reconocía la vigencia de tina


economía de mercado en el Perú (art. 115), pero por otro lado esto no
pasó de ser una mera declaración. No sólo nunca se rej1lamentó su
protección, sino que en la vida económica el Estado Instauró un
sistema global de control de precios, con lo cual la economía de
mercado fue derogada en la práctica. Consecuentemente adquirió
importancia un Derecho penal encargado de proteger el sistema de
control de precios. Así, el Decreto Legislativo 123 de 12 de junio de
1981 introdujo normas penales para reprimir los delitos de
«especulación», «acaparamiento» y «falseamiento» lo productos. Este
conjunto normativo fue considerado erróneamente como el único
Derecho penal económico peruano.

Con el cambio de política económica del nuevo gobierno a partir de


los 90 se empezó a tomar en serio la protección de la economía de
mercado. El primer paso lo dio el nuevo Código Penal peruano de
1991 que introdujo todo un capítulo destinado a proteger los

24
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

instrumentos básicos de la economía de mercado: el Título IX,


dedicado a los «delitos contra el orden económico». En títulos
adicionales también se reprime otros delitos económicos como los
delitos contra la confianza y la buena fe en los negocios (Título VI), los
delitos contra la «propiedad intelectual» (título VII), «delitos
financieros>, y «delitos monetarios» (título X), los delitos tributarios y
fraudes alimentarios (título XI) y los «delitos ecológicos» (Título XIII).
Es recién a partir del nuevo Código penal se puede hablar de un
verdadero Derecho penal económico en el Perú.

El indudable cambio cualitativo en la política económica y criminal del


nuevo gobierno resulta patente por la importancia que se concede a
la protección de la libre competencia. El art. 232 del Código penal
reprime los abusos de poder económico y remite a la ley de la
materia la precisión de los demás elementos típicos. Dicha ley
especial, el Decreto Legislativo 701, fue dada poco después (el 07-11-
91). Finalmente, con la creación del órgano administrativo, el Instituto
Nacional de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual
(INDECOPI) y con su instalación en enero de 1993 se completó la
protección efectiva (aunque aún insuficiente) de la libertad de
competencia.

Muchos otros delitos económicos que atentan contra otros


instrumentos de la economía también son controlados previamente
por la Administración. En muchos casos se trata de alguna Comisión
de INDECOPI (competencia leal, la propiedad intelectual), en otros
casos de órganos administrativos establecidos por leyes
administrativas especiales: la ley General del Sistema Financiero y del
Sistema de Seguros (ley 26702 de 9-12-96), la ley del Mercado de
Valores (D. Leg. 861 de 22-10-96), la ley penal tributaria (D. Leg.
813), las diversas leyes de protección del ambiente (p. e. el Código
del Medio Ambiente, D. Leg. 613), etc. Esta protección administrativa
es reforzada con la protección penal adicional para las infracciones

25
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

más graves, si bien la operatividad de estas disposiciones penales es


dudosa.

La nueva Constitución de 1993 vino a reafirmar los principios


económicos de la anterior: el reconocimiento de una economía social
de mercado (art. 58) y la prohibición absoluta de toda forma de
ataque contra la libertad de la competencia (art. 61). Se observa, sin
embargo, una diferencia de grado: la actual Constitución es más
liberal que la anterior, pues ha introducido cambios para limitar la
intervención estatal en la economía. Dicha intervención estatal era
antes más amplia: la Constitución del 93 no prevé la posibilidad de
establecer monopolios legales (art. 114 de la Const. del 79), de
expropiar por interés social (art. 124 de la Const. del 79) y de
intervenir a empresas en situaciones de crisis grave o emergencia
(art. 132 de la Const. del 79). No obstante, si bien hay una aparente
contradicción con el sistema de economía social de mercado por
omisión de previsiones expresas como las de la Constitución
derogada 30, nada obsta para que ésta pueda ser atenuada por la vía
interpretativa en consonancia con el art. 58 de la propia Constitución
(reconocimiento de una economía social de mercado). En tal sentido,
los tipos penales contra delitos económicos del Código penal de 1991,
elaborados bajo la vigencia de la Constitución de 1979, siguen
protegiendo el mismo sistema socio-económico reconocido por esta
última.

El breve repaso por los tipos penales del nuevo Código penal peruano
ha permitido reconocer que éste se encuentra enmarcado dentro de
las modernas tendencias, sobre todo en cuanto a la criminalización de
los delitos económicos.

Aunque todavía queda mucho por hacer, no cabe duda que los
nuevos tipos penales dan una señal de parte del legislador. El Código
penal se convierte así en un verdadero impulsor del llamado «mínimo
ético» destinado a encauzar las fuerzas de la economía de libre

26
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

mercado desatadas desde hace algún tiempo en la economía y


sociedad peruanas hacia un aumento del bienestar. La dogmática
penal tiene, entonces, la función de controlar y contener la actividad
del legislador penal y del operador de las normas penales, a fin de
que no se quebranten las reglas de juego establecidas por la
Constitución; reglas que fueron dadas para el funcionamiento de un
modelo económico concreto, cuyo fin último es el libre desarrollo de
todos los individuos en la vida social y económica del país.

TENDENCIAS MODERNAS EN EL DERECHO PENAL ECONÓMICO

Los diversos problemas dogmáticos, así como los problemas


provenientes de la probanza del hecho delictivo dentro del proceso
penal, han llevado a que los nuevos tipos penales contra los delitos
económicos se configuren como tipos de peligro y como tipos
culposos. Se habla, por eso, de un "adelantamiento" de la
intervención penal para configurar el injusto penal prescindiendo de
algunos elementos típicos.

El ejemplo más claro se ve en los distintos tipos de fraude. Antes


existía en Alemania sólo un tipo genérico de estafa (art. 263 StGB)
con los cuatro elementos básicos tradicionales: Engaño, 2.- Error en el
sujeto pasivo motivado por el engaño, 3.- Disposición patrimonial y 4.-
Daño patrimonial en la víctima. Se vio, entonces, que los fraudes en
las subvenciones y en la obtención de créditos resultaban
extremadamente difíciles de probar debido a la necesidad de
verificación del daño. En el caso de las subvenciones, la
administración no era en si misma perjudicada, ya que el monto de la
subvención es por naturaleza un monto saliente del patrimonio del
Estado. En el caso de los bancos, se tendría que esperar hasta que el
sujeto activo obtuviera el crédito y no lo devolviera conforme a lo
pactado entre él y el banco. Por eso se introdujeron los tipos penales
de estafa en las subvenciones (art. 264) y de estafa en los créditos
(art. 265) en el Código penal alemán. Estos tipos penales adelantan

27
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

de tal manera la intervención penal que no sólo prescinden de la


comprobación de un daño patrimonial, sino incluso de los otros dos
elementos tradicionales de la estafa: el error en la víctima y la
disposición patrimonial. Basta ahora la simple tentativa de engaño a
la autoridad otorgante de las subvenciones o al banco mediante la
presentación de documentos con datos incorrectos o incompletos. En
el caso de las subvenciones, la conducta típica ni siquiera tiene que
se dolosa; basta con la culpa grave o ligereza (Leichtfertigkeit) (art.
264, tercer párrafo del StGB).

Si bien aquí puede ser poco discutible la importancia del bien jurídico
como para que merezca una protección penal tan amplia como la de
la vida, es por lo menos discutible la necesidad de pena (sobre esto
ver el capítulo siguiente). Muchos de estos tipos penales podrían ser
reemplazados por un control administrativo o por el propio control del
interesado. Este argumento descriminalizador también se arguye
contra la punición del hurto en supermercados y otros relacionados
principalmente con la contribución de la víctima en la comisión de los
delitos (victimología).

No obstante, no hay que olvidar que en una sociedad de riesgos


(Risikogeselischaft) moderna y compleja el rol contralor del Estado es
cada vez más necesario para garantizar la vigencia de aquellas
instituciones económicas más importantes, dada su implicancia en la
vigencia de derechos fundamentales. Precisamente, debido a la
carencia de reconocimiento general de estos bienes se requiere de la
intervención penal, pues es el reproche ético-social de, las penas el
que coadyuva a afirmar la conciencia de injusto en la sociedad
respecto de conductas socialmente dañinas, cuya percepción y
comprensión por el individuo es difícil.

En cuanto a la represión de delitos económicos no sólo se trata,


entonces, de un principio elemental de justicia (la crítica algo
emocional de no «dejar escapar a los grandes, reprimiendo sólo a los

28
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

chicos») sino de algo más fundamental: la protección de los bienes


jurídicos más Importantes contra las acciones peligrosas más graves
en una determinada sociedad.

