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Viene de aquí.
Trataremos en este post de ver cómo existen situaciones relativamente sencillas para
las cuales la integral de Riemann no es aplicable.
Sea una función real de variable real definida en el intervalo [0,1], de la manera
siguiente:
La función vale la unidad para todo punto de [0,1] irracional, y cero para todo punto
racional de dicho intervalo. Por lo tanto, la función está definida para todo punto de
[0,1].
La representación gráfica de esta función es un poco difícil: entre dos puntos
racionales cualesquiera de [0,1] hay infinitos puntos irracionales, y la recíproca
también es cierta, así que la gráfica de la función consta de una nube lineal de puntos
de ordenada unidad y otra nube lineal de puntos de ordenada nula.
Este "de alguna manera" es una vaga invocación a la ley de Laplace de casos
favorables entre casos posibles, si bien entre dos conjuntos infinitos la cosa deja
mucho de estar clara aunque la intuición resulta (esta vez) ser correcta.
Veamos que la integral de Riemann no nos sirve de gran ayuda en este aspecto.
Intentemos integrar la función de Dirichlet por medio de las sumas superiores e
inferiores definidas en el post anterior.
A poco que pensemos, vemos que en cualquier elemento de una partición del intervalo
[0,1], por muy fina que sea habrá dos clases de puntos: los que tienen la función igual
a uno y los que la tienen igual a cero.
Por lo tanto las sumas superiores suman la unidad, mientras que las inferiores son una
suma de sumandos nulos, que es nula. No hay por tanto convergencia de lasI(f,P) con
las S(f,P) del post anterior.
Tenemos que I(f,P)=0 y S(f,P)=1 para cualquier partición P. Por ello I*(f) = 1 ≠ 0 =
I*(f) y por lo tanto la función no es Riemann integrable. Como intuimos, la solución a
este inconveniente vendrá desde la teoría de la medida...
Teoría de la información
Clase 6
La Esperanza, la Integral de Lebesgue y la Ley de
Laplace
-¿Cuál es la probabilidad de que eligiendo un punto del intervalo [0,1] al azar,
el punto elegido sea irracional?
Sea una función real de variable real definida en el intervalo [0,1], de la manera
siguiente:
Esta función recibe el nombre de función de Dirichlet, vale uno para todo punto
de [0,1] irracional, y cero para todo punto racional de dicho intervalo. Por lo
tanto, la función está definida para todo punto de [0,1].
Este "de alguna manera" es una vaga invocación a la ley de Laplace de casos
favorables entre casos posibles, si bien entre dos conjuntos infinitos la cosa deja
mucho de estar clara, la intuición resulta ser correcta, en este caso.
La meta será entonces encontrar una definición de integral, que coincida con la
de Riemann en las funciones Riemann-integrables, y que sea extensible a todas
las funciones que se puedan definir de forma constructiva. Este reto es inmenso,
y la forma de resoverlo me recuerda a la forma de Alejandro Magno, de desatar
el nudo gordiano. La solución vendrá desde la teoría de la medida...
Vistos los problemas que tenemos con ciertas funciones, relativamente sencillas
de definir y de muy mal comportamiento, la estrategia del francés "Henry León
Lebesgue (1875-1941)", es bien diferente de la estrategia de Riemann.
Así pues, definimos la integral de una función, como una suma de productos.
Cada producto está formado por el coeficiente correspondiente a cada
subconjunto en la definición de la función, y por la medida del mismo. Esto tiene
enormes consecuencias: cualquier conjunto de medida cero, que influirá en
las propiedades topológicas de la función y que incordiará mucho a la hora de
integrar en el sentido de Riemann, aquí tiene un peso nulo en la integral, por lo
que simplemente no será considerado. ¿Para qué íbamos a considerarlo, si está
definido sobre un conjunto de medida nula?
Estaría bien reflexionar un poco sobre esta definición. Para empezar, la función
de Dirichlet se convierte en integrable con ella, sin necesidad de ningún gran
aparato matemático.
Es obvio que en ambos casos, la integral va a tener que valer lo mismo: 21 será
siempre el área bajo la función.
I = 1·m(R-Q) + 0.m(Q)
Dado que el conjunto de los racionales del intervalo [0,1] tiene medida cero, el
conjunto de los irracionales del mismo intervalo tendrá medida uno, y la integral
valdrá I = 1·1+0·0 = 1. El valor de la integral es el mismo que para la función
unidad, de lo que se deduce que para la integración de Lebesgue, todo conjunto
de medida nula no aporta absolutamente nada al valor de la integral. Esto es
una simplificación extraordinaria, porque de un plumazo evitamos todos los
comportamientos patológicos de funciones extrañas, que nos divierten mucho,
pero cuyas irregularidades no nos hacen más que molestar, a la hora del cálculo.
Aunque esto parece cosa de niños, las buenísimas propiedades en el límite de esta
integral así definida, nos habilitarán a extrapolarla sin demasiados problemas, a
toda función medible(construible mediante el paso al límite de funciones
simples). Entonces comprenderemos la potencia de esta herramienta !!!