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VII

EL ESTADO
FRENTE A LOS DELITOS
COMETIDOS POR LA ÚLTIMA
DICTADURA MILITAR
El tiempo de la justicia

prólogo por Víctor Abramovich*

En los primeros años de la transición democrática, algunos sectores pregonaban


que la actuación de la justicia frente a los crímenes del terrorismo de Estado ponía
en riesgo la estabilidad institucional y que era necesario mirar hacia el futuro. En
los últimos años, al volver la discusión al plano judicial, se sostuvo que la reaper-
tura de las causas provocaría turbulencias sin sentido y que mirar hacia el pasado
“sólo abriría viejas heridas”. Esta postura absurda hizo que la sociedad perdiera
veinte años en el tratamiento definitivo de un pasado doloroso cuyas heridas jamás
se cerraron.
Desde el inicio de la democracia el movimiento de derechos humanos, con el apo-
yo de gran parte de la sociedad, sostuvo que la única manera de enfrentar las con-
secuencias de ese pasado sombrío era a través de la verdad y la justicia. Las leyes de
impunidad no sólo no alejaban el peligro de regresiones autoritarias; sino que, por
el contrario, socavaban las bases mismas del estado de derecho, le restaban valor a
la ley y favorecían la persistencia de las viejas prácticas. Por ello, la marcha inexo-
rable hacia la reapertura de los procesos judiciales por los crímenes de las dictadu-
ras militares en la Argentina, en Chile y Uruguay evidencia el dramático fracaso de
las soluciones políticas basadas en el olvido y la impunidad, y procura reparar los
daños institucionales que aquellas medidas provocaron.
Pero no sólo asistimos a un cambio de los valores sociales y del escenario políti-
co. Es importante señalar que las causas en las que se investigan los hechos presen-
tan componentes que no estuvieron debidamente considerados en el debate jurídico
en los años ochenta. El desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos
y del derecho penal internacional, que ha acompañado las luchas sociales por la jus-
ticia, expone un fuerte consenso internacional sobre las obligaciones que el Estado

* Director ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), profesor adjunto de la Uni-
versidad de Buenos Aires (UBA) y titular de la Universidad Nacional de Tucumán. Master en derecho
internacional, WCL, American University, Washington, D.C.
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no puede eludir frente a este tipo de crímenes. Así, la fuente internacional aporta ne bis in idem, en tanto no se trata de personas a quienes se las pretende juzgar
principios y estándares que dotan de un nuevo marco conceptual a las discusiones por hechos que ya han sido juzgados; sino que se trata de reasumir la pretensión pu-
jurídicas, en varias cuestiones medulares para la marcha de los procesos, tales como nitiva en una misma causa y expediente, respecto de personas que venían siendo
la validez de las amnistías de los crímenes internacionales; el alcance de la garan- juzgadas en la misma causa. Por lo tanto, la cuestión presenta las siguientes alter-
tía de cosa juzgada, la imprescriptibilidad de los delitos. Es imposible examinar es- nativas: los imputados serán juzgados una única vez, o no serán juzgados nunca.
tos temas sin considerar el impacto de los desarrollos legales mencionados en la re- En ningún caso serán juzgados dos veces.
ciente jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia que se analiza en este Informe. La Cámara Federal, en oportunidad de analizar el instituto de la cosa juzga-
Por lo demás, desde el inicio de la democracia, autoridades políticas o judicia- da en relación con los delitos juzgados en el Juicio a las Juntas, aplicó la jurispru-
les de Estados europeos han solicitado la extradición de militares y civiles argenti- dencia sentada en el caso “Velázquez Rodríguez” por la Corte Interamericana. Así,
nos acusados de graves violaciones de derechos humanos. Ante esta situación el Es- afirmó que es necesario analizar en cada caso concreto si el hecho ha sido objeto de
tado se encontró frente a una nueva obligación internacional de igual rango que la persecución. En este sentido, amén de la obligación del Estado en orden a la inves-
prohibición de amnistiar. De conformidad con la normativa internacional y los prin- tigación, sanción y reparación, es necesario adecuar la actuación de los tribunales
cipios que emanan de ella, la Argentina debió resolver favorablemente las solicitu- a los derechos de las víctimas a una efectiva protección judicial (artículos 8 y 25 de
des de extradición formuladas por jueces extranjeros, o proceder a juzgar los críme- la Convención Americana sobre Derechos Humanos).
nes de lesa humanidad en sus propios tribunales en función del principio aut Así lo entendió la Corte Suprema de la Nación en el caso “Videla, Jorge Rafael
dedere aut judicare (extraditar o juzgar). s/ incidente de excepción de cosa juzgada y falta de jurisdicción” (21/8/2003). Allí
Durante la década del noventa, la Argentina incumplió reiteradas veces esta se sostuvo que, de acuerdo con los criterios asumidos por la Corte Interamericana en
obligación, al rechazar ––o directamente no dar curso a–– las solicitudes de extradi- el caso “Barrios Altos”, ante ese tipo de delitos es necesario que se aparten y se dejen
ción de terceros países y no avanzar en el juzgamiento de los responsables. En el año sin efecto los obstáculos materiales o jurídicos que impidan el juzgamiento. Por ello,
2003 el Estado adoptó un cambio de política al decidir enviar todos los nuevos pe- al analizar las restricciones que todo proceso penal conlleva, no es suficiente ponde-
didos de extradición por estos hechos a la justicia. Esto abrió la posibilidad de que rar el interés estatal y el de la persona que soporta la persecución, sino que también
los involucrados resulten extraditados si no se permite el juzgamiento en el país y hay que tomar en cuenta el derecho de las víctimas de estos crímenes atroces.
obligó, por lo tanto, a una definición urgente sobre las leyes cuestionadas. Por último, no puede pasarse por alto que las resoluciones en las que pretenden
Ello ocurrió en junio de 2005, en el caso “Poblete”, en el que la Corte declaró la ampararse aquellos que invocan la cosa juzgada tienen como única fuente una ley
inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, habilitando inválida. Por ello, las decisiones exculpatorias, dictadas en algunas causas, no son
definitivamente el avance de las causas judiciales por crímenes de la dictadura. Ese el producto de una actividad jurisdiccional regular, sino el fruto de una ley incons-
fallo, sin embargo, no es más que la culminación de un largo camino iniciado por titucional dictada con el único fin de evitar precisamente el juzgamiento.
jueces de diversas instancias y por decisiones previas de la Corte, que se analizan con En tal sentido, no puede hablarse de cosa juzgada en abstracto, sin observar los
claridad en este Informe. hechos que fueron materia concreta de persecución, la fuente espuria de las decisio-
Me gustaría detenerme brevemente en el análisis de dos cuestiones espinosas que nes exculpatorias y sin considerar que, a la luz del derecho internacional, la posibi-
se han planteado para objetar la legalidad de los procesos judiciales: el examen que lidad de invocar esta defensa se encuentra seriamente restringida, al oponerse el de-
realiza la Corte acerca de la posibilidad de invocar la cosa juzgada, y el efecto re- recho de las víctimas a obtener justicia en casos de crímenes de lesa humanidad.
troactivo de las normas que fijan la imprescriptibilidad de los crímenes. Es evidente que las decisiones de la Corte en “Videla” y en el reciente caso “Po-
blete” brindan una guía para resolver el alcance de la garantía en cada uno de los
procesos judiciales reabiertos, de acuerdo con sus particularidades. El tema será in-
El marco de la cosa juzgada dudablemente materia de mayores precisiones en la futura jurisprudencia de la Cor-
te, a fin de encontrar un adecuado balance entre el derecho de las víctimas de gra-
La garantía de prohibición de doble juzgamiento brinda protección contra toda ves violación de derechos humanos a la justicia y los derechos de los imputados.
nueva persecución penal, simultánea o sucesiva, por un mismo hecho, independien-
temente del resultado al que se hubiera arribado a raíz de la persecución originaria.
En relación con los delitos investigados, no puede hablarse de doble juzgamiento o
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Imprescriptibilidad de los crímenes internacionales ferencia de los crímenes comunes, se trata aquí de delitos de tal magnitud y signifi-
cado que el tiempo no borra sus secuelas, ni apacigua por sí solo el conflicto social
En el caso “Arancibia Clavel”, la Corte Suprema de Justicia resolvió que la aso- que provoca su falta de castigo.
ciación ilícita constituida para cometer torturas, homicidios y desapariciones forza- La Corte Suprema ratificó el camino que había empezado a recorrer en 1995,
das de opositores políticos es un crimen de lesa humanidad, que estos crímenes no cuando entendió que este tipo de crímenes son imprescriptibles al analizar la solici-
prescriben, y que el principio de imprescriptibilidad se aplica aún a hechos cometi- tud de extradición de Erich Priebke a Italia.2 Cabe señalar que el jerarca nazi era re-
dos durante el terrorismo de Estado en la década de 1970. El fallo enfatiza la obli- querido por crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Si bien era
gación de punir graves violaciones de derechos humanos, en línea con los preceden- un trámite de extradición, el principio de doble incriminación obligó a la Corte a
tes “Videla”1 y “Hagelin”, y anticipa el marco jurídico del debate sobre la validez de determinar si el hecho por el que se lo reclamaba era también punible en el derecho
las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que la Corte definió este año en el ca- nacional y, por lo tanto, si estaba o no prescripto para la ley argentina. Por su par-
so “Poblete”. De allí que “Arancibia Clavel”, por su complejidad y su impacto so- te, la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital
cial, presenta uno de los más interesantes debates constitucionales en la reciente ju- Federal sostuvo el mismo criterio, en diversos pronunciamientos en causas en las que
risprudencia de la Corte. se investigan violaciones a los derechos humanos durante el terrorismo de Estado en
El condenado en el caso integró, entre 1974 y 1978, una banda conformada nuestro país. Sobre la base de principios del derecho penal internacional y del dere-
por miembros del aparato de inteligencia chileno (DINA) dedicado a perseguir opo- cho internacional de los derechos humanos, la Cámara afirmó que, de acuerdo con
sitores políticos del dictador Pinochet exiliados en la Argentina. Esa organización el derecho internacional público, las desapariciones forzadas, además de ostentar
asesinó a Carlos José Prats y su esposa Sofía Esther Cuthber en Buenos Aires, y apli- per se el carácter de delitos permanentes, hasta tanto la suerte y el paradero de la
có torturas a la ciudadana chilena Laura Elgueta, entre otros delitos atroces, que persona desaparecida se ignoren, resultan imprescriptibles por tratarse de delitos con-
fueron parte de la trama represiva montada por el régimen trasandino con la aquies- tra la humanidad, cualquiera sea la fecha de su comisión (CCyCF, Sala I, “Masse-
cencia de los gobiernos de iure y de facto de nuestro país. Si bien Arancibia había ra, s/ excepciones”, expediente nº 30.514).
sido condenado por homicidio, la Cámara de Casación lo había absuelto de los car- El voto de Zaffaroni y Highton en el caso que analizamos incorpora otro argu-
gos por asociación ilícita al considerar prescripta la acción penal. Este tribunal se mento vinculado al carácter específico de los crímenes de Estado. Al ser ellos expre-
había negado a examinar los hechos del caso bajo los principios del derecho penal sión de la exorbitancia del propio poder punitivo estatal (las fuerzas de seguridad o
internacional, por entender que “sólo cuenta hasta el momento con definiciones in- las fuerzas armadas argentinas en funciones policiales, la KGB stalinista, la Ges-
seguras”. La falta de claridad condujo al Máximo Tribunal penal del país a no ver tapo nazi), el derecho penal es impotente para contener la persecución penal de sus
en las acciones implementadas por Arancibia y sus compañeros de la DINA los crí- autores, carece de legitimidad para reclamar la prescripción de las acciones emergen-
menes referidos por el derecho internacional. La Corte, por el contrario, consideró tes de esos delitos; por el contrario, si lo hiciese sufriría un grave desmedro ético, por-
que los actos aberrantes del grupo de espías constituían crímenes de lesa que esta prescripción estaría consagrando su propia impunidad.3
humanidad. Lo determinó sobre la base del Estatuto de Roma y de otras normas de La cuestión más difícil, sin embargo, consistía en determinar si ya los delitos
derecho penal internacional, que incluyen en la definición de estos delitos la asocia- eran imprescriptibles al momento en que fueron cometidos, o si era posible, en su ca-
ción con otras personas para cometerlos. so, aplicar el principio de no prescripción de forma retroactiva, limitando
La Corte, aun en los votos disidentes, consideró que aquellos crímenes re- o sobrepasando el principio de legalidad. En la jurisprudencia tradicional de la Cor-
sultan imprescriptibles. El punto era central, pues a diferencia de otros delitos co- te, el principio de legalidad comprende no sólo la tipificación del delito sino la de-
metidos durante el terrorismo de Estado, que pueden concebirse como delitos perma- terminación previa del tiempo de prescripción de la acción penal. El tema tiene enor-
nentes, tales como la desaparición forzada o la apropiación de menores, en los cuales me importancia jurídica y política, ya que el alcance que se le otorgue al principio
el análisis de la prescripción puede construirse sobre otras bases, en este caso se tra- de no prescripción, así como al de cosa juzgada y ne bis in idem, definirá el lími-
taba de imputar hechos consumados en un momento determinado. Según la Corte, te de la persecución penal de los crímenes del terrorismo de Estado. Además, si como
la no prescripción se deriva de la naturaleza de las acciones que se castigan. A di-
2
Priebke, noviembre de 1995. Fallos: 318:2308.
3
1
CSJN, “Videla, Jorge Rafael s/ incidente de falta de jurisdicción y cosa juzgada”, sentencia del Véase el argumento desarrollado por Zaffaroni, Eugenio Raúl, “Notas sobre el fundamento de la
21/8/2003. imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad”, Nueva Doctrina Penal, 2000/B, pp. 437-446.
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han sostenido los organismos de derechos humanos históricamente, y es unánime la La disidencia del juez Belluscio es un encomiable intento por defender el alcan-
doctrina internacional, el objetivo de la persecución penal de estos actos terribles es ce tradicional de las garantías procesales afectadas, pero muestra, según entiendo,
afirmar y fortalecer el Estado de derecho, nada puede ser más importante que avan- importantes debilidades al pretender asimilar por su ambigüedad u opacidad la cos-
zar en su juzgamiento sin vulnerar las garantías procesales de los imputados. tumbre internacional con las normas de derecho natural o suprapositivas. Al pre-
En tal sentido, el voto de Zaffaroni y Highton concluye que, al momento de comi- tender esta desafortunada equiparación echa por la borda doscientos años de desa-
sión de los hechos investigados, ya existía una norma de orden público internacio- rrollo del derecho internacional público, e ignora la propia jurisprudencia de la Corte
nal o como mínimo una costumbre internacional que establecía la imprescriptibili- en esta materia. Su voto, junto al de Fayt y Vázquez, mantiene un serio contrapun-
dad de los delitos de lesa humanidad. Así, en 1968, la ONU adoptó la Convención to con la mayoría, que trasciende la cuestión analizada en el caso. Les asignan a
sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Hu- los tratados de derechos humanos, incorporados a la Constitución, la calidad de
manidad. La Convención constituye la culminación de un proceso de debates que normas constitucionales de segundo rango, por debajo de las demás normas de la
empezó en el Consejo de Europa en los primeros años de la década de 1970, cuan- Constitución. Así, la imprescriptibilidad, aun luego de jerarquizada la Convención
do la prescripción amenazaba con garantizar la impunidad de los crímenes cometi- mencionada, sería vencida por la prohibición de leyes ex posfacto contenida en el
dos durante la Segunda Guerra Mundial. Al momento de la redacción del instru- artículo 18 del texto constitucional, que tiene para estos jueces preeminencia y su-
mento ––en vigor desde 1970––, se decidió reemplazar el verbo enunciar por el verbo perior jerarquía. Esta posición, en especial en Fayt y Vázquez, se asienta en argu-
afirmar, ya que se entendió que la imprescriptibilidad de esta clase de crímenes era mentos ciertamente chauvinistas que evidencian temor ante la incidencia nociva de
ya una norma de derecho internacional. Por lo tanto, la convención no venía sino la legalidad internacional en las bases del derecho público argentino.6 Se trata sin
a reconocerla y darle un marco de derecho convencional. Si bien la costumbre inter- duda de una postura que ya fue vencida en los casos “Monge” y “Petric”,7 y que va
nacional vigente no cumple estrictamente con el requisito de ley escrita, no hay apli- a contramano de los procesos legales y políticos que condujeron a establecer, sobre to-
cación retroactiva de una norma penal más severa. En nuestra opinión, estos votos do desde la última reforma constitucional de 1994, una profunda vinculación en-
logran establecer un adecuado balance entre el deber de punir crímenes aberrantes y tre nuestro orden constitucional y el sistema internacional de derechos humanos. Es
el principio de legalidad, que resulta morigerado, pero no desplazado. precisamente a partir de esta fuerte relación que la Corte ha decidido avanzar en
El voto de Boggiano y Maqueda acompañan este argumento, pero apoyándose este caso en el juzgamiento del período más negro de la historia argentina.
en sólidos antecedentes de derecho internacional, avanzan hacia una restricción
más intensa del principio de legalidad, pues entienden que de todos modos la im-
prescriptibilidad se aplica sin importar el momento en que los hechos se cometieron,
incluso de forma retroactiva. Ambos jueces afirman que este principio tiene el mis-
mo rango constitucional que el de legalidad, a partir de la elevación a esa jerarquía
de la mencionada Convención, por lo que este último principio resulta limitado o
debe ceder frente al caso específico de la persecución de crímenes internacionales. El
voto de Petracchi sostiene argumentos similares, enfatizando el deber de punir que
impone la jurisprudencia interamericana en el caso “Barrios Altos” y la necesidad
de evitar la responsabilidad internacional del Estado argentino. Cabe señalar que la
limitación del artículo 18 de la Constitución Nacional, en supuestos concretos de per-
secusión de crímenes de lesa humanidad y genocidio, ya había sido afirmada por la
Corte en Priebke.4 En igual sentido se habían pronunciado los tribunales inferiores.5
6
Así, por ejemplo, el voto de Fayt reinvidica la teoría del margen nacional de apreciación de los
4
El juez Petracchi había votado en disidencia en aquel caso. tratados de derechos humanos que, si bien está vigente en el sistema europeo respecto del Convenio Eu-
5
Por ejemplo, la Cámara Criminal sostuvo que la garantía de legalidad del art. 18 de la CN no ropeo de Derechos Humanos, ha sido rechazada por el sistema interamericano en cuanto a la aplica-
puede ser invocada en el ámbito del derecho penal internacional, en el que se enmarcan los hechos de ción a nivel doméstico de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Paradójicamente, el juez
terrorismo de Estado. Ello se sustenta en la preeminencia del Derecho de Gentes establecida por el art. Fayt había acompañado a la mayoría en Priebke.
7
118 de la Constitución Nacional (CCyCF, Sala II, “Astiz, Alfredo s/ nulidad”, 4/5/2000, Reg. nº CSJN, “Monges, Analía c/ Universidad de Buenos Aires”, C.S. (1996), y “Petric Domagoj, An-
17.491, entre otros). tonio c/ Diario Página/12”, Fallos: 321:885 (1998).
El Estado frente a los delitos cometidos
por la última dictadura militar