Precisamente la tendencia actual en la legislación y doctrina penal


dominante es la de acudir cada vez con más frecuencia, y cada vez
de forma más severa (adelantamiento de las barreras del derecho
penal) a medios penales para proteger intereses estatales
económicos. Además, dada la importancia que adquieren las
empresas en la vida económica moderna, se busca responsabilizarlas
de alguna manera por los daños ocasionados por quienes actúan a
nombre de ella. No sólo se trata ahora de sancionar penalmente a sus
miembros o directivos, sino directamente a la persona jurídica, sea
por infracción de su «deber de vigilancia» o por «deficiencia
organizativa». Tal tendencia parece que continuará
ininterrumpidamente en el futuro y no sería raro que en un futuro
próximo lo que empezó como Derecho penal económico de personas
naturales se convierta en Derecho (penal) sancionatorio de las
empresas.

Es relativamente fácil pronosticar el futuro inmediato del Derecho


penal de países de economía de mercado reciente como el Perú. Si
bien aquí la represión sistemática de los delitos económicos recién se
introdujo con el Código Penal de 1991, el desarrollo ulterior de las
relaciones económicas y sociales, así como de las necesidades de
política económica hacen prever que se tenderá en el futuro a una
mayor protección penal de las instituciones económicas. No sólo
podrían crearse nuevos tipos penales (p. e. siguiendo la línea del
Código penal alemán y español podría introducirse tipos de «tráfico
de influencias, estafa en los seguros», «estafa en las subvenciones»),
sino también adelantar la intervención del Derecho penal mediante la
supresión de elementos subjetivos y objetivos del tipo (el perjuicio o
el provocar la disposición patrimonial en los delitos financieros o el
estado de quiebra en los delitos de quiebra) o mediante la creación

29
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

de tipos de peligro o de «idoneidad» (especialmente en los delitos


ecológicos), o mediante tipos culposos (p. e. un delito culposo de
«delito financiero» o de «estafa en las subvenciones» como en el
Código penal alemán). Por lo pronto, se ha incluido ya en el Código
penal peruano un nuevo tipo penal referido al insider trading: el
abuso de información privilegiada (nuevo art. 251 a) mediante la
novena disposición final del D. Leg. 861 (Ley del Mercado de Valores),
publicada el 22-10-96.

En nuestro medio resulta dudoso, sin embargo, que esta tendencia


criminalizadora por si sola traiga consigo una verdadera contención
de los delitos económicos. Por un lado, existen problemas inmanentes
a la dogmática y a la organización judicial que dificultan la efectividad
en la persecución de los delitos económicos. Por otro lado, aparte de
la benevolencia de los tipos penales contra delitos económicos
(mínima represión), parece ser que por intervención de grupos interés
se intenta hacer depender cada vez más la intervención penal de una
definición previa dada por la administración 32. Así, mientras se
introducen tipos penales para proteger la competencia (art. 232 C. P.),
el sistema fiscal (art. 1 al 5 del D. Leg. 813), el sistema crediticio (art.
247 C. P.) y el medio ambiente (art. 304 y ss.), se condiciona, por otro
lado, la persecución penal a la previa definición del carácter penal por
parte de la Administración: la Comisión de Libre Competencia (art. 19,
D. Leg. 701), el órgano administrador del tributo (art. 6 D. Leg. 813),
la Superintendencia de Banca y Seguros (cuarta disposición final y
complementaria de la ley 26702) y las distintas autoridades
protectoras del ambiente (el Ministerio de Agricultura, la Policía
Ecológica, etc.).

Esto, sumado a otros factores (falta de capacitación de jueces y


fiscales, problemas de interpretación de los tipos, recargadas labores
judiciales, etc.) ha llevado a la inoperancia total de los tipos penales,
incluso en casos escandalosos de atentados evidentes contra el bien
jurídico tutelado (p. e. los sonados casos del «cártel del pollo», «cártel

30
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

del gas» precios abusivos de empresas telefónicas, múltiples delitos


financieros y los cotidianos cárteles de licitación en la construcción).

La decisión político-criminal del legislador penal, que remitió en su


momento a la legislación especial para el «llenado» de los tipos
penales en blanco de los delitos de abuso del poder económico y
delitos ecológicos, se ha visto tergiversada por el legislador
administrativo a tal extremo que se ha dejado en manos de la
autoridad administrativa la definición del carácter penal. Esta
autoridad tiende a identificar el carácter penal no con un ataque
grave al bien jurídico, sino con una mera desobediencia a sus propias
resoluciones. El caso más evidente es el de la Comisión de Libre
Competencia del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y
Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI), órgano
administrativo constituido en definidos previo de muchos delitos
económicos, sin posibilidad de que la justicia común pueda avocarse
antesala investigación y sanción de los ilícitos por más graves que
estos sean.

Si bien es cierto que la instancia administrativa es imprescindible


para una definición más precisa de los ilícitos y para un mejor control
de los ilícitos económicos, también lo es que ésta no debe llegar al
extremo de suprimir en la práctica toda posibilidad de intervención
penal, especialmente en los casos más graves. Por las diversas
razones expuestas hay un «déficit sancionador» en la legislación
penal peruana; los tipos del Código Penal referidos a delitos
económicos pierden sus bondades preventivo-generales. El carácter
meramente simbólico del Derecho penal adquiere aquí su máxima
expresión, conforme lo demuestran los ejemplos señalados..

31
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

LA NECESIDAD DE PENA Y EL PRINCIPIO “DERECHO PENAL


COMO EL ULTIMA RATIO”

Del principio de «ultima ratio» se deriva que el Derecho penal sólo


debe intervenir cuando no se dispone de medios menos graves,
restrictivos de la libertad del individuo, para restaurar la paz social
(principios de exigibilidad e idoneidad). Esto quiere decir que el
Derecho penal debe ceder cuando los propios destinatarios de la
norma afectados o el Derecho civil, administrativo o contravencional
pueden dar solución suficiente al conflicto desatado por la conducta
merecedora de pena. O sea, si el legislador penal no quiere atentar
contra el principio de proporcionalidad, no debería darse una sanción
penal cuando ésta ya no es idónea para desarrollar su efecto
preventivo general y especial. Constituye reflejo de este principio p.
e. el art. 60 del StGB alemán: cuando el autor ya ha sufrido una
punición «natural» no debe ser afligido adicionalmente mediante la
pena. Lo contrario sería la imposición de penas puramente
retributivas.

Es todavía dudoso que el Derecho penal realmente intervenga en la


libertad del afectado de manera más grave que otras medidas
estatales. Ello es, cuestionable, sobre todo, en el derecho penal
económico: «Los afectados pueden evitar los tipos penales represivos
mediante conductas conforme a la norma mientras que las
rigurosidades económico-jurídicas y especialmente las prohibiciones
preventivas administrativas alcanzan necesariamente a toda
conducta pertinente (o sea también a las conductas ajustadas a la ley
y leales) y consecuentemente a todos los agentes económicos».

En todo caso esta cuestión no debe desembocar en una disyuntiva,


sino en una convergencia de ambas posibilidades, porque la
preexistencia de una reglamentación minuciosa fundamenta mejor el
empleo de tipos penales contra las infracciones. Cuando ya existe una

32
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

reglamentación administrativa previa, la comisión delitos económicos


justificaría plenamente la afirmación de un elevado desvalor de la
actitud interna. Entonces, la introducción de tipos penales
económicos no debería reemplazar ni los preceptos administrativos ni
su función de instrumento de dirección, sino sólo reforzar
adicionalmente la tarea preventiva de la administración, salvo que la
eficiencia de ésta peligre con la imposición de penas concebidas
fundamentalmente como compensadoras del quebrantamiento
jurídico.

LA TENTATIVA

En relación con la punición de la tentativa tienen que atenderse a la


configuración de los tipos penales.

Así ella no es posible cuando el tipo penal comprende ya acciones


previas al resultado. Tal es el caso de los llamados “delitos de
emprendimiento”, es decir aquellos delitos en los que el legislador ha
considerado como consumación también hechos que constituyen
tentativa. Puesto que la tentativa aquí constituiría una «tentativa de
la tentativa», su punición significaría un adelantamiento exagerado
de la intervención penal y un atentado contra la certeza de los tipos
penales. No es aceptable, entonces, la tentativa en este tipo de
delitos. En la legislación peruana podría darse un delito de
emprendimiento en algunos casos de acuerdos de cártel, dado que la
legislación extrapenal considera como «acuerdo» no sólo a un
contrato, sino también otras acciones que, según el caso pueden ser
previas a la realización de acuerdos: las recomendaciones (art, 232
concordado con el art. 6, primer párrafo del Leg. 701). También en el
delito de adulteración de productos (art. 235) destinado, en cuanto al
objeto de la acción, a proteger la salud o el patrimonio de los
consumidores, se está penando In tentativa, pues no se exige la
puesta a la venta o la compra por loa consumidores de los productos

33
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

adulterados. Antes de la adulteración sólo existirían actos


preparatorios impunes.

