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Contrato de arrendamiento
El artículo 1602 del Código Civil dispone, que todo contrato legalmente celebrado es una ley para
los contratantes, y no puede ser invalidado sino por consentimiento mutuo o por causas legales";
así mismo, en el 1603 enuncia que los contratos deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente
obligan no solo a lo que en ellos se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la
naturaleza de la obligación, o que por ley pertenecen a ella.
El contrato de arrendamiento según el artículo 1973 del código civil colombiano, es un contrato
en mediante el cual las dos partes adquieren una obligación recíproca; la una en conceder el goce
de una cosa y la otra de pagar por ese goce.
En la ley 820 de 2003, se precisa en su artículo 13 que: Las obligaciones de pagar sumas en dinero
a cargo de cualquiera de las partes serán exigibles ejecutivamente con base en el contrato de
arrendamiento y en concordancia con lo dispuesto en el Códigos Civil, en caso de incumplimiento
por parte del arrendatario se procederá de conformidad con el artículo 384 del Código General del
Proceso.
1
Sentencia C670/04
Objeto de la prueba
De acuerdo con la definición del contrato de arrendamiento se establece que cada una de las partes
tiene obligaciones, y son precisamente estas mismas las que más adelante se convertirán en el
objeto de la prueba judicial de los hechos acaecidos que conllevan a un conflicto.
Tenemos, por ejemplo, que el arrendador puede utilizar la acción de restituir el bien inmueble
cuando el arrendatario no haya cumplido con alguna de sus obligaciones, para este caso, entre los
que se encuentra el incumplimiento del pago o renta.
Fin de la prueba
Las pruebas le van a permitir al Juez buscar la verdad, y se va a presentar en los diferentes
momentos procesales a saber:
Y por su parte, el demandado en virtud del contrato, este no será oído en el proceso sino hasta
tanto demuestre que ha consignado a órdenes del juzgado el valor total que, de acuerdo con la
prueba allegada con la demanda, tienen los cánones y los demás conceptos adeudados, o en defecto
de lo anterior, cuando presente los recibos de pago expedidos por el arrendador, correspondientes
a los tres (3) últimos períodos, o si fuere el caso los correspondientes de las consignaciones
efectuadas de acuerdo con la ley y por los mismos períodos, a favor de aquel.
Cualquiera que fuere la causal invocada, el demandado también deberá consignar oportunamente
a órdenes del juzgado, en la cuenta de depósitos judiciales, los cánones que se causen durante el
proceso en ambas instancias, y si no lo hiciere dejará de ser oído hasta cuando presente el título de
depósito respectivo, el recibo del pago hecho directamente al arrendador, o el de la consignación
efectuada en proceso ejecutivo.
Los cánones depositados en la cuenta de depósitos judiciales se retendrán hasta la terminación del
proceso si el demandado alega no deberlos; en caso contrario se entregarán inmediatamente al
demandante.
Los depósitos de cánones causados durante el proceso se entregarán al demandante a medida que
se presenten los títulos, a menos que el demandado le haya desconocido el carácter de arrendador
en la contestación de la demanda, caso en el cual se retendrán hasta que en la sentencia se disponga
lo procedente.
Cuando se resuelva la excepción de pago o la del desconocimiento del carácter de arrendador, se
condenará al vencido a pagar a su contraparte una suma igual al treinta por ciento (30%) de la
cantidad depositada o debida. Cuando el arrendatario alegue como excepción que la restitución no
se ha producido por la renuencia del arrendador a recibir, si el juez la halla probada, le ordenará al
arrendador que reciba el bien arrendado y lo condenará en costas.
Única instancia. Cuando la causal de restitución sea exclusivamente la mora en el pago del canon
de arrendamiento, el proceso se tramitará en única instancia.
La imposibilidad de suministrar la prueba debe ser apreciada en cada caso, con un criterio riguroso
y práctico, teniendo el cuidado de no confundirla con la simple dificultad, por grande que sea.