1. Introducción

A partir de la reinstauración del sistema democrático en 1983, el Esta-


do argentino debió asumir un conjunto de obligaciones respecto de los
crímenes cometidos por el régimen militar que había ocupado ilegalmen-
te el gobierno durante los siete años previos (1976-1983).
Ello comprendió el deber de: juzgar y sancionar a los responsables, in-
vestigar lo ocurrido para determinar el verdadero destino de los “desapa-
recidos” y sus hijos (generalmente entregados en adopciones ilegales), y
reparar económica o simbólicamente a los familiares directos.
No sería posible narrar en toda su extensión el complejo proceso por
el que, durante más de veinte años, el Estado y la sociedad civil interactua-
ron para el cumplimiento efectivo de estas obligaciones.
El siguiente capítulo planteará, por lo tanto, un recorrido por los
hechos más relevantes ––agrupados según respondan al deber de juz-
gar, investigar o reparar–– tomando como punto de partida el primer
juicio a los comandantes de las Fuerzas Armadas, en 1985. En cada opor-
tunidad se incorporarán los casos respectivos, las modificaciones en la
normativa adoptada y la jurisprudencia que fue sentando la Corte Su-
prema.
Como primera referencia, necesaria para considerar toda cuestión
relacionada con los crímenes de lesa humanidad, daremos cuenta del fa-
llo “Barrios Altos” de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
(Corte IDH), que determinó la invalidez de las leyes de amnistía y de las
disposiciones de prescripción para este tipo de delitos. Seguidamente se
abordarán las instancias correspondientes al deber de juzgar y castigar: el
juicio a las juntas militares, las leyes de Punto Final y Obediencia Debi-
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da,1 los indultos presidenciales de 1990, los pedidos de extradición de lo sustancial––2 cuando se dictaron las sentencias e instrumentos legales
otros países por crímenes cometidos contra sus ciudadanos, la deroga- que obstaculizaron tal cumplimiento.
ción del decreto 1581/01 que impedía esas extradiciones y los procesos La siguiente presentación revela que, justamente sobre la base de esas
penales por apropiación de niños y supresión de su identidad. normas internacionales de protección, las víctimas y familiares de víctimas
En relación con la obligación estatal de investigar los hechos ocurridos impulsaron denuncias ante los organismos internacionales, cuyos resulta-
durante la dictadura, se describirán los pasos que fueron constituyendo y dos fueron modificando, poco a poco, el accionar de la Corte Suprema y
consolidando el reconocimiento jurídico del “derecho a la verdad” y los de los demás poderes del Estado al respecto.
fallos de la Corte en referencia al tema durante 2003-2004. Aunque para muchos es motivo de satisfacción que finalmente la Cor-
En cuanto al deber de reparar, se detallarán los regímenes de pensio- te se base en el derecho internacional de los derechos humanos para garan-
nes e indemnizaciones implementados desde 1986 hasta la actualidad, que tizar los derechos básicos de las víctimas, el no haberlo hecho oportunamen-
incluyen a familiares de desaparecidos, víctimas directas del terrorismo de te explicaría en parte la crisis de legitimidad que afecta a esta institución.
Estado, hijos de desaparecidos y de detenidos a disposición del PEN du-
rante la dictadura y personas que debieron exiliarse en ese período para
salvar sus vidas. También se incluirán los fallos correspondientes. 2. “Barrios Altos”: las leyes de amnistía y prescripción
Como marco de las tres obligaciones del Estado, se describirán los ins- son inconstitucionales
trumentos que las amparan o instan a su cumplimiento. Incluiremos así el
informe 28/92 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Ya en el año 1988, la Corte IDH había señalado, en el caso “Velásquez
(CIDH), la incorporación de convenios internacionales de derechos hu- Rodríguez”,3 que los Estados signatarios de la Convención Americana so-
manos en la reforma constitucional de 1994, los fallos que declaran la nu- bre Derechos Humanos (CADH) debían respetar y garantizar el ejercicio
lidad de las leyes de PF y OD y la derogación y anulación de estas leyes por de los derechos reconocidos en ella. De este modo, los Estados parte no
parte del Congreso Nacional, para finalizar con la consecuente reapertu-
ra de causas. 2
A pesar de no estar incorporados todavía a la Constitución Nacional, al momento del
Este análisis da como resultado una evaluación comprensiva del accio- dictado las leyes de PF y OD y los decretos del indulto, la Convención Americana de Dere-
nar de la Corte durante los últimos veinte años en relación con las obliga- chos Humanos y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos eran derecho vigente. Hay que se-
ciones del Estado argentino respecto de las violaciones masivas a los dere- ñalar que cuando la Argentina aprobó este pacto mediante la ley 23.313, publicada en el
Boletín Oficial el 13/5/1986, estableció en el art. 4º de dicha ley que “el Gobierno Argenti-
chos humanos ocurridas durante la última dictadura militar. no manifiesta que la aplicación del apartado segundo del art. 15 del Pacto Internacional de
Así, se podría afirmar que, fuera de la decisión que invalidó la ley de Derechos Civiles y Políticos, deberá estar sujeto al principio establecido en el art. 18 de la
autoamnistía dictada por los militares antes de dejar el poder, y de la sen- Constitución Nacional”.
Por su parte, la Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o De-
tencia que confirmó sustancialmente la condena a los comandantes en
gradantes fue aprobada por ley 23.338, publicada el 26/2/1987 y entró en vigor el 26/6/
el Juicio a las Juntas, la Corte Suprema habría convalidado el cumpli- 1987; estas leyes fueron dictadas una vez que el país ratificó la Convención pero antes de
miento limitado de las obligaciones de juzgar, sancionar y, en algunos as- que ésta entrara en vigencia.
pectos, de investigar y reparar que le corresponden al Estado argentino. Con posterioridad al dictado de estas leyes y de los decretos, entraron en vigencia:
• El Estatuto de Roma, aprobado por ley 25.390, sancionada el 30/11/2000, promul-
Es sólo a partir del período en estudio, 2003-2004, cuando comienza a gada de hecho el 8/1/2001 y publicada el 23/1/2001.
advertirse un cambio en este sentido. • La Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crí-
Si bien es cierto que las decisiones de este período ––que respetan el menes de Lesa Humanidad, aprobada por ley 24.584, el 23/11/95. Por medio del decreto
579/03, del 8/8/2003, el PEN dispuso la adhesión del tratado mediante el depósito en la
derecho internacional de los derechos humanos y obligan al Estado al Secretaría General de las Naciones Unidas. Y se le otorgó jerarquía constitucional; ley
cumplimiento de sus deberes en la materia–– se producen en un contex- 25.778, sancionada el 20/8/2003 y promulgada el 2/9/2003.
to político diferente, también lo es que esa normativa estaba vigente ––en • La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, aprobada
mediante ley 24.556, promulgada el 11/10/95, a la que se le otorgó jerarquía constitucio-
nal el 29/5/1997, mediante ley 24.820.
1
También llamadas “leyes del perdón” o “leyes de impunidad”. En adelante: leyes de 3
Corte IDH, “Caso Velásquez Rodríguez c/ Honduras”, sentencia del 29/7/1988. Dis-
PF y OD. ponible en <www.corteidh.or.cr>.
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sólo no deben violar esos derechos, sino también remover todos los obs- cían de efectos jurídicos, y que el Estado peruano debía “investigar los he-
táculos que impidan su efectivo goce. De este deber se deriva la obligación chos, divulgar públicamente los resultados y sancionar a los responsables”.8
de prevenir las violaciones, investigar, juzgar y castigar a los responsables En la Argentina, desde el año 1998 ––con los fallos “Acosta”9 y “Feli-
y reparar a las víctimas. cetti”10–– la Corte Suprema sostiene que los jueces deben reconocerles fuer-
Desarrollando este criterio, en 2001 la Corte IDH resolvió una causa za vinculante ––es decir, obligatoriedad–– a las sentencias de la Corte IDH.
de fundamental importancia para toda cuestión relacionada con la amnis- Por ello, se ha argumentado11 que el Máximo Tribunal debería seguir el
tía o prescripción de crímenes de lesa humanidad, que en nuestro país criterio sentado en “Barrios Altos”, invalidar las leyes de PF y OD, y así eli-
––signatario de la CADH–– puede aplicarse a las leyes de PF y OD. minar los obstáculos que impiden dar cumplimiento pleno a los tres tipos
En la sentencia “Barrios Altos”,4 ese tribunal debió analizar si dos leyes de obligaciones que le competen.
de amnistía dictadas por el gobierno peruano, que eximían de responsa-
bilidad a funcionarios estatales implicados en violaciones a los derechos
humanos, comportaban una violación a la CADH.5 3. El Estado tiene la obligación de juzgar y sancionar
El Tribunal Superior Peruano las había declarado constitucionales y los delitos de lesa humanidad
conformes con los tratados internacionales de derechos humanos. Pero la
Corte IDH sostuvo que las disposiciones de amnistía, prescripción o exclu- 3.1. El “Juicio a las Juntas”
yentes de responsabilidad que impidieran investigar y sancionar a los res-
ponsables de violaciones graves a los derechos humanos eran inadmisibles La posibilidad de juzgar a los comandantes de la dictadura militar co-
y contrarias a la CADH.6 menzó en 1983. Primero, con la sanción de la ley 23.040, que derogó y
Sobre la base de lo alegado por la CIDH ––y no controvertido por el declaró nula la autoamnistía dictada por los militares antes de dejar el
Estado––, la Corte IDH estimó que tales leyes habían impedido: a) que los poder. En 1986, ante el reclamo de las Fuerzas Armadas, la Corte Supre-
familiares de las víctimas y los sobrevivientes fueran escuchados por un ma debió declarar la constitucionalidad de dicha ley.12 Así, interpretó que
juez; b) el ejercicio del derecho a la protección judicial; c) la investigación, la “anulación” que había acompañado la derogación de la ley 22.924 (la
persecución, captura, juicio y sanción de los responsables de los hechos; y mencionada autoamnistía) era válida porque en ese entonces no opera-
d) que se cumpliera la obligación de adecuar el derecho interno a la ba el principio de ley penal más benigna. De hecho, al momento del fa-
CADH.7 llo, el principio de retroactividad y ultraactividad de la ley penal más be-
La Corte IDH enfatizó que, a la luz de las obligaciones generales de in- nigna sólo tenía sustento normativo en el artículo 2º del Código Penal y
vestigar, juzgar y sancionar consagradas en la CADH, los Estados partes de- no poseía aún jerarquía constitucional ni federal por la incorporación
bían tomar todos los recaudos para que nadie se viera privado de ejercer un de un tratado internacional. (Voto de los jueces Severo Caballero, Petracchi y
recurso tan sencillo y eficaz como el de recurrir a la justicia. Observó que las Bacqué.)
leyes de amnistía y las disposiciones de prescripción para violaciones a los
derechos humanos provocan la indefensión de las víctimas y la perpetua-
ción de la impunidad, por lo que son manifiestamente incompatibles con
8
La Corte IDH afirmó que “[estas leyes] no pueden seguir representando un obstácu-
lo para la investigación de los hechos que constituyen este caso, ni para la identificación y
la letra y el espíritu de la CADH. Como consecuencia, determinó que care- el castigo de los responsables, ni pueden tener igual o similar impacto respecto de otros ca-
sos de violación de los derechos consagrados en la Convención Americana acontecidos en
el Perú”.
4
Corte IDH, “Barrios Altos, Chumbipuma Aguirre y otros vs. Perú”, sentencia del 14/3/ 9
CSJN, “Claudia Beatriz Acosta”, Corte Suprema, del 22/12/98.
2001, disponible en <www.corteidh.or.cr>. 10
CSJN, “Recurso de hecho deducido por el Estado Nacional en la causa Felicetti, Ro-
5
Leyes 26.479 y 26.492 del Estado del Perú. berto y otros s/ revisión - causa nº 2813”, del 21/12/2000.
6
En la sentencia, la Corte IDH definió estas violaciones como: “la tortura, las ejecucio- 11
Cfr. Méndez, Juan E., y Chillier, Gastón, “El fallo del juez Cavallo y sus consecuencias
nes sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones forzadas”, todas ellas “prohibi- sobre el sistema democrático”, p. 525, NDP, 2000/B.
das por contravenir derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de 12
En la sentencia “Causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuer-
los Derechos Humanos”. zas Armadas en cumplimiento del decreto 158/83 del Poder Ejecutivo Nacional”, del
7
Arts. 8.1, 25 1.1 y 2 de la CADH respectivamente. 30/12/1986.
266 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 267

Luego, cuando el Poder Ejecutivo ––ya a cargo de un gobierno demo- res, Miguel Osvaldo Etchecolatz, a 23 años de prisión e inhabilitación ab-
crático–– dictó el decreto 158/83 dispuso que el Consejo Supremo de las soluta perpetua; a Norberto Cozzani, integrante de esa fuerza, a 4 años de
Fuerzas Armadas enjuiciara sumariamente a los integrantes de las tres jun- prisión e inhabilitación absoluta perpetua; al médico de la Dirección Ge-
tas militares13 que habían usurpado el gobierno de la Nación desde el 24 neral de Investigaciones, Jorge Antonio Bergés, a 6 años de prisión e inha-
de marzo de 1976. Como tal acción no se llevó a cabo en el plazo de seis bilitación absoluta perpetua, en tanto absolvió a Alberto Rousse y a Luis
meses previsto por la ley 23.049, ni dentro de los dos meses de prórroga Héctor Vides, quienes también habían ejercido funciones en la Policía Bo-
concedidos por la Cámara Federal, que era su órgano de contralor, el 4 de naerense. Tal como se explicará más adelante, cuando la Corte revisó la
octubre de 1984 ese tribunal se avocó al conocimiento el proceso. sentencia, benefició a Bergés, Cozzani y Etchecolatz por la aplicación de
Así, la Cámara Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal la ley de OD y redujo la pena de Ricchieri a 8 años de prisión.
inició el denominado “Juicio a las Juntas”14 ––conocido también como Con excepción de las causas por apropiación de niños y supresión de su
“Causa 13”–– que se concentró en 709 casos de los 7.380 que había repor- identidad, éstas fueron las únicas violaciones a los derechos humanos por
tado la CONADEP.15 Después de escuchar más de 833 testimonios duran- las que los responsables obtuvieron sentencia condenatoria hasta la fecha.
te cuatro meses y deliberar durante 46 días, el 9 de diciembre de 1985 el Algunos de los instrumentos que se describirán a continuación, como
tribunal condenó: a Videla y Massera a las penas de reclusión perpetua e las leyes de PF y OD y los indultos dictados por el ex presidente Carlos Me-
inhabilitación absoluta perpetua, a Agosti a 4 años y seis meses de prisión nem, explican por qué una violación sistemática de los derechos funda-
e inhabilitación absoluta perpetua, a Viola a 17 años de prisión e inhabi- mentales de tal magnitud no fue juzgada y castigada comprensivamente.17
litación absoluta perpetua, a Lambruschini a 8 años de prisión e inhabili-
tación absoluta perpetua, en tanto absolvió a Graffigna, Galtieri, Anaya y 3.2. Leyes de Punto Final y Obediencia Debida
Lami Dozo. A su vez, absolvió de culpa y cargo a todos los nombrados por
más de 400 delitos, que integraban el objeto del decreto 158/83 y por los En el marco de la presión ejercida por los alzamientos militares de
que fueron indagados, pero por los que el fiscal no formuló acusación.16 198718 y 1988,19 el entonces presidente Raúl Alfonsín promovió el dictado
La Corte Suprema confirmó esta sentencia pero redujo las penas de pri- de las leyes de PF20 y OD.21
sión de Viola y Agosti a las de 16 años y 6 meses y 3 años y 9 meses respec- La primera dispuso que se extinguiera toda acción penal respecto de
tivamente. (Voto de los jueces Caballero, Fayt y Belluscio. En disidencia Petracchi quienes hubieran cometido violaciones a los derechos humanos durante
y Bacqué.) la época del terrorismo de Estado pero no fueran llamados a declarar en
El 2 de diciembre de 1986, esa misma Cámara condenó ––en la deno- un lapso de 60 días a partir de la promulgación de la ley. El gobierno bus-
minada “Causa 44”–– a los ex jefes de Policía de la provincia de Buenos Ai- caba así poner fin a los procesos contra militares que se iniciaban en todo
res, Ramón Camps y Ovidio Pablo Riccheri, a la pena de 25 y 14 años de el país. El efecto, sin embargo, fue el contrario: para evitar que caducaran
reclusión e inhabilitación absoluta perpetua respectivamente; al ex direc- las acciones, los jueces comenzaron a citar masivamente a los imputados.
tor general de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Ai- Incluso trabajaron durante la tradicional feria judicial del mes de enero,
para poder llevar a cabo más citaciones. Se dictó entonces la ley de OD,
13
Fueron juzgados Jorge R. Videla, Orlando R. Agosti y Emilio E. Massera (comandan-
tes de la primera junta), Roberto E. Viola, Omar D. R. Graffigna, Armando J. Lambruschi- 17
Debe destacarse nuevamente la excepción de las condenas por apropiación y supre-
ni (segunda junta) y Leopoldo F. Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge I. Anaya (integrantes sión de identidad de los hijos de desaparecidos, un crimen que, por haberse evidenciado
de la tercera). más tardíamente como práctica sistemática, no formó parte del Juicio a las Juntas y pudo
14
Para más información cfr. <http://www.nuncamas.org/juicios/juicios.htm>. ser usado luego para condenar a los comandantes de las juntas militares.
15
Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, conformada por personalida- 18
Encabezado por el teniente coronel Aldo Rico en Campo de Mayo.
des destacadas de la cultura y los derechos humanos, que recogió todos los testimonios vo- 19
Uno nuevamente liderado por el teniente coronel Aldo Rico en Monte Caseros y otro,
luntarios acerca de los crímenes de la dictadura, conformó casos para el juicio y publicó el por el coronel Mohamed Alí Seineldín en Villa Martelli.
conocido documento Nunca más, una compilación exhaustiva de la información obtenida. 20
Ley 23.492, sancionada el 23/12/86, promulgada el 24/12/86 y publicada en el
16
La estrategia de la fiscalía consistió en acusar por la cantidad de delitos necesarios Boletín Oficial el 29/12/86.
para llegar a obtener la máxima condena y no por otros que, al ser muy difíciles de probar, 21
Ley 23.521, sancionada el 4/6/1987, promulgada el 8/6/1987 y publicada el 9/6/
podrían terminar en absoluciones y desvirtuar la gravedad de los hechos en juicio. 1987.
268 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 269

que prohibió imputar a los oficiales que no habían participado en la toma Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, aun-
de decisiones ni en la elaboración de las órdenes delictuosas, sino que só- que ésta todavía no hubiera entrado en rigor, se debían evitar los actos que
lo las habían llevado a cabo por la “obediencia debida” a sus mandos na- iban contra su objeto y fin, lo que también tornaba inválida esta norma.
turales. Posteriormente, al resolver “ESMA. Hechos que se denunciaron como
Los delitos de apropiación de niños y supresión de su identidad no ocurridos”,25 la Corte ratificó la doctrina sentada en “Camps” y aplicó la
quedaron comprendidos en la eximición brindada por la nueva ley. ley de OD para confirmar los desprocesamientos dictados a Alfredo Astiz,
La Corte Suprema no analizó la constitucionalidad de la ley de PF, pe- Jorge Acosta, Héctor Febres y Francis Whamond y otros imputados en la
ro sin embargo la aplicó a la resolución de ciertos casos de enorme impor- causa. Además, se agregó que la Convención contra la Tortura, que había
tancia como por ejemplo “Suárez Mason”,22 en el que la utilizó como fun- entrado en vigor a la fecha que la Corte resolvió el caso, no invalidaba la
damento para declarar extinguida la acción respecto de 18 imputados. ley de OD, con el argumento de que los tratados internacionales no tie-
La ley de OD sí fue analizada por la Corte, que la declaró constitucio- nen jerarquía superior a las leyes dictadas por el Congreso. La Corte tam-
nal en el caso “Camps”,23 beneficiando al médico Jorge Bergés, a Norber- bién consideró que si la mencionada Convención excluyera la eximente
to Cozzani y a Miguel Etchecolatz. Las víctimas impugnaron la constitucio- de OD, se transformaría en una ley penal retroactiva porque se aplicaría
nalidad, argumentando que se violaba la división de poderes, pues a los respecto de los hechos cometidos y de las leyes sancionadas antes de su ra-
jueces se les imponía por ley que absolvieran a los imputados con el fun- tificación. (Voto de los jueces Severo Caballero, Belluscio, Fayt y Petracchi. Disiden-
damento de que por haber cumplido órdenes no eran responsables de sus cia de Bacqué remitiéndose a su voto en “Camps”.)
actos. Además, sostuvieron que la ley de OD era inválida porque restrin- La Corte aplicó la ley de OD en otro caso de repercusión: “Suárez Ma-
gía su derecho a la protección judicial; tal como luego lo reconociera la son”,26 donde dejó sin efecto el procesamiento de Julio Simón y Juan An-
CIDH en el Informe 28/9224 y la Corte IDH en “Barrios Altos”. tonio del Cerro, entre otros. (Voto de los jueces Severo Caballero, Belluscio y Fayt.
Si bien la Corte determinó que las víctimas no tenían legitimación pa- Disidencia de Petracchi y Bacqué.) Sin embargo, en el 2001 éstos fueron pro-
ra impugnar esta ley, analizó la constitucionalidad de ésta y la convalidó cesados con prisión preventiva por el juez Gabriel Cavallo, cuando decla-
con fundamentos distintos. Mientras que Severo Caballero y Belluscio con- ró la inconstitucionalidad de las leyes de PF y OD y ordenó la reapertura
sideraron que era una modificación legislativa que el Congreso estaba fa- de aquella investigación.
cultado a realizar, Fayt estimó que era válida, se tratara de una reforma o
de una amnistía, pues el Congreso era competente para dictar ambas. Pe- 3.3. Decretos de indulto
tracchi afirmó que era inválida como reforma legislativa, porque tenía la
clara intención de interferir con la labor del Poder Judicial y porque no Entre 1989 y 1990, el entonces presidente Carlos Menem dictó los de-
se podía justificar la tortura. En cambio la juzgó válida como amnistía, por- cretos de indulto,27 que beneficiaron, entre otros, a quienes habían sido
que el Poder Legislativo procuraba conservar la paz social. Bacqué, en su
histórica disidencia, concordó con Petracchi en que la ley era inválida co-
mo reforma legislativa porque sencillamente constituiría una sentencia, 25
CSJN, “ESMA. Hechos que se denunciaron como ocurridos”, sentencia del 29/3/1988.
pero además sostuvo que era inválida como amnistía ya que ésta sólo pro-
26
CSJN, “Suárez Mason, Guillermo s/ homicido, privación ilegal de la libertad, etc.”,
sentencia del 20/8/1998.
cede contra delitos políticos y no contra la tortura ni delitos aberrantes co- 27
Decretos 1002/89, 1003/89, 1005/89, 2741/90, y 2746/90.
mo los cometidos durante el terrorismo de Estado. Este juez también ex- El decreto 1002/89 indultó a la totalidad de los altos jefes militares procesados y que
presó que como la Argentina había ratificado la Convención contra la no fueron beneficiados por las leyes de PF y OD, con excepción del ex general Carlos Gui-
llermo Suárez Mason, extraditado de los Estados Unidos, que fue indultado por los decre-
tos 2743/90 y 2746/90.
El decreto 1003/89 indultó a represores uruguayos pertenecientes al ejército de su país.
22
CSJN, “Suárez Mason, Carlos G. y otros s/ homicidio, privación ilegal de la libertad, El decreto 1005/89 indultó a los ex miembros de la junta militar Leopoldo Fortunato
etc.”, sentencia del 21/6/1988. Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Arturo Ignacio Lami Dozo, condenados por sus respon-
23
CSJN, “Causa originariamente incoada en virtud del decreto 20/84 del Poder Ejecu- sabilidades políticas y estratégico-militares en el conflicto de las islas Malvinas.
tivo Nacional”, sentencia del 22/6/1987. El decreto 2741/90 indultó a los ex miembros de las juntas militares Jorge Rafael Vi-
24
Véase punto 3.4. dela, Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Eduardo Viola y Armando
270 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 271

condenados en el juicio a las juntas y a los altos mandos militares y ex je- nal internacional moderno y los tratados internacionales. Finalmente, con-
fes de la Policía Bonaerense que se hallaban sometidos a juicio por no es- sideraron que el indulto había sido un acierto, ya que ante la amenaza de
tar alcanzados por las leyes de PF y OD. que renacieran los enfrentamientos que habían dividido al país poco tiem-
La Corte Suprema no analizó la constitucionalidad de los decretos de po atrás, contribuiría a la pacificación nacional.
indulto para los condenados, porque el Poder Ejecutivo ya había indicado Posteriormente, en “Aquino”30 (1992), la Corte revisó una sentencia
a los fiscales propiciar la aplicación de los decretos, con lo que esos casos de la Cámara Federal de Bahía Blanca que declaraba inconstitucional el
nunca llegaron a estudio del Máximo Tribunal. Sin embargo, en 1990 la decreto de indulto 1002/89. El tribunal había considerado que el Poder
Corte debió decidir sobre la constitucionalidad de los indultos a los proce- Ejecutivo no tenía la facultad constitucional de indultar a procesados sino
sados en la causa “Riveros”,28 que se encontraba en pleno trámite y en la sólo a condenados; que haberlo hecho implicaba una intromisión en el
que las víctimas de los hechos investigados objetaron la validez del indulto. Poder Judicial y que este indulto se había dictado sin que se cumpliera el
La constitucionalidad de esta medida fue objetada por tres razones. requisito formal de contar con el informe previo del tribunal de la causa.
En primer lugar, se argumentó que el Poder Ejecutivo no tenía la facultad La Corte Suprema revocó esa sentencia y declaró la constitucionalidad
de indultar a quienes todavía no habían sido condenados por la justicia, del decreto. (Voto de los jueces Cavagna Martínez, Barra, Nazareno, Boggiano y
pues interfería con la función del Poder Judicial. La segunda objeción Fayt. Disidencias de Belluscio y Levene.) La mayoría hizo suya la postura de los
apuntaba a que el amplio número de indultados convertía a estos decre- jueces Petracchi y Oyhanarte en la causa “Riveros”. En tanto que Belluscio
tos en verdaderas amnistías, que sólo el Congreso tenía la competencia de y Levene compartieron el criterio que había adoptado la Cámara Federal.
disponer y que expresamente había decidido no implementar al excluir a Este criterio fue mantenido por la Corte en forma reciente, ya que en
los altos mandos del beneficio de las leyes de PF y OD. El tercer cuestio- el año 2000, al resolver otra causa que cuestionaba la constitucionalidad
namiento sostenía que no podía indultarse a quienes habían cometido de- de los indultos,31 el Máximo Tribunal confirmó la obligatoriedad de la doc-
litos de lesa humanidad. El Máximo Tribunal rehusó analizar estas obje- trina sentada en “Aquino” y los validó nuevamente. (Voto de los jueces Naza-
ciones con el argumento de que la ley aplicable a estos procesos29 no reno, Moliné O’Connor, Fayt, Boggiano, López y Vázquez.)
confería legitimación a las víctimas para cuestionar la validez del indulto. En definitiva, la Corte convalidó los indultos dictados a los procesados
(Voto de los jueces Levene, Cavagna Martínez, Fayt, Belluscio, Barra y Nazareno. y condenados por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la últi-
Disidencias de Petracchi y Oyhanarte.) ma dictadura militar. Esto trajo como resultado que, con excepción de los
Los dos votos en disidencia sostenían que el Presidente tenía compe- delitos cometidos contra niños, las únicas doce personas que habían sido
tencia para indultar a los procesados, que no se trataba de una amnistía y condenadas fueron perdonadas, y ninguno de los demás autores de estos
que procedía para cualquier tipo de delito. Petracchi y Oyhanarte, ade- hechos fue juzgado ni cumplió la pena que le habría correspondido por ley.
más, afirmaron que las víctimas no habían demostrado que los delitos por
los que se indultaba a Riveros ––privación ilegal de la libertad, homicidios 3.4. Informe 28/92 de la CIDH; resolución del Comité de Derechos
y tormentos–– fueran de lesa humanidad, ni habían argumentado adecua- Humanos de la ONU y del Comité contra la Tortura: el Estado
damente por qué indultar ese tipo de delitos era contrario al derecho pe- argentino violó derechos fundamentales