Otros delitos económicos en la legislación penal peruana son


configurados como delitos de mera actividad, es decir en ellos no hay
una separación espacio-temporal entre la acción y el resultado; el
resultado se produce con el último acto cometido. Aquí no es posible
constatar la tentativa acabada, pues ella constituyo yo la
consumación, pero sí es posible, en algunos casos, la tentativo
inacabada. Así, en el tipo de abuso del poder económico mediante
discriminación (art. 232), el acaparamiento (art. 233), la especulación
(art. 234). No en todos los casos será posible la tentativo, sino sólo en
aquellos en los que el tipo admita una cierta separación entre la
acción y el resultado típico. Así el «poner a la venta» productos a
precios superiores a los fijados por la autoridad no admite la
tentativa, mientras que la “venta” a precios superiores a los
establecidos en las etiquetas o a pesos inferiores a los debidos sí (la
tentativa consistiría en la acción anterior a la «venta», es decir la
«puesta a la venta»). En la publicidad engañosa (art. 238), aunque se
trata de un delito de mira actividad, sí es posible la tentativa, pues
pueden darse casos en los que hay una separación temporal entre la
acción del sujeto activo (enviar por correo el aviso para su
publicación) y la publicación efectiva de la afirmación falsa (aparición
del aviso en el periódico) idónea para provocar error grave en el
consumidor.

Finalmente, para delimitar la tentativa de los actos preparatorios. hay


que atender a distintas teorías dentro del marco establecido por el
Código penal. El legislador peruano no ha dado una definición de la
tentativa, tal como lo prevén otras legislaciones (p. e. La definición
objetivo-individual del art. 22 del StGB alemán); simplemente afirma
que el «agente comenzó la ejecución de un delito, que decidió
cometer, sin consumarlo» (art. 16 C. P.). Esto permite una mayor

34
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

flexibilidad en la aplicación de las teorías de la tentativa a las


particularidades de los delitos económicos.

Se ha criticado la fórmula alemana («ponerse en relación inmediata


con la realización del tipo, según el plan delictivo del autor») por
haber sido diseñada para los delitos violentos, mas no así prisa los
demás delitos. Especialmente en los delitos económicos (y en los de
omisión), el requisito de la «relación inmediata con la realización del
tipo» sería difícilmente reconocible para alguien quo no encuentra
fuera del círculo del autor, por lo cual, en muchos castre se
favorecería la impunidad. Se recomienda, entonces, interpretar este
requisito en el sentido de «una grave puesta en peligro del bien
jurídico» (o mejor dicho del «objeto del bien jurídico). La aplicación
de este (u otro) criterio para delimitar la tentativa do loo actos
preparatorios tiene que emprenderse caso por caso, tal como lo ha
entendido la doctrina dominante. P. e. considerar tentativo sólo
cuando el transporte con la mercadería de contrabando grité a punto
de pasarla frontera significaría dificultar extremadamente la
persecución penal: puesto que en caso de consumación (traspasar la
frontera) no sería posible la persecución penal, el peligro para el bien
jurídico se habría dado aun antes de llegar al límite fronterizo.

DERECHO ADMINISTRATIVO Y DERECHO PENAL

De las anteriores reflexiones se desprende también que el control de


la mayoría de los delitos económicos (si no de todos) debería ser
establecido primariamente de manera preventiva, mediante
disposiciones administrativas y encargado a autoridades
especializadas. Esto garantizaría un mayor respeto del principio de
certeza, para superar las dificultades que surgen de la complejidad y
do la particularidad de la materia, así como la vigencia del principio
do intervención mínima y subsidiaria del Derecho penal.
Materialmente se fundamenta también esta decisión político-criminal
en la tesis aquí postulada de la necesidad de un injusto más elevado

35
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

para la criminalización de los ilícitos económicos. Se presupone,


entonces, un modelo combinado de controles administrativos y
panales, a partir del cual se pueda desarrollar un futuro y más amplio
«modelo sancionatorio de actividades empresariales».

El control administrativo debería estar a cargo de órganos


especializados pertenecientes a la administración pública, pero
independientes de ella en cuanto a sus decisiones. Por otro lado,
siguiendo la tendencia garantiste de países que cuentan con tal
organización (Alemania y España), el Derecho «sancionatorio»
administrativo debería respetar los principios generales del Derecho
penal (legalidad, prohibición de la analogía, ne bis in ideen,
culpabilidad, etc.). Lo mejor sería que estos principios, así como una
delimitación precisa entre ilícitos administrativos graves y delitos,
estén contenidos en una ley especial (ley de contravenciones), tal
como sucede en Alemania o Portugal'.

No hay duda que, para respetar el principio de cosa juzgada, no debe


sancionarse dos veces por el mismo hecho, ni siquiera bajo el artificio
de considerar la afección de dos bienes jurídicos distintos (el penal y
el administrativo). Pero por otro lado, habría que cubrir el vacío de
punibilidad que ocurriría cuando el juez penal, debido a su menor
especialización o por cualquier otro motivo fáctico, no puede imponer
sanciones penales a nadie, pese a la constatación de la existencia de
un delito.

A tratar quedan todavía problemas prácticos de competencias entre


las autoridades administrativas y penales, aún después do una clara
delimitación (cualitativa) de las sanciones. Esto puedo emprenderse
considerando una cláusula delimitadora de las bagatelas o reglas
sobre los presupuestos de la persecución penal.

36
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

DELIMITACIÓN ENTRE ILÍCITO PENAL E ILÍCITO


ADMINISTRATIVO

Según la tradición de muchos Códigos penales latinoamericanos (así


como también del antiguo y del nuevo Código penal español) se suele
diferenciar entre delitos y faltas. Los límites en el caso de los delitos
contra el patrimonio (p. e. hurto, estafa) son establecidos a menudo
mediante «cuantías» previstas expresamente y adaptables a la
inflación, las que pueden referirse a «sueldos mínimos» o, con
frecuencia también a «unidades impositivas tributarías». Este sistema
también es empleado para la fijación de multas penales o multas
administrativas. Pese a ello, no se acostumbra usar esta técnica para
delimitar los ilícitos penales de los ilícitos administrativos. Solamente
se emplea a veces criterios cuantitativos para la medición de la multa
administrativa.

Se ha podido apreciar que para la delimitación entre el ilícito penal y


el administrativo pueden emplearse dos criterios básicos: el subjetivo
o cualitativo y el objetivo o cuantitativo.

Aun cuando el elemento subjetivo resalte mejor la actitud interna


dirigida contra el bien jurídico, es dudoso que éste por si solo sea el
mejor criterio de delimitación entre los ilícitos administrativos y los
penales. En efecto, no se requiere de un elemento subjetivo especial,
cuando se trata ya de acciones dolosas, mediante las cuales el autor
ha demostrado decidirse por la afección del bien jurídico. Además, en
los delitos económicos no puede soslayarse el poder de¡ delincuente,
así como el daño económico (dañosidad social) como criterios
adicionales del merecimiento de pena, pues su magnitud hace
especialmente grave la afección del bien jurídico. Las exigencias
extremas para la comprobación de una intención especial dificultan,
innecesariamente, a persecución penal de los delitos económicos.

37
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

LA ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA PREVIA

Se argumenta a favor de la intervención administrativa como


instancia única o previa a la intervención penal, aparte de su mayor
conocimiento especializado del ámbito económico, su mayor
efectividad. Así, las sanciones administrativas y contravencionales
tendrían importantes efectos intimidatorios, porque se aplican con
más rapidez, exigen menos requisitos para su imposición y pueden
alcanzan fácilmente montos mucho más elevados que las multas
penales.

La solución está en buscar un sistema que permita un control efectivo


de los ilícitos económicos, sin renunciar al control administrativo, pero
sin desproteger al mismo tiempo la vigencia del bien jurídico. Es por
ello recomendable, por un lado obligar a la autoridad administrativa a
remitir lo actuado inmediatamente a la Fiscalía al verificar la omisión
de un hecho de trascendencia penal. Independientemente a ello el
Juez debería poder iniciar un proceso penal por delitos económicos,
sea de oficio, por denuncia privada o por denuncia del Fiscal, sin
condicionamientos previos de carácter administrativo. Además, la
imposición de una pena debería excluir la sanción administrativa
(respeto del principio”ne is in idem”). Sólo cuando por motivos de
hecho no haya podido imponerse una pena, debería facultarse a la
Administración a imponer una sanción.

SANCIONES ADMINISTRATIVAS

Las medidas administrativas preventivas más comunes son la


amonestación y la orden de cese de la práctica. Cuando estas son
insuficientes se suelen aplicar sanciones más severas.