Puede decirse que por este aspecto las negaciones y afirmaciones indefinidas están comprendidas
entre la segunda clase de hechos imposibles, excluidos del tema de prueba, cuando a pesar de que
puedan existir o ser ciertos, no es posible demostrarlos.
“La exigencia impuesta por el legislador al arrendatario demandado responde a las reglas
generales que regulan la distribución de la carga de la prueba, se muestra razonable con
respecto a los fines buscados por el legislador y no es contraria a las garantías judiciales
del debido proceso consagradas en la Constitución y los tratados internacionales que
guían la interpretación de los derechos fundamentales”
“El desplazamiento de la carga probatoria hacia el demandado cuando la causal es la
falta de pago del canon de arrendamiento es razonable atendida la finalidad buscada por
el legislador. En efecto, la norma acusada impone un requisito a una de las partes para
darle celeridad y eficacia al proceso, el cual es de fácil cumplimiento para el obligado de
conformidad con la costumbre y la razón práctica. Según la costumbre más extendida, el
arrendatario al realizar el pago del canon de arrendamiento exige del arrendador el
recibo correspondiente. Esto responde a la necesidad práctica de contar con pruebas que
le permitan demostrar en caso de duda o conflicto el cumplimiento de sus obligaciones” 2
Cuando en un proceso de restitución, el juez evidencia duda sobre la existencia del contrato de
arrendamiento y de la deuda por concepto de mensualidades en mora, se tendrá en cuenta en la
aplicación de la norma que exige al arrendatario probar que se han cancelado los cánones que se
denuncian en mora.
Es así, que el juez deberá sopesar ese elemento de convicción con el fin de no incurrir en grave
violación de los derechos constitucionales del arrendatario demandado, produciéndose un
gravamen desproporcionado para el demandado, gravamen que consistiría en la necesidad de
acreditar el pago de lo que de acuerdo con el demandante estaría debiendo, como requisito previo
para que la prueba relativa a la inexistencia del contrato sea tenida en cuenta.
Es decir, el derecho de acceso a la justicia se condiciona al pago de una relevante suma de dinero,
a pesar de obrar en poder del juez una prueba grave relativa a la inexistencia de tal deuda y de la
causa jurídica de la misma.
2
Sentencia C070/93
En ese escenario de una carga procesal que se excede, se desvirtúa el objeto de la prueba
convirtiéndose en una dificultad en la defensa del arrendatario frente a una pretensión sobre cuya
existencia se ha planteado una seria duda.
El juez del deber de sopesar, en cada caso, los supuestos fácticos a los que remite la norma,
porque la aplicación indiscriminada de la misma, cuando se haya planteado en el proceso una
duda seria sobre la existencia del contrato y de la mora, implicaría privilegiar injustificadamente
la posición del arrendador, cuya posición jurídica y su obrar de buena fe también estarían en
entredicho, y desconocer los derechos de defensa y de acceso a la administración de justicia del
demandado, si la condición para ser oído en el juicio, resulta, por las circunstancias del caso,
gravemente desproporcionada.
La carga procesal que se impone al demandado, comporta una limitación significativa de las
oportunidades de defensa de los arrendatarios, en situaciones donde existe una actuación de mala
fe por parte del demandante.
El juez civil debe analizar la situación fáctica que le haya sido planteada para ver si la misma se
ubica en los extremos a partir de las cuales la carga impuesta al demandado resulta ajustada a la
Constitución y que implican la existencia de un contrato de arrendamiento, que ha sido incumplido
por el arrendatario en condiciones cuya prolongación en el tiempo resulta lesiva de los derechos e
intereses de las partes, en particular del arrendador que ha obrado de buena fe, y de la correcta
administración de justicia.