La CIDH, en su Informe 28/92, estableció que al dictar las leyes de PF


Lambruschini, y a los ex jefes de policía de la provincia de Buenos Aires Juan Ramón Alber- y OD y los decretos de indulto, el Estado argentino había violado el derecho
to Camps y Ovidio Pablo Riccheri. Todos ellos habían sido sancionados por la Cámara Na- a la protección judicial reconocido en los artículos 8.2 y 25.2 de la CADH.
cional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal en 1985.
(Cfr. Emilio F. Mignone, “Los decretos de indulto en la República Argentina”, publicado en
<http://www.derechos.org/nizkor/arg/doc/indultos.html>.)
28
CSJN, “Riveros, Santiago Omar y otros s/ privación ilegal de la libertad, tormentos y 30
CSJN, “Aquino, Mercedes, s/ denuncia /caso Martinelli/Oliva s/ plantea inconstitu-
homicidios”, sentencia del 11/12/1990. cionalidad del decreto 1002/89”, sentencia del 14/10/1992.
29
Ley 23.049 que entró en vigor el 15/2/84, modificó el Código de Justicia Militar en 31
CSJN, “Causa art. 10 de la ley 23.049 por hechos acaecidos en provincias de Buenos
cuanto al procedimiento de enjuciamiento, rol de la Cámara Federal y participación de las Aires, Río Negro y Neuquén, bajo control operacional que habría correspondido al V Cuer-
víctimas en el proceso. po del Ejército (Armada Argentina)”, sentencia del 19/12/2000.
272 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 273

Asimismo, estimó que el Estado argentino incumplió la obligación de- humanos, fortaleció el cuestionamiento de que al momento de su dictado
rivada del artículo 1.1 de esta Convención, que establece el deber de inves- estas normas eran inválidas.
tigar seriamente las violaciones que se hayan cometido dentro de su juris- En 1998, a pesar de que los pactos internacionales de derechos huma-
dicción, identificar a los responsables, imponerles las sanciones pertinentes nos ya tenían jerarquía constitucional, y de que en el fallo “Priebke” ––que
y asegurar a la víctima una adecuada reparación, conforme la pauta senta- se analiza en el punto 3.6 de este capítulo–– se había dado gran importan-
da por la Corte IDH en el caso “Velásquez Rodríguez”. cia al derecho internacional de los derechos humanos, la Corte volvió a
Como consecuencia, la CIDH recomendó al Estado argentino “la convalidar el efecto de las leyes de PF y OD y los decretos de indulto.
adopción de medidas necesarias para esclarecer los hechos e individuali- Así, con su sentencia en “Suárez Mason” ––que se desarrolla con pro-
zar a los responsables de las violaciones de derechos humanos ocurridas fundidad en el punto 4.1––, el Máximo Tribunal sostuvo que no corres-
durante la pasada dictadura militar”. pondía llevar a cabo las medidas de investigación en el marco de la justi-
A la vez, el Comité de Derechos Humanos de la ONU32 determinó que, cia penal, que había solicitado la madre de una desaparecida para conocer
mediante el dictado de estas leyes, el Estado argentino violó disposiciones el destino de su hija y satisfacer su derecho a la verdad, porque las investi-
análogas establecidas en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Po- gaciones tienen por finalidad comprobar la existencia de un hecho puni-
líticos. ble y descubrir a sus autores, y ello no era admisible en este caso porque
Por su parte, respecto de esos instrumentos, el Comité contra la Tortu- éstos habían sido beneficiados por las leyes de PF y OD y decretos de in-
ra de la ONU expresó que observaba: “…con preocupación que fue la au- dulto. (Voto de los jueces Nazareno, Moliné O ’Connor, Belluscio, López, y Vázquez.
toridad democráticamente elegida y posterior al gobierno militar la que Disidencias de Bossert, Petracchi, Fayt y Boggiano.)
promulgó las leyes de ‘Punto Final’ y de ‘Obediencia Debida’, esta última La Corte estimó que tales medidas implicarían la reapertura del pro-
después de que el Estado hubiese ratificado la Convención contra la Tor- ceso y el ejercicio de actividad jurisdiccional contra quienes habían sido
tura y sólo dieciocho días antes de que esta Convención entrara en vigor. sobreseídos definitivamente en virtud de dos leyes. A la vez, consideró que
El Comité considera que esto es incompatible con el espíritu y los propó- carecería de sentido acumular prueba en este proceso penal, porque no
sitos de la Convención. El Comité observa asimismo que de esta manera habría sujeto pasivo contra el cual hacerla valer. Asimismo, si bien los jue-
quedan sin castigo muchas personas que perpetraron actos de tortura, ces Bossert, Petracchi y Fayt también votaron en disidencia, coincidieron
igual que los treinta y nueve oficiales militares de rango superior a los que con la mayoría en que era imposible perseguir penalmente a los respon-
el presidente de la Argentina perdonó por decreto de 6 de octubre de sables de la desaparición de la hija de la querellante.
1989, cuando iban a ser juzgados por tribunales civiles. Esta política con- Sin embargo, tal como se describirá a lo largo de este capítulo, fue só-
trasta absolutamente con la actitud estatal frente a las víctimas de la ‘gue- lo casi veinte años después del dictado de las leyes de PF y OD que se re-
rra sucia’ de 1976-1983. El Comité insta al Estado parte a no dejar a las víc- conoció el derecho internacional de los derechos humanos como funda-
timas de la tortura y a las personas a su cargo sin reparación alguna…”.33 mento normativo para la realización de estos juicios y la aplicación de los
castigos correspondientes.
3.5. Año 1998: persiste la brecha entre los instrumentos legales
y las obligaciones del Estado argentino al ratificar pactos 3.6. La Corte Suprema y la obligación de juzgar y sancionar los delitos
internacionales de derechos humanos de lesa humanidad durante 2003-2004

El contraste entre las leyes y decretos que obstaculizaron el enjuicia- 3.6.1. Juicios por apropiación de niños durante la dictadura
miento y castigo de los responsables de las violaciones masivas y las con-
clusiones de los organismos internacionales de vigilancia de los derechos Tal como lo sostienen las Abuelas de Plaza de Mayo,34 uno de los modos
de la violencia represiva ejercida durante la última dictadura militar consis-
Comentarios al Informe argentino, 5 de abril de 1995, Doc. CCPR/C/79/Add.46.
32

Comité contra la Tortura, sobre las comunicaciones nº 1/88, 2/88 y 3/88, documen-
33

to CAT/c/3/D/1, 2 y 3. 34
Véase <www.abuelas.org.ar>.
274 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 275

tió en “la fractura generacional” que implicó la desaparición sistemática de Buenos Aires entre 1976 y 1978, ha explicado que los conductores de la
más de 30.000 personas35 y la apropiación de alrededor de 500 niños que “‘guerra sucia’ temían que los niños de los desaparecidos crecieran odian-
habían sido secuestrados junto con sus padres o nacidos en cautiverio. do al Ejército Argentino por la suerte corrida por sus padres”.
Cuando se llevó a cabo el juicio a las juntas militares en 1985, sólo se De este modo, los niños constituyeron un verdadero “botín de guerra”
habían reportado dos casos de apropiación de niños y supresión de su y también fueron víctimas de la violación de derechos: de la privación de
identidad. Los fiscales formularon acusaciones por estos cargos, pero la sus padres, la supresión de su identidad y la imposibilidad de conocer su
Cámara no condenó a los jefes militares por estos hechos porque estimó origen y a su familia de sangre.
que no daban cuenta de una práctica sistemática planeada e instrumenta- Al no estar contemplados en las leyes de PF y OD, los delitos de apro-
da desde el Estado. piación y supresión de identidad de niños pudieron continuar investigán-
Sin embargo, la posterior investigación judicial impulsada por la agru- dose penalmente, con importantes avances desde el restablecimiento de
pación “Abuelas…” demostró que la apropiación de los hijos de los desa- la democracia.
parecidos y su posterior adopción fraudulenta por personas relacionadas Aun así, según datos de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, has-
o pertenecientes a las fuerzas de seguridad fue un método diseñado des- ta la fecha de cierre de este Informe permanecen sin esclarecerse la iden-
de las esferas más altas del gobierno militar, que resultaba funcional al plan tidad y el destino de 400 niños, que en la actualidad ya son adultos. Sólo
sistemático del secuestro y la desaparición de personas. han sido denunciados y documentados 250 casos, de los cuales 79 fueron
A través de numerosos testimonios y la investigación en distintas cau- ubicados.36 De ellos, sólo 41 se reincorporaron a su familia de origen. Asi-
sas judiciales se estableció la existencia de centros clandestinos de deten- mismo, se localizaron los restos de nueve niños asesinados durante la dic-
ción que funcionaron como verdaderas maternidades (la ESMA es un tadura militar. Y como resultado de las intensas campañas realizadas por
ejemplo de ello). Las mujeres embarazadas eran trasladadas desde distin- esta institución, se recibieron consultas ––tanto allí como en la Comisión
tos puntos del país para dar a luz a sus hijos. Algunos de ellos fueron de- Nacional por el Derecho a la Identidad–– de alrededor de 570 jóvenes con
vueltos a sus familiares, otros fueron abandonados en instituciones públi- dudas acerca de su origen.
cas y posteriormente adoptados por personas que ignoraban su origen. Sin
embargo, la mayoría fueron apropiados por individuos relacionados con 3.7. Casos
las fuerzas de seguridad, en muchos casos los mismos responsables del ase-
sinato de sus padres. Durante 2003-2004, la Corte Suprema debió resolver distintas cuestio-
Esta dinámica criminal también fue reconocida en el Informe de la nes constitucionales relacionadas con el juzgamiento y castigo de la apro-
CIDH de 1987, que explica que “uno de los fines perseguidos por esta po- piación de niños, tales como los límites a la investigación y sanción de es-
lítica deliberada es sin duda el tráfico en adopciones irregulares, aprove- tos delitos y la posible violación al principio de legalidad y de ley penal más
chando la impunidad creada por el método mismo de la desaparición for- benigna que surgiría a raíz de las diversas leyes dictadas desde la reinstau-
zada. Desde el punto de vista de quienes gestaron y ejecutaron esta política, ración de la democracia.
existió además una motivación ideológica más profunda, y también más
peligrosa. El general Ramón Camps, jefe de la Policía de la provincia de 3.7.1. Límites constitucionales a la investigación y castigo:
Caso “Vázquez Ferrá” 37
35
Existen diferentes versiones acerca del número real de desaparecidos. La dinámica En junio de 1977, Susana Pegoraro, embarazada de cinco meses, fue
propia de la desaparición sistemática ––que se instrumentó en forma clandestina e inten-
tando eliminar todo registro–– impide determinar una cifra precisa. La CONADEP, sobre secuestrada junto con su marido por las fuerzas de seguridad. Dio a luz a
la base de los testimonios de víctimas y familiares, llegó a certificar 7.380 desaparecidos. El su hija en el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA.
fiscal del Juicio a las Juntas, Julio Strassera, afirmó en su alegato que había evidencia de la
desaparición de al menos 9.000 personas. Pero en virtud de la dinámica descripta, esa can-
tidad fue reconstruida por las agrupaciones de sobrevivientes y los organismos de derechos 36
Según información brindada a la ADC por Abuelas de Plaza de Mayo.
humanos hasta alcanzar los 30.000 desaparecidos, número que desde entonces ha consti- 37
CSJN, “Vázquez Ferrá, Evelyn Karina s/ incidente de apelación”, sentencia del 30/9/
tuido también una consigna. 2003.
276 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 277

Se presume que la niña nacida en cautiverio fue entregada a Policarpio garse a un examen cuyo resultado permitiría determinar si era la nieta de
Vázquez, quien trabajaba en la Base Naval de Submarinos de Mar del Pla- la querellante y avanzar en la investigación sobre quienes la habían apro-
ta y que la habría inscripto como hija propia, con el nombre “Evelyn Váz- piado. Para ello, el tribunal debía analizar también la intención de Evelyn
quez Ferrá”. de no resistirse al examen si le aseguraban que el resultado no se usaría
La supuesta abuela biológica de la niña, Susana Pegoraro, llamada igual como prueba contra quienes ella consideraba sus verdaderos padres.
que su hija desaparecida, querelló a Vázquez y a su esposa, Ana M. Ferrá,
por los delitos de supresión de estado civil y falsedad ideológica del acta de El fallo de la Corte Suprema
nacimiento de la niña. Evelyn fue criada como hija de ese matrimonio.
El Máximo Tribunal determinó que la extracción de sangre no podía
La investigación realizarse en contra de la voluntad de Evelyn. (Voto de los jueces Belluscio, Ló-
pez, Fayt, Petracchi, Moliné O’Connor, Boggiano y Vázquez. Disidencia de Maque-
En el curso de la investigación penal, los acusados confesaron que ha- da.) Los jueces estimaron que el objeto del proceso penal se circunscribía
bían recibido a la niña en circunstancias que permitían suponer que era a dilucidar si el matrimonio Vázquez Ferrá había anotado a Evelyn inde-
hija de desaparecidos. Además, se corroboró que el acta de nacimiento era bidamente como hija propia suprimiendo su identidad, cualquiera que és-
apócrifa. ta fuera.
El juez de primera instancia ordenó extraer una muestra de sangre a En otras palabras, para la Corte, el fin de la investigación penal era es-
Evelyn, para realizar un estudio genético y determinar si era nieta de la tablecer si la identidad de Evelyn había sido alterada, pero no cuál era su
querellante. En caso de que la joven se negara, dispuso que la extracción verdadera identidad. Los jueces argumentaron que como ella era una per-
se hiciera por el uso de la fuerza. sona adulta, tenía derecho a negarse a conocerla, y que el reproche penal
Pero al momento de ordenar la medida, Evelyn ya era mayor de edad se dirigía a los Vázquez Ferrá, por haber alterado la identidad de una me-
y apeló la resolución. Consideraba que podría perjudicar la situación pro- nor en el año 1977. Como esta conducta se había acreditado mediante la
cesal del matrimonio que la había criado, que vulneraba su integridad fí- confesión de los acusados y con la prueba de la falsedad del acta de naci-
sica, su derecho a la intimidad, su dignidad ––al obligarla a usar su cuer- miento, la culpabilidad de los imputados ya estaba probada y no se justifi-
po para incriminar a quienes veía como padres–– y que le negaba el caba la realización de este estudio.
derecho a no declarar contra sus progenitores otorgado por el código de Afirmaron también que Evelyn tenía el derecho constitucional a opo-
procedimiento penal. Sin embargo, Evelyn manifestó que no se opondría nerse a que su cuerpo se usara para buscar prueba de cargo contra las per-
a la extracción si el resultado no se usaba contra quienes la habían inscrip- sonas que ella consideraba como sus padres. Estimaron que ordenar la ex-
to y criado como hija. tracción de sangre por la fuerza puede asimilarse a ser llamado para
La Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de la Capital Fede- prestar declaración testimonial. Por lo tanto, estimaron aplicables las nor-
ral no hizo lugar a ninguno de sus pedidos y ordenó que se realizara el mas de la ley procesal que, a fin de conservar la unión familiar, autorizan
examen, por lo que la joven llevó la cuestión ante la Corte Suprema. al hijo a no declarar en un juicio penal contra sus padres.
Dentro de esta línea, encontraron fundamentos en las normas de la
Intereses en conflicto ley penal que no castigan a quienes encubren el delito cometido por un
familiar o por una persona a la que tienen especial gratitud o afecto. Pa-
En este caso, se encontraban en conflicto el interés de Evelyn de no ra los jueces, servir como prueba en contra de sus “padres” era una deci-
ser usada como prueba contra quienes la criaron, el interés de la quere- sión personal e íntima de Evelyn, protegida por la Constitución Nacional
llante de saber si Evelyn era su nieta y de conocer las circunstancias en las en el derecho de privacidad, entendida aquí como el ámbito de libertad
que le fue sustraída a su hija, y por último, el interés de la sociedad por que cada persona necesita para vivir según sus principios, y que incluye el
que esclarezcan y castiguen los delitos de la última dictadura militar. derecho a ser el único que tome las decisiones que pueden afectar sustan-
La Corte debía decidir cuál de estas pretensiones tenía protección cialmente su vida personal, con el solo límite de que no se vulneren los de-
constitucional. Básicamente, si Evelyn tenía el derecho constitucional a ne- rechos de un tercero ni el orden y la moral públicos.
278 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 279

Teniendo en cuenta estas circunstancias, los jueces estimaron que ex- era válida porque la medida aportaría prueba a una investigación penal
traerle sangre por la fuerza a Evelyn constituiría una aberración jurídica. (como se dijo, para Maqueda el objeto de este proceso era determinar si
la identidad suprimida de Evelyn era la de la nieta de la querellante).
Particularidades de los votos Por último, el juez señaló que la Convención Interamericana contra la
Desaparición Forzada de Personas, que goza de jerarquía constitucional,
El juez Boggiano sostuvo que, si bien la extracción de sangre no era ordena a los Estados a identificar a los niños apropiados nacidos durante
equivalente a obligarla a declarar, Evelyn tenía el derecho constitucional de la detención de sus padres desaparecidos. Y que ese compromiso interna-
proteger su vida familiar y de oponerse a esta medida, ya que tal decisión cional no podía dejarse sin efecto por la mera negativa de la víctima, prin-
era exclusivamente suya. Boggiano reconoció el conflicto que este criterio cipalmente porque la dolorosa situación que este caso le planteaba a Eve-
presentaba con el derecho de la querella a conocer la verdad, pero enten- lyn era producto del delito cometido en su contra.
dió que este derecho encontraría adecuada respuesta en un proceso de fi-
liación donde Evelyn pudiera ejercer con plenitud su derecho de defensa. Antecedentes de interés
Por su parte, si bien Fayt, Petracchi y Moliné O’Connor reconocieron
el interés legítimo de la querellante por establecer la identidad real de Eve- En los fallos “H. G. y S.”38 y “Guarino”,39 la Corte había declarado cons-
lyn, decidieron que no podía colocarse este interés por encima de la opo- titucional la extracción compulsiva de sangre a menores de edad, como
sición de Evelyn, pues implicaría un intenso empleo de violencia física que parte de investigaciones por los delitos de falsedad ideológica de acta de
lesionaba su derecho a la intimidad. nacimiento, apropiación y supresión de estado civil de niños. El Máximo
Así, para estos jueces, no existían derechos de terceros en este proce- Tribunal sostuvo que: la extracción de unos pocos centímetros de sangre
so penal ––en este caso, el derecho de Susana Pegoraro, supuesta abuela por los métodos ordinarios de la ciencia médica no afectaba la integridad
biológica de Evelyn–– que exigieran la realización de esta medida. física; que no se violaba el derecho a no declarar contra los progenitores,
porque sólo se buscaba un elemento material y no violentar a los niños a
La disidencia de Maqueda formular una manifestación; que el derecho a la intimidad no podía invo-
carse para obstaculizar investigaciones penales donde las víctimas eran ni-
Para este juez, el objeto de la investigación penal no se limitaba a la ños pues, precisamente por esta condición, no tenían la libertad necesa-
demostración de la falta de relación biológica entre Evelyn y los imputa- ria para decidir en una situación personal tan delicada, y que el deber de
dos. La querellante había denunciado que Evelyn sería la niña que le arre- los jueces era privilegiar el establecimiento de la verdadera identidad y el
bataron a su hija desaparecida, por lo que Maqueda consideró que deter- derecho constitucional de los niños a conocerla.40
minar esta circunstancia también comprendía el objeto de investigación.
También señaló que la comunidad toda tenía el interés de conocer la iden- Aspectos diferenciales del caso “Vázquez Ferrá”
tidad de las personas desaparecidas.
Maqueda descartó que la extracción de sangre desconociera algún de- En “Vázquez Ferrá”, sin embargo, la Corte entendió que el hecho de
recho constitucional de Evelyn. En primer término, sostuvo que no afec- que Evelyn fuera mayor de edad, diferenciaba este caso de todos los deci-
taba la integridad física porque el daño corporal era ínfimo. En segundo didos previamente.
lugar, discrepó con los demás jueces y estimó que la extracción compulsi-
va de sangre no podía equipararse a una declaración, sino que era una me- 38
CSJN, “H. G. y S. s/ apelación”, sentencia del 4/12/1995.
dida probatoria análoga al reconocimiento en rueda o a una requisa cor- 39
CSJN, “Guarino, Mirta Liliana s/ querella”, sentencia del 27/12/1996.
poral, que no tiende a ejercer coerción sobre la voluntad de la persona 40
En un caso anterior ––“Muller, Jorge”, sentencia del 13/11/1990–– la Corte sostuvo
para obligarla a declarar sino sobre un objeto material en búsqueda de que no correspondía extraer compulsivamente sangre a un menor de edad. Las circunstan-
cias aquí eran diferentes, pues se investigaba la falsedad de un documento de identidad, pe-
ciertos rastros. ro el menor no era la víctima del delito ni sus padres adoptivos eran los acusados. De esta
Luego argumentó que nadie tiene un derecho constitucional absolu- forma, el Máximo Tribunal consideró que la extracción ordenada no era necesaria, ya que
to, y que la restricción al derecho a la intimidad de Evelyn Vázquez Ferrá no guardaba relación con el delito investigado.
280 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 281

El Máximo Tribunal sostuvo que no era necesario realizar esta medi- También es importante destacar que con posterioridad a este fallo, el
da de prueba por los fundamentos ya expuestos. 9 de junio de 2004, el Poder Ejecutivo dictó el decreto 715/04 por el que
Posiblemente porque consideró que esta medida no era de interés pa- creó la Unidad Especial de Investigación de la Desaparición de Niños co-
ra el proceso penal, la Corte no analizó un aspecto derivado de las propias mo Consecuencia del Accionar del Terrorismo de Estado.43 Este organis-
afirmaciones que había hecho Evelyn: la posibilidad de que, pese a que las mo puede acceder en forma directa a todos los archivos de los organismos
normas procesales lo prohíben, se autorizara la realización del estudio si dependientes del PEN, incluidos los de Presidencia de la Nación, Jefatu-
se aseguraba que su resultado no sería utilizado como prueba de cargo, so- ra de Gabinete de Ministros, sus organismos dependientes, Fuerzas Arma-
lución que permitiría garantizar el derecho a la verdad de la querellante. das y de seguridad y organismos registrales.