En primer lugar resulta evidente la aplicación general de multas


elevadas. Puesto que, según la experiencia, los hombres de negocios
hacen reflexiones económicas sobre costes y beneficios para
decidirse a favor o en contra de la comisión de delitos con contenido

38
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

económico, el análisis económico es de gran ayuda en la imposición


de sanciones administrativas o sanciones penales pecuniarias. Esto
presupone, naturalmente que la sanción sea utilizada en el marco de
una prevención general positiva, la cual no excluye, en contra de lo
que se cree, la intimidación. Efectivamente, si se comprende que la
“confianza en la validez de la norma”, en realidad, sólo puede
significar confianza justificada y que esta justificación resulta “de una
protección concreta, efectivamente dispuesta, de bienes jurídicos, de
intimidación”, se ve entonces claramente que la intimidación y la
prevención general positiva no se excluyen, en el sentido de la
afirmación de la norma, sino se complementa.

Una sanción monetaria o una multa penal suficientemente elevada


contra la propia empresa puede tener también efectos preventivo-
generales, porque con ello crece el interés de la empresa para
organizarse de manera tal que se evite, en lo posible, la comisión de
ilícitos.

Sin constituir una sanción, el decomiso de ganancias ha demostrado


ser también una medida teóricamente intimidante en la lucha contra
las infracciones económicas. Puesto que se trata de despojar al
infractor de las ganancias ilícitas, la medida es idónea para
contrarrestar directamente los estímulos económicos que alientan la
comisión de las infracciones. Su efecto intimidante es indispensable,
si bien es discutible su aplicación práctica. En todo caso, las
dificultades que puedan surgir para la verificación del monto de
dichas ganancias ilegales podrán ser superadas mediante el trabajo
de especialistas. Esto no es imposible, sobre todo a nivel
administrativo.

Por lo demás, debe criticarse la concepción partidaria de una


reducción del marco de las multas administrativas reconduciéndolas
al nivel de las multas penales. Aún cuando la práctica muestre que los
jueces penales imponen multas bajas para hechos por los cuales la

39
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Administración con seguridad hubiera impuesto multas millonarias, la


debilidad no está en la Administración, sino en la Justicia penal. No
resulta comprensible por qué frente a los daños y a las posibilidades
de ganancias del autor, no deba ser adecuada una multa penal
elevada. En última instancia hay que advertir que precisamente las
sanciones contra algunos ilícitos contravencionales, como las
restricciones de la competencia, tienen que responder al carácter
cuasi-penal de estas infracciones. Se podría decir que este tipo de
sanciones administrativas son las más cercanas a las auténticas
penas, dentro de un nivel jerárquico.

SANCIONES PENALES

Len el campo de los delitos económicos la disputa entre las distintas


teorías de la pena (retributiva, preventivo general y preventivo
especial) experimenta algunos cambios respecto a la discusión
general en el Derecho penal.

En efecto, se suele admitir que la prevención especial no funciona


para el delincuente económico, pues se trata de personas no
necesitadas de resocialización. Pero también puede considerarse a la
prevención especial en el sentido más estricto de “evitar la
reincidencia”: la pena privativa de libertad podría desarrollar un
“efecto contramotivador” de la reincidencia. Sin embargo,
consideramos que, en el Derecho penal económico, la prevención
especial también es posible en otro sentido. Habría que considerar la
rehabilitación y reeducación en un sentido adecuado al tipo de autor,
es decir considerando el modelo de agente económico que se desea
para un Estado de Derecho social y democrático. Claro que esto
implicaría crear todo un sistema carcelario correspondiente a estos
fines. Por otro lado, otras medidas previstas en las legislaciones
penales, como el trabajo comunitario, la imposición de determinadas
obligaciones, etc., buscan también indirectamente fines
reeducativos.

40
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

En el Derecho penal económico se recurre fundamentalmente a la


prevención general de las penas. Así, si no se quiere que4 los tipos
penales contra delitos económicos sólo constituyan una
criminalización “de jure”, sino también una “de ipso”, las penas
tienen que ser lo suficientemente intímidatorias, tanto en lo que se
refiere a su magnitud como a su imposición efectiva. Aquí no sólo
entra a tallar la “efectividad” de la justicia en la punición de todos los
delitos económicos, sino, principalmente la forma de la punición para
que pueda tener carácter disuasorio frente a potenciales
delincuentes. Es aquí donde el análisis económico del Derecho puede
aportar valiosas ideas, debido a que se trata de contrarrestar
fundamentalmente, el eficiente que implican las enormes ganancias
provenientes de los delitos económicos.

Esto se debe a la excesiva benevolencia por parte del legislador


cuando se trata de delitos económicos. Esto se debe a la excesiva
benevolencia por parte del legislador cuando se trata de delitos
económicos. Así, el Código penal peruano se caracteriza
precisamente por su excesiva tolerancia a los delitos económicos. A
excepción del tipo agravado de la venta ilícita de mercaderías (art.
237, segundo párrafo), en los tipos básicos más graves del título X el
máximum legal es de seis años: abuso del poder económicos (art.
232), especulación (234, primer párrafo), acaparamiento,
especulación y adulteración agravados (art. 236), venta ilícita de
mercadería (art. 237, primer párrafo), funcionamiento no autorizado
de casinos (243ª). Pero en la mayoría de los casos el máximun o bien
no pasa de los tres años, o se prevé la sustitución de la privación de
libertad por multas (desprestigio industrial del art. 240, fraudes en las
licitaciones del art. 241, omisión de información del art. 242) o
sencillamente no existe pena privativa de libertad (publicidad
engañosa del art. 238).

41
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

De no aceptarse la responsabilidad autónoma de la empresa, el


Derecho penal debe tenerse sus fundamentos en la responsabilidad
individual.

En relación con los individuos no debe olvidarse que las mutas


penales no pueden tener efectos intimidatorios ni afirmar
positivamente la validez de la norma, si los empleadores, es decir las
empresas, pueden asumir los costos de la sanción o incluso derivarlos
a los consumidores. Entonces, una auténtica punición es recién
posible cuando ya se ha dispuesto un “decomiso o confiscación de
ganancias” (Gewinnabschôpfung) contra la empresa. De esta manera,
la empresa no podría asumir sin más la multa penal impuesta a la
persona individual, pues siempre obtendrá un balance negativo del
delito, difícilmente compensable mediante una desviación de los
costos al consumidor, porque ello haría peligrar su competitividad.

La privación de libertad tienen efectos especialmente intimidatorios


en los delincuentes económicos, siempre que sean impuestas de
manera efectiva. La práctica norteamericana presta valiosas
experiencias. Allí parece ser muy efectivo, debido a su efecto
suficientemente intimidante, el cumplimiento efectivo de las penas
privativas de libertad de corta duración (de un mes a dos años). Ya en
1977 las “Guidelines for Sentencing Recomendations in Fellony Cases
Under the Sherman Act” recomendaban a las autoridades Antitrust
solicitar penas privativas de libertad “intimidantes” de por lo menos
18 meses. En la época siguiente la persecución penal fue
acentuándose poco a poco en el sentido de la concepción de la
intimidación. Últimamente las penas privativas de libertad han
llegado a los 3 años y las multas penales hasta 350,000 dólares para
personas naturales y 10 millones de dólares parra las empresas.

En ausencia de la posibilidad de imponer sanciones penales a las


personas jurídicas se recomienda prever consecuencias accesorias
contra la empresa; p.e. la exclusión de miembros, la prohibición

42
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

temporal de actividades, la disolución de la sociedad o el cierre del


negocio, la modificación de estatutos, el nombramiento de un
fideicomiso, y otras. Aunque algunas de estas medidas ya han sido
introducidas en algunos Códigos penales (p.e. en el art. 105 del C.P.
peruano.

Todavía más intimidante para las empresas parece ser la grave


pérdida de prestigio causada por la publicidad del proceso y de la
condena, ya que puede llevar a reacciones negativas de los clientes
y, con ello, a fuertes pérdidas financieras. La publicidad del proceso
como “transparencia procesal” se ve expuesta a serias objeciones:
ella no sería capaz de satisfacer el principio de proporcionalidad
(también un informe anónimo satisface la necesidad de control de la
generalidad) y sería inaceptable en un Estado de derecho (debido a
su carácter de “pena de sospecha”).

Sin embargo la práctica demuestra que las empresas pueden


compensar exitosamente los perjuicios de la publicidad de las
sentencias mediante contramedidas tales como campañas
publicitarias, aunque esto signifique costos adicionales para ellas. Por
lo menos la gran cuota de empresas reincidentes hace suponer que
no se debe esperar una suficiente intimidación mediante las
sanciones de publicidad hasta ahora aplicadas en algunos países.

