La pastoral vocacional en el proceso educativo Primaria 1º a 3º

Abordaje

vocacional en la primera
etapa de Primaria

La puesta en práctica de la
catequesis vocacional de 1º a 3º de primaria

Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos

Institutos Vocacionales

El destinatario.
 Comienza a percibir su propio desarrollo, de modo que
para él, crecer es un valor. Su trabajo es crecer. La
conciencia de sí mismo va en aumento, y esto provoca
que se centre en su “yo”, es decir, en la satisfacción de
sus necesidades e intereses. Los demás están en función
de sí mismo.
 No ha adquirido la capacidad de elaborar un juicio moral,
por eso depende de lo que los mayores le digan,
especialmente en casa. Comprende una norma y la
aplica, habitualmente de manera rígi-da. Le cuesta
aceptar que existan criterios distintos a los que ha
aprendido en su propia familia.
 Ha adquirido cierto dominio de su corporalidad. Por ello
valora exageradamente sus capacidades físicas. Disfruta
hacer cosas, empe-ñarse en actividades, conseguir
avances, demostrar que puede reali-zarlas.
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 Así como va percibiendo paulatinamente su desarrollo,

también va adquiriendo conciencia del mundo afectivo.
Se caracteriza por una gran necesidad de afecto. Este es
su modo de comprender y valo-rar la presencia de los
padres, de los educadores y de Dios. Por eso concede un
gran valor a los gestos de afecto dirigidos a su persona, a
los regalos, a la atención personalizada.
 Poco a poco va a descubrir, hacia el final de la etapa, una
lucha entre sus deseos egoístas y el llamado de Dios a
corresponder a su amor. De modo que se va acercando a
la opción por el equilibrio entre ambos factores. Aquí
encontramos un terreno propicio para educar en la
elección.
La metodología.
 El centro de la catequesis no está en los contenidos, sino
en las ac-titudes del educador, que son un signo de lo que
existe en el cora-zón de Dios. Los niños son
especialmente sensibles a estas actitudes, que recuerdan
detalladamente. Las actitudes contrarias también son
recordadas. Por ello hay que procurar sobre todo dejar un
buen recuerdo de la catequesis, como una experiencia
positiva.
 En este momento la catequesis deberá centrarse más en
la actividad que en los contenidos. El niño vive polarizado
por la actividad, de modo que necesita descubrir los
valores a partir de actividades concretas. Al contenido se
accede a través de actividades y su validez es aceptada a
través del interés que susciten las actividades.
 Un buen camino didáctico es comprender a la persona de
Jesús gradualmente: primero en sus actos-actividades,
luego en sus senti-mientos, luego en su mismo corazón,
en su capacidad de amar. Nos movemos así en dos polos:
el de la actividad y el de los senti-mientos.

La temática.
Los temas vocacionales pueden girar en torno a la
conciencia del propio desarrollo. Dios, a través de las
personas que me cuidan, me da todo lo que necesito para
crecer. Con su ayuda llego a ser yo mismo; en esto consiste
su llamada. Se pueden señalar tres pasos:
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 Percibo todas las cosas de la creación y todos los gestos

de cuidado de mis padres, catequistas y maestros como
un regalo de Dios que me invita a crecer. La reflexión en
torno a la realidad creada es importante porque sitúa a
los niños en un contexto natural, en el cual también es
natural abrirse al amor de los demás y a la relación con
Dios. Sigue siendo un valor objetivo que desde la
naturaleza podemos elevarnos hacia Dios, pero hay que
notar que lo hacemos a través de la mediación de
personas significativas.
 Comprendo que todas esas cosas me son entregadas,
porque en el corazón de las personas que me rodean y en
Dios hay amor. Las cosas con un signo de que me aman y
es su amor lo que me ayuda a crecer. Se trata de
descubrir una intención en todas las cosas bue-nas que
recibo continuamente. Me experimento amado gratuita y
profundamente. Este amor se hace consciente a través de
los gestos de amor de los catequistas o maestros.
 Descubro que no siempre corresponde mi conducta y mis
deseos a esos regalos recibidos. Por eso aprendo a
valorar, proteger y respe-tar los dones de la creación y
todo lo que me sirve para crecer. La capacidad de elegir
viene muy unida a la conciencia moral que co-mienza a
surgir en los niños.

El objetivo general.
Los alumnos de 1º, 2º y 3º de primaria expresan la
conciencia de que Dios los ama y los llama a crecer cada día.

Primer curso.
Objetivo específico: Los alumnos de 1º de primaria
expresan la alegría de crecer.
Catequesis 1er. Semestre : Dios me da un cuerpo que
crece.
Catequesis 2º semestre: Soy capaz de hacer cosas
bonitas.
Catequesis para papás: La mayor alegría de tu hijo es
crecer. Intentamos ayudar a los papás a aquilatar este
valor de crecer, se puede acceder a ello haciéndoles

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recordar cómo en otros momentos de su vida ha sido

importante crecer… porque esta alegría de los niños
permanece.
Segundo curso.
Objetivo específico: Los alumnos de 2º de primaria
valoran cómo el amor de los demás les ayuda a
crecer.
Catequesis 1er. semestre: Los demás me ayudan a
crecer.
Catequesis 2º semestre : Los demás son un regalo de
Dios.
Catequesis para papás: Mi presencia, cuidándote, te
hace cre-cer. Es un momento para abordar la situación
tan frecuente de la ausencia de los padres, pero de
modo positivo. Hacer ver que su presencia cercana es
un factor determinante.
Tercer curso.
Objetivo específico: los alumnos de 3º de primaria
asumen la actitud de ayudar, para crecer.
Catequesis 1er. semestre : Yo puedo ayudar.
Catequesis 2º semestre: Dios me invita a ayudar.
Catequesis para papás: Doy oportunidades para que
mi hijo crezca por sí mismo. Como papá y mamá
sueles ver a tu hijo como demasiado pequeño. A esta
altura de su formación nece-sita espacios personales
para crecer y cambiar. Uno de ellos es su experiencia
religiosa y en particular la primera comunión. Allí ya
hay que respetarlo en algo que a él le pertenece.
Ámbitos de la acción pastoral.
Podemos distinguir tres ámbitos en los que con más
frecuencia tenemos contacto con los niños en esta etapa:
 El de la escuela. Es fundamental hacer de la clase de
religión un evento desconcertante, sobre todo por la
forma de presentarla. Que rompa con la rutina de las
clases, que no pueda decir el niño que ya se sabe los
contenidos que se le presentan. Es importante que la

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clase de religión remita a su vez a la catequesis

parroquial.
 El de la catequesis ordinaria. Cuando asisten a la
catequesis desde pequeños, este momento es de mayor
plenitud. Ya están situados en el modo y método de la
catequesis y la pueden aprovechar bien. Se trata ya de
un momento de plenitud, muy apto para la preparación a
la primera comunión.
 El de la preparación para la primera comunión. Sigue
siendo una realidad que la mayoría de los niños sólo van
a la catequesis de preparación para la comunión. Aquí
vale ante todo la idea en la que hemos insistido. Más que
los contenidos, el centro está en la experiencia de Iglesia
que se pueda suscitar, de modo que se sien-tan parte de
ella a través de las actitudes de las personas que la
forman y de los espacios en los que participan.