Repercusiones Observaciones finales

La resolución de este caso tuvo gran repercusión. La organización ci- Este fallo admite dos lecturas. Una es la que hizo la Cámara Federal de
vil “Abuelas de Plaza de Mayo” presentó ante el Congreso de la Nación un San Martín, que entendió que la doctrina del caso “Vázquez Ferrá” sólo se
pedido de juicio político por mal desempeño a los miembros de la Corte aplica cuando la medida no es decisiva para el avance de la investigación
Suprema que conformaron la mayoría del fallo. También denunció al Es- penal. Otra posible sería entender que la Corte no sólo resolvió que la ex-
tado argentino ante la CIDH. En ese momento, la opinión pública enfati- tracción compulsiva de sangre era inválida, sino que le reconoció a Evelyn
zó que el fallo tendría una implicancia directa en la resolución de un co- el derecho constitucional de oponerse a la medida, sobre la base del res-
nocido proceso contra la directora del diario Clarín, Ernestina Herrera de peto a su intimidad, para no ser el medio de obtención de pruebas incri-
Noble, por la presunta irregularidad en las partidas de adopción de sus minantes contra quienes ella quería como si fueran sus padres.
dos hijos, sospechados de ser hijos de desaparecidos. Así, la trascendencia de esta decisión residiría en el reconocimiento
Sin embargo, esto no fue así. El 30 de septiembre de 2004, la Cámara de la existencia de este derecho por primera vez. Y la doctrina derivada
Federal de San Martín41 ordenó la realización del examen de compatibili- del fallo podría ser invocada por quienes estén en la misma situación de
dad genética entre Felipe y Marcela Noble y los grupos familiares García- Evelyn, aun cuando esta medida de prueba sí fuera necesaria para probar
Gualdero y Miranda-Lanuscou, querellantes en la causa, para comprobar que alguien cometió el delito de supresión de identidad.
si existía el parentesco sanguíneo. Los hijos de Noble, que ya eran adul-
tos, habían consentido la medida. Pero de todas formas, los jueces de cá- 3.7.2. Excepción de cosa juzgada: Caso “Videla” 44
mara Mansur y Rudi disintieron con el juez de primera instancia, que afir-
maba que, según lo resuelto por la Corte en “Vázquez Ferrá”, la realización En el Juicio a las Juntas, Jorge R. Videla fue condenado a prisión perpe-
de este examen estaba condicionada a la voluntad de Felipe y Marcela. tua por 16 homicidios agravados por crueldad, 50 homicidios, 306 privacio-
Estos jueces recordaron que, en aquel caso, la Corte había destacado nes ilegales de la libertad agravadas por amenazas violentas, 93 episodios de
que el examen de histocompatibilidad era sólo una prueba complemen- tortura, 4 torturas seguidas de muerte y 26 robos.45 Había sido acusado por
taria, por lo que la doctrina surgida no se aplicaba al caso “Noble”, donde la apropiación de los hijos de desaparecidos, pero como sólo pudieron acre-
la medida resultaba imprescindible para resolver el objeto del proceso, es ditarse dos casos, la Cámara lo absolvió por considerar que no constituían
decir, si Marcela y Felipe eran hijos de desaparecidos durante la última dic- evidencia suficiente de un plan sistemático diseñado desde el Estado.
tadura militar.42 A la vez, él y los demás imputados fueron absueltos “por la totalidad
de los delitos por los que fueron indagados y que integraron el objeto del
41
Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, “Barnes de Carlotto, Estela en repre-
sentación de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo s/ su denuncia”.
42
La Cámara sostuvo que “prescindir de esta prueba cuando no se advierte que su pro- 43
En el ámbito de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad.
pósito es susceptible de alcanzar por otro medio con un menor grado de afectación, sería 44
CSJN, “Videla Jorge Rafael s/ Incidente de Falta de Jurisdicción y Cosa Juzgada”, sen-
consagrar una carta de indemnidad a los autores de estos crímenes” (del voto del juez tencia del 21/8/2003.
Mansur). 45
Todos estos cargos como autor mediato por haber dirigido un “aparato de poder”.
282 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 283

decreto 158/83 del PEN, y acerca de los cuales el fiscal no acusó”.46 Poste- No es válido el argumento de “cosa juzgada”
riormente, en 1986, la Corte Suprema confirmó esta condena.47
Finalmente, la agrupación realizó un cotejo entre los hechos por los que
“Abuelas de Plaza de Mayo” impulsa una nueva causa se juzgó a Videla en el Juicio a las Juntas y las apropiaciones por las que de-
bía juzgárselo en este proceso.
Como señalamos, al haber quedado fuera de las leyes de PF y OD, el Así constataron que el nuevo juicio invocaba hechos distintos, cuya
delito de apropiación de niños pudo seguir siendo investigado penalmen- existencia era incluso desconocida al momento de realizarse el primero,
te. Las averiguaciones que hicieron posible la causa posterior fueron ini- y que por lo tanto no existía el doble juzgamiento de un mismo hecho que
ciadas en 1996 por la asociación “Abuelas de Plaza de Mayo”, que orientó prohíbe la Constitución Nacional.
las acciones de modo de poder demostrar dos cuestiones: que Videla, en
su calidad de autoridad máxima de las Fuerzas Armadas, había planeado Los fallos de las instancias inferiores
la realización sistemática y coordinada de estas apropiaciones y que la ab-
solución que le había sido otorgada por la Cámara Federal no cubría el El tema de las apropiaciones ilegales estuvo a cargo de los jueces Ro-
delito de apropiación de niños. berto Marquevich, de San Isidro, provincia de Buenos Aires, y Adolfo Bag-
nasco, de Capital Federal. El avance de las averiguaciones comenzó a de-
Las apropiaciones fueron parte del plan sistemático velar el funcionamiento del plan sistemático montado por los militares.
Las secuestradas eran llevadas a maternidades especialmente afectadas a
En su presentación, las Abuelas dieron cuenta de tres elementos para ese sistema, donde daban a luz, eran despojadas de sus hijos y luego devuel-
demostrar que las apropiaciones de los hijos de desaparecidos habían si- tas al centro clandestino de detención. Por esos delitos, Bagnasco encar-
do un método sistemático planeado e instrumentado desde el Estado. celó a Héctor Antonio Febres, Jorge Eduardo Acosta, Cristino Nicolaides,
En primer lugar, los resultados de la búsqueda realizada a lo largo de Rubén Franco, Juan Bautista Sasiaiñ, Antonio Vañek, Carlos Guillermo
varios años, que registraban la existencia de aproximadamente 300 casos Suárez Mason y Reynaldo Bignone.48 En tanto, a partir de la evidencia ob-
de sustracción de niños plenamente probados. En segundo término, el ha- tenida en los casos de sustracción de los niños Mariana Zaffaroni Islas, Car-
llazgo en la Jefatura de Policía de Córdoba de un inventario de documen- los Rodolfo D’Elía, María Sol Tetzalff Eduartes y Pablo Hernán y Carolina
tación destruida por orden del teniente general Nicolaides, en la que fi- Susana Bianco Wehrli, Marquevich concluyó que estas prácticas formaban
guraba un documento titulado “Instrucciones sobre procedimiento a parte de un plan coordinado por Videla.
seguir con menores de edad hijos de dirigentes políticos o gremiales de- Diversos testimonios de enfermeras del Hospital Militar de Campo de
saparecidos”, confeccionado por el Ministerio del Interior en abril de Mayo se referían a la existencia de órdenes acerca de cómo tratar a cierto
1977. Y por último, la existencia de áreas de ginecología y obstetricia en grupo de mujeres parturientas, llevadas allí contra su voluntad, que per-
el Hospital Campo de Mayo y en la ESMA para que las secuestradas emba- manecían amarradas y cuya identidad no debía conocerse.
razadas dieran a luz: un factor que a criterio de las Abuelas corroboraba Marquevich responsabilizó a Videla por estas órdenes, dado que él te-
que la sustracción de niños era una consecuencia prevista del funciona- nía el comando de las unidades donde se cometían tales delitos. El juez
miento de un plan criminal. también siguió el criterio del Informe de la CIDH y determinó que el mé-
todo no estaba orientado ––al menos exclusivamente–– a facilitar adopcio-
nes ilegales, sino que servía a un propósito mayor: sustraer a los hijos de
las familias de los oponentes políticos, para evitar que se criaran en un am-
46
Sentencia de la Cámara Criminal y Correccional, punto dispositivo 25, publicada en
Fallos: 309: 1 a 1675. biente hostil al régimen impuesto.
47
CSJN, “Causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Ar-
madas en cumplimiento del decreto 158/83 del Poder Ejecutivo Nacional”, sentencia del
30/12/1986. El Máximo Tribunal cambió aquí la calificación de “autores mediatos” por la 48
En septiembre de 2004, en el marco de investigaciones llevadas a cabo en La Plata,
de “partícipes como cooperadores necesarios”, pero ello no modificó las penas impuestas, fueron condenados a siete de años de prisión por el mismo crimen el ex comisario Miguel
ya que son idénticas según el art. 45 del Código Penal. Etchecolatz y el ex médico policial Jorge Bergés.
284 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 285

En conclusión, el 13 julio de 1998, Marquevich ordenó el arresto del por los hechos que se pretendían investigar en la nueva causa, e invocó la
ex general Rafael Videla, por el delito de apropiación de cinco niños. En aplicación de la garantía constitucional contra el doble juzgamiento.
noviembre de ese mismo año, la jueza María Servini de Cubría ordenó el
arresto del ex almirante Emilio Massera, responsable de la unidad clandes- El caso llega a la Corte
tina de maternidad que funcionaba en la ESMA. Bagnasco ordenó también
la detención y el procesamiento del ex general Reynaldo Bignone (presi- De esta forma, en 2003, la Corte Suprema debió resolver si Jorge R. Vi-
dente del gobierno de transición previo a la elección de Raúl Alfonsín) y dela ––detenido en calidad de prisión preventiva domiciliaria por su pre-
de tres miembros de la última Junta: el ex teniente general Cristino Nico- sunta responsabilidad en la apropiación indebida de Mariana Zaffaroni Is-
laides, el ex almirante Rubén Franco y el ex brigadier general Augusto las, Carlos Rodolfo D’Elía, María Sol Tetzalff Eduartes y Pablo Hernán y
Hughes, acusados de intentar encubrir los crímenes. Junto con ellos fue- Carolina Susana Bianco Wehrli–– ya había sido absuelto por ese delito en
ron arrestados e inculpados diez oficiales del Ejército y de la Armada, in- un juicio previo y si, en consecuencia, el nuevo proceso debía finalizar.
volucrados en el funcionamiento diario de los campos clandestinos don-
de nacieron los bebés. Antecedentes de interés

Argumentos de la defensa de Videla “Videla” es el primer caso en que la Corte Suprema se ve obligada a
pronunciarse sobre la aplicación de cosa juzgada en relación con las nue-
La defensa de Videla sostuvo que este nuevo enjuiciamiento debía ce- vas investigaciones que comenzaron a llevarse a cabo en contra de los al-
sar por dos razones. tos mandos de la última dictadura militar.
Primero, porque la sentencia de la causa 13/84 (el “Juicio a las Jun- Aun así, la Corte ya había hecho referencia a la “absolución genérica”
tas”) estableció que Videla y los demás imputados ya habían sido indaga- de la Cámara Federal en la sentencia de la causa 13/84, y de ella había
dos por la totalidad de los hechos que podían atribuírseles en su calidad concluido que no se les podía imputar otro delito a los ex comandantes.
de comandantes en jefe de las respectivas fuerzas. Y segundo, porque Vide- En el caso “Carra”50 se analizaba una cuestión de competencia entre
la había quedado absuelto por la Cámara Federal por todos los delitos por la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca y la Cámara Nacional
los que había sido indagado y el fiscal no efectuó acusación. Los jueces de en lo Criminal y Correccional Federal de la Ciudad de Buenos Aires. Pa-
aquel tribunal habían manifestado entonces que “el acotamiento de los ra ello era preciso determinar desde dónde se había dado la orden de se-
objetos del proceso efectuado por el fiscal ha de tener como consecuen- cuestrar a Daniel Osvaldo Carra, hecho que había tenido lugar en diciem-
cia… que no pueda renovarse la persecución penal en contra de los nue- bre de 1983 en Punta Alta, provincia de Buenos Aires. Si la desaparición
ve enjuiciados por los hechos susceptibles de serles atribuidos en su cali- se había producido en bases navales o buques de guerra por órdenes ema-
dad de comandantes en jefe de sus respectivas fuerzas e involucrados en nadas del ex Comando en Jefe de la Armada con sede en la ciudad de
el decreto 158/83”.49 Buenos Aires, correspondía la intervención de la Cámara Federal de di-
De allí, la defensa de Videla concluyó que éste ya había sido juzgado cha localidad; por el contrario, si el hecho había ocurrido en dependen-
cias del Comandante de Operaciones Navales por órdenes de la sede ubi-
cada en la base naval de Puerto Belgrano, correspondía la intervención
49
Art. 1º: “Sométese a juicio sumario ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas del tribunal de Bahía Blanca. La Corte resolvió que el tema era compe-
a los integrantes de la Junta Militar que usurpó el gobierno de la Nación el 24 de marzo de tencia de la Cámara de Bahía Blanca. (Voto de los jueces Severo Caballero, Be-
1976 y a los integrantes de las dos Juntas Militares subsiguientes, teniente general Jorge R.
Videla, brigadier general Orlando R. Agosti, almirante Emilio E. Massera, teniente general lluscio, Fayt, Petracchi y Bacqué.) Y la decisión se fundamentó en que “el ex
Roberto E. Viola, brigadier general Omar D. R. Graffigna, almirante Armando J. Lambrus- comandante Eduardo Emilio Massera fue absuelto de todos los delitos
chini, teniente general Leopoldo F. Galtieri, brigadier general Basilio Lami Dozo y almiran-
te Jorge I. Anaya”. Art. 2º: “Ese enjuiciamiento se referirá a los delitos de homicidio, priva-
ción ilegal de la libertad y aplicación de tormentos a los detenidos, sin perjuicio de los demás 50
CSJN, “Carra, Daniel Osvaldo s/ desaparición”, competencia nº 206, XXI, del 17/12
de que resulten autores inmediatos o mediatos, instigadores o cómplices los oficiales supe- /1987. Este criterio fue posteriormente ratificado en “Subsecretaría de Derechos Huma-
riores mencionados en el art. 1º. nos”, del 28/5/1988.
286 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 287

que integraron el objeto del decreto 158/83, acerca de los que no hubo los que había sido indagado y que constituían el objeto de aquel juicio, que no
acusación ni condena, en virtud de la sentencia pasada en autoridad de incluía los de esta nueva causa.
cosa juzgada dictada en la causa 13/84 por la Cámara Nacional de Apela- Belluscio concordó con esos argumentos pero además señaló que el
ciones en lo Criminal y Correccional Federal”. De ello se derivó lógica- delito de apropiación de niños no estaba incluido en el decreto 158/83.
mente que “las órdenes que aquellas personas investidas de cargo supe- Así, Videla no había sido siquiera indagado por estos hechos concretos,
rior pudieran haber impartido en el caso, habrían sido transmitidas desde por lo que la absolución de la Cámara no lo alcanzaba. Para este juez, re-
la sede del Comando de Operaciones Navales, cuyo asiento se hallaba en sultaba inaceptable la idea de “una suerte de absolución a futuro respec-
Puerto Belgrano”. to de hechos aún no conocidos con respecto a los cuales el imputado no
fue indagado ni expuesto a riesgo procesal alguno”.
Elementos que debió evaluar la Corte Petracchi concordó con esos fundamentos y consideró determinante
que el Estado argentino hubiera ingresado al sistema interamericano y que
Para la resolución de “Videla”, la Corte Suprema debía decidir prime- éste tuviera jerarquía constitucional desde 1994. Así, estimó que corres-
ro si aplicaba estos precedentes, que abonaban la tesis de la “absolución pondía seguir el criterio sentado por la Corte IDH en la causa “Barrios Al-
genérica”. Y en caso de no hacerlo, si Videla ya había sido juzgado en esa tos” y rechazar toda interpretación extensiva que permitiera aplicar la ex-
causa por la apropiación de los niños mencionados. cepción de cosa juzgada a las graves violaciones de los derechos humanos.
Si cualquiera de estas dos cuestiones obtenía respuesta positiva, no se- Además, fue el único de los tres jueces que habían firmado los preceden-
ría posible continuar el enjuiciamiento a Videla por estos hechos en par- tes “Carra” y “Subsecretaría de Derechos Humanos”51 que intentó explicar
ticular, ni a ningún otro ex miembro de la Junta Militar por otros hechos por qué aquéllos no servían para avalar el reclamo de Videla en esta opor-
en general, pues importaría violar la garantía constitucional de la prohi- tunidad. El juez expresó que aquellos fallos habían sido dictados al efecto
bición de la doble persecución. de dirimir una cuestión de competencia sobre hechos que, en caso de ha-
En definitiva, el objeto de debate era si este proceso por la apropiación ber estado en conocimiento del Ministerio Público, quedaban amparados
de los niños implicaba una nueva persecución penal por hechos iguales a los por la prohibición de doble juzgamiento, o bien, en caso contrario, que-
que habían sido objeto de un proceso anterior contra Videla. La Corte de- daban alcanzados por la ley de PF. Esta explicación, sin embargo, aparece
bía, por lo tanto, evaluar de qué forma valoraría la “absolución genérica” dic- como insuficiente para sustentar el cambio de criterio.
tada por la Cámara Federal en la causa 13/84, que, como ha sido dicho, afir- Boggiano presentó una postura aún más restrictiva para la posición de
maba que los imputados quedaban absueltos de todos los delitos incluidos Videla que la del resto de los jueces. Para él ––si bien la Cámara Federal
en el decreto 158/83 por los que hubieran sido indagados pero no acusados. había afirmado que no se podía volver a perseguir penalmente a los ex co-
mandantes por delitos cometidos mientras cumplían esa función––, la co-
El fallo “Videla” sa juzgada sólo procede contra delitos respecto de los cuales un imputado
fue indagado y acusado. Obviamente, ello no incluía a los delitos del nue-
En su decisión, la Corte sostuvo que la figura de “cosa juzgada” no be- vo proceso. Además, Boggiano sostuvo que la decisión de enjuiciar sólo
neficiaba al ex general Jorge R. Videla, porque en el Juicio a las Juntas ha- 700 casos en el proceso a las Juntas (dentro de la enorme cantidad de vio-
bía sido absuelto por apropiaciones de niños distintas de las investigadas laciones registradas) no podía situarse por encima de la verdad, y que la
por esta causa, y que, en consecuencia, al tratarse de hechos diferentes, sociedad necesitaba poner fin a la profunda incertidumbre acerca de si
podía seguir siendo sometido al proceso en cuestión. (Voto de los jueces Pe- había existido un plan criminal para sustraer niños. Por último, con una
tracchi, Fayt, Belluscio, Maqueda, Boggiano y López. Se abstuvo Vázquez.) fundamentación que bien podría servir para cuestionar la validez de las
Los jueces Fayt y López sostuvieron que, en 1985, Videla no había si- leyes de PF y OD, Boggiano afirmó que la convivencia social sólo se pue-
do juzgado por la conducta genérica de sustracción de niños, por lo que no de fundar si las normas morales son válidas siempre y para todos, y que no
existía violación a la garantía constitucional al procesarlo ahora por la
apropiación de un grupo en particular. Además, interpretaron la senten-
cia de la Cámara Federal como una absolución a Videla por los delitos por 51
De los que se extraía la conclusión contraria a la que la Corte adoptó en este caso.
288 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 289

puede alegarse por sobre ellas la supremacía de la democracia y del con- año 1977. La mujer sostuvo que la sentencia en su contra debía ser revo-
senso social. cada, pues el delito se encontraba prescripto y el tribunal había dejado ar-
Finalmente, Maqueda también consideró que, como Videla nunca ha- bitrariamente de lado ese dato.
bía sido investigado, indagado ni acusado por estos hechos ––que ni siquie- La Corte no hizo lugar al recurso. (Voto de los jueces Belluscio, Fayt, Bog-
ra eran conocidos en la época del Juicio a las Juntas–– no podía aplicársele giano, Zaffaroni, Vázquez, Petracchi y Maqueda.) Los jueces Belluscio, Fayt,
la garantía de cosa juzgada. Coincidiendo con Petracchi en cuanto a la re- Boggiano y Zaffaroni decidieron que era improcedente. Vázquez estimó
levancia del precedente “Barrios Altos”, este juez concluyó que una inter- que la sentencia no había sido arbitraria. Petracchi y Maqueda considera-
pretación extensiva de la cosa juzgada podría comprometer el derecho de ron que la recurrente no demostró por qué era incorrecto aplicar las re-
las víctimas de este caso a obtener una protección judicial efectiva. Además, glas del delito permanente a la sustracción y retención de niños. Estas nor-
recordó que la Convención Interamericana de Desaparición Forzada de mas, que caracterizan a los delitos contra la libertad, determinaban que la
Personas ––que cuenta con jerarquía constitucional––, la Convención sobre ofensa seguía cometiéndose hasta tanto no se restituyera la identidad del
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa niño apropiado. Sólo a partir de que éste fuera devuelto a su familia de
Humanidad y el Estatuto de Roma ––que fueron aprobados por ley y que a origen, comenzaría a computarse la prescripción de la acción penal.
la fecha del fallo se encontraban pendientes de reconocimiento de jerar- Además, estos jueces resolvieron que era irrelevante que el niño hubie-
quía constitucional–– obligaban al Estado argentino a enjuiciar y sancionar ra consentido esa apropiación, pues su actitud estaba viciada por la situa-
a los responsables de esta clase de violaciones a los derechos humanos. ción en la que había sido colocado. De alguna manera, este voto podría en-
tenderse como una contradicción del juez Petracchi con su posición en
3.7.3. Delitos permanentes, y ley penal más benigna “Vázquez Ferrá”. Allí, el magistrado había rechazado el argumento del Pro-
curador General que afirmaba que la oposición de Evelyn a realizarse el
Hasta 1994, el delito de sustracción y retención de menores de 10 años examen de sangre era producto de la crianza recibida de sus apropiado-
de edad estuvo sancionado con una pena de 3 a 10 años de prisión o reclu- res, y que, por lo tanto, permitir esa negativa era convalidar una situación
sión. A partir de entonces, luego de que la CIDH recomendara aumentar resultante de este grave delito.
las penas para este tipo de delitos,52 se dictó la ley 24.410,53 que agravó el Como en este caso la Corte sólo debía resolver si la sentencia era arbi-
monto a un mínimo de 5 y un máximo de 15 años de prisión o reclusión. traria, no le correspondía definir si estos delitos eran imprescriptibles de
De este modo, se planteó recurrentemente la cuestión de qué ley de- acuerdo con el derecho penal internacional.
bía aplicarse para juzgar, y eventualmente condenar, a quienes eran inves-
tigados por estos hechos. En los casos que se analizan a continuación, la Con mayoría para delito permanente y sin mayoría para la ley penal más benigna:
Corte debió resolver si estos delitos son permanentes ––es decir, que sólo Casos “Jofré” 55 y “Gómez” 56
cesan de cometerse cuando se rectifica la situación antijurídica, lo que ini-
cide en la prescripción de la acción–– y si utilizar la ley que prevé penas En “Jofré” y en “Gómez”, donde se juzgaba la retención y apropiación
más altas viola el principio constitucional de la ley penal más benigna y de indebida de hijos de desaparecidos, la Corte Suprema debió resolver si éste
prohibición de aplicación retroactiva de leyes. era un delito de carácter permanente pero, además, si la aplicación de la
mencionada ley 24.41057 violaba o no el principio de ley penal más benigna.
La apropiación de niños como delito permanente: Caso “Mastranicola” 54 Sin embargo, el Máximo Tribunal sólo logró mayorías para resolver de-
finitivamente la primera cuestión y no la segunda.
En este caso, una mujer había sido condenada por ocultar, retener e
inscribir como propio al hijo de una pareja desaparecida en La Plata en el
55
CSJN, “Jofré, Teodora s/ denuncia”, sentencia del 24/8/2004.
CIDH, Informe 1997-1998.
52 56
CSJN, “Gómez, Francisco s/ denuncia”, sentencia del 24/8/2004.
53
Ley 24.410, publicada en el Boletín Oficial el 2/1/1995. 57
La ley, que agravaba las penas para la apropiación de niños, había sido sancionada
54
CSJN, “Mastranicola, Teresa, s/ restricción de un menor de diez años de edad sustraí- con posterioridad a la comisión del delito, pero el delito había continuado cometiéndose
do del poder de sus padres”, sentencia del 16/3/2004. sin ser castigado luego de esta sanción.
290 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 291