43
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

TITULO IX

DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONÓMICO

CAPÍTULO I

ABUSO DEL PODER ECONÓMICO

Artículo 232.- Abuso de poder económico

(*) Articulo Derogado por el inciso b) de la Segunda Disposición


Complementaria y Derogatoria del Decreto Legislativo N° 1034,
publicado el 25 de junio 2008. La citada Ley entrrá en vigencia a lso
treinta30) días de su publicación en el Diario Oficial el Peruano.

CAPÍTULO II

ACAPARAMIENTO, ESPECULACIÓN, ADULTERACIÓN

Art.233.- Acaparamiento

(*) Articulo Derogado por el inciso b) de la Segunda Disposición


Complementaria y Derogatoria del Decreto Legislativo N° 1034,
publicado el 25 de junio 2008. La citada Ley entrrá en vigencia a lso
treinta30) días de su publicación en el Diario Oficial el Peruano.

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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

 DECRETO LEGISLATIVO N° 1034

DECRETO LEGISLATIVO QUE APRUBA LA LEY DE


REPRESIÓN DE CONDUCTAS ANTICOMPETITIVAS

25/ Junio/2008

Tiene por finalidad prohibir y sancionar las conductas


anticompetitivas con la finalidad de promover la eficiencia
económica en los mercados para el bienestar de los
consumidores.

Esta norma, establece criterios de análisis que generan


mayor predictibilidad en su aplicación (tiene parámetros
objetivos) y redefiniendo y mejorando sustancialmente el
procedimiento administrativo correspondiente. Queda claro
que lo que se busca es incentivar la eficiencia económica en
los mercados, promoviendo así la competitividad en el país.

la norma define y enumera tres conductas anticompetitivas


y, por lo tanto, sancionables: El abuso de la posición de
dominio, las prácticas colusorias horizontales y las prácticas
colusorias verticales. Estaremos en el primer supuesto
cuando un agente económico que ostenta posición
dominante en el mercado relevante utiliza esta posición para
restringir de manera indebida la competencia, obteniendo
beneficios y perjudicando a competidores reales o
potenciales, directos o indirectos, que no hubiera sido
posible de no ostentar dicha posición. Las prácticas
colusorias horizontales vienen referidos a los acuerdos,
decisiones, recomendaciones o prácticas concertadas
realizadas por agentes económicos competidores entre sí
que tengan por objeto o efecto restringir, impedir o falsear la

45
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

libre competencia. Finalmente, se consideran prácticas


colusorias verticales a aquellos acuerdos, decisiones,
recomendaciones o prácticas concertadas realizados por
agentes económicos que operan en planos distintos de la
cadena de producción, distribución o comercialización, que
tengan por objeto o efecto restringir, impedir o falsear la
libre competencia.

Otro aspecto importante de la norma está referido a las


autoridades que deben velar por la defensa de la libre
competencia. No hay cambios respecto al régimen anterior,
manteniéndose a los dos organismos administrativos
encargados de tal función: Indecopi y Osiptel (solo para
casos donde el denunciado o denunciante sea una empresa
de telecomunicaciones). Así, se establece que en primera
instancia administrativa la autoridad de competencia es la
Comisión de Defensa de la Libre Competencia; mientras que
en segunda instancia administrativa la autoridad de
competencia es el Tribunal de Defensa de la Competencia y
de la Protección de la Propiedad Intelectual.

Por otro lado, debe precisarse que la norma ha dispuesto en


su Segunda Disposición Complementaria la derogación de los
artículos 232, 233 y del numeral 3 del artículo 241 del
Código Penal, lo cual genera importantes consecuencias para
la configuración de la actividad económica en el país,
considerando que a través de los precitados artículos se
prevé los delitos de abuso de poder económico,
acaparamiento, así como una modalidad del fraude en
remates, licitaciones y concursos públicos, respectivamente.
Con ello, comportamientos como el abuso de posiciones
monopólicas u oligopólicas que distorsionen la libertad de
competencia, o la sustracción del comercio de bienes de

46
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

consumo con una finalidad lucrativa, entre otros, se insertan


en el ámbito de lo penalmente irrelevante.

47
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

ART. 234.- ESPECULACIÓN

El productor fabricante o comerciante que pone en venta


productos considerados oficialmente de primera necesidad a
precios superiores a los fijados por la autoridad competente, será
reprimido con una pena privativa de la libertad no menor de uno
ni mayor de tres años y con noventa a ciento ochenta días-multa.

El que, injustificadamente vende bienes, o presta servicios a


precio superior al que consta en las etiquetas, rótulos, letreros o
listas elaboradas por el propio vendedor o prestador de servicios,
será reprimido con una pena privativa de la libertad no menor de
un y con noventa a ciento ochenta días-multa.

El que vende bienes que, por unidades tiene cierto pesa o


medios, cuando dichos bienes sean inferiores a estos precios o
medidas, será reprimido con una pena privativa de la libertad no
menor de un año y con noventa a ciento ochenta días-multa.

El que vende bienes contendidos en embalajes o recipientes


cuya cantidades sean inferiores a los mencionados en ellos, será
reprimido con una pena privativa de la libertad no menor de un
año y con noventa a ciento ochenta días-multa

Esta figura presenta cuatro modalidades

a) Venta de productos considerados oficialmente de


primera necesidad a precios superiores a los fijados
por la autoridad competente

b) Venta de bienes o prestación de servicios a precio


superior al que consta en los anuncios

48
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

c) Venta de bienes por unidad con peso o medida


inferiores al debido

d) Venta de bienes embasados con contenido inferior


al anunciado

- PRIMERA MODALIDAD,

VENTA DE PRODUCTOS CONSIDERADOS OFICIALMENTE


DE PRIMERA NECESIDAD A PRECIOS SUPERIORES A LOS
FIJADOS POR LA AUTORIDAD COMPETENTE

Bien jurídico tutelado - Se protege el orden económico,


específicamente, la defensa de la economía pública que
puede ser puesta en peligro por los fraudes dirigidos a
turbar la acción de las leyes económicas que reúnen la
determinación de los precios. Por ello se considera un
delito de fraude, análogo a la estafa, con la característica
particular de que es un fraude colectivo, un engaño a un
grupo de personas

Se distingue los siguientes comportamientos:

El sujeto activo solo puede ser el productor, fabricante


o comerciante. Por lo tanto es un delito especial, teniendo
en cuenta que:

Productor: es quien produce o hace dar frutos a


las tierras y plantas.

Fabricante: es aquella persona que elabora los


productos, y que siendo propietario de los medios

49
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

de producción, produce artículos de consumo


personal o productos.

Comerciante: es la persona que pudiendo disponer


libremente de sus bienes, ejerce habitualmente el
comercio en nombre propio y sin tener impedimento
legal.

El sujeto pasivo es la sociedad; es decir, la colectividad

La acción penal consiste en vender productos de


primera necesidad a precios superiores a los fijados por la
autoridad competente. Poner en venta es todo acto por el
cual l sujeto activo ofrece productos a titulo oneroso. Solo
se comprenden los productos que son considerados de
primera necesidad; es decir, es una norma penal en
blanco, donde la autoridad competente indicara la
relación de productos que son de primera necesidad. Es
importante destacar que desde una representación
restrictiva del tipo, no podría incluirse la venta de
materias primas para elaborar un determinado producto.

Esta venta de productos tiene que realizarse a un precio


superior a lo establecido por la autoridad competente. Se
entiende que la relación que la relación de qué productos
son considerados de primera necesidad ha de ser puesta
con anterioridad a la elevación ilegal de su precio por
parte del sujeto activo.

Es una ley imperfecta o en blanco como la doctrina


señala, ya que esta disposición penal resulta
contradictoria contra el mandato constitucional, pues en
un primer extremo, atenta contra la libre competencia
que es fundamento del orden de nuestra economía social
del mercado y, porque no existe a la fecha ninguna

50
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

autoridad administrativa competente para fijar precios en


los artículos de primera necesidad.

El delito se consuma cuando se ponen en venta productos


considerados de primera necesidad a precios superiores a
los fijados por la autoridad competente. No se requiere
que efectivamente se haya producido venta, basta con
que se oferten en el mercado estos bienes a precios
superiores a los debidos. El bien jurídico específicamente
tutelado “control de precios establecidos en función de la
protección de la economía de las mayorías” puede
afectarse no solo con la venta efectiva de la cosa, sino
con la solo oferta, pues esta es suficiente para crear
expectativas de alza. no se trata de un delito de
peligro, sino de un delito de lesión, por cuanto el
jurídico resulta efectivamente dañado con la sola
oferta de la mercancía.

