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Entran corriendo el capitán y unos soldados. Están buscando tres soldados que escaparon del
servicio militar. Está lloviendo. Es de noche.
Capitán: ¿Dónde estarán esos desertores? ¡Los colgaré en cuanto los encuentre! (Pincha unos
costales con su espada) ¡Sigan buscando!
(Sin parar de correr) Soldado 1: Ya no puedo correr más, necesito descansar un momento, por
favor.
Soldado 1: ¡Claro que no! Sería mejor que me llevara un demonio que vivir de este modo.
Soldado 2: Si llamas al demonio ten la seguridad de que va aparecer, y te va sacar el alma del
cuerpo (asustado) ¡Con eso no se juega!
Soldado 1: Pero eso no importa. Nos persiguen, no podemos dejar el país y vamos a ser
atrapados y de todas formas nos van a decapitar. Y en ese caso prefiero ser salvado por el
demonio, a morir sin haber comido antes de irme al otro mundo.
Soldado 3: ¡Tonto! ¿Quieres que el demonio se lleve tú alma? No irías jamás al cielo.
Soldado 2: Es verdad. ¡A caso no sabes que perder el alma y vivir vagando en el infierno es más
terrorífico que vivir!
Silencio. Cae un rayo y de repente una risa malvada se escucha en la oscuridad. Entra el
demonio.
Demonio: ¿Me llamaron? (Se abrazan, y hasta hacen miradas de suplicas al cielo y se
bendicen.) Parece que tienen problemas.
Demonio: Jmm, ya están bastante grandes para responder por sus actos, además ya que me
molesté en venir compartirán su destino.
Demonio: ¿Dónde crees que estás? Pues en el infierno, ¿A dónde más podría llevarte un
demonio?
Demonio: Que lamentables son los humanos. Sigan peleando tanto como puedan.
Llega el barquero.
Barquero: Hiciste bien en venir demonio, ya que últimamente han dejado de llegar almas al
infierno, y eso tiene muy molesto al Gran Demonio.
Demonio: Es verdad, hace mucho tiempo no venía al infierno. Si ese tonto no me llama,
todavía estaría condenado a errar siempre en la tierra, sin poder presentarme ante mi amo.
(Empiezan a pasar muertos con gritos lastimeros) Miren, esos son humanos que nos vendieron
su alma. Esos tontos entregaron su alma por nada y ahora son como granos de arena al viento
en eterna agonía.
Soldado 1: ¿Contrato?
Demonio: Deberán los acertijos que les daré, es la condición para liberarse. Si no lo hacen
estarán condenados a sufrir por la eternidad.
Demonio: (Tomándolo del cuello) ¡Diablos! Que manera tan absurda de pronunciar a Dios en
este lugar.
Soldado 2: ¿Y si lo hacemos?
Demonio: Los devolveré a la tierra, esa es la costumbre. Aunque no hay posibilidad de que
logren resolver los acertijos, así que olvídenlo (Ríe. Los deja en una habitación) Esperen aquí
hasta que se cumpla su destino.
Soldado 2: (A soldado 1) Todo esto es tú culpa. Habría sido mejor ser atrapados y colgados en
vez de esto.
Soldado 1: (Arrepentido) Perdónenme amigos, de haber sabido que esto iba a pasar, nunca lo
habría hecho.
Soldado 3: ¡Ah s! Pues por el momento te cortaremos la lengua, porque con ella llamaste al
demonio. Tonto.
Soldado 2: Te cortaremos la lengua y te sacaremos las tripas por habernos traído a este lugar.
Huye de ellos y corre hasta la pared. Los otros van hacía él con malicia. Toca algo que hace que
la pared gire y cae. Los otros dos quedan desconcertados.
Soldado 2 y 3: Desapareció por la pared. (Corren a la pared a tratar de ver que pasó) Qué te
hiciste, contesta, sólo estábamos bromeando. ¡CONTESTA!
Soldado 3: si, no me gustaría dejarlo pero tampoco quiero esperar a que me quiten mi alma.