Los jueces Petracchi y Maqueda mantuvieron su posición relativa al ca- Si se tenía en cuenta la pena correspondiente al delito de homicidio, ha-
rácter de delito permanente, a la que se sumaron Fayt, Boggiano, Zaffaro- bía que concluir que la acción estaba prescripta. De manera que la Corte
ni, Belluscio y Vázquez. La jueza Highton no se expidió sobre este punto debía resolver qué valor le daba al derecho penal internacional, que esta-
porque consideró que el recurso era inadmisible por cuestiones formales. blece que los crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad no tienen un
En cuanto a la aplicación de la ley 24.410, Petracchi, Maqueda, Fayt y límite temporal para ser juzgados y castigados: es decir, son imprescriptibles.
Boggiano estimaron que no violaba el principio constitucional de ley pe- Por mayoría, el Máximo Tribunal resolvió que lo eran. (Voto de los jueces
nal más benigna, porque estos delitos se continúan ejecutando hasta que Nazareno, Moliné O ’Connor, Boggiano, López, Fayt y Bossert. En disidencia Be-
la identidad de los niños es recuperada y como durante ese tiempo comen- lluscio, Levene (h.) y Petracchi.) El fundamento fue que esta calificación no
zó a regir la nueva ley y los apropiadores decidieron mantenerse en esta- depende del derecho interno de cada Estado, sino de los principios inde-
do de ilicitud, correspondía aplicar la sanción penal más gravosa. Estos rogables y obligatorios del Derecho Internacional que la Constitución Na-
jueces afirmaron que esta solución era además la única respetuosa del cional recepta directamente en su artículo 118.59 Para estos jueces, ello no
principio de culpabilidad y de igualdad, ya que no se podría aplicar a es- implicaba violar el principio constitucional de legalidad penal ––que re-
tas personas la misma pena menor que les corresponde a quienes cesaron quiere que las consecuencias penales de los actos estén previstas y descrip-
de cometer el delito. tas en una ley con anterioridad a su comisión y castigo–– porque lo que
Los jueces Zaffaroni, Belluscio y Vázquez votaron en disidencia al res- debía decidirse aquí no era si Priebke podía ser juzgado en la Argentina,
pecto. Sostuvieron que estos delitos permanentes estaban castigados por sino si podía ser extraditado, es decir, expulsado del territorio nacional a
dos leyes sucesivas en el tiempo: el primer tramo estaba regido por la ley fin de ser juzgado en el extranjero.
11.179 (la que establecía una pena menor) y el segundo por la ley 24.410, Los jueces que votaron en disidencia sostuvieron que el derecho inter-
que la agravó. Así, argumentaron que como se trataba de una sola conduc- nacional no era aplicable. El fundamento de su oposición fue que allí no
ta, si se aplicara la segunda ley se estaría sancionando retroactivamente la se establecía la pena correspondiente y que el derecho argentino no de-
primera etapa de ejecución y, en consecuencia, se violaría el principio terminaba expresamente que los delitos en cuestión fueran imprescripti-
constitucional de prohibición de aplicación retroactiva de la ley penal. bles, con lo que no satisfacía el principio constitucional de legalidad. Es-
Como la jueza Highton de Nolasco tampoco se pronunció porque ha- tos jueces remarcaron que el carácter de aberrante de los delitos imputados
bía rechazado el recurso, no existe hasta el momento mayoría en la Cor- a Priebke no justificaba soslayar el respeto a este principio constitucional.
te Suprema sobre este punto.
3.8.2. La asociación ilícita para cometer crímenes de lesa humanidad
3.8. Los delitos contra la humanidad no prescriben no prescribe: Caso “Arancibia Clavel” 60

3.8.1. El antecedente: Caso “Priebke” 58 Durante 1974 y 1978, Enrique Arancibia Clavel fue funcionario de la
Dirección de Inteligencia Nacional de Chile (DINA), una organización que
El caso “Priebke” (1995) marca un hito porque, por primera vez, la se dedicaba a perseguir opositores políticos al régimen de Augusto Pino-
Corte Suprema reconoció el carácter de lesa humanidad de los delitos co- chet en nuestro país. En el marco de estas actividades, se le imputó el ho-
metidos por el régimen nazi y, por lo tanto, su imprescriptibilidad. micidio de Santiago Prats y Sofía Cuthbert en la Argentina, así como parti-
Erich Priebke, un criminal de guerra nazi que residía en la Argentina,
había sido requerido por la justicia de Italia por su responsabilidad en la 59
En su art. 118, la CN establece que: “Todos los juicios criminales ordinarios, que no
muerte de 330 ciudadanos de ese país. Para que la extradición procedie- se deriven del derecho de acusación concedido a la Cámara de Diputados, se terminarán
ra, era necesario demostrar que estos hechos constituían delitos en la Ar- por jurados, luego de que se establezca en la República esta institución. La actuación de es-
gentina y que no habían prescripto. tos juicios se harán en la misma provincia donde se hubiere cometido el delito; pero cuan-
do éste se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el derecho de gentes, el Congre-
so determinará por una ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio”.
60
CSJN, “Arancibia Clavel, Enrique Lautaro s/ homicidio calificado y asociación ilícita
58
“CSJN, “Priebke, Erich s/ solicitud de extradición”, sentencia del 2/11/1995. y otros”, sentencia del 24/8/2004.
292 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 293

cipación en la tortura y el homicidio de oponentes políticos y posterior sus- Fundaron la obligación de resolver la cuestión de la imprescriptibili-
tracción de sus identificaciones para reutilizarlas. El Tribunal Oral Federal dad en que se hallaba comprometida la responsabilidad internacional del
que lo juzgó en la Argentina lo condenó a la pena de reclusión perpetua. Estado argentino. En este punto, el juez Maqueda invocó como preceden-
Arancibia apeló esta sentencia tanto por su declaración de responsa- te decisivo la sentencia “Bulacio” de la Corte IDH (véase “Particularidades
bilidad en la muerte del matrimonio Prats como por su participación en de los votos”).
la asociación ilícita dedicada a cometer los delitos mencionados. En lo que Luego resolvieron en función del derecho internacional de los dere-
aquí interesa, la Cámara Nacional de Casación Penal revocó la condena chos humanos, que la participación de Arancibia Clavel en esta asocia-
por su participación en la asociación ilícita. El fundamento fue que este ción ilícita constituía un delito de lesa humanidad, y que, por lo tanto,
delito no era de lesa humanidad y que se encontraba prescripto. era imprescriptible. Basaron su criterio en el derecho convencional ––es
El Estado chileno, querellante en la causa,61 llevó el caso a la Corte Su- decir, en los tratados y la norma escrita––, pero también en el derecho
prema argumentando que el tribunal de Casación no había aplicado co- consuetudinario ––que implica que pese a no haber normas escritas, los
rrectamente la ley penal y que el delito no estaba prescripto. Estados aceptan como obligatoria la prohibición de una conducta o la
Por unanimidad, la Corte consideró que por razones formales no po- obligación de realizarla––63 receptado por el artículo 118 de la Constitu-
día revisar la manera en que Casación había aplicado la ley penal. Sin em- ción Nacional.
bargo, resolvió que sí debía analizar “de oficio” ––es decir, por su propia Finalmente, los jueces decidieron que sancionar a Arancibia por este
iniciativa–– si el delito estaba prescripto o no, porque se trataba de una delito no violaba el principio constitucional de irretroactividad de la ley
cuestión de orden público. En este sentido, resolvió que según el derecho penal.
internacional de los derechos humanos, la participación en una asocia-
ción ilícita destinada a cometer delitos de lesa humanidad también cons- Particularidades de los votos
tituía un delito de lesa humanidad y que, por lo tanto, el delito no había
prescripto. (Voto de los jueces Zaffaroni, Highton de Nolasco, Petracchi, Boggia- Highton de Nolasco y Zaffaroni (voto de la mayoría)
no, Maqueda. En disidencia Fayt, Vázquez y Belluscio.)
Los jueces que votaron en disidencia sostuvieron que debía declarar- Los jueces Highton de Nolasco y Zaffaroni, que votaron juntos en es-
se la prescripción del delito porque, de lo contrario, se violaría el princi- ta causa, resumen gran parte de los argumentos de la mayoría. Describi-
pio constitucional de legalidad, que prohíbe aplicar en forma retroactiva remos aquí los fundamentos de este voto junto con las coincidencias ge-
una ley más gravosa dictada con posterioridad a la comisión del delito. nerales de los demás jueces. Luego se destacarán algunas particularidades
diferenciales de otros votos.
Los fundamentos de la mayoría La Corte está obligada a tratar el carácter de lesa humanidad y la im-
prescriptibilidad del delito, porque el caso compromete la responsabili-
Zaffaroni, Highton de Nolasco, Petracchi, Boggiano y Maqueda con- dad internacional del Estado argentino. Coincidieron Petracchi, Boggiano,
cordaron en tres puntos centrales: a) que la Corte debía tratar la cuestión
de la imprescriptibilidad que el Estado chileno había obviado en su recur-
so; b) que los delitos cometidos por Arancibia eran de lesa humanidad e
63
Las fuentes normativas invocadas por los distintos jueces de la mayoría para este cri-
terio fueron: la Convención para la Prevención y Sanción de los Crímenes de Genocidio, la
imprescriptibles según el derecho internacional de los derechos huma- Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la Convención sobre
nos;62 c) que era posible juzgarlos y castigarlos sin violar el principio de Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad (apro-
irretroactividad de la ley penal. bada por la ley 24.584 y el Estatuto de la Corte Penal Internacional), la Convención contra
la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, la Convención Ameri-
cana de Derechos Humanos, el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, el Estatuto de Roma,
61
Los abogados Alejandro Carrió y Hernán Gullco ––presidente y director del Área de el Estatuto del Tribunal de Nuremberg, la Declaración Universal de Derechos Humanos de
Litigio de la ADC respectivamente–– patrocinaron como abogados particulares al Estado chi- 1948, los fallos “Velásquez Rodríguez” y “Barrios Altos” de la Corte IDH, y la Jurispruden-
leno en su querella contra Arancibia Clavel y llevaron el caso a la Corte. cia del Tribunal Criminal Internacional para los crímenes de Ruanda. El juez Maqueda des-
62
Aunque vota en disidencia, el juez Vázquez también acuerda con la mayoría en estos tacó que estos documentos reflejaban que el concepto es parte del derecho consuetudina-
dos primeros puntos. rio internacional.
294 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 295

Vázquez y Maqueda, quien además invocó como precedente para fundamentar esta Afirma que el artículo 18 de la Constitución, que protege el principio
responsabilidad la sentencia “Bulacio” de la Corte IDH. de legalidad, no puede colisionar con el castigo de estos delitos, ya que tie-
La participación en una asociación ilícita como la DINA es un delito ne la misma jerarquía que el artículo 118, que castiga los delitos de lesa
contra la humanidad, porque al ser un acto preparatorio de delitos de le- humanidad conforme los principios del derecho internacional.
sa humanidad tiene la misma naturaleza. Coincidieron Petracchi y Vázquez. Remarca el compromiso de la Corte de evitar la impunidad de actos
Estas actividades están penadas por el Estatuto de Roma, que define y cas- de barbarie, tal como lo hiciera al no convalidar la ley de autoamnistía que
tiga los delitos de lesa humanidad (coincidieron Petracchi y Maqueda), por la dictaron los militares de la última dictadura.
Convención para la Prevención y Sanción de los Crímenes de Genocidio y
por la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas. Maqueda (voto de la mayoría)
La ratificación de la Convención sobre Imprescriptibilidad por parte
del Estado argentino implica la reafirmación de ese principio. Coincidieron Considera que se trata de delitos de lesa humanidad y, al fundamento
Boggiano y Maqueda. normativo ya expuesto, agrega la Convención contra el Genocidio, la Con-
No se viola el principio constitucional de legalidad y prohibición de vención contra la Tortura, la Convención Interamericana sobre Desapari-
aplicación retroactiva de la ley porque, luego de la Segunda Guerra Mun- ción Forzada de Personas y la jurisprudencia del Tribunal Criminal Inter-
dial, fue costumbre internacional (Ius Cogens) que los delitos de lesa hu- nacional para los crímenes de Ruanda. Expresa que estos documentos
manidad son imprescriptibles. La ratificación de la Convención sobre Im- reflejan que el concepto surge del derecho consuetudinario.
prescriptibilidad por parte del Estado argentino implica la reafirmación Remarca que el Pacto de Derechos Civiles y Políticos expresamente ex-
de ese principio. Coincidieron Boggiano y Maqueda. cluye el principio de irretroactividad de la ley penal cuando se trata de crí-
Los delitos de lesa humanidad atentan contra el derecho de gentes menes contra la humanidad. Sin embargo, este juez no hace referencia a
protegido por el artículo 118 de la Constitución Nacional. En consecuen- que al aprobar este pacto el Estado argentino efectuó una reserva sobre
cia, cuando Arancibia cometió estos hechos, ya eran imprescriptibles. Coin- esta exclusión, en el sentido de que debía respetarse el principio de lega-
cidieron Boggiano y Maqueda. lidad en materia penal que asegura la Constitución.
En el fallo “Priebke”, la Corte Suprema estableció la primacía de los Cita su voto en “Hagelin” y “Videla” en cuanto al respeto que merecen
pactos internacionales sobre el derecho interno en cuanto a la definición las sentencias de la Corte IDH. Afirma que negarse a perseguir los delitos
de plazos de prescripción de los delitos de lesa humanidad. Coincidió Bog- de lesa humanidad es violatorio de las obligaciones internacionales asumi-
giano agregando que está en juego la responsabilidad internacional del Es- das por el Estado y que sería “desventurado” que la Corte se apartara de
tado. Coincidió Petracchi y explicó que cambió su posición ––había disenti- la tradición jurídica de castigar estos crímenes irrestrictamente y en for-
do con este criterio en “Priebke”–– a raíz de la jurisprudencia de la Corte ma inequívoca que se sigue desde la Segunda Guerra Mundial.
IDH en “Velásquez Rodríguez” y “Barrios Altos”. Coincidió Maqueda y argu- Señala, además, que evitar el castigo violaría el derecho de las víctimas
mentó que hacer prescribir estos delitos sería una manera de evadir las a la protección judicial y supondría ofrecer una licencia para crímenes aná-
obligaciones internacionales. logos en el futuro. Se remite para ello a la jurisprudencia internacional,
En conclusión, las normas de prescripción de la acción penal han que- en particular el mencionado fallo “Barrios Altos” de la Corte IDH.
dado desplazadas por el derecho internacional consuetudinario y por la Concluye que por el derecho consuetudinario recogido en el artículo
Convención sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los 118 de la Constitución Nacional, y por el resto de la normativa contempla-
Crímenes de Lesa Humanidad. Coincidió Petracchi. da, el carácter de lesa humanidad de un delito está necesariamente unido
al de imprescriptible.
Boggiano (voto de la mayoría)
Los fundamentos de la minoría
Además del Estatuto de Roma, invoca el Estatuto del Tribunal de Nu-
remberg, al que se remite la Convención sobre Imprescriptibilidad de los Los jueces Belluscio y Fayt estimaron que la Corte no estaba habilita-
Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad. da para tratar la cuestión de la imprescriptibilidad, porque aquélla no se
296 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 297

había planteado en el recurso que presentó el Estado chileno y, por lo tan- de que pudiera avanzar una causa contra dos ex militares de la dictadura
to, se vulneraría el derecho de defensa del imputado. (Como ha sido di- en la que este organismo se presentaba como querellante.65 El juez a car-
cho, aunque votó en disidencia, Vázquez no concordó en este aspecto.) go, Gabriel Cavallo, estimó que las leyes eran incompatibles con la CADH,
En cuanto al carácter de los delitos cometidos por Arancibia, se refi- con la Declaración Americana de Derechos Humanos, con el Pacto Inter-
rieron a ellos como aberrantes, pero consideraron que según la ley argen- nacional de Derechos Civiles y Políticos y con el objeto y fin de la Conven-
tina estaban prescriptos y que el derecho internacional de los derechos ción contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degra-
humanos no permitía soslayar la prohibición constitucional de aplicar en dantes. En consecuencia, determinó su inconstitucionalidad y nulidad
forma retroactiva una ley posterior más gravosa y de que al momento de insanable y citó a prestar declaración indagatoria a los imputados en la
los hechos imputados a Arancibia no existía una ley escrita que establecie- causa: Julio Héctor Simón y Juan Antonio del Cerro, hasta entonces pro-
ra su imprescriptibilidad. Asimismo, concordaron en que el derecho con- tegidos por la mencionada legislación.
suetudinario no puede crear derecho penal porque la Constitución requie- El caso tuvo un enorme valor, ya que impulsó la reapertura de causas
re que los delitos y las penas sean establecidos por ley escrita. en todo el país y constituyó un antecedente importante para el Poder Le-
En referencia a la aplicación retroactiva de la Convención sobre Im- gislativo, cuando en 2003 anuló las leyes de PF y OD, tal como se describi-
prescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y Crímenes de Lesa Humani- rá más adelante.
dad para juzgar estos delitos, estimaron que no correspondía porque la
Convención no es clara en cuanto a si se aplica a delitos cuyo plazo de pres-
La Corte evita una definición: Caso “Del Cerro” 66
cripción transcurrió con anterioridad a su puesta en vigencia y que, como
es imprecisa en este aspecto, debe prevalecer el principio de legalidad64
Este caso finalmente llegó a la Corte Suprema en 2003. La Cámara Fe-
que impide aplicarla retroactivamente. El fundamento de privilegiar la
deral había ratificado aquel fallo de primera instancia y se aguardaba con
norma constitucional sobre la internacional está dado en el artículo 27 de
expectativa la decisión de la Corte acerca de dos normas tan controverti-
la Constitución Nacional, que establece que los pactos internacionales só-
das y decisivas en cuanto al mandato de juzgar y castigar los delitos come-
lo serán aplicables en la medida en que respeten los principios de dere-
tidos por la dictadura militar.
cho público establecidos por ella.
Los jueces Fayt, Petracchi, López y Vázquez resolvieron que la Cáma-
La posición de Fayt puede ser interpretada como contradictoria con
ra Nacional de Casación Penal debía pronunciarse primero sobre el tema,
la que tuvo en “Hagelin”, donde había sostenido que investigar y sancio-
antes de que el Máximo Tribunal pudiera hacerlo.
nar a los culpables de las violaciones cometidas durante la última dictadu-
El juez Boggiano se sumó a este criterio, aclarando que como ésa era
ra militar es un deber propio del Estado argentino y que el derecho a la
la línea adoptada por sus pares, votaba igual que ellos para alcanzar una
protección judicial de los familiares de las víctimas se viola cuando el Es-
mayoría y evitar una demora en el juzgamiento de este caso, que podría
tado no investiga ni sanciona penalmente.
hacer incurrir al Estado argentino en responsabilidad internacional o mo-
tivar que el Tribunal Penal Internacional pretendiera juzgarlo.
3.9. La remoción de obstáculos legales para el juicio y castigo De esta forma, la decisión jurídica acerca de la validez de las leyes de
PF y OD se encuentra desde entonces a cargo de la Cámara Nacional de
3.9.1. Leyes de Punto Final y Obediencia Debida Casación Penal.