Requiere de dolo, no exige la presencia de otros


elementos subjetivos del injusto; no es posible la
tentativa

PENALIDAD

◦ Pena privativa de la libertad no menor de uno ni


mayor de tres años y noventa a ciento ochenta
días-multa

- SEGUNDA MODALIDAD

VENTA DE BIENES, O PRESTACIÓN DE SERVICIOS A


PRECIO SUPERIOR AL QUE CONSTA EN LOS ANUNCIOS

Bien jurídico tutelado - Necesidad social de que se


persevere la confianza del público en los anuncios que

51
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

hace el vendedor en cuanto al precio, evitando que se


induzca a error al consumidor

El sujeto activo puede ser el vendedor o el prestador de


servicios; es decir, cualquier persona, delito común

El sujeto pasivo es la sociedad, la colectividad

La acción penal consiste en vender, injustificadamente


bienes o prestar servicios a precio superior al que consta
en la etiqueta rótulos, letreros o listas elaboradoras por el
propio sujeto activo. Por venta se entiende toda entrega
de un bien a cambio de una suma de dinero. Prestar
servicios es todo ofrecimiento de servicios que realiza una
persona a otra a cambio de dinero. Por tanto ambos
comportamiento se realizan a titulo oneroso.

El comportamiento se configura cuando la venta o


prestación de servicios se realiza a un precio superior al
establecido por el sujeto activo, en caso contrario, se
estaría engañando a las personas, además de ir en contra
de la ley de mercado.

Acertadamente el tipo legal exige que la subida de precios


de venta o por prestación de servicios sea injustificada;
según esto, estaría justificada la subida de precios, por
ejemplo en el supuesto en que las materias primas
hubieran subido de precios repentinamente por la
inflación y no haya dado lugar a cambiar las listas.

En cuanto a la tipicidad subjetiva Requiere de dolo.

El delito se consuma con la venta injustificada de bienes o


prestación de servicios a precios superiores a los

52
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

indicados en las listas elaboradas por el propio sujeto


activo. A diferencia del comportamiento anterior en este
caso ha de realizarse la venta. Por tanto, no hay
inconveniente en admitir la tentativa, que tendrá lugar
desde el momento en que se ofrecen los bienes o
prestaciones de servicios a un determinado precio,
superior al que constan las listas.

PENALIDAD

Pena privativa de la libertad no menor de un año y


noventa a ciento ochenta días-multa

- TERCERA MODALIDAD

VENTA DE BIENES POR UNIDAD CON PESO O MEDIDAD


INFERIORES AL DEBIDO

Es el supuesto defraude en el peso a medida de


ciertos bienes que están en venta.

Bien jurídico tutelado - Confianza en las


transacciones comerciales

EL sujeto activo puede ser cualquier persona,


delito común

El sujeto pasivo la sociedad

La acción penal vender bienes por unidad con


peso menor al enunciado. El delito se consuma con
la venta de los bienes con pesos o medidas

53
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

inferiores a lo establecido. No hay inconveniente en


admitir la tentativa

Requiere de DOLO

PENALIDAD

Pena privativa de la libertad no menor de un año y


noventa a ciento ochenta días-multa

- CUARTA MODALIDAD

VENTA DE BIENES ENVASADOS CON CONTENIDO


INFERIOR AL ANUNCIADO

En este caso existe un engaño que recae sobre la


cantidad del bien vendido, por ejemplo, la venta de
planchas de papel higiénico donde en cada plancha
falten uno o dos rollos de papel

Bien jurídico tutelado - Confianza en las


transacciones comerciales

El sujeto activo Cualquier persona, delito común

El sujeto pasivo la sociedad

La acción penal recae en vender bienes por unidad


con peso menor al enunciado.. se trata del caso en
que vende paquetes conteniendo bienes
independientes, anunciándose un determinado
número de ellos, que es menor que el que
realmente existe. El delito se consume con la venta
de los bienes contenidos en embalajes o recipientes
cuyas cantidades sean inferiores a las mencionadas
en ellos. No hay inconveniente en admitir la
tentativa

54
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Requiere de dolo

Penalidad

Pena privativa de la libertad no menor de un año y


noventa a ciento ochenta días-multa

ART. 235.- ADULTERACIÓN

El que altera o modifica la calidad, cantidad, peso o mediad de


artículos considerados oficialmente de primera necesidad, en
perjuicio del consumidor, será reprimido con una pena privativa de la
libertad o menor de uno ni mayor de tres años y con noventa a ciento
ochenta días-multa

Bien jurídico tutelado – Se protege el orden económico,


específicamente, el interés social en la conservación de la
confianza de las actividades mercantiles, a fin que no se
vea alterado el crédito que favorece su desarrollo

El sujeto activo Puede ser cualquier persona, delito


común; normalmente serán el comerciante y el productor

El sujeto pasivo es la sociedad

La acción penal Consiste en alterar o modificar la


calidad, cantidad, peso o mediad de artículos de primera
necesidad en perjuicio del consumidor.

Por alterar se entiende todo acto del sujeto activo


tendente a modificar el valor de un artículo de primera
necesidad, en este caso aumentándolo. Alterar es más

55
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

que adulterar, ya que comprende tanto la simple


modificación del artículo por agregación de otro elemento
inocuo, como su adulteración, que implica las mezcla con
una sustancia nociva, por ejemplo sucede en la venta de
sacos de pimienta que contienen arena.

Por modificar se entiende toda variación, transformación o


cambio del artículo de primera necesidad, de tal manera
que llegue a ser distinto de lo que era antes

Se configura como una norma penal en blanco, puesto


que habrá que recurrir a otra disposición extrapenal para
saber que artículos son considerados de primera
necesidad

Requiere de DOLO, es decir, la conciencia y voluntad de


alterar o modificar un artículo de primera necesidad en
perjuicio del consumidor. Por tanto no se requiere en
realidad que se haya causado un perjuicio al consumidor,
sino que la acción delictiva tiende a ello.

Admite TENTATIVA

El delito se consuma con la alteración o modificación de la


cantidad, calidad, peso o medida del artículo de primera
necesidad.

PENALIDAD

Pena privativa de la libertad no menor de un año y


noventa a ciento ochenta días-multa

ARTÍCULO 236.- AGRAVANTE COMÚN

Época de conmoción o calamidad

56
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Su fundamento se encuentra en el aprovechamiento del sujeto activo


de momentos de aflicción pública.

PENALIDAD

Pena privativa de la libertad no menor de tres ni mayor de


seis años y de ciento ochenta a ciento sesenta y cinco días-
multa

57
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

CAPÍTULO III

VENTA ILÍCITA DE MERCADRÍAS

ART 237.- BIENES PROVENIENTES DE DONACIÓN

El que pone en venta o negocia de cualquier manera bienes recibidos


para su distribución gratuita, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de dos ni mayor de seis años.

La pena será no menor de tres años ni mayor de seis años e


inhabilitación conforme a los incisos 1), 2) y 3) del Artículo 36, cuando
el agente transporta o comercializa sin autorización bienes fuera del
territorio en el que goza de beneficios provenientes de tratamiento
tributario especial. Si el delito se comete en época de conmoción o
calamidad pública, o es realizado por funcionario o servidor público, la
pena será no menor de tres ni mayor de ocho años."

• BIEN JURIDICO TUTELADO

Los recursos económicos provenientes de donación


suficientes para la subsistencia

• SUJETO ACTIVO Cualquier persona, delito común

• SUJETO PASIVO la sociedad

• ACCION PENAL

a) Poner en venta o negociar de cualquier


manera bienes recibidos para su distribución
gratuita.

Ejm.- leche en polvo (vaso de leche)

b) Cuando el agente transporta o comercializa


sin autorización bienes fuera del territorio en

58
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

el que goza de beneficios provenientes de


tratamiento tributario especial

Teniendo en cuenta que:

Donación.- (art 1621 C.C)Por la donación el


donante se obliga a transferir gratuitamente al
donatario la propiedad de un bien.

-Quien dona lo da en forma voluntaria y gratuita.

b) Requiere de DOLO

c) No Admite tentativa

d) Penalidad

a) Pena privativa de la libertad no menor de dos ni


mayor de seis años.

b) La pena será no menor de tres años ni mayor de


seis años e inhabilitación conforme a los incisos 1),
2) y 3) del Artículo 36

ART 238.- informaciones falsas sobre calidad de productos

(*) Artículo derogado por la Segunda Disposición Derogatoria del


Decreto legislativo Nº 1044, publicado el 26 de juno 2008. La citada
ley entró en vigencia luego de treinta (30) días calendario de la fecha
de su publicación en el Diario Oficial el Peruano, salvo en las que
ordenan el procedimiento administrativo, incluidas las que
determinan la escala de sanciones, las que serán aplicables
únicamente a los procedimientos iniciados con posterioridad a su
vigencia.