Gran Demonio: Si, tú hueles mal, el asqueroso olor de los sucios humanos se te impregnó.
Demonio: Oh si... que se puede empezar, amasar, enrollar y luego coserse hasta dorar.
Para luego saborearse... ¡adivina!
Gran Demonio: ¡ESO ES UNA TONTERÍA! (Lo castiga) La respuesta es pan, ¿verdad?
Gran Demonio: ¿Y a pesar de eso te crees un demonio? No es posible, pero que tontos
seguidores tengo. Es por eso que soy el hazme reír toda la eternidad de los que están allá
arriba...
Gran Demonio: Escúchame. Los seres humanos son muy codiciosos y por eso no pueden ver las
cosas con claridad, has uso de ello. Hay un truco que los demonios tenemos y que sólo
nosotros lo podemos usar. ¿Lo comprendes?
Como este por ejemplo, dime ¿qué crees que sea esto, eh?
Gran Demonio: Correcto, pero si la vemos a través de los codiciosos ojos humanos.
La transforma en un billete.
Gran Demonio: Así es, y si usas ese truco no podrán resolver tus acertijos.
Demonio: Si señor.
Oscuro. El demonio prepara los acertijos para condenar a los soldados. El soldado 1 espía.
Demonio: Yujuuu, yahjaa. Esto si es diversión. Con un poco por aquí y otro poco por allá.
Con este conjuro si, buajajajaja. Que pronto lo lograré, con los acertijos listos ya. (Cantando)
En el infierno se quedaran.
Buajaja. He reunido mis tres acertijos. Primero la apestosa y asquerosa piel de cabra y luego
una cabra viva y con este el tercer acertijo.
Demonio: Hmm… Me pareció oír algo, pero seguramente son solo mis nervios. No hay nadie.
Buajajaja
Demonio: Bueno el sufrirá la misma suerte que ustedes, tal y como dice el contrato resolverán
mis acertijos.
Demonio: este es un hermoso y fino material natural. Traten de adivinar cuál es su nombre, si
logran adivinarlo será de ustedes.
Demonio: No acertaron después de todo son sólo humanos y todo lo ven con ojos de codicia,
cualquier cosa les parece oro. ¡Este lo fallaron!
Demonio: Calma... ¿Qué es esto? Si me contestan bien los conduciré de regreso a su amada
tierra.
Soldado 2: Es un bello caballo.
Soldado 3: Sí, ni el del llanero solitario es tan bonito.
Demonio: ¡tontos! los caballos no tienen cuernos. ¿Verdad? Con esto ya han fallado dos de los
tres acertijos y por eso recibiré sus almas según dice el contrato.
Los soldados tratan de huir, pero el demonio hace que los traigan y los aten.
Las almas en pena del infierno traen a los soldados para que el demonio les quite sus almas.
Los soldados están muy asustados y ruegan que no les quiten sus almas. El soldado 1 llega.
Soldado 1: ¡Un momento! Si sus almas van a entregarse yo iré con ellos.
Soldado 1: (Muy confiado) No, eso es un chivo, porque tiene cuernos, y no me puede engañar.
Soldado 1: ¿Qué? Pero si usted dijo que todo quedaría resuelto si tan sólo resolvíamos uno de
los acertijos.
Demonio: ¿Quién hizo tal promesa? (Tomando una copa en sus manos) ¿Qué es esto?
Soldado 1: ¡NO! Nada de eso, eso es un… (Para sí mismo: No alcancé a ver que era)
Soldado 1: (Cierra los ojos para hacer una plegaria) Dios mío ayúdame, dame un aviso.
Eso es… es…
Soldado 1: (Lo descubre) Sí. ¡Es una copa demoniaca hecha con resina de pino!
El demonio comienza a gritar y retorcerse hasta desaparece. Oscuro. Los soldados despiertan y
ven que están de regreso en la tierra.
Soldado 3: (Conmovido) Sí, nunca pensé que volveríamos a ver este lugar.
FIN