Inconstitucionalidad de las leyes: fallo del juez Cavallo

En marzo de 2001, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) pi-


dió que se declarara la inconstitucionalidad de las leyes de PF y OD, a fin 65
Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4, “Simón, Julio y del Ce-
rro, Juan Antonio s/ sustracción de menores”.
66
CSJN, “Simón, Julio y del Cerro, Juan Antonio s/ sustracción de menores”, sentencia
64
Art. 18 de la Constitución Nacional. del 30/9/2003.
298 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 299

Derogación y anulación de las leyes por el Congreso OD, ocasionaron la reapertura de una gran cantidad de causas que se en-
contraban inmovilizadas desde hacía varios años.
En 1998, las leyes de PF y OD fueron derogadas por la ley 24.952.67 Más Así, procesos de importancia como “Suárez Mason”, “ESMA” y “Camps”,
allá de su alto valor político, esta medida no tuvo ningún efecto práctico, sin avances posibles desde 1987, volvieron a sortearse para ser investiga-
ya que al regir para el futuro, no eliminaba los obstáculos legales creados dos por la justicia en 2003 y 2004.
por las leyes para juzgar y castigar los hechos del pasado. También se reabrieron, entre otros, el caso “Margarita Belén”, que inves-
Así, numerosas agrupaciones de derechos humanos impulsaron el dic- tigaba la desaparición de 15 personas en el Chaco y culminó con la deten-
tado de una ley que, en vez de derogar, anulara las leyes en cuestión, qui- ción de 14 militares y 38 policías en febrero de 2003; el caso “Brandalisis”,
tándoles de esta manera todo efecto jurídico. Ello ocurrió en agosto de donde se procesó y dictó prisión preventiva al ex general Luciano Benjamín
2003, cuando el Poder Legislativo sancionó la ley 25.77968 que declaró la Menéndez y a otros ocho militares por el secuestro, tortura, muerte y desa-
nulidad insanable de las leyes de PF y OD. parición de tres personas en 1977; la causa “Scagliusi” ––comúnmente co-
En los debates previos, los legisladores sostuvieron que su dictado y nocida como “Contraofensiva” o “Batallón 601”–– avanzó significativamen-
posterior convalidación por la Corte Suprema habían sido contrarios al te y logró un fallo de Cámara dictando la prisión del ex comandante Galtieri
derecho de gentes reconocido en el artículo 118 de la Constitución Na- y más de veinte ex militares por la desaparición de un grupo de jóvenes de
cional y al derecho internacional de los derechos humanos.69 la agrupación Montoneros en 1980. Asimismo, pudo iniciarse un proceso
De esta forma, decidieron que debían ser privadas de efectos jurídicos, contra el sacerdote Christian von Wernich, un estrecho colaborador del ré-
en tanto impedían investigar y sancionar a los autores de delitos de lesa gimen militar que, a raíz de las revelaciones obtenidas en los Juicios por la
humanidad. Además, determinaron que la constitucionalidad de la ley de Verdad de La Plata, fue arrestado e imputado penalmente como partícipe
OD dictada por la Corte en el año 1988 en las causas “Camps” y “ESMA” primario en varios homicidios y como cómplice de torturas, privación ilegal
no debía acatarse ya que posteriormente, en 1992, había reconocido la pri- de la libertad, sustracción de niños y supresión de su estado civil.
macía del derecho internacional de los derechos humanos por sobre el Las vías restablecidas para el reclamo judicial significaron volver a juz-
derecho interno en “Ekmedjian c/ Sofovich”70 y “Giroldi”,71 y en 1995 en gar penalmente a los altos mandos de la última dictadura militar, y a la vez,
el caso “Priebke”72 había reconocido la vigencia en la materia de los prin- hacerlo por primera vez con los ejecutores directos de las violaciones a los
cipios del derecho internacional de los derechos humanos. derechos humanos, que habían eludido el proceso penal en virtud de las
Por todo ello, consideraron que la legislación debía revertir la situa- conocidas leyes.
ción y quitarles efectos jurídicos a las leyes y a los actos procesales segui- Ello representa un gran avance en materia de cumplimiento de están-
dos en su consecuencia, con el fin de no incurrir en responsabilidad in- dares de derechos humanos, y a la vez, la conformación de una masa crí-
ternacional. tica de situaciones cuya definición judicial dependerá del fallo que dicte
la Corte Suprema resolviendo la validez de las leyes de PF y OD, de la ley
3.9.2. Reapertura de causas que las anuló y del carácter de imprescriptible de los delitos cometidos.
De este fallo dependerá directamente la posibilidad de ver satisfecho el
Esta reforma legislativa, más los fallos que siguieron la línea sentada
deber de juzgar y castigar que tiene el Estado y los compromisos asumidos
por el juez Cavallo ratificando la inconstitucionalidad de las leyes de PF y
por éste ante el mundo en materia de derechos humanos.

Ley 24.952, sancionada el 25/3/1998, promulgada el 15/4/1998 y publicada el


67
La reapertura de causas en la Corte: Caso “Hagelin” 73
17/4/1998.
68
Ley 25.779, sancionada el 21/8/2003 y publicada el 2/9/2003.
69
Compuesto por la Convención Americana de Derechos Humanos, el Pacto Interna- La joven sueca Dagmar Hagelin había sido secuestrada en la Argenti-
cional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Pe- na el 27 de enero de 1977. Fue trasladada al centro clandestino de deten-
nas Crueles, Inhumanos o Degradantes. ción de la ESMA y permanece desaparecida hasta la fecha.
70
CSJN, “Ekmedjian, Miguel Ángel c/ Sofovich, Gerardo y otros”, sentencia del 7/7/1992.
71
CSJN, “Giroldi, Horacio David y otro s/ recurso de casación”, sentencia del 7/4/1995.
72
CSJN, “Priebke, Erich s/ extradición”, sentencia del 2/11/1995. 73
CSJN, “Hagelin, Ragnar Erland s/ recurso art. 445 bis C.J.M.”, sentencia del 8/9/2003.
300 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 301

Los ex comandantes Jorge R. Videla y Emilio Massera fueron conde- que la renuncia a efectuar acciones civiles importa la renuncia a ejercer la
nados por el hecho en la llamada “Causa 13”. Luego se inició una investi- acción penal. Además señaló que su pedido se encontraba sustancialmen-
gación penal para identificar a los ejecutores directos de la muerte de Dag- te satisfecho, porque con la tramitación de la causa “ESMA”, en la que el
mar, que sin embargo debió ser clausurada por las leyes de PF y OD y por Estado argentino intentaba identificar a los responsables de la muerte de
la prescripción de la acción penal respecto de Alfredo Astiz, confirmada su hija, se garantizaba su derecho a saber la verdad de lo ocurrido.
por la Corte Suprema en 1988.74 En tanto, quienes habían sido condena- El caso llegó ante la Corte Suprema, que debió decidir si, pese a haber
dos efectivamente fueron beneficiados por el indulto. firmado un convenio económico con el Estado argentino, Hagelin tenía
Ragnar Hagelin, padre de Dagmar, inició una acción civil contra el Es- derecho a solicitar la reapertura de la causa penal y a pedir la nulidad de
tado y obtuvo una sentencia favorable en 1992. Sin embargo, no pudo per- las leyes y decretos mencionados.
cibir la indemnización porque en 1993 la Corte dispuso la aplicación de La postura de Casación implicaba negar que el Estado tuviera el deber
la Ley de Consolidación de la Deuda Pública, que establecía el pago en bo- de investigar y sancionar a los culpables de la desaparición de Dagmar Ha-
nos públicos en vez de dinero en efectivo. Hagelin recurrió entonces an- gelin porque ya había indemnizado a su padre. De este modo, el caso im-
te la CIDH para denunciar al Estado argentino por violación de la protec- puso a la Corte pronunciarse sobre los distintos deberes ––investigar, san-
ción judicial. cionar e indemnizar–– que según el derecho internacional tiene el Estado
Su denuncia fue declarada admisible y, finalmente, en el año 2000, se respecto de las víctimas de violaciones a los derechos humanos.
llegó a un acuerdo económico con el Estado argentino, resultado de la so- El Máximo Tribunal revocó la sentencia de Cámara y obligó a la Sala IV
lución amistosa del caso presentado ante la CIDH. En este acuerdo, el Es- a resolver sobre los pedidos de investigación y sanción efectuados por Hage-
tado se comprometió a abonar en efectivo la indemnización y Hagelin re- lin. (Voto de los jueces Belluscio, Moliné O ’Connor, Fayt, Petracchi, López, Boggia-
nunció a realizar otro reclamo judicial, administrativo o internacional “por no y Maqueda. Disidencia de Vázquez.)
cualquier concepto con motivo u ocasión de los mismos hechos”. Los miembros de la Corte llegaron a este resultado por diferentes fun-
Por otra parte, en 1995 ––con base en el informe 28/92 de la CIDH–– damentos. Belluscio y Moliné O’Connor aplicaron la doctrina sentada en
Hagelin demandó la reapertura de la causa penal por la desaparición de “Riveros” y concluyeron que como en estos procesos los familiares de las víc-
Dagmar. Solicitó que se investigara lo sucedido, que se determinara su des- timas no son querellantes ni impulsan la acción, no pueden renunciar a
tino, la ubicación de sus restos y la identidad de los responsables de su muer- ejercerla. Así, estimaron irrelevante que el padre de Dagmar hubiera firma-
te y desaparición. Reclamó también el castigo a los culpables, por lo que re- do un convenio económico con el Estado. Fayt coincidió con este argumen-
quirió la nulidad de las leyes de PF y OD y de los decretos de indulto. to y agregó que investigar y sancionar a los culpables es un deber propio del
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas rechazó su pedido. Con- Estado argentino. Por lo tanto, resolvió que el derecho a la protección judi-
sideraron que ya existía una sentencia judicial firme con autoridad de co- cial de los familiares de las víctimas se viola cuando el Estado no investiga
sa juzgada y que ellos no tenían competencia para resolver los planteos de ni sanciona, y no cuando se los excluye de participar en el proceso penal.
nulidad. Hagelin recurrió la decisión y, en 1997, la Corte Suprema resol- Petracchi, López, Boggiano y Maqueda consideraron que el fallo de
vió que la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal debía evaluar Cámara había ignorado que, en casos como el de Dagmar Hagelin, el de-
la apelación.75 recho internacional de los derechos humanos impone al Estado tres obli-
La Sala hizo lugar a un planteo del vicealmirante (RE) Luis Mendía y gaciones independientes entre sí: indemnizar a los familiares, identificar
resolvió que, como Hagelin había firmado un convenio económico con el a los autores de la desaparición y muerte, y sancionarlos penalmente. Da-
Estado argentino, había renunciado a la acción penal y carecía de legiti- da esta independencia, afirmaron que era erróneo pretender que el con-
mación para solicitar la nulidad de las leyes de PF y OD y los decretos de venio de indemnización firmado con el Estado argentino implicara la ex-
indulto. El tribunal se basó en una norma del Código Civil que establece tinción de los otros dos deberes.76
76
Remarcaron que estas obligaciones surgen de la CADH, y que el Estado argentino las
74
CSJN, “Hagelin, Ragnar s/ denuncia v. Tte. de Navío Alfredo Ignacio Astiz”, senten- asumió ante la comunidad internacional como un deber propio, es decir, aun cuando los fa-
cia del 25/2/88. miliares de las víctimas las soliciten. También coincidieron en interpretar que la CADH reco-
75
CSJN, “Hagelin, Ragnar s/ recurso de queja”, sentencia del 6/5/1997. noce el derecho de las víctimas y de sus familiares a reclamar el castigo de los responsables.
302 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 303

En disidencia, el juez Vázquez confirmó la decisión de la Sala IV de la cisamente, por la imposibilidad de juzgar a los responsables de aquellos
Cámara Nacional de Casación Penal. Su fundamento fue que, al firmar el crímenes en la Argentina.
convenio con el Estado argentino, el señor Hagelin había renunciado a En julio de 2004, el presidente Néstor Kirchner derogó este decreto,
formular cualquier reclamo con motivo de la desaparición de su hija, lo alentando a que la justicia decidiera entonces cada pedido en particular.
que abarcaba la acción penal. Además, agregó que el Estado argentino En sus fundamentos, el gobierno consideró que la norma violaba el prin-
cumplía con sus obligaciones mediante la reapertura de la causa “ESMA”, cipio de igualdad ante la ley, pues amparaba a los ex militares acusados,
en la que se satisfacía el derecho de Hagelin a conocer la verdad y tam- que estaban recibiendo de esa forma un tratamiento especial frente a la
bién su pretensión punitiva, esto es, el juicio y la condena a los responsa- ley que rige las extradiciones para todos los demás encausados en el ex-
bles directos de la desaparición de su hija. tranjero (ley 27.767).
Durante la conferencia de prensa organizada para anunciar la deroga-
3.9.3. Juicios en el exterior ción, el entonces ministro de Justicia del gabinete de Kirchner, Gustavo
Béliz, explicó que “todo esto se tendrá que ir dilucidando caso por caso y
Ante la imposibilidad de obtener justicia en virtud de las leyes de PF y pasará lo que pasa en todo país civilizado, que la Justicia actúe sin interfe-
OD y la falta de resultados concretos de las denuncias en organismos in- rencia del Poder Ejecutivo”.
ternacionales de derechos humanos, los familiares de las víctimas comen-
zaron a explorar otras estrategias jurídicas. Casos
Así, empezaron a realizarse juicios en el exterior contra los responsa-
bles de violaciones a los derechos humanos de ciudadanos españoles, ale- Durante 2003-2004, la Corte debió resolver dos planteos de ex milita-
manes, suizos y estadounidenses en la Argentina.77 En su mayoría, estos jui- res que enfrentaban procesos de extradición para ser juzgados en España
cios fueron llevados en ausencia de los acusados, por lo que se libraron y Francia por su presunta responsabilidad en violaciones a los derechos hu-
pedidos de extradición para asegurar su comparecencia a juicio o bien pa- manos de ciudadanos de esos países durante la última dictadura militar.
ra cumplir la pena impuesta. Este último fue el caso de Alfredo Astiz, con-
denado a prisión perpetua en ausencia en Francia, y de Guillermo Suárez Validez de los juicios en el exterior: Caso “Astiz” 78
Mason y Santiago Omar Riveros, sentenciados de la misma forma en Italia.
El Estado francés reclamaba la extradición del ex teniente de navío Al-
Derogación del decreto 1581/01 fredo Astiz, para que cumpliera la condena a prisión perpetua dictada en
ausencia por su responsabilidad en la privación de la libertad y torturas de
En diciembre de 2001, días antes de abandonar el poder, el entonces las religiosas francesas Léonie Duquet y Alice Domon en 1977. En este ca-
presidente Fernando de la Rúa firmó el decreto 1581/01, por el que ase- so, la Corte Suprema debía resolver, como primera cuestión, si las leyes de
guró a los militares que comenzaban a ser procesados por tribunales ex- PF y OD constituían un obstáculo para juzgar a Astiz en la Argentina, ya
tranjeros que no serían extraditados. que si lo eran procedía la extradición. En diciembre de 2003, la Corte di-
El texto excluía esta decisión del ámbito de la justicia, permitiendo al firió la resolución de este pedido basándose en un argumento procesal.
Poder Ejecutivo rechazar de plano cualquier pedido de extradición sin dar (Voto de los jueces Fayt, Belluscio, Vázquez, Boggiano, Petracchi, Zaffaroni y Ma-
intervención a los jueces. queda. El tribunal se encontraba en pleno recambio de composición ante la renun-
La medida se fundamentó en el principio de “territorialidad”, que im- cia de López y la destitución de Moliné O ’Connor.)
plica que los delitos deben ser juzgados en el lugar donde se cometieron. A pesar de que no se decidió sobre el fondo del asunto, debe destacar-
La paradoja residía en que las causas en el exterior se habían abierto, pre- se que Petracchi, Zaffaroni y Maqueda reiteraron el criterio adoptado en
“Videla”, donde señalaban que en función de la sentencia “Barrios Altos”
Para un relato completo de los juicios llevados a cabo en el exterior por violaciones
77

masivas a los DDHH durante la última dictadura militar, cfr. <http://web.amnesty.org/


library/Index/ENGAMR130182003?open&of-ENG-Arg>. 78
CSJN, “Astiz, Alfredo Ignacio s/ extradición”, sentencia del 11/12/2003.
304 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 305

de la Corte IDH, las leyes que amnistían violaciones masivas a los derechos Así, declaró la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad y
humanos son contrarias a la Convención Americana de Derechos Huma- obligó a la Cámara Nacional de Casación Penal a analizar la constitucio-
nos y, por lo tanto, inválidas. nalidad de las leyes PF y OD, de la que depende además, como también
En una posición trascendente, que ya tuvo su primera aplicación en lo reconoció el Máximo Tribunal, la validez de los juicios en el exterior.
2004, en el caso “Arancibia Clavel”, y que sin duda tendrá consecuencias Por otra parte, decidió tres casos relevantes acerca de la apropiación de
decisivas al momento de analizar la constitucionalidad de las leyes de PF niños durante la dictadura.
y OD, estos jueces manifestaron que tal invalidez asegura la posibilidad de Asimismo, a la hora de fundamentar sus votos, algunos de los jueces
juzgar a Astiz en la Argentina. de la Corte dieron opinión sobre la validez de las leyes de PF y OD. En pri-
mer lugar, Boggiano afirmó en “Videla” que la convivencia social sólo se
Derecho a ser juzgado en el país: Caso “Cavallo” 79 puede fundar si las normas morales son válidas siempre y para todos, y que
no puede alegarse por sobre ellas la supremacía de la democracia y del
El ex capitán de la Armada Ricardo Miguel Cavallo se encontraba de- consenso social.
tenido en México, a raíz de un pedido de extradición proveniente de Es- En la misma causa, Maqueda recordó el derecho de las víctimas de ese
paña para juzgarlo por los delitos de genocidio, tortura y terrorismo co- caso a obtener una protección judicial efectiva, y sostuvo que según la Con-
metidos contra tres ciudadanas españolas, desaparecidas en la ESMA vención Interamericana de Desaparición Forzada de Personas y la Conven-
durante la última dictadura militar argentina. ción sobre Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Críme-
Con el fin de evitar esta extradición, Cavallo solicitó ser juzgado en la nes de Lesa Humanidad ––ambas con jerarquía constitucional–– y el Estatuto
Argentina, donde ya se encontraba imputado por esos hechos en la causa de Roma, el Estado argentino estaba obligado a enjuiciar y sancionar a los
“ESMA”. Sin embargo, su pedido no fue tratado por cuestiones formales responsables de esta clase de violaciones a los derechos humanos.
que luego la Corte, en unanimidad, consideró erradas, por lo que remitió En “Hagelin”, Petracchi, López, Boggiano y Maqueda remarcaron que
la causa a la Cámara Nacional de Casación Penal para que resuelva esta el derecho internacional de los derechos humanos impone al Estado la
cuestión. Así, en el caso “Cavallo”, la Corte Suprema decidió que la Cáma- obligación de identificar a los autores de la desaparición y muerte, y de
ra Nacional de Casación Penal debía determinar si Ricardo Miguel Cava- sancionarlos penalmente.
llo podía ser juzgado en el país por los delitos mencionados o si lo impe- En tanto, en “Astiz”, Petracchi, Zaffaroni y Maqueda reiteraron el cri-
dían las leyes de PF y OD. (Voto de los jueces Petracchi, Belluscio, Fayt, Boggiano terio adoptado en “Videla”, donde señalaban que en función de la senten-
y Maqueda. No votaron Vázquez y Zaffaroni.) cia “Barrios Altos” de la Corte IDH, las leyes que amnistían violaciones ma-
La decisión se enrola en el criterio adoptado por la Corte Suprema en sivas a los derechos humanos son contrarias a la CADH y, por lo tanto,
esta cuestión: forzar a la Cámara Nacional de Casación Penal a decidir en inválidas.
primer término sobre la constitucionalidad de las leyes de PF y OD, el pun- Finalmente, en “Arancibia Clavel”, los jueces Zaffaroni, Highton de
to más conflictivo y apremiante en materia de derechos humanos. Nolasco, Petracchi, Boggiano y Maqueda concordaron que, en función del
derecho internacional de los derechos humanos, era posible juzgar y cas-
3.10. Comentario tigar a los responsables sin violar el principio de irretroactividad de la ley
penal. Este fundamento podría ser utilizado también para invalidar las le-
Durante 2003-2004 la Corte resolvió varios casos significativos en rela- yes de PF y OD.
ción con la obligación de juzgar y sancionar a los responsables de las vio-
laciones masivas a los derechos humanos. Y en sus fundamentos, tuvo im-
portancia decisiva el derecho internacional de los derechos humanos 4. El Estado tiene la obligación de investigar: derecho a la verdad
consuetudinario y convencional.
Debido a que las leyes de PF y OD e indultos impidieron toda investi-
gación penal ––salvo las relacionadas con la apropiación y supresión del
79
CSJN, “Cavallo, Ricardo Miguel s/ rec. de casación”, sentencia del 23/3/2004. estado civil de niños––, se produjo un efecto clausura en la averiguación
306 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 307

de la verdad real, es decir, las circunstancias que rodearon el proceso de La Corte resolvió que, como las diligencias de investigación tienen por
desaparición de personas y su destino final. finalidad comprobar la existencia de un hecho punible y descubrir a los
Las víctimas y, principalmente, sus familiares sostuvieron que, aun así, autores, no resultaba admisible realizarlas en este caso. (Voto de los jueces Na-
el Estado debía satisfacer su derecho a conocer la verdad de lo ocurrido zareno, Moliné O’Connor, Belluscio, López, y Vázquez. Disidencias de Bossert, Pe-
con ellos mismos y con sus seres queridos durante aquel período. A con- tracchi, Fayt y Boggiano.) El Máximo Tribunal estimó que tales medidas im-
tinuación se describirán los hitos más importantes en la consecución del plicarían la reapertura del proceso y el ejercicio de actividad jurisdiccional
reconocimiento judicial de este derecho. contra quienes habían sido sobreseídos definitivamente en virtud de las le-
yes de PF y OD. A la vez, sostuvo que carecería de sentido acumular prue-
4.1. La lucha por el reconocimiento del derecho a la verdad ba en este proceso penal, ya que no habría sujeto pasivo contra el cual ha-
cerla valer. Con esta decisión, la Corte desconoció la existencia del derecho
En el año 1995, Human Rights Watch y el Centro por la Justicia y el a la verdad, así como la obligación del Estado de satisfacerlo y volvió a ra-
Derecho Internacional (CEJIL), con el patrocinio, entre otros, del actual tificar la vigencia de las leyes que impedían el enjuiciamiento y castigo de
juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, se presentaron en calidad de los responsables de las violaciones masivas a los derechos humanos.
Amicus Curiae ante la Cámara Criminal y Correccional Federal por la cau- En sus disidencias, los jueces Bossert, Petracchi y Fayt se manifestaron
sa “ESMA”.80 Las organizaciones expresaron que el Informe 28/92 de la a favor del fallo de la Cámara Federal, que había avalado la petición de la
CIDH había exhortado a la Argentina a adoptar las medidas necesarias pa- demandante, y consideraron que, aunque fuera imposible perseguir pe-
ra esclarecer los hechos ocurridos durante la pasada dictadura militar, por nalmente a los responsables, la justicia debía asegurar la protección del
lo que el esclarecimiento en sí constituía una obligación emanada de un derecho a la verdad, permitiendo en este caso que Lapacó pudiera cono-
tratado internacional, que no podía ni debía confundirse con la preten- cerla. Por su parte, Boggiano, quien también votó en disidencia, sostuvo
sión de reabrir causas penales.81 La Cámara Federal hizo lugar a la presen- que Lapacó tenía el derecho constitucional de ejercer la acción de habeas
tación de aquellas instituciones e inició la averiguación de los hechos ocu- data para obtener la información en poder de las autoridades militares,
rridos en el ámbito de la ESMA. Ésta fue la primera vez que un tribunal policiales y judiciales respecto de su hija. Además, agregó que como el de-
argentino reconoció el derecho a la verdad. lito cometido contra su hija era un crimen contra la humanidad, y el Es-
La cuestión llegó a estudio de la Corte en 1998. En “Suárez Mason”, el tado argentino se había comprometido a respetar la dignidad humana me-
Máximo Tribunal debió resolver si la negativa de la Cámara Federal a lle- diante la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
var a cabo las medidas solicitadas por la madre de una desaparecida viola- Personas, la justicia tenía el deber de brindar esta información para cum-
ba el derecho a la verdad, al impedirle a la demandante conocer lo ocu- plir con su obligación internacional.
rrido con su hija. La opinión pública cuestionó fuertemente la decisión de la mayoría.
En su presentación, la señora Carmen Lapacó había aclarado que no A instancias del Defensor General de la Nación, quien invocó la represen-
pedía el castigo a los responsables de la muerte de su hija Alejandra, sino tación de los desaparecidos, la Corte debió dictar una sentencia aclarato-
que se investigara el modo, tiempo y lugar de su secuestro y presunta muer- ria.83 (Voto de los jueces Nazareno, Moliné O’Connor, Fayt, López y Vázquez. Disi-
te a manos del Primer Cuerpo del Ejército. Lapacó fundamentó su derecho dencias de Petracchi, Bossert, Boggiano y Belluscio.) Allí expresó que el pedido
en la CADH y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.82 había sido rechazado porque la vía elegida ––un proceso penal–– era im-
procedente, pero que ello no implicaba cerrarle a la señora Lapacó el uso
de otras vías administrativas o judiciales para la reconstrucción de la ver-
80
“761, Hechos denunciados como ocurridos en el ámbito de la Escuela Superior de
Mecánica de la Armada (ESMA)”.
dad histórica. La minoría, en cambio, estimó que el Defensor ––en su ca-
81
Aclararon también que la distinción entre las obligaciones de prevenir, investigar y lidad de responsable del Ministerio Público de la Defensa–– no estaba le-
sancionar fue claramente delineada en el caso “Velásquez Rodríguez” de la Corte IDH: no gitimado para invocar la representación de los desaparecidos, ya que la
se trataba de condenar a los responsables, sino de “establecer las circunstancias en que ca-
da una de las víctimas desapareció y dónde yacen sus cuerpos”.
82
En estos tratados se sustenta el derecho a la verdad, al duelo y el respeto por los cuer- 83
CSJN, “Suárez Mason, Carlos Guillermo s/ homicidio, privación ilegal de la libertad,
pos de los muertos. etc.”, sentencia del 29/9/1998.
308 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 309