59
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Artículo 239.-Venta de bienes o prestación de servicios


diferentes a los anunciados

(*) Artículo derogado por la Segunda Disposición Derogatoria del


Decreto legislativo Nº 1044, publicado el 26 de juno 2008. La citada
ley entró en vigencia luego de treinta (30) días calendario de la fecha
de su publicación en el Diario Oficial el Peruano, salvo en las que
ordenan el procedimiento administrativo, incluidas las que
determinan la escala de sanciones, las que serán aplicables
únicamente a los procedimientos iniciados con posterioridad a su
vigencia.

Artículo 240.-Aprovechamiento indebido de ventajas de


reputación industrial o comercial

(*) Artículo derogado por la Segunda Disposición Derogatoria del


Decreto legislativo Nº 1044, publicado el 26 de juno 2008. La citada
ley entró en vigencia luego de treinta (30) días calendario de la fecha
de su publicación en el Diario Oficial el Peruano, salvo en las que
ordenan el procedimiento administrativo, incluidas las que
determinan la escala de sanciones, las que serán aplicables
únicamente a los procedimientos iniciados con posterioridad a su
vigencia.

DECRETO LEGILATIVO Nº 1044

Decreto Legilativo que Aprueba La Ley De Represión de la


Competencia Desleal

26/JUNIO/2008

60
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

La presente Ley reprime todo acto de conducta de competencia


desleal que tenga por efecto real o potencial, afectar o impedir el
adecuado funcionamiento del proceso competitivo.

Art 8.- Actos de engaño

8.1 Consisten en la realización de actos que tengan como efecto, real


o potencial, inducir a error a otros agentes en el mercado sobre la
naturaleza, modo de fabricación o distribución, características,
aptitud para el uso, calidad, cantidad, precio, condiciones de venta o
adquisición, en general, sobre os atributos, beneficios o condiciones
que corresponden a los bienes, servicios, establecimientos o
transacciones que el agente económico que desarrolla tales actos
pone a disposición en el mercado; o, inducir a error sobre los atributos
que posee dicho agente, incluido todo aquello que representa su
actividad empresarial.

ART. 241.- FRAUDE EN REMATES, LICITACIONES Y


CONCURSOS PÚBLICOS

Serán reprimidos con pena privativa de libertad no mayor de tres


años o con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa
quienes practiquen las siguientes acciones:

1. Solicitan o aceptan dádivas o promesas para no tomar parte


en un remate público, en una licitación pública o en un concurso
público de precios.

2. Intentan alejar a los postores por medio de amenazas,


dádivas, promesas o cualquier otro artificio.

Si se tratare de concurso público de precios o de licitación


pública, se impondrá además al agente o a la empresa o persona por

61
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

él representada, la suspensión del derecho a contratar con el Estado


por un período no menor de tres ni mayor de cinco años.

Bien Jurídico Tutelado - Vemos que lo que se busca es


la protección de la libertad que existe en un remate, en
una licitación o en un concurso de orden público.

Constituye factor importante de la libre concurrencia y la


capacidad de ofertar sin ninguna clase de presión, si se
tiene en consideración que la administración pública se ve
sujeta a este tipo de datos, y la experiencia demuestra-a
la frecuencia con que los particulares que intervienen en
ellos con bastante facilidad, se ponen previamente de
acuerdo, con el objetivo de poder obtener beneficios, en
perjuicio directo de la administración pública y la
ciudadanía en general

La necesidad de que el comercio se desenvuelva


dentro de las condiciones normales de lealtad y limpieza
en la competencia

El sujeto activo Cualquier persona, delito común

El sujeto pasivo la sociedad, cualquier persona

La acción penal Se da en dos modalidades

 En el primer numeral, se trata del sujeto que solicita


una dadiva o recompensa, con la intención de
participar en un remate público. Aunque también se
incluye al sujeto que acepta, nos encontramos
frente a un figura mixta de carácter alternativo,
pues tal ambivalencia da a entender que la

62
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

responsabilidad penal incluye al que solicita y al


que recibe.

 En cuanto al segundo numeral el elemento principal


que se encuentre sujeto contra aquel que plantea
una amenazas. Se entiende que es el anuncio de
provocar un mal determinado, susceptible de alterar
el proceso de motivación de la voluntad sin que se
exija la intimidación que aleja realmente al postor,
ya que lo que se busca es castigar el simple intento
de distanciar a los postores. No solo se trata de una
amenaza, dadiva y promesa, sino que deja abierto
cualquier otro tipo de posibilidad o artificio que
puede ser puesto en práctica por el autor del delito

Requiere de DOLO

No Admite tentativa

Es posible la PARTICIPACIÓN (INSTIGADOR Y


COMPLICE)

PENALIDAD

Pena privativa de la libertad no mayor de tres años


y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco
días-multa.

ART. 242.- REHUSAMIENTO A PRESTAR INFORMACIÓN A LA


AUTORIDAD

El director, administrador o gerente de una empresa que,


indebidamente, rehúsa suministrar a la autoridad competente la

63
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

información económica, industrial o mercantil que se le requiera, o


deliberadamente presta la información de modo inexacto, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años o con
noventa a ciento ochenta días-multa.

BIEN JURIDICO TUTELADO - La importancia de la


información económica fidedigna a efectos del diseño de
la planificación y concertación económica

El sujeto activo son el director, administrador o gerente


de una empresa; delito especial

El sujeto pasivo es la sociedad, cualquier persona

La acción penal consiste en:

• Rehusar suministrar a la autoridad competente la


información económica, industrial o mercantil que
se le requiera.

• Prestar la información referida de modo inexacto

Requiere de DOLO

No Admite tentativa

Es posible la PARTICIPACIÓN ( INSTIGADOR Y


COMPLICE)

Las personas naturales o jurídicas están obligadas a permitir el


acceso de los representantes de la ONP a sus instalaciones y a
proporcionar la información que les sea solicitada, su incumplimiento
estará comprendido dentro de los alcances de los artículos 242o. y
368o. del Código Penal.

PENALIDAD

64
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

Pena privativa de la libertad no mayor de dos años o con


noventa a ciento ochenta días-multa.

El juez podrá clausurar los locales o establecimientos,


disolver y liquidar la sociedad, suspender sus actividades
y prohibir a la sociedad fundación, cooperativa o comité
de realizar en el futuro actividades… (Art 105 C.P.)

ART. 243.- USO FRAUDULENTO DE MONEDA EXTRANJERA O


CAMBIO PREFERENCIAL

El que recibe moneda extranjera con tipo de cambio preferencial para


realizar importaciones de mercaderías y vende éstas a precios
superiores a los autorizados, será reprimido con pena privativa de
libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años, con ciento veinte a
trescientos sesenta y cinco días-multa e inhabilitación conforme al
artículo 36º, incisos 1, 2 y 4.

El que da a la mercadería finalidad distinta a la que establece la


norma que fija el tipo de cambio o el régimen especial tributaria, será
reprimido con la pena señalada en el párrafo anterior.

Bien jurídico tutelado - Orden Económico

El sujeto activo puede ser cualquier persona, por lo


tanto se habla d un delito común

El sujeto pasivo es la sociedad

La acción penal comprende dos modalidades

• Vender mercaderías a precios superiores a los


autorizados habiendo recibido moneda con tipo de
cambio preferencial para su importación

65
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

• Dar a las mercaderías finalidad distinta a la que


establece la norma que fija el tipo de cambio o el
régimen especial tributario

No Admite tentativa

Es posible la PARTICIPACIÓN

Ojo.- En la actualidad este delito no se da porque ya no existe el tipo


de cambio preferencial, se dio durante el gobierno de Alan García con
el dólar MUC

PENALIDAD

Pena privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años,


con ciento veinte a trescientos sesenta y cinco días-multa e
inhabilitación conforme al artículo 36º, incisos 1, 2 y 4

66
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

ART. 243-A.- CASINOS DE JUEGO NO AUTORIZADOS

Será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de uno


ni mayor de seis años y con trescientos sesenta y cinco días-multa,
el que organiza o conduce Casinos de Juego sujetos a autorización
sin haber cumplido los requisitos que exijan las leyes o
reglamentos para su funcionamiento; sin perjuicio del decomiso de
los efectos, dinero y bienes utilizados en la comisión del delito. (*)

(*) Artículo incorporado por el Artículo 10 del Decreto Ley Nº


25836, publicado el 11.11.92.

• SUJETO ACTIVO se trata de un delito común, por lo


tanto puede ser cualquiera.

• SUJETO PASIVO la sociedad.