En la Sentencia T-162 de 2005, después de reiterar que la carga procesal contenida en el parágrafo
2º del artículo 424 del Código de Procedimiento Civil es constitucional, sin embargo, ello no
implica que los jueces puedan aplicar automáticamente la disposición, sin examinar las
circunstancias especiales que en un determinado caso pudiesen llevar a la conclusión de que la
misma debe ser inaplicada:
La Corte en esta ocasión, se ajusta a los criterios generales sobre la carga de la prueba y que no
impone una carga irrazonable o desproporcionada al demandado, manifestando:
“La causal de terminación del contrato de arrendamiento por falta de pago de los cánones
de arrendamiento, cuando ésta es invocada por el demandante para exigir la restitución
del inmueble, coloca al arrendador ante la imposibilidad de demostrar un hecho
indefinido: el no pago. No es lógico aplicar a este evento el principio general del derecho
3
Sentencia T 162 de 2005
probatorio según el cual "incumbe al actor probar los hechos en los que basa su
pretensión". Si ello fuera así, el demandante se vería ante la necesidad de probar que el
arrendatario no le ha pagado en ningún momento, en ningún lugar y bajo ninguna
modalidad, lo cual resultaría imposible dada las infinitas posibilidades en que pudo
verificarse el pago. Precisamente por la calidad indefinida de la negación -no pago-, es
que se opera, por virtud de la ley, la inversión de la carga de la prueba. Al arrendatario
le corresponde entonces desvirtuar la causal invocada por el demandante, ya que para
ello le bastará con la simple presentación de los recibos o consignaciones
correspondientes exigidas como requisito procesal para rendir sus descargos. (...)”
Si bien es cierto que la exigencia hecha al demandado de presentar una prueba que solamente él
puede aportar con el fin de dar continuidad y eficacia al proceso, en nada desconoce el núcleo
esencial de su derecho al debido proceso, luego, se entiende que será fácil cumplir con la carga
respectiva y de esa manera hacer efectivos sus derechos a ser oído, presentar y controvertir
pruebas.
El medio legal establecido para agilizar este tipo de litigios no se revela desproporcionado respecto
de los derechos del arrendatario, porque éste podrá acceder a la justicia y defenderse demostrando
que ha sido diligente al exigir y conservar los recibos de pago o ha cumplido con las cargas
procesales que en sí mismas no son irracionales.
El arrendatario debe cumplir con una carga procesal de tipo probatorio. Si bies cierto que al
arrendador de buena fe, se le imposibilita demostrar el “no pago” del canon del arrendamiento, por
ser este un hecho indefinido, del que si podría tener certeza el arrendatario y del que se podría
pensar que de contera tiene la prueba que le permitirá desvirtuar la causal invocada por el
demandante, en un escenario plano.
Principios
El principio de la contraprestación de las partes, se fundamenta en el equilibrio económico de
los negocios y así lo describe el Dr. José Alejandro Bonivento, en su libro Los principales contratos
civiles y su paralelo con los comerciales, menciona que el pagar el precio es la obligación esencial
del arrendatario, debido a que sin el pago por parte de este, no se estaría frente a un contrato de
arrendamiento; es por ello que “el precio debe ser cubierto por el arrendatario en el término
convenido con el arrendador y en la forma estipulada”4.
El artículo 1757 del Código Civil establece la extinción de la obligación - pago del canon dentro
del plazo inicialmente acordado - en cabeza del arrendatario. Se infiere que lo pretendido en la
carga procesal es que a la presentación anticipada de una prueba documental, tiene como principio
de eficacia con un proceso de naturaleza abreviada, convirtiéndose en una figura judicial
expedita.
“(...) si se analiza el numeral 3, que establece la obligación de seguir pagando los cánones
que se causen durante el trámite del proceso, so pena de no ser oído, se ve fácilmente cómo
existe una relación lógica entre las dos normas. No tendría sentido exigir la consignación
de los cánones adeudados, según la demanda, o, en su defecto, la prueba del pago de los
correspondientes a los tres últimos períodos, y permitir que luego el arrendador
demandado dejara de pagar mientras el proceso se tramitara. La presentación de la
demanda no tiene por qué modificar las obligaciones que el contrato de arrendamiento
crea para las partes: el arrendador sigue obligado a "conceder el goce de una cosa" y a
4
BONIVENTO FERNÁNDEZ. Op. cit., p. 350.
cumplir concretamente las obligaciones a que se refiere el artículo 1982 del Código Civil,
y todo lo que de ellas se deriva; y el arrendatario, "a pagar por este goce". (...).5
5
Sentencia C 056/96
6
Sentencia C 886 de 2004
altamente lesivo de los mismos, permitir que el proceso se dilate sin que el arrendador pueda, ni
recuperar la tenencia del inmueble, ni acceder a la renta que por virtud del contrato le corresponde.
El defecto fáctico ostenta dos dimensiones, posición que es reiterada en la sentencia T-102 de
2006:
Dimensión Negativa: La dimensión negativa u omisiva, se materializa cuando el juez niega o
valora la prueba de manera arbitraria, irracional y caprichosa u omite su valoración y sin razón
valedera da por no probado el hecho o la circunstancia que de la misma emerge clara y
objetivamente. Esta dimensión comprende las omisiones en la valoración de pruebas
7
Sentencia T-118/12
determinantes para identificar la veracidad de los hechos analizados por el juez. “En este campo
se concluye que se está frente a una dimensión negativa cuando se acepta prueba inconstitucional
o cuando se da por probados hechos, sin que exista prueba de los mismos.”8
Dimensión Positiva: La dimensión positiva, que se presenta cuando el juez efectúa una valoración
completamente equivocada, o fundamenta su decisión en una prueba no apta para ello.
A partir de todas las situaciones conocidas por la Corte que se pueden develar con ocasión de la
demandas de Restitución de Inmueble Arrendado, está Corporación ha determinado que el Juez
atenderá a una subregla constitucional que exime al demandado de la aplicación de la regla de la
carga de la prueba para ser oído, en cumplimiento al artículo 384 del Código General del Proceso.
8
Sentencia T 102/06
9
Sentencia T 118/12
La prueba en el Estado Social de Derecho
El fin del proceso en Colombia es la búsqueda de la verdad, dentro de un Estado Social de Derecho y en
ese orden, estamos tendiendo al sistema Adversarial, donde las partes, tanto demandante como demandado
realizan una confrontación de pruebas y argumentos, ambas debe ser escuchadas, comentadas, negadas o
aclaradas ante un juez, por ello las reformas importantes plasmadas en el Código General del Proceso,
donde se busca la pronta solución del conflicto como fin primordial, dejando a un lado la cultura de la
búsqueda de la verdad absoluta que además es un ideal imposible de cumplir por razones lógicas.
Por lo tanto, la verdad sobre los hechos es difícilmente obtenida en un proceso, máxime que al reconstruir
los hechos, las pruebas se alteran por el paso del tiempo u ofrecen resultados diversos por su manipulación,
o los testigos expresan hechos falsos producto de la mezcla de la imaginación y la realidad que reflejan
situaciones diferentes a las que se plantean aun sin intención de mentir, lo que implica que el aparato
jurisdiccional no se debe desgastar exageradamente en la búsqueda de la verdad.
Con ello se busca llegar a una justicia social en un Estado Social de Derecho. No obstante, debe
mantenerse coherencia con la función del Juez de tal suerte que garantice el debido proceso a las
partes en igualdad.
Bibliografía
Colombia. (1895). Código civil colombiano expedido por el Congresso de 1873 y adoptado por la Ley 57
de 1887: Con un suplemento de las leyes que lo adicionan y reforman, desde 1887 hasta 1892, inclusive.
Imprenta nacional.
Colombia, L. 1564 de 2012, por medio de la cual se expide el Código General del Proceso y se dictan otras
disposiciones, 48.489 Diario Oficial, 12 de julio de 2012.
Alejandro, B. F. J. (2002). Los principales contratos civiles y su paralelo con los comerciales. Décima quinta
edición, Editorial ABC, Bogotá.