defensa oficial representa a quienes podrían ser imputados por la desapa- sus familiares, y la protección de este derecho en la Convención Interame-
rición de las víctimas, con lo que existía un conflicto de intereses. Para es- ricana sobre Desaparición Forzada de personas. En cuanto a la vía para ejer-
tos jueces, además de los familiares de las víctimas, tal representación só- cer la pretensión, consideró que correspondía la acción de amparo.
lo le corresponde al Ministerio Público Fiscal. En síntesis, en “Suárez Mason” la Corte estableció que no se podía so-
Dos meses después, la Corte Suprema analizó el planteo del señor Fa- licitar información acerca de lo sucedido con los desaparecidos en el mar-
cundo Urteaga,84 quien solicitaba a las Fuerzas Armadas toda la información co de un proceso penal, en tanto en “Urteaga” concedió que esta informa-
obrante en sus registros en relación con la muerte de su hermano Benito, ción podía solicitarse por medio de una acción de habeas data ante la
supuestamente abatido en julio de 1976 en la provincia de Buenos Aires. justicia contencioso administrativa federal.
Urteaga demandaba conocer el destino de su hermano, el paradero de sus Sin embargo, aunque en este último caso existió un criterio mayorita-
restos, la identidad de los autores de su muerte y el grado de responsabili- rio sobre la forma en que debía ejercerse el derecho, no lo hubo acerca de
dad que le cabía al Estado. Para ello, había presentado una acción de ha- su fundamento. Mientras que para la mayoría de los jueces la pretensión
beas data ante la justicia en lo contencioso administrativo federal. de conocer el destino de los familiares desaparecidos se fundaba en el de-
La Corte determinó que Urteaga tenía el derecho constitucional a in- recho a la identidad o a la intimidad, sólo el juez Bossert reconoció que se
terponer una acción de habeas data para acceder a la información pública basaba también en el derecho a la verdad tal como lo definió la CIDH.
sobre la muerte de su hermano. (Voto de los jueces Nazareno, Moliné O’Con- Posteriormente, en 1999 el Estado argentino avanzó en el reconoci-
nor, Belluscio López, Fayt, Boggiano y Bossert.) miento del “derecho a la verdad” al acordar una solución amistosa con la
Las posturas de los jueces, sin embargo, fueron diferentes en cuanto CIDH, que había intervenido a raíz del caso Lapacó. El Estado se compro-
al fundamento de ese derecho y a la vía pertinente para requerir la infor- metió a garantizar este derecho, que implica “el agotamiento de los me-
mación. Belluscio, López y Fayt afirmaron que la vía debía ser la del am- dios para obtener información acerca del destino de las personas desapa-
paro y que el derecho a solicitar la información estaba fundado en el de- recidas”. Asimismo, acordó gestionar ante el Ministerio Público Fiscal la
recho constitucional a la intimidad, que incluye las relaciones familiares. conformación de un cuerpo de fiscales ad hoc para que actuaran en todas
Petracchi y Vázquez concordaron con este fundamento pero considera- las causas de averiguación de verdad y destino final de personas desapare-
ron que el derecho debía ser ejercido mediante una acción de habeas da- cidas, a los efectos de lograr una especialización en la búsqueda e inter-
ta. Boggiano remitió a su voto en “Suárez Mason”, en él fundaba el dere- pretación de datos y una mejor centralización y circulación de informa-
cho a solicitar información en las obligaciones derivadas del derecho ción entre las causas dispersas.
internacional y sostenía que la vía debía ser la del habeas data.
Sólo el juez Bossert sostuvo que Urteaga tenía derecho a acceder a los 4.2. La Corte Suprema y el derecho a la verdad durante 2003-2004
datos requeridos sobre la base del derecho a la verdad, además del derecho
a la intimidad y a la identidad.85 Este juez valoró también las recomendacio- Sobre la base de los antecedentes descriptos, durante 2003-2004, la
nes de la CIDH86 y del Comité de los Derechos Civiles y Políticos87 al Estado Corte debió analizar nuevamente el fundamento y los alcances del dere-
argentino de asegurar a las víctimas el derecho a conocer lo sucedido con cho de los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado a conocer el
destino de sus seres queridos. Se detallarán a continuación los casos re-
sueltos en esta etapa, en la que se incorpora, además, el compromiso del
84
CSJN, “Urteaga, Facundo v. Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas”, sen- Estado argentino de respetar el acuerdo asumido internacionalmente.
tencia del 15/10/98.
85
Bossert expresó que el derecho del recurrente a conocer el destino de su hermano y
el de sus restos es un principio constitutivo de toda sociedad moral, y se refirió a este con- 4.2.1. Reconocimiento del derecho a la verdad: Caso “Hagelin” 88
cepto aludiendo a la tragedia griega Antígona (en la que la heroína lucha contra el poder
imperante para darle una sepultura digna a su hermano muerto). Bossert también sostuvo Como se ha detallado en 3.9.2, la joven sueca Dagmar Hagelin fue se-
que este derecho está reconocido en la Constitución Nacional, que consagra el derecho a cuestrada en la Argentina en 1977 y permanece desaparecida hasta hoy.
la intimidad y a la identidad.
86
CIDH, Informe Anual 1985/6.
87
Comité de Derechos Civiles y Políticos, Reunión 1411 del 5/4/1985. 88
CSJN, “Hagelin, Ragnar Erland s/ recurso art. 445 bis C.J.M.”, sentencia del 8/9/ 2003.
310 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 311

El señor Ragnar Hagelin, padre de Dagmar, intentó sin descanso que el cuenta que en este caso particular ambos procesados han confesado que
Estado argentino cumpliera con el deber de investigar lo sucedido, castigar a no es hija propia”, la decisión final sobre la responsabilidad penal de los
los responsables y reparar económicamente a su familia por el daño sufrido. Vázquez Ferrá no se basara en el resultado genético, sino en las confesio-
En 2003, con la sentencia dictada en “Hagelin”, la Corte Suprema re- nes y la documentación obrante en la causa.
conoció el “derecho a la verdad” como tal y con el alcance y fundamento Debe observarse que la querellante no sólo pretendía saber si Evelyn era
que le otorga el derecho internacional de los derechos humanos. Por pri- o no su nieta ––lo que podía ser determinado en un proceso de filiación––
mera vez, el Máximo Tribunal determinó la obligación del Estado de escla- sino todas las circunstancias que rodearon al nacimiento en cautiverio y pos-
recer las violaciones a los derechos humanos, destacando su independen- terior apropiación. Pegoraro tenía derecho a obtener esta información ya
cia del deber de sancionar a los responsables y reparar económicamente a que su participación en el proceso penal como víctima del delito estaba su-
las víctimas y familiares. (Voto de los jueces Belluscio, Moliné O’Connor, Petracchi, peditada a que pudiera asegurarse el presupuesto de esa actuación: que Eve-
López, Boggiano y Maqueda. En disidencia Vázquez, aunque en sus fundamentos lyn era su nieta. Sin embargo, la Corte Suprema no analizó este importante
reconoció el derecho a la verdad.) argumento, quedando su valoración pendiente para otra oportunidad.
Este caso tiene especial relevancia en el contexto histórico actual, ya que
4.2.2. Limitación al ejercicio del derecho a la verdad: Caso “Vázquez Ferrá” 89 aún queda por determinar la identidad de gran cantidad de hijos de desa-
parecidos durante la última dictadura militar, y dado que la sustracción tu-
En el punto 3.7.1 de este capítulo analizamos la decisión de la Corte en vo lugar antes de diciembre de 1983, aquellos chicos ya son mayores de edad.
el caso “Vázquez Ferrá” y cómo lo resuelto allí por la mayoría (Petracchi, Como es sabido, los precedentes de la Corte Suprema deben ser aca-
Belluscio, Fayt, López, Moliné O’Connor, Vázquez y Boggiano) determinó tados por los demás jueces, salvo que se brinden nuevos argumentos que
que la supuesta abuela biológica de Evelyn Vázquez Ferrá no pudiera ob- justifiquen una postura contraria. Es así que la aplicación de la doctrina
tener una certeza acerca de la identidad de la joven y las circunstancias en sentada por la Corte en “Vázquez Ferrá” podría comprometer seriamente
que le fue sustraída a su hija. el progreso de estas investigaciones penales.
Maqueda, quien votó en disidencia, fue el único que sostuvo la nece- Y si bien es cierto que los familiares pueden iniciar un juicio civil de fi-
sidad de establecer estas circunstancias, para asegurar el derecho de la que- liación y solicitar la determinación de la identidad por medio de este es-
rellante a conocer la verdad y también el de la comunidad sobre el desti- tudio genético ––que de todas formas no puede realizarse en forma com-
no de los hijos de los desaparecidos. pulsiva––, el fallo analizado dificulta en gran medida el derecho de los
En tanto, de los jueces que votaron en mayoría, sólo Boggiano reco- familiares de desaparecidos a solicitar el esclarecimiento de las circunstan-
noce el conflicto con el derecho a conocer la verdad de la querellante. cias en que murieron sus seres queridos y/o a perseguir el castigo de quie-
De este modo, planteamos como interrogante si esta decisión, adopta- nes sustrajeron a sus descendientes, ambos derechos reconocidos respec-
da a partir de un análisis tradicional de los intereses comprometidos en el tivamente por la Corte Suprema,90 por la CIDH y por la Corte IDH.
caso, satisfaría adecuadamente la obligación de esclarecer los hechos que
tiene nuestro país para con las víctimas del terrorismo de Estado llevado 4.2.3. Derecho a la verdad público o individual:
a cabo durante 1976-1983. Caso “Defensor Público Oficial ante la Cámara Federal de Mendoza” 91
Si se recuerda, Evelyn había manifestado que no se opondría a la ex-
tracción de sangre si se le aseguraba que el resultado del examen genéti- En este caso, a la Corte Suprema se le presentó una cuestión análoga
co no sería usado en contra de quienes ella consideraba sus verdaderos pa- a la resuelta en 1998 a instancias del Defensor General de la Nación en el
dres. Incluso la querella (Susana Pegoraro) había solicitado que “a fin de marco de la causa “Suárez Mason”.
no profundizar la sensación de culpa […] lógica en todos estos casos de
años de convivencia con quienes aparecen como sus padres, y teniendo en
90
En “Urteaga” (1998), “Hagelin” (2003), “Oharriz” (2003) y “Defensor Público Oficial”
(2004), que se describen con detalle en este capítulo.
91
CSJN, “Defensor público oficial ante la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza
89
CSJN, “Vázquez Ferrá, Evelyn s/incidente de apelación”, sentencia del 30/9/2003. s/ recurso de casación”, sentencia el 5/10/2004.
312 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 313

A fines de 2000, la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba inició ejercer esa representación. Eventualmente, ello obligaría a la Corte a op-
los llamados “Juicios por la Verdad”.92 La decisión fue comunicada a los or- tar por el criterio mayoritario que sentó en la aclaratoria de “Suárez Ma-
ganismos oficiales correspondientes, para que informaran a los familiares son”, donde le reconoció legitimación al defensor oficial para representar
de las víctimas sobre la posibilidad de aportar pruebas en este ámbito y a los desaparecidos, o cambiar y adoptar la postura de los jueces Bossert,
ejercer así el derecho a la verdad. Petracchi, Boggiano y Belluscio, que habían votado en disidencia en ese
El Defensor Público Oficial que desempeñaba funciones ante esta Cá- caso sosteniendo que sólo los familiares de las víctimas o el Ministerio Fis-
mara, en cumplimiento de una instrucción general del Defensor General cal podían impulsar estas medidas.
de la Nación para que los defensores oficiales de todo el país se presenten Esta decisión implicaba determinar si el compromiso que el país asu-
en representación de los desaparecidos,93 solicitó representar a las perso- mió ante la CIDH, en el que aseguró que los fiscales impulsarían estas in-
nas desaparecidas cuyos familiares no hubieran requerido ––por el moti- vestigaciones, excluye a los defensores oficiales.
vo que fuera–– una investigación de su destino. Por último, la Cámara tenía que resolver si la intervención del Minis-
La Cámara Federal rechazó este pedido, con el fundamento de que el terio Público de la Defensa provocaría un conflicto de intereses en caso
objetivo de este proceso era satisfacer el derecho de los familiares a cono- de que alguno de sus miembros asumiera la defensa penal de los respon-
cer la verdad, y que si ellos no deseaban ejercerlo, el Defensor Oficial no sables de violaciones a los derechos humanos.94
podía hacerlo en su defecto. Luego de que la Cámara Nacional de Casa- La definición de este asunto tiene una enorme importancia porque
ción Penal se declarara incompetente por tratarse de una cuestión no pe- contribuye a fijar un criterio acerca de cómo debe interpretarse la Cons-
nal, el Defensor Oficial llevó su queja ante la Corte. titución Nacional respecto del papel del Ministerio Público de la Defensa
El Máximo Tribunal ordenó que la Cámara Nacional de Casación re- y del Ministerio Público Fiscal.
visara la negativa de la Cámara Federal para con el Defensor Oficial. (Voto El 2 de diciembre de 2004, la Cámara Nacional de Casación Penal re-
de los jueces Petracchi, Fayt, Boggiano, Maqueda, Zaffaroni y Highton de Nolasco. visó esta negativa95 e hizo lugar a la legitimación del Defensor Oficial pa-
Belluscio declaró inadmisible el recurso.) ra que, en el marco del juicio a la verdad, solicitara de oficio ––es decir, sin
Así, la Cámara Nacional de Casación debió decidir tres cuestiones. En pedido concreto de una víctima o de un familiar–– las medidas de investi-
primer lugar, si el derecho a la verdad es una obligación autónoma del Es- gación. La Cámara reconoció la obligación del Estado de averiguar la ver-
tado aunque las víctimas y sus familiares no lo reclamen (que fue la pos- dad como un deber que le cabe a título propio y como una cuestión que
tura de Maqueda en “Vázquez Ferrá”), o si es un derecho individual que le interesa a toda la comunidad, para prevenir futuras violaciones a los de-
sólo pueden ejercer las víctimas y que, en caso de no desear hacerlo, pue- rechos humanos y grabar en la conciencia colectiva lo esencial de su res-
de clausurar investigaciones y reconstrucciones históricas. Para resolver es- peto. También sostuvo que el Defensor Oficial estaba legitimado para re-
ta cuestión, era decisiva la jurisprudencia de la Corte IDH, que estableció presentar a los desaparecidos cuyos familiares no hubieran solicitado
que el derecho a la verdad es una obligación que el Estado debe cumplir medidas de averiguación de la verdad.
a título independiente. Sin embargo, la Cámara también entendió que aquellos familiares de
En segundo lugar, si de la Constitución Nacional, de los instrumentos desaparecidos que habían preferido no iniciar acciones para no remover
internacionales de derechos humanos y de la Ley Orgánica de Ministerio asuntos dolorosos, podían ver afectado su derecho a la intimidad. Así, re-
Público podría interpretarse que el defensor oficial tiene la facultad para conoció la existencia de un conflicto que, si bien debía ser solucionado a

92
Los Juicios por la Verdad son procesos judiciales destinados a averiguar qué ocurrió 94
A este respecto, cabe señalar que cuando en el 2003 tuvo lugar la reapertura de cau-
con los desaparecidos y quiénes fueron los responsables. Actualmente se llevan a cabo en sas, el Defensor General de la Nación dictó la Res. DGN nº 570/03 en la que estableció que
distintos puntos del país. Desde hace siete años, la Cámara Federal de La Plata toma audien- los defensores oficiales deberán asistir a los imputados en esas causas y continuar intervi-
cias orales y públicas todos los miércoles. La investigación tiene más de 2.200 expedientes, niendo en los Juicios por la Verdad, salvo que se demuestre en forma suficiente la existen-
con las declaraciones de más de 800 testigos. Si bien el principio original se limitaba a co- cia de intereses contrapuestos.
nocer la verdad, eventualmente los datos obtenidos sirvieron para imputar penalmente a 95
Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, “Defensor Público Oficial ante la Cáma-
varios responsables. ra Federal de Apelaciones de Mendoza s/ recurso de casación”, causa 3501, sentencia del
93
Resolución DGN nº 1.045/98. 2/12/2004.
314 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 315

favor del derecho público subjetivo a la verdad, también debía intentar personas cuyos familiares sean víctimas del accionar ilícito de las fuerzas
conciliarse del mejor modo posible con el derecho a la intimidad de los de seguridad o de cualquier otra circunstancia que implique una violación
familiares. Para ello, exhortó al Defensor Oficial a que, antes de solicitar a sus derechos humanos fundamentales.
medidas de averiguación de la verdad, intentara contactarse con los fami-
liares de los desaparecidos a fin de compatibilizar las acciones que empren- 4.3. Comentario
dería con los intereses de estos últimos.
De esta forma, la Cámara ratificó la vigencia de “Velásquez Rodríguez” Durante 2003-2004, las decisiones de la Corte Suprema implicaron un
y de la legitimación que le dio la Corte al Defensor Oficial en la sentencia importante avance en cuanto al deber del Estado de esclarecer los hechos
aclaratoria en “Suárez Mason”. Sin embargo, no resolvió si la mencionada cometidos durante la última dictadura militar. En primer término, porque
intervención presentaba un conflicto de intereses, por ser el Ministerio Pú- es sólo en 2003, en el caso “Hagelin”, cuando la Corte reconoce el dere-
blico de la Defensa el que asumía la representación de los presuntos res- cho a la verdad de las víctimas y de sus familiares como tal y con sustento
ponsables de esas desapariciones. en el derecho internacional de los derechos humanos, algo que no había
ocurrido en los casos “Suárez Mason” y “Urteaga”, de 1998.
4.2.4. El derecho a la verdad en los casos de terrorismo no estatal: Sin embargo, puede considerarse que el fallo en “Vázquez Ferrá” sos-
Caso “Oharriz” 96 laya la vigencia de este derecho cuando se ejerce en el marco de un pro-
ceso penal, posiblemente porque no se valoraron los planteos de Evelyn y
Durante la última dictadura militar, Martín Joaquín Oharriz, de 42 de su supuesta abuela para poder conciliar los intereses y derechos de am-
años, se desempeñaba como gerente de la metalúrgica METCON (provee- bas: realizar el examen genético para determinar la identidad de Evelyn,
dora de Ford Motor Argentina) en la localidad santafesina de Villa Cons- pero no utilizar el resultado para incriminar a quienes la criaron.
titución, cuando un atentado que se atribuyó la agrupación peronista Mon- Por su parte, el caso “Defensor Público ante la Cámara Federal de Men-
toneros terminó con su vida. doza” contribuyó al reconocimiento del derecho a la verdad como deber
Con el objetivo de hallar a los responsables, su hijo, Martín Javier Oha- que le corresponde al Estado a título propio y no como mera gestión de
rriz, solicitó ante la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación to- intereses particulares, asegurando así que el esclarecimiento de los hechos
da la información en poder del Estado relacionada con la muerte de su de la última dictadura militar se lleve a cabo, aunque no haya víctimas o
padre. familiares que lo soliciten expresamente.
La Corte Suprema resolvió positivamente su pedido. (Voto de los jueces Y en el caso “Oharriz”, al reconocer el derecho a la verdad de una víc-
Petracchi, Belluscio, Moliné O’Connor, Boggiano, López y Maqueda.) El Máximo tima del terrorismo no estatal, se garantiza la obligación del Estado de in-
Tribunal estimó que el habeas data era procedente para que el demandan- vestigar toda violación a un derecho fundamental, aun cuando no haya si-
te pudiera satisfacer su “derecho a la información objetiva, esto es, a co- do quien lo violó directamente.
nocer ––y a reclamar–– todos los datos que existieran respecto del homici-
dio de que fuera víctima su padre […] ante las autoridades judiciales y
5. El Estado tiene la obligación de reparar
administrativas que correspondan”. Los jueces consideraron que de esta
forma el Estado podría satisfacer el derecho de Oharriz a conocer la ver-
Cuando el Estado Nacional viola los derechos individuales de los ha-
dad y cumplir con el deber ético de ser solidario con las víctimas.
bitantes, debe reparar ese daño. Este deber encuentra fundamento en la
La trascendencia de este caso está dada en que la Corte extiende el de-
Constitución Nacional97 y constituye en sí mismo una garantía de libertad,
recho a la verdad a los familiares de las víctimas del terrorismo no estatal.
Esta ampliación implica que, en el futuro, podrían beneficiarse todas las
97
Arts. 17, 1º, y 28. El art. 17 establece que “la propiedad es inviolable, y ningún habi-
tante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley. La
expropiación por causa de utilidad pública debe ser calificada por ley y previamente indem-
96
CSJN, “Oharriz, Martín Javier c/ Mº J y DDHH - ley 24.411 (res. 111/90)”, sentencia nizada…”. La razonabilidad de los actos de los poderes públicos está prevista en el art. 1º:
del 26/8/2003. ”la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal,
316 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 317

ya que impide que el Estado pueda desconocer sin más los derechos fun- dura militar y sus familiares. En ellos se brinda la opción99 de recibir un
damentales de los ciudadanos. monto prefijado de indemnización a través de un procedimiento simplifi-
Con el retorno de la democracia, las víctimas y los familiares de las víc- cado, aun cuando la acción civil no se hubiera podido llevar adelante por
timas de la dictadura militar iniciaron acciones civiles contra el Estado ar- estar prescripta.100 Describiremos a continuación los diversos avances y al-
gentino a fin de obtener indemnización por el perjuicio ocasionado a su cances de esta normativa, desde sus comienzos en 1986 hasta la actualidad.
integridad física, libertad y derecho a la vida.
Sin embargo, muchos de ellos se encontraron con un obstáculo legal: 5.2. Los distintos regímenes y beneficiarios
la posibilidad de accionar civilmente, pautada en un lapso de dos años, se
hallaba prescripta. Por lógico temor, la mayoría había esperado la vuelta En 1986 el Poder Legislativo dictó la ley 23.466,101 que otorga una pensión
de la democracia para demandar al Estado y, de esta forma, ya no podían no contributiva a familiares de desaparecidos102 por un tiempo determinado.
obtener una reparación económica por la violación de derechos ocurrida En 1991 se aprobó la ley 24.043,103 que brinda reparación a quienes fue-
varios años atrás. ron detenidos a disposición del Poder Ejecutivo o de tribunales militares entre
el 6 de noviembre de 1974 ––fecha de declaración del estado de sitio–– y el
10 de diciembre de 1983 ––fecha en que se restableció la democracia–– y
5.1. La lucha por el reconocimiento de las reparaciones
que prevé una indemnización especial a quienes fueron torturados o muertos
durante esa detención, que en este último caso cobrarán sus familiares.
La Corte Suprema había negado reiteradamente la posibilidad de com-
En 1994, por medio de la ley 24.411,104 se estableció un régimen de re-
putar el plazo de prescripción a partir del advenimiento de la democracia,
al entender que implicaría sostener que el régimen de facto constituyó “un
paréntesis en la vida argentina durante el cual el transcurso del tiempo se- 99
Es optativo para las víctimas o sus familiares acogerse a estos regímenes. El carácter
ría inoperante para la tutela de la seguridad jurídica”.98 voluntario es lo que los hace legítimos y los distingue del régimen de reparación de acci-
dentes de trabajo, que fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema en “Aquino,
Pero en 1989, el Estado argentino fue denunciado ante la CIDH por Isacio v. Cargo Servicios Industriales S.A.”, sentencia del 21/9/2004, porque no permitía a
estas decisiones judiciales. El gobierno dictó entonces el decreto 798/ los trabajadores interponer una acción civil reclamando la indemnización que entendieran
1990, que creaba una comisión para redactar un proyecto de ley que en- correspondiente.
100
La excepción a este criterio restrictivo fue reconocida por la Corte en “Tarnopolsky”
mendara esa situación. Ante las demoras para sancionarla dictó el decre- (CSJN, “Tarnopolsky, Daniel v. Estado Nacional y otro s/proceso de conocimiento”, del
to 70/1991, que brindaba compensación económica a los denunciantes y 31/8/1999. Voto de los jueces Nazareno, Fayt, Belluscio, Boggiano, López, Bossert y Moli-
a quienes hubieran iniciado una acción judicial dentro del plazo de los né O’Connor). Allí sostuvo que la prescripción no regía porque la desaparición forzada de
personas era un delito permanente. Por aplicación de esta jurisprudencia, cuando se trata
dos años, computados desde la restauración del orden democrático. Lue- de casos de desaparición forzada o de apropiación ilegal de niños, el Estado puede ser de-
go de una audiencia conciliatoria entre las partes, la CIDH valoró el dic- mandado civilmente para indemnizar los daños y perjuicios causados.
tado de esta normativa y la aceptación de la indemnización por parte de 101
Sancionada el 30/10/1986, publicada el 16/2/1987.
los demandantes, y se llegó a una solución amistosa.
102
El beneficio contempla a hijos, cónyuges, parejas, familiares incapacitados para el tra-
bajo que no tengan otra pensión y hermanos menores de los desaparecidos que hubieran vi-
Ésta es la génesis histórica de los regímenes especiales de reparación vido con ellos.
económica creados por el Estado argentino para las víctimas de la dicta- 103
Sancionada el 23/12/1991 y publicada el 2/1/1992; reglamentada por los decretos
2722/91, 1023/92, 1313/94 y modificada por la ley 24.906 que, superando las interpreta-
ciones conflictivas previas, asegura la indemnización a quienes hubieran estado detenidos
a disposición conjunta del Poder Judicial. El plazo para percibir los beneficios de la ley
24.043 fue ampliado por las leyes 24.436 (publicada el 10/1/1995), 25.497 (publicada el
según la establece la presente Constitución”, y en el 28: “los principios, garantías y derechos 21/11/2001) y 25.814 (publicada el 1/12/2003), que lo extendieron hasta el 1/12/2004.
reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamen- 104
Sancionada el 28/12/1994, reglamentada por el decreto 403/95 y modificada por
ten su ejercicio”. La Corte Suprema de Justicia reconoció por primera vez la responsabili- la ley 24.823 (promulgada parcialmente el 23/5/1997), que establece que quienes hubie-
dad del Estado nacional por los daños causados por hechos ilícitos en el caso “S.A: Tomás ran demandado al Estado y obtenido sentencia por una indemnización inferior pueden so-
Devoto c/ Gobierno Nacional s/daños y perjuicios”, fallado el 22/9/1933. licitar la diferencia que habrían cobrado por ley. El plazo para percibir los beneficios de la
98
CSJN, “Olivares, Jorge Abelardo v. Estado Nacional Argentino”, sentencia del 16/8/ ley 24.411 fue ampliado por las leyes 24.499 (promulgada el 7/7/1995) y 25.814 (publica-
1988, entre muchos otros. da el 1/12/2003), que lo extendieron hasta el 1/12/2004.
318 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 319

paración económica a los familiares de las personas que hubieran desapare- Los jueces recordaron que, dada la imposibilidad de obtener plena in-
cido durante la última dictadura militar o fallecido a manos de las fuerzas formación sobre estos hechos, la ley establece que en caso de duda debe
de seguridad o de cualquier grupo paramilitar antes del restablecimiento otorgarse la indemnización prevista. Así, el Máximo Tribunal revocó la sen-
de la democracia en 1983. tencia y ordenó que se dictara un nuevo pronunciamiento, que valorara
En 2004, el Congreso sancionó la ley 25.914,105 que dispuso reparacio- las pruebas de acuerdo con la pauta legislativa indicada. (Voto de los jueces
nes para los hijos nacidos durante el cautiverio de personas detenidas a dispo- Petracchi, Moliné O’Connor, Boggiano, López y Maqueda. Los demás jueces no vo-
sición del Poder Ejecutivo o de tribunales militares. Ésta incluyó también taron.)
a quienes hubieran sido detenidos junto a sus padres o se les hubiera sustitui- Esta sentencia, que confirma el criterio sentado por la Corte en 2002
do su identidad. en el caso “De Paz”,109 es importante en tanto muestra un compromiso efec-
tivo por parte del Estado para reparar a las familias de las víctimas. Procu-
5.3. La Corte y el deber de reparar durante 2003-2004 ra evitar la injusticia ––y la paradoja–– de que, por medio de las leyes de
PF y OD y los decretos de indulto, el Estado haya impedido investigar lo
Durante 2003-2004, la Corte debió resolver casos en los que se plan- sucedido con las víctimas y luego sostenga que la falta de certeza es la cau-
teaban distintos obstáculos para la aplicación de los regímenes especiales. sa para no otorgar la reparación.
Ellos abarcaron: personas con dificultad para probar las circunstancias de Sin embargo, en el caso “Dalla Fontana”, la Corte aplicó un criterio to-
desaparición y muerte de sus familiares, víctimas del accionar de la subver- talmente contrario. La hija del señor Dalla Fontana sostenía que la muer-
sión, exiliados como consecuencia del terrorismo de Estado e individuos te de su padre ––ocurrida durante la dictadura militar–– había sido conse-
que, siendo conscriptos durante la dictadura, recibieron sanciones de las cuencia de declaraciones formuladas por él contra el régimen. Cuando su
autoridades militares o fueron enviados compulsivamente al conflicto bé- pedido de reparación le fue denegado, con el argumento de que no esta-
lico en las Islas Malvinas. ba probado que su padre hubiera sido una víctima fatal del terrorismo de
Estado, Dalla Fontana llevó el caso ante la Corte, alegando que no le co-
Dificultades probatorias: casos “Zabaleta” 106 y “Dalla Fontana” 107 rrespondía a ella probar esta circunstancia, ya que a veintiséis años de ocu-
rrido el hecho no existían pruebas sobre los autores materiales o intelec-
Mario Alfredo Zabaleta fue presuntamente asesinado por el personal tuales. La Corte no hizo lugar a su petición, porque consideró que no
policial que lo detuvo durante la última dictadura militar. Sus familiares había probado que la muerte de su padre fuera responsabilidad del Esta-
solicitaron la reparación económica correspondiente por las leyes 24.411 do. (Voto de los jueces Fayt, Belluscio, Petracchi, Boggiano, Vázquez.)
y 24.483,108 pero las instancias inferiores se la denegaron argumentando
que la muerte no había sido consecuencia de una persecución política, Indemnización a exiliados: Caso “Vaca Narvaja” 110
sindical o estudiantil.
Cuando el caso llegó a la Corte, ésta destacó que las mencionadas le- Muchas personas que fueron perseguidas durante la última dictadura
yes emanaban del compromiso asumido por el Estado argentino ante la debieron exiliarse para asegurar su integridad física y su libertad. Este des-
CIDH de indemnizar a los familiares de las víctimas de violaciones a los plazamiento forzado les ocasionó consecuencias a nivel personal, familiar
derechos fundamentales durante el régimen militar de 1976-1983. y económico.
Sin embargo, las leyes de reparación económica analizadas anterior-
mente no brindaban compensación a estas personas por los daños mate-
Promulgada y publicada el 25/8/2004.
105 riales y psicológicos derivados del exilio.
CSJN, “Zabaleta, Roxana Ruth Jesabel y otro c/ Ministerio del Interior - art. 6º ley
106

24.411”, sentencia del 26/8/2003.


107
CSJN, “Dalla Fontana, Liliana / Ministerio de Justicia”, sentencia del 25/11/2004. 109
CSJN, “De Paz, Josefina c/ Ministerio del Interior”, sentencia del 19/2/2002, con vo-
108
Indemnización otorgada a los familiares de los fallecidos como consecuencia del ac- tos de los jueces Nazareno, Moliné O’Connor, Belluscio, Petracchi, Boggiano y Bossert.
cionar de las fuerzas armadas, de seguridad, o de cualquier grupo paramilitar con anterio- 110
CSJN, “Cofre de Vaca Narvaja, Susana c/ Ministerio del Interior”, sentencia del 14/10/
ridad al 10/12/1983. 2004.
320 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 321

De hecho, la Corte Suprema había tenido que resolver ––en el marco embajada de México en Buenos Aires por las amenazas de muerte recibi-
de las reglas generales de responsabilidad civil del Estado–– cuestiones re- das. Así, la Corte determinó que la familia Vaca Narvaja debía recibir la re-
lacionadas con la reparación de daños materiales causados a quienes de- paración prevista por la ley 23.043.
bido al exilio forzoso dejaron de percibir un salario, o los ingresos deriva-
dos del ejercicio de su profesión o de la administración de sus bienes.111 Víctimas del terrorismo no estatal: Caso “Oharriz” 116
Pero quienes se encontraban en esa situación podían toparse con el obs-
táculo de que la acción civil estuviera prescripta y tampoco podían obte- Como mencionamos anteriormente, Martín Joaquín Oharriz, de 42
ner compensación amparándose en la ley 23.043, ya que en 1995 la Corte años, gerente de una empresa proveedora de Ford Motor Argentina en la
había resuelto expresamente que esta ley no se aplicaba para indemnizar provincia de Santa Fe, murió a raíz de un atentado que se atribuyó la or-
a los exiliados.112 (Voto de los jueces Moliné O’Connor, Fayt, Belluscio, Petracchi, ganización Montoneros.
Levene (h), Boggiano, Bossert, López.) Este criterio sólo había tenido dos ex- Restablecida la democracia, su hijo Martín Javier Oharriz reclamó an-
cepciones: la Corte resolvió indemnizar el tiempo de exilio de una perso- te la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación la indemnización
na que había sido detenida y luego expulsada del país por los militares113 prevista en la ley 24.411, que contempla una reparación económica para
y otorgó el beneficio a otra que, luego de haber estado detenido, logró fu- los familiares de quienes “hubieren fallecido como consecuencia del ac-
garse del país.114 Es decir que la Corte nunca había decidido que la ley cionar de las fuerzas armadas, de seguridad o de cualquier grupo parami-
23.043 se aplicaba a quien se hubiera exiliado sin haber estado previamen- litar con anterioridad al 10/12/1983”.
te detenido o sin haber sido expulsado del país.115 La ley había sido acotada en su decreto reglamentario (403/95), que
Sin embargo, en 2004, en el caso “Vaca Narvaja”, la Corte cambió de limitó el beneficio a las víctimas del terrorismo de Estado. Oharriz alega-
criterio. El Máximo Tribunal por unanimidad consideró que la ley 24.043 ba que el decreto era inconstitucional, porque violaba la garantía de igual-
sí amparaba a quien, ante un riesgo probado a su vida e integridad física, dad establecida en el artículo 16 de la Constitución Nacional, al diferen-
había tenido que exiliarse del país. En consecuencia, estas personas mere- ciar entre personas muertas por el Estado o por el accionar subversivo.
cían recibir la indemnización prevista por la ley. (Voto de los jueces Petracchi, Su planteo fue denegado y el caso llegó a la Corte Suprema, que tam-
Belluscio, Fayt, Maqueda, Zaffaroni, Highton de Nolasco y Boggiano.) bién lo rechazó al considerar que el decreto no restringía indebidamen-
Para la resolución de este caso, la Corte estimó que el objetivo de to- te los alcances de la ley. (Voto de los jueces Petracchi, Belluscio, Moliné O’Con-
das las leyes de reparaciones era compensar a quienes habían visto desco- nor, López y Maqueda.) Los jueces se basaron en la discusión parlamentaria
nocidos sus derechos a la vida, a la integridad física y ––en particular para que precedió al dictado de la ley: allí se dejaba en claro que ésta surgía de
la ley 23.043–– a la libertad. Por lo tanto, resultaba decisivo evaluar si el la solución amistosa alcanzada con la CIDH para indemnizar a los fami-
exilio de Vaca Narvaja y su grupo familiar había constituido una restric- liares de los desaparecidos o muertos como consecuencia del terrorismo
ción a su libertad física directamente causada por el terrorismo de Estado. de Estado.117
El Máximo Tribunal resolvió que ello había sido así, porque en la cau-
sa estaba probado que la familia se exilió como consecuencia del asesina-
to de dos de sus miembros, y luego de haber recibido asilo político en la

116
CSJN, “Oharriz, Martín Javier c/ Mº J y DDHH ––ley 24.411 (res. 111/90)”, senten-
111
Por ejemplo, en el caso “Aguad, Susana c/ Estado Nacional”, sentencia del 9/2/ cia del 26/8/2003.
1989, y en el caso “Sandler, Héctor Raúl c/ Estado Nacional”, sentencia del 2/11/1995. 117
De todas formas, los jueces sostuvieron que “el hecho de que la situación del causan-
112
En el caso “Fragale, Wanda Josefina c/ Estado Nacional s/ proceso de conocimien- te no encuadre en el sistema especial de resarcimiento previsto por la ley 24.411 deja sub-
to”, sentencia del 19/10/1995. sistente la posibilidad de reclamar por otras vías su derecho a una indemnización justa”,
113
CSJN, “Quiroga, Rosario v. Estado Nacional”, sentencia del 1/6/2000. aunque ello no parecería posible, ya que la acción civil probablemente haya prescripto.
114
CSJN, “Bufano, Alfredo v. Estado Nacional”, sentencia del 1/6/2000. En igual sentido, en el caso “Miguel Ángel Marino v. Ministerio del Interior” (senten-
115
Por este motivo, la Cámara Nacional Contencioso Administrativo Federal, Sala IV, cia del 25/9/2001), la Corte negó la extensión del beneficio establecido por la ley 24.411,
en el caso “Alonso, Sebastián” del 16/8/2001, había rechazado la posibilidad de que la ley a los familiares de un ciudadano que falleció en manos de las Fuerzas Armadas en los suce-
24.043 indemnizara a quien se había exiliado en estas circunstancias. sos del 16 de junio de 1955.
322 Asociación por los Derechos Civiles El Estado frente a los delitos cometidos por la última dictadura militar 323

Conscripto sancionado por un tribunal militar: Caso “Siboldi” 118 demás islas del Atlántico Sur. Los conscriptos y soldados fueron enviados
a combatir sin entrenamiento adecuado y sufrieron falta de alimento y de
El señor Ulises Néstor Siboldi había sido detenido y condenado por abrigo. Muchos de ellos experimentaron problemas físicos y/o psíquicos
un tribunal militar cuando realizaba el servicio militar ––por entonces obli- al regresar a sus hogares. Los ex miembros de la junta militar Leopoldo
gatorio–– durante el último régimen de facto. Basándose en esta situación, Fortunato Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Arturo Ignacio Lami Dozo
solicitó la indemnización que prevé la ley 24.043 para los detenidos a dis- fueron condenados por sus responsabilidades políticas y estratégico-mili-
posición del PEN durante la vigencia del estado de sitio, o civiles deteni- tares en el conflicto de las Islas Malvinas y posteriormente indultados en
dos por tribunales militares antes de diciembre de 1983. 1989 por el ex presidente Menem.
El beneficio le fue otorgado en 1998, pero en 2000 el Ministerio del En 1990, el gobierno promulgó la ley 23.848,121 que otorgó una pen-
Interior lo revocó, sosteniendo que el ámbito de aplicación de esa ley só- sión de guerra vitalicia a los ex conscriptos que habían participado del
lo regía para los civiles y que, al momento de su detención y posterior san- combate y a los familiares que hubieran estado a cargo de los combatien-
ción, Siboldi tenía el carácter de militar. La Cámara de Apelaciones con- tes fallecidos.
firmó esta decisión, por lo que Siboldi recurrió a la Corte, argumentando El familiar de un conscripto muerto durante la guerra, que por la ley
que los menores de edad que ingresaban obligatoriamente al servicio mi- mencionada percibía una pensión equivalente a tres jubilaciones mínimas,
litar no perdían su condición de civiles. Así, la Corte debió resolver si un solicitó la indemnización dispuesta por la ley 24.411 ––para los fallecidos
conscripto detenido y condenado por un tribunal militar durante la dic- como consecuencia del accionar de las fuerzas armadas, de seguridad, o
tadura tenía derecho a acceder a la indemnización que la ley concede a de cualquier grupo paramilitar con anterioridad al 10/12/1983–– que re-
los civiles detenidos ilegalmente durante ese período. presenta una suma aproximadamente diez veces mayor.
El Máximo Tribunal ratificó la sentencia de Cámara y revocó el bene- El beneficio le fue denegado por la justicia, con el fundamento de que
ficio de Siboldi (voto de los jueces Petracchi, Belluscio, Boggiano, Vázquez, Fayt tanto la ley como su decreto reglamentario (403/95) limitan la reparación
y Maqueda), por estimar que al momento de su detención y posterior con- únicamente a las víctimas del terrorismo de Estado.
dena Siboldi no era un civil. La ley que regía el servicio militar obligato- La Corte confirmó este criterio y además estimó que el demandan-
rio determinaba que los convocados adquirían estado militar desde que te no tenía razón cuando afirmaba no haber recibido ningún tipo de
se presentaban ante la autoridad militar. Para la Corte, entonces, Siboldi compensación económica por la muerte de su hijo, ya que ––como se
era militar y había sido condenado por un tribunal militar competente, lo consignó anteriormente–– el Estado previó subsidios extraordinarios y
que impedía la aplicación de la ley que contempla el beneficio.119 pensiones vitalicias para los ex combatientes y sus familiares. (Voto de los
jueces Petracchi, Belluscio, Fayt, Boggiano y Maqueda. No votaron Vázquez y
Conflicto bélico en las Islas Malvinas: Caso “Massad Said” 120 Zaffaroni.)

Como es sabido, en 1982 el gobierno de facto inició una guerra con- 5.4. Comentario
tra el Reino Unido en reclamo de la soberanía sobre las Islas Malvinas y
Durante el período 2003-2004, la Corte Suprema avanzó sustancial-
118
CSJN, “Siboldi, Ulises Néstor c/ Ministerio de Justicia y Derechos Humanos”, sen- mente con el cumplimiento de su obligación de reparar a las víctimas de
tencia del 16/3/2004. las violaciones masivas a los derechos humanos, al reconocer este derecho
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Con esta decisión, el Máximo Tribunal ratificó el criterio usado en un fallo anterior a quien se vio forzado a exiliarse. Por otro lado, la Corte fue contradicto-
(“Arcuri, Gabriel Alejandro c/ Ministerio del Interior”, del 21/6/2000), en el que manifes-
tó que cuando el texto de la ley es claro no corresponde analizar circunstancias ajenas al ca-
ria en cuanto a evitar que la falta de pruebas sobre cómo murieron las per-
so para arribar a una decisión, y que no es necesario el consentimiento para adquirir “esta- sonas durante el régimen de facto ––generada por el propio incumpli-
do militar”. En esa oportunidad, un Testigo de Jehová había reclamado el mismo beneficio
por la detención y condena sufrida durante el servicio militar, y alegaba que nunca había ad-
quirido la condición de militar porque, a pesar de haberse presentado voluntariamente, se
había negado a vestir el uniforme y a cumplir con el servicio. 121
Ley 23.848, sancionada el 17/9/1990 y promulgada el 8/10/1990. Modificada por
120
CSJN, “Massad Said, Carlos y otro”, sentencia del 27/5/2004. la ley 24.652, sancionada 29/5/1996 y promulgada parcialmente el 25/6/1996.
324 Asociación por los Derechos Civiles

miento del Estado de sus deberes de investigar y juzgar y sancionar–– fue-


ra un obstáculo para asegurar esta reparación a sus familiares.
Asimismo, durante estos dos años, el Máximo Tribunal resolvió en for-
ma negativa los pedidos de víctimas del terrorismo no estatal o de ex cons-
criptos o ex combatientes de Malvinas para recibir las indemnizaciones
previstas en las leyes analizadas como forma de reparación por los distin-
tos tipos de violencia sufridos durante esa época. Si bien esta negativa apa-
rece correctamente fundada en el texto de las leyes correspondientes, lo
cierto es que queda pendiente una respuesta satisfactoria para estos gru-
pos, que también se vieron afectados por la violencia irracional de aque-
llos años.
VIII
DERECHOS ECONÓMICOS,
SOCIALES Y CULTURALES

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