• ACCION PENAL organizar o conducir Casinos de Juego


sujetos a autorización sin haber cumplido los requisitos
que exijan las leyes o reglamentos para su
funcionamiento

• Requiere de DOLO

• No Admite tentativa

• Es posible la PARTICIPACIÓN

• PENALIDAD

Pena privativa de la libertad no menor de uno ni mayor


de seis años y con trescientos sesenta y cinco días-multa

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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

(*) b) DECRETO LEY 25836

NORMAS RELATIVAS A LAAUTORIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO


DE LOSCASINOS DE JUEGO

Artículo 1.- Corresponde al Ministerio de Industria, Turismo,


Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales otorgar las
autorizaciones para el funcionamiento de Casinos de Juego, autorizar,
normar y controlar su funcionamiento como parte integrante de la
planta turística del país.

Artículo 2.- Sólo se puede explotar un Casino de Juego a través de una


autorización otorgada a título oneroso por el Ministerio de Industria,
Turismo, Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales.

La autorización podrá ser otorgada por un plazo máximo de diez (10)


años renovables.

La autorización para el funcionamiento y explotación de Casinos de


Juego se otorgará a personas jurídicas organizadas según la Ley
General de Sociedades.

Artículo 3.- Sólo se otorgarán autorizaciones para la explotación de


Casinos de Juego en zonas con posibilidad de gran afluencia del
turismo receptivo. Los establecimientos de hospedaje y cualquier
infraestructura que se construya o adecúe para el funcionamiento de
Casinos, deberán estar ubicados a no menos de 200 metros de
escuelas, templos, cuarteles, centros de salud y hospitales.

Las zonas geográficas donde se podrán instalar Casinos de Juego,


serán determinadas por Decreto Supremo refrendado por el Ministro
de Industria, Turismo, Integración y Negociaciones Comerciales
Internacionales.

- Algunas concordancias:

68
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

CAPÍTULO IV

DESEMPEÑO DE ACTIVIDADES NO AUTORIZADAS.

ART. 243-B.- INTERMEDIACIÓN TRANSACCIONAL FRAUDULENTA

El que por cuenta propia o ajena realiza o desempeña actividades


propias de los agentes de intermediación, sin contar con la
autorización para ello, efectuando transacciones o induciendo a la
compra o venta de valores, por medio de cualquier acto, práctica o
mecanismo engañoso o fraudulento y siempre que los valores
involucrados en tales actuaciones tengan en conjunto un valor de
mercado superior a cuatro (4) UIT, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de uno (1) ni mayor de cinco (5) años

• SUJETO ACTIVO cualquier persona.

• SUJETO PASIVO la sociedad

• ACCION PENAL Efectuar transacciones o inducir a la


compra venta de valores

• Requiere de DOLO

• No Admite tentativa

• Es posible la PARTICIPACIÓN

• PENALIDAD

Pena privativa de libertad no menor de uno (1) ni mayor


de cinco

(5) años

DECRETO SUPREMO Nº 093-2000-EF

15.06.2002

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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

art 167.- Clases de agentes de intermediación .- Son agentes de


intermediación las sociedades anómimas que, como sociedades
agentes o sociedades intermediarias, se dedican a la intermediación
de valores en el mercado.

(solo en bolsa de valores).

art 6.- Intermediación.- Se considera intermediación en el mercado de


valores mobiliarios de realización habitual, por cuenta ajena, de
operaciones de compra, venta, colocación, distribución, corretaje,
comisión o negociación de valores. Así mismo, se considera
intermediación las adquisiciones de valores que se efectúen por
cuenta propia de manera habitual con el fin de colocarlos
ulteriormente en el público y percibir un diferencial en el precio.

art 168.- Autorización de organización y funcionamiento.- …expedida


por CONASEV.

ART. 243-C.- FUNCIONAMIENTO ILEGAL DE JUEGOS DE CASINO


Y MÁQUINAS TRAGAMONEDAS

El que organiza, conduce o explota juegos de casino y máquinas


tragamonedas, sin haber cumplido con los requisitos que exigen las
leyes y sus reglamentos para su explotación, será reprimido con pena
privativa de la libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años, con
trescientos sesenta y cinco días multa e inhabilitación para ejercer
dicha actividad, de conformidad con el inciso 4) del artículo 36º del
Código Penal.

• SUJETO ACTIVO cualquier persona.

• SUJETO PASIVO la sociedad

• ACCION PENAL organizar, conducir o explotar juegos de


casino y máquinas tragamonedas, sin haber cumplido con

70
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

los requisitos que exigen las leyes y sus reglamentos para


su explotación,

• Requiere de DOLO

• No Admite tentativa

• Es posible la PARTICIPACIÓN

PENALIDAD

pena privativa de la libertad no menor de uno ni mayor de cuatro


años, con trescientos sesenta y cinco días multa e inhabilitación para
ejercer dicha actividad, de conformidad con el inciso 4) del artículo
36º del Código Penal.

LEY No. 27153

LEY QUE REGULA LA EXPLOTACIÓN DE LOS JUEGOS DE CASINO


Y MÁQUINAS TRAGAMONEDAS

Promulgada el 08.JUL.99

Publicada el 09.JUL.99

Artículo 1°.- Finalidad de la Ley.- Regular la explotación de los


juegos de casino y máquinas tragamonedas a fin de preservar y
proteger a la ciudadanía de los posibles perjuicios o daños que
afectan la moral, la salud y seguridad pública; así como promover el
turismo receptivo; y establecer el impuesto a los juegos de casino y
de máquinas tragamonedas.

Artículo 2°.- Ámbito de aplicación.- La actividad y explotación de


los juegos de casino y máquinas tragamonedas se permite de manera

71
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

excepcional como parte de la actividad turística, de conformidad con


la presente Ley y, en lo que fuera pertinente con la Ley N° 26961.

Artículo 3°.- Objeto de la Ley.- Es objeto de la presente Ley:

a. Garantizar que los juegos de casino y máquinas tragamonedas


sean conducidos con honestidad, transparencia y trato
igualitario.

b. Establecer medidas de protección para los grupos vulnerables


de la población.

c. Evitar que la explotación de los juegos de casino y de máquinas


tragamonedas sea empleada para propósitos ilícitos.

Artículo 4° .- Definiciones.- Para efectos de la presente Ley se


entiende por:

a. Juegos de Casino.- Todo juego de mesa en el que se utilice


naipes, dados o ruletas y que admita apuestas del público, cuyo
resultado dependa del azar, así como otros juegos a los que se
les otorgue esta calificación de conformidad con la presente Ley
.

b. Máquinas Tragamonedas.- Todas las máquinas de juego,


electrónicas o electromecánicas, cualquiera sea su
denominación, que permitan al jugador un tiempo de uso a
cambio del pago del precio de la jugada en función del azar y,
eventualmente, la obtención de un premio de acuerdo con el
programa de juego.

c. Autorización Expresa.- Aquella emitida de conformidad con la


presente Ley, por la autoridad competente, facultando a un
titular a que realice la actividad de explotación de juegos de
casino o máquinas tragamonedas, explote un determinado
número de mesas de casino o máquinas tragamonedas, según

72
DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

las modalidades o programas de juego, que en adelante se


denominará Autorización.

Artículo 5º.- Ubicación de los establecimientos.-

5.1 La explotación de juegos de casino sólo se puede realizar en


establecimientos ubicados en los distritos autorizados mediante
Resolución Suprema refrendada por el Ministro de Industria, Turismo,
Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales, para lo cual
se tomará en cuenta además de la infraestructura turística existente,
razones de salud, de moral y de seguridad pública.

5.2 Los establecimientos destinados a la explotación de juegos de


casino y máquinas tragamonedas, no pueden estar ubicados a menos
de 150 (ciento cincuenta) metros de iglesias, instituciones educativas,
cuarteles y hospitales.

Artículo 6°.- Lugares para la explotación de los juegos de


casino y máquinas tragamonedas.-

6.1 Puede instalarse salas para la explotación de juegos de casino en:

6.1.1 Hoteles de 4 (cuatro) ó 5 (cinco) estrellas, incluso inmuebles


declarados monumentos históricos por el Instituto Nacional de
Cultura, debidamente acondicionados.

6.1.2 Restaurantes 5 (cinco) tenedores turísticos.

6.2 Puede instalarse salas para la explotación de juegos de máquinas


tragamonedas en:

6.2.1 Hoteles de 4 (cuatro) ó 5 (cinco) estrellas en las provincias de


Lima y Callao.

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DELITOS CONTRA EL ORDEN ECONOMICO

6.2.2 Hoteles de 3 (tres) o más estrellas en otras provincias distintas


a las de Lima y Callao.

6.2.3 Los lugares autorizados para la explotación de juegos de casino.

BIBLIOGRAFIA

LUIS LAMAS PUCCIO, Derecho Penal Económico. Printed in Peru


1996, Librería y Ediciones Jurídicas

MANUEL A. ABANTO VÁSQUEZ, Derecho Penal Económico,


Consideraciones Jurídicas y Económicas. Perú 1997 Importaciones y
Distribuidora Editorial Moreno S.